iglesia parroquial de ezcaray. sacristía-museo. historia e historias

Adolfo Soto Sáez Restaurantes y Apartamentos Turísticos Rincones del Vino Ezcaray - Logroño (La Rioja) España

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Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor de Ezcaray. Historia e historias. (Capítulo 33) Aún no encontré documentos fiables sobre lo que había en el lugar de la primitiva iglesia de Santa María. XIV-XV. De finales del siglo XIV o primeros del XV, puede ser el núcleo más antiguo de la iglesia, entrando por

la puerta Oeste a la izquierda, tres tramos de nave con capillas bajas entre contrafuertes, que corre paralela a la nave principal. A esta nave se la cubre con crucerías sencillas en la segunda mitad del XV. Pudo ser una pequeña iglesia fortificada, conservándose mensulones de piedra para matacán en el exterior del muro sur y parte del muro oeste del lado de la epístola del crucero, matacán que sería de madera. En 2012 esta pequeña capilla ha sido acristalada.

1509 (XVI). Con intervención de don Antonio Manrique, hijo mayor de don Pedro, señor del valle, los jueces fallan: 1º. Que debería tener presente, ante todo, que la iglesia de Santa María de la villa de Ezcaray era la matriz y única parroquia sobre el resto de las ermitas-iglesias del valle. Restaurada y ampliada en 1565.

La ‘Virgen’ con el Niño se asoma al balcón norte del Coro (1). A. Soto Restos de la primitiva ermita o iglesia bajo las nuevas bóvedas terminadas en 1565 (2).

Una gran propiedad conocida como la “Cerrada de Palacio”, ocupaba gran parte del actual Ezcaray al oeste. En el siglo XVIII la cerrada comenzaba en la plaza, hoy de la ‘Verdura’, en la actual casa de los Masip, en la época en que la casa del Ayuntamiento se levantaba sobre los soportales de las columnas de piedra en las que podemos ver la anilla de forja del Fuero de Valdezcaray. La segunda propiedad noble más cercana a la misma y a la “Cerrada” era la casa-palacio del “Ángel”, frente a su fachada oeste, la actual iglesia, junto a ella, al norte la actual casa señorial ocupada por el párroco y la de los “Merinos”. Las tres primeras, e iglesia, en tiempos, asomadas a la “Cerrada del Palacio”. La “Cerrada” en el siglo XX terminaba al norte junto al río Ciloria que nace en el valle de Zorraquín- Valgañón. Al otro lado del río se encuentra el cementerio que se inaugura a finales del siglo XIX.

Tallas en las claves de las bóvedas que sustentan la entreplanta del coro.

En una clave de piedra tallada de las bóvedas que sustentan la entreplanta del coro, abajo primera izquierda, encuentro la “clave” del año en que se termina esta parte de la nueva iglesia “ACABOSE AÑO 1562” (1). Papas, apóstoles, evangelistas y constructores de la iglesia en las claves (2 y 3).


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Las cuatro casas señoriales citadas fueron construidas en el XVIII, algunas de las obras de restauración y ampliación de la actual iglesia a mediados del XVI (1565), y partes que se respetan y aprovechan para la nueva iglesia (fachada oeste y puerta, nave o pequeña capilla entre esta fachada oeste y la pared oeste de la torre y parte de la citada torre, hoy del campanario). Incrustada en la cara este de la torre una ventana de estilo románico puro, en cuyo centro hoy vemos al “Machachín”, pero esta pieza pudo traerse de alguna de las desaparecidas ermitas construidas en esta época o ser una ventana abierta en la torre Así que en tiempos, sobre la extensa finca conocida como “la Cerrada del Palacio”, tan solo estaba la primitiva construcción que se levantaba en una parte del solar de la actual iglesia, o una pequeña fortaleza medieval con capilla, quizás palacio fortificado y de ello el nombre de la gran finca tapiada, “Cerrada del Palacio”.

La pila bautismal estaba aquí. En ella fui bautizado por don Blas en 1946 (1). El primero, izquierda, es don Saturiano, a quien le gustaba encender el cigarrillo con una lupa, a su lado don Blas, el párroco (2). José Antonio Riaño junto al viejo muro de piedra de río y mortero de cal, da una luz y vemos el nuevo emplazamiento de la pila bautismal, con proyecto de nuevo traslado. Ya se hizo y se encuentra a un lado del altar mayor (3). Retablo mayor, antes de picar el interior y dejar al descubierto la piedra sillar, de toba en las bóbedas, piedra caliza porosa, blanda, con poca densidad y peso (4).

Una fiable persona, opina que la primitiva edificación era en parte defensiva y había soldados en las épocas de lanza y espada, incluso templarios, estos últimos solían ocupar castillos en las posiciones más avanzadas durante la reconquista, fronteras provisionales en las guerras entre cristianos y moros. De ser así estarían durante una corta temporada, o de paso, invitados por el rey o los señores de esta parte del valle, los todopoderosos Manrique.

1-2. Son varias las fuentes que hemos conocido el el parque junto al pórtico de la iglesia.

El exterior de la iglesia, fachada sur, pudo ser algo muy parecido a lo que vemos en la fotografía. El arreglo del pórtico, fuente y plantación de árboles sería posterior, quizás del XVIII. En las plazas principales, del Mercado (Verdura) y Mayor (Conde de Torremúzquiz), se pusieron unas fuentes gemelas a esta. Podemos ver en nuestros días la de la plaza de la Verdura.


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Lo cierto es que, observando la actual iglesia centímetro a centímetro descubrimos huellas de haber podido ser una pequeña fortaleza, a la que quizás llamaban “Palacio”, con su capilla. Se entraba por la actual puerta oeste, la parte más antigua de la construcción. Quizás puerta para la salida y entrada de la caballería o carrozas. En cualquier caso no parece la casa-palacio en la que vivieron y nacieron algunos Manrique.

La iglesia desnuda. Época de los reclinatorios que cada feligrés traía y llevaba a su casa (1). La iglesia con bancos y el yeso pintado imitando la piedra. Los púlpitos se mantienen (2). Esta ventana de la iglesia, fachada sur, en alguna obra de reforma, en nuestros tiempos, desapareció (3).

En la primera hay algunos bancos en los laterales y cerca del altar unas bancadas especiales

destinadas posiblemente a las autoridades y destacadas personas del pueblo, esto siguió igual hasta hace muy poco tiempo. En la segunda ya han colocado bancos y pintado el interior imitando la piedra que taparon, ¡cosas de la época!

A los lados del altar unas enormes cortinas negras que lo cubrían en Semana Santa. En ambas dos púlpitos y una araña de cristal en el centro. Los púlpitos desaparecidos hoy y la araña trasladada al centro de la nave principal junto a la puerta sur.

En ninguno de los dos casos parece haberse colocado aún el suelo con losas de enterramiento, tanto para personas mayores como para niños. El cementerio se encontraba en el exterior.

Día de boda (1). Me comentan que en esta foto hay tres de las muchas y guapas hermanas del Pozo, ‘las Huércanas,’ con un hombre que pasaba unos días en Ezcaray (2).


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Al entrar por la puerta oeste (popularmente “de atrás” o del coro), a la izquierda vemos un espacio bajo una bóveda de piedra dentro del enorme muro de esta fachada, cuando nací, en esta pequeña capilla se encontraba la pila bautismal en la que me bautizó (1946) don Blas. Una estrecha ventana da a la calle y podemos ver otra ventana con reja en un lateral. Si nos situamos en este lugar mirando al interior de la iglesia descubrimos uno de sus secretos, la primitiva construcción de muros de piedra de río y mortero, forrado el interior de piedra de sillería en arco, que podía ser parte del primitivo palacio o quizás su capilla adosada al lateral oeste de la sobria torre (hoy en este lugar vemos el pequeño altar dorado en cuyo interior destaca el Cristo de La Esclavitud y pila bautismal). Sobre esta primitiva nave o antigua capilla, que se respetó, observemos los arcos y techos más altos de las obras de la nueva iglesia.

Los árboles crecieron y se hicieron unas pequeñas escaletitas para que los niños pudieran alcanzar el grifo para beber agua colocando unos bancos en torno a la fuente (1). La ventana de la izquierda de la puerta, con reja, desapareció en alguna de las reformas del templo. En la fachada, en una enorme lápida, podemos leer los nombres y apellidos de los “Caídos por Dios y por la Patria”. Se mantuvo durante muchos años (2).

En cuanto a la fecha de construcción de la actual iglesia, en los nervios de piedra de las bóvedas que soportan la planta del coro hay varias claves de piedra muy bien talladas, santos, papas, apóstoles, maestros de esta obra, etc. José Antonio Riaño había descubierto en una de las tallas en piedra un personaje que enseña una especie de pergamino en el que se lee la fecha de la obra, o talla de esta zona, “ACABOSE AÑO 1.5.6.2.”. En la puerta sur, con interesantes tallas, que sería una de las últimas cosas en terminarse encontramos otra fecha, MDLXV (1565).

En el exterior, cerca de su puerta sur, quizás la primera fuente, gemela a las que se colocaron en las

dos plazas. Ignoro su paradero al igual que el de la que se retiró de la plaza del conde de Torremúzquiz cuando se hace el nuevo kiosco para los músicos. Alguien sabe ¿ande andará?, una parecida, posiblemente alguna de las mencionadas, se ha puesto en Soleta, (comenzando el siglo XXI).


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El sermón de las Siete Palabras. En Semana Santa, llegó a Ezcaray un famoso canónigo para impresionar a los fieles pronunciando el sermón de las Siete Palabras. La iglesia de bote en bote y el buen hombre vestido para la ocasión sube con parsimonia al púlpito y tras un silencio en el que no se oye ni la respiración del gato del sacristán, para lucirse, con voz profunda y fuerte comienza: - Vivo sin vivir en mí/ y tan alta vida espero/ que muero porque no muero. De nuevo calla y se hace un silencio expectante, cuando uno desde atrás que creía era un acertijo, dijo en voz clara y alta: - La gallina. ¡Eso es la gallina! (de los cuadernos de Txelis - Ver: “Veraneantes de siempre”). Poco después, la ‘Santa Madre Iglesia’ en un Concilio suprimió los púlpitos, donde algunos sacerdotes levantaban la voz recriminando las conductas licenciosas.

Día de boda. Llegan los primeros invitados. Original galería sur con barandilla en piedra de escudos heráldicos

Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor Es un edificio, cuando se restaura y amplía, proporcionado al lugar en que se encuentra, una villa con unas 500

almas (2.085 en 2011). Más que “grandioso” (a juicio de algunos escritores), sencillo y original. De estilo gótico decadente, en cuanto se echan de menos adornos en cornisas y capiteles.

