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RETRATO HABLADO [email protected] @Expresiones_Exc EXCELSIOR DOMINGO 12 DE JUNIO DE 2016 J.R. MOEHRINGER Mate en tres jugadas. Sencillo y difícil. Sencillo si busca imágenes de mate. Difícil si intenta descubrirlo por jugadas. La colección se editó en Leipzig, Alemania. La disposición de los trebejos proporciona la clave. Un Gran Maestro puede lograr la solución en unos cuantos segundos. LA SOLUCIÓN La línea directa (por jugada) no conduce a nada, porque el monarca negro dispondrá en su reducido espacio de varias casillas de escape. Por ejemplo: 1. Db1+ Rxh2 2. Df1 Rg3 Si 3. Df2+ Rh3 y no se cumple el enunciado. Y si 3. Dg2 Rh4. ¿Qué sucede si tras hipotéticamente se hace el movimiento clave 1. Eureka! Y tenemos por respuesta 1. ... Rxh1 El rey está en la banda Si 2. Rf2 sólo dispone de dos jugadas 2. ... Rxh2 y mate con la dama en la columna h. Y si 2.... g3 ¿Observa el mate? Bien. La jugada clave es 1. Dh8! Rxh1 2. Rf2 g3+ única 3. h2xg3++. Y si 1.Dh8 g3 2.hxg3 Rf1 3.Da1++. Naturalmente si 1. ... Rf1? 2. Da1++. De la colección de Hermann von Gottschall, 1908. CONTINÚA EN LA PÁGINA 5 Ilustración: Horacio Sierra Ritmos que cautivan El percusionista Poncho Sánchez encendió al público con jazz, bolero y salsa, territorios “sin banderas, sin fronteras, ni razas, colores o idiomas”. > 4 El escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), considerado uno de los grandes del siglo XX, será recordado en su 30 aniversario luctuoso. > 7 POR FERNANDO ISLAS [email protected] E l bar de las grandes esperan- zas no es una novela, pero está escrita como si lo fuera. Se tra- ta de las celebradas memorias precoces que el estaduniden- se J.R. Moehringer (1964) publicó a sus 41 años, en 2005, traducidas al español una década después. Sin embargo, la celebri- dad de Moehringer, reportero de Los Ange- les Times y Premio Pulitzer de Periodismo 2000, se debe a otro par de trabajos suyos. En 2007, uno de sus reportajes fue adap- tado al cine: Resurrecting the Champ (El úl- timo asalto), protagonizado por Samuel L. Jackson y Josh Hartnett. Después, un insos- pechado lector de sus memorias lo contrató para que escribiera las suyas: el tenista An- dre Agassi, el chico problema del deporte blanco, platicó durante días con Moehrin- ger, lo que dio como resultado Open (2009), la polémica biografía de uno de los atletas más famosos del fin de siglo. En entrevista, Moehringer cuenta que, en efecto, El bar de las grandes esperan- zas era originalmente una novela. “Pero los editores simplemente no estaban in- teresados en una novela sobre un bar. Mi versión hecha ficción del lugar y su gente no le llamaba la atención a nadie. Un factor que quizás influyó fue que en ese tiempo las memorias eran más populares, tenían una vena más comercial, cosa que perma- nece. Así que en 2000, un editor amigo me sugirió que considerara cambiar la novela como material sin ficción”. Oscar Wilde decía que la novela es la biografía que no se atreve a decir su nom- bre, pero, relata Moehringer, “cuando escu- ché la palabra ‘memorias’ sentí vértigo. La idea de contar la verdad al desnudo de mi vida, y de la vida de la gente que amo, me llenó de terror. Pero recuerdo que pensé que ese terror podría ser una señal. Si una historia te provoca tanto temor es porque tal vez posee mucho poder”. El escritor y periodista vence el terror que le da “contar la verdad al desnudo” de su vida y publica El bar de las grandes esperanzas, de reciente traduc- ción al español Fotos: Luis Enrique Olivares MEMORIAS PRECOCES Alquimista memorioso Imagen: Detalle de portada de El bar de las grandes esperanzas cortesía Editorial Duomo Foto: Tomada de Twitter AJEDREZ ARTURO XICOTÉNCATL

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Page 1: Imagen: Detalle de portada de El bar de las grandes esperanzas … · 2020. 2. 14. · teresados en una novela sobre un bar. Mi ... Detalle de portada de El bar de las grandes esperanzas

RETRATO HABLADO

[email protected] @Expresiones_Exc

EXCELSIORDOmIngO 12 DE junIO DE 2016

J.R. MOEHRINGER

Mate en tres jugadas. Sencillo y difícil.

Sencillo si busca imágenes de mate. Difícil si intenta descubrirlo por jugadas. La colección se editó en Leipzig, Alemania.

La disposición de los trebejos proporciona la clave. Un Gran Maestro puede lograr la solución en unos cuantos segundos.

LA SOLUCIÓNLa línea directa (por jugada) no conduce a nada,

porque el monarca negro dispondrá en su reducido espacio de varias casillas de escape. Por ejemplo: 1. Db1+ Rxh2 2. Df1 Rg3 Si 3. Df2+ Rh3 y no se cumple el enunciado. Y si 3. Dg2 Rh4.

¿Qué sucede si tras hipotéticamente se hace el movimiento clave 1. Eureka! Y tenemos por respuesta 1. ... Rxh1 El rey está en la banda Si 2. Rf2 sólo dispone de dos jugadas 2. ... Rxh2 y mate con la dama en la columna h. Y si 2.... g3 ¿Observa el mate? Bien. La jugada clave es 1. Dh8! Rxh1 2. Rf2 g3+ única 3. h2xg3++.

Y si 1.Dh8 g3 2.hxg3 Rf1 3.Da1++. Naturalmente si 1. ... Rf1? 2. Da1++.

De la colección de Hermann von Gottschall, 1908.

