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A L AMANECER O AL ATARDECER. Y MEJOR SI LLUEVE. ELENA ASINS RE- CHAZA LAS HORAS DE LUZ DIRECTA QUE CASTIGAN LA VISIÓN DE LA NATURALEZA. ES ARTISTA RADICAL, DE IDEAS CLARAS Y ANÁLISIS CONS- TANTE. SE ADENTRA EN SUS PASEOS POR LOS CAMPOS DE AZPIROTZ, OBSERVA CADA INSTANTE, Y SU CÁMARA CAPTURA NUBES, ESPA- CIOS Y NIEBLAS QUE SE DISIPARÁN EN LOS ORDENADORES CON MAYOR ÍMPETU CREATIVO QUE HABITAN EN KILÓMETROS A LA REDONDA. NOS LLEVA POR LOS CAMINOS DE ARALAR, «UNA OBRA DE ARTE PERFECTA», NOS DICE. 2015 8 21 ostirala GARA IV bete Artista de vanguardia, precurso- ra del arte conceptual a través de la informática, el Premio Na- cional de Artes Plásticas del Mi- nisterio de Cultura español en 2011 vino a reconocer la extraor- dinaria trayectoria de Elena Asins, después de que lo fuera internacionalmente. Originaria de Madrid, ha conducido su vi- da por grandes urbes, París, Nueva York y Hamburgo, entre otras, hasta que hace veinte años decidió recalar en Azpi- rotz, el pequeño enclave que cuelga entre las dos vertientes hidrográficas de Nafarroa. Simplemente, vino a Azpirotz y le gustó. Encajaba en ese pai- saje de niebla y en el silencio que rodea a una aldea rural con menos de cincuenta vecinos, donde la colaboración es nece- saria y donde, cuando es tiem- po, recibe sorpresas agradables como un cuenco de cuajada re- cién hecha. «Para mí es impor- tante el entorno, el lugar donde trabajar y vivir. Este es un paisa- je hermoso, con una naturaleza alucinantemente bella». En lo que era una antigua borda cons- truyó su casa-taller y diseñó su acogedor y particular universo en blanco y negro. Grandes pan- tallas, impresoras y plotters se funden con el reflejo de los vi- gorosos árboles que rodean la gran cristalera de la estancia. Su casa, como su obra, es en blanco y negro. «Voy a lo esencial de la estructura. Ahora voy metiendo algo de color, pero muy poco. No lo domino». Asins nos propone un itine- rario personal por los campos de Azpirotz, desde una pequeña senda que se abre en Epeleta, en la parte baja del serpenteante puerto, y asciende suavemente hasta su casa. Un recorrido que cubre a diario y donde encuen- tra el necesario silencio para inspirarse en su obra creativa. «Sí, necesito cierto aislamiento y me siento cómoda en él». Ad- mite que acoge muchas visitas, lo que a veces no deja de ser un fastidio. «La gente te invade sin mala intención. No puedes ser un ogro, pero es un desperdicio de energías y de concentración. Ahora comprendo mejor a Oteiza cuando colocaba en la puerta aquel cartel de “déjen- me trabajar”». Lamenta que el pueblo se esté vaciando y le enoja ver los cam- pos cercados: «Fíjate, hay alam- bradas por todo. Dicen que es para evitar que los animales se escapen. Pero ¿qué animales?, me pregunto. Si ya no hay...» IBILALDI PROPOSAMENA> ELENA ASINS Ficha DOLMEN DE ALBI En el km. 12 de la carretera que lleva de Lekunberri a San Miguel. PANORÁMICA La impresionante vista que se abre desde la explanada del santuario. COMER Para comer en la zona, Venta Mugiro o el Aiestaran de Lekunberri. El dolmen de Albi ha dado nombre a una serie de esculturas de la artista. Jagoba MANTEROLA | ARGAZKI PRESS Mertxe AIZPURUA ARALAR , ARTE DE DÓLMENES Y NIEBLAS NAFARROA IRUÑEA hutsa hutsa ARALAR

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Page 1: IBILALDI PROPOSAMENA> ELENA ASINS ARALAR  · PDF filecomo un cuenco de cuajada re-cién hecha. ... GARA 2015 8 21 ostirala V bete ... va– y todo el camino, hasta

AL AMANECER O AL ATARDECER. Y MEJOR SI LLUEVE. ELENA ASINS RE-CHAZA LAS HORAS DE LUZ DIRECTA QUE CASTIGAN LA VISIÓN DE LA

NATURALEZA. ES ARTISTA RADICAL, DE IDEAS CLARAS Y ANÁLISIS CONS-TANTE. SE ADENTRA EN SUS PASEOS POR LOS CAMPOS DE AZPIROTZ,OBSERVA CADA INSTANTE, Y SU CÁMARA CAPTURA NUBES, ESPA-

CIOS Y NIEBLAS QUE SE DISIPARÁN EN LOS ORDENADORES CON MAYOR ÍMPETU

CREATIVO QUE HABITAN EN KILÓMETROS A LA REDONDA. NOS LLEVA POR

LOS CAMINOS DE ARALAR, «UNA OBRA DE ARTE PERFECTA», NOS DICE.

