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INTRODUCCIÓN E INSTRUCCIONES ¡Ahora eres un nuevo creyente y estamos felices por eso! Cuando Dios te llamó y te arrepentiste de tus pecados, dentro de ti ocurrió el milagro de tu nuevo nacimiento: esta vez como hijo de Dios, y por lo tanto, como miembro de nuestra familia en Cristo. Nuestra Iglesia cristiana es continuadora de aquella primera Iglesia que nació en Jerusalén el día que se celebró la fiesta de Pentecostés (Hechos 2), donde los discípulos de Jesús fueron sellados con el Espíritu Santo, tal como y todos quienes le hemos recibido. También en este libro de la Biblia, en Hechos 11:26, descubrimos que fue en Antioquia que se nos llamó cristianos por primera vez. Como Iglesia nos comprometemos a alimentarte y ayudarte a dar tus primeros pasos para tu crecimiento espiritual. Para esto, hemos preparado esta serie de 8 lecciones, todas ellas basadas en la Biblia, cada una de las cuales contiene algún aspecto importante de la vida cristiana. Te recomendamos leer cada lección por lo menos dos veces. La primera vez procura leerla sin interrupciones, con el fin de captar el mensaje general de la lección. En la segunda lectura, procura ir deteniéndote para meditar los detalles y para buscar y leer en tu Biblia cada uno de los pasajes citados. Es importante memorizar el o los pasajes sugeridos para cada lección. Recomendamos 1

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INTRODUCCIÓN E INSTRUCCIONES

¡Ahora eres un nuevo creyente y estamos felices por eso! Cuando Dios te llamó y te arrepentiste de tus pecados, dentro de ti ocurrió el milagro de tu nuevo nacimiento: esta vez como hijo de Dios, y por lo tanto, como miembro de nuestra familia en Cristo.

Nuestra Iglesia cristiana es continuadora de aquella primera Iglesia que nació en Jerusalén el día que se celebró la fiesta de Pentecostés (Hechos 2), donde los discípulos de Jesús fueron sellados con el Espíritu Santo, tal como tú y todos quienes le hemos recibido. También en este libro de la Biblia, en Hechos 11:26, descubrimos que fue en Antioquia que se nos llamó cristianos por primera vez.

Como Iglesia nos comprometemos a alimentarte y ayudarte a dar tus primeros pasos para tu crecimiento espiritual. Para esto, hemos preparado esta serie de 8 lecciones, todas ellas basadas en la Biblia, cada una de las cuales contiene algún aspecto importante de la vida cristiana.

Te recomendamos leer cada lección por lo menos dos veces. La primera vez procura leerla sin interrupciones, con el fin de captar el mensaje general de la lección. En la segunda lectura, procura ir deteniéndote para meditar los detalles y para buscar y leer en tu Biblia cada uno de los pasajes citados. Es importante memorizar el o los pasajes sugeridos para cada lección. Recomendamos que lleves contigo una copia de estos versículos para repasar el pasaje.

Lo más importante para tu crecimiento espiritual es la Biblia. Obedeciéndole hallarás todo lo necesario para crecer y conducir nuestras vidas de la manera que agrada a Dios. Aprovecha cada oportunidad de oírla, leerla, meditarla y memorizarla.

¡Dios bendiga tu camino!

INDICE

ContenidoINTRODUCCIÓN E INSTRUCCIONES1LECCIÓN Nº 13LA BIBLIA ES LA PALABRA INSPIRADA DE DIOS3LECCIÓN Nº 28TU NUEVA VIDA8LECCIÓN Nº 313TU COMUNICACIÓN PERSONAL CON DIOS13LECCIÓN Nº 418EL ESPÍRITU SANTO Y LA SANTIFICACIÓN18LECCIÓN Nº 524LA IGLESIA, TU NUEVA FAMILIA24LECCIÓN Nº 630LA MAYORDOMÍA30LECCIÓN Nº 735LA TENTACIÓN Y EL PECADO35LECCIÓN Nº 842INFLUYENDO EN TU ENTORNO42EL PODER DE TU TESTIMONIO42LOS LIBROS DE LA BIBLIA48VERSICULOS A MEMORIZAR52MAPA53

LECCIÓN Nº 1LA BIBLIA ES LA PALABRA INSPIRADA DE DIOS

Versículo para memorizar:

2ª Timoteo 3:16-17

“Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Las lecciones de este discipulado se basan en la Biblia, y todo buen cimiento DEBE estar bien firme. Es por esto que comenzamos fortaleciendo nuestro cimiento espiritual, la Biblia.

1.- La biblia es la Palabra inspirada de Dios

El punto de partida de todo cristiano y su crecimiento espiritual se basan en la firme convicción de la autenticidad y veracidad de la Biblia como la Palabra inspirada de Dios. Sin esa convicción no podrás progresar en tu vida espiritual.

La Biblia es el único libro en la tierra capaz de dar una respuesta coherente a los cuestionamientos básicos del ser humano: Nuestro origen, sentido de la existencia y destino eterno. Nuestra seguridad espiritual descansa en la verdad de la Biblia, y nuestro crecimiento espiritual depende de vivir de acuerdo a los principios que están en ella.

Por lo tanto nuestra convicción nace de que:

•La Biblia es Suficiente

•La Biblia es nuestra Única Autoridad,

•La Biblia es Inerrante, no hay error ni interpretación privada

•En la Biblia encontraremos Concordancia, siendo esta atemporal

•La Biblia; su conocimiento y sabiduría debe aplicarse a nuestra vida

Veamos algunos aspectos que demuestran que la Biblia fue escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo de Dios.

2.- Su exactitud científica

La exactitud científica confirma a la Biblia como la palabra de Dios. La Biblia no es un libro de ciencia, pero cuando habla de ciencia lo hace correctamente. Por otro lado, la ciencia humana ha estado en un constante proceso de cambio

2.1 La tierra está suspendida en el espacio

Por años se tejieron muchas hipótesis respecto a este tema. Los antiguos egipcios creían que la tierra estaba sostenida por grandes pilares, los griegos creían que un gigante llamado Atlas cargaba la tierra en su espalda, y los hindúes creían que la tierra descansaba en los lomos de gigantescos elefantes.

Veamos lo que dice la Biblia en el libro de Job 26:7 “Él extiende el norte sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada.” Cabe mencionar que el libro de Job sea probablemente la pieza literaria más antigua conocida por el hombre.

¿Cómo supo Job que la tierra estaba suspendida en el espacio?

2.2 La tierra no es plana

Recuerda que hasta el año 1.492 d.C. muchos pensaban que la tierra era plana. La historia cuenta que Cristóbal Colón fue advertido que tuviera cuidado porque se podía caer por el borde de la tierra. Pues bien, el año 750 a.C el profeta Isaías dijo “Él es el que está sentado sobre el círculo de la tierra...” (Isaías 40:22). La palabra “círculo” es jug en hebreo, y significa globo o esfera.

¿Cómo supo Isaías que la tierra era redonda?

2.3 Las estrellas no se pueden contar

Usted y yo sabemos que las estrellas no se pueden contar, sin embargo, un astrónomo de la época llamado Hiparco dijo que eran 1.022 estrellas. Este dato científico fue considerado válido por 250 años. Luego vino otro científico llamado Tolomeo y dijo que Hiparco se había equivocado porque eran 1.056. Busque en Jeremías 33:22 y se dará cuenta que cientos de años antes que estos científicos nacieran, la Biblia ya decía que las estrellas no se pueden contar.

¿Cómo supo Jeremías que las estrellas no se pueden contar? Gen.15:5

2.4 La importancia de la sangre en el cuerpo

La medicina moderna enseña que la sangre es transportada por todo el cuerpo, pero esto no fue así sino hasta 1.628, cuando el médico William Harvey descubrió que la sangre efectivamente circula por todo el cuerpo. Antes tampoco se conocía la importancia de la sangre en el cuerpo humano. De hecho, cuando alguien se enfermaba decían que “tiene sangre mala”, y se hacía sangrar al paciente arriesgando aún más la vida del enfermo. Levítico 17:14a”Porque la vida de toda carne es su sangre”.

¿Cómo supo Moisés la importancia de la sangre?

