hölderlin-poemas de la locura

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  • FRIEDRICH HLDERLIN

    POEMAS DE LA LOCURAprecedidos de algunos testimonios de sus contemporneos

    sobre los aos oscuros del poeta

    Traduccin y notas de Txaro Santoro y Jos Mara lvarezEdicin bilinge

  • NDICE

    A propsito de esta edicinNota preliminarWilhelm Waiblinger: Vida, poesa y

    locura de Friedrich HlderlinWilhelm Waiblinger: Fragmentos de su

    diario Conversacin entre el carpintero Zimmer y

    el escritor Gustav KhneBettina Von ArnimBorrador de una carta de Hlderlin en

    francsCarta de Lotte Zimmer, hija del carpintero,

    comunicando al hermano de Hlderlin lamuerte del poeta

    Retrato de Hlderlin en su vejezPOEMAS DE LA LOCURA1. Der Frhling / La Primavera2. Aussicht / Visin3. Der Frhling / La Primavera4. Hheres Leben / Vida ms elevada5. Hhere Menschheit / Humanidad ms

    elevada6. Des Geistes Werden... / El ser del

    Espritu7. Der Frhling / La Primavera8. Der Sommer / El Verano9. Der Winter / El Invierno10. Winter / Invierno11. Der Winter / El Invierno12. Der Sommer / El Verano13. Der Frhling / La Primavera14. Wenn aus der Ferne... / Si desde

    lejos...15. Der Sommer / El Verano16. Der Herbst / El Otoo17. Der Ruhm / La gloria18. Der Frhling / La Primavera19. Der Spaziergang / El paseo

    20. Der Kirchhof / El cementerio21. Das frhliche Leben / La vida

    alborozada22. Dem gndigsten Herrm Von Lebrel /

    Al seor de Lebrel23. Nicht alie Tage / No todos los das24. Der Frhling / La Primavera25. Der Mensch / El hombre26. Wenn aus dem Himmel... / Cuando

    del cielo...27. Das Angenehmen dieser Welt... / Las

    delicias de este mundo... 28. An Zimmer / A Zimmer29. An Zimmer / A Zimmer30. Aufden Tod cines Kindes / A la

    muerte de un nio 31. Freundschaft, Liebe... / Amistad,

    amor...32. Auf die Geburt eines Kindes / En el

    nacimiento de un nio 33. Der Herbst / El Otoo34. Der Sommer / El Verano35. Der Sommer / El Verano36. Der Mensch / Los hombres37. Der Winter / El Invierno38. Das Gue / El Bien39. Aussicht / Vista panormica40. Der Winter / El Invierno41. Der Winter / El Invierno42. Griechenland / Tierra de Grecia43. Der Frhling / La Primavera44. Der Frhling / La Primavera45. Der Frhling / La Primavera46. Der Zeitgeist / El espritu del tiempo47. Freundschaft / Amistad48. Die Zufriedenheit / La satisfaccin49. Die Aussicht / La visin

    v

  • A PROPSITO DE ESTA EDICIN

    a idea de recopilar y traducir para Poesa Hiperin los Poemas de la locura de Hlderlinparti de Jos Mara lvarez. Txaro Santoro, licenciada en Filologa Alemana, fue la

    encargada de recopilarlos y de traducirlos literalmente. Jos Mara lvarez se encarg de ladifcil tarea imposible la llama l en la nota inicial de verter los poemas a un castellanoms potico, ms rtmico, que al mismo tiempo se alejara lo menos posible del original. Sedecidi, en cualquier caso, publicar junto a la traduccin el texto alemn, nico medio de podercontrastar la fidelidad de las versiones. La Editorial, posteriormente, resolvi completar el librocon los testimonios que lo encabezan, que fueron traducidos igualmente por Txaro Santoro.Fragmentos de algunos de ellos haban sido dados a conocer por Flix de Aza en su edicindel Empdocles (traduccin de Feliu Formosa, Barcelona, 1974), pero la mayora erandesconocidos para el lector espaol.

    L

    En cuanto a los poemas, aunque tambin algunos haban sido recogidos en distintasantologas de la obra del poeta, la mayor parte no haban sido traducidos a nuestro idioma nirecopilados excepto en las ediciones alemanas de Obras completas. En la lamentable edicinpublicada en Barcelona en 1977 con el ttulo de Poesa completa de Hlderlin slo figurancuatro de estos poemas. La magnfica versin francesa que Pierre-Jean Jouve, en colaboracincon Pierre Klossowski, public en 1930 (Pomes de la folie de Hlderlin) inclua nicamente29 de los 49 poemas que aqu se publican.

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  • NOTA PRELIMINAR

    ohann-Christian Friedrich Hlderlin naci el 20 de marzo de 1770 en Lauffen (Condado deWrtenberg), en la Suabia del Neckar. Su padre administraba un seminario protestante

    Stift y su madre era hija de un pastor de tal Iglesia. Dama muy joven viuda (en 1772),volvi a contraer matrimonio en 1774 con el consejero Gock, burgomaestre de Nrtingen. Delprimer matrimonio tuvo a Friedrich y a Heinrike, Y con el burgomaestre aadi unhermanastro, Karl. La muerte de su padre dot a Friedrich de una prematura tristeza, que reflejaen varias cartas.

    J

    En 1784, Hlderlin es destinado al servicio divino y enviado a estudiar Teologa alseminario de Denkendorf. All escribir sus primeros poemas y descubrir a Schiller y, segnparece, a Klopstock.

    En 1786 Hlderlin proseguir esos estudios en Maulbronn. All tendr su primer amor conLouise Nast. Se abre a Ossian.

    Pasa en 1788 al seminario de Tbingen. Se enamora de la hija de un profesor, Elisa Lebret.Funda con Neuffer la Liga de los Poetas, y estrecha su relacin con Hegel y Schelling,amantes todos de la Revolucin Francesa. En el Almanaque de las Musas es publicado porprimera vez. Y conoce a quien seguir siendo amigo suyo toda su vida: Isaac von Sinclair.

    Lee mucho a Platn. Empieza a escribir Himnos.En 1793 se licencia, pero no ejercer nunca el sagrado ministerio o Misterio.A finales de 1793, y gracias a Hegel, que lo recomienda a Schiller, y ste a su vez a la Casa,

    es aceptado como preceptor del hijo de Charlotte von Kalb, en Waltershausen. Se hace cargodel nio, habita junto a l en Weimar y all comienza a escribir Hiperin. Cuando abandonaeste magisterio, la amistad con la madre ha llegado a ser tan slida, que Charlotte le ayuda ainstalarse en Jena con la suficiente estabilidad econmica para poder continuar sus trabajos.

    En Jena se encuentra de nuevo con Schiller, quien le publica en su revista, Thalia, unfragmento de Hiperin.

    Pero en 1795 est otra vez sin recursos y ha de regresar a su casa materna en Nrtingen. Afinales de ese ao se emplea como preceptor una vez ms en casa del banquero Gontard, enFrankfurt.

    Casi siempre una bella mujer acompaa al dinero. Ser Susette, la esposa de Gontard. Unafascinante historia de amor que Hlderlin fijar para siempre bajo el nombre de Ditima.

    La primera parte de Hiperin aparece en 1797, y la segunda, en 1799. Pero a finales del 78es despedido de casa del banquero, y se refugiar en Hamburgo, con el amigo Sinclair.Contina viendo a Susette, trenzando los ltimos filos de su aventura, hasta 1800. Y en esosdas vidriosos escribe las tres versiones de La muerte de Empdocles.

    Son aos de una actividad intenssima. Poemas, elegas. Hasta que, muy fatigado, en laprimavera de 1800 tiene que volver a Nrtingen. Permanece all hasta octubre, cuando marcha aStuttgart invitado por unos amigos. Cuidado por stos traduce a Pndaro y escribe sus grandesobras. La relacin entre los Himnos y la influencia de Pndaro deba ser estudiada condetenimiento.

    Pero necesita moverse. Y parte hacia Suiza para hacerse cargo de un puesto de preceptor encasa de los Gonzenbach, industriales de Hauptwill. Slo permanecer unos meses con ellos.Comienza a sufrir unas crisis que desembocaran en la Locura.

    En 1802 marcha a Francia para ejercer por ltima vez como preceptor, en Burdeos, en casadel cnsul de Alemania, Daniel Christoph Meyer.

    Bajo los cielos de Francia entrar en la Locura. Abandona su empleo y retorna para siemprea Alemania. En julio, tocado por Apolo (como l mismo asegur), se instala con su madre.En Nrtingen se entera de la muerte de Ditima. Su vuelo no tiene retorno. Sinclair se hacecargo de l y lo acompaa en un viaje de descanso por Regensburg y Ulm. Por los agujerosincendiados de esos das ve Hlderlin sus grandes Himnos: Patmos, El Archipilago.Durante 1803 y 1804 su actividad es febril. Poemas y traducciones (Sfocles). Sinclair lorecomienda como bibliotecario en la corte del Landgrave de Hamburgo. Es un puesto tranquilo.

  • Pero un ao ms tarde la Locura se apodera definitivamente de su criatura.En agosto de 1806 Sinclair lo traslada a la clnica del Dr. Authenrietch en Tbingen. Y poco

    despus, a la casa del carpintero ebanista Ernst Zimmer, donde vivir hasta 1843. Treinta ysiete aos en una habitacin sobre el Neckar. Todos aquellos que l amara Schiller, Goethe,Napolen, Beethoven, Kleist, sus compaeros, sus damas van encaminndose a la muerte.Hlderlin no lo sabr nunca. Para l ya no existir sino aquel recinto, el papel sobre el queescribe sus ltimos poemas, su piano y las visitas a quienes no reconoce. Olvida su nombre.Fecha poemas con cien aos de adelanto. El 7 de junio de 1843, despus de contemplar desdesu ventana los campos infinitos, muri en paz.

    Cuenta Bettina von Armim que cuando la princesa von Homburg regal un piano aHlderlin, ste cort casi todas las cuerdas, mas dej algunas, y sobre ellas improvisaba. Asson los Poemas de la locura. Quiz nadie haya visto nunca de forma tan transparente. Es laNoche Sagrada.

    No se puede traducir a Hlderlin.

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  • Wihelm WaiblingerVIDA, POESA Y LOCURA DE FRIEDRICH HLDERLIN1

    l entrar en la casa del desdichado no se espera ciertamente encontrar all al poeta quegustaba deambular con Platn por las riberas del Iliso; tampoco es que se trate de una

    mala casa, sino que es la vivienda de un carpintero acomodado, que posee una poco frecuentecultura para un hombre de su condicin, y que incluso habla de Kant, Fichte, Schelling,Novalis, Tieck y otros. Se pregunta por la habitacin del seor Bibliotecario an le gusta quele llamen as y se llega ante una puerta pequea. Al or voces dentro, uno cree que tienevisita, pero el carpintero aclara que est completamente solo y que habla consigo da y noche.Uno piensa, titubea sobre si llamar a la puerta o no; uno se siente inquieto. Por fin se llama y seoye un enrgico Adelante!

