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2

INDICE

Introducción

Cecilia Gallardo. Filosofía 1

Seguridad humana para la seguridad ambiental

Víctor Hernández. Filosofía 3

Nos quemaría la vivacidad de uno de esos instantes

Gustavo González Pacheco. Filosofía 17

Hacia una reconciliación entre razón y naturaleza

José Alfredo Walls. Filosofía 27

La estafa verde: la evolución insostenible

Daniel Apiquian. Administración y Finanzas 38

1

Introducción

Por: Cecilia Gallardo Macip

Con el objetivo de promover la reflexión filosófica y científica en torno diversos problemas

del quehacer humano, el Departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana

organizó en mayo de 2016 el Foro Universitas. El tema del foro giró alrededor de la

pregunta: “¿La ecología al servicio del ser humano o el ser humano al servicio de la

ecología?”

En el presente volumen se recogen los trabajos de los alumnos ganadores del concurso de

ensayo. Participaron estudiantes de todas las escuelas y facultades de la Universidad

Panamericana, teniendo como vértice un tema tan actual como son las preocupaciones

ecológicas, bajo sus diversas facetas críticas, y agrupados en las distintas categorías que en

seguida se mencionan.

El primero de los trabajos ganadores pertenece a Víctor Hernández, estudiante de filosofía,

ganador de la categoría: “Ecología, salud y bienestar”, con su ensayo: Seguridad humana

para la seguridad ambiental, en el que expone de modo general la relevancia que posee la

seguridad humana y su relación con la ecología. La tesis principal gira en torno al cambio

climático como una amenaza al ser humano y a los gobiernos de cada país. Ante la

indiferencia de éstos últimos, principalmente desde la Guerra Fría, el autor propone

estimular a los miembros de la sociedad a hacer un esfuerzo intelectual por tomar

conciencia del problema, en virtud de que generalmente los gobiernos no llegan aún a

considerar como amenaza tanto el cambio climático como los conflictos que pueda

desencadenar. El ensayo culmina con una referencia a la relación entre la seguridad y el

cambio climático.

El segundo de los trabajos, pertenece a Gustavo González Pacheco, alumno de Filosofía,

ganador de la categoría: “Cultura y políticas públicas sobre el medio ambiente” con su

ensayo: Naturaleza, hombre y capacidad de asombro. Partiendo de la definición aristotélica

de naturaleza, resalta lo importante de la capacidad de asombro ante ella, completándolo

con referencias literarias a un poema de Borges así como a El principito de Saint-Exupéry.

2

El tercero de los ensayos que aquí se recogen es de la autoría de José Alfredo Walls,

estudiante de filosofía, que en la categoría: “Ciencia, tecnología y medio ambiente”,

presenta un ensayo titulado: Hacia una reconciliación entre razón y naturaleza. Tras

destacar que el proyecto ilustrado toma a la naturaleza no ya como sujeto, sino como un

objeto, el autor describe las consecuencias filosóficas por parte de la Modernidad derivadas

de haber puesto a la razón como dominadora de la naturaleza.

Asimismo, basado en la postura de Francisco de Asís respecto a la naturaleza, a la que

consideraba como su "hermana" en tanto creatura de Dios, el autor abunda en el medioevo

como un momento histórico en el que se estableció una relación más respetuosa del hombre

ante la naturaleza, haciendo referencia a lo dicho por el Papa Francisco sobre el tema en su

encíclica Laudato Si.

El cuarto ensayo pertenece a Daniel Apiquian, estudiante de Finanzas y ganador de la

categoría: “Medio ambiente y pobreza: el impacto social de las decisiones ecológicas”, con

un ensayo titulado: El engaño verde: la evolución insostenible, en que defiende la tesis de

que algunas marcas que se presentan como sustentables, en realidad carecen entre sus

políticas de normas éticas que ayuden al medio ambiente, o no las cumplen. Entre dichas

empresas se hace referencia especial a la marca H&M, como un ejemplo de aquellas

empresas que aparentan ser sustentables cuando no lo son de modo efectivo. Finalmente, se

subraya la necesidad de contribuir a la creación de empresas que tengan por objetivo

resolver problemas vinculados a la responsabilidad social y que posean una verdadera

misión ambiental.1

1 La revisión de estilo y edición de los textos la realizó el Dr. David Ezequiel Téllez Maqueo.

3

Seguridad humana para la seguridad ambiental

Víctor Hernández2

Introducción

El cambio climático representa una de las mayores amenazas que enfrentamos como

especie. En pocos siglos, la actividad humana ha alterado los ciclos naturales de cambio del

planeta. La concentración actual de gases de efecto invernadero, agentes atmosféricos

causantes del aumento de la temperatura terrestre, rompe con el equilibrio mantenido en el

último medio millón de años, poniendo en riesgo a especies y ecosistemas enteros ante

transformaciones tan aceleradas3.

Desgraciadamente la comunidad internacional no ha dado en tiempo y forma la

atención debida a este problema, pues a lo largo de las últimas décadas ocuparon el

escenario otros riesgos como el terrorismo, la delincuencia organizada, los regímenes

totalitarios, etc. Pero difícilmente alguno de los problemas anteriores posee la capacidad

extintiva del cambio climático. No hay que olvidarse de dichos asuntos, pero ciertamente

debemos colocar a la vanguardia de nuestras preocupaciones de seguridad al cambio

climático, porque de seguir avanzando al ritmo actual, no habrá planeta ni humanidad que

defender.

En este ensayo deseo presentar al lector el concepto de seguridad humana, su

aplicación en la seguridad ambiental y la necesidad de políticas de seguridad nacional e

internacional bajo la óptica de la seguridad humana; todo ello en aras de mitigar

eficazmente la amenaza del cambio climático.

2 Estudiante de Filosofía. Ganador, con el pseudónimo “Centinela”, de la categoría: “Ecología, salud y

bienestar”. 3 Cfr. Centro Mario Molina, “¿Qué es el cambio climático?”, http://centromariomolina.org/cambio-

climatico/temas/educacion-en-cambio-climatico/ (consultado el 14/03/2016).

4

Para el presente ensayo, he tomado como base el libro La seguridad por otros

medios. Evolución de la agenda de seguridad internacional en el siglo XXI: lecciones para

México, coordinado por la Dra. María Cristina Rosas, una de las académicas especialistas

en seguridad más reconocidas de México.

Historia de la seguridad

La palabra “seguridad” proviene del latín securitas (“sin preocupación”), y a pesar

de que desde tiempos inmemorables el ser humano se ha dedicado a labores de seguridad

(levantar un muro, producir armas, espiar al gobierno enemigo), no fue sino hasta mediados

del siglo XX (con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría) que la

seguridad se convirtió en objeto de estudio académico en las universidades.

La seguridad es un concepto cambiante y muy difícil de definir. La seguridad puede

ser un estado, una situación, una actividad, una meta, una percepción. En cualquier caso, la

etimología nos alumbra bastante: la seguridad es el estado sin preocupaciones, la actividad

por la cual buscamos encontrarnos sin preocupaciones, una sensación de tranquilidad por la

ausencia de preocupaciones, etc.

Un tomador de decisiones en materia de seguridad tiene la misión de identificar:

Amenazas.-Situaciones que ponen en entredicho la existencia del Estado.

Riesgos.-Situaciones problemáticas que deben ser atendidas pero no ponen

en entredicho la existencia del Estado.

Vulnerabilidades.-Espacios y circunstancias donde existe la posibilidad de

que se generen riesgos o amenazas.

Áreas de oportunidad.-Espacios y circunstancias en donde se puede

obtener un beneficio invirtiendo los recursos disponibles.

Desde la década de los 40’s hasta principios de los 90’s, los estudios de seguridad

en el mundo tuvieron un enfoque estato-céntrico, es decir, centrado en el Estado. Todas las

amenazas, riesgos, vulnerabilidades y áreas de oportunidad se analizaban en función de

cómo afectaban al Estado. Lo más común entre las propuestas de seguridad de dicha época

5

era considerar que la mayor amenaza de un estado es otro estado, concepción comprensible

en el marco del conflicto bipolar entre la Unión Soviética y los Estados Unidos4.

Tras el final de la Guerra Fría, quedó un hueco en la agenda de seguridad

internacional. El gigante rojo del comunismo había desaparecido, dejando vacante el papel

del gran enemigo de la humanidad. Ante ese vacío, el Programa de Naciones Unidas para el

Desarrollo (PNUD) propuso en 1994 el concepto de la seguridad humana.

Seguridad humana

La seguridad humana tiene un enfoque antropocéntrico, es decir, centrado en el

hombre, en la persona. Bajo la óptica de la seguridad humana, toda aquella situación que

ponga en peligro el bienestar o la integridad de una persona, debe ser considerada una

amenaza a la seguridad. En el concepto de seguridad humana lo importante no es proteger

al Estado y a sus instituciones como constructo, sino a la población, y no a la población

como una masa, sino proteger al individuo5.

Otra novedad del concepto de seguridad humana es la vinculación que establece

entre seguridad y desarrollo, pues no puede haber uno sin el otro. ¿Acaso no vemos que

generalmente en las regiones menos desarrolladas del mundo también encontramos

problemas de violencia, falta de libertades políticas, riesgos sanitarios, falta de

oportunidades laborales y demás? Pareciera una consecuencia necesaria que a falta de

desarrollo habrá falta de seguridad y viceversa. Por el contrario, si hay desarrollo entonces

debe haber seguridad6.

Desde una perspectiva tradicional estato-céntrica de la seguridad, no es posible

identificar amenazas más allá de posibles invasiones, un desastre natural o una guerra

4 Cfr. María Cristina Rosas, coord., La seguridad por otros medios. Evolución de la agenda de seguridad

internacional en el siglo XXI: lecciones para México (México: Centro de Análisis e Investigación sobre Paz,

Seguridad y Desarrollo Olof Palme y UNAM, 2011). pp. 37-53. 5 Cfr. Rosas, La seguridad .… pp. 37-39.

Cfr. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “Informe sobre Desarrollo Humano 1994”,

http://hdr.undp.org/es/content/informe-sobre-desarrollo-humano-1994, capítulo 2. (consultado el 14/03/2016). 6 Hay algunas excepciones, como el crimen organizado en el norte de México. Si siempre y en todos los casos

donde hay desarrollo hay seguridad, ¿por qué el norte de México, una de las regiones con mayor desarrollo

industrial y comercial, padece gravemente desde hace años a causa del crimen organizado?

Cfr. Rosas, La seguridad…, pp. 37-53, 77, 93.

6

nuclear7. Pero si partimos del concepto de seguridad humana, podemos darnos cuenta de

que la seguridad tiene muchas ramas y que todas se encuentran interrelacionadas.

Aplicación de la seguridad humana

Existe un extenso debate sobre las ramas que deben integrar la seguridad humana.

Por un lado, los minimalistas consideran que las políticas públicas adoptadas con un

enfoque desde la seguridad humana, sólo deben mitigar las situaciones de violencia que

ponen directamente en peligro la vida del individuo y sus derechos humanos (freedom from

fear)8, de manera que las ramas de la seguridad humana únicamente deben ser

9:

Seguridad personal.-Garantizar la vida e integridad física del individuo.

Seguridad comunitaria.-Garantizar la vida e integridad física de los

miembros de la comunidad, desde la familia, hasta grupos más extensos

como etnias o poblaciones de determinadas regiones.

Seguridad política.-Garantizar el respeto a los derechos políticos de las

personas; por ejemplo: derecho al voto, a ser representado, libertad de

expresión, etc.

La acepción minimalista de la seguridad humana ha resultado muy útil para países

como Canadá, pues es muy fácil de medir. Bastan los índices de homicidios y de libertad de

expresión para poder informar a la sociedad sobre los progresos realizados en materia de

seguridad.