CONTINÚA EN LA PÁGINA 5

Ilustración: Horacio Sierra

Ritmos que cautivanEl percusionista Poncho Sánchez encendió al público con jazz, bolero y salsa, territorios “sin banderas, sin fronteras, ni razas, colores o idiomas”. > 4

El escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), considerado uno de los grandes del siglo XX, será recordado en su 30 aniversario luctuoso. > 7

POR FERNANDO [email protected]

E l bar de las grandes esperan-zas no es una novela, pero está escrita como si lo fuera. Se tra-ta de las celebradas memorias precoces que el estaduniden-

se J.R. Moehringer (1964) publicó a sus 41 años, en 2005, traducidas al español una década después. Sin embargo, la celebri-dad de Moehringer, reportero de Los Ange-les Times y Premio Pulitzer de Periodismo 2000, se debe a otro par de trabajos suyos.

En 2007, uno de sus reportajes fue adap-tado al cine: Resurrecting the Champ (El úl-timo asalto), protagonizado por Samuel L. Jackson y Josh Hartnett. Después, un insos-pechado lector de sus memorias lo contrató para que escribiera las suyas: el tenista An-dre Agassi, el chico problema del deporte blanco, platicó durante días con Moehrin-ger, lo que dio como resultado Open (2009), la polémica biografía de uno de los atletas más famosos del fin de siglo.

En entrevista, Moehringer cuenta que, en efecto, El bar de las grandes esperan-zas era originalmente una novela. “Pero los editores simplemente no estaban in-teresados en una novela sobre un bar. Mi versión hecha ficción del lugar y su gente no le llamaba la atención a nadie. Un factor que quizás influyó fue que en ese tiempo las memorias eran más populares, tenían una vena más comercial, cosa que perma-nece. Así que en 2000, un editor amigo me sugirió que considerara cambiar la novela como material sin ficción”.

Oscar Wilde decía que la novela es la biografía que no se atreve a decir su nom-bre, pero, relata Moehringer, “cuando escu-ché la palabra ‘memorias’ sentí vértigo. La idea de contar la verdad al desnudo de mi vida, y de la vida de la gente que amo, me llenó de terror. Pero recuerdo que pensé que ese terror podría ser una señal. Si una historia te provoca tanto temor es porque tal vez posee mucho poder”.

El escritor y periodista vence el terror que le da “contar la verdad al desnudo” de su vida y publica El bar de las grandes esperanzas, de reciente traduc- ción al español

Fotos: Luis Enrique Olivares

MEMORIAS

PRECOCES

Alquimista memorioso

Imagen: Detalle de portada de El bar de las grandes esperanzas cortesía Editorial Duomo

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AJEDREZ ARTURO XICOTÉNCATL

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2: EXPRESIONES DOmINgO 12 DE juNIO DE 2016 : EXCELSIOR

Víctor Manuel TorresCoordinador

Edgar HernándezEditor

Paola RodríguezCoeditora Visual

Mario PalomeraDiseño

1. Cada una de las situaciones componentes de este libro están marcadas por las peripecias en la vida del protagonista, el reconocido neurocirujano Paul Kalanithi: la noticia de un creciente cáncer pulmonar, el nacimiento de su hija, el proceso de transformación en la relación personal con ami-

gos y familiares y su irremediable transcurso por la enfermedad. A pesar de ser una autobiografía con muchos nudos dramáticos, en la mayoría de los casos cae fácilmente en la cursilería y en lugares comunes. El buen doctor es una novela efectista, que busca en todo momento generar en el lector un sentimiento de empatía con el personaje principal a través de la manipulación sentimental. Narrada en primera persona, la historia alcanza pocos momentos dignos de recordar, cada una de las dos sec-ciones en que está dividida se ve maquillada por argumentos melodramáticos y personajes portadores de frases hechas y de diálogos muy gastados.

— Alberto MedrAno

Cuando hace años supe de la muerte de Frank Sinatra no me sorprendió tanto, pues de sobra se esperaba el final de su larga vida (nació en 1915, un año

después que Octavio Paz y uno antes que mi mamá); pero el hecho es que desapare-ció otra figura de ésas que me han acom-pañado todo el tiempo. Siempre me gustó su voz y, ya para mi adolescencia, era uno de mis ídolos. Fue, ciertamente, una voz ex-traordinaria, un actor más que aceptable y, si hacemos un esfuerzo de memoria, como bailarín de tap no desmereció: recuerdo que bailó ni más ni menos que con Gene Kelly. Como actor ganó fama y un Oscar con De aquí a la eternidad, donde brillaron Burt Lancaster, Deborah Kerr y Montgomery Clift. Me conmovió mucho más la actuación en El hombre del brazo de oro. Su papel como baterista drogadicto era convincente. Sin embargo, en ese filme, toda mi atención la acaparó la belleza notable de Kim Novak, la mujer que más he amado y deseado, la mejor de mis fantasías eróticas.

Cuando andaba yo escapándome de la adolescencia (1957), vi una película llama-da en español La máscara del dolor (en in-glés creo que era The Joker is Wild). Frank Sinatra hace el doloroso papel de una pro-mesa musical que pierde la voz a causa de los navajazos en la garganta que le acome-ten unos pandilleros. Tal crimen lo reduce al papel de cómico alcohólico que se ve obli-gado a abandonar a la mujer que ama. La canción que él solía cantarle a ella era ni más ni menos que All the Way, cuya letra sé de memoria y la he citado en por lo menos dos cuentos míos. Mi admiración por Sinatra llegó a tal extremo que fui a ver una pelícu-la donde aparecía Clifton Webb, por quien poco o ningún afecto sentí, Tres monedas en la fuente, nada más por escuchar el tema que Frank Sinatra canta al principio.