    A

    Se abre la puerta y en el centro de la habitacin hay una figura enjuta que se inclinaprofundsimamente sin cesar de hacer reverencias, con unos ademanes que estaran llenos degracia si no tuvieran algo de convulsivos. Es de admirar su perfil, su despejada frente, sumirada amistosa, si bien apagada, no sin vida todava; las devastadoras huellas de laenfermedad mental se notan en sus mejillas, en su boca, en su nariz, sobre los ojos, en los quehay un grave rasgo de dolor, y se percibe con pesar y afliccin el movimiento convulsivo que aintervalos se extiende por todo su rostro, le impulsa los hombros hacia arriba y le hace levantarespecialmente manos y dedos. Lleva un sencillo jubn, en cuyos bolsillos laterales gusta demeter las manos. Uno le dice algunas palabras de introduccin, que son acogidas con las mscorteses reverencias y con un diluvio de palabras carentes de sentido que desconciertan alvisitante. Hlderlin, que fue y sigue siendo muy corts en las formas, siente entonces la nece-sidad de decir algo amable al visitante, formularle alguna pregunta. Lo hace; se escuchan unascuantas palabras comprensibles, pero casi siempre resulta imposible contestarle. El propioHlderlin no espera en absoluto una respuesta; ms bien al contrario, se desorienta si el extraose esfuerza en seguir una idea. Ya hablaremos de ello ms adelante, cuando tratemos denuestras conversaciones con l. De momento daremos slo una rpida impresin. El extrao seve tratado con los ttulos de Su Majestad, Su Santidad, Reverendo Padre. Hlderlin estvisiblemente turbado: acepta estas visitas de muy mala gana y despus de ellas est msinquieto que antes. Por eso no me agradaba cuando alguien me peda que le llevara a visitarle.Yo prefera ir a verle solo, pues en caso contrario la visita le resultaba a aquel solitario, aisladode las relaciones con el mundo, demasiado chocante, demasiado perturbadora, y el extrao nosaba cmo comportarse, porque Hlderlin empezaba en seguida a agradecer la visita, ainclinarse de nuevo, y entonces era aconsejable no demorarse ms tiempo all.

    Desde luego, nadie permaneca mucho rato junto a l. Incluso sus antiguos conocidosencontraban la conversacin demasiado inquietante, agobiante, aburrida, carente de sentido,pues era precisamente con ellos con quienes el Bibliotecario era ms asombroso. En una oca-sin fue a visitarle Friedrich Haug, el epigramtico, que haca tiempo que le conoca. Tambina l le trat de Real Majestad y le llam seor Barn Von Haug. A pesar de que el viejo amigoaseguraba que no era noble, Hlderlin no ces en modo alguno de dispensarle aquel distinguidottulo. Ante los desconocidos mostraba una absoluta falta de sentido.

    Al principio escriba mucho. Llenaba todos los papeles que se le pusieran a mano. Erancartas en prosa o en metro pindrico libre, dirigidas a su amada Ditima, y tambin escribaodas alcaicas. Haba adoptado un estilo extraordinariamente singular. Sus temas eran elrecuerdo del pasado, la lucha con la Divinidad, las fiestas de los griegos. Por ahora nada dir

    1 Se traducen aqu las pginas ms significativas del libro Friedrich Hlderlins Leben, Dichtung undWahsinn, de 1839. Nos hemos basado en la edicin anotada que Adolf Beck realiz en 1951 a partirdel manuscrito original, y que fue publicada por el Schiller-Nationalmuseum de Marbach para losmiembros de la Friedrich Hlderlin Gesellschaft. Waiblinger fue un estudiante que en sus aos deTubinga frecuent la compaa del poeta y nos dej importantes, aunque romos, testimonios sobre len este texto en su Diario. (W. Waiblinger, Vida, poesa y locura de Friedrich Hlderlin, Edicin deTxaro Santero y Anacleto Ferrer, Madrid, Eds. Hiperin, 1988).

  • respecto a su coherencia interna. En los primeros tiempos de estancia en casa del carpintero padeca muchos ataques de ira,

    de forma que aqul hubo de utilizar su recio puo para imponerse a golpes al iracundo. En unaocasin ech de la casa a todos sus compaeros y cerr la puerta. Se encoleriza y convulsionanada ms ver a alguien del Clnico. Cuando an sala solo con una cierta frecuencia, estabaexpuesto a las burlas de esas personas infames que hay en todas partes, para cuya bestialidad nisiquiera la terrible desintegracin mental producto del infortunio deja de ser objeto de estpidasburlas. Cuando Hlderlin reparaba en ello se tornaba tan violento que les lanzaba piedras ybarro y segua furioso durante todo el da. Con profundo pesar hemos tenido que advertir queincluso los estudiantes eran lo suficientemente brutales como para irritarle y encolerizarle. Nodecimos sobre esto sino que de todas las bribonadas que engendra la holgazanera en la Uni-versidad, sta es una de las ms infames.

    Con alguna frecuencia la mujer del carpintero, o bien alguno de sus hijos o hijas, llevaban alpobre a las fincas y viedos, donde l se sentaba sobre una piedra y esperaba hasta que volvana casa. Hay que sealar que haba que actuar con l igual que con un nio para que no fueraterco. Cuando sale hay que exigirle antes que se lave y asee, puesto que normalmente tiene lasmanos sucias porque se entretiene durante media jornada en arrancar hierba. Cuando ya estvestido no quiere salir de ningn modo. Se levanta el sombrero, calado hasta los ojos, ante unnio de dos aos, si no est demasiado enfrascado en s mismo. He de decir que es signo de ala-banza que las gentes de la ciudad que le conocen no le hacen burla, sino que le dejan seguir enpaz su camino, diciendo muchas veces: Ay, qu inteligente y culto era este hombre y ahoraest chiflado! Pero no le dejan salir solo ms que a pasear por el paseo de ronda, ante la casa.

    Al principio, a veces, iba a ver al distinguido seor Conz, recientemente fallecido. Esteactivo y laborioso amante de la antigua Literatura tena ante la Puerta de Hirschaue de Tubingaun huerto al que encaminaba sus pasos todos los das una hora antes del medioda, costumbresta que observ durante decenios. Durante veinticinco aos se vio a esa hora pasar su pesadocuerpo y detenerse inmediatamente ante la Puerta, en la que regularmente el guardin leencenda la pipa. Entonces el poeta segua adelante tranquilo y despacio y permaneca en loscampos o en la finca varias horas. Cuando estaba traduciendo a Esquilo, Hlderlin, que tenaentonces ms entusiasmo y fuerza, iba a menudo con l. Se entretena en recoger flores, ycuando haba formado un buen ramillete, lo destrozaba y se lo meta en el bolsillo. Conz le dabaa veces algn libro. Me cont que una vez Hlderlin se inclin sobre l y ley unos versos deEsquilo, pero acto seguido prorrumpi en una risa convulsiva: No entiendo eso. Es lenguajekamalatta, pues a las peculiaridades de Hlderlin pertenece tambin la creacin de palabrasnuevas.

    Estas visitas cesaron con el tiempo, al irse debilitando y volvindose aptico. Me costabatrabajo lograr de vez en cuando que fuera de paseo conmigo al huerto de Conz. Pona toda clasede excusas; deca: No tengo tiempo, Su Santidad pues tambin yo recib todos los ttulos sinexcepcin; he de esperar a una visita, o usaba una singularsima frmula habitual en l querezaba: Usted ordena que yo permanezca aqu. Pero algunas veces, cuando el tiempo erabueno y despejado, lograba que se vistiera y salamos. Una vez, un da de primavera, estuvosumamente alegre por la riqueza de los arbustos llenos de flores y alab la belleza del huertodel modo ms corts. Pero sola ser menos razonable en general de lo que lo era cuando estabasolo conmigo. Conz se esforzaba en que recordara el pasado, pero en vano. Una vez dijo: ElSeor Consejero ulico Haug, a quien usted debe recordar sin duda todava, ha escrito hacepoco un poema muy bello. Hlderlin, sin prestar ninguna atencin a lo que se le deca, comode costumbre, replic: Ha escrito uno?, de tal manera que Conz ri de buena gana. Despusvolvimos a casa y Hlderlin, al despedirse en la calle, bes la mano del seor Conz del modoms elegante.

    Su jornada es extremadamente simple. Por la maana, sobre todo en verano, que es cuandose halla ms intranquilo e inquieto, se levanta con el sol e incluso antes y abandonainmediatamente la casa para ir a pasear al parque zoolgico. Este paseo se prolonga por ac ypor all cuatro o cinco horas, hasta que est cansado. A menudo se entretiene llevando en la

  • mano un pauelo y dando con l en los postes del cercado o arrancando la hierba. Lo queencuentra, aunque slo sea un pedazo de hierro o cuero, se lo guarda y se lo lleva. Entretanto,habla consigo mismo y se pregunta y responde tan pronto s como no, y a menudo ambascosas, porque le gusta negar.

    Despus vuelve a casa y anda de ac para all. Se le lleva la comida a su habitacin y comecon buen apetito; tambin le gusta el vino y bebera cuanto se le diera. Cuando termina decomer no puede soportar ni un instante tener el servicio en su cuarto y lo coloca inmediata-mente sobre el suelo ante el umbral de la puerta. No quiere de ningn modo tener en suhabitacin ms que lo que es suyo; todo lo dems lo pone en el acto ante la puerta. Lo que restadel da transcurre en dilogos consigo mismo y en ir de arriba para abajo por su cuarto.

    Con lo que puede entretenerse jornadas completas es con su Hiperin. Suele tenerlo casisiempre abierto. Cientos de veces, cuando iba yo a visitarle, ya desde afuera le oa declamar envoz alta, y lo hace con gran patetismo. Muchas veces me lea fragmentos. Cuando terminaba unprrafo comenzaba a decir con una mmica exagerada: Qu hermoso, qu hermoso, VuestraMajestad!. Luego continuaba leyendo, pero poda aadir de pronto: Mire, estimado seor,una coma!. Tambin me lea muchas veces fragmentos de otros libros que yo le pona a mano,pero no entenda nada, porque estaba demasiado disperso y no poda seguir ni siquiera unpensamiento propio, cuanto menos uno ajeno. Sin embargo, alababa siempre el libro de formadesmesurada, con su habitual cortesa.