Construido en sillería, de una nave de cuatro tramos con capillas bajas, crucero y cabecera ochavada de cinco paños. Los arcos son apuntados, sobre columnas adosadas, pilastras y ménsulas. Cabecera y crucero se cubren con terceletes, la nave central en sus tres primeros tramos con crucería sencilla y sus capillas con cañón apuntado. El tramo de los pies con crucería estrellada y las capillas que a él se abren con terceletes y crucería estrellada. Sobre las del Evangelio hay una nave con tres tramos de terceletes y crucería. Entre esta nave y el brazo del crucero está la torre de tres cuerpos en sillería. A los pies hay un coro alto sobre crucería estrellada. La sacristía se sitúa al norte de la cabecera con un tramo de crucería la antigua y tres tramos la moderna, el central con cúpula y los otros con lunetos. Portada a los pies en arco de triunfo manierista de mediados del XVI. Portada al sur en el segundo tramo de tres arquivoltas apuntadas, encuadrando ingreso carpanel y tímpano con Anunciación Reyes Católicos. Las puertas de esta portada son dos hojas casetonadas con bustos, mascarones, bichas, candelieri, putti, etc., uno de los cuales sostiene cartela con Año de MDLVI (1556).

La torre campanario de la iglesia, de estilo bizantino, se aprovecha cuando se inicia la ampliación de la construcción primitiva, al igual que otras partes. Se construye todo en piedra sillar, gran parte de ella recogida y recuperada de abandonados ermitas diseminadas por el valle, incluso algunas como la de San Lázaro, o Santa Catalina, en el propio Ezcaray, o de las cercanas de San Miguel y San Quilez. La piedra no siempre es del mismo estilo y color, como podemos apreciar en su fachada norte, ahora que la podemos ver al tirar tapias de huertas que lo impedían y sobre todo en la torre que parece la han elevado. No llegando la piedra hasta el nuevo tejado, se hizo con cascotes. La torre del campanario parece haberse elevado con piedras de otro color.

Una arbolada plaza del pórtico con su fuente, espaciosa y bien conservada, precede a la entrada sur, que hoy es la principal. Llegando a la iglesia, su rectángulo exterior, entre capillas, esta pavimentado por losas grandes y simétricas, bien labradas. Las fuentes han ido cambiando. Esta es la última de Fidel Tecedor, hijo de Martín.

La forma de la nave principal es de perfecta cruz latina formando la cabeza, al este, un elegante presbiterio y los brazos dos capillas, a los pies de la cruz el coro, pero se respetó la nave, o capilla antigua, que corre paralela al norte del pie de la cruz. Además, entrando por la en tiempos puerta principal del oeste, a la derecha se construyó una interesante capilla, en la parte exterior de la misma vemos un reloj de sol bajo una ventana con vidriera, sobre la misma el escudo de los fundadores de esta capilla, en tiempos de la ‘Dolorosa’.

Lo que más llama la atención es la galería abierta, sobre la puerta sur a lo largo de la fachada, con escudos recogidos, dicen, de los palacios de los señores de Valdezcaray, casa de los Manrique y condes de Medinaceli.


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En las puertas de la fachada sur se lee una fecha, MDLVI (1556). Es posible que aquel año se terminasen las obras de restauración y ampliación para la nueva iglesia. Incluida la amplia sacristía cuyas obras se iniciaron a principios del siglo XVI.

1. Una de las primeras fuentes. 2. En las puertas, un ángel sujetando una cartela nos enseña una fecha, MDLVI (1556).

Ya por aquellas épocas y en días señalados se adornaba ricamente el templo colocando cinco grandes tapices con la historia de los Reyes, y otros cinco menores. De aquello no quedó nada, ¿Se los llevaron los franceses?

1655. Un decreto del Visitador diocesano expedido en 1655 dice: “Por cuanto la capilla de la Concepción está para hundirse, mandamos bajo excomunión y multa que se cambie el techo y se arregle”. Esto nos da una pista sobre los motivos de las nuevas obras.

1670. Comienzan las obras, cumpliendo el mandato diocesano, para restaurar la capilla de la Concepción y pila

bautismal, algo se hace en el coro y en el corredor. Sobre línea de mensulones, con antepecho en que se han reutilizado trozos de tracería de claraboya y blasones, quizá pertenecientes a un antepecho de coro antiguo de estilo Reyes Católicos de fines del XV o comienzos del XVI. Los blasones son de los Manrique, de Lara, Quiñones, Leiva, Manuel, Sandoval, Acuña, Silva, Aragón, Rojas, Enríquez y Padilla.

1671. A partir de este año se realizan muchos trabajos, entre los más importantes el cambio de todas las maderas de los tejados, se realizan trabajos en el corredor, en el que se colocan los escudos heráldicos y demás adornos de piedra que ostenta, como los adornos geométricos de piedra que hay interpuestos, pues figura una partida de “26 reales de los hierros para fijar las piedras”, y otras facturas por colocar ventanas, vidrieras y puerta.

Los escudos originales que no se ven desde la calle, están colocados en el interior de la balconada del pórtico con el fin de protegerles. (2). Escudos y acceso a la balconada, en un tiempo a las viviendas de algunos curas. (3). Bonitos y delicados techos y cúpulas. La central del altar mayor.


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Galería de sencillos escudos heráldicos y adornos tallados en sillería. Terminada la galería principal de escudos, o corredor, y laterales del coro, vidrieras y piedras muy similares a

las de la balconada, los escudos y adornos, de los que hicieron copias, los colocaron en el interior de la balconada principal, aunque nadie los vea, salvo los que suben al lugar para tirar caramelos y dinero el día de las Aleluyas. Dicen que casi todos estos escudos son los originales y los de la galería exterior copias hechas por diversos canteros en tiempos modernos, para evitar mayores daños a los antiguos.

Unos breves comentarios sobre los escudos de la balconada. Entre los escudos hay adornos ornamentales que algunos quieren asimilar a la cruz gamada o a los rayos del sol.

1. El primero es un escudo heráldico con cuatro estrellas de ocho puntas en forma de cuadro y una en el centro. 2. El segundo es un escudo con las barras o franjas de Aragón y Cataluña. 3. Escudo con cinco hojas de higuera en cuadro y una en el centro. 4. Escudo con cuatro cuarteles: a) Emblema de la casa de Austria. Se ve el ala del águila sosteniendo en la mano-garra una espada. b) León rampante. Cuarteles de abajo: león rampante con corona y águila con la espada en la garra. Este y otros escudos los veremos tallados en la puerta, hoy principal, de la fachada sur del pórtico. Veamos el resto de los escudos más interesantes.

1. Escudo de forma redonda. En su centro aparece un Crismón con letras primera y última del abecedario griego, o sea Alfa y Omega, significando que Cristo es el principio y fin de todo; en derredor, formando la orla, una inscripción. 2. Escudo dividido en tres cuarteles horizontales y tres perpendiculares, de modo que contiene nueve cuarteles, en ellos leones rampantes y castillos con tres torres almenadas, ventanas y puerta. 3. Forma un solo cuartel, que contiene, con emblemas de la casa de Lara, dos calderas de Pinillos, una sobre otra, ambas cogidas por rosetones o garras de ave rapaz, como el águila. 4. Escudo con quince cuarteles-pabellones rectangulares, la mitad con fondo cuadrado, el resto con dos columnas frisada por el centro o mitad.


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En la siguiente foto de la iglesia que vamos a ver hay algo realmente curioso. Parte de los Beneficiados tenían su vivienda en la galería del pórtico. No terminaba de entender aquello hasta que llegó a mis manos la fotografía que lo explica claramente. En 1671, se construyó el arco para la campana de “señales”.

En algún momento de la historia alguien construyó en la galería dos cuartos, uno a cada lado, para

alojar a parte de los Beneficiados. Algún visitador o persona más sensata considero que esto era una “chapuza” y en alguna nueva restauración se derribaron. A partir de este momento los sacerdotes se alojaron en casas cercanas, por ello con toques de la campana de la espadaña se les convocaba al coro, reuniones u oficios. En posteriores restauraciones y arreglos del tejado la espadaña desaparece.

1671. Se realizan trabajos limpiando el “cementerio” que hay enfrente de la iglesia. En la fecha de la foto, siglos después, los arbolitos de la plaza del pórtico aún son muy jóvenes y el cementerio ha desaparecido.

Barriendo el pórtico, al fondo, fonda de Pedro Echaurren, sin galería (1). Aleluyas, todos quieren coger algún caramelo o dinerillo que tiran desde la galaría de los escudos. Al fondo, Hotel y Restaurante Echaurren (2)

(1). Unas señoras, rodeadas de algunos niños, limpian y recogen los visibles excrementos dejados por los animales que tiran de la diligencia de viajeros y las ‘cagarrutas’ de las ovejas. Un buen abono para huertos y jardines.

Hotel-Restaurante Echaurren. Frente al pórtico de la iglesia una venta, que continuó como fonda

de Pedro Echaurren, dando paso desde hace muchos años al conocido hotel Echaurren y su restaurante, en el que durante tantos años llevó las riendas de la cocina con un merecido éxito, Marisa Sánchez, bajo la atenta mirada y buena administración de su marido Felix Paniego. Con el tiempo ayudada por sus hijos. Actualmente, cuenta, además, con el nuevo y exclusivo restaurante el Portal del Echaurren, para el que, uno de sus hijos, gran persona y cocinero, Francis Paniego, consiguió una estrella Michelín. (La historia de esta ejemplar y galardonada familia, con magníficas fotografías, pueden leerla publicada en un cuidado libro, siempre a su disposición en el hotel).


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Beneficiados Entre las obligaciones de beneficio se contaba la asistencia al coro y demás funciones parroquiales, y las de

atender a la “cura de almas” de la villa y las parroquias anejas de las aldeas, que se dividían en varias agrupaciones para el servicio (ver Aldeas).

Puerta y fachada Oeste. Frente a ella casa del Ángel (ver Nobles y sus casas palacios…). (3). Coro, detalle del lateral abierto a la en tiempos capilla de la Dolorosa.

1. Don Blas era el párroco de la iglesia de Ezcaray cuando nací, y quien me bautizó, tras él mi padre Lorenzo Soto, Alcalde de la Villa, junto al párroco el Gobernador Civil de Logroño. A ambos lados componentes de la rondalla o grupos de ‘Coros y Danzas’, con guitarras.

2. Coro Alto. Facistol rodante decorado con grutescos de mediados del XVI; imagen de la Inmaculada, barroca de fines del XVII; sillería de trece asientos con salomónicas, barroca del XVII-XVIII. Antepecho de coro con balaustres de fines del XVI, reutilizando trozos de claraboya de comienzos del XVI. Además se colocan vidrieras en las ventanas.

En el lateral del coro que da a la nave más antigua sobre la que se levantan los arcos de la nueva iglesia, la barandilla de piedra con preciosas tallas religiosas, no es de escudos heráldicos como la de la balconada sur y curiosamente algunas piezas de piedra son lisas sin talla alguna, un poco raro teniendo escudos y claraboyas de sobra.

Vidrieras. En cuanto a las vidrieras supongo siguen siendo las mismas que se colocaron durante unas obras de mejora en 1671.

Sencillas vidrieras colocadas en las ventanas que el exceso de luz, en muchas ocasiones, nos impiden contemplar en todo su esplendor. Destacan San Lorenzo, virgen de Allende, Valvanera, San José y el Niño, El Buen Pastor, etc. 1-2. A los lados del altar mayor las vidrieras representan a los patronos de Ezcaray, San Lorenzo, festividad 10 de Agosto, Virgen de Allende, festividad 24 de Septiembre.


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Detalles de algunas vidrieras de Santa María la Mayor de Ezcaray (por Daniel Robredo).

