huellas scouts en valladolid como el autor lo concibió originalmente (tomo i)

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El libro "Hay Huellas Scouts por Valladolid" de Randy (Juan Antonio Espeso) tal como él lo concibió originalmente (Tomo I)

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SCOUTS

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Contrasolapa de la portada:

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Juan Antonio Espeso (Valladolid 1970), -Randy, como le conocen todos los Scouts de Castilla y León y muchos Scouters fuera de esta Comunidad- es actualmente Formador en la Escuela “Insignia de Madera” y dirige el área técnica de ASDE-Exploradores de Castilla y León. Fue durante años educador en el Grupo San Jorge 103 de Valladolid. Sin embargo para él la parte más importante de su vida scout fueron por supuesto los años de aventuras con la pañoleta al cuello, como Scout en su grupo desde que fuera lobato con 9 años.

Es Formador de Formadores y como tal ha dirigido e impartido cursos a nivel nacional de “Formadores de Scouters”, con el Servicio Federal de Formación de ASDE del que forma parte. Ha sido director de su escuela y presidente de su asociación regional. Fue responsable de divulgación asociativa y de la rama rover antes. Colabora periódicamente con la Escuela de animación de MSC en su Comunidad y con múltiples blogs, páginas y publicaciones scouts.

Ha sido ponente de la Conferencia Scout de Castilla y León en materia de “Calidad del Escultismo” así como diseñador del actual “Sistema Federal de Formación ASDE para educadores scouts” a nivel de todo el estado, cuyas mesa y trabajos dirigió. También ha coordinado los de las redes metodológicas que culminaron con los “manuales y cuadernos de metodología de cada sección” que están vigentes en ASDE.

Ha publicado artículos y libros sobre escultismo y otros temas relacionados.

Como licenciado en derecho, miembro del colegio de abogados de Valladolid, asesora en materia de normativa de juventud y colabora con la Junta de Castilla y León en formación a prevencionistas de riesgos en actividades de tiempo libre y al personal de la propia administración. Es profesor del Servicio de Formación de esta Comunidad Autónoma especializado en temas de Juventud y ha sido el autor de los capítulos correspondientes a legislación en los libros de texto oficiales de las titulaciones de grado obligatorias para llevar a cabo actividades juveniles en su territorio, así como del manual del docente de la titulación de Monitor de Nivel. En la actualidad participa de un proyecto nacional sobre prevención de accidentes en actividades de tiempo libre en la naturaleza.

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HAY HUELLAS

SCOUTS POR VALLADOLID

Juan Antonio Espeso González

(Randy)

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Copyright: Juan Antonio Espeso González

Depósito legal: (pendiente)

I.S.B.N.: (pendiente)

Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento informático, la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos y su exportación e importación sin la autorización escrita del titular del copyright bajo las sanciones establecidas por las leyes.

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A mi madre, que me hizo caso aquella tarde lluviosa y me apuntó a la actividad extraescolar tan rara que había en los túneles del colegio La Salle de Valladolid.

A mi padre también. Gracias a los dos porque sé que cuando las cosas fueron mal, aunque no hubiera otras cosas mis hermanos y yo siempre pudimos ir de

campamento y comprar la mochila y las botas que necesitábamos.

A quienes fueron mis Scouters y a todos los que han sido responsables, formadores y gestores del escultismo de Castilla y León y concretamente de

Valladolid a lo largo de este siglo, sin cuyo voluntariado altruista el milagro de cada sábado y cada acampada no sería posible. Nadie os puede explicar a

vosotros lo que se siente.

A todos aquellos con quienes compartí seisena, patrulla, manada, tropa.. aventuras, misterio, infancia y adolescencia..

A Ríos, mi amigo, que me recuperó para lo que ha sido una de las cosas más importantes de mi vida: Ser Scouter.

Gracias.

En recuerdo de “Goyo” , Scout de “San Jorge 103” y Scouter en su grupo, en el “Santovenia” y en “Laguna”. Que se fue demasiado pronto al eterno

campamento el 16 de Septiembre de 2012 mientras este libro se redactaba.

Con tu paso entre nosotros “dejaste mejor el mundo de como lo conociste”.

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La presente obra pretende tener un valor didáctico, que no científico, con el que acercar a los Scouts actuales de nuestra ciudad y provincia, a quienes lo fueron antes y a los que deseen

conocer un poco más de este movimiento, una aproximación a la historia del escultismo vallisoletano. Por ello aunque se ha intentado mantener la coherencia y el rigor en la medida de lo

posible el texto está cuajado de inexactitudes históricas. El autor, que no es historiador, es consciente de ello y avisa al lector de antemano. Estamos más ante una ficción novelada

ambientada históricamente que ante una obra con intenciones académicas. Es el precio que paga a gusto alguien que se dirige sobre todo a los niños, niñas y jóvenes que están hoy haciendo

escultismo con su pañoleta al cuello en su deseo de que sepan lo que hubo antes que ellos y cómo hemos evolucionado, pero sobre todo para que caigan en la cuenta de que hacen cosas, viven

aventuras, aprenden valores, ceremonias, actos, símbolos, promesas y leyes.. igual que lo hicieron Scouts como ellos hace cien años y en los mismos sitios.

No obstante he tratado también de dar satisfacción a quienes sé que les gustará reconocerse en imágenes, anécdotas y momentos que han sido históricos para ellos, pero sobre todo para el escultismo vallisoletano. Ruego por ello al lector que en caso de encontrarse durante el viaje

alguno de esos errores o inexactitudes, o simplemente a quienes quieran aportar información que pueda ser de interés para próximas ediciones, dirija sus sugerencias a [email protected].

Que me perdonen los historiadores rigurosos y quienes vivieron las vivencias que voy a relatar por esa falta de precisión. Prefiero la ficción que motive a la lectura que una exactitud aburrida válida para los anaqueles abandonados de las bibliotecas pero no para aprender haciendo (más historia en este caso). Para los más interesados en la exactitud histórica he distinguido en el texto de cada

capítulo en azul la parte inventada. Lo demás sucedió así.

Juan Antonio Espeso (Randy)

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Índice:

.- INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………………..…………….…….…….13 .- Rastreo: PRIMERA HUELLA: El primer Scout de Valladolid….….………….…….………………….... 15 .- juego de Pistas: “Principio de pista”: ..…………………………………………….………….….………..…...…..84 .- Rastreo: SEGUNDA HUELLA: Luciano: el Scout de San Andrés. .……………..……..….……....….. 88 .- juego de Pistas: PISTA 2: “Seguid rápido” ..…………………….………………….…………….…………..…..156 .- Rastreo: TERCERA HUELLA: “Aprender haciendo” ……………..…….…….……………….…...…..….. 158 .- juego de Pistas: PISTA 3: “Mensaje escondido” .……….…………………….……...….….….… …..…..279 .- Rastreo: CUARTA HUELLA: “¡Carta!, Salid de donde estéis escondidos”…….……….….….…...285 .- juego de Pistas: PISTA 4: “Mal camino” ……………..…………………………………………….….….….….. 302 .- Rastreo: QUINTA HUELLA: Pañoletas por las calles…………….……..…………….….……...…….….. 306 .- juego de Pistas: PISTA 5: “Seguid esta dirección” …………………………..……………….….…….……...374 .- Rastreo: SEXTA HUELLA: El nieto del pintor …....….…….……….…...…………………..…...…….... 377 .- juego de Pistas: PISTA 6: “Agua potable” …………..……………….……………………....…….….………..431 .- Rastreo: SÉPTIMA HUELLA: Un escultismo de colores ……..……..…….…………..………..……….. 433 .- juego de Pistas: PISTA 7: “Vadear el río” ……….…………………………………………..….……..….……..500 .- Rastreo: OCTAVA HUELLA: Estrenar milenio ……………………………….…………..…………….…….. 501 .- juego de Pistas: PISTA 8: “Dividíos en dos y en cuatro” …..………………………..……….…….….…..567 .- Rastreo: NOVENA HUELLA: Cambiar para seguir igual …………………..……….….…………….……..573 .- juego de Pistas: PISTA 9: “¿Fin de pista?” (Epílogo) .…………………………………...…………….………615 .- Anexos: …………………………………………………………………………………………….……..……………………. 619

- Apariciones en prensa - Material gráfico, pañoletas e insignias de grupos scouts de Valladolid - ¿Qué fue de Luciano Bastardo? - Colección fotográfica particular (Familia Armengod) - ¿Quién es quién? - Agradecimientos - Notas, fuentes y bibliografía

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INTRODUCCIÓN

Cuando yo era Scout mis juegos favoritos eran los de Kim, los Stalkings, los juegos de ciudad y los rastreos de pistas. Estos últimos consistían en seguir las huellas y mensajes escondidos que había ido dejando tras de sí uno de mis jefes, una patrulla u otro Scout que habían salido de avanzada. Las seisenas o patrullas perseguidoras tenían que darle alcance e ir siguiendo sus instrucciones. Los rastreos de pistas se basan en una especie de código o lenguaje secreto que solo los Scouts utilizan en todo el mundo. Nos lo enseñó el mismo BP en su libro “Escultismo para muchachos” y usa para las señales los elementos que se encuentran en la naturaleza: palos, piedras, piñas, arena..

Se trata de una bonita metáfora. Por la ciudad de Valladolid han jugado y hecho su buena acción diaria, Lobatos y Scouts de todas las edades desde hace cien años. Puede ser un juego divertido seguir las huellas que han dejado de su paso y descubrir como cumplieron su promesa los que fueron Scouts antes que nosotros en Pucela. Eso intento con este libro.

Pero es que además hay una cosa que casi nadie sabe y que incluso muchos antiguos scouts vallisoletanos han olvidado. Nuestra ciudad guarda un secreto que solo sabe quien ha sido Scout aquí.

¡¡Valladolid está llena de esas huellas Scouts y es un juego superdivertido tratar de seguir esas pistas para ver donde nos llevan!!

El juego empieza, como no podía ser de otra manera con la señal clásica con la que siempre se empiezan estos juegos; la de “Principio de pista”, que se esconde en algún rincón secreto de Valladolid.

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Este libro se estructura en HUELLAS y PISTAS DE RASTREO. Las primeras nos hablan de la historia del escultismo en Valladolid, son espacios cronológicos, etapas en las que han pasado cosas y han vivido personas relacionadas con los Scouts. En cada una de ellas nos va a guiar por su tiempo un protagonista, un Scout que vivió de alguna manera (o vive aún) su escultismo en Valladolid. En la mayor parte de las ocasiones será un personaje real. En otras no. Puede ser entretenido intentar averiguar cuando se da un caso y cuando otro.

Entre las HUELLAS habrá PISTAS DE RASTREO. Lugares concretos, imágenes, descripciones, rincones, detalles.. piezas de un gran juego de ciudad que se pueden seguir una tras otra en el tablero gigante de Valladolid. Se trata de espacios con especial simbolismo o significado para los Scouts pucelanos e hitos importantes en nuestra historia, que, a modo de juego de pistas se pueden configurar incluso como un recorrido scout por la ciudad.

Te invito a jugar conmigo este rastreo.

Juan Antonio Espeso González (Randy)

Uno que fue Scout Que lo fue además en Valladolid.

Uno que fue scouter, y gestor del escultismo, y formador de scouters.

En agradecimiento al escultismo por lo que me ha dado.

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PRIMERA HUELLA:

EL PRIMER SCOUT DE VALLADOLID

-Valladolid en 1897 – Foto: Hauser y Menet-

23 de mayo de 1897. Valladolid y yo.

Podéis llamarme Teodoro. Es una frase con la que empieza uno de mis relatos de aventuras y viajes favoritos. La historia de una ballena blanca que escribió hace pocos años, en 1850, o 1860.., un americano llamado Melville y que ha llegado a España recientemente. Sé que es un nombre un poco raro para vosotros, pero tenéis que tener en cuenta que en la época en la que viví no era tan extraño. Hoy, cuando estoy escribiendo esto, parece que se está acabando la primavera y se anuncia el verano. Hace calor.

He decidido retomar una vieja costumbre que tenía cuando niño y a la que me acostumbró mi tío Manuel. Entonces lo hacía con anotaciones en un diario pueril de infante como correspondía a mi edad. Hoy, ya adulto, lo hago con forma de memorias que espero sean leídas algún día por alguien que pueda aprender de mis errores y aciertos en esta vida.

Yo todavía no lo sé, pero dentro de poco tiempo conoceré a alguien que será para siempre uno de mis mejores amigos. Su nombre es Arturo. Él me hablará de un militar británico que fundará en unos años un movimiento para los niños y jóvenes de su país. Me enamoraré de la idea y la traeré a España. Se llamará escultismo aunque al principio nos costará ponernos de acuerdo en el nombre. Pero no adelantemos acontecimientos.

A la fecha vivo en Valladolid. Tengo 29 años y soy profesor. Concretamente en el Colegio de Huérfanos de Santiago del Arma de Caballería que se ha inaugurado hace solo cinco años aunque ya ha cambiado de sede. Hoy está en la

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propia Academia y antes estuvo en la Calle Chancillería. Conozco bien esta ciudad a la que ya tengo como adoptiva. He vivido en ella casi la tercera parte de mi vida. Soy militar y vine aquí a estudiar de mozo hace siete. Salí un 9 de marzo de la Academia de Caballería con empleo de segundo teniente y a los 24 de edad me dieron destino, pero luego volví y ejercí la docencia aquí dando clases de equitación. Enseñé durante un tiempo a montar a caballo a los que iban a ser oficiales en el ejército, así que he recorrido mil y una veces las riberas del Pisuerga a este lado del Puente Mayor y al otro pasado el arco que hacía de puerta a la ciudad por los terrenos que llaman las huertas del Rey o “la Huerta del Rey”, y que son buenos para la monta porque no hay casas ni gentes apenas desde el embarcadero del Canal de Castilla. También allí jugamos los oficiales de caballería al polo y en las barrancas de Zaratán hacemos ejercicios de entrenamiento con las bestias bajando las cortaduras. Luego volví a ser destinado fuera y una vez más regresé a Valladolid, que a día de hoy es mi actual destino de nuevo.

Soy primer teniente y mi nombre completo es Teodoro de Iradier y Herrero. Nací en 1868 en Vitoria. Siempre me han gustado tres cosas: escribir, trabajar con niños y jóvenes y la vida en la naturaleza. Tengo la suerte de tener por tío al afamado explorador africanista Don Manuel Iradier y Bulfy, que estudió e hizo mapas y contactos en toda la zona de la Guinea y trajo hace pocos años a la Corona tratados firmados con jefes de tribus de allá cediendo a España los derechos de explotación del comercio con aquellas tierras, y que ha recorrido a pie o a lomos de mulas y caballos territorios inexplorados para el hombre blanco hasta que él puso su pie en ellos. Como veis el listón ya estaba alto cuando nací.

Para tener desde donde planificar y financiar sus expediciones mi tío fundó en Vitoria, como remedo de la Real Sociedad Geográfica Británica, su propia asociación de viajes y descubrimientos a la que puso por nombre “La Exploradora”. Siempre me llevé bien con él y dada la poca diferencia de edad que teníamos (15 años) de crío me encomendó organizar una especie de sección juvenil de su entidad. Éramos “La joven exploradora”, pequeños batidores que imitaban a sus mayores en sus aventuras, hermana pequeña de la asociación vasca de viajes de mi familiar. Esta primera experiencia me sirvió años después cuando, preocupado por mi patria y consciente de que la regeneración de la misma pasaba por su infancia y juventud, fundé la “Escuela de ciudadanía”. Y por supuesto cuando tiempo más tarde traje a España el invento que el insigne general inglés héroe de las guerras Boers en el Transvaal, llamado Baden-Powell estaba ensayando con los jóvenes de su nación.

Más cosas aprendí de mi tío, anglófilo, abierto y librepensador, quien como masón ilustre me enseñó el valor de la igualdad, de la libertad y de la fraternidad, principios cuya huella siempre quise dejar en todas las cosas que empecé. Lo de masón se dirá del mismo Baden-Powell, aunque no lo reconoció nunca en público, e incluso

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de mí mismo sin que yo lo afirme ni lo desmienta, lo que llegado el tiempo me costará incluso la cárcel dentro de algunos años. Pero ya me estoy volviendo a adelantar a los hechos, cosa que en unas memorias, aunque sean noveladas como estas, no es recurso correcto.

La otra afición que cito es la escritura, pero estoy ya cansado y se me cierran los ojos a la vez que se consume la vela, por lo que seguiré mañana. O cuando pueda retomar estas líneas. Fuera, en el paseo de Zorrilla, la luz se apaga. Es tarde.

2 de Julio de 1897. Un paseo por mi vecindario.

Me las prometía más felices con estas memorias. Pensaba cuando las empecé que tendría más tiempo para dedicarlo a la continuidad que exigen si no quiero que acaben en simples notas y legajos dispersos. Sin embargo han pasado casi dos meses desde que solté la pluma aquella noche en que me hallaba cansado para seguir. Hoy hablaré de sitios.

El Valladolid por el que paseo cuando no tengo deberes que cumplir es en color aunque no lo creáis. Los daguerrotipos y las películas de cinematógrafo que os han llegado no lo hacen justicia. Es el mismo en el que vivís vosotros y sin embargo es distinto. Es verdad que es una ciudad de provincias con alturas no superiores a los cuatro pisos excepto por las torres y campanarios. Y que, como quien dice, acabamos de estrenar iluminación pública hace diez años. El reciente alumbrado todavía nos maravilla desde 1887 en que se inauguró. La gente se ha acostumbrado rápido pues se agradece. Los serenos te abren la puerta de tu casa si te conocen y llegas más tarde del atardecer por algún motivo extraordinario, pues las llaves que hacen falta para abrir los portones son enormes y pesadas y nadie las puede llevar encima en los bolsos y fondillos de la ropa como las lleváis ahora vosotros.

En la mayor parte de los hogares no hay agua corriente. La calefacción es un sueño lejano y los braseros serán la regla hasta 1906 en que las Industrias Nuño empezarán a instalar calefactores en las casas pudientes. Valladolid está poblada por 70000 almas de las que 3000 trabajan para la industria del ferrocarril que da vida económica a la ciudad junto a las harineras, la electricidad y la cerámica. Es esta, capital de la región militar, sede del arzobispado, ciudad universitaria y por tanto estudiantil y llena de soldados y oficiales, gentes venidas de una extensísima comarca y alrededores, amas de cría y nodrizas paseando a los retoños de los comerciantes locales y de la burguesía industrial que empieza a tomar forma, muchachas de servir con su cofia, recaderos, curas, labradores con sus hatos y sus mantas al hombro que acuden al mercado, rentistas de paseo, bombines y quitasoles en los domingos del verano arriba y abajo por la calle Santiago o capas negras y pesadas en el febrero helador de la meseta. Para todos ellos hay un único hospital en el lateral de la Iglesia

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de la Magdalena a las afueras en dirección a Santovenia donde recientemente se ha construido entre 1884 y 1889 el nuevo Hospital Provincial para llevarse lejos la pestilencia y las miasmas que poblaban la acera de los religiosos Recoletos Agustinos Descalzos donde estaba el antiguo hospital de la Resurrección derribado hace siete años y al que ya diera protagonismo Cervantes en su época situando allí su “Coloquio de los perros”, fijaos si era viejo. Las calles en su mayoría están sin asfaltar, y se ven buen número de bicicletas y caballerizas.

Resido en unas habitaciones que he alquilado al lado de los terrenos que ocupa la Academia de Caballería, que todavía es un edificio bajo, octogonal, rodeado de tierras, picaderos para los animales, caballerizas y barracones para la tropa. Dentro de unos años, en 1915, habrá un incendio y todo se destruirá. Poco después en 1922 se terminará de construir la magnífica Academia que conocéis ahora los que paseáis frente a la estatua que preside la plaza.

Desde la ventana donde vivo se ven enfrente los árboles del parque al que los vallisoletanos llamáis Campos de Marte. Se oyen rumores de que quieren cambiarlo de nombre. Me parece que ahora lo van a llamar Campo Grande. En mi época de cadete paseábamos orgullosos a caballo o a pie, saludando galantes destocándonos el chacó, a las hijas de los burgueses que vivían en la casa que mandara construir Don Fidel Recio Mantilla y que se conoce por su nombre, recién acabada allá por 1892 sobre el solar del antiguo hospital de la Resurrección que he citado más arriba, y en las demás de la acera de Recoletos. Cabalgábamos al paso altaneros y ufanos, presumidos y marcialmente vanidosos ante las señoritas de paseo por el de coches, con su templete y a veces su carrusel, hasta la nueva estación del Norte haciendo sonar los cascos como música militar sobre los adoquines. Ya no lo hago pues me acabo de comprometer con la que será mi mujer en breve.

Al acabar las últimas copas de los árboles del parque está el hospital militar o Convento del Carmen Calzado, junto al paseo de los filipinos. Más allá, tras lo que era hasta su derribo en 1873 la puerta del Carmen, la ciudad se acaba y no hay casas sino tierras de labranza hasta la nueva plaza de toros que hay alejada, a las afueras, y se inauguró hace ya siete años, dando relevo al viejo coso que se ha hecho hoy sede y casa cuartel del Benemérito Instituto que debemos al Duque de Ahumada y que tan bien guarda nuestros caminos rurales y protege a los viajeros. En la plaza de toros nueva se hacen estos días los preparativos para el ascenso del famoso globo Milá, que surcará los cielos partiendo desde tan curioso aeródromo. Enfrente, en 1864, a la vez que en la zona noble se construía el Teatro Calderón, aquí en el extrarradio se montaba, dando salida a la carretera de Salamanca, la maravilla del ingenio que es el moderno puente colgante inaugurado al año siguiente, plazo que demuestra con creces la razón de su excepcionalidad, y que salva el río y sale al merendero de La Goya y al penal. En breve arderá el viejo manicomio de la Casa del Cordón en la calle de los

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Herradores y el presidio se trasladará junto al camino del cementerio convirtiéndose este viejo edificio del Monasterio de nuestra Señora del Prado en nuevo frenopático. Valladolid tiene fama de ciudad de locos y en 1908 habrá en él recluidos más de mil pacientes. No es casualidad que sea de las pocas ciudades que tienen una calle, la que va desde la Fuente Dorada hacia la Catedral, dedicada a los orates.

Si miro en la otra dirección veo el octógono de la Academia de Aplicación de Caballería, donde estudié hasta ayer, como quien dice, y frente a ella la plaza que se acaba de modernizar asfaltándola y poniendo aceras hace tres años. Ya era hora pues el espacio que había entre la puerta de la calle Santiago y la del parque estaba siempre embarrado y era un peligro cruzar esos terrenos pudiendo ser embestido por las bestias que tiraban del tranvía arrastrando perezosamente una especie de vagón abierto al que aquí se llama jardinera. No funcionan por electricidad aún. Eso será en unos años. El alcalde y los concejales discuten estos días a quien dedicar la nueva plaza. Se habla del poeta local Zorrilla, autor del Don Juan Tenorio, pues ha muerto hace poco, un 23 de enero del 93, y se acaban de retornar el año pasado sus restos desde Madrid a donde había sido llevado inicialmente. Además, el paseo que allí se inicia ya se llama así ahora (Sustituyendo a la antigua acera de Sancti Spíritus que luego se ha denominado durante corto plazo calle o camino de Puente Duero) y de este modo podrán poner en un sitio digno la estatua que se le está haciendo. El artista asegura que va ser muy fidedigna pues ha usado para reproducir el rostro la mascarilla funeraria que le hizo al cadáver.

A pocos pasos de aquí, en la calle dedicada por el Ayuntamiento a Don Miguel Iscar, un estudioso local dice haber encontrado el lugar donde residiera Cervantes durante su periplo vallisoletano. Desde 1890 pretende urbanizarse como un solo proyecto integral la línea que va desde la nueva estación al centro para comunicar de manera directa y elegante ambos extremos. Para ello se inauguró la Calle dedicada a Don Germán Gamazo. En las cercanías de esa avenida se situaron varios edificios particularmente reseñables como la “Casa del barco” o el frontón “Vista Alegre” de la calle de José Muro que se inaugurará en 1904.

El antiguo Campo de la Verdad o de Marte y ahora Campo Grande merece capítulo propio en estas memorias y específicamente en la parte dedicada a la descripción de las maravillas de la localidad. Es sin duda lo que siempre más me ha gustado de mi ciudad adoptiva. Siempre que me visitan desde Vitoria mis familiares les traigo a ver la maravilla de los pavos reales de la india que solo aquí se pueden ver en casi todo el país. También será escenario privilegiado durante los próximos cien años de las aventuras de los escultistas de la localidad y si no seguid leyendo y veréis a que me refiero.

Hace algo menos de diez años el entonces alcalde. Don Miguel Iscar Juárez, se propuso transformar este lugar en hermoso sitio, paseo de primer orden y en

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parque amenísimo y deleitable. Para ello dio nueva traza y dirección a los salones, dividiéndolo en tres paseos paralelos de igual longitud y más ancho el central, separados entre sí por rectas hileras de plátanos, alternando con artísticas columnas de hierro que sostienen vistosos faroles para el alumbrado. Los dos paseos laterales tienen además multitud de asientos de piedra con hermosos respaldos de hierro en su línea extrema. Al principio y al final de cada uno de estos salones se hallan cuatro asientos monumentales de piedra labrada, que ostentan el escudo de armas de Valladolid (que en la época no era tal como ahora lo conocéis ya que no le había sido aún concedida a la ciudad la Cruz Laureada de San Fernando que adorna hoy su heráldica con sus sables traseros y la corona de laureles que la apellidan). Se remata con dos artísticos jarrones. Lindando con el paseo opuesto se hallan los espléndidos jardines que han convertido en parque primoroso y envidiable el antes árido y pedregoso Campo de la Verdad, para logro de lo cual se sustituyeron las primeras capas de su suelo con tierra vegetal traída ex profeso, y conservando en ellos el arbolado antiguo y trazando calles y plazuelas y rellenando el resto de jardines a la italiana cubiertos de millares de plantas de todas las especies y de yerbas que cubren completamente las mesetas, simulando una inmensa alfombra de vistosas flores sobre hermoso fondo de un verde fresco y trasparente. El antiguo paseo del Portillo del Príncipe Alfonso se ha transformado, rodeado de jardines a derecha e izquierda, con una línea de faroles en su centro y dos hileras de asientos de hierro con entablillado de madera, a modo de marquesina. En la parte de jardines del costado izquierdo se encuentra el Chalet, preciosa construcción de estilo suizo para la venta de refrescos. Luego merecen nombrarse la fuente de la Fama, el grandioso estanque poblado de cisnes y de peces de colores, y, sobre todo, la soberbia Cascada, de gran elevación, frondoso follaje, escaleras y bancos rústicos, el lindísimo acuarium, formado con preciosas estalactitas y estalagmitas naturales, que se trajeron de Burgos, pareciendo imposible que tan bello y deleitable conjunto sea obra humana y haya podido levantarse sobre el ingrato terreno que hasta entonces vimos ser un inmenso erial. En los jardines del costado izquierdo se hallan la Fuente del Cisne, precioso capricho formado por Sirenas y Delfines que arrojan el agua al pilón y un precioso Cisne en el centro; un cenador rústico y un lindo canal con sus puentes que distrae y ameniza tan risueño y fantástico parque. Toda esta inmensa extensión de paseos y jardines se riega continua y abundantemente con agua del Canal del Duero, conducida por dilatada cañería de hierro fundido. Los asientos monumentales, los de hierro, los faroles y candelabros, maleados en los talleres de fundición del señor Gabilondo en esta ciudad, tras el hospital militar junto a la antigua y ya derribada puerta de Madrid o del Carmen, y la cañería para la conducción de aguas, se hicieron el año 1878; el Chalet, la Cascada y el templete para la música, el año 1879; el año 1880 se hicieron algunas obras de reparación; la Fuente de la Fama se levantó el año 1881 en honor del recién fallecido alcalde Don Miguel Iscar Juárez que lo estaba siendo al momento de morir en 1880 y poco tiempo después se instaló la del Cisne, trasladándola de la Plazuela del Poniente

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donde se construyó primero en 1887; y el año 1894, siendo Alcalde Don Ramón Pardo Urquiza, se hizo el paseo llamado vulgarmente de los jarrones, para cerrar el cual se han trasladado a su límite las puertas que estuvieron al final del paseo del príncipe Alfonso. Por el lado opuesto una extensa plazuela sirve de tránsito a la estación del ferrocarril, cuyo hermoso edificio de construcción reciente (1891), contribuye á hermosear con su vistosa fachada sitio tan ameno como indescriptible. Al costado izquierdo se levanta orgullosa la Acera de Recoletos con sus grandiosos edificios y su ancho paseo de coches; y al derecho el nuevo Paseo de Zorrilla donde también se han construido grandes casas y decorado las antiguas, sustituyendo a la Acera de Sancti Spíritus, como se denominó esta parte hasta el año 1893. El limite opuesto á su entrada por la calle de Santiago le forman el Hospital Militar, el Colegio de padres Agustinos Filipinos, la iglesia de San Juan de Letrán y el convento de reciente construcción de las religiosas del Instituto de María Reparadora y el de monjas dominicas de Nuestra Señora de la Laura (donde los vallisoletanos veneran la réplica del Santo Sudario que se dice apareció milagrosamente). En los salones del Campo Grande vienen celebrándose a veces funciones de fuegos artificiales, vistosas iluminaciones, carreras de velocípedos y alguna brillante batalla de flores, para celebrar las renombradas Ferias de Septiembre de la Ciudad.

Es Valladolid ciudad de plazas verdes y jardines además de este. Son conocidos los de las moreras, la rosaleda y el poniente, con sus graciosas figuras de personajes infantiles de colores vivos como el pinocho o la holandesita de los tulipanes con sus zuecos amarillos. El Pisuerga marca el límite natural de la ciudad al oeste. Por él navega arriba y abajo entre las aceñas y el Puente Colgante el vapor al que han llamado como al insigne alcalde recién fallecido Don Miguel Iscar. Se habla de construir en el pinar de Antequera un rincón para que las familias burguesas salgan de la urbe a respirar el aire puro del campo. Lo van a llamar “Círculo Campestre” y está prevista su inauguración para el 1905.

Cuando libro del servicio y no tengo clases que impartir gusto de pasear por las calles más principales de Valladolid o salgo a hacer algún recado o compra por sus comercios. Este sábado de mañana es uno de estos. Embutido en mi uniforme de oficial del arma de caballería entro en la calle de Santiago muy cercana a donde vivo. Si esto sucediera unos años antes, allá por el 1862 o 1864, estaría pasando por debajo de la puerta de Santiago, que antes se llamara puerta del Campo, y que daba entrada a la ciudad cuando el Campo de la Verdad eran las afueras, y fue en torno a esos años derribada. Dejo a mi izquierda el ramal de La Esgueva que allí surge canalizado de bajo tierra hacia el Pisuerga y hoy podéis ver representado en el suelo.

Un zapatero pone tapas en un puesto callejero a la entrada de la calle y conversa en los descansos con los vendedores ambulantes y con el carrito que va recogiendo suscripciones para un periódico. El tranvía va a pasar por donde estoy, por

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lo que me aparto. Una pareja de guardias a pie con chacó hacen un ligero gesto marcial ante mi graduación. Hoy no llevan sus sables ni los capotes que el calor ya no aconseja, ni van en montura por la misma razón. Me destoco en varias ocasiones para saludar a las damas discretas, gentiles y de sólida virtud con que me encuentro en mi paseo. Sorteo, no sin cierta dificultad, a las criadas que van a las fuentes a por agua (como la de cuatro caños de Argales o la de la Fuente Dorada) y a los aprendices de oficios. En mi época los niños y niñas trabajan por un jornal (salvo los adinerados).No será hasta dentro de tres años, en 1900, cuando se promulgue la “Ley de Condiciones de Trabajo para Mujeres y Niños” que humanizará un poco la situación sin llegar a prohibir estos oficios. Ni mucho menos todos los niños van a la escuela. Si ramoneo por aquí de mañana temprano me cruzo con los repartidores de leche con sus grandes cántaras de puerta a puerta. La ciudad huele a pan recién hecho. Tampoco es fácil no encontrarse a la tropa de paseo. Por algo es Valladolid capital de la séptima región militar. Desde 1871 el Palacio Real, en que hiciera noche el emperador francés en su avance invasor a su paso por la ciudad, es sede de la “Capitanía General de Castilla la Vieja” tras ser Palacio de Justicia. Otros acuartelamientos hay conocidos intramuros o en las afueras. Quizás el más agitado sea el de San Quintín junto a la Iglesia de San Benito por ser caja de reclutamiento y tallaje. Entre la oficialidad y nuestros buenos soldados se ha llegado a un acuerdo tácito para evitar, en una ciudad tan poblada de galones, tener que estar siempre llevándose los dedos a la visera en primer tiempo de saludo y por ello los reclutas tienen obligación de cumplir por la calle pudiendo hacerlo sin detenerse, pero los oficiales no la tienen de devolver el saludo, sin que por ello se entienda en entredicho el respeto ni a la graduación ni a la tropa. También hay recaderos en bicicleta, medio de locomoción peligroso desde que los tranvías, que aún son de tracción animal, se generalizaron allá por 1881. Son frecuentes por ello las bestias en la ciudad pues a las que arrastran los trolebuses se suman las de los coches de caballos, sobre todo los de los hoteles desde la estación, e incluso a veces (no por la zona más peatonal) pueden verse caballerizas individuales e incluso mulas que vienen de localidades cercanas al mercado. Los olores no son, te puedes imaginar, de lo más delicado, y algunas damas arrugan la naricilla mientras levantan con decoro las ropas sin enseñar más allá del botín, para no mancharse de lodos, barros ni rastros peores que a su paso dejan los animales. Cerca de donde vivo, sin ir más lejos, en el número 98 del Paseo Zorrilla, están las cuadras de Antonio Jiménez, conocido por todos como “El Bobo”. Además hasta 1903 no se inaugurará el alcantarillado

Aún quedan en muchos balcones, a pesar de haber pasado varios meses, huellas de la Semana Santa vallisoletana en forma de palmas con las que en el Domingo de Ramos recibieron a la borriquilla mis convecinos. Es costumbre. Como lo es dejarlas en los balcones luego gran parte del año. Valladolid tiene fama de ciudad fervorosa en asuntos de religión ya desde que su más insigne nacido, el Rey Felipe segundo, aquí llegara al mundo, o que sus bisabuelos, los reyes apellidados católicos,

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contrajeran en este lugar nupcias. También de que sus gentes son piadosas y cristianos viejos.

Es esta también ciudad estudiantil por su Universidad y Colegios Mayores. A su distrito pertenecen Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Santander, Palencia y Burgos. Se acaban de inaugurar en 1884 los Colegios de La Providencia, San José y de Nuestra Señora de Lourdes. Para dar vida a las aulas de este último su benefactora, la notable señora Doña Paulina Harriet, ha hecho venir desde Francia a varios Hermanos de las Escuelas Cristianas que con sus baberos se han hecho cargo de la organización y la impartición de las clases en el centro. En un corto espacio de tiempo se les sumarán el instituto Zorrilla (1907) y el Salvador (1906).

Hoy me probé unas botas, que encargué ahormar y mandar a mi casa, en “La Barcelonesa” donde me atendió la hija del dueño, el señor Villalonga. Compré luego a Don Julián de la Fuente unos guantes de verano de gamuza en “La Camerana” al final de la calle Santiago. Al desembocar en la Plaza Mayor dejé a un lado el bazar de “La Parisien” que regenta don Ambrosio Pérez. Es este sitio principal e histórico en el que se han sucedido coronaciones de reyes de Castilla, autos de fe, encierros de toros y decapitaciones a lo largo de los siglos. Hoy, en el centro hay un templete sobre elevado que se conoce por el nombre de su diseñador, Benedicto, arquitecto municipal. En él actúan bandas militares. Los pollos hacen chanza de los músicos intentándoles distraer de la partitura lanzándoles pequeñas chinas que cogen de las obras del nuevo Ayuntamiento que se está construyendo en sustitución del antiguo derribado en 1879 por viejo y ruinoso. Cuando veo estas escenas no puedo por menos que pensar en el futuro de nuestro país, en manos de esos pilluelos. Haría falta algo o alguien que les impulsara solo a lo bueno, a lo recto. Nuestra patria se derrumba y la regeneración de sus muros depende de que los jóvenes futuros sean sanos en vigor y moral. Lo cierto es que disponen de pocos espacios en que puedan jugar seguros en la calle. Las postrimerías del siglo han traído la industrialización, han generado el comercio y de su mano han venido las carreras y prisas, los recaderos, los tranvías y carruajes. Únicamente la Plaza de San Miguel queda como uno de los pocos espacios en que el protagonismo sigue siendo de viandantes y peatones y en el que es de confiar dejar jugar a los chicos y chicas a sus cosas sin el peligro de ser atropellados.

Dirigí luego mis pasos al Café del Lion D´Or abierto en fecha reciente, donde desayuné y leí la prensa nacional. Para llegar allí hube de bordear los malos olores que se desprenden de la más cercana de las dos columnas mingitorias o meaderos que hay en la plaza donde hacen los viandantes sus aguas menores. Hay otra cerca en la Fuente Dorada. No hay traza todavía de la que en unos años será la estatua que presidirá este coso, la del fundador de la Ciudad, el Conde Don Pero Ansúrez, que se empezará a construir en 1901 e inaugurará dos años después. He de recordar pasar a ver la nueva maravilla de la técnica que anuncia la Óptica de Alcañíz,

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bajo los soportales. Lo llaman “gramófono” y reproduce sonidos previamente grabados. Aún quedan vestigios del mercado que se celebró hace siete días y mañana se repetirá. Este mercado se reserva para la feria más grande de la semana, la compra diaria se hace en los almacenes de coloniales y ultramarinos, así como en los tres mercados cubiertos construidos en hierro y repartidos por la ciudad en la plazuela del Val en 1882, con su gran cúpula que luego en 1900 se rebajaría, el del Campillo de San Andrés (hoy plaza de España) y el de Portugalete en 1884. No está pues aún la Plaza Mayor poblada por los distintos oficios y profesiones con cuyos nombres se conoce cada rincón de la misma: escribanos o notarios, plateros, torneros, etc. Mañana temprano se cubrirá con las voces de los vendedores y los toldos con que cada puesto se esconde del sol y que casi impiden ver el suelo desde los balcones. La esquina del rectángulo, donde me hallo y desembocan las calles de La Montera y San Francisco, será la más estimada por los artesanos, agricultores y minoristas. En concreto el espacio junto a la cordelería de Santos Zara, al ser el mas resguardado de los vientos.

Tras el café deambulo por los soportales. Paso junto a las obras del nuevo “Hotel Moderno” que ocupará la esquina de la plaza cuando se inaugure definitivamente en 1910 pero que se empezó a construir en 1873. Un gran cartel impreso en la casa Santarén, imprenta de la fuente dorada, reza una convocatoria para un acto en el teatro Zorrilla con conferencia incluida. Se trata de una campaña contra los duelos, que siguen vigentes como lacra de honores mal entendidos.

Valladolid y sus gentes han tenido desde siempre fama de golosas. Se debe quizás a la gran cantidad de fábricas de chocolate que alberga como la premiada de Eudosio López o la de Valentín Martín Zúñiga en la corredera de San Pablo. El café Moka ya ha alcanzado fama en todo el reino con estas especialidades. Una de las más afamadas, “La Esmeralda”, se encuentra en mi camino en el número 3 de la Plaza de la Fuente Dorada por lo que hago una pequeña parada para deleitarme en su tienda. Mis pasos me llevan por delante del bar España y de la joyería Potente.

Pero antes me he desviado. Frente a otro café, en este caso “El Suizo” en el número 16 de la Calle Victoria esquina con Constitución, he recogido el retrato que hace días me mandé hacer. El Señor Idelmón, Don Rafael, empieza a hacerse un nombre entre los retratistas nacionales, pero aun no son caros sus trabajos. Hube de posar hierático e inmóvil durante un minuto eterno para que la plata se fijara correctamente en la placa. Don Rafael tuvo a bien explicarme el proceso mientras me mostraba algunas de sus tomas de la ciudad. En una de ellas se veía a las mujeres afanadas lavando sábanas y camisas en el rio, restregándolas contra sus tablas. Pudiera haberse captado la escena de alguna exclusa de la Esgueva, aunque creo adivinar la fumata que va dejando el tren burra que pasa sobre el Puente Mayor a diario en su camino a Rioseco, por lo que se trataría del Pisuerga. Ahora, tras los arreglos que llevaron de 1888 al 90 ya puede soportar un peso con el que ni siquiera soñara la

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Condesa Eilo al imaginarse el puente y mandarlo construir, ni Napoleón cuando lo atravesó para hacer noche en Valladolid o Cervantes que situara algunas de sus andanzas en él. Pero vuelvo a la imagen de las limpiadoras, cuyos rostros volvíanse a medias entre curiosos y temerosos hacia el autor de la imagen. Dentro de unos años, en octubre de 1913 otro fotógrafo, Don Marcelino Muñoz, quien se hará conocido por instalar su estudio al aire libre en el Campo Grande desde 1904 y al que sucederán en el oficio varias generaciones de la familia, me hará otra de estas fotografías en la que apareceré apuesto enfundado en mi uniforme de explorador y que me dará cierta fama en los círculos de la corte al verse publicada y repetida en revistas y periódicos.

No será la última vez que me haga una fotografía en el Campo Grande.

En el largo paseo por la ciudad que di aquel día fui desde la Fuente Dorada por la calle de los Orates. Desemboqué a su final en el comercio que da la vuelta hacia la reciente de Regalado y que ocupa su esquina. Esta tienda cambiará de nombre con el cambio de siglo y pasará de llamarse “El Siglo XX” a llamarse ”El Siglo XXI”. Aunque me parece una de las mayores maravillas de la ciudad hoy no me lleva mi ruta por el nuevo “Pasaje Gutiérrez” que se terminó hace una década como punto de encuentro para la sociedad local porque desde ahí vuelvo dando un rodeo por el lateral de la Catedral que merece la pena. Su torre izquierda se vino abajo en 1841. Yo nunca la he

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visto con ella. Ahora están levantando la otra torre, que es nueva y nunca había sido construida. Me llegué entonces hasta el Teatro Calderón acabado en 1864, al principio de la corredera de San Pablo. No hago excesiva vida social así que no conozco aún su interior pero se dice en sociedad que no tiene nada que envidiar a otros de gran abolengo y calidades (También cuentan las malas lenguas que al ser Valladolid ciudad provinciana y sin hábito de muchos actos culturales, y el teatro estar iluminado todavía con bujías de gas y fanales de candelas, sus gentes no han costumbre y miccionan en los rincones). Aquí la vida social gira en torno a los teatros como el Lope de Vega cuya primera piedra había sido colocada en 1861 y los llamados “Círculos culturales”, donde se organizan mítines, conferencias, conciertos y bailes. Cerca de donde vengo de recoger mi retrato, en la Calle del duque de la Victoria, se está acabando de construir el que se postula para ser centro de la vida de la sociedad de Valladolid. Se baraja como denominación para los nuevos salones la de “Círculo de recreo” y se prevé su inauguración para el primer año del siglo. Y es que en el Valladolid de aquella época si te quedabas quieto te crecía la ciudad alrededor. Por ejemplo en 1856 se había elevado una singular construcción con un material nuevo para el momento en un intento de sus fabricantes de demostrar sus bondades, resistencia, versatilidad y aguante. El llamado Arco de Ladrillos se instaló antes de colocar las vías de la línea Hendaya–Madrid para recibir al ferrocarril que llegaba por entonces a la ciudad.

A mi regreso hacia el cuartel desciendo tras la Catedral y junto a la Iglesia de nuestra Señora de la Antigua por la trasera del mercado del Portugalete y las cabañuelas hacia la barriada de la Universidad. Paso frente al edificio barroco en el que tras la hilera de leones esculpidos está el cuerpo principal de enseñanzas, que alberga en estos días los estudios de Derecho y Filosofía. En la plaza ocupa lugar protagonista Don Miguel de Cervantes en estatua erigida en 1876. Llego así a la Plaza del Museo. En este sitio destaca una curiosa edificación. Se trata de una torre que sirve de observatorio meteorológico a la Universidad. La plaza, con sus leones frente al Colegio renacentista en cuyo dintel se representa el momento de encontrar la reliquia de la Veracruz, recibe este nombre por tener el Museo Provincial desde 1842 su sede en este Colegio de Santa Cruz, donde también está, aprovechando tal circunstancia, la Escuela de Bellas Artes. Curiosamente me entero de que en vuestra época al lugar en que estoy se lo conoce más por Plaza de Santa Cruz en honor al Colegio. Curioso giro. El mismo edificio da dos nombres distintos a la misma plaza.

Con las mismas he bajado por la calle de Herradores hacia la plazuela de la Cruz Verde, pasando por delante de la casa del Cordón, de la que salen quejidos lastimeros noche y día. Aun está intacta y acogerá hasta su incendio del 6 de Julio del 1899 al manicomio provincial. He cogido desde ahí por la calle de la Mantería hasta el Portillo de San Andrés en el que hoy no hay mercado, ni clases en la escuela de maestros, ni parece haber heridos que atender en la casa de socorro dado que está el personal fumando a la puerta. Por la nueva avenida de Miguel Iscar que desemboca en

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la Plaza de Zorrilla llego a la Academia y a mi casa. Ha sido un paseo ameno ¿no es cierto?

27 de Diciembre de 1898. El momento.

Asuntos oficiales propios de mi profesión y de un país en guerra me han tenido tan apartado de mis memorias que incluso las había olvidado. Hoy las recupero como recupero un poco el aliento tras los agitados acontecimientos de estos pasados meses. Las saco del fondo del cajón en que las guardé hace casi año y medio con intención de darlas continuidad en tanto como mis deberes me permitan.

Vivimos estos días, como os digo, jornadas agitadas que deparan grandes tribulaciones para nuestra patria. Llegan las peores noticias que pudieran. España ha tenido que firmar en París una paz ignominiosa con Estados Unidos quien, ante la negativa a venderles las colonias, creó el escenario para que empezara la guerra en febrero al explotárseles el Maine. Seis meses han bastado a los yanquis para humillar a nuestras tropas de ultramar. Las insurrecciones independentistas en Filipinas y Cuba han acabado con éxito gracias a su ayuda. El deshonor inunda el alma de los buenos españoles. Vivo en una España derrotada, en un Valladolid triste, callado y alicaído de calles frías y asoladas, en cuyos bares, círculos y ateneos hasta hace poco era imposible detener la algarabía y hoy son tumbas silenciosas.

Se hace imperioso levantarse y reconstruirse. Algunos escritores e intelectuales lo empezarán a llamar el espíritu de regeneración. La crisis es total: económica, militar, política, social, religiosa, territorial y moral. El analfabetismo es un problema a resolver, la mortandad infantil, la incultura, que exige educación. Nuevas tendencias pedagógicas y de renovación hacen su aparición poniendo el acento en el propio alumno o en aspectos hasta ahora sin importancia por el oficialismo como la educación física, la higiene o la naturaleza. Aparece el krausismo, la escuela libre de enseñanza, Montessori expone sus teorías y nace la escuela nueva o activa. Mientras el pueblo pasa hambre y la diferencia entre la urbe y el campo se ahonda, así como entre las regiones más industrializadas y las más agrícolas como esta sociedad castellana en la que vivo. Hay descontentos y el hambre es muy real en algunos lugares.

Durante el conflicto y los preliminares se ha desangrado a las clases humildes con el impuesto más gravoso: la vida de sus hijos. El servicio militar obligatorio ha alimentado a un ejército de leva con soldados desmotivados para los que no hay razón en la defensa de una tierra lejana que hace que muchos de ellos no vuelvan mientras más falta les hacen aquí a sus familias. La injusticia evidente de los privilegios y del caciquismo de algunos terratenientes enciende mechas difíciles de apagar. Más aún cuando ven que hay quienes se pueden permitir contratar seguros para que las aseguradoras paguen por ellos las 825 pesetas que cuesta liberarse del servicio en el frente a cambio de una prima anual durante algunos años.

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La situación no es mucho mejor en otros lugares del mundo. De Siberia en Rusia llegan noticias de la gran hambruna que puede estar llevando al canibalismo a los siberianos. En los años siguientes noticias catastróficas se acumularán en las ediciones de los rotativos y aunque sea adelantarme os contaré que habrá quienes harán augurios catastrofistas derivados de la llegada del Cometa Halley en 1910. Estos pájaros de mal agüero verán cumplidas sus negras profecías cuando nos enteremos en Valladolid un 16 de abril de 1912 del hundimiento del orgullo de la marina mercante británica. Un gran barco del tipo transatlántico por hacer esa ruta, el más grande hasta la fecha decían, al que llamaban “Titánic”, se había hundido el día anterior en su viaje inaugural. Un marconigrama traerá la noticia a la redacción del Norte de Castilla. Y a sus puertas se concentrarán curiosos los haraganes.

En España la Monarquía recae en su majestad el rey Alfonso XIII que ostenta la Corona desde el mismo momento de nacer, aunque asume el poder de manera efectiva tras la regencia de su madre, su alteza real la reina María Cristina, al cumplir los 16 años en 1902. Las agitaciones de la época se pueden constatar en el hecho de que el 31 de Mayo de 1906 el rey sufriera un atentado en Madrid.

Es como veis época de gran inestabilidad política, recrudecimiento de la cuestión social, actitud intervencionista de los altos mandos militares que intentan recuperar el espacio cedido por el ejército tras el desastre de 1898, activación del movimiento obrero, encono del problema religioso dado que el clero desea recuperar las posesiones perdidas en épocas pasadas, en especial tras la desamortización de Mendizabal, etc.. La descomposición del sistema político creado por Cánovas, basado en la Constitución de 1876, el turno artificial de partidos durante años y la formación de un bloque de poder oligárquico y base caciquil será el caldo de cultivo que llevará a una profunda crisis al sistema sociopolítico español.

En este complicadísimo contexto social es en el que nacerá el escultismo.

Nota: De este periodo faltan varias páginas de notas en el diario que al parecer se deterioraron y han sido arrancadas. Tan solo se conservan dos anotaciones a vuela pluma:

Una es de 1900 y dice “Doña María del Carmen Herrero Fernández de Ezquerecocha de 27 años de edad me ha hecho el honor de aceptarme como su esposo. Soy muy feliz.”

La otra es de diciembre de 1904 y reza “Hoy he recibido despacho con mi ascenso a Capitán de Caballería acompañado de nuevo destino en la Inspección general de los establecimientos de Instrucción e Industrias Militares de Madrid.”

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20 de mayo de 1910. Un nuevo amigo.

