impacto de la_tecnologia
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Impacto de la Tecnologìa
En la nueva era del capitalismo cultural, los campos magnéticos y la electricidad
se convierten en receptáculo de la memoria: son capaces de albergarlo
todo, de recordarlo todo. Estamos ante un mundo digital cuyas fronteras se
oscurecen, donde religiones e ideologías se desvanecen en el aire.
Cuando las máquinas empiezan a convertirse en ídolos, la catástrofe
social no está muy lejos. La vida privada y pública se enfrenta en el ciberespacio.
La memoria es algo más que un conjunto de proteínas y una serie de configuraciones neuronales. En todo caso, una concepción material de la
memoria explicaría sólo una parte de la cuestión, Existe una memoria individual –que sí depende de las
configuraciones proteínicas- y una memoria colectiva –que no depende
en absoluto de la bioquímica. Sin embargo la memoria colectiva sirve para crear la identidad colectiva, la
pertenencia a un grupo que se remonta al pasado. El hombre, a lo
largo de la historia, fue construyendo herramientas para el pensamiento.
En la prehistoria, por medio de la caza y la recolecta, el ser humano entraba en forma inmediata en posesión de
los bienes deseados. La memoria oral dio origen a la mitología y a la
religión. Siglos después, la agricultura introdujo un sistema de vida que depende de la sucesión de las estaciones. De la misma manera,
la escritura intercala un intervalo considerable entre la emisión y la
recepción de los mensajes, establece la comunicación diferida. Pero en su
primer momento, su función es primordialmente administrar la tierra
y sus productos.
Con ella aparecen las fechas y los archivos, las listas de observaciones y
las tablas de cifras; con el tiempo, también aparecen los códigos
legislativos, los sistemas filosóficos y la crítica de esos sistemas. Así como el pensamiento basado en categorías y abstracciones, muy diferente de la cultura oral, basada en situaciones concretas y en personificaciones. La
escritura, albacea infiel de la auténtica memoria, se convierte así en la
raíz del olvido.
Siglos después, la imprenta permite romper las cadenas de la tradición,
las ataduras de la doble dictadura de la Iglesia y de las monarquías. Un
mundo dominado por la imprenta es centrífugo: su información está extendida por todo el mapa. La
prensa distribuye libros, periódicos, documentos, boletines, leyes y órdenes escritas a lo largo del
espacio, y ha de repetirse mucho para llegar allí donde se necesita.
La tecnología ha producido cambios fundamentales en la civilización, como
hicieron el fuego, la agricultura, la rueda o la imprenta en la siguiente
revolución industrial. Desde la aparición del telégrafo, esta fuerza
invisible no ha parado de contraer el espacio, de reducirlo hasta convertirlo
en un punto. En el contexto de la ciudad moderna, la casa, espacio
tradicionalmente privado, gracias al impacto de las nuevas tecnologías comunicativas, ha ido objeto de la invasión del poder público, quien
interviene, en particular, a través de la radio, la televisión y la Internet.