    Sus restantes libros se reducen a las Odas de Klopstock, Gleim, Kronegk y poetas antiguossimilares2. Lee a menudo las Odas de Klopstock y las exhibe inmediatamente.

    Incontables veces le dije que su Hiperin se ha vuelto a editar y que Uhland y Schwab hanrecopilado sus poemas3. Nunca recib, sin embargo, otra respuesta que una profunda inclinaciny las palabras: Es usted muy deferente, seor Von Waiblinger! Le tengo mucha estima, SuSantidad. Muchas veces, cuando sin ms cortaba mis preguntas de este modo, yo insista enlograr una respuesta razonable, volva sobre mis palabras, no cejaba, caa de nuevo en lo mismodando un giro y solamente desista cuando se agitaba violentamente y comenzaba con unaterrible verbosidad desordenada y carente de sentido.

    El carpintero se asombraba de que yo pudiera ejercer tanta autoridad sobre l, de que vinieraconmigo tan pronto como yo quisiera y de que tambin en mi ausencia se preocupase tanto dem. Lo que ms le distraa cuando estaba conmigo era la agradable finca que yo habitaba en elOesterberg, la misma en la que Wieland escribiera las primicias de su musa. Hay desde all unavista de amables valles verdes, la ciudad que se levanta en el Schlossberg, el recodo del Neckar,varios risueos pueblecitos y la cadena del Alb. Han pasado ya ms de cuatro aos desde quepas all un agradable verano rodeado de verdor, con una vista tan refrescante y casi en plenaNaturaleza. Desgraciadamente pesaba entonces sobre mi nimo una opresin tan grave que nisiquiera el disfrutar de tan reconfortante naturaleza lograba serenarme y fortalecerme. All eradonde yo llevaba a Hlderlin una vez por semana. All arriba, al entrar en la finca, hacasiempre reverencias alabando del modo ms solcito mi amabilidad y afecto. Empleabaalocuciones corteses en todas partes y era como si realmente con ellas quisiera mantenerexpresamente las distancias con todo el mundo. Si lo haca por algn motivo, seguro que erapor ste; sin embargo, a m me parece exagerado que atribuyera siempre y a todo el mundomotivaciones ms profundas que la extraeza y la curiosidad.

    Hlderlin abra la ventana, se sentaba cerca de ella y empezaba a alabar la vista con palabrasabsolutamente comprensibles. Yo me daba cuenta de que en general le sentaba bien estar al airelibre. Hablaba menos consigo mismo y esto es un claro indicio para m de que lograba una2 J. W. L. Gleim (1719-1803), compaero de Klopstock en Halberstadt, anacrentico, autor de

    Canciones de guerra prusianas. Cronegk (1731-1758), autor de la tragedia Olinto y Sofromia (basadaen un episodio de la Jerusaln liberada, de Torcuato Tasso). Adems, Hlderlin tena, cosa que estcomprobada, los Poemas de Friedrich von Hagedorn (1708-1754) y los de F. W. Zacharas (1726-1777), libros que pertenecan a su padrastro. Su biblioteca particular, de no muchos volmenes, estabaen Nrtingen y se vendi all una vez muerto Hlderlin.

    3 Los Poemas, preparados desde 1820, se publicaron en 1826. El Hiperin se public: el primer tomo,en 1797, y el segundo, en 1799. Se reedit en 1822.

  • mayor claridad, pues me he convencido de que aquel incesante hablar consigo mismo no erasino una consecuencia de la falta de fijeza de su pensamiento y de la incapacidad de retener unargumento. Pero de esto hablar ms adelante. Yo provea a Hlderlin de rap y tabaco, que leproporcionaban mucha alegra. Con una pulgarada de rap le pona contento, y si le llenaba lapipa y se la encenda, haca alabanzas muy calurosas del tabaco y del utensilio y se encontrabaplenamente satisfecho. Cesaba de hablar, y como se senta de maravilla y no era convenientemolestarle, yo le dejaba mientras lea alguna cosa.

    Le daba mucho que pensar la frmula pan testa Uno y Todo escrita en grandes caracteresgriegos en la pared sobre mi mesa de trabajo. A menudo hablaba consigo mismo largo rato,mirando siempre aquel signo pleno de secretos y significados, y en una ocasin dijo: Me hevuelto ortodoxo, Su Santidad! No! No! En la actualidad estoy estudiando el tercer tomo delseor Kant y me ocupo mucho de la nueva filosofa. Le pregunt si se acordaba de Schelling,y contest: S, estudiaba en la misma poca que yo, seor Barn. Le dije que ahora estaba enErlangen, y me contest que antes haba estado en Munich y me pregunt si yo haba habladoalguna vez con l, a lo que le contest que s.

    Recordaba a Mathisson, a Schiller, a Zollikofer, a Lavater, a Heinse y a muchos otros, perono a Goethe, como pude constatar. Su memoria segua siendo buena. Una vez me parecisorprendente que tuviera un retrato de Federico el Grande colgado en la pared y le pregunt porello, a lo que me contest: Eso ya lo haba advertido usted en otra ocasin, seor Barn, yrecord que, en efecto, ya lo haba advertido yo varios meses antes. As que reconoce a todoscuantos ha visto. Nunca olvidaba que soy poeta y me preguntaba incontables veces qu es loque estaba haciendo y si haba trabajado mucho. Aunque, naturalmente, poda decir actoseguido: Yo, estimado seor, ya no tengo el mismo nombre. Ahora me llamo Killalusimeno.Oui, Vuestra Majestad! Usted lo dice, usted lo cree, nada ha de sucederme!

    Esto ltimo se lo escuch repetidas veces. Es como si quisiera asegurarse y tranquilizarse,escudndose siempre tras la idea de que nada ha de sucederle.

    Yo le daba tambin papel de escribir. Entonces se sentaba ante el escritorio y haca algunosversos, incluso rimados. Pero carecan de sentido, especialmente los finales, aunque fueranmtricamente correctos. Despus se levantaba y me los alargaba con grandes cumplidos. Unavez escribi debajo: Su humildsimo Hlderlin.4

    En cierta ocasin yo le haba dicho que por la tarde haba concierto. Haba pensado si nosera posible procurarle ese placer. Solo, no poda arriesgarme. Quiz la msica le influyerademasiado, o quiz haba que temer la impertinencia de los estudiantes. El caso es que aban-don con l la finca. Estaba totalmente ensimismado y no deca una sola palabra. Cuando llegucon l a la ciudad, me mir como si despertara y dijo: Concierto. Seguro que haba estadopensando en ello, pues la msica no le ha abandonado del todo. An toca el piano, aunque deun modo sumamente extrao. Cuando se pone a ello puede permanecer sentado das y das.Toma entonces una idea de simpleza infantil y puede tocarla y volver a tocarla cien veces, demodo que se hace insoportable. A eso se aaden unos rpidos movimientos convulsivos que leobligan a veces a recorrer las teclas como un rayo, y el molesto golpear de sus largusimas uas,pues se las deja cortar con sumo disgusto y para convencerle son necesarias un sin fin deartimaas, como se hace con los nios tercos y caprichosos. Cuando ha tocado un rato y sualma se ha enternecido, cierra a veces los ojos, levanta la cabeza y parece que estuviera a puntode expirar; comienza a cantar. Nunca pude saber en qu idioma, a pesar de haberle escuchado amenudo, pero lo haca con exaltado patetismo y resultaba estremecedor verle y orle. Su cantorezumaba melancola y tristeza. Se notaba que haba sido un buen tenor.

    Los nios le gustan mucho, pero ellos le tienen miedo y le huyen. Teme extraordinariamentela muerte, siendo, como es muy miedoso. Es fcil de asustar por su tremenda debilidadnerviosa. Se sobresalta al menor ruido. Cuando est agitado, encolerizado o simplemente demal humor, se le contrae todo el rostro, sus muecas son violentas, retuerce los dedos como si no

    4 Ms tarde firmara habitualmente Scardanelli. Schwab cuenta que en tiempo de Waiblinger norechazaba an el nombre de Hlderlin, del que ms tarde renegara absolutamente. En una ocasin enque le ped que firmara con ese nombre al pie de un poema, se enfureci.

  • tuviera articulaciones y grita en voz alta o se dirige impetuosos discursos a s mismo. Enmomentos as hay que dejarle solo hasta que haya cedido la agitacin, pues en otro caso lmismo coge al visitante por el brazo y lo saca afuera. Si est totalmente irritado, se queda en lacama y no se levanta en varios das.

    En una ocasin se le ocurri sbitamente viajar a Frankfurt. Le escondieron las botas y esoencoleriz al seor Bibliotecario de tal modo que permaneci cinco das en cama. En verano leatormenta la intranquilidad con tanta frecuencia que se pasea noches enteras por la casa arriba yabajo.

    Yo quera darle algunos libros y pensaba que le gustara leer a Hornero, al que todavarecordaba. Le llev uno traducido, pero no lo acept. Entonces se lo dej al carpintero y le dijeque deba asegurar que le perteneca. Ni as lo acept Hlderlin. El motivo no es el orgullo,sino el temor a la intranquilidad si introduce en su vida algo extrao. Solamente lo habitual lepermite estar en paz: el Hiperin y sus polvorientos poetas antiguos. En estos veinte aosHornero se le ha convertido en un extrao y todo lo nuevo le molesta.

    Tambin le invit a ir conmigo a un huerto en el que haba una taberna5. Desde all la vistaera muy bella y se estaba al abrigo de miradas ajenas. Hlderlin era todo un hombre bebiendo.Tambin le gustaba la cerveza y aguantaba ms de lo que pudiera creerse. De todas maneras, yocuidaba de que jams traspasase el lmite. Si fumaba entonces una pipa, se encontrabaplenamente a gusto, cesaba de hablar y estaba sosegado.

    Escriba a su anciana madre, aunque siempre haba que recordarle que lo hiciera. Estascartas no carecan de sentido; se esforzaba y lograba incluso ser claro, pero de un modo y conun estilo semejante al de un nio que an no sabe pensar ni escribir con soltura. Una de ellasestaba bien, pero terminaba as: Veo que tengo que acabar. Aqu empez a embrollarse, lonot l mismo y termin. Este estado suyo sera comparable a los trastornos del pensamientoque se observan en las enfermedades, en los dolores de cabeza intensos, en estados de gransomnolencia y, por las maanas, despus de una noche de excesos alcohlicos.

    Se aficion tanto a mi finca que aos despus de que yo no la habitara an preguntaba porm, y cuando iba con la mujer del carpintero a algn viedo cercano, suba muchas veces a lapuerta de la casita y afirmaba decididamente que all viva el seor Von Waiblinger.