Veo en mis notas de hace casi trece años que os decía entonces de mi gusto por las letras. Por lo abandonado que tengo este diario y lo exiguo de estas anotaciones bien pudiera pensarse lo contrario. Sin embargo tengo escritos innumerables artículos y colaboraciones en varias revistas, boletines y publicaciones, y los que me quedan por venir que me han reportado cierta reputación. He participado en muchas maniobras, y he recibido numerosas condecoraciones nacionales y extranjeras, entre ellas, la de Caballero de la Orden de la Legión de Honor de Francia el 19 de diciembre del año pasado. De mis tiempos en la Academia nació la “Revista de caballería” que fundé y de la que me dicen voces desde dentro de un siglo que si sois curiosos aun podéis consultar pues sigue siendo publicada. Alguno de mis artículos han sido bien valorados por directores de periódicos que han creído suficientemente valiosos mis puntos de vista sobre aspectos variados como para convertir mis opiniones en columnas y publicarlas. En mí siempre pugnó en liza la vocación periodística, la docente y la militar.

De esta segunda vida que llevo aparte de la castrense han surgido en este tiempo, y sobre todo van a venir en el futuro, mis mayores alegrías y satisfacciones. El otro día tuve una de ellas. Para publicar unas líneas sobre un tema de actualidad el redactor jefe de una publicación civil con la que colaboro había pensado en un artículo al alimón entre un periodista y publicista madrileño y yo. Se trataba, según me habían informado, de un hombre viajado y culto que había vivido algún tiempo en los Estados Unidos donde es corresponsal en Nueva York por lo que aportaba, además del conocimiento del idioma, la visión cosmopolita que el enfoque necesitaba. Así conocí en Madrid a Don Arturo Cuyás y Armengol, que así se llamaba el que se convertiría con el tiempo en mi mejor amigo y auténtica espita del nacimiento del escultismo.

Don Arturo tiene que ir a Valladolid por asuntos de trabajo en alguna ocasión por lo que dado que le conviene, me cita allí para una segunda reunión a medio camino de ambos. A mí la idea me apetece pues desde que me vine a vivir a Madrid son pocas las ocasiones que tengo de viajar a mi ciudad adoptiva de la que tan gratos recuerdos guardo y esta es una buena excusa. Nos hemos citado en la terraza del Chalet del Campo Grande pues el tiempo lo permite, a él le resulta paseo agradable desde la estación del Norte y a mi me supone solo unos pasos desde la puerta de mi antigua casa que quería visitar antes de la reunión. Allí sentado le estoy esperando cuando llega. Llevo bajo el brazo el nuevo nomenclátor de Valladolid que ha editado el Ayuntamiento. Costero a este edificio en el que estamos, que sigue en pie desde hace tiempo proporcionando al paseante la posibilidad de un refrigerio en los días de calor o de sentarse a descansar y leer la prensa nacional si no hace malo, tenemos el “cinematógrafo pradera” que se construyó hace seis años y que es nuevo para mí pues

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no lo conocía. En él se proyectan películas para gremios y profesiones (médicos, militares, etc.). Es de madera. El templete para músicos que hay cerca se construyó en 1880 y estuvo en pie hasta 60 años después.

Para romper el hielo le comento lo sorprendido que estoy por la gran cantidad de calles cuyos nombres han cambiado respecto a las que conocía. He venido en el tren consultando este extremo y le indico que hay hasta 60 cambios. La acera de Recoletos se llama ahora de Alfonso XIII, Cantarranas es Macías Picavea, Chancillería es San Martín, Las Cárcava Núñez de Arce, Herradores se troca en Alonso Pesquera, Orates en Cánovas del Castillo, y así un sin fin. También llamo su atención sobre la colosal instalación reciente orgullo para Valladolid que me ha asombrado. El monumento a Colón iba a estar destinado a La Habana inicialmente pero durante su manufactura Cuba se independizó. Un año después de irme, en 1905, lo compró la ciudad homenajeando con ello a otro de sus insignes vecinos. He pedido noticia de la nueva Valladolid que me encuentro. Me he puesto al día de las recientes inauguraciones. Así en 1908 con el nuevo Ayuntamiento, la iluminación eléctrica del teatro Calderón, el derribo del viejo hospital militar junto a la puerta de Madrid o del Carmen para construir el nuevo, el nuevo Colegio de Huérfanos de Santiago donde di clases que por fin tiene la sede que se merece desde 1908 en la antigua finca de la fábrica de tejidos “La Vallisoletana”, en la calle que luego se llamará de José Muro, etc.. Bromea sobre lo agradable de la nueva localidad que ven sus ojos preguntando si conozco casa en venta que se acomode a sus circunstancias económicas, no muy boyantes como buen periodista. Le sigo la chanza comentándole que he visto un anuncio por el que estos días la “Casa del Sol”, el palacete tras San Pablo junto a San Gregorio, enfocada a la Rondilla de Santa Teresa, estaba en venta por si está interesado y que el banco de España está recogiendo en estas fechas los “duros viejos” o “duros castellanos” para cambiarlos por los nuevos duros.

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Desde el principio encontré en él a una persona sumamente interesante y de un carácter personalísimo con la que rápidamente confraternicé. Hombre cabal, ameno conversador, versado y leído. Coincidí rápidamente en multitud de puntos de vista sobre la situación nacional y la necesidad de regeneración. Alimenta además, como yo mismo, una preocupación casi obsesiva por la infancia y juventud española al ver en ellas el reflejo de nuestro futuro. Inmediatamente noté que el calor de la amistad iba a crecer entre nosotros. Comentamos juntos lo poco acertado de la ubicación y estilo en la erección de la nueva estatua del poeta vallisoletano José Zorrilla que ahora preside la plaza que lleva su nombre. Al menos ahora se ha tratado de arreglar, porque el despropósito era grande. En ello parecemos coincidir con mis antiguos convecinos los vallisoletanos, quienes mayoritariamente se manifestaron en los corros informales y en las tribunas principales y públicas mediante cartas al director del Norte de Castilla, en contra del tamaño desatino estético que era la ubicación y colocación original y que, dicen y yo confirmo, restaba dignidad al poeta orgullo de la ciudad. Para eso –dijeron voces- bien hubiera valido menor gasto del dispendio generado y menores fanfarrias con que a bombo y platillo se celebró la erección del monumento. Finalmente la estatua no gustó a nadie excepto por el rostro y la cabeza. Todos dijeron que era mucha estatua para tan poco pedestal hasta que el Ayuntamiento hizo caso y mandó ampliar el jardincillo verjado y elevar el plinto unos metros para así lograr dar realce a la figura del excelso dramaturgo. El resultado final lo tenemos Don Arturo y yo mismo ante nosotros.

Tras dejar el asunto que nos ocupaba cerrado nos despedimos no sin antes acordar mantener puntual correspondencia en la medida que nuestras obligaciones nos lo permitan.

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20 de Agosto de 1910. Un nuevo proyecto.

Hoy ha llegado el día que llevo esperando desde hace algún tiempo. En estos meses desde que nos conociéramos Don Arturo y yo hemos consolidado una magnífica amistad abonada con cartas intercambiadas entre nosotros con frecuencia y encuentros y reuniones que, con la excusa de lo profesional, han contribuido todo este periodo a hacer fuertes los lazos de unión que nos han vinculado. En una de las últimas se mostró especialmente misterioso y al despedirnos me hizo partícipe de tal actitud al acordar una cita para el mes siguiente sin desvelarme la causa. Me dice que me convoca con interés de hablarme de un tema del que no me quiere aún adelantar nada, porque quiere venir ese día bien pertrechado de documentación que tiene en su casa, pero que me asegura me va a interesar. Su misteriosa propuesta me agrada, no obstante, a pesar de la falta de información, y he contado los días para el encuentro. Hoy el plazo se cumple y estoy deseoso de entrar en el secreto.

Llegué a la cita con mi amigo, con quien en este mes he seguido carteándome. Aún a pesar de ello no he conseguido hacerle soltar prenda acerca del asunto de hoy. En nuestras epístolas se ha centrado tozudo en nuestros temas profesionales y la actualidad del país. Mis intentos de averiguar algo y mis preguntas han chocado contra el muro del misterio que en torno al tema quiere tejer. De nuevo Valladolid es el lugar que a ambos nos acomoda. Cuando llega el tren desde la Corte y desembarca en el andén allí me encuentra pues he ido a esperarle. Había llegado pronto, impaciente, por lo que tomé antes un café en “La Ferroviaria”, una cálida posta que regenta con competencia desde hace siete años su propietario para dar un primer refrigerio a los visitantes a la ciudad por tren y para servir de última parada a los que parten. Desde allí salen también los carruajes para los lugares de hospedaje como el nuevo “Hotel Moderno” de la Plaza Mayor que tras años de obras por fin se acaba de inaugurar.

De camino al restaurante en el que comeremos conversamos sobre mil y un temas. Le pongo al día de las nuevas que afectan a este Valladolid de principios de siglo al que sigo con interés desde el foro. De la pujanza de la nueva empresa que gestiona la corriente eléctrica en la ciudad, la Electra, como es conocida, y de la creación de un cuerpo de bomberos. Los incendios son frecuentes en un lugar que los tiene en su propio escudo como elemento heráldico singular. Ello hace que repartidos por la villa haya varios locales para depósito de bombas de incendio de manera que se hallen próximas cuando se las requiera. Las hay tras la Iglesia de San Nicolás, en Doctrinos, etc. De hecho entre los fuegos más recordados de los recientes está el de 1893, creo recordar que fue el 14 de julio, cuando uno de los propios depósitos municipales y de bombas de incendios, el que había junto a la iglesia de San Lorenzo, quedó completamente calcinado. Años más tarde, el 6 de Julio de 1899, ardió el viejo

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manicomio de la casa del Cordón en la calle de los Herradores. También la academia de Caballería, junto a mi casa, sufriría el fuego años después en 1915 y habría que construir una nueva. Hasta La “Sala Pradera” ardió con el tiempo. Dado que hace no mucho eran los propios vecinos quienes apagaban los incendios (se sabía a qué barrio había que acudir por el número de toques de campana de la alarma pues cada número correspondía a uno por lo que a veces el nerviosismo del campanero llevaba a confusión y se iba donde no era) el nuevo cuerpo es bienvenido.

Igualmente le hablo de las nuevas empresas azucareras que aparecido en la provincia y la ciudad sustituyendo al mercado de caña que se ha perdido con Cuba. Le mantengo informado de que en 1908 se empezaron a iluminar con luz eléctrica los lugares principales de la ciudad y de que el año anterior se tiraron las casas adosadas a la fachada de la Universidad y se construyó la torre del reloj que aún puede verse en vuestros días. De que se hizo una nueva canalización del Esgueva y de otras novedades. Pero la que más le agrada es la que descubre por sí mismo cuando se ve obligado a apartarse sobresaltado por el metálico campanilleo del silencioso tranvía eléctrico que se le aproxima a su espalda sin percatarse hasta alarmarse con el sonido.

Desfile del cuerpo de bomberos de Valladolid. Plaza Mayor de Valladolid (frente al nuevo “Hotel Moderno” en la

esquina con Ferrari) –Principios de siglo XX-

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Una vez en el restaurante y en torno a un refrigerio llegó por fin el momento de desvelar la sorpresa. Y he de decir, aunque con ello me adelante, que no me decepcionó su presentación en absoluto.

Arturo me sorprende acordándose de que hoy es el día de mi cumpleaños y dice traerme un regalo inesperado. Efectivamente. Hoy es mi onomástica y cumplo 42 años. Me habla con vehemencia impulsiva y motivadora de una idea que le lleva dando vueltas a la cabeza desde hace tiempo, pero para la que no logra el envite final que necesita. Un empujón que cree que yo puedo dar a la vista de mi perfil, oficio, contactos y aficiones. Dice haber encontrado en mí a quien pueda ilusionar con algo que ha conocido en sus viajes y de lo que se enamoró nada más verlo. Se trata de una nueva institución patriótica en la línea de la regeneración del país de la que tanto hemos hablado, pero que tiene la particularidad de que no pone su protagonismo en los adultos ya sean estos los obreros, los políticos, los intelectuales, el clero, los nobles o la burguesía.. sino en el futuro de la nación que son, como hemos convenido hasta la saciedad, los niños y jóvenes. Me muestra documentos en inglés, fotos y publicaciones de allí. Me explica de sus lecturas y cartas. De cómo ha entrado en contacto con la obra de un general inglés a quien la propia corona británica ha encomendado dejar la

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carrera de las armas para dedicarse de lleno a poner en práctica sus ideas. De un libro y de unas maniobras o ejercicios llevados a cabo en una isla inglesa para experimentar lo recogido en sus capítulos. Me habla de salud, de naturaleza, de ejercicio físico, de amor al país,.. Nada similar, diferencia con exagerado desagrado, a los actuales “Batallones Infantiles” que sólo valen para ridículos desfiles de impúberes adornados como soldaditos y marineros de gala. Esta nueva idea, a la que aún no pone nombre por no tener equivalencia dentro de nuestras fronteras, dice estarse extendiendo como la pólvora. Y no solo por el imperio británico, como sería de esperar, sino por todo el mundo. Ya los ha visto en América del Norte, donde vivió, y dice saber que los chilenos también han adoptado sus principios y método.

Me cuenta que tienen un código de honor propio y algo similar a nuestras juras de bandera militares, uniformes, grados.. Creo que usa estos aspectos tan formales para que me pueda sentir más identificado, pero no hace falta pues la idea me va gustando. Además explica que el propio Baden-Powell, su fundador en la Albión, insiste mucho en diferenciarlo de las prácticas castrenses y la mera aplicación de métodos militares a los niños.

Apela a mi sentido del honor y a mi bonhomía para ponerme al frente de un proyecto que puede contribuir, en su opinión, a engrandecer en un futuro no muy lejano, a una patria que se encuentra alicaída y necesita, hoy más que nunca, de una juventud sana en lo físico y en lo moral. A estas alturas del encendido discurso ya me tiene ganado para su causa y no son ya necesarios más argumentos. Le pido que me haga llegar lecturas y documentación que me permitan desarrollar en mi cerebro más aún el proyecto. Y le doy mi palabra de ir pensando cómo ponernos en marcha y con quien establecer contactos para sacar adelante una iniciativa tan valiosa.

Quedamos en vernos en breve y en ir redactando un borrador de estatutos para nuestra nueva institución así como una lista de personas de influencia a las que dirigirnos en busca de apoyos de los que abren puertas y contribuyen a los necesarios gastos que sin duda algo así ocasiona. Nos despedimos con un brindis un tanto particular dado que nuestro proyecto aún no tiene nombre, misión esta, la de encontrarle uno, que nos prometemos abordar de manera prioritaria. Me enseña el que el general Baden-Powell ha puesto a su movimiento y terminamos brindando por el “scouting”.

Puede ser que se equivocaran los que relacionaron el paso del Cometa Halley, que estos días se puede ver por el cielo de la noche vallisoletana, con hecatombes y desgracias. En nuestro caso esperamos que no sea así y nuestro nuevo proyecto nazca con estrella.

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11 de Septiembre de 1912. Los Exploradores de España.

Han sido estos últimos dos años de grandes cambios para mí. A mis 44 años he aceptado el guante que me lanzó Arturo echando a andar nuestro viejo proyecto de una institución patriótica dirigida a niños y jóvenes. El año pasado él y yo creamos el “Comité Organizador de los Exploradores de España”, que es el nombre que decidimos finalmente para la entidad. Se trataba de reunir en torno a una mesa imaginaria a los nombres de aquellas personas principales cuyo respaldo a la organización podía resultar valioso. El apoyo de “La Exploradora” en Vitoria fue, en esos primeros pasos, fundamental, pues nos permitió hacer esos contactos necesarios y contar al menos con una sede desde la que dirigir y a la que recibir nuestra correspondencia. Una vez divulgado nuestro proyecto y conseguido el apoyo de los primeros nombres importantes que hicieran de imán para atraer a otros, nos volcamos en las labores mismas de organización. En este tiempo hemos estado recabando toda la información que hemos podido encontrar sobre los Scouts. Escribí hace un año al Capitán Salas de la Embajada Española en Londres, para que me remitiese datos, reglamentos y manuales de esa Organización, pero como se me quedó corto lo recibido, ni corto ni perezoso me dirigí al propio Baden-Powell en Febrero, quien me contestó desde Estados Unidos anunciando el envío de reglamentos y estatutos. También solicité información a los Eclaireus de France (Scouts laicos franceses). Tomando toda esta información como referencia elegí la Estrella de Cinco Puntas como emblema y como lema “Siempre Adelante”. Elaboré y redacté unos Estatutos y un Reglamento orgánico y los remitimos a la autoridad. No hicimos más que recibir respuesta del Gobierno Civil comunicándonos que su majestad el Rey Alfonso XIII había tenido a bien aceptar la solicitud de inscripción en el registro de nuestra “Asociación Nacional de Exploradores de España” con fecha 30 de julio de 1912 en que había quedado registrada, y empezamos a organizar nuestra primera tropa. El 11 de agosto, hace justo un mes, quedó constituida en Vitoria a la sombra de “La Exploradora”. Compuesta por 205 muchachos, 2 Instructores o Maestrescouts y 5 Subinstructores, contó también entonces con 125 Socios Protectores. Rápidamente empezamos a preparar con ilusión una agrupación local en Madrid y sus primeras actividades y salidas. El día 25 de octubre y el 27 realizamos la primera salida de prácticas Escultistas con 48 muchachos y 8 maestrescout o Instructores, acampando en la finca Quinta de la Capona en el término de Villaverde, propiedad de un Socio Protector.

Además con este visto bueno nos hemos lanzado Arturo y yo a publicar una serie de artículos en los periódicos más influyentes: La Correspondencia de España, El Hogar Español, Nuevo Mundo, Heraldo de Madrid, La Tribuna, Mundo Gráfico, ABC, Mundo Militar, Pro-Infancia, etc., para dar a conocer la Asociación a la sociedad española.

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En esta búsqueda de apoyos de personas relevantes y por conducto del Duque de Tamames, Jefe de la Casa Civil del Rey, y que sería luego el primer Presidente de los Exploradores de España-Scouts Españoles, le he hecho llegar a S.M. Don Alfonso XIII los Estatutos y Reglamento Orgánico de la Asociación. El Rey entusiasmado ha querido conocer de mi propia boca los fines, medios y garantías de tal proyecto, y me ha recibido en audiencia. Cuando le he leído los textos del “código del explorador” (como hemos llamado aquí a la “ley del scout”) y el de la “Promesa” que han de hacer en público los muchachos me ha hecho cambiar una parte de esta última. Luego me ha felicitado por el ánimo educativo e impulso patriótico de la nueva institución. Al salir tenía la sensación de que si no estaba todo hecho, se había dado un paso de gigante. Con el beneplácito real para la creación y desarrollo de la Asociación, con S.M. El Rey a la cabeza y los Infantes, y personalidades representativas de la vida social, oficial, religiosa, militar, cultural y económica implicada todo sería más fácil. Así fue. Pronto el Consejo Ejecutivo de “Los Exploradores de España” lo constituyeron consejeros del Reino, catedráticos, diputados, militares, abogados, médicos, etc. Y yo fui nombrado Secretario-Comisario General. A los pocos años, en 1915, el rey en persona tendría la delicadeza de ceder a los “Exploradores de España” una parcela en el Monte del Pardo para que pudieran llevar a cabo allí sus actividades.

Si a su movimiento Baden-Powell lo llamaba “Scouting” y a los muchachos “Scouts” para nosotros fue un quebradero de cabeza no menor la elección de una terminología adecuada por propia, nuestra, del país y que describiera correctamente lo que intentábamos. Sencillo fue elegir para los muchachos el nombre de “exploradores” por traducción directa, pero no tanto uno para la entidad en si misma. Durante mucho tiempo se evitó el problema llamándolo simplemente “La Institución”. Arturo barajó Scoutismo y Escutismo, hasta que un día me indicó una entrada en el diccionario que se adaptaba a los dos requisitos citados. El término “esculca” o “esculta” se usaba en el castellano antiguo para designar a las tropas que iban por delante en avanzada frente a las mesnadas. Nos pareció bueno y así nació el “escultismo” como palabra y actividad (aunque no fue hasta 16 años después en 1928 cuando entró como término reconocido por el lenguaje oficial en el diccionario).

Años después, a toro pasado, se acusará a este primer embrión de muchas cosas. De mí se dirá que no tenía parecido con Baden-Powell, que yo era más rigorista y formalista, que no lo concebía como el gran juego que era para él, que lo veía como cantera de patriotas, que entendía el escultismo como algo demasiado serio, no divertido, que mis discursos eran mesiánicos y mis escritos trascendentes y carentes de humor a cambio de doctrina, que lo hacía todo para la galería y sobre todo para solaz de la aristocracia, que tenía a los “Exploradores” como un juguete personal con el que entretener a los reyes con demostraciones histriónicas y patrioteras, que daba protagonismo a todos menos a los propios chavales... Solo puedo decir que lo hicimos

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como mejor supimos y con la mejor de las buenas fes. Del de estas fechas se dirá que era de clara influencia inglesa, estructurado jerárquicamente, con bastantes resonancias militares, ubicado en núcleos urbanos, con escasa presencia y representación femenina, dedicado a la realización de actividades formativas y recreativas en la naturaleza, y a prestar diferentes ayudas a la sociedad civil. Que este primer escultismo hispano se quedaba mucho más en la hojarasca y las manifestaciones externas que en desarrollar educativamente el núcleo de la intuición pedagógica de Baden-Powell. En mi defensa diré que mi inglés era pobre y que hasta muchísimos años después no se conseguiría traducir al castellano las obras del fundador. Que la mayoría de los actores del movimiento scout no bebíamos directamente en las fuentes, por lo que con frecuencia nos quedamos en lo superficial y en el formalismo militarista hasta que luego descubrimos que eso no estaba en el método. Por ejemplo llamamos durante muchos años a las ceremonias de promesa “juras de bandera” pues las hacíamos colectivamente y muchas veces aprovechábamos el regalo de alguna dama ilustre que apadrinaba al comité local correspondiente con la donación de un pendón que se bendecía en acto multitudinario. Era difícil no caer, hasta en el lenguaje, en el paralelismo con los actos castrenses. No obstante pronto se vio que aquel primer escultismo no iba a ser completamente homogéneo, pues se estaba construyendo. Convivieron dos estilos y junto a quienes hacían hincapié en esa metodología proveniente del ejército (que acentuaban tal cosa mediante formaciones, desfiles e instrucción) también estaba quien demandaba una rebaja del peso de lo militar dando protagonismo a lo educativo y propio al escultismo (marchas, naturaleza, excursiones y técnicas..).

En cualquier caso nuestras actividades principales eran las excursiones y la gimnasia, así como el entrenamiento de técnicas (salvamento, construcciones, etc.)

Dos lobbies se interesaron pronto por el escultismo desde el principio para su desgracia: el ejercito (o mejor dicho los militares) y el clero. Por otra parte este primer escultismo no era bien visto por la derecha conservadora por su falta de apuesta decidida por la iglesia católica ni por la izquierda radical que desconfiaba de su aparente militarismo.

Las primeras formas de organizarnos en aquel protoescultismo fueron las agrupaciones locales, poco menos que pandillas de chavales con un adulto al frente que hacían excursiones y salidas al monte y a los alrededores de las localidades los domingos tras la misa intentando averiguar qué era eso del escultismo. En breve ya nos organizamos en serio por medio de un Consejo ejecutivo a nivel nacional y Comités Provinciales, que creaban y potenciaban a su vez los Comités locales y grupos de exploradores en su territorio de influencia prestándoles la ayuda que precisaran para su desenvolvimiento. Estos órganos tenían además de su función meramente operativa una más importante aún: la institucional. A través de invitar a formar parte

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en los mismos a personas principales a las que ilusionábamos y enamorábamos del proyecto Arturo y yo, conseguíamos lentamente el reconocimiento social, la difusión, baño de prestigio y el refuerzo a la nueva institución que deseábamos.. Y el apoyo económico que nunca era malvenido.

No obstante el verdadero trabajo recayó siempre en el nivel de la base. Los Comités locales tenían por objetivo la difusión de la institución para la creación de grupos de exploradores en las diferentes localidades, acompañarles en sus primeros pasos y asegurarse de su buen funcionamiento. Para ello se organizaban con sus presidentes, vicepresidentes, secretarios, tesoreros y vocales (de propaganda, recursos, organización e instrucción) y los instructores (Jefes de Tropa, de grupo y auxiliares). Llamábamos Tropa por entonces a la unión de todos los grupos dependientes de un mismo Comité Local. Cada Tropa pues, recibía el nombre de la localidad en la que estaba. Hubo pues una Tropa de Valladolid compuesta de varios grupos, como en los demás lugares donde la semilla fue germinando -He de decir que Valladolid fue una de las primeras, lo que fue para mí causa de orgullo, aunque antes había sido en Castilla Soria-. Al frente de cada Tropa había un jefe de Tropa o de Exploradores que nombraba el Comité provincial a propuesta del local, con misión de inspección y unificación del método, pero con cuidado de no invadir el trabajo de los jefes de los grupos. Estos a su vez se organizaban y vivían su escultismo divididos en patrullas (entre 2 y 6) con un máximo de 48 Exploradores. Sus responsables al frente eran denominados instructores (maestrescouts o jefes de Grupo) y recibían ayuda de los subinstructores. Su función era de unificación del método y supervisión potenciando, antes que sustituyendo, a los guías. Habían de ser mayores de 21 años, de reputación intachable y conocimiento de los manuales.

El escultismo, como fórmula mágica que es, al conjugar perfectamente educación y diversión, tuvo rápida extensión en España como la había tenido en Inglaterra y la estaba teniendo por todo el orbe civilizado. En pocos años creció considerablemente y tuvo nuevas demandas. En 1922 introduje la rama de los lobatos y en 1927 la de los Rovers.

Pero volvamos a 1912. A finales de ese año, un 28 de diciembre, quedé en situación de excedencia en la Primera Región Militar y en comisión prestando mis servicios en el Ministerio de la Guerra, al ser disuelto el Estado Mayor central donde me encontraba destinado. Esto fue un reconocimiento por parte del Gobierno a la labor docente con la juventud y un espaldarazo que me supuso una mayor libertad de acción y entrega a la institución y a los Exploradores.

Pronto me llegaron adhesiones de toda España, y al finalizar el año se habían formado Tropas en 13 localidades y ya había cerca de cuatro mil Exploradores.

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19 de Octubre de 1912: Escultismo vallisoletano

En estos primeros pasos de la Institución me alegra saber que en mi ciudad adoptiva genera interés la iniciativa. Hoy he recibido carta pidiéndome permiso e información para dar comienzo allí a una agrupación local. La firman al alimón Don José Gómez Sigler y el Comandante de Infantería señor Don Ruperto Ramírez de Arellano. Del primero no tengo noticia, pero conozco bien al segundo. Es un hombre de bien y posicionado en los círculos cercanos a la corte dada su intimidad con Su Majestad el Rey, del que fue compañero en la instrucción como reclutas. A no tardar (en el plazo de unos meses), se harán cargo de esta aventura en las tierras pincianas. Nos depararan noticias agradables con absoluta seguridad.

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Extracto del artículo publicado en El Norte de Castilla (Autor Emilio Carrillo) en 1928

“Nacimiento y esplendor de los exploradores vallisoletanos” (Se puede ver el artículo entero entre los anexos)

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28 de enero de 1913. Noticias de Valladolid

Me escribe un billete Don Ruperto, que ya firma como Teniente Coronel por lo que deduzco su ascenso, para anunciarme el gran éxito que han tenido en la formación de la Tropa de Valladolid. Me añade simpático que hasta tienen ya mote para él. Los Exploradores han empezado a llamarle “El Patriarca” por su aspecto. Lo acompaña de varios recortes de prensa que dan forma a las primeras apariciones en los medios locales y nacionales de esta institución y que me dona para que vaya haciendo la colección si lo deseo.

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Referencia impresa más antigua encontrada que recoja la presencia de Scouts en

Valladolid y que denota por la fecha y el contenido que cabe como altamente posible que se estuvieran llevando a cabo actividades escultistas en la ciudad desde fecha

anterior dado que se refiere a la conformación del Comité Provincial. “El Globo”- 13 de Enero de 1913

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Me cuenta en él que se han apuntado a la fecha más de 500 exploradores y que ya han constituido el Comité Provincial y el Local de la ciudad. Reciben el apoyo inestimable del capitán general de la región militar en Valladolid, el Sr. Ochando. Su último espaldarazo ha sido solicitar oficialmente la presencia de la recién creada Tropa vallisoletana en los actos militares de jura de la bandera que se llevarán a cabo en Abril en la ciudad y cediendo los muchachos y sus instructores lugar principal en el acto. Me habla de sus primeras salidas y excursiones a los terrenos de la Sociedad de Tiro “El Pichón” en el camino viejo de Simancas.

Señala orgulloso que varios prohombres locales se han interesado por participar más o menos activamente en la Institución. Nombres como los de Don

Primeras referencias impresas a la presencia de Scouts en Valladolid Intercambio de artículos entre

ABC: 14 de Marzo de 1913 y El Heraldo Militar-15 de Marzo de 1913

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Cesareo Aguirre (quien años atrás fuera alcalde de la ciudad), Juan Soto, Ricardo Allúe (que es Académico de Bellas artes y Director de “El Norte de Castilla”), Ernesto Bonaplata Godoy, el Capitán del Estado Mayor Don Nicolás Benavides, etc. A todos ellos deberá el escultismo de Valladolid momentos gloriosos y agradecimiento eterno por sus grandes esfuerzos y dedicación en estos primeros años. El Capitán Benavides será pronto trasladado a Palencia teniendo que abandonar sus obligaciones con el Comité de Valladolid, pero no abandonando por ello al incipiente escultismo, ya que se hará cargo allí convirtiéndose en delegado de la Institución en tierras palentinas. Fue primer Jefe de esta Tropa Don José Remís y algunos nombres de Exploradores de aquella época inicial son los de Lucio Zamora, Lucas Carretero o Luis Gallego. Nombres que por otra parte aparecerán en la historia del movimiento de Valladolid de manera continuada y con gran protagonismo, como veremos más adelante, hasta dentro de veinticinco años incluidos momentos de gran dureza. De Don Ricardo Allúe Morer se pueden decir mil y una cosas que agradecerle el escultismo vallisoletano y aun así seguir en deuda con él. Desde el ventajoso balcón al exterior de las columnas de su periódico se hizo rápida y eficaz labor de difusión de los principios que animaban al movimiento en la ciudad y de las actividades que organizaba. Su involucración abrió puertas innumerables. Siempre me ha llamado la atención la curiosa mezcla repetida varias veces, el buen tándem y la estrecha relación que en la historia del escultismo han formado militares y periodistas, y que tantos frutos ha dado a la Institución siempre. Sucede así entre Cuyás y yo, en Valladolid entre Ramírez y Allúe, en Palencia con Benavides y Francisco Gallardo (De “El día de Palencia”) y luego sucederá dentro de varios años con Juan Antonio Dimas.

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Primeras referencias impresas a presencia de Scouts en Valladolid (Mismo texto que una anterior en otro periódico)

“El Heraldo Militar”-16 de Enero de 1913

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Efectivamente. La semilla ha calado en la ciudad. Esos días se publican en prensa, ordenados por fecha de creación, los primeros Comités Locales y ahí aparece entre los primeros el de Valladolid. El inicial fue el Comité Provincial de Álava, seguido de los de Huesca, Barcelona, Soria, Orense Guipúzcoa, Madrid - Buenavista , Cartagena, Segovia, Tarragona, Castellón de la Plana, Toledo, Gijón, La Coruña, Granada, Almería, Jaén, Pueblo Nuevo del Terrible (Córdoba), Pontevedra, Asturias, Madrid – Congreso, Madrid – Hospicio, Madrid – Inclusa, Manresa (Barcelona), Santiago de Compostela (Coruña), Cádiz, Zaragoza, Sevilla, Valladolid, etc.

Con las personas capaces de proteger y administrar la Institución se ha formado un comité honorífico que agrupa a las autoridades y fuerzas vivas de Valladolid. Mientras, me relata, otro grupo de personas, con más tiempo o menos obligaciones sociales por razón de título, se dan cita periódica para funciones más ejecutivas y organizativas. Aquí están los auténticos dirigentes y promotores del escultismo vallisoletano. Se trata de una delegación de la asociación en la ciudad, más que un órgano soberano, dada la fuerte impronta centralista del movimiento en sus inicios. Una de las primeras actuaciones que se han llevado a cabo ha sido la de dejar clara su lealtad a la monarquía, tan a favor de la organización, desde el primer momento mediante un telegrama dirigido al Duque de Tamames en su calidad de Presidente de los “Exploradores de España”. El perfil de estas personas y este tipo de actuaciones están contribuyendo sobremanera a garantizar la eficacia de la difusión e implantación del escultismo. Para el desempeño de estas funciones y cargos se han elegido nombres de personas que aúnan en sí mismos la faceta del prestigio profesional y social con cierto predicamento político e intelectual.

18 de Noviembre de 1913.

He decidido aceptar la aceptar la amable invitación que hace algún tiempo me hiciera llegar mi amigo Don Ruperto en nombre de los Exploradores de Valladolid para visitarles. Le hice saber que mis obligaciones me mantendrían ocupado durante el verano y el otoño por lo que habría que buscar fecha que nos acomodara a ambos a finales de esa estación o principios del invierno, o bien dejar nuestro encuentro para el año siguiente en caso de resultar imposible. Y aquí me hallo fruto de esas gestiones.

Este ha sido un periodo agotador. Desde que Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII tuvo a bien en febrero agregarme mediante Real Orden del día 27 a su Casa y luego un 3 de Julio hacerme el inmenso reconocimiento y motivo de orgullo de nombrarme su Ayudante Honorario, no ha habido momento para el descanso. He recibido durante este tiempo honores varios de entre los que destaco el nombramiento de Comendador de la Orden Civil de Alfonso XII y la Medalla de Oro al Mérito Escultista del Reino Unido impuesta por el propio Baden-Powell. No obstante no todo son buenas nuevas. Llega a

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mis oídos que también se han encendido las primeras malas lenguas que en España dan forma a la envidia. Hay quienes descontentos de que persona de tan bajo rango intime con Su Alteza Real infunden el bulo de mi excesiva ascendencia sobre él y me llaman “el capitancito”. A mí sin embargo no me cabe duda de que ahora es S.M. quien quiere premiarme por mi labor fundacional de la Institución.

El día ha sido pleno. Una cierta morriña mezclada con la curiosidad por saber qué era de mi ciudad adoptiva y como se encontraba a la fecha me animó finalmente a aceptar el envite. Ha pasado más de un año de la última vez que visitara estas tierras y muchas cosas han cambiado.

He llegado pronto y, acompañado de algunos amigos y próceres locales, he dado un buen paseo de reconocimiento. Las cosas ni se parecen a como eran. Todo ha cambiado. Bueno, todo no. ¡¡Como echaba de menos el olor a pan de esta ciudad por las mañanas!! Cuando he vuelto casi no he reconocido la ciudad que tan buenos momentos me brindara y en la que tanto tiempo viviera. Y era para bien. La ciudad ha crecido y se ha modernizado. Solo es la misma y la conozco por los lugares comunes, los recuerdos y referencias. Lo demás es diferente. Han aparecido por doquier edificios y construcciones de elegancia burguesa y gran funcionalidad. Está casi irreconocible tras una época de innumerables inauguraciones (algunas de las cuales conocía y otras no). Se ha urbanizado una bonita plaza a la que llaman Circular por su forma acabando con las aguas insalubres que allí pasaban bajo las puertas de Tudela, la Plaza Mayor ha quedado finalizada tras la instalación de la estatua del fundador de la ciudad que ocupa su centro ahora y del nuevo edificio de la casa consistorial hace unos años, casi no se ven caballerizas, la iluminación eléctrica y la calefacción se han generalizado –al menos en el barrio burgués-. Fue su impulsor principal el entonces síndico de la ciudad Don Cesareo Marceliano Aguirre, que en 1911 sería delegado regio de enseñanza y luego durante un año alcalde de la ciudad. De él tendremos noticias en el repaso al escultismo en la historia de Valladolid. También se agradece que no todo sea nuevo ni siempre venza la modernidad y un progreso equívoco que va de la mano de la industria y el comercio. Así por ejemplo me he sentido cuando me comentan cenando que finalmente se ha desestimado el proyecto que se presentara en 1911 pretendiendo, para hacer una gran avenida en línea recta desde la estación del Norte hasta San

Visita de Iradier a Valladolid “El Globo”

Martes 18 de Noviembre de 1913

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Pablo, despejar el itinerario derribando la iglesia de la Vera Cruz al final de Platerías, o ese otro que quería un derribo similar para Nuestra Señora la Virgen de las Angustias para despejar y alinear la corredera de san Pablo (que ahora se llama como la Iglesia misma). Por fortuna no salieron adelante. Todos estos cambios, junto a los que se habían ido produciendo en tiempos recientes (la nueva plaza de Zorrilla, la instalación del monumento a Colón, etc.), las nuevas industrias, el recién estrenado rostro de nuestro país tras la guerra y las pérdida de las colonias, y a la llegada masiva de población que emigra desde el campo han hecho de la ciudad una nueva urbe, moderna y orientada al comercio más que a ser feria de los cultivos y el ganado. Una Valladolid casi distinta de aquella que yo conocí en 1892.

Durante la cena he mostrado especial interés por las actividades escultistas que aquí se llevan a cabo para hacer una sutil inspección de la aplicación de las directrices que desde Madrid se envían. Hemos hablado de mil cosas antes en entrar en materia. Por ejemplo se ha comentado la aparición de esta nueva idea de publicar directamente para los niños que algún editor con buen ojo ha tenido; He visto cuentos infantiles que acompañados de ilustraciones sirven para educar mediante la lectura a los infantes en valores que les ayuden a construirse en la decencia y la honradez. Un tal Calleja posee una imprenta que pretende especializarse en estos cuentos. Ha mostrado intención de sacar una colección especialmente dirigida a los Exploradores y protagonizada por uno de ellos.

Una vez metidos en pomada me relatan que desarrollan campañas de captación de fondos entre los vecinos de la ciudad, para lo que llaman la hucha del explorador, de las más diversas maneras, como la que se llevará a cabo en unos días y a la que he de disculpar mi falta por asuntos de la Corte.

Visita de Iradier a Valladolid “El Heraldo de Madrid” -18 de Noviembre de 1913-

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En el discurso de clausura de los actos del día les he hablado de nuestro fundador el general inglés Lord Baden-Powell con quien mantengo relación epistolar. La última comunicación ha sido el pasado 13 de Octubre y nos hemos visto este año en persona. Les recuerdo que, como ya saben, este verano, del 2 al 9 de julio, dos Patrullas con 18 Exploradores de diversas localidades de España, y conmigo a la cabeza se trasladaron a Birmingham en el Reino Unido, para participar en el Rally Internacional Scout, en el que hubo también representaciones de Alemania, Austria, Hungría, Bulgaria, Francia, Holanda, Italia, Suecia, Estados Unidos y Reino Unido, les describo emocionado como en la clausura del Rally, el mismo Baden-Powell me hizo el honor de distinguirme con la Medalla de Oro al Mérito Escultista del Reino Unido.

Eso me recuerda que debo una disculpa expresa a los Exploradores vallisoletanos dado que en ese viaje hubo un despiste que provocó que el contingente que viajaba hacia Birmingham les hiciera el feo de no aparecer a la hora esperada en la Estación del Norte de la ciudad. Y que ello provocara cierto tono de chanza en algún periodista malintencionado quien con algo de sorna reflejó la anécdota en la prensa. Luego me enteré apenado de que los Exploradores vallisoletanos, en un gesto de fraternidad con sus hermanos que les honra, habían ido a recibir a la Estación a sus compañeros a su paso por la localidad, y que se habían encontrado que el viaje se había retrasado por lo que no les encontraron allí y su gozo se fue a un pozo habiendo de suspender el desfile con banda de la Tropa que habían preparado.

Toros a beneficio de los exploradores de Valladolid “El Globo”

27 de Noviembre de 1913

“La Vanguardia”-18 de julio de 1913

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Por último les he hecho el anuncio de los preparativos que desde el Comité Nacional se están poniendo en marcha para llevar a cabo una acampada en el Monte del Pardo, en finca cedida para la ocasión por Su Majestad el Rey, que está prevista para el mes que viene y a la que espero nos honre con su asistencia una nutrida representación de los Exploradores de Valladolid. La iniciativa es acogida con vítores y aplausos y no me cuesta nada arrancarles compromiso de su presencia. En eso quedamos y nos despedimos hasta vernos allí.

16 de Diciembre de 1913.

Han terminado con gran éxito los eventos escultistas organizados para este mes y con él los de un año lleno de avatares. Como prometieron, al Pardo han acudido los Scouts de Valladolid. Don Ruperto Ramírez ha protagonizado, de hecho, una curiosa anécdota cuando en el homenaje a los delegados de los Comités locales, al que había acudido acompañado del señor Soto, se dejó tomar medidas para un sombrero por una patrulla de “sastres”, con su guía Martín Rey a la cabeza, nunca mejor dicho.

El campamento de los Exploradores madrileños de los diez distritos y los de la Paloma y Asilo en el Pardo ha resultado tal y como esperaba y abre la puerta a repetirlo incluso ampliado a no mucho tardar. El día 14 por la mañana se instalaron los muchachos y ejecutaron diversos ejercicios. Hubo revista, gimnasia sueca,.. La comida sirvió de excusa para homenajear a los representantes llegados de todos los puntos de la geografía de España. La Institución va poco a poco tomando forma. La cantidad de personas, de esfuerzo, de títulos e influencia y la calidad de los allí concentrados dejaban ver la potencia que firme y sólidamente va adquiriendo. Me sentí especialmente orgulloso al tratarse de la primera ocasión en que compartía tareas escultistas con mi padre, que se llegó desde Vitoria.

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“La Correspondencia de España”- 15 Diciembre 1913

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Misma noticia que la anterior “La Época” - 15 Diciembre 1913

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Curiosa metáfora en la que se usa a los “Exploradores del Capitán Iradier” para compararlos con las Juventudes

Mauristas (auténticas protagonistas del artículo)

“El Liberal”-16 de Noviembre de 1913

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8 de Enero de 1914.

La festividad de los Reyes magos no me ha traído más que quebraderos de cabeza. Los preparativos de la Asamblea de los Exploradores de España, que está prevista se celebre en menos de cuatro meses en Madrid con presencia regia, ocupa todo mi tiempo. Es por esto que sintiéndolo mucho no podré seguir con este diario durante una temporada.

En fecha reciente hemos aprobado como oficial para la asociación el que desde ahora va a ser su himno. Se trata de una obra compuesta por Don Melecio Brull a la que complementa exquisitamente la letra que ha escrito don Mariano Benavente, hermano de todo un premio Nobel de literatura; don Jacinto.

La letra empieza “Seréis para ser buenos, mejores cada día..” y es un magnífico comienzo que solo anuncia lo mejor, que viene después.

Muchas tropas se han sumado a esta idea de tener un himno propio aparte del oficial de todo el movimiento para España pues como es sabido en el corazoncito de todo español se esconde un poeta. En Valladolid don Nicolás Benavides se ha echado la manta a la cabeza y ha compuesto uno que hace gala de castellanismo. La letra es de un gusto poético refinado, aunque desde mi punto de vista suena demasiado a canto de guerra. No obstante es arenga estimulante pleno de ardor y entusiasmo, y, como nuestro lema SIEMPRE ADELANTE, levanta los ánimos por encima de terruños. Dice así:

HIMNO DE LOS EXPLORADORES VALLISOLETANOS

¡Adelante!, ¡adelante, raza gigante!

Por Castilla la Vieja ¡Siempre adelante!

En las altas mesetas de mi Castilla

de mil bravos guerreros la gloria brilla, y en la ciudad pinciana, que tanto adoro,

pulsaron los poetas sus liras de oro.

Entre las espigas de inmensos trigales el viento modula su alegre canción;

tu campo embalsaman los verdes pinares: ¡Castilla!¡Castilla, de mi corazón!

El hombre es un hermano,

las plantas mis amigos, las aves son testigos

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de nuestro noble amar; los libros adoramos

si encierran cosas buenas, yo nunca tengo penas, yo siempre se cantar.

Compañeros: la Patria despierta

recobrando su magno poder; su energía, titán, no está muerta;

¡Laboremos en su renacer! ¡Oh, matrona que , inerme , dormías,

fatigada de tanto luchar; si es que alguno creyó que morías,

mire aquí, te verá despertar.

Bibliotecas, escuelas, talleres es preciso, sin tregua, fundar

y cumpliendo tan santos deberes nuestra vida a la patria, ofrendar.

Lema bizarro

de nuestra empresa; mi alma te besa

y adora en ti; ¡Siempre adelante!

Reza mi escudo; yo nunca dudo

¡yo espero en mí! ¡Adelante!, ¡adelante,

raza gigante! Por España y por Castilla

¡Siempre adelante!

Valladolid, en el día de Reyes de 1914.

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18 de Abril de 1914

Interrumpo mi silencio para dejar constancia de que, como no podía ser de otro modo, mantiene su palabra don Ruperto de mantenerme informado de los avances y progresos de la tropa vallisoletana. Me habla de un heroico acto protagonizado por uno de los muchachos de su Tropa en febrero. Acompaña a su informe como ya es costumbre del preceptivo recorte de prensa para mi colección. Esta vez se trata de una visita que han hecho a sus hermanos en Palencia con motivo de los preparativos del próximo Festival en el Pardo. Durante la misma los Exploradores han dado muestras de su perfecto adiestramiento.

Revista “El Explorador” (Publicación oficial de los Exploradores de España) Abril 1914

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28 de Abril de 1914.

Retomo mis memorias tras la vorágine de este pasado periodo. Se han sucedido con ritmo frenético los cien mil y uno acontecimientos escultistas que ha habido que atender y que se ha tenido a bien reunir en torno a las fechas festivas de la Semana Santa para facilitar la presencia del mayor número posible de personas. Acabamos de dar por clausurada la Asamblea de la Institución, que ha venido además rodeada de un sin fin de eventos.

El día 24 del presente empezamos los actos, que nos ocuparon casi toda la semana, con el banquete de recepción y los discursos de rigor. Me sorprendió no ver en representación de la delegación vallisoletana a mi amigo Don Ruperto Ramírez a quien quería agradecer en persona, por carta ya lo he hecho, su paciencia en la gestión de mantenerme al día de su Tropa. Por Valladolid venía el nuevo presidente, el señor Aguirre, a quien no tenía el gusto, y a este me dirigí en demanda de razón de mi Teniente Coronel. Me indicó que habían llegado juntos pero que en este momento se encontraba en el ropero. Llegó unos instantes más tarde, nos abrazamos y cumplí como bueno dándole el agradecimiento citado.

Es este señor Aguirre, Don Cesareo Marceliano, persona principal. Ha sido Alcalde de Valladolid y ahora ejerce como decano del Colegio de abogados de esa ciudad. Tiene buenos contactos en la Corte. Adquiere un protagonismo importante entre los Asambleistas desde el principio. Buena prueba de ello es el hecho de que le fuera reservado lugar preeminente en la mesa de presidencia en el lugar de la comida en el Retiro cerca del Rey, casi a mi lado. O que tomara la palabra en esa ocasión para agradecer a su majestad su apoyo a nuestra causa.

Hizo varias interlocuciones sobre temas relacionados con el escultismo. Me llamaron la atención especialmente sus curiosos puntos de vista, por progresistas y avanzados. Hizo, por ejemplo, un encendido alegato abogando por dar un mayor papel a la mujer en nuestra Institución. Reflexionó sobre el que, en su opinión debía ser verdadero objetivo del escultismo español, que no era otro que salvar a la infancia y a la juventud del mal estado de la educación. Disertó sobre la necesidad que tenemos de colaborar con la prensa en persecución de esta meta. Menos me gustaron sus excesivamente liberales, a mi entender, planteamientos sobre la aplicación del método ya que insistió demasiado en evitar lo que llamó un falso patrioterismo sustituyéndolo por verdadero patriotismo. Para ello defendía dar menos peso a la instrucción y más a la educación en las Tropas diferenciando entre ilustrar y educar. En su descargo diré que finalizó con una alusión que me pareció sumamente correcta diferenciando los Exploradores de los “batallones infantiles” y, no obstante, reconociendo que las enseñanzas que en el escultismo se practican contribuyen a forjar el carácter de los hombres que serán los muchachos algún día y por tanto a la defensa de la Patria en última instancia.

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El señor Ramírez, quien es sin embargo ya una leyenda entre nosotros y ocupa lugar destacado por sí mismo sin necesidad de más apoyos, también intervino para desear larga vida a nuestro movimiento.

Al día siguiente empezó la Asamblea de la Asociación de Exploradores de

España, que era el acto central al que los demás acompañaban. En ella se adoptaron decisiones de vital importancia para el naciente movimiento. Una de ellas fue la creación de un régimen de recompensas. Así nacieron las “Medallas de la Asociación”

Curiosa intervención del Sr. Aguirre (Del comité de los Exploradores Vallisoletanos) ante el Rey e Iradier el 24 de Abril de 1914 en Madrid en la que entre otras cosas aboga por la

mayor participación de la mujer en el escultismo.

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en sus tres categorías: Oro, plata y bronce. Inauguró aquel particular medallero un Explorador vallisoletano que ocupará papel protagonista en nuestra historia próximamente, pues a propuesta mía en mi calidad de Comisario General se aprobó, con una gran ovación, conceder la primera medalla de oro a Luciano Bastardo, el muchacho del que ya me refiriera sus bondades don Ruperto y cuyo acto heroico merecerá capítulo propio más adelante.

Mientras tanto otros eventos se venían celebrando en paralelo aprovechando la celebración de aquella primera Asamblea de la Asociación. Esa tarde simultáneamente se desarrollaba una Exposición de los trabajos realizados por los Exploradores. Recibió la visita de Su Alteza Real la Infanta Doña Isabel a la que acompañamos en su recorrido el Duque de Tamames y yo mismo. El Domingo dio comienzo el Festival Scout con los acampados propiamente dichos. Fueron los hechos allí acontecidos de tal calado y hondura para los Scouts de Valladolid que se ha considerado su tratamiento particular en un capítulo monográfico. Sin embargo puedo adelantar al lector, a modo de anticipo sabroso, que se hablará allí de altos honores y de heroísmos, de visitas y atenciones reales, de grandes muestras de valor y de afiliaciones mayestáticas a nuestro movimiento. Pero todo eso, como dice en su libro Rudyard Kipling “es ya otra historia” y como tal la contaremos por lo menudo y de manera pormenorizada tal como se merece en capítulo aparte, concretamente el siguiente.