Esta acepción es sobre todo de corte humanitario, pues los países que la han

adoptado la utilizan como principio rector para justificar misiones de asistencia a

refugiados en casos de guerra o desastres naturales, o bien, para justificar misiones de

mantenimiento de la paz. De hecho, la acepción minimalista de la seguridad humana es tan

7 Cfr. PNUD, “Informe sobre…”, p. 25.

8 En los estudios de seguridad, la expresión freedom from fear se utiliza para referirse a la acepción

minimalista de la seguridad humana, ello en virtud de que este enfoque busca liberar a las personas del miedo

a morir en las calles, del miedo a la represión, del miedo a ser víctimas de un delito. 9 Cfr. Rosas, La seguridad…36-62.

7

importante que de ella posteriormente pudo desprenderse el principio de la responsabilidad

de proteger10

.

La acepción minimalista es bastante amigable con los políticos, permite salir en las

fotos ayudando a la gente, es acotada y concisa, fácil para formular políticas públicas y para

rendir cuentas. Pero esta acepción tiene un gran problema, deja de lado el binomio

seguridad-desarrollo. Al concentrarse únicamente en la eliminación de situaciones de

violencia, deja de lado toda una gama de ramas de la seguridad que sí están incluidas en la

acepción maximalista11

.

La visión maximalista de la seguridad humana (freedom from want)12

es mucho más

completa, porque además de las ramas anteriores, considera pertinente para lograr su

cometido la inclusión de los siguientes campos:

Seguridad económica.-Garantizar un ingreso estable y suficiente para una

vida digna.

Seguridad alimentaria.-Garantizar el acceso a alimentos de calidad.

Seguridad sanitaria.-Garantizar una cantidad mínima de riesgos a la salud

y el acceso a servicios de salud eficientes.

Seguridad ambiental.-Garantizar el vivir en un medio ambiente limpio y

propicio para la vida.

10

La responsabilidad de proteger es un principio fundamental para el derecho internacional contemporáneo y

establece que es obligación del Estado proteger a su población contra los delitos de genocidio, depuración

étnica, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Si el Estado falla en brindar esa protección, es

obligación de la comunidad internacional ejercer las presiones diplomáticas, económicas y militares

necesarias sobre dicho Estado para forzar su cumplimiento. Si todas las medidas pacíficas fallan, entonces se

considera legítima una intervención militar para pacificar al Estado afectado.

Se trata de un concepto sumamente novedoso porque cambió el paradigma hasta entonces vigente de la

soberanía absoluta de las naciones, planteando ahora la obligación de la comunidad internacional de

reaccionar ante una situación de emergencia ante una sistemática y gravísima violación de derechos humanos.

Cfr. Oficina del Asesor Especial sobre la Prevención del Genocidio, “La responsabilidad de proteger”, ONU,

http://www.un.org/es/preventgenocide/adviser/responsibility.shtml (consultado el 14/03/2016).

Cfr. Rosas, La seguridad…, pp. 39-62. 11

Cfr.Rosas, La seguridad…, pp. 39-62.. 12

En la academia así se le llama también al concepto maximalista de la seguridad humana por aspirar a

liberar a las personas de la necesidad. No sólo busca mitigar situaciones de violencia, se preocupa por las

demás esferas del complejo ser humano.

8

Considero a la visión maximalista como la más apropiada para enfrentar el

problema del cambio climático. No sólo porque contempla la rama de la seguridad

ambiental, sino porque reconoce la íntima correlación entre sus distintas áreas y porque

sabe que el mismo problema tiene componentes de varias ramas, como veremos a

continuación con el caso de los riesgos ambientales13

.

A la acepción maximalista de la seguridad humana se le critica el ser demasiado

amplia, pero no podría ser de otra manera. Los problemas del mundo siempre han sido

complejos, sólo que ahora somos capaces de reconocer esa complejidad y actuar sabiendo

que un mismo problema requiere de la participación de varios actores para poder ser

resuelto14

.

La acepción maximalista considera las preocupaciones más esenciales de la persona:

qué voy a comer, cómo puedo salir tranquilo a la calle, a dónde voy si me enfermo, entre

otras. Es la visión más humana e integral de la seguridad, por lo que expresa de mejor

manera la unión inseparable entre seguridad y desarrollo.

Seguridad humana y el problema de la cooperación contra el cambio climático

¿Por qué dedicar tanto tiempo al análisis del concepto de seguridad humana? Por

dos razones. La primera, así como el concepto de seguridad humana reconoce la

inseparable relación entre seguridad y desarrollo, también existe una unión fundamental

entre medio ambiente y desarrollo. La economía de un país, de una comunidad, de una

familia y de una persona, no puede prosperar si hay carencia de recursos naturales.

Tampoco hay avances en materia de salud si hay un medio ambiente contaminado,

difícilmente se crearán empresas productoras que generen empleo y así sucesivamente15

.

La segunda razón por la cual analizamos el concepto de seguridad humana es

porque la interrelación entre las amenazas que aquejan a las diversas ramas de la seguridad

se traduce en la cooperación y coordinación que deben mantener distintos organismos

(ministerios, organizaciones no gubernamentales, sociedad civil) para resolver un mismo

problema, en este caso, el cambio climático.

13

Cfr. Rosas, La seguridad…,. pp. 39-64. 14

Cfr. Rosas, La seguridad…,. pp. 37-99. 15

Cfr. Rosas, La seguridad…,. pp. 110-111.

9

Sólo a través de políticas públicas y acciones colectivas formuladas desde una

perspectiva amplia de la seguridad humana conseguiremos la coordinación necesaria entre

todas las entidades con incidencia sobre el cambio climático.

Pensemos el problema a nivel gubernamental en México. La dinámica de crear

distintos ministerios para temas específicos busca lograr mejores resultados mediante la

división del trabajo. Pero si un gran huracán está a punto de golpear el país, estamos de

acuerdo en que se requiere la actuación no de uno, sino de varios ministerios colaborando al

mismo tiempo. ¿Hay una medida exacta para decir dónde terminan las funciones de la

Secretaría de la Defensa y empiezan las de la Secretaría de Marina en esta situación? ¿O las

de Gobernación, Medio Ambiente, Comunicaciones y Transportes o cualquier otra?

Por lo menos en el caso de un grave desastre natural se puede alegar que hay

medianamente una coordinación efectiva entre secretarías a través del Consejo de

Seguridad Nacional, ¿pero qué sucedería tratándose de las comunidades afectadas por la

ineficiente e irresponsable disposición de residuos? Analicemos un caso:

Linda Vista es una comunidad construida sobre un tiradero ubicado a las afueras de

Tapachula, Chiapas. El lugar es habitado principalmente por migrantes centroamericanos

que viven de la venta del material reciclable disponible en este tiradero a cielo abierto. Los

habitantes, a pesar de ya haber regularizado su situación migratoria, carecen de servicios

básicos como drenaje, agua potable, atención médica y educación. Además, diariamente se

encuentran expuestos a enfermedades gastrointestinales, respiratorias, infecciones

bacterianas, intoxicación, traumatismos…16

En México hay tres métodos de disposición final de residuos: en primer lugar,

tenemos los tiraderos al aire libre, mismos que carecen de control municipal (cualquier

persona puede lanzar desperdicios en ellos). En segundo lugar, tenemos los vertederos

municipales, los cuales sí tienen cierto control administrativo por parte de los municipios y

cuentan con algunos mecanismos para evitar la contaminación del suelo por causa de los

lixiviados (líquidos contaminantes que escurren de la basura). En tercer lugar, están los

16

Cfr. Ángeles Mariscal, “Linda Vista, el basurero que sostiene a 97 familias en Chiapas”, CNN México, 26

de mayo de 2015, http://mexico.cnn.com/nacional/2015/05/26/linda-vista-el-basurero-que-sostiene-a-97-

familias-migrantes-en-chiapas (consultado el 14/03/2016).

10

rellenos sanitarios, millonarias obras de ingeniería que controlan de manera más adecuada

la contaminación del suelo y del aire17

.

Contrario a las estadísticas del Instituto Nacional de Geografía y Estadística

(INEGI) y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se

estima que de los más de 2,400 municipios que hay en México, tan sólo el 1% de ellos

cuenta con rellenos sanitarios, mientras que el 66% opera con tiraderos a cielo abierto y un

33% con vertederos municipales. El INEGI y la SEMARNAT reportan un número de

rellenos sanitarios más elevado porque hay muchos establecimientos que se llaman a sí

mismos “rellenos sanitarios” cuando en realidad no cumplen con los requerimientos18

.

¿De quién es responsabilidad de atender a las miles de personas que viven, como los

habitantes de Linda Vista, alrededor de los tiraderos de basura? ¿Sólo es un tema de salud

pública, sólo es un tema de contaminación, únicamente es un problema del municipio?

¿Cómo podemos coordinar a las diferentes instancias para resolver un mismo problema?

Dificultades para la coordinación y cooperación entre instancias

A nivel gubernamental, nos enfrentamos, en primer lugar, a las ambiciones de los

secretarios. Invariablemente los titulares de las diversas secretarías viven una competencia

para ver qué dependencia entrega los mejores resultados, cuál tiene mayor peso para la

administración en turno, cuál tiene el favor del presidente. Si el secretario entrega buenos

resultados, su dependencia puede recibir un presupuesto más generoso y él mismo se

convierte en candidato a una buena posición en la próxima elección.

Lo mismo sucede para coordinar a las autoridades federales, estatales y municipales.

Cada uno quiere tener liderazgo en la toma de decisiones, manejar un presupuesto holgado

del que puedan salir atractivos “moches”19

. La administración pública se torna en un

escalafón de protagonismos y corrupción en donde el poder es un fin y no un medio para a

servir a las personas.

17

Cfr. Gerardo Bernache Pérez, “Los basureros y comunidades contaminadas”, La Jornada, 1 de junio de

2009, http://www.jornada.unam.mx/2009/06/01/eco-j.html (consultado el 15/03/2016). 18

Cfr. Bernache “Los basureros…”. 19

En México, cuando hablamos de “moches”, nos referimos a toda la amplia gama de actos de corrupción a

través de los cuales los funcionarios públicos se apropian de manera ilícita de los recursos del Estado.

11

¿Hay algo de malo en el deseo de superación de nuestros políticos? Por supuesto

que no, todos aspiramos a una vida mejor, pero las luchas entre funcionarios entorpecen la

de por sí complicada cooperación interinstitucional.

Otro gran problema que enfrenta nuestro país es la falta de un proyecto de nación y

de continuidad en las políticas públicas. Con cada nueva administración, el presidente

cambia a sus secretarios, y éstos a su vez a sus funcionarios, quienes cambian a sus equipos

de trabajo y así sucesivamente hasta toparnos con instituciones que mudan totalmente su

aparato burocrático y operativo cada tres o seis años, por lo que no hay continuidad en los

proyectos y decisiones adoptados por la administración pasada.

Coordinación y cooperación para la seguridad ambiental

Habiendo considerado todo lo anterior, podemos ahora delimitar propuestas claras

que permitan una mejor actuación frente al cambio climático:

¿Qué ramas de la seguridad humana pueden estar relacionadas con el cambio

climático? Si retomamos el caso de Linda Vista, podríamos decir que se involucran:

Seguridad ambiental, a causa de la contaminación.

Seguridad sanitaria, ante el riesgo inminente de graves enfermedades.

Seguridad económica, por la falta del ingreso suficiente para una vida digna.

Seguridad alimentaria, dado que el flujo de lixiviados contamina los mantos

acuíferos. Además, a mal salario, menos capacidad de adquirir alimentos nutritivos.

Pero si también consideramos otros efectos del cambio climático, como la alteración de

los ciclos hidrológicos y sus efectos a manera de tormentas y sequías cada vez más

intensas, entonces podemos añadir más ramas de la seguridad. ¿Cómo interactúa un riesgo,

como el de un huracán, con las ramas de la seguridad humana?

Seguridad ambiental.-La cantidad e intensidad de los huracanes se ha visto

afectada por el cambio climático, mismo que a su vez es causado por la emisión de

gases de efecto invernadero, fruto de las actividades humanas.

12

Seguridad sanitaria.-En una zona de desastre es necesario atender a los heridos y

retirar a los difuntos para evitar epidemias.

Seguridad económica.-Un huracán daña la infraestructura industrial, agrícola,

ganadera y comercial de la zona en la que impacta, lo que se traduce en pérdida de

bienes, empleos y necesidad de trabajo de reconstrucción.

