hoja parroquial 12 diciembre 2010

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1ª: El próximo día 18 se recogerá lo que queráis ofrecer en la Operación KILO cuyo buzoneo se ha hecho este sábado, día 11. 2ª. El día 12 se exponen en el patio del colegio productos de Comercio Justo. Es una forma de hacer la Navidad más solidaria. 3ª. Este mes de diciembre no hay cursillo prematrimonial. El jueves, 16, habrá en la iglesia un festival infantil navideño. Por ello, el rosario y la eucaristía de las 19,00 y 19,30, serán en la capilla de la casa parroquial. 5ª. La colecta extraordinaria de Navidad tendrá lugar el sábado día 18 y el domingo 19. 6º Os invitamos a celebrar el sacramento de la Penitencia como una forma de preparación para la Navidad. Como sabéis, podéis hacerlo antes de cada misa. VEN PRONTO, SEÑORVen pronto a llenarme de tu ilusión por crear una tierra nueva. Ven pronto, Señor, a despertarme el corazón adormecido ante tanto hermano que sufre. Ven pronto, Señor, a liberarme de tantas ataduras que me crean grandes deseos de tener y acaparar. Ven pronto, Señor, para pintar una sonrisa en mi alma y ser tu presencia en cada rincón. Ven pronto, Señor, para llenar de sentido mi vida, la vida. Ven pronto, Señor, a sosegar mi cuerpo cansado de tanto trajín. Ven para sanar todo aquello que en mí está enfermo de autocompasión, egoísmo, vanidad y deseos de poder y prestigio. Ven, Señor, y haznos comprometidos, solidarios, compasivos, cercanos, comprensivos y respetuosos con nuestro semejantes. Ven, Señor, quiero acogerte en lo más profundo del corazón. Ven, Señor, y hazme instrumento de felicidad para los otros. ¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro? Esta era una pregunta decisiva para las primeras comunidades cristianas. La respuesta de Jesús no puede ser más concreta: Id y contadle a Juan lo que estás viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. El informe que Jesús da de sí mismo no es teórico, sino que remite a su actuación. “Por sus obras los conoceréis”, Y su actuación es convincentemente mesiánica. Las cosas cambian al contacto con su persona. Los enfermos encuentran en él quien les acoja, les sane y les devuelva la dignidad. Los pobres se sienten revalorizados al contacto con su persona. Allá donde está él se da una calidad de vida superior. Sorprende que esta calidad de vida no va acompañada de una mejora económica visible. Vivir el Adviento es entrenarse en descubrir al Mesías que viene a través de los gestos liberadores de los que nos rodean. Para conocer a Jesús, lo mejor es ver a quiénes se acerca y lo que ofrece a cada uno de ellos. Las credenciales de Jesús son éstas: aliviar el sufrimiento, curar la vida y abrir un horizonte de esperanza a los pobres, marginados y aplastados por la vida y por los poderosos. Jesús sabe que su respuesta puede decepcionar a quienes sueñan con un Mesías más brillante y poderoso, más eficaz y victorioso. ¿Qué Mesías esperas tú hoy? ¿A qué Mesías sigues? ¿Te dedicas a hacer «las obras» que hacía Jesús? ¿Qué está «viendo y oyendo» la gente desde tu manera de actuar? ¿Qué ve en tu vida?

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Hoja Parroquial

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Page 1: Hoja Parroquial 12 diciembre 2010

1ª: El próximo día 18 se recogerá lo que queráis ofrecer en la Operación KILO cuyo buzoneo se ha hecho este sábado, día 11. 2ª. El día 12 se exponen en el patio del colegio productos de Comercio Justo. Es una forma de hacer la Navidad más solidaria. 3ª. Este mes de diciembre no hay cursillo prematrimonial. 4ª El jueves, 16, habrá en la iglesia un festival infantil navideño. Por ello, el rosario y la eucaristía de las 19,00 y 19,30, serán en la capilla de la casa parroquial. 5ª. La colecta extraordinaria de Navidad tendrá lugar el sábado día 18 y el domingo 19. 6º Os invitamos a celebrar el sacramento de la Penitencia como una forma de preparación para la Navidad. Como sabéis, podéis hacerlo antes de cada misa.

VEN PRONTO, SEÑOR…

Ven pronto a llenarme de tu ilusión por crear una tierra nueva.

Ven pronto, Señor, a despertarme el corazón adormecido ante tanto hermano que

sufre.

Ven pronto, Señor, a liberarme de tantas ataduras que me crean grandes deseos de

tener y acaparar.

