imagenes utopicas de america.pdf

Upload: mundoblake8997

Post on 12-Apr-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    1/13

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    2/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    142 Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    La literatura latinoamericana presenta variadas imgenes de Amrica que constituyennodos ejes de irradiacin que permiten trazar genealogas, construir corpus, abrir

    horizontes de lecturas. Cmo pensar, entonces, el objeto Amrica en su literatura?Su abordaje puede ser ms amplio si se considera la multiplicidad de temas, problemas,cuestiones crticas que suscita. Dentro de la posible variedad de imgenes este trabajo

    propone una indagacin sobre cmo Amrica ha sido construida por su literatura a partirde un punto inicial: la utopa, su reversin en la literatura contempornea y eldesencanto producto de la violencia.

    Desde sus inicios, Amrica es producto de la escritura donde las imgenesutpicas presentes en su construccin imaginaria disean una red de textualidades que

    permiten hacer un recorrido diacrnico en pos de dicho punto nodal. La imagen utpicaque inaugura la primera mirada sobre el continente es la de Cristbal Coln en su

    Diario de viaje. Desde all, el tpico de la utopa como construccin literaria de

    Amrica atraviesa obras, autores y tiempos, hasta llegar a la ficcin ms consagradasobre la identidad latinoamericanaCien aos de soledadde Gabriel Garca Mrquez.En 1516 Toms Moro public Utopa, un texto de carcter filosfico imbuido

    del espritu humanista del Renacimiento en el que recupera la cultura grecolatina y se veinfluido por los tpicos de la ciudad ideal tratados por Platn y Cicern.Su personajecentral, el viajero que narra su experiencia en UtopaRafael Hitlodeoha viajado conAmrico Vespucio y ubica la Isla de Utopa en el Nuevo Mundo. A lo largo de los doslibros que forman el relato de Hitlodeo se describe el funcionamiento, desarrollo yorden social de Utopa: una economa basada en la igualdad de la distribucin de los

    bienes, una naturaleza prdiga, un sistema legal que impide la ejecucin del delito yciudades bien organizadas tanto desde los aspectos edilicio y esttico como de los

    accesos a bienes y servicios. En Utopa los valores comunitarios estn por sobre elindividuo y el Estado, pues estos ltimos son parte de la comunidad, y la organizacin

    poltica, siempre abierta al cambio, debe servir a la comunidad. El texto de Morosupone la fundacin de una tradicin que va a atravesar la escritura en Amrica Latinadesde los cronistas de indias en adelante. El crtico uruguayo Fernando Ainsa planteaque

    el discurso utpico surge de la dialctica entre los arquetipos del imaginarioeuropeo sobre regiones desconocidas e inexploradas y la nocin de alteridadelaborada a partir del encuentro entre dos mundos que, hasta el momento, seignoraban recprocamente. La utopa se hace necesaria a partir de la confrontacinentre el repertorio de presentimientos sobre otros mundos y pases legendariosde larga tradicin literaria donde superviven los topoi del espacio feliz como elParaso, Jauja, Arcadia, o el tiempo de los orgenes como la Edad de Oro, y elencuentro efectivo con el otro americano. En efecto, el Nuevo Mundo se define yexplica a partir de la alteridad generada por lo desemejante, todo aquello que lodiferencia del Viejo Mundo. Esta relacin disociada entre el hombre europeo conla realidad americana define desde su mismo origen la utopa como gnero. (Ainsa1993: 87).

    En oposicin a este gnero, un corpus de obras de la literatura latinoamericanaactual publicadas desde mediados de la dcada del 90 en adelante tematizan el problema

    de la violencia en sus mltiples facetas y esta profusin de imgenes modifican el signo

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    3/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    143

    utpico inicial hacia una zona de distopa que se podra denominar potica deldesencanto. Rastrear el desplazamiento del concepto exige detenerse, en primer lugar,

    en la conformacin de la imagen utpica de ciertas obras claves del siglo XX para poderluego describir los cambios en el horizonte de percepcin del continente.En este sentido, se abordar la tematizacin de la utopa en las obras de tres

    autores fundamentales a la hora de pensar la construccin de la identidadlatinoamericana desde el ensayo y la ficcin: Carlos Fuentes, Gabriel Garca Mrquez yPedro Henrquez Urea. Se intentar abordar la imagen de Amrica que se configura ensus textos.

    Como se sabe, Las dos Amricas, perteneciente a El naranjo de CarlosFuentes, pone en escena el germen del juego dialctico que se ver en este anlisis: el

    pasaje de utopa a distopa, de idealizacin a destruccin, de orden inicial de unanaturaleza armoniosa y prdiga a la explotacin econmica por la llegada de los

    japonesesnueva conquistaque se pone en marcha para desterrar la utopa de la fazdel nuevo mundo. Las imgenes utpicas que recuerdan las del discurso colombinono slo corresponden a la geografa sino tambin al pueblo que recibe al personaje deCristbal San:

    Eran hombres y mujeres sin mal de la guerra, desnudos, muy mansos y sin armas.Sus tierras eran fertilsimas y con grandes riberas de agua. Hacan una vidaregular y contenta. Dorman en camas que se mecen como redes de algodn. ()

    Fabricaban almadas de noventa y cinco palmos de longura de un solo madero,muy hermosas, y en ella caban hasta ciento cincuenta personas, comunicndoseentre las diversas islas y la tierra firme que pronto me llevaron a conocer.