    La Naturaleza, un hermoso paseo, el cielo despejado, siempre le hacan bien. Es una suerteque desde su cuarto se goce de una risuea vista del Neckar que baa su casa, unas deliciosaspraderas y una zona montaosa. De aqu proceden una serie de imgenes claras y certeras en lospoemas que escribe cuando el carpintero le da papel.

    Es curioso que no se le pueda hacer hablar de aquellas cuestiones que le absorban en otrostiempos, en pocas mejores. Ni una palabra dice de Frankfurt, Ditima, Grecia, sus poemas yasuntos semejantes que fueron tan importantes para l. Cuando se le pregunta directamente sihace mucho tiempo que no ha ido a Frankfurt, contesta con una inclinacin: Oui, Monsieur,usted afirma eso, y despus sigue un aluvin de palabras medio en francs.

    Se le proporcion una extraordinaria alegra al llevar en los ltimos aos un sof pequeo asu cuarto. Cuando fui a visitarle me lo comunic con infantil entusiasmo, mientras me besaba lamano y me deca: Mire, estimado seor, ahora tengo un sof. Tuve que tomar asiento in-mediatamente. Tiempo despus, al visitarle, encontr a Hlderlin sentado en l la mayora delas veces.

    En aquella poca en que paseaba con l, haca yo muchos viajes a Italia, Suiza y el Tirol, ycuando regresaba, l siempre saba dnde haba estado. Le gustaba especialmente hablar deSuiza, haca alabanzas de la hermosa comarca de Zrich y St. Gallen, y mencionaba a losseores Lavater y Zollikofer.6 Una vez le dije que me iba a Roma, que tardara un cierto tiempo

    5 Estos lugares debieron dar pie a los poemas. La vida alborozada y El paseo.6 J. K. Lavater, telogo de Zrich, muerto en 1802, pocas semanas antes de la llegada de Hlderlin a

    Suiza. As, pues, el poeta slo podra haber ido a visitarle durante su viaje a los Alpes en la primaverade 1791, aunque tambin esto es dudoso. La referencia a Zollikofer debe ser un error o bien unmalentendido de Waiblinger, pues Georg Joaquin Zollikofer, de una conocida familia de St. Gallen,amigo de Lavater, afamado predicador a quien Goethe admiraba y al que cita en su obra Poesa y

  • en regresar, y le invit de corazn a ser mi compaero de viaje. Sonri con la complacienteinteligencia con que slo un sabio puede sonrer y dijo: Yo, estimado seor, he de quedarmeen casa, ya no puedo viajar.

    Algunas veces daba tales respuestas que uno no poda por menos de rer, sobre todo porquelo haca con un gesto que pareca realmente de burla. Le pregunt una vez qu edad tena, ysonriendo respondi: Diecisiete, seor Barn. Pero esto no es irona, sino absoluta dis-traccin. Nunca presta atencin a lo que se le dice, porque siempre est luchando en su interiorcon sus confusos pensamientos faltos de claridad, y si se le quiere sacar bruscamente de estasobtusas meditaciones con una pregunta, hay que darse por satisfecho con lo primero que se levenga a la boca. As ocurri una vez en que iba yo con l paseando por una pradera, dejndoleir junto a m largo rato inmerso en sus pensamientos. Repentinamente le llam la atencinacerca de una casa de nueva construccin y le dije: Mire, seor Bibliotecario, seguro que noha reparado usted en este edificio. Hlderlin despert de pronto y me contest con un tono quepareca que la felicidad del mundo dependiera de ello: Oui, Vuestra Majestad.

    Tengo en Alemania muchas de las cosas que escribi durante su triste vida y las sacara a laluz si me fuera posible7. Slo recuerdo una Oda de medida alcaica que empieza con lossiguientes versos de conmovedora belleza:

    A DITIMASi desde lejos, aunque separados,Me reconoces todava, y el pasado,Oh t, participante de mis penas,Significa algo hermoso para ti...

    En los ltimos versos ya se vea que no poda abarcar la idea, como un principiante o un malpoeta que no acierta a manifestar con claridad lo que pretende y no domina suficientemente elmedio como para expresar con fuerza lo que siente.

    A lo largo de sus cartas hay una lucha y una batalla contra la Divinidad o el Destino, comol gusta de llamarlo. En un pasaje dice lo siguiente: Celestial Divinidad, cmo nos vimos lascaras cuando te plante diversas batallas y te arrebat algunas significativas victorias!

    Encontr en una ocasin unas terribles palabras llenas de misterio entre sus papeles.Despus de alabar a los hroes griegos y la belleza de los antiguos dioses, comienza: Entiendoa los hombres ahora que vivo lejos de ellos y en soledad.

    La visin de la Naturaleza le es todava sumamente clara. Es un motivo de satisfaccin quela Naturaleza, santa madre de todo lo vivo, que Hlderlin celebr con su poesa ms cuerda,sublime y de mayor frescura, sea entendida por l tambin all donde el mundo de las simplesideas se pierde en un desdichado caos y ya no le es dado seguir de un modo consecuente unadeduccin pura. Esto lo prueba su comportamiento al aire libre, la impresin, el efectobienhechor y tranquilizante que tiene sobre l, y sobre todo algunas hermosas imgenes queextrajo sin vacilacin de la Naturaleza, viendo desde su ventana el ir y venir de la Primavera.As pint en unos versos de un modo intuitivamente homrico el paso de las ovejas por unsendero8. Vea eso muchas veces desde su ventana. Lleg a un pensamiento totalmente sublimeviendo caer las plateadas gotas de lluvia del tejado. Pero, por supuesto, buscar relaciones esintil; si se esfuerza en decir algo abstracto, se embrolla, queda como tullido y al final lo salvacon una sintaxis extravagante.

    La gran equivocacin en la que caen algunos fugaces observadores de este estado deconfusin de su alma es la de creer que Hlderlin tiene la idea fija de no tratar sino con reyes,papas y seores principales, ya que otorga estos ttulos a cualquiera, incluso al carpintero. Esto

    verdad, muri en 1788.7 Los escritos de Hlderlin que Waiblinger posea, a excepcin de algunos que dio a Mrike, se han

    perdido.8 Vase el poema Si desde el cielo.... La imagen del puentecillo sobre el arroyo aparece tambin en

    otros poemas escritos durante la enfermedad.

  • es falso: Hlderlin carece de una idea fija que le domine continuamente. Ms se halla en unestado de debilidad que de locura, y todo aquello carente de sentido que dice es consecuenciade un agotamiento fsico y mental. Aclarmoslo: Hlderlin se ha vuelto incapaz de asir unaidea, de tenerla clara, desarrollarla, relacionarla con otra anloga y enlazar tambin de estemodo lo no inmediato por medio de una sucesin regular de trminos medios. Su vida, comohemos visto, es totalmente interior, y esto es sin duda una de las causas principales de que hayacado en ese estado de embotamiento del que ni la postracin fsica ni la increble debilidad desus nervios le permiten salir. Si se le ocurre algo, sea un recuerdo, una observacin quiz que ledespierta un objeto del mundo exterior, empieza a pensar; pero le falta la paz necesaria, lafirmeza y la fijeza para comprender lo que se le aparece como en una neblina. Tendra queentrenarse, y le falta fuerza para analizar los rasgos de un solo concepto. Quiere afirmar, perocomo nada le importa la verdad, pues sta slo puede ser producto de un pensamiento sano yordenado, niega al instante, pues todo el mundo del espritu es para l niebla y reflejo y todo suser se ha inmerso en un idealismo decididamente terrible. Si por ejemplo se dice a s mismolos hombres son felices, le falta detenerse a formularse con claridad las preguntas de cmo ypor qu, siente una sorda sensacin de disgusto, se retracta y dice: Los hombres sondesgraciados, sin preocuparse del porqu ni del cmo. Esta funesta contradiccin, que ledestruye el pensamiento en gestacin, pude comprobarla incontables veces, puesto que tiene elhbito de pensar en voz alta. Si lograba fijar realmente un concepto o una idea, inmediatamentese le iba de la cabeza, se embrollaba ms, un movimiento convulsivo le cruzaba la frente, movala cabeza y gritaba: No! No! Para deshacerse de esa convulsin que tanto le agitaba, caacasi en seguida en un delirio, deca palabras carentes de sentido y significado, como si suespritu demasiado fatigado por aquel exceso en la tarea de pensar, debiese descansar, mientrasla boca emita palabras en las que el espritu nada tena que ver. Esto tambin se ve claramenteen sus escritos. Todava es capaz de escribir una frase que es ms o menos el ncleo del temaque quiere exponer. Esta frase es clara y correcta, aunque casi siempre sea nada ms que unrecuerdo. Pero cuando ha de llevarla adelante, elaborarla, desarrollarla, cuando se trata demostrar si se halla en condiciones de meditar sobre aquel recuerdo conservado y de crear denuevo en cierto modo el pensamiento recin captado, se equivoca inmediatamente y en vez deun hilo que anude lo mltiple, hay muchos que se mezclan y se pierden de este modo en untejido desordenado como en una telaraa. Inmediatamente pierde claridad, salta de una cosa aotra, y al final, las palabras le cuestan el mismo trabajo que a un nio que, no habituado an apensar y escribir, se esfuerza en explicarse por escrito. Pero, como ya hemos dicho ms arriba,tiene todava en la cabeza una buena cantidad de ideas sublimes y metafsicas; le ha quedado,adems, un certero sentido para la gracia potica, para la expresin original, y se muestraoscuro y sumamente extravagante, tan incapaz de captar las burbujas de su espritu queascienden como un vaho o de dar a aquel recuerdo un nuevo giro o una clara consistencia,como por otra parte esforzado en disimular su confusin por medio de una forma nada habitual,que conserva fuerza todava, y por un medio de expresin que parece intencionado.

    A este tipo de poemas pertenecen ya algunos fragmentos incluidos en la recopilacin quehan publicado de los suyos. Aun cuando encierran belleza, frescura, claridad e incluso hay enellos soberbios momentos de alto vuelo, se encuentran, sin embargo, abismos que parecenmanchas sombras sobre una superficie de agua mansa y soleada. Ya entonces el espritu deHlderlin, cuyos sufrimientos empezaron precisamente en la poca en que escribi dichospoemas, nadaba en la confusin y no se hallaba en situacin de dominar del todo el tema.