Respuesta:

Por la sencilla razón de que los autores de la Biblia hablaron de parte de Dios, inspirados por medio del Espíritu Santo de Dios. 2ª Pedro 1:21 dice “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

3. Su exactitud histórica

La Biblia no es un libro que sólo habla de historia, pero cuando habla de historia lo hace de manera inequívoca. Por el año 1.800, decían que en la época de Moisés (autor de los 5 primeros libros de la Biblia), los hombres no sabían escribir. Esta idea fue derribada en 1.887 al encontrarse las tablas de arcilla de Tel el-Amarna, escritas en lenguaje Babilónico durante el siglo XV a.C.

El libro de Daniel 5:5-6 narra la historia de la escritura en la pared, que luego Daniel interpreta al rey Belsasar. Algunos creían que la Biblia se había equivocado, ya que los registros históricos mencionaban a Nabónido como último rey de Babilonia. En 1.881 se descubrió el cilindro de Nabónido, el cual identifica a Belsasar como hijo mayor del rey. Es decir, habían dos reyes: padre e hijo, Nabónido y Belsasar.

Además de los dos ejemplos mencionados anteriormente, hay más de 23.000 exploraciones arqueológicas que confirman los datos históricos que aparecen en la Biblia.

4. Su maravillosa unidad

La Biblia es una recopilación de 66 libros; 39 son lo que llamamos Antiguo Testamento y 27 los que llamamos Nuevo Testamento. Se escribió en un período de 1.600 años, por aproximadamente 40 autores, quienes vivieron en lugares y tiempos diferentes. La mayoría no se conocieron entre sí, provenientes de trasfondos completamente diferentes (reyes, pastores, militares, estudiosos, pescadores, etc.). Fue escrita originalmente en tres idiomas diferentes: arameo, hebreo y griego.

Lo maravilloso es que al unir los 66 libros, se conforma un solo libro que contiene una historia que comienza en Génesis 1:1 y que termina en Apocalipsis 22:21.

•La Biblia tiene un tema: La redención.

•La Biblia tiene un héroe: El Señor Jesús.

•La Biblia tiene un enemigo: El diablo.

•La Biblia tiene un propósito: La gloria de Dios.

Dado todo lo anterior, sólo podemos maravillarnos ante la unidad absolutamente sobrenatural de la Biblia, su exactitud científica e histórica, demostrando ser la palabra inspirada de Dios. Salmos 119:18

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 2TU NUEVA VIDA

Versículos para memorizar:

Gálatas 2:20

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Juan 5:24

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

En esta lección vamos a analizar lo que significa que Cristo ahora vive en ti y por lo tanto tu salvación está segura en Él.

1.La vida nueva

Cuándo Dios te llama, Hechos 20:21. Estas son a) el “arrepentimiento para con Dios y b) “la fe en Nuestro Señor Jesucristo”.

El arrepentimiento ocurre cuando nos damos cuenta de nuestra condición de pecado y comprendemos que ese pecado nos ha mantenido separados de Dios. Es decir, el verdadero arrepentimiento consiste en:

•Confesar tus pecados a Dios y pedirle perdón. Hechos 2:38

•Tener la convicción de dejar tus pecados. Salmos 32:5

•Cambiar tu manera de pensar y así cambiar tu manera de vivir. Romanos 12:1-2

Es muy común que cuando te propongas abandonar un pecado, te das cuenta de que frente a alguna situación en particular, tú solo no podrás cambiar. Sentirás que no bastan tus propias fuerzas para romper malas costumbres que por años guiaron tu vida. Es entonces cuando la fe en Jesucristo juega un papel fundamental porque es el único que ha demostrado tener poder sobre el pecado.

2. Cristo venció el pecado y la muerte

Sólo Jesucristo vivió una vida perfecta en este mundo, venció toda tentación y cumplió toda la ley de Dios. Pero hizo más que esto... al final de su vida perfecta, aceptó la culpa de todos nuestros pecados y sufrió en la cruz el castigo que nosotros merecíamos.

Luego de su muerte y sepultura, Cristo resucitó y con ese acto nos demostró que su poder está por sobre el pecado y la muerte. Juan 5:24 dice “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

3. Cristo ahora vive en ti

Cuando tenemos fe verdadera en Jesucristo, le recibimos en nuestro corazón (Cuando el Señor quitó el velo de nuestros ojos y nos dio la fe pasó a ser…) Señor soberano de nuestra vida y así gobernarnos según su voluntad. Su respuesta a esta fe (que Él nos dio), es el regalo de nuestra salvación Ef. 2:8-9. Pero no solamente eso, pues ahora Cristo vive en ti por medio del Espíritu Santo (Efesios 1:13-14).

Romanos 8:9-11 dice: “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.” El apóstol Pablo reconoce que todos moriremos físicamente, pero nuestros espíritus vivirán eternamente con Dios por medio de la justicia de Jesús. Colosenses 1:27 presenta la misma idea al decir “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Nuestra esperanza de alcanzar la gloria celestial está garantizada por el hecho de que ahora Cristo mismo vive en nosotros.

4. La transformación de nuestras vidas

Al hacer morada en nosotros transformará nuestras vidas Juan 14:23. Él nos da el poder para cambiar todo aquello que no agrada a Dios. Ahora somos criaturas nuevas, completamente nuevas por medio de la palabra de Dios.

2ª Corintios 5:17 dice “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” En forma semejante, 1ª Pedro 1:23 dice “siendo renacidos no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”

La presencia de Cristo en ti te capacita para vivir una vida verdaderamente cristiana, sean cuales fueren las circunstancias que te rodeen. Gálatas 2:20 dice así: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Este hermoso texto enseña que la muerte de Cristo fue también tu muerte. Tú, como Pablo, estás crucificado juntamente con Cristo. Cuando creíste en Cristo, creíste que él tomó tu lugar en la cruz y sufrió el castigo que tú merecías. Es decir, aceptaste la muerte de Cristo como tu propia muerte. Como ya estás crucificado juntamente con el Señor, no tienes que morir a causa de tus pecados. Ahora eres libre de toda condenación por medio de tu fe en Jesús. Cristo está en ti y desea vivir en ti su propia vida, transformándote de manera que seas un reflejo suyo.

5. La seguridad de tu salvación

Este cambio gigantesco en tu nueva vida, va mucho más allá de los sentimientos hermosos que probablemente experimentaste al bautizarte y al hacer una oración de fe. Nuestros sentimientos son cambiadizos y fácilmente se alteran. Es probable que en algún momento ya no sientas el mismo gozo y paz como al principio.

¿Querrá decir esto que perdiste tu salvación? ¡De ninguna manera! Por eso, la certeza absoluta de tu salvación nunca debe depender de lo que sientas, sino de lo que sabes. Dios te ha regalado la salvación y debes confiar en Su poder para guardarla. En 2ª Timoteo 1:12 el apóstol Pablo dice: “yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”. Tú, como Pablo, has hecho un depósito en Cristo, le has confiado el eterno cuidado de tu alma. Tú también puedes estar seguro de que Él tiene poder para guardar tu depósito hasta el fin.

Jesús dice que quienes hemos creído en Él, somos sus ovejas. En Juan 10:27-30 leemos: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”. Note lo tajante de las palabras de Jesús…”nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”.

¿Sería el Señor Jesús capaz de mentir? ¡Por supuesto que no! (Tito 1:1-2) Ten confianza entonces, en que Él cumplirá todo lo que te ha prometido. Porque creíste y confiaste en Él, ahora tienes vida eterna gratuitamente. Has pasado de muerte a la vida eterna y no podrás ser condenado jamás. La fidelidad de Nuestro Señor es garantía absoluta de tu seguridad. Esperamos que estés confiado y que empieces a disfrutar este precioso regalo desde ahora.

Debes rendir a Dios la confianza en ti mismo. Debes confiar, descansar y depender de Jesús. Deja de tomar decisiones según tu propia carne, y comienza a obedecer la voluntad de Cristo. Entonces se verá en ti el reflejo de Jesús y serán manifestados en ti su gozo, su paz, su pureza, su propósito y su poder.

¡Qué glorioso es saber que ahora Cristo vive en ti y que tu salvación está asegurada en Él!

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 3TU COMUNICACIÓN PERSONAL CON DIOS

Versículo para memorizar:

Josué 1:8

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.”

1. Comunicación directa con Dios.

Si hay algo que nos debe hacer sentir con gozo, es la bendición que tenemos de poder comunicarnos directamente con Dios (Hebreos 10:19). Esto es algo maravilloso que debemos practicar durante toda nuestra vida. La única forma de establecer una relación profunda con alguien, es conocerlo y relacionarme permanentemente con él. Dios conoce hasta el último detalle acerca de ti; ahora, tú debes conocerlo a Él en profundidad. Además de hacer de Dios tu mejor compañía, esto te ayudará a crecer espiritualmente.