    S, haba llegado al Paraso y mi dilema era uno solo: comunicar o no estehallazgo a mis ilustres patronos europeos. Quedarme callado o anunciar mi hazaa(Fuentes 1992: 264-265).

    Fuentes tambin se preocupa por la construccin utpica de Amrica en algunosde sus ensayos: Espacio y tiempo en el Nuevo Mundo, Alejo Carpentier: la bsqueda

    de la utopa (Fuentes 1994). Muchos de los conceptos tratados en estos ensayosreaparecen en Descubrimiento y Conquista en el que el autor afirma:

    Para el europeo del siglo XVI, el Nuevo Mundo representaba la posibilidad de

    regeneracin del Viejo Mundo. Erasmo y Montaigne, Vives y Moro anuncian elsiglo de las guerras religiosas, uno de los ms sangrientos de la historia europea, yle contraponen una utopa que finalmente, contradictoriamente, tiene un lugar:Amrica, el espacio del buen salvaje y de la edad de oro. (Fuentes 2011: 22)

    Heredera de la filosofa de Maquiavelo, Moro y Erasmo, la cultura en AmricaLatina est atravesada por la influencia de estos pensadores del Renacimiento quienesdejan su huella en la literatura en el sentido en que Moro buscaba en el Nuevo Mundouna sociedad basada en el derecho natural, una sociedad humana y justa; Maquiavelo secentra en el realismo poltico y Erasmo aporta la postura irnica que permita sobrevivira las locuras ideolgicas. Fuentes insiste en recordar a partir de estos autores que

    Amrica es el lugar de la utopa a la que Europa nombra y desea para luego destruirla.

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    4/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    144 Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    El mismo movimiento dialctico se hace presente en Cien aos de soledaddeGabriel Garca Mrquezpues Macondo tambin supone la puesta en marcha de un

    proyecto utpico que finalizar en el desencanto y la destruccin. Macondo es metforay sincdoque de Amrica: una Amrica desbordada, exuberante, que da lugar alrealismo mgico para hablar de una realidad que, segn su autor, no cabe en el idioma.Donde la hiprbole y la alteracin de la lgica forman parte de la realidad cotidiana.Esta armona primigenia, vinculada al tiempo mtico, se desarticula con el transcurrir dela novela y el ingreso de Macondo en el tiempo de la historia.

    En el terreno del ensayo el concepto de utopa es anhelo o deseo a futuro, en lostextos de Pedro Henrquez Urea, el pensador y catedrtico dominicano quien en La

    utopa de Amrica y Patria de la justicia (1925) plantea el concepto de utopa comometa, proyecto a futuro por el cual los americanos debemos trabajar para lograr una

    patria justa que perfeccione la vida humana, en este territorio que, desde el inicio,

    estuvo asociado a la idea de utopa propuesta en el Renacimiento. Para Henrquez Ureala utopa es determinacin histrica y antropolgica del ser humano y es la meta paraAmrica: sta ser una patria grande en la medida en que se obtenga la unidad dentrodel respeto a la diversidad, en cuanto tienda al perfeccionamiento y a la libertad delhombre, sin tiranas ni econmicas ni polticas ni sociales. Proyecto utpico

    programtico:

    Cul sera nuestro papel en estas cosas? Devolverle a la utopa sus caracteresplenamente humanos y espirituales, esforzarnos porque el intento de reformasocial y justicia econmica no sea el lmite de las aspiraciones; procurar que ladesaparicin de las tiranas econmicas concuerde con la libertad perfecta del

    hombre individual y social, cuyas normas nicas () sean la razn y el sentidoesttico. Dentro de nuestra utopa, el hombre llegar a ser plenamente humano,dejando atrs los estorbos de la absurda organizacin econmica en que estamos

    prisioneros y el lastre de los prejuicios morales y sociales que ahogan la vidaespontnea; a ser, a travs del franco ejercicio de la inteligencia y de lasensibilidad, el hombre libre, abierto a los cuatro vientos del espritu. (HenrquezUrea 1989: 7)

    En el ensayo Patria de la justicia, el autor reafirma la imagen de Amrica

    como el lugar de la utopa:

    Pero la palabra utopa, en vez de flecha destructora, debe ser nuestra flecha deanhelo. Si en Amrica no han de fructificar las utopas dnde encontrarn asilo?() Nuestra Amrica se justificar ante la humanidad del futuro cuando,

    constituida en magna patria, fuerte y prspera por los dones de la naturaleza y porel trabajo de sus hijos, d el ejemplo de la sociedad donde se cumple laemancipacin del brazo y de la inteligencia. En nuestro suelo nacer entonces elhombre libre, el que, hallando fciles y justos los deberes, florecer engenerosidad y en creacin. (Henrquez Urea 1989:10-11)

    Como explica Gisela Heffes (2008), una utopa literaria plantea una ficcin queda a los lectores una imagen de una cultura que puede ser una alternativa reglamentaria

    y normativa respecto de la cultura presente. Los forjadores de discursos utpicos

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    5/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    145

    producen una ruptura con la nocin de historia que heredaron y prefiguran una historiafutura, posible, en un pliegue del deseo.

