hostilidad, psicofisiologÍa y salud …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfhostilidad,...

28
23 Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.) Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1 Marzo de 2007, 23-50, ISSN 0121-4381 HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD CARDIOVASCULAR Francesc Palmero* Universidad Jaume I de Castellón, España José Luis Díez Horpital Dr. Pesset de Valencia, España José Luis Diago Hospital General de Castellón, España Juan Moreno Hospital General de Castellón, España Luis Oblitas Universidad del Valle de México RESUMEN En la actualidad, la etiología de la enfermedad coronaria sigue siendo algo complejo y multifactorial, que implica aspectos genéticos, fisiológicos, quí- micos, nutricionales, ambientales y psicosociales. Dentro de los aspectos psicosociales, el primer ámbito de estudio abordó el Patrón de Conducta Tipo A, configurado por: componentes formales, actitudes y emo- ciones, aspectos motivacionales, conductas abiertas o manifies- tas y aspectos cognitivos . De ahí se pasó a la localización del componente tóxico en el constructo Tipo A, si es que existe algún factor capaz de prede- cir la aparición de posteriores trastornos cardiovasculares. Actualmente, se considera que el componente emocional del PCTA, particularmente el com- plejo ira-hostilidad, parece la variable más importante para detectar a los sujetos propensos a sufrir trastornos cardiovasculares.A partir de este momento los esfuerzos de los investigadores se centraron en un doble ob- jetivo. Por una parte, verificar la relación existente entre la hostilidad y la enfermedad cardiovascular, y, por otra parte, mostrar la asociación entre la hostilidad y la reactividad psicofisiológica cardiovascular. En el plano de la dimensión conceptual y teórica, es necesario establecer qué componente de la hostilidad, o qué interacción entre hostilidad y alguna otra variable, posee la mayor capacidad predictiva del riesgo de enfermedad cardiovascular. * E-mail: [email protected]

Upload: others

Post on 22-Feb-2020

10 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 2 3

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1Marzo de 2007, 23-50,ISSN 0121-4381

HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUDCARDIOVASCULAR

Francesc Palmero*Universidad Jaume I de Castellón, España

José Luis DíezHorpital Dr. Pesset de Valencia, España

José Luis DiagoHospital General de Castellón, España

Juan MorenoHospital General de Castellón, España

Luis OblitasUniversidad del Valle de México

RESUMEN

En la actualidad, la etiología de la enfermedad coronaria sigue siendo algocomplejo y multifactorial, que implica aspectos genéticos, fisiológicos, quí-micos, nutricionales, ambientales y psicosociales. Dentro de los aspectospsicosociales, el primer ámbito de estudio abordó el Patrón de ConductaTipo A, configurado por: componentes formales, actitudes y emo-ciones, aspectos motivacionales, conductas abiertas o manifies-tas y aspectos cognitivos . De ahí se pasó a la localización del componentetóxico en el constructo Tipo A, si es que existe algún factor capaz de prede-cir la aparición de posteriores trastornos cardiovasculares. Actualmente, seconsidera que el componente emocional del PCTA, particularmente el com-plejo ira-hostilidad, parece la variable más importante para detectar a lossujetos propensos a sufrir trastornos cardiovasculares.A partir de estemomento los esfuerzos de los investigadores se centraron en un doble ob-jetivo. Por una parte, verificar la relación existente entre la hostilidad y laenfermedad cardiovascular, y, por otra parte, mostrar la asociación entre lahostilidad y la reactividad psicofisiológica cardiovascular. En el plano dela dimensión conceptual y teórica, es necesario establecer qué componentede la hostilidad, o qué interacción entre hostilidad y alguna otra variable,posee la mayor capacidad predictiva del riesgo de enfermedad cardiovascular.

* E-mail: [email protected]

Page 2: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas2 4

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

En el plano de la dimensión psicofisiológica, es necesariohomogenizar, hasta donde se pueda, los procedimientos de registropsicofisiológico: a) en lo que se refiere a los parámetros selecciona-dos para los estudios, b) en lo referido a la metodología de mediciónde dichos los parámetros, c) en lo referido a la consideración de laduración de la respuesta, y no sólo la intensidad de la misma.

Palabras clave: Hostilidad, reactividad psicofisiológica, saludcardiovascular

ABSTRACT

At the present time, the aetiology of the coronary diseasecontinuesbeing something complex and multifactorial, that impliesgenetic, physiological, chemical, nutritional, environmental andpsychosocialaspects. Within the psychosocial aspects, the first scopeof study approachedthe Type A Behavior Pattern (TABP), formedby: formal components,motivational emotional, cognitive and openbehavioural aspects. At the moment, it is considered that the emotionalcomponent of the TABP, particularly the complex anger-hostility,seems the variable most important to detect to the subjects prone toundergo cardiovascular diseases.At this moment the efforts of theinvestigators were directed in a double objective. On the one hand,to verify the existing relationbetween the hostility and thecardiovascular disease, and, on the other hand, to show to theassociation between the hostility and thepsychophysiologicalcardiovascular reactivity. In the plane of the conceptual and theoreticaldimension, it is necessary to establish what component of thehostility, or what interaction between hostility and some other varia-ble, has the greater predictive capacity on he risk of cardiovasculardisease. In the plane of the psichophysiological dimension, it isnecessary to unify the procedures of psychophysiological recording,in the referred to a) the parameters selected for the studies, b) themethodology of measurement, c) the consideration of the duration ofthe answer, and not only the intensity of the same one.

Key words: Hostility, psychophysiological reactivity cardiovascularhealth

Page 3: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 2 5

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

ANTECEDENTES

Los trastornos cardiovascularesrepresentan una de las princi-pales causas de enfermedad y

mortalidad en los países indus-trializados. A modo de ejemplo, hacetan sólo dos décadas, los datos sobreprevalencia y mortalidad causadas poresta enfermedad en Estados Unidos re-sultaban alarmantes. Concretamen-te, el número de personas afectadaspor algún tipo de enfermedad del sis-tema cardiovascular superaba los 29millones de casos, de los cuales másde un millón (cerca del 3,5%) teníanla muerte como desenlace (Daviglus,Liu, Greenland & Dyer, 1998).

Durante las últimas décadas, laelevada prevalencia y tasa de morta-lidad causadas por los trastornoscardiovasculares ha llevado al progre-so en la búsqueda e identificación delos factores de riesgo para el padeci-miento de este tipo de trastornos,hallándose como factores más impor-tantes la edad, el sexo, el colesterol,la hipertensión, el consumo de taba-co, y la obesidad. Sin embargo, a pe-sar de que la relación entre losanteriores factores de riesgo (común-mente llamados factores “clásicos” deriesgo) y los trastornos cardiovas-culares ha sido establecida, dichosfactores, tanto si se les considera deforma independiente, como si se lesconsidera de forma conjunta ointerrelacionada, no explican más del50% de la varianza en la prediccióndel riesgo a padecer alguna enferme-dad cardiovascular, con lo cual la tesi-tura parece clara: es imprescindible

buscar otros factores de riesgo másallá de los denominados “clásicos”.

La investigación ha tomado unrumbo más amplio, considerando laetiología de la enfermedad coronariacomo algo complejo y multifactorial,que implica aspectos genéticos, fisio-lógicos, químicos, nutricionales, am-bientales y psicosociales. Dentro de losaspectos psicosociales, los primerosintentos se centraron en el estudio delmodo en que los sujetos que padecíantrastornos coronarios se enfrentabana las distintas situaciones. Es decir,se estudió la posibilidad de que algu-na forma particular de conducta pu-diese tener una cierta relevancia ala hora de entender el porqué de losproblemas cardiovasculares. Así, lospioneros trabajos de Rosenman &Friedman ponen de relieve el proba-ble papel que juegan ciertas conduc-tas y rasgos de personalidad a la horade entender la predisposición alpadecimiento de trastornos cardiovas-culares (Friedman & Rosenman,1959; Rosenman & Friedman, 1961).A partir de la observación clínica desus pacientes afectados por cardiopa-tía isquémica, acuñaron el conceptoPatrón de Conducta Tipo A (PCTA), enel que se incluían todas aquellas con-ductas y rasgos de personalidad queencontraron de forma repetida en suspacientes. Estos autores definierondicho patrón como

“...un complejo de acción-emoción, quepuede ser observado en cualquier per-sona que se encuentra agresivamen-te implicada en un crónico e incesanteconflicto para conseguir más y más en

Page 4: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas2 6

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

nando como detonante que precipiteeventos clínicos en pacientes con unaarterosclerosis coronaria ya desarro-llada, pudiendo encontrarse en la basede cualquiera de dichas posibilidades,tanto un incremento excesivo en laliberación de catecolaminas, que me-dian la agregación plaquetaria, la for-mación de trombos y la producción dearritmias cardiacas, como la produc-ción de cambios hemodinámicos derelevancia, tales como el incrementode la resistencia vascular periférica,de la presión sanguínea y/o de la tasacardíaca, aspectos éstos que puedenproducir isquemia, coágulos o arrit-mias cardíacas (Rosenman, Brand,Jenkins, Friedman, Strauss & Wurm,1975; Haynes, Feinleib & Kannel,1980).

Tras un período de auge, al menosaparente, en el que parecían cumplir-se todas las predicciones hipotetizadaspor los investigadores respecto alPCTA, y cuando la comunidad cientí-fica comenzaba a asumir la relaciónentre PCTA y trastornos cardiovas-culares, también empiezan a surgirresultados en los que se cuestionabadicha relación (Myrtek, 1995).

Son variadas, pero consistentes,las causas a las que se ha atribuido elhallazgo de resultados contradictorios.

En primer lugar, una posible expli-cación de dichos resultados puede ra-dicar en las inconsistencias en cuantoal tipo de instrumento de medida uti-lizado para evaluar el PCTA. Concre-tamente, ha habido diversosprocedimientos, debiendo destacar lossiguientes: la Entrevista Estructurada,

el menor tiempo posible, y, si fueranecesario, en contra de los esfuerzosopositores de otras cosas o personas”(Rosenman, 1996, p. 91).

Lo que caracteriza a este patrón deconducta como elemento perjudicialpara la salud de las personas que lomanifiestan es el peculiar estilo deafrontamiento, basado en un uso abu-sivo de estrategias activas, acompa-ñadas con respuestas emocionales dehostilidad y apresuramiento.