2. Lectura de la Biblia

Tu bien sabes que todo crecimiento, físico o espiritual, requiere necesariamente de una alimentación adecuada. La Biblia nos enseña que la Palabra de Dios es alimento espiritual. En Mateo 4:4 el Señor Jesús, durante su ayuno en el desierto dijo: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. 1ª Pedro 2:2 dice “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”. Por “leche espiritual no adulterada” el apóstol se refiere al alimento puro de la Palabra.

2.1. Mi lectura DIARIA de la Biblia

Para una buena lectura diaria, es preciso considerar tres cosas: leerla cuidadosamente, aprender de ella diligentemente, y meditar acerca de lo que has leído. Sólo así podemos conocer a Dios y obedecerle.

Te recomendamos los siguientes pasos para poder sacarle el mayor provecho a tu lectura Bíblica:

•Dispone de un tiempo cada día para leer cuidadosamente la Biblia.

•Antes de leer, ora y dale gracias a Dios por el privilegio de tener su Palabra y pide por entendimiento.

•Busca en el texto un mensaje personal de Dios para ti. Dios nos habla a través de su palabra.

•Dependiendo del tamaño del texto, lee varias veces el mismo pasaje, procurando extraer de él su máximo contenido.

•Busca en un diccionario palabras que no entiendes. El disponer de un diccionario Bíblico puede ayudar a comprender aspectos culturales o contextuales de esa época.

•Pregúntate:

· ¿Hay algún ejemplo que debo seguir?

· ¿Hay algún pecado que debo confesar?

· ¿Hay algún error que debo corregir o evitar?

· ¿Hay algún mandamiento que debo obedecer?

· ¿Hay alguna promesa de Dios para mí?

Todo cristiano debe leer la Biblia de comienzo a fin, al menos una vez en su vida. Antes de embarcarse en la lectura completa de la Biblia, se sugiere comenzar leyendo el Nuevo Testamento, con la epístola 1a de Juan varias veces, para que tengas absoluta seguridad de tu salvación. Luego, se recomienda que leas los evangelios a partir de Juan. En los Anexos 2 y 3 de este libro, encontrarás un plan para poder leer toda la Biblia en un año. Te animamos a embarcarte en este hermoso desafío leyendo entre 15-20 minutos al día.

2.2. Alimento más sólido

Sabemos también que la leche es el alimento perfecto para los niños recién nacidos, pero no podemos tener un desarrollo normal si luego de un tiempo no recibimos alimento más sólido. En 1ª Corintios 3:1-3 el apóstol Pablo se lamenta de unos creyentes que se habían estancado en su crecimiento espiritual. Dice “Os di a beber leche y no vianda porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía”. Dios desea que crezcamos sanos y fuertes, para lo cual tienes que aprender a alimentarte diariamente con el estudio personal de la Biblia.

2.3. Memorizar pasajes Bíblicos

Debemos esforzarnos en aprender algunos pasajes bíblicos escogidos. El Salmo 119:11 dice: “En mi corazón he guardado (atesorado) tus dichos, para no pecar contra ti.” Lo que se nos indica aquí es que debemos atesorar y memorizar las palabras de Dios. Jesucristo nos muestra la importancia de conocer la Biblia, cuando rechazó las tentaciones de Satanás con pasajes del libro de Deuteronomio.

Compara los siguientes textos:

•Mateo 4:4 con Deuteronomio 8:3

•Mateo 4:7 con Deuteronomio 6:16

•Mateo 4:10 con Deuteronomio 6:13

Al tener porciones de la Palabra en nuestra mente, podemos meditar en ellas, y también fluirán por medio del Espíritu Santo en los momentos necesarios (Colosenses 3:16).

3. La oración personal

La oración personal es tu comunicación más íntima y directa con tu Padre celestial. La vida cristiana no puede existir sin orar. Los cuatro evangelios mencionan veintidós ocasiones distintas en que Jesús oraba. Si el mismo Hijo de Dios no pudo vivir en este mundo sin orar, menos lo podremos hacer nosotros.

El tiempo diario para orar y dar gracias es parte de lo que se suele llamar un “devocional”. ¡Hay tantas razones para alabar y dar gracias a Dios! Su fidelidad, su entrega hacia nosotros, su cuidado permanente, la grandeza infinita de su amor, de su sabiduría y de su poder. Un “devocional” es un momento a solas, especial para Dios, en el cual tú apartas tiempo de tu día para alabar al Señor, leer su Palabra y hablar con Él.

Jesús nos dejó un ejemplo de oración personal en Mateo 6:9-13, conocido como el Padre Nuestro en el catolicismo romano. Es importante aclarar que no somos llamados a repetir oraciones o rezos, sino a hablar con Dios. De hecho poco antes del texto mencionado, Jesús llama a no hacer “vanas repeticiones” (Mateo 6:7). Los versículos del Padre Nuestro son un esquema para orar a Dios.

A continuación un detalle de cada sección que debería contener nuestra oración personal con Dios:

•“Padre nuestro que estás en los cielos” ¿De quién somos hijos? Hay sólo dos opciones (1ª Juan 3:10). Reconocemos a Dios como nuestro padre celestial.

•“Santificado sea tu nombre.”, se refiere al nombre de Dios, YHWH, Yavé o Jehová y de reconocer su santidad.

•“Venga tu reino”, la primera petición es por la llegada del reino de Dios, reconociendo la seguridad de nuestra salvación en Cristo.

•“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”, que no se haga mi voluntad en la tierra, sino la de Dios (Jesús es nuestro ejemplo en Lucas 22:42).

•“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.”, se pide por necesidades básicas como nuestra alimentación. No debemos pedir por lujos o deleites personales (Santiago 4:3).

•“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”, se pide perdón y se establece que nosotros tenemos que perdonar de la misma manera (Lea la parábola de los dos deudores Mateo 18:23-35).

•“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.”, Dios no tienta a nadie (Santiago 1:13), pero si permite la tentación como parte de nuestro crecimiento espiritual (Mateo 4:1). Por eso le pedimos a Dios que, en el caso de ser tentado, nos ayude a no pecar, para así ser librado del mal.

•“Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”, semejante a lo que aparece en 1ª Crónicas 29:11, debemos tener claro el lugar que Dios ocupa en nuestras vidas. Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” A su vez, esto nos ayuda a recordar nuestro humilde lugar ante Dios durante la oración. Debemos orar permanentemente y dar gracias por todo con gozo en nuestros corazones (1ª Tesalonicenses 5:16-18).

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 4EL ESPÍRITU SANTO Y LA SANTIFICACIÓN

Versículo para memorizar:

Gálatas 5:22-23

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

1. El Espíritu Santo mora en ti

Cuando llegamos a conocer a Dios por medio del Señor Jesucristo hemos nacido de nuevo, porque ahora el Espíritu Santo de Dios mora en nosotros. 1ª de Corintios 3:16 dice “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” Hemos sido sellados por el Espíritu Santo con la promesa de vida eterna en Cristo Jesús. Efesios 1:13 dice “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”

2. La obra transformadora de Dios, la santificación

A partir de este momento, comienza la obra transformadora de Dios en nuestras vidas, hasta el día en que el Señor nos lleve. Antes vivíamos según nuestros propios deseos e íbamos en pos de ellos. Ahora que estamos equipados con el Espíritu Santo, podemos hacer morir todo eso. El apóstol Pablo escribe en Colosenses 3:5-10 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia...ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis… habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo...”. La santificación es el proceso mediante el cual el cristiano se va despojando de lo que éramos, y vamos día a día esforzándonos por ser cada vez más semejantes a Cristo. Filipenses 3:13-14 dice “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”

Jesús fue el único sin pecado (1ª Pedro 2:21-22); para todos los cristianos, incluso para el apóstol Pablo, el proceso de santificación es un proceso continuo hasta nuestra muerte. Día a día debemos extendernos hacia adelante y proseguir a la meta de la santidad y vida eterna.