    Sin embargo, la imagen primigenia de Amrica teida por el imaginarioparadisaco genera ciertas controversias, ya que al reafirmar esa imagen dominada porla exuberancia y el exotismo, se sostiene el lugar de la alteridad, la mirada delconquistador, a la hora de caracterizar el mundo latinoamericano. La continuidad de estaimagen suscita ciertos reparos. Dado el xito de la obra de Garca Mrquez a partir del

    boom, su construccin hiperblica y mgica de Amrica Latina se fue convirtiendodentro del mercado editorial no slo en la imagen exportable del continente sinotambin en una imagen de su literatura, aspecto por dems limitado y reduccionista. Alrespecto, el escritor mexicano Jorge Volpi (2009), perteneciente al grupo denominadoCrack afirma que la persistencia de la imagen de los pases latinoamericanos comoproductores de exotismo representa un efecto negativo de la globalizacin, y resulta

    una prctica peligrosa pues deja entrever un gesto neocolonial.La misma mirada expone el escritor colombiano Pablo Montoya quien searriesga a hacer una crtica controversial a Garca Mrquez para alejarse de su herencialiteraria: el amaamiento poltico del escritor, su visin maniquea del poder, sushallazgos literarios convertidos rpidamente en frmula comercial (Montoya 2015).

    Las obras del boom han jugado un papel fundamental a la hora de construir ypercibir una imagen del continente. En el caso particular del realismo mgico, resultaparadjico pensar que la atribucin de Garca Mrquez a una marca de la identidadamericana se funde en la mirada de los cronistas de Indias, y sta es la mirada delcolonizador, del europeo. Sobre este punto el crtico brasileo Idelber Avelar (1993)destaca que la calificacin de Garca Mrquez de los cronistas como un testimonio de

    nuestra realidad y la presentacin de tales crnicas como germen de las novelas actualeso por lo menos, de la narrativa dentro de la potica del realismo mgico no sonafirmaciones polticamente inocentes. Construir una mirada extica, exuberante,fantstica o mgica, es sostener la mirada del colonizador sobre el continentecolonizado. Es necesario, entonces, ampliar la mirada y revisar la conformacin delcanon.3

    Cambio de signo: el desencanto

    A partir de la dcada del 90, surge dentro de la literatura latinoamericana una

    problemtica recurrente que habilita otra mirada, una contracara sobre Latinoamrica yque abre otro campo de reflexin que caracteriza su realidad: la violencia.

    La violencia social urbana emerge en un corpus de la literatura latinoamericanaespecialmente dentro de una esttica realista que retorna a travs de escritores como loscolombianos Jorge Franco, Fernando Vallejo o los mexicanos Elmer Mendoza yGonzalo Celorio. La violencia urbana, social y poltica, en la voz del hondureoHoracio Castellanos Moya. La violencia y el desencanto, a travs de la obra del escritorcubano Leonardo Padura.

    3Texto que, adems de esta cuestin, hace un anlisis de las implicancias ideolgicas de la formacindiscursiva generada en y a partir del boom, adems de proponer una nueva constitucin del canon que

    incluya textos que el canon hegemnico ha dejado de lado y una revisin del estatuto colonial yneocolonial. (Avelar 1993)

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    6/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    146 Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    Una aproximacin a la idea de cmo representar el presente en Latinoamricaproviene del aporte de Luz Horne (2011) quien plantea que la ambicin de representar

    el presente parece haberse renovado. Luego de cierto agotamiento de un arteautorreferencial, altamente estilizado y sostenido por las premisas de una autonoma dela esfera artstica, se descubre un deseo de ofrecer un testimonio o un documento delmundo contemporneo. Es innegable que en diversos contextos latinoamericanos, desdelos aos noventa en adelante, probablemente debido a la desigualdad social, la pobrezay la violencia en las grandes ciudades, la literatura toma partido por poner en escenaestas cuestiones. As comienzan a surgir una serie de textos que exponen lamarginalidad creciente y que muestran la ciudad como un espacio degradado, sucio yruinoso. La literatura muestra algo del orden de lo real pero recurre a formas diferentesa las del realismo clsico. Encontramos en las obras de esta tendencia ciertas caractersticas tales como lautilizacin de una prosa llana, directa y ostensiva sin

    experimentaciones lingsticas, el intento de construir una representacin de lo realdonde se incluyan modos de significacin ajenos a la literatura, la ruptura de laverosimilitud clsica y tradicional, ubicacin espacio-temporal de la obra en un mbitocontemporneo y la ambicin de ofrecer un testimonio de la propia poca.