Así, el PCTA está configurado por:componentes formales —voz alta, hablarápida, excesiva actividad psicomotora,tensión de la musculatura facial, ex-cesiva gesticulación y otros manie-rismos típicos—; actitudes y emociones—hostilidad, impaciencia, ira yagresividad—; aspectos motivacionales—motivación de logro, competitividad,orientación al éxito, afán de supera-ción y ambición—; conductas abiertaso manifiestas —urgencia de tiempo,prisa, rapidez, hiperactividad e impli-cación en el trabajo—; aspectoscognitivos —necesidad de control am-biental y estilo atribucional caracte-rístico— (Friedman & Rosenman,1974). En definitiva, los resultados ob-tenidos en múltiples investigacionespermitieron vislumbrar la posibilidadde que este patrón conductual no sóloestuviese asociado con la cardiopatíaisquémica, sino que incluso pudieraser considerado como un factor inde-pendiente de riesgo para esta enfer-medad. El PCTA puede ejercer su papelen la etiología y curso de la enferme-dad, bien actuando directamente enel proceso aterogénico, bien funcio-

Page 5: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 2 7

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

el Inventario de Actividad de Jenkins(JAS), la Escala Bortner, la EscalaFramingham, la Escala Thurstone,entre otras. El uso de técnicas tan dis-pares en la evaluación del PCTA pue-de haber influido en esos resultadoscontradictorios. A esto hay que aña-dir la falta de un criterio unánime ala hora de aplicar instrumentos deevaluación tales como la EntrevistaEstructurada, en la que, no sólo seevalúa el contenido de las respuestasdel sujeto, sino la forma de interacciónentre el sujeto evaluado y el entrevis-tador, que depende en gran medida del“estilo” del entrevistador al llevar acabo la entrevista. La entrevistaestructurada (ES) —que ha sido elprincipal instrumento para medir elPCTA—, presentaba un muy bajo ín-dice de fiabilidad, ya que daba lugar aun bajo acuerdo entre jueces. El In-ventario de Actividad de Jenkins(JAS), desarrollado a partir de la ESpara subsanar los inconvenientes deésta, también fue cuestionado, pre-cisamente por la falta de coherencia conlas clasificaciones realizadas con la ES.

En segundo lugar, debemos apun-tar el inadecuado tamaño y composi-ción de las muestras estudiadas enalgunas investigaciones, puesto que,aunque se hayan realizado estudioscon muestras suficientemente repre-sentativas, muchos de los trabajos sehan llevado a cabo con muestras queno alcanzaban los 150 individuos. Ade-más, gran parte de los estudios se hanrealizado con muestras compuestascasi exclusivamente por individuos desexo masculino, existiendo tan sólo un

reducido número de trabajos reali-zados con muestras formadas pormujeres.

En tercer lugar, se ha argumenta-do también, como explicación a lasinconsistencias y contradicciones enla relación entre PCTA y trastornoscardiovasculares, el hecho de queaquél sea considerado como unconstructo multidimensional. Es estanaturaleza multidimensional la quepuede conducir a inconsistencias a lahora de constatar su relación con lostrastornos cardiovasculares. Así, poruna parte, la elevada puntuación deun individuo en cualquiera de los com-ponentes o atributos del PCTA puedehacer que ese sujeto sea clasificadocomo Tipo A; sin embargo, por otraparte, la elevada puntuación de unindividuo en otro de los componentesdel PCTA también permite que dichoindividuo sea considerado como suje-to Tipo A. Cabe la posibilidad, hartoprobable, de que los dos individuos quehan sido considerados como Tipo A ten-gan muy pocas cosas en común (salvola de la categorización de ambos comoTipo A). Es decir, no está demostradoque todos los atributos o componentesenglobados dentro de este constructoimpliquen del mismo modo un patrónde predisposición a la enfermedadcoronaria. Puesto que las medidasexistentes del constructo no explicanqué diferentes aspectos del PCTA es-tán relacionados (o no) con las diferen-tes enfermedades cardiovasculares, ydado que algunos de los cuestionariosde autoinforme desarrollados con el finde evaluar el PCTA parecen medir

Page 6: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas2 8

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

principalmente actitudes y no conduc-tas, no es extraño que aparezcandistorsiones en la medición de algu-nos de los más importantes componen-tes del PCTA, como son las conductasobservables. Como indicaba el propioRosenman (1996), el PCTA es unconstructo multidimensional que re-presenta una manifestación del modomediante el que las personas Tipo Aperciben el mundo y a sí mismos. En-tre las principales características quese asocian con el PCTA están la agre-sión, la competitividad, el apresura-miento y la hostilidad. La existenciade diferentes componentes dentro deun mismo constructo ha dificultadoconsiderablemente su asociación conla enfermedad cardiovascular.

En última instancia, esta situa-ción llevó a cuestionar la equivalen-cia entre el PCTA y el patrón depredisposición a la enfermedadcoronaria, siendo éste último el quese relaciona con el padecimiento deenfermedades cardiovasculares. Así,el interés científico comenzó afocalizarse, de modo selectivo, en losdistintos subcomponentes del PCTA,para delimitar cuál de ellos era el ver-dadero predictor de los trastornoscardiovasculares.

El núcleo más amplio de la inves-tigación intentó afinar más en la bús-queda de las características del PCTAque incrementan la probabilidad depadecer enfermedades cardiovas-culares. Así, el punto de mira de losinvestigadores se centró en un con-cepto de remotas y profundas raícesen el ámbito de la psicología: aquel que

plantea que las intensas emocionesnegativas, precipitadas por las moles-tias habituales o eventos de la vidacotidiana, pueden afectar nuestra sa-lud, incluso nuestra propia supervi-vencia. Además, a las emocionescabría añadir todas las cognicionesante dichas situaciones o molestias,que estarían estrechamente unidas alas citadas emociones negativas.Cuando las variables implicadas eranbien controladas, se podía apreciaruna asociación bastante evidente en-tre el componente emocional del PCTAcon la incidencia del infarto demiocardio (Jenkins, Rosenman &Friedman, 1966), así como con la in-cidencia de cardiopatías isquémicas(Hecker, Chesney, Black & Frautschi,1988; Matthews, Glass, Rosenman &Bortner, 1977).

Este es el panorama que encontra-mos a lo largo de las dos últimas déca-das cuando se trata de establecer larelevancia de las variables psicoló-gicas en las enfermedades cardiovas-culares. El factor “no-físico” que seerigía como potencial elemento deriesgo era el complejo ira-hostilidad.

EL COMPONENTE EMOCIONAL

Hemos visto que, de las distintas crí-ticas formuladas al PCTA, la másimpactante fue la de su consideracióncomo constructo multidimensional.Esta importante cuestión ha dado lu-gar a que se inicie la localización delcomponente tóxico en el constructoTipo A, si es que existe algún factorcapaz de predecir la aparición de pos-teriores trastornos cardiovasculares.

Page 7: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 2 9

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

Actualmente, se considera que elcomponente emocional del PCTA, par-ticularmente el complejo ira-hostili-dad, parece la variable más importantepara detectar a los sujetos propensosa sufrir trastornos cardiovasculares.

Para medir este componente, elinstrumento más utilizado ha sido elInventario de Hostilidad de Cook &Medley (Ho), siguiendo en frecuenciade uso el Inventario de Hostilidad deBuss y Durkee (BDHI) y el Factor S dela Escala de Actividad de Jenkins1. Dehecho, el Factor S correlaciona posi-tiva y significativamente con la me-dida de la hostilidad obtenidamediante otros instrumentos.

Es decir, parecía que algunos com-ponentes del PCTA sí que poseen cier-ta relevancia para el estudio de lostrastornos cardiovasculares, mientrasque los otros componentes parecen notener ninguna vinculación clara coneste tipo de trastornos, incluso podríandesempeñar alguna suerte de papelprotector de la salud del individuo(Palmero, Codina & Rosel, 1993).

En efecto, a raíz de las críticas ver-tidas sobre el PCTA, y una vez éste fuedescartado como indicador de unamayor probabilidad de padecer un tras-torno cardiovascular, en distintos tra-bajos se pudo constatar que el estudiode la predisposición o propensión a lostrastornos cardiovasculares podía se-guir siendo viable si se considerabaque el complejo ira-hostilidad era esefactor tóxico capaz de incrementar elriesgo de ocurrencia de la enferme-dad cardiovascular (Williams, Barefoot,Haney, Lee, Kong, Blumenthal &Whalen, 1980; Barefoot, Dahlstrom &Williams, 1983; Shekelle, Gale, Ostfel& Paul, 1983; MacDougall, Dembroski,Dimsdale & Hackett, 1985; Heckeret al., 1988; Dembroski, MacDougall,Costa & Grandits, 1989; King, 1997;Rosenman & Palmero, 1998;Gallacher, Sweetnam, Yarnell, Elwood& Stansfeld, 2003).

EL COMPLEJO IRA-HOSTILIDAD

Parece muy difícil ignorar la co-nexión existente entre la ira y la hos-tilidad. Dicha conexión poseeconnotaciónes de retroactividad posi-tiva, de tal suerte que la ira es unavariable que incrementa la probabili-dad de que aparezca la hostilidad, y lahostilidad incrementa la probabilidadde que se desencadene la ira. La figu-ra 1 ilustra el proceso de la emociónde ira, en el que se encuentran in-sertas la dimensión subjetiva o sen-timiento de ira y la dimensióncognitiva o actitud de hostilidad, asícomo la repercusión de ambas varia-

1 No parece descabellada esta posibilidad, si asu-mimos que el PCTA permitió en múltiples tra-bajos predecir con bastante éxito la ocurrenciade trastornos cardiovasculares. Probablemen-te, la divergencia de resultados se deba a quelos individuos fueron categorizados como TipoA mediante distintos criterios, entre ellos lasdistintas subescalas que conforman el JenkinsActivity Survey (JAS), de tal suerte que —sepodría pensar— cuando el criterio utilizado fuela escala S del JAS, el PCTA mostraba unaaceptable capacidad predictiva, mientras que,cuando se utilizaba cualesquiera otros facto-res o escalas del JAS, el constructo PCTA noparecía un procedimiento apropiado para de-tectar el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Page 8: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas3 0

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

FIGURA 1. El proceso de la ira y la hostilidad

PERCEPCIÓNCONSCIENTE

CONDUCTAINTENCIONAL

REPRESIÓNEMOCIONAL

CONTROLEMOCIONAL

AJUSTESCORPORALES

EXPRESIÓNNO CONTROLADA

SECRECIÓNHORMONAL

RESPUESTAFISIOLÓGICA

RESPUESTAFISIOLÓGICA

MODERADASOSTENIDADURADERA

INTENSAVARIABLE

BREVE

FILTRO DISPOSICIONES

BIOLÓGICASJUICIOS Y

CREENCIAS PREVIASESTADO AFECTIVO

ACTUAL

ESTÍMULO

EVALUACIÓN/VALORACIÓN

CONSCIENTES

EXPERIENCIA SUBJETIVA (IRA)

RESPUESTAFISIOLÓGICA

OREXIS(CONDUCTA DE

AGRESIÓN)

RESPUESTACOGNITIVA

(HOSTILIDAD)

bles sobre las distintas formas de res-puesta. (Véase figura 1).

