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Si Inglaterra sufriese un desastre nacional, pediría aDios que enviase un hombre del cerebro y el coraje deAdolf Hitler.
WINTSTON CHURCHILL
Carta abierta al Times (1938)
Ningún sacrificio es demasiado grande para nuestrademocracia, y menos aún el sacrificio temporal de lapropia democracia.
CLINTON L. ROSSITER
Constitutional dictatorship. Crisis government
in the modern democracies (1948)
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Somos un colectivo comunista, unacomunidad de lucha, de ideas, de afectos ycuidados. No somos un partido, porque elpartido es algo mucho más amplio:atraviesa la historia de nuestra clase, niegalas fronteras estatales, no puede reducirse aun grupo formal por grande que sea. Elpartido es el proletariado que se constituyeen clase: su memoria, su proyecto de vida.
Por colectivo comunista, entonces, queremosindicar que nos comprendemos insertos en elmovimiento real de nuestra clase hacia lacomunidad humana, que sólo puede culminarsemediante un proceso revolucionario. Es estemovimiento real al que llamamos comunismo yque se enfrenta a todas las fuerzas del capital,incluyendo a la socialdemocracia, que sereivindica a menudo bajo la bandera delmarxismo o del anarquismo.
Luchamos contra toda forma de capital—democracia, trabajo asalariado, Estado,mercancía y dinero—, contra el patriarcado y ladominación de la especie humana sobre el restode la vida en el planeta. El combate por elcomunismo supone una negación inmediata yconstante de todas estas formas de explotacióny opresión: la revolución no cambiará las cosasdel día a la noche, pero sólo puede triunfar sisupone una lucha permanente contra el valor, elEstado y el patriarcado, un combate sinmediaciones por la transformación radical de lasrelaciones sociales y la restauración del íntimovínculo de nuestra especie con el planeta. Sólopodemos terminar con un sistema que lleva anuestra extinción mediante la constitución de unnuevo modo de ser social que, a falta de unapalabra mejor, llamamos comunidad humana ocomunismo.
¿Quiénessomos?
Sum
ari
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COYUNTURA
—Podemos: manual de instrucciones
—Los muros de la democracia
—Oriente Medio: ISIS, democracia yotras formas de barbarie
PRINCIPIOS
—Contra la democracia
—El partido como Estado
—El partido como clase
HILO HISTÓRICO
—¿Antifascismo?
RECENSIÓN
—«Portugal: ¿una revoluciónimposible?»
—La Velvet: 50 años de individualismo
COMUNIDAD DE LUCHA
—GCI: «Notas sobre la democracia»
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COYUNTURA
Podemos: manual deinstruccionesLa borrachera de las ilusiones se convirtió en laresaca de Vistalegre II. Tras el reflujo del 15Mse despertó una ilusión no casual en que habíaque ser pragmático: cambiar las cosas estaba ennuestras manos. Unos compañeros avezadoshabían encontrado la fórmula mágica de lapolítica: de lo que se trataba era de llegar a lasinstituciones. Parece ser que a nadie antes se lehabía ocurrido, ¡qué genios! Podemos tenía elmanual de instrucciones de la política y, comoexplicaremos al final de este artículo, enrealidad, lo tenía.
Las ilusiones se trocaron en desilusión. Los«ayuntamientos del cambio» hacían contratos conlos compañeros de Arabia Saudí y suspetrodólares, la policía urbana de Barcelonacuidaba el buen orden ciudadano persiguiendo alos indeseables manteros (ante todo, respetar lalegalidad de la mercancía que paga susimpuestos), Carmena devuelve mejor la deudaque Botella (y todo ello con un concejal dehacienda trotskista). La dimensión fraternal de lapolítica, incluso dentro de Podemos, ha
conseguido que viejos e íntimos amigos seconvirtieran en enemigos irreconciliables. Sinembargo, más allá de la fenomenología y de losacontecimientos, que en realidad podrían serinfinitos, lo importante es entender los porqués.
Y es que, a pesar de las apariencias, Podemos noes nada novedoso. Es el viejo ropaje de lasocialdemocracia con rostros y vestidospostmodernos, en un intento de de renovar elviejo y raído vestuario obrerista por uno muchomás vistoso que obtuviera el prime time en lasnoches televisivas. Pero de lo que hablamos es dealgo muy viejo, por lo menos tan viejo como elcapital y el trabajo asalariado: la socialdemocraciacomo partido burgués para los obreros.
Nos gustaría destacar tres características queejemplifican el carácter socialdemócrata dePodemos y compañía:
—En las instituciones está la solución. Ya sesabe, con dieciocho años eres anarquista, a losveintitantos, comunista y a los cuarenta,
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socialdemócrata. En el caso de Podemos, suinteligencia anticipó la biología natural. ¿Cuálfue la fórmula mágica alcanzada? El Estado eraun ente cautivo en manos de la casta, la extremaizquierda del capital prometía pintar de rojo lacáscara decrépita del Estado; en definitiva, hacerun poco de reformas, haciéndonos creer que sepuede controlar las dinámicas impersonales delcapital. Sin embargo, nuestros valientes eintrépidos apaches en territorio enemigo fueroncapturados por las dinámicas que decíancombatir. Nada es casual. Todo era previsible. Elcapital no es una historia de buenos o malos,aunque haya buenos y malos. El capital es valorhinchado de valor, cuya base es la existencia deltrabajo asalariado. Solamente acabando con laesclavitud del trabajo asalariado podemosextirpar la catástrofe capitalista, cada vez mássalvaje. Una de las funciones del Estado esregular el movimiento de la mercancía. Noexiste ningún Estado ni Ayuntamiento bajo elreino del capital que no logre gestionar demanera eficaz dicho movimiento. Es lo quedescubrieron primero en Syriza y más tarde enesta región: la función determina el órgano.Nuestros asaltantes estatales se convirtieron enfuncionarios no sólo públicos, sino del capital.No podía ser de otro modo. Los comunistas nojuzgamos las intenciones sino los hechos. El«no» del Gobierno griego se transformó en el sía las necesidades del capital, la solidaridad conlos refugiados se trocó en los campos deconcentración más grandes del sur de Europa.En definitiva, no se puede ser alcalde de Cádiz yanticapitalista, como ha descubierto en un signode madurez (¡maldita madurez!) el máximorepresentante del Estado en la ciudad gaditana.