9 de Mayo de 1914

Aquella semilla que el teniente Coronel Ramírez quiso sembrar en mí convirtiéndome en coleccionista de recortes de prensa no tuvo finalmente éxito. Al menos en cuanto a las noticias escutistas generales. Es tal el bombardeo en los medios que sería incapaz de hacerlo. Sin embargo en su honor mantengo un pequeño álbum de recortes relativos específicamente a los Exploradores Vallisoletanos. Ello es así porque la mayor parte de sus piezas me las ha proporcionado él mismo con los que acompaña a sus cartas y no me cuesta. Sin embargo hoy he hecho una aportación propia a la colección. Leyendo “El Imparcial” veo un breve relacionado con una decisión que la Diputación Provincial de allí ha adoptado en relación a los Scouts Vallisoletanos por la que se crea un grupo con niños del Hospicio. A los pocos días, puntual a su cita llegará el mismo recorte por medio de la correspondencia de don Ruperto. Al mismo acompaña un saluda rogándome asista al festival y bendición de bandera que allí tendrá lugar el próximo día 14 de Junio, fiesta del Corpus. No puedo fallarle. Le contesto afirmativamente a vuelta de correo y le comento que esta vez me había adelantado localizando la nota en la prensa.

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15 de Junio de 1914

15 de Junio de 1914

¡¡Magnífica jornada de escultismo pinciano!! Estoy pletórico y sumamente satisfecho. Ayer tuve ante mí la poderosa razón que da ser a toda esta aventura que nos hemos propuesto y que se llama escultismo. Todo fue sobre ruedas. En justicia he de felicitar a los Exploradores de Valladolid que tenían ensayado hasta el último detalle para su fiesta ese día del Corpus. Ello no quita un ápice de su valor a la perfección con que todo salió sino al contrario. Ni más ni menos que como me lo hubiera imaginado si hubiera tenido una sola pista de lo que iba a presenciar. Solo falló la presencia del señor Aguirre. Lástima. Pero mejor que os lo cuente en orden.

Llegué junto al señor García Molinas en tren el 13 a la capital vallisoletana y ya estaban allí esperándonos la delegación entera con mi querido amigo y corresponsal en provincias a la cabeza. Disculpó la ausencia del Presidente señor Aguirre, que había sufrido un accidente automovilístico de gravedad el anterior día 9 haciendo los preparativos del evento. Me intereso sinceramente por su estado y agradecido el señor Ramírez considera oportuna una visita al convaleciente en nuestro recorrido. Nos dirigimos tras el recibimiento a la sede de la Asociación en la ciudad e hicimos revista de los muchachos allí formados pues nos estaban esperando. Me sorprendió el elevado número, más me aclararon que acababan de llegar de Palencia cerca de 200 exploradores para acompañar en sus importantes actos a los de Valladolid, y que se

Decisiones de la Diputación de Valladolid: - Creación de un Grupo de huérfanos que se incorporen a los Scouts.

“El Imparcial” – 9 de mayo de 1914

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esperaba la llegada de sus compañeros de Segovia, Ávila y Zamora en ese día tan especial. Aun así la cantidad era espectacular. Luego hicimos visitas de salutación a autoridades de la localidad. De camino a nuestro destino pido a Don Ruperto detalles de la historia del Explorador vallisoletano a cuyo heroísmo se refería en su anterior carta. Satisface mi curiosidad relatándome el hecho acaecido en febrero. La historia cala profundamente en mí. Volveremos a oír hablar de él.

A continuación cumplimos como buenos cristianos visitando al enfermo que nos relató lo sucedido con humor y una sonrisa scout a pesar de las molestias. Nos cuenta, no sin dificultad por los dolores, como resulta que se dirigían a la localidad de Tordesillas a elegir la becerra que iba a ser toreada a beneficio de los Exploradores cuando a la altura de Simancas el viento les jugó una mala pasada y tapó la vista del mecánico que les llevaba bajándole su gorra. Ello ocasionó que se salieran por la carretera chocando primero con un árbol que desgajaron y luego con una torre de la Electra. Los seis ocupantes, cinco pasajeros y el “chauffer” han salido magullados. El que menos el torero que les acompañaba y que como se sabe están hechos de otra pasta. El que más nuestro presidente local con dos costillas rotas y el desgraciado conductor al que el accidente le ha seccionado dos falanges de los dedos. A pesar de la gravedad de sus heridas hace aún chanzas sobre su intención de presentarse dentro de unos días en el Campamento Nacional que estamos preparando en Riofrío, lo cual sabemos que le va a resultar imposible. Nos despedimos para atender nuestras obligaciones deseándole una pronta recuperación y lamentando que no nos pueda acompañar en el día al que tantos esfuerzos había dedicado.

Segunda visita Scout de Teodoro Iradier a Valladolid “La Época” 13 de Junio de 1914

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Eran las diez y media de la mañana cuando el coche nos dejó en un lugar que conozco bien. Lo contemplé sobrecogido. Se trataba de la entrada al Campo Grande por la Plaza de Zorrilla. Y lo sé no porque la reconozca pues estaba irreconocible llena de muchachos formados, autoridades, visitantes y público en general que la abarrotan, sino porque he vivido en este lugar muchos años. Indiqué desde allí al señor García Molinas el lugar de la Academia de Aplicación de Caballería donde estudié y luego di clases.

Ahí al fondo está el Chalet donde tomé el refrigerio con Arturo en una de nuestras primeras entrevistas. ¿Tendría por entonces ya en la cabeza la idea de embarcarme en esta aventura? Mi buen Arturo. Cuantos recuerdos. El espectáculo ha sido impresionante. Guardias a caballo, damas con sus quitasoles, oleadas de sombreros de cuatro golpes y un mar bordones. La uniformidad era impecable. El sol

Referencias al accidente al que más arriba se hace referencia

“El Heraldo Militar” 10 de Junio y “El Heraldo de Madrid” 9 de junio de 1914

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de Junio es justiciero. Permanecer impasibles bajo él es encomiable. Los caballeros se destocaban orientando sus sombreros de verano para evitar su efecto.

Subimos a la engalanada tribuna que se nos había montado en el templete del paseo de coches frente a la acera de Recoletos (que ahora se llama Paseo de Alfonso XIII) para ver los actos. Allí fuimos presentados a damas de alta alcurnia y aristocracia local y nos sentamos a la espera de la inauguración del evento manteniendo educadas conversaciones ligeras y sin pretensión alguna. Actuó como madrina del acto Doña Esperanza Álvarez de Guillén. Me acompañaba el excelentísimo alcalde de la ciudad señor Villa.

Bendición de la bandera de los Exploradores de Valladolid, Promesas y misa de campaña en el Campo Grande el 14 de Junio de 1914

Revista La Hormiga de Oro, número de 27 de ese mes.

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El evento consistió en una misa de campaña multitudinaria al final de la cual se ha bendecido la nueva bandera de los Exploradores seguida de una promesa colectiva de los muchachos que se han incorporado a la Institución este año. Dirigí como cierre del acto unas palabras a la multitud de Scouts allí reunidos y cerré el discurso deseando verles a todos en el próximo campamento nacional de Riofrío de dentro de unos días y con un viva al Rey que fue contestado con unánime ovación. Todo fue sumamente emotivo.

Desde allí nos fuimos a comer. Tras la comida nos dirigimos a la plaza de toros más allá del hospital militar (para mí sigue siendo la nueva plaza), donde, presididos por el gobernador y el alcalde, los Exploradores vallisoletanos hicieron varias demostraciones de sus adiestramientos y prácticas. Los actos acabaron con la novillada que estaba preparando Don Cesareo cuando tuvo el accidente. Me despedí en la estación de Don Ruperto y sus acompañantes que tuvieron la gentil delicadeza de acompañarnos hasta aquí. Pedimos transmitieran a Don Cesareo nuestros deseos de pronta recuperación y expresamos nuestra ilusión por vernos en varios días en el coto

Visita de Teodoro Iradier (en el centro) a Valladolid el día 14 de Junio. Bendición de la bandera, promesas y misa de campaña en el Campo Grande

Revista La Hormiga de Oro, número de 27 de 1914

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del Palacio Real de Riofrío. Fue una jornada muy bonita y un regreso a Madrid placentero.

En otros periódicos se enteraron de todo ello un mes después “La Correspondencia de España” 12 de Julio de 1914

Visita de Teodoro Iradier a Valladolid ABC - 14 de Junio de 1914

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18 de Julio de 1914.

Nuevamente carta fechada desde Valladolid hace un mes. Mi buen amigo el Teniente Coronel Don Ruperto Ramírez de Arellano sabedor de los estrechos vínculos que me unen a esa localidad me mantiene al punto de la marcha de los acontecimientos referidos al escultismo allí y yo se lo agradezco cumplidamente. La misiva de esta ocasión, que reproduzco íntegramente, tiene por objeto agradecerme mi desplazamiento allí el pasado Junio para su bonito acto y nuevamente adjuntarme un recorte de prensa para mi colección:

“ En Valladolid a 16 de Junio de 1914.

Mi muy apreciado Sr. Iradier y Herrero.

Querido amigo. Dirijo a Vd. la presente al objeto de hacerle llegar el agradecimiento de todo el Comité de Valladolid por la atención y el detalle que antes de ayer tuvo Vd. con los Exploradores de esta ciudad viniendo en persona a nuestra bendición de bandera.

Como pudo ver se hacen aquí grandes progresos con la obra escultista que se ha propuesto y en la que algunos tratamos de colaborar en la medida de nuestras posibilidades. Acompaña a estas líneas, como en ocasiones anteriores, un recorte de prensa local que da prueba de lo que le relato para que si es de su gusto lo adjunte Vd. a los que le voy enviando periódicamente. En el centro de la foto se me ve saludando. El texto que lo acompañaba en el periódico decía así:

“Durante las fiestas del Corpus y gracias al madrinazgo de Doña Esperanza Álvarez de Guillén, que ha donado generosamente una bandera bordada a la Tropa de Valladolid, se ha venido a celebrar en los salones a la entrada del Campo Grande la bendición de esta enseña. El desempeño de los Exploradores vallisoletanos de todas las edades fue intachable tanto en la demostración y el desfile que sirvieron al acto de marco, como en el encierro de novillos que lo sucedió”.

Quedo suyo en la esperanza de haberle servido bien.

Atentamente.

Teniente Coronel Ramírez de Arellano Presidente del Comité Provincial de Valladolid

de los Exploradores de España “

“El Patriarca” (Don Ruperto Ramírez) entre sus Exploradores

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23 de Junio de 1914

Me cuentan que, como parte de los preparativos y prácticas de adiestramiento de cara al campamento de Riofrío que tendrá lugar a partir de pasado mañana, se han verificado por parte de los Exploradores de Valladolid estos días varias salidas para perfeccionar sus prácticas y así hacer un buen papel en el campamento.

Una de ellas fue ayer día 22 a la finca de Canterac, cedida para ello por la Condesa de Oliva. En ella el Conde ha mandado construir un Castillo, por lo que la expectación es grande entre los Exploradores. También lo es por los extraños sucesos que en esa finca sucedieron hace unos años cuando se descubrieron unos cadáveres enterrados deteniéndose a varios criados por varios crímenes infanticidio incluido. Aquello aportó a la salida un deseable aura de misterio para toda actividad de jóvenes de esas edades.

Habiendo quedado en la nueva plaza Circular 250 de los Scouts locales acompañados de sus instructores y subinstructores, se desplazaron a las afueras de la ciudad cerca del camino de Soria por la cuesta de San Isidro para ejecutar sus actividades y entrenar sus habilidades. Salieron en columnas por patrullas por las puertas de Tudela. Les acompañaba un grupo de la Cruz Roja y les escoltaba por la carretera la guardia municipal dado su número. La mayor parte de ellos iban andando

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con su carga a cuestas ayudados por sus bordones o en un carro que arrastraban compartiendo el esfuerzo. Otros iban en bicicletas. El espectáculo era magnífico.

Ha sido esta la primera ocasión en la que los nuevos compañeros del Hospicio se han incorporado con los demás a las actividades. Se trata de la patrulla de la Diputación. La señora condesa ha mostrado especial interés por su participación, lo que la honra. No irán al campamento de Riofrío, y aun así han llevado a cabo sus prácticas con todos. Dado su reciente ingreso no tienen el nivel de adiestramiento necesario y la entidad que les apadrina no ha dispuesto medios para su participación, pero se les ve contentos y satisfechos en el escultismo. Progresarán de inmediato. Estamos seguros.

A su llegada a la finca y hechas las cumplimentaciones de rigor con la anfitriona se plantaron las tiendas, se cambiaron los muchachos a la ropa reglamentaria de campo y se hicieron ejercicios de gimnasia sueca, luego hubo una revista a las instalaciones y uniformes. Tras la comida se hicieron prácticas de heliógrafo, telégrafo con banderas, seguimiento de pistas, primeros auxilios, etc. Acabado el día se recogió el campamento y se inició el regreso.

A las ocho de la tarde volvían por el mismo camino causando el asombro de los viandantes por su aplomo y orden. Algo me cuentan de un pequeño incendio sofocado en el regreso. Los trabajos de la jornada habían sido cansados por lo que se retiraron a recibir un merecido descanso.

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22 Junio de 1914 – Excursión a la finca de Canterac

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La otra excursión llevada a cabo esos días fue una salida de adoctrinamiento, preparación y motivación inmediatamente previa a la salida al día siguiente hacia el Real Coto y Reserva de Caza de Riofrío donde se celebrará el campamento nacional en el que tantas esperanzas se han depositado. En esta, que ha tenido lugar en el Pinar de Antequera, diversas autoridades con el alcalde de la ciudad señor Villa a la cabeza, seguido por el director del rotativo “El Norte de Castilla” Don Ricardo Allúe, junto con otros, han dirigido discursos motivadores a los miembros del contingente y a sus instructores y subinstructores haciéndoles saber la gran responsabilidad que asumen con su participación en el encuentro nacional representando a su patria chica.

Los muchachos con sus instructores y subinstructores aprovecharon para revisar los equipos de acampada y la uniformidad. La solana era aplastante y a pesar del frescor que en teoría habían de proporcionar los pinos la calorina hizo por momentos alguna de las conferencias un tanto cuesta arriba. En las caras de los muchachos se ve ilusión y expectación. Son sabedores de que los días que les quedan por delante en las lomas de la sierra segoviana van a ser para ellos de gran importancia en su instrucción, están nerviosos. Sus maestrescouts son gente dedicada, esforzada y.. un tanto variopinta. Entre ellos mi querido amigo, el Teniente Coronel Ramírez de Arellano, su jefe de Tropa, al que llaman “El Patriarca” por su aspecto bondadoso, grande, barbado en luenga perilla bífida. Se trata de un tipo bastante divertido que en el futuro nos dará muy buenos ratos como veremos.

Scouts Vallisoletanos en el Pinar de Antequera 1914 (Autoridades fotografiándose con los instructores y subinstructores)

Ilustración que aparece en el libro “Artículos” de la Imprenta Castellana, 1928. Colección particular Ricardo Allúe

Para el historiador local Don Joaquín Díaz la figura de la derecha podría tratarse de Teodoro de Iradier

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Aunque una vez uniformados desaparecen las diferencias de grado y calidad entre los Exploradores, algunas amas y mozos que por allí pululaban denotaban la presencia de señoritos entre los muchachos. He de anotarme abordar este tema en el Comité Nacional.

La visita de las autoridades locales les ha resultado de gran motivación. Ellos se sienten importantes tratados por personas tan principales de manera directa. Saberse destinatarios de las palabras de gentes de tanta calidad refuerza su confianza en si mismos y en su misión. Por ello han escuchado atentos cada una de las disquisiciones y ponencias -algunas más aburridas y otras más entretenidas- y, cuando se les ha dado el turno, lo han usado para hacer todo tipo de preguntas. Los mas avisados han querido saber la procedencia de otros Exploradores con los que allí se encontrarán y si iba a haber visita regia. Otros ignoraban el tiempo que se tardaba en llegar en tren y los últimos querían saber de las temperaturas en el Coto de Riofrío por las noches.

Todos ellos, estoicos, han aguantado a pie firme bajo el sol o sentados de manera directa sobre la incomoda palestra de las acículas del pinar.

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Tomó varias fotografías del evento uno de los empleados de Don Ricardo Allúe. En ellas aparece en el centro protagonizando las tomas, en actitud de arengar a las tropas con su mostacho a la moda. A su vera el señor alcalde y rodeando a ambos, todos ellos sentados en sillas, otras personalidades.

El acto finalizó con gran éxito entre aplausos. Hay grandes ganas de celebrar ya el campamento. Mañana será el gran día.

1 de Julio de 1914 Agotado. Estoy completamente agotado. Necesito unos días de descanso pero

no sé si me los voy a poder permitir. Temo que los recientes acontecimientos exijan especial atención por parte de todo tipo de autoridades y mis servicios puedan ser requeridos para algún menester por lo que he de permanecer “de guardia”.

El pasado día 29 llegaron noticias que estoy seguro van a ser de gran trascendencia. Algo me dice que de la mayor trascendencia imaginable. En Sarajevo ha muerto el día anterior, víctima de un cruel asesinato, el archiduque de Austria. Las tensiones internacionales eran más que palpables. Europa es un polvorín y algunos países solo necesitan una espita como esta para empezar una campaña de descrédito diplomático o algo peor. Mis sensaciones no fueron buenas y así se lo transmití a los demás miembros del Consejo Nacional, instructores y subinstructores presentes, cuando comentamos la noticia al enterarnos. Nos encontró en la finca de los cotos que

Colección particular Ricardo Allúe Scouts Vallisoletanos en el Pinar de Antequera 1914

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rodean al palacio de Riofrío, en el municipio de La Losa, a 12 km de la capital del acueducto, en la sierra de Segovia, que para esta ocasión nos ha cedido Su Majestad el Rey. Allí estos días se ha desarrollado el campamento nacional de los Exploradores. Los casi 600 muchachos acampados han sido todo ilusión y risas, ajenos al alcance de la noticia. Ello es lo natural y lógico. La cantidad de emociones que se han sucedido concentrándose en solo cinco días desde que llegaran los primeros el día 25 han sido más que suficientes para ello. Por poner solo el más ilustre de los ejemplos el día de la visita de la familia real, incluidos los infantes, que se han unido a la Institución, ha colmado todas las expectativas posibles para organizadores y acampados. La diversidad de las procedencias ha hecho de este campamento, salvando las distancias, una pequeña Babel en la que cada origen ha aportado costumbres y distintas formas de hacer pero sobre todo curiosidad por cómo eran sus compañeros de otras Tropas. Solo de estas tierras además de los vallisoletanos, a los que a estas alturas profeso un especial cariño, y de los anfitriones segovianos, han venido Exploradores de Palencia, Zamora, Ávila, Burgos y Ciudad Rodrigo. Por supuesto han acudido de muchas más partes de España. Yo vengo con mi propia Tropa de Madrid, por ejemplo. Son unos trescientos de todos los distritos. Han llegado, en número total de 580, representaciones así mismo desde La Coruña, Toledo, Sevilla, Badajoz, Villatobas, Gijón, Santander, Barcelona, Murcia, Guadalajara, Jaén (que trajo su banda), Zaragoza, Lorca, San Sebastián, Almería, Oviedo, Vitoria, Córdoba, Cartagena, Granada y más que se me olvidarán. Los mirobrigenses nos han comentado que se están dando pasos para la formación de la Tropa de Salamanca (Han tenido ya una reunión con posibles promotores en el Paraninfo de la Universidad) y en Peñaranda y Béjar.

De algunas de las cosas que allí sucedieron, relacionadas de manera especial con Valladolid, se hará más adelante pormenorizada relación pues sus particularidades lo merecen. De las demás se han podido destacar algunas.

La ocasión no pasó desapercibida. El encuentro no era cualquiera cosa. La Casa Real se había implicado de manera prominente y eso arrastró que otras personas principales se interesaran por la iniciativa. Se fletó un tren especial para el traslado de los participantes hasta allí, que se engalanó de banderas de toda España y de la enseña y lema de la asociación. Llegó el contingente sobre las 12 de la mañana a La Losa y luego fueron a buena marcha al Palacio. Sin embargo los vallisoletanos llegaron esa tarde, sobre las cuatro, y unos cuantos salieron a recogerles. Se habían montado servicios de telefonía, telegrafía, vigilancia, comedor..

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“La Época” -Jueves 25 Junio de 1914 –

Inicio del Campamento Nacional de Riofrío

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En los últimos días del programa, el domingo, a los casi 600 allí presentes se unieron otros tantos venidos desde Madrid, Segovia y Medina del Campo para acompañarles al menos en la última jornada. No todos habían podido asistir a toda la acampada y hubieron de conformarse con esta visita de homenaje y despedida.

Cuando aquello acababa nadie quería irse. La última noche hubo sesión de cinematógrafo, concurso de carrozas hechas por los propios Scouts y concierto. A la mañana tras la diana y la recogida las despedidas fueron emocionantes. Temprano los que se dirigían al sur y otros destinos tomaron un tren especial que les esperaba en la estación. Más tarde tomaron otro los castellanos. Sin embargo los de Valladolid partieron con el primero llegando a Madrid entre vítores y desfilando con sus compañeros al son de la banda de los de Jaén que tocaba el Himno de los Exploradores. Fueron con todos así hasta la plaza de España donde se clausuró el campamento y se separaron cada uno a su destino o quedaron alojados en casa de sus compañeros madrileños o de autoridades y patrocinadores. Para algunos, por ejemplo los vallisoletanos, el programa no había acabado pues al día siguiente se verificaron visitas culturales.

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“La Época” –Miércoles 1 de Julio de 1914 –

Fin del Campamento Nacional de Riofrío

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17 de Julio de 1914

Como era de prever no pude tener el descanso que tanto anhelaba. Durante el campamento nacional fui invitado por los Exploradores palentinos a visitarles y acepté como era lógico. Dado que iba a pasar por su tierra de camino a Palencia me quise interesar por el estado del señor Aguirre. Supe así que había salido de su convalecencia y que se ofrecía a acompañarnos a mi esposa y a mi a Palencia en nuestra visita lo cual me alegró pues ello me daría ocasión de conocer más profundamente a este hombre, con muchos de cuyos puntos de vista no coincido, sin que ello me impida un interés sincero.

El acto fue solemne y acertado, con una recepción de las autoridades, una revista, una conferencia, un ágape y una interesantísima excursión final a la localidad cercana de Frómista.

Incansable en su misión Iradier estaba a los pocos días en Palencia acompañado de nuevo del

Presidente del Comité vallisoletano “La Correspondencia de España” –16 de Julio de 1914

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16 de Enero de 1916

Acabo de recibir el despacho con noticia de mi ascenso a comandante. Estoy satisfecho.

También he sabido, y así es motivo de doble alegría, que mi gran amigo, compañero de armas y co-fundador del escultismo vallisoletano; el Teniente Coronel señor Don Ruperto Ramírez de Arellano ha sido postulado para que su majestad el Rey tenga a bien concederle, como ya hizo conmigo, la Cruz de Alfonso XII. En cuanto me he enterado he mandado un telegrama de adhesión a esta causa por si mi expreso apoyo sirviera de algo y porque he creído actuar así en el marco de lo correcto entre buenos amigos.

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En este lugar de las memorias aparecen de nuevo espacios en que las hojas se han perdido por haber sido arrancadas.

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¿Qué fue de Teodoro de Iradier y Herrero?

Entre las hojas de las memorias, unidas en pliego al cuaderno del que forman parte, y del que como se ha venido comentando en varios momentos algunas hojas han sido arrancadas y se han perdido para siempre, se encuentran sueltos los folios que a continuación se reproducen. Por su estado de conservación tenemos la seguridad de que han permanecido plegados sobre si mismos en varias dobleces durante mucho tiempo, tal vez meses o años antes de incorporarse a este cuaderno como adenda.

“Carcel de Porlier -1936-.

Me aterran los portones metálicos abriéndose y cerrándose con estrépito a cualquier hora. El comisario Urresola, por mal nombre Andrés, es el encargado de lo que se han dado en llamar “sacas”. Todos sabemos cómo acaban. En este momento desconozco cual vaya ser mi destino inmediato. No temo en principio por mi vida pero no descarto nada. He sido preso a mis 68 años por razones que no se me han comunicado oficialmente pero que me puedo suponer. Por todo ello me he animado a dar cuenta de mis pensamientos por escrito por si no hubiera oportunidad para ello en otro momento. Guardaré mis notas. Si me las encuentran servirán sin duda de prueba en mi contra.

Lo que en la vida hacemos nos hace, y yo me veo en estas a pesar de mis servicios a España por mis decisiones y actos pasados. No me arrepiento de casi ninguno de ellos y desde luego no de los más importantes. La vida no ha dejado de golpearme desde hace 20 años. Tengo para mí que toda la felicidad que el buen Dios me tenía reservada me la dio en la primera mitad de mi vida, por lo que ahora, que me dirijo al final del resto, solo quedan penas y sufrimientos.

Las envidias y recelos que despertó entre personas importantes en aquella época mi cercanía al Rey y el afecto que demostraba a aquel simple “capitancito” se materializaron pronto en agravios que no enumeraré. Mala patria esta que paga la dedicación a su juventud y a su futuro con la moneda de la envidia. Me queda la satisfacción de haber echado a andar la Institución, que ojalá dure muchos años y sirva al fin para el que fue creada: ayudar a conformar una juventud amante de su país, servicial y comprometida en su regeneración, que logre un día devolverla a sus mejores momentos en la historia. Aunque a los pocos años de ese impulso ya se me defenestrara de los órganos que yo mismo creara viéndome relegado en 1915 a una simple vocalía, siempre creí que sería para bien pues permitiría el avance de ideas más avanzadas, aire fresco y aperturismo innovador. El progreso que representaron los postulados del señor Aguirre desde Valladolid o de Don Juan Antonio Dimas en Madrid, prometían avances pedagógicos de los que tanta falta hacía según algunos a la asociación de los Exploradores de España. Como ya habían bebido de las fuentes directas y de los escritos del propio Baden-Powell creían saberlo todo sobre el método y su aplicación. El hecho de que yo me carteara directamente con el general inglés y de que fuera por mi, y no por ninguno de ellos, por quien preguntara la última vez que vino a España extrañado de no verme entre los directivos, ni que fuera sólo conmigo con quien mantuviera despacho personal a solas en aquella ocasión para saber de primera mano el verdadero estado del escultismo español no tienen importancia para según quien. Pero también hay que saber perder elegantemente y salir de escena con un mutis a la francesa.

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Recibí noticia de mi ascenso a Teniente Coronel de Caballería y nuevo destino un 7 de junio de 1920. Tuve tiempo aún para continuar escribiendo y para recibir diversas condecoraciones. Creo que estas fueron las últimas noticias felices que recuerdo.

En 1921 hastiado de turbios manejos formé junto a algunos de los primeros compañeros un grupo de antiguos exploradores. Ese año fui en comisión de servicio a Francia, Suiza, Italia y Portugal, comisiones que duraron hasta noviembre de 1922. Aquel año recibí la Placa de la Orden de San Hermenegildo, honor que acabó de apuntalar la envidia de algunos títulos y nobles de España hacia mi humilde persona.

Solicité al año siguiente mi pase al retiro. Tenía 55 años. La memoria aún no me falla y recuerdo que fue una Real Orden de un 13 de noviembre de 1923 la que me concedía esta nueva situación. De este modo acabó mi carrera militar tras 36 años, 6 meses y 6 días de Servicios en el Ejército, y me fui a Madrid a vivir junto a mi esposa. Cinco años después, un 20 de octubre de 1928, un accidente de automóvil me la arrebató cuando tenía toda la vida por delante con solo 55 años de edad. Nunca tuvimos hijos a pesar de pasarnos la vida rodeados de muchachos. Tal vez por eso. Reposa donde espero que me entierren algún día, en el Panteón de mi familia en Vitoria.

El 14 de Abril de 1931 recibí el otro golpe más duro. Mi Rey, mi amigo, había de exiliarse, odiado por buena parte de su pueblo. Yo estaba solo y nada me unía ya a España más que mi amor por mi patria. De buena gana me hubiera ido con él si me lo hubiera pedido. Pero otras preocupaciones tenía para acordarse de un servidor tan humilde. Por aquel entonces apenas tenía vínculos ya formales con el escultismo español. Un escultismo cambiado, progresado y evolucionado como gustaba decir a sus ideólogos, pero que yo apenas reconocía. Un escultismo que había renunciado a todo lo que recordara a lo borbónico sustituyendo la flor de lis que yo eligiera por la estrella de cinco puntas, y que daba la razón al propio rey cuando pidió cambiar en el texto de la promesa la alusión a Su Majestad por una más genérica dando la lealtad del explorador a su Jefe de Estado. “Por si vinieran otros tiempos” fue su frase exacta. Me la dijo a mí. No digo que fuera un escultismo peor ni mejor, pero sí me atrevo a decir que no era el mismo que allá por 1912.

En esos tiempos daba algunas conferencias a agrupaciones locales y visitaba si pasaba por allí, algunos Comités. En 1932 fundé la asociación de antiguos exploradores de España.

Y así desembocamos en este hoy en que me hallo preso en una celda. Me dicen de palabra que es por no presentarme como era mi obligación de militar ante la autoridad, que preocupada por la sublevación que ha empezado en el sur contra la república en Julio ha exigido su presencia a todos los mandos de inmediato en sus acuartelamientos. Bien es cierto que no me he presentado ante este llamamiento, pero también lo es que tengo casi 70 años y que de poco iba a valer a un ejército en guerra. Sé muy bien que el motivo de mi detención es otro más cercano a mis simpatías monárquicas que no escondo y la precaución innecesaria ante la sospecha infundada de que pudiera tener algún tipo de connivencia o cercanía con los sublevados.

No sé cuánto va a durar mi cautiverio. Espero que baste mi edad y mi falta de influencias para hacer ver lo inofensivo que soy.

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He sido feliz. Fui honrado por reyes y grandes autoridades, reconocido y premiado. He visto mis escritos publicados, leídos y aplicados. He recorrido España viendo el fruto de mi obra puesto en práctica por miles de niños y muchachos. He vivido instantes, horas, momentos de intensa emoción y alegría.

Guardo en la memoria la imagen de aquel muchacho de Valladolid al que honramos en El Pardo hace hoy ya muchos años, una eternidad, era abril de 1914. Luciano Bastardo se llamaba. Un pequeño héroe. Por ayudar a forjar caracteres como el de aquel Explorador hice todo lo que hice. Seguro que hay más como él a los que nunca conocí. Mereció la pena.

Se me anegan los ojos de lágrimas y no puedo seguir escribiendo. No merezco este trato. Hice todo lo que un hombre de conciencia consideró que fue bueno en cada momento. Se va la luz del día.

Teodoro de Iradier y Herrero Teniente Coronel de Caballería retirado.”

El fundador del escultismo español fue liberado por el gobierno republicano en Madrid un 28 de marzo de 1939, pero solo unos días después volvió a ser detenido y vuelto a encerrar en la misma prisión de Porlier, esta vez por las fuerzas nacionales, que en su victoria quisieron asegurarse de que ningún masón o sospechoso de serlo, quedara sin su castigo. Solo su edad y su hoja de servicios le permitieron ser absuelto en el juicio que se le incoó.

Al año siguiente, el 22 de Abril de 1940, el régimen de Franco decretaba la suspensión de las actividades de la “Asociación patriótica de los Exploradores de España”.

Iradier no llegó a enterarse de que su obra quedaba suspendida. Ese mismo año, el 24 de Febrero -un año antes que Baden-Powell- entre la vergüenza, el abandono y la ignominia moría también don Teodoro. Le acompañaban en el lecho de muerte, leales como de niños prometieron, tres de sus Exploradores: José Montejo, Carlos Pizarroso y Luis Buendía.

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Juego de Pistas: “Principio de pista”

En algún sitio de Valladolid empieza nuestro juego. Hay un rincón secreto donde te espera la señal que todos los Scouts del mundo conocen (y nadie más). Sobre una piedra, un símbolo extraño para quien no conoce su significado. Pero tú, que has sido lobato o que has jugado a esto antes con tu patrulla, sí lo sabes. Es el punto exacto en el que el juego comienza. Lo reconocerás en cuanto lo veas. Es así:

A partir de esta pista todo se vuelve loco. Empiezan las carreras, los misterios, la aventura. Tendrás que ir con cuidado no perdiendo detalle de tu ciudad pues la siguiente pista puede estar en el lugar más insospechado. Como Bagheera te ha enseñado es mejor rastrear en círculos pero con cuidado de no pisar con tus propias huellas las del perseguido.

Para encontrarla en el paisaje urbano de Valladolid tienes que pensar con la cabeza. Está donde todo empezó, en el sitio que rinde homenaje a quien se inventó este gran juego que llevamos jugando desde hace más de cien años. Busca. Como dijo Sherlock Holmes “El juego continua”.

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La palabra “SCOUT”

.. Y no me refiero a la forma de garantizar que un Scout está diciendo la verdad sino literalmente a la palabra. Ya sea en el término en inglés, en singular o plural, o en su traducción a castellano “EXPLORADOR” esta palabra está por todo Valladolid. En carteles, escaparates, letreros, señales,.. ¿Cuántas encuentras? ¿Donde están?

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Curiosidad: En Febrero de 1916 la revista “EL Eco Artístico” mencionaba un espectáculo de variedades que se había representado en el Teatro Calderón de Valladolid en el que constaba un número de Malabarismo protagonizado por los artistas “Los

Boy-Scouts”

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SEGUNDA HUELLA:

LUCIANO, EL SCOUT DE SAN ANDRÉS QUE FUE UN HÉROE (...y otras historias de Scouts vallisoletanos)

“ En Valladolid a 18 de Junio de 1916.

Querido tío Anselmo.

Me recuerda madre que le escriba para contarle y tenerle informado. Así además practicaré mi caligrafía y lo que me enseñaron en la escuela, que lo tengo un poco abandonado. Espero que los moros no le estén dando más guerra de la normal.

Hoy he tenido un día emocionante pues han pasado cosas importantes. Como sabe, por un lado, es mi cumpleaños. Cumplo quince y mis hermanos y mi madre me han organizado una pequeña fiesta. Ya soy todo un hombre como puede imaginar. El trabajo en el taller es duro pero me hace bien.

Pero el plato fuerte estaba por venir porque, agárrese, esta mañana me dieron en el Ayuntamiento una medalla por aquello que pasó hace años del perro que ya le conté.

Allí estaba madre toda orgullosa cuando el señor alcalde me la ha prendido en la camisa de mi uniforme de Explorador. Sé que se sentía un poco fuera de sitio entre tanta gente importante, pero también sé que estaba pensando lo orgulloso que estaría mi padre si hubiera podido estar allí para verme. No pudimos quedarnos mucho

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rato pues había dejado a mis hermanos con la señora Rosario y madre no quería darla mas trabajo del necesario.

Un señor de los que había en el Ayuntamiento me saludó y me felicitó dándome la mano como los hombres. Me dijo que al día siguiente la noticia saldría en “El Norte de Castilla” y que me quería hacer una entrevista para lo que pidió permiso a madre y quedamos en pasar mañana por el periódico.

Estos días en mi agrupación de Exploradores estamos haciendo una rifa para conseguir fondos con los que socorrer a nuestros soldados en Marruecos. Espero que le llegara la ropa que le mandó mi madre.

Un beso de su sobrino.

Luciano Bastardo Martínez Calle de la Mantería, 26 interior.”

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“ En Valladolid a 18 de Junio de 1916.

Estimado señor Iradier.

Mantengo de nuevo correspondencia con Vd. en mi propósito de seguir teniéndole informado de lo que por Valladolid de escultista acontece y aunque ya van a cumplirse tres años de esta particular corresponsalía que con mucho gusto le hago por tierras castellanas, no recuerdo ocasión anterior en que le tuviera que dar tan buenas noticias.

Como se acordará quedaba pendiente la concesión efectiva de la medalla de la Cruz de la Beneficencia que se le debía aún al Explorador Vallisoletano Luciano Bastardo del grupo noveno de esta Tropa por los hechos que sucedieron en Febrero de 1914. Pues bien esta mañana se ha verificado tal entrega en un acto solemne llevado a efecto en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valladolid, lo cual me es grato comunicarle.

Me gustaría le diera traslado a Su Majestad el Rey Don Alfonso de esta noticia en su próxima audiencia. Estoy seguro de que a su augusta persona le gustará saberlo dado el interés con que se tomó por el caso en su momento.

Se despide Atentamente.

Teniente Coronel Ruperto Ramírez de Arellanos Comité Provincial de los Exploradores de España de Valladolid”

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“ En Valladolid a 20 de Junio de 1916.

Querida hermana. En estos días he tenido la posibilidad de vivir una de esas experiencias

domésticas y pequeñas que nos recuerdan, sin embargo, nuestra naturaleza humana y nos insuflan la dosis de optimismo necesaria para seguir adelante un poco más. He querido, a través de estas líneas compartirla contigo pues creo que lo merece.

Como sabes aunque ya no está entre mis cometidos en el periódico seguir escribiendo artículos ni participar en la redacción, me gusta sin embargo mojar la pluma de vez en cuando. Antes de ayer cubrí una noticia que se producía en el Ayuntamiento aprovechando además mi condición de doble invitado al acto por un lado en representación del rotativo y por otro como socio protector de la asociación de Exploradores de la que tanto me oyes hablar. Se trataba de imponer la Cruz de la Beneficencia a un Explorador vallisoletano. Aquel cuyo acto heroico te relaté por carta ya hace tiempo. El del reloj de S.M. la Reina Madre.

Pues si. Dos años después de la aprobación de su concesión por el gobierno varios vallisoletanos de bien, entre los que me cuento, promovimos una cuestación para adquirir la medalla y organizar el acto ceremonial para su entrega. El resto de sus compañeros Exploradores han sido en ello de gran valía.

Ya en su momento su gesto y todo el revuelo que desencadenó me calaron hondo, pero ha sido poder conocer al propio muchacho y su realidad lo que me ha terminado de emocionar. El caballerete se llama Luciano y se apellida Bastardo para más señas. Cuenta con quince años cumplidos el mismo día de la concesión de la medalla. Es el mayor de nueve hermanos y trabaja como aprendiz de carpintero para llevar la paga que gana a su madre, viuda desde que su marido y padre de Luciano sufriera un accidente en el trabajo. Todo esto ya era así en febrero del 1914 aquella mañana en que el niño, con solo 13 años, se interpuso valientemente entre las dentelladas de un perro rabioso y los parvulines a los que defendió llevándose la peor parte.

¡Cuánta hombría puede caber en un cuerpo de chiquillo! Tenías que verle ayer en la redacción. Vino acompañado de su progenitora a responder a mis preguntas para el artículo que escribo sobre la entrega de la medalla. Estuvo más pendiente en todo momento de la comodidad de su señora madre que de las preguntas que yo le hacía y lejos de parecerme mal yo estaba encantado de ver que aun quedan bien nacidos. Toda su preocupación era volver cuanto antes cada uno de ellos a sus obligaciones. Ella a atender al resto de sus hijos y él al taller en que hace labores de mozo. ¡Que gran labor esta haciendo la Institución a la que Luciano pertenece, que da oportunidad a corazones tan nobles de adquirir templanza y disciplina para ofrecerlas, cuando adultos, al servicio de nuestro país!

Por lo demás todo igual por este Valladolid que seguro añoras.

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Un beso afectuoso de tu hermano que te quiere .

Ricardo Allúe Morer Redacción de ´El Norte de Castilla´”

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Pero ¿quién fue Luciano Bastardo? ¿cuál fue el motivo para tales

reconocimientos? ¿a qué venía tanto revuelo? ¿tan importante fue en su tiempo? Para podernos dar una respuesta satisfactoria hemos de remontarnos más

de dos años.. ..a Febrero de 1914. ----------------------------------------------------

LIBRO DE ORO DE LA PATRULLA “LOBOS GRISES”

DEL GRUPO NUEVE TROPA DE VALLADOLID

Yo, el Explorador de segunda clase José María Gómez del Barco, con cargo

de Sachem de la pluma en la patrulla “Lobos Grises”, siguiendo las instrucciones de mi guía de patrulla y en cumplimiento de mis funciones dejaré constancia y levantare acta de las decisiones que se adopten en nuestras reuniones y de las historias y leyendas de la patrulla de los “Lobos Grises” durante esta ronda solar 1913-1914.

Los esfuerzos de este curso van a estar dedicados principalmente a

perfeccionar el adiestramiento de cara a nuestra participación en el Festival Nacional que se llevará a cabo en Abril en los Montes del Pardo a las afueras de Madrid con motivo de la Asamblea de la Asociación y el Campamento Nacional de Junio en “Riofrío”.

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1913: Anotación en Octubre de 1913: En los primeros meses del curso hemos

hecho ya una salida un domingo y estamos todos a pre con nuestras cuotas. La patrulla ha acudido al completo y de uniformidad rigurosa junto al resto de nuestra Tropa a las bendiciones de banderas de los compañeros de la de Santander y Madrid. Se han enviado representantes a las de San Sebastián y Bilbao.

Nuestro guía de patrulla organiza los turnos y reparte las funciones para este curso entre los ocho patrulleros que la formamos como marcan nuestros reglamentos. A mí me ha designado como sachem de la pluma de la patrulla y encargado de la tienda scout. No somos una patrulla especializada, como hay otras de telegrafistas, sanitarios, ciclistas, músicos.. así que cada uno de nosotros asume un poco todas las especialidades según gustos.

Empezamos el curso con dos aspirantes o Exploradores de Tercera que ya han recibido su insignia como tales y formulado su Promesa en Junio pasado tras superar los requisitos que se les exige (Tener entre 10 y 18 años, autorización de padre, madre o tutor, buena forma física -para lo que han tenido que pasar el examen médico en que se les ha tallado y pesado- además de superar las preguntas del examen de suficiencia ante el tribunal de Tropa sobre el código y promesa del Explorador). También somos dos los Exploradores de Segunda Clase que formamos esta patrulla tras recibir nuestro carnet que lo acredita una vez pasados los ocho meses de pertenencia mínima y superadas las pruebas de este grado (entre las que hemos tenido que recorrer dos kilómetros en cuarto de hora, manejar el alfabeto de banderas, saber leer mapa y brújula, orientarnos por el reloj y las estrellas, seguir un rastro de 500 metros en 15 minutos, etc.). Tenemos tres Exploradores de Primera Clase que ya saben reconocer al menos diez plantas locales diferentes y sus utilidades, describir las fases lunares, etc. Y han demostrado sus aptitudes recorriendo en menos de diez minutos dos kilómetros y abriendo una cuenta de ahorros con al menos una peseta.

Por último tenemos la suerte de contar con un guía que es Explorador Titular al haber logrado reunir seis de los diplomas que le acreditan como Explorador diplomado en cada materia en que los ha obtenido. En su caso han sido las de pintor, jinete, fotógrafo, nadador, intérprete y ciclista. Es para todos nosotros un ejemplo a seguir. Otros preparamos los diplomas según nuestro grado para electricista, tirador de arma larga, etc.

Entrada en Noviembre de 1913: Tenemos nuevo instructor. Se trata del

Capitán Don Nicolás Benavides. Preparamos la revista que nos hará el fundador del escultismo español este mes. Hicimos prácticas con nuestro nuevo carro de campaña desmontable.

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El 18 fue la revista. Creemos que la superamos con éxito. El guía nos felicitó y solicitó a nuestro instructor una insignia para el abanderado de la patrulla por haberse desempeñado tan bien.

Revisamos nuestro grado de cumplimiento del código del explorador. El 27 de este mes hemos celebrado una corrida de toros a beneficio de la

hucha del Explorador. Nuestra patrulla hizo servicio de limpieza al acabar y participó en la demostración anterior montando y desmontando el carro de campaña. No salió muy bien. Se nos cayó la rueda, pero puede que la gente de la plaza no lo notara mucho.

Fuimos al Pinar de Antequera a ultimar los preparativos para la acampada del mes que viene. Prácticas de adiestramiento, gimnasia sueca y revisión de uniformidad y equipos.

Notas de Diciembre: Los días 14 y 15 fue la fiesta de los Exploradores en el monte del Pardo,

cerca de Madrid. Fuimos con los madrileños y algunos de otras Tropas. Fue una salida corta y casi no dio tiempo a nada por el viaje, pero así conocemos el lugar donde haremos la gran acampada de este año en Abril y el lugar que nos han asignado para plantar nuestro campamento. Es una finca que nos cede el Rey pues está dentro de sus propiedades y cercana a su espacio de recreo. Así puede pasar a vernos si quiere. A veces se ven ciervos de su coto de caza. Hizo mucho frío pero fue divertido.

Los Exploradores Lucas Carretero y Luciano Bastardo han sido promocionados a la segunda clase estos días antes de acabar el año.

Celebramos las fiestas de las Navidades con una fiesta en el local con nuestras familias. También hicimos una carroza y salimos con ella a la calle.

1914: Enero:

Día 11: Nuestro instructor nos ha llevado a Palencia para que hiciéramos allí algunas demostraciones. Salimos temprano tras oír misa en el tren de primera hora de la mañana. No hay aún Tropa allí y las autoridades quieren que se cree una. Para terminar de convencer a los vecinos han pedido a los de Valladolid que vayamos a enseñarles de qué se trata. Hemos desfilado y hecho prácticas. Creo que les ha gustado y dentro de poco habrá Exploradores palentinos.

Día 13: Un recorte de una noticia en el periódico de Palencia dice: “La visita de los Exploradores Vallisoletanos había generado mucha expectación previamente y una grata impresión durante el mismo. Estimuló la inscripción de niños y concitó

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esfuerzos de las autoridades palentinas que empezaron a creer en el proyecto, dando lugar al primer comité provincial.”

Febrero:

Hemos hecho nuestras actividades ordinarias de este mes. Todos los domingos, con misa oída, hemos seguido saliendo al pinar de

Jalón o al de Antequera a hacer nuestras prácticas para estar bien preparados de cara al Festival del Pardo del mes de Abril. Comíamos allí y regresábamos por las tardes. Estamos emocionados y nuestro guía nos exige mucho.

Nuestro maestrescout ha recibido como militar destino en Palencia por lo que seguramente nos asignen otro en breve. Aprovechará para ayudar a echar a andar allí la nueva Tropa.

A finales de este mes uno de nuestros patrulleros se ha hecho famoso por

un acto heroico que ha llevado a cabo. Ha salido en la prensa y todo. Como Secretario de patrulla me siento muy orgulloso de poder recoger esto en nuestro “Libro de Oro”. Luciano se interpuso cerca de su casa entre un perro rabioso y unos niños a los que amenazaba. Recibió él el mordisco que les iba destinado y que podía haber acabado con sus tiernas vidas. Luciano sin embargo es fuerte y supo comportarse como un buen Explorador. Su amo en el taller de carpintería le ayudó y luego le llevaron entre varios vecinos a la Casa de Socorro donde le atendieron las heridas. De todo esto nos tuvimos que enterar porque nuestro instructor, extrañado de las ausencias, se presentó un día en su casa a ver qué pasaba y así lo descubrió.

La patrulla le visitó en el hospital donde vigilan la evolución de la hidrofobia. Le hemos preparado un gran recibimiento para su regreso. ¡¡Gloria al héroe!!

Marzo:

Luciano evoluciona bien. Sigue el tratamiento antirrábico. Los demás hemos seguido practicando. Nuestro nuevo instructor nos anima a seguir el ejemplo de nuestro compañero.

He recortado de la prensa la prueba de su fama. Iré pegando a este “Libro de Oro” cualquier referencia que vaya encontrando

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Marzo:

Primera referencia a Luciano y su hazaña a nivel nacional “La Correspondencia de España”

Viernes 20 de Marzo de 1914

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Abril:

Día 18: Nuevamente nuestra presencia ha sido requerida en Palencia y hemos acudido. Nuestro antiguo maestrescout el Capitán Benavides ha sido nombrado delegado de los Exploradores de España allí y ha considerado oportuno que sus antiguos pupilos le echáramos una mano en esta bonita tarea que tiene por delante. Nos lo hemos pasado muy bien. Hubo una competición entre las patrullas asistentes de Valladolid y quedamos los segundos. Todos estamos ya muy nerviosos por la cercanía del Festival la semana que viene.

Desde la sede de los Exploradores Barceloneses se recibe un telegrama. Felicitan su valentía a Luciano. Se ha convertido en una persona importante por lo que hizo. Se lo merece. Nos remiten amablemente un recorte de prensa que allí ha salido. Lo adjunto a mis notas en el libro:

Últimos preparativos para la acampada en El Pardo.

Felicitaciones públicas a los pocos días “La Vanguardia”

25 de Marzo de 1914

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Día 27: Notas sobre el Festival:

Ya ha terminado el acto central de los Exploradores de España para esta ronda solar. Nos habíamos estado preparando para el mismo todo el año. Ha superado nuestras expectativas con creces. Nos da un poco de pena pero todo tiene su fin. El Festival de los Exploradores de España, que hemos celebrado desde el 24 hasta hoy, ha quedado clausurado. Para muchos de nosotros han sido los días más felices de nuestras vidas. Más de 3000 Exploradores de toda España con nuestros instructores nos hemos reunido aquí para hacer prácticas, demostraciones, gimnasia, acampada, seguimiento, rastreos, pistas, juegos, desfiles. Había Exploradores hasta de Italia.

Los madrileños hicieron una exposición en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro. Los mismísimos Reyes de España fueron a verla. Nosotros participamos modestamente pero había cosas asombrosas. Un Scout de Chamberí, Luis Buendía1, magnífico escultor, presentó una figura modelada en barro que representaba a nuestro compañero Luciano en el momento de su acto heroico dejándose morder por un perro mientras llevaba en brazos a un infante. Dicen que el mismo Rey Alfonso alabó la calidad de la traza. Mientras tanto nuestros jefes y autoridades mantenían una Asamblea para decidir el futuro del escultismo español.

También han venido Sus Majestades a vernos a la finca en que estamos acampados en los Montes que rodean la ciudad. El Rey ha paseado entre nosotros y nos han pasado revista. A los Reyes les acompañaba la madre del Rey, Su Alteza Real la Reina Doña María Cristina y los Infantes. Y lo más asombroso ¡¡Nuestra patrulla ha merecido especial atención de todos ellos gracias al acto de Luciano!! Estamos muy orgullosos de que sea uno de los nuestros. Gracias a ello hemos recibido durante la acampada felicitaciones de todas las autoridades y visitantes. Nuestro nuevo instructor, Don Juan Soto, que es ahora Jefe del noveno Grupo, no da abasto para atender a personas tan insignes. Nos ha contado que en la Asamblea que se ha celebrado paralelamente entre nuestros mayores se ha hablado de hacer a Luciano un monumento y se ha aprobado darle una medalla o algo así.