Podemos ver estas y otras vidrieras en la Iglesia y en la Sacristía-Museo.


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A la nave más antigua de este templo da este balcón que corresponde a la parte trasera del órgano y lugar en el que se encuentra el fuelle que permite, llegando el aire a todos los tubos de este singular instrumento musical, cuando en su teclado se sienta un buen organista, disfrutemos, no algunos que hacen llorar a la Madre del Señor, pero de pena por lo mal que lo hacen. La parte más antigua puede corresponder a fines del XIV o comienzos del XV, y tendrían una cabecera con crucero. Sería iglesia fortificada, conservándose mensulones de piedra para matacán en el exterior del muro sur y parte del muro oeste del brazo de la epístola del crucero, matacán que sería de madera. A esta nave se la cubre con crucerías sencillas en la segunda mitad del XV. Su antigua cabecera y crucero se rehacen en los comienzos del XVI junto con una sacristía al lado norte, todo con contrafuertes cilíndricos en los esquinazos.

Algo diferente a otras iglesias en su parte exterior los contrafuertes, que en este caso son como enormes columnas cilíndricas en lugar de los típicos contrafuertes rectangulares que podemos ver en su fachada este e interior.

Comienzos del XVI. Originales contrafuertes cilíndricos, zona del altar mayor y sacristía (1). Detalle torre. Obra de avanzado el XVI (2). La última fuente del pórtico, obra de Fidel Tecedor, hijo de Martín (3).

1671. Se cambian todas las maderas del tejado y hacen algunas reparaciones y mejoras del edificio. En las cercanías de la aldea de Lozalaya se cortan los árboles necesarios y los acarrean a Ezcaray estos y los moradores de las inmediatas: Turza con su grupo, y San Juan con Cilbarrena. Por su parte, Azárruya, Posadas, San Antón, Zaldierna y Urdanta contribuyen con “cabrios”. En Ezcaray esperan “34 retechadores vizcaínos” que sierran y azuelan los árboles y preparan soportes, vigas de tijeras, cabrios, etc. comenzando las obras de reparación de los tejados. 1671. Construyeron el arco de piedra, espadaña, para la campana de señales, para llamar a oficios y juntas a los Beneficiados que vivían en el pueblo, o a sus sustitutos, como veremos en el capítulo (Aldeas).

En esta época no había ni losas ni bancos, ni se adivina la carretera (1). Detalle de la fuente con escaleras (2).


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1671. Otras mejoras que se fueron haciendo a partir de esta fecha son los enlosados, sepulturas, del interior de la iglesia y del pórtico, los asientos de piedra de sillería del pórtico y en el interior desde la capilla de San Mateo hasta la entrada, y los sencillos sepulcros que hay en torno a esta capilla, sin nombre.

1. Nuevo enlosado y bancos. 2. Pequeñas tumbas para niños de dos losas, en la parte antigua de la iglesia.

1785. Se pusieron nuevos asientos de piedra sillar en el pórtico, renovándose al mismo tiempo sus losas, de seis pies de largas. Se refuerza los muros que dan a la calleja, norte, y coloca un enlosado para evitar humedades que afectaban a los cimientos e interior del templo.

Cementerios. No consigo datos fiables sobre el tema y a cuantos han escrito sobre la iglesia se les

olvida esta parte, principio y fin de todo. Me cuentan que en lo que hoy es la plaza del pórtico de la iglesia, al hacer algunas obras como

fuentes, traída de agua, desagües, plantación o reposición de árboles, etc. han visto esqueletos. Un párroco me comenta que había otro cementerio junto a la fachada norte de la iglesia, hasta hace muy poco tiempo cerrada con tapias de piedra.

Tumbas para adultos de tres losas. Todas están numeradas para su identificación.

Dentro de la iglesia en fechas posteriores a las obras de 1556, se enlosó totalmente la superficie del

suelo. Este enlosado realmente son tumbas, casi todas para personas adultas, pero hay muchas para niños en la nave más antigua en la que se podía ver hasta hace muy poco la pila bautismal, hoy cerrada por cristaleras.


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1786. Se habían podrido parte de las vigas principales de la cubierta y había que levantar y renovar buena parte del tejado. En aquellos momentos el Cabildo eclesiástico y Ayuntamiento pasaban por penurias económicas ¿y cuando no?

Entramados de madera sobre las bóvedas de piedra de toba, una piedra caliza muy pura, porosa y con tan poco peso o densidad que incluso puede serrarse (1-2).

Pidieron ayuda al Arzobispo de Burgos y al Excmo. Sr. Duque de Medinaceli para que como Patrón que era de la iglesia, contribuyese a remediar el daño. El Duque aportó 5.000 reales y las obras se iniciaron rápidamente. Descripción del templo. La parte más antigua la componen algunos restos románicos, la capilla de la Concepción, la torre bizantina y unos capiteles del interior, que pudieron pertenecer al “misterioso” palacio señorial de los Manrique. El resto, menos el ábside y puertas laterales, es de estilo gótico decadente.

1. Detalle altar. 2. El Machachín. 3. Campana del reloj. Año 1808. Diámetro 124 cm. Peso 740 kilos. Una de las mayores del Valle.

El ‘Machachín’. Románico. La singular figura del ‘Machachín’ da en el interior del templo las horas. Uno de los pocos restos de románico puro en la iglesia, es esta especie de ventana en la que el pequeño

‘Machachín’ da las horas, (ausente por unos días para limpiarlo y restaurarle ha vuelto). Es como el ‘Papamoscas’ de la catedral de Burgos. Está comunicado con la maquinaria del reloj y da al mismo tiempo las horas en la campana que está sobre la torre del campanario que en la pequeña campana interior del Machachín (del año 1683. Tiene 16 cm. de diámetro y pesa 2 kg.-datos de Gonzalo Abajo Monge), moviendo los brazos al dar las horas.

‘El Machachín y sus rezos’ Ave María. Durante muchos, muchos años, cuando el ‘Machachín’ daba las horas, todas las mujeres se ponían de

rodillas y los hombres de pie y rezaban el Ave-María; esto molestaba o distraía a D. Manuel Gómez cuando predicaba o se encontraba en algún momento de la misa o rosario. Se quejó y reprendió algunas veces a sus feligreses sin conseguir nada. En 1873 aflojó los resortes y dilató los alambres que elevaban el martillo del muñeco, dejándole tan anémico que apenas se escuchaba la campana. Desde entonces hasta nuestros días cuantas Ave-Marías se dejaron de rezar a la virgen María, hubiera sido mejor que D. Manuel dejase lo que decía y acompañara al pueblo en sus plegarias.

Ezcaray textil. Esta costumbre de rezar el Ave-María existía también en las máquinas textiles y en los zarzos de desmonte cuando se oía el reloj. A las once solían agregar las desmontadoras un Padrenuestro a San Patricio y Santa Teresa de Jesús (mientras se rezaba no se trabajaba y con ello tomaban un respiro).


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Puertas. El arco de piedra que sirve de marco a las puertas de la fachada sur, está allí como empotrado, y sus materiales acusan más antigüedad que el resto de la construcción, posiblemente traído de una vieja iglesia desaparecida. La puerta de la antigua construcción era la del oeste, la del sur se abriría durante la restauración de 1565. Tres arquivoltas apuntadas, encuadrando ingreso carpanel y tímpano con Anunciación Reyes Católicos. Las puertas son dos hojas casetonadas con bustos, mascarones, bichas, candelieri, putti, etc., uno de los cuales sostiene cartela con Año de MDLVI.

Arcos de piedra y puerta tallada en la fachada Sur. En la puerta de entrada se ve el retrato del artífice y de su mujer (cosa muy usada en aquel tiempo),

él fumando en pipa, pero realmente no es una pipa lo que sostiene en la boca, es una rama con sus hojas y al final la pera (un pero). No se conoce el nombre del autor. En la puerta derecha parte superior se puede ver un león sobre sus patas traseras “empalmado”, otra burla erótica del autor, guardando las calderas de los Pinillos.

Puede ser el autor de la puerta (1). Viril león ¿excitado por las calderas? (3).

La persona que las hizo, tenía mucho sentido del humor, ya que en uno de los cuadros o cuarteles que dividen las puertas, se retrata como un hombre feísimo con aspecto demoníaco y con un pero en su boca, que lo mismo puede ser una humorada que una alusión a su nombre, Pedro, o a la del fundador, Pedro Manrique.


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En la puerta vemos los escudos de benefactores de importantes obras de la iglesia, que aparecen repetidos tallados en piedra en la galería. En la hoja de la izquierda de la puerta, en cuatro cuarteles, están repetidos, en sentido contrario, un león rampante y un ala que sostiene una espada, y en el de la derecha, dos calderas de los Manrique y otros nobles, uno debajo del otro. El actual escudo de Ezcaray toma estas calderas añadiendo frente a ellos la parrilla, en memoria a su santo Patrón San Lorenzo.

Puede ser que los fundadores de la iglesia fuesen don Pedro Manrique y doña Elvira Lasso Manuel, esposa del primero en segundas nupcias.

Escudos en la puerta que se repiten en piedra en la balconada. Rostros del autor de la puerta,

fundadores de la iglesia, fecha de las obras, seres demoníacos, personas feas, ángeles jugando, etc. Podemos encontrar en ella escudos heráldicos con las calderas de los Manrique y las altas armadas

de Espada de los Manuel. Lo que significa que el matrimonio Pedro Manrique y doña Elvira Lasso Manuel – esposa del primero en segundas nupcias - las encargó.

En la parte más baja, casi a ras del suelo, hay un busto de mujer que pudiera ser la del tallista. Pero por el humilde sitio en que la coloca, quizás, puede ser de alguna persona de la que quisiera vengarse el artista. Conserva en una tabla figuras de ángeles y adornos muy bien hechos, y otras cosas…

1. Un rostro con cuernos. 2. El angelote presenta una cartela con el año de la obra, AÑO MDLVI, 1556. 3. Quizás el constructor del templo.


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Puertas de entrada. Platerescas, de madera tallada. En una cartela que sostiene un ángel en la parte más alta de las mismas, izquierda, nos muestra la fecha en que se hicieron, MDLVI – 1556.

Puerta principal, sur, y algunos detalles de sus tallas.


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La otra puerta, situada en la parte frontal de la iglesia, oeste, así como la fachada de este lugar, son de estilo barroco, sencillas y de fecha más reciente la carpintería, no esta parte del edificio de piedra que parece ser muy antigua.

Puerta oeste. Normalmente se la llama, “la de atrás”. Frente a la casa-palacio del Ángel.

Hoy se usa con más frecuencia esta puerta, tanto en bodas, entrada de los novios, como entierros o procesiones. La parte norte de la iglesia hasta hace poco tiempo ni siquiera se podía ver. Unas huertas, incluso una pequeña casita la ocupaban y no había ninguna calle directa al cementerio. Si en la tapia sur del cementerio se abre una nueva puerta y un sencillo puente para pasar el río, nos evitamos el peligro de salir a la carretera para entrar y salir del cementerio, quedando todo más íntimo. Es tan solo una idea compartida.