Seguridad alimentaria.-Envío de alimento a los damnificados.

Seguridad personal y comunitaria.-El huracán puede ser utilizado como pretexto

para el pillaje y la rapiña, por lo que hay que desplegar a los cuerpos de seguridad

para mantener el orden en las comunidades afectadas. Además, puede que haya

víctimas atrapadas en lugares de difícil acceso que requieran ser rescatadas20

.

Como podemos apreciar, el cambio climático es de las pocas amenazas a nivel

mundial que presenta desafíos para todas las ramas de la seguridad humana. Al menos en

los casos de Linda Vista y del huracán, podemos reconocer la necesidad de que participen

las secretarías integrantes del Consejo de Seguridad Nacional, como: Gobernación,

Defensa, Marina, Salud, Comunicaciones y Transportes, Hacienda, Relaciones Exteriores

y demás, pero también se requieren otras instancias no contempladas en el Consejo, tales

como las secretarías de Turismo, Energía, Desarrollo Social, la CONAGUA, CFE, las

organizaciones no gubernamentales, por sólo mencionar algunas21

.

Soluciones para México

Primeramente, resulta imperativo modificar la Ley de Seguridad Nacional. El

primer gran error de nuestras políticas de seguridad, es que no están efectivamente

orientadas a proteger a las personas. A lo largo de la Ley de Seguridad Nacional,

podemos encontrar su orientación a defender al Estado mexicano y a sus instituciones,

pero nunca, en ningún apartado de dicha ley, se habla de defender a la población.

De los tres elementos constitutivos del Estado, territorio, gobierno y población, sólo

los dos primeros se encuentran resguardados por la Ley de Seguridad Nacional. ¿Es un

20

Cfr. Rosas, La seguridad…, pp. 105-126. 21

Cfr. Ley de Seguridad Nacional (México: Cámara de Diputados, 2005).

13

descuido de los legisladores, o un mensaje? La población en ciertos casos puede

convertirse en enemiga del Estado, por eso ha habido revoluciones, pero es muy peligrosa

y cruel una norma tan delicada que no guarda ni un rincón para la población entre sus

letras.

En el momento en que esta ley considere a la persona, al individuo, como el centro

y meta de las labores de seguridad en todos los campos, entonces tendremos por fin, al

menos de palabra, una legislación y una política de seguridad humana.

Una vez solucionado este desliz legal, es necesario resolver el problema de la

cooperación interinstitucional entre las secretarías de estado, las diversas dependencias

federales, estatales y municipales y la sociedad civil organizada. Hay que dar pasos tan

simples como crear oficinas de cooperación institucional, que no existen en todas las

dependencias o no reciben la atención debida.

No se trata únicamente de firmar acuerdos para salir en las fotos o de crear otro

aparato burocrático inútil. Las dependencias necesitan genuinamente abrirse entre ellas y

compartir información. Incluso puede que en términos de “escalafón político” luzca más

el trabajo en equipo bien hecho de varios funcionarios, que el mediocre protagonismo de

uno solo.

Para conseguir un entorno propicio de cooperación entre dependencias en aras a

mitigar el cambio climático, es igualmente importante dejar de marginar

presupuestariamente a las secretarías y organismos directamente vinculados al tema.

¿Por qué llevamos años destinando tantos recursos a labores de seguridad pública?

Nuestros cuerpos policiales y Fuerzas Armadas (mismas que no deberían realizar labores

de seguridad pública) han recibido generosas asignaciones presupuestales para combatir al

crimen organizado. ¿Pero, realmente el crimen organizado es la mayor amenaza que

enfrentamos como país y como humanidad?

La agenda de seguridad internacional no se integra de la suma de sus partes, es

decir, de la suma de las inquietudes de todas las naciones, sino que se establece con base

en las preocupaciones de seguridad de la potencia dominante, en este caso, de EUA. El

concepto de seguridad humana fue progresando desde 1994, pero tuvo un fuerte atraso

14

con los ataques del 9/11. En ese momento, toda la agenda de seguridad internacional

volvió a su acepción tradicional y militarista22

.

¿Todo el mundo había sido víctima del terrorismo? No, sólo EU. ¿Todos los países

del mundo se han visto siempre amenazados por el terrorismo? No, sólo algunos. Y aun

así, desde entonces el terrorismo está en el centro de la agenda de seguridad internacional,

porque la potencia hegemónica fue herida23

.

En el mundo, tan sólo 1,6 millones de personas mueren al año a causa de la

violencia de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras

que, aproximadamente 12,6 millones de personas fallecen anualmente por enfermedades

relacionadas a la contaminación ambiental24

. ¿Realmente el terrorismo o el crimen

organizado son las mayores amenazas de la humanidad?

Las grandes potencias pudieron darse el lujo de dejar el problema del cambio

climático como un tema secundario por décadas. Pero también hay países, como Kiribati,

las Maldivas, o Vanuatuo, en el Pacífico occidental, que enfrentan la extinción a causa del

incremento del nivel del mar (otro de los efectos del calentamiento global). Para estos

países, el cambio climático sí es un tema de seguridad nacional25

.

La redistribución presupuestal en favor del combate al cambio climático tiene

diversos matices, pero considero a la investigación como el rubro más importante y

crucial al que se debe dar prioridad.

La investigación es fundamental para el combate al cambio climático. Resulta muy

triste observar que organismos consagrados ella, como el Consejo Nacional de Ciencia y

Tecnología (CONACYT), han estado históricamente abandonados en cuanto a recursos.

22

Cfr. Rosas, La seguridad… p. 39. 23

En ese sentido la legislación mexicana en materia de terrorismo es, hasta cierto punto, bastante artificial.

Afortunadamente México no ha sufrido altercados con fuentes de terrorismo como el fundamentalismo

islámico. Gestos como votar en contra de la invasión de Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU, llevando

la contraria a EU, le han granjeado a México la simpatía de los países musulmanes. 24

Cfr. Organización Mundial de la Salud, “Informe mundial sobre la violencia y la salud”,

http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/67411/1/a77102_spa.pdf (consultado el 15/03/2016).

Cfr. Manuel Planelles, “La mala calidad del medio ambiente causa 12,6 millones de muertes al años”, El País,

15 de marzo de 2016,

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/14/actualidad/1457959254_712347.html (consultado el

15/03/2016). 25

Cfr. “Condenados a desaparecer, países que se hunden ante nuestros ojos” (Trad. María Lekant), Russia

Today, 27 de mayo de 2015, https://actualidad.rt.com/sociedad/171337-islas-cambio-climatico-calentamiento-

global (consultado el 16/03/2016).

15

La investigación científica nos aportará nuevos y mejores mecanismos para

aprovechar las energías renovables (en detrimento del uso de combustibles fósiles),

métodos de captación de gases de efecto invernadero26

, alternativas para el

almacenamiento y reciclaje de los desechos, etc. Apostar por la investigación es apostar

por la educación, por las universidades públicas y privadas y demás instituciones

consagradas a la producción de conocimiento.

Vale la pena recalcar que no solamente se requiere de la investigación de las

ciencias experimentales, también urge la colaboración de otras ramas del saber.

Necesitamos juristas explorando nuevos mecanismos jurídicos que aceleren el combate al

cambio climático, necesitamos filósofos alzando la voz ante la depredación de los

recursos naturales y el consumismo que lo acompaña, necesitamos politólogos,

economistas e internacionalistas formulando y negociando las políticas públicas más

eficaces para salvar nuestro planeta…necesitamos de todos si queremos seguir viviendo

en el único hogar que tenemos.

Finalmente, nuestras políticas públicas en materia de cambio climático deben dejar

de ser meramente reactivas e incluir la parte preventiva. Las fases de atención de una

amenaza son: prevención, reacción y reconstrucción. Se pueden ahorrar muchísimos

recursos si eliminamos vulnerabilidades y riesgos en etapa temprana27

.

Conclusiones

México, al igual que todas las naciones del mundo, debe apreciar el valor de la

seguridad humana por su amplitud y flexibilidad conceptual, cualidades que se traducen

en cooperación interinstitucional y resolución integral de problemas al momento de su

aplicación.

Políticas ambientales bajo la óptica de la seguridad humana no sólo atacarán el

problema del calentamiento global como un fenómeno químico y físico, sino que en el

camino mitigarán otras amenazas, por considerar toda la complejidad del ser humano.

26

Para una política integral de combate al cambio climático no sólo basta la reducción de emisión de gases de

efecto invernadero, también hay que retirar la impresionante cantidad de los mismos que actualmente se

encuentra en la atmósfera. Para más información sobre este nuevo e interesante tema recomiendo:

Cfr. Diego Villareal Singer, “Emisiones negativas: la pieza clave para la meta de los 2 grados Celsius”,

Foreign Affairs Latinoamérica, volumen 15, número 4 (octubre/diciembre 2015): pp. 23-31. 27

Cfr. Rosas, La seguridad… p. 109.

16

Atender a los habitantes de Linda Vista, a los de Kiribati, a las víctimas de un huracán,

abrir una planta de energía eólica, o cualquier otra medida destinada a contrarrestar el

cambio climático y sus efectos, siempre involucra a varias ramas de la seguridad humana

junto con actores gubernamentales y no gubernamentales.

La seguridad humana recoge la aspiración detrás de los derechos humanos, el gran

mérito jurídico y filosófico cosechado en el siglo XX, la aspiración de un mundo para las

personas, un mundo de trato digno, un mundo para ser felices.

17

Bibliografía

Bugeda, Beatriz y Alarcón, Soffia. "La COP-21: ¿parteaguas en la política climática

mundial?" Foreign Affairs Latinoamérica 15-4 (2015): 2-7.

Centro Mario Molina. s.f. http://centromariomolina.org/cambio-climatico/temas/educacion-

en-cambio-climatico/ (último acceso: 14 de Marzo de 2016).

Ley de Seguridad Nacional. (Cámara de Diputados, 2005).

Mariscal, Ángeles. «Linda Vista, el basurero que sostiene a 97 familias en Chiapas.» CNN

México, 26 de Mayo de 2015.

Oficina del Asesor Especial sobre la Prevención del Genocidio. La responsabilidad de

proteger. s.f. http://www.un.org/es/preventgenocide/adviser/responsibility.shtml

(último acceso: 14 de Marzo de 2016).

Organización Mundial de la Salud. «Informe mundial sobre la violencia y la salud.» s.f.

http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/67411/1/a77102_spa.pdf (último acceso: 15

de Marzo de 2016).

Pérez, Gerardo. «Los basureros y comunidades contaminadas.» La Jornada, 1 de Junio de

2009.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. «Informe sobre Desarrollo Humano

1994.» s.f. http://hdr.undp.org/es/content/informe-sobre-desarrollo-humano-1994

(último acceso: 14 de Marzo de 2016).

Rosas, María Cristina, coord. La seguridad por otros medios. Evolución de la agenda de

seguridad internacional en el siglo XXI: lecciones para México. México: Centro de

Análisis e Investigación sobre Paz, Seguridad y Desarrollo Olof Palme y UNAM,

2011.

Russia Today. «Condenados a desaparecer, países que se hunden ante nuestros ojos.» 27 de

Mayo de 2015.

Tudela, Fernando. "Cambio climático, un problema de todos." Foreign Affairs

Latinoamérica 15-4 (2015): 8-14.

Villareal, Diego. "Emisiones negativas: la pieza clave para la meta de los 2 grados Celsius."

Foreign Affairs Latinoamérica 15-4 (2015): 23-31.