1 A quien años después encontraremos en el lecho de muerte de Iradier como ya vimos.

Decisión tomada con motivo de la Primera Asamblea Nacional en Madrid “La Correspondencia de España”

24 de abril de 1914 (Esos días de Abril se celebran sucesivamente varios actos scouts:

Asamblea, exposición en El Retiro y festival en El Pardo)

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El detalle de la visita es este; El Domingo día 26 de Abril, cuando llevábamos dos días acampados se presentaron los representantes regios. Estábamos ya sobre aviso pues nuestros instructores y subinstructores nos habían estado entrenando en diversas cuestiones de protocolo real desde hacía meses y porque el día anterior hicimos un último ensayo con todo. Se presentó primera una de las infantas, luego la Reina acompañada de la augusta madre del Rey, el Príncipe de Asturias con su hermano el infantito Don Jaime y por último el Rey don Alfonso XIII. Todos ellos en distintos momentos visitaron nuestros campamentos y se interesaron, cada uno según su carácter, por diversas cuestiones acerca del escultismo. En el recorrido real, cada Patrulla y Tropa acampada hizo sus propias demostraciones y tuvo diversos detalles con Sus Majestades.

ABC – Domingo 26 de Abril de 1914 Decisiones en la Asamblea

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Hizo una revista a pie en persona acompañado de personas importantes el propio Rey don Alfonso XIII ¡¡Que iba de uniforme de Explorador!!. Una patrulla madrileña les regaló churros que habían hecho para ellos. Otros les mostraron una pasarela que habían construido y por la que algunas de estas personas tan importante se atrevieron a cruzar un foso. Y así todos. Al Rey pareció gustarle mucho todo lo que veía y se interesaba por detalles, felicitaba a instructores, etc.

En un momento dado al pasar ante nuestra tienda el Capitán Iradier, que ha traído los Scouts a España, se ha detenido ante nuestra formación de patrulla y ha hecho salir de la misma a Luciano para presentárselo a Su Majestad relatándole lo que hizo hace unos meses. El Rey le ha felicitado, se ha mostrado muy interesado por las heridas que el perro le produjo (incluso le ha pedido que se las enseñara) y le ha dicho una frase cariñosa que desde donde estaba yo no he podido oír. Luego, cuando le hemos preguntado todos al propio Luciano qué le había dicho no nos ha sabido responder pues se había quedado mudo y sordo de la emoción.

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“Mundo gráfico” 6 de Mayo de 1914 Foto Campúa. –El Pardo-

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“La Época” – Domingo 26 de Abril de 1914 Festival Scout en El Pardo

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-El Pardo – Abril de 1914- Secuencia de película de la época en que se aprecia como el explorador Luciano

Bastardo (En la foto junto a Teodoro Iradier), ante el interés demostrado por el Rey, se agacha para enseñarle las cicatrices de la mordedura del perro rabioso.

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Luciano vestía, como todos los de la patrulla, de rigurosa uniformidad reglamentaria para revista. Con barjuleta a la espalda y útiles de acampada incluidos, botas de caña, medias altas hasta casi la rodilla con borla y marca, pantalón corto, camisa, pañoleta bicolor y capelle. Estábamos impecables, orgullosos... y nerviosos. Toda su preocupación era que no se le desprendiera su sartén de campaña de la mochililla de ataque que llevaba a la espalda. Hasta cuatro veces me preguntó si estaba todo bien.

Cuando Su Alteza Real quiso ver sus heridas todos pudimos ver que por un momento Luciano dudó. Nuestro instructor no le había avisado de que esto pudiera suceder y no sabía si saltarse el protocolo tan entrenado obedeciendo la real orden. Fueron solo unos segundos pues luego, con pasmosa velocidad, se agachó en un gesto que sorprendió a la comitiva regia, para bajarse la media y mostrar la mordedura en la pantorrilla. Las caras de sorpresa de los acompañantes de Su Majestad se aprecian en la película que un camarógrafo de la casa real filmó y que luego hemos visto mil veces entre risas. Allí está nuestro compañero de la patrulla, muerto de la vergüenza, rodeado de prominentes autoridades, personas principales, aristócratas, periodistas, notables y prohombres del reino que se asombran de la naturalidad con la que Luciano hace un gesto brusco e inesperado ante el Rey Alfonso XIII. Su majestad agradecido por el gesto dispuso que en caso necesario Luciano fuera ingresado en el Instituto antirrábico que lleva su egregio nombre para su tratamiento médico.

Pero su periplo acababa de empezar, pues tras ello también mostró su interés por conocer a Luciano la Reina Madre Doña María Cristina, que pidió que fuera a verla. El mismo Luciano nos ha contado lo que ha pasado luego. Cuando ha acudido a la tribuna allí se encontraba no solo Su Alteza Real, sino también la propia Reina Doña Victoria y sus hijos; el Príncipe de Asturias Don Alfonso de Borbón y el Infante Don Jaime.

Su Alteza Real la Reina Victoria ha estrechado la mano de nuestro amigo bajando la escalera para saludarle. ¡Que guapa es! El Príncipe de Asturias y su hermano estaban a su lado vestidos de marinero y se han mostrado curiosos por las insignias que llevaba Luciano. Luego la Madre del Rey le ha entregado una gratificación en metálico por su gesto y ha tomado nota de su dirección para interesarse por él y apoyarle en lo que pueda. Todo el público que estaba allí se rompió las manos a aplaudir a nuestro compañero y a las personas reales. Nuestro instructor, ante la confusión de Luciano que sabía como buen Explorador que no debe aceptar recompensas por sus buenos actos, le explicó que también era su obligación como buen español no afear a tan egregia dama. Eso dejó a Luciano más tranquilo y dijo que se lo entregaría a su madre que sabría qué uso darle.

Personas importantes comentaron allí mismo, ante el interés mostrado por la Reina Madre, que era de justicia pedir al gobierno la concesión al infante de la Cruz de la Beneficencia. Tomó nota quien debiera hacerlo y prometió que así se haría.

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La historia de Luciano Bastardo ABC – Lunes 27 de Abril de 1914

Festival Scout en “El Pardo”

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“Nuevo Mundo” 30 de Abril de 1914 –El Pardo- Foto Goñi.

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Tras la revista de Rey a las diferentes Tropas allí acampadas hemos ido todos en columnas formados a la pradera central donde cada patrulla hemos hecho para sus majestades, que estaban en sus tribunas, y el público presente, los ejercicios que tantos meses llevamos entrenando. A nosotros no nos ha podido salir mejor el montaje y desmontaje de nuestro carro de campaña. Otras patrullas han hecho señales con banderas, morse, ejercicios de evacuación de heridos en camillas improvisadas, tiro con arco, lucha, extinción de incendios, etcétera.

Tras ello hubo discursos e imposición de distintivos por el Rey a varios instructores. Luego tomó a los nuevos su Promesa una persona muy importante (Un Conde o un Duque cuyo nombre no recuerdo pero que era el mismo que antes había dado el discurso).

Ya empezábamos a estar un poco cansados pues habíamos estado mucho rato al sol a pie firme primero y luego las demostraciones. Sin embargo las emociones del día no habían acabado porque cuando el acto estaba llegando a su fin nos quedamos helados al oír al Capitán Iradier dar orden de viva voz a Luciano mandándoles dar unos pasos al frente para situarse en el centro de la plaza, el lugar de los homenajeados, para recibir los vítores de todos los Scouts allí reunidos en presencia del Rey y su augusta familia. El capitán lanzó tres vivas en su honor y Luciano supo salir del paso como los buenos devolviendo un grito de viva el Rey. Los más de 3000 Exploradores presentes, más sus instructores, autoridades, invitados, etc. gritaron ¡viva! y levantaron sus gorros de cuatro golpes sobre sus bordones en su honor. Sonó atronador.. y empezó el desfile. Los tres mil, uno por uno, pasamos frente a él y a los Reyes mientras cantábamos nuestro himno. Luciano estaba imponente, gallardo, altivo y orgulloso ahí,.. sonriente, callado y firme. Representándonos a todos nosotros un poco con nuestros colores. No se nos olvidará en la vida.

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“La Correspondencia de España” – 27 de Abril de 1914

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Todo lo recogido en este “Libro de Oro” de nuestra patrulla de los Lobos Grises tuvo durante los días siguientes enorme eco en los medios de la prensa nacional y local, escrita y gráfica. He guardado recorte de todo lo que pasó por mis manos y lo he unido a estas hojas para que guardemos recuerdo de ello en la patrulla siempre.

Revista “El Explorador” Abril de 1914

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“El Liberal” 27 de Abril de 1914 Crónica del Festival del Pardo

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Texto prácticamente milimétrico al aparecido el día anterior en “La Época” – Este corresponde a “La

Correspondencia Militar” de Lunes, 27 de Abril de 1914 Festival Scout en El Pardo

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“Mundo gráfico”6 de Mayo de 1914 Visita real al Pardo en Abril.

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“El Imparcial” 27 de Abril de 1914

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Por lo demás fueron para nosotros unos días inolvidables en los que conocimos a muchos hermanos Exploradores de toda España, pusimos en práctica lo aprendido, jugamos a mil juegos y aprendimos mil más, cambiamos direcciones para mantener correspondencia con otras patrullas, supimos como hacían las cosas en otros sitios... y vimos como el escultismo ya empezaba a hacerse algo muy serio y respetado a todos los niveles.

En este “Libro de Oro” de la patrulla han quedado registrados los hechos tal como aquel abril de 1914 sucedieron, junto a recortes de prensa, firmas de nuevos amigos, sellos de otras Tropas, hojas de árboles, dibujos de huellas, retratos a mano alzada.. No se pueden recoger en él los buenos ratos las emociones, las risas, los olores de fogatas, los cansancios, ..pero he hecho lo posible por recoger nuestros mejores recuerdos.

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“El Explorador” (revista oficial de la Asociación) Abril de 1914

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A nuestro regreso otro Explorador de la patrulla y yo hemos superado las pruebas para la primera Clase y en breve seremos Exploradores de este grado. Ha habido tres diplomas más en topografía, primeros auxilios y cocina.

Mayo:

Día 1: Luciano sigue siendo a pesar suyo el protagonista de todos estos apuntes y anotaciones pues los favores reales y reconocimientos no han finalizado. Nos cuenta en nuestra periódica reunión vespertina de patrulla en los locales que esta mañana se presentó un propio a la puerta del domicilio familiar en la calle Mantería para traer un regalo de la Reina, ni más ni menos. El vecindario se revolucionó lo suyo, como era de esperar, ante la llegada del mensajero real. Doña Victoria le ha hecho entrega de una cantidad de dinero significativa - aunque él en su humildad no nos la ha querido desvelar por parecerle feo detalle- .

“La Época” – Viernes 1 de Mayo de 1914 Regalo de la Reina (500 pts.) a Luciano Bastardo.

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Día 3: Cuando las sorpresas se creían acabadas se ha visto que no era así. Nuevo mensajero real ha llegado al número 26 de la calle de la Mantería esta mañana. En esta ocasión no era solo un sobre lo que traía, como en la anterior, sino que la misiva venía acompañada de paquete. Luciano nos ha llevado la carta para que todos la veamos y nos ha dejado leer su solemne mensaje. En ella uno de esos nobles de la corte, actuando en nombre de la Reina Madre Doña María Cristina, hace saber a nuestro amigo que por Real Orden la augusta Señora le hace donación de un precioso reloj de oro (que no hemos visto ya que su madre lo ha llevado rápidamente a depositar a la caja fuerte del Banco de España como la han aconsejado para no tener tal alhaja en su casa).

Día 5: Del Ministerio de Instrucción Pública nos dice Luciano que también ha recibido un ingreso como detalle. Nuestro instructor nos ha dicho que un columnista de reconocido prestigio, un tal Antonio Zozaya, ha escrito una crónica sobre lo sucedido bastante hermosa. También en las publicaciones oficiales de los Exploradores de España han aparecido referencias a los reconocimientos citados estos días. Y es que está claro que Dios hila fino y ayuda más a los que más lo necesitan si son buenos, y él es de los mejores de entre nosotros.

“La Correspondencia de España” y “La vanguardia” - Sábado 2 de Mayo de 1914 -

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Artículo de “El Norte de Castila” copiado en “El Explorador” (publicación oficial de la Asociación)

- Mayo de 1914 -

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Junio:

Día 10: Estamos preparando el acto de bendición de bandera y promesas que habrá en el Corpus en el Campo Grande. Se espera sea multitudinario y acudan todas las fuerzas vivas de la ciudad.

Hemos tenido noticia de que ayer sufrió un importante y aparatoso accidente en un vehículo nuestro presidente provincial, el señor Aguirre que fue hace poco alcalde de Valladolid. Nuestro guía nos ha pedido que recemos por él.

Día 15: Los actos de ayer resultaron hermosos y emocionantes. Los nuevos Exploradores de Palencia vinieron a acompañarnos en la bendición de la bandera de nuestra Tropa. No faltaba ni un alma. La Plaza de Zorrilla estaba abarrotada. Hizo muchísimo calor y el Lorenzo pegaba fuerte. Muchas personas importantes hicieron discursos, hubo una misa y por la tarde actuamos en la plaza de toros y hubo novillada. Vino el mismísimo fundador del escultismo español con motivo de esta ocasión. Se hicieron promesas. En nuestra patrulla un nuevo aspirante hizo la suya.

Siguiente cita: Campamento Nacional de Riofrío desde el 25 al 30 de este mes. Mucho que preparar, mucho que practicar para no quedar en ridículo ante representaciones de muchos lugares de España.

Día 22: Hoy hemos salido a hacer prácticas a la finca de Canterac en la salida de Valladolid en dirección a Soria. Nos la ha cedido la propietaria para ello. Ha sido un día duro aunque gratificante. Habíamos quedado en la Plaza Circular y muchos han ido en formación por la puerta de Tudela hasta la finca. Nosotros hemos ido en bicicletas. Para evitar accidentes con los vehículos nos escoltaba la guardia urbana y ha

“El Explorador” (publicación oficial de la Asociación) - Mayo de 1914 -

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ido un retén de Cruz Roja por si había algún herido al que tratar. Por suerte no ha sido así. No ha habido suerte y nada hemos descubierto de los misteriosos sucesos y asesinatos que en aquel lugar hubo hace años. Ninguna pista, ni resto humanos, ni huella. Hemos practicado, hecho gimnasia sueca, entrenado nuestro adiestramiento y formaciones, etcétera. Dos exploradores han aprovechado para superar bajo los ojos del subinstructor las pruebas para sus diplomas de topógrafo y escalador. Nuestro guía nos ha felicitado y se ha despedido de nosotros dado que al ir a cumplir los 18 este será su último acto con la patrulla. Ha declarado haberse sentido muy orgulloso de su patrulla durante todo este tiempo. Se ha mostrado como el hermano mayor que es para todos nosotros y ha dado un especial abrazo a Luciano, cuyo ejemplo nos anima a seguir. Tiene pensado alistarse pronto y hacer así el servicio militar. Nos hemos emocionado y alguno incluso ha echado una lagrimita aunque virilmente. Hemos acabado el día tras comer recogiendo y limpiando el lugar para no dejar huella de nuestro paso.

Cuando bajábamos pedaleando la cuesta de San Isidro de pronto he visto como Luciano se salía de la fila y gritaba algo. Dejaba la bicicleta en el suelo y salía corriendo. Nuestro guía, que no entendía nada, le ha llamado dándole orden inmediata de volver a la formación. Al principio no sabíamos a qué obedecía el extraño comportamiento de nuestro amigo hasta que le hemos visto acercarse a la ermita que corona el camino y de la que salía humo por sus ventanas. Entonces hemos corrido todos tras nuestro subinstructor para ver en qué podíamos ayudar. Cuando hemos llegado a lo alto de la loma Luciano ya salía por el portón tranquilizándonos levantando ambas manos. Nos ha dicho que no había nadie dentro. Me he fijado que se ha hecho una herida en una pierna. No parece grave. Rápidamente los adultos, los instructores y los guardias que nos acompañaban se han hecho cargo del tema que era mas aparatoso que grave. Con agua que los vecinos de la barriada iban trayendo han apagado las llamas y no ha pasado nada más. Hemos vuelto a casa.

Nos dicen que cuando el Conde de Oliva ha conocido el hecho se ha interesado por Luciano y al saber de su situación familiar le ha ofrecido un trabajo en la finca.

Día 23: Nuevamente hemos vestido el uniforme para recibir las últimas arengas antes del Campamento Nacional. Hemos ido al Pinar de Antequera y nos han sentado en el suelo de tamujas, piñas y ramas para oír los discursos motivadores de autoridades y representantes varios. Luego hemos vuelto a los locales para acabar de preparar los equipajes y los petates así como las estructuras que para la acampada en la sierra segoviana necesitaremos.

Día 24: Definitivamente nuestro amigo Luciano Bastardo está hecho de otra madera. La de los héroes. Hoy hemos tenido la última reunión para los preparativos finales para el campamento de mañana. Mientras empaquetábamos todo

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otro de los Exploradores nos ha contado que su padre, comisario de policía, ha sacado su nombre a colación en una conversación mientras se desayunaban. Nos ha contado, como si tal cosa, que hará un mes tuvo que tomarle declaración por haberse visto involucrado en un salvamento. Resulta que había dos chicos en el Pisuerga a los que se dio la vuelta la barca y que al no haber nadie cerca, nuestro amigo, que caminaba por allí haciendo un recado como mozo de la carpintería, empezó a pedir él mismo socorro a gritos, y que cuando alguien acudió en su auxilio encontró a Luciano tirando de una gruesa rama desde la orilla a la que uno de los accidentados se aferraba.

No nos había dicho nada. Al oír el relato ha dicho que esa versión exagera y que él solo hizo lo que creyó que debía hacer. Me he fijado que nuestro guía, con los ojos abiertos de asombro ante su grandeza y su humildad, se ha levantado al acabar y ha tomado camino de la casa del “Patriarca”, nuestro Jefe de Tropa el Teniente Coronel Ramírez de Arellano, que vive lindando a los locales de la patrulla. Me ha dicho al salir: “Esto lo tienen que saber las personas importantes”.

Julio:

Día 1: Ya hemos vuelto del campamento Nacional de Riofrío que hemos hecho del 25 al 30 de junio. Estamos agotados. Han sido unos días maravillosos pero extenuantes.

Voy a tratar de hacer la crónica lo mas fielmente posible a pesar de que es a base de mis propios recuerdos y que han sido muchas las emociones y hechos acontecidos.

El primer día nos subimos al tren en la Estación del Norte sobre las 12. Nuestras familias habían ido a despedirnos. Parecía que nos íbamos a la guerra de Marruecos. Toda la impedimenta y atalajes, nuestro carro desmontable, nuestras mochilas y barjuletas. El viaje fue agradable aunque no pudimos cantar por no ir solos en los vagones. Cuando llegamos a eso de las 4 a La Losa nos estaba esperando allí una delegación. Nos acompañaron y recorrimos a pie los 2 kilómetros que separan la estación del Palacio en cuyos alrededores se llevó a cabo el Campamento. La mayoría de las Tropas de toda España habían llegado ya y estaban acampadas. Unos tenían dormitorios en el edificio y otros dormíamos en tiendas. De estas había como treinta o así. Por la mañana les habían dado una recepción con un discurso de bienvenida del señor Iradier en el real sitio. Allí había Exploradores de Madrid, La Coruña, Zamora, Palencia, Ciudad Rodrigo y mil sitios más. Parecía una pequeña población. Había de todo: estafeta de correos, puesto sanitario con dos ambulancias de la Cruz Roja, cocinas, retén de bomberos contra incendios, telegrafía sin hilos,.. A los exploradores de Cartagena les había dado tiempo a construir un puente y hasta había una banda, creo recordar que eran de Jaén.

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Cuando los más de seiscientos que éramos estuvimos instalados nos reunieron para informarnos del cuadro de mandos y del horario del campamento, que ha consistido estos días en diana entre cinco y media y seis, aseo y orden de tiendas y habitaciones, parte de novedades a las seis y media con reconocimiento facultativo. Izada de bandera antes de las siete y luego desayuno. Tras ello se daba relevo al servicio de vigilancia y comenzaban las prácticas y ejercicios hasta el orden del día que se nos contaba antes de las nueve. A las diez hacíamos baño y comíamos a las once. Luego estábamos a nuestro aire en nuestros rincones de patrulla, dormitorios o por el recinto hasta las dos en que volvíamos a las prácticas de adiestramiento. Merendábamos a las cuatro y descansábamos para luego continuar practicando. A las seis y media más o menos era la arriada de bandera. Cenábamos a las siete y a las ocho unos días hemos tenido concierto y otros cinematógrafo. A las nueve y media nos acostábamos pues a las diez era el toque de silencio y desde ese momento había sanción para quien estuviera haciendo ruido o encendiera luz alguna (salvo los retenes que se quedaban de guardia).

Tras ello se pidieron voluntarios para ayudar en la cocina y se comisionó a varios exploradores madrileños para esta tarea.

El resto de aquel primer día nos lo pasamos entre juegos y prácticas de adiestramiento varias. Recorrimos a pie los alrededores. Vimos corzos y gamos. El bosque tiene unas 700 hectáreas. Está cercado con tapia de piedra y pertenece a la Corona. Limita al norte con Madrid haciendo de divisoria junto a los bosques de pino silvestre de Valsaín, en los montes de la Sierra de Guadarrama, la Umbría de Montesinos y la Mujer Muerta y los bellos embalses de El Espinar y El Tejo. Desde

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nuestras tiendas se adivinaba la forma de la montaña de Peñalara. Allí había sobre todo pino silvestre, pero también robles, encinas, sabinas, fresnos y álamos. Bañan la región los ríos Frío, Peces, Matavacas y Vilanillos sin olvidar al Eresma, que circunda la cercana ciudad de Segovia.

A la mañana siguiente, el domingo 26, la diana era a las seis y media, y el desayuno tras las abluciones a las ocho. Luego izamos bandera y nuestro fundador, el Capitán Iradier nos dio una arenga sobre higiene en el campamento.

Y de pronto, cuando creíamos que había acabado, llamó al centro a Luciano, que no se lo esperaba, y le sacó los colores contando a todos los acampados de su valor y altruismo. Poniéndole como ejemplo al que mirar en busca de la mejora y el perfeccionamiento. Relató, con un detalle cuyo grado de conocimiento nadie más que mi guía de patrulla y yo nos explicábamos, sus dos últimos actos de heroísmo y recordó a todo el mundo los de febrero pasado.

- Ante vosotros tenéis –dijo- a un Explorador al que se ha concedido por la Asamblea de nuestra Asociación la medalla de la abnegación, que es la que se da por actos heroicos, en su categoría de oro. ¡¡Gloria al héroe!! Y ante todos le honró dándole un gran abrazo en público.

Luego Luciano volvió a la fila junto a nosotros, sus compañeros de patrulla, que no podíamos estar más orgullosos.

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En el periódico “La Correspondencia de España” se va haciendo la crónica del Campamento de Riofrío de Junio de 1914-

El día 27 podemos leer como el anterior el propio Teodoro Iradier felicitaba a Luciano Bastardo por su heroísmo, no solo respecto al acto del perro rabioso sino a otros dos:

un incendio en una capilla y un salvamento en un ahogamiento.

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Esa mañana recibimos a más visitantes ilustres y autoridades ante cuya presencia habíamos de interrumpir nuestros juegos o entrenamientos. También vinieron familiares desde Segovia. La gente llegaba en automóviles. Luego se comió y por la tarde hubo grandes partidos de “foot-ball” en el patio central del Palacio y vinieron a vernos los Exploradores de “La Granja”.

Al día siguiente había visita real.

El 27 sucedió tal como estaba previsto. Estaba planeada para ese día la visita del Rey, que hizo una entrada apoteósica cuando llegó a media mañana vestido de nuestro uniforme manejando su propio automóvil deportivo por el camino principal seguido de otros coches que traían a infantes, embajadores y más autoridades. La banda de Jaén tocó la marcha real y esa fue la señal para que todos nos pusiéramos en movimiento. Formamos en el patio (no se si era el de armas o el de carruajes) del Palacio y en ese momento empezó a llover a raudales. Allí estábamos nosotros al descubierto calándonos hasta los huesos. Entramos y el Rey nos pasó revista en el primer piso. Había banderas de las Tropas y Patrullas de Jaén, Segovia, Cartagena, Zamora, Barcelona, Zaragoza, Almería, Lorca, Toledo, San Sebastián, Ávila, Palencia, La Coruña, Ciudad Rodrigo, Valencia, Vitoria y San Ildefonso. Y la nuestra claro. Fue

Crónica del Campamento Nacional de Riofrío en la que el propio Iradier ensalzó las heroicidades de Luciano Bastardo

“El Imparcial”-27 de Junio de 1914

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parándose cortésmente ante algunas patrullas y haciendo preguntas que demostraban su interés. Visitó luego los dormitorios, los distintos servicios y nuestras tiendas.

Después comimos y el Rey probó nuestros manjares aunque almorzó aparte con nuestros principales jefes. Al despedirse todos dimos vivas al Rey.

Por la tarde jugamos partidos del nuevo deporte del balón-pie pero siempre ganaban a todos los de Madrid. Se cenó y arrió bandera dando al acabar el último viva a España del día, que había sido agotador.

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- FELICITACIONES

Crónica del Campamento Nacional de Riofrío en la que el propio Iradier ensalzó las heroicidades de Luciano Bastardo

“La Correspondencia de España”-28 de Junio de 1914

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Al día siguiente, el 28, hubo trajín.

Don Teodoro nos contó lo contento que se había ido el Rey el día anterior. Por la noche tuvimos un poco aburrida sobre cómo sería España en el futuro, el Capitán Iradier nos felicitó y nos animó a hacer nuestra buena acción cada día y un Explorador vasco que era muy bueno en papiroflexia nos hizo una demostración. Tras ello nuestro Jefe de Tropa, Don Ruperto, al que llamamos “El Patriarca” por su bondadoso aspecto, fue aclamado y salió a divertir a la concurrencia con sus relatos, chanzas y chascarrillos. Viéndole tan gracioso nadie diría que tras sus barbas haya todo un señor Teniente Coronel del ejército. Habló muy bien de nuestro fundador al que los de Madrid pusieron una medalla. Esa noche le hicimos una serenata mientras dormía.

El detalle de dar voces y cantar a esas horas no gustó a todo el mundo. Los cocineros que estaban contratados manifestaron su enfado porque no se les dejara dormir, lo que hizo ver definitivamente que no entendían el espíritu del campamento. Algunos de los altos cargos se enfadaron tanto por esta respuesta por su parte que los despidieron de manera fulminante, lo cual por una parte estuvo bien pues la comida hasta ese momento había sido muy mala, pero por otra nos obligó a hacer turnos de cocina entre los propios acampados.

El último día de campamento, el 29, antes de los regresos del 30, nos dejó a todos un sabor agridulce. Empezó de una manera graciosa pues los voluntarios que se habían presentado de muchas Tropas para hacer el desayuno se personaron a la izada de bandera uniformados de mandiles y con los aperos propios de las funciones culinarias en lugar de con el uniforme reglamentario. Todos les agradecimos su sacrificio con una ovación. A media mañana tuvieron con ellos un detalle gracioso al llevarles los de una Tropa madrileña coronas de laurel y un cartel de agradecimiento que les habían hecho. Tan buena estuvo la comida en comparación con los días anteriores que merecieron los cocineros el aplauso de todos y el honor de ser servidos por los altos cargos del campamento.

A lo largo del día llegaron compañeros de Medina del Campo que se unieron a nosotros a la finalización de la acampada. Esa tarde aparecieron por sorpresa en el campamento sus Altezas Reales los niños de la familia real con el Príncipe de Asturias, Don Alfonso, a la cabeza de los infantes entre los que se hallaba su hermano Jaime y sus primos. El Príncipe recorrió casi todo el campamento con los ojos muy despiertos haciendo preguntas de todo. Al acabar su recorrido se apenó de no tener aún los diez años cumplidos pues manifestó que era su deseo convertirse en Explorador. Ese día tocaba concurso de saltos, prácticas de telegrafía y puentes. Cuando avanzada la tarde tuvo que irse le despedimos con los sones de la marcha real.

Para la última noche antes de nuestro regreso los instructores improvisaron, en homenaje a los altos cargos presentes y miembros del comité, una

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cabalgata con desfile de carrozas de fortuna, banda de música y desfile. Fue muy divertido todo y sobre todo el carro que hicieron los alumnos de la escuela de instructores y subinstructores de Valladolid haciendo befa y mofa del incidente de los cocineros. Fueron muy celebradas las ocurrencias del “Patriarca” al que todos solicitaban historias.

El día 30 temprano recogimos todo y salimos para Madrid con todas las Tropas que iban hacia el sur en el tren especial en el que la mayor parte de la gente vino hasta aquí. Tiene un gran cartel delante que dice entre volutas “Siempre Adelante” y va adornado con guirnaldas. El símbolo de la Institución está por doquier. En Madrid aún nos hemos quedado un par de días alojados en casas particulares y de hermanos Exploradores hasta nuestro regreso. Tenemos un programa completo para estos días de visitas culturales y actos de representación.

Día 16 de Julio:

Última anotación de la ronda 1913-1914: De regreso todos en Valladolid. El año ha sido pleno de experiencias y aprendizajes ¿Qué nos esperará mañana?

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Abro de nuevo el “Libro de Oro” aunque ya lo daba por cerrado por este ejercicio Scout para consignar la recepción en la sede del Comité Provincial de los Exploradores de Valladolid de una pequeña figura de escayola que milagrosamente ha sobrevivido al viaje a pesar del somero embalaje.

Pretende parecerse a Luciano y ser reproducción fiel de la de Bronce a mayor tamaño que se ha mandado hacer en su homenaje, tal como se aprobó en la Asamblea de Abril, y presidir la entrada del local social de la Institución en Madrid. Acompaña una breve nota que dice su número de reproducción ya que se ha remitido una copia a cada provincia de España.

Firmado:

José María Gómez del Barco (Sachem de la pluma)

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DIARIO DE LUCIANO BASTARDO MARTÍNEZ

Me aconseja el señor Ciriaco que aproveche los ratos en que no haya trabajo en el taller para hacer caligrafía, pues dice que las letras nunca están de más aunque me vaya a dedicar a este oficio de ebanista. Empecé copiando albaranes de almacén pero resultó aburrido. No sé sobre qué escribir. No puede ser nada demasiado importante pues habré de interrumpirlo a cada paso para atener los encargos de mi oficio. Tampoco pueden ser cartas pues no tengo a quien escribir salvo a mi tío Anselmo que está en el frente. Aunque sea aburrida solo tengo mi vida como inspiración. Escribiré pues sobre lo que me suceda y sobre cualquier cosa que en ese momento me venga a la mente.

Es un buen hombre este Don Ciriaco Conde. Me dio trabajo cuando madre se lo pidió al cumplir yo los doce años. No me pega como hacen otros amos con sus aprendices y me paga puntual casi siempre la perra chica mensual que llevo a casa para mantenernos. La tarea es dura pero el jornal es justo. Organizo el almacén, barro la viruta y extiendo el serrín cuando hay humedades. Hago los recados de la calle y a veces me deja atender a los clientes o sujetar las baldas y tablas a la mesa para que él o su hijo las trabajen. A menudo se alternan periodos de mucha carga y otros de tranquilidad sin encargos, y en esos puedo escribir o volver a casa a ayudar a mi madre con la crianza de mis hermanos.

Me llamo Luciano Bastardo Martínez para servirle a Dios y a Vd. que lo lea. Soy huérfano de padre que murió trabajando hace un par de años. Desde entonces soy el hombre de la casa pues soy el mayor de los nueve que somos. Vivo con mi madre y hermanos en el patio interior de una casa que hay a media altura de la calle de la Mantería en Valladolid. Concretamente en el número 26. El alquiler es barato pues dicen las malas lenguas que nadie la quería porque fue en esta residencia donde hace unos años un vecino llamado Hipólito Burgoa se volvió loco y en su ataque mató al guardia Justino Díaz Sevilla, siendo alcanzado en su huida luego por la Cruz Verde y el Campillo y muriendo esa noche extrañamente en comisaría. Junto a nuestra puerta vive la señora Rosario, que vive con su madre anciana y es modista y cose para las señoras que la hacen encargos. Tiene una tortuga enorme, como de palmo y medio, que se esconde bajo los armarios y sale cuando tiene hambre cubierta de pelusas. Con frecuencia le hace a mi madre el favor de cuidar a mis hermanos mientras ella hace la compra para ambas al Portillo de San Andrés al acabar nuestra calle, donde mandó construirlo Don Miguel Iscar cuando era alcalde, o sale a hacer algún recado. Por suerte no tenemos que ir a por agua al Caño de Argales, que es la fuente más cercana, pues esta es de las pocas casas que tiene su propio pozo en esta calle. Lo tenemos en el mismo patio, a la sombra, frente a la puerta de casa, cruzando los quince pasos que tiene el corral de las carboneras del edificio. Allí está también el excusado que

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compartimos todos los vecinos del número. El taller de Don Ciriaco está en la corredera de detrás de San Andrés, por lo que todo lo tengo a tiro de piedra.

Me gusta leer cuando tengo tiempo, pues sé. También conozco las cuatro reglas que aprendí en la Escuela.

El año pasado llegó a mis oídos que se estaba formando una cosa nueva a la que llamaban Tropa de Exploradores. A mí me sonaba a milicia de muchachos y a aventuras, por lo que fui de los primeros en interesarme. Solicité mi ingreso en cuanto mi madre y don Ciriaco dieron su visto bueno pues quedó claro desde el principio que no podía solaparse con mis deberes en casa ni con la tarea en el taller. Las actividades serían los domingos así que era compatible. Superé las pruebas de ingreso y fui aspirante. Hoy formo parte de la patrulla de los Lobos Grises en la que se me ha asignado la función de tesorero esta ronda solar. Cobro las cuotas y hago los pagos. Pertenecemos al noveno grupo de Valladolid. Acabo de ascender a Explorador de segunda clase. El esfuerzo de la compra del uniforme reglamentario y de las insignias lo voy haciendo mensualmente pues me lo venden a plazos sisando aquí y allí de mi paga y de las vueltas de la compra con la complicidad de mi madre que sé que se calla las cuentas si las faltas no son grandes. Merece la pena. Sobre todo cuando desfilamos y las niñas nos miran admiradas y algunos niños con envidia.

Las otras cosas en las que uso mi tiempo son los paseos con los amigos por el barrio. Solemos jugar en la plaza de la iglesia a pillar o al gua. A veces vamos un poco más lejos y nos acercamos a La Esgueva tras el frontón de “Vista Alegre”, entre la calle de los Panaderos y el nuevo edificio del Barco, a ver si cogemos cangrejos. Se habla de que el frontón va a convertirse en teatro. Hasta entonces allí se reúnen los partidos en sus mítines e incluso se corren y recortan vaquillas en pequeños encierros. Uno de nuestros pasatiempos favoritos son las carreras de barcos de papel. Cada uno hacemos el nuestro y lo dejamos correr corriente abajo hasta que se lo traga la tierra en la canalización subterránea del río. Luego corremos hasta la calle Santiago para ver como vuelven a salir de camino al Pisuerga por la rambla de la Calle de los Padres Doctrinos. Casi siempre llegamos antes que nuestros barcos y no todos sobreviven al recorrido subterráneo. En cuanto tenemos quince céntimos de peseta nos gusta gastárnoslo en dulces. A mi me gusta especialmente cualquier cosa que hagan en “Chocolates Mata” en la Fuente Dorada.

Colecciono los afiches y tarjetas ilustradas que venden en el Kiosco de la plaza del Caño de Argales sobre lugares del mundo. Me gusta todo lo que venga de América y sobre todo las imágenes de indios y vaqueros del lejano oeste. También recorto toda referencia que pasa por mis manos a los Exploradores de España. En este tiempo desde que la institución existe en nuestro país hace poco más de un año he hecho ya una pequeña recopilación de reclamos publicitarios dirigidos a nosotros cortándolos de las revistas para pegarlos directamente en este cuaderno:

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Ha empezado 1914 y sigo con mis ejercicios de caligrafía recogiendo recuerdos y anécdotas sin más intención que ensayar mi mejor letra.

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Nuestra patrulla ha ido a Palencia este mes de enero con el resto de la Tropa de Valladolid. Allí hemos desfilado para que sepan lo que son los Scouts pues aún no hay Tropa. Ha sido emocionante. Hemos ido todos los patrulleros. En el tren jugamos en silencia a las tabas.

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Es febrero y hace frío para estar en la calle. Ayer tuve un percance que me va a mantener alejado del taller unos días. Don Ciriaco se encontró anteayer un perro que le dio lástima. Estaba abandonado y sucio pero no mal alimentado. Su estado cuidado hasta el momento y la falta de collar le confirmó que no se trataba de una pérdida por lo que ni se molestó en llamar a la guardia para que vinieran a recogerlo, sino que directamente se lo quedó pues su hijo se encaprichó del can. Tenía una fea herida que tratamos de limpiarle pero supuraba así que le dejamos descansar a ver si pasaba las fiebres sudándolas. No parecía tener pulgas y podía ser un buen guardia para el almacén. Al día siguiente cuando abrió Don Ciriaco yo ya estaba allí. Levantamos como cada día las persianas y retiramos los tablones que protegen desde fuera los cristales. Entró mi amo a ver el estado del perro y al comprobar que seguía dormido le dejó un rato más. Seguimos un buen rato trabajando en los nuestro y a media mañana oímos unos ruidos extraños en la parte de atrás donde se encontraba el perro. Arañaba la puerta queriendo salir y hacía un extraño sonido para nada parecido a un ladrido. Se trataba más bien de una mezcla entre gruñido y resoplido. Ni Don Ciriaco ni yo somos expertos en perros así que no nos alarmó excesivamente. Al fin y al cabo se levantaba agitado de pasar la noche delirando, o lo que hagan los perros cuando enferman, en un lugar extraño. Por ello mi amo no tomó especiales precauciones cuando le abrió la puerta seguro de que simplemente quería salir de su encierro. Sin embargo lo que salió de aquel cuartucho solo recordaba en parte al chucho macilento que allí dejáramos durmiendo el día anterior. Este otro tenía fuerzas renovadas tras el descanso, estaba empapado de sudor y miraba agresivo con ojos de animal acorralado. Pero lo que de verdad nos asustó fue que apenas se le veían los dientes a pesar de presentar el típico gesto amenazante de los perros: tenía la boca cubierta de espuma y babas y un aire de locura que en una persona habríamos calificado de “ido”. Hizo ademán de ladrar pero no salió de su gaznate otra cosa que los gruñidos guturales que antes describía. Don Ciriaco asustado dio un paso atrás y yo me refugié rápido de los mordiscos que ya lanzaba al aire escondiéndome tras la puerta del comercio que abrí a modo de talanquera o portón como se veía en la plaza de toros.

Y allá se fue el perro sin pensárselo dos veces al ver la puerta abierta. En aquel instante me dio por pensar en mis hermanos que a veces juegan en la plaza de San Andrés. Igual mi gesto defensivo había desatado un peligro mayor. Al fin y al cabo

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hasta unos segundos antes el peligroso animal estaba encerrado no suponiendo amenaza para nadie más que para nosotros dos.

Salí corriendo gritando a la gente para que cerrara puertas y diese aviso a las autoridades, e intentando adivinar hacia donde había ido el perro. No me costó mucho pues a mi izquierda, en dirección a la calle de los Hostieros, se oían gritos de alarma. Sin darme cuenta de cómo, de pronto me encontré ante el portal del parvulario que a la vuelta se encuentra. Del mismo salían despavoridos niños y maestras. Entré por los pasillos hacia donde se oía el griterío y allí lo volví a ver. En su locura amenazaba a 5 o 6 infantes que aún no habían salido del aula. Busqué una escoba, un palo, o lo que fuera, pero no me podía entretener y cogí primero a uno de ellos y lo puse fuera del alcance de las dentelladas sobre una mesa que allí había. Los niños lloraban de miedo. Me acerque bordeando las paredes y abracé a otros dos hasta alzarles al poyete de la ventana donde se sujetaron como pudieron. Otro había conseguido salir, pero dos más se veían acorralados en el rincón del parvulario así que salté por encima del perro para interponerme entre ellos y él. En el momento en el que el can me soltaba tras el primer mordisco oí un petardazo enorme que retumbó, y luego otro. Cuando abrí los ojos a medio metro de mí yacía el chucho exangüe con dos tiros en el pecho y la barriga. Desde la puerta un guardia blandía su pistola reglamentaria unida por un cordel al cinto y recogía su gorra que había caído. Los lamentos de los niños arreciaron. Varias maestras entraron sorteando al perro muerto y se llevaron a los párvulos. El guardia enfundaba su arma. Entraron más personas y a mí me dio un vahído y me desmayé.

Me dijeron que solo habían sido unos segundos. Cuando abrí los ojos estaba fuera, en la calle, con un corro de curiosos que asomaban las testas. Un señor me miraba la herida de la pantorrilla con cara preocupada. Se oyó la palabra rabia varias veces. Una señora rompió a aplaudir cuando vio que volvía a la vida y otras la siguieron. Alguien dijo que me llevaran a la Casa Socorro que se encontraba cercana. Yo sangraba. De alguna manera allí se encontraba Don Ciriaco que debía haber ido tras de mí y dijo que él se hacía cargo que para eso yo estaba bajo su tutela. Entre varios mozos me llevaron en andas los trescientos metros que había hasta la parte de atrás de la escuela de maestros y maestras, al inicio de la calle de López Gómez, junto a los nuevos almacenes de géneros y pellizas hechas “El Triunfo”, donde estaba la Casa de Socorro. Mientras uno de mis hermanos me apretaba la mano fuerte y otro corría casa a avisar a mi madre.

Yo apenas estaba con sentido y recuerdo solo haber respondido a las preguntas del cirujano que con el abrigo sobre su camisa blanca de manga corta y mandil estaba fumando a la puerta cuando llegamos. Por suerte estoy vacunado recientemente y lo recordaba pues no es cosa infrecuente la hidrofobia. Los grandes ventanales de medio punto de ladrillos con un estilo modernista permitían a los

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curiosos que se aupaban suficientemente al alfeizar ver lo que pasaba dentro de la sala de curas. Y a mí verles hacerlo. Aún recuerdo los olores a cloroformo y soluciones antisépticas, a vendas, .., el pasillo, los altos techos y la salita de curas, con los mamparos móviles, los aparadores de cristal y marcos de hierro pintados de blanco con instrumental y agujas hipodérmicas de varios tamaños, la camilla sobre la que estaba yo sentado, las sábanas apiladas... Tras la cura mis vecinos me llevaron a la casa del señor Ciriaco, que estaba muy cerca y donde dijo a mi madre que estaría mejor atendido que en la mía. Ella fue dándome la mano todo el rato hasta llegar a la cama extraña donde me quedé dormido aunque no tenía sueño. Mi último pensamiento fue sobre lo cómodos que estarían esa noche los dos hermanos con los que habitualmente compartía cama en casa.

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Durante mi convalecencia y tras ella he de seguir escribiendo para practicar mi ortografía. Estoy faltando a las salidas de los domingos a entrenarme con mi patrulla para la acampada de Abril de “El Pardo”. Me da mucha pena. Ayer mismo vino a verme mi instructor. Estaba extrañado por mis ausencias. Pasó primero por casa y allí le dieron razón de mí. Me animó a perseverar en mi curación.

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Hoy han venido mis compañeros de la patrulla. Dicen que me he hecho famoso y hasta han traído un recorte de prensa en que sale mi nombre en letras de molde. Luego se lo he contado a madre cuando ha venido a verme para hacerme la

Revista “El Explorador” (Publicación oficial de la Asociación) Abril de 1914

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cura diaria y ha llorado emocionada al verlo ya que no sabe leer ni escribir. Siguen entrenando y dicen que me echan en falta, pero yo sé que no es cierto pues pueden hacer el montaje y desmontaje del carro de campaña sin mí. Me dan mucha envidia.

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El médico practicante que el señor Ciriaco paga para que me visite y ausculte dice que curo rápido y que en breve todo habrá cicatrizado. Cree que estaré listo para poder ir a “El Pardo” pero tendré que seguir un tratamiento antirábico. Piensa que me vendrá bien a la herida el aire libre y a mí el ejercicio. Me ha dado una gran alegría.

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Todo listo para el Festival de “El Pardo”. Nos ha dicho nuestro instructor que a lo mejor vemos de lejos al Rey y nos ha dado algunos consejos de protocolo para tratar a las personas reales por si acaso.

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He salido retratado en una revista de ilustraciones. No se me ve la cara pues me tomaron la vista de espaldas, pero yo sé que soy yo. La ha mandado enmarcar “El Patriarca”, nuestro Jefe de Tropa, y se la ha regalado a mi madre que la ha puesto en el recibidor en lugar principal. Estoy de uniforme, rodeado de gente importante. El Rey Don Alfonso XIII se estaba interesando por mi estado tras el accidente con el perro rabioso y deseándome que me curara pronto. La miro todas las noches antes de acostarme. Es lo más importante que me ha pasado en la vida.

Fue en la acampada durante el Festival del Pardo. El Capitán Iradier me hizo salir de la formación de mi patrulla y me presentó a Su Majestad. Me temblaban las piernas y no me alcanzaba la voz, pero creo que salí airoso. Luego su madre me dio dinero y la Reina Victoria su mano a besar. Yo lo he hice lo mejor que pude, tal como me enseñó mi instructor. Esa tarde antes de que las personas reales se fueran hicimos ejercicios ante ellos. Éramos más de tres mil me han dicho. Y de verdad lo parecía. Luego cuando el acto iba a acabar y nos preparábamos a desfilar ante la tribuna regia casi me muero de la vergüenza pues de nuevo el señor Iradier me hizo salir de la fila y me puso en el centro delante de todos. Me dio tres vivas y todos gritaron mucho vitoreándome moviendo sus cuatro bollos en la punta de los bordones. Yo balbuceé un viva el Rey y todos empezaron a desfilar ante él. Yo no sabía que hacer. Ahí en medio parado como un poste mientras homenajeaban a Su Majestad. Iba a dar disimuladamente un paso atrás cuando ”El Patriarca”, a mi lado, me susurró “Tu quieto ahí, Luciano. Que también es por ti.” Y entonces me fijé en que tras inclinar las banderas de cada Tropa y Patrulla ante los Reyes los abanderados lo hacían luego ante

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mí. Y se me saltó una lagrimilla de orgullo. Ojalá mi padre me estuviera viendo desde el cielo.

He guardado algunos recortes de la prensa:

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Madre ha aceptado el dinero que la ofrecía el señor Aguirre, nuestro presidente del Comité, por el reloj que me enviara la madre del Rey. Sabe que no deben venderse ni regalarse los presentes pues es de mal tono, pero no somos tan ricos como para despreciar el dineral que vale. Nos vendrá bien para comprar comida y ropa para mis hermanos. Además yo no me lo iba a poder poner por su valor y no nos hacía servicio en un cajón del Banco de España. Tampoco vinieron mal las 500 pesetas que me hizo llegar la reina. Madre me compró unos zapatos y lo demás lo ha dejado en una cartilla de ahorros de la que ir tirando.

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UNOS AÑOS DESPUES:

En Junio de 1915 la Junta del Consejo Nacional de la Asociación de Exploradores de España crea un “Cuadro de Honor” para estimular a los muchachos en el cumplimiento de sus deberes. Encabezará aquel cuadro el nombre del Explorador vallisoletano Luciano Bastardo, medalla de oro de la asociación, seguido del de Fernando Montilla, al que le había sido concedida la Laureada de San Fernando, y otros.

Un año más tarde, a finales de Abril de 1916, más de dos después de los hechos que lo motivaban y del reconocimiento regio a su altruismo, por fin se puso en marcha la máquina burocrática para la concesión de la Cruz de la Beneficencia para Luciano.

Asamblea anual “La Época” y “La Correspondencia de España”

- 27 de abril de 1916 -

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La revista “El Explorador” recoge ese año de 1916 la lista de Consejos constituidos en España a fecha de Septiembre. En esa relación se encuentra Medina de Rioseco, Tudela y Valladolid capital.

Si en 1920 consultabas la entrada “Escultismo” en el Diccionario enciclopédico esta era parte del texto literal que podías leer:

“En Valladolid, un explorador de trece años salvo de las mordeduras de un perro rabioso a una clase de párvulos, dejándose morder del animal en una pierna; se le otorgo un premio en metálico y la Cruz de Beneficencia; otros exploradores ganaron también esa misma condecoración por notables actos de altruismo; varias personas, en peligro de ahogarse y de incendio, debieron su vida al arrojo de los exploradores. Las patrullas de estos han prestado grandes servicios: durante la epidemia de 1918 sirvieron a los enfermos pobres y montaron cocinas donde repartían gratis alimentos a los menesterosos. La Asociación ha editado el Manual del Instructor y la Cartilla del Explorador, con otros folletos de entrenamiento, que han sido adoptados por muchos centros de educación. Desde 1913 tiene su revista ilustrada «El Explorador».”

En 1915 ardió la Academia de Caballería y en 1916 expropiaron varios edificios viejos en las traseras del Ayuntamiento nuevo que hacían de posadas insalubres y se construyó el edificio de Correos.

Los Exploradores vallisoletanos seguían visitando a sus hermanos palentinos. De hecho lo hacían especialmente motivados pues Palencia fue uno de los primes lugares de España en que hubo una “patrulla de niñas” (que en Valladolid no había). Solían ir con sus hermanos al Cine del Club.

Luciano siguió siendo Explorador durante algún tiempo. Estaba en buena forma y le gustaban sobre todo las prácticas deportivas. En 1917 nos lo encontramos corriendo el campeonato de España de campo traviesa, una carrera pedestre nacional en la que los Exploradores hicieron labores de servicio en la organización y en la que junto a los 78 corredores se permitió la participación de 12 Exploradores seleccionados de toda España. Hicieron un dignísimo papel quedando en quinto lugar por equipos.

Por aquel entonces dejó de trabajar para el señor Ciriaco como carpintero ante la oferta que recibió del Conde de Oliva para ser mozo en sus tierras en Canterac. Luego, con el tiempo, pasó, junto a la finca cuando fue vendida, al servicio de “Los Escoceses”, la orden religiosa instalada en la ciudad que adquirió los terrenos en 1918. Años más tarde, esta orden le dio destino como conserje en el Real Colegio de los Escoceses junto a la Iglesia de San Esteban orilla de la antigua calle de Herradores que ahora se llama de Alonso Pesquera.

.. Y aún nos tiene reservadas sorpresas e historias.

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En 1917 Luciano sigue siendo Explorador y como tal participa en una carrera pedestre (Ya tiene 16 años). Ese año o al siguiente entró a servir en el Real Colegio de los Escoceses de Valladolid como mozo ¿Qué como lo sabemos? Lo veremos más adelante. Aquí le perdemos la pista hasta mucho tiempo después en que una guerra se cruzaría en su camino

“El Imparcial” 12 de Febrero de 1917.

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¿Qué fue de Luciano Bastardo?

Ávila, 1968. Monasterio de los Padres Benedictinos. Anotación en el libro de los días de la obra de San Benito. En el día de hoy hemos tenido un deceso entre los Hermanos. El

fallecimiento se ha producido tras larga enfermedad. Los últimos días del Hermano hasta el óbito se desarrollaron entre delirios febriles. Ha muerto finalmente a los 67 años en olor de santidad y ya ha sido llamado a presencia del Padre.