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Interior. Naves con bóvedas de crucería con adornos y medallones en las claves, capiteles góticos, y en sus capillas sencillos sepulcros de familias nobles sin datos de sus propietarios pero si nos dan información a través de algunos escudos de armas. Es amplia y de buenas proporciones, de la época de decadencia del estilo gótico.

Sencilla, elegante y equilibrada. Al fondo el coro (1). Detalle del lateral sur del coro, a capilla Dolorosa (Dos).

Tomando el sol (1). A la derecha del coro el órgano (2-3).

El coro, al oeste, o píe de la nave, esta proporcionado con el conjunto. Antepecho de coro con balaustres de fines del XVI. Como en el corredor o balconada de la fachada sur, las balaustradas norte y sur del coro son de piedra tallada, claraboya, y algunas tallas religiosas. De los laterales arrancan dos pasillos hacia el altar con barandillas de madera. En uno se encuentra el órgano, el otro da acceso a la galería de los escudos.


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El coro dispone de una típica y cómoda sillería de madera noble, trece asientos, con salomónicas y hojarasca, barroca del XVII-XVIII.

1-3. Sillería del coro. Hoy 24 de septiembre se celebra una misa especial dedicada a la Virgen de Allende. Por la tarde en procesión recorrerá las calles de Ezcaray para regresar a su ermita. Con este motivo el coro recobra vida al acoger a la Coral Victor Monge Bengoa, de Ezcaray, y el incombustible organista. Para facilitar las cosas a sus miembros, Don Desiré, les da la Comunión en el coro.

El órgano. Data de principios del siglo XVIII. Es donación de los esposos don José de Velasco y Mena y doña Josefa de Cáceres Latorre, que pagaron por él 2.200 ducados, dejando, además, para su servicio, dos capellanías, colativa y merelenga, que rentaban 200 ducados anuales para el organista -que debía ganar la plaza en reñida oposición- y otras cantidades proporcionadas para el fuellero y arreglos del instrumento. Al parecer lo hizo Diego de Orío Tejada, natural de Ocón y vecino de Ezcaray, lo comenzó a construir en 1700.

Órgano donado por Don. José de Velasco y Mena y Doña Josefa Cáceres (1-2). Desde el coro (3).

1-2. Hoy es día grande y la misa es “cantada”. La Coral la dirige en esta ocasión Clara.


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Restauradas y, sobre todo limpias, las imágenes del altar mayor, se han vuelto a colocar en su lugar. Los trabajos han merecido la pena y ahora el altar brilla de una manera especial, sobre todo si

tenemos la suerte de verlo iluminado, algo difícil, ya que debido al excesivo consumo de los focos la parroquia no se puede permitir demasiados lujos. Sería importante colocar, como en otros templos, un sistema automático de iluminación por monedas, de forma que con la mitad del dinero que se introduce se pague el recibo de la luz y mantenimiento y quede el resto para la parroquia.

1. Siempre es un placer escuchar a Vicente Robredo, quien bien merece el nuevo cargo de Vicario de la Diócesis.

Las personas que visitan Ezcaray y este destacado lugar, agradecerían y pagarían a gusto, poder

contemplar esta joya unos minutos. Mientras esto no ocurre intentaré contarles brevemente la composición del altar. Retablo mayor. Presbiterio: Gran retablo mayor de banco, tres cuerpos y ático, con cinco calles y

seis entrecalles, con algunos pilares recambiados y tracerías de claraboya junto con decoración de grutescos en casas, doseletes y peanas, de hacia 1510, con imaginería coetánea que parece del taller de Vigarni, en que se mezclan desde elementos hispano-flamencos a otros renacentistas.

1-2. En el banco, izquierda, San Mateo, San Juan y Ángel de la Anunciación. A la derecha del Sagrario, Virgen de la Anunciación, San Lucas y San Mateo (0.93 x 0,67).


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En el banco encontramos a…

1. San Mateo. 2. San Juán. 3. Ángel de la Anunciación.

1. Virgen de la Anunciación. 2. San Lucas. 3. San Mateo. En la primera entrecalle Santo Tomás, Santa Elena y San Antón. En la primera calle Presentación de la Virgen, Natividad y Epifanía; en la segunda entrecalle San Matías, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina;

1. Presentacde la Virgen. 2. Natividad. 3. Epifania. Adoración de los Reyes Magos. En las últimas fotos, tomadas antes de la restauración y limpieza, se ve claramente como el polvo acumulado deteriora el altar.


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En la segunda calle San Juan Evangelista y Santiago Peregrino. En la cuarta calle San Andrés y Santo Apóstol; en la quinta entrecalle Apóstol, San Francisco y Santa Bárbara.

1. San Juan Evangelista. 2. Santiago peregrino. En la tercera entre calle: San Juan Bautista, San Sebastián y otro Santo.

1. Santa María la Mayor. Titular de la Parroquia. 1-2. Asunción, antes y después de la restauración.

1-2. Piedad, antes y después. 3. Calvario.

Piedad y Calvario. En la cuarta entrecalle San Bartolomé, San Miguel y San Gregorio Magno.


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1. Huida a Egipto. 2. Circuncisión. 3-4. Se desmontan todas las imágenes para su limpieza y restauración. En quinta calle Huida a Egipto, Circuncisión y Desposorios. En la sexta entrecalle; Apóstol, San Mauricio y San Agustín. .

(1). En la calle central San Pedro y San Pablo a los lados de la Virgen titular, sedente, hispano flamenca de fines del XV, con coronas barrocas de la segunda mitad del XVII. Antes y después de restaurarse.

El altar ha quedado resplandeciente, sobre todo el pan de oro.


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Separada de la Virgen con Niño por un doselete que le sirve de peana, la escena central de la Asunción o Coronación de María, titular hoy de la Iglesia Parroquial, de gran tamaño y bellísima, rodeada de ángeles. A sus lados, calles dos y cuatro, los apóstoles San Pedro, San Pablo, Santiago y San Andrés.

1. Los dorados y pinturas de las tallas se encuentran en buen estado, pero hay sobre ellas polvo de siglos

acumulado, más si tenemos en cuenta que en el interior del templo, hace no muchos años, se pico todo el yeso y pintura que recubría la piedra para dejar estas limpias y a la vista. Las imágenes se han desmontado en 2010 comenzado su limpieza y restauración. En otoño se desmontará el retablo. 2. Para 2012 el altar quedó restaurado y limpio. Sobre la Coronación de María un expresivo Descendimiento y sobre él la escena del Gólgota: Cristo en la Cruz y a sus lados La Virgen y San Juan Evangelista.

Sobre la Coronación de María un expresivo Descendimiento y sobre él la escena del Gólgota: Cristo en la Cruz y a sus lados La Virgen y San Juan Evangelista.


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Retablo de San Miguel. Según los entendidos, el más antiguo de los que hay en esta iglesia. Mirando al altar mayor, a la izquierda, al lado del Evangelio. Doseletes de filigrana; tenía los doce Apóstoles en esculturas sencillas (0,48), y San Antonio Abad;

más moderna es la de San Blas. Se trajo de la ermita de San Miguel, situada entre las cuestas de ‘Judía’ y ‘Sagastia’, al otro lado del

puente Canto. A juzgar por sus cimientos debía ser muy sólida y grande, y contemplando su precioso altar, conservado en la parroquia, la nave de esta ermita debió ser bastante elevada.

Retablo de zócalo, dos cuerpos en cinco calles, guardapolvo y pulseras, con tracerías, pilaretes,

doseles, etc., de arquitectura hispano-flamenca de fines del XV, e imaginería coetánea de San Antón (0,69), San Cosme (1,03), San Pedro (0,48), San Miguel, titular (1,10), San Pablo, San Fabián (1,03) y Apóstol (0,48) en banco, Santiago Alfeo (0,48), Santa Catalina (1.03) San Bartolomé (0,48), San Juan Evangelista (0,48), Santa Bárbara (1,03), Santo Tomás (0,48), San Simón (0,48), Santiago (0,48) y Asunción (1,20); además Santa Escolástica, barroca del XVIII y, sobre el guardapolvo Virgen, Crucifijo y San Juan, manieristas de hacia 1540.

1-2. En la capilla de San Miguel se encuentra el Machachín, ventana de origen románico.

1. Machachín. 2. Altar de San Miguel 3-4. No había bancos. 5. Planos de Planta Parroquial.


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En la capilla de San Miguel, vemos al arzobispo Ilmo. Don Pedro Antonio de Barroeta y Ángel en una magnífica pintura, quizás ocupando el lugar del retablo de San Felipe Neri. Fue Colegial en el mayor de Cuenca de Salamanca, beneficiado de la villa de Ezcaray y Canónigo penitenciario de la Sta. Iglesia de Coria, doctoral de la de Málaga y Arzobispo de Lima, en 1748 cuando tenía 48 años. Promovido a el de Granada en 23 de mayo de 1757.

Dicen procede este valioso altar de la ermita que con este nombre se encontraba al otro lado del puente Canto, no lejos de un promontorio de rocas calizas, la picotilla de San Miguel, al que muchos días subíamos a jugar terminada la escuela, chicos y chicas de la cuadrilla, y en el que las caprichosas rocas habían dejado un hueco con una subida en la que sentarse, como si lo hiciéramos para tocar el órgano de la iglesia, a este curioso lugar le llamábamos “el Piano”, o quizás porque alguno “algo tocaba”.

Ilmo. Don Pedro Antonio de Barroeta y Ángel (1). En el trono principal está la bella y magnífica imagen de San Miguel, del siglo XVI.

La ermita se encontraba junto al pago de Musarambia y ante su ruina se trajo en su totalidad para la nueva iglesia, sus piedras para las paredes y torre, adornos y santos para su interior (2).

En esta misma capilla, de San Miguel, había un elegante retablo muy bien conservado y dorado que servía de lujoso marco a un cuadro de bastante mérito de San Felipe Neri y el remate superior un relieve de San Martín; dicho retablo fue costeado y regalado a la iglesia por D. Salvio Ángel, muy devoto de San Felipe. El vecino de la casa del Ángel. ¿Qué fue del altar y cuadro?

El cuadro-retrato del arzobispo D. Pedro Antonio de Barroeta y Ángel ha sustituido el retablo con el lienzo de San Felipe Neri. En esta capilla se reúne y canta, en torno a Victor y su órgano, el coro de la iglesia. En este caso, visita a Ezcaray de Cayetana, duquesa de Alba, la coral Victor Monge Bengoa (2).

Remata el retablo de San Miguel un calvario con un crucifijo de buena talla y a su lado La Virgen y San Juan (1). En la visita que Doña Cayetana, duquesa de Alba, hizo a Ezcaray, la Coral ocupa la capilla de San Miguel (2).


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A la muerte del insigne bienhechor de Ezcaray, don Matías de Sagastía, donó a la iglesia un cuadro de Nuestra señora de Valvanera, junto con 3.000 reales para que se retocase y compusiere el retablo de San Miguel, con fecha 5 de diciembre de 1799. Así que pronto y bien mandados decidieron poner el cuadro de Ntra. Sra. de Valvanera en el centro del precioso retablo. En la última y reciente restauración del retablo parece han retirado el cuadro de la virgen de Valvanera, quizás lo hicieron mucho antes, no lo se. El pequeño problema de esta y otras iglesias es que según los párrocos y las circunstancias, así como vemos, deseos de sus fieles y donaciones, cambian las cosas de sitio.