—En realidad sí se puede. Una de las funcioneshistóricas de la socialdemocracia es lamistificación, es creer que se pueden defender losintereses del proletariado desde dentro de lasinstituciones estatales. Por eso siempre quedabien decir que eres “anticapitalista” desdedentro del entramado estatal. Además, lasocialdemocracia siempre segrega sectores quedenuncian las supuestas traiciones de susantiguos compañeros. Frente al transversal
Errejón, el más ortodoxo Pablo Iglesias; frente aPablo Iglesias, los anticapitalistas y los autónomosde Ganemos. Pero, en realidad, en la farándulapolítica nadie traiciona a nadie. Los roles estánpredeterminados por las necesidades del capital ysus instituciones. Como explicó hace unos mesesIglesias, en la oposición tenemos que aparecercomo más de izquierdas, más radicales, más en lacalle. Sin embargo, obviamente, cuando se llega alas instituciones ese discurso perece. De lo que setrata es de ser buenos estadistas, de ser gestoresal servicio del capital. Aunque en realidad siempreestán a su servicio a través de la canalización ycontención de las luchas.
—Pero sí existen traiciones. Podemos es unamáquina de guerra electoral que trata de captarvotos del mismo modo que una empresa trata decaptar clientes. ¿Para qué? Para lo mismo quecualquier empresa, aumentar su tasa de beneficio,en este caso una parte del pastel que supone elEstado. La política es esquizofrénica, separa eldiscurso en dos: por un lado, los personajespúblicos (que se abrazan ante las luces delespectáculo mediático) y por otro los privados(que se odian, que se acuchillan a la menorocasión, que hoy te juran lealtad al mismo tiempoque organizan una facción para machacarse ycondenarse al ostracismo). La política es la guerrade todos contra todos, la guerra entre distintasfracciones que se disputan el control por unaparte del aparato del Estado. En realidad,Podemos ha aplicado perfectamente el manual deinstrucciones de la política. Ya lo explicó un viejoinglés hace unos cuantos siglos, de lo que se trataes de impedir la cooperación y el asociacionismohumano, en definitiva, la constitución delproletariado como fuerza histórica, como clase,en la perspectiva concreta de la lucha por lacomunidad humana.
Podemos no es nada novedoso.Es el viejo ropaje de la
socialdemocracia con rostros yvestidos postmodernos
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Un muro es una construcción lineal, vertical yextensa que sirve para proteger o delimitar unterreno. Los muros se presentan como un recursonecesario para defender el Estado-nación. Es laexpresión de poder de los países. Su función es lamisma que la de la democracia: atomizar alproletariado y organizarlo en falsas comunidades.Se trata de establecer un afuera y un adentro. Paraproteger la comunidad al interior de los mismos,disfrutamos de un cuerpo legislativoinquebrantable que nos permite poder vivir en lafalsedad de sentirnos libres. Este andamiaje deleyes es otra de las principales encarnaciones delpoder soberano que son las Democracias. Muros yleyes entonces posibilitan el Estado.
El sentido último de estos muros (tras siglos deasentamiento de un mercadeo globalizado), ¡quéextraño!, es la regulación de la mercancía. Cerrarun paso que el territorio muestra abierto, paracontrolar la producción y estabilidad económicade los países a través de reformas políticas.Nunca estas fronteras se han establecido paraconservar una comunidad de lucha e ideas. Sufinalidad última, ya lo hemos dicho, es la deaislar y organizar al proletariado, la de meternosen residencias particulares con más vallas ymuros que hacen de la vida un aprendizajeindividual y solitario.
En 1989, tras la caída del Muro de Berlín, había 16muros o vallas fronterizas en todo el mundo.Actualmente contamos con alrededor de 70 muros,más que en cualquier otro periodo de la historiamoderna. Es paradójico que un mundo que estácada vez más globalizado e interconectado es enrealidad un mundo cada vez más separado y ajeno.
Uno de los muros que más controversia hacausado en los últimos meses es el de EstadosUnidos. Donald Trump anunció durante lacampaña electoral que si ganaba las elecciones,construiría un muro separando Estados Unidosde México. Ante esta ocurrencia, no son pocos
los que han puesto el grito en el cielo,olvidando que ese muro ya fue iniciado por BillClinton en 1994. Parece que nos olvidamostambién de que precisamente Obama, premioNobel de la Paz, ha expulsado a alrededor de2,7 millones de emigrantes, convirtiéndose enel presidente de Estados Unidos con másdeportados bajo su mandato. Losconservadores se dedican a añadir concertinas,cuchillas o metros a los muros, pero hay querecordar que estos están continuando el trabajorealizado por los llamados progresistas. Unavez más nos vemos obligados a elegir entre lomalo y lo peor. Entre un muro a secas o unomás grande.
En el territorio dominado por el Reino de España,así como en el resto del mundo, nos hemoshorrorizado ante la idea de la construcción delmuro estadounidense. El cinismo de la situación esabsoluto si tenemos en cuenta que aquí mismotenemos las vallas de Ceuta y Melilla, vallas en lasque son heridas, humilladas y asesinadas de maneraperiódica cientos de personas. Parece que laindignación depende entonces de quién ordenaconstruir el muro y no del hecho de construirlo.
Los muros de la democracia
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Oriente Medio: ISIS, democracia yotras expresiones de barbarie
Como la acumulación capitalista, la violenciaextrema en Oriente Medio parece haberdesarrollado su propia autonomía. Los cientos deconflictos combinados con los giros constantesde alianzas entre las potencias imperialistas en lazona dejan, aparentemente, poca cabida a algoparecido a un relato coherente. Vemos cómoEEUU arma a Siria, miembro del supuesto eje delmal hasta hace dos días, así como los apoyosparciales al régimen de Assad que rápidamente seconvierten en ataques contra este. Por no hablardel Estado turco, que combate al Estado Islámicoa la vez que facilita su entrada por sus fronteras.Mención aparte merece la extraña conversión deun antiguo terrorista burgués como Ocalán, quienha abrazado milagrosamente el tan cacareadoconfederalismo democrático que es apoyado porEEUU en la zona, a la vez que por muchosllamados revolucionarios en el resto del globo.