3. Un cristiano inevitablemente producirá el Fruto del Espíritu.

En la segunda lección quedó claro que la salvación no se pierde, sin embargo, quizás te has preguntado… ¿Y cómo puedo estar seguro de que soy salvo? Es aquí donde el fruto del Espíritu es vital para todo cristiano. Así como un árbol va creciendo y comienza a dar frutos, un cristiano en la medida que va madurando espiritualmente necesariamente va a producir el fruto del espíritu. En mayor o menor medida, más visible o menos; pero definitivamente ese fruto va a empezar a aparecer. Jesús declara en forma muy tajante en Mateo 7:16a “Por sus frutos los conoceréis.” y luego en Mateo 7:18-19 “No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” Si el Espíritu Santo mora en ti, si realmente te has arrepentido para con Dios y tienes fe en Nuestro Señor Jesucristo (Hechos 20:21), vas a producir el fruto del Espíritu Santo. No somos salvos por la obras (Efesios 2:8-9), pero al ser salvos nuestra vida transformada va a ser evidente. A esto se refieren los versículos de Santiago 2:17-18 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”

4. ¿Cómo reconocer el fruto del Espíritu en mí?

El Espíritu Santo:

• Produce en nosotros vida y paz (Romanos 8:6).

• Nos enseña y nos ayuda a recordar su palabra (Juan 14:26).

• Da testimonio de Cristo en nuestras vidas (Juan 15:26).

4.1. Amor

Del griego “Ágape” significa amor sobrenatural y sacrificial. Pero la palabra utilizada en este verso nos habla de un amor a prueba de todo, un amor que se entrega sin recibir nada a cambio, el amor que sólo proviene de Dios. El amor de Dios debe crecer en nosotros cada día ya que es un distintivo del discípulo de Jesús. El mismo Señor dijo en Juan 13:35 “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Dios nos ama en forma absolutamente inmerecida. Romanos 5:8 dice “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Pablo en su primera epístola a la Iglesia de Corinto habla sobre el amor “Ágape”. 1ª Corintios 13:4-7 dice “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. “

4.2. Gozo

En el idioma hebreo es el vocablo “Shimkja” y en el griego “Jará” que denota un estado que no está sujeta a lo externo, sino a lo interno. Existe una diferencia sustancial entre el gozo y la felicidad, la felicidad está sujeta a situaciones favorables en cambio el gozo no. Como cristianos debemos estar siempre gozosos, no tan sólo en los momentos de éxito o quietud, sino siempre y sobre todo en la aflicción. En el libro de Hechos 5:41 los apóstoles Pedro y Juan estaban gozosos luego de haber sido encarcelados y azotados… “Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”

4.3. Paz

Proviene del hebreo “Shalom” y del griego “Eirene” que significa paz, prosperidad y bienestar. En estos días es usual escuchar en las noticias internacionales sobre la paz mundial. Sin embargo, la verdadera paz proviene de Dios. La paz del mundo es totalmente distinta a la de Dios, el mismo Señor lo dijo en Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” La paz de los hombres es esporádica, frágil, en cambio la de Dios es sublime y eterna. El rey David escribió “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” en Salmos 4:8. Los cristianos no estamos exentos de dificultades y aflicción, pero la paz de Dios nos acompañará más allá de las circunstancias. Así lo dice Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

4.4. Paciencia

Proviene de la palabra griega “Makrothumia” compuesta por las raíces “Makro” que significa “largo” y “Thumia” que significa “temperamento”. La paciencia sólo la podemos perfeccionar en Dios. La sociedad actual es la generación del “ahora” “enseguida”, el mundo no concibe la paciencia como una virtud sino como una debilidad. Dios es un Dios paciente, lo podemos ver a lo largo de toda la escritura (Salmos 86:15, Romanos 9:22, 2ª Pedro 3:9, 2ª Pedro 3:15) y nos pide que nosotros ejercitemos la paciencia con el prójimo. Efesios 4:2 dice “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,”

4.5. Benignidad y bondad

Estas partes del fruto son complementarias la benignidad es el estado, el comportamiento, el envoltorio y la bondad es llevar a la acción ese estado. Estas palabras provienen de los vocablos griegos “Jrestemai” y “Jrestótes” respectivamente que implican amabilidad, cortesía, gentileza. Son parte de los atributos de Dios como dice Salmos 86:5 “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.” Dios nos perfecciona para que desarrollemos esa parte del fruto y así entregar esa bondad y benignidad a los otros. Efesios 4:30-32 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

4.6. Fe

Proviene del griego “Pistis” y significa creer confiadamente, estar persuadido firmemente de una verdad. Tener fe no es tan sólo creer, ya que cualquier persona puede creer que puede volar (sin ningún medio de ayuda), pero eso no es fe ya que no es verdad. La fe se cimienta en la verdad. Todo el capítulo de Hebreos 11 habla sobre la fe. La definición de fe más precisa está en Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. “ La fe es inmensamente poderosa. En Mateo 17:20 Jesús dijo “...Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” Dios no nos pide fe ciega, Romanos 1:20a dice “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo...” Si te falta fe, podemos pedírsela libremente al Señor. Lucas 17:5 dice “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.” La fe necesariamente nos lleva al actuar por medio del desarrollo del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) y por medio de buenas obras para la gloria de Dios (Santiago 2:17).

4.7. Mansedumbre

Del griego “Praotes” significa una persona, humilde, moldeable, sumiso, humilde a Dios y de condición benigna. Esto es completamente distinto a la soberbia natural en el ser humano (1ªPedro 5: 5–7), de la cual debemos despojarnos. Como cristianos debemos buscar la mansedumbre y la humildad revistiéndonos de ella ya que esto agrada a Dios (Sofonías 2:3, 1ª Timoteo 6:11, Colosenses 3:12). Todas aquellas personas que tuvieron un encuentro íntimo con Dios eran personas mansas. A Moisés la Biblia lo describe como el hombre más “manso” que pisaba la tierra (Números 12:3). La mansedumbre nos ayuda a convivir mejor los unos con los otros (Efesios 4:2, Tito 3:2). El Señor Jesucristo es el ejemplo de mansedumbre más grande que pueda existir y nos llama a imitarlo. Mateo 11:29 dice “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.

4.8. Templanza

Del griego “Eukrateia” que significa dominio propio, poder bajo control. La templanza modera y canaliza los apetitos naturales del cristiano produciendo sobriedad, prudencia y moderación. Cuando recibimos la salvación, ya no somos esclavos del pecado y gracias a Jesucristo podemos desarrollar el dominio propio. Los apóstoles en muchas cartas nos hacen un llamado a la sobriedad (1ª Tesalonicenses 5:6, 2ª Timoteo 1:7; 2ª Timoteo 4:5, 1ª Pedro 1:13) para estar alertas a los tiempos en que estamos viviendo. Debemos pedirle a Dios que incline nuestro corazón a la prudencia (Proverbios 2:2).

5. El carácter de Dios en nosotros

Dios quiere esculpir Su carácter en nosotros. El fruto del Espíritu no es otra cosa que el carácter de Jesucristo en nosotros (Efesios 4:13). El fruto del Espíritu es uno, es un todo, por tanto cada parte del fruto crece simultáneamente. No puedo tener benignidad si no hay paciencia, no puedo tener gozo sin paz, no puede haber mansedumbre sin amor. Acerquémonos a Dios, pidámosle que haga crecer su fruto en nosotros. Sólo así podemos medir nuestro crecimiento y madurez espiritual.

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 5LA IGLESIA, TU NUEVA FAMILIA

Versículo para memorizar:

Hebreos 10: 24-25

“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Para poder continuar creciendo en tu nueva vida espiritual, además de leer tu Biblia y comunicarte con Dios, deberás practicar la comunión cristiana.

1. ¡Un bebé ha nacido… Bienvenido a la familia!

Nuestra vida espiritual, así como nuestra vida física, comienza con un nacimiento y continúa con un proceso de crecimiento y desarrollo. La divina voluntad es que cada criatura nazca en el seno de una familia responsable, donde pueda recibir el amor, la protección, el alimento y la instrucción que necesita para su buen desarrollo. En forma semejante, el Señor cuida a sus hijos espirituales, por lo que ha provisto de una familia espiritual para nosotros. Cuando tú y yo nacimos de nuevo, ingresamos a la familia de Dios (Efesios 2:19). Él es ahora nuestro Padre (2ª Corintios 6:18); Cristo Jesús es nuestro hermano mayor (Romanos 8:29); y todo verdadero creyente es nuestro hermano (Mateo 23:8).