Por lo que respecta a la hostilidad,es considerada como una variablecompleja y de difícil conceptualización,de la que carecemos de una definicióncomprensiva. La hostilidad se podríadefinir como una actitud negativahacia los demás y hacia la mismanaturaleza humana, que consiste ensu enemistad, denigración y rencor.En general, la hostilidad implica ladevaluación de los motivos y valoresde los demás, y la expectativa de quela gente es fuente de malas obras;implica también el deseo de oponersea los demás, en cuanto a aspectos derelación, o incluso el deseo de causar-les daño. Se trata de una actitud muydependiente de los aprendizajes socia-les, que presupone la existencia de un

estilo atribucional basado en la cog-nición de amenaza y en la presunciónde malevolencia por parte de los de-más. Existe también otro tipo de defi-niciones de la hostilidad, estandoéstas basadas en la perspectivamultidimensional. Este tipo de defini-ciones diferencia entre las tres for-mas de posibles manifestaciones quese hallarían incluidas en el conceptode hostilidad: cognitivas, afectivo-emocionales y conductuales. El com-ponente cognitivo consiste en lascreencias negativas sobre los demás;estas creencias producen tendenciasatribucionales que hacen más fácilinterpretar la conducta de los demáscomo amenazadora u opositora. Elcomponente afectivo-emocional inclu-ye algunos estados emocionales comola ira, el enfado, el resentimiento, el

Page 9: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 3 1

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

disgusto y el desprecio. El componen-te conductual incluye la agresión, ex-presada de forma física y/o verbal, ode otros modos más sutiles y social-mente aceptados.

Lo que tratamos de decir es que lahostilidad es el resultado de las in-fluencias que puede haber recibido unindividuo por parte de su medio am-biente a lo largo de su vida, ya que elfactor genético parece tener una im-plicación muy reducida. Los sujetosque muestran hostilidad se caracte-rizan por esperar lo peor de los demás,y se encuentran siempre a la defen-siva, creando ambientes en los quepredomina la competitividad y la ten-sión. Estos sujetos perciben el am-biente como una lucha incesante ycompetitiva para lograr el objetivo quepretenden; para ello, permanecenconstantemente alerta, pues temenque su “enemigo” lleve a cabo conduc-tas malintencionadas con el fin deimpedirles que consigan su propósito.Esta tensa situación deriva, lógica-mente, en sentimientos de ira ennumerosas ocasiones. Por otra parte,el hecho de que estas personas seencuentren en un estado dehipervigilancia constante contribuyea que tengan mayor predisposición apadecer una enfermedad cardio-vascular, ya que la activación de susmecanismos de defensa para afrontarla situación —o estímulo estresor—perdura en el tiempo, cuando lo óp-timo sería que se activasen en unmomento determinado y concreto—el momento en el que se produce elestrés— e inmediatamente retorna-

sen a sus niveles basales, justocuando el estímulo estresor ha des-aparecido.

Por lo que respecta a la ira, es con-siderada como una emocióndisplacentera que consiste en senti-mientos que varían en intensidad des-de la irritación al enfado, furia o rabia.Dichos sentimientos constituyen elcomponente subjetivo o experiencialde la emoción de ira, y van acompa-ñados de forma característica por in-crementos en la activación delsistema nervioso simpático y del sis-tema endocrino, tensión en la mus-culatura esqueletal, expresionesfaciales características, patrones an-tagonistas de pensamiento y, a la vez,tendencias a comportarse de formaagresiva. Este complejo emocional re-sulta más fácilmente elicitado por as-pectos de relación; es decir, porsituaciones interpersonales y socia-les. Por otra parte, al hablar de ira, cabediferenciar entre su experiencia y suexpresión. La experiencia de la iravariará en intensidad, frecuencia yduración. La expresión de la ira no esmás que una respuesta transaccionala las amenazas del medio, que sirvepara regular el displacer emocionalexperimentado.

El signo expresivo más significati-vo de la ira son los gestos faciales,mientras que cognitivamente sonmuy frecuentes los pensamientos con-tradictorios y contrapuestos (Palmero,Espinosa & Breva, 1995). En este or-den de cosas, hace unos años, Johnson(1990) proponía la existencia de tresestilos de afrontamiento ante un es-

Page 10: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas3 2

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

tímulo estresor que produce ira, conel fin de disminuir dicha sensacióndisplacentera: (1) estilo de supresión dela ira (anger-in), caracterizado por elhecho de que el sujeto afronta la si-tuación inhibiendo la manifestaciónabierta de la ira; prefiere reprimirla,a pesar de sentir una intensa sensa-ción de enfado, antes que expresarlaverbal o físicamente. (2) Estilo de ex-presión de la ira (anger-out), medianteel cual la persona tiende a expresarabiertamente su ira, manifestandoconductas airadas hacia sujetos u ob-jetos, tanto verbal como físicamente,pero sin intención de realizar ningúndaño o perjuicio hacia la otra perso-na. Sin embargo, no podemos dejar deseñalar que en numerosas ocasionesestos episodios abiertos de ira dejanpaso a conductas de agresión por par-te del sujeto que sí denotan claras in-tenciones de dañar a la otra persona.(3) Estilo de control de la ira (anger-con-trol), mediante el que la persona in-tenta canalizar toda la energíaprovocada por sus sentimientos de en-fado e ira, y proyectarla a otros finesmás constructivos que la conductaagresiva hacia el agente estresor, in-tentando llegar a una resolución po-sitiva del problema que ha provocadodicha emoción displacentera. Éstasería la alternativa más adecuada parareducir la probabilidad de riesgo deenfermedades cardiovasculares.

En el complejo ira-hostilidad, la iraes considerada, en principio, como elcomponente esencial, ya que en mu-chas ocasiones lleva a la hostilidad y,eventualmente, puede dar lugar a la

agresión (Johnson, 1990). Por tanto,no resulta casual que, con mucha fre-cuencia, las investigaciones estuvie-sen orientadas hacia la búsqueda dela posible relación entre los trastor-nos cardiovasculares y la ira, y másconcretamente con la supresión y/oexpresión de la misma (Palmero et al.,1995; Rutledge, Reis, Olson, Owens,Kelsey, Pepine, Reichek, Rogers,Merz, Sopko, Cornell & Matthews,2001). Sin embargo, siendo relevantela ira, parecía conveniente conside-rar también como variable notable lahostilidad. La ira, como emoción quees, resulta temporalmente muy bre-ve, transitoria e inestable, por lo cualresulta comprensible y necesario con-siderar el componente cognitivo delcomplejo ira-hostilidad, ya que es másestable, duradero y fácil de apresar enlas investigaciones (Siegman, 1994;Dembroski et al., 1989; Steptoe &Whitehead, 2005). Además, como su-geríamos anteriormente, la hostilidadparece un elemento crucial para laocurrencia de la ira, ya que disminu-ye los umbrales de disparo de estaemoción: una persona hostil poseeuna mayor predisposición o proclivi-dad a estallar en un intenso arrebatode ira. Así pues, la consideración dela hostilidad parecía facilitar la tareade localizar la eventual relación exis-tente entre procesos emocionales yenfermedades cardiovasculares(Palmero et al., 1995).

A partir de este momento los es-fuerzos de los investigadores se cen-traron en un doble objetivo. Por unaparte, verificar la relación existenteentre la hostilidad y la enfermedad

Page 11: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 3 3

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

cardiovascular, y, por otra parte, mos-trar la asociación entre la hostilidady la reactividad psicofisiológicacardiovascular.

En lo que se refiere a la relaciónentre la hostilidad y la enfermedadcardiovascular, algunos trabajos po-nen de relieve la posibilidad de quela hostilidad sea el único componen-te relacionado con el desarrollo,mantenimiento y progresión de lasalteraciones cardiovasculares, ha-ciendo pensar que dicha variable esun factor independiente de riesgo(Rosenman & Chesney, 1980;Dembrosky & MacDougall, 1983;Williams, Barefoot & Shekelle, 1985;Sloan, Bagiella, Shapiro, Kuhl,Chernikhova, Berg & Myers, 2001;Llabre, Spitzer, Siegel, Saab &Schneiderman, 2004). A estos traba-jos previos cabe añadir los estudioslongitudinales realizados, en los quese confirma la probable capacidadpredictiva de la hostilidad en la enfer-medad de infarto de miocardio(Barefoot et al., 1983; Powell &Thoresen, 1985, Hecker et al., 1988;Eaker, Sullivan, Kelly-Hayes,D’Agostino & Benjamin, 2004).

Por lo que respecta a la relaciónentre la hostilidad y la reactividadcardiovascular, los resultados obteni-dos mostraron una tendencia general-mente aceptable. Los estudiosrealizados en el ámbito del laborato-rio ponían de relieve que, cuando seemplean las tareas adecuadas, se ob-serva una asociación entre la hostili-dad y la reactividad cardiovascular(Suárez & Williams, 1989; Suárez,

Williams, Kuhn, Zimmerman &Schanbers, 1991; Williams et al.,1980; MacDougall, Dembroski &Krantz, 1981; Davis, Matthews &McGrath, 2000; Kamarck & Lovallo,2003).

En ambos objetivos se intentabaestablecer la vinculación del compo-nente emocional con el riesgo de en-fermedad cardiovascular. Para ello, seutilizó todo el arsenal tecnológico quepermitiera reforzar la objetividad delos resultados obtenidos, posibilitan-do su verificación y replicación.