18

Nos quemaría la vivacidad de uno de esos instantes.28

por Gustavo González Pacheco Serrato29

Viditque Deus cuncta quae fecerat, et

erant valde bona. (Gn, 1, 31)

La cuestión ecológica es uno de los grandes tópicos de la actualidad. La idea de que

el mundo podrá soportar perpetuamente el desarrollo humano se ha revelado como una

mera ilusión y ha comenzado a surgir una genuina preocupación por el cuidado y la

conservación de lo que llamamos “medio ambiente”. El esfuerzo es considerable. A las

generaciones más jóvenes, desde pequeños se nos han inculcado valores en pro de “la

ecología”; se han acordado protocolos internacionales y políticas industriales. La ecología

se ha vuelto tótem inamovible de la época actual. Nadie se atrevería a proponer

abiertamente una política de explotación o perjuicio ambiental. Y, sin embargo, mientras

escribo esto, se vive en la Ciudad de México un estado de contingencia ambiental por la

contaminación atmosférica, mínimo ejemplo de la condición en la que se encuentra nuestro

planeta. La extinción, la deforestación, la contaminación y la explotación son realidades

cotidianas producto de la acción humana sobre la Tierra. La pregunta surge: ¿a qué se debe

la contradicción? ¿Cómo es que podemos vivir esta hipocresía ambiental? ¿Cuál es,

entonces, el modo acertado en que la humanidad debe relacionarse con su medio? En este

ensayo propongo un modo de aproximación individual al entorno natural fundamentado no

en una conciencia global, sino en una característica elemental del ser humano, su capacidad

de asombro.

Ahora, considero la pregunta base para este Foro, acerca de si el ser humano debe o

no estar subordinado a la ecología, o viceversa, una pregunta viciada. En primer lugar,

28

El título se toma de un fragmento del “Cuento de dos jardines”, Paz, O. en Obra poética, México: Fondo

de Cultura Económica, 2014, p. 416. 29

Alumno del 4o semestre de Filosofía. Ganador en la Categoría: Cultura y políticas públicas sobre el medio

ambiente, con el pseudónimo “Greedos”.

19

porque no son claros los límites de lo que consideramos ecología. Lo ecológico refiere a las

relaciones que se mantienen entre el ser humano y su medio. En ese sentido, ¿por qué

habría de estar el ser humano al servicio de una relación y no a disposición de aquello con

que se mantiene tal relación, es decir, con el medio? Por otro lado, ¿es realmente necesaria

esta jerarquización en tal relación? ¿Por qué habría de estar uno subordinado a otro? En

cualquier caso, la pregunta sí apunta a una condición fundamental para la resolución de este

problema: en el fondo, es una cuestión de cómo el ser humano se relaciona. Pero, ¿con qué

se relaciona? Hasta ahora hemos hablado del medio ambiente, pero en adelante me referiré

a la relación del hombre con su entorno natural. Con esta noción quiero expresar tres ideas

básicas. Primero, hago énfasis en el pronombre personal. Es su entorno natural y no el

entorno natural porque, al considerar éste como un problema de relaciones, no podemos

perder de vista al primer relacionado, es decir, al ser humano. En segundo lugar, la

condición relacional también explica el uso de la palabra entorno; somos nosotros y aquello

que nos rodea. Por último, pretendo recuperar con el adjetivo “natural” la definición

aristotélica de naturaleza, es decir, aquel principio intrínseco de movimiento y de reposo.30

Así, el hombre se relaciona con todo aquello que se rige por su naturaleza, es decir, inertes,

vegetales, animales y, también, racionales. Se contraponen a ellos los artefactos, productos

de la actividad humana con un principio extrínseco para su movimiento y reposo.

Quiero insistir un poco más en la importancia de la interrelación existente en el

entorno natural. Aunque cada ser inerte, vegetal, animal o racional es una realidad

individual, ninguna de estas existe de manera aislada. Como ya apuntaba Aristóteles en el

capítulo tres del tercer libro de su Física, no se puede considerar el cambio como particular

a una sola realidad. En el mundo natural, siempre hay movido y moviente. Esta noción es

particularmente importante para el tema en cuestión pues justamente las relaciones

humanas con su entorno conllevan cambios o modificaciones a éste. Es cierto que la

naturaleza propia a cada cosa dispone las maneras de interactuar. El ser humano destaca,

pues tiene una capacidad de intervenir en su entorno de manera especial. De este modo, es

nuestra conducta la que más debe importarnos y preocuparnos. Hasta ahora he utilizado la

forma plural, pero mencioné que mi propuesta es de corte individual. Nadie puede ocuparse

30

Cfr. Aristóteles, Física, 192b13-15.

20

realmente más que de sus propios actos y puesto que no considero prudente universalizar,

propongo un ejercicio de reflexión individual.

Es prudente preguntarnos cómo nos hemos aproximado al entorno natural. Parece

que, por vestigios de la Revolución Industrial, concebimos todo en masa. Consideramos el

mundo en términos de cadena de producción. Reducimos la complejidad de las realidades y

las consideramos meros valores, materia prima o productos. Nos guiamos por la utilidad

que nos presenta; todo se contempla en tanto que es para algo más. Tratamos a lo natural

como artificial, pues ignoramos su causalidad interna y lo apreciamos sólo según la

causalidad final que nosotros le imponemos. Aristóteles define a lo artificial como

“productos del arte, sin tendencia natural al cambio”31

y la tragedia está en que el mundo

natural no puede ser restringido a ninguna de estas consideraciones. Vivimos un momento

de confusión, específicamente de confusión de causas; al añadir una finalidad subjetiva al

hombre, se nos escapa lo que las cosas en verdad son.

Bajo este esquema, todo se rige según su función. Un ejemplo frívolo, pero

ilustrativo es el blockbuster “Avatar”, de James Cameron. Entre otras cosas, Cameron logra

mostrar las consecuencias de la concepción utilitarista del entorno natural, encarnadas en el

sanguinario impulso explotador del hombre. Las cosas pierden su valor inherente y pasan a

tener una condición meramente transitiva. Perdemos noticia de su entidad real y les

otorgamos una condición ontológica sutil, relativa. Cuando el hombre se considera por

encima de su entorno natural, el ser de las cosas se identifica con el ser útil para el hombre.

Una de las críticas más comunes a cómo se relaciona el hombre con su entorno se

desprende de aquí. Los gritos en contra de la cultura del descarte, de la sobre explotación de

recursos renovables y no renovables y en contra del impulso consumista en general, no son

más que manifestaciones de la aberración que es considerar las cosas meramente por la

utilidad que presentan al hombre. Esta cultura de la utilidad nos ha llevado a una conciencia

general de corte pesimista. La ciencia, los medios y el entretenimiento nos proyectan, de

maneras más o menos sensatas, futuros posibles que son producto de nuestro daño al medio

ambiente. En un rango que comprende escenarios que contemplan desde cambios

considerables a nuestro modo de vida hasta certeza pesimista de la aniquilación total, basta

31

Aristóteles, Física, 192b17-18.

21

con mirar películas como “WALL-E”, “El día después de mañana” o “2012” para

percatarnos de manera gráfica de la situación en la que estamos metidos.

No quiero dar la impresión de que no se ha hecho nada en favor de la conservación

del entorno natural. Afirmar lo anterior sería mentir descaradamente. Sí se han

implementado medidas en favor de la protección de los seres y recursos naturales. El

problema es que, a mi parecer, estas medidas no implican la aproximación adecuada.

Cuando los estados, partidos políticos, empresas u otro tipo de organizaciones implementan

protocolos con el fin de fomentar la “conciencia ecológica” y las acciones en pro de un

mundo sano, lo que hacen es aplicar guías y restricciones de carácter universal que, por su

misma condición de universalidad, resultan ambiguas en el peor de los casos y ajenas en el

mejor. Entonces, ¿cómo es que debemos reaccionar ante las condiciones naturales? ¿Según

qué criterios debemos comportarnos al relacionarnos con el entorno natural? ¿Cuál es la

manera en que debemos de actuar? En primer lugar, debemos invertir la dirección en que se

piensa el problema. Dije con anterioridad que esto es un ejercicio de reflexión individual.

Pues de igual manera debe ser el principio de intelección y, por tanto, de acción en lo que a

las relaciones con el entorno natural concierne. Somos responsables de nuestros actos y, por

tanto, no podemos deducir normas universales desde principios ambiguos o ajenos. Como

señalé antes, el masificar las normas de acción llevó a la humanidad a esta situación en

primer lugar. Al revés, debemos de inferir criterios generales de acción a partir de la

interacción personal con el entorno natural. Pero, si no podemos obtener tales criterios más

que de nosotros mismos, ¿cómo hemos de lograrlo? Pues bien, aquello que debe de fungir

como principio rector en nuestro comportamiento con respecto al propio entorno natural es

la capacidad de asombro.

Aristóteles, en el primer libro de su Metafísica, al explorar sobre el inicio de la

inquietud filosófica, da algunas luces sobre qué es la capacidad de asombro y cuáles son sus

características principales. Para poder analizarlo en beneficio de mi tesis, reproduzco el

pasaje.

Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar

movidos por la admiración; al principio admirados ante los fenómenos

sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y

plateándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los

relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el

22

que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia. De

suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que

buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por alguna utilidad. Y

así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse

cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al

descanso y ornato de la vida. Es, pues evidente que no la buscamos por

ninguna otra utilidad, sino que, así como llamamos al hombre libre al

que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como

única ciencia libre, pues ésta sola es para sí misma.32

Del anterior pasaje, aunque no se refiere específicamente a la capacidad de asombro, o

thaumázein, podemos recuperar notas claves sobre ella, con la intención de lograr una

definición.

En primer lugar, Aristóteles denota que es principio de movimiento, de acción, para el

hombre. Es especialmente relevante esta primera característica, pues es un principio de

acción lo que buscamos como resultado de esta reflexión. Adelanto que es principio de

movimiento tanto práxico como poiético33

, el primero en cuanto el conocimiento que le

sigue, el segundo en cuanto a la reacción hacia el entorno, que es la que me interesa.

En segundo lugar, debemos resaltar que el hombre se puede admirar ante los fenómenos, ya

sean éstos comunes o mayores. Es relevante el reconocer que el mundo natural, lo que he

restringido al entorno natural, es en verdad el mundo fenoménico, por lo que es coherente

que sea ante el mundo natural ante lo cual podamos y debamos admirarnos.

En tercer lugar, el Filósofo nos muestra la relación vital entre admiración, ignorancia y

conocimiento. Cuando reconocemos nuestra ignorancia, nuestra falta de conocimiento, es

cuando podemos estar verdaderamente admirados de un fenómeno. De aquí se sigue la

separación de suma importancia que hace Aristóteles entre admiración y utilidad. Y ésta es

la cuarta nota que quiero apuntar: de lo que tiene su principio en la admiración, no se

puede seguir la utilidad, sino el conocimiento por sí mismo. Será esto de particular

relevancia cuando retomemos la crítica contra la concepción utilitaria del entorno natural.

Por último: el elemento liberador. Aunque no me parece intrínseco al fenómeno del

32

Aristóteles, Metafísica, 982b12-28. 33

La práxis se refiere a la perfección de uno mismo, la poésis a la modificación del mundo externo.

23

asombro, creo que es relevante el que de un momento de admiración se pueda seguir una

ciencia libre, por sí misma. A mi parecer, tendrá también un papel liberador en lo que

respecta al tema de este ensayo, pues debe ser aprovechado para desprendernos de la

confusión causal de la que hablaba anteriormente. A la luz de estas nociones me atrevo a

reconstruir una definición; la capacidad de asombro es ese principio de movimiento del

hombre que se sigue del reconocer la ignorancia ante un fenómeno.

Ya que reconocimos que la capacidad de asombro es principio de acción en el

hombre, me falta mostrar cómo se relaciona con la cuestión particular de la relación del

hombre con su entorno natural. Señalé que el origen de la actividad equivocada actual del

hombre con respecto a su entorno natural puede rastrearse a una concepción incorrecta de

las realidades naturales según criterios universales y utilitarios. Pues, recuperar la

capacidad de asombro o, más bien, permitir que rija nuestra aproximación al entorno

natural nos puede ayudar al individualizar la relación entre el hombre y su entorno,

recuperar la complejidad de las realidades y permitir la novedad continua.

En lo que se refiere a la individualización de la relación, quiero puntualizar que el

acto del asombro es enteramente restringido al individuo. Aunque múltiples individuos

puedan admirarse del mismo fenómeno, lo harán dentro de sus circunstancias y según su

condición y disposición. Por lo mismo y porque es principio de movimiento, hay una

inferencia directa en tal movimiento y en los efectos que éste tenga, sin abrir la posibilidad

de diluirse en una “acción colectiva”. Que podamos acusar una responsabilidad individual

nos ayuda reforzar la idea de que la convicción en la acción y el compromiso con el entorno

no pueden ser delegados a otros o deducidos desde un axioma universal ambiguo o ajeno.