    Siempre est ocupado en s mismo, cuando no se halla en un estado de absolutoembotamiento. Si entra en contacto con alguna persona, aparecen los motivos ms diversos paraque se vuelva hurao e inaccesible. En principio, lo habitual es que est tan ensimismado queno preste la menor atencin a lo que est fuera de l. Hay un abismo inconmensurable entre l yel resto de la humanidad. Se separ de ella por decisin propia cuando las fuerzas le fallaron.Ya no tiene ms lazos de unin con ella que los meros recuerdos, la mera costumbre, lanecesidad y el instinto, an no del todo extinguido. Por ejemplo, una vez se asustextraordinariamente al ver a un nio en una posicin peligrosa en la ventana, sali corriendo y

  • lo quit de all. Esta aparente participacin en lo humano es lo que le ha quedado de aquelprofundo sentimiento de clida franqueza que tuvo, pero es slo un impulso instintivo. Le seraindiferente si se le dijera que los griegos haban sido exterminados con toda su descendencia oque haban vencido por completo y se haban constituido por fin en Estado independiente; no lotomara en cuenta ni pensara en ello, porque le queda demasiado lejano, demasiado ajeno, leperturba en exceso9. Del mismo modo, si le hubieran dicho que yo haba muerto, habracontestado con gran emocin: Nuestro Seor Jess, ha muerto? Pero en un primer momentono habra sentido ni pensado nada, sus palabras de aparente inters seran una frmula quesiempre desea observar, y solamente ms tarde, cuando ya hubiera hallado cabida en l, habrahablado de mi muerte. Nada ms, con seguridad, pues ya no puede interesarse en absoluto enlos dems.

    Esta incesante dispersin, este ocuparse de s mismo, esta total falta de participacin einters en lo que est fuera de l, esta aversin e incapacidad de captar, admitir, comprender,querer aceptar otra individualidad, todos estos motivos imposibilitan una verdaderacomunicacin con l. Pero no hay que olvidar que ha conservado una gran vanidad, una especiede orgullo y amor propio. Durante sus veinte aos de soledad encontr alimento para ello,puesto que viva separado de todo el mundo y se acostumbr a no necesitarlo. Y puesto que nohaba posibilidad alguna de relacin satisfactoria con l, se consolaba y tranquilizaba a smismo con arrogantes ilusiones y se consideraba excelso o sublime, tal como antes en pblico,semirreconocido en el mundo por medio de acciones y obras, as ahora en su vida aislada en laque l es yo y no-yo, mundo y hombre, primera y segunda persona.

    Pero esta alta opinin de s mismo se halla encubierta por la gracia afable y los evidentesdones de su naturaleza, educacin y buenos modales naturales, congnitos; por su sentido deltacto, que ahora slo se hace imperceptible en alguna ocasin por distraccin o falta deatencin; por su trato con hombres exquisitos de todo tipo, e incluso con personas de altaposicin, que no permite que aflore, y Hlderlin se comporta incluso con tal discrecin que seha ganado muchas voluntades. Estaba tan acostumbrado a todas esas frmulas de cortesa y atodos esos cumplidos, que los sigue observando con cualquier persona. Con una vida anmicatan perturbada, con un aislamiento tan largo, ha de llegar a las cosas ms absurdas, y astambin exagera aquella correccin y ceremonial y llama a las gentes tan pronto Majestad, tanpronto Santidad, tan pronto Barn y tan pronto Pter. Adems, no hay que olvidar que estaba enla Corte cuando le sobrevino la demencia ms fuerte y definitiva, y que puede que su juegoencierre algo de orgullo, vanidad e incluso a veces una excntrica propensin a mantener a laspersonas a una distancia insalvable. Pero no hay que pensar que crea realmente que trata conreyes, pues, como ya observ ms arriba, no es un loco, no tiene una idea fija y su estado essolamente el de una debilidad de espritu que, a causa de las lesiones de su sistema nervioso, seha convertido en una enfermedad incurable.

    Evita todo aquello que le atormente, que le excite ms an la funcin de pensar, y as norecuerda sino con disgusto las circunstancias ms importantes de su vida anterior que leprovocaron la enfermedad. Pero si esto le sucede, se intranquiliza terriblemente, vocifera, grita,anda de ac para all toda la noche, est ms disparatado que de costumbre y no cesa hasta quesu debilitada naturaleza fsica exige sus derechos. Si est furioso e irritado, como por ejemploen aquella ocasin en que de pronto se le meti en la cabeza ir a Frankfurt, intenta de puraamargura reducir su cuarto, al que ya ha reducido todo el ancho mundo, a un espacio anmenor, como si de esta manera estuviera ms seguro, ms tranquilo, y pudiera soportar mejor eldolor. Entonces se mete en la cama.

    Todo lo carente de sentido que se dice a s mismo y a los dems es consecuencia de su modode entretenerse. Est solo, se aburre, tiene que hablar. Dice algo razonable, no puededesarrollarlo; se le ocurre otra cosa, que es desplazada y anulada por una tercera, y sta, por unacuarta. De ah surge una terrible confusin, se siente mal por ello y dice disparates, charla sin

    9 Comprese con el relato de Schwab sobre la mejora que Hlderlin experiment en 1823 y 1824: Lasnoticias de la guerra de independencia griega le emocionaban en algunos momentos y escuchabaembelesado cuando le contaron que los griegos eran seores de Morea (del Peloponeso).

  • sentido mientras su espritu descansa. Si est con alguien, cree que tiene que ser corts ysociable; as que pregunta, dice algo, pero sin el menor inters hacia el extrao, como tampocohacia lo que ste le conteste. Mientras tanto, su pensamiento se embrolla tanto consigo mismoque anula inmediatamente a la otra persona y se dedica a hablar solo. Si entonces se encuentraen la circunstancia de tener que contestar, no quiere pensar, no entiende lo que se le dice,porque no presta atencin, y entonces despide al interlocutor con disparates.

    Sus incontables y extravagantes rarezas son en gran parte producto fcilmente explicable de su vida solitaria. Si hombres a los que se llama razonables y que se retiran de la vida ensociedad durante muchos aos, llegan, especialmente si no trabajan, a cosas que ni siquiera a unloco de remate se le ocurriran, cunto ms un desdichado que, tras una juventud llena deesperanzas y alegras, llena de hermosura y riqueza, debido a una funesta combinacin de lascircunstancias y a un espritu excesivamente sensible, un espritu sobreexcitado, vive dcadasenteras lejos de cualquier contacto con el mundo y no cuenta para pasar el tiempo con nada msque el ruinoso mecanismo de su facultad de pensar.

    Cuando yo dej Alemania, Hlderlin haba adelgazado considerablemente, estaba mspostrado que de costumbre y ms callado tambin.

    Seis aos atrs su mirada an tena fuego y fuerza, y su rostro vida y calor, pero al finalestaba ms descolorido y sin vida. Hace mucho tiempo que no he sabido ms de l.

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  • Wilhelm WaiblingerFRAGMENTOS DE SU DIARIO

    i se le dice que su Ditima tuvo que ser una noble criatura, contesta conmovido: Ay, miDitima!... No me hable usted de mi Ditima. Trece hijos me ha parido. El uno es Papa, el

    otro Sultn, el tercero Zar de Rusia...S

    Y sabe usted lo que le ha pasado? Se ha vuelto loca; loca, loca, loca.

    ***

    Cuando Schwab ley su Hiperin le dijo: No mires tanto ah dentro, es canibalesco.Le hicieron entrega de un ejemplar de sus poemas, dio las gracias, hoje el libro y dijo: S,

    los poemas son autnticos, son mos, pero el ttulo es falso. En mi vida me he llamadoHlderlin, sino Scardelli, o Salvator Rosa o algo as.

    ***

    Si se le pide que escriba unas lneas pregunta: Han de ser sobre Grecia, sobre la Primaverao sobre el Espritu del Tiempo? Y entonces, este hombre siempre encorvado, se mantieneerguido ante su escritorio, toma un folio, una pluma de ganso, mide cada uno de los versos conla mano izquierda, le brilla la mirada y la frente, abre la ventana, echa una ojeada al campo yescribe:

    Cuando plida nieve embellece los camposY un alto resplandor la inmensa llanura ilumina,Seduce el Verano que pas, y delicadamenteSe acerca la Primavera mientras la hora declina.

    Esplndida aparicin, el aire es ms puro,Claro est el bosque, ningn hombreCamina por las calles, ya tan lejanas, y el silencioSe hace majestuoso y todo re.

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  • CONVERSACIN ENTRE EL CARPINTERO ZIMMER Y ELESCRITOR GUSTAV KHNE10

    immer: Est en mi casa desde el momento en que le soltaron de la clnica. Le tuvieron alldos aos, le medicaron, le revolvieron de arriba a abajo sin encontrar qu era lo que tena.

    No pudo decir a nadie qu le faltaba. A decir verdad no le falta nada. Lo que tiene de ms, esoes lo que le ha vuelto loco.

    ZKhne: Es cierto que el pobre enfermo no ha tenido ms crisis desde hace ya tiempo?Zimmer: A decir verdad, no est loco, lo que se dice loco. Tiene perfectamente sano el

    cuerpo, su apetito es bueno, se bebe su buen medio litro todos los das a la misma hora. Duermebien, salvo con los fuertes calores del verano; entonces se le oye subir y bajar las escaleras todala noche. Pero no hace mal a nadie. Es una buena compaa en mi casa. Se sirve l mismo, seviste y se mete en la cama sin ayuda de nadie. Tambin sabe pensar, hablar, tocar msica y hacetodo lo que haca en otros tiempos.

    Khne: Pero sin continuidad?Zimmer: Ah, s, as es!Khne: Y cmo ha podido durar tanto tiempo este estado sin crisis, sin interrupcin?Zimmer: Para algo es suavo. Es suavo hasta el fondo... Si se ha vuelto loco no es por falta de

    espritu, sino a fuerza de saber. Cuando un vaso est demasiado lleno y se tapa, tiene queestallar. Pues bien, si se recogen los trozos, se ve que todo lo que haba dentro se ha esparcido.Todos nuestros sabios estudian demasiado, se llenan hasta el cuello, una gota de ms y eso sedesborda. Y con ello escriben las cosas ms impas. El entusiasmo por el paganismo ha sido loque le ha hecho descarrilar, y todos sus pensamientos se han detenido en un punto, alrededordel cual gira y gira sin cesar. Se dira un vuelo de palomas arremolinndose sobre el tejadoalrededor de una veleta. Gira todo el tiempo hasta que cae abatido, al lmite de las fuerzas.Crame, eso es lo que le ha vuelto loco. Esos malditos libros, todo el da abiertos sobre la mesa,y cuando est solo, desde por la maana hasta por la noche se lee a s mismo pasajes en vozalta, declamando como un actor, con aires de querer conquistar el mundo. No merece la penaobstinarse as en esto, siempre lo mismo, es lo que llaman una idea fija.