El Hermano Luciano no dejaba de repetir en sus últimos suspiros, fantasías acerca de menciones en enciclopedias, artículos en prensa, monumentos en su honor, desfiles de miles de uniformados, vivas en su nombre, medallas y condecoraciones,.. Llegó a hablar incluso de felicitaciones personales de reyes y reinas..

Ello no ha restado un ápice de su humildad y recogimiento hasta el final pues la soberbia era achacable más a la enfermedad que le hacía imaginar lo que nunca hubo, que a su personalidad y carácter.

Consta que había llegado a nosotros durante la Gloriosa Cruzada Nacional, en 1938, como Hermano Lego. Había servido desde 1917 en la casa que en Valladolid tiene la Orden bajo el nombre de Real Colegio de Escoceses. Su comportamiento y actitud fueron siempre los que se esperan de un seguidor de las enseñanzas de San Benito y estuvieron dentro de la Regla.

Cosas cuentan aunque nunca se prodigó en explicarlas en vida, acerca de su heroico comportamiento y defensa de la fe precisamente en los más críticos momentos del Alzamiento Nacional.

Descanse en paz.

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Y es que el que tuvo, retuvo. De adulto el joven explorador no dejó nunca de ser un héroe.

Crónica del Real Colegio de los Escoceses de Valladolid

“En el atardecer del 17 de Julio de 1936, el día antes del comienzo de la Guerra Civil, unos descontrolados intentaron incendiar la Iglesia de San Esteban, junto al Real Colegio de los Escoceses. Allí, un sirviente llamado Luciano Bastardo, que llevaba trabajando como tal desde hacía casi veinte años, corrió para interponerse y evitar el incendio. Humble, uno de los responsables de la institución, salió a protestar ante aquellos hombres. Cuando llegó, Luciano ya estaba allí, y los amenazaba con una pistola y un revólver. Cuando ambos volvían al interior, les dispararon pero sin acertar. Luciano pasó aquella noche de guardia en la pequeña ventana circular de la capilla del seminario, justo junto a la fachada de la iglesia frente a la nueva fábrica de azulejos y mosaicos de Don Vicente Calabaza que aún sigue allí.

Luciano Bastardo dejó el Colegio de escoceses en mayo de 1938 para convertirse en hermano lego benedictino. Hasta su muerte en Ávila en 1968, mantuvo correspondencia ocasional con el rector Humble, recordando viejos tiempos en el Colegio Mayor, así como con sus contemporáneos de su tiempo de sirviente como Venancia (`bigotes´) e Isabel (a quien los estudiantes llamaban `Bella´).”

Si las cuentas salen, Luciano murió con 67 años en Ávila como monje. En sus últimos momentos en su celda sus hermanos achacaron a desvaríos finales sus palabras. Ellos pensaban que eran delirios. Nosotros sabemos ahora que solo eran sus recuerdos.

Durante un tiempo en todas las agrupaciones de Exploradores de toda España hubo pequeños monumentos en su honor para recordar su gesto. Luciano Bastardo Martínez, del noveno grupo de Valladolid, aprendiz de carpintero, huérfano y con ocho hermanos. Que con trece años tuvo la valentía de interponerse entre unos párvulos y un perro rabioso en febrero de 1914, de ayudar a apagar un incendio, de socorrer a quienes se ahogaban... y de encarar con valor a dos incendiarios de iglesias en julio de 1936.

Siempre supo cumplir con su deber como de Explorador aprendió.

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SEGUNDA PARTE: OTRAS HISTORIAS DE SCOUTS VALLISOLETANOS DE LA ÉPOCA Y SU CARÁCTER

Otros héroes tuvo Valladolid entre las filas de sus Exploradores en los primeros años del escultismo en esta ciudad. Algunas de las gestas y comportamientos altruistas que se encuentran en las hemerotecas hacen referencia por ejemplo a donaciones de sangre o devoluciones de objetos perdidos y hallados por ellos.

Una de las más significativas fue la intervención de los Exploradores Vallisoletanos que estando de visita en Salamanca un 7 de Abril de 1917, dieron la voz de alarma sobre un incendio cerca de la Plaza Mayor de aquella ciudad, en la Central de Teléfonos, y se aprestaron a intervenir en su extinción.

Un Scout entre bomberos - Plaza Mayor de Valladolid (Esta foto y su detalle al comienzo del capítulo pertenecen a la colección particular de Juan Antonio Moreda)

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También han quedado para los anaqueles del recuerdo otras historias

como los de los Exploradores Veridiano Gutiérrez, quien durante una acampada en San Sebastián se encontró una cartera con 1000 pesetas que devolvió mereciendo una reseña en prensa por su gesto. O Saturnino Gutiérrez que, en un tiempo en que hacerlo era una heroicidad por la falta de garantías de detener la hemorragia, dio su sangre a una hermana.

Acto heroico de los exploradores de Valladolid en Salamanca “La Nación” Sábado 7 de Abril de 1917

Misma noticia y día “La Correspondencia de España”

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Pero sin duda el que más repercusión pública tuvo, por encima incluso de la historia de Luciano, fue la actuación heroica que tuvo en 1924 en el campo de batalla aquel pequeño escribano cuyas reflexiones y recuerdos nos acompañaron como secretario de actas de las aventuras de los “Lobos Grises”.

El “héroe de Solano”, como se le conoció en toda España tras su gesta, se llamaba José María Gómez del Barco. Tenía 22 años en el momento de los hechos y había sido Explorador vallisoletano e hijo del cofundador del escultismo en aquella ciudad don José Gómez Sigler. Gracias a su acto se convirtió en una de las contadas personas que, a título individual, haya recibido en toda nuestra historia como país la más importante de las condecoraciones al valor que se dan en España: La Cruz Laureada de San Fernando (la misma que se concediera años después a título colectivo a la ciudad de Valladolid y aún hoy ostenta en su escudo).

Piloto Aviador cabo de ingenieros del ejército, José acudió aquel 21 de agosto de 1924 en rescate de las tropas que se encontraban sitiadas en la población de Solano y se retiraban acorraladas por los rifeños durante una importante batalla de la guerra en el Norte de África. Jugándose la vida bajo el fuego enemigo, con su bombardeo permitió su repliegue salvando decenas, puede que cientos, de vidas, lo que le valió el apelativo con que fue conocido, la condecoración y el agradecimiento de su país y de sus compañeros. Muchos fueron los homenajes que se le dieron cuando regresó a su tierra para orgullo de su padre y de sus antiguos compañeros de Tropa. En

Del artículo “Nacimiento y esplendor de los exploradores vallisoletanos” El Norte de Castilla –

Emilio Carrillo - 1928

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uno de ellos confesó que Luciano siempre había sido su ejemplo y en él pensaba cuando estaba bajo las balas enemigas para hacerse con el coraje necesario. En la mente tenía aún fielmente aquella imagen de cuando eran niños. Allí plantado. En la pradera del Pardo, ante la Familia Real. Recibiendo el homenaje de 3000 de sus hermanos venidos de toda España.

Actualmente la ciudad le honra con una plaza a su nombre en el barrio de “La Pilarica” aunque casi nadie sepa cuando se toma un café en el bar “El aviador” a quien homenajea aquella placa.

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Un hermoso gesto fue también el que tuvieron los Exploradores vallisoletanos con el hijo de otro héroe de la guerra de África. El niño de once años se llamaba Laureano Irazazálbal y Hevia, y era hijo del capitán Cándido Irazazálbal, hijo a su vez del que fuera Gobernador de Mallorca. Pertenecía este militar el regimiento de Melilla y era jefe del puesto de Terviven, que se vio bajo asalto del enemigo. El infante desobedeció a su padre cuando le ordenó salir con su servicio de Bu Ermana, último reducto en que aún ondeaba nuestra bandera. La muestra de amor filial le llevó a ver como su padre moría en sus brazos y él era herido y capturado prisionero por los atacantes, cuyo líder conmovido lo cuidó y tras un cautiverio liberó finalmente ante las tropas españolas. La noticia llegó a España y el huérfano se hizo famoso a su pesar. El Consejo de Ministros acordó solicitar al Rey por su valiente actuación y en reconocimiento a la pérdida sufrida y a sus sacrificios, la concesión de la medalla de sufrimientos por la patria mediante Decreto del Ministerio de la Guerra de 27 de Julio de 1923. Era esta condecoración la “creada precisamente para demostrar que la patria no es ingrata con los que por ella sufren”, pero tenía el hándicap de que estaba reservada por reglamento para quienes tuvieran condición militar. En aquel caso el Rey hizo una excepción y se la concedió.

Los Exploradores vallisoletanos se encargaron de la cuestación y la recogida de fondos suficientes para costearla y que le fuera entregada.

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Pero no solo rasgos de heroísmo y altruismo eran propios de los Exploradores de Valladolid de la época. Otras características de su carácter merecen ser reseñadas:

Pruebas han quedado por ejemplo del desparpajo y gracia de algunos de ellos o de sus instructores, como es el caso del que ya hemos hablado del “Patriarca” Don Ruperto Ramírez, jefe de Tropa de Valladolid en 1914. Todo un señor Teniente Coronel que no dudaba en hacer hilarantes discursos ante los Scouts cuando la ocasión lo requería y cuya habilidad llegó a ser tan apreciada entre los jóvenes que era demandado expresamente en veladas y fuegos de campamento. De él se dejaron escritas las siguientes palabras por Fabián Buendía, un explorador madrileño que se hallaba presente: ”Después de los actos serios, los muchachos piden al instructor de Valladolid, a quien llaman ´El Patriarca´ por su venerable barba, que les relate esas historias que le han dado fama por su ingenio y moralejas. Es un pedagogo anónimo, un verdadero patriarca, que sabe hacerse respetar mientras juega y da lecciones a los chicos de infinitas materias. Miles de instructores como este harían la Asociación necesaria para renovar la siembra en todos los surcos de la tierra patria”.

O aquella otra en que la noche final del primer campamento de Riofrío en 1914 se improvisó una velada en forma de cabalgata o procesión de carros alegóricos y fue el más aplaudido el construido por los alumnos y profesores de la escuela de Instructores y Subinstructores de Valladolid por su ironía sobre la “revolución de los cocineros”.

Suscripción para regalo a un niño por su heroísmo La Vanguardia- 2 de agosto

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Crónica del Campamento Nacional de Riofrío “La Correspondencia de España”- 1 de Julio de 1914

Curiosas anécdotas protagonizadas por Scouters Vallisoletanos.

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Nota: En la Asamblea de Madrid de Abril de 1916, la misma en la que se acordó conceder a Luciano la medalla de oro de la asociación y dar trámite a la Cruz de la Beneficencia para él, se estableció igualmente solicitar al gobierno la concesión de la Cruz de Alfonso XII para el señor Ramírez, instructor de la Tropa de Valladolid.

Jefe de Tropa de Valladolid Don Ruperto Ramírez. El “Patriarca” de Riofrío.

(El artículo tiene una errata en el apellido)

Los miembros de la escuela de formación de scouters de Valladolid haciendo el gamberro en el

primer campamento nacional de Riofrío.

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También de otras cosas se puede acusar a los Exploradores vallisoletanos de los primeros tiempos, pues dieron muestras por ejemplo de ser despistados. Y si no recuérdese la anécdota recogida en el primer capítulo en la que fueron a la estación del Norte de la ciudad con banda y en formación a recibir a las patrullas que salían para el Rallye de Birmingham y finalmente tuvieron que volverse por no tratarse de aquel día el de la cita.

Pero si de un rasgo pueden estar orgullosos los Exploradores de Valladolid de aquellos primeros momentos es el de pioneros y pujantes exportadores del escultismo al resto del territorio. Así lo hemos visto con el caso de Palencia, en el que la gran implicación del Capitán del Estado Mayor Don Nicolás Benavides, uno de los iniciadores del comité de Valladolid y luego delegado de los exploradores en Palencia, fue paradigmático de esta actitud y predisposición.

También hubo de eso en el caso de la Tropa de San Fernando, en Cádiz, cuya “Junta directiva del Comité local de los Exploradores de España en San Fernando” nace de una reunión el 2 de abril de 1916, en el domicilio de don José Garzón y Ruiz, a la que acudió junto a otras personas don Ernesto Bonaplata Godoy, quien había sido recientemente destinado como profesor de esgrima y gimnasia, a la Escuela Naval Militar procedente de Valladolid, donde era jefe de Tropa de la sección local de los Exploradores de España.

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Juego de Pistas: “Seguid rápido”

En nuestro pequeño juego por Valladolid a la busca de los rincones y lugares secretos que tienen que ver con los Scouts y el escultismo vallisoletano no podemos dejar de visitar una plaza emblemática. En el año 2012 el Ayuntamiento de la ciudad presidido por Don Javier León de la Riva, decidió, con motivo del centenario del escultismo en España, dar a un espacio urbano de la ciudad el nombre de nuestro fundador. ¿Sabes donde está?

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Te pueden servir como pista para encontrar la “Plaza Baden-Powell”:

1. Coge tu brújula o tu GPS y sitúate en el principio de pista. 2. Marca el rumbo 155,91 grados suroeste. 3. Avanza 45 metros o da cincuenta pasos en esa dirección (bordea para no pisar el

césped). 4. O dirígete a las coordenadas: 41º 37´09.91” N – 4º 44´54.54” O

Y allí encontrarás la placa de la Plaza B-P.

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TERCERA HUELLA:

“APRENDER HACIENDO”

1915-1921

Siguiendo las andanzas de Iradier y de Luciano hemos visto cómo nació el escultismo en Valladolid y cómo eran los primeros Exploradores. Su organización, su funcionamiento, su forma de ser... Pero ¿qué hacían?, ¿a que jugaban?, ¿cómo eran sus actividades, sus salidas y excursiones?, ¿cuáles fueron?

Para acercarnos a ello y conocerlo mejor algunos muy viejos Exploradores vallisoletanos nos han contado sus recuerdos de aquella época.

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RETAZOS DE REMEMBRANZAS DE EXPLORADORES VALLISOLETANOS:

Mayo de 1915 - La excursión:

“La actividad ordinaria de los Scouts era la salida de los Domingos. Cada semana nos reuníamos toda la Tropa en la Iglesia de San Andrés para oír misa temprano antes de salir. A mí me llevaba mi hermana, que se quedaba a comulgar, pagaba la excursión y después nos íbamos andando por la plazuela de la Cruz Verde hasta la puerta de Tudela que era un puente sobre el barrizal de la Esgueva. Luego lo canalizaron y ajardinaron construyendo la plaza que llamaron circular, pero entonces todavía era hediondo y húmedo. La excursión costaba una peseta, o dos si teníamos que coger el tren a veces a Rioseco. El real que valía la cuota de la patrulla y de la Tropa se pagaba aparte mensualmente. Cuando llegábamos a nuestro destino alguno de los subinstructores ya había montado el campamento y estaba haciendo la comida, que casi siempre eran macarrones –una vez hicieron hasta pan en hornos hechos en hoyos de la tierra del pinar-. Nada mas desembarcar se izaba bandera, se cantaba el himno y se daban los gritos de patrulla alrededor de un mástil hecho con bordones. Cada patrulla se hacía su parcela. Eran pequeñas extensiones de terreno que respetábamos de un domingo para el siguiente. Las cercábamos con cuerda y dábamos personalidad según nuestro gusto. Junto a los recintos cavábamos un hoyo de desperdicios para la basura del día. Al acabar y antes de irnos siempre se cubría de tierra. En las parcelas hacíamos trípodes con los bordones para colgar las camisas del uniforme, los sacos de tela de espalda y las barjuletas, los gorros de cuatro pedradas, los pantalones.. Nos cambiábamos las botas por alpargatas de lona blanca y nos poníamos pantalón de gimnasia azul y camiseta sin mangas. Ese era el ‘traje de campo’. Tras eso ‘El Patriarca’, nuestro Jefe de Tropa, pasaba revista a las parcelas

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acompañando al nuevo presidente del Comité Provincial, el señor Villa. Todo debía estar ordenado y limpio. Luego hacíamos gimnasia formados con pasos adelante, quedábamos al tresbolillo y desarrollábamos una tabla de gimnasia sueca, correcalles, tracción de cuerda, saltos sobre otro agachado, de longitud, de altura... Aprendíamos a caer de puntillas, a respirar por la nariz, a recuperar el fuelle y a cantar después de una carrera. Al acabar teníamos juegos o prácticas de adiestramiento de alguna técnica concreta. Jugábamos por patrullas, vigilados por alguno de los instructores, o cuatro o cinco patrullas juntas. Hacíamos puentes, travesías aéreas por cuerdas de árbol a árbol, carreras de obstáculos, reptábamos, jugábamos a la boina o al pañuelo, etc. Antes de comer ayudábamos a los instructores que nos hacían la comida con servicio de agua, de mantenimiento de fuego, de leña.. Siempre había una patrulla de servicio por rotación. El instructor responsable de cocina tocaba su silbato y formábamos para comer en línea. Una columna recibía el pan, otra los macarrones o la paella, otra el segundo plato (ensalada, salchichas...) y la última el postre. Cada patrulla comíamos juntos en nuestra parcela. Era el momento de las bromas y los chistes. Después nuestro instructor, el Señor Laffargue, nos enseñaba nudos o nos contaba una historia, o señales, la promesa y el código del Explorador, nos preguntaba nuestras buenas acciones de la semana… Si había que coger el tren recogíamos y nos íbamos pues salía a las cinco. Si no era así teníamos un par de horas más.”2

Victor --------------------------------------------------

Junio de 1915 - Promesas en Tudela:

“El curso estaba a punto de acabar. En menos de un mes las vacaciones: campamento de verano en la sierra con los Exploradores, playa de Sardinero en Santander, paseos, aventuras, granizados... Era seis de Junio, Domingo, y ese día no había prevista la salida normal sino que asistíamos a un evento especial cerca de Valladolid.

Se había formado una Tropa en Tudela de Duero, a tiro de piedra, con su Consejo Local y todo. Asistíamos pues al nacimiento de los Exploradores de la localidad cercana. En nuestra vanidad nos gustaba pensar que éramos “exploradores viejos” sobre todo en este tipo de encuentros. En ellos era donde más aparecía el orgullo y nos uniformábamos con todo el rigor para presumir de tales ante los nuevos Scouts, en este caso tudelanos. Además en estos eventos solía congregarse buena cantidad de público a vernos desfilar como en un tiempo tendríamos ocasión de comprobar en Salamanca, Palencia, San Sebastián, Bilbao...

Sus instructores y el Comité Provincial habían decidido reunir a todas las Tropas posibles y todos los actos en un solo día. Iba a haber fiesta con promesas, bendición de bandera, discursos y si daba tiempo jugaríamos y habría prácticas. 2 Texto “muy” inspirado en las memorias de ‘Ojo de Lince’ (Víctor José y Malo de Molina).

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Entramos en Tudela acompañados de la banda y de los compañeros de allí. Al frente iba nuestro instructor. Los paisanos formaban corros curiosos al vernos pasar y estoy seguro de que al día siguiente hubo muchos interesados llamando a las puertas de su Tropa. Nos atendieron las autoridades en la plaza mayor. Hubo oratoria de sobra por parte de cargos, jefes de Tropa, instructores,.. Los abanderados de ambas Tropas rivalizaban en rigor y en belleza de las enseñas. La nuestra iba a cumplir un año y ya empezaba a denotar un ligero desvaído del color por el sol y el uso. Además es nuestra costumbre no lavar la bandera para que en ella estén siempre los pasos del camino andado, el polvo y las anécdotas. La suya brillaba al sol recién estrenada. Casi se olía en la seda todavía el perfume de las tudelanas que la habían bordado. El señor Villa, presidente del Comité provincial, tomo la promesa a los aspirantes de Tudela y luego nos arengaron sobre el significado de la bandera y el honor que en aquellas palabras de la Promesa del Explorador quedaba encerrado obligándonos al cumplimiento del compromiso libremente adquirido.

Con las mismas nos volvimos. No fue un día muy divertido pero las vacaciones quedan cerca: campamento con mi patrulla, aventuras y juegos. Luego playa del Sardinero, risas, lecturas, paseos y granizados.”

Roberto

Revista “El Explorador”

- Junio de 1915-

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Julio de 1915 - La batalla y el tren burra:

“Aquel día fue bastante especial. Era un 14 de Julio y hacía calor. Como desde el centenario de la batalla de Moclín en 1908, cada año en Rioseco se llevaba a cabo una recreación del enfrentamiento y en esta ocasión nuestra Tropa iba a participar. Para ello nuestras madres nos habían estado cosiendo los uniformes todo el mes anterior sobre los patrones que nos mandaron desde Medina y nuestros instructores nos habían estado contando lo que teníamos que hacer una vez disfrazados en el campo de batalla. En aquella excursión viajaban con nosotros nuestras familias que no querían perderse semejante representación.

Para llegar a la ciudad de los almirantes cogimos el tren de la “Compañía del Ferrocarril Económico” que todo el mundo llama “El Económico” o más aún “El tren Burra” y que pasando por encima del Puente Mayor para en la estación de San Bartolomé y sigue luego su camino hacia Zaratán, deteniéndose a veces previamente entre humaredas de arranque frente al Cristo Rey antes de la cuesta de la Maruquesa a por agua, para ir a Villanubla, La Mudarra y Valverde y terminar llegando a su destino. Tiene su propia estación en el centro y no sale de la del Norte, sino del Campo de Béjar, que hoy es vuestra estación de autobuses.

La máquina de vapor abierta para el maquinista y fogonero tenía una enorme chimenea negra sobre la caja verde. Podéis ver una igual aún allí en los jardines que dan entrada al barrio de la Victoria. Arrinconada donde un día estuvo la estación de San Bartolomé. Puede que aquella sea incluso la misma de aquel día. Ahora ya nadie se acuerda de ella a pesar de su mejor apariencia tras la restauración y está aparcada como si no hubiera sido parte de la historia de la ciudad, tras las rejas, sobre un pedestal, como un animal en una jaula del zoo. Más abandonada en la recuperación que cuando estaba oxidada, cochambrosa pero viva en los juegos infantiles. Porque hubo un tiempo no muy lejano en que no había niño de Valladolid a quien su abuelo no hubiera ”llevado a ver la locomotora y su vagón”. Colocada sobre imposibles raíles de muestra junto al fuerte de los vaqueros en su retiro de la Rosaleda. Y hay varias generaciones a las que el recuerdo de ser montado en ella aupado por tu padre y haber jugado a repeler el ataque de los indios entre los hierros retorcidos y las tablas mohosas que se desgajaban de los tornillos, calentará aún el corazón con el calor de los recuerdos de infancia como aquel beso fugaz a escondidas en el Campo Grande.

La parte que más nos gustaba del itinerario era la de la cuesta de Zaratán, al comenzar la avenida de Gijón, en la que a veces nos teníamos que bajar del tren e ir al paso a su lado porque no tenía fuerza para arrastrar los vagones llenos. Nunca lo vi, pero me contaron que en alguna ocasión los pasajeros tuvieron incluso que ayudar a la máquina a subir la cuesta empujando.

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Hicimos el recorrido casi en silencio pues la vez anterior que habíamos cogido el “Tren Burra” habíamos sido demasiado bulliciosos y molestamos a alguien entre el pasaje, que se quejó a nuestro instructor y luego nos castigó por ello. En Villanubla subieron dos comadres a las que cedimos nuestros asientos. Durante el viaje el señor Marcial vendía a bordo pan que llevaba en cestas y talegos. Le pedí a mi madre que me comprara un bollo y lo compartí con los de mi patrulla. Íbamos muy elegantes con nuestros uniformes de soldados a luchar a las batallas napoleónicas. Alguien comentó que en una de las iglesias riosecanas había una cosa extraña. Se trataba de un exvoto, una antigua piel de un cocodrilo que merecía la pena visitarse si había tiempo.

La tranquilidad se trocó en bullicio al desembarcar en Medina de Rioseco entre gritos y carreras que retumbaban bajo el techado de la estación. Necesitábamos desfogarnos de la hora y media que llevábamos incómodos enfundados en unos trajes a los que no estábamos acostumbrados, encerrados en el calor del vagón lleno de gente. Entonces sonó la señal del silbato de nuestro instructor que dio en alto aviso de que desde ese momento se hacía cargo de nosotros y de que nos devolvería a la autoridad paterna en la misma estación a las cinco y media de la tarde, dando así ocasión a nuestros padres y hermanos a que visitaran la villa por su cuenta hasta el momento de la representación y a nosotros de hacer los últimos ensayos y estar solo bajo la vigilancia de nuestro instructor.

Sonaron los pitidos reglamentarios y formamos en columna de dos para desfilar por la localidad hacia el lugar de la simulación de la batalla. Había desaparecido el desorden y caminábamos alegres pero hablando solo en murmullos, marciales en respuesta a lo que las ropas que vestíamos nos demandaban y a la que parecían pedir las miradas agradables de los vecinos de Rioseco. Al hombro las réplicas de fusiles que habíamos estado construyendo esas semanas anteriores con madera y latones quienes hacíamos de fusileros y los que hacían de tambores y pífanos con sus instrumentos. De camino nos fueron dando el último repaso de recordatorios.

Así llegamos a la llanura en que se iba a desarrollar la conmemoración, junto a la loma a las afueras del pueblo, entre el Sequillo y el Juncal al este de Medina. Ya estaban allí dos docenas largas de “soldados”. Creí que era la avanzada, pero eran el grueso del cuerpo de actores, pues cuando nos vieron venir se alegraron comentando que ya estábamos todos. Era verdad que tras la conmemoración del centenario de la batalla el fervor se había apaciguado y que en esta ocasión el acto iba a ser más modesto que en las anteriores. De hecho en el boletín del día siguiente solo apareció un breve que hacía referencia a “algunos nostálgicos que habían ofrecido una discreta función a las afueras de Medina de Rioseco”. Nuestro instructor pidió las últimas directrices al organizador de aquella pantomima, un hombre gordo y patilludo al que no le cabía un uniforme que estaba claro se había mandado hacer en tiempos mejores. Sudaba copiosamente y se limpiaba con el pañuelo que dejaba colgando sucio del fajín rojo. Tenía el típico estado nervioso de quien se apasiona por algo y no concibe que

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para los demás no sea igual de importante. Pendiente de cada mínimo detalle y más tenso aun por la presencia de público. Luego supe que era el maestro. Nosotros nos situamos en nuestros puestos, allí donde nos indicaron. Los vecinos del pueblo y nuestras familias cogieron sitio en carros y sobre alpacas de paja que por allí había. Lo que no había era sombra. Por ningún lado. Así que me temo que éramos más de uno y de diez los que rezábamos por que empezara cuanto antes para así ver cerca el final aunque fuera divertido y original para nosotros. El hombre gordo en el centro del páramo leyó en voz alta un texto que nadie entendió en la distancia aunque imagino que versaría sobre la batalla que allí tuvo lugar. Luego se calló. De la derecha de nuestra fila se oyó un grito de “¡Fuego!”. Y empezó todo.

Y de pronto todo era humareda y hollín de las armas de avancarga y los arcabuces de los defensores de la ciudad capitaneados por aquel Blake de pacotilla. Como nadie cedía y todos querían no solo ser las tropas españolas sino además oficiales de entre ellas el avance era curioso. Por los galones, al paso de carga de bayoneta iban cinco coroneles, tres generales más un mariscal de campo. Nosotros sin embargo íbamos vestidos de tropa de infantería por lo que tenían a quien mandar y todos querían, pero solo obedecíamos a nuestro instructor. Los diez o quince minutos que tardamos en morirnos todos contra un enemigo invisible -ya que nadie había querido hacerse un uniforme de francés- fueron los más divertidos de todo el mes. Allí estábamos toda la Patrulla, en no más de quince metros cuadrados. Como si nos hubiera matado una granada francesa a todos en el mismo sitio, pues cuando el primero de nosotros se hizo el herido de muerte los demás no supimos que hacer y le imitamos de inmediato. Cuatro formaban una montaña humana de “cadáveres apilados” bajo la que estaba el subguía resoplando por la falta de respiración que el peso le quitaba, otros dos nos habíamos tirado todo lo largos que éramos. Yo estaba sobre algo que parecía una boñiga seca y los otros dos habían avanzado unos pasos más sin darse cuenta de la caída del resto de su “pelotón” hasta que se percataron y volvieron sobre sus pasos para “morir” gloriosamente con sus compañeros. La situación era ridícula. Todo el mundo quieto esperando una señal, que nadie daba, de que la representación hubiera acabado. Las moscas se nos posaban. El polvo se volvía a depositar. Yo estaba preocupado por el uniforme pues no quería que se manchara ni se rompiera. Desde mi “tumba” abrí un ojo con el otro cerrado y me encontré el rostro de Oscar Sanz, otro Explorador que hacía lo mismo. Tenía la cara manchada del humo así que imaginé que yo estaría igual. Hasta que en un momento dado ya no pude más y me eché a reír... y de pronto todos los demás estaban riéndose a carcajadas. Esa fue la señal. Así supimos que una vez más los franceses habían ganado y se había perdido Medina de Rioseco para su saqueo por la Guardia Imperial.

Luego nos lavamos un poco y comimos juntos visitando a nuestras familias para los postres. El calor del día había sido abrasador así que se agradeció la sombra de las paredes de adobe de las casas cercanas y el agua fresca de la fuente.

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Cuando la canícula era máxima tras estar el Lorenzo pegando durante horas en todo lo alto se nos permitió quitar las chaquetillas y chacós y quedarnos en tirantes. Al acabar recogimos y regresamos a paso cansino sin demasiada formación hacia la estación del pueblo donde volvimos a tomar el tren de regreso. El viaje fue en silencio y esta vez no era por imposición sino por la calorina y el cansancio del día.

A la vuelta entramos de nuevo por el Puente Mayor haciendo el tramo urbano del recorrido que tan poco gusta a los peatones pues dicen que es peligroso para ellos y por coincidir con el del tranvía en algunas partes. No era la primera caballeriza que atropellaba, por ello algunos lo llamaban “El mataburras”. Así que en esa zona había de ir al paso, siempre a punto de detenerse o descarrilar, precedida de un operario con un banderín que tocaba el cornetín para avisar de que iba a dar marcha atrás para coger carrerilla o para tomar la curva tras el puente del Cubo. Así recorrió la parte de la carretera nacional Adanero-Gijón (a la que llamáis actualmente Paseo de Isabel La Católica) y al llegar a la Plaza de Tenerías pasó por encima del puente citado que salvaba el ramal del Esgueva que venía por Doctrinos, para salir humeando su vapor al Paseo de Zorrilla desde la Calle San Ildefonso llegando a su estación por la actual calle Gabilondo.

Allí nos bajamos cansados y aún uniformados de época. Tiznados por el hollín de la maquinaria del tren, las explosiones y los trabucazos de la batalla. Exhaustos pero felices. Y cada mochuelo se fue a su olivo sin muchas más despedidas, tal era nuestra fatiga.”

Carlos

Referencia: Crónica de Campos nº 1207 de 18 de julio de 1915

“Y así, trajiste mujeres y hombres a servir, muchachos al seminario, renteros a pagar o a pedir aplazamientos, tercos a pleitear, locos al manicomio, e ilusos y recelosos, por siempre engañados, a comicios y asambleas. Y así, llevaste escabeches, alpargatas, sogas, hoces, sal y pimentón las más de las veces, y las menos, abonos, máquinas, gente y plantones con qué repoblar. “

Blas Pajarero -Sobre el Tren Burra- “Retazos de Torozos”

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Septiembre de 1915 - Visitas a otras Tropas y a otras tierras:

“La agenda que se presenta para la nueva ronda solar parece más la de un embajador que la de una Tropa Scout. Hemos sido invitados a bendiciones de

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banderas y promesas en mil sitios a los que no estaría bien faltar. En estos primeros años desde que apareciera el escultismo van naciendo Tropas aquí y allá y es obligación de los que ya estamos a pleno funcionamiento recibir a los recién llegados y hacerles saber que les tenemos desde ahora por hermanos para reforzar nuestros lazos y al escultismo incipiente mismo. El acto por excelencia que marca oficialmente el arranque de un nuevo Comité Local es la bendición de su bandera y sus primeras promesas. Nosotros tuvimos el nuestro el día del Corpus del año pasado en el Campo Grande y vinieron de muchos lugares. Ahora se lo devolvemos cumpliendo nuestro deber acudiendo a cada una de sus bendiciones.

Vamos así a Ávila, por ejemplo, a principios de Septiembre como fuimos en su momento a Palencia o a Tudela. En casi todos los sitios se repite el orden del día con desfile, promesas, bendición de la bandera, discursos, comida y regreso o bien comida y acto en la plaza de toros con demostraciones y fin de fiesta con vaquillas o alguna corrida ligera de un diestro local o dos.

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Pocos días después se nos requiere para lo mismo en Bilbao, donde llegamos el día anterior a las promesas pues viajar en el día y llegar a tiempo es imposible. Fuimos de toda la provincia pues ya se han consolidado en este tiempo nuevas Tropas en Medina de Rioseco, Laguna y Tudela de Duero. Y además asistieron, como era lógico, sus hermanos vascos de Éibar, San Sebastián, Irún, Baracaldo, Portugalete y Sestao, así como desde Logroño Santander y Laredo. Enviaron representación la Tropa de Zaragoza y las de Valencia, Segovia y Madrid que hicieron parte del viaje con nosotros en el tren, como lo hicieron los Infantitos que iban en vagón propio. Todos juntos fuimos al Ayuntamiento a dejar allí depositadas nuestras banderas para el acto del día siguiente.

El evento fue multitudinario. Los bilbaínos fueron a la Plaza de Castilla en masa atraídos por la novedad, por lo vistoso de la masa uniformada y disciplinada y, sobre todo, por ver a Sus Altezas Reales los infantes Don Juan y Don Jaime. Hubo algún tipo de desgracia pero no nos han sabido, o querido, dar razón.

Participación de scouts vallisoletanos en bendición de la bandera de la agrupación de Bilbao

Arriba: “La Correspondencia de España” 15 de Septiembre de 1915 Abajo: “La Época” y “El Heraldo de Madrid” 4 y 6 de Septiembre de 1915

respectivamente

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Han sido días divertidos porque todo lo que hagamos lo es y por lo que significa estar con tal cantidad de Exploradores venidos de sitios tan distintos. Emocionante por la admiración que causamos entre el público. Pero la verdad es que me empiezo a cansar de tanto viaje solo para hacer cosas de cara a la galería. Y es que creo que el escultismo debe ser algo más que adiestrarnos para cuando hagamos desfiles o demostraciones en plazas de toros. Me da la impresión a veces de ser juguetitos en manos de los instructores para lucimiento de nuestros Jefes de Tropa y miembros del Comité Provincial ante las damas y personas importantes. Como si los protagonistas fueran ellos y no nosotros. He leído en inglés algo de los textos del fundador en Inglaterra y no estoy seguro de que lo estemos haciendo bien. Tanto marqués y tanta realeza puede que estén distorsionando lo que deberíamos estar haciendo: jugar más y divertirnos siguiendo huellas en el campo o espiando ciervos. Creo que en realidad les necesitamos para que den lustre y prestigio a la Institución y así tengamos los fondos y apoyos que contribuyen a cubrir los gastos de nuestras actividades.

En fin. Habrá de ser así y no es mi papel hacer crítica de ello si otros más importantes lo han decidido. Al fin y al cabo ya lo dice nuestro código “El Explorador no teme al ridículo cuando de ejercitar acciones nobles se trata”, “El Explorador es obediente, disciplinado y leal. A su patria y autoridades, a su familia, a sus jefes y a sus compañeros” y “El mayor honor del Explorador es serlo, porque este título supone alteza de miras y nobleza de sentimientos”

Luis Núñez (Notas tomadas directamente de un cuaderno de recuerdos de la época cedido por sus

herederos)

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---------------------------------------- Septiembre de 1915 - La fiesta de la Flor:

“El pasado día 24 de Septiembre Los Exploradores dimos escolta de honor a las mesas petitorias que se instalaron en la calle con motivo de lo que se ha llamado “La fiesta de la flor”. Consiste en que las niñas bien y damas de postín de Valladolid venden flores y cigarrillos postulándose ante los viandantes a la salida de los toros y a la llegada del tren en la estación, en puestos callejeros convenientemente engalanados y cómodos para recaudar fondos destinados al dispensario que hay y que trata la tuberculosis. Mientras nosotros nos situamos marcialmente a los lados del puesto con nuestro impecable uniforme scout ellas se embellecen con sus mejores galas para adornar Valladolid ese día. Mantillas y algunos mantones de Manila de los que se usan para la Semana Santa y los toros, se sacan de los cajones de las casas y despliegan sobre la mesa de postulación.

Ha habido también divertimento regalado por actores y cómicos de varias compañías y música de estudiantes con pianos de manubrio para solaz del improvisado público callejero. Nos llovió por la tarde y tuvimos que refugiarnos bajo techo en varias ocasiones, pero gracias a este esfuerzo se han conseguido importantes cantidades para tan noble destino. Ha habido pequeños donantes anónimos que se paraban curiosos ante las damas a interesarse y soltaban su óbolo por compromiso. También se han dado cantidades relevantes por parte de algunas personas principales de la ciudad e incluso de algún torero. Se han obtenido 14.381 pesetas.”

Roberto Ibáñez

Participación de scouts vallisoletanos en La fiesta de la Flor “dando guardia de honor” “El Globo” y “El Heraldo de Madrid” -25 de Septiembre de 1915-

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Abril y Julio de 1917 - Visita a Salamanca y devolución:

“Meses intensos de actividades Scouts con nuestros hermanos de Salamanca cuya ciudad tuvimos que salvar o si no habría sido pasto de las llamas. Pocos saben que las dos Catedrales, la Casa de las Conchas, la Clerecía, la Plaza Mayor helmántica, la Universidad toda y el mismísimo Colegio de Fonseca siguen en pie gracias a los Exploradores de Valladolid.

Bueno, de acuerdo, no fue para tanto, pero aun así salimos en la prensa nacional como héroes y aunque no queremos por ello medallas ni recompensas justo es el reconocimiento.

Habíamos recibido invitación de los Exploradores salmantinos para compartir con ellos allí unos días en abril así que nos preparamos las mochilas y para Salamanca que nos fuimos todos.

Son una Tropa ejemplar. A pesar de que llovía e incluso había nieve de camino nos fueron a esperar a la linde entre nuestras provincias y nos acompañaron durante toda la parte salmantina del trayecto. Cuando por la tarde del miércoles 4 llegamos a la ciudad, a sus afueras nos esperaban vallisoletanos que viven en aquel sitio. Tenían preparados festejos en nuestro honor para darnos la bienvenida. Se organizaron de maravilla y nos alojamos repartiéndonos en sus propias casas a razón de un Explorador vallisoletano por cada uno salmantino de manera que tuvimos cicerone personal durante esos días.

Al siguiente nos llevaron a ver la Residencia de Fray Luis de León, a un sitio llamado La Flecha, en visita cultural. Comimos en un opíparo banquete que nos regalaron en la casa de uno de los miembros del Comité Provincial anfitrión. Nos ponían el listón muy alto para cuando nos devolvieron la visita en Julio.

Visita a Salamanca “La Correspondencia de España” 3 de Abril de 1917

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El viernes día 6 iniciábamos por la tarde regreso hacia Valladolid por lo

que nos dieron el día para deambular libremente por la ciudad con la única exigencia de ir de uniforme y guardar con nuestro comportamiento el decoro que aquello exigía y se esperaba de nosotros como Exploradores. Y doy fe de que lo hicimos con creces.

Aunque fuera de mañana hacía un frio inusual para ser abril. Había

nevado. Los ocho que componíamos nuestra patrulla paseábamos en ese momento por una de las calles que desemboca en la Plaza Mayor mas hermosa del mundo cuando de un edificio que había allí, vimos salir humo negro y denso en una fumarola continua que salía de la ventana más alta. Luego supimos que era la recientemente instalada

Visita de Scouts Vallisoletanos a Salamanca “La Nación” 5 de Abril de 1917

Visita de Scouts Vallisoletanos a Salamanca “El Día” y “La Correspondencia de España” 5 de Abril de 1917

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Central de teléfonos y que la culpa la había tenido una chispa o un cable, pero en ese momento éramos por allí lo mas parecido a un cuerpo de bomberos con cierto entrenamiento, disciplina y orden por lo que nuestro guía asumió el mando con decisión y organizó las funciones del retén en segundos.

Corrimos a ver que se podía ayudar mientras algunos buscaban un guardia, una autoridad a quien dar noticia o iban en busca de nuestros instructores que no podían hallarse lejos. Pedimos a algunos vecinos mantas y agua o arena con qué sofocar las llamas. El subguía recordaba los consejos que nos habían dado durante las prácticas y quitándose el pañuelo del cuello se hizo una tosca máscara que imitamos, se bajó la manga del uniforme para girar el pomo sin tocarlo por si quemaba, nos agachamos para sortear el humo y entramos en la habitación. El incendio casi no era tal. Era más aparatoso que importante. Entre algún vecino arrojado al que los gritos habían despertado y nosotros, lo apagamos ahogando al fuego con las mantas viejas que nos habían dado. Evitamos usar el agua pues nos habían dicho muy claro que esa era la peor manera si la fuente era eléctrica como parecía el caso. Afectaba a cauchos y cables y de ahí la humareda, pero más allá de eso no hubo nada.

Misma noticia y día

“La Correspondencia de España”

Acto heroico de los exploradores de Valladolid en Salamanca “La Nación” Sábado 7 de Abril de 1917

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Los salmantinos nos devolvieron la visita en Julio. Fuimos a recibirles a Simancas, aunque a los pocos días volveríamos a hacer una visita cultural. Les llevamos al Ayuntamiento donde había preparada una recepción y les hicieron regalos. La gente importante, el gobernador y el alcalde, les recibieron e hicieron donativos. Hubo intercambio de discursos. El consistorio nos invitó a comer un lunch y después fuimos juntos a hacer la visita al Museo de Santa Cruz y a ver La Universidad, San Pablo y la Catedral. El día de Santiago visitamos juntos un taller, una fábrica y el Archivo General. Comimos paella que habían hecho nuestros instructores. Tras aquel día se fueron de regreso.

Hay revueltas callejeras y desmanes. Los obreros se organizan y ya se habla de una Huelga General Revolucionaria.”

Andrés del Rincón

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1918 - Exploradores a San Sebastián:

“Los Exploradores donostiarras nos invitaron este verano al campamento que tienen en los terrenos del Kuursal de Martutene. Fuimos tropas de un montón de sitios y más de seiscientos exploradores. Tuvimos visita real. Aunque había gentes allí acampadas ya desde el 6, nosotros llegamos al día siguiente. A cambio fuimos los últimos en irnos el día 14. Salimos el mismo 6, martes, y nos unimos

Misma noticia “El Imparcial” 23 y 24 Julio de 1917

Devolución de la visita (Scouts Salmantinos vienen a Valladolid) “La Acción” 23 y 24 Julio de 1917

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a los palentinos y zamoranos de viaje. A la vez que nosotros llegaron de Logroño y Ciudad Real. Ya nos estaban esperando allí cuando llegamos los de Pamplona, Barbastro, Madrid y Zaragoza, que habían salido antes. Y los anfitriones con sus hermanos vizcaínos, claro. Fuimos en formación al Ayuntamiento. Iban delante los guipuzcoanos tocando sus tambores. En el sitio hubo todas las comodidades y servicios. Tenía el campamento instalación eléctrica, agua potable,.. Un servicio de cocinas nos atendía a todos y así no tuvimos que cocinar por patrullas. Hicimos excursiones a lugares cercanos y fábricas en Tolosa, Pasajes y Rentería. El penúltimo día nos lo pasamos entero acompañando a las autoridades locales que despedían a los distintos contingentes en la estación a medida que partían de regreso. Hubo muchos discursos, vítores y gritos de viva España y el Rey.”

José Adolfo

“La nación” 27 de Julio de 1918

Acampada en San Sebastián de Scouts vallisoletanos “El Sol” 19 de Julio 1918

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Acampada en San Sebastián de Scouts vallisoletanos “El Sol” 5, 7 y 14 Agosto 1918 (respectivamente)

Misma noticia “El Imparcial” 7 Agosto 1918

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1920 – De Torrelobatón a Londres.

“Estrenabamos década. Como cada invierno hace frío en Valladolid. El “cinematógrafo Pradera”, a la entrada del Campo Grande en la plaza de Zorrilla, se había quedado viejo y pequeño así que se levantó un nuevo edificio al que se llamó “Salón Pradera”, más sólido aunque aún en madera (por lo que años después arderá y tendrá que ser sustituido a su vez por el definitivo “Teatro Pradera” que durará hasta 1967 en que será derribado). Había habido muchos cambios en el nomenclátor de las calles de la ciudad. Se pretendía, sin mucho éxito, que los pucelanos llamásemos a nuestra Plaza Mayor como Plaza de la Constitución. La calle de Herradores se llamaba ya Alonso Pesquera por el ilustre vecino, político y benefactor de la ciudad.

Hacíamos nuestras salidas y excursiones. En ocasiones eran prácticas de adiestramiento, las más de las veces, en otras eran visitas a otras Tropas y en alguna ocasión excursiones familiares y culturales. Una de ellas fue a Torrelobatón, a cuyo castillo de los Comuneros subimos para ver los montes Torozos y fotografiarnos. Nos dejaron entrar y subir por los buenos contactos de nuestro presidente. El castillo lo tenía arrendado un rentero a su propietario, un señorito en Madrid. Lo usaba como palomar ¡¡y le pagaba en pichones para la caza!! Fue divertido. Subimos todos por la angosta escalera de la torre del homenaje hasta el tejado. Yo iba tras un guardia civil que iba resoplando al ascender los escalones empinados. Me dijeron que las marcas que en algunas piedras de los escalones se veían (un sol, un triangulo,..) eran señales antiguas que los canteros hacían para saber cuánto trabajo había hecho cada uno y así cobrar en esa razón. En una de las pequeñas ventanas había un nido con dos huevos. Nos acompañaron todas las fuerzas vivas del pueblo y varios vecinos. Desde allí se veía Castilla en un mar amarillo salpicado de islas verdes más o menos cuadradas de vez en cuando. Nos sobrevoló un milano. Se habló de la historia de los comuneros de Castilla que allí batallaron y nos enseñaron las grandes esferas de piedra con que bombardearon en la revuelta los muros de la muralla y los daños que provocaron y todavía se veían. Por último posamos con los vecinos y acompañantes para la posteridad. La foto hizo durante años un bonito recuerdo en el local porque ¿a quien más podría interesar?”

Pedro

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Scouts vallisoletanos Excursión a Torrelobatón –Circa 1920-

En la actualidad

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1920 - Exploradores vallisoletanos en el primer Jamboree:

“Este año se celebra en la capital de Inglaterra una importante reunión de Scouts de todo el mundo y algunos de nuestros Exploradores van a formar parte del contingente español que viajará allí en Julio. Será la primera vez. Se llamará Jamboree, que es una palabra rara que nadie aquí sabe cómo se pronuncia. Por eso a su paso por Valladolid a la Tropa que se ha formado para asistir al Jamboree con 47 de Scouts de toda España, aunque sobre todo son de Madrid, se han unido tres miembros de nuestra agrupación haciendo así el medio centenar. El tren se detuvo en la Estación del Norte en su camino desde la Villa y Corte y nuestra Tropa se encargó de recibir al contingente y llevarles bocadillos, fruta y sidra.”

Retratos de representantes de cada país presente en

el Jamboree de Olympia

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“Han vuelto de Londres nuestros amigos y no paran de contar maravillas. Nos han dicho que en el sitio en el que se llevó a cabo el encuentro, que se llamaba Olympia, había más de 8000 Exploradores de todo el mundo. Han visto Scouts ingleses, americanos vestidos de indios y vaqueros.. ¡¡e incluso negros de Jamaica, y chinos y japoneses!!. En una de las grandes formaciones les dijeron que el que estaba hablando era el general Baden-Powell, el fundador de los Scouts al que en ese momento nombraban Jefe Scout del Mundo entero. Aunque lo vieron desde lejos. Cuentan que esas grandes ceremonias se llevaban a cabo en un pabellón similar al Frontón de Vista Alegre de la calle de José Muro pero que era cien veces más grande. Como un gigantesco hangar para aeroplanos de cuyo techo colgaban cien lámparas de luz eléctrica. En una misa que se celebró había 16000 personas. Vieron como se hacía el escultismo en otros lugares y nos dijeron orgullosos que los españoles fueron tan buenos como el que más en las demostraciones y mejores que muchos en algunas de las prácticas.”

Argimiro

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Regreso de Londres “La Voz” 13 Agosto 1920

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1921-1931

“HONOR A ELLOS”

Don Pedro consideró que aquella nueva Institución que había en Valladolid desde hacía unos años sería beneficiosa para sus tres hijos. Se ganaba la vida con su negocio de fabricación y reparación de carruajes. La situación iba mejor e incluso hacía años había insertado unos anuncios en “El Norte de Castilla” que le habían procurado un cierto nombre en la ciudad. Era un buen padre para sus hijos y soñaba un futuro mejor para ellos. A la economía de la familia también contribuían los ingresos que llegaban por vía materna ya que Landelina, su esposa, regentaba junto a su suegra Goya, un colmado en una bodega a ras de calle en la Plaza del Rosarillo. En ella colgaban del techo las longanizas, los bacalaos y los jamones. Se servía, casi a oscuras pues solo había un tragaluz que permitiera la entrada de luz, vino de garrafón. Se vendían castañas pilongas, gigantea, regaliz de palo, algarrobas de caballos, pastillas de leche de burra y legumbres que al estar apiladas en el suelo corrían el riesgo de los ratones o de estar orinadas por los gatos. Un lugar tan característico del Valladolid de aquellos años que sería escenario de alguna de las andanzas autobiográficas de Francisco Umbral en “Los helechos arborescentes”.

Fue de este modo que los tres hermanos aterrizaron en el escultismo vallisoletano en 1921. Aún no existían los lobatos, que no aparecerían formalmente como rama en España hasta el año siguiente, cuando, como en el resto del mundo, se entendió la necesidad de dar a los hermanos pequeños de los Scouts un marco propio y adecuado para sus propias aventuras. Eso pasó con los hermanos Armengod. El único que tenía edad para ingresar realmente en la Tropa era Félix, el mayor, que había nacido en 1911, casi a la vez que el escultismo español, y por tanto ese año ya tenía los 10 años reglamentarios, pero se hacía la vista gorda ligeramente con Julio y Pedro, que eran un poco menores y se les permitía asistir a las reuniones y acampadas hasta sus ingreso efectivo.