La metodología psicofisiológica,junto con todo el conglomerado de téc-nicas y procedimientos, representabala aproximación apropiada para esta-blecer la eventual vinculación exis-tente entre variables psicológicas(particularmente las referidas a pro-cesos emcionales) y el potencial ries-go de enfermedad cardiovascular. Sehacía necesario demostrar el vínculode unión entre una variable psico-lógica y una variable biológica. Di-cho vínculo se localizó en elfuncionamiento psicofisiológico,particularmente en la reactividadcardiovascular. Esta relación entre losfactores psicosociales y la enfermedadcardiovascular ha recibido el nombregenérico de “Hipótesis de la reactividadcardiovascular”, pudiendo comprobarque existen múltiples trabajosprospectivos que sustentan dicha hi-pótesis (Keys & Taylor, 1971; Schiffer,Hartley, Schulman & Abelmann, 1976;Manuck, Olsson, Hjemdahl &Renhqvist, 1992; Steptoe, Cropley &Joekes, 2000).

Page 12: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas3 4

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

EL APOYO PSICOFISIOLÓGICO

El problema con el que sistemá-ticamente se encontraba la orienta-ción psicosomática consiste en lademostración del vínculo de uniónentre una variable psicológica, concaracterísticas subjetivas e intan-gibles, y una disfunción, trastorno oenfermedad, con características físi-cas, tangibles y observables. Si cupie-se la posibilidad de establecerempíricamente que la ansiedad, o laira, o cualquier otra emoción o varia-ble psicológica en general, producenun efecto concreto sobre una variablefisiológica, o biológica en general, es-taríamos en disposición de sostenerque dicha variable psicológica es unfactor notable, y probablemente inde-pendiente, referido al riesgo de sufriralgún trastorno en particular.

Pues bien, a modo de ejemplo, apartir de los resultados obtenidos endistintas investigaciones, en la actua-lidad se ha podido confirmar la rela-ción existente entre los factorespsicosociales y la formación de la pla-ca de ateroma, circunstancia ésta queconstituye la lesión básica que se pro-duce en la enfermedad cardiovascular(EC) (Kaplan, Manuck, Clarkson,Lusso, Taub & Miller, 1983; Manuck,Kaplan & Clarkson, 1983; Manuck,Kaplan & Matthews, 1986; Manuck,Kaplan, Adams & Clarkson, 1989;Kaplan, Manuck, Adams, Weingand &Clarkson, 1987). La relación entre losfactores psicosociales y la formaciónde la placa de ateroma se puede expli-car a partir de los mecanismos impli-

cados en la formación de ésta, a sa-ber: el factor mecánico y el factor quí-mico. El factor mecánico tiene suefecto en las bifurcaciones y curvasde las arterias coronarias, en las cua-les el flujo sanguíneo provoca turbu-lencias que facilitan la lesión delendotelio y consiguientemente la fi-jación de la placa de ateroma. El me-canismo químico actúaprincipalmente a través de laslipoproteínas; las placas que se creansobre las paredes arteriales están for-madas por cristales de colesterol, queproceden de las lipoproteínas. Ambosmecanismos se encuentran seria-mente influenciados por los factoresy variables psicoso-ciales, especial-mente por las respuestas que ofreceel organismo cuando se enfrenta a lasdistintas situaciones de estrés o cuan-do experimenta intensos procesosemocionales. En estas situaciones, seproduce un incremento de la tasacardiaca y de la presión arterial, pro-vocando un incremento del flujo san-guíneo y un aumento de lasturbulencias. Asimismo, se produceuna importante movilización delípidos, que es superior a los requisi-tos metabólicos del organismo, y quefacilita la agregación plaquetaria a lasparedes arteriales y al tejido del cora-zón. El sencillo modelo teórico que ex-plica dicha conexión queda reflejadoen la figura 2.

No obstante, la verificación em-pírica de la formulación teórica nosiempre se producía. En efecto, la aso-ciación entre hostilidad y enfermeda-des cardiovasculares mediante el

Page 13: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 3 5

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

mecanismo de unión localizado en elfuncionamiento psicofisiológicocardiovascular, reactividad psicofisio-lógica cardiovascular, parecía mos-trarse esquiva. Aunque en algunosestudios se confirmaba la existenciade una asociación entre la hostilidady la enfermedad cardiovascular, el op-timismo inicial comenzó a decaer conla aparición de las primerasinconsistencias. Nuevos estudiosprospectivos encuentran dificultadesa la hora de establecer la relaciónentre la hostilidad y las alteracionescardiovasculares (Hällstrom,Lapidus, Bengtsson & Edstrom, 1986;McCraine, Watkins, Brandsma &Sisson, 1986; Leon, Finn, Murray &Bayley, 1988; Hearn, Murray &Lupker, 1989; Maruta, Hamburgen,Jenkins, Offord, Colligan, Frye &Malinchoc, 1993; Fitzmaurice,Kubzansky, Rimm & Kawachi, 2003).

De igual manera aparecen trabajosque no encuentran una vinculaciónentre la hostilidad y la reactividadcardiovascular en diferentes estudiosde laboratorio (Smith & Allred, 1989;Carroll, Davey, Sheffield, Shipley &Marmot, 1997; Landeta, Barrenetxea,Corral & Otero, 1998). A estasinconsistencias hay que añadir que,en otro grupo de trabajos, la relaciónentre hostilidad y reactividad vienecondicionada por el tipo de situaciónde laboratorio diseñada o por la medi-da de hostilidad empleada (Suárez &Williams, 1990; Siegman, Anderson,Herbst, Boyle & Wilkinson, 1992;Allen, Stoney, Omens & Matthews,1993; Lawler, Harralson, Armstead &Schmied, 1993; Suárez, Harlan,Peoples & Williams, 1993; Suls & Wan,1993; Siegman, 1994; Shapiro,Goldstein & Jammer, 1995).

FIGURA 2. Modelo de la reactividad psicofisiológica

DEMANDACARDIOVASCULAR YNEUROENDOCRINA

REACTIVIDADPSICOFISIOLÓGICA

RIESGO DEENFERMEDAD

CARDIOVASCULAR

IRA

ACTITUD HOSTIL

EPISODIOS DEHÍPERVIGILANCIA

Page 14: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas3 6

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

Se propuso la existencia de diver-sos factores que podrían estar entor-peciendo la apreciación de laasociación entre hostilidad y enferme-dades cardiovasculares. En primer lu-gar, aparecen resultados dudosos quepueden deberse a diferentes métodos demuestreo y a la distinta duración deltratamiento. En segundo lugar, se en-cuentran resultados contradictoriosque pueden estar producidos por dife-rencias en las muestras estudiadasy por los métodos estadísticos utili-zados. En tercer lugar, pueden encon-trarse resultados significativamentediferentes debidos a la incorrecta com-paración de resultados procedentes deestudios metodológicamente distintos—estudios retrospectivos, prospectivos,de control de casos y transversales—,así como por la utilización de medidasobsevacionales y de autoinforme. Encuarto lugar, el procedimiento segui-do para admitir a los sujetos en unestudio también puede sesgar los re-sultados, ya que pueden incluirse enla muestra sujetos voluntarios y dealto riesgo. En quinto lugar, la hostili-dad puede estar ligada a factores deriesgo para la salud en general quepueden relacionarla indirectamentecon la enfermedad coronaria. Todosestos problemas que suscita la inves-tigación de la relación existente entrela hostilidad y la enfermedadcardiovascular derivan en una escasafrecuencia de asociaciones significa-tivas entre ambas (Rosenman &Palmero, 1998; Strike & Steptoe, 2005).

En última instancia, dichas incon-gruencias provocaron la aparición,

nuevamente, de las críticas, las cua-les versaban principalmente sobre lascaracterísticas de las manipulacionesmetodológicas y, de nuevo, sobre lamultidimensionalidad del concepto.

En función de esta última críticareseñada, algunos autores considera-ron que le podría estar sucediendo alcomplejo ira-hostilidad lo mismo quehabía sucedido con el patrón acuñadopor Friedman & Rosenman, a saber,que la multidimensionalidad delconstructo suponía que algunas de susdimensiones estuvieran relacionadascon las EC, y otras, en cambio, fueranneutras o incluso disminuyeran elriesgo a padecer dicha enfermedad. Denuevo, aparecía la controversia, im-pulsando a los investigadores a locali-zar, de forma más nítida, el eventualpapel de la hostilidad en el riesgo desufrir trastornos cardiovasculares.

SITUACIÓN ACTUAL

La aparición de resultados contradic-torios está abriendo el abanico de po-sibilidades en la planificación denuevas investigaciones. Aunque sonmuchas las iniciativas que se estánllevando a cabo en los últimos años,estimamos que algunos aspectos ten-drían que ser considerados y contro-lados, pues su propia relevancia hacede ellos piedras angulares en la loca-lización de las variables psicológicasque pueden jugar un papel destacadoen la predicción de ocurrencia de la en-fermedad cardiovascular. Uno de es-tos aspectos se refiere al propioconcepto de la hostilidad, y el otro tie-

Page 15: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 3 7

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

ne que ver con la fundamentaciónmetodológica de los procedimientospsicofisiológicos llevados a cabo en lasinvestigaciones. La relevancia deestos dos aspectos no es un temamenor. Así, por una parte, si conside-ramos que la hostilidad es —o puedellegar a ser— un factor de riesgo en laenfermedad cardiovascular, es nece-sario que todos los investigadores con-templen la misma acepción delconcepto, utilicen los mismos instru-mentos para medir el concepto, y tra-ten de controlar las distintas variablesque pueden estar interfiriendo en lamedición de dicho concepto. Pero, ade-más, por otra parte, es necesario ho-mogeneizar los criterios utilizadospara interpretar correctamente losresultados obtenidos con procedimien-tos psicofisiológicos, ya que, si acep-tamos la hipótesis de la reactividadpsicofisiológica como el mecanismo deunión entre variables psicológicas ytrastornos biológicos, “es preciso medircon las mismas unidades de medida”,es preciso pronosticar correctamenteel potencial riesgo de futurasdisfunciones. De este modo podrárealizarse la posterior comparaciónde los resultados obtenidos en distintosestudios.