    La autora analiza una serie de obras y seala en su hiptesis que la ficcinrealista en la literatura contempornea puede leerse en la interrupcin de laverosimilitud y del orden simblico y racional que se pone en escena en los textos:

    Hoy es imposible lograr un fresco de la poca actual recurriendo a una escrituracomo la decimonnica. Es preciso que sea un modo representativo adecuado al

    presente, y por otro es necesario que diga algo sobre el presente, que trabaje con

    un material contemporneo que no se refiera nicamente a los problemas delsujeto y del alma sino que tenga algn sentido pblico, colectivo o social. Se tratade pensar cmo se alcanza un modo actual (o nuevo) para nombrar lo real. (Horne2011: 25)

    El manejo de una temporalidad diferente, que rompa el flujo del tiempo en arasdel zapping, la discontinuidad y el valor del presente, reproduce la percepcin deltiempo en la poca actual: lo que en otro momento pudo ser ledo como marcas de laescritura vanguardista, ahora, puede ser ledo en clave de representacin de un efecto delo real que es absolutamente diferente al realismo decimonnico.

    En estas narrativas se construye un realismo ostensivo, pero inverosmil;discontinuo pero indicial y performativo; vuelto hacia los temas clsicos delrealismo relacionados con lo bajo y la escoria social, pero de un modo no

    pedaggico sino despiadado. () El realismo despiadado, en lugar de unespectculo ofrece un festival participativo a la manera situacionista y con esto

    busca volver a este rgimen en contra de s mismo (Horne 2011: 32-33).

    En este marco, el de un realismo despiadado se sita un corpus de obras quemuestran una realidad social violenta, una mirada crtica sobre la nacin, los personajesque la habitan, las relaciones sociales que se entretejen entre ellos. Espacioscontrautpicos donde no hay lugar para los dbiles ni para los deseos: se trata de la

    narrativa del desencanto que, por otra parte, puede ser enfocada desde otro ngulo: ms

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    7/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    147

    all de la puesta en escena de realidades violentas y crisis de valores, desde un punto devista sociocultural y filosfico, es la consecuencia de la vivencia postmoderna. La crisis

    de la Modernidad da lugar a la Postmodernidad como distopa y la percepcin que stagenera es el desencanto, el deseo frustrado, la imposibilidad de superacin de la realidadvivida como adversa y sin sentido (Dei 2008).

    La violencia es discurso en la literatura latinoamericana actual: un esbozo

    Como se ha planteado, a partir de la ltima dcada del siglo XX irrumpe en la escenaliteraria latinoamericana un corpus de novelas que tematizan la violencia desdemltiples puntos de vista. Esta aparicin no es ajena a la problemtica social, a larealidad de un extremo al otro del continente, y dado que la literatura constituye unespacio de produccin del imaginario social, su discurso es atravesado por

    preocupaciones que forman parte del entramado social.Josefina Ludmer (2010) propone respecto de la produccin de las ltimas

    dcadas el concepto de realidadficcin. Segn la autora, la literatura es uno de loshilos que componen la imaginacin pblica y tiene su mismo rgimen de realidad. Setrata de ingresar en la fbrica de la realidad desde la literatura. sta permitecomprender el presente a la vez que se apropia de l para narrarlo, es decir, narrar lo quelos otros discursos intentaran callar; en este caso, no slo la presencia de la violencia

    tema comn tambin en agendas mediticas sino la naturalizacin de la misma, elproceso por el cual se ha enquistado en la sociedad actual como parte constitutiva. Alrespecto el propio Horacio Castellanos Moya afirma en una entrevista refirindose a sunovelaEl Asco:

    Al paso del tiempo, pienso que en esa novela se reflejan los aos de la primerapostguerra, que se produjeron en la frustracin de la transicin democrtica,vividos, en mi caso, a partir de proyectos en los que me embarqu, en los que seembarc un grupo de gente cuando termin la guerra civil. Tenamos unaexpectativa, una ilusin en torno a la transformacin de la sociedad salvadoreacon el fin de la guerra. Todo eso de la transicin democrtica y la consecucin deun nuevo estado de derecho basados en los patrones de la democracia paranosotros no era una abstraccin poltica, sino la posibilidad de algo distinto: queflorezca la cultura, que florezcan las nuevas expresiones, que florezcan las nuevasmentalidades, que esto se convierta en una fuente de cosas novedosas.Llegamos con esa idea, trabajamos en funcin de esa idea, hicimos lo que

    pudimos, y algunos (yo entre ellos) nos reventamos la cara. Y, cuando te revientasla cara, la literatura surge ms de la frustracin, del fracaso, de la tragedia, que dela felicidad y del xito (Menjvar Ochoa 2003).