En la vida española del momento el intervencionismo militar, que había ido en aumento desde la pérdida de las colonias 23 años antes, se palpaba en las guerras que se mantenían en el norte de África. Ese año se produciría por ejemplo el desastre de Annual. Con este motivo una institución que se apellidaba de patriótica como eran los “Exploradores de España” se sentía en la obligación de contribuir de alguna manera. Durante la guerra con Marruecos los Scouts españoles se repartieron tareas de apoyo a los soldados. Los hermanos Armengod, junto al resto de la Tropa pucelana hicieron una suscripción para obtener fondos para niños y enfermos, organizaron un festival benéfico, llevaron la agencia para hacer llegar a los militares los donativos obtenidos, transmitir noticias a las familias y encargos a los combatientes, apadrinaron soldados y fueron a la estación en alguna ocasión a despedir a las fuerzas expedicionarias que se preparaban para ello en San Quintín y en Farnesio.

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Por aquella fecha la ciudad se puso todas sus galas para recibir a Sus Majestades los Reyes, que vinieron a la capital de Castilla a la ceremonia de colocación de la primera piedra de la nueva Academia de Caballería. Se sustituía con ello a la vieja que se quemara en el incendio de 1915. Los Exploradores vallisoletanos, como no podía ser de otro modo, fueron parte de ese adorno formando en las calles al paso de la comitiva regia haciendo de parapeto de la multitud en la acera de Recoletos que ya por entonces se llamaba Avenida de Alfonso XIII en honor al monarca. Sus Majestades se retrasaron en comenzar el desfile pues no era fácil preparar las monturas para el evento ni a la Reina y el Rey sobre ellas, en la cochera que se había preparado al efecto en una casa de la propia acera propiedad de un título. Por ello hubieron de aguantar los Exploradores un buen rato a pie firme al sol. No estuvieron entre ellos ni Félix, ni Julio ni Pedro por su edad, pues tal misión había sido asignada a los mayores de la Tropa.

Ya desde hacía algún tiempo los Exploradores vallisoletanos participaban asiduamente de los “Campamentos Nacionales de Montaña” que se llevaban a cabo cada año en Cercedilla, en la sierra madrileña. Concretamente en el paraje denominado “La Peñota” que sería durante muchos veranos referencia de buena parte del escultismo español. Allí irán los hermanos Armengod de campamento en Julio y Agosto durante muchos años.

Campamento en “La Peñota” Cercedilla “La Acción” 18 Julio 1922

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Sin embargo al año siguiente, en 1922, muchas cosas empezaron a cambiar en el escultismo de nuestro país y por tanto en el vallisoletano. La inicial carga de preocupación por la apariencia volcada demasiado al exterior, militarismo y pompa cedió paso a las nuevas ideas y corrientes pedagógicas. En Madrid Juan Antonio Dimas, que luego sería Jefe Scout Nacional, acometía una serie de cambios tendentes a la renovación pedagógica de la Institución (Él fue por ejemplo quien introdujo en España ese mismo año la rama de los Lobatos) e hizo una profunda reforma de la organización y del sistema educativo hacia una mayor utilidad aun pagando el precio de la menor brillantez. Más intensidad y menos aparato. Aparecieron los Grupos, sucesores de aquellas Tropas masivas en las que era difícil hacer escultismo de verdad. Estos, más reducidos, permitían trabajar mejor. Vino la pedagogía, el cultivo moral, la educación científica, el conocimiento del niño y se cambió por los desfiles, las cornetas y tambores. Un nuevo rol cobró protagonismo. El Instructor o maestrescout sobre el vocal del comité: El que estaba realmente con los chavales en sus actividades por encima del protagonismo de los cargos. Los procedimientos rutinarios se vieron sustituidos lentamente por sistemas intencionados, estudiados, planificados y metódicos, adaptados a la edad y características de los muchachos. La disciplina dejó de tener el protagonismo cediendo paso a las técnicas modernas de educación en que el afecto tenía un papel importante. Se inicio el sistema Phillips, como sistema de patrullas, empezando en una Tropa experimental en Madrid, organizada y guiada por el mismo Dimas.

Ello no estuvo exento de tiranteces y obstáculos. Tampoco faltaron abandonos. El número de Scouts comenzaba a descender rápidamente tras el impulso inicial de la novedad. Algunas de las personas importantes y títulos que diez años atrás se mostraron a favor de la asociación ante el interés puesto de manifiesto por El Rey, empezaron a distanciarse. Unamuno hizo por entonces sus famosas críticas al escultismo en su artículo “Boyscouts y footballistas”. Habría otros sin embargo que se habían aproximado al movimiento en la creencia de sus bondades para la juventud y para la patria y le siguieron fieles. Ese fue el caso de Don Miguel Primo de Rivera, que

Misma noticia “La Correspondencia de España” 29 Julio 1922

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ocupaba desde el principio importantes cargos en el Comité nacional y que al año siguiente se convirtió en presidente del gobierno tras dar un golpe de estado con la anuencia del Rey. Sus hijos pasaron por los Exploradores. José Antonio lo hizo también aunque fugazmente. El mismo Rey seguía aún con interés la evolución de los Exploradores de España. La mejor prueba de ello fue el ingreso y participación activa de sus hijos en la asociación. Los infantes Don Juan y Don Gonzalo hicieron su promesa al año siguiente en el teatro español de Madrid y la A.N.E.D.E. (Asociación Nacional de los Exploradores de España) se convirtió en miembro fundador de la Conferencia Scout Mundial.

Mientras tanto la familia Armengod vivía decentemente aunque sin holguras. El mayor, Félix, era un chico despierto y vivaz que ayudaba a su padre y gustaba de los mecanismos y las máquinas. A sus once años, gracias en parte a su carácter y en parte a ser el primogénito, ya demostraba una incipiente capacidad de liderazgo, un espíritu activo e inquieto y una personalidad que desarrollaría a lo largo de su vida y demostraría en un sinfín de ocasiones. Julio, el segundo, admiraba a su hermano mayor por encima de todas las cosas y le hubiera seguido hasta los infiernos. Aún era pequeño para tener rasgos marcados. Tanto él como Pedro, el benjamín, ya eran lobatos por entonces, recién creada la rama. Sentían un gran afecto por Landelina, su madre, y un respeto casi sacro por el autor de sus días. Sin embargo era Félix quien tenía el vínculo más estrecho con este. Julio desarrollaría con los años un carácter valiente y arrojado que, por desgracia, tendría que ver puesto a prueba en el futuro. Pedro era la energía y la ilusión en cada cosa que iniciaba. Eran buenos hijos aunque, como todos los muchachos de esa edad, un poco díscolos en ocasiones. A los tres les gustaba ayudar a servir en la tienda cuando era necesario, o sustituir allí a su madre si ese día tenía el turno que se repartían entre las vecinas para fregar el portal y las escaleras y no podía estar atendiendo. Estaban bien educados y eran serviciales y prontos si se trataba de hacer algún recado o encargo. Todo el mundo en la parroquia les tenía por buenos mozos y orgullo para un padre allí en el barrio de San Pablo donde vivían.

Era aquel un Valladolid de vecinos en el que todos estaban dispuestos a ayudarse. En la calle en verano había botijos al fresco con un trapo mojado por encima y verbenas y baile con organillo en el patio adornado con guirnaldas. En improvisadas sartenes se hacían churros. Ponía en los portales cosas como “asegurada de incendios” o “gas en cada piso” y ante ellos pasaba de cuando en cuando un palafrén mortuorio en carroza barroca con cochero si el difunto era gente pudiente o carro llevado por postillón de chistera apolillada en los más de los casos. Se pagaba el único impuesto existente de golpe; Los seis reales al año de la cédula personal. En el campo grande la música corría a cargo de la banda del regimiento de Isabel segunda con el maestro Mateo al frente.

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Los Armengod tenían por cuarto de baño una palangana desportillada y su correspondiente jarra que compartían. Al desayuno café de recuelo migado con pan duro recalentado sobre la cocina bilbaína y luego tomaban el tranvía hacia la escuela a la que llegaban dando tales tumbos que pareciera que tuviera las ruedas cuadradas. A Julio su madre el día anterior le había dado la vuelta a un abrigo viejo del padre para hacerle uno a él. Los dos pequeños gustaban de acercarse con ella hasta el Teatro Calderón, cercano a su casa, los días de estreno de zarzuelas para tratar de ver a los actores, a los caballeros y a las enjoyadas damas de la burguesía local, y a las autoridades y famosos antes de que tomaran los coches de punto a la salida de camino a sus palacetes. Doña Eugenia Zúfoli estrenaba en el teatro Zorrilla “La Casta Susana”.

Con su padre iban a ver jugar al futbol a los Luises los domingos que jugaban en casa contra la Cultural Deportiva Leonesa o la Unión Deportiva Ferroviaria. A Pedro padre le gustaba de cuando en cuando asistir al Ideal de Rosales en la calle de la Independencia a ver pelear a Paulino Uzcudun. A Félix sin embargo le llamaba más acercarse al río a ver a los “Catarro” o a los paseantes en barcos planos de los de a dos reales la hora.

Un año después, en 1923, mientras en Valladolid se culminaba la torre nueva de la Catedral con una figura del Corazón de Jesús -la derecha, ya que la de la izquierda cayó en 1841 y nunca se volvió a levantar-, el general Primo de Rivera daba su golpe de estado un 13 de Septiembre. Con su llegada al poder todo aquello a lo que tenía especial afecto se vio promovido. Así sucedió con el Escultismo del que él mismo era vocal fundador del Consejo Nacional y al que durante su régimen militar otorgó especial protección. Desde su Gobierno, se dio gran importancia y respaldo a esta Institución, con instrucciones concretas a los delegados gubernativos para que lo fomentaran y ayudara. Lo mismo sucedía en el resto del mundo donde por ejemplo la recién creada Sociedad de Naciones aprobaba por unanimidad que se dieran facilidades para viajar en tren a los Scouts que se trasladaran por todos los países. En los terrenos entre montañas de una localidad Suiza llamada Kandersteg el movimiento a nivel mundial compraba un chalet para su uso como centro de encuentro internacional y “Jamboree permanente”.

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A principios del año Goya, su abuela, cosió a Félix en su uniforme de Scout el bordado que había comprado en el ropero escultista. Los lobatos aun no podían usarla. Era la nueva insignia de la asociación recién aprobada ese año en sustitución de la anterior. La misma que la anterior estrella de cinco puntas con el lema “siempre adelante” alrededor, pero ahora tras ella estaba la flor de lis. Se iba a llevar a cabo en enero un festival a beneficio de los Exploradores en el Teatro Calderón y se trataba de estar hecho un pincel. Las actuaciones estuvieron protagonizadas por la crema y nata de las hijas de la burguesía local, lindas muchachas que cantaron para todos los asistentes. Fue un programa variado en el que no faltó de nada. Los títulos fueron: “La maña de la mañica”, “Escenas castellanas”, “El año pasado por agua” del Dúo de paraguas, los “Tangos argentinos” de “Moyita” y el coro “Que no lo entiende usté”. Se rifaron muñecas y se acabó el acto por los Exploradores asistentes que cantaron su himno.

Valladolid- Fiesta de la flor-1923

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En agradecimiento unos días después se las hizo allí mismo una gala de homenaje a la que acudió el todo Valladolid.

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Los Exploradores madrileños seguían usando la parcela que les cediera en el monte de “El Pardo” S.M. el Rey para hacer allí actividades. A veces, como en esta ocasión, les invitaban o iban de visita aprovechando algún periodo vacacional. Aquel año fueron los Exploradores vallisoletanos con sus hermanos de los distritos de Madrid y alguna patrulla murciana. Entre los acampados había gente insigne.

“ Campamento de los Exploradores de España en el monte de “El Pardo”, Madrid a 25 de Julio de 1923

Querida Madre. Para que vea con quien se codea su hijo y presuma en la tienda le

contaré que hoy vinieron al campamento los Infantes Don Juan y Don Gonzalo, que son Exploradores activos en la medida en que sus obligaciones se lo permiten. Don Gonzalo es al que más vemos por aquí. Es guía de la Patrulla de los Caballos. Los traen en automóvil y se incorporan a sus patrullas para los juegos de la mañana y luego se van. Se espera para mañana visita del Príncipe de Asturias, Don Alfonso, que puede que venga acompañado de Su Majestad el Rey. Juega al golf en el Club de Puerta de Hierro que está justo al lado y les pasa a recoger a veces para llevárselos a comer. Don Alfonso es Instructor Honorario de la Tropa de Madrid y El Rey con frecuencia viene vestido con uniforme de instructor también. Cuando aparece por aquí todo son nervios, prisas y formaciones.

Llamamos a estos hijos de personas tan principales “Exploradores de cuota” y hay bastantes además de los hijos de los Reyes. También se dejan ver de cuando en cuando de uniforme de Explorador los hijos del General Primo de Rivera, Miguel más a menudo que José Antonio, aunque ha venido una vez, y otros hijos de títulos. No soy muy partidario de estos privilegios y prebendas

Homenaje “El Sol”, - 19 de enero de 1923

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pero al fin y al cabo solo soy un muchacho de 12 años al que no le gustan demasiado las diferencias que veo entre los poderosos y el pueblo.

El otro día hubo un sucedido con los Infantes. Don Juan se cortó ligeramente con una lata de sardinas y sangró bastante. Uno de los subinstructores de nombre Valencia le hizo una cura de urgencia vendándole. Como puede padecer la enfermedad de la hemofilia que es frecuente en su familia hubo susto y revuelo. El Rey estaba jugando al Polo ¡¡Y apareció a galope a caballo saltándose el seto del Club!! Luego vino el médico de Palacio y aprobó la cura hecha felicitando al instructor por el vendaje limpio realizado. Nos ha contado que el Rey pidió a Don Juan Antonio Dimas, jefe de Tropa de Madrid y del Campamento, que le enviara a palacio al subinstructor Valencia para felicitarle personalmente y que una vez allí y tras agradecerle el gesto, al enterarse de que hacía el servicio militar en el Regimiento de Ingenieros del Pardo y tener poco tiempo para regresar al cuartel le cedió su propio vehículo y chauffer para el regreso. ¡¡Y que cuando llegó al acuartelamiento donde debía presentarse a su hora se le cuadraron los soldados de la guardia que se había formado al ver los colores reales en sus puertas, mientras a él le abría por su lado el conductor del Rey gorra en mano!!

Presente a mi padre mis respetos, por favor, y hágale saber que todos

estamos bien y dejando su apellido en buen lugar.

Su hijo que la quiere.

Félix Armengod Muñoz”

En verano como ya era costumbre la Tropa Vallisoletana acudió un año más al “Campamento de Castilla” en “La Peñota” de Guadarrama. Y allí fueron los Armengod con los demás de la Tropa de Valladolid. Llegaron el 4 de Agosto “a mesa puesta” pues les habían antecedido sus compañeros de Águilas y Madrid que ya tenían listas todas las instalaciones del Campamento cuando llegaron. Por suerte para ellos la situación en casa sin ser boyante era lo suficientemente desahogada como para poder permitirse la cuota que el campamento suponía sin tener que hacer uso de la política de ayudas que ya por entonces la Asociación tenía. Aun así iban todos los presentes becados con parte del coste y algunos (los mas pobres) costeados por entero. Para lograr tal cosa había la posibilidad para particulares y empresas de colaborar con los gastos del campamento sufragando con una cuota parte de los mismos a modo de patrocinio.

Fueron unos días plenos de aventuras en los que se ascendió al picacho que daba nombre al paraje y se hicieron distintas excursiones, juegos y prácticas. Se llevaron a cabo diversos actos en conmemoración de ser este el octavo campamento que se celebraba ya en este lugar. Uno de ellos fue la ceremonia de imposición de

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medallas. Durante el campamento fue un momento especialmente sensible. Formados los mas de doscientos acampados se impusieron al niño Laureano Irazazálbal y Hevia las insignias correspondientes a la Medalla de Sufrimientos por la Patria que le había concedido excepcionalmente el Rey a pesar de no ser militar y estar esta condecoración reservada a estos, y que le regalaban los Exploradores tras la cuestación llevada a cabo para adquirirla. Laureano, como recordará el lector, era el hijo del capitán Cándido Irazazálbal, jefe del puesto de Terviven que se vio bajo asalto del enemigo. El que desobedeció a su padre quedándose a su lado mientas el ataque sirviéndole de último apoyo antes de expirar y que luego herido y capturado prisionero fue finalmente liberado.

Participación de scouts vallisoletanos en campamento nacional de “La Peñota” de 1923

“La Acción”, - 17 de Julio-

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Participación de scouts vallisoletanos en campamento nacional de “La Peñota” de 1923 “La Correspondencia de España”, “La Libertad” y “El Imparcial” (mismo texto)- 18 de Julio

y “Mundo Sport” al día siguiente repitiendo el texto de “El Imparcial”.

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Misma noticia (y texto) al día siguiente (19 de Julio de 1923)

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Tras el campamento algunos de los Exploradores mayores acompañados de su Subintructor, que se ve que no habían tenido suficiente dosis de escultismo por ese verano, visitaron a sus compañeros Santanderinos en su campamento de Suances haciendo una acampada conjunta entre representantes de ambas Tropas. Los Tres hermanos Armengod sin embargo no fueron al ser aún pequeños.

Al comienzo del curso siguiente, en Septiembre, se recibió la visita en Valladolid de un grupo de diez Exploradores ingleses con su Jefe que estaban de gira por varias ciudades españolas. Venían de San Sebastián, donde habían cumplimentado a la Reina acompañados por el cónsul británico, y de Valladolid se dirigían el 13 a

Asistencia de Scouts vallisoletanos a Campamento de “La Peñota” 1923

“La Acción”- 1 de Agosto

Participación de scouts vallisoletanos en campamento nacional de “La Peñota” (Guadarrama)

de 1923 La Vanguardia- 2 de agosto

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Madrid, el 17 a Zaragoza y a Barcelona luego. Como era costumbre sus compatriotas que residían en cada una de estas localidades les atendían especialmente. Félix, Julio y Pedro acudieron curiosos a la reunión en la que se les hacía la recepción para ver Scouts de otros países. Al pequeño le hacía gracia aquella extraña forma de hablar que tenían y su Akela hubo de reconvenirle. No podían hacer de Cicerones de los visitantes porque ni se manejaban en aquella parla, ni tenían la edad. Además, ya había voluntarios para ello suficientemente cualificados y por último los ingleses iban a todos sitios en grupo, la patrulla al completo, por lo que se hacía innecesario más de un traductor y guía. Se organizaron visitas a los monumentos más relevantes de la ciudad y un ágape de despedida el último día.

Paso de Scouts ingleses por Valladolid “La Época”- 12 de septiembre de 1923

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El de 1924 fue un año intenso en vivencias y actividades. Los lobatos ya se

habían asentado como rama y tenían su propio uniforme, azul oscuro y con boina, que se podía adquirir en la nueva tienda scout que se creó en Madrid. El 23 de Marzo la Asamblea Técnica Nacional aprobó para esta rama un régimen propio de instrucción y educación dentro aún de las Tropas de Exploradores. Don Lucio Zamora fue asignado como instructor a la jauría de lobatos de Valladolid. Crecía en número de semana en semana, nutrida principalmente de hermanos pequeños de los Scouts que ya eran miembros. Todos juntos, a iniciativa del señor Alcalde Don Álvaro Olea Pimentel participaron en una plantada de árboles por la ribera del Pisuerga y otros puntos a lo largo y ancho de la ciudad. Julio y Pedro participaron en la actividad de aquel día y de ello son testigos aún hoy dos castaños que han crecido con los años fuertes en la ribera frente al edificio de La Electra, donde antes no los había hasta que desde aquella tarde de sábado arraigaron algunos de los plantones y pimpollos enterradas sus raíces de manos de ilusionados niños de pañoleta al cuello.

Misma noticia “La Correspondencia española”- 12 de septiembre de 1923

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Cuando acabaron de plantar la señora esposa del Alcalde, Doña Filomena Pimentel de Ciancas, que había sido nombrada tiempo atrás madrina de la Institución en Valladolid, les convidó a merendar a todos en su finca “La Huerta del Rey”.

Abril de 1924 “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

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Para Valladolid y su Tropa 1924 fue también el año de las condecoraciones Scouts. Meses antes, en enero, por motivos como este y otros similares y ante la expresa solicitud del Comité Provincial de Valladolid, la Institución había concedido a Doña Filomena la medalla de oro al mérito escultista en reconocimiento por su apoyo al movimiento en su ciudad en su calidad de presidenta del Consejo de Damas de la localidad. Era la primera mujer española a la que se le concedía esta distinción. Se la hizo entrega en el marco de un evento celebrado en el salón de actos de la sede de la Asociación, ante la flor y nata de la sociedad vallisoletana y una representación nutrida de la Tropa local. Los Exploradores la vitorearon cuando le fue impuesta la medalla por el señor Conde del Castillo en nombre del Consejo Nacional de Exploradores. Cerró el acto el señor Aguirre con un sentido discurso de agradecimiento a esta mujer en representación de todas las que componen el Comité de Damas y de las castellanas en general. Fue muy aplaudido. Se dieron vivas al Rey y a España y se cantó el himno de los Exploradores.

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“El Explorador” Revista oficial de la Asociación Enero de 1924

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Portada del número de febrero de 1924 de “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

Doña Filomena Pimentel Dama vallisoletana a quien se concedió la Medalla de

oro al mérito escultista.

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En los meses siguientes cuatro condecoraciones más a instructores vallisoletanos se sumarían al reconocimiento a Doña Filomena. Y un mes después, como veremos, se otorgaba al Jefe de la tropa y a la Tropa en su conjunto la medalla de oro a la Constancia.

Mientras los lobatos estaban ocupados plantando pimpollos por las riberas del Pisuerga la Tropa de Valladolid recibía la visita de la patrulla del Kanguro desde Madrid a la que acompañaba una comisión de instructores y cargos madrileños. Se organizaron un sin fin de actos en su honor y nuestros Scouts desempeñaron competentemente su labor de guías para con sus invitados. Hubo excursiones culturales a los principales monumentos y juntos se hicieron fotografías para su uso particular y para la prensa local. Estuvieron visitando la sede de la Diputación Provincial en el Palacio de Pimentel admirándose de poder tocar la cadena que sujeta la reja por la que salió el Rey a ser Bautizado, luego estudiaron con detalle la fachada de San Pablo y consiguieron un permiso especial para entrar al edificio de la Hacienda del Reino a ver el Claustro del Palacio de San Gregorio. Fueron muy comentadas las flores de lis rodeadas de maromas que embellecían los pilares del claustro.

Relación de recompensas entre las que aparecen la de oro al mérito escultista citada y las de oro a la Constancia a Don Lucas Carretero y su hermano Adalberto junto a Don Luis Gallego, y de plata al Mérito escultista y de plata en Cruz Suastica respectivamente a Don Lucas y Don Luis, a la sazón

Instructores de la Tropa de Valladolid. - Mayo de 1924 - “El Explorador” Revista oficial de la Asociación a nivel nacional.

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Visita a Valladolid de Exploradores Madrileños

Mayo de 1924 “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

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Aquella bandera que diez años antes regalara la madrina de por entonces a los Exploradores vallisoletanos y cuya bendición mereció la visita del fundador del escultismo español a Valladolid, en un regreso a su ciudad adoptiva que le emocionó tanto, se había quedado vieja con los años y pedía el relevo a gritos. Ajada y casi irreconocible había conocido los mejores y los peores momentos del crecimiento de la Institución en la ciudad. Había viajado mil y una veces a ”La Peñota”, “Riofrío”, “El Pardo”, Suances, Pinares de Antequera, Jalón, Valdestillas, finca de Canterac, el Pinar, Torrelobatón, Rioseco.. Había recibido honores a su paso, presidido desfiles, promesas, actos solemnes, etc. Desvaída y sin color, gastada por el tiempo y el uso merecía una jubilación digna.

El 18 de Mayo de 1924 la recibió. El Consejo de Damas protectoras bordó a su sustituta y su presidenta amadrinó el acto gemelo de aquel de entonces. El mismo marco. El Campo Grande. Para qué uno mejor si los Scouts de Valladolid tenemos la suerte de contar con uno de los mejores y más grandes e históricos parques ajardinados de España.

A primera hora una comisión acudió a la Estación del Norte a recibir a los palentinos que venían a acompañar a los de Valladolid en tan solemne celebración. Los acompañaron hasta el Café Royalty donde dieron a todos, locales y visitantes, de desayunar invitados por el Consejo de Damas.

Hubo luego frente al templete, donde años más tarde se instaló el reloj, promesas, misa de campaña, bendición de la bandera, desfile y discursos como en 1914. Había muchísimo público. Miles de personas además de las autoridades e invitados llenando el paseo central o de coches del Campo Grande. Entre este, varios miembros de la nueva asociación de “Antiguos Exploradores” en uniforme de instructor. No los conocíamos a pesar de ello. Algunos estaban presentes en una ceremonia similar por segunda vez y decían sentirse reviviendo algo ya vivido, tal era el parecido entre ambas ocasiones. Solo cambiaban los rostros de los allí formados y de los subidos al púlpito del templete del Paseo Central del Campo Grande. Una década separaba ambas bendiciones de banderas.

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Noticia de la bendición de la nueva bandera de la Tropa de Valladolid llevada a efecto el 18 de Mayo de 1924

“El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

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Junio de 1924 “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

Junio de 1924 “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

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La presencia de los “antiguos” se debía sobre todo al acto de homenaje que a continuación se produjo, pues hubo un emocionado recuerdo para un militar que acababa de morirse y que decían había fundado en Valladolid los Scouts hacía más de diez años. Un tal Ramírez de Arellano al que todos ellos llamaban “El Patriarca”.

Para dar lustre al acto, acompañar a los representantes y altas autoridades y velar por la seguridad había una escuadra de guardias civiles a caballo.

Ahí estaban Julio y Pedro. En primera fila. Escoltando en el centro de la plaza a la nueva bandera con su uniforme de lobatos. Y Félix, más atrás entre las filas de los Exploradores de la Tropa.

Toda persona importante del Valladolid de 1924 estaba presente y el público abarrotaba el paseo. Allí fue el Presidente de la Audiencia, el Delegado de Hacienda, Diputados Provinciales, el Alcalde de la Ciudad señor López Serrano y varios de sus Concejales, Catedráticos universitarios, el Director de la Escuela Normal de Maestros y Maestras, representantes del Cabildo, de cada una de las armas y cuerpos de la guarnición, alumnos de la Academia de Caballería, el señor Conde de Castillo Fiel en su calidad de delegado del Consejo Nacional de los Exploradores de España, el Arzobispo señor Gandásegui, el Capitán General Señor Gil Doiz, la presidenta del Comité de Damas y madrina del acto señora Pimentel de Ciancas, el General de

Junio de 1924 “El Norte de Castilla” –Fotos: Cacho-.

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Artillería señor Santiago, el presidente del Consejo del alto patronato señor Vallejo. En otra tribuna las damas de honor del evento, los somatenistas con su Comandante General señor Espinosa, profesoras de la Escuela Normal y componentes del Consejo Local del Alto patronato.

Al frente de la Tropa su Jefe el señor Zamora, que recibió la medalla de oro de la Constancia de manos del Conde de Castillo Fiel quien también impuso el mismo distintivo a la Tropa vallisoletana sobre su recién estrenada bandera.

Tras estas celebraciones los Exploradores de Valladolid acompañados de

los de Palencia fueron a repartir obsequios y donativos entre los niños pobres en su sede social y al acabar se dio un banquete en honor de las autoridades en el Hotel Inglaterra.

Por la tarde la finca de “La Huerta del Rey” de la señora alcaldesa consorte fue el marco para una merienda a los exploradores vallisoletanos y palentinos y donde se hicieron demostraciones, prácticas escultistas y gimnásticas.

Cerró el día una representación en el Teatro Lope de Vega.

Fotografía Colección Cesar Viani (recorte de prensa)

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Junio de 1924 “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

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Desde el año anterior llevaban funcionando los Exploradores en la vecina Tordesillas y por la relativa cercanía la Tropa de Valladolid o algunas de sus patrullas se trasladaban de vez en cuando allí a hacer sus actividades junto a sus hermanos tordesillanos.

Allí más de doscientos chavales de la Villa y de los pueblos de los

alrededores divididos en cuatro banderas (verde, azul, roja y blanca) salían frecuentemente los domingos de excursión. Iban a San Pedro primero a oír misa. En la iglesia tenían reservado el espacio para situarse de tres en fondo en las dos naves laterales y al salir iban desfilando acompañados de su propia banda de cornetas y tambores hasta la plaza donde rompían filas esperando a ser llamados para ir a hacer sus ejercicios a los pinares cercanos de Terradillos de la Abadesa o más cerca aun a la finca de caza del Montico, donde a veces el señor conde les dejaba hacer sus rastreos, juegos, evoluciones y prácticas. O de excursión a Torrecilla, Villalar, Bercero, Matilla, Velilla y otros lugares donde trataban de ejercitar una actividad física y moral, mediante la vida al aire libre con prácticas, marchas, etc. Una vez por semana tenían reunión en su sede social y al acabar el curso campamento. Eran su alma algunos vecinos generosos como Félix Sigüenza Dávila, Alejandro Hervada o Laureano Álvarez.

Exploradores de Tordesillas (Circa 1923 o 24)

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El día 3 de Junio de 1924 se bendijo la bandera de la Tropa de Tordesillas y los Exploradores de la capital vallisoletana fueron a acompañar a sus hermanos. Luego con ellos posaron para la posteridad. En la placa se reconocen algunos de ellos. Allí están por ejemplo en primera fila Isaac Bedoya, Saturnino Zarzuelo Casas, Daniel Campos con la trompeta, y al lado Poncela, Valentín López, Teodoro Serrador, Antonio Rodríguez, Isaac Platón, Ignacio Bermejo, Eugenio Cantalapiedra, Justino Rodríguez, Felipe Muelas Pascual, Nicolás Cesteros, Andrés Castellanos y Félix Zarzuelo. También está Gassó y Luis Muñoz Calzada, quien recitó un poema en aquel acto.3

Para cerrar aquel “año de las medallas” que para los Scouts vallisoletanos fue el 1924 hay que consignar la más importante de todas y que fue la concesión por el gobierno de la Cruz de Caballero de la Real Orden de Isabel La Católica al Jefe de Tropa de Valladolid Don Lucio Zamora.

3 Datos y fotos sacados del artículo del cronista de Tordesillas Don Jesús López Garañeda en el número

de Junio de 2000 de la revista “La Senda”

Exploradores tordesillanos Día de bendición de la bandera de la Tropa de Tordesillas el 3 de Junio de 1924

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Y como broche anual el campamento ya tradicional a la Sierra de Guadarrama, a Cercedilla, a “La Peñota”.

Julio de 1924 “El Explorador” Revista oficial de la Asociación.

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Asistencia de Scouts vallisoletanos a Campamento de “La Peñota” 1924

“El Sol”- 1 de Agosto

Misma noticia “El Imparcial”- 6 de Agosto 1924

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En 1925 pasaron cosas importantes en España y en el mundo. Carter descubría la tumba de Tutankamon y el ejército español desembarcaba en Alhucemas. Se trata de una época en la que el movimiento, a pesar de la reducción de efectivos respecto a la primera etapa, aún goza de un alto prestigio y reconocimiento a nivel social, político y administrativo. El gobierno aprueba ventajas para quienes han sido exploradores cuando tengan que hacer el servicio militar (graduación para instructores, derecho a vestir el uniforme, reducción de tiempo en filas o de periodo de instrucción, etc.) y se considerará la etapa como instructor en una agrupación como mérito valorable en la oposición a maestro nacional. El propio Príncipe de Asturias (Don Alfonso) fue nombrado aquel año Jefe Scout Honorario de la Tropa Scout de Madrid.

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Félix Armengod ya tenía por entonces 14 años y empezaba a dar muestras de una personalidad acentuada y un carácter fuerte. Tenía fama entre los Scouts de su agrupación de mañoso, valiente y buen compañero. Era habilidoso y reunía notables dotes de liderazgo a pesar de su edad. Nadie dudaba de que en el futuro fuera un buen guía para alguna de las patrullas. Había obtenido un buen número de diplomas. Era especialista en fogatería, sanitario y cabuyero. Su hermano Julio ya estaba en la Tropa con él y, teniendo a quien parecerse, también se la conocía por su disposición y espíritu servicial. Sin embargo entre ambos también preparaban algunas travesuras por lo que su instructor había optado, al menos de momento, por separarles en distintas patrullas. Pedro acababa su última ronda como lobato.

Los dos mayores habían sido convocados para asistir con la representación de los Scouts vallisoletanos al solemne acto que iba a tener lugar en Madrid. Prepararon con esmero sus uniformes aquel viernes para tenerlos dispuestos al día siguiente pues habían sido citados a primera hora en la Estación del Norte para coger el tren. Al llegar el bullicio era el de siempre. Una mezcla de adolescente caos y de disciplinada respuesta a las instrucciones. Se preveía un día soleado y lleno de emociones. Tampoco iban con tanta frecuencia al foro para convertirlo en rutina y menos a lo que iban.

Desde la estación de Chamartín fueron escoltados con miembros de Tropas de otras partes de España hasta el parque del Buen Retiro donde estaba previsto que se desarrollara el evento. Consistió este en la imposición de la medalla de Instructor Honorario de la Tropa de Madrid al futuro Rey de España, condecoraciones varias y promesas de los nuevos aspirantes. Para todo ello se habían levantado tribunas que llenó el público asistente. Se quería ver a la Familia Real al completo que había confirmado su asistencia. Pudo hacerse en torno a las once pues allí estaban ya la Reina Madre y varios miembros menores de la augusta familia cuando llegaron los Reyes. Venían acompañados de todos sus hijos encabezados por Don Alfonso, el homenajeado, vestidos todos menos la Reina, como es lógico, de uniforme de la Institución. Seguían al Príncipe de Asturias sus hermanos los infantes Don Juan, Don

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Jaime y Don Gonzalo de la misma guisa. Atravesó esta comitiva una bóveda de bordones hecha por los Exploradores en su honor antes de subir a la tribuna regia.

La formación durante la misa fue en forma de A y de corona, cosa que sorprendió mucho a los vallisoletanos que no participaron de la misma al no haberla ensayado antes. Tras la eucaristía se formó en cuadro con el primogénito del Rey en el centro donde se le entregó el correspondiente diploma, silbato y bastón e impuso la insignia que le correspondía como Jefe Honorario de la Tropa de Madrid. Don Alfonso hijo ejerció su nuevo cargo simbólicamente dando unas voces de mando que los madrileños cumplieron a la perfección. Luego se cantó.

Llegó el momento entonces de las condecoraciones. Se había estado haciendo una suscripción entre los Exploradores de toda España para adquirir la insignia de brillantes que imponer al Secretario General de la Institución, el señor Trucharte. Se le pidió al Rey que se la impusiera y así lo hizo junto a la del lobo de plata que ya le entregara hace años el mismísimo Baden-Powell. Luego se impuso alguna otra a varias personas. Se impuso el lobo de plata en su versión española al Jefe efectivo de la Tropa de Madrid, señor Dimas, fue llamado también a recibir una de estas condecoraciones un instructor madrileño y su agrupación le vitoreó con hurras y haciendo girar sus cuatro bollos sobre los bordones.

Entonces se oyó por al altavoz el llamamiento al instructor de Valladolid, el señor Zamora, que parecía ser el único vallisoletano que no se sorprendió al oír su nombre. Debía saberlo o en caso contrario habría tenido hielo en las venas. Salió de la formación impertérrito dejándoles con las bocas abiertas mientas se dirigía a la tribuna a recibir su condecoración. Con la sorpresa los Exploradores de su Tropa salieron del sopor de inmediato y sus sentidos se pusieron alerta. Entonces recordaron que les habían dicho meses antes de esta concesión que nadie había vuelto a mencionar hasta la fecha. Uno de los nuestros iba a ser premiado por su majestad el Rey. Se trataba ni más ni menos que de la “Orden de Isabel la Católica” que para él había solicitado al Monarca el Gobierno de la nación mediante su Consejo de Ministros en atención a sus méritos. A su regreso a la formación de su Tropa sus Exploradores le recibieron entre gritos y vítores nacidos del orgullo.

Luego bajaron de la tribuna los Infantes Don Juan y Don Jaime y ocuparon sus puestos de guías honorarios de patrulla. Así formados hicieron sus promesas los nuevos Exploradores madrileños. Acabó el acto, como era costumbre, con el desfile ante Sus Majestades de todos los Exploradores presentes.

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Asistencia de Scouts vallisoletanos a

la imposición al Príncipe de Asturias de la Insignia como Jefe Scout Honorario de la Tropa de Madrid (También a Juan Antonio Dimas del Lobo de Plata

y al Instructor Vallisoletano Lucio Zamora de la Orden de Isabel La Católica) “La Época”- 20 de abril de 1925 y “El Sol” de 21 del mismo mes.

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Y llegó el verano y los preparativos para asistir al tradicional Campamento de Montaña de Cercedilla en “La Peñota” al que este año desde Valladolid fueron 30 Exploradores. Entre ellos iban los Armengod que escribían a casa desde allí:

“ En el Campamento de Montaña de los Exploradores de España

“La Peñota”, Cercedilla, Madrid a 5 de Agosto de 1925 Queridos padres. Deseamos que al recibo de la presente se encuentren ustedes bien. Solo

queremos dirigirles unas líneas para hacerles saber que sus tres hijos hemos llegado sin novedad y el campamento de los Exploradores se desarrolla como estaba previsto.

El Campamento se compone de unas cuarenta tiendas en su mayor parte de los Exploradores madrileños. Los 30 de Valladolid estamos en una zona arbolada cerca de los palentinos. Sus tres hijos ya estamos en la Tropa juntos pues Pedro ascendió desde los lobatos. Hay una tienda grande de los barceloneses. Hemos hecho una plaza y calles que comunican los distintos sitios. En el centro nos reunimos al salir el sol y al ponerse para izar y arriar la bandera de España y la de la Institución. Hacemos patrullas de servicio para ir por agua, mantener limpio el recinto, ayudar en la cocina, etcétera. Como otros años hay un botiquín de la Cruz Roja por si hay heridos durante los juegos, cocina para preparar la pitanza de los doscientos veinte acampados más nuestros respectivos instructores, y otras comodidades.

En lo que va de campamento hasta hoy hemos hecho observaciones meteorológicas, aprendido topografía, prácticas de sanidad e higiene, tablas de gimnasia sueca por las mañanas, actuaciones de teatro y clown,.. Los instructores reservan tiempo por las tardes para el estudio, la lectura y las actividades científicas.

Estén seguros de que nos divertimos y aprendemos muchas cosas sanas y valiosas para nuestro porvenir.

Un beso muy fuerte para ambos.

Sus hijos Félix, Julio y Pedro

Postdata: Me encarga mi hermano Pedro que le pida a nuestra madre que haga el favor de enviarnos a la posta del Campamento un paquete con el calzado del uniforme de campo que quedó en casa sobre la cama por olvido y que aquí le es imprescindible. “

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Asistencia de Scouts vallisoletanos a Campamento de “La Peñota” 1925

“La Época”- Viernes 31 de julio

Misma noticia recogida en “La Voz” ese día y al día siguiente

Misma noticia recogida en “El Imparcial” 1 de Agosto 1925

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Dos años después nos encontramos a nuestros protagonistas en la Tropa de Valladolid. Ellos aún siguen al pie del cañón y lo harán varios años más viviendo un buen número de anécdotas y experiencias como veremos. En la guía-anuario de Valladolid que edita la casa Santarén ese año aparecen los Exploradores de España entre las instituciones de la ciudad. Allí se reseña que su domicilio está en el número 3 de la calle Doctrinos, que en el Alto Patronato hay nombres como los de Don Santos Vallejo García o Don José Remís y que la presidenta del Comité de Damas Protectoras sigue siendo Doña Filomena Pimentel y su vicepresidenta es la viuda de Guillén. Entre los maestrescouts, instructores y subinstructores destaca Don Lucio Zamora Villagrá como presidente y Jefe de la Tropa. Le acompañan nombres como el de Adalberto Carretero, Luis Gallego, Andrés Llorente, Félix Urdiales, Fidel Villarubí, Lucas Carretero, Áureo Gutiérrez, Ángel Payerpaj y José Jacob Naveda (En esa curiosa figura que confunde en aquella época el rol de guía de patrulla con el de subinstructor-que combina ser a la vez Explorador y responsable-, dado que muchos de estos nombres nos los encontraremos seis años después en el censo de rovers).

Sin embargo la Agrupación no es lo que era. Tras trece años de su fundación los ánimos y apoyos se han apagado un tanto. Así en 1927 son 110 los Exploradores efectivos que la componen de los quinientos que empezaron aquel año de 1913. Los abandonos tienen su explicación en el natural crecimiento de los muchachos que al ir llegando a los 18 años han de abandonar la Institución. La falta de nuevos ingresos obedece a que los apoyos públicos de nobles y personas principales han decrecido y entre la burguesía vallisoletana no se ve tan necesaria para ser alguien y relacionarse bien, la membresía de sus hijos en los Exploradores. Ciertos sectores además la ven como una institución pro monárquica, elitista, burguesa, militarista y hasta cierto punto carpetovetónica en un tiempo en que algunos ánimos empiezan a estar caldeados. Sólo algunas instituciones le siguen prestando su expreso apoyo. Así por ejemplo el Rotary Club aconseja en su primera conferencia en España en 1928 que sus miembros apunten a sus hijos en los scouts.

Lo mismo ha sucedido en el escultismo español en general en estos años. El censo de 1928 habla de unos 8000 Exploradores en todo el reino y poco más de 90 comités locales, lo cual nos indica un descenso enorme respecto a los 18000 Exploradores y 115 Comités censados en 1914. Don Juan Antonio Dimas desde la Comisaría General se centra más en dotar de calidad educativa a la Institución que en evitar esta sangría a la que considera en cierta manera una purga lógica y una criba hacia las esencias escultistas. Así ese año se introducen dos gigantescas revoluciones metodológicas que ya se vienen probando en otros países. Aparece de manera experimental la rama Rover y el trabajo por Grupos Scouts entendidos como sucesión de las tres ramas en una misma entidad. Juan Antonio Dimas hacía ya pruebas desde hacía algún tiempo con su “Tropa de Experimentación” madrileña con la que usa el

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sistema Roland Phillips aplicándolo a la realidad española. De todas estas innovaciones y probaturas irán llegando en oleadas sucesivas los rumores a provincias.

El jefe de la Tropa vallisoletana sigue siendo Don Lucio Zamora, inasequible al desaliento tras los años. Le ayudan a llevar la jauría de lobatos local y la Tropa Don Lucas Carretero y Don Luis Gallego, a quienes ya conocimos antes recibiendo medallas a la constancia. La Tropa de Valladolid se compone a la fecha de 4 grupos con 5 patrullas de 8 Exploradores (que no son todos activos plenamente ya que entre ellos se incluye a “Exploradores de cuota”).

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Estaba programada visita a la Tropa de Medina del Campo para ese domingo. Tocaba a Julio cambiar ya de botas pues sus hermanos habían tenido su propia compra en meses anteriores. Para ello acudió con su madre Landelina a la fábrica de “La Infantil” que tenía tienda al público en la calle Constitución y que aunque hacía poco que estaba abierta se había convertido ya, por sus precios sin competencia, en la meca de las amas de casa para calzar a los niños de Pucela. El sueño de Julio eran unas de esas botas de futbolista que había en el escaparate. En esos días el deporte al que luego se llamaría rey estaba ganándose la corona. El corazón de Julio se debatía entre sus aficiones a los Exploradores y al futbol. Ambas eran incompatibles al llevarse a cabo las excursiones el mismo día que los partidos. El mismísimo Unamuno había establecido años antes en uno de sus artículos en “El Liberal” una comparativa entre las dos prácticas en la que a sus ojos no salía precisamente ganando el escultismo. También el Catedrático de Salamanca se había salido de tiesto en su peculiar grima hacia la Institución llamando a sus miembros Bueyes-Scouts. Recibió oportuna contestación desde las líneas que le dirigió la pluma ágil de Juan Antonio Dimas quien le “abofeteó” en público con sus palabras al llamar miserable a quien insulta a niños. Por todo lo dicho Julio seguía yendo a ver cuanto partido podía de los que jugaban los dos equipos locales: la Real Unión deportiva y el Club deportivo español, ya fuera con su padre o solo. Se oían rumores que al año siguiente se vieron confirmados cuando el 20 de junio de 1928 nació el Real Valladolid al fusionarse ambas entidades inaugurándose la nueva realidad deportiva un 22 de septiembre con un partido contra el Alavés que ganamos 2 a 1 y que, al no tener campo propio aún, hubo de jugarse en el campo de la sociedad taurina lindante al Coso a las afueras pasado el nuevo hospital militar.

A Julio le había gustado siempre especialmente el juego de “Eugenio”, su futbolista favorito. Se trataba del hijo de Julián de La Fuente, comerciante local dueño de “La Camerana” y “El Escudo de Bilbao” –que años más tarde se llamaría Escudo de España-. De hecho para la fecha de la fusión de los dos equipos en uno Eugenio ya gestionaba directamente esta tienda mientras su hermana Pilar con su marido Jesús llevaban “La Camerana” a las órdenes ambos del patriarca de la familia que por

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entonces tenía 58 años. De este modo se encontró en situación cómoda, como parte de la burguesía comercial de la ciudad, para participar en el proceso de fundación del Real Valladolid Deportivo, ahora ya en calidad de promotor y patrocinador junto con otros nombres ilustres de la ciudad.

Aquella mañana de compras sus hermanos habían quedado sirviendo en la tienda acompañando a Goya, su abuela. Tras la gestión fueron a la cordelería de la Plaza Mayor. Esta estaba en obras pues acababa de derribarse después de muchísimo tiempo el templete Benedicto, que la presidiera tantos años junto a la estatua del fundador de la ciudad, y desde el que durante varias décadas las bandas militares amenizaran la vida vallisoletana y los paseos de domingo.

Llegó por fin el domingo y para cerrar el año la Tropa al completo hizo la visita a Medina del Campo. Allí desde hacía tiempo se intentaba la creación de un Comité local pero la iniciativa no acababa de cuajar. La relación entre Medina del Campo y el escultismo será históricamente complicada. Distintas personas empezarán allí la aventura escultista pero no terminará de dar sus frutos consolidados hasta prácticamente 40 años más tarde con el Grupo Scout “San Juan de la Cruz” con Tirso Lorenzo y otra gente al frente. A lo largo del siglo habrá diversas intentonas e incluso desde allí se apadrinaría en torno a 1968 la creación de la fugaz existencia de los Scouts Hispanos desde la agrupación local del momento o su germen. También se intentó con el grupo “Edelweis” y desde allí se promovió la “Federación Scout Centro” que tampoco tuvo éxito. Pero esta es otra historia sobre la que ya entraremos en su momento. Estábamos en que los Armengod y todos los demás Exploradores de su agrupación, con su instructor el señor Carretero, visitaban aquel 5 de Diciembre el Castillo de la Mota, la plaza y otros lugares importantes de Medina, donde fueron recibidos con los brazos abiertos por las autoridades que veían con buenos ojos la creación de una célula del escultismo allí y querían que la población supiera de qué hablaban.

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En 1928 el prestigioso redactor Don Emilio Carrillo, que a la sazón había sido miembro del Comité Local desde su nacimiento, escribe una serie de artículos sobre los Exploradores en el periódico “El Norte de Castilla” explicando a los vallisoletanos quienes son, cómo se organizan, los nombres de los miembros del alto patronato -que así es como ahora se llama el Comité- los de sus Jefes e Instructores, su número, sus apoyos y relatando alguna de sus actividades.

Y de este modo hemos llegado a 1929. Un año de gran importancia para el escultismo español y especialmente para el vallisoletano. El de la matanza de San Valentín en Chicago y de la gran crisis mundial, a la que desde entonces se conocería precisamente por el año en que sucedió: el crack del 29. Pero también el año de la Exposición Universal de Barcelona, del nacimiento de Tintín, Popeye y Tarzán en el cómic, de los primeros Premios Oscar.. En Valladolid se abre la Escuela de Comercio cerca de la Estación del Norte, que con el tiempo sería conocida como Escuela de Empresariales.

Por aquellos años sigue la reestructuración orgánica del escultismo español. Se aprueban los nuevos estatutos de la Institución y nacen las Federaciones Escultistas. Concretamente la “Federación Castellana” que inicialmente está formada

Excursión a Medina del Campo “El Sol” 6 de Diciembre de 1927

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por las Tropas de Valladolid, Madrid y Cuenca. Más tarde se sumarían a estas las demás de ambas castillas. Se reproducían las polémicas con Unamuno y con Wenceslao Fernández Flórez. El empeño del Consejo Nacional era por diferenciarse de las Escuelas Militares y otras instituciones de corte paracastrense con las que algunos intereses tenía intención de confundir a la Institución y cuya diferencia no parecía clara para algunos Comités locales o instructores a título personal.

Con motivo de la paralela Exposición Universal en Barcelona se decide realizar en la montaña de Montjuich y durante los mismos días un Campamento Nacional al que se invita a otras Asociaciones Scouts nacionales extranjeras, catorce de las cuales aceptan y mandan delegación para representarles. Por esta razón se le da por algunas personas rango de Jamboree Internacional aunque oficialmente no sea así reconocido por el Bureau Mundial ya que de hecho ese año se lleva a cabo el de Arrow Park en Birkenhead, Inglaterra, que sí tiene ese carácter.

También ese año y al siguiente los Exploradores vallisoletanos además de ir a Barcelona visitaron el Palacio Real y el Museo del Prado en Madrid, fueron a Santander de acampada, etc. Pero nos estamos adelantando.

Don Pedro, el padre de los hermanos Armengod, estaba aquel 23 de febrero de 1929 especialmente contento cuando llegó a casa de la jornada en la fábrica de carruajes. Allí había leído que su púgil favorito el día anterior había vencido a un tal Cayo O. Christner. Ello no debía ser sorpresa pues el boxeador vasco Paulino Uzcudun se había proclamado ya en esa época tres veces campeón de Europa, pero al señor Armengod las victorias en tierras americanas le sabían el doble de bien. Sin embargo otros motivos de preocupación le ocupaban esos días la cabeza. Su primogénito, que ese año cumpliría los dieciocho, le había anunciado su intención de prepararse las difíciles oposiciones a bombero del Ayuntamiento de la capital castellana y además simpatizaba en exceso con sus amigos de las juventudes socialistas y de la UGT. Y no es que al padre aquello le pareciera mal, antes al contrario, pero sabía el percal y no es lo mismo verlo en los periódicos que en carne propia.

- Eres aún un crio y no sabes bien en lo que te metes. Félix. Solo te pido que andes con pies de plomo que estos tiempos son de agitación e incertidumbre- le había dicho en alguna ocasión pues aunque no hubiera señales inequívocas el olfato político de Don Pedro Armengod le servía bien.