    Khne: Se habla de una historia de amor.Zimmer: Crame. No es as, en absoluto. Una vez cumplidos los treinta, el amor ya no

    trastorna la cabeza. La causa de todo es su mana de saber y no la dama de Frankfurt. Me mirausted con asombro? Ustedes, los de ah abajo, tienen una idea equivocada de nosotros lossuavos. Ustedes creen que no nos volvemos razonables antes de los cuarenta aos. Pues bien,no; todo lo contrario. No hay suavo al que el amor le haga perder la razn una vez que tienetreinta aos a la espalda...

    Hay que tomarle como a un nio y entonces es dulce y amable... En tiempos yo le llevaba alos viedos. Me jug toda clase de malas pasadas. En la actualidad se pasea solamente por eljardn. Se levanta con el sol. No puede soportar quedarse en casa y se va a pasear al jardn.Golpea el vallado, coge hierbas y flores, hace ramilletes y despus los destroza.

    Khne: Los poetas alemanes no hacen otra cosa en toda su vida. Ninguno de ellos lo hahecho mejor.

    Zimmer: Todo el da est hablando en voz alta, hacindose preguntas y respondindose todo el tiempo, y sus respuestas rara vez son afirmativas. Tiene un fuerte espritu denegacin.

    Khne: Es la suerte que nos espera a todos cuando envejezcamos.Zimmer: Cuando est cansado de haber andado se retira a su cuarto, declama al vaco con la

    ventana abierta, no sabe cmo desembarazarse de su gran saber. A veces se sienta a su espinetay toca durante cuatro horas sin cesar, como si quisiera hacer salir hasta la ltima brizna de susaber. Y siempre el mismo tono montono, la misma cantilena, que uno ya no sabe dnde me-terse en toda la casa. Tengo que dominarme con todas mis fuerzas para que no me estalle lacabeza. Pero por otra parte a menudo toca muy bien. Lo nico molesto es el ruido de sus uas

    10 Transcrita por ste tras una visita al poeta en 1836.

  • demasiado largas. Es toda una batalla cortrselas... Cuando an viva su madre, le reprend y ledije que estaba muy mal por su parte no pensar ms en ella; y entonces reaccion y le escribiuna carta. Sus cartas eran completamente claras y como es debido, como escribiramos usted yyo: Cmo te va, querida mam? y todo lo dems. Es verdad que una vez terminaba su cartadiciendo: Adis, tengo estremecimientos, siento que debo terminar.

    Khne: An escribe versos?Zimmer: Casi todo el da...Voy a advertirle una cosa. Usted habr odo hablar de su hbito de otorgar ttulos a todos los

    extraos que se le acercan. Es su modo de mantener a la gente a distancia. No hay queconfundirse, es un hombre libre a quien no le gusta que le pisen. Siempre est repitiendo:Nada ha de sucederme. Cuando empieza a estar harto y quiere irse, es suficiente que se lediga: Qudese usted un poco ms con nosotros, seor Bibliotecario. Puede usted estar segurode que coger su sombrero, se inclinar profundamente y responder: Su Majestad ha ordena-do que me vaya. De esta forma da a la gente lo que pueda desear, permaneciendo l libre.Mire, cuando abruma a alguien con tantos ttulos, es su modo de decir: Djeme en paz... Peroaqu est... Hoy est de muy mal humor. Dice que desde esta maana la fuente de la sabiduraest envenenada y que los frutos del conocimiento son sacos vacos, engaos, no? Se habrusted fijado que estaba sentado sobre el manzano, rompa las ramas muertas y quitaba las hojassecas. Muchas veces sus palabras confusas encierran mucho sentido.

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  • BETTINA VON ARNIM11

    a princesa de Homburg le ha regalado un piano. Le ha cortado las cuerdas, pero no todas,de tal manera que muchas de las teclas suenan todava y sobre ellas improvisa. Me gustara

    ir junto a l; esta locura me parece tan grande, tan dulce... No conozco el mundo, sera, pues,algo inaudito ir tras l y cuidarle? Saint Clair12 me ha dicho: Oh, si usted pudiera hacerlo,sanara... Nadie conoce el santuario que este hombre abriga. Aqu, en Frankfurt, apenas osopronunciar su nombre, porque inmediatamente cuentan de l las cosas ms terribles,nicamente porque para escribir su Hiperin ha amado a una mujer. Para las gentes de aqu,amar y querer contraer matrimonio es la misma cosa. Pero en las visiones de un poeta todo setransfigura, su genio se eleva y da vida al universo en la esfera de fermentacin eterna a la quepertenece y que es la de la poesa. De otro modo, cmo podramos comprender los misteriosque estn reservados al espritu? Y creedme, toda la locura de Hlderlin proviene de unaconstitucin demasiado delicada, su alma es como un pjaro de las Indias incubado en una flory ahora vive encerrado entre muros de cal, duros y severos, y se le ha encerrado entre losmochuelos, cmo podra as curarse nunca? Ese piano al que ha desgarrado las cuerdas es unaimagen de su alma, se lo he explicado al mdico, pero es ms difcil hacerse entender por unzote que por un loco. Me ha dicho muchas cosas ms sobre Hlderlin que me han conmovidoprofundamente y que no repetir; no he dormido varias noches, soando en ir a Homburg.Quera incluso hacer voto de cuidar y guiar al enfermo. No sera un sacrificio, tendraconversaciones con l, que me haran ver con ms claridad lo que mi alma desea. Oh, estoysegura de que entonces las teclas rotas y las cuerdas destrozadas de su alma resonaran an.

    L

    Pensando en Hlderlin me lo imagino como sumergido por el oleaje de un poder celeste: lapalabra, que arrastra todo en una rpida cada, habra inundado sus sentidos, y cuando las olashubieran pasado, los sentidos estaran debilitados y las facultades de su espritu anonadadas yabatidas. Saint Clair respondi: Eso est bien. Y aadi: Escucharle hace pensar en elmugido del viento; su espritu se lanza sin cesar dentro de himnos que se detienen bruscamente,como cuando el viento cambia de direccin; parece entonces posedo por una ciencia profunda,uno no imagina ya que est loco, y todo lo que dice de los versos y las palabras parece probarque se le ha aparecido su misterio divino. Y despus, todo desaparece para l en la oscuridad y,perdido en el desorden de sus ideas, sucumbe y se dice que jams lograr hacerse comprender.l dice que la palabra es la que engendra el pensamiento, pues es ms grande que el esprituhumano, que no es sino el esclavo de la palabra; y mientras que la palabra no se baste a smisma para engendrar al pensamiento, el espritu no habr llegado a alcanzar su perfeccin enel hombre. Pero las leyes del espritu son mtricas. Es lo que se desliga de la palabra. Esta lanzasu anzuelo al espritu y, preso en este anzuelo, l pronuncia lo divino. Mientras que el poetatenga an necesidad de buscar acento mtrico y no est arrebatado por el ritmo, su poesa estarfalta de verdad. La poesa es cosa muy otra que la bsqueda inspida y vana de la rima. Ningnespritu de cierta profundidad se complacera en ello. Solamente cuando el pensamiento se veen la imposibilidad de expresarse por otro medio que no sea el ritmo, cuando el ritmo seconvierte en el nico y solo modo de expresin, solamente entonces hay poesa... Para que elespritu devenga poesa tiene que llevar en s mismo el misterio de un ritmo innato. Solamenteen este ritmo puede vivir y hacerse visible, pues el ritmo es el alma del espritu.

    ... Y toda obra de arte no es sino un solo y mismo ritmo; la cesura es en l el momento dereflexin, el espritu se revuelve, y despus, arrebatado por lo divino, se precipita a su fin. Asse revela el dios-poeta. La cesura es para el espritu humano el punto en el que queda suspensay sobre el que se posa el rayo divino.

    Yo podra escribir pginas y pginas copiando las frases destacadas que Saint Clair anot desus conversaciones con Hlderlin durante esos ocho das, pues todo esto que te escribo lo heledo en sus notas y aado lo que Saint Clair me ha dicho de viva voz. Hlderlin sigue diciendo:Todo no es ms que ritmo; el destino del hombre es un solo ritmo celeste, como toda obra de

    11 Testimonio del ao 1840.12 Sinclair.

  • arte es un ritmo nico.Cmo no estar embargado por un santo pavor ante estas palabras fuertes y sublimes! Y

    aunque nada de todo esto pueda traducirse a nuestros conceptos, no vemos al espritu libre desus cadenas triunfar sobre los sufrimientos que los dioses le han impuesto y elevarse victoriososobre esferas luminosas? Pero nosotros! Nosotros, que no somos probados, veremos algunavez ese da? Lo s ahora, me har falta pensar a menudo en ello, pero ya he dicho bastante. Esuna aparicin y mi pensamiento est inundado de luz.

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  • BORRADOR DE UNA CARTA DE HLDERLIN EN FRANCS13

    A...h, querido, en qu estado estaba mi alma despus de haberme separado de ti; al principiomaldije a todo el mundo, dije con Fiesco: querra satisfacer mi resentimiento inexorable,

    querra desgarrar con mis uas el mundo entero para hacer un monstruo de l..., pero pronto sedesvaneci el furor. Desapareci mi violento odio, al que sigui una aceptacin serena haciatodos los hombres, olvid todas las injurias que haba sufrido por su sagacidad a causa de lasfaltas de los otros; s, yo los menospreciaba por sus eternos caprichos, por su inagotable sed deoro; s, lo olvid, yo me pareca al len que contempla al ratn a sus pies sin herirle porque esdemasiado grande para enfadarse con l. Dej esta tierra tan pequea, emprend el vuelo hacialas estrellas, pasando sobre cimas de montaas antes tan caras a mi corazn sangrante. Nosolamente los males de la tierra me parecan pequeos y poco importantes; incluso sus alegrasno eran para m ms que golosinas hechas para nios y no para Dioses, y el hombre es un diossi quiere serlo. Pero he aqu a los hombres que se abandonan a la desesperacin, plenos deincredulidad en cuanto a la naturaleza humana y tan dbiles, en fin... No, no quiero hablar msde ello, no quiero caer de mi cielo, no quiero privarme de esta felicidad que me transporta, deesta sangre tan calma que corre por mis venas; no quiero soar ms con el pasado, e incluso situviera un gran deseo de ello, recordara a lo sumo las flores que el carro de la Fortuna hadejado escapar sobre mi camino; no quiero leer en la historia de mi vida sino las hojas quecontienen mi felicidad. No es cierto, hermano; crees que mis pensamientos, mis sentimientos yano son de este mundo; creo que estoy maduro no para la paz muerta de la tumba, sino para unavida ms feliz, ms tranquila que sta; incluso espero no estar largo tiempo ya sobre esta tierra,de la que ni siquiera las alegras me atraen; espero que las tijeras fatales de la Parca vengan acortar el hilo de mi vida, y en verdad puedo decir que espero el fin con tranquilidad, inclusocon placer y con alegra. Adis, hermano; quiz sea la ltima vez que escuchas mi voz; recibelas bendiciones de un alma a la que restituiste la calma con tu amistad y con tu bondad y elltimo adis de tu

    A

    H...