No obstante, las democracias encuentranfácilmente un sentido para vomitárnoslo encima.Esta historia tan recurrente como repugnantemuestra a dichas potencias como la garantía delibertad y prosperidad en una zona amenazadapor el ISIS, que jugaría el papel del mal absoluto.
En este caos las democracias pacifican y dondeahora hay miseria humana y conflicto permanentemañana habrá un paraíso de libertad, derechoshumanos y meses de verano con vacaciones.
Desde un punto de vista de clase lo que ocurrees algo muy distinto. El conflicto interburgués alque asistimos en esta zona no es más que laexpresión de la descomposición lenta que sufreel capitalismo, que está pasando por encima amiles de seres humanos y que sin dudaempeorará si no ponemos remedio. Este climade efímeras alianzas revela la imposibilidad delas facciones burguesas para formar grandesbloques, como ocurrió con la Guerra Fría. Estasituación se está ampliando por todo el planetacon una virulencia inusitada.
Además, no hay que olvidar que este conflicto deintereses burgueses está precedido por elaplastamiento de las luchas proletarias que sevienen dando todos estos años en la zona. Esante el peligro de estos levantamientos ante losque ha reaccionado la burguesía. Siria es un buenejemplo de todo esto. Allí los levantamientosproletarios consiguieron desestabilizar la zona,pero la burguesía consiguió acabar con suautonomía de clase encuadrándolos en distintastrincheras de intereses imperialistas. Allí sin dudatambién se dieron carencias programáticas porparte del propio proletariado, pero esta carenciano solo es de los propios sirios, sino que ocurre anivel internacional.
Así las cosas, el proletariado debe rechazar laalianza con cualquiera de estos bandos, tiene queencontrar sus armas en la potencia histórica quesupone. Nos negamos a posicionarnos con lademocracia, con el ISIS o con ese no va más quepara algunos es el nacionalismo kurdo. Todos, sinexcepción, hacen parte de esta barbarie.
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PRINCIPIOS
Contra la democracia
La democracia no es algo distinto del capitalismo nidel Estado. Bien al contrario, se trata de uno de lospilares fundamentales de este sistema,independientemente del tipo de gobierno que aspirea regularlo. Desde la dictadura de Pinochet a losconsejos obreros durante la revolución alemana,desde el fascismo en Italia o el narco en Méxicohasta el kibutz israelí o el actual sistemaparlamentario suizo: todos estos tipos de regímenesson capitalistas y, por tanto, democráticos.
Porque la democracia no es una forma de gobierno,ni un método de toma de decisiones. Se trata de unainvariante del capitalismo, una manifestación del valorcuando consigue someter al ser humano bajo sulógica. La democracia es la organización social de losindividuos. La revolución comunista, porque suponela constitución del proletariado en clase hacia suautonegación afirmando la comunidad humana,consiste en la destrucción del individuo y de todas lasformas de separación que lo producen, que son losbasamentos mismos de este sistema: mercancía,dinero, salario, Estado, nación, democracia.
Y es que el capitalismo nace con la sangrientacreación del individuo a partir del trabajoasalariado. A través del hambre y la muerte, elcapital y sus funcionarios consiguieron romper losvínculos comunitarios que persistían en elfeudalismo y crear el átomo social que llamamosindividuo: soberano de su vida, propietario de suexistencia y libre vendedor de ambas por unsalario, el individuo nacía a la historia comoproducto necesario del intercambio mercantil. Depronto, quien era siervo de gleba y como talestaba unido a la tierra y al resto de la comunidadcampesina, con el trabajo asalariado y ladisolución de los vínculos comunitarios a travésde la generalización del intercambio mercantil, seconvirtió en trabajador y ciudadano al tiempo.
Porque en una sociedad donde la única manera desobrevivir para quien no tiene reservas es alquilarsu cuerpo, el proletario se convierte a la vez enpropietario y mercancía. Como propietario, es unvendedor en pie de igualdad ante el compradorcapitalista: conseguir un trabajo consiste en un
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mero intercambio mercantil entre uno mismo y elsalario. Trabajar —piénsese en los permisos deresidencia— lo convierte en un ciudadano más,en un sujeto de derecho cuya propiedad sobre síestá garantizada por el Estado (derecho altrabajo). Como mercancía, el proletario estáempujado a venderse una y otra vez a cambio desu reproducción (como trabajador) y de susometimiento al despotismo del capital y susempresarios, que dominan más de un tercio de sudía a día. El resto del tiempo, capitalistas yproletarios consumen, con mayor o menorfortuna, en pie de igualdad como dignosciudadanos de una patria común.
La democracia es la gestión de esta esquizofreniaen una sociedad de átomos, y también la ideologíaigualitaria que se desprende de ellaespontáneamente. Su poder es tal, que promuevela creencia de que la revolución supondrá el fin dela democracia burguesa y su superación definitivamediante la verdadera democracia: democraciaobrera o democracia directa, según qué parte delreformismo la predique, pero en cualquier casogobierno de los individuos-propietarios paraintentar gestionar la lógica automática del valor.
Pero una sociedad construida como una sumaaritmética de individuos-propietarios conlleva enrealidad unas enormes tensiones sociales, puestoque una sociedad de individuos es precisamente laguerra de todos contra todos, que se expresa enlas luchas intercapitalistas, la lucha de clases entrecapitalistas y proletarios, y la competencia entrelos propios proletarios por las migajas quequeden. Así, para mantener la separación y que eltodo no reviente es preciso generar unidad. Entonceshacen su aparición las comunidades ficticias.Algunas son mucho más estables por sufuncionalidad al sistema de dominación en quevivimos, como la nación, la raza o la religión, yotras mucho más inestables y cambiantes, comola izquierda o el fútbol, fundadas por la comunióndel consumo y renovadas una y otra vez por lasnecesidades de circulación de la mercancía.