EL FACTOR CONCEPTUAL

Desde un punto de vista conceptual,ha habido dos iniciativas que parecenlas más prometedoras. Por una parte,Barefoot, Dahlstrom & Williams, (1983)proponen una nueva medida de hosti-lidad, denominada hostilidad compues-

ta, obtenida a partir del Inventario dehostilidad (Ho) de Cook & Medley(1954), principal instrumento utiliza-do para medir la hostilidad. El Ho cons-ta de siete subescalas: cinismo,sentimiento hostil, respuestas agresivas,atribución hostil, evitación social y otros.La escala de hostilidad compuesta es-taría conformada por las subescalas decinismo, sentimiento hostil y respuestasagresivas. La hostilidad compuestaparece recoger la dimensión máscognitiva del inventario (Larson &Langer, 1997; Boyle, Williams, Mark,Brummett, Siegler, Helms & Barefoot,2004). Por otra parte, más reciente-mente, Helmers & Krantz (1996) pro-ponen la posibilidad de que lahostilidad, en interacción con otrasvariables, podría ser un mejorpredictor de la reactividad cardio-vascular que la hostilidad por sí sola.Concretamente, la interacción de lahostilidad y la defensividad, entendi-da ésta última como la tendencia areprimir aspectos de uno mismo noaceptados socialmente, podría ser con-siderada como el más importante cri-terio para predecir la reactividadcardiovascular.

La combinación de la hostilidad yla defensividad ha dado lugar a la apa-rición de nuevos trabajos con el obje-tivo de estudiar la relación entre lahostilidad y la EC. En el momento pre-sente, esta combinación conceptualparece ser una de las posibilidadesmás prometedoras para mostrar larelación que existe entre los factorespsicosociales y las EC a través de lareactividad psicofisiológica.

Page 16: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas3 8

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

A la hora de medir este nuevoconstructo se ha empleado la combina-ción de dos instrumentos clásicos. Poruna parte, para medir la hostilidad,se ha utilizado la escala de hostilidadHo (Cook-Medley, 1954), mientras que,para medir la defensividad, se ha utili-zado el cuestionario de deseabilidad so-cial de Marlowe & Crowne (CRP)(Crowne & Marlowe, 1964).

Algunos trabajos previos, realiza-dos con pacientes con enfermedadescoronarias, ponen de relieve queaquellos pacientes que obtienen altaspuntuaciones en hostilidad defensivamuestran mayores índices de isquemiadurante una situación de estrés men-tal, mayor daño por perfusión y unamayor duración de la isquemia duran-te las actividades diarias (Helmers,Krantz, Bairey, Klein, Kop, Gottdiener& Rozanski, 1995). Asimismo, un es-tudio de campo realizado con personalsanitario muestra una mayorreactividad cardiaca por parte de laspersonas con alta hostilidad defensi-va cuando deben hacer frente a situa-ciones de estrés (Jamner, Shapiro,Goldstein & Hug, 1991). Estos resulta-dos, generalmente obtenidos a partirde situaciones reales, parecen encon-trar respaldo en los escasos trabajosrealizados en el laboratorio(Jorgensen, Abdul-Karim, Kahan &Frankowsi, 1995; Shapiro, Goldstein& Jammer, 1995; Helmers & Krantz,1996; Larson & Langer, 1997), en losque se aprecia la existencia de unsubgrupo de personas, caracterizadopor una elevada “hostilidad defensiva”,que muestra una mayor reactividad

cardiovascular. Frente a estas perso-nas se encontraría otro subgrupo ca-racterizado por una baja hostilidad yuna alta defensividad que mostraríauna menor reactividad cardiovascular.

De forma sintética, las dos conclu-siones que se pueden extraer de lostrabajos comentados se refieren a dosaspectos. Por una parte, las personascon hostilidad defensiva muestranvalores más elevados en la presiónsanguínea en las situaciones deestrés (Helmers & Krantz, 1996), aun-que, más recientemente, Helmersespecifica que es la presión sistólicael índice que mejor refleja la elevadaactivación de los individuos hostilesdefensivos (Mente & Helmers, 1999).Por otra parte, las personas hostilesdefensivas muestran una mayorreactividad general durante la fase detarea que el resto de grupos que sepueden formar cuando se combinan lasvariables de hostilidad y defensividad(Larson & Langer, 1997). No obstante,como se ha podido apreciar en estostrabajos, también son variadas lasinconsistencias encontradas, incon-sistencias que, al menos en parte, pro-ceden de las distintas tareas utilizadaspara medir las variables cardio-vasculares.

Estos resultados parecen sugerir lapertinencia de ampliar el espectro deinvestigaciones destinadas a afianzarla asociación entre variables psicoló-gicas y reactividad cardiovascular,entendiendo que este último aspectoes el nexo de unión entre aquéllas ylas enfermedades cardiovasculares. Es

Page 17: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 3 9

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

decir, parece pertinente establecer sila hostilidad defensiva puede ser con-siderada como el componente tóxicoen relación con la enfermedadcardiovascular.

Hay ciertos aspectos en los traba-jos comentados que quedan sin acla-rar: 1) si bien consideran las fases dereposo —o de adaptación previa a latarea— y de tarea, de forma sistemáti-ca dejan sin considerar la fase de re-cuperación; 2) en los diseños delaboratorio, generalmente se sueleutilizar como tarea experimental al-guna actividad de estrés ficticio; 3)la actividad a realizar suele teneruna duración relativamente corta —por término medio, en torno a los cincominutos.

EL FACTOR DE LA METODOLOGÍAPSICOFISIOLÓGICA

Es evidente que los procedimientospsicofisiológicos se han convertido enun elemento imprescindible de las in-vestigaciones psicológicas a la hora decomprobar la eventual implicación delas variables psicológicas en el riesgode enfermedad. De forma genérica, elparámetro estudiado ha sido lareactividad. Siendo importante el ni-vel de activación que posee un orga-nismo en un momento dado, parecetener más relevancia observar la for-ma que tiene ese organismo de adap-tarse a las exigencias que le imponeel medio ambiente en el que lleva acabo su actividad diaria. Esto es: la for-ma de responder a la demanda de unasituación de estrés. La reactividad

psicofisiológica tiene que ver con losajustes del organismo a las condi-ciones cambiantes de su medioambiente.

La importancia de la reactividadha llevado a que se trate de perfilarlas características de la misma, yaque, de no ser así, es difícil inter-pretar los resultados heterogéneosque muchas veces se obtienen. Así,se puede hablar de reactividadcardiovascular en un sentido amplio,estableciendo que el sistemacardiovascular funciona para proporcio-nar los nutrientes necesarios a losdistintos tejidos que conforman elorganismo de un individuo. Para con-seguir este objetivo, el sistema car-díaco y el sistema vascular funcionande una manera combinada para garan-tizar el éxito. Lógicamente, el siste-ma cardiovascular se encuentra enuna incesante reactividad, pues ince-santes son también las distintas ne-cesidades a las que tiene queresponder. En un sentido más restric-tivo, el que procede de la investigaciónbásica de laboratorio, la reactividadcardio-vascular se refiere a los cam-bios fisiológicos que, desde una líneabase o fase de reposo, se producencomo consecuencia de algún agenteestresor o estímulo particular(Palmero, Breva & Landeta, 2002).

La investigación realizada hastanuestros días ha puesto de relieve quelos individuos en quienes se apreciauna reactividad muy intensa se en-cuentran con un mayor riesgo de su-frir trastornos cardiovasculares demuy diversa índole (Manuck,

Page 18: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas4 0

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

Kasprowicz, Monroe, Larkin & Kaplan,1989; Manuck et al., 1992). El argu-mento que se defiende se refiere a laestereotipia de respuesta: si lareactividad cardiovascular es una ca-racterística fisiológica estable y con-sistente en un individuo, es lógicoencontrar los mismos patrones de res-puesta cada vez que el individuo seenfrenta a una situación de estrés.Lógicamente, con algunas limitacio-nes, las situaciones de laboratoriopueden ser consideradas como unprocedimiento que aporta informaciónacerca del funcionamiento fisiológico deun individuo en la vida real (Allen,Sherwood, Obrist, Crowell & Grange,1987; Allen & Matthews, 1997). Aque-llos individuos cuyo patrón de funcio-namiento cardiovascular se caractericepor la manifestación de grandes res-puestas son los que, con el paso deltiempo, es probable que experimentenalguna disfunción cardiovascular(Everson, Kaplan, Goldberg & Salonen,1996; Markovitz, Raczynski, Wallace,Chettur & Chesney, 1998).

Para medir la reactividadcardiovascular, hay que tener en cuen-ta, al menos, dos factores. Por unaparte, los índices cardiovasculares quese eligen para realizar la medición pro-piamente dicha. Por otra parte, la me-todología empleada para establecer loque es la reactividad. En cuanto a losíndices elegidos para medir lareactividad, la frecuencia cardíaca, lapresión sistólica y la presión diastólicason los que con mayor frecuencia seutilizan. En cuanto al procedimientometodológico empleado para calcular

la reactividad, son varias las posibili-dades, aunque existen dos que son lasque con mayor frecuencia se llevan acabo: la de los valores basalespreestimulares y la de los valoresbasales de adaptación. La ley de los ni-veles basales es imprescindible paraentender la significación de lareactividad cardiovascular, ya que, sila medida de la reactividad refleja elgrado de cambio desde un período dereposo hasta una situación de res-puesta por efecto del estrés, lo rele-vante es localizar la mejor forma demedir ese cambio para establecer lasignificación del mismo.

A nuestro modo de ver, en esteapartado de metodología psicofisioló-gica queda por resolver un aspecto queconsideramos crucial: la duración dela reactividad. Es decir, siendo impor-tante, que sin duda lo es, la magnitudde la respuesta que ofrece el organis-mo cuando aparece un estímulo o si-tuación que supone un peligro o riesgode desequilibrio, tan importante omás resulta el tiempo que invierte eseorganismo en retornar a sus valoresbasales previos a la situación que pro-vocó su respuesta. En la figura 3 semuestran las tres posibilidades de res-puesta psicofisiológica tras la apari-ción de un estímulo importante.

Como se puede apreciar, de las tresposibilidades, hay una, el denomina-do patrón 1 (habituación), que sí quees adaptativo, ya que el individuo, des-pués de ofrecer la respuesta, va recu-perando progresivamente sus valoresbasales. Las otras dos posibilidades noson adaptativas, pues, en un caso,

Page 19: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 4 1

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

patrón 2 (mantenimiento), después deofrecer la respuesta al estímulo encuestión, el individuo se mantienecon el mismo nivel de que alcanzó alresponder, mientras que, en el otrocaso, patrón 3 (sensibilización), losvalores de la variable en cuestión vanincrementándose a medida que pasael tiempo.