No exagero, por último, si confieso que tengo muchos de sus filmes y prácticamente todos sus discos: desde aquellos lejanísimos tiempos en que cantaba con Harry James y Tommy Dorsey, dos bandas formidables de dos grandes músicos, el primero, trom-petista, el segundo, trombonista. A sus pre-decesores, Rudy Vallee y el antipático Bing Crosby, jamás los toleré, a lo sumo acepté Temptation, versión que con este último se hizo famosa, aunque no tanto como Blanca Navidad, que ha vendido más de 20 millo-nes de copias. Con Bing, siempre ramplón, Sinatra hizo un musical memorable, High Society. Los acompañaban la que pronto se-ría princesa de Mónaco, Grace Kelly, y el ge-nial y simpático jazzista Louis Armstrong. Allí ambos hicieron un buen dueto, aunque poca gracia me hizo que Grace Kelly se que-dara en los brazos del asexuado golfista Bing Crosby, mientras cantaba True Love en un pequeño barco de vela.

Creo, pues, haber visto casi todos los fil-mes de Sinatra; llevé, incluso, mi admi-ración al grado de repetir a ciertas amigas

algunas de sus frases. Por ejemplo, cuando alguna me invitaba una taza de té, yo le decía “Prefiero algo más fuerte, al fin y al cabo el té no es más que agua caliente”. Me llamaba la atención saber que las mujeres se desma-yaban por él y que de muchas maneras fue el precursor de la histeria femenina ante las grandes figuras de la farándula.

Con el tiempo, nuevas estrellas del es-pectáculo capturaron mi atención: Marlon Brando y James Dean en la actuación, El-vis Presley y Roy Orbison en la música po-pular. Sinatra fue quedándose atrás. Pero de pronto resurgía con alguna canción notable. En plena época de The Beatles y The Ro-lling Stones, The Supremes y Procol Harum, Sinatra volvió a meter un éxito en el primer sitio del Hit Parade: Strangers in the Night. Esto ya fue una hazaña, pues se trataba de un hombre de alrededor de 50 años que triun-faba en un mundo de jóvenes, una regla de hecho no rota. Finalmente, ya dedicado a su último matrimonio, al trago y a sus negocios, de vez en cuando usaba su inmenso presti-gio para no ser olvidado y seguir vendiendo discos: es el caso de los famosos duetos que grabó con cantantes como Bono y el pesa-do de Luis Miguel, que lo devolvieron a los buenos lugares de notoriedad.

Fue, en efecto, una leyenda; en alguna biografía no autorizada de Nancy Reagan, dice la autora que Sinatra se acostaba con ella en la mismísima Casa Blanca, mientras el idiota de su marido arruinaba el mundo junto con la canalla de Margaret Thatcher. Otras historias lo vinculan a la mafia y le atribuyen su regreso triunfal a los peores gánsteres de Estados Unidos y asimismo existen las que ponen en la lista de sus amo-res a mujeres de la talla de Marilyn Monroe y Lauren Bacall.

Contrajo nupcias con una mujer de ex-cepcional belleza: Ava Gardner, cuyo gran error fue casarse con Mickey Rooney, un enano deplorable que bailó y cantó incansa-ble alrededor de la jovencita Judy Garland y que siempre hizo papeles de buenazo. Otra de sus esposas, Mia Farrow, famosa a raíz de El bebé de Rose Mary, lo padeció antes de los 20 años. Cuando se divorciaron, dijo a los medios que Sinatra dedicaba mucho tiempo a sus amigos y al whisky. Algunos años des-pués, corrió a los brazos del talentoso y muy enfermo Woody Allen, para convertirse en una cornuda de marca y en madre de mon-tones de hijos adoptivos, algunos perversos. Mia precisa en su autobiografía (Hojas vivas) que conservó una estrecha y afectuosa rela-ción con Sinatra, en quien inalterablemente encontró apoyo.

www.reneavilesfabila.com.mx

El búho

RENÉ AVILÉS [email protected]

Hoy cumpleGERI ALLENPIANISTA / 59 AÑOSProlífica ejecutante de jazz contemporáneo y profesora de música estadunidense.

EL RADAR [email protected] @Expresiones_Exc

Nace el pintor-poeta SchieleUn día como hoy, pero de 1890, nació Egon Leo Adolf Schiele, pintor y grabador austriaco. Artista figurativo, discípulo de Gustave Klimt y admirador de Van Gogh, creó poemas, dibujos y experimentos fotográficos. Murió el 31 de octubre de 1918.

RECOMENDACIONES EFEMÉRIDES AGENDA

TRABAJO COLECTIVOHa colaborado con artistas como Charles Lloyd, Dave Holland, Tony Williams y Betty Carter, entre otros.

El libroLa primera novela moderna del idioma español se presenta en una edición bilingüe para niños.

TÍTULO: El Quijote de la Mancha

AUTOR: Miguel de Cervantes

EDITORIAL: Selector, México, 2016; 88 pp.

Bocetos y diseños de MéridaEl Siglo XIX se caracte-rizó por una polariza-ción en las expresiones plásticas en el país, es por eso que desde ese momento han surgi-do artistas como Carlos Mérida, guatemalte-co cuya obra se destaca por la mezcla de arqui-tectura moderna, una perspectiva abstracta y geometría. Hasta el 31 de julio, un ejemplo de

su trabajo se presen-tará en el Museo Ex-perimental El Eco: una serie de bocetos y dise-ños vinculados con el proyecto de integración plástica que tuvo lu-gar en el Centro Urbano Presidente Juárez, con-junto habitacional dise-ñado por el arquitecto Mario Pani. Mayor in-formación en www.ele-co.unam.mx.

Dicen que Sinatra ha muerto (1/2)Siempre me gustó su voz y, ya para mi adolescencia, era uno de mis ídolos. Fue, ciertamente, una voz extraordinaria.

En alguna biografía no autorizada de Nancy Reagan, dice la autora que Sinatra se acostaba con ella.