La primera de todas, sin embargo, la comunidadficticia primigenia, es la soberanía, el mito
fundacional de la democracia, la base ideológicasobre la que se puede creer que democracia es algodistinto a Estado. Así, la soberanía se basa en lacreencia de que existe una voluntad (nacional)popular que no habla la lengua estatal, que estápor encima de todo derecho positivo y que, porsupuesto, constituye el perfecto cortafuegos delcapital cuando la intensificación de la lucha declases le pone demasiado difíciles las cosas:entonces aparece, deus ex machina, el procesoconstituyente. El Estado puede volver a nacer, lasoberanía ha sido reconstituida, la voluntad delpueblo quita el óxido a sus viejas cadenas. Pero esuna ficción, porque para existir la democracianecesita como garante al Estado, es decir, alterrorismo estatal. No existe democracia sinderecho, que establece las reglas de cómogestionar (democráticamente) una propiedad arepartir, ya sea pública o privada. La democraciaimplica Estado, derecho y propiedad. Por esonecesita siempre de fuerzas de choque: policía,ejército y a veces unos cuantos patriotasbienintencionados. Para que el todo democráticono reviente, se hacen precisas tanto la existenciade fuerzas represivas como la multiplicación decomunidades ficticias. No hay democracia másallá de la democracia realmente existente.
A estas alturas del texto, se entenderá que lo quecomúnmente se llama “democracia” es algomucho más banal: una forma de tomar decisionesigualitaria que es incapaz de remediar laseparación del capital porque parte de ella(ciudadano, voto, opinión) y que consiste enmantener la escisión entre la vida real (trabajo,consumo, vida privada) y el ritual de la asamblea odel parlamento —que para el caso es lo mismo—en que se intenta decidir cosas sobre dicha vidareal separándose de ella y, por tanto, constituyéndoseen Estado. Hablamos de que se intenta decidirporque la “democracia” presupone el trabajoasalariado y el intercambio mercantil y que, por
La democracia no es una formade gobierno, ni un método de
toma de decisiones. Se trata deuna invariante del capitalismo.
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consiguiente, es incapaz de controlar las lógicasautomáticas que se desprenden de ahí: el capital ysu subordinación de todo lo vivo a laacumulación y ampliación del trabajo muerto. Laúnica manera de acabar con el capital es que losproletarios se constituyan en comunidad de lucha,en partido, y que como tal comunidad enfrententodas las formas de separación que crea estesistema en nuestro seno.
Pero, como explicábamos antes, la lógica del valorsupone unas tensiones internas tan fuertes (luchade clases) que la democracia necesitadesesperadamente de la dictadura para subsistir.En tiempos de normalidad, esto se traduce enguerras hacia afuera para el saqueo de otrasregiones mediante el refuerzo de la identidadnacional, y en guerras hacia adentro para elmantenimiento de la paz y el orden, para larepresión de toda persona que trate de defendersu humanidad ante el capital. En tiempos dedesorden, la “democracia” deja paso a un régimendictatorial más o menos explícito: el estado deurgencia en Francia, el vacío legal de la fronteraturca con Europa, los gobiernos talibanesampliamente tolerados durante años por la“comunidad” internacional o el nazismo enAlemania, son todos ellos regímenes instauradosal mismo tiempo a causa de una pérdida decontrol por parte de la burguesía y como unintento de recuperarlo.
Estas formas de gobierno del capital, sinembargo, son inevitablemente democráticas,puesto que nacieron precisamente para mantenerla separación capitalista contra la constitución denuestra clase en comunidad. Como tales, cada unase presta con mayor o menor habilidad a lagestión de esta separación, organizándola endistintos “partidos” que negocian entre sí elgobierno de la nación —nación que, eso sí, nofalta nunca—, a través de una lucha de poder quepuede expresarse mediante las elecciones y elparlamento, la pugna de facciones en el ejército oentre las distintas dinastías o bandas criminalesexistentes en un territorio. La función determinael órgano. Sin importar la forma que tome elórgano de gobernanza del capital, éste habrá de
gestionar tanto la lucha intercapitalista como lalucha de clases que supone una sociedadregida por la mercancía. Ciertamente, no sepuede negar que el parlamentarismo hahecho gala de una gran habilidad para llevara cabo esta función, pero no esimprescindible ni más deseable que el resto.
El comunismo, sin embargo, es otra cosa.
La revolución comunista consiste en la negaciónde todas las separaciones a través de un procesoinsurreccional contra el capital y los capitalistas,contra el Estado y el trabajo asalariado, contra eldinero y la democracia. Con ella, los proletarios seconstituyen en clase formando un solo cuerpo enla defensa de un solo programa: la constitución dela comunidad humana. Esto no supone, ni muchomenos, la sumisión o el aplastamiento de lapersona bajo lo colectivo, puesto que la clase nopuede enfrentarse al capital sin la autoactividad detodos y cada uno de sus componentes, eldespliegue de la creatividad y la diversidadhumanas —aplastadas por el capital— y su puesta
EL DERECHOEl derecho presupone la propiedad privaday su garante, el Estado, en la medida en quetener derecho a algo significa tenercapacidad de acceso a un bien, concepciónque requiere que dicho bien sea privado y,por tanto, no de libre acceso. Esto seolvida, por desgracia, en el lenguaje común.La mayor depravación que se comete coneste olvido es la reivindicación de losderechos humanos, es decir, la exigencia (alEstado) de tener acceso al bien depertenecer a la especie humana y de serreconocido como tal. Esta depravación essólo semejante a la exigencia del plenoempleo, es decir, de la plena esclavitudasalariada. Por otro lado, aquí se revelacómo la sociedad de clases implica lareducción de la especie humana a la clasedominante. Así, la expresión derechos socialesse convierte en una paradoja aberrante,sólo posible en la comunidad del capital.