Ven pronto, Señor, para pintar una sonrisa en mi alma y ser tu presencia en cada

rincón.

Ven pronto, Señor, para llenar de sentido mi vida, la vida.

Ven pronto, Señor, a sosegar mi cuerpo cansado de tanto trajín.

Ven para sanar todo aquello que en mí está enfermo de autocompasión, egoísmo,

vanidad y deseos de poder y prestigio.

Ven, Señor, y haznos comprometidos, solidarios, compasivos, cercanos,

comprensivos y respetuosos con nuestro semejantes.

Ven, Señor, quiero acogerte en lo más profundo del corazón.

Ven, Señor, y hazme instrumento de felicidad para los otros.

¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?

Esta era una pregunta decisiva para las primeras comunidades

cristianas.

La respuesta de Jesús no puede ser más concreta: Id y contadle

a Juan lo que estás viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los

leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los

pobres se les anuncia la Buena Noticia.

El informe que Jesús da de sí mismo no es teórico, sino que

remite a su actuación. “Por sus obras los conoceréis”, Y su actuación es

convincentemente mesiánica. Las cosas cambian al contacto con su

persona. Los enfermos encuentran en él quien les acoja, les sane y les

devuelva la dignidad. Los pobres se sienten revalorizados al contacto

con su persona. Allá donde está él se da una calidad de vida superior.

Sorprende que esta calidad de vida no va acompañada de una mejora

económica visible.

Vivir el Adviento es entrenarse en descubrir al Mesías que viene

a través de los gestos liberadores de los que nos rodean.

Para conocer a Jesús, lo mejor es ver a quiénes se acerca y lo

que ofrece a cada uno de ellos. Las credenciales de Jesús son éstas:

aliviar el sufrimiento, curar la vida y abrir un horizonte de esperanza a

los pobres, marginados y aplastados por la vida y por los poderosos.

Jesús sabe que su respuesta puede decepcionar a quienes

sueñan con un Mesías más brillante y poderoso, más eficaz y victorioso.

¿Qué Mesías esperas tú hoy? ¿A qué Mesías sigues? ¿Te

dedicas a hacer «las obras» que hacía Jesús? ¿Qué está «viendo y oyendo» la gente desde tu manera de actuar? ¿Qué ve en tu vida?

Page 2: Hoja Parroquial 12 diciembre 2010

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: “Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.” Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua;

siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia - también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los

profetas, que hablaron en nombre del Señor.

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le

mandó a preguntar por medio de sus discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o

tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que

estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos

quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les

anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice

de mí» Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente

sobre Juan: «Que salisteis a contemplar en el desierto,

una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver,

un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo

habitan en palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a

un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien

está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti, para

que prepare el camino ante ti.” Os aseguro que no ha

nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista;

aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más

grande que él.»

Para un Adviento y Navidad distintos 1. Felicitar personalmente a personas «distintas»: el portero de tu casa, un

compañero de trabajo con quien no tienes mucha confianza, un profesor del

colegio, un sacerdote de tu parroquia, el equipo de Cáritas, una enfermera o un

médico, un enfermo ingresado en un hospital, un vecino anciano que vive solo en

nuestro bloque, alguien que ha perdido un ser querido...

2. Montar un sencillo belén en casa y hacer de él un lugar de oración colocando una

biblia, algunas noticias de prensa que nos hacen esperar con más fuerza la llegada

del Salvador, poniendo en él los nombres de las personas queridas….

3. Derrochar es el peor modo de celebrar la auténtica Navidad. Por eso, dejamos

los regalos de cumplido, los regalos de cosas no necesarias y tratamos de hacer un

regalo útil a una persona que lo necesite.

4. Destinar un porcentaje del montante de nuestros gastos navideños a Cáritas o a

alguna ONG que lo emplee de manera responsable y útil.

5. Procurar que alguna de las personas que conocemos tenga la posibilidad de

hacer algo que normalmente no está a su alcance por razones de salud, de dinero,

de soledad..,

6. Dar el primer paso para la reconciliación con alguna de esas personas con las

que no me hablo o a las que no perdono alguna afrenta.

7. Recibir el sacramento de la penitencia como expresión de nuestra disposición

para celebrar el amor que Dios nos tiene y nuestro deseo de mejorar nuestra vida

cristiana.

Lectura del libro de Isaías . Is 35-1-6a.10

Lectura de la carta del apóstol Santiago St 5,7-10

Lectura del santo evangelio según san Mateo: Mt 11,2-11