1. San Miguel. 2. Santa Catalina. 3. Santa Bárbara.

1-2. San Fabián y San Cosme. 3. Detalle de un apostol.

Fray Andrés de San Jerónimo, natural de la villa de Ezcaray, había ingresado a los 23 años en el convento de San Jerónimo de Escorial, y por sus muchas virtudes el rey Felipe III lo propuso para obispo de Vich. A su muerte, el 29 de septiembre de 1626, dejó 12.000 reales de plata (o de vellón) con poder para que sus sobrinos Juan y Pedro Barrenechea los entregasen al Cabildo eclesiástico de ezcaray y éste dispusiera un censo a fin de que sus réditos se dedicasen, perpetuamente, para crear una capellanía por sus padres (nobles) enterrados en la capilla de San Miguel.


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Posiblemente, la fachada sur de la Iglesia Parroquial de Ezcaray ha sido a lo largo de la historia lo más fotografiado del Valle del río Oja.

La iglesia de Santa María la Mayor desde el exterior.

(1). Entrando en Ezcaray. La iglesia destaca del resto de las edificaciones. (2). Picotilla de San Miguel al otro lado del puente Canto. A partir de la Picotilla, se encontraba el pago de Musarambia o San Miguel. Quien sabe si en algún momento de la historia alguna aldea, porque resulta extraño que para tratarse de una aislada ermita-iglesia en un pago de pobres tierras cerealistas, fuera tan grande, lo que refleja las dimensiones de su altar-mayor o de San Miguel, y con tan bellas imágenes. En el siglo XV, multas impuestas por trasgresión de las ordenanzas de pastos y otras cosas, se aplicaban a la obra del retablo de San Miguel.


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Capilla milagrosa. Un retablo diferente. De frente al altar mayor a su derecha, en términos religiosos, del lado de la epístola, podemos ver algo único. Es una serie de tallas preciosas, sobre madera dura, oscura y brillante. Parece ser de tablones extraordinariamente anchos, de nogal sin pintar. Especialmente el del centro que parece de una sola pieza, o tan bien ensamblado que no se ven las uniones.

De niños, solíamos confesarnos, terror, en esta capilla, yo me podía quedar horas mirando este

retablo, mientras mi clase desfilaba por el confesionario y el bueno de D. Blas o Don Saturiano perdían la cuenta de quienes se habían confesado y quien no. Este altorrelieve representa de forma real el descendimiento, al fondo el monte del Calvario.

Increíble talla sobre nogal con una sensibilidad pocas veces vista. 2. Adoración de los Reyes Magos. El niño le quedó pelón.

Retablo de banco, cuerpo y ático, de arquitectura romanista con pilastras jónicas y columnas corintias de hacia 1570. Relieves en banco (alto 0,50) de Anunciación, Natividad y Epifanía. En cuerpo San Mateo, San Pedro, Padre Eterno y San Pablo en ático coetáneos, y Piedad, titular (Descendimiento del Señor en el momento que la Virgen y Madre Dolorosa estrecha en sus brazos el cadáver exangüe de Jesús).

Contemplo esta Piedad como fiel reflejo de los sentimientos de impotencia y rabia ante la injusticia y crueldad de los hombres, de una madre que ve como en su presencia han dado lento y terrible martirio a su hijo hasta que muere. Ya todo acabado, personas compasivas lo bajan de la cruz y ella, como de niño, lo acoge en su regazo y abraza llorando amargamente, roto su corazón por el dolor”. Esto debía pensar el artista que tallaba la madera, porque estas imágenes salieron de su alma: Una presella con la Anunciación y la Adoración de los pastores y los magos se admira debajo del cuerpo central.

(1). Adoración de los pastores y arpista. (2). San Mateo y Santiago Apostol en traje de peregrino.


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A los lados del cuerpo, dos soberbias esculturas representando a Santiago Apóstol en traje de peregrino y la de San Mateo, únicas figuras policromadas del retablo. En ático Calvario, manieristas de mediados del XVI; lo romanista es del estilo de Lázaro de Leiva, lo manierista atribuible a Juan de Beogrant. Que importa quien fue, ni como se llamaba el autor del retablo ¿Alonso Berruguete?, ¿Felipe de Vigarny?, ¿Andrés de Nájera?, ¿Francisco Porres, de Ojacastro?, ¿Pido Arbulo de Margubete?, discípulo del primero, también pudo ser alguien de la familia de Mateo, que había sido discípulo y seguidor del genial artista italiano Miguel Ángel. En cualquier caso, el autor dejó una auténtica y muy particular obra de arte. Varios de los que se citan hay que descartar porque cundo se talla esta maravilla ya habían muerto. Otros, como Andrés de Puelles, Francisco de la Cueva, etc., tallaban otros estilos. Hay quien opina que fue obra de don Pedro Arbulo y Marbuguete, natural de Santo Domingo de la Calzada y residente en Briones, discípulo de Berruguete e inclinado a las trazas y relieves al gusto del maestro, como puede apreciarse el retablo mayor y sillería del coro de San Asensio; en el Tabernáculo del Convento de San Francisco de Santo Domingo de la Calzada y otras muchas obras.

“En 4 de septiembre de 1583, en el Ayuntamiento de Ezcaray, siendo alcalde el Ilustre señor don

Pedro de Orduña y Arcos; por testimonio de escribano don Diego Govantes Bilbao, se abrió información a los herederos de don Diego Valladolid, abriendo el testamento del mismo y su mujer doña Catalina Mateo Tenorio, vecinos de Ezcaray; de donde consta que mandaron fuesen sepultados en la iglesia de Santa María de Ezcaray, en la capilla del Santo Cristo, que llaman de los Mateo, en la sepultura en la que está su padre Diego de Valladolid. Dejó dispuesto que a él y su mujer se le hiciesen honras a cada uno por nueve días; que se diesen a los pobres tres paños, dos pardos y uno negro; una casulla de damasco blanca con franja, de 20 ducados, para la iglesia; 10.000 maravedis sin perjuicio de lo que ya había dado, para ayuda de poner y perfeccionar el retablo del Cristo” Doña Catalina Mateo, pudo ser hija del iniciador de la capilla, Mateo, natural de Burgos y vecino de Ezcaray. Siguiendo con generosa contribución a la capilla y retablo su yerno don Diego de Valladolid.

En esta capilla hay cinco lucillos, arcosolios apuntados, o carneros en forma de arcos (dentro de ellos, urnas de piedra en las que se sepultan personas notables), donde está enterrado don Mateo y su mujer doña Catalina Tenorio, su hijo Mateo, don Diego de Valladolid, y su mujer doña Catalina.

(1) Uno de los sacerdotes de Ezcaray, Don José Castroviejo. Lucillos, al fondo y derecha, capilla de los ‘Caballeros de Mateo’.


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En dicha capilla, posteriormente, se colocó un retablo titulado de ‘Animas’, pues contiene un buen cuadro de N. ª S. ª del Carmen, con el purgatorio al pie. Dicho retablo es idéntico al de San Felipe Neri, hecho por la misma mano y regalado por el mismo señor, don Salvio Ángel.

Retablo del Oratorio de San Felipe de Neri (1). San Francisco y Santo Domingo intercediendo por las ánimas del purgatorio (2).

Del retablo no se nada, tampoco sobre el cuadro de San Felipe de Neri. Con el cuadro se hizo un pobre altar que se colocó bajo el órgano. En un paño de piedra de la parte más antigua del templo, entrando por la puerta del fondo a la izquierda, entre los confesionarios, encontré el lienzo grande de San Francisco y Santo Domingo intercediendo por las Ánimas del Purgatorio, del estilo de Ricci, del XVII. En los centros de los retablos que ocupaban los mencionados cuadros se hicieron tronos, colocándose el Sagrado Corazón de Jesús donde estaba San Felipe, y el Sagrado Corazón de María, donde estaba el cuadro de la virgen del Carmen. Las esculturas están bien, pero el trono desdice del estilo de dichos retablos, ya que no fueron hechos para trono central.

Rincón de la iglesia, al fondo, donde se encuentran hoy (2010) los cuadros comentados, ademas de los confesionarios (1). No lejos del mismo una interesante pintura de San José con el Niño en brazos (2). 3. A la puerta, boina, Florencio “el Molinero”. Capilla milagrosa. Vía directa del Purgatorio al Cielo. Encima del retablo hay un cuadro con esta leyenda: “En este altar de S. Mateo se sacaban ánimas del Purgatorio a cada Misa de Réquiem que se celebraba. Alcánzala D. Francisco Ezcaray Guevara, año de 1649, siendo PP. Inocencio Décimo”

Cuadro con la leyenda. Detalles del retablo.


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En el archivo parroquial se conserva, en vitela, una Bula del Papa Inocencio XII, fechada en Roma el 2 de Agosto de 1692, en que se concede, de nuevo, dicho privilegio, válido para siete años, con las condiciones que siguen: deberían celebrarse en la iglesia siete misas diarias por lo menos; que el difunto que hubiese de gozar de él muriese en gracia; era efectivo el día de todos los difuntos y los de su octava en todas las misas que se celebrasen en el altar, más todos los sábados del año. Por el texto de la bula se hace constar que el verdadero titular de esta iglesia es nuestra Señora en el misterio de la Asunción (altar mayor), y que esta capilla se llama de la Soledad, no de San Mateo. En varios documentos se la denomina de Nuestra Señora de las Angustias.

Sepulturas en la capilla de ‘los Mateo’. Al fondo, bajo los arcos, las tumbas de piedra de los Mateo, Tenorio y Valladolid. Escudos con Atributos de la Pasión (1). En el escudo frontal de una de las sepulturas no se aprecia ninguna talla, ignoro si nunca se hizo o con el tiempo se ha deteriorado.

¿Por qué se le ha llamado de San Mateo? La familia titulada de los ‘caballeros de Mateo’, cuyo solar se hallaba en Ezcaray, alegaban tener

derecho exclusivo de propiedad sobre el altar y capilla que se dice ‘de los Mateo’. Por una sentencia dada el 2 de Octubre de 1535, se exhorta a esta familia a que no sigan con tales pretensiones y se les conmina con excomunión, caso de que continúen con ellas.

Es posible que esta familia fueran los donantes, no solo del retablo, sino de correr con los gastos de construcción de dicha capilla cuando se amplió el templo. De ello la razonable petición que hacían y su insistencia.

En los sepulcros de piedra de la capilla de los Mateos hay cosas tan curiosas como estos escudos, en los que se han esculpido escaleras, clavos, martillos, incluso lo que parece una tenaza, Atributos de la Pasión.

1-2. Curiosos escudos en una sepultura de la capilla de los “caballeros de Mateo”. 3. El altar mayor se esta desmontando. Junto a la capilla de La Soledad o Nuestra Señora de las Angustias (popularmente de los Mateo), la pila bautismal.


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Entre las dos sepulturas mencionadas, hay otra curiosa sin sepulcro de piedra sobre el nivel del suelo y con una cabeza y mano-llamador en el perfil de los arcos.