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en práctica contra las formas de relacionarnos quesuprimen al ser humano. La clase no es un ejércitobien disciplinado. Por ello mismo, las formasasamblearias poseen una ambigüedad quedebemos aclarar. Por un lado, son la forma en quese expresa y se ha expresado históricamente laautoactividad de nuestra clase. Son los espacios deencuentro para construir el común que se nosarrebata en la democracia. En la medida en queesto sucede, las asambleas son orgánicas a nuestraclase, no escinden el momento del hacer respectoal del decir y son por tanto órganos con una funciónrevolucionaria. Ocurre sin embargo que, por elfetiche gestionista de la democracia directa uobrera, se entiende la revolución como unacuestión de formas organizativas. Nada más lejosde la realidad. Como dice un compañero, elcomunismo es una cuestión de contenidos. En lamedida en que la asamblea sirva para frenar laacción de clase, restringiendo la actividad de lasminorías revolucionarias —que durante larevolución se componen de cientos de miles— alde la media aritmética de los miembros de unaasamblea, entonces se está obstaculizando elproceso revolucionario y se asegura que lasasambleas, como ocurrió durante la revoluciónalemana, sean el perfecto caldo de cultivo para queemerja la socialdemocracia en todo su esplendor.
Sólo quien comprende el capitalismo como unproblema de gestión y reparto, puede creer en lanecesidad de la democracia en el comunismo.Quien crea que en el comunismo existirá
propiedad a repartir, aunque sea colectiva, y portanto propietarios que habrán de reunirse paratratar la gestión de sus propiedades, puede creerque la democracia seguirá existiendo con elcomunismo, porque en tal situación,naturalmente, se necesitarán formas estatales.Pero el comunismo es otra cosa. Consiste enrecuperar la capacidad de la especie parareproducirse a sí misma directamente, esto es, sindemocracia, Estado ni mercancía. Supone laabolición de toda forma de propiedad a favor deluso, la lucha contra la apropiación privada delproducto del trabajo y, con ello, la abolición delindividuo-propietario a favor de la comunidadhumana. Con el fin de la propiedad y lamercancía, no tendrá sentido una forma deorganización que consiste en regular ambascategorías y en regular con ellas la separaciónentre los seres humanos.
El comunismo es el proceso hacia la constituciónde la comunidad humana real, donde cadapersona participa activamente y sin mediacionesen la vida de la comunidad, donde el individuo noexiste como categoría porque la vida se hace encomún y por el común, donde la democracia, portanto, es sencillamente imposible. Mientras, lasesperanzas depositadas en la democracia comoherramienta de liberación son el último obstáculoque tendrá que enfrentar la revolución comunista.Continuamos la lucha.
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Las organizaciones no se definen por lo quedeciden, se definen por su actividad cotidiana.Las organizaciones se dotan de mecanismosdemocráticos para tomar decisiones quedeterminarán sus intervenciones. Sin embargo, loque nunca se plantea son las condiciones que lasobligan a dotarse de mecanismos democráticos.Cada militante es un ciudadano y el conjunto deellos un pueblo soberano que elige una direcciónque llevará a cabo las tareas ejecutivas, decididasen una asamblea soberana que opera comoparlamento, como el poder legislativo. Pero nuncase cuestiona por qué los militantes sonciudadanos, por qué la asamblea o congreso essoberano, por qué la dirección ejecuta. Sereproduce la ideología del capital de parte a parte.El capitalismo nos delimita como individuosatomizados. Construimos las organizaciones sinromper esas separaciones. El partido másasambleario puede ser el más dictatorial, porquecuando todos estamos separados tiene que haberun tercero (la dirección, la comisión de garantías,el líder, etc.) que mantenga el orden democrático.El Estado está ya dentro. El partido democrático,así como el Estado, vive de las separaciones, pueslas reproduce, y no existiría sin ellas, pero a la vezdebe mantener las mismas unidades: el partidodemocrático vive de unir lo separado mientras lomantiene separado.
El partido democrático consigue una mayor cuotade mercado electoral o militante cuando captamás militantes o consigue más votos, pues estoposibilita su reproducción ampliada. Lareproducción ampliada es el momento en el que,del mismo modo que el capitalista necesita hacercrecer su capital, el partido necesita conseguirmás militantes o electores. Es un partido-empresaque compite con otros partidos-empresa por untrozo del pastel.
El partido-empresa basa su vida en obtener máscuota de mercado y, por tanto, pone por delantesu reproducción a la construcción de una
perspectiva emancipadora (comunista). Elpartido-empresa no se preocupa por laconstitución del proletariado en fuerza histórica,sino que trata de encuadrarlo, ya que vive de laincapacidad del proletariado de reventar lasseparaciones bajo el reino de la mercancía, a lavez que reproduce esas separaciones. El partido-empresa se piensa como el intelectual orgánicoimprescindible del proletariado, considera quedebe introducir la conciencia en él, pero no hayconciencia separada del movimiento real. Laconciencia que el partido-empresa quiereintroducir en el proletariado es la concienciaalienada del mismo.
El partido-empresa al no cuestionar laatomización en su interior rompe los lazosnecesarios para construir comunidad,compañerismo, para construir programa.Domestica la radicalidad comunista de cada unode sus militantes, pues las dinámicas democráticasfomentan la competencia tanto dentro del partidocomo hacia otros partidos, de tal modo que losmilitantes y las fracciones compiten por obtenerun mayor prestigio y reconocimiento.
El partido como Estado
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Un aspecto fundamental del capitalismo es ladesposesión constante de los medios de vida delproletariado. Es por eso que el proletariado notiene otro modo de reapropiarse de suscondiciones de vida sino a través de laconstitución de una comunidad de lucha y devida. El proletariado, por no tener nada, sólo setiene a sí mismo. En este movimiento que trata deenfrentar la desposesión permanente, en estemovimiento por la afirmación de nuestrasnecesidades, el proletariado se constituye enfuerza: a esta fuerza le llamamos partido.
Frente a la comunidad del capital, que estámediada por la mercancía, el salario, el dinero y elEstado, esto es, por cada una de las metamorfosisdel valor autonomizado, contraponemos unacomunidad basada en la fragilidad de cada uno denosotros, que nos empuja a reconocernos en losdemás para abolir las categorías del capital quenos oprimen. A esto le llamamos comunismo. Elcomunismo no es sólo un fin mesiánico para losdomingos, sino que es el medio de lucha paranuestra emancipación.