Así, no se puede responsabilizar a entes abstractos, naciones, grupos sociales o

corporaciones desdibujadas de las consecuencias de la acción humana. Cada quien debe

tomar en consideración su propio actuar.

Cuando hablo de recuperar la complejidad de las realidades me refiero a que, bajo la

consideración universal de las cosas según el principio masificador, se han perdido los

detalles y particularidades propios de las cosas. Cuando hablamos con cuantificadores

universales, reducimos las realidades complejas a una o dos de sus cualidades,

despreciando las otras. En verdad, las realidades particulares son demasiado ricas en

detalles, pues éstos son difícilmente agotables por la intelección humana, incluso cuando

24

nos acercamos a las realidades más simples. El patrón en la distribución de las hojas y

ramas de un árbol, los pequeños movimientos de la luz en el agua o de la flama en la

hoguera, la complejidad de las rutas metabólicas o de las interacciones interplanetarias,

todos los fenómenos, al ser analizados con detenimiento, presentan un panorama riquísimo

en detalles ante el cuál sólo podemos reconocer nuestra ignorancia y actuar en

consecuencia. Jorge Luis Borges, en su poema El bisonte34

, refleja este ejercicio de manera

muy ilustrativa. En lugar de considerarlo como un bisonte y nada más, ahonda en sus

particularidades y lo relaciona con su entorno, su pasado y su futuro. La admiración y el

respeto del sujeto poético son palpables. Y es justamente esta actitud la que debemos

mantener ante nuestro entorno natural: admiración y respeto.

La novedad continua a la que hacía referencia antes, es producto de la riqueza de

detalles de la que hablaba. Sin embargo, no se reduce a ella. Como la novedad implica un

cognoscente que puede darse cuenta de ella, para que seamos espectadores de la novedad

continua es necesario que tengamos una actitud activa de atención constante. No podemos

ser ajenos a lo que nos rodea porque ser ajenos es ser indiferentes y el ser indiferentes y

ajenos es el principio para la concepción del entorno según su utilidad. Me atrevo a

adelantar una consideración más. El asombro continuo y la aproximación a la constante

novedad es una manera que tiene el hombre para trascender. En primer lugar porque, en el

mundo natural, la irregularidad, la falta de exactitud es lo más cercano que tenemos al

infinito. El ser humano tiende a reducir su pensamiento y su actuar con base en patrones

limitados, repetitivos, muchas veces geométricos, mientras que en nuestro entorno natural

las realidades nunca son exactamente iguales. Es la masificación universal contra el cuasi

infinito particular. Por otro lado, y si se me permite un breve comentario teológico, siempre

me ha parecido que el conocimiento divino no se limita a los universales, sino que penetra

hasta el último particular; enfocarnos en los detalles nos hace parecernos a la divinidad. Por

otro lado, Borges, en otro de sus poemas, apunta a que el amor nos hace ver las cosas como

34

“Montañoso, abrumado, indescifrable, / rojo como la brasa que se apaga, / anda fornido y lento por la vaga /

soledad de su páramo incansable. / El armado testuz levanta. En este / antiguo toro de durmiente ira, / veo a

los hombres rojos del Oeste / y a los perdidos hombres de Altamira. / Luego pienso que ignora el tiempo

humano, cuyo espejo es la memoria. / El tiempo no lo toca ni la historia / de su decurso, tan variable y vano. /

Intemporal, innumerable, cero, / es el postrer bisonte y el primero. Borges, J.L. Poesía completa, México:

Debolsillo, 2014. p. 394.

25

las ve la divinidad.35

Me gustaría redondear la idea. El conocer las cosas hasta su última

particularidad, resulta en amor. Así, la imagen se completa; el admirarnos de las cosas nos

lleva a respetarlas; el conocerlas, a amarlas.

Nuestra reflexión personal termina aquí. El continuo estado de asombro permite

considerar continuamente a las cosas como valiosas en función de la constante novedad que

podemos captar gracias al perenne estado de atención y admiración por ellas. Es un círculo

virtuoso; entre más nos admiremos, más atención pondremos y más elementos

encontraremos de los que admiramos. Así podremos contrarrestar la rutina, lo ajeno y lo

universalizador que nos conduce a considerar a las cosas como uniformes e indistintas.

Nuestra capacidad de asombro nos permite empezar a considerar las cosas por lo que en

realidad son, por su compuesto de materia y forma con todas sus particularidades y no por

el fin que les imponemos según nos sean útiles. Para terminar de ilustrar la situación, me

gustaría retomar el magnífico libro de Antoine de Saint-Exupéry, El principito. Aunque el

libro tiene una riqueza muy vasta, quisiera recuperar el contraste de actitudes que se puede

apreciar en dos de los fantásticos personajes con las que nuestro príncipe se encuentra; por

un lado, el hombre de negocios y, por otro, el zorro amaestrado. En primer lugar,

consideremos al hombre de negocios. Éste, preocupado sólo por acumular estrellas, no

puede apreciar la belleza de las mismas. Ellas le son ajenas y sólo representan un número

en sus cuantificaciones. Han dejado de ser valiosas por sí mismas para serlo por un fin

impuesto por el hombre de negocios. Y su pensamiento se vuelve cíclico, se encierra en sí

mismo y no se percata de lo que hace o deja de hacer con su entorno. Por otro lado,

tenemos al zorro amaestrado. Es importante decir que no es cualquier zorro, sino aquél que

ha sido domesticado por el príncipe y quien domesticó al príncipe. No es sólo uno entre

miles, sino es el zorro del príncipe. La distinción del individuo entre el conjunto universal

les permite quererse, preocuparse el uno por el otro. Algo análogo sucede entre el principito

y su rosa y justo lo contrario sucede entre el hombre de negocios y sus estrellas.

Para terminar, sólo me queda hacer un par de justificaciones. La primera es la de la

categoría que elegí para proponer este ensayo, la segunda del título del mismo. En cuanto a

la categoría, parece contradictorio que, después de defender la tesis de la capacidad de

asombro como un principio individual, lo proponga en la categoría que se ocupa de la

35

Borges, J.L. “Otro poema de los dones” en Poesía completa, México: De bolsillo 2014, p. 249.

26

cultura y las políticas públicas, dos fenómenos colectivos. Bueno, elegí esta categoría

porque, aunque la reflexión que propuse y el resultado de ella son necesariamente

individuales, es cierto que en lo que al entorno natural corresponde, todos lo compartimos

de una u otra manera. Somos parte del entorno natural de otros y lo afectamos. No podemos

alienarnos de las relaciones sobre las que tenemos responsabilidad. Es momento de actuar,

a título personal, pero todos en conjunto, al mismo tiempo.

En cuanto al título, es un fragmento de un poema de Octavio Paz, Cuento de dos

jardines, donde me parece que, como Borges en El bisonte, logra retratar de manera

exquisita el asombro posible del hombre ante la magnificencia de algo tan simple como un

instante en un jardín. Como no puedo decirlo mejor que Paz, los dejo con él.

Cuento de dos jardines

Una casa, un jardín,

no son lugares:

giran, van y vienen.

Sus apariciones

abren en el espacio

otro espacio,

otro tiempo en el tiempo.

Sus eclipses

no son abdicaciones:

nos quemaría

la vivacidad de uno de esos instantes

si durase otro instante.36

36

Fragmento. Paz, O. “Cuento de dos jardines”, en Obra poética, México: Fondo de Cultura Económica,

2014, p. 416-417.

27

Bibliografía

Aristóteles, Física, trad. G. R. de Echandía, Madrid: Gredos, 2008.

_________, Metafísica, trad. V. García Yebra, Madrid: Gredos, 1990.

Borges, J.L. Poesía completa, México: De bolsillo, 2014.

Paz, O. Obra poética, México: Fondo de Cultura Económica, 2014.

Saint-Exupéry, A. El principito, Argentina: Penguin Random House, 2015.

28

Hacia una reconciliación entre razón y naturaleza

José Alfredo Walls37

La belleza salvará al mundo

Fiodor Dostoievsky

En su más reciente encíclica Laudato si, el papa Francisco invoca el canto con el que el

santo de Asís agradecía a Dios por las creaturas y riquezas que en la naturaleza le concede a

la humanidad. Rezaba san Francisco: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra

madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores

y hierba»38

. Refiriéndose a esta Tierra que nos acoge, y en general a la creación divina y el

universo entero, el papa Francisco utiliza la expresión casa común, que no deja de ser muy

elocuente, pues resalta una postura ante la naturaleza que pocas veces se ha encarnado en la

historia. Al contrario de lo que su comportamiento sugeriría, el ser humano nunca ha

habitado en la soledad autónoma e independiente, pues siempre ha compartido y compartirá

habitaciones con los demás seres de la creación en esa casa común que constituye el

universo material y la vida que en él se desenvuelve.

A lo largo de la Historia, sin embargo, la humanidad ha desplegado un comportamiento

hacia sí misma y la naturaleza que, por sus consecuencias desastrosas, podría calificarse de

no menos que irresponsable. El origen de la actitud humana que ha producido estos efectos

sobre el mundo se puede rastrear hasta el proyecto ilustrado, como la manifestación

consciente y la cúspide de una pulsión primitiva de la razón humana: la manipulación de la

naturaleza con fines de supervivencia. Este fin sirvió de estandarte inconsciente de la

Ilustración que, en aras del progreso de la humanidad, de la adquisición de la felicidad y de

la liberación del hombre, encumbró a la razón dominadora como su instrumento predilecto.

37

Alumno de 8o semestre de Filosofía. Ganador de la categoría: Ciencia, tecnología y medio ambiente. 38

Papa Francisco, Carta encíclica Laudato si’. Sobre el cuidado de la casa común. §1.

29

En el presente trabajo pretendo conseguir un propósito triple. En primer lugar, me sirvo

brevemente de la crítica que realizan Theodor Adorno y Max Horkheimer a la razón

dominadora de la naturaleza, para comprender sus orígenes y consecuencias históricas. En

segundo lugar, reviso algunas propuestas sobre la manera adecuada y correcta de

aproximarse a la naturaleza, acudiendo especialmente a los postulados de Adorno, que

sirven de guía para la argumentación. Finalmente, en la conclusión realizo un breve

recuento de lo dicho y una reflexión acerca de qué debe considerarse como un verdadero

progreso humano.

I. La razón dominadora: Odiseo como paradigma

En su Dialéctica de la Ilustración, Theodor Adorno y Max Horkheimer rastrean hasta el

proyecto ilustrado el origen de uno los mayores excesos en que, a su parecer, ha caído la

racionalidad humana: la explotación o esclavización de la humanidad a manos de la

humanidad misma. La dominación de la naturaleza como un ideal del progreso humano ha

desembocado en nada menos que la negación del propio proyecto ilustrado sobre la

liberación de la humanidad. Así, se hace manifiesto un cierto carácter auto-contradictorio

en la realización práctica de los principios ilustrados, que desde el principio podrían estar

mal planteados o deberían cumplirse de una manera completamente distinta a como sucedió

históricamente.

En las primeras líneas de la Dialéctica, los autores expresan la meta ilustrada como la

búsqueda por «liberar a los hombres del miedo y constituirlos en señores».39

Tal ideal

implicaba el desembarazarse de todo aquello que parecía subyugar a la humanidad y

obstaculizar el progreso de las ciencias y la razón, a saber, la imaginación supersticiosa

propia de los mitos y la magia. Una manera muy ilustrativa de expresar lo anterior es con la

frase «desencantamiento del mundo», que aparece en la Dialéctica. En efecto, la Ilustración

busca despojar al mundo de todo encanto que pueda ejercer sobre los individuos para

asegurar el pleno de dominio de éstos sobre la naturaleza, que se constituye en negación del

sujeto, y así, en objeto de manipulación técnica.