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    13 Sin fecha. Encontrada entre los papeles de Schwab.

  • CARTA DE LOTTE ZIMMER, HIJA DEL CARPINTERO, COMUNICANDOAL HERMANO DE HLDERLIN LA MUERTE DEL POETA

    uy honorable Seor Consejero de la Corte: Tengo el honor de anunciaros la muy tristenoticia de la muerte de vuestro seor hermano bienamado, que ocurri sin dolor. Haca

    algunos das que padeca catarro y habamos advertido que estaba ms dbil que de costumbre.Tambin fui a casa del Profesor Gmelin, que me dio una medicina para l. Por la noche anhaba tocado el piano y vino a cenar con nosotros. Despus se fue a acostar, pero se vioobligado a levantarse de nuevo en seguida y vino a decirme que no poda seguir en la cama detanto miedo como tena. Entonces yo procur calmarle y ya no le dej solo. Despus de algunosminutos volvi a tomar su medicina, pero el miedo no haca sino aumentar. Y el padre tambinestaba junto a l, igual que otro caballero que se preparaba a velar conmigo. Pero he aqu quemuri, muy dulcemente, sin agona por as decirlo. Mi madre tambin estaba a su lado.Realmente ninguno de nosotros supona que iba a morir. Estbamos tan desconcertados que nosfue imposible llorar, y sin embargo hay que dar gracias al Seor una y mil veces porque no haconocido el lecho del dolor y porque de entre los millares de gentes que mueren entresufrimientos, a vuestro hermano bienamado le fue concedido morir tan sosegadamente.

    M

    Esperando veros o recibir vuestras instrucciones, etc.

    Vuestra muy devota Lotte Zimmer

    Tbingen, el 7 de junio de 1843.A medianoche.

    v

  • POEMAS DE LA LOCURAEdicin bilinge

  • 1DER FRHLING

    Es kommt der neue Tag aus fernen Hhn herunter, Der Morgen der erwacht ist aus den Dmmerungen Er lacht die Menschheit an, geschmkt und munter, Von Freuden ist die Menschheit sanft durchdrungen.

    Ein neues Leben will der Zukunft sich enthllen, Mit Blthen scheint, dem Zeichen froher Tage, Das grosse Thal, die Erde sich zu fllen, Entfernt dagegen ist zur Frhlingszeit die Klage.

    Mit Unterthnigkeit Scardanellid: 3ten Mrz 1648.

    1LA PRIMAVERA14

    De lejanas alturas desciende el nuevo da,Despierta de entre las sombras la maana,A la humanidad sonre, engalanada y alegre,De gozo est la humanidad suavemente penetrada.

    Nueva vida desea al porvenir abrirse,Con flores, seal de alegres das,Cubrir parece la tierra y el gran valle,Alejando la Primavera todo signo doloroso.

    Humildemente Scardanelli.3 de Marzo de 1648.

    14 (Conservado gracias a F. Braunlin, que lo copi.)

  • 2AUSSICHT

    Der offne Tag ist Menschen hell mit Bildern,Wenn sich das Grn aus ebner Ferne zeiget,Noch eh' des Abends Licht zur Dmmerung sich neiget,Und Schimmer sanft den Klang des Tages mildern.

    Oft schein die Innerheit der Welt umwlkt, verschlossen. Des menschen Sinn von Zweifeln voll, verdrossen, Die prchtige Natur erheitert seine Tage Und ferne steht des Zweifels dunkle Frage.

    Mit Unterthnigkeit Scardanelli.Den 24. Mrz 1671.

    2VISION

    Imgenes que la plenitud del da a los hombres muestran,En el verdor de la llana lejana,Antes de que la luz decline en el crepsculo,Y la tenue claridad dulcemente serene los sonidos del da.

    Oscura, cerrada, parece a menudo la interioridad del mundo,Sin esperanza, lleno de dudas el sentido de los hombres,Mas el esplendor de la Naturaleza alegra sus dasY lejana yace la oscura pregunta de la duda.

    Humildemente Scardanelli.24 de Marzo de 1671.

  • 3DER FRHLING

    Die Sonne glnzt, es blhen die Gefilde, Die Tage kommen blthenreich und milde, Der Abend blht hinzu, und helle Tage gehen Vom Himmel abwrts, wo die Tag' entstehen.

    Das Jahr erscheint mit seinen ZeitenWie eine Pracht, wo Feste sich verbreiten,Der Menschen Thtigkeit beginnt mit neuem Ziele,So sind die Zeichen in der Welt, der Wunder viele.

    Mit Unterthnigkeit Scardanelli.d. 24 April 1839.

    3 LA PRIMAVERA

    Brilla el sol, florecen los campos, Floridos y suaves llegan los das, Hasta el anochecer florece, y claros das Descienden del cielo, donde los das nacen.

    El ao brota con sus estaciones Lleno de gloria, y muchas son las fiestas, El hacer diario de los hombre nace con nueva meta, Siendo muchos los signos en el mundo, muchos los prodigios.

    Humildemente Scardanelli.24 de Abril 1839.

  • 4 HOEHERES LEBEN

    Der Mensh erwhlt sein Leben, sein Beschliessen, Von Irrtum fre kennt Weisheit er, Gedanken, Erinnerungen, die in der Welt versanken, Und nichts kann ihm der innern Werth verdriessen.

    Die prchtige Natur verschnet seine Tage, Der Geist in ihm gewhrt ihm neues Trachten In seinem Innern offt ,und das, die Wahrheit achten, Und hhern Sinn, und manche seltne Frage.

    Dann kann der Mensch des Lebens Sinn auch kennen, Das Hchste seinem Zwek, das Herrlichste benennen, Gemss der Menschheit so des Lebens Welt betrachten, Und hohen Sinn als hhres Leben achten.

    Scardanelli.

    4 VIDA MAS ELEVADA15

    Su vida escoge el hombre, su objetivo,Gana libre de error sabidura, pensamientos,Recuerdos que perdironse en el mundo,Y nada puede contrariar su valor ntimo.

    El esplendor de la Naturaleza embellece sus das,Otrgale su espritu nuevas vestidurasEn su interior, y as contempla la verdad,Y el ms alto sentido, y las ms singulares preguntas.

    Puede as el hombre conocer entonces el sentido de la vida,Nombrar su meta lo ms alto, lo ms elevado, Saber que uno es el sentido de la humanidad y de la vida, Considerar que el ms alto sentido es la ms noble vida.

    Scardanelli.

    15 (Christoph Schwab escribe el 21-1-1841 en su diario: Hoy de nuevo estuve con l para recogeralgunos poemas que haba hecho. Eran dos, y estaban sin firma. La hija de Zimmer me dijo que debarogarle que pusiera su firma. Entr y lo hice; entonces se enfureci y anduvo de ac para all por lahabitacin, cogi la silla y tan pronto la pona aqu como all con violencia, gritaba palabrasincomprensibles, entre las que slo pronunciaba con claridad "me llamo Scardanelli"; por fin se senty en su exasperacin escribi el nombre de Scardanelli.)

  • 5 HOEHERE MENSCHHEIT

    Den Menschen ist der Sinn ins Innere gegeben Dass sie als anerkannt das Bessre whlen, Es gilt als Ziel, es ist das wahre Leben, Von dem sich geistiger des Lebens Jahre zhlen.

    Scardanelli.

    5 HUMANIDAD MAS ELEVADA16

    Otorgado en su interior es a los hombres el sentidoHacia lo mejor l ha de guiarlos,Esa es la meta, la verdadera vida.Ante la cual ms espiritualmente los aos van contando.

    Scardanelli.

    16 (Christoph Schwab lo fecha el 20 de enero de 1841. Es sin duda el otro poema al que alude en elfragmento del diario de la pgina anterior.)

  • 6 DES GEISTES WERDEN...

    Des Geistes Werden ist den Menschen nicht verborgen, Und wie das Leben ist, das Menschen sich gefunden, Es ist des Lebens Tag, es ist des Lebens Morgen, Wie Reichtum sind des Geistes hohe Stunden.

    Wie die Natur sich dazu herrlich findet, Ist, dass der Mensch nach solcher Freude schauet, Wie er dem Tage sich, dem Leben sich vertrauet, Wie er mit sich den Bund des Geistes bindet.

    6 EL SER DEL ESPRITU

    No se oculta a los hombres el ser del Espritu,Y tal como la vida, la que los hombres encontraron,As el da de la vida, la maana de la vida,Como riqueza son las altas horas del Espritu.

    Que as de soberbia la Naturaleza se muestre Es para que el hombre contemple semejante gozo, Y al da, a la vida se confe, Anudando as su lazo con el Espritu.

  • 7 DER FRHLING

    Der Mensch vergisst die Sorgen aus dem Geiste, Der Frhling aber blh't, und prchtig ist das Meiste, Das grne Feld ist herrlich ausgebreitet Da glnzend schn der Bach hinuntergleilet.

    Die Berge stehn bedeket mit den Bumen, Und herrlich ist die Luft in offnen Rumen, Das weite Thal ist in der Welt gedehnet Und Thurm und Haus an Hgeln angelehnet.

    Mit Unterthnigkeit Scardanelli.

    7 LA PRIMAVERA

    Olvida el hombre las aflicciones del espritu,Pues florece la Primavera, y casi todo es radiante,El campo verde maravilloso se extiendeY por l brilla bajando la hermosura de un arroyo.

    De rboles cubiertos se levantan los montes, Y en los abiertos espacios el aire es maravilla, El amplio valle se extiende por el mundo Y torre y casa se recuestan en las colinas.

    Humildemente Scardanelli.

  • 8 DER SOMMER

    Wenn dann vorbei des Frhlings Blthe schwindet, So ist der Sommer da, der um das Jahr sich windet. Und wie der Bach das Thal hinuntergleitet, So ist der Berge Pracht darum verbreitet.

    Dass sich das Feld mit Pracht am meisten zeiget,Ist, wie der Tag, der sich zum Abend neiget;Wie so das Jahr verweilt, so sind des Sommers StudenUnd Bilder der Natur dem Menschen oft verschwunden.

    Scardanelli.24 Mai 1778.