La corresponsabilidad hacia los demás, el hacernoscargo de los nuestros, el cuidado de nuestroentorno, no entendido desde las estructurasopresivas, atomizadas y patriarcales de la familia yla pareja, sino desde una perspectiva emancipadoray humana, se contrapone necesariamente a todaslas estructuras del capital. Porque el valor (y eldinero como su expresión más inmediata) mediaentre todas las separaciones, y coacciona todos losdías nuestra vida. El único modo de reventarlas esla revolución comunista. El programa queprefigura nuestra acción no es el parto intelectualde ningún erudito, sino la reapropiación de lasderrotas del proletariado en lucha por suemancipación, la reflexión de nuestras condicionesde vida comunes, el balance del movimiento realque nos guía en el presente hacia la constitución dela comunidad humana del futuro.
La propia dinámica del capitalismo provoca quehaya constantemente minorías revolucionarias quese organizan contra el mismo. Estas minorías sonparte del movimiento real del proletariado por suautosupresión; al no estar fuera del movimientoreal, su simple existencia exige que los principioscomunistas guíen su acción para hacer parte de laconstitución de una comunidad que se enfrentaradicalmente a la lógica democrática, a laatomización de los militantes, para oponerse a losgrandes hombres y genios de la revolución, asícomo a la captación de militantes y electores paraobtener una mayor cuota de mercado. Loscomunistas no captamos, no necesitamos quenadie se nombre de nuestro partido, puesreconocemos nuestro partido en cada una de lasluchas.
Nuestro partido se forja en el debate del día adía, en la camaradería, las miradas cómplices enel trabajo, en la conspiración contra los jefes, enla solidaridad entre compañeros. Se trataesencialmente de construir un común que guíe laacción, la pasión y el pensar. Se trata endefinitiva de imponer la dictadura de nuestrasnecesidades frente a la dictadura del capital.
El partido como clase
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HILO HISTÓRICO
¿Antifascismo?Frente a los lugares comunes en la izquierda, elfascismo no es el producto de lo más reaccionariode la sociedad capitalista, de sus sectoreslatifundistas y clericales, sino que es unaexpresión de la propia modernidad capitalista. Esuna síntesis enloquecida de lo más moderno de latécnica y la tecnología —no olvidemos que surgeen un contexto de guerra donde la tecnología seaplica en forma de armas químicas, aviones decombate, etc.— con la idea de una vuelta a unpasado mítico e idealizado (al Imperio romano oal pasado germánico). Por ejemplo, Mussolini erauno de los líderes más destacados del alaizquierda del Partido Socialista Italiano, llegó a serel director de su órgano central, L'Avanti, y elprimer programa del fascismo italiano (I Fasci diCombattimento) llamaba ni más ni menos que alsufragio femenino a partir de los 18 años, alsecuestro de todos los bienes de lascongregaciones religiosas, lucha por la jornadalaboral de 8 horas, la edad de jubilación a los 55,al control obrero de la producción… Esteprograma, al mismo tiempo, se alimentaba deconsignas nacionalistas e imperialistas acerca de lagrandeza de la Nación italiana.
El fascismo es inseparable de la I Guerra Mundialy del apoyo (que también dieron sectoresmayoritarios de la socialdemocracia internacional)a la entrada de Italia en dicha contiendaimperialista. El estallido de la revolución en Rusiaen 1917 impulsará una oleada proletaria mundialque encontrará algunos de sus centros másimportantes en Alemania e Italia. La revoluciónserá derrotada en estos países gracias a la actuaciónde la democracia parlamentaria y lasocialdemocracia que, en alianza con losprecedentes del nazismo y con los fascistasitalianos, asesinará a más de cien mil comunistas yanarquistas alemanes entre 1918 y 1921. A partirde esta derrota es cuando el fascismo —y luego elnazismo— aumentará su influencia y peso político.
Todo ello gracias a la financiación proporcionadapor los capitalistas más importantes de Italia alfascismo, que mientras tanto organizaba escuadrasparamilitares para asaltar las sedes de los partidos ysindicatos de izquierda. Mussolini se presentócomo aquél que podía, al mismo tiempo, unificarun aparato político fragmentado, disperso y enconflicto continuo por los efectos que aúnperduraban de la I Guerra Mundial, y frenar elasalto proletario y comunista. Salvando lasdistancias, el nazismo alemán y Hitler se ofrecierontambién como los salvadores de la estabilidad yunificación del Estado alemán.
Un comunista italiano, que luchó encarecidamentecontra el fascismo, llegó a decir una frase tan lapidariacomo «lo peor del fascismo son los antifascistas».Esto hay que explicarlo: los comunistas obviamenteestamos en contra del fascismo, pero también, y noen menor medida, del liberalismo, de la democracia,etc., en definitiva, del capital como relación social. Elantifascismo supone olvidar, y obviar, esta premisabásica para combatir un supuesto mal absoluto quehay que combatir aliándose entonces con el resto dela burguesía liberal y democrática. Es decir, suponeuna pérdida de la perspectiva de nuestra clase quelucha por su emancipación radical y, de ese modo,acaba por quedar atrapada dentro de los conflictosinterburgueses.
¿De qué conflictos estamos hablando? Hablamosde la subalternidad del movimiento obrero a laburguesía rusa encarnada por Stalin, que no sóloejecutó a 750.000 personas en el Año del GranTerror —entre 1937 y 1938— en la ex URSS,sino que en España, por ejemplo, durante losaños de la revolución y la contrarrevolución sededicó a exterminar por doquier revolucionarios
Ya no se trata de luchar contra elcapitalismo, sino luchar por un
capitalismo más humano.
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anarquistas y comunistas tras las jornadas demayo de 1937. O las potencias aliadas ydemocráticas durante la II Guerra Mundial quetuvieron actuaciones tan destacadas como las delImperio británico en la India, donde por los“esfuerzos de guerra” murieron de hambrunasmillones de personas. «Los indios se reproducencomo conejos» fue la respuesta de un antifascistailustre como Churchill. Hablamos también de losbombardeos a las ciudades alemanas contrapoblación civil que ocasionaron la muerte decientos de miles de mujeres y hombres, por nohablar de Hiroshima, Nagasaki o el menosconocido, pero no menos mortífero, bombardeocontinuo contra Tokio. La subalternidad alantifascismo supuso todo esto.