En el sentido más amplio, la familia de Dios abarca a todos los creyentes del mundo. A donde quiera que vayamos, cuando nos encontremos con un creyente, hay un lazo que nos une. Este lazo es el amor fraternal cristiano y es evidencia de un mismo Espíritu. Ahora, en lo que respecta a tu crecimiento espiritual, esta familia tiene una manifestación cercana al lugar donde tú vives: tu Iglesia local.

2. Las bendiciones de Dios

Cada cristiano debe ser parte de un cuerpo, pertenecer a una familia. Al congregarte con tus hermanos para adorar a Dios, dos cosas ocurrirán: recibirás bendiciones y serás portador de bendiciones para otros.

El libro de los Hechos 2:42 dice “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” Somos llamados a reunirnos como nuestros hermanos en Cristo, tener comunión (“koinonia” en griego) y así perseverar en la doctrina. Seremos bendecidos al congregarnos y tener esa comunión con nuestra familia espiritual. Esta bendición podrás recibirla de distintas maneras. Puedes ser animado, ayudado o corregido por medio de:

•Un texto bíblico leído o estudiado

•Una alabanza

•El testimonio de algún hermano(a)

•Alguna oración congregacional, etc.

Las bendiciones de Dios, sin embargo, no son fines en sí mismas. Somos bendecidos para que seamos de bendición a quienes nos rodean. Efesios 2:10 enseña que fuimos “...creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Las buenas obras que hagamos de ahora en adelante, no son mérito nuestro, sino que fueron preparadas por Dios. Nuestro deber es andar en ellas y hacerlas para cumplir Su voluntad.

3. Los dones espirituales ¿Cómo puedo ayudar?

Cuando el Señor te salvó, te concedió a lo menos, un don espiritual y este don te hace apto para algún servicio o ministerio. 1ª Pedro 4:10 dice: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.” La palabra traducida como “don”, es la palabra charisma en griego. Significa una gracia, un favor o un regalo de Dios, absolutamente inmerecido; en este caso, para bendecir a quienes nos rodean.

4. La Iglesia

Refiriéndose a la actuación de los miembros en la Iglesia, Pablo recomendó a los hermanos de la Iglesia en Corinto: “Hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40). En cuanto a la organización, para que la Iglesia como “cuerpo de Cristo” pueda cumplir con sus propósitos, la Biblia dice en Efesios 4:11–12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

4.1 Apóstoles. Estos apóstoles incluían a los doce originales Mat.10:1-4 (suprimiendo a Judas y añadiendo a Matías después de la traición de Judas) y a Pablo. Los apóstoles de Cristo fueron llamados por Él, además testigos de sus palabras, de sus hechos, y en especial de su resurrección.

En Hechos 1:12-26 se describe como los 11 apóstoles “echaron suertes” y la “suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles”. Es Jesús quien en Hechos 9:1-19 llama a Saulo de Tarso (el apóstol Pablo) a ser apóstol porque va a ser un “instrumento escogido” para predicar a los gentiles (Ahora hablamos de los doce mas Pablo). Es por esto que los llamados y muchas veces hasta auto-proclamados “apóstoles” modernos son una completa herejía.

4.2 Profetas. Esta palabra se puede aplicar a aquellas personas que a) hablaban de parte de Dios, o bien b) aquellas personas que hablan y enseñan la palabra y doctrina de Dios. Al igual que los apóstoles, debemos tener mucho cuidado con aquellos que dicen ser “profetas” del primer tipo o que “tienen una palabra de Dios” para alguien. 1ª Juan 4:1 dice “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” Lo anterior no invalida ni anula el hecho que hoy y siempre Dios hace todo tipo de milagros como respuesta a la oración del hijo de Dios o la congregación (Santiago 5:14-15).

4.3 Evangelistas. Se refiere a los predicadores del evangelio.

Aunque todo cristiano es llamado a ser un evangelista en su entorno particular, existe el don de evangelista (Por ejemplo: Hechos 21:8 y 2ª Timoteo 4:5) que Dios da a algunos hermanos para hacer avanzar el reino de Dios.

4.4 Pastores. El pastor recibe otros nombres tales como “anciano” u “obispo” (Hechos 20:17-28 y 1ª Pedro 5:1–3). Sus requisitos se encuentran en 1ª Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9. En una Iglesia suele haber más de un pastor/anciano/obispo (Hechos 14:23; Tito 1:5), pero uno es el principal. El cuerpo de ancianos incluye al pastor principal de la Iglesia y constituye la principal autoridad espiritual para desarrollar una sana doctrina Bíblica. Tal como lo indican los primeros versículos de 1ª Pedro 5, deben apacentar (alimentar) la grey (rebaño) de Dios, cuidar de ella, no como teniendo señorío sobre ellos, sino siendo ejemplos de la grey.

4.5 Maestros. En la Iglesia se aplica a aquellos hermanos y hermanas que, además del cuerpo de ancianos, enseñan en los diferentes ministerios de la Iglesia.

4.6 Servidores. Los servidores, también llamados diáconos (1ª Timoteo 3:8-13) o diaconisas (Romanos 16:1-2) son una parte importante de la congregación, y su función principal es la de ser ayuda confiable para el cuerpo de ancianos de la Iglesia así como para la Iglesia en general. El libro de Hechos 6:1-6 relata el comienzo de los servidores en la Iglesia.

5. La cena del Señor (Santa cena)

Es una ordenanza para la Iglesia instituida por Jesús en “la noche que fue entregado” (1ª Corintios 11:23-26). Los cuatro evangelios relatan la santa cena o cena del Señor (Mateo 26:17-29; Marcos 14:12-25; Lucas 22: 7-23 y Juan 13:21-30). Jesús dijo: “esto es mi cuerpo” y “esto es mi sangre” cuando estaba sentado con sus discípulos, antes de ser crucificado. Pero eso habló de manera simbólica y no literal.

Debemos interpretar esto en la misma forma que interpretamos otras expresiones simbólicas de Jesús, tales como “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35), “Yo soy la vid verdadera” (Juan 15:1) y “Yo soy la puerta” (Juan 10:9) entre otras. Lo que Jesús dice, es que el pan y el vino representaban, simbólicamente, su cuerpo y su sangre para el perdón de los pecados. Es importante que entiendas que la cena del Señor no es la eucaristía de la misa, palabra que significa sacrificio. Según la doctrina del catolicismo romano, el sacerdote vuelve a sacrificar Cristo durante la eucaristía, donde el pan y el vino son literalmente la carne y sangre de Cristo. Eso significaría que Cristo es sacrificado cada vez que se realiza la misa. Hebreos 9:23-28 deja totalmente claro que ya no necesitamos que un sacerdote haga un sacrificio cada vez que pecamos, sino que “Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos”.

Jesús ordenó en Lucas 22:19b y 1ª Corintios 11:24 “haced esto en memoria de mí.” respecto a la partición del pan y en 1ª Corintios 11:24 “haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”, respecto a beber el vino de la cena del Señor. Es importante que comamos y bebamos la cena del Señor dignamente: 1) recordando el sacrificio que hizo Jesús por nuestra salvación, 2) recordando lo que representa el pan y el vino y, 3) esperando al resto de la Iglesia para consumirlo todos simultáneamente. En 1ª Corintios 11:27-34, el apóstol Pablo increpa a la Iglesia de Corinto por no cumplir éstos tres requisitos.

6. El bautismo

Jesucristo nos dio ejemplo haciéndose bautizar por Juan el Bautista, sin tener Él ninguna necesidad de hacerlo. El bautismo es un símbolo de nuestro nacimiento espiritual (Juan 3:3-6) al oír, entender y aceptar el evangelio de Cristo. En Hechos 2:41 se relata cómo durante el primer discurso del apóstol Pedro “los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. “ La expresión “recibieron su palabra” da la idea de oír el mensaje, entenderlo y estar de acuerdo con él. Esto nos indica que es requisito para ser bautizado el haber oído, entendido y aceptado el mensaje del evangelio.

Lo anterior, demuestra el error de la doctrina de bautizar a los bebés y a los niños pequeños. El bautismo es el primer acto de obediencia del nuevo creyente, el cual debe ser por inmersión total en el agua, salvo excepciones justificadas (baptitzo en griego significa inmersión). Es un símbolo de nuestra muerte carnal y nuestro nacimiento espiritual, como cuando el apóstol Pablo dice en Colosenses 2:12 que somos “sepultados con él (con Cristo) en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él”.