Como fácilmente se desprende dela representación gráfica, sólo el pa-trón 1 puede ser considerado saluda-ble, y así queda reflejado en losdistintos trabajos que han utilizadoeste tipo de diseño experimental. Encierta forma, es la consecuencia lógi-ca de la incorrecta consideración ycontrol de la metodología psicofisioló-gica. Esto es, de los tres parámetrosfundamentales en psicofisiología —fre-cuencia, intensidad y duración—, seha utilizado de forma genérica la in-tensidad (a mayor intensidad, mayorriesgo); se ha utilizado con mucha pro-fusión también la frecuencia (a ma-

yor frecuencia, mayor riesgo); inclu-so se ha utilizado con notable asidui-dad la combinación de la intensidad yla frecuencia. Sin embargo, son muyescasos los trabajos en los que se con-sidera la duración de la respuesta. Y,a nuestro juicio, es un grave error,pues esta circunstancia podría expli-car una parte importante de la hete-rogeneidad de los resultados obtenidos.El tiempo que tarda un individuo enrecuperar sus valores basales es, ade-más, un tiempo de exposición del or-ganismo a los efectos de las sustanciasliberadas con la ejecución de la res-puesta. Y estos efectos puede que nosean tan adaptativos transcurrido untiempo prudencial. La figura 4 ilustralo que tratamos de decir.

Esto es, sobre el patrón 1, que esla forma prototípica de respuestaadaptativa, podemos dibujar distintasposibilidades, todas ellas podrían re-cibir la notación de “perfil adaptativo”,pues en todas ellas se aprecia la ten-

No respuesta

Estímulo Reactividad Recuperación

Valor dela variableestudiada

3 (S)

2 (M)

1 (H)

FIGURA 3. Modalidades de recuperación

Page 20: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas4 2

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

dencia a la recuperación de los va-lores basales previos a la situaciónque provocó la respuesta. Sin embar-go, todos convendremos que, dentrodel abanico de posibles perfilesadaptativos, hay algunos que lo sonmás que otros, La recuperación pue-de producirse de forma rápida (RR), deforma lenta (LR), incluso de forma muylenta (MLR). Hablando en todo caso depatrones adaptativos, al menos desdela formulación teórica, podríamos es-tablecer una gradación adaptativa queiría desde la respuesta más adaptativa(patrón RR) hasta la menos adaptativa(patrón MLR). De este modo, cabría laposibilidad de pensar que el hecho deconsiderar sólo la intensidad de la res-puesta, sin tener en cuenta la dura-ción de la misma, estuvieraenmascarando el auténtico papel quepudiera jugar la hostilidad en el ma-yor o menor riesgo de sufrir un tras-torno cardiovascular.

En un trabajo reciente (Palmero,Breva & Landeta, 2002), utilizando lahostilidad y la defensividad como va-riables independientes, formamoscuatro grupos de personas: grupo conalta hostilidad y alta defensividad,grupo con alta hostilidad y bajadefensividad, grupo con baja hostilidady alta defensividad, grupo con bajahostilidad y baja defensividad.

Para la medición de la hostilidad,se utilizó la escala compuesta del In-ventario Cook-Medley de Hostilidad (Ho),que, como ya hemos indicado, está for-mada por las subescalas de cinismo,sentimiento hostil y respuestas agresi-vas. Para medir la defensividad, seutilizó el Cuestionario de deseabilidadsocial de Marlowe & Crowne.

Los índices psicofisiológicos estudia-dos fueron la frecuencia cardíaca, lapresión sistólica y la presión diastólica.

Pudimos comprobar que el grupocon alta hostilidad y alta defensividad

FIGURA 4. Tipos de recuperación adaptativa

Estímulo Reactividad Recuperación

Valor dela variableestudiada

1”’ (MLR)

1” (LR)

1’ (RR)

1 (Adaptativo)

Page 21: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 4 3

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

obtiene los mayores valores en lastres fases y en las tres variables es-tudiadas. Nuestros resultados coinci-den con los obtenidos en los pocostrabajos previos, en los que se encuen-tra que las personas hostiles defensi-vas obtienen mayores valores en lafase de tarea (Larson & Langer, 1997;Mente & Helmers, 1999). Además,dentro de la prudencia que debe ca-racterizar este tipo de investigaciones,nuestros resultados amplían los ha-llazgos disponibles, pues, al incluir lafase de recuperación, hemos podidoconstatar que este grupo de individuostarda más en recuperarse tras la si-tuación de estrés; eso es lo que deno-tan los mayores valores encontradosdurante la fase de recuperación.

En cuanto a la tasa cardíaca, lafigura 5 permite apreciar los perfilesde los cuatro grupos de personas.

La tasa cardíaca aporta informa-ción interesante. La existencia de un

efecto de interacción entre hostilidady defensividad en la fase de tarea nosindica que, con la utilización de lahostilidad sola, no habría aparecidoninguna diferencia significativa, he-cho que pudimos comprobar con losanálisis pertinentes. Son datos quesustentan la hipótesis referida a lasuperioridad de la hostilidad defen-siva, respecto a la hostilidad sola,para predecir el funcionamientocardiovascular. Los perfiles que apa-recen son claramente adaptativos,aunque el hecho de que los individuoshostiles defensivos muestren los va-lores más elevados durante la fase derecuperación denota que dicho perfiles el menos adaptativo de los cuatro.

Algo parecido ocurre con la presiónsistólica. En la figura 6 se muestranlos perfiles de los cuatro grupos.

En este caso, se aprecia la exis-tencia de efectos principales para lavariable hostilidad, tanto en la fase de

FIGURA 5. Tasa cardíaca (Valores promediados)

Page 22: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas4 4

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

tarea como en la fase de recuperación,lo que significa que las personas quepuntúan alto en hostilidad, como gru-po general, obtienen valores más ele-vados que las personas bajas enhostilidad. El hecho de que el grupo depersonas hostiles defensivas sea elque obtiene esos valores más eleva-dos, de nuevo, coincide con los traba-jos previos realizados en el ambientede laboratorio (Jorgensen et al., 1995;Shapiro et al., 1995; Helmers & Krantz,1996), confirma nuestra hipótesis, ynos lleva a proponer que la hostilidaddefensiva, más que la hostilidad sola,predice mejor el funcionamientocardiovascular en situaciones deestrés.

Por lo que respecta a la presióndiastólica, estimamos que es el índi-ce en el que aparecen resultados másinteresantes. La figura 7 muestra losperfiles de los cuatro grupos.

Como se aprecia en la figura, ade-más de la existencia de los efectos deinteracción entre las variables de

hostilidad y defensividad en las fasesde tarea y de recuperación, hecho quedenota los importantes valores queobtiene el grupo alto en hostilidad ydefensividad, es interesante reseñarque este grupo rompe la tendencia ala habituación que se aprecia en losrestantes grupos y en los restantesíndices cardiovasculares. Es un he-cho notable, pues el perfil de los indi-viduos hostiles defensivos no esadaptativo, ya que se aprecia un in-cremento en la fase de recuperaciónrespecto a los valores obtenidos en lafase de tarea. A nuestro modo de ver,la presión diastólica, si bien sigue lapauta de las otras variables durantela fase de tarea, es la variable másimportante para detectar el funciona-miento cardio-vascular de los indivi-duos hostiles defensivos en la fase derecuperación.

En suma, la situación actual en elestudio de la relación entre hostilidady riesgo de enfermedad cardiovascularparece decantarse hacia la localiza-

FIGURA 6. Presión sanguínea sistólica (Valores promediados)

Page 23: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 4 5

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

ción de nuevos horizontes que puedanayudar a perfilar el verdadero papelque juegan las variables psicológicasen general, y las afectivas en particu-lar. La hostilidad defensiva represen-ta uno de los nuevos ámbitos en los queeste tipo de estudios pueden aportarinformación relevante. En este mismosentido, otra de las orientaciones másrecientes, también relacionada con lahostilidad defensiva, está abriéndo-se camino en el momento presente.En ella se establece la probable exis-tencia de una forma particular deafrontamiento, genéricamente deno-minada Personalidad Tipo D, que secaracteriza por una marcada tenden-cia a la afectividad negativa y por unaclara restricción, incluso inhibicióncompleta, de la interacción social. Seha podido comprobar que esta formaconcreta de comportamiento puedepredecir la ocurrencia de futuros tras-tornos cardiovasculares (Pedersen,van Domburg, Theuns, Jordanes &Erdman, 2004; Denollet, 2005; Sher,

L. (2005). Son aspectos atractivos quemerecen ser explorados.

DISCUSIÓN

Nadie puede discutir que las enferme-dades cardiovasculares se ven clara-mente influenciadas por los factoresclásicos de riesgo aportados por elmodelo bio-médico. No obstante,comoquiera que resultan insuficien-tes para explicar la elevada inciden-cia observada en este tipo deenfermedades, parece evidente recu-rrir a otro tipo de variables o factores.Entre este tipo de nuevos factores, seencuentra, qué duda cabe, la hostili-dad. Ahora bien, falta por dilucidar unaserie de aspectos que, a nuestro modode ver, son esenciales.

En el plano de la dimensión con-ceptual y teórica, es necesario esta-blecer qué componente de lahostilidad, o qué interacción entrehostilidad y alguna otra variable, po-see la mayor capacidad predictiva delriesgo de enfermedad cardiovascular.

FIGURA 7. Presión sanguínea sistólica (Valores promediados)

Page 24: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas4 6

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

En el plano de la dimensiónmetodológica, son varios los aspectosa tener en cuenta. 1) Unificar crite-rios para conformar las muestras; estoes, a la hora de decidir si un individuoes categorizado como hostil o no hos-til, es necesario establecer protocoloshomogéneos para poder comparar losresultados obtenidos en distintas in-vestigaciones. 2) En los experimentosde laboratorio, es conveniente utilizarsituaciones de estrés real, ya que,cuanto más se aproximen las simula-ciones de laboratorio a la situaciónreal, tanto mayor será el ajuste de lasrespuestas psicofisiológicas de la situa-ción de laboratorio a las respuestaspsicofisio-lógicas que muestran los in-dividuos habitualmente. 3) En el planode la dimensión psicofisiológica, es ne-cesario homogeneizar, hasta donde sepueda, los procedimientos de registropsicofisiológico: a) en lo que se refierea los parámetros seleccionados para losestudios, b) en lo referido a la metodo-logía de medición de dichosparámetros, c) en lo referido a la con-sideración de la duración de la respues-ta, y no sólo la intensidad de la misma.