    Dentro del corpus de obras escritas a partir de los 90 aproximadamente, sepueden destacar, entre otras, La virgen de los sicarios (1994) y Casablanca la bella(2013) de Fernando Vallejo, Rosario Tijeras (1999) de Jorge Franco Ramos, ambosescritores colombianos, Y retiemble en sus centros la tierra (1999) del mexicanoGonzalo Celorio, Angosta (2003) tambin de un escritor colombiano, Hctor AbadFaciolince, 2666(2004) del chileno Roberto Bolao, Bala de plata (2007) del escritormexicano Elmer Mendoza, y la narrativa del cubano Leonardo Padura y del salvadoreo

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    8/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    148 Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    nacido en HondurasHoracio Castellanos Moya por nombrar slo algunos ejemplos.En este recorrido de lectura por algunos de estos textos, una de las variantes que aparece

    es la naturalizacin de la violencia. Se trata en este caso del vnculo con el sicariato,tematizado en la narrativa de los escritores colombianos. La novela de FernandoVallejo,La virgen de los sicarios, es un caso paradigmtico en cuanto a esta temtica: atravs de la mirada cnica e irnica de un personaje narrador que vuelve a Medelln ycontrapone la imagen que l tena de la ciudad en su infancia con la imagen actual. Eltexto nos introduce en un mundo sumergido en la violencia en el que jvenes sicariosmatan por matar. La violencia est normalizada en estos personajes, con quienes elnarrador entabla vnculos amorosos, forma parte constitutiva de la vida misma yatraviesa todos los rdenes desde la falta de ley administrada por el Estado, sostenida

    por los medios y ejercida por sicarios y ladrones:

    Cruzando la avenida San Juan, de regreso, presenci un atraco: veo que en la filade carros detenidos por el semforo un hombre grasoso, un cerdo, est atracandocon un revlver un jeep que maneja un muchacho. () El muchacho sac las

    llaves, salt del jeep, ech a correr y de lejos le grit al hombre: Te qued

    conociendo, hijueputa!, el hombre, enfurecido, sin poderse llevar el jeep porqueno tena las llaves, con el atraco frustrado, burlado, hijueputiado, se dio a

    perseguir al muchacho disparndole. Uno de los tiros lo alcanz. Cuando cay elmuchacho el hombre se le fue encima y lo remat a balazos. Por entre el carrerodetenido y el caos de bocinas y gritos que sigui se perdi el asesino. Elpresunto asesino, como dira la prensa hablada y escrita, muy respetuosa ella de

    los derechos humanos. Con esto de que aqu, en este pas de leyes y

    constituciones, democrtico, no es culpable nadie hasta que no lo condenen, y nolo condenan si no lo juzgan, y no lo juzgan si no lo agarran, y si lo agarran losueltan La ley de Colombia es la impunidad y nuestro primer delincuenteimpune es el presidente. (Vallejo 2005: 26)

    La violencia que el narrador pareciera criticar al juzgar el mundo marginal quelo rodea y que ha transformado el paisaje de la ciudad, tambin es ejercida por l mismoen sus apreciaciones sobre ese mundo, que es homologado al mundo de los pobres:Pero miren qu hacinamientos! Milln y medio en las comunas de Medelln,encaramados en las laderas de las montaas como cabras, reproducindose como lasratas. (Vallejo 2005: 73)Por otra parte, el narrador tambin ejerce violencia al asumir

    un discurso autoritario, misgino, plagado de odio contra la nacin. Esto se percibe atravs de la utilizacin de recursos tales como la irona, los juegos de palabras que

    producen distanciamientoy el humor negro: cabe considerar como ejemplo el episodioen que un altercado verbal en un taxi se resuelve y se narra con la misma frialdad, sinmedir diferencia entre el punto de vista del asesino y del narrador:

    De los mencionados hijueputas, yo me baj por la derecha y Alexis por laizquierda: por la izquierda, por su occipital o huesito posterior trasero, le entr elcertero tiro al ofuscado, al cerebro, y le apag la ofuscacin. Ya no tuvo que verms con pasajeros impertinentes el taxista, se licenci de trabajar, lo licenci laMuerte (Vallejo 2005:68)

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    9/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    149

    Desde el principio al fin de la novela, infinidad de personajes, transentes,taxistas, mujeres embarazadas, nios, son alcanzados por la muerte. El espacio donde se

    ejerce la violencia es la ciudad.Es interesante el contrapunto que se plantea con la novela Casablanca la belladonde la reconstruccin de una casa en ruinas en la ciudad de Medelln es una nuevamirada sobre la ciudad y la violencia. La trama es mnima: un hombre vuelve de Mxicoa Medelln, precisamente a la calle de su infancia, para comprar y restaurar una casa, laque fuera la ms bella, la que siempre miraba desde enfrente, desde su hogar, Casaloca.

    Vallejo escribe una novela satrica, feroz que tiene como protagonista a una casaa la que se trata de reformar, escribiendo la metfora sobre el derrumbe y el desencantode las acciones humanas en un mundo violento y llevando al extremo la violencia.

    No me quemar esta sagrada vela a Casablanca la traidora?, me iba diciendo de

    regreso a Casablanca con la vela y cruzando de vuelta la avenida,cuandoChaaas! Que me pasa otra moto zumbando con sus dos sicarios:Ponete las pilas, viejo marica!me gritaron.Viejo, marica e hijueputa en menos de veinte minutos, quin resiste?