TÍTULO: El emperador de todos los males. Una biografía del cáncer

AUTOR: Siddhartha Mukherjee TRADUCCIÓN: Horacio Pons

EDITORIAL: Debate, México, 2016; 688 pp.

TÍTULO: Decirte adiós con un te quiero

AUTOR: Silvia C. Carpallo

EDITORIAL: Vergara, México, 2016; 285 pp.

TÍTULO: El buen doctor

AUTOR: Paul Kalanithi

EDITORIAL: Océano, México, 2016, 208 pp.

TRES PARA LLEVAR

2. Esta novela nos lleva en el camino de tres historias, un departamento en Madrid y tres viejas amigas de universidad: Aitana, Lucía y Delia, que se reencuentran al filo de sus 30 años. Todo esto por un evento desafortu-nado, la muerte del marido de una de ellas,

infiere con el destino para así volver a juntarlas, con ello des-cubren que la vida de cada una puede cambiar de la noche a la mañana. Por un lado, experimentando la pasión sin medida y el redescubrimiento; por otro lado, el dolor y la huella que deja el amor perdido y el nacimiento de un amor distinto; por último, el aceptar el amor que sólo se acostumbra, que llega para cumplir un paradigma impuesto. Con un toque y muy fino erotismo, la autora intermitentemente nos lleva de la mano en el mundo de tres amigas que al pasar de los días descubrirán de qué está hecho y para qué está hecho el amor.

— luis CArlos sánChez

3. “La enfermedad es el lado nocturno de la vida”, anuncia, en voz de Susan Sontag, el epígrafe de El emperador de todos los males. Una biografía del cáncer, libro que le valió a Siddhartha Mukherjee (Nueva Delhi, 1970) —profesor de medicina en la Universidad de

Columbia, escritor, investigador y oncológo en su hospital univer-sitario, así como personaje (casado con la famosa escultora Sarah Sze) admirado y reconocido en Nueva York— el Premio Pulitzer de no-ficción en 2011 por este imponente trabajo. Publicado para México en el sello Debate, esta edición es más cómoda y de mejor presentación que la de Taurus para España (2011). Explica el autor que “este libro es una biografía en el sentido más fiel de la palabra: un intento de entrar en la mente de esta enfermedad inmortal, en-tender su personalidad, desmitificar su comportamiento. Pero mi objetivo último, más allá de la biografía, es plantear un interrogante: ¿Puede imaginarse en un futuro un final del cáncer? ¿Es posible erradicar para siempre esta enfermedad de nuestro cuerpo y nuestra sociedad?”. Esta crónica del cáncer, desde sus registros más remotos hasta los modernos tratamientos y hallazgos, con narraciones de casos y una prolija reflexión sobre la enfermedad, la medicina y sus fundamentos, es un repaso por la vida misma, la ciencia y la cultura, guiado por la sombra de un mal que se ha convertido en la metáfora de nuestro tiempo.

— MArio PAloMerA torres

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EXCELSIOR : DOmIngO 12 DE junIO DE 2016 EXPRESIOnES :3

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4: EXPRESIONES DOmINgO 12 DE juNIO DE 2016 : EXCELSIOR

decirme. Me dijo: ‘Mira, en el jazz cada uno de los instru-mentos tiene un perfil dife-rente, tienen algo único. Pero al final cada uno de los ins-trumentos se reúnen y rea-lizan una simbiosis que es lo que hace maravilloso al jazz.

Y en esta ocasión he probado 22 plati-llos diferentes. Cada uno tiene su propio sabor, su propia tex-tura, su propio gus-to. Pero eso lo debes concebir como un

todo, como algo que se conju-ga para lograr una maravillo-sa interpretación, como en la música, como en la gastrono-mía’. A mí eso me dejó verda-deramente boquiabierto”.

Corazón contento, ya en el concierto “fue tal la empa-tía que creó una auténtica jam

Se diría también que Corea ha agudizado sus sentidos. Recorre el mundo con per-manente curiosidad musical.

A lo largo de los años, Chick Corea se ha presenta-do en varias ocasiones en Mé-xico. En 2013 acudió al Oasis Jazz Festival de Can-cún. Rubén Olmos, vocero del festival y director de pro-yectos especiales de Oasis, cuenta que in-vitó al maestro a un restaurant de cocina de autor, “y bueno, al final de la cena me dijo una cosa que me llamó mucho la atención. Me dijo: ‘Hoy en la noche me he dado cuenta de que esta comida que he probado y la música que yo interpreto es-tán muy relacionadas’. Yo le dije no entendía qué quería

El pianista estadunidense, famoso por su interés en las culturas latinas, cumple hoy 75 años

POR FERNANDO [email protected]

Desde finales de las años 60, Chick Corea (Chelsea, Massa-chusetts, 1941) figura en los li-bros como uno de los mayores pianistas y líderes de bandas de jazz. Corea, que hoy apa-gará 75 velitas, es un gigan-te de la música y ha sido uno de los más originales com-positores del fin de siglo. Pie-zas como “Spain”, “La Fiesta”, “What Games Shall We Play Today” o “Tones For Joan’s

Chick Corea ha ganado 22 Premios Grammy.

Foto: http://chickcorea.com/

CLAZZ CONTINENTAL

POR JUAN CARLOS [email protected]

El ritmo del percusionista Pon-cho Sánchez se impuso con éxito este viernes durante el segundo día de la tercera edi-ción del Clazz Continental La-tin Jazz México, que se lleva a cabo en el Teatro Julio Casti-llo, donde el intérprete de as-cendencia mexicana obsequió piezas de jazz, bolero y salsa que encendieron el ánimo de los cerca de mil asistentes du-rante más de 90 minutos.

Poncho Sánchez, conside-rado uno de los más grandes percusionistas del Latin Jazz, empezó en la música tocando la guitarra, la flauta, la batería y los timbales. Posteriormen-te se interesó por el canto hasta descubrir su verdadera pasión: las congas, tal como lo demostró ante el públi-co que lo recibió entre gritos que aclamaban al Conguero mayor, que dio una cátedra de buena música y confirmó por qué es considerado una leyenda viva de la música.