REFERENCIAS

Allen, M.T. & Matthews, K.A. (1997). Hemodynamicresponses to laboratory stressors in childrenand adolescents: The influences of age, race,and gender. Psychophysiology, 34, 329-339.

Allen, M.T.; Sherwood, A.; Obrist, P.A.; Crowell,M.D. & Grange, L.A. (1987). Stability ofcardiovascular reactivity to laboratorystressors: a 2½ year follow-up. Journal ofPsychosomatic Research, 31, 639-645.

Allen, M.T.; Stone, C.M.; Omens, J.F. & Matthews,K.A. (1993). Hemodynamic adjustments tolaboratory stress: The influence of gender

and personality. Psychosomatic Medicine, 55,505-517.

Barefoot, J.C.; Dahlstrom, W.C. & Williams, R.B.(1983). Hostility, CHD incidence, and totalmortality: a 25 year follow-up study ofphysicians. Psychosomatic Medicine, 45, 59-63.

Boyle, S.H.; Williams, R.B.; Mark, D.B.; Brummett,B.H.; Siegler, I.C.; Helms, M.J. & Barefoot,J.C. (2004). Hostility as a predictor of survivalin patients with coronary artery disease.Psychosomatic Medicine, 66: 629-632.

Carroll, D.; Smith, G.D., Sheffield, D.; Shipley, M.J.;Marmot, M.G. (1997). The relationshipbetween socio-economic status, hostility,and blood pressure reactions to mentalstress in men: Data from the Whitehall IIStudy. Health Psychology, 16, 131-136.

Cook, W.W. & Medley, D.M. (1954). Proposedhostility and pharisaic-virtue scales for theMMPI. Journal of Applied Psychology, 38, 414-418.

Crowne, D.P. & Marlowe, D. (1964). The approvalmotive: studies in evaluative dependence. NewYork: Wiley.

Daviglus, M.L.; Liu, K.; Greenland, P. & Dyer, A.R.(1998). Benefit of a favorable cardiovascularrisk factor profile in middle age with respectto Medicare costs. New England Journal ofMedicine, Oct. 15, 339 (16), 1122-1129.

Davis, M.C.; Matthews, K.A. y McGrath, C.E. (2000).Hostile attitudes predict elevated vascularresistance during interpersonal stress in menand women. Psychosomatic Medicine, 62, 17-25.

Dembroski, T.M. & MacDougall, J.M. (1983).Behavioral and psychophysiologicalperspectives on coronary-prone behavior. EnT.M. Dembroski, T.M. Schmidt & G. Blumchen(eds.): Biobehavioral Bases of Coronary HeartDisease. Basel: Karger, 106-129.

Dembroski, T.M.; MacDougall, J.M.; Costa, P.T. &Grandits, G.A. (1989) Components ofHostility as predictors of sudden death andmyocardiacal infarction in the multiple riskfactors intervention trial. PsychosomaticMedicine, 51, 514-521.

Denollet, J. (2005). Standard assessment ofnegative affectivity, social inhibition, andType D personality. Psychosomatic Medici-ne, 67, 89-97.

Eaker, E.D.; Sullivan, L.M.; Kelly-Hayes, M.;D’Agostino, R.B. & Benjamin, E.J. (2004).

Page 25: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 4 7

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

Anger and hostility predict the developmentof atrial fibrillation in men in theFramingham offspring study. Circulation, 109,1267-1271.

Eng, P.M.; Fitzmaurice, G.; Kubzansky, L.D.; Rimm,E.B. & Kawachi, I. (2003). Anger expressionand risk of stroke and coronary heart diseaseamong male health professionals.Psychosomatic Medicine, 65, 100-110.

Espinosa, M.; Breva, A. y Palmero, F. (1996). Mode-los de reactividad y propensión a la enfer-medad cardiovascular en sujetos Tipo A yTipo B. En F. Palmero y A. Breva (coords.):Trastornos cardiovasculares. Influencia de losprocesos emocionales. Valencia: Promolibro.375-397.

Everson, S.A.; Kaplan, G.A.; Goldberg, D.E. &Salonen, J.T. (1996). Anticipatory bloodpressure response to exercise predicts futurehigh blood pressure in middle-aged men.Hypertension, 27, 1059-1064.

Frankenhaeuser, M. (1979).Psychoneuroendocrine approaches to thestudy of emotion as related to stress andcoping. En R.A. Dienstbier (ed.): NebraskaSymposium on Motivation. Lincoln: Universityof Nebraska Press, 123-161.

Frankenhaeuser, M. (1981). Coping with stress andwork. International Journal of Health Services,2, 491-510.

Friedman, H.S. & Rosenman, R.H. (1974). Type Abehavior and your heart. Nueva York: Knopf.

Friedman, M. & Rosenman, R.H. (1959). Associationof specific overt behavior pattern with bloodand cardiovascular finding. Journal of theAmerican Medical Association, 169, 1286-1296.

Gallacher, J.E.; Sweetnam, P.M.; Yarnell, J.W.;Elwood, P.C. & Stansfeld, S.A: (2003). Is TypeA behavior really a trigger for coronary heartdisease events? Psychosomatic Medicine, 65,339-346.

Hällström, T.; Lapidus, L.; Bengtsson, C. & Edström,K. (1986). Psychosocial factors and risk andischemic heart disease and death in women:A twelve year follow-up of participants inpopulation study of women in Gothenburg,Sweden. Journal of Psychosomatic Research,30, 451-459.

Haynes, S.G.; Feinleib, M. & Kannel, W.B. (1980).The relationship of psychosocial factors tocoronary heart disease in the Framinghamstudy: III: Eight year incidence of coronary

heart disease. American Journal ofEpidemiology, 111, 37-54.

Hearn, M.; Murray, D. & Luepker, R. (1989).Hostility, coronary heart disease, and totalmortality: a 33-year follow-up study ofuniversity students. Journal of BehavioralMedicine, 12, 105-121.

Hecker, M.H.; Chesney, M.A.; Black, G.W. &Frautschi, N. (1988). Coronary-prone in theWestern Collaborative Group Study.Psychosomatic Medicine, 50 (2), 153-164.

Helmers, K.F.; Krantz, D.S.; Merz, C.N.B.; Klein, J.;Kop, W.J.; Gottdiener, J.S. & Rozanski, A.(1995). Defensive hostility: Relationship tomultiple markers of cardiac ischemia inpatients with coronary disease. HealthPsychology, 14, 202-209.

Helmers, K.F. & Krantz, D.S. (1996). Defensivehostility, gender and cardiovascular levelsand responses to stress. Annals of BehavioralMedicine, 18, 246-254.

Jamner, L.D.; Shapiro, D.; Goldstein, I.B. & Hug,R. (1991). Ambulatory blood pressure andheart rate in paramedics: Effects of cynicalhostility and defensiveness. PsychosomaticMedicine, 51, 285-289.

Jenkins, C.D.; Rosenman, R.H. & Friedman, M(1966). Components of the coronary-pronebehavior pattern: their relation to silentmyocardial infarction and blood lipids. Journalof Chronic Diseases, 19, 599-606.

Johnson, E.H. (1990). The deadly emotions. The roleof anger, hostility and aggression in healthand emotional Well-being. Nueva York: Praeger.

Jorgensen, R.S.; Abdul-Karim, K.; Kahan, T.A. &Frankowsi, J.J. (1995). Defensiveness, cynicalhostility and cardiovascular reactivity: Amoderator analysis. Psychotherapy andPsychosomatics, 64 (3-4), 156-161.

Kamarck, T.W. & Lovallo, W.R. (2003). Cardiovascularreactivity to psychological challenge: Concep-tual and measurement considerations.Psychosomatic Medicine, 65, 9-21.

Kaplan, J.R.; Manuck, S.B.; Adams, M.R.;Weingand, K.W. & Clarkson, T.B. (1987).Inhibition of coronary atherosclerosis bypropanolol in behaviorally predisposedmonkeys fed an atherogenic diet. Circulation,76, 1364-1372.

Kaplan, J.R.; Manuck, S.B.; Clarkson, T.B.; Lusso,F.M.; Taub, D.M. & Miller, E.W. (1983). So-cial stress and atherosclerosis in

Page 26: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas4 8

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

normocholesterolemic monkeys. Science, 220,733-735.

Kelsey, R.M. (1993). Habituation of cardiovascularreactivity to psychological stress: Evidenceand implications. En J. Blascovich y E.S.Katkin (eds.): Cardiovascular reactivity topsychological stress and disease. Washing-ton, D.C. American PsychologicalAssociation, 135-153.

Keys, A. & Taylor, H.L. (1971). Mortality andcoronary heart disease among men studiedfor 23 years. Archives of Internal Medicine,128, 201-214.

King K.B. (1997). Psychologic and social aspects ofcardiovascular disease. Annual of BehavioralMedicine, 19, 264-270.

Landeta, O.; Barrenetxea, A., Corral, S. & Otero,J. (1998). Componente expresivo de hosti-lidad y reactividad al estrés. Ansiedad yestrés, 4, 215-225.

Larson, M.R. & Langer, A.W. (1997). Defensivehostility and anger expression: relationshipto additional heart rate reactivity during ac-tive coping. Psychophysiology, 34, 177-184.

Lawler, K.A.; Harralson, T.L., Armstead, C.A. &Schmied, L.A. (1993). Gender andcardiovascular responses: what is the roleof hostility? Journal of PsychosomaticResearch, 37, 603-613.

Leon, G.R.; Finn, S.E.; Murray, D.M. & Bayley, J.M.(1988). The inability to predict cardiovasculardisease from hostility scores or MMPI itemsrelated to Type behavior. Journal of Consul-ting and Clinical Psychology, 56, 597-600.

Llabre, M.M.; Spitzer, S.; Siegel, S.; Saab, P.G. &Schneiderman, N. (2004). Applying latentgrowth curve modeling to the investigationof individual differences in cardiovascularrecovery from stress. Psychosomatic Medici-ne, 66, 29-41.

MacDougall, J.M.; Dembroski, T.M. & Krantz, D.S.(1981). Effects of types of challenge on pressorand heart rate response in Type A and TypeB women. Psychophysiology, 18, 1-9.