    Saqu un revlver de la cabeza y les di bala.Conque muy apuraditos, eh? Las balas van ms rpido que las motos, par desicarios maricas.Corr hasta donde cayeron los dos sicarios maricas, y les acab de vaciar el tamboren sus putas testas. Se fueron los interfectos a darse besitos en la boca en laeternidad. (Vallejo 2013: 16)

    El mismo narrador cambia el signo con respecto al deLa virgen de los sicarios,es l quien combate la violencia con violencia. La narracin se construye confragmentos, pequeos captulos con cambios de tema repentinos, el narrador encuentra

    prrafo tras prrafo un nuevo problema con la reforma y con las otras casas, sushabitantes, los visitantes ocasionales y, como invitadas, las ratas:

    Los cielorrasos entablados con que se la tir el cannigo me los habra de tumbar,volviendo a Casablanca a su apariencia original. Inicialmente Casablanca fue unacasa de techos altos de dos aguas, con tejas de barro por fuera y vigas y alfardas

    por dentro, despejada, aireada, fresca, como se estilaban cuando yo nac. (Vallejo2013: 22)

    A lo largo de muchas pginas es un escrito violento, a veces injurioso, como unadiatriba dirigida contra personas o grupos sociales. All la palabra va cobrandohegemona, ya que el texto se va despegando del relato, hasta quedar convertido en unavoz que narra poco e injuria mucho. Comprar Casablanca no slo significa restaurar,sino tambin proteger y recordar. Pero el protagonista de esta obra no es un memorioso,aunque por momentos la nostalgia suavice algunos pasajes; es ms bien una voz querecupera una parte del pasado para mejor condenar el presente.

    El futuro catico y desesperanzador del que advierten tantas distopas del sigloXX est en el mismo presente. La prosa de Casablanca la bellacon frecuencia avanzade manera delirante, abandonando el surco del encadenamiento lgico, o hasta sin el

    auxilio siquiera de un sistema asociativo que el lector pueda acompaar. Dominio de la

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    10/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    150 Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    fragmentacin del discurso narrativo que representa, por otra parte, la fragmentacinespacial en la ciudad moderna y el sentimiento de enajenacin que sta produce.

    La casa, que es esencialmente blanca, con el correr de las pginas tambin serbella. Su nueva condicin la diferencia de otra ms terrenal, la fea, futura vctima de unnada piadoso mercado inmobiliario, que ha hecho del barrio Laureles un lugar extrao asu viejo habitante, una multitud de edificios que profana el escenario de su primerainfancia. Ese antiguo espacio ha desaparecido: han tumbado Casaloca, y Casablanca esun ltimo refugio simblico en una ciudad donde reina la violencia y el desamparo;vaca de muebles, pero bendecida mediante una pardica entronizacin del SagradoCorazn de Jess, nuevo smbolo patrono que albergar a una corte de espectrosreunidos por la eternidad y la hospitalidad de este nuevo dueo. La casa que no han

    podido tumbar cobra la forma definitiva, austera y sagrada, de una tumba. La ltimablasfemia de un creador que sentencia: Yo construyo y Dios destruye Y casa

    tumbada, edificio levantado. Laureles, antiguo barrio de casas, hoy es una jungla deedificios (Vallejo 2013: 22).El tema de la violencia urbana tambin atraviesa la novela de Gonzalo Celorio, Y

    retiemble en sus centros la tierra, donde el personaje a medida que avanza por las callesde Mxico DF va sucumbiendo a un mbito cada vez ms violento. La novela invierte elmodelo utpico de ciudad ideal como punto de fuga hacia el pasado o el futuro. Fija suanclaje en el presente de una ciudad donde la delincuencia y la degradacin marcan la

    problemtica de muchas ciudades latinoamericanas post globalizacin de los 90. Elpersonaje, el doctor Barrientos, profesor en Letras, persiste en su recorrido por la ciudaddetenindose en la arquitectura barroca y se interna en un laberinto que lo conducir alsacrificio, ser un mrtir del mundo actual que se pierde en los intrincados laberintos de

    la ciudad y sucumbe. El recorrido por las calles se hace cada vez ms oscuro, srdido,entre desechos, ratas, y espacios marginales donde la prostitucin y el alcohol vandegradando cada vez ms al personaje. El narrador conoce los pasos de antemano, seintroduce como un desdoblamiento de la conciencia del personaje al que convierte en suinterlocutor a travs del uso de la segunda persona. Ve, anticipa, advierte:

    Si te metes por ah, ya no vas a regresar, Juan Manuel. Por qu no te vas a tucasa? () Sabes muy bien que ahora s te va a llevar la chingada, Juan Manuel.Ahora s va a retemblar en sus centros la tierra. Vete a tu casa, cabrn. Maanaser otro da. (Celorio 1999: 129)

    Barrientos, como un Cristo moderno, caer tres veces antes del final en el que laviolencia urbana lo vencer, vctima casual de un robo y un tiroteo. El DoctorBarrientos finalmente es asesinado y su cuerpo es un despojo al pie del asta bandera enel Zcalo. El cuerpo de un ladrn annimo lo secunda. La ciudad es un espacioamenazante y esa amenaza que acompaa al personaje a lo largo de toda la novela sematerializa en el final.