Por lo tanto, el fundamento del antifascismoconsiste en resistir al fascismo a partir del apoyo ala democracia; ya no se trata de luchar contra elcapitalismo, sino de luchar por un capitalismomás humano, libre de fascistas. Es decir, significala derrota de la imaginación concreta delcomunismo, de una comunidad humana libre delEstado y la mercancía. Supone, por ende,acostumbrarnos a la catástrofe capitalista
continua e inevitable, como un mal necesario.Desde la II Guerra Mundial han muerto más de50 millones de personas en conflictos bélicos. Elfundamento del antifascismo suponeacostumbrarse a todo esto, a vivir en “el mejor delos mundos posibles”.
¿Qué tiene de actual esta reflexión? Vivimos unaépoca de descomposición y colapso delcapitalismo que está suponiendo el ascenso defuerzas que, si bien no son fascistas, expresandinámicas reaccionarias como las encarnadas pordistintos populismos de derecha a la búsqueda dechivos expiatorios (emigrantes, mujeres,homosexuales, etc.) a los que culpar de la crisisdel capital. Pretenden unificar el caos del capitalpor medio de la exclusión. Hoy, como en los añostreinta del siglo XX, la lucha contra el populismode derechas no se puede hacer en nombre delantipopulismo, sino desde un anticapitalismoradical, es decir comunista, donde el proletariadose afirme como clase y por ende como partido,luchando contra el origen del colapso social yecológico, el capital y su dinámicaenloquecidamente impersonal.
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El libro de Phil Mailer es, antes que nada, uno deesos textos que están escritos desde elcompromiso comunista, desde las tripas, lacabeza y el corazón, desde lo que significa laexperiencia del desborde de las luchas, del gozode sentir a un desconocido como un hermano,desde la ilusión de una apuesta común y colectivapor la que se está dispuesto a dejarlo todo.
La narración comienza con el golpe deEstado que lleva a cabo una serie de gruposorganizados en el ejército, especialmente elMovimento de los Capitanes, que es ungrupo de oficiales de distintas tendenciasizquierdistas vinculadas a organizacionescomo el PS, el PCP y grupos maoístas. Sibien con el golpe se produce unaimportante autoactividad de nuestra clase,no es hasta el intento de golpe militar demarzo de 1975 y la respuesta organizada delproletariado frente al golpe, cuando seempieza a vislumbrar un proceso deantagonismo de clase más agudo, marcadopor ocupaciones de tierras en el campo y defábricas en la ciudad, así como laconformación por parte del proletariado deestructuras autónomas de clase para lacentralización de sus luchas, como serán lasdiferentes coordinadoras de los comités defábrica (enfrentados a los sindicatos), debarrios, etc.
Si hay algo de especial interés en la revoluciónportuguesa es el papel que jugó el ejército comogarante del proceso revolucionario, así como delrégimen político que la burguesía trató deinstaurar: la democracia parlamentaria. El ejércitopasó a condensar en su interior todas lascontradicciones sociales, siendo el respaldo decada uno de los seis gobiernos que se sucedieronhasta el golpe de noviembre del 75 que estabilizó
el panorama político y social. El ejército,encabezado por el MFA, y sus formas deorganización, fue el que garantizó las relacionessociales capitalistas del momento, el aparato queunió lo separado. La democracia existe comosituación social de las separaciones que genera elcapital, aunque esto no se exprese formalmente,como se vio en Portugal. A causa de sulegitimidad social, el ejército jugaba un doblepapel en la revolución portuguesa, ser el órganoen el que se disputan y se concilian lascontradicciones interburguesas (que seagudizaban por la presión del proletariado) y serasimismo la herramienta de disciplinamiento delorden capitalista.
Igualmente, nuestra clase no fue capaz deliberarse de la ideología democrática, y por tanto,de cuestionar la necesidad del ejército comogarante del proceso revolucionario. De estemodo, no se emprendió el paso necesario de ladestrucción del Estado y de todas sus expresionesdemocráticas, sino de su reforzamiento pormedio de estatalizaciones. Dar ese paso hubierasupuesto tomar las medidas necesarias paraempezar una guerra social (también armada),llamar a la deserción a los soldados y lucharcontra todas las instituciones del Estado, laprimera de ellas, el ejército.
RECENSIÓN
«Portugal: ¿unarevoluciónimposible?»
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Este año se cumple el 50 aniversario del Veranodel Amor, cuyo surgimiento marcó el apogeo deun movimiento musical y cultural hippie querecogió algunos ideales como que la vida noestuviera subordinada al trabajo o que el amorfuera algo más que el paso anterior almatrimonio. Muchas bandas de la escenapsicodélica de los 60 formaban parte de estemovimiento, con todas sus limitaciones puestoque en ningún caso cuestionó el capitalismo, peroque intentaban imaginar un mundo nuevo conuna perspectiva comunitaria.
Frente a este movimiento, situamos la publicacióndel álbum The Velvet Underground & Nico enmarzo de 1967, después de casi un año buscandoun sello discográfico que quisiese comercializar elálbum, Verve Records en este caso. En unos añossesenta en los que se reivindica la profundanecesidad de la comunidad, surge The VelvetUnderground como oda al individuo.
The Velvet Underground nace en 1964 cuandoLou Reed conoce a John Cale. El nombre de labanda hace referencia al título de un libro sobresadomasoquismo de Michael Leigh. Andy Warhollos conoció cuando les vio tocar en un localllamado Café Bizarre y pensó que podrían encajaren The Factory, ya que se alejaban mucho de lanorma psicodélica y hippie del momento. Warholimpuso la presencia de Nico en contra de laopinión de Lou Reed. Nico era una modeloalemana que tenía todo lo que en The Factorybuscaban para la banda y que ofrecía «algo a loque mirar» en The Velvet Underground.
Entendiendo la democracia como la gestión delos individuos separados unos de otros, TheVelvet Underground es una de lasrepresentaciones más claras que podemosencontrar de esta atomización.