– Cuando tenga que dejar los Exploradores por la edad padre – había contestado Félix – haré el servicio militar y así tendré luego todo el tiempo del mundo para preparar los ejercicios físicos y superar las pruebas que se requieren y para estudiar de cara a los exámenes. Además que la gimnasia que hacemos con Don Lucas, el instructor de los mayores, me sirve casi tanto como lo aprendido y practicado sobre primeros auxilios, transporte de heridos y fogatería.

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- No te digo que no, Félix. Si no es mal pagado el trabajo y es algo estable aunque peligroso. Si lo que digo es que aún queda tiempo para pensárselo bien y que a tu señora madre no le va a gustar nada esta fijación tuya de los bomberos. ¡Diantres con los Exploradores!. En buena hora se me ocurriría inscribiros a ti y a tus hermanos hace años… Y además, para qué engañarte, siempre creí que tú continuarías el negocio de la fábrica y que tu hermano Julio seguiría con la tienda de tu madre. Eres mañoso y se te ve buena mano con las máquinas, las ruedas, las poleas y los engranajes. Eres inteligente y podrías ser un buen director de tu propio negocio cuando yo me jubilara.

- Puede ser padre, que no le quito razón. Pero ahora me veo más en esto y manos no le van a faltar para la fábrica en la familia cuando crezcan Julio y Pedro el chico.

Entre tanto y mientras aquello llegaba seguían las salidas y excursiones Scouts de los Armengod. A veces por patrullas, a veces toda la Tropa de Valladolid, a veces juntos los tres hermanos al pertenecer al mismo grupo, a veces por separado al estar en distintas categorías según la progresión y edad de cada uno,…

Exploradores vallisoletanos en el Campo Grande -El 1º por la Derecha es Félix Armengod-

(Colección privada Familia Armengod)

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Ahí les tenemos en el Campo Grande, en Wamba, en Dueñas, en la Granja de la Santa Espina. Acompañados siempre de su instructor el señor Carretero. A veces también, cuando sus obligaciones como Jefe de Tropa e Instructor de los lobatos se lo permitían, por el señor Zamora, y muy a menudo por el padre Ángel que hace las funciones de consiliario.

Estas tres rondas solares del 28 al 31 eran para Félix, como queda dicho, sus últimas como Scout. Los rovers no habían llegado todavía a Valladolid como rama y se experimentaban solo en algunos grupos. Tenía dieciocho años. Los veinte, y con ellos el servicio militar, estaban a la vuelta de la esquina y lo de ser bombero no lo tenía como un capricho. Salía en la mayor parte de las excursiones con los demás Exploradores de tercera y cuarta categoría (o de segunda y primera clase), los mayores. Preparaban con ilusión la que sería la actividad central del año: el Jamboree que en Agosto iba a tener lugar en las faldas del Montjuich, en Barcelona.

Muchos de los compañeros de su patrulla eran hijos de ferroviarios. Un día

ojeando un número de la revista “El Explorador” en casa de Jaime, uno de estos, vieron un anuncio de un cuchillo especialmente diseñado para los Scouts, pero el precio era prohibitivo. Don José Miguel, el padre de Jaime, fresador en uno de los talleres, al oír sus conversaciones se ofreció a hacerles uno igual. Ellos aceptaron ilusionados.

Excursión de Exploradores vallisoletanos (Domingo 21 de abril de 1929)

-El 1º por la izquierda es Félix Armengod- (Colección privada Familia Armengod)

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Antiguo cuchillo de los Scouts vallisoletanos fabricado en los talleres ferroviarios de la ciudad siguiendo el patrón del anuncio de la época - Colección particular -

(Mango restaurado sobre el del original de anillos de cuero. En el pomo grabadas las iniciales del propietario y 1ª Halcón)

Anuncio publicado en “El Explorador” (varios números entre 1930 y 1935)

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Y entre unas cosas y otras llegó aquel verano de 1929, y con él el esperado

Jamboree de Barcelona que los Exploradores vallisoletanos llevaban todo el año preparando. Había llegado el momento con el que tantas veces durante la ronda soñaran y que tantos esfuerzos había concitado. Para el que habían entrenado sus prácticas y adiestramientos. Allí iban a conocer Exploradores de toda España y de muchos lugares del mundo. Además se celebraba al amparo de la Exposición Universal, lo que añadía más interés a la visita. Se trata de la actividad Scout más importante que el escultismo vallisoletano ha llevado a cabo desde su nacimiento oficial en 1913 pues aunque se asistió al Jamboree de Olympia solo fueron tres Exploradores mientras que a esta ocasión se acude como contingente de Valladolid con varias patrullas al completo. Dada la importancia del evento un mes antes de partir hacia Cataluña, el 18 de Julio, el Ayuntamiento de Valladolid despidió con una recepción en la Casa Consistorial a las patrullas vallisoletanas que ejercerían en el Jamboree Nacional de Barcelona la representación de la ciudad.

Tras ello la madrina de la Institución invitó a los miembros del contingente vallisoletano y a sus familias a una merienda en su finca del Pinar como otras veces se hiciera en el pasado tras las actividades. A ambas citas fueron los Exploradores como pinceles, con sus uniformes reglamentarios. Sabedores de lo bien que se lo iban a pasar y de los días de aventura escultista que les quedaban por delante, pero también de la responsabilidad de representar a su Tropa.

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El proceso de selección seguido para elegir a los Exploradores que tendrían el honor de ostentar aquella representación había seguido un estricto criterio de mérito scout y constancia. El contingente se formó por tanto con solo Exploradores de tercera y cuarta clase y que reunieran al menos cuatro diplomas. Había pues entre ellos varios sanitarios y especialistas en señales y transmisiones, traductores, topógrafos, cabuyeros, observadores de aves, rastreadores, constructores, etc. Mal papel no se iba a hacer allí seguro. Entre los asistentes seleccionados estaban los hermanos Armengod con su patrulla junto a sus compañeros y miembros de las demás

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patrullas que viajaban: Félix Ramos y su hermano Eliseo, Félix Figueroa, Miguel Rivas, Matías, Mariano Mingo, Luis Moretón y al frente su guía de patrulla Antonio del Campo.

Exactamente un mes después de la recepción, el 18 de Agosto, partían para Barcelona los Exploradores con sus instructores. Habían quedado en el Paseo de los Doctrinos, frente a su sede social para ir hacia la Estación del Norte todos juntos. En el camino les acompañó dándoles escolta el resto de la Tropa desfilando por las calles de Valladolid para despedirles.

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Una vez en la estación y tras los discursos y despedidas de familiares de rigor cargaron los bultos en los vagones que les habían sido destinados y posaron para la posteridad ante la prensa local justo antes de salir. A muchos vecinos curiosos que se acercaron llamados por la aglomeración y los uniformes, la escena les recordaba la salida de las tropas hacia el frente de marruecos que en los años precedentes se había repetido desde allí varias veces. Solo que esta vez había risas y algarabía. Aquellos inconscientes uniformados querían ir a donde fuera su destino.

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Cuando llegó la hora y el instructor transmitió a través de su silbato las instrucciones previamente acordadas y tantas veces ensayadas, todos los Exploradores tomaron sus equipajes de mano, cambiaron sus sombreros de ala ancha por los Ross para el viaje, subieron a los altillos los bordones y se aprestaron cada cual en su camareta, junto a sus amigos, para el viaje que iba a comenzar. Entonces el jefe de estación se cercioró de que nadie quedara en tierra y agitó el banderín que daba al maquinista la señal de partir. El tren se movió. Chirriando primero lento, costándole despegar el hierro del hierro. Luego, con el vapor blanco, aceleró. Por las ventanas los Exploradores asomaban en tropel sus cabezas mirando a sus familiares mientras se despedían finalmente y sus sonrisas y bullicio se alejaban de Valladolid hacia Barcelona.

Tras un día de viaje durmiendo en el vagón los que pudieron dormir, y entre risas, juegos de baraja y murmullos los que más, llegaron a Barcelona el 19. Nadie notó cansancio alguno y junto a sus hermanos de otras partes de España recién llegados como ellos hubo desfiles por la ciudad hasta el lugar del Campamento mientras varios carromatos llevaban hasta allí sus equipajes.

Estación del Norte de Valladolid, salida de la Delegación de Exploradores vallisoletanos asistentes a la Exposición Internacional de Barcelona

18 de Agosto de 1929

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Una vez que llegaron y se instalaron, tras el aseo y el descanso conveniente dieron paseos por los alrededores y curiosearon. Les esperaban dos días de asueto hasta el comienzo del programa, en los que irían incorporándose los demás participantes. Por fin el Jamboree se inauguró el 21 con retraso sobre lo previsto a las seis en la finca de “Los Tres Pinos” en la Montaña de Montjuich, concretamente frente a la plaza de Neptuno, junto a la estación superior del funicular, en terrenos de la Exposición Universal pero con entrada independiente. Además de la de Valladolid había Tropas de Madrid, Ceuta, Mahón, Bilbao, Santander, Zaragoza Hospitalet, Alicante, Calatayud, Ferrol, Gijón, Cartagena, Cuenca, Torrevieja, Castellón,.. y de otros países como Inglaterra, Alemania, Hungría y Chile. Llegaron a lo largo de los días siguientes las Patrullas o representantes cubanos, franceses, italianos, estonios, daneses, argentinos, holandeses y suecos, pues algunos mandaron delegados y Tropa, y otros solo delegados. Varios de ellos venían casi directamente del verdadero Jamboree que se había desarrollado en Birkenhead un mes antes. El representante de Chile regaló a la organización una escultura de bronce y mármol, miniatura de la que hay allí en el Cerro San Cristóbal representando a un Scout chileno. Aquello hizo gracia a los vallisoletanos por la coincidencia en el nombre con su propio “Cerro San Cristóbal”. Acudieron todas las autoridades locales y de la Institución a la inauguración.

Exploradores vallisoletanos por las calles de Barcelona Agosto de 1929

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21-Agosto-1929 Inauguración del Jamboree Nacional de Barcelona

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Presencia de scouts vallisoletanos en el campamento Internacional de Barcelona 1929

ABC – Jueves 22 de Agosto

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Presencia de scouts vallisoletanos en el campamento Internacional de Barcelona 1929

“La Época” –22 de Agosto

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Aquellos 15 días de campamento, desde el 21 de Agosto al 4 de Septiembre, estuvieron llenos de actividades, salidas culturales, excursiones, juegos, prácticas, demostraciones y visitas. Los Exploradores vallisoletanos, divididos en patrullas, usaban un vehículo descapotable que puso la organización a su disposición para los desplazamientos (matrícula 21706 de Barcelona) en el que podían viajar los veinte a la vez más sus instructores y los Exploradores catalanes que les habían asignado como guías y acompañantes.

Vehículo usado por Scouts vallisoletanos en sus desplazamientos (Jamboree Barcelona 1929)

Excursión a Montserrat

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“ En el Campamento Nacional de los Exploradores de España Montjuich, Barcelona, 27 de Agosto de 1929

Querido padre. Antes que nada comunicarle que llegamos bien a Barcelona el día 19 y

que desde entonces todo ha ido como debía. Ya supondrá que entre recepciones en el Ayuntamiento de Valladolid, desfiles, viajes, visitas y las excursiones de aquí, no he tenido tiempo hasta ahora de escribirles unas líneas como Dios manda. Le pido perdón por ello.

Nos llevan a ver muchas cosas. Hemos hecho ya tres excursiones; a recorrer la ciudad, a Montserrat y a las instalaciones del campamento estable de la Tropa catalana en un sitio que se llama Montseny. Hemos montado en barca, visto palacios, el puerto de mar, montañas, parte de la gran Exposición Universal que aquí se desarrolla, el estadio..

Hay aquí gente de muchas naciones y estrechamos lazos con nuestros hermanos de todo el mundo. Algunos de ellos vienen de la gran reunión que ha habido hace poco en Inglaterra. Les hay escoceses con sus gaitas, tangerinos, flemáticos ingleses, húngaros, alemanes…

El otro día hubo un accidente y Alan Kaye, un Explorador inglés con el que he hecho amistad, se lanzó a una balsa profunda en auxilio de un Scout que se estaba ahogando. Le han dado una medalla por ello.

Celebramos una misa en la Catedral antes de ayer día 25. Fuimos hasta allí desfilando atravesando la ciudad todos los asistentes al Jamboree por delegaciones con nuestras banderas. Por las noches está habiendo veladas y fuegos de campamento enormes. Vamos todos y cada noche se encarga de animar una Tropa de un lugar distinto. También ha habido un festival en el Teatro Griego de la Exposición, proyecciones de cinematógrafo, etc.

He de despedirme aquí pues tengo obligaciones. Me comprometo a escribir otra carta antes de volver. Hágale saber a mi madre de nuestro buen estado y dele recuerdos de mis hermanos también. Reciba usted un abrazo y le de a mi madre un afectuoso beso de su hijo mayor.

Félix Armengod Muñoz

P.D. Le adjunto copias de algunas fotografías4 que aquí hemos hecho estos días. Guárdelas cuando mi madre y usted las hayan visto en sitio adecuado pues son un buen recuerdo que no me gustaría perder. Gracias.”

4 Nota del autor: entre los anexos varias de estas fotografías retocadas para eliminar imperfecciones cortesía de la familia Armengod.

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Al dorso: “En esta estamos en la montaña de Montserrat”.

“Formados para revista antes de salir de excursión-Agosto de 1929- Barcelona-Jamboree”

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“Paseando por la Ciudad Condal y el Parque Zoológico. Barcelona –Agosto de 1929-”

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“La Tropa en Montjuich, visita al Palacio Pedralbes, Diputación y Ayuntamiento –Jamboree de 1929-Barcelona-”.

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“En el Palacio Pedralbes en el Jamboree de Barcelona con Exploradores de toda España”.

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“Aquí estoy con la patrulla en el Estadium de la Exposición –Félix-“

“Visita al Pabellón Meridional en la gran Exposición Universal – Agosto 1929-”

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“La patrulla bajando al campamento con Antonio del Campo – Guía -, Arturo Bonet Rosiñol -un Scout barcelonés- y José Rey López -otro de La Coruña-.”

“Paseo en barca por el puerto de Barcelona-1929-“

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“Ejercicios en uniforme de campo en el campamento –Jamboree Barcelona 1929-”

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“ En el Campamento Nacional de los Exploradores de España Montjuich, Barcelona, 3 de Septiembre de 1929

Querido padre. Se ha terminado ya el Campamento y pronto empezaremos el regreso.

Recuerde que primero paramos en Zaragoza y que llegaremos a Valladolid el 8. Estamos cansados todos y con ganas de volver a casa, pero seguro que entiende que nos gustaría que no acabaran estos días tan felices con la de maravillas que hemos podido ver y vivir.

Sin embargo no todo son buenas noticias. Ayer estábamos jugando y ejercitándonos en nuestra zona de acampada conjuntamente con Exploradores de otros lugares. Sucedió entonces que uno de los muchachos, un moro de Tánger de diecinueve años que se llamaba Mustafá, cayó en mala postura sobre unas balas de paja y se desnucó. Algunos estábamos presentes y cerca y acudimos a intentar ayudar pero no supimos hacer más de lo que hicimos. Lo llevamos a la clínica de urgencias que tiene la Cruz Roja en la Exposición y de allí lo trasladaron al Hospital militar pero murió al día siguiente dejándonos a todos los acampados el corazón en un puño. No se ha hecho ninguno de los festejos que había previstos para la clausura, tal es la tristeza general en el ambiente tras la tragedia.

Esto me ha hecho pensar mucho y reafirmarme en las intenciones de las que hace tiempo le hice partícipe. Estoy decidido. Cuando acabe en dos años mí tiempo en los Exploradores y tras el servicio militar (que espero acortar gracias a haberlo sido) prepararé a conciencia el ingreso en el cuerpo de bomberos del Ayuntamiento de la ciudad.

Nos vemos en Valladolid el día 8.

Hágale llegar a mi madre un beso de su hijo que la quiere mucho.

Félix Armengod Muñoz”

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Al dorso: “Ejercicios en uniforme de campo en la campa número uno, la nuestra, del

campamento –Jamboree Barcelona 1929- Aquí ocurrió el ultimo día, el accidente que ocasiono la muerte del Scout de Tánger Mustafá Ben Adelkader Akehj”

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Tras el Jamboree los Exploradores vallisoletanos de regreso a su origen pasaron por Zaragoza donde fueron recibidos por las autoridades locales e hicieron una visita a la basílica del Pilar. Viajaban haciendo el recorrido conjuntamente con la delegación de Gijón. Juntos desfilaron por la capital aragonesa con los zaragozanos.

Cuando tras 19 días desde su salida los Exploradores de Valladolid volvieron a su ciudad, visitando previamente algunas localidades cercanas, les fueron a recibir a la Estación del Norte sus familias y algunos compañeros que no habían podido ir. El tren llegaba por la noche y tras su desembarco seguía camino hacia León y Asturias. Mientras se alejaba, con la humareda y los saludos a los compañeros que seguían viaje, se iban las risas y empezaba el cansancio que invade a quien de pronto cae en la cuenta de que algo ha terminado. Atrás quedaban días de vivencias intensas y de recuerdos imborrables. Experiencias que les construirían y contribuirían a hacer de ellos lo que serían el resto de sus días. Transiciones iniciáticas en el paso a la madurez. Atrás iba quedando la juventud de quienes fueron a Barcelona aquel 1929 y la del escultismo vallisoletano. Una época tocaba a su fin.

Paso de los scouts vallisoletanos por Zaragoza a su vuelta del campamento internacional de Barcelona –

La Vanguardia 6-septiembre-1929

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-------------------- Al comienzo de la siguiente ronda solar varias patrullas vallisoletanas

fueron de excursión a Madrid donde visitaron el Museo del Prado y el Palacio Real. Félix estaba presente en esta excursión a la que acudieron devolviendo la visita que cinco años atrás les hiciera la patrulla del Kanguro madrileña. Disfrutaba estas salidas sacándolas todo su jugo sabedor de que eran las últimas como Explorador al acercarse a la veintena que cumplirá durante la siguiente ronda 1930-31. Su última en los Scouts. En esa fecha era un Explorador de primera clase o cuarta categoría, guía de su patrulla y había obtenido un sinfín de diplomas. Hacía diez años que ingresara en la Tropa de Valladolid tras obtener el permiso de su padre y superar las pruebas de aspirante. Había llegado a formar con sus compañeros de patrulla una pequeña familia de jóvenes sanos y leales mutuamente que se habían visto crecer entre ellos y hacerse los hombres en los que se habían convertido. Amigos de verdad con los que había vivido aventuras mientras crecía, visitado lugares, sentido dolor, miedo, orgullo, cansancio, alegría… Había aprendido de ellos y ellos de él. Aquello se acababa. En eso consistía crecer. Nuevas responsabilidades y retos aparecían en el horizonte. Una nueva etapa en la vida se abría a partir de ese momento. Puede que fuera a ser más intensa, pero difícilmente sería más feliz.

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1929- Excursión de Exploradores vallisoletanos Madrid-Palacio Real (El 9º es Félix Armengod)

1929 - Excursión de Exploradores vallisoletanos Madrid- Museo del Prado (Aparece Félix Armengod)

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Durante aquella ronda solar, ya en 1930, los instructores del Comité Provincial organizaron un ciclo de conferencias en materia de higiene y limpieza por parte de varios especialistas. En Febrero fue el señor Paverpaj, un médico de rayos X que habló sobre la importancia del aire en la vida del Explorador y sostuvo que el fin del escultismo era la salud y esta se consiguía dejando las ciudades para salir al saludable campo. Asistieron todos los miembros de la Tropa organizados por patrullas. Allí estaban los lobos, los bisontes, los halcones..

En Mayo los Exploradores vallisoletanos celebraron el San Jorge oyendo misa en San Lorenzo a las ocho, tomando un desayuno todos juntos en el café del Norte invitados por el Comité de Damas y saliendo de acampada a los terrenos de la Academia de Caballería en el Pinar de Antequera. Allí se recibió a las autoridades y Comité al completo, se oyó la segunda misa del día, esta vez de campaña, ante el Alcalde de Valladolid, el Gobernador Civil, el Arzobispo y el Capitán General de la región militar. Hizo su promesa el tesorero de la asociación, don José Remís y se entregó, con años de retraso, la medalla de oro a la abnegación al Explorador Saturnino Gutiérrez por la donación de sangre que efectuara tiempo atrás, motivo por el que se le otorgó en su momento esta condecoración. También se recompensó al Scout Eulogio Santos con 100 pesetas por su buena conducta desde su ingreso en la Institución. Por la tarde hubo ejercicios y el Comité de damas les invitó a merendar.

Para cerrar el día se arrió bandera. En este acto el Instructor señor Lucas Carretero impuso su distintivo de Explorador-Subinstructor al Scout Mariano Mingo que acababa de recibir tal nombramiento. En señal de salida de su patrulla para ejercer tal menester, el que hasta ese momento había sido su guía le regaló en nombre de sus compañeros un pergamino hecho por ellos y decorado con dibujos escultistas en la esperanza de que le acompañara en su nueva función y fuera un bonito recuerdo de su paso por la patrulla para siempre. Tras ello los Exploradores que habían superado sus exámenes en cada uno de los tres grados recibieron sus diplomas.

Ese año murió Miguel Primo de Rivera, Vocal del Consejo Nacional y Presidente del Directorio, que tanto protegiera, promocionara y promoviera el escultismo durante su gobierno.

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“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Marzo de 1930

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“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de mayo de 1930

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Aquel verano treinta y cinco Exploradores de Valladolid con el señor Carretero al frente hicieron su campamento en los bosques cercanos a Cabo Mayor, en Santander junto a compañeros suyos de allí. Félix Armengod estaba entre los que visitaron a los cántabros.

Hicieron excursiones visitando el faro cercano y haciendo recorridos por la ciudad en las que sus anfitriones les mostraron las excelencias de la zona y la belleza de la costa. Pasearon en barco, visitaron industrias, fábricas y empresas locales, etc.

Los anfitriones de Santander con los que acampaban hacían la mayor parte de las cosas como ellos. Al fin y al cabo compartían reglamento. Sin embargo algunas cosas eran diferentes. El ritmo con el que entonaban el himno era un poco más rápido y surgío la duda de quien de los dos grupos lo hacía correctamente. Las tiendas y materiales tenían aspectos llamativos. Las suyas llevaban un suelo con caucho especial contra la humedad que tiene mucha mas presencia en el puerto de Castilla que en la

Acampada en Santander “El Sol” 23 Julio y 1 de Agosto de 1930

Agosto de 1930 Campamento de Exploradores vallisoletanos Santander

(Félix Armengod de pie el segundo por la derecha)

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meseta como era lógico. Tuvieron que acordar unos horarios pues allí había costumbre de acostarse un poco más tarde por la noche y levantase así mismo. Los vallisoletanos aportaron ejercicios nuevos, practicas de adiestramiento y órdenes de silbato que los cántabros no solían usar. De ellos los de Valladolid aprendieron una gran cantidad de juegos nuevos.

En una de las excursiones les llevaron a ver la antigua zona ballenera y en una gran nave vieron un enorme esqueleto de cetáceo que los pescadores conservaban en su cofradía. En Santander pasaba las vacaciones de verano la familia real en su palacio de la Magdalena pero en ese momento no estaban allí para ser cumplimentados por los Exploradores. No obstante pasearon por el Istmo y visitaron las salas que tienen abierto acceso al público.

También fueron a la cercana playa del Sardinero, al viejo baluarte amurallado, se asomaron a los acantilados del Cabo Mayor y a otros muchos lugares de mar que a los vallisoletanos gustan tanto como ver todos los jardines verdes y poblados y las palmeras hermosas en los paseos. La hierba alta en medio de la ciudad fue uno de sus mejores recuerdos aunque echaban en falta su pan en los desayunos y las comidas.

Todo aquello causó gran impresión en Félix, que acabó entusiasmado la

acampada, enamorado de la ciudad y sus alrededores, de la belleza de sus rincones y callejas.. y del mar. Con su cuchillo grabó sus iniciales en el tronco de un árbol que

Agosto de 1930 - Campamento de Exploradores vallisoletanos en Santander (Como curiosidad esta es una de las primeras imágenes en la que aparecen chicas scouts

uniformadas en el centro de la fotografía y lo que puede que sean scouts marinos)

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miraba al horizonte sobre el Cabo Mayor pensando algún día volver a ver si habían subido al crecer este. No sería la última vez que estuviera en aquella ciudad y sus paisajes, ni aquella marca en una corteza anónima lo único que quedaría de él en Santander.

Agosto de 1930 Excursión de Exploradores vallisoletanos

Santander (Bajada del faro)

Agosto de 1930 - Campamento de Exploradores vallisoletanos en Santander (Sobre la cubierta de un barco. Excursión al puerto)

–Aparece Félix Armengod en la foto-

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Agosto de 1930 - Excursión de Exploradores vallisoletanos Santander (Félix Armengod: 2º por la izquierda)

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Tras el verano se reinicia la actividad escultista con la ronda solar 1930-31, con el que acabará la vida Scout de Félix. Como Explorador de primera clase asume importantes funciones en su seno y hace con los demás de este nivel sus últimas salidas y excursiones como Scout. El año que viene cumplirá los 20 y dejará la Tropa y el escultismo.

“El Sol” 7 Agosto 1930

Agosto de 1930 - Excursión de Exploradores vallisoletanos Santander (Altos Hornos de nueva montaña)

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Aquel último año de Félix como Explorador será uno de los más convulsos de la historia reciente de España y del escultismo español por ende. El 14 de Abril de 1931 se declara la República, el Rey y su familia salen al exilio y se genera una notable reacción contraria a toda institución que se pudiera entender afín o cercana al estadio anterior. Los Exploradores habían sido públicamente apoyados por el Rey en múltiples ocasiones, varios miembros de la Familia Real pertenecían a la Institución y era una imagen conocida la de los infantes, el Príncipe de Asturias y el propio monarca vestidos de uniforme completo de Explorador. El general Primo de Rivera, que había gobernado en anuencia con el Rey desde que diera su golpe de estado, había apoyado de manera fuerte a los Exploradores y mostrado tal apoyo públicamente en su calidad de alto cargo de la entidad. El escultismo era tenido por buena parte de la población como entretenimiento de los hijos de la burguesía o de los militares que así se hacían su miniejercito de infantes o como escuela premilitar adoctrinadora en valores conservadores, castrenses y monárquicos..

No es de extrañar a la vista de todo ello que surgieran cuando menos reticencias respecto a la Institución. Hubo que hacer esfuerzos para hacer ver a las nuevas autoridades la fidelidad al sistema republicano por lo que se suceden declaraciones de adhesión, expresiones de sometimiento al jefe de estado, uso de nuevas simbologías y renuncia a alguna de las anteriores (como fue el caso de la flor de lis tenida como símbolo monárquico), movimientos diplomáticos para lograr el apoyo del nuevo régimen político y de sus principales cabezas dirigentes y el gobierno en pleno, etc.

9 de Noviembre de 1930 Excursión de Exploradores vallisoletanos de 3ª y 4ª categoría

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Inicialmente se vieron suprimidas todo tipo de subvenciones y de ayudas materiales para el funcionamiento organizativo y el derecho al uso de la finca de “El Pardo”, que les había sido cedida por el Rey, les fue retirado. Todo ello luego se modificó a medida que se consolidó la República. El gabinete republicano vio finalmente las ventajas de tener un movimiento infantil y juvenil organizado y con historia. Lo podía adoptar como una herramienta para llevar a cabo algunas de sus políticas en materia de juventud. Solo entonces se aceptó de pleno al escultismo en el nuevo esquema social y político llegando incluso a ser nombrado Niceto Alcalá Zamora presidente de honor de Exploradores de España en 1933, por la insistencia del general Miaja, republicano, masón y Comisario General de enlace de la asociación con el Gobierno.

Esta fue una época en que todos los idearios políticos del espectro entendieron la importancia de tener su propia cantera de adoctrinamiento político y de carne de cañón para tener luego una juventud dispuesta a secundar las posturas de su bando incluso con la violencia. Y todas ellas miraron al escultismo como ejemplo de estructura ya estable, con tradición propia, modos de hacer contrastados y ensayados y atractiva para los niños y jóvenes. La Institución sufrió en este periodo los intentos de ser absorbida con intereses espurios por los partidos políticos de todo signo en Europa, España y a nivel local. “Y si no se puede domesticar nos hacemos nuestra propia Institución de exploradores a nuestra medida”, parecieron pensar algunos. Es el año en que surgieron los balillas de la falange, un grupo creado por José Antonio Primo de Rivera, perfecto conocedor del escultismo por haber sido él mismo Explorador “de cuota” puntualmente cuando niño y por el importante papel jugado por su padre en la historia de la Institución. En su creación por “duplicación” aplicó la fórmula de “quedarse con lo que le interesaba para sus fines y desechar lo demás”. En el mismo Valladolid Onésimo Redondo estaba reclutando entre los jóvenes del medio rural y de la Universidad sus primeros seguidores de lo que serían las Juntas Castellanas de Acción Hispánica, germen de las JONS que luego se unirían a la Falange. En Alemania siguiendo el mismo proceso de “clonación” aparecían las “Juventudes Hitlerianas”, en Italia “Los balillas fascistas” en la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas los “Pioneros comunistas”, etc.

Las banderas de todas las Tropas de España hubieron de cambiar la antigua flor de lis, tenida por excesivamente “borbónica”, rematando la estrella enmarcada con el lema de “Siempre Adelante” por el nuevo símbolo diseñado por el propio Baden-Powell en que se sustituyó aquella por la seña Scout.

La rama Rover se había asentado ya tras su entrada experimental años atrás. Una errónea traducción del inglés del término “Rover” que lo asimilaba a “caminante” en su sentido de “andarín” (en lugar del más correcto “viajero”, “explorador de bosques” “en ruta”, “rastreador de caminos”, etc.) hizo que alguien asumiera, en una época en que no hay excesivos materiales de consulta, como método

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de la rama el de andar. Sin más. Fue la época de las grandes caminatas, de los clanes batiendo records de kilómetros hechos en un día o en una acampada volante. La actividad rover por excelencia de aquel momento era la marcha a pie (o en bicicletas) de un punto a otro. Se hacían pruebas y se trataba de batir marcas. Hubo una marcha Madrid-Santander para Rovers y otras por toda España de ese estilo.

En Mayo de aquel año, el 9 -menos de un mes después de la proclamación

de la república- los Exploradores vallisoletanos celebraron su San Jorge con una velada cómica para las familias e invitados. Actuó como maestro de ceremonias el humorista Sandy y se representaron las obras “Juan José el explorador” por los Scouts y “Jarabe de Pico” por sus instructores.

La nueva bandera tricolor de la Tropa de Valladolid fue la primera que con

carácter oficial desfiló por las calles de la ciudad pues al día siguiente encabezó la marcha que llevaba a la ceremonia de promesas en “Las Moreras”. Se hizo en la chopera por su simbolismo ya que los árboles allí plantados lo habían sido años atrás por los Exploradores de la localidad. En aquella ocasión cobraba por primera vez importancia la fórmula que formaba parte de la promesa misma cuando el Explorador decía comprometerse a hacer cuanto estuviera en su mano para “cumplir sus deberes con su Jefe de estado”. Aquella expresión había sido introducida por expreso deseo de Alfonso XIII sobre la original que inicialmente prometía fidelidad al rey, quien cuando la oyó de voz de Teodoro de Iradier veinte años antes dijo premonitoriamente “mejor cambiarla que nunca se sabe”.

Tras ello hubo discursos ante las autoridades presentes y los socios protectores y familias.

El día 17, domingo, hubo actos escultistas menos públicos. Se entregaron

recompensas y medallas a la constancia, estrellas a los lobatos acreedores a las mismas, diplomas y títulos de grado a Exploradores. Luego se hicieron prácticas, gimnasia y juegos. Fue nombrado Jefe efectivo de la Tropa sustituyendo a Don Lucio Zamora el hasta ahora instructor Don Lucas Carretero que llegaba a este cargo tras una dilatada carrera scout y de servicio a la Institución y a quien se homenajeó.

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Cena de instructores de Valladolid

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“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Junio de 1931

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Ese año también volvieron a hacer su aparición los Scouts Hispanos tras otro de sus ciclos intermitentes que alternaron funcionamiento e inexistencia. Se trataba de un intento por parte de algunas estructuras católicas de generar un escultismo paralelo al oficial y único reconocido oficialmente y que representaban los “Exploradores de España”. Durante un tiempo protagonizaron un periodo de disidencia interna hasta que decidieron apostar por volar solos. La intentona no tuvo nunca reconocimiento alguno por instancias nacionales e internacionales aunque funcionaba de manera similar a otros escultismo católicos existentes en algunos países como los “Scouts de France” y los Scouts Católicos Belgas de Hergé, el creador de Tintín.

Habían tenido su origen en el Colegio del Pilar en Madrid. En Valladolid tuvieron su presencia fugaz en un Grupo en Medina del Campo que junto a otros tres de otras partes de España intentaría sacar de nuevo esta iniciativa adelante. Desde la institución se pide al gobierno una declaración expresa sobre la falta de legitimación de esta corriente para representar al escultismo y se obtiene.

Todo ello acentuó la desconfianza que siempre había habido desde las autoridades eclesiásticas hacia un escultismo que no se dejaba domesticar y al que no le gustaba los intentos de ser replicado con parámetros que no fueran los originales, ya fuera desde intereses políticos o religiosos. Volvieron a sacarse de los baúles desde que se guardaran allí en los primeros años, los rumores de masonería para niños y las acusaciones de dificultar a los niños ir a misa los domingos por solaparse con las actividades.

También ese año nacen los Boy-Scouts de Catalunya, que tampoco se pudieron consolidar ante la falta de reconocimiento oficial que la Generalitat denegaría expresamente en Noviembre de 1934. La “Institución Patriótica de los Exploradores de España” seguía siendo la única reconocida y legitimada en nuestro país en esa fecha para hacer oficialmente escultismo.

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En el verano del 31, del 4 al 16 de Agosto, Félix fue a “La Peñota” por última vez. Aquel sitio era “El Campamento” para él y sus hermanos. Entre aquellos pinos de la sierra de Guadarrama en Cercedillla habían crecido como Exploradores y como hombres cada año. Aquellas peñas habían visto mil y una aventuras de los Exploradores madrileños y sus invitados, quienes como él y su patrulla ya conocían cada centímetro cuadrado de esas piedras y caminos. Entre esos riscos habían aprendido haciendo y no solo escuchando a otro. Experimentando en sus propias carnes el cansancio, la sed, la camaradería, los principios de lealtad, amor a la naturaleza,.. Aquel año de hecho parecía que iban a ir Tropas de toda España: Valencia, Águilas, Cuenca, Santander, Calatayud, Málaga, Ceuta,,

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Scouts de Valladolid en el campamento de la Peñota (Guadarrama),

“La Época” Viernes 10 de Julio de 1931

“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Julio de 1931

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Scouts de Valladolid en el campamento de la Peñota (Guadarrama),

4 al 16 de Agosto de 1931

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Scouts de Valladolid en el campamento de la Peñota (Guadarrama),

4 al 16 de Agosto de 1931 (Descanso en la marcha)

Scouts de Valladolid en el campamento de la Peñota (Guadarrama),

4 al 16 de Agosto de 1931 (Aparece Félix Armengod en la foto)

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Scouts de Valladolid en el campamento de la Peñota (Guadarrama), 4 al 16 de Agosto de 1931

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Félix, Julio y Pedro fueron una vez Exploradores de España, pertenecientes a la Tropa de Valladolid. Un día cuando eran chavales le hicieron a sus compañeros y a sus jefes una promesa: Hacer todo lo que dependiera de ellos para con su patria y los demás, y esforzarse en cumplir una ley que les exigía acabar lo que empezaran, ser educados, sobrios y puros, trabajadores, útiles a los demás, respetuosos, obedientes y disciplinados, leales con los suyos, dignos de confianza,.. y coherentes. Siempre dieron mucha importancia a cumplir cuanto prometían. En aquella y en toda ocasión en que lo hicieron.

Y aun en los peores momentos mantuvieron su palabra el resto de sus días.

Scouts de Valladolid en el campamento de la Peñota (Guadarrama),

4 al 16 de Agosto de 1931 (Velada al atardecer)

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¿Qué fue de Félix Armengod y sus hermanos? Como había previsto Félix juró la bandera de la república en el servicio militar en 1932. Y tras ello se hizo bombero.

El día 18 de Julio de 1936, mientras Luciano Bastardo impedía la quema de la Iglesia de San Esteban por unos descontrolados, Félix estaba de guardia en su trabajo. Ese día fue arrestado por ser republicano y de UGT. Estando en las cocheras del Ayuntamiento, donde los prisioneros eran llevados en espera de que los sacaran a dar el paseíllo a las tapias de San Isidro, alguien intercedió en su ayuda (tenemos el dato pero no nos está permitido darlo). Un falangista le sacó y le entregó un salvoconducto que, con casi absoluta seguridad, le salvó del paredón. Se trataba de un antiguo compañero de su Tropa al que conocimos en el Jamboree de Barcelona. Años más tarde trabajó como conductor y mecánico gracias a su maña con las máquinas. Tras la guerra se trasladó al Santander del que tan buenos recuerdos guardaba, donde empezó un negocio de grúas que tuvo éxito y aún es conocido por las siglas que forman su nombre: FAM. Francisco Umbral cita a su familia y al negocio de Landelina en una de sus novelas.

Su hermano Julio también fue arrestado aquel día. Corrió peor suerte pues fue a la cárcel aunque con el tiempo consiguió escapar llevándose consigo heridas en el cuerpo y en el alma.

El Norte de Castilla recogió su historia el 20 de Diciembre de 2004 con motivo del depósito de las cenizas de Félix como era su deseo.

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Valladolid - Norte de Castilla - 20 de diciembre de 2004

“Por los mártires republicanos. Las cenizas de Félix Armengod Muñoz fueron depositadas ayer en las fosas comunes de UGT y del PSOE La familia de Félix Armengod Muñoz entierra parte de sus cenizas en una de las fosas del cementerio.

Texto de/Nieves Caballero. Fotografía de Henar Sastre.

Las cenizas de su cuerpo, incinerado, han sido mezcladas en los cementerios de Valladolid, Palencia y Santander con la tierra que cubre las fosas comunes donde yacen los restos de los mártires inmolados por su lealtad a la República. Honor a ellos». Ayer se cumplió la última voluntad que dejó escrita el soldado republicano Félix Armengod Muñoz ocho años antes de su muerte, ocurrida el pasado 25 de noviembre en la capital cántabra, para honrar la memoria de todos aquellos que prometieron su lealtad a la República en el año 1932.

«Con este acto cumplimos su última voluntad. Además, creo que el abuelo se quita la espina que tuvo clavada durante todos los años de silencio a los que obligaba la dictadura de Franco. A la hora de morir proclama su sentimiento republicano»

..,destacaba ayer su nieto Félix Villalba Armengod, de 38 años, poco después de que la familia hubiera depositado parte de sus cenizas en la tierra de las dos fosas en las que reposan víctimas de la Guerra Civil

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La memoria de sus hijos, sobrinos y nietos permite rescatar del olvido los retazos de una vida que el propio Armengod les había relatado hasta su muerte y en los que siempre estaba muy presente Valladolid. «En sus últimos días era cuando más recordaba la época de la guerra, incluso lloraba con los momentos más trágicos y desagradables de la historia de España», comparte su nieto. La tienda de Landelina Hijo del propietario de la empresa vallisoletana Carruajes Armengod y de Landelina Muñoz, que regentaba con su madre Goya una tienda en la plaza del Rosarillo, Félix Armengod Muñoz trabajaba como bombero en el Ayuntamiento de Valladolid. La noche del alzamiento, el 18 de julio de 1936, estaba de guardia y fue arrestado como muchos otros republicanos. Sin embargo, contó con la ayuda del abuelo de la modelo y actriz vallisoletana Inés Sastre, a quien conocía desde niño, para abandonar la cárcel. Ese mismo día, su hermano Julio Armengod corrió peor suerte porque fue arrestado en la Casa del Pueblo y fue conducido al Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona, del que más tarde se fugaría junto a otros seiscientos presos, aunque nunca pudo zafarse de las secuelas de las palizas. Reclutado por las tropas de Franco como conductor y mecánico, Félix Armengod Muñoz «hizo toda la guerra con el carnet de UGT guardado», explica su nieto. Tras la guerra, abandona Valladolid y se traslada a Santander con su mujer, Araceli Polo (88 años). «Su habilidad y sus conocimientos de la mecánica del automóvil le llevaron a construir la primera grúa con la que contó Santander», señala su hijo Emilio Armengod Polo. Hoy sus iniciales, FAM, dan nombre a una empresa puntera de Cantabria. «Aunque no ocultaba su forma de pensar, él nunca ha inculcado a la familia su ideología, de hecho sus hijos y nietos han sido católicos», subraya su hijo Emilio para describir a un hombre que respetaba la forma de pensar de los demás. Incluso de vez en cuando compraba El Alcázar -periódico ya desaparecido- para leer sus argumentos. Entre las anécdotas, la familia recuerda una ocasión, ya en tiempos de la democracia, en la que este hombre acudió a un mitin de Blas Piñar en Santander y espetó a los de la entrada: «Soy rojo y republicano, ¿puedo pasar?». Una época muy dura Ana Armengod Polo destaca de su padre lo «íntegro, cabal, y coherente» que fue a lo largo de su vida. «Tenía las ideas muy claras y era muy justo», asegura antes de reconocer que toda la familia ha sufrido con sus recuerdos, con las tragedias y con los horrores que relataba, y que le marcaron la vida, como la añoranza de los amigos perdidos. «Hay que tener en cuenta que el alzamiento en Valladolid fue durísimo». Paz Armengod Alles, de 27 años, nieta, ha viajado desde Suiza a Valladolid para compartir este momento con el resto de la familia, que se reparte entre Santander y Valladolid. Reconoce que su abuelo le ha marcado «muchísimo» porque «era una persona muy especial». Fue un acto entrañable y ajeno al rencor, pero sencillo y austero, «sin atavíos religiosos», por deseo expreso del soldado republicano Félix Armengod Muñoz, cuyas cenizas se mezclan ya con la memoria de los mártires republicanos en los cementerios de Santander, Palencia y Valladolid.”

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Las cenizas del soldado republicano Armengod CARTAS-OPINION FÉLIX VILLALBA ARMENGOD/SANTANDER

«La guerra quedaba declarada y los campos delimitados. Hasta probamos un poco el vino de la Landelina, de garrafón, entre gatos que orinaban las legumbres y bajo un artesonado de jamones, bacalaos y longanizas. Una luz de sótano y conspiración entraba por el ventanuco a ras de calle». El párrafo es de Francisco Umbral ('Los helechos arborescentes') y Landelina es la madre de un vallisoletano que en 1932, como soldado, prometió lealtad a la República y cuyas cenizas serán mezcladas hoy, domingo 19 de diciembre, «con la tierra que cubre las fosas comunes de los mártires inmolados por su lealtad a la República», según fue su deseo. Una parte de Félix Armengod reposa así en la Valladolid de donde salió después de la guerra para acabar fundando una empresa puntera de Santander, grúas FAM. La vida de este vallisoletano tiene mucho de literaria y su historia bien podría empezarse en el puesto que su madre y su abuela Goya tenían en la plaza del Rosarillo y que son parte de la literatura española, que tanto apreciaba el hijo de Landelina, desde el momento en que Umbral dice: «Me los llevé a todos a la tienda de la señora Landelina, que nos dejó pasar a la bodega, como que conocía mucho a todos y respetaba a mi familia. Allí les convidé a castañas pilongas, gigantea, estoposo y dulcísimo regaliz de palo, algarrobas de caballos y pastillas de leche de burra».

Armengod salió de Valladolid para instalarse en Santander después de la guerra. Tras múltiples oficios, se dedicó a las grúas y, hoy en día, la empresa a la que dan nombre las iniciales de Félix Armengod Muñoz es una de las principales del sector en la vecina Cantabria, y aplica siempre la vanguardia de la tecnología que tanto apasionó a su fundador, el que construyó la primera grúa autopropulsada que hubo en Santander.

Hoy ha vuelto, a través de las cenizas, a la ciudad donde se hizo hombre y en la que también descansan sus hermanos Julio y Pedro. Dejó escrita su voluntad de volver y de que su esquela apareciera -se publicó el 26 de noviembre, al día siguiente de su muerte- en EL NORTE DE CASTILLA con el que se aficionó a la lectura de periódicos y en el que su padre, Pedro, publicaba los anuncios de 'Carruajes Armengod' a finales del siglo XIX y principios del XX. También dejó claro que quería ser despedido como soldado republicano para aprovechar y rendir tributo a los muertos junto a los que desde hoy descansa. «Honor a ellos», dejó escrito.”

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1931-1940

“LA GUERRA NOS PILLÓ DE CAMPAMENTO”

Félix Urdiales tenía 17 años en 1933. Se dirigía al local de su grupo scout en los bajos de una casa molinera en la plaza Circular. Vestía su uniforme completo, como era reglamentario y su barjuleta a la espalda. Ese domingo de Julio empezaba el Campamento. De camino hacia allá, en la Plaza Mayor, había quedado para ir juntos con sus amigos Eduardo Aragón y Luis Morchón, que también eran Rovers de la patrulla de los tigres. Allí estaban ya cuando llegó. De uniforme y macuto bajo el cartel del Hotel Imperial. A prudente distancia de la entrada de mujeres de los baños públicos subterráneos que habían sustituido a las antiguas columnas mingitorias. Y de los efluvios que emanaban de allí.

Juntos se dirigieron a su destino. Su aspecto no extrañaba a nadie por dos razones. Primero, porque la Institución ya era suficientemente conocida por los vallisoletanos de aquel momento. Era muy normal verles entrando y saliendo uniformados en grupo y algarabía, por parejas o solos, de los locales de la Institución, que se llamaba “Casa del Explorador” y estaba en el bajo derecha del número 3 de la calle Doctrinos. Los “Exploradores” se habían convertido en parte del paisaje vallisoletano aunque seguía habiendo sospechas de cierto elitismo y afección monárquica (la república tardó en dar al escultismo nuevamente importancia y no lo hizo hasta que se liberó de la carga de los aristócratas en sus comités). La segunda razón era que eran las seis y media de la mañana de un domingo y no había nadie para haberse extrañado.

De camino tenían que pasar por la plaza del Museo, cerca de la Universidad. Hicieron algún chiste sobre el nombre que la pondrían ahora. Esos días se estaba trasladando la exposición de escultura religiosa, que hasta entonces se ubicaba en el Palacio de Santa Cruz y daba nombre a la plaza, a la antigua sede de Hacienda en el Colegio de San Gregorio. Allí se iba a instalar el nuevo y flamante “Museo de Escultura Policromada”, que sería buque insignia cultural de la ciudad durante décadas en el triangulo que formaría con San Pablo y el palacio de Pimentel.

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----------------------------- Tras algunos años bajos el escultismo vallisoletano parecía volver a

recuperarse lentamente. Aquel año 33 marcaba la mayoría de edad del escultismo español y la veintena del local. Desde 1921, fecha del gran descenso en las afiliaciones tras perder la fuerza del primer momento, se veían crecer las agrupaciones de la ciudad de nuevo en número y en presencia por las calles. Los Lobatos y los Rovers ya se habían asentado como ramas por toda España y también en Valladolid formando los nuevos Grupos Scouts, como desde ese momento pasaron a llamarse. El año anterior la Dirección General de Seguridad del Estado había aprobado los nuevos estatutos nacionales. Este cambio había supuesto la renuncia de Iradier y el nombramiento de Juan Antonio Dimas como Jefe Scout Nacional con las consiguientes tensiones y diferencias con los responsables de los distritos provinciales, que habían pasado a llamarse “Comisarios Provinciales”. Por ello algunos (entre otros el de Valladolid) fueron sustituidos o sancionados. Poco después hubo quienes se volvieron a incorporar superada la sanción o alcanzado el “arrepentimiento”. Iradier tenía en ese momento 64 años y era visto por los republicanos como un militar monárquico y cercano a la nobleza.

En aquellos tiempos los Exploradores como Félix, Luis, Eduardo y los demás

seguían con normalidad absoluta sus actividades en un Valladolid conservador dentro de la aceptación del régimen republicano. La burguesía había perdido buena parte de la influencia que tuviera a finales de siglo y principios del XX pero los comerciantes e industriales seguían siendo la clase que dirigía la vida de una ciudad de provincias como esta. Los movimientos obreros estaban organizados y, mientras se mantuvieran dentro de un sistema que se basaba como siempre en que cada cual supiera el sitio que debía ocupar en el mismo, la convivencia era tranquila. Al menos hasta hacía poco, pues puntualmente, aunque cada vez con más frecuencia, se veía rota por episodios violentos protagonizados por descontrolados radicales de izquierdas o por las acciones

Censo de Rovers en Valladolid a 21 de Noviembre de 1933 Fuente: “La Patrulla” Diciembre 1933

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agresivas y desestabilizadoras de grupúsculos como las recientemente creadas milicias de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. Fuera de ello la vida en el Valladolid de aquellos primeros años de los treinta era apacible y en general suficientemente cómoda para la mayor parte de la población.

El campamento de los Exploradores de Valladolid de ese año fue en

Valdestillas, a orillas del Adaja, en una zona de pinares que conocían bien por haber hecho en ella frecuentes excursiones. Esto era así porque estaba magníficamente comunicada con la capital castellana por una estación de tren que les dejaba a una distancia corta de su destino. Lo que menos gustaba a Félix del sitio era la arena. El suelo del pinar no retenía las piquetas de las tiendas inglesas y se pasaba el día volviéndolas a clavar o arriesgándose a que les calara la lona por la noche si llovía. La arena de aquellos pinares además hacía el ambiente irrespirable si con las carreras se levantaba polvo y quemaba si hacía calor o te rozabas al caer sobre ella en los juegos. Sin embargo el pinar era fresco y el Adaja remansaba lo suficiente para chapotear, lo que se agradecía en esa época del año. El acceso al riachuelo era fantástico para las cacerías, rastreos y guerrillas.

En 1933 se abandonaba a nivel nacional el código del Explorador (que constaba de doce artículos) y se sustituía por la Ley Scout (de diez) para unificar criterios a nivel mundial.

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“La Patrulla” Agosto a Octubre 1933

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Era el Jefe de Tropa por entonces don Lucas Carretero5, que había introducido algunas mejoras de infraestructura en la instalación de fortuna. La mas llamativa de ellas sería la iluminación con bombillas eléctricas, que permitía alargar la vida de Campamento más allá del atardecer (que llegaba incluso antes entre los pinos) y organizar veladas nocturnas. Se componía la organización de 24 tiendas para dormir y diferentes servicios. Les esperaban varias tormentas importantes aquel año en la actividad. Tuvieron visitas, proyecciones de películas, excursiones, prácticas, juegos, ejercicios, etc.