2015 8 21 ostirala GARA IVbete

Artista de vanguardia, precurso-ra del arte conceptual a travésde la informática, el Premio Na-cional de Artes Plásticas del Mi-nisterio de Cultura español en2011 vino a reconocer la extraor-dinaria trayectoria de ElenaAsins, después de que lo fuerainternacionalmente. Originariade Madrid, ha conducido su vi-da por grandes urbes, París,Nueva York y Hamburgo, entreotras, hasta que hace veinteaños decidió recalar en Azpi-rotz, el pequeño enclave quecuelga entre las dos vertienteshidrográficas de Nafarroa.

Simplemente, vino a Azpirotzy le gustó. Encajaba en ese pai-saje de niebla y en el silencioque rodea a una aldea rural conmenos de cincuenta vecinos,donde la colaboración es nece-saria y donde, cuando es tiem-po, recibe sorpresas agradablescomo un cuenco de cuajada re-cién hecha. «Para mí es impor-tante el entorno, el lugar dondetrabajar y vivir. Este es un paisa-je hermoso, con una naturalezaalucinantemente bella». En loque era una antigua borda cons-truyó su casa-taller y diseñó suacogedor y particular universoen blanco y negro. Grandes pan-tallas, impresoras y plotters sefunden con el reflejo de los vi-gorosos árboles que rodean lagran cristalera de la estancia. Sucasa, como su obra, es en blancoy negro. «Voy a lo esencial de laestructura. Ahora voy metiendoalgo de color, pero muy poco.No lo domino».

Asins nos propone un itine-rario personal por los camposde Azpirotz, desde una pequeñasenda que se abre en Epeleta, enla parte baja del serpenteantepuerto, y asciende suavementehasta su casa. Un recorrido que

cubre a diario y donde encuen-tra el necesario silencio parainspirarse en su obra creativa.«Sí, necesito cierto aislamientoy me siento cómoda en él». Ad-mite que acoge muchas visitas,lo que a veces no deja de ser unfastidio. «La gente te invade sinmala intención. No puedes serun ogro, pero es un desperdiciode energías y de concentración.

Ahora comprendo mejor aOteiza cuando colocaba en lapuerta aquel cartel de “déjen-me trabajar”».

Lamenta que el pueblo se estévaciando y le enoja ver los cam-pos cercados: «Fíjate, hay alam-bradas por todo. Dicen que espara evitar que los animales seescapen. Pero ¿qué animales?,me pregunto. Si ya no hay...»

IBILALDI PROPOSAMENA> ELENA ASINS

Ficha

DOLMEN DE ALBIEn el km. 12 de la carretera

que lleva de Lekunberri aSan Miguel.

PANORÁMICA La impresionante vista quese abre desde la explanada

del santuario.

COMERPara comer en la zona,

Venta Mugiro o elAiestaran de Lekunberri.

El dolmen de Albi ha dadonombre a una serie deesculturas de la artista. Jagoba MANTEROLA | ARGAZKI PRESS

Mertxe AIZPURUA

ARALAR, ARTE DE DÓLMENES Y NIEBLAS

NAFARROA

IRUÑEA

hutsahutsa

ARALAR

Page 2: IBILALDI PROPOSAMENA> ELENA ASINS ARALAR  · PDF filecomo un cuenco de cuajada re-cién hecha. ... GARA 2015 8 21 ostirala V bete ... va– y todo el camino, hasta

GARA 2015 8 21 ostirala Vbete

Lanza su reflexión sobre la pro-piedad privada, la une con laactual situación de Grecia –«esegran pueblo al que están humi-llando hasta el extremo»– yañade una constatación global:«No nos dejan vivir. Ya no hayideología, solo hay intereses.Nos quieren aborregados, su-misos».

Elena Asins engaña con su apa-riencia física. Extremadamentedelgada –«he sido así desdesiempre», explica– puede pare-cer una mujer frágil. Nada máslejos de la realidad. Vital y enér-gica, vivaz y despierta, es capazde hablar de todo, pero tambiénpregunta, inquiere y busca laopinión de su interlocutor. Esdirecta. «Oye, sácame guapa enlas fotos», le espeta al fotógrafo,entre maliciosa y curiosa, máspor observar su reacción queporque realmente le importe laimagen reflejada en la cámara.