    La mirada sobre Amrica ha cambiado de signo. La ciudad actual es el escenariode la violencia. Beatriz Sarlo (2009) expone el problema de la violencia urbana en lasltimas dcadas en un estudio centrado en la ciudad de Buenos Aires, pero vlido para

    pensar otras urbes. Establece la presencia de una divisin implcita entre los barrios dela ciudad de Buenos Aires. Esta particin del espacio urbanstico-social y econmico de

    la ciudad marca zonas de circulacin de la violencia. La diferenciacin que la autora

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    11/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    151

    reconoce en la realidad portea, como caso ejemplar, puede ser leda mucho mspotenciada, en la novela del colombiano Hctor Abad Faciolince, Angosta. Aqu, la

    ciudad de Angosta est estratificada social y geogrficamente y esto determina a lospersonajes y anula toda posibilidad de anhelo o acceso a una sociedad ms igualitaria oequitativa, toda posibilidad de libertad. La urbe se encuentra dividida en tres capas a laque le corresponden tres estratos sociales y an ms, tres climas. La poltica que seejerce es la del apartamiento: cada casta debe permanecer en su sector, de modo que lasrelaciones sociales se rigen por un principio de exclusin. Angosta es una metfora de lasociedad dual.4

    Los modelos urbansticos que han hecho furor en los noventa el country y elshopping responden a esta lgica del apartamiento. En la novela, este apartheid esttrabajado desde particiones y lmites geogrficos, urbansticos y sociales que secorresponden con los climas: Tierra fra, Templada y Caliente, la primera goza de las

    comodidades del Primer Mundo,y en el colmo de la exclusin, para ingresar hay queatravesar un check pointmientras que la ltima padece el deterioro del Tercero. Susnombres as lo indican: Paradiso versus la Boca del Infierno, esta ltima, territorio de laviolencia:

    Para la gran mayora de quienes nacieron y viven en Paradiso, pasar unatemporada en Tierra Templada o, peor an, dormir en Tierra Caliente sonexperiencias lmite que significan toda una aventura. Bajar a estas partes deAngosta, para ellos, es un equivalente a correr un riesgo intil, o la insensatez

    pecaminosa que se comete en alguna noche de drogas, locura y borrachera. (AbadFaciolince 2003: 25)

    De hecho, cuando el personaje principal de la novela, Jacobo, se aventura aentrar en Tierra Caliente se pierde por calles labernticas y tugurios srdidos, y slo conla ayuda de Candela, quien lo conduce al otro sector logra salir sano y salvo. Laadvertencia de este personaje describe la violencia que impera en el lugar:

    Venga, pues, yo lo saco de este infierno, mi don, que a usted aqu me lo atracan,me lo chuzan y me lo descuartizan en un santiamn, para venderlo como carne

    buena. Peores cosas han pasado por aqu, pero ver que conmigo ni lo tocan: aqua m me conocen y me respetan. (Abad Faciolince 2003: 147)

    Angosta presenta en el mismo espacio textual el proyecto de la utopa y lacontrautopa: paraso e infierno en una sociedad donde la violencia, la exclusin y eldesamparo son moneda corriente. La ciudad de Angosta es tambin un caso

    paradigmtico. El texto muestra una problemtica social instalada en la realidad

    4Como explica el economista Luis de Sebastin, La sociedad dual se caracteriza por tener dos mundosen uno: el Tercero y el Primero dentro de la misma nacin, bajo las mismas autoridades y la misma

    bandera. En cierta manera siempre ha sido as, pero la dualidad ha aumentado y se ha hecho msestridente por efecto de la globalizacin. La sociedad de Amrica Latina es dual, como en su dasealaron muy bien Cardoso y Faletto en su Teora de la Dependencia, pero ahora est evolucionando

    hacia una sociedad del apartheid, en que la lnea divisoria no es entre negros y blancos, sino entre ricos ypobres, entre los incluidos en la globalizacin y los excluidos. (2001: s/p)

  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    12/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    152 Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    latinoamericana especialmente a partir de los 90 con el avance del neoliberalismo y laglobalizacin.

    Palabras finales

    Frente a una economa en la que existe desigualdad en la distribucin de los bienes yservicios, un sistema legal corrupto que permite la ejecucin del delito, donde lasciudades tienen un trazado urbano expansivo, superpuesto, impera la distopa. Se lee,entonces, el contrapunto con los atributos de la ciudad idealizada prefigurada por TomsMoro, los cuales nunca se concretaron y quedaron circunscriptos a la ficcin.