(1). Sepulturas en la capilla. ¡Llamador…! Un rostro y una mano de tamaño natural, como el llamador de una puerta. (2). Posiblemente el escudo de armas de los ‘Caballeros de Mateo’, es el que se encuentra sobre el altar negro de la capilla, parecido a la cruz de Santiago.

Detalle de los nervios y claves de la bóveda de la capilla de los ‘Caballeros de Mateo’, sobre las que descansan las ligeras piedras de toba. (2). Al fondo los cinco lucillos o arcosolios apuntados de enterramiento en la capilla.

Desde la capilla de los “Caballero de Mateo”, la sencilla de San Miguel, con órgano al fondo izquierda. En ella canta el coro Parroquial, o coro chico. El párroco actual, don Jose Luís, que tantas obras de mejora y restauraciones está haciendo y dejando en esta Iglesia, interviene durante la ceremonia de un bautizo. En este caso el de mi nieto Mateo.


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Retablo de San Lázaro. Retablo de banco, cuerpo y ático, en tres calles, con tracerías de claraboya, pilaretes y chambranas de estilo Reyes Católicos de hacia 1510, con escultura coetánea de Santa Águeda y Santa Lucía (0,48) en banco, San Lázaro, San Roque, titular, y San Gregorio (1,11) en cuerpo y Calvario en ático, tallado por uno de los escultores que intervienen en el retablo mayor. El retablo es pequeño, se halla en la capilla situada junto a la entrada sur, entrando a la derecha, junto a la pila de agua bendita. Procede de la desaparecida ermita de su nombre, que se encontraba junto al humilladero y cruz del mismo nombre, en el solar sobre el que se construyó la casa que ocupó el sacerdote don Gregorio Armas. En dicho retablo, San Roque ocupa el trono central y San Lázaro la hornacina primera de la derecha. Los santos con el tiempo solían cambiar de lugar para ir al son de las devociones de los fieles, igualmente cambiantes. La devoción contra la peste que se profesaba a San Lázaro, decayó a favor del presbítero mártir San Caralampio y la de este fue decayendo a medida que se generalizó la devoción por San Roque, de nombre más sonoro y fácil de recordar.

Capilla y altar de San Lázaro. Ofrece la particularidad de que en su parte inferior, hay dos pequeñas imágenes de Santa Águeda y Santa Polonia, tocadas, con el traje vascongado que se llevaba en Ezcaray en tiempos de los Reyes Católicos, y la otra, a la usanza mora de la misma época.

1. Santa Águeda. 2. Santa Polonia. 3. Barrio de San Lázaro. Lugar, junto al crucero, en el que se encontraba la desaparecida iglesia de San Lázaro.


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Otras capillas y retablos Hay otros once altares, dedicados al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado de María, A San Antonio, San

Lorenzo, benditas ánimas del Purgatorio, Rosario, Carmen, Soledad, Concepción, Santísimo Cristo de la Esclavitud y al Ecce Homo.

1-2. Retablito de un cuerpo con corintias flameadas y frontón curvo, barroco de la segunda mitad del XVIII,

con imagen coetánea titular de la Dolorosa, de tamaño natural, con corona de plata. Bonito retablo de columnas estriadas y elegantes relieves; todo él muy bien dorado, dedicado a La Soledad de Nuestra Señora, cuya respetable imagen en él se venera, colocada en precioso trono. Antes del traslado estaba adosado a un bello lucillo de columnas y coronamientos de piedra, en la capilla en la que hoy está San Lorenzo. Derecha el Ecce Homo.

A la izquierda Jesucristo Yaciente (1). La procesión pasa frente a la casa de D. Pedro de la Torre (2). En la nueva capilla de esta venerada imagen se guarda en valiosa urna la bellísima de Jesucristo Yaciente, que

sale en la procesión del Viernes Santo; ofrenda de los hermanos Marín Alcalde. En su momento había una capilla dedicada a Jesús con la cruz a cuestas. El retablo, al parecer, no tenía mérito alguno y era demasiado pobre. La imagen del Señor es buena y muy expresiva; como detalle original, Jesús no abraza la cruz, incluso sus manos ni la tocan, pero esto pasa desapercibido. Es posible que la actual cruz no sea la original.

Se cree, que fue costeada por un vecino de Ezcaray llamado Villanueva, y de ahí viene que los Villanueva, como descendientes del donante, por tradición de padres a hijos, cuidaban de dicha imagen y altar y eran los que con preferencia la sacaban en procesión el día de “Jueves Santo” y en dicho día hacían vela.

Hoy comparte capilla con La Soledad y Jesucristo Yaciente dentro de una urna de cristal, pero creo que la capilla de La Soledad no se encontraba en este lugar. En tiempos estaba en la amplia capilla del fondo de la iglesia junto a la puerta de las escaleras al coro y balconada sobre el pórtico.

Actualmente en esta capilla se ha colocado el altar a San Lorenzo, como vamos a ver, encontrando en él lugar San Isidro Labrador y las imágenes de Jesús resucitado y María, que son sacadas en la procesión del encuentro.


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Junto a la puerta del campanario estaba colocado un altar de buen gusto, regalo del Excmo. Sr. D. Cenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, dedicado a Santa Bárbara, en obsequio a la reina de las Españas, Dña. Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI. Ahora trasladado de lugar y dedicado a San Lorenzo.

1. Altar de Sta. Bárbara, regalo de Ensenada, hoy ocupado por San Lorenzo en la capilla en tiempos de la Dolorosa. 2. Una bonita talla de Sta. Bárbara en un rincón junto al altar de Cristo crucificado. Por el estilo, este altar es posible fuera el que se encontraba en la capilla de San Miguel, con la pintura de San Felipe de Neri, regalo de D. Salvio Ángel.

A Santa Bárbara, desplazada de su altar dorado por San Lorenzo, la vi en un rincón junto al pequeño altar del

Cristo de la Esclavitud. San Isidro, parece haber tenido algo más suerte y con sus bueyes y el angel que los conduce se ha subido a la mesa del retablo de San Lorenzo. A su lado, sobre otra mesita, Jesús Resucitado, que sale de la iglesia en la alegre procesión de ‘el Encuentro’, la mañana del domingo de Resurrección, y su Madre.

Me hablan de la capilla de San José (antigua parroquia). En ella estaban: El retablo de San José, de estilo romano, pero moderno y de escaso mérito, más tarde dedicado a la

Inmaculada. Las imágenes que contenía eran las de: Santo Domingo de la Calzada, San Francisco de Asís, San José, San

pedro y N. ª S. ª de Belén. En el centro, la ‘Inmaculada’; todas ellas de poco mérito artístico. En la misma capilla estaban los retablos de San Antonio de Papua. La efigie de San Antonio, aunque moderna era

hermosa. Retablo y efigie donación del piadoso y caritativo D. Antonio Quislán (dueño de una importante fábrica de paños).

(1). Exterior, otra fuente. (2). Pila bautismal en copa gallonada (manierista, comienzos del XVI). (3). Dolorosa.

En el mismo estaba la bella escultura de San Tarsicio y la antiquísima de Nuestra Señora de Ubaga. La virgen de

Ubaga, procedente del antiguo priorato dependiente de Valvanera, se pasó al altar siguiente en el que se hallaba otra imagen que pudiera ser la de Nuestra Señora de Belén. Hoy la virgen de Ubaga, y otras, se encuentran en el museo-sacristía de la iglesia. En el antiguo altar de Santa Bárbara, se pasaron a venerar la virgen del Pilar, Nuestra Señora de Fátima y San Isidro Labrador.


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D. Antonio Quislán dejó, además del retablo: “Un manteo para el cura; 3.000 misas y las Gregorianas en la iglesia, honras en las ermitas; 400 misas en ¿San Bernardino?; y, por dos años, responso llevando a la sepultura un cuartal de pan y dos maravedis de vino; a sus hijos las casas de la plaza de la Iglesia con su huerta y las casas y posesiones de Mercaderías (hoy Tenorio)”. En el ángulo que forma el muro desde el coro a la capilla de la Concepción, hay una especie de banco cubierto con rústicos ladrillos y adosado a la pared, en que se sentaba, antaño, la Justicia y Regimiento de la Villa. Los confesionarios, en mis tiempos, estaban en las capillas de San Miguel y San Mateo.

Coro y órgano (1). El altar no parece desde luego el pintado de colorines (2). Altar de San Lorenzo (donado por el marqués de la Ensenada para Santa Bárbara). A la izquierda San Isidro (3).

Había un altar de Jesús Crucificado. La imagen es buena, pero el retablo resultaba pobre. En el año 1873 lo pinto de colorines muy llamativos el piadoso carpintero Dionisio Monja. A los lados del Sto. Cristo se encontraban dos hermosos niños de buena talla que los encontró emparedados el sacristán D. Casimiro López, al derribarse una pared a mano izquierda, según se sube al corredor, o sea, sobre la nave de la capilla de Jesús Nazareno. En el mismo lugar se encontró un arcón-archivo de documentos y otro arcón con alhajas. Es posible que el nicho fuera hecho para reservar las cosas que consideraron de mayor mérito y ocultarlas a la rapacidad de los franceses durante la guerra de la Independencia de 1808 a 1814.

¿Por qué consideraron, entre todo el resto de imágenes, como de mayor valor la de estos niños? ¿Dónde se encuentran hoy?

1. San José sobre la sepultura de D. José de Velasco y Mena, hasta hace poco ocupada por el altar de la Dolorosa. 2. Vía crucis.


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Capilla de la ‘Soledad’ o Dolorosa. Amplia capilla, protegida por reja de forja baja, lo es ahora de San Lorenzo, cuyo retablo se ha colocado en la pared oeste, en el altar que fue de Santa Bárbara, antes junto a la puerta del campanario. En la pared este, retablo rococó de cuerpo y ático, de la segunda mitad del XVIII, con imagencitas coetáneas de la Fe y dos Ángeles. Lienzo grande de Santo Domingo recibiendo el rosario con donante, barroco del XVIII. En la pared sur, antes de estos cambios, se podía ver el bonito retablo en cuyo trono se encontraba la Soledad de Nuestra Señora (hoy trasladada), sobre la sepultura de don José de Velasco (o Belasco, como lo escriben en el cuadro de Allende). El retablo estaba adosado a un bello lucillo, o arcosolio rebajado entre columnas toscanas adosadas, coronamientos de piedra sobre el que destaca el escudo heráldico del fundador, lobo pasante a árbol enraizado entre tenantes, cuyo escudo está reproducido en la fachada exterior, sobre el reloj de sol, como dando a entender que la capilla perteneció al mismo; bien porque a sus expensas se construyera o ampliara, o por compra que hicieron, constituyéndose patronos y propietarios de ella. En la calle Mayor de Pamplona se puede ver en la fachada de una casa noble este mismo escudo.