La poética del euskaraHabla de Oteiza, al que conociómucho antes de llegar a Azpi-rotz y que le descubrió los me-galitos de esta zona y el univer-so cultural y vivencial que lorodea. «Yo he comprendido to-do esto, pero es que hay que vi-vir aquí para entenderlo». Da unpaso más: «Desde Madrid lovasco se idealiza o se tira. Las co-sas no se ven tal y como son.Hay que vivir aquí para com-prender lo que pasa aquí».

Y habla del euskara, de la ri-queza de dialectos y la variedadde formas lingüísticas que le lla-ma poderosamente la atención:«El euskara posee una poéticadel entorno, una poética del lu-gar que es muy bella». Con elmismo adjetivo se refiere a lasMailoak de Aralar, cuya visión alatardecer recomienda vivamen-te, y utiliza el término «magnífi-co» al situarse frente al dolmende Albi, que ha dado nombre auna serie de sus obras. “Albikotrikuharriak”.

El dolmen de albiEl itinerario que Asins aconsejahacer a las amistades que llegande Madrid o de otros lugares delmundo pasa siempre por Aralary un dolmen concreto.

Hay más dólmenes, menhiresy cromlech por Aralar, pero elde Albi está situado en un lugarde fácil acceso. Desde Lekunbe-rri, en la carretera que lleva alsantuario de San Miguel y al fi-nal del aparcamiento, en un pi-nar cercano, está enclavado eldolmen de Albi. Un túmulo de15 metros de diámetro por 1 dealto, formado por tres losas late-rales y una enorme que cubre elrecinto de la cámara. «Este es un

paisaje inigualable –dice, mien-tras toma fotografías del dol-men desde su mejor perspecti-va– y todo el camino, hastallegar al santuario, lleno de ha-yedos y robles es fascinante».No acostumbra a acompañar alas visitas por este recorrido.«Aralar es una obra de arte per-fecta. Es mejor que cada uno lodescubra por sí mismo. En elfondo, la gente que viene defuera no aguanta por muchotiempo este silencio y esta paz.

Es lo que tiene el estrés en elque ahora se vive. Vienen, perono lo aguantan, y se marchanrápido».

Vista y santuarioAscendemos hasta el santuariopor el camino que ya ha descri-to Asins. En su cumbre, el actualtemplo, que fue construido enla primera mitad del siglo XIIcomo ampliación de un edificiorománico de principios del sigloXI. Dentro, el retablo por el que

se conoce en medio mundo elSantuario, una obra maestra delarte románico que fue robadapor el famoso ladrón de arteEric el Belga en 1979 y, tras serrecuperada, volvió a su lugar enel año 1991.

Un ciclista rompe la relajadamirada que Elena Asins dirige alsantuario que, además de milaños de historia, tiene otros tan-tos de leyendas y dragones.«¿Ves por qué digo que la gentemolesta? ¿Qué pinta ese ciclistadelante?», pregunta en voz alta,con tono divertido.

Asins, que se declara creyentey anticatólica, admira la impre-sionante vista que se abre desdela cima. De frente, a los pies deSan Donato, una amplia panorá-

mica del valle de la Sakana y, de-trás, el verdor inconfundible de-la sierra de Aralar, con sus haye-dos y robledales.

La artista de Azpirotz da un pa-seo por los riscos, entre piedrasque protegen del abismo, y sededica a fotografiar otras llanu-ras: las de las nubes y nebulosasque ascienden a toda velocidaddesde los bosques de Aralar.

Utiliza las imágenes en las vi-deocreaciones y las construyede nuevo. Trabaja en Antígona,el mito de Sófocles que repre-senta el conflicto entre sociedade individuo, la lucha entre las le-yes no escritas de la humanidady las leyes dictadas por el poder.Una versión recorre ahora el surde América, pero Asins siguetrabajando en el ritmo visual ysonoro que nos sumerge en latragedia griega, tan clásica co-mo actual. Va por su 90 versión.«A veces tengo que tomar dis-tancia. Antígona es una obra re-donda. La mía no está termina-da, así que la aparco y la vuelvoa retomar». Se dará por satisfe-cha cuando llegue el momento.

Arriba, nubes y nieblas en lo alto deSan Miguel de Aralar. Sobre estaslíneas, el santuario románico delsilgo XII. Las brumas que rodean elvalle donde vive y los hayedos yrobredales de la cercana sierra son,a juicio de la artista, los elementosque hacen de esta zona un lugarexcepcional.Jagoba MANTEROLA | ARGAZKI PRESS