    Los avatares econmicos a los que se vio sometida Amrica Latina en la dcadade los `90 han generado una gran masa de desocupados, fragmentacin social, pobreza,avance del narcotrfico: una combinacin que hace de la violencia urbana una

    consecuencia previsible. Como resultado, el desencanto se manifiesta a lo largo de laspginas de estas novelas como una estructura de sentimiento que atraviesaLatinoamrica. El mundo ficcional que habitan los personajes muestra que el fin de lasutopas es una constante. Lejos ha quedado esa primera mirada utpica de los cronistasy recreada por los escritores del Boom. Ya no hay tal lugar en las ciudades ficcionales yficcionalizadas por la literatura.

    Las obras que conforman el corpus referido apuestan a construir una miradacrtica respecto de la realidad, a la vez que ponen en escena una escritura que esculpe laviolencia en la letra pues es fragmentaria, dislocada, cnica. El discurso en s mismoresulta violento. As la escritura ultraja el lenguaje quizs con el fin de apostar a crear,despus de la destruccin, una nueva potica donde el desencanto interpele, cuestione,

    asuma otra variante del compromiso como un nuevo realismo que denuncie y oficieperformativamente como motor de cambio y no exprese slo, la decepcin.

    Referencias bibliogrficas

    Abad Faciolince, H. (2003),Angosta. Buenos Aires: Seix Barral.Ainsa, F. (1993), La utopa emprica del cristianismo social (1513-1577). En Pizarro,

    A. (comp.),Palavra, literatura e cultura. Vol. 1. Brasil: Unicamp, 85-109._______ (1998),De la Edad de Oro a El Dorado. Mxico: FCE.Avelar, I. (1993), De Macondo al Huarochiri: el canon literario latinoamericano ante

    prcticas discursivas emergentes. En Dispositio,V. XVIII, n 44, Universidadde Michigan, 193-214.

    Carpentier, A. (1982),Los pasos perdidos. Buenos Aires: Ediciones del 80.Celorio, G. (1999), Y retiemble en sus centros la tierra. Barcelona: Tusquets.Dei, D. (2008),Lgica de la distopa. Buenos Aires: Prometeo.De Sebastin, L. (2001), Sociedad dual: una bomba por estallar. En Revista Envo,

    235, Universidad Centroamericana, UCA, Managua, Nicaragua:http://www.envio.org.ni/articulo/1114(23-05-15)

    Fuentes, C. (1992), Las dos Amricas. EnEl naranjo. Buenos Aires: Alfaguara,257-287.

    ________ (1994), Valiente mundo nuevo. pica, utopa y mito en la novelahispanoamericana. Mxico: FCE.

    http://www.envio.org.ni/articulo/1114http://www.envio.org.ni/articulo/1114http://www.envio.org.ni/articulo/1114
  • 7/21/2019 imagenes utopicas de America.pdf

    13/13

    Martha Adriana Campobello y Cynthia Elena Callegari

    Estudios de Teora Literaria, ao 4, nro. 8, septiembre 2015, Imgenes deAmrica en su literatura: de la utopa al desencanto: 141-153

    153

    ________ (2011),La gran novela latinoamericana. Buenos Aires: Alfaguara.Garca Mrquez, G. (1982), Cien aos de soledad. Buenos Aires: Hyspamrica.

    _______________ (1984), Fantasa y creacin artstica en Amrica Latina y elCaribe. En Gonzlez Casanova, P., Cultura y creacin intelectual en AmricaLatina y el Caribe.Mxico: Siglo XXI, 174-178.

    Heffes, G. (2008),Las ciudades imaginarias en la literatura latinoamericana. Rosario:Beatriz Viterbo.

    Henrquez Urea, P. (1989), La utopa de Amrica. En La utopa de Amrica,Caracas: Biblioteca Ayacucho, 3-11.

    Horne, L. (2011), Literaturas reales. Transformaciones del realismo en la narrativalatinoamericana contempornea. Buenos Aires: Beatriz Viterbo Editora.

    Ludmer, J. (2010),Aqu Amrica Latina. Buenos Aires: Eterna Cadencia.Menjvar Ochoa, R. (2003), Horacio Castellanos Moya: La violencia es parte de la

    salvadoreidad (entrevista). En La Prensa, Managua:http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2003/mayo/03/literaria/(23-05-15)Montoya, P. (2015), Garca Mrquez: entre el ruido y los cortejos. En Literariedad.

    Apuntes de peatn:Literariedad.co(23-05-15)Sarlo, B. (2009),La ciudad vista. Buenos Aires: Siglo XXI.Vallejos, F. (2005),La virgen de los sicarios. Buenos Aires: Punto de Lectura.

    _________ (2013), Casablanca, la bella. Buenos Aires: Taurus-Alfaguara.Volpi, J. (2009),El insomnio de Bolivar. Buenos Aires: Debate.

    http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2003/mayo/03/literaria/http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2003/mayo/03/literaria/http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_3/Literariedad.cohttp://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_3/Literariedad.cohttp://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_3/Literariedad.cohttp://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_3/Literariedad.cohttp://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2003/mayo/03/literaria/