El saber se erige en esta época como el ideal a alcanzarse y como el medio para elevar a la

humanidad a la cumbre que le corresponde por su superioridad moral y racional sobre la

naturaleza. La técnica será la expresión predilecta del saber que sirve para doblegar al

39

Theodor Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración, Madrid: Editorial Trotta, 1998., p. 59.

30

mundo natural y erigirse como señor del mismo, de manera que, en la forma ilustrada de

concebir al mundo, «poder y conocimiento son sinónimos»40

. La naturaleza pierde toda

aura de misterio y enigma que los mitos le reconocían, pues la Ilustración reduce todo lo

sobrenatural a la proyección subjetiva del antropomorfismo. Así, la naturaleza se descifra

mediante el saber para dominarla técnicamente con el objetivo de facilitar la consecución

de la felicidad del sujeto. La idea del progreso humano es esencial para la Ilustración,

objetivo para el que busca instrumentalizar al mundo natural. La distancia entre ambos

parece disminuirse con el creciente conocimiento que el sujeto adquiere de la naturaleza,

pero en realidad, paradójicamente, se ensancha por la alienación, pues la esencia de las

cosas se vuelve sustrato de dominio.

La razón ilustrada, sin embargo, no repara en que sus pretensiones no logran superar las de

la razón mágica, pues siguen manteniendo la confianza de dominar la naturaleza, presente

tanto en el brujo y la superstición como en el técnico y el científico. El proyecto ilustrado

no es más que otra forma de hacer mitos, realizando una mera reformulación del lenguaje

utilizado para aproximarse a la naturaleza, sin dejar de lado la pretensión de dominarla y

evidenciar su propia superioridad, pero agrava la situación al despojar al mundo natural de

toda semejanza con el sujeto, dejando de adscribirle cualquier propiedad que no sea la de

objeto a dominarse.

Adorno y Horkheimer encontraron en Odiseo la expresión mitológica de esta racionalidad

dominadora, reforzando su postura acerca de la poca originalidad del proyecto de la

Ilustración. En el héroe homérico se manifiesta una oposición perenne entre el mundo

natural y el sujeto, pues aquél le es siempre hostil e inhóspito, y Odiseo tiene que utilizar su

célebre astucia para dominar las fuerzas en cuanto divinidades naturales que le salen al

encuentro y así llegar a salvo a Ítaca:

Odiseo [...] se abandona, por así decirlo, a sí mismo para reencontrarse; la

alienación respecto a la naturaleza, que lleva a cabo, se consuma en su

abandono a la naturaleza con la que se enfrenta en cada nuevo episodio; y

la naturaleza inexorable, a la que domina, triunfa irónicamente al volver

40

Dialéctica..., p. 60.

31

él a casa como inexorable: como juez y vengador de la herencia de las

potencias de las que escapó.41

Hay un aspecto contradictorio en la razón misma que busca subyugar a la naturaleza, pues

dado que ésta parece servir al sujeto para adaptarse en el mundo natural, los seres humanos

se convierten en seres orgánicos enemigos de todo lo orgánico.42

¿Por qué el ser humano,

como ser inserto en la naturaleza, parece estar enemistado de manera originaria con todo lo

natural? Siguiendo lo anterior, se puede expresar que la razón tiene un aspecto ‘biológico’,

por llamarlo de alguna manera, el cual permite al sujeto adaptarse a las condiciones

necesarias para su supervivencia. Sin embargo, la totalidad de la razón no se reduce a la

mera transformación de las condiciones fácticas, error que la razón dominadora de la

Ilustración comete al concebir al ser humano como absolutamente superior a la naturaleza y

convertirla tanto teóricamente como en la práctica en objeto de oposición a lo humano.

Odiseo representa al sí mismo, la racionalidad universal, que se ve obligada, por las

condiciones aparentemente ineluctables, fatales e irrevocables del mundo al que se

enfrenta, a desafiarlo mediante su astucia. El episodio de las sirenas sirve a Adorno y a

Horkheimer para expresar el proceder de la razón dominadora: al atarse Odiseo al barco

para escuchar el canto de las sirenas, reconoce de alguna manera la superioridad de lo

natural, pero al mismo tiempo desafía el precepto natural: las escucha sin detenerse,

siguiendo su designio original de volver a casa.

II. Razón, naturaleza y ecología

En su breve ensayo Desde Sils Maria, Adorno transmite una curiosa reflexión que le

suscitó el avistamiento de un rebaño de vacas en Sils Maria: «Las vacas marchan con

visible agrado por los amplios caminos de las montañas, que los seres humanos han creado

sin pensar en ellas. Un modelo de cómo la civilización, que oprimió a la naturaleza, podría

ayudar a la naturaleza oprimida».43

Hemos visto que la concepción ilustrada de lo natural

como la negación del sujeto, que de manera absoluta aliena al sujeto de la naturaleza y

41 Dialéctica..., p. 101. 42

Cfr. Deborah Cook, Adorno on Nature, Durham: Acumen, 2011, p. 65. 43

Theodor Adorno, ‘Desde Sils Maria’, en Crítica de la cultura y sociedad I, Madrid: Akal, 2008, pp.

285–87.

32

convierte a ésta en un objeto de manipulación, transformación y dominio, puede llevar al

exceso de alienar a la propia humanidad de sí misma. ¿Cuál debe ser entonces la

aproximación correcta a la naturaleza?

Deborah Cook estudia la postura de Adorno en comparación con las propuestas del

movimiento de la ecología radical, para dilucidar el contenido de la Dialéctica de

Ilustración y el criterio para interpretar de manera práctica la crítica a la razón dominadora

que realizan Adorno y Horkheimer. Para Adorno, una idea del progreso que se siga

sujetando a los principios de la razón que subyuga a la naturaleza es incompatible con una

concepción emancipada del progreso humano, donde la humanidad se reconciliase con la

naturaleza.44

Es importante mencionar el hecho de que, de acuerdo con su célebre ensayo Educar

después de Auschwitz, Adorno predica como ideal de la humanidad el procurar las

condiciones vitales, sociales y prácticas para evitar la recurrencia en una atrocidad como lo

fue el Holocausto, producto de la reducción y alienación de la vida humana y no-humana a

meros objetos, que se destruyen o dañan al punto de despojarlos de toda vida, pues se les

impide todo crecimiento o desarrollo.45

La razón dominadora procede así por su deseo de

erigirse como superior a lo otro, y en la eliminación y destrucción de lo viviente satisface

su instinto primigenio de supervivencia.

La ecología radical es una corriente que podría mantener algunas semejanzas con lo que

hasta ahora se ha presentado, por lo que será de utilidad realizar un breve análisis de sus

postulados para estudiar en qué medida la necesidad de reformular la razón puede ser

concretada en la realidad práctica. La ecología radical se puede describir como un

movimiento que busca reparar el daño infligido por la humanidad tanto a la naturaleza

humana como a la no-humana46

, haciendo consciente la necesidad de reconocer la afinidad

entre la razón humana y la naturaleza. Un camino para esto es encarar el aspecto natural de

la razón que ya se mencionaba previamente, exhortando a un cambio práctico para evitar

una catástrofe ecológica.

Arne Naess, defensor de esta corriente filosófico-social, sostiene que en el reconocimiento

del sujeto con la naturaleza, aquél debe reparar en que se identifica con ella. Para esto,

44

Cfr. Cook., p. 122. 45

Cfr. Cook., p. 122. 46

Cfr. Cook., p. 122.

33

Naess defiende una concepción cuasi metafísica de la unidad elemental de todo lo existente,

noción que llegó a expresar en un debate televisado con A.J. Ayer como «All living beings

are ultimately one».47

Basado en este principio, Naess defiende que la plena realización del

individuo debe involucrar su identificación con otros individuos, incluyendo los animales,

insectos y plantas. Así, la razón pierde su primacía como criterio para determinar el lugar

del individuo humano en el mundo natural, y sentimientos como la compasión y la empatía,

producto de la identificación, se vuelven el camino del sujeto para relacionarse con los

seres naturales.48

Sin embargo, una noción como ésta puede presentar algunas dificultades. Recordemos la

posición de Adorno. El filósofo alemán, aunque concede la necesidad de reconocer lo

natural de la razón, rechazaría la plena identificación del ser humano con el mundo natural.

Basta citar un fragmento de la Dialéctica para observar las diferencias que los autores

resaltan entre los animales, parte del mundo natural, y el ser humano:

El mundo del animal carece de concepto. No hay en él palabras para

fijar lo idéntico en el flujo de lo que aparece, la misma especie en la

sucesión de los ejemplares, la misma cosa a través del cambio de las

situaciones. Si bien no carece de la posibilidad de reconocer, la

identificación se ve limitada a lo prescrito por las exigencias

vitales49

Es evidente que Adorno concede a la razón su papel diferenciador entre el hombre y los

demás miembros del género animal, pues el hombre puede distanciarse conscientemente de

la naturaleza y sentirse fuera de ella, como Odiseo al atarse para escuchar el canto de las

sirenas, participando de lo natural, pero sin ser parte de ello. La ecología radical de Naess

diluye toda diferencia entre el sujeto y la naturaleza, de manera que la razón se vuelve a

reducir a un mero producto evolutivo para la adaptación, y se pone el acento en los

sentimientos de identificación (compasión, empatía, etc.) que permiten la reconciliación

entre la humanidad y el mundo natural. Incluso, la identificación que Naess predica es

señalada en la Dialéctica como un aspecto común entre hombres y animales, limitada a las

47

Cfr. Cook., p. 123. 48

Cfr. Cook., p. 123. 49 Dialéctica…, p. 292.

34

exigencias vitales, de manera que impediría reconocer de manera plena a otros seres

humanos y la dignidad personal que poseen.

No obstante lo anterior, podemos encontrar algunas coincidencias entre una crítica a la

razón dominadora como la de Adorno y el movimiento de la Deep Ecology, encabezado por

Naess. Por ejemplo, el reconocimiento de que tanto el florecimiento de la vida humana

como la no-humana son valores deseables por sí mismos es un terreno común entre ambos.

La Dialéctica misma provee en varios fragmentos elementos que refuerzan la

reivindicación del valor de la vida no-humana como un factor práctico para erradicar la

racionalidad dominadora50

III. La belleza natural

Tal vez en la filosofía estética de Adorno sea posible encontrar una alternativa viable para

la aproximación pacífica y no dominadora ni instrumentalizante de la razón hacia la

naturaleza. En su obra Teoría estética, Adorno distingue entre la belleza del arte y la

belleza de la naturaleza, y describe la primera como producto de la racionalidad y de la

intención consciente del artista por expresar lo bello.51

La belleza natural, por su parte, se

relaciona de manera cercana con la artística por ser experimentada fuera del sujeto y no

como objeto de acción. Dice Adorno que «el abandono de los fines de la autoconservación,

enfático en el arte, está consumado también en la experiencia estética de la naturaleza.

Desde este punto de vista, la diferencia entre esta experiencia y la experiencia artística no

es tan considerable».52

Esta noción de la belleza natural sirve como puente para conceder una nueva aproximación

al mundo de la naturaleza que no sea aquella de la dominación y la subyugación. En el arte,

la actividad humana no está subordinada a la supervivencia, sino que funciona como un fin

en sí mismo.53

Respecto de este aspecto del pensamiento de Adorno, Christopher Buck

50

Cfr. Cook., p. 127. 51

Cfr. Christopher Buck, ‘The Utopian Content of Reification: Adorno’s Critical Social Theory of

Nature’, en Second Nature. Rething the Natural through Politics, Fordham: Fordham University Press,

2013, p. 135. 52

Theodor Adorno, Teoría Estética, Madrid: Akal, 2004. 53

Cfr. Theodor Adorno, Teoría Estética, Madrid: Akal, 2004.

35

señala: «When one encounters nature aesthetically, it appears to be absent of any trace of

labor, even though it has been worked upon thoroughly by humans».54

Hay entonces en Adorno una noción de praxis que supera la racionalidad dominadora del

proyecto ilustrado, aspecto que no quedaba claro ni en la mera crítica a la razón ilustrada ni

en las posibles tendencias ecologistas de su pensamiento. Así, se podría formular que para

alcanzar reconciliación con la naturaleza y superar las tensiones y destrucciones que el

desarrollo de la razón ha cometido, el ser humano debe aproximarse de manera

desinteresada a la naturaleza, como un valor por sí mismo, semejante al funcionamiento de

la actividad artística. Un ideal como éste, que podría parecer utópico, se basa en la

posibilidad de que la actividad humana no sea por naturaleza alienante, sino ausente de

violencia, que reconcilie los fines autoimpuestos de la racionalidad humana con aquellos

que la naturaleza persigue.