Al término del concierto, el compositor y productor mu-sical Óscar Gómez, que pro-mueve en todo el mundo el Clazz Continental Latin Jazz México, adelantó a Excélsior que este festival se presentará la próxima semana en Madrid

–¿Justicia? La justicia se en-cuentra en el otro mundo. En éste lo que hay son leyes.

–Bueno ya Oscar quie-re las dos cosas. O sea esa forma de hablar sobre el or-den… –apartó un pie ame-nazado por un viejo que avanzaba a lomos de una silla de ruedas–, como si lo único que buscara fuera una especie de orden.

–Que los trenes salgan a su hora, eso era lo que…

–No me refiero a los tre-nes, Harry.

–A lo que yo me refiero es al fascismo, en eso acaba la obsesión por el orden. Lo demás es pura ópera.

–Pero ¿tú sabes lo que de verdad quiere?

–Los que se presentan ante los tribunales exigiendo justi-cia lo único que andan buscan-do es llevarse un millón de dólares.

–No es so-lamente el di-nero, qué va, lo que de verdad quieren es…

–El dine-ro y nada más que el dinero, Christina. Mira, lo demás es pura ópera.

–Lo que de verdad quie-ren esos fascis-tas que dices, o sea, Oscar y todos en reali-dad ¿qué es? –Dio unos gol-pecitos desafiantes con el pie siguiendo el tintinean-te ritmo de marimba que se filtraba en la sala de espera desde algún lugar cercano a las cortinas, donde la si-lla de ruedas se había que-dado quieta tras colisionar con un radiador–. ¿Trenes y fascismo? Porque eso no tiene nada que ver, ni tam-poco «la opulencia de lujo-sas butacas de terciopelo, brillante espectáculo y mag-nífico canto», a menos que así intenten que también los tomen en serio. Porque el dinero no es más que un criterio ¿no? Es la única re-ferencia común que tiene la

gente para que otras perso-nas se las tomen tan en se-rio como ellas se toman a sí mismas. Quiero decir eso es lo único que de verdad piden ¿no? Piénsalo Harry.

–Ya lo he pensado. Oye ¿cuánto vamos a tener que esperar? Dentro de una hora tengo que estar en los juzgados.

–Me han dicho que ha ido a fisioterapia, o sea que no tardará mucho. Según la en-fermera, está muy agitado.

–¿Lo has visto alguna vez en otro estado?

–Por Dios ¿es que tie-ne él la culpa? –Rebuscó en las profundidades de la bol-

sa que estaba en el suelo, entre los dos–. Al fin y al cabo, lo ha atropellado un coche.

–Da la im-presión de que piensa quedar-se una buena temporada.

–Bueno co-mo es natural quiere su pija-ma y su bata. Lo demás son cartas, notas, papeles, no sé cómo piensa que puede tra-bajar aquí.

–S e g u r a -m e n t e igual que en cualquier otra parte.

–¿Ya empe-zamos? O sea

por eso es por lo que te he pedido que vinieras a verlo ¿no? Para que le demuestres un poco de interés como fa-milia suya que eres… Incluso podrías hacer como si hu-biera sido idea tuya. Mira… –Saca algo envuelto en un papel de vivos colores–. ¿Por qué no le das esto?

–Pero qué…–Un tarro de confitura de

jengibre, lo que le gusta a él con las tostadas para desa-yunar. Seguro que aquí no le dan más que pamplinas de ésas sin colesterol.

–No pensarás que se lo va a creer ¿eh?, o sea que se me ha ocurrido ir a comprar-le confitura de jengibre para que la unte en las tostadas.

Bones” ayudaron a ampliar el vocabulario del jazz.

Se trata de un músico en estado puro. Empezó a tocar el piano a los seis años y la ba-tería a los ocho, según indica su ficha de The Rough Gui-de to Jazz (Penguin, Londres, 2004, 927 pp.)

En 1974 dijo en una en-trevista que “lo que busco es incorporar la disciplina y la be-lleza de una orquesta sinfóni-ca y los compositores clásicos con la soltura y las cualidades dancísticas del jazz y muchos ritmos folklóricos”.

A partir de entonces, se di-ría que los resultados de esa búsqueda se conservan como tesoros en una cantidad im-portante de grabaciones. La música de las culturas latinas, sus ritmos y atmósferas, siem-pre le han interesado.

Su pasatiempo favorito

ADELANTO EDITORIAL

El jazz celebra a Chick Corea CUANDO LA MÚSICA ES SIMBIOSIS

Poncho Sánchez, músico de ascen-dencia mexicana.

el único festival de jazz latino que existe, al menos del que yo haya escuchado, y noso-tros estamos ahí, machacan-do para establecernos en todo el mundo”, detalló.

Ganador de cinco premios Grammy, Óscar Gómez expli-có que el latin jazz es un len-guaje con características muy específicas donde confluyen los ritmos de América Latina y el flamenco de España, pero sin perder la riqueza armónica y melódica del jazz.

“El latin jazz es el lugar donde confluyen la mamá jazz, que acoge en su seno a todas las tendencias lati-nas, con lo cual es un terri-torio ideal, soñado por toda la humanidad, porque es un territorio sin banderas, sin fronteras, ni razas, colores o idiomas. Porque la música no tiene idiomas, es un lengua-je universal y eso hace que confluyan todos los seres hu-manos que tienen algo que decir sobre la música”, señaló Gómez.

El Clazz Continental Latin Jazz México, que cuenta con apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes, concluirá hoy , en el Teatro Julio Castillo, a las 19 horas, durante la función que reunirá bandas como El Jolgorio, Nicte Latin Band, La-tin Jazz On y Fran Domínguez and His Project.

y durante el resto del año via-jarán a ciudades como Lisboa, Barcelona y Bilbao.