MacDougall, J.M.; Dembroski, T.M., Dimsdale, J.E.& Hackett, T.P. (1985). Components of TypeA, hostility, and anger-in: Furtherrelationships to angiographic findings.Health Psychology, 4, 137-152.

Manuck, S.B.; Kaplan, J.R. & Clarkson, T.B. (1983).Behaviorally induced heart rate reactivity

and atherosclerosis in cynomolgus monkeys.Psychosomatic Medicine, 45, 95-108.

Manuck, S.B.; Kaplan, J.R. & Matthews, K.A. (1986).Behavioral antecedents of coronary heartdisease and atherosclerosis. Arteriosclerosis,7, 485-491.

Manuck, S.B.; Kaplan, J.R.; Adams, M.R. &Clarkson, T.B. (1989). Behavioral elicitedheart rate reactivity and atherosclerosis infemale cynomolgus monkeys. PsychosomaticMedicine, 51, 306-318.

Manuck, S.B.; Olsson, G.; Hjemdahl, P. &Rehnqvist, N. (1992). Does cardiovascularreactivity to mental stress have prognosticvalue in postinfarction patients? A pilotstudy. Psychosomatic Medicine, 54, 102-108.

Manuck, S.B.; Kasprowicz, A.L.; Monroe, S.M.;Larkin, K.T. & Kaplan, J.R. (1989).Psychophysiologic reactivity as a dimensionof individual differences. En N.Schneiderman, S.M. Weiss y P.G. Kaufmann(eds.): Handbook of research methods incardiovascular behavioral medicine. NuevaYork: Plenum, 365-382.

Markovitz, J.H.; Raczynski, J.M.; Wallace, D.;Chettur, V. & Chesney, M.A. (1998).Cardiovascular reactivity to video gamepredicts subsequent blood pressureincreases in young men: The CARDIA study.Psychosomatic Medicine, 60, 186-191.

Maruta, T.; Hamburgen, M.E.; Jenkins, C.A.; Offord,K.P., Colligan, R.C.; Frye, R.L. & Malinchoc,M. (1993). Keeping hostility in perspective:Coronary heart disease and the hostilityscale on the Minnesota MultiphasicPersonality Inventory. Mayo ClinicProceedings, 68, 109-114.

Matthews, K.A.; Glass, D.C.; Rosenman, R.H. &Bortner, R.W. (1977). Competitive drive,pattern A, and coronary heart disease: afurther analysis of some data from theWestern Collaborative Group Study. Journalof Chronic Disease, 30, 489-498.

McCraine, E.W.; Watkins, L.O.; Bandsma, J.N. &Sisson, B.D. (1986). Hostility, Coronary HeartDisease incidence, and total mortality: lackof Association in a 25 years Follow-up Studyof 478 physicians. Journal of Behavioral Me-dicine, 9, 119-125.

Mente, A. & Helmers, K.F. (1999). Defensivehostility and cardiovascular response tostress in young men. Personality and indivi-dual differences, 27 (4): 683-694.

Page 27: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Hostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 4 9

Suma Psicológica, Vol. 14 N° 1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

Myrtek, M. (1995). Type A behavior pattern,personality factors, disease, andphysiological reactivity: A meta-analyticupdate. Personality and individualdifferences, 18, 491-502.

Palmero, F.; Codina, V. & Rosel, J. (1993)Psychophysiological activation, reactivity,and recovery in Type A and Type B scoreswhen in a stressful laboratory situation.Psychological Reports, 73, 803-811.

Palmero, F.; Espinosa, M. & Breva A. (1995). Psico-logía y salud coronaria: historia de un tra-yecto emocional. Ansiedad y estrés, 1-2,37-55.

Palmero, F.; Breva, A. & Landeta, O. (2002). Hosti-lidad defensiva y reactividad cardiovascularen una situación de estrés real. Ansiedad yestrés, 8 (2-3): 115-142.

Pedersen, S.S.; van Domburg, R.T.; Theuns, D.;Jordaens, L. & Erdman, R. (2004). Type DPersonality is associated with increasedanxiety and depressive symptoms in patientswith an implantable cardioverter defibrillatorand their partners. Psychosomatic Medicine,66, 714-719.

Powell, L.H. & Thoresen, C.E. (1985). Behavioral andphysiologic determinants of long-termprognosis after myocardial infarction. Journalof Chronic Diseases, 38, 253-263.

Rosenman, R. H. (1996). Factores motivacionales yemocionales en el Patrón de Conducta TipoA. En F. Palmero y V. Codina (eds.): Trastornoscardiovasculares: influencia de los procesosemocionales. Valencia: Promolibro, 89-112.

Rosenman, R.H. & Chesney, M.A. (1980). Therelationship of Type A behavior pattern tocoronary heart disease. Activas Nervosa Su-perior, 2, 1-45.

Rosenman, R.H. & Friedman, M. (1961) Associationof specific behavior pattern in women withblood and cardiovascular findings.Circulation, 24, 1173-1184.

Rosenman, R.H. & Palmero, F. (1998) Ira - hostili-dad, apoyo social y trastornos coronarios.En F. Palmero y E.G. Fernández - Abascal(eds.) Emociones y adaptación. Barcelona:Ariel.

Rosenman, R.H.; Brand R.J.; Jenkins, C.D.;Friedman, M.; Strauss, R. & Wurm, M. (1975).Coronary heart disease in the WesternCollaborative Group Study. Final follow upexperience of 8½ years. JAMA, 233, 872-877.

Rutledge, T.; Reis, S.E.; Olson, M.; Owens, J.;Kelsey, S.F.; Pepine, C.J.; Reichek, N.;Rogers, W.J.; Merz, C.; Sopko, G.; Cornell,C.E. & Matthews, K.A. (2001). Psychosocialvariables are associated with atherosclerosisrisk factors among women with chest pain:The WISE study. Psychosomatic Medicine,63, 282-288.

Schiffer, F.; Hartley, L.H.; Schulman, C.L. &Abelmann, W.H. (1976). The quizelectrocardiogram: A new diagnostic andresearch technique for evaluating therelation between emotional stress andischemic heart disease. American Journal ofCardiology, 37, 41-47.

Shapiro, D.; Goldstein, I.B. & Jammer, L.D. (1995).Effects of anger/hostility, defensiveness,gender, and family history of hypertensionon cardiovascular reactivity.Psychophysiology, 32, 425-435.

Shekelle, R.B.; Gale, M.; Ostfeld, A.M. & Paul O.(1983). Hostility, risk of coronary heartdisease, and mortality. Psychosomatic Medi-cine, 45, 109-114.

Sher, L. (2005). Type D Personality: the heart,stress, and cortisol. QJM, 98 (5): 323-329.

Siegman, A.W. (1994). From type A to Hostility toAnger: reflections on the history of coronary-prone behavior. En A.W. Siegman y T.W.Smith (eds.) Anger, hostility and the heart.Hillsdale: Lawrence Erlbaum Associates, 1-21.

Siegman, A.W.; Anderson, R.; Herbst, J.; Boyle, S.& Wilkinson, J. (1992). Dimensions of anger-hostility and cardiovascular reactivity inprovoked and angered men. Journal ofBehavioral Medicine, 15, 257-272.

Sloan, R.P.; Bagiella, E.; Shapiro, P.A.; Kuhl, J.P.;Chernikhova, D.; Berg, J. & Myers, M.M.(2001). Hostility, gender, and cardiacautonomic control. Psychosomatic Medicine,63, 434-440.

Smith, T.W. & Allred, K.D. (1989). Blood pressureresponses during social interaction in highand low cynically hostile males. Journal ofBehavioral Medicine, 12, 135-143.

Steptoe, A.; Cropley, M. & Joekes, K. (2000). Taskdemands and the pressures of everyday life:Associations between cardiovascularreactivity and work blood pressure and heartrate. Health Psychology, 19, 46-54.

Steptoe, A. & Whitehead, D.L. (2005). Depression,stress, and coronary heart disease: the need

Page 28: HOSTILIDAD, PSICOFISIOLOGÍA Y SALUD …pepsic.bvsalud.org/pdf/suma/v14n1/v14n1a03.pdfHostilidad, psicofisiología y salud cardiovascular 25 Suma Psicológica, Vol. 14 N 1: 23-50,

Francesc Palmero, José Luis Díez, José Luis Diago, Juan Moreno, Luis Oblitas5 0

Suma Psicológica, Vol. 14 N°1: 23-50, marzo 2007, Bogotá (Col.)

for more complex models. Heart, 91: 419-420.

Strike, P.C. & Steptoe, A. (2005). Behavioral andemotional triggers of acute coronarysyndromes: a systematic review and criti-que. Psychosomatic Medicine, 67: 179-186.

Suárez, E. & Williams, R. (1989). Situationaldeterminants of cardiovascular andemotional reactivity in high and low hostilemen. Psychosomatic Medicine, 51, 404-418.

Suárez, E. & Williams, R. (1990). The relationshipsbetween dimensions of hostility andcardiovascular reactivity as a function oftask characteristics. Psychosomatic Medici-ne, 52, 558-570.

Suárez, E.; Williams, R.; Kuhn, C.; Zimmerman, E.& Schanberg, S.M. (1991). Biobehavioralbasis of coronary-prone behavior in middle-aged men. Part II: serum cholesterol, theType A behavior pattern, and Hostility asinteractive modulators of psychological

Fecha de envío: Octubre 05 de 2006

Fecha de aceptación: Octubre 28 de 2006

reactivity. Psychosomatic Medicine, 53, 528-537.

Suárez, E.C.; Harlan, E.; Peoples, M.C. & Williams,R.B. (1993). Cardiovascular and emotionalresponses in women: the role of hostility andharassment. Health Psychology, 12, 459-468.

Suls, J. & Wan, C.K. (1993). The relationshipbetween trait hostility and cardiovascularreactivity: A quantitative review and analysis.Psychophysiology, 30, 615-626.

Williams, R.B.; Barefoot, J.C. & Shekelle, R.B. (1985).The health consequences of hostility. En M.A.Chesney & R.H. Rosenman (eds.). Anger andhostility in cardiovascular and behavioraldisorders. Washington, DC: Hemisphere, 173-185.

Williams, R.B.; Barefoot, J.C.; Haney, T.L.; Lee, K.L.;Kong, Blumenthal, J.A. & Whalen, R.E. (1980).Type A behavior, hostility, and coronaryatherosclerosis. Psychosomatic Medicine, 42,539-549.