7. No dejes de congregarte

En base a todo lo expuesto anteriormente, y lo que enseña Hebreos 10:25 (“...no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre...”), es de suma importancia que seas fiel en la comunión fraternal cristiana. Asiste con regularidad a las actividades que tu Iglesia, cultivando el compañerismo junto a tus hermanos en la fe. Romanos 12:9-16.

8. La oración congregacional

También es importante que consideres el reunirte a orar con tu familia espiritual, por los asuntos corporativos de la Iglesia tales como la dirección, planes, proyectos de la Iglesia, así como también por cada uno de los ministerios de la Iglesia y la Iglesia perseguida entre otros temas (Hechos 2:42, Hechos 12:5).

Una vez más, te damos la bienvenida a tu nueva familia espiritual y te invitamos a participar de ella activamente con sumo gozo y alegría.

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 6LA MAYORDOMÍA

1Cr 29:10-14 “Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.”

Versículo para memorizar:

1Cr 29:14 “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.”

1. Dios es dueño absoluto de todo

Deuteronomio 10:14 “He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.”

Dios es el creador y dueño de todo cuanto existe. Leamos en Salmos 50:10-12 dice: “Porque mía es toda bestia del bosque y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. … mío es el mundo y su plenitud”.

2. Somos administradores de Dios

Este es el segundo concepto que debemos acuñar en nuestro corazón: el ser humano, es decir, tú y yo, somos mayordomos de Dios. Mayordomo es la persona que ejerce administración sobre los bienes que un dueño le confía. Nacemos para administrar lo que es de Dios. La orden que leemos en varios versículos del libro de Génesis es “señoread la tierra”. Es decir, ejercer la mayordomía sobre todo lo creado por Dios en la tierra. David expresa esta condición en el Salmo 8: 3 - 4, 6 “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el Hijo del hombre, para que lo visites?”, “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies”.

3. Ser administradores de nuestro propio cuerpo

Debemos cuidar nuestros propios cuerpos, porque de hecho ya no es nuestro. 1ª Corintios 6:19–20 “No sois vuestros, habéis sido comprados por precio”. Nuestro cuerpo ahora es templo del Espíritu Santo y debemos cuidarlo, mantenerlo saludable y limpio, darle comida sana y descanso, tratarlo bien y vestirlo con sencillez. No debemos descuidar ni tampoco afanarnos en lo que respecto al cuidado del cuerpo. Aunque nuestro cuerpo se va desgastando físicamente con el tiempo, nuestro espíritu se renueva día a día (2ª Corintios 4: 16).

4. Ser administradores de nuestro tiempo

Como dice Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Debemos administrar correctamente el tiempo que Dios nos da. Efesios 5:15-16 dice “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Te animamos a autoevaluarte en lo que respecta a tu actual administración del tiempo.

5. La administración de los bienes materiales para el cristiano

a. El dar es un principio bíblico

El dar no es una opción para un Cristiano, sino un principio bíblico que Jesús nos dejó y se acompaña de una bendición. Lucas 6:38 dice “Dad, y se os dará...”

b. El dar es un privilegio y parte de nuestra adoración

El apóstol Pablo coloca a los hermanos de Macedonia como un ejemplo en 2ª Corintios 8:1-4. Dice que ellos han pedido “que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.”

Es parte de nuestra adoración a Dios:

El pueblo de Israel 1°Crónicas 16:29

Los hermanos de la iglesia primitiva Fil. 4:18

Tú responsabilidad de dar en nuestra iglesia

La Biblia da a la Iglesia una serie de principios sobre cómo debemos dar obedeciendo Su mandato:

1. Con generosidad: Según nos indica 2° Corintios 9:6

2. Con gratitud de corazón: En 2° Corintios 9:7-8

3. Con orden y regularidad: Se debe planificar el dar, uno debe estar preparado. Uno no debe dar lo que tenga a mano, lo que le sobra o cuando se acordó a última hora que debía dar. Uno debe planificar y apartar lo que va a dar 1ª Corintios 16:1-2.

4. La bendición de Dios a la obediencia de sus hijos

a. 2°Corintios 9:8

b. Malaquías 3:10

c. Malaquías 3:11

5. El compromiso personal con tu iglesia: Según los pasajes leídos anteriormente podemos resumir que el hijo de Dios con respecto a su compromiso de dar debe ser: Fiel, generoso y ordenado

Resumen:

La actitud correcta es dar a la obra de Dios como un privilegio, y hacerlo con gozo. Tú eres parte de este cuerpo y es el lugar donde eres alimentado y guiado, como consecuencia debes participar de la bendición de sostenerlo.

Un cristiano debe dar, según como haya prosperado, como propuso en su corazón, alegre y agradecido; ya que el dar es una bendición para nuestras vidas y una forma de adoración.

Lo que dice los estatutos de nuestra iglesia respecto al dar:

La ICLS reconoce que todo recurso material fruto de un trabajo honesto, es provisión de Dios para el sustento de sus hijos (Santiago 1:17) y es un privilegio dado a su pueblo el participar del sostenimiento, desarrollo y crecimiento de la iglesia, con el propósito de alcanzar a más personas a través de la predicación del evangelio.

La ICLS no impone u obliga monto alguno a sus miembros; respetando el concepto de diezmo en quienes poseen esta convicción como forma de compromiso voluntario; y el privilegio de dar como concepto de ofrenda expresada adicionalmente como compromiso formal. Ambos conceptos que nacen de un corazón agradecido, alegre y generoso.

Su entrega debe ser planificada y de manera regular (1 Corintios 16:2) y “cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”

Los recursos recibidos por la Iglesia, serán utilizados de acuerdo a los parámetros prescritos en las Sagradas Escrituras y especialmente, para el sostenimiento de la obra de Dios, gastos administrativos de la Iglesia, remuneración de los trabajadores y ayudas a miembros necesitados, entre otros.

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 7LA TENTACIÓN Y EL PECADO

Versículo para memorizar:

1ª Corintios 10: 12-14

“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.”

1. Dificultades en tu santificación

Como has podido ver en los capítulos anteriores lo primero que un cristiano nota en su nueva vida, es el deseo por hacer las cosas bien e iniciar el proceso de santificación. Sin embargo, al poco andar, te encontrarás con dificultades para poder vivir según la voluntad de Dios. Estas dificultades son parte del proceso de la santificación y son absolutamente posibles de superar ya que para eso vive Cristo en ti. Él tiene el poder y el deseo de transformar tu carácter y conducta. Si diariamente te entregas a Jesús, y dependes de Él para tomar decisiones, para aceptar y obedecer su voluntad, entonces Cristo y su vida gloriosa se manifestarán en ti. Esto es lo que aprendimos en nuestro estudio de Gálatas 2:20. ¿Te acuerdas?

2. La prueba, la tentación y el pecado

La Biblia está llena de versículos que nos llaman a soportar la tentación. Santiago 1:12 dice que es bienaventurado quien “soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” En los versículos 14-15 dice que “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. ” Por otro lado 1ª Tesalonicenses 2:4b dice “…sino a Dios, que prueba nuestros corazones.”

En resumen: Dios no tienta a nadie, sino que prueba nuestros corazones. Durante la prueba, somos tentados por nuestras propias concupiscencias lo que nos puede llevar a pecar (Santiago 1:14), o a un crecimiento espiritual (Job).

Posibles consecuencias de la tentación según Santiago 1:12-15.

Es importante que entiendas que el ser tentado no es pecado. De hecho, Hebreos 4:15b dice que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Siempre debemos recordar que Dios no permitirá una tentación que no podamos resistir y que siempre proveerá una salida (1ª Corintios 10:13). A nosotros, los hijos de Dios, nos corresponde elegir bien y aprovechar la salida provista por Dios.

3. Todo cristiano verdadero ha pecado, peca y pecará

¡El cristiano que dice que no peca es un mentiroso! Así lo dice 1ª Juan 1:10 “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.” Hasta el apóstol Pablo se lamentó en Romanos 7:24 al decir “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”. Todo pecado de todo cristiano fue pagado en la cruz, ya sean pecados pasados, presentes o futuros. Esto nos llama a ser aún más humildes porque nos recuerda cuán inmerecida es nuestra salvación (Romanos 3:24).