The Velvet Underground & Nico promovía huir de larealidad ensalzando el individualismo más férreo,la bohemia más nihilista y un consumo de drogas
siempre dirigido a disfrutar de la atomización.Todo esto sumado a una tremenda complejidaden su música, siempre en busca de sonidosextraños o directamente mal sonantes, como laviola de John Cale y sus sonidos chirriantes enHeroin, sólo a la altura de algunos oídos. No escasual que Cale fuera un estudiante de músicaclásica muy influido por La Monte Young,compositor estadounidense de músicavanguardista. El hacer de la separación una rarezamercantilizada que distingue a los que laconsumen fue algo siempre promovido por AndyWarhol, aunque la separación sea la condena a laque estamos sometidos las personas en nuestrasvidas atomizadas bajo el reino de la mercancía ysu reproducción.
Brian Eno dijo en una entrevista que todos losque compraron uno de los 300.000 ejemplarescomenzaron una banda. Nosotros, frente a lalógica meritocrática y elitista de aquellos“elegidos”, anteponemos la música en un sentidocomunitario, como banda sonora de lacomunidad humana, donde no hay grandeshombres que transmiten su sabiduría a unospocos elegidos. Frente a la lógica democrática queorganiza la separación de los “preparados”, lasencillez de los sin nombre.
La Velvet: 50 años de individualismo
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COMUNIDAD DE LUCHA
GCI: «Notas sobre lademocracia»«La democracia no es simplemente una cuestiónde votos, de mayorías, de gobierno libre o dedecisiones colectivas, por la misma razón que elcapital no es una simple suma de dinero o unconjunto de máquinas..., como dice la ideologíadominante. Nosotros, que luchamos con todasnuestras fuerzas contra la sociedad presente,tenemos una comprensión histórica y social muydiferente del capital, de la democracia (así comode muchos otros "conceptos", como "valor","proletariado", "dinero", "partido", "modo deproducción").
[...] En la esfera política de la decisióndemocrática se afirman exactamente las mismasficciones que en el mercado, porque no son otracosa que un subproducto o, si se quiere, sureflejo: todos son libres e iguales de decidir tantoen el voto como en el supermercado. La opinióny el voto, la compra/venta, no son más que laexpresión del ser atomizado comprando,vendiendo. La ilusión de la realización del "serhumano" como ser mercantil y como demócratadecidiendo libremente es la misma. Con eseimpotente social, que es elconsumidor/ciudadano, se realiza ladeshumanización total del ser humano, comomónada separada de toda humanidad verdadera,como individuo sin ningún tipo de comunidadhumana. La comunidad del individuo atomizadosólo puede ser comunidad ficticia. Por eso, laverdadera comunidad humana solo puede surgircomo contraposición al individuo, comocomunidad de lucha contra la explotación yopresión. Y por ello como abolición de lademocracia.
[...] Toda oposición entre democracia y dictadura,entre violencia de Estado y democracia, es unailusión ideológica, fomentada por el capital y elEstado, promovida por la dictadura democrática
efectiva del capital; y no resiste al más mínimoanálisis histórico. Dicha oposición parte siemprede ignorar la realidad social de la democracia,dado que en la misma es imposible negar elterrorismo de Estado como fundamentohistórico. El formalismo político (el análisisexclusivamente político de la democracia, como sino tuviera nada que ver con la propiedad privaday la dictadura y sólo fuese una forma de decidiropuesta a otra), es la clave de la falsificación, de latrampa en que nos meten cuando se opone ladictadura a la democracia.
[...] Nada más lógico, pues, que la ideologíadominante reduzca la democracia a sus aspectospolíticos y hasta a los electorales. Es coherentecon la apología de que en la democracia todosson libres de decidir. En realidad, se oculta aquíque la realidad histórica y social de dicha libertadde decidir es la separación histórica del serhumano de sus medios de vida (¡expropiaciónque nunca termina, porque es esencial al capital:empezó hace muchos siglos pero hoy continúacon la mayor violencia y terror estatal conocidosen la historia!) y que el verdadero sujeto de ladecisión es siempre la propiedad privada y susdeterminaciones. Nos esconden que la fase actual,en que esas manadas de mónadas "deciden"libremente, en profunda soledad, unificadas porficciones varias y siempre renovadas (por el terrordel Estado), constituye en realidad el resultado dela deshumanización total del ser humano (lacomunidad es la verdadera esencia del serhumano). En fin, nos ocultan que quien decide endemocracia no es el ser humano sino la dictadurade lo económico, la dictadura de la ganancia delcapital».
GRUPO COMUNISTA INTERNACIONALISTA
Comunismo nº65
El viejo mundo va a desaparecer.Después de París, el mundo entero.Los obreros sin Dios, sin amo,autogestionan la ciudad.
Son las cinco de la mañana.El nuevo mundo se despierta.Son las cinco de la mañana.No volveremos a tener sueño.
JACQUES LE GLOU
Il est cinq heures (1968)
1 . Germinal no es una novela de Zola.
2. Germinal no es un mes en el calendario
jacobino.
3. Germinal es el comienzo, el fruto inmaduro, la
semil la que espera paciente la l luvia. Germinal
es la actividad de toda persona comunista.
4. Porque toda persona comunista es un germen
oculto en la tierra. Porque toda persona, sea o
no comunista, está sola, separada del resto en
esta sociedad —lo que el Estado ha unido en su
inmenso vacío, que sólo lo separe el capital .
5. Germinal es un espacio denso, la semil la que en
los tiempos de la separación guarda el hi lo
histórico, la tensión emancipatoria que
atraviesa la humanidad y conecta pasado,
presente y futuro cuando la especie lucha.
Germinal es la memoria de la especie y su
proyección hacia la vida.
6. Germen es también la persona comunista en el
cuerpo del capital y del Estado. Somos un
agente patógeno, la hermosa enfermedad que
lo destruirá por dentro.
7. Las personas, separadas hoy entre nosotras por
el capital , unidas por esa máquina l lamada
Estado que produce en cadena excrementos
individuales, somos como la tierra que se
deshace en la mano.
8. La revolución es la l luvia: con el la las personas
se hacen clase construyendo su propia unidad.
En el la la clase se construye contra el Estado.
Por el la la clase disuelve la comunidad del
capital y se niega como clase en la comunidad
humana.
9. En la revolución la persona comunista ya no es
germen, sino un brote que crece y se extiende
irredento sobre el mundo.
10. Donde antes había acero y cemento, mañana
habrán germinado los árboles: sus raíces
sostendrán la tierra.