No hay entonces que identificarse plenamente con la naturaleza para dejar de dominarla,

como propone Naess, pues es evidente para Adorno que hay diferencias insalvables entre lo

humano y lo natural, pero tampoco se debe caer en el exceso ilustrado de la pretensión de

superioridad absoluta que se abre con la diferenciación absoluta. En lugar de ello, una

actitud más adecuada sería reconocer en la naturaleza la semejanza con el ser humano, sin

olvidar que la razón permite servirse de ella para mejorar las condiciones de vida, pero

considerándola como un objeto bello que, por serlo, merece no ser destruido.

La encíclica Laudato si’ del papa Francisco ya anticipa una aproximación como ésta desde

su mero inicio. El Cántico de las creaturas de san Francisco de Asís, que el Papa adopta

como declaración de intenciones, proclama la belleza de la creación en las coloridas flores

que la naturaleza produce. El pontífice predica explícitamente una relación de desinterés y

de estupor con la naturaleza, sin la cual «nuestras actitudes serán las del dominador, del

consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses

inmediatos».55

El santo de Asís encarnó la actitud que Adorno y el Papa han encontrado

como ideal: la naturaleza y las creaturas como un objeto de alabanza. El Papa recuerda la

54

Theodor Adorno, Teoría Estética, Madrid: Akal, 2004.. 55

Laudato si’, §11.

36

descripción que San Buenaventura hacía del fundador de la orden franciscana: «daba a

todas las criaturas, por más despreciables que parecieran, el dulce nombre de hermanas».56

Dentro del cristianismo, la alabanza de la naturaleza se dirige a Dios como su autor, pero

una actitud como la de san Francisco puede ser válida incluso para un no-creyente, pues ya

Adorno ha señalado a la contemplación y admiración de la belleza artística como una

alternativa práctica para abordar a la naturaleza. Comenzar a percibir la naturaleza de esta

manera será un primer paso para restaurar la convivencia primigenia entre la humanidad y

las creaturas naturales.

Conclusiones. Hacia una idea del progreso

Con lo dicho hasta ahora, ¿qué puede considerarse como un verdadero progreso de la

humanidad? Adorno reflexiona en varias de sus obras al respecto de esta noción, pues

constituye un elemento muy cercano a la problemática que abarca su obra filosófica;

incluso escribió un ensayo titulado Progreso, donde estudia las aportaciones de varios

filósofos sobre el tema para dilucidar el sentido del progreso. Sin embargo,

independientemente de ello, los elementos de su pensamiento delineados hasta ahora nos

permiten mencionar algunas ideas clave para concebir la noción de progreso.

En primer lugar, es evidente que se debe desechar una concepción que opone de manera

absoluta al hombre y a la naturaleza, ya sea por las figuras cerradas de sujeto y objeto, que

habrán de replantearse, o por las de señor y siervo, o sus semejantes. En segundo lugar,

podemos establecer que Adorno no promovería como una actitud ideal el movimiento

contrario, a saber, la disolución del hombre en la unidad total de la naturaleza y su

identificación absoluta con ella. La razón se erige como un obstáculo para una

identificación tal, pues permite al hombre distanciarse del mundo natural de manera

consciente y de algún modo superar la vida meramente natural que los demás seres, como

animales y plantas, no pueden rebasar por carecer de una racionalidad como la humana.

Finalmente, la última sección de mi trabajo permite adivinar una solución que, aunque a

primera vista utópica, promete reconciliar la actividad humana con la naturaleza, abriendo

así la puerta a un verdadero progreso humano que, como se veía, debe involucrar tanto el

florecimiento de la vida humana como de la no-humana. Así, una idea del progreso humano

56

Laudato si’, §11..

37

debe involucrar de manera elemental a la naturaleza y sus creaturas, no sólo como un factor

secundario, sino como verdaderos protagonistas y condiciones para el progreso humano.

Una vía como ésta tiene como fundamento la capacidad humana de actuar sin alienar su

objeto, reconociendo en él un algo impenetrable, que no puede ser manipulado ni

descifrado, y que por lo tanto posee un valor intrínseco. Aunque Adorno utiliza el término

en el contexto de su teoría estética, podemos expresar este algo como la belleza de lo

natural, que excluye la manipulación y la dominación. En san Francisco de Asís, este ideal

se encarnó de manera práctica y vivencial, actitud que el santo transmitió a la Historia en su

Cántico a las creaturas.

38

Bibliografía

Adorno, Theodor, ‘Desde Sils Maria’, en Crítica de la cultura y sociedad I, ed. por Rolf

Tiedemann y Jorge Navarro Pérez (trad.) (Madrid: Akal, 2008), pp. 285–87.

———, Teoría Estética, ed. por Jorge Navarro Pérez (trad.) (Madrid: Akal, 2004).

Adorno, Theodor, y Max Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración, ed. por Juan José

Sánchez, 3° edn (Madrid: Editorial Trotta, 1998).

Buck, Christopher, ‘The Utopian Content of Reification: Adorno’s Critical Social Theory

of Nature’, en Second Nature. Rething the Natural through Politics, ed. por Crina

Archer, Laura Ephraim, y Lida Maxwell (Fordham: Fordham University Press, 2013),

pp. 127–48.

Cook, Deborah, Adorno on Nature (Durham: Acumen, 2011).

Papa Francisco, Carta encíclica Laudato si’. Sobre el cuidado de la casa común.

39

La estafa verde: la evolución insostenible

Daniel Apiquian57

La muerte del medio ambiente se ve como algo ajeno al ser humano, en parte

gracias a que las empresas nos ofrecen opciones de consumo “responsables” que nos hacen

sentir aparentemente como si estuviéramos haciendo algo a favor de él: “nuestros coches

cuentan con tecnología dizque blue 100% eco-amigable”, “nuestros productos casi no

dañan la capa de ozono”, “el vaso en el que estás tomando tardará 50 años en degradarse

cuando normalmente lo hacen en 100”. Sin embargo, es preocupante advertir que la

adopción de estas medidas es a veces suficiente para creer que en verdad estamos actuando

de manera consciente y con una actitud socialmente responsable cuando en realidad no es

así.

El hecho de que el vaso se degrade en la mitad del tiempo oculta que lo único que se

está haciendo biodegradable es nuestra propia humanidad. Ésta es la “estafa verde”, la

evolución insostenible de las empresas que atienden la necesidad inmediata del consumidor

“ecológicamente responsable” con medidas parciales y a veces hasta fraudulentas, pero que

no ven el medio ambiente como una responsabilidad inherente a ellas, pues escinden de su

actividad su cuidado. Es decir, no lo ven como parte de ellas ni de nosotros, como un don

que como hombres hemos recibido.

Con el fin de ilustrar este problema, ha sido menester de quien redacta investigar

acerca de dos empresas que autodenominan su operación como sostenible y ecológicamente

responsable; ambas en la industria textil, ambas organizaciones internacionales con

presencia en varios puntos del globo. La comparación entre éstas, con seguridad dará luces

al concepto de sustentabilidad.

La inconsciencia de H&M y sus colecciones conscientes

El término greenwashing, no es escuchado comúnmente, ni siquiera es usado de

manera coloquial en el ámbito empresarial. Se define como: “la difusión de información

57

Estudiante de Finanzas y ganador, con el pseudónimo “El mecenas del bien”, de la categoría: “Medio

ambiente y pobreza: el impacto social de las decisiones ecológicas”.

40

falsa o incompleta por una organización para presentar una imagen pública ambientalmente

responsable” (Furlow, 2010). Antes de continuar desarrollando esta idea, resulta de magna

importancia marcar una diferencia en la terminología que se utiliza orgánicamente entre:

sustentabilidad y sostenibilidad. Para los fines de este ensayo, y pese a la polémica

alrededor de la distinción entre estos términos58

, la primera se entiende como la facultad

que tiene un objeto de mantenerse sustancialmente, es decir por sí mismo; la otra, como el

conjunto de condiciones económicas, sociales o ambientales que de manera accidental

permiten la conservación de algún objeto. La una remite a sustancia, la otra se refiere al

modo del accidente.

A principios del 2015, el gigante del fashion retail H&M lanzó su campaña

“colecciones conscientes”, con la actriz Olivia Wilde como su embajadora, con el fin de

promocionar su línea de ropa fabricada, según la empresa, con materiales orgánicos y telas

recicladas. Sin embargo, artículos publicados en diarios americanos relevantes como The

Huffington Post afirman que dicha línea nunca llegó a formar parte del inventario de los

puntos de venta en ese país (Whitehead, 2015).

El tema preocupa debido al alto nivel de percepción que tiene la empresa como una

de las más “responsables socialmente”, habiendo sido acreedora a diversos premios a la

ética empresarial59

. El hecho de que la empresa acuda a dicha estrategia para posicionarse

en el mercado de manera favorable y permanecer en la mente del consumidor como una

opción responsable de compra, no trasciende más allá de la estafa. El problema es que

H&M no está realmente comprometida con una verdadera sostenibilidad ambiental ¿Qué

quiero decir con esto? Una empresa verdaderamente comprometida con la sostenibilidad

usaría un modelo de negocios integral y no perpetuaría uno basado sólo en incrementar las

ventas y hacer más eficiente la rotación de sus inventarios, implementando la técnica tan

aclamada en la industria de la moda: la obsolescencia planeada –leer aquí la estrategia de

58

Sobre los términos de la polémica en torno a los términos sustentabilidad y sostenibilidad, puede

consultarse: Leff, E., Argueta, A., Boege, E., & Gonçalves, C. W. P. (2002). Más allá del desarrollo

sostenible: la construcción de una racionalidad ambiental para la sustentabilidad: una visión desde América

Latina. Leff, E. Ezcurra, E. Pisanty, I. Romero P.(Com.), La transición hacia el desarrollo sustentable:

perspectivas de América Latina y el Caribe, 477-576.

Dourojeanni, A. (1999). La dinámica del desarrollo sustentable y sostenible. 59

Del 2013 al 2015, H&M formó parte de la lista de Honorarios de “Las empresas más éticas del mundo” del

Ethisphere Institute. http://worldsmostethicalcompanies.ethisphere.com/honorees/

41

Apple con el iPhone es mera coincidencia–. Se preocuparía también no sólo por la imagen

que proyecta al mercado, que la premia como una de las mejores compañías para trabajar,

sino por los más de 850,000 de sus empleados que no reciben un salario justo para vivir; no

optaría por manufacturar en Bangladesh, uno de los países más pobres donde el salario

mínimo es el más bajo a nivel mundial, ni tampoco buscaría enmascarar su propuesta de

valor con medidas accidentales y pobremente accionadas60

.

Desarrollo la idea anterior: tan sólo en 2015, H&M produjo más de 600 millones de

prendas, las cuales tuvieron un tiempo promedio de vida planeado de siete días, ya que la

empresa lanza una temporada nueva cada semana, destituyendo el outfit viejo que “ya me

vieron puesto más de una vez”, o que “ya todo mundo usa y está súper mainstream”. Se

trata de caprichos vacíos que H&M está más que dispuesta a satisfacer, a expensas de miles

de horas de trabajo mal pagadas, mantos acuíferos contaminados por las sustancias que su

producción desecha y toneladas de basura que su estrategia de marketing deja en nuestra

tierra día con día; crímenes –o sacrificios, para aquellos que sufren las consecuencias– que

a pesar de todo son imperceptibles a los ojos de quienes visten sus prendas y la consideran

una empresa revolucionaria y ecológicamente amigable.