“El Clazz Continental Jazz es un festival itinerante que lleva el latin jazz a todos los

rincones del mundo. Eso es lo que queremos y no nos va mal. Por ejemplo, en Madrid ya llegamos a su sexta edi-ción. La verdad es que esta-mos muy contentos porque es

Fotos: Luis Enrique Olivares

¿DÓNDE Y CUÁNDO? 3 La clausura del Clazz Continental Latin Jazz México cerrará hoy, en el Teatro Julio Castillo, a las 19:00 horas.

POR WILLIAM GADDISE s p E c i a l

[email protected]

TÍTULO: Su pasatiempo favorito

AUTOR: William Gaddis

TRADUCCIÓN: Flora Casas

EDITORIAL: Sexto Piso, España, 2016; 696 pp.

Con autorización de Editorial Sexto Piso presentamos un fragmento de la última

novela publicada en vida de William Gaddis

y nos hizo el honor y el regalo de seguir interpretando mara-villosamente bien 45 minutos más de lo previsto”, recuerda, por su parte, Cuki Pons, pro-ductor del Oasis Jazz Festival.

El mundo del jazz está de manteles largos por los 75 años de Chick Corea.

DOCTOREs doctor honoris causa por la Uni- versisad Noruega de Ciencia y Tec-nología (NTNU).

El ritmo de Poncho Sánchez se impuso el viernes en el Centro Cultural del Bosque

Una noche encendida

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EXCELSIOR : DOmIngO 12 DE junIO DE 2016 EXPRESIOnES :5

“Quise ser el reportero de mi vida”

MUSEO ALKMAAR

[email protected]

ALKMAAR, Holanda.- La ex-posición Picasso en Holanda reúne las obras que el genio malagueño pintó durante unas vacaciones que pasó en este país cuando tenía 23 años y muestra cómo se inspiró en las mujeres locales y los paisa-jes de Schoorl, a 50 kilómetros de Ámsterdam, para desarro-llar su técnica pictórica.

El Museo de Alkmaar ha necesitado más de un año para reunir Las tres holande-sas y La bella holandesa, las dos piezas más importantes que Picasso produjo en Ho-landa en 1905, así como nu-merosos esquemas y bocetos que dibujó a su paso por la

nación europea.“Igual que ahora los turis-

tas llevan cámara para retra-tar lo que ven, él se sentaba en una silla y pintaba lo que tenía delante, sobre todo paisajes y gente local”, explicó la direc-tora del museo, Lidewij de Koekkoek.

Las amistades que Picasso hizo en París explican esta vi-sita. “En ese momento vivía en el barrio de Montmartre, en un estudio donde se quedaban otros artistas holandeses. Allí conoció a Tom Schilperoort, un periodista holandés que también trabajaba como mo-nologuista”, indicó Koekkoek.

“Los dos tenían la misma

edad y se cayeron bien. Schil-peroort planeaba sus va-caciones en Schoorl, que empezaba a ser un destino turístico por su costa y sus grandes dunas, e invitó a Pi-casso”, agregó la promotora.

“Él era una joven prome-sa de la pintura, pero no tenía nada de dinero y tuvo que pe-dir prestados 20 francos para poder pagarse el boleto de tren”, añadió.

La exposición, que estará abierta hasta el 28 de agos-to, es modesta en tamaño y muestra los bocetos que el artista hizo en Schoorl, Schoorldam, Hoorn y Alkma-ar, pueblos campesinos que a

principios del siglo XX tenían pocos cientos de habitantes.

“Tuvo que ser muy exóti-co para él, incluso primitivo por el estilo de vida que había aquí. En una entrevista poste-rior manifestó que le habían impresionado mucho las mu-jeres porque eran altas, firmes y tenían un aspecto saludable. Claro, Picasso medía 1,63 me-tros y las holandesas en ese tiempo debían ser enormes para él”, comentó Koekkoek.

Precisamente las mujeres son las absolutas protagonis-tas de los dos cuadros centra-les de la exposición.

En Las tres holandesas, un trío de campesinas con un go-rro blanco y ropas típicas de la región forman un círculo y pa-recen hablar entre ellas.

Holanda inspiró a PicassoUna pequeña muestra reúne las obras que el pintor realizó en este país en 1905

Las tres holandesas (1905), de Pablo Picasso, evidencia cómo las mujeres cautivaron al genio malagueño.

Foto: EFE

EL PULITZER J. R. MOEHRINGER

Foto: Cortesía Donna-Svennevik

Me parece que muchas memorias fracasan porque el narrador está demasiado involucrado, apegado...”

“Siempre, desde niño, los libros fueron mi salvación... Y el alcohol, como los libros, también ha sido mi escape.”J.R. MOEHRINGERESCRITOR Y PERIODISTA

El escritor y periodista, egresado de la Universidad de Yale, entrega un libro sobre un niño sin padre que encuentra refugio en un bar

TÍTULO: El bar de las grandes esperanzas

AUTOR: J. R. Moehringer

EDITORIAL: Duomo, Barcelona, 2015; 460 pp.

NOTASJ.R. Moehringer es autor de dos retratos poéticos: las aventu-ras de un deportista y las suyas propias.

POR FERNANDO [email protected]

Si novelar la propia vida re-presenta un desafío maqui-llado, escribirla sin ficción podría ser algo más cercano al corazón. “Sí y no”, establece Moehringer, que, rechazada como novela, tuvo que re-plantear El bar de la grandes esperanzas, título que evoca a Charles Dickens.

“Por supuesto que ‘pare-ce’ que la historia de nuestra propia vida debería ser más potente, más visceral que la ficción, la historia más ópti-ma que contar. Pero al escri-bir un libro sobre ti mismo con perspectiva, con claridad, con una voz que le habla a otros, creo que hay que establecer una distancia. Al escribir fic-ción creo que hay que tratar de cerrar esa distancia en-tre uno mismo y el narrador de la historia. Pero es el mis-mo reto. Hay que gestionar las emociones y controlar el flujo de los sucesos”, refiere.

