homenaje a Álvaro ugalde

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Alvaro Ugalde Víquez (1946-2015), “Padre de los Parques Nacionales de Costa Rica”. "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles." --Bertolt Brecht La historia de nuestros pueblos fue tejida con los sueños visionarios de hombres y mujeres admirables que supieron abrir las ventanas al aire fresco del futuro, más aún, que han sabido forjar en el yunque de su diaria entrega las herramientas que habrían de utilizar los jóvenes del mañana… esos que todavía no habían nacido. Álvaro Ugalde Víquez fue una de estas personas asombrosas que supieron anticiparse a la historia, a base de esfuerzo y de coraje, para imprimirle su propio sello personal, sembrando a tiempo y a destiempo muchas de las semillas de lo que hoy conocemos con orgullo como “nuestros parques nacionales”. Gladiador infatigable en las luchas por la conservación de nuestro patrimonio natural, él siempre tuvo acciones ejemplares y palabras oportunas para animar a los otros en su propia brega por el bien común. Así, enemigo de la pompa y adicto incorregible al olor de la tierra húmeda que despiden nuestros bosques tropicales, fue siempre un referente para quienes tratamos de cumplir con el sublime designio de servir a la Patria desde nuestras trincheras. Sí, para quienes tuvimos la inestimable fortuna de conocerle será siempre una fuente de inspiración y de empuje hacia adelante, invitándonos a seguir el ejemplo de las lianas que desde el piso de nuestros verdes palacios naturales ascienden presurosas hasta el sol, en busca de cielos más amplios y generosos. Y para aquellos que no tuvieron la oportunidad de compartir la sabiduría que escondían sus bromas y sus llamadas de atención, ante los resultados de aquellos esfuerzos que consideraba insuficientes, para ellos también habrá de derramar luz por muchos años el legado inconmensurable de su obra, de la que muchos kilómetros cuadrados de nuestro territorio costarricense son testigos silenciosos. Desde el SINAC miramos el futuro con optimismo y con el compromiso cierto de continuar la labor que personas como Álvaro Ugalde iniciaron hace muchos años atrás, abrigando entonces la esperanza de que quienes les sucedieran fueran capaces de reconocer que los sueños y los más altos ideales son todos realidades ocultas, que aguardan bajo la tierra cálida de nuestro terruño en espera de que alguien se decida a permitirles germinar y crecer. Muchas gracias, don Álvaro, por dejar tras de usted una estela de mundos maravillosos donde hoy se asombran por igual los niños y los adultos que visitan nuestras áreas silvestres protegidas. Pero también donde hoy todos los costarricenses enfrentamos el gran reto de salvaguardar esos tesoros naturales y su inmenso valor para la posteridad.

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Page 1: Homenaje a Álvaro Ugalde

Alvaro Ugalde Víquez (1946-2015), “Padre de los Parques Nacionales de Costa Rica”.

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida:

esos son los imprescindibles."

--Bertolt Brecht

La historia de nuestros pueblos fue tejida con los sueños visionarios de hombres y mujeres admirables que supieron abrir las ventanas al aire fresco del futuro, más aún, que han sabido forjar en el yunque de su diaria entrega las herramientas que habrían de utilizar los jóvenes del mañana… esos que todavía no habían nacido.

Álvaro Ugalde Víquez fue una de estas personas asombrosas que supieron anticiparse a la historia, a base de esfuerzo y de coraje, para imprimirle su propio sello personal, sembrando a tiempo y a destiempo muchas de las semillas de lo que hoy conocemos con orgullo como “nuestros parques nacionales”.

Gladiador infatigable en las luchas por la conservación de nuestro patrimonio natural, él siempre tuvo acciones ejemplares y palabras oportunas para animar a los otros en su propia brega por el bien común. Así, enemigo de la pompa y adicto incorregible al olor de la tierra húmeda que despiden nuestros bosques tropicales, fue siempre un referente para quienes tratamos de cumplir con el sublime designio de servir a la Patria desde nuestras trincheras.

Sí, para quienes tuvimos la inestimable fortuna de conocerle será siempre una fuente de inspiración y de empuje hacia adelante, invitándonos a seguir el ejemplo de las lianas que desde el piso de nuestros verdes palacios naturales ascienden presurosas hasta el sol, en busca de cielos más amplios y generosos. Y para aquellos que no tuvieron la oportunidad de compartir la sabiduría que escondían sus bromas y sus llamadas de atención, ante los resultados de aquellos esfuerzos que consideraba insuficientes, para ellos también habrá de derramar luz por muchos años el legado inconmensurable de su obra, de la que muchos kilómetros cuadrados de nuestro territorio costarricense son testigos silenciosos.

Desde el SINAC miramos el futuro con optimismo y con el compromiso cierto de continuar la labor que personas como Álvaro Ugalde iniciaron hace muchos años atrás, abrigando entonces la esperanza de que quienes les sucedieran fueran capaces de reconocer que los sueños y los más altos ideales son todos realidades ocultas, que aguardan bajo la tierra cálida de nuestro terruño en espera de que alguien se decida a permitirles germinar y crecer.

Muchas gracias, don Álvaro, por dejar tras de usted una estela de mundos maravillosos donde hoy se asombran por igual los niños y los adultos que visitan nuestras áreas silvestres protegidas. Pero también donde hoy todos los costarricenses enfrentamos el gran reto de salvaguardar esos tesoros naturales y su inmenso valor para la posteridad.