De 1934 se guarda especial recuerdo del Campamento. Ese año Félix, Luis, Eduardo, Adalberto, Miguel y los demás Rovers, junto a los Scouts de la Tropa y los Lobatos llevaron a cabo su campamento en Suances con los compañeros de Santander con los que tres años atrás hicieran tan buenas migas. En total se unieron a la aventura unos 100 Scouts. Esta vez tocaba organizar a Valladolid y el señor Carretero fue Jefe de campamento.

5 Nótese que en la ilustración este instructor vallisoletano, que formó parte desde el origen de la Tropa de la ciudad, felicita al escultismo por su 21 cumpleaños en España y señala que esa es la cifra de años que él lleva siendo scout, lo que refuerza la idea de que el escultismo en Valladolid ya funcionaba en 1912 aunque no hayamos encontrado pruebas de su existencia en esa fecha ni otras menciones aparte de esta, por lo que hemos tenido que dar por buena la fecha de enero de 1913 que es la primera alusión fehaciente que hemos encontrado en la investigación. Sin embargo es de destacar que esa primera alusión es de enero de 1913 y hace a su vez referencia a una cierta consolidación o estabilidad ya del escultismo en la localidad y presencia anterior, lo que vuelva a reforzar la teoría de que en realidad podríamos hablar de 1912 como verdadera fecha de comienzo para el mismo. (Nota del autor).

Felicitación del escultismo vallisoletano al nacional en su 21 cumpleaños.

“La Patrulla” Agosto a Octubre de 1933.

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El año siguiente giró en torno a la celebración de la gran fiesta de las Promesas que se celebraría el 14 de Mayo en el Teatro Lope de vega. Los actos que se prepararon alrededor de la ceremonia misma fueron una exposición de los trabajos manuales hechos por los Exploradores y una velada de teatro a beneficio de la Institución en Valladolid que se haría tras el acto solemne de Promesas Scouts. Actuó en la representación el humorista Piera y algunos Rovers e Instructores ejecutaron, ayudados de varias amables señoritas en los papeles femeninos, la obra cómica “El Infierno”. Tuvieron papeles Cesar Chacel Martín, Luis Gallego Iglesias, Vicente Hernández Sánchez y Luis Morchón Paz. En el descanso actuaron los hermanos Zurdo Exploradores y músicos miembros de la Tropa local.

En Julio de ese año falleció Don José Remís, que ocupaba desde hacía años la tesorería de la asociación y al que tanto debía el escultismo vallisoletano. Había sido

“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Abril de 1935

“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Octubre de 1934

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primer Jefe de su Tropa en 1913, por lo que ostentaba el grado de Jefe de Tropa honorario que le había sido concedido años atrás por el Comité Local.

Como todo el mundo supo luego 1936 sería fatídico para España y la

Institución de los Exploradores. Los siguientes años verían la lucha fratricida que arrastraría a unos españoles contra otros y los episodios mas horribles de nuestra historia reciente. Sin embargo aquel Mayo nada parecía presagiar el desastre que sobrevendría en pocos meses y las gentes seguían haciendo su vida normal. Lo mismo sucedía en el escultismo vallisoletano que el 24 de ese mes salía a hacer su fiesta de las promesas al pinar de Antequera y preparaba su campamento de verano ajeno a lo que estaba por llegar.

“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Agosto y Septiembre de 1935

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Pues aunque la situación era compleja, y llevaba siéndolo desde hacía años,

nada presagiaba las dimensiones de lo que estaba a punto de producirse. Si hubiera sido así los españoles no habrían programado sus vacaciones, ni reservado días para el asueto, ni muchas mujeres se hubieran ido como cada verano con sus hijos mientras los “rodriguez” se quedaban a trabajar, ni se hubiera enviado a los Exploradores a los campamentos.

Pero el 18 de Julio de 1936 pasó lo que pasó y los hechos se sucedieron a ritmo trepidante. Ya hemos visto que ese día un antiguo explorador defendía una iglesia contra los exaltados mientras en otros puntos de la ciudad dos hermanos que también habían sido hasta fecha reciente Exploradores eran detenidos por las fuerzas afectas al alzamiento.

Mientras, los Exploradores vallisoletanos estaban de Campamento. Por

suerte la costumbre llevaba siendo desde hacía algunos años realizar estos sin salir de la provincia (excepto en el de Suances) y por ello las salidas en verano se habían estado haciendo a lugares como Viana de Cega o Valdestillas. En otro caso, si se hubieran ido a “La Peñota” por ejemplo, la división en dos zonas que inmediatamente produjo el conflicto hubiera causado problemas. Como los de aquella Tropa zaragozana que

“El Explorador” (Revista oficial de la Asociación Scout) Número de Junio de 1936

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pasaba su campamento en zona contraria y no tuvo tiempo de regresar. Hubo de hacer el campamento más largo de sus vidas hasta que más de un año después pudieron ser intercambiados por un grupo de cómicos y así volver cada uno a su zona.

Sin embargo la relativa tranquilidad que suponía que el campamento fuera en la misma provincia no significó ausencia de prisas, malos ratos y regresos precipitados y atropellados. Los padres de los acampados ante la nueva situación rápidamente fueron a buscarlos, pues aunque Valladolid capital pasó a ser zona nacional desde prácticamente el inicio de la revuelta la situación no estaba nada clara en muchos pueblos de la provincia. Nadie sabía en qué iba a derivar aquello y una cosa era no haberlo previsto y otra negarse a verlo una vez presentado.

Desde el primer momento los Exploradores vallisoletanos fueron anulados.

La sede de la Calle Doctrinos fue saqueada hasta en dos ocasiones por descontrolados afectos a Falange de manera oficiosa y una vez más, esta ya de manera “oficial” por la Falange como institución. El atestado de la Guardia Civil que efectuaba el registro e incautación a favor de las juventudes falangistas, en quien revertían los bienes incautados, habla de banderas, archivos, retratos de pared y elementos de adorno, prendas, mobiliario, materiales de campaña y otros.

La realidad que se vivía era de incertidumbre y miedo. Muchos de los

Rovers y sobre todo de los instructores fueron llamados a filas y salieron para el frente. Sus conocimientos técnicos en topografía, observación, vida en la naturaleza, socorrismo y muchos más, fueron muy valorados por sus oficiales y superiores en algunos casos suponiéndoles facilidades para los ascensos en una situación de guerra. Buena parte de sus compañeros por toda España, los que no tenían edad o estaban en alguna de las situaciones de excusa del servicio activo, hicieron servicios de apoyo como tropas (civiles) organizadas ayudando en su respectiva zona haciendo servicios civiles de cruz roja o colonias infantiles. Malo de Molina cita en sus memorias la cruel circunstancia de que en ambos bandos se llegara a matar Scouts solo por el hecho de serlo. En unos casos por considerarles señoritos vinculados a la falange de algún modo y en otros por una supuesta vinculación masónica. Llega a mencionar expresamente de una agrupación de Oviedo a la que llama “Martir”, sin que consten más detalles de la misma, y a los instructores Feliciano de Grado (de Madrid) Y José Ibáñez Ríos (de Alicante) entre estas víctimas.

La guerra había dividido España en dos. Las fuerzas de la República

conservaron Madrid y la zona nacional se encontró sin conexión con la capital. La Asociación de los Exploradores de España estaba extendida por todo el país y su Comisaria General estaba allí por lo que las Comisarias Provinciales y Agrupaciones Locales de los Exploradores de la zona nacional se encontraron desvinculadas de ella. En un intento de dar cabeza a esta anómala situación en enero del 37 se crea una

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Comisaria General Provisional de los Exploradores de España con sede en Granada que se pone como objetivo mantener activo el Escultismo en zona nacional. De esta Comisaria General Provisional dependía la Comisaría Provincial de Valladolid (Con el señor Lucas Carretero al frente) junto a las de Galicia y León, Asturias, Huelva, Melilla y Canarias. En ella ocupará el cargo de Comisario General Provisional, D. Victor J. Jiménez y Malo de Molina. La constitución de esa Comisaria se comunica, por escrito, a las más altas autoridades del Gobierno formado en la zona nacional y a la oficina Internacional del Escultismo en Londres.

La Guerra Civil supuso la paralización de la vida scout en toda España por el desmembramiento y la imposibilidad de sostener actividades normales. Como era lógico las actividades Scouts se vieron reducidas a la mínima expresión. No obstante se llevó a cabo en Santiago de Compostela un Campamento Nacional en el mes de julio de 1937 por ser Año Santo Compostelano. No asistió delegación desde Valladolid.

Este fue el único Campamento Nacional de los Exploradores de España en esa zona y tendrían que pasar casi cuarenta años para que se volviera a hacer otro.

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Teodoro de Iradier tenía 67 años y vivía en Madrid en el momento de la sublevación. No se presentó a filas en el ejército republicano cuando fue convocado por ser militar. Por ello también fue arrestado y llevado a la cárcel. Tras la guerra sería acusado por el otro bando de colaborar con la república y ser sospechoso de ser masón aunque absuelto por sus muchas obras de difusión patriótica escritas y su hoja de servicios. Murió el 24 de febrero de 1940 (casi un año exacto antes que BP) en compañía de tres de sus exploradores. Dos meses después, el 22 de Abril de ese mismo año el régimen de Franco decretó la suspensión de las actividades de la “Asociación patriótica de los Exploradores de España”. Durante muchos años dejarían de verse pañoletas por las calles y pinares de Valladolid.

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Juego de Pistas: “Mensaje escondido”

En el segundo capítulo hemos conocido a algunos Exploradores vallisoletanos a los que se reconoció su valor en distintos actos de heroísmo. Uno de ellos tiene su propia plaza en el barrio de la Pilarica, con nombres y apellidos. ¿Reconoces este lugar?

¿Quién fue el Explorador Vallisoletano José María Gómez del Barco?

El general Primo de Rivera, que fuera uno de los primeros miembros del Consejo Nacional de los Exploradores de España desde su comienzo y que tanto protegiera al escultismo durante años incluso desde la presidencia del gobierno a finales de los años 20 y principios de los 30, tiene también su propia calle junto a la plaza del ejército cerca del paso Zorrilla en la barriada de las casas militares.

Plaza del aviador Gómez del Barco

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¿Sabías que…

- Los teatros más conocidos de Valladolid fueron escenario de actividades Scouts?

Pues si. Por ejemplo en enero de 1923 en el Teatro Calderón se hizo un festival a beneficio de los Exploradores. Las actuaciones fueron: “La maña de la mañica”, “Escenas castellanas”, “El año pasado por agua” del Dúo de paraguas, los “Tangos argentinos” de “Moyita” y el coro “Que no lo entiende usté”. Y al día siguiente otra fiesta para agradecer a las voluntarias que ayudaron su colaboración.

En el Teatro Lope de Vega también ha habido actos Scouts. En 1924 hubo una representación tras la bendición de la nueva bandera y las promesas y en 1935, el 14 de Mayo, se celebraron promesas en el mismo teatro. Tras ellas hubo una exposición de trabajos manuales y una velada a beneficio de la Institución en Valladolid. Actuó el humorista Piera y se representó la obra cómica “El Infierno”.

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Programa de mano de velada teatral de los scouts vallisoletanos -14 de mayo de 1935-

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- También las novilladas fueron una forma de obtener fondos para los Scouts de Valladolid?

Efectivamente. Hay constancia al menos de algunas corridas de toros con este objeto como la que el 27 de Noviembre de 1913 se hizo a beneficio de la hucha del Explorador o la que siguió a la bendición de la bandera de la agrupación de Valladolid del 14 de Junio de 1914.

Sin embargo también se sabe desde muy pronto que no a todo el mundo le parecían bien estas actividades.

Revista “España” 26 de Agosto de 1915

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Menos mal que los Scouts vallisoletanos han dado también otros usos históricamente a la plaza de Toros de la ciudad.

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CUARTA HUELLA: “¡CARTA! SALID DE DONDE ESTÉIS ESCONDIDOS” (Los años de la clandestinidad - 1940 a 1965)

Como vimos en la tercera huella durante la guerra civil la comisaría general provisional para la zona nacional, que incluía a la agrupación de Valladolid, se ubicó en Granada con “Ojo de Lince” al frente. En los primeros momentos de la guerra se estableció una rudimentaria red entre las Tropas scouts de esa zona para mantenerse informados entre sí de la marcha de los frentes y las nuevas del conflicto. En Valladolid el enlace era don Lucas Carretero que por entonces dirigía el sector centro como Comisario Local de Valladolid y provisional de la provincia.

Una vez que el bando nacional gana la guerra y empieza a gobernar dicta sus primeras resoluciones que afectan al escultismo. Así, solo un año después del fin del enfrentamiento, con fecha 22 de abril de 1940, el nuevo régimen concluye su relación con el movimiento scout español disponiendo mediante una orden la suspensión de las actividades de la Asociación Nacional de los Exploradores de España. El general Franco cierra además de esta manera una personal cuenta pendiente dado que él mismo había sido Delegado Provincial de la Institución en su calidad de gobernador militar en Baleares, en la época en que todas las autoridades de cada lugar figuraban casi obligatoriamente en el cuadro de honor de los Consejos locales y de cada zona.

En la orden de suspensión se argumentaba que ya no era necesaria la actividad de la asociación patriótica de los Exploradores de España al haber otras entidades que se ocuparían desde ese momento de alcanzar los fines que aquella tenía. La existencia de organizaciones juveniles propias del régimen como el Frente de Juventudes hacía perder sentido a la continuidad de un movimiento del que por otra parte se desconfiaba desde el nuevo sistema político y la iglesia católica por sospechoso de anglofilia y origen presuntamente masónico. Como todo lo relacionado aun de lejos con la francmasonería, la posible adscripción del fundador del escultismo y de Iradier a esta orden resultaba obsesiva y preocupante al generalísimo.

Se abría para el escultismo español desde ese momento un periodo oscuro y lleno de dificultades, de alternancia entre la semiclandestinidad y la tolerancia. Abarcaría la década de los 40, empezaría a relajarse en la siguiente y abriría un poco a la luz a partir de mediados de los 60. Pero hasta llegar ahí en ese primer momento quedaron latentes muy pocos núcleos de Exploradores supervivientes, que no se atrevían a hacer sus actividades a la luz del día al no estar clara su situación (no se les había prohibido, solo se señalaba que carecían de personalidad, y la falta de claridad de esta fórmula permitía que pudiera ser entendida según el rigor del intérprete

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concreto en una época en que a estos se les dejaba interpretar lo que les pareciera oportuno en cada momento). Los pocos que había estaban además alejados entre sí, muy aislados y nada coordinados.

El Comisario Local provisional, Lucas Carretero, fue confirmado en 1938

como Comisario Local de Valladolid y de la Zona Centro. En esa responsabilidad se le encomendaron algunas funciones como contactar con las tropas de su región, reorganizar todas las agrupaciones de su zona, ofrecerse a las autoridades “expresando la absoluta e inquebrantable lealtad de los exploradores al nuevo jefe de estado”, etc. Para ello se le daba completa libertad para organizar su oficina y nombrar a sus ayudantes. De él y su situación dijo en alguna ocasión el Jefe Scout Nacional Victor José Malo de Molina que no le envidiaba. “Era un optimista y luchador, pero la realidad de la situación en su zona le oprimía”.

Porque esa situación en Valladolid era, como para el resto de los temas, conformista y seguidista con la postura oficial. La ciudad nunca fue un problema para el régimen, antes al contrario. Se trataba de una capital de provincias. Una muy exaltada al final de la Guerra Civil. Era capital espiritual del alzamiento, junto con Burgos y Salamanca. Por ello durante la dictadura, a diferencia de otros territorios de España más reivindicativos y menos afines al nuevo gobierno y situación política, careció de un escultismo clandestino alternativo a las organizaciones juveniles oficiales. De hecho estas tuvieron en Valladolid un magnífico punto de nacimiento en más de una ocasión, siendo caldo de cultivo, campo de pruebas y lanzadera de muchas de ellas, por lo que hubo menos sitio en Valladolid para el escultismo que en otros lugares si cabe. El proceso de relevo fue evidente. La ideología del partido único invadió la esfera pública y la privada. La Universidad y la calle fueron ocupadas en materia juvenil por el Sindicato de Estudiantes Universitarios y el Frente de Juventudes respectivamente. El escultismo había sido desalojado. La orden de suspensión se asumió y los grupos de Exploradores hasta ese momento activos simplemente desaparecieron. Dejaron de existir. Los Exploradores vallisoletanos guardaron en el fondo de sus baúles sus camisas, pañoletas y sombreros de cuatro golpes. Había cosas más importantes de las que preocuparse. Para unos subirse al nuevo carro, para otros seguir simplemente adelante, para algunos incluso comer o evitar la represión.

Valladolid tuvo un papel protagonista a nivel nacional en ese relevo institucional en materia de organizaciones juveniles. El mismo germen del Frente de Juventudes nace aquí. Esta circunstancia, y varias más que la rodean y ahora vamos a ver, explican algunas cosas acerca de la idiosincrasia del escultismo vallisoletano que surgirá tras el franquismo y la falta de éxito del escultismo alternativo en Valladolid a diferencia de otros lugares durante la dictadura. En Valladolid no hubo Scouts en ese periodo, casi ni siquiera en la clandestinidad, por ser el centro ideológico, sala de partos y punta de flecha (nunca mejor dicho) de los movimientos juveniles adoctrinadores del franquismo. Por todo ello mientras en lugares como Valencia

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podemos encontrar fotos y documentación de salidas, acampadas y excursiones durante el primer periodo del franquismo, y cabe la expresión “tolerancia”, no es así en Valladolid donde todo fue mucho más difícil.

El posterior escultismo que surgirá luego aquí de estas cenizas tendrá por ello sus propios rasgos diferenciadores respecto a otras realidades Scouts en España y pecará de aplicar la teoría del péndulo, tan española, en aspectos como el rigor con la uniformidad, la relación amor-odio con el militarismo, la edad media de los responsables adultos, los estilos directivos de los mandos, la metodología de las actividades, etc. De hecho, como veremos en próximos capítulos, los primeros grupos scouts que renacerán tras la dictadura adolecerán, por falta de otros modelos y de tradición propia, en algunos temas de cierta herencia de las instituciones franquistas juveniles que tuvieran en Valladolid tanta fuerza y estuvieron tan patentes y cercanas para ser copiadas. Vamos a verlo.

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1937 (Tres años antes de la suspensión de actividades): La “Organización juvenil” (germen del frente de juventudes) nace en

Valladolid. José María Gutiérrez del Castillo, al que todo el mundo en aquel Valladolid

rodeado por la guerra civil en pleno apogeo conocía como Chemary, fundó aquí ese año una entidad a la que llama inicialmente “Organización Juvenil”, en la que como fundador se convirtió en todo un símbolo que marcó una época. La ciudad tenía antecedentes en este tipo de colectivos al haber sido antes cuna de las “Juntas Castellanas de Acción Hispánica” del también vallisoletano Onésimo Redondo (del que “Chemary” se declaraba seguidor) que derivarían luego al fusionarse con la organización de Ramiro Ledesma en las JONS con sus propias milicias juveniles. Como se sabe las JONS y la Falange se unirían poco más adelante en una sola entidad en el teatro Calderón de Valladolid. Dentro de esta habría una sección adolescente propia: “Las Falanges Juveniles”.

Aquella “Organización Juvenil” sería el embrión del “Frente de Juventudes” primero –una entidad obligatoria de carácter nacional-, en cuyas actividades, reuniones y campamentos tantos niños y jóvenes vallisoletanos participaron durante décadas, y que derivaría pasado el tiempo en la “OJE” (Organización Juvenil Española).

Como vemos, dadas estas particulares circunstancias locales, la sustitución

en Valladolid del escultismo por entidad juveniles politizadas estaba cantada. Con este escenario y esa capacidad de eliminar a la competencia, si había un sitio en España en el que quedaba poco lugar para los Scouts era Valladolid. La única oportunidad que quedaba a su supervivencia, si es que se la puede llamar así, era soterradamente en los genes de sus nuevos clones. Estas entidades al nacer se fijaron en el modelo que

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tenían más cercano y copiaron algunos aspectos que servía a sus fines y desecharon otros. Eso permitió años más tarde retomar algunos hilos que nunca se habían abandonado en cuanto a algunos valores, concepciones y formas de hacer las cosas.

Pero aunque en esta ciudad la supervivencia del escultismo era

particularmente difícil sin embargo, en esto como en todo, la situación durante la guerra civil aún era confusa. El mismo fundador der la “Organización Juvenil”, José María Gutiérrez del Castillo (Chemary), no tenía claro en sus planteamientos iniciales una guerra abierta contra el escultismo vallisoletano ni un intento de su eliminación, sino que soñaba con una refundición de todos los movimientos juveniles existentes en la ciudad en una sola entidad (bajo el paraguas de la suya y su dirección personal posiblemente). Es lo que se deriva de su discurso de abril de ese año.

Durante la Semana Santa de 1937 los Scouts de Valladolid pertenecientes a

“Exploradores de España” fueron invitados a participar en un curioso Campamento de aquella incipiente “Organización Juvenil”. La formaban “flechas” de la falange (que habían dejado de llamarse ya “balillas” reclamando a las chicas el nombre que se las había dado inicialmente a ellas) y “pelayos” de la “comunión tradicionalista carlista” (que hacía escasos 15 días se acaban de integrar formalmente en la falange pasando todos ellos a llamarse “falange española tradicionalista de las JONS”). El encuentro se celebró en el Pinar de Antequera. Mientras tanto fuera de Valladolid se desarrollaba una guerra civil. Esto nos da una idea de cómo se estaba viviendo en la ciudad el conflicto, si bien es verdad que tuvieron que dormir al raso por la falta de medios.

Allí este Chemary lanza una arenga a los presentes que tiene por objeto abogar por la unificación de todas estas entidades en una sola: la Falange. Desde una posición que se sabe superior dado el poder e influencia de los falangistas en la ciudad propone con humildad un tanto teatral una fusión en falso pie de igualdad. Como a nadie se le escapa lo que había tras ello era una “obligada” absorción que solo era el preludio de la requisa de bienes y sedes de los Exploradores que por toda España se daría tras la declaración de la suspensión de actividades en beneficio directo de la organización juvenil de la falange:

“Camaradas Flechas, Pelayos y Exploradores. Por primera vez en este

cuadro forman al lado de las Legiones de Flechas los Pelayos y los Exploradores de España. Los Flechas os reciben con los brazos abiertos. Todo lo que ellos tienen, poco, porque ellos son pobres, es vuestro”.

Fragmento del discurso de José María Gutiérrez del Castillo en el Campamento del Pinar.

Revista “Libertad” –órgano de promoción de las JONS-,26-4-1937.

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De lo confuso de este inicial planteamiento da prueba el juego del ratón y el gato que se traen con el mismo nombre de la entidad ya que para facilitar que las distintas sensibilidades se sintieran acogidas bajo un mismo paraguas durante algún tiempo se la llama en plural “Organizaciones Juveniles” (También se barajó el de ”Legiones de Juventud”)

Curiosamente la primera sede de los ”cadetes” de aquella Organización Juvenil se sitúa en la calle Doctrinos (¿Casualidad?) y la de los “Flechas” en Leopoldo Cano (¿Estaba allí la sede de alguna de las tropas? Es más que posible. Allí seguiría muchos años y allí posiblemente iniciara su andadura “Manitoba”).

Es más que probable que don Lucas Carretero, que ostentaba cargos de importancia en la zona centro del escultismo del “lado” nacional en su calidad de Comisario Local por Valladolid de la Comisaría Nacional Provisional estuviera presente en este campamento y en las negociaciones o conversaciones que hubiera en aquel intento de fusión/absorción así como que conociera estrechamente a “Chemary”.

Exploradores de Valladolid en torno a 1940 (Obsérvese que la propietaria de la foto se apellida Gallego, ¿Pariente tal vez del

Luis Gallego que luego tanto protagonismo tuviera en el escultismo vallisoletano?

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1939 (Un año antes de la suspensión de actividades): Nace en Valladolid el “Frente de Juventudes” Dos años después, en la misma línea y también en Valladolid –lo que

refuerza este protagonismo de la ciudad en lo relacionado con la generación de los movimientos juveniles del régimen franquista y la especial dificultad para hacer aquí escultismo en ese momento- Enrique Sotomayor, Secretario Nacional del SEU, lanza su proyecto del “Frente de Juventudes” en dos discursos separados por pocos meses dados ambos en el teatro Calderón. En el primero, dirigido a la Juventud Universitaria de Castilla en Septiembre (ya ha acabado la guerra hace meses y la suspensión de actividades está a las puertas), ya lo anticipa citándolo. En el segundo, en Noviembre, ya se explaya en la exposición y lo trata monográficamente, bajo el título “Frente de Juventudes”. La suerte está echada para el escultismo español y los “Exploradores de España”. El primer paso hacia la suspensión se ha dado. El primer clavo en el ataúd se le ha clavado en Valladolid.

1944 (Cuatro años después de la suspensión de actividades): De las pocas muestras de supervivencia del escultismo en la época, al

menos en el plano institucional fue el intento de reunificación a nivel nacional que se dio ese año, a escondidas, entre el escultismo de los Exploradores de España (suspendida de actividades cuatro años antes) y la asociación, prohibida desde 1934 pero activa, de los Scouts Hispanos. Pero no salió adelante. Para los Exploradores la pluriconfesionalidad era un rasgo al que no estaban dispuestos a renunciar y para los católicos era un obstáculo inaceptable para adherirse a una entidad que lo tuviera como propio.

Al año siguiente, casi en 1946, muere Juan Antonio Dimas “Lobo Gris”, un 21 de Diciembre a los 65 años.

1947: Habrá que trasladarse hasta más de mediados de esa década para ver al

escultismo de nuevo boquear intentando respirar entre todo este mar de obstáculos para su supervivencia. Durante este tiempo los miles de Exploradores que había en 1936 habían tenido que dejar de reunirse, salir, uniformarse, hacer promesas, acampadas, excursiones. O lo habían hecho a escondidas bajo la amenaza de ser castigados. Lo más parecido a Patrullas Scouts son las tertulias en cafés donde los antiguos se seguían viendo de vez en cuando para recordar sus experiencias. En Madrid Enrique Genovés decidió dar a alguno de estos encuentros carácter periódico y quedó con antiguos Exploradores una vez al mes, cada 23, en el café Lisboa unidos únicamente por su pasado scout y su deseo de que el escultismo volviera algún día a la

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normalidad española. De estas reuniones semiclandestinas nació el Clan “Lobo Gris” (homenaje a Juan Antonio Dimas usando su nombre de tótem) que fue durante el régimen franquista auténtico motor del mantenimiento y vuelta del escultismo a España y cuya labor nunca ha sido suficientemente reconocida por todos los Scouts que hay en nuestro país. Durante los siguientes quince años con una continuidad y tesón admirables hicieron gestiones procurando la vuelta del escultismo, mantuvieron contactos internacionales, asistieron a cursos de formación scout en otros países, actualizaron los materiales con los nuevos aprendizajes hechos, repasaron los programas y la metodología, sacaron publicaciones, estrecharon los contactos entre los supervivientes, y, en general, prepararon al escultismo para su vuelta.

1950 (El retorno) La situación era de una cierta tolerancia dentro de la suspensión de

actividades y ello permite que en torno a 1950 algunos valientes se atrevan a empezar a trabajar con chicos. El propio Clan “Lobo Gris” es también en esto pionero y así nace en Madrid el Grupo Scout número 1 “Santiago el Mayor” bajo la cubierta de la Sociedad Deportiva Excursionista de aquella ciudad. Ese mismo año se constituyó una Comisión Nacional de Reorganización del Escultismo Español compuesta por antiguos Scouts de los Exploradores de España, de los Scouts Hispanos y de los Boy Scouts del País Valenciá, que deciden llamarse desde ese momento "Asociación de Scouts de España". Los grupos que empiezan a nacer se integran en ella.

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A hurtadillas, como si hiciera algo malo, el señor Carretero abrió la puerta de su casa en la calle Platerías a sus invitados y les franqueó el paso. Los vecinos no lo apreciaban demasiado. Lo tenían por hombre huraño y reservado. Vivir solo se había convertido en motivo para ser sospechoso de algo. Las malas lenguas, que nunca habían parado, decían que debía tener algo de mariquita si se había quedado soltero. A ello no ayudaban poco las frecuentes visitas que recibía, como hoy, de niños y no tan niños, que alimentaban los cotilleos. Otras habladurías referían posibles pasados masónicos o algo peor. Al menos parecía ser hombre religioso del que no se conocía vicio alguno y que asistía a misa de ocho en San Andrés con regularidad. La verdad era que había quedado apartado del mundo desde que fuera defenestrado. Había dejado de contar para los próceres locales y dirigentes del Frente de Juventudes cuando se resistió a la incautación de los bienes que había en la sede de “La Casa del Explorador” de la calle Doctrinos que la Falange había hecho hace tiempo. También contribuyó que se negara a integrarse en los cuadros de mando de la organización falangista en un puesto de bajo rango que le ofrecieron.

Los cuatro muchachos ya conocían la casa y se dirigieron hasta el salón sin cruzar palabra con el anfitrión. Habitualmente estaba soleado, pero ese día habían echado las cortinas a pesar de ser las cinco de la tarde. En el centro de la mesa un

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pastel con una solitaria vela aún sin encender anunciaba que se celebraba algo. En una de las habitaciones dos de los chicos desplegaron sobre la cama los paquetes que traían bajo el brazo. Uno de ellos era el de los uniformes entre papeles y cordeles. El otro un envoltorio rígido que dejaron sin desembalar. En silencio cómplice se quitaron sus camisas y se vistieron sus uniformes. Comprobaron ante el espejo, como otras veces, la rectitud de las insignias y de sus pañuelos de cuello. Dos eran iguales pero el del tercero y el cuarto eran diferentes con aquel y entre sí. Cuando acabaron de recomponerse el ross ligeramente ladeado en la cabeza salieron de nuevo a la penumbra del salón así vestidos. Don Lucas se había quitado la bata que llevaba por si al abrir se cruzaba con algún vecino. Bajo ella su uniforme riguroso e impecable de instructor.

Aparte de ser su 54 cumpleaños ese día había reunión de la Tropa de Valladolid. O lo que quedaba de ella. Alguna de las visitas que recibía de vez en cuando era de alguno de sus antiguos Exploradores. Habían pasado casi quince años desde la última acampada. Ninguno tenía ya edad para seguir siéndolo en activo pero les había que le ayudaban en lo de mantener viva la llama. Muchos de los Scouts de entonces se habían pasado al obligatorio frente de juventudes hacía años y habían cambiado el himno de los Exploradores por el Cara al Sol. Para algunos de ellos no había supuesto un gran cambio pues lo que buscaban era camaradería, naturaleza, juegos y diversión sana para el cuerpo. Tampoco tenían mucho que decidir. Otros sin embargo añoraban el verdadero escultismo de la libertad de conciencia y la promesa voluntaria creyendo en los valores que decías esforzarte en cumplir. Los que quedaban, como los cuatro de ese día, eran hijos de aquellos.

- Se levanta la sesión de la reunión de la Patrulla Leones con su guía

Román “Buho valiente” al frente y actuando como Sachem de la Pluma el Explorador de segunda clase José Gallego “Águila Leal”.-dijo el señor Carretero.

- El orden del día de hoy – expuso el secretario aclarándose la garganta-será: aprobación del acta anterior, revisión de buenas acciones durante la semana, cartilla de pruebas de primera clase del Explorador, celebración del cumpleaños del instructor señor Don Lucas Carretero y renovación de promesas y despedida.

- .. Hacía frío y faltaba luz suficiente, pero no podían abrir las ventanas a la

tarde. Don Lucas se lo planteaba siempre como un juego secreto y misterioso, pero había algo de triste en todo aquello a pesar de sus intentos. Ninguno de los chicos podría tener en el recuerdo lo que él veía mientras sus voces en murmullos proseguían la reunión: Memorias de otras reuniones alegres y a gritos.. gritos de patrulla, sonidos de silbatos, carreras, trenes saliendo, bullicio de excursiones, obras de teatro,

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formaciones, desfiles por las calles, promesas, bosques, plazas, cientos de cuatro bollos y bordones, decenas de Exploradores haciendo escultismo..

- No es nada. Una mota de polvo que se me habrá metido en el ojo. –

Dijo.

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1951 (y década de los 50):

Ese año marca el punto de inflexión en el resurgimiento del escultismo español que se da por dos vías paralelas y simultáneas. Mientras una vertiente confesional da en esas fechas sus primeros pasos hacia realidades tangibles, otros tratan de dar continuidad a los antiguos Exploradores de España. A Los esfuerzos continuadores de quienes había mantenida viva la llama en la clandestinidad se suman en ese empeño por su lado los nuevos de quienes quieren ver concretado el proyecto de un escultismo católico (o continuación, según se entienda, del antiguo intento de generación de los “Scouts Hispanos”).

La realidad scout será en lo terminológico y de divisiones y subgrupos, confusa a los ojos de alguien actualmente. A ello contribuye el hecho de que haya Delegaciones Diocesanas de Escultismo que formen parte de “Exploradores de España” y no de los Scouts Hispanos. En esta última entidad y en ese entorno de adaptaciones y cambios se produjo durante esos años un serio debate sobre nomenclatura y terminología que fue especialmente intenso sobre el propio nombre de la entidad. Se había empezado a usar de manera oficiosa la expresión “Scouts de España” en sustitución de “Exploradores” y solo tras duras discusiones se decidió oficialmente mantener el antiguo nombre para la asociación (Años después, cuando aparecieran los “Escultas”, se reservaría el de “Scouts” para los miembros de la rama Tropa, que quedaría, tras la nueva asignación de edades a cada rama en el programa educativo, entre la Manada de Lobatos y la nueva Tropa Esculta -que más tarde sería llamada Unidad Esculta-). A pesar de esta decisión el uso acabó imponiendo la terminología actual para ASDE y pasó a llamarse así “Asociación de Scouts de España”. Se establece también un nuevo símbolo para los Exploradores españoles de ASDE con la flor de lis blanca con la cruz de Santiago en rojo (que perduraría como símbolo de ASDE hasta 40 años más tarde), y se sustituye el clásico lema “Siempre adelante” por el nuevo “Siempre listo”.

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Al retomarse la continuidad de la Asociación de Exploradores de España, se

inició la reorganización en toda España. Seguía sin haber reconocimiento administrativo, y continuaban siendo mal vistos por los mandos del Frente de Juventudes, pero la tolerancia se acentúo y ya incluso se daban en ciertos puntos actividades públicas en las que participaban algunos Scouts (No así en Valladolid todavía). En esa década nacen bajo el paraguas eclesiástico varias “Delegaciones Diocesanas de Escultismo”. Muchas de ellas se unen a la que será finalmente ASDE. Otras terminarán desembocando en 1960 en la formación del Movimiento Scout Católico (MSC). La Iglesia había empezado a jugar el importante papel que tendría en el regreso del escultismo a Valladolid y a toda España. Con base en las consecuencias que tuvo el recientemente firmado Concordato con la Santa Sede en 1951, algunos seminaristas y párrocos empezaron a hacer algunas actividades Scouts primero en Cataluña influidos por “Scouts de France” para luego irse extendiendo al resto. Así el escultismo católico resurge de manera oficial en Barcelona, en 1957 con el respaldo de su arzobispo. En algunos lugares como San Sebastián algunos scouts habían seguido funcionando en la semitolerancia durante la dictadura. Pronto, junto a los catalanes y los de Zaragoza, Vic, Bilbao, Vigo y Gerona se empezaron a coordinar para promover su legalización, que se obtendría finalmente allá por 1961.

“Voz Scout” (Órgano de difusión del Clan Lobo Gris) Número de Junio de 1961

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En el escultismo español superviviente en la “semitolerancia franquista” algunas cosas han ido cambiando en este periodo gracias al “Clan Lobo Gris”. Su labor de actualización pedagógica scout y la asistencia de sus miembros a cursos de Formación de “Insignia de Madera” a Portugal y otros países van materializándose en concreciones. De esa manera por ejemplo las antiguas jaurías de lobatos han pasado a llamarse manadas y los antiguos Instructores y Maestrescouts ahora son “Scouters”. Se entenderá, según criterios de la época incomprensibles para quienes vivimos en otra y tenemos otros valores, que lo apropiado es que los varones se dediquen a las ramas mayores y de los lobatos se encarguen mujeres. A estas se las dará nombres del libro de la selva por primera vez siendo la Jefa de la manada la “Akela” y las ayudantes “Bagheera”, “Baloo” y “Kaa”.

En el resurgir del nuevo escultismo la implicación primera es a título

particular de personas concretas. Algunas células pequeñas empiezan a funcionar a escondidas en localidades concretas como Burgos, La Bañeza, Bejar... No es así de adelantada la situación todavía en Valladolid donde como hemos visto las condiciones para el resurgimiento se hacían especialmente difíciles por la influencia de los movimientos juveniles del régimen que habían tenido en esta ciudad su cuna. El escultismo empieza a funcionar muy lentamente de nuevo aunque hay grandes dificultades por la ausencia de seguridad jurídica y de medios. La ambigüedad de la “suspensión de actividades” llevará a situaciones absurdas en la práctica. A falta de una política específica, una línea fija a la que agarrarse o unas directrices que seguir, la actuación de las autoridades será errática con la realidad del escultismo. La respuesta que den a la misma circunstancia será diversa según el lugar o la persona. El grado de tolerancia o persecución en cada lugar dependerá del agente concreto (guardas forestales, guardias civiles, alcaldes...). Ante la solicitud de permisos para hacer sus actividades o la misma presencia de “Exploradores” de acampada, salida, etc. cada cual actuará según su conciencia y conocimiento (a veces eran confundidos con el todopoderoso “frente de juventudes” y entonces eran intocables). En algún caso anecdótico dependerá de cuestiones tan caprichosas como la influencia del padre de alguno de los acampados, la graduación del militar que esté al frente del campamento o del bando en el que luchara en la guerra el adulto que dirija la excursión cuando la pareja de la guardia civil le pregunte que quienes son y qué hacen.

En Valladolid todavía tienen que pasar siete u ocho años para que se pueda

ver un atisbo de esperanza para el regreso de los Exploradores. Hacia 1959 se reanuda en el entorno regional cierta actividad Scout con estabilidad de la mano de la Iglesia en lugares como León y Salamanca. También en Segovia, pero dura poco pues sus impulsores se van a Madrid a estudiar y se llevan su grupo y sus ganas allí. En Salamanca concretamente el resurgimiento de la actividad escultista se da en el Colegio Calansanz. Lo fomentan dos estudiantes escolapios que vienen de Bilbao y

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Pamplona y que conocen el programa Scout por sus lecturas de textos originarios del escultismo católico belga. Luego, cuando son trasladados a Colombia, tienen relevo en otros seminaristas y aunque hubo periodos sin actividad aquello fue el germen de la vuelta del escultismo a Castilla y León. Varios grupos más aparecen allí en esa década. De este modo aquel antecedente de los “Scouts hispanos” que en 1933 intentara legitimarse sin éxito como escisión católica de los Exploradores de España -pues fueron prohibidos en 1934 aunque siguieran existiendo a pesar de la prohibición- termina cuajando formal y oficialmente casi 30 años después.

Mientras tanto en el Valladolid cercano a 1960 algunas pistas permiten ver

la luz al final del túnel. Las instituciones juveniles franquistas empiezan a decaer. Ello augura posibilidades de renacimiento del escultismo local. El SEU se ha hipertrofiado por la burocracia, y ha dejado de ser el revolucionario sindicato como el que nació, para pasar a ser herramienta del control franquista de la Universidad. El Frente de Juventudes ha empezado a perder fuerza y terminará dejando paso a la nueva entidad menos ideologizada y mas ágil y cercana a las demandas de los jóvenes del momento: la Organización Juvenil Española (OJE). Se trata de una descarada imitación del escultismo adaptada a la idiosincrasia del régimen y a las circunstancias histórico políticas del momento en esta nueva fase. Basándose en la metodología scout lleva a cabo actividades atractivas para niños y jóvenes, de educación por la acción en el marco de la naturaleza, acompañados sus participantes de adultos, dividiéndose en secciones por edades, en una particular educación en un código de valores reforzada por un compromiso voluntario, expreso, público y ceremonial con los demás, el país y la creencia religiosa (en este caso la oficial). ¿No suena a algo?

La OJE de Valladolid tiene en esa época tres “Hogares” para sus flechas, arqueros y cadetes: el “Hogar Girón” que era antes del Frente de Juventudes, el “Hogar de la Delegación”, en el número 7 de la calle Muro, y el más reciente “Hogar de la OJE” en la Plaza de la División Azul. En ellos los afiliados se encuentran durante la semana para preparar sus actividades o leer al Capitán Trueno, Pulgarcito, Guerrero del antifaz, Roberto Alcazar y Pedrín, Jaimito,.. o leer La Hoja del Lunes, el “Norte de Castilla” o el diario “Pueblo”. Van juntos al cine Girón hasta 1968 en que el “Hogar Girón” fue derribado. La OJE hace en Valladolid campamentos, acampadas y excursiones, actividades de montaña, espeleología, pero también concursos, subvenciones, actividades teatrales, Cineclub Universitario, tunas y bolsas del libro.

Como directa heredera del frente de Juventudes asume parte de su realidad aunque se distancie en otros aspectos (Ya no es, por ejemplo, obligatoria como su antecesora y es menos adoctrinadora en lo político y religioso –aunque todavía tiene buena carga de ello- y más volcada en los valores, y el servicio a la sociedad a la que pertenece como reflejo de la nueva juventud que la forma). Así sigue llevando a cabo alguna de las actividades características del antiguo FJ como fiestas y actos sociales, actividades culturales, muestras y campeonatos deportivos. Otros

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aspectos han ido quedando sin embargo por el camino como los Cuarteles de la Juventud, la Casa de Flechas, la Asistencia sanitaria, la formación premilitar, etc. No obstante en lo institucional se sigue viendo claramente la estrecha vinculación con el régimen que le da cobertura. La OJE está adscrita a la Delegación Provincial de Juventud y mantiene estrechos contactos mediante sus cuadros de mando con alcaldes y jefes locales de la falange, con el Jefe Provincial del Movimiento del que dependen en lo orgánico, con delegados locales, con el consejo provincial de la juventud, con el Gobernador civil.. La Organización Juvenil Española se organiza por “Asambleas de jóvenes” que a pesar del nombre no tienen parámetros democráticos. Las hay de carácter Provincial y Nacional. Sigue usando en su beneficio a título exclusivo las antiguas instalaciones del precursor frente de juventudes como eran el campo deportivo de Valladolid, la Casa de la Juventud en Medina del Campo, las Instalaciones en el Campamento de Santander, así como la red de bazares juveniles. Hubo un proyecto de llevar a cabo un Congreso Nacional de la Juventud en Valladolid que no se llevó a cabo finalmente.

Todos estos aspectos son relevantes para explicarse luego ciertas

particularidades del escultismo vallisoletano que resurge tras la década de los sesenta en la ciudad.

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1960 a 65 (Fin de la clandestinidad)

En 1961 aparece en ASDE la nueva rama de los Escultas. Para ella se elige este nombre de entre los que ofrece el diccionario de la lengua española por su significación en castellano antiguo con connotación de “adelantado”, “batidor” o “escucha”. Ese año un decreto crea la Delegación Nacional de Juventudes y recoge por primera vez en más de 20 años la posibilidad de crear oficialmente y con reconocimiento público entidades juveniles distintas a las del régimen. A petición de los estamentos scouts internacionales y ante la existencia de varias realidades scouts en España se crea ese año el Comité de Enlace del Escultismo Español que tiene por metas unificar en una sola figura a toda esta diversidad y preparar así su reingreso en la organización a nivel mundial.

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El escultismo activo y público se acerca paso a paso a Valladolid. En esa época en Medina del Campo el grupo “Edelweis” inicia su andadura, en Palencia en 1962 los hermanos maristas encabezados por David Isarri, a quien desde Calahorra se hace el encargo de ir abriendo allí el camino escultista, comienza con el Grupo Scout “Castilla”. En Burgos hay constancia de que por esa época (1961) funciona un grupo llamado “Padre Sierra” en honor al sacerdote que lo funda, más tarde algunos seminaristas vitorianos con iniciativa tratan de formar un grupo scout en una de las parroquias de la capital, pero no reciben apoyo hasta años después. Un sacerdote de Bilbao destinado en Barruelo de Santullán mantiene viva la llama con un intento de grupo scout durante algo más de un año desde enero de 1962 hasta que le destinan a Brasil en septiembre del año siguiente. Empieza a instaurarse la costumbre de que cada grupo según va surgiendo, elija unos colores identificativos propios que vistan su pañoleta.

En la reimplantación tiene mucho que ver la iglesia de base y la vida de parroquia. En todos los casos se trata de grupos muy reducidos de menos de veinte personas que son considerados inofensivos y por tanto tolerados aunque no ayudados oficialmente y sí vigilados de cerca. En esta “tolerancia” tiene mucho que ver su vinculación religiosa y su confesionalidad. Es aún época de disimulos y precauciones en las salidas y acampadas, en las reuniones de los adultos, etc. Se evitan así denuncias por asociacionismo ilegal. La única seña exterior es la pañoleta y no se lleva siempre a la vista.

Y no están de más todas esa precauciones desde el punto de vista de los vigilantes pues bajo el signo de los movimientos de iglesia de base se gestan (y este no es una excepción) movimientos críticos de jóvenes-adultos que creen en una revolución social pacífica y en unos valores no siempre en la línea del oficialismo. La alternativa que propugnan no solo es a la pedagogía tradicional, sino que en sus filas hay un germen de deseo de cambio social y político del que el franquismo desconfía al basarse en la responsabilidad personal, la libertad y la auto limitación. Además, el uso que se hace en ellas de la religión no es el deseado desde las estructuras eclesiásticas.

ASDE celebra en 1963 su primera Conferencia Nacional en la que se elige a

Enrique Genovés Jefe Scout Nacional. El Clan Lobo Gris da por finalizada su misión y cambia de estatus pasando a ser Equipo de Servicio. A finales de 1964 la promulgación de la nueva Ley de Asociaciones trae formalmente nuevos aires que respirar. Dan fruto los trabajos del Comité de Enlace del Escultismo Español y se crea, y aprueba por el gobierno, la FEE (Federación Española de Escultismo) que reúne al escultismo catalán, al católico de MSC y al de ASDE.

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En la calle San Blas hay reunión del Hogar de la OJE y han estado viendo una película. Es sábado, 21de Abril de 1965. Los flechas y los arqueros vuelven a sus casas tras la proyección, Atardece. Visten sus boinas y sus jerseys de lana azules con

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banda que les recorre el pecho. Se han dividido en varios grupos. El más grande de ellos está formado por unos once muchachos que se dirigen hacia San Benito tras dejar atrás la plaza de San Miguel. Son los amos del mundo. Como cualquier chico de su edad se sienten audaces, alegres… Se saben inmortales.

Poco más adelante se fijan en otro grupo. Son seis o siete. A sus miembros les tapan las mochilas. No son de los suyos y sin embargo también parecen guardar cierto orden y uniformidad. Pueden ser falangistas aunque no es normal verlos con el equipaje a la espalda.

- Son los nuevos.- Comenta uno. - ¿Qué nuevos?- pregunta otro. - Los Exploradores esos..

Sabedores de su carácter oficialista y respaldado, y con ese innato espíritu juvenil que mezcla superioridad y competitividad, una mirada traviesa se cruza entre ellos… Y empiezan la carrera. Sin tener que decirse nada. Como uno solo, con el alma unificada y gamberra de toda pandilla de críos. Saben que van a hacer alguna trastada aunque todavía no saben cual ni de qué grado. Hasta que quien actúe como líder lo decida con sus actos.

Cuando los Scout se quieren dar cuenta se les han echado encima. Van cansados después de un día de marcha. Los aullidos de ataque les sorprenden demasiado tarde. .. Dos de ellos tendrán que conseguir boinas nuevas para la próxima acampada.

Los gansos de la OJE doblan la curva que baja hacia el mercado del Val entre burlas.

---------------------------- En el Colegio de Lourdes en Valladolid en 1967 el alumno de sexto curso

Fernando Rodil inicia algunas actividades proto-scouts que serían luego el germen del posterior grupo scout “Plus Ultra”.

En 1968 había en Medina del Campo un grupo scout llamado “San Antolín”

de pañoleta verde y roja. Con el tiempo daría paso a “San Juan de la Cruz”. En ambos estuvieron como scouts muchos medinenses, entre ellos Antonio Sánchez del Barrio, actual director de la fundación museo de las ferias de aquella localidad.

En 1965 ASDE lleva a cabo una gran actividad de carácter público con la

que indica su nueva situación. La peregrinación a Santiago de casi mil Scouts de España y otros países -que dan así respaldo internacional a la aparición en público del escultismo español- marca la nueva etapa de la realidad. El Cardenal de Santiago les recibe y oficia una misa. En su juventud había sido Explorador.

El escultismo había salido de la clandestinidad.

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Juego de Pistas: “Mal camino”

El escultismo se hace hoy día en los grupos scouts como hace cien años se hacía en las agrupaciones.

A un grupo scout un local, sede, o en lenguaje informal scout “su base”, le da la vida. Aquellos que tienen la suerte de contar con espacios propios o cedidos y estables en la ciudad (ya sea en colegios, parroquias, etc.) lo saben. Poder pintar sus murales para un lobato es importante, tener su propio rincón de patrulla para una lo es más, personalizar sus escenarios, ambientar sus cubiles, cuevas rover, colgar sus recordatorios de sus corchos, guardar sus uniformes, pañoletas, cuadernos de caza.. en sus armarios, tener un sitio donde reunirse en pandilla, decorarlo, disponer de llaves, responsabilizarse de mantenerlo limpio y ordenado, etc.

No se trata solamente de bajos, locales, sótanos, bodegas, pisos, entresuelos, túneles, garajes... para los Scouts sus bases son los lugares donde programan sus aventuras y diseñan la consecución de sus sueños. Donde aprenden, progresan, crecen. Un local de manada se convierte con la magia del relato de un cuento en un sitio lejano en la selva de Seeonee. En una cueva rover maduran los jóvenes y se convierten en adultos. Cada sábado al empezar la reunión y abrirse las puertas de los locales de los grupos scouts se produce la magia de la fantasía y la ambientación, de la imaginación que crea mundos. Son los espacios de la tradición, en cuyos muros puedes ver las huellas de los que te antecedieron con esa pañoleta, donde se cuelgan las fotos y los recuerdos de mil campamentos. ¿No está mal para cuatro paredes, no?

Sus sedes, locales o bases son por tanto el verdadero centro de reunión donde se encuentran los Scouts cada sábado.

A veces en tus paseos has visto sus fachadas por la ciudad. Las puedes encontrar a tu alrededor por las calles si te fijas. En nuestro juego de rastreo por la ciudad puedes buscarlos. ¿Sabes dónde están estos?

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