La otra cara de la moneda: Patagonia y su filosofía ambientalista

Patagonia es una empresa americana que manufactura ropa y productos de alta gama

para actividades extremas y al aire libre en general. La revista Forbes la describe como: “la

compañía de indumentaria para actividades al aire libre que no hace ningún daño” (Burke,

2010). A diferencia del caso anterior, donde la empresa aparenta ser sostenible a través de

publicidad engañosa y políticas pseudo responsables, Patagonia es la otra cara de la moneda

pues el fin con el que se creó fue un compromiso con la misión de: “fabricar el mejor

producto sin causar daños innecesarios y utilizar el negocio para generar e implementar

soluciones para la crisis ecológica” (Patagonia, 2010), o en palabras de su fundador Yvon

Chouinard: “hacer las cosas bien” (Chouinard, 2005: 74-75).

60

Fuentes relacionadas de consulta:

http://www.greenpeace.org/international/en/news/Blogs/makingwaves/hm-can-do-much-better/blog/36793/

http://qz.com/380055/hms-sustainability-report-hides-the-unsustainable-reality-of-fast-fashion/

42

Se trata de una compañía que no sólo ha establecido como su misión fabricar sus

productos de manera fehacientemente responsable utilizando algodón orgánico y textiles

reciclados, sino que además se ha creado bajo la visión de un emprendedor apasionado

cuyo compromiso consigo mismo y sus ideales han sido plasmados en una visión

empresarial revolucionaria: natural, con la doble acepción verde y humana. La empresa

presenta ventas que rebasan los US$200,000,000, un 6% de crecimiento anual sostenido

desde hace más de una década, proveedores que se han alineado a su tesis de consumo de

materia prima orgánica, más US$3,800,000 en donaciones a causas sociales y

ambientalistas, y su Iniciativa de Ciclo de Vida de los Productos, la cual exhorta a sus

clientes a “reducir, reparar, reusar y reciclar” las prendas que consumen, de tal suerte que

los invitan de manera explícita a reflexionar en el momento de la compra de cualquiera de

sus productos, repararlos cuantas veces sea posible, regalarlos y venderlos para así

reusarlos, y finalmente reenviarlos a la empresa –con los gastos de envío cubiertos por

Patagonia– una vez que se agote realmente su vida útil para su reciclaje eficiente.

En concreto, la filosofía ambientalista de Patagonia se rige bajo cinco ejes: “(1)

Llevar una vida de autoevaluación; (2) adoptar un comportamiento apropiado; (3) hacer

penitencia; (4) apoyar la democracia civil [a través del apoyo a campañas y grupos

ambientalistas]; (5) influenciar a otras compañías” (Chouinard, 2005:200). Dichos ejes

marcan una directriz clara tanto en la planeación como en la operación de la empresa,

facilitando la toma de decisiones y demostrando que puestos en práctica dichos valores

extendidos, un verdadero compromiso social y ambiental no debería estar separado de un

desempeño financiero óptimo; en palabras de su fundador: “Se puede ser excéntrico,

siempre y cuando uno sea rico; de lo contrario, es una locura”(Chouinard, 2005:160).61

El capital virtuoso: inversiones de impacto en empresas sociales sustentables

Hay una frase de un colega mío que dice: “Actúa como Gekko, se como Gandhi”,

que para quienes no conocen mucho del mundo de las finanzas o no han visto la famosa

61

Aquí, se pretende enfatizar en cómo la sociedad actual y en especial el mundo de la empresa perciben como

“excentricidad” el priorizar el cuidado ambiental o el compromiso con generar un impacto social positivo.

43

película de Wall Street con Michael Douglas y Charlie Sheen; Gordon Gekko, interpretado

por Douglas –quien ganó un Oscar por su actuación–, es uno de los protagonistas, un

inversionista despiadado e incalculablemente rico, que se ha convertido en un símbolo de

codicia para la cultura financiera con su famosa frase: “Greed… is good” (La codicia… es

buena). Por otro lado, Gandhi, líder pacifista, quien luchó promoviendo la fidelidad a los

dictados de la conciencia. Uno pudiera preguntarse: ¿qué tienen en común estos dos

personajes? Pues nada, claramente no tienen nada en común, ¿o sí? No nos preocupemos

mucho de eso en este momento, lo que sí es necesario resaltar son las cualidades de cada

uno y por qué son relevantes para este ensayo: Gekko es un estratega, un inversionista que

va más allá de lo establecido, que ve la ineficiencia como el mayor obstáculo del

crecimiento, que no espera que los demás logren por él lo que quiere, sino que lo hace él

mismo; y que busca la manera de fundamentar su actuar en la codicia entendiéndola como

la “esencia del espíritu de evolución”.

Gekko afirma que la codicia por la vida, el dinero, el amor y el conocimiento es lo

que ha sentado la pauta para el surgimiento de la especie humana como la dominante, esas

ansias por querer siempre más de “lo bueno” es lo que, en efecto, ha movido a la

humanidad en las últimas décadas y nos ha convertido en lo que hoy somos; una sociedad

evolucionada, que vive en armonía por amor a la vida y a todo lo que nos rodea y

constituye como hombres La realidad es que la codicia nos ha convertido en una sociedad

egoísta, en un mundo en el que sólo un país puede tener el dominio político, en la

humanidad que está más preocupada por qué filtro le va a poner a la foto de su venti latte

macchiato en Instagram o Snapchat y en una sociedad en la que sólo unos cuantos nos

merecemos satisfacer las necesidades básicas para la vida y darnos uno que otro lujo

“merecido” y ya si nos sobra para redondear uno o dos centavos para becar a niños en

comunidades marginadas –eso sí, sólo si hemos trascendido el argumento de que ésta es

una estrategia de elusión fiscal por parte de los dueños del súper– lo haremos “sólo por

ayudar”.

Ésa es nuestra realidad, eso es “lo bueno” para nosotros. Pero, ¿qué es lo

verdaderamente bueno? No lo puedo contestar, y no porque no lo sepa ni porque me quiera

44

escudar en el aspecto relativo del término62

–que tanto ama nuestra sociedad posmoderna–,

sino porque mi voz no tendría el mismo peso ni sería tan válida como la de Mahatma

Gandhi quien dijo: ‘Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño

en otro. La vida es un todo indivisible’. No se trata de hacer sólo un poco de bien al otro o

al medio ambiente, ni de tomar decisiones con base en causar el menor mal posible; se trata

de ser congruentes y actuar siguiendo a la razón que nos mostrará la benevolencia y la

caridad como el medio de realización de nuestra naturaleza. Tan fácil como actuar haciendo

el bien para los demás. Esto es lo que tienen en común Gekko y Gandhi, los dos luchan por

causas en las que creen fielmente y las actúan y defienden respaldados en su convicción en

ellas. Actuemos como Gekko, seamos estrategas, seamos perseverantes, luchemos por

querer siempre más de lo que es mejor; pero encontremos siempre lo mejor en donde lo

encontraba Gandhi.

Imbuir de esta filosofía a una empresa le da un sentido social y verdaderamente

humano, la hace aún mejor. Las empresas sociales son aquellas que se constituyen para

perseguir un fin benéfico para la base de la pirámide con la ayuda de un modelo de

negocios que facilita la planeación y sostenibilidad financiera de la misma –nótese que usé

el término sostenibilidad y no sustentabilidad–. El modelo es sostenible gracias a que la

empresa está generando flujo propio y no dependerá de la filantropía ni de subsidios

gubernamentales para operar ni planear en el largo plazo. Además, es sustentable ya que se

crea con un fin y un compromiso trascendental, que es el de buscar ya no satisfacer

necesidades sino resolver problemas del entorno social, de nuestra vida, la cual no podemos

separar del cuidado del medio ambiente, del “todo indivisible”.

Crear empresas que busquen resolver un problema social de manera directa y no

accidental, con un modelo de negocios sostenible en el largo plazo es la forma en la que

podemos poner a prueba nuestra sapiencia y ser congruentes con un desarrollo humano

sustentable. Algunos dirán que la solución suena un tanto fantasiosa o utópica, pero no es

algo nuevo. Por lo menos casi todos hemos oído el término “empresas sociales”, el error

está en creer que empresas como H&M son empresas sociales cuando realmente son

62

Partiendo de la objetividad del bien, relativo dice relación a alguien y querer, vivir y hacer el bien implica

una relación con un sujeto concreto.

45

empresas tradicionales que no buscan un bienestar extendido con su operación. Después

tenemos empresas como Patagonia, que si bien es una empresa impulsada por una misión

social no termina por ser una empresa completamente social; y, ¿entonces qué es una

empresa social? Para no entrar en controversia, y evitar tecnicismos, sólo digamos que una

empresa social es aquella que busca un beneficio para personas que están en situaciones de

vulnerabilidad63

, que ponen como prioridad generar un impacto social y/o ambiental

positivo y que ven la generación de riqueza tan sólo como un medio, necesario, para

cumplir la misión por la que fueron creadas. He aquí la verdadera sustentabilidad, la

procuración del bienestar ajeno en la estrategia empresarial.

Como financiero, no puedo dejar de escribir un poco sobre mi pasión en este

ensayo: las inversiones de impacto que se definen como: “la colocación de capital

(virtuoso) de forma activa en empresas y fondos que generan un impacto social y/o

ambiental positivo, y que ofrecen al menos un retorno nominal al inversionista” (Monitor

Institute , 2009). Un mercado que, se estima, alcanzará los US $500 billones en la próxima

década según estudios independientes de J.P. Morgan y Monitor Institute respectivamente;

una opción para inversionistas que buscan necesariamente crear un impacto social o

ambiental, y que consideran el impacto accidental positivo como insuficiente (The

Parthenon Group , 2010). El capital virtuoso es aquél que se invierte en causas que busquen

un beneficio duradero y significativo en la vida de las personas, apoyando industrias en el

área de salud, educación, micro-finanzas, vivienda, abastecimiento de agua en comunidades

rurales, entre otras. En palabras del Papa Francisco en su encíclica Laudato Si, son estas

acciones en las que “se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la

naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.”

(Papa Francisco, 2016) Sin embargo, a estas nuevas opciones de inversión les falta algo:

empresas sociales con modelos sostenibles que sean opciones viables de inversión. Los

recursos existen, sólo se necesitan más emprendedores sociales que provean un lugar

seguro para su implementación.

63

Generando un beneficio económico o de desarrollo ya sea en sus proveedores, en sus empleados o en sus

clientes que pertenezcan a la base de la pirámide social.

46

A call to action

Tras este análisis y reflexión del entorno actual y venidero del mundo de la empresa

y cómo es que éste impacta positiva o negativamente en su entorno más próximo y en todas

sus vertientes (económico, social, ambiental, etc.), invito al lector a reflexionar sobre cómo

las empresas que se crean sólo en la consecución de “generar riqueza” no están viendo más

allá del beneficio inmediato, el cual nunca llegará a ser sustentable en su haber “porque

cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su

preservación.” (Papa Francisco, 2016) Un mundo en donde nos hemos enfrascado en la

rutina y en los menesteres terrenales, y en el cual presenciamos a diario la degradación no

sólo ambiental sino humana y social, parece orillarnos a una desesperanza voluntariamente

aceptada y nos hace olvidarnos de lo más preciado que la naturaleza nos dio, aquello que se

tinta de ideal, se viste de perfección y que es motor de todas las acciones buenas: el amor al

prójimo y a todo lo que existe, dígase naturaleza, arte, política, etc.

Quisiera hacer una analogía, respecto a esta desesperanza frente a la vida, con la

respuesta que Sócrates da a Cebes cuando éste último le dice que el hombre cara a la

muerte se comporta como un niño temeroso frente a un fantasma. La respuesta socrática

fue que entonces era: “preciso emplear todos los días encantamientos, hasta que [éste] se

haya curado de semejante aprensión” (Fedón, 77e). Una visión filosófica en la empresa no

debe ser sólo teórica; la genuina preocupación de acompañarla de un auténtico progreso

moral debe prevalecer sobre el miedo mal infundido a la propia vida. Es por eso que hago

un llamado al que busca emprender a adoptar estos ideales como propios, ideales ya no sólo

de justicia, igualdad o libertad sino de caridad y servicio, “encantamientos” con sentido de

plenitud que nos liberarán de la “estafa verde”. Para cambiar al mundo, primero debemos

cambiar nosotros.

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