Según tradición, la capilla perteneció al piadoso e insigne fundador de capellanías y pías memorias, don José de

Velasco y Mena, y su esposa, doña Josefa de Cáceres; esta, hermana del sabio y virtuoso beneficiado de la iglesia de Ezcaray y licenciado don Pedro Cáceres, y él, hermano del intrépido y heroico almirante don Manuel de Velasco, que antes quiso morir en el mar y hundir su flota en 1701 en la bahía de Vigo que entregarla con las inmensas riquezas que traía de Méjico a los piratas ingleses y holandeses que le habían cercado sin salida posible (buena pista para encontrar un gran tesoro). Don José de Velasco y doña Josefa de Cáceres fueron vecinos de Burgos, de donde se trasladaron a Ezcaray con comercio de quincallas y joyería, que se establecieron en la calle donde posteriormente vivió uno que por apodo llamaban ‘Maria-santísima’, y en la cual, pasado el tiempo, puso su farmacia don Bonifacio de Mateo (¿Sabes donde?).

Exterior de la capilla de los Velasco-Cáceres. Escudo sobre la ventana-vidriera y reloj de sol. Lobo pasante a árbol enraizado.

Ignoro si el matrimonio esta sepultado en el citado lucillo; y con sus bienes relictos, después de la dotación de sus capellanías y pías memorias, además del órgano y del coste de la campana, llamada por los viejos “Campana Velasco” y por los modernos “Campana de Gloria”, porque es la que suele tocarse para los entierros de los niños, se hizo, por testamentarios, el altar e imagen de la Soledad, que se adosó al hueco del lucillo sepultura. La imagen de La Soledad es “realista”, representa la edad y circunstancias, 53 años, en la época ya mayor a la media de vida, la pena por las que como madre pasó viendo martirizar hasta morir a su único hijo sabiéndole inocente, indescriptible. El artista refleja este dolor, su cara es rígida, desencajada, con los ojos sanguinolentos, sin expresión, eclipsados por el llanto y todo el rostro con una lividez mortal, impresionante. En cuanto al traslado del retablo de la ‘Soledad’, habrá motivos, pero parece contrario a la voluntad de quienes tanto hicieron y dieron a esta iglesia.


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Cofradías y hermandades 1686. Cofradía de Nuestra Señora de la ‘Esclavitud’, de Nuestra Señora de Zaldierna, del Santo Cristo de la

‘Esclavitud’, de la ‘Pasión’, de la ‘Humildad’, de Jesús Nazareno, del Santísimo Sacramento, de la ‘Vera Cruz’, de la ‘Concepción’, de Nuestra Señora de la ‘Soledad’, de Nuestra Señora Santa María la ‘Mayor’, de Nuestra Señora de Allende, de Nuestra Señora de Ubaga, de San Benito y Valvanera, de las Ánimas, de las Angustias, de Nuestra Señora del Rosario, de San Miguel Arcángel, de San José, San Pedro y San Pablo, de San Esteban, de San Andrés, de San Antonio, de San Diego de Alcalá, de San Lázaro, de San Bartolomé, de San Lorenzo, de San Román, de San Roque, de San Francisco, de Santa Catalina, de Santa Bárbara y San Quiles, de Santa Águeda, de Santa Gertrudis y Santa María Magdalena, de Santo Domingo y de la Tercera Orden de San Francisco. La mayor parte de las Cofradías han desaparecido, otras se han agrupado, otras honraban la imagen de antiguas ermitas o ermitas-iglesias de las aldeas.

De las 27 cofradías hoy quedan 4. Ahora se lleva más pertenecer a asociaciones; deportivas, culturales, incluso políticas. A un equipo de fútbol, baloncesto, balonmano, pelota, natación, esquí. Estar en la coral, grupo de danza, de teatro, micológico, marcha, sevillanas, Cabalgata de Reyes, etc.

El reloj. 1689. Lo trajo don Bernardo Pérez de Brizuela y lo colocó el relojero de Santo Domingo de la Calzada. 1808. El reloj, muy patriota, se para al ser invadida España, este año, por Napoleón Bonaparte. Por haberse

descompuesto el reloj hacía tiempo dando lugar a reclamaciones y protestas del público por su mal funcionamiento, se aceptó la propuesta del maestro relojero don Carlos Perea, para construirlo de nueva planta, en vista de su deterioro y no admitir compostura adecuada.

Vieja maquinaria del reloj de la torre y Machachín. El relojero pidió 7.700 reales de plata, descontando el valor del material viejo. Y se informa también que, por ser indispensable fundir nueva campana, se acordó entregar la de la ermita de Santa Bárbara, ya que se utilizaba rarísima vez en su servicio. El reloj, instalado en un cuerpo de la torre ofrece la particularidad de que, mediante un ingenioso mecanismo, mientras la campana situada en lo más alto de la pirámide de la torre da las horas para servicio del pueblo, una graciosa figura, representando un hombrecillo tocado con vestimenta a usanza de siglos pasados, va repitiendo los toques pegando con un martillo que sujeta con las manos a otra pequeña campana que cuelga delante de él.

1. Pirámide de la torre y campana del reloj, detalle martillo. 2. Del Machachín solo queda la campana (restaurando). 2-3. Antes y después de su restauración. 4. Detalle Iglesia fachada norte, una vez eliminada una casita y algunas tapias.

En la Catedral de Burgos, a un ingenio parecido llaman “El Papamoscas”, en Ezcaray se conoce como “El Machachín”, aunque todos le llamen “Matachín” (pero su misión no es “matar” la campana sino macharla), está colocado bajo el arco románico que hay en el ángulo que la torre, cara oeste, forma con la capilla de San Miguel.

En su visita el día de las confirmaciones en 2009, el nuevo y simpático Obispo de la Diócesis, desde la lejanía en el altar, confundió la pequeña figura del Matachín con la Virgen del Pilar, fue un momento de humor del que con su inteligencia supo salir airoso.


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La torre y campanas. Románica, cuadrada y sobria, de piedra de sillería, como el resto de la iglesia, algo más elevada que el resto del templo, se cree pudo ser uno de los baluartes que defendían el antiguo palacio de los señores de Valdezcaray. Con dos ventanas abiertas en cada cara, tiene cinco campanas, dos grandes, que al parecer fueron fundidas o arregladas en Ezcaray, cada vez que se estropearon, que fueron muchas. Una escalera de piedra en caracol, que arranca del interior de la iglesia, da acceso al campanario.

En el centro de la nave de la iglesia al otro lado de una puerta arranca la subida al campanario, en tiempos unas largas y fuertes sogas permitían tocar las campanas desde la planta baja.

1. San Pelayo “la Garbancera”. 1961. Diámetro 122 cm. Peso 623 kg. 3. Santa María,”la del Coro”. 1688. Diámetro 65 cm. 160 kilos. Puerta al campanario

Cada campana tiene, como las personas, su propia voz. Son gigantes instrumentos musicales metálicos de percusión. No son ajenas a su voz, la aleación de los metales cuando se funden y la forma y tamaño de las mismas. Normalmente son de un bronce, con 78% cobre y 22% estaño, pero se pueden hacer añadiendo a la aleación pequeñas proporciones de otros metales. En algunas campanas se ha encontrado plata, zinc, hierro, bismuto, etc. Tan solo la plata es capaz de mejorar y alargar la duración del sonido, es decir la vibración. Si el cobre sobrepasa el 78%, el sonido será más grave. A partir del siglo V, los cristianos comienzan a usarlas para llamar a los fieles, colocándolas sobre torres para que su sonido llegue más lejos y fundiéndolas cada vez más grandes.

1. Campana del reloj. Año 1808. Diámetro 124 cm. Peso 740 kilos. 2. Campana del Machachín, 1683. 16 cm. 2 kilos.

La campana mayor tiene un sonido grave, casi lúgubre, quizás por escucharla tantas veces en su pausado tañer cuando alguien muere, y han sido tantos los que nos han dejado. Contrariamente “la de Gloria” es alegre.

Antiguamente, las campanas indicaban la importancia y categoría del templo. Las pequeñas ermitas tan solo podían tener una campana esquila, las ermitas más importantes dos, incluso tres, caso de Allende. Las parroquias, como la de Ezcaray, podían tener un total de cinco campanas de uso litúrgico (que son las que hay), de ellas solo dos podían ser de perfil romano, y un máximo de tres campanas de uso civil (en Ezcaray; la del reloj, sobre la torre y la pequeña del “Machachín”, en el interior del templo, capilla de San Miguel). Tan solo las catedrales podían tener un número ilimitado de campanas y poseer más de dos campanas de perfil romano.

En el valle, Ezcaray, Ojacastro, Zorraquín y Valgañón, con sus ermitas y pequeñas iglesias de sus aldeas, existen, hoy (2012), 42 campanas (Zorraquín 4, Valgañón 7, Ojacastro 9, Ezcaray 22). Las campanas tienen su nombre o apodo. Las de la Iglesia de Ezcaray se llaman; “la Garbancera”, “la Campana Menor”, “la del Coro”, “la de Gloria” y “el Campanillo”. En tiempos a una decían “la Rota”, que en algún momento se arregló.


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Sacristía. Es espaciosa y tiene mucha luz, gracias a siete ventanas con vidrieras. Se compone de tres departamentos. El principal posee cajonería de nogal, una magnífica mesa en el centro, grandes espejos, cuadros y altar con buenos armarios, todo armónicamente dispuesto. Ampliada en el XVII en barroco.

Sacristía museo y lo que en ella podemos ver Imágenes del Crucifijo (1,02), sin brazos, renacentista de la primera mirad del XVI, en mal estado; Crucifijo de

marfil (0,43), barroco del XVII-XVIII, sobre peana (0,15) con armas del arzobispo Barroeta, rococó de la segunda mitad del XVIII; Crucifijo manierista de mediados del XVI; Crucifijo clasicista de comienzos del XVII; Crucifijo barroco del XVII-XVIII; cabeza de Cristo? de tamaño natural, de hacia 1510, del estilo del retablo mayor; Virgen sedente con Niño (0,72), gótica del XIV, con policromía del XVII, parcialmente mutilada, procedente de la ermita de Ubaga; Virgen del Rosario (1.10), firmada en la peana Ioseph Salvador Carmona la yzo año 1769; San Pedro (1), clasicista de mediados del XVII; Santa Bárbara (0,72), rococó de la segunda mitad del XVIII; Inmaculada, barroca del XVII, relieves (0,80 x 0,73) de Santiago Matamoros y Santa Teresa, barrocos del XVII-XVIII; retablo de cuerpo y ático, neoclásico de fines del XVIII; cabeza de Cristo en papelón, barroca del XVIII; Crucifijo clasicista del XVII, Crucifijo manierista del XVI. Pinturas en tabla de San Juan Bautista y San Miguel (o,83 x 0,39), manieristas del XVI, procedentes de un mismo retablo, y otra de Cristo Buen Pastor (0,30 x o,26), puerta de sagrario, clasicista de la primera mitad del XVII. Lienzos de la Concepción, de tamaño natural, barroco de comienzos del XVIII; San José con el Niño, de tamaño natural barroco de comienzos del XVII; Virgen de Valvanera, en marco rococó, con leyenda. La dio a esta yglesia Don Mathias de Sagastia y Castro año de 1770.

Interior del Museo (1). Vista exterior, fachadas este y norte, de la Sacristía – Museo Parroquial de Ezcaray (2).