4. Todo cristiano verdadero no practica el pecado

Esto queda absolutamente claro en 1ª de Juan 3:8-9, que dice “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”

Cuando el cristiano verdadero peca, le duele, se arrepiente de corazón, usa su mente para analizar las condiciones que lo llevaron a pecar (lugar, hora, compañía de personas, etc.) y actúa evitando que esas condiciones se repitan para no pecar más. El religioso que practica el pecado, se prepara para pecar. Sabe que va a pecar. Peca y luego hace una oración superficial, pero sigue pecando y no hace nada para evitarlo. Quién hace esto, no perdió la salvación, porque la salvación no se pierde (Lección Nº2), sino que nunca fue cristiano. 1ª Juan 2:19 dice “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.”

5. Identificando el Campo de Batalla

Desgraciadamente hay mucha gente en el ámbito cristiano que culpan de manera exclusiva al diablo por sus pecados. Para poder superar las diferentes dificultades en nuestro madurar cristiano, es imprescindible detectar correctamente las verdaderas fuentes de tentación y pecado. Hay tres fuentes: la carne, el mundo y el diablo; a continuación veremos cada una de ellas en detalle:

5.1 La carne: El enemigo interior

Somos llamados a evitar y huir de las cosas carnales y buscar “la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (1ª Timoteo 6: 11). Estamos en una permanente lucha entre nuestra naturaleza carnal y nuestra nueva criatura espiritual. El apóstol Pablo le llama la atención a la Iglesia de Corinto en 1ª Corintios 3:3, donde dice “porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? ” El versículo de Gálatas 5:16 dice “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Romanos 8:9 dice “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”

5.2 El mundo: El enemigo exterior

Cuando hablamos de la palabra “mundo” nos referimos a la palabra griega “Aión”, que significa época, período de tiempo caracterizado por una forma de pensamiento. Jesús no nos sacó del mundo (Juan 17:15-16), no nos llamó a aislarnos, sino a vivir en el mundo, pero también dice que “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”. No debemos ser parte del sistema de pensamiento del mundo, no debemos amar al mundo. 1ª Juan 2: 15 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” Todo lo contrario, somos llamados a vivir de manera “sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:12). Solo así podemos ser sal y luz como Jesús dice en Mateo 5:13-16.

5.3 Nuestro adversario el diablo

Desde Génesis hasta Apocalipsis se nos habla sobre el diablo, el opositor, el enemigo de Dios y su creación. Independientemente de tu manera de pensar antes de ser cristiano, la Biblia claramente declara la existencia del diablo y el ignorar su existencia es un gran riesgo. 1ª Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” Somos llamados a no ignorar “sus maquinaciones.” (2ª Corintios 2:11) y a no darle “lugar al diablo” (Efesios 4: 27).

5.3.1 Dios creó a Lucifer, no al diablo

Dios creó a Lucero, que significa portador de luz (Isaías 14:12). Era un ángel de Dios, integrante de la clase de los querubines, santo, sabio, hermoso, fue líder entre ellos llamado guardián y “querubín grande, protector” (Ezequiel 28:12-15). Pero ante su posición y belleza se volvió arrogante y deseó sentarse en un trono y ser semejante a Dios. La caída de Satanás de su posición angelical (Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:17), ocurrió a causa de su orgullo, arrogancia y su deseo de ser como Dios. A causa de su rebelión Satanás fue arrojado del cielo por Dios “... yo te eché del monte de Dios... yo te arrojaré por tierra” (Ezequiel 28:16-17) y lo destinó al lago de fuego (Apocalipsis 20:10 / Isaías 14:15).

5.3.2 Afectó a otros ángeles de Dios

Cuando Satanás cayó del cielo no cayó solo. Llevó consigo un tercio de los ángeles del cielo (Apocalipsis 12:4,9) que participaron en su rebelión contra Dios (Judas 1:5-6). Este grupo de ángeles es parte ahora de una fuerza del mal, los demonios quienes también están destinados al lago de fuego (Mateo 25:41). La batalla aún está en progreso sobre la tierra donde Satanás está contra el mundo entero. 1ª Juan 5:19 dice “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” La buena noticia es que él ya es un enemigo derrotado, Jesús venció el poder de Satanás mediante Su muerte y resurrección. Juan 16:33b dice “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

6. La armadura de Dios

Lea Efesios 6:10-18 con mucho cuidado y detención. Es un texto que da un listado de herramientas que Dios nos ha dado para enfrentar la tentación y así evitar el pecado.

6.1 El cinturón - La verdad (Versículo 14a)

Todo cristiano que desea ganar la batalla contra el enemigo debe de comenzar con la verdad. En Proverbios 23:23 dice "compra la verdad y no la vendas".

6.2 La coraza - La justicia (Versículo 14b)

Uno de los requerimientos más importantes para el creyente es la justicia, santidad y rectitud. Mateo 6:33 dice “Buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia”.

6.3. El calzado - El apresto del evangelio de la paz (Versículo 15)

El cristiano está mandado a “estar firme” espiritualmente, a que su calzado le evite resbalar y caer. Nuestro cimiento es el evangelio de Jesucristo que trae paz a la vida de todo cristiano.

6.4. El escudo - La fe (Versículo 16)

La fe es un arma de defensa y protección para el creyente. Es parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). “Sin fe es imposible agradar a Dios” dice Hebreos 11:6.

6.5 El yelmo - La salvación (Versículo 17a)

La fe nos llevó a la salvación. Como dice Romanos 5:1a, "justificados pues por la fe…" No permitan que el diablo ponga dudas en su cabeza acerca de su salvación (Lección Nº 2).

6.6 La espada - La Palabra de Dios (Versículo 17b)

La espada es un arma importante para el cristiano, aquella que nos permite nuestra mayor defensa y debemos saber usarla, La Biblia. 1ª Pedro 3:15b dice “estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. Es imprescindible que el cristiano conozca la palabra de Dios para que pueda resistir al enemigo. Además de todo lo mencionado anteriormente, es sumamente importante todo lo que aparece en la “Lección Nº 3: Tu comunicación personal con Dios”.

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NOTAS

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LECCIÓN Nº 8INFLUYENDO EN TU ENTORNOEL PODER DE TU TESTIMONIO

Versículos para memorizar

1ª Corintios 10:31-32

“Sí, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios.”

2ª Timoteo 1:7-8

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”

Ser testigo no es algo opcional para el cristiano. Hay dos formas por las cuales testificamos acerca de Dios: el testimonio de tu vida, y el testimonio de tus palabras. Según 1ª Corintios 10:31-32, damos buen testimonio cuando nuestra vida realmente se ajusta al modelo de Jesús.

Debemos abstenernos de todo lo que pudiera dar pretexto para que un inconverso se niegue a creer en el evangelio, o para que un creyente se desvíe de los caminos del Señor. Debemos procurar que todo lo que hagamos glorifique a Dios. La palabra “santo” (“hagíos” en griego y “qadoš” en hebreo), significa apartado, diferente. Debemos ser diferentes al sistema de pensamiento del mundo, de tal manera que un inconverso se sienta atraído a ser también un hijo de Dios.

1. Todo para la gloria de Dios

Las Escrituras subrayan la importancia de ser buenos testigos de Jesús en todo momento. A eso se refiere Jesús cuando dice que somos “la sal” (Mateo 5:13) “la luz del mundo” (Mateo 5:14-16). Todo nuestro testimonio siempre debe ser para la gloria de Dios. Mateo 5:16 dice “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

2. El testimonio puede llevar a la evangelización

Es común que cuando un cristiano recién convertido deja ciertos malos hábitos básicos, como dejar de decir garabatos, aquellos más cercanos se extrañan y hasta preguntan por el cambio. Si además de eso permite que el Espíritu Santo comience a producir su Fruto, definitivamente la gente de su entorno se extrañará. Cuando fueron interrogados los apóstoles; los gobernantes, los ancianos, los escribas y fariseos reconocieron que habían estado con Jesús por su manera de hablar. Hechos 4:13 dice “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.”

En 1ª Pedro 3:1–2, el apóstol habla a mujeres cristianas cuyos maridos no eran creyentes. “Estad sujetas a vuestros maridos”, les dijo, “para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.” Aprendemos aquí que la conducta diaria del creyente puede ser el factor decisivo en la evangelización.

A veces las personas que no van a querer escuchar la palabra de Dios, sin embargo por medio de un buen testimonio cristiano, hay ocasiones donde el mensaje del evangelio es bien recibido.