“De hecho, sentí la nece-sidad de deshacerme de las sensaciones. Mi objetivo era la objetividad. Quise ser el re-portero de mi vida y todos sus personajes. Luché por hacer a un lado cualquier residuo de tristeza que sentí de mi niñez o de mi juventud. Me parece que muchas memorias fraca-san porque el narrador está demasiado involucrado, de-masiado apegado al material, así que todo sale ensimisma-do y narcisista. Cuando escri-bes sobre ti mismo creo que debes permanecer tranquilo. No sé, finalmente, si eso es posible, pero hay un valor en el esfuerzo”, apunta.

Al tratarse de una auto-biografía que se detiene en una “primera etapa” de vida, El bar… es una obra con pun-tos suspensivos. Es un libro sobre un niño sin padre que

encuentra refugio en un bar, en cuyos alrededores están la familia y los valores de amis-tad y tristeza y el sentido de pertenencia. Desde luego que hay muchas borrache-ras deliciosamente descri-tas, aunque a temprana edad, destaca el autor, lector des-de niño, los libros fungieron como un escape, un alivio de la realidad. Y más tarde, lle-gado el momento, el alcohol fue su fuga.

“Siempre, desde niño los libros fueron mi salvación. Ahora, a mi edad, incluso lo son más. Y el alcohol, como los libros, también ha sido mi escape. Aunque, claro, la re-saca que viene después de un buen libro es menos dolorosa y mucho más sana”, agrega.

en una comisión para el LA Ti-mes, sonó mi teléfono y era… Andre Agassi. Me impactó. Era tímido, muy amable, muy ge-neroso cuando hablaba de mi libro, y me dijo que quería ha-blarme de ello, así que me invi-tó a comer a Las Vegas”, donde vive el tenista. “En esa comida me dijo que estaba pensando en escribir sus memorias y se preguntaba si yo estaba dis-puesto a ayudarle”, recuerda.

Si Moehringer escribe en sus memorias sobre el dolor que le provoca la ausencia de su padre, Agassi, en las suyas, deja patente la tormentosa re-lación con el suyo, que lo obli-gó a dedicarse al tenis.

En las primeras líneas de Open, Agassi, a tra-vés de la pluma de Moehringer, esta-blece: “Odio el tenis, lo detesto con una oscura y secreta pa-sión, y sin embargo sigo jugando, por-

que no tengo alternativa. Y ese abismo, esa contradicción en-tre lo que quiero hacer y lo que de hecho hago, es la esencia de mi vida”.

Nada de contradictorio que dos hombres talentosos en sus respectivas activida-des establezcan una alianza de trabajo. Cómplices, solida-rios y comprensivos. “Los pa-dres son un punto de partida común para muchas rela-ciones entre hombres. Y eso fue especialmente verda-dero para nosotros”, señala J.R. Moehringer, autor hasta el momento de dos retratos poéticos: las aventuras de un deportista y las suyas, sobre lo que acontecía en un bar.

DOS AVENTURAS EMOCIONANTESQue un niño encuentre refu-gio en un bar puede ser indi-cativo de ciertas cosas. Sobre todo de problemas. No para Moehringer, cuyas memorias tienen su zenit en un bar. Para él, convivir en un ambiente en el que todo mundo con copas en las manos discute temas de “gente grande”, “fue emocio-nante. Todos los niños quieren ser incluidos en las conversa-ciones de adultos o estar al tanto de ellas, así que viví una especie de fantasía arquetí-pica de infancia, escuchando divertidos debates de salón. Creo que, en unos aspectos, esa experiencia me hizo ma-durar más rápido. Pero también pien-so que el arte de la conversación es uno de los grandes placeres de la vida, un arte que, triste-mente, se está mu-riendo, y yo seguí esa opción en mi infancia en el bar”.

Andre Agassi, uno de los grandes tenistas de todos los tiempos, fue un gran lector de El bar de las grandes esperan-zas. “Fue J.R., antes incluso de que nos conociéramos, el que me hizo pensar seriamente en la posibilidad de poner por escrito mi historia. Durante mi último Open de Estados Uni-dos, en 2006, me pasaba todo mi tiempo libre leyendo sus impresionantes memorias. Ese libro apelaba directamen-te a mi corazón”, apunta Agas-si en los agradecimientos de Open, memorias escritas jus-tamente por Moehringer.

“Estaba en San Francisco

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6: EXPRESIONES DOmINgO 12 DE juNIO DE 2016 : EXCELSIOR

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EXCELSIOR : DOmIngO 12 DE junIO DE 2016 EXPRESIOnES :7EXCELSIORDOmIngO 12 DE junIO DE 2016

RETRATO HABLADO JORGE LUIS BORGES

POR JUAN CARLOS [email protected]

A ntes de convertirse en autor sagrado, Jorge Luis Borges (1899-1986) fue traductor, periodista, prologuista infa-tigable y asistente de biblio-

tecario, cargo que le retiró el gobierno de Juan Domingo Perón, en 1946, para nom-brarlo inspector municipal de aves y ga-llineros, el cual rechazó el argentino que será recordado el próximo 14 de junio, a 30 años de su muerte, como el segundo escri-tor más importante del siglo XX, sólo des-pués de Franz Kafka.

Autor de ficciones que parecen espejos y laberintos, Borges se convirtió en un al-quimista de la memoria y el conocimiento acumulado, en el padre de la literatura fan-tástica, un narrador y poeta estoico que, a la manera de Bernard Shaw, explotó su vena humorística y llevó la síntesis hasta sus últi-mas consecuencias, al punto en que jamás desbordó su ficción más de 10 cuartillas.