Busto de Dolorosa (0,29 x 0,22) pintado sobre cobre, barroco del XVIII. Cajonería de un cuerpo de tres cajones, romanista de comienzos del XVII. Portapaz de bronce dorado con Sagrada Familia del XVIII. Naveta de Plata (alto 0,10) repujada y cincelada con decoración vegetal, cucharilla e inscripción Es de la parrochial de Santa María (dest) a billa de Ezcaray año de 1696. Custodia en templete octogonal, rematado en cimborrio, con tracería de claraboya y contrafuertes escalonados, nudo con cabujones y pie polilobulado con candeleros repujados, con punzón A/DELAOS, de estilo Reyes Católicos de comienzos del XVI, el pie de hacia 1540 y la bola y cruz de remate del XVIII. Copón custodia (0,48) de plata dorada, de copa semiesférica con cardina, cubierta de templete gótico octogonal y nudo con placas romboidales de San Andrés, San Pedro, San Pablo, San Juan Evangelista, San Judas Tadeo y Santiago, hispanoflamenca de fines del XV, con pie lobulado con gallones y burilados de mediados del XVI con punzón O/BERN y otro ilegible. Custodia en sol de plata (0,94) con nudo en templete cuadrado con los cuatro Evangelistas y gallones como todo el astil, clasicista de la segunda mitad del XVII, con pie cuadrado rococó con decoración vegetal y Cuatro Padres de la Iglesia. Relicario de plata repujada (0,23) en forma de caja oblonga con inscripción en pie Soy de la Billa de Izcaray, romanista de fines del XVI. Cáliz de plata repujada y fundida (0,25), con grutescos y angelotes en pie, nudo y subcopa y en aquél San Pedro, San Sebastián, San Miguel y cruz con símbolos de la Pasión, romanista de la segunda mitad del XVI.


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Cáliz de plata dorada (0,27), con repujados rococós y punzones OCA/63 y EY/EY/EY. Corona de plata rococó con piedras en cabujones y punzones de Logroño y BAIO/56. Cruz procesional en plata dorada (0,86 x 0,70) cincelada, con chambranas, fondos y cresterías de grutescos, en anverso Crucifijo (0,19) y fondos con Resurrección, Prendimiento, Piedad y Flagelación (0,09) y en reverso San Pedro sedente (0,10), Camino del Calvario, Cristo ante Pilatos, Coronación de Espinas y Oración en el Huerto (0,09) con punzones muy perdidos, quizá de Burgos y /M...; manzana de la misma cruz (0,40), en templetes hexagonal de dos pisos, con balaustres, grutescos, bichas, etc., chambranas y Anunciación, San Lucas, San Mateo, Natividad, San Juan y San Marcos en cuerpo alto y Visitación, Cuatro Padres de la Iglesia y Epifanía en cuerpo bajo; ambas piezas son renacentistas de la primera mitad del XVI.

Salida de la sacristía al altar (1). Desde el exterior, vidriera (2). Sacristía – Museo (3). Jarro de bautizar en plata, romanista del XVI-XVII con punzón CAMPO. Tres sacras de plata, (0,50 y 0,48), repujadas con rocalla con punzones de Burgos, ESTE/VAN y 67/NZ, probable regalo del Obispo Barroeta. Arca de plata (0,22 x 0,30 x 0,1659), repujada con ángeles, bichas, vegetación, pájaros, etc., obra americana (posiblemente peruana) del XVIII, con herrajes de oro, regalo del Obispo Barroeta. Relicario romboidal (0,21) del Lignum Crucis, con pie en forma de ángel, barroco del XVII. Custodia en sol de bronce dorado (0,43), clasicista del XVII.

Cáliz de plata liso, clasicista del XVII, con punzón RADA. Cáliz de plata dorada (0,24), con vegetación y rocalla

repujados, de la segunda mitad del XVIII. Viril de custodia en plata del XVI. Copón de plata liso de fines del XVIII. Cáliz de plata liso de la segunda mitad del XVII con punzón R/DEZ e inscripción en pie Vrizarna. Medalla relicario de plata (0,065) con San Juan. Medalla relicario de plata de San Sempronio, San Marcial y San Marcelo. Cruz procesional de plata (0,62 x 0,50) con Crucifijo (0,11) y medallones de San Lucas, San Marcos, dos Padres de la Iglesia, San Juan y San Mateo en reverso; manzana de la misma (0,34) en templete redondo con cabujones y eses de bicha; ambas piezas romanistas del XVI-XVII, procedentes de la iglesia de Turza. Casulla de terciopelo rojo con cenefa de vegetación e imaginería bordada, romanista de fines del XVI, rehecha. Dos dalmáticas de terciopelo rojo con caídas y hombreras de grutescos y candeleros bordados, romanistas del XVI-XVII, rehechas. Terno negro completo con cenefas y caídas de terciopelo rojo bordadas de huesos y calaveras, clasicista de la primera mitad del XVII, rehecho en mal estado. Mitra con bordados en oro rococó y figura de San Basilio en la frente, de la segunda mitad del XVIII. Mitra de raso con bordados de oro y rocalla y cruz patada en el frente, de la segunda mitad del XVIII. Frontal con martirio de San Esteban, bordado; pulpitera, humeral y manga de cruz en seda rosa con cenefas y bordados de plata y sedas de la segunda mitad del XVIII. Capillo bordado en oro con decoración tardorromanista de la primera mitad del XVII.


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Procedentes de Anguta hay imágenes del Crucifijo, de tamaño natural, gótico del XIV, repintada, y Virgen sedente con Niño, romanista de la segunda mitad del XVI. Procedentes de Turza hay imágenes de Santa Elena (0,69), gótica del XIV, mutiladas las manos, una Santa Isabel (0,81), romanista de la segunda mitad del XVI con manos mutiladas y estropeada al ponerle un castillo para transformarla en Santa Bárbara, un angelote del XVII, repintado y mutilado, una Virgen sedente sin Niño, hispanoflamenca del XV repintada, un Crucifijo popular del siglo XVI y pinturas en tabla de Santa Elena y Constancio de la segunda mitad del XVI.

En el Museo parroquial se puede ver casi todo lo descrito y otras piezas procedentes de las aldeas e iglesias anejas, aprovechando el marco de la gran cajonería tardorrococó de fines del XVIII que ocupa toda la sacristía nueva. En ella, a modo de museo, pueden verse joyas como: una cruz parroquial de plata sobredorada, plateresca con adornos ojivales y figuras de Jesús cobijadas por templetes góticos; un copón gótico de plata sobredorada; dos viriles, el uno plateresco y el otro gótico y una arqueta cincelada con adornos dorados; un juego de sacras de plata repujada, atril, vinajeras y otro utensilios del mismo metal, regalo del arzobispo Barroeta y Angel, etc.

Destacan unas preciosas andas de plata donadas por los esposos don Tomás Robredo y doña Pilar Astudillo,

en Agosto de 1920, que se utilizan exclusivamente en las procesiones de San Lorenzo y nuestra Señora de Allende (Ver procesiones). Regalos del Arzobispo D. Pedro-Antonio Barroeta y Ángel, nacido en Ezcaray y bautizado el día 25 de Octubre de 1701, que los envía desde Perú en 1763: “Cofre de plata, con cerraja, llave y cantoneras de oro, para encerrar a su Divina Majestad el día de Jueves Santo…”. Esta preciosa arca está repujada con ángeles, bichas, vegetación, pájaros, etc.… La ornamentación recuerda su procedencia peruana. “Santo Cristo de marfil, con cruz y peana de madera de Indias, en que están las armas de su Ilma. (Arzobispo Barroeta), y en los cuatro extremos, cuatro jarritas de plata con sus ramos” “Cáliz de plata sobredorada, con vegetación y rocalla…” “Platillo, campanilla y vinajeras de plata dorada con figura de patos…” Solamente se conservan las dos vinajeras. “Atril de plata maciza…”. Como otras piezas que faltan, se las llevaron los franceses. “Misal con forro de terciopelo morado, con cantoneras, medios y broche de plata”. Igualmente desaparecido. “Terno, capa pluvial, paño, paño de púlpito, manga de la cruz, todo ello de “satín” encarnado con bordaduras de seda y plata…”

Sacristía, detalle de vidrieras (1-2). Detalle del altar, en restauración (2). San Lorenzo sobre andas de plata, a hombros de Paco Mendi y su cuñado Jesús Casaus (3). Virgen de Allende sobre andas de plata, a hombros de los hermanos Ceferino y Lorenzo Soto (4).


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Este riquísimo ropaje se halla expuesto en las vitrinas del museo. Llama la atención la riqueza de la tela, y lo artístico de los bordados. Es como un canto al martirio de San Lorenzo, que aparece en el centro del frontal en su parrilla y mientras las llamas abrasan su cuerpo, el Santo eleva su vista a las alturas desde donde desciende un ángel llevando la palma del martirio. ‘Albas y mantel para el altar mayor de clarín con flores…’

Se cree son igualmente regalos del Arzobispo unas magníficas sacras de plata, repujadas con rocalla,

y mitra de raso con bordados de oro y lentejuelas. Esta iglesia fue muy rica en alhajas y ornamentos sagrados, pero cuando los franceses se instalan

junto a Ezcaray y finalmente en la villa, se llevaron casi todo, hasta el honor de nobles y destacadas personas que se enfrentaron en pleitos, tras burdas acusaciones, que terminaron pagando todos.

El archivo parroquial. Contiene multitud de códices y documentos muy interesantes. Funciones de capellanías, relación de censos, testamentarías, aniversarios y mandas pías, alcanzando muchos de ellos hasta los siglos XVI y XV.

La enigmática cripta de la iglesia. En la calle, carretera, detrás del altar mayor, hay dos ventanas talladas en la piedra de sillería, toscamente cerradas, que son otros tantos conductos de ventilación de la cripta. Posiblemente serían tres, pero al adosar la sacristía el del otro lateral desapareció.

Ventanas de ventilación de la cripta perdida (1). Niñas de las monjas (2). Corazón de Jesús (3).

Por causas desconocidas hasta nuestros días, la entrada a la cripta ha estado cerrada a cal y canto. Un sacerdote ya fallecido, Don Saturiano Robredo, pensaba que su entrada puede corresponder a una especie de puerta simulada en la parte inferior del retablo principal de la iglesia, al lado del evangelio. 2010. Una nueva oportunidad para desentrañar el misterio. Se va a desmontar el altar mayor para restaurarlo y la pared quedará al descubierto revelando el secreto de la cripta, ¿Se abrirá?

Finalmente la estructura del altar no se desmontó, tan solo las imágenes, y así el misterio sigue. No me alargo más sobre la Iglesia de Ezcaray e historias, Monumento Nacional, porque dos buenos

amigos, autores de su maqueta (hoy en el Ayuntamiento), Jose Antonio y Ricardo, me dicen tienen intención de escribir un libro sobre el tema, de hacerlo, no tengo ninguna duda será mucho mejor que estos breves apuntes, para los que he contado con su colaboración, la de Daniel Robredo y otras muchas personas amantes de nuestro pueblo.

(1). Detalla órgano y pila bautismal, ya trasladada al altar mayor. (2). Aleluyas. El billete ha quedado por unos instantes suspendido en la cornisa, los chicos esperan.

iglesia parroquial de ezcaray. sacristía-museo. historia e historias

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