3. Cuidado con la hipocresía

El testimonio que entrego con mi forma de vivir, debe coincidir con el testimonio de mis palabras. De lo contrario me transformaría en un hipócrita, es decir, me pongo una máscara de una persona y detrás de la máscara soy otra. Jesús se dedica durante todo el capítulo 23 de Mateo a confrontar a los escribas y fariseos por ser hipócritas. Ellos decían una cosa y hacían otra. Nosotros debemos ser consecuentes entre lo que decimos y lo que hacemos.

4. Una comunión permanente con Dios

La única forma de fortalecer en nosotros un buen testimonio, es mantener nuestra comunión con Dios de manera permanente (Lección N° 3). El estar apartados de Dios nos debilita enormemente. Un ejemplo de esto, lo vemos en la vida de David. Al descuidar su obligación de salir al frente de los ejércitos del Señor, y dejarse llevar por el ocio, David se expuso a la tentación y cayó en el doble pecado (adulterio y homicidio) (2ª Samuel 11). Cuando finalmente se arrepintió, Dios tuvo misericordia de él y le perdonó (2ª Samuel 12). Pero una secuela de desgracias le sobrevino como consecuencia inevitable de sus pecados. El profeta Natán tuvo la misión de exhortarlo: “Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá” (2ª Samuel 12:13-14).

5. ¿Cómo puedo avanzar en el testimonio en mi vida?

La respuesta a estas y otras inquietudes similares, es la misma: es necesario que permitas a Cristo moldearte: tu carácter, tu forma de pensar; esto hará que cambie tu forma de vivir y así Él se mostrará a través de ti; de esa forma brilla en nosotros su luz. Efesios 4:30 dice “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” La palabra “contristéis” viene del griego “Lupeo”, y quiere decir afligir, entristecer, angustiar. ¿Cuándo entristecemos al Espíritu Santo? Cuando de nuestra boca salen palabras corrompidas, amarguras, enojos, iras, griteríos y maledicencias (Efesios 4:29,31). Nuestro deber es facilitar que el Espíritu Santo haga su obra y alegrarlo, siendo benignos, misericordiosos y perdonando al prójimo, así como nosotros somos perdonados (Efesios 4:32).

El hecho de que Cristo mismo vive en ti, por medio de su Espíritu, se manifiesta a través de una vida transformada, en la que se comienzan a ver frutos espirituales. El propósito de Dios es usarte como instrumento ante el mundo, y así mostrar la gracia y el amor de Jesucristo hacia ellos.

6. Debemos auto-examinarnos

El apóstol Pablo, en Gálatas 5:22-23 nos enseña cual es el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Recuerde la Lección Nº 4, El Espíritu Santo y la Santificación). Todas estas virtudes no son otra cosa que una descripción del carácter de Jesucristo. Al estar llenos del Espíritu de Dios, Él produce en nosotros su fruto, lo que nos permite liberarnos del dominio de nuestra naturaleza carnal. Los versículos de 1ª Juan 2:3-6, nos llaman a auto- examinar nuestra conducta cuando dice “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”

Examínate constantemente respecto al fruto del espíritu en tu vida. ¿Cómo está mi paciencia? ¿Cómo está mi dominio propio? Quizás al principio del día, quizás al final. Con el tiempo verás la fuerte conexión entre tu comunicación personal con Dios (Lección Nº 3), tu desarrollo personal del fruto del Espíritu (Lección Nº 4) y tu testimonio como cristiano.

7. Predicar el evangelio a todas las naciones

Al final del libro de Mateo, específicamente en Mateo 28:19-20 dice “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Somos ordenados por Jesucristo en persona a predicar el evangelio (la buena noticia), de que el Reino de los Cielos se ha acercado (Mateo 3:2; Mateo 4:17).

De que por fin el pecado del mundo ha sido quitado (Juan 1:29) por medio del sacrificio de Dios encarnado en la persona de Jesús. Dios ha condenado a toda persona que ha pecado (Romanos 3:23) al castigo eterno (Mateo 25:46; Marcos 3:29; Hebreos 6:2; 2ª Tes. 1:9), pero no hay condenación para el que está en Jesús (Romanos 8:1). En Marcos 5:19, Jesús le dice a un hombre de quien había sacado muchos demonios “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”. Y al apóstol Pablo, cuando luchaba para introducir el evangelio en la ciudad pagana de Corinto, el mismo Señor Jesús se le apareció en visión de noche y le dijo: “No temas, sino habla, y no calles” (Hechos 18:9). En la ciudad de Cesarea, el capitán romano Cornelio buscaba el camino de Dios. Un día, mientras oraba, un ángel entró donde estaba y le dio instrucciones de mandar traer al apóstol Pedro. ¿Para qué tenía que traer a Pedro? He aquí la respuesta: “Él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa” (Hechos 11:14). Esto quiere decir que el mensaje de salvación debe ser comunicado por medio de palabras humanas. Tú y yo, pues, tenemos la solemne obligación y privilegio de hablar de nuestro Salvador.

8. Superar los temores de dar testimonio

A veces podemos sentir vergüenza y temor de predicar el evangelio, pero Dios está contigo siempre, y Él es más fuerte que cualquier dificultad. 2ª Timoteo 1:7-8a dice “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor.”

Es importante que entiendas que no son “nuestras palabras” las que salvan a las personas, sino las palabra de Dios por medio de la Biblia (Hebreos 4:12-13). Si estás recién comenzando y alguien te pregunta por tu fe, no dudes en dar testimonio de Jesús. Si te preguntan algo que no sabes, tienes a toda tu familia espiritual, tu Iglesia local y la Palabra de Dios para ayudarte a salir adelante.

¡¡¡ Que el Señor te bendiga!!!

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NOTAS

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LOS LIBROS DE LA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO

El Pentateuco (Los 5 primeros libros de la Ley de Dios):

1. Génesis: Los comienzos.

2. Éxodo: Liberación de Egipto.

3. Levítico: Reglas para los levitas, los sacerdotes y la nación de Israel.

4. Números: El censo y el período en el desierto.

5. Deuteronomio: La repetición de la ley.

Los Libros Históricos:

6. Josué: La entrada a la tierra prometida de Israel.

7. Jueces: Guerra con los países vecinos.

8. Rut: Historia de la mujer moabita que llegó a ser israelita.

9. 1 Samuel y...

10. 2 Samuel: Las vidas de Samuel, Saúl, y David.

11. 1 Reyes y...

12. 2 Reyes: Salomón y otros reyes hasta el cautiverio.

13. 1 Crónicas y...

14. 2 Crónicas: Repite la historia de Israel desde Saúl hasta el cautiverio.

15. Esdras: Retorno del remanente a Jerusalén.

16. Nehemías: Retorno del remanente.

17. Ester: Mujer judía que llegó a ser reina de Persia durante el cautiverio.

Los Poetas:

18. Job: Hombre recto y apartado del mal que sufrió muchas calamidades.

19. Salmos: Cancionero de Israel.

20. Proverbios: Sabiduría de Israel.

21. Eclesiastés: Peregrinaje espiritual, buscando el sentido de la vida.

22. Cantares: Canción de amor.

Los Cinco Profetas Mayores:

23. Isaías: Un llamado al arrepentimiento. Promesas del Mesías.

24. Jeremías: Un llamado al arrepentimiento.

25. Lamentaciones: Lamenta la destrucción de Jerusalén.

26. Ezequiel: Visiones del juicio de Dios y la futura restauración.

27. Daniel: Este profeta confronta al rey Nabucodonosor. Visiones del retorno profético de Jesús.

Los doce profetas menores:

28. Oseas: El amor de Dios para su pueblo infiel.

29. Joel: El Día del Señor, juicio devastador.

30. Amós: Denuncia a Israel por injusticia con los pobres.

31. Abdías: País vecino, Edom, será castigado por invadir a Judá.

32. Jonás: El profeta huye y es tragado por un pez.

33. Miqueas: Explotación de los pobres y la perversión del sacerdocio.

34. Nahúm: Profecía de la destrucción de Nínive.

35. Habacuc: El profeta duda de la justicia de Dios.

36. Sofonías: Juicio sobre Judá y otras naciones.

37. Hageo: Anima a reconstruir el templo.

38. Zacarías: Visiones de la restauración y del Mesías.

39. Malaquías: Acusaciones contra los sacerdotes.

EL NUEVO TESTAMENTO

Los Evangelios:

1. Mateo: Para los judíos, para mostrar que Jesús es el Mesías.

2. Marcos: Para los gentiles, simple y lleno de acción.

3. Lucas: Para Teófilo, detallado.

4. Juan: Para los gentiles, teológico.