Lector voraz en distintas lenguas y crea-dor de ficciones únicas como “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, “El Aleph”, “Funes el memo-rioso”, “Los dos reyes y los dos laberintos” y “El jardín de los senderos que se bifurcan”, Borges no obtuvo el respaldo de la Acade-mia Sueca para que se le otorgara el Premio Nobel de Literatura.

El propio Ricardo Piglia ha señalado cómo los premios más importantes que Borges recibió tuvo que compartirlos con otros autores: El Formentor, con Samuel Beckett; y el Cervantes, con Gerardo Die-go, “porque pensaban que no se merecía un premio. ¿Cómo le iban a dar el Nobel si tampoco se lo dieron a Kafka?”

La obra de Borges tuvo mala recepción durante mucho tiempo, incluso en Ar-gentina. Baste recordar que en 1942, Bor-ges concursó por el Premio Nacional de Argentina con su primer libro de cuentos. Entonces ya tenía 43 años, pero el jurado demeritó su valor literario.

Se trata, dijeron, de “literatura deshu-manizada, de alambique; más aun, de oscuro y arbitrario juego cerebral, que ni siquiera puede compararse con las com-binaciones del ajedrez, porque éstas res-ponden a un vigoroso encadenamiento y no al capricho que a veces se confunde con la ‘fumisterie’ del autor… una obra exótica y de decadencia que oscila respondiendo a ciertas desviadas tendencias de la literatu-ra inglesa contemporánea entre el cuento fantástico, la jactanciosa erudición recón-dita y la narración policial”.

LECTORES Y ETERNIDADLas biografías indican que la carrera litera-ria de Jorge Luis Borges Acevedo inició a los 10 años, el 25 de junio de 1910, en el diario El País de Buenos Aires, donde publicó su primera traducción al español de “El prín-cipe feliz”, de Oscar Wilde, atribuida por al-gunos lectores a su padre Jorge Borges.

“Esa precoz hazaña fue posible porque su abuela paterna, Frances Haslam, na-cida en Inglaterra, le enseñó inglés desde pequeño”, apunta Rafael Olea Franco en El legado de Borges. En 1914, la familia Bor-ges emprendió un viaje a Ginebra, Suiza, en busca de una cura para la ceguera progresi-va que aquejaba a Jorge Borges y que pau-latinamente alcanzó a su hijo.

Hacia 1933 su nombre ya era una refe-rencia entre los lectores argentinos, al pun-to de que la revista Megáfono lanzó una encuesta sobre su obra, mientras él cola-boraba para el diario Crítica, “donde, a par-tir de 1933, reelaboró, con base en distintas fuentes bibliográficas, relatos sobre perso-najes infames como el pistolero Billy The Kid”, más tarde compilados en su “Historia universal de la infamia”.

A continuación publicaría sus obras más importantes: Ficciones, El Aleph, El libro de arena, Historia de la eternidad, Otras in-quisiciones, El hacedor y Discusión. Hacia 1953 quedó ciego y a partir de ese momen-to su capacidad creativa quedó destruida, ha reconocido Piglia, porque ya no podía leer ni corregir sus propios manuscritos y debía dictar de memoria.

Un video del 3 de agosto de 1977 da cuenta de ese Borges disminuido por la ce-guera. Aparece en el Teatro Colón de Bue-nos Aires, guiado por María Kodama –su esposa y heredera–, para hablar sobre su “modesta ceguera”, con un discurso carga-do de ironía.

“Es modesta, en primer término, porque es ceguera total de un ojo y ceguera parcial del otro. Todavía puedo descifrar algunos colores, todavía puedo descifrar el verde… el azul. Y, sobre todo, un color que no me ha sido nunca infiel… el amarillo. Recuer-do que de chico… me demoraba ante una de las jaulas del jardín zoológico, en Paler-mo, y era precisamente la jaula del tigre”, relata con ese tono cansino que le permitió volcarse sobre el género de la conferencia. El prólogo fue otro de sus ejercicios más

celebrados, donde confirma su aguda mi-rada como lector, donde por cierto refiere a dos mexicanos que hoy son clásicos: Juan Rulfo y Juan José Arreola.

Sobre el primero escribió la frase que hoy se repite hasta el cansancio, que Pedro Páramo “es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de la literatura”.

Sobre el segundo destacó su imagina-ción ilimitada para luego referir dos de sus relatos: “El prodigioso miligramo”, que hu-biera merecido la aprobación de Swift, y

“El guardagujas”, sobre el que se proyecta la sombra de Kafka.

También escribió sobre Ibsen, Chester-ton, Graves, Quevedo, William Blake, Wil-de, Stevenson y muchos más que se suman a las páginas de sus ficciones donde escri-bió sobre el espejo y el laberinto, la memo-ria a los tigres, la relación entre el tiempo y el espacio, la eternidad y el infinito.

Por ejemplo, sobre la inmortalidad es-cribió lo siguiente: “Creo en la inmorta-lidad; no en la inmortalidad personal, pero sí en la cósmica. Seguiremos siendo

inmortales; más allá de nuestra muerte corporal queda nuestra memoria”.

Sobre su apuesta por los lectores: “A ve-ces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores… Leer, por lo pronto, es una actividad posterior a la de escribir: más re-signada, más civil, más intelectual”.

Sin embargo, estas líneas apenas son una tenue fotografía de la huella que Bor-ges dejó en la literatura, un atisbo de su in-teligencia y una idea sobre la vitalidad de su obra.

Leer, por lo pronto, es

una actividad posterior a la

de escribir: más resignada,

más civil, más intelectual.”

JORGE LUIS BORGES

ESCRITOR ARGENTINO

Ilustración: Horacio Sierra

Espejos y laberintos

Este 14 de junio se cumplen 30 años de la muerte del célebre cuentista, el hombre del conocimiento

acumulado y divulgador de la literatura fantástica

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