    8 EL VERANO17

    Cuando se desvanecen las flores de la Primavera Llega el Verano trenzndose alrededor del ao. Y como por el valle desciende el riachuelo, As en derredor la magnificencia de los montes.

    Que se muestren los campos en todo su esplendor, Es como el da, cuando hacia el crepsculo se inclina; Como el ao demorndose, as las horas del Verano Y las imgenes de la Naturaleza a menudo desvanecidas para los hombres.

    Scardanelli.24 de Mayo1778.

    17 (Schwab fecha este poema en 1841, pero podramos inclinarnos a considerarlo parte de la cosecha de1839.)

  • 9 DER WINTER

    Wenn bleicher Schnee verschnert die Gefilde,Und hoher Glanz auf weiter Ebne blinkt,So reizt der Sommer fern, und mildeNaht sich der Frhling oft, indess die Stunde sinkt.

    Die prchtige Erscheinung ist, die Luft ist feiner, Der Wald ist hell, es geht der Menschen keiner Auf Strassen, die zu sehr entlegen sind, die Stille machet Erhabenheit, wie dennoch alles lachet.

    Der Frhling scheint nicht mit der Blthen Schimmer Dem Menschen so gefallend, aber Sterne Sind an dem Himmel hell, man siehet gerne Den Himmel fern, der ndert fast sich nimmer.

    Die Strme sind, wie Ebnen, die Gebilde Sind, auch zerstreut, erscheinender, die Milde Des Lebens dauert fort, der Stdte Breite Erscheint besonders gut auf ungemessner Weite.

    9 EL INVIERNO

    Cuando plida nieve embellece los campos, Y un alto resplandor la inmensa llanura ilumina, Seduce el Verano que pas, y delicadamente Se acerca la Primavera mientras la hora declina.

    Esplndida aparicin, el aire es ms puro, Claro est el bosque, ningn hombre Camina por las calles, ya tan lejanas, y el silencio Se hace majestuoso y todo re.

    No resplandece an la Primavera con la luz de las flores Que tanto aman los hombres, pero estrellas Claras hay en el cielo y bello es contemplar El cielo tan lejano, que rara vez se turba.

    Como llanuras son los ros, las imgenes,Aunque desvanecidas, ms notable, la placidezDe la vida perdura, la grandeza de las ciudadesCon especial bondad se aprecia en la ilimitada lejana.

  • 10WINTER

    Wenn sich das Laub auf Ebnen weit verloren. So fllt das Weiss herunter auf die Thale, Doch glnzend ist der Tag vom hohen Sonnenstrale, Es glnzt das Fest den Stdten aus den Thoren.

    Es ist die Ruhe der Natur, des Feldes Schweigen Its wie des Menschen Geistigkeit, und hher zeigen Die Unterschiede sich, dass sich zu hohem Bilde Sich zeiget die Natur, statt mit des Frhlings Milde.

    d. 25 Dezember 1841.Dero unterthnigster Scardanelli.

    10 INVIERNO

    Cuando ya tanto hace que se perdieron las hojas en la llanura,Sobre los valles cae la nieve,Mas el da resplandece con un alto rayo solar,Por las puertas de las ciudades la fiesta resplandece.

    Es el reposo de la Naturaleza, y el silencio de los campos Parece el humano reino del espritu, y ms altas se muestranLas diferencias, como si la Naturaleza su alta imagenMostrase, y no ya su dulzura de Primavera.

    25 Diciembre 1841. Vuestromuy humilde servidor Scardanelli.

  • 11DER WINTER

    Das Feld ist kahl, auf ferner Hhe glnzet Der blaue Himmel nur, und wie die Pfade gehen Erscheinet die Natur, als Einerlei, das Wehen Ist frisch, und die Natur von Helle nur umkrnzet.

    Der Erde Stund ist sichtbar von dem Himmel Den ganzen Tag, in heller Nacht umgeben Wenn hoch erscheint von Sternen das Gewimmel, Und geistiger das weit gedehnte Leben.

    11EL INVIERNO18

    El campo est desnudo, en la alta lejana slo brilla El cielo azul, y como el perderse de senderos Mustrase la Naturaleza, idntica, los vientos Son frescos, y de claridad la Naturaleza se corona.

    A esa hora ver es posible desde el cielo La amplitud del da, por noche clara circundado Cuando en lo alto las estrellas aparecen, Y ms espiritual la vida que se expande.

    18 (Schwab fecha este poema en 1842.)

  • 12 DER SOMMER

    Noch ist die Zeit des Jahrs zu sehn, und die Gefilde Des Sommers stehn in ihrem Glanz, in ihrer Milde; Des Feldes Grn ist prchtig ausgebreitet, Allwo der Bach hinab mit Wellen gleitet.

    So zieht der Tag hinaus durch Berg und Thale, Mit seiner Unaufhaltsamkeit und seinem Strale, Und Wolken ziehn in Ruh', in hohen Rumen, Es scheint das Jahr mit Herrlichkeit zu sumen.

    Mit Unterthnigkeit Scardanelli.9ten Merz 1940.

    12 EL VERANO19

    La estacin an se ofrece a las miradas, y los camposDel Verano estallan en todo su esplendor;Su verdor fastuosamente se despliega,Y a travs suyo el riachuelo sus olas precipita.

    As entre montes y valle el da extindeseCon su resplandeciente fuerza irresistible,Y las nubes pasan en silencio, por los altos espacios.Como si el ao con majestad se demorara.

    Humildemente Scardanelli.9 de Marzo 1940.

    19 (Schwab fecha este poema el 9 de marzo de 1842.)

  • 13 DER FRHLING

    Wenn neu das Licht der Erde sich gezeiget, Von Frhlingsreegen glntz das grne Thal und munter Der Blthen Weiss am hellen Strom hinunter, Nachdem ein heitrer Tag zu Menschen sich geneiget.

    Die Sichtbarkeit gewinnt von hellen Unterschieden, Der Frhlingshimmel weilt mit seinem Frieden, Dass ungestrt der Mensch des Jahres Reiz betrachtet, Und auf Vollkommenheit des Lebens achtet.

    Mit Unterthnigkeit Scardanelli.d. 15 Merz 1842.

    13 LA PRIMAVERA

    Cuando nueva es la luz de la tierra,El verde valle deslumbra con la lluvia de PrimaveraLa blancura de las flores en la clara corriente desciende alegre,Un da sereno para los hombres declina.

    La visin gana en matices de claridad,En paz permanece el cielo de Primavera,Para que el hombre contemple en calma el atractivo del ao,Y de la perfeccin de la vida se d cuenta.

    Humildemente Scardanelli.15 de Marzo 1842.

  • 14 WENN AUS DER FERNE...

    Wenn aus der Ferne, da wir geschieden sind, Ich dir noch kennbar bin, die Vergangenheit O du Theilhaber meiner Leiden! Einiges Gute bezeichnen dir kann,

    So sage, wie erwartet die Freundin dich? In jenen Grten, da nach entsezlicher Und dunkler Zeit wir uns gefunden?Hier an den Strmen der heilgen Urwelt.

    Das muss ich sagen, einiges Gutes war In deinen Bliken, als in den Fernen du Dich einmal frhlich umgesehenImmer verschlossener Mensch, mit finstrem

    Aussehn. Wie flossen Stunden dahin, wie still War meine Seele ber der Wahrheit dass Ich so getrennt gewesen wre?Ja! ich gestand es, ich war die deine.

    Wahrhafftig! wie du alles Bekannte mirIn mein Gedchtniss bringen und schreiben willst, Mit Briefen, so ergeht es mir auch Dass ich Vergangenes alles sage.

    Wars Frhling? war es Sommer? die Nachtigall Mit sssem Liede lebt mit Vgeln, die Nicht ferne waren im GebscheUnd mit Gerchen umgaben Bum' uns.

    Die klaren Gnge, niedres Gestruch und Sand Auf dem wir traten, machten erfreulicher Und lieblicher die Hyacinthe Oder die Tulpe, Viole, Nelke.

    Um Wnd und Mauern grnte der Epheu, grnt' Ein seelig Dunkel hoher Alleeen. Offt Des Abends, Morgens waren dort wir Redeten manches und sahn uns froh an.

    In meinen Armen lebte der Jngling auf, Der, noch verlassen, aus den Gefilden kam, Die er mir wies, mit einer Schwermuth, Aber die Nahmen der seltnen Orte.

    Und alles Schne hatt' er behalten, das An seeligen Gestaden, auch mir sehr werth Im heimatlichen lande blhet Oder verborgen, aus hoher Aussicht,

  • Allwo das Meer auch einer beschauen kann,Doch keiner seyn will. Nehme vorlieb, und denk An die, die noch vergngt ist, darum, Weil der entzkende Tag uns anschien,

    Der mit Gestndmiss oder der Hnde Druk Anhub, der uns vereinet. Ach! wehe mir! Es waren schne Tage. Aber Traurige Dmmerung folgte nachher.

    Du seiest so allein in der schnen Welt Behauptest du mir immer, Geliebter! das Weist aber du nicht...

    14 SI DESDE LEJOS...20

    Si desde lejos, aunque separados.Me reconoces todava, y el pasado,Oh t, partcipe de mis penas!Significa algo hermoso para ti,

    Entonces dime, cmo tu amada espera?En aquel jardn donde nos encontramosDespus de un tiempo terrible y oscuro?Aqu en los ros del mundo sagrado.

    He de admitirlo, haba algo hermosoEn tu mirada, cuando desde lejosAlegre volviste tu cabeza,Hombre siempre reservado, de sombro

    Aspecto. Cmo pasaron las horas, cmo Mi alma pudo estar serenaAnte la verdad de la separacin? S!, confieso que fui tuya.

    Es cierto! Me traes a la memoria Cuanto ya s y lo escribes En tus cartas, tambin Yo recordar el pasado.

    Era primavera? Era verano? El ruiseorEntonaba su dulce canto entre pjarosDe arbustos cercanosY con sus aromas los rboles nos envolvan.

    20 (En el manuscrito encontramos el poema precedido de fragmentos de Hiperin. Es una oda alcaica,probablemente de los primeros momentos de la locura. Habla Ditima.)

  • Los claros caminos, el matorral, y la arenaSobre la que caminbamos, tornaban ms alegres Y dulces los jacintosO los tulipanes, el clavel, la violeta.

    Entre paredes y murallas verdeaba la hiedra, verdeaba Una sacra oscuridad de altas alamedas. TantasNoches, tantas maanas all estuvimosHablando de cualquier cosa y mirndonos con gozo.

    Resucitaba en mis brazos el joven Que perdido lleg de los campos,El que con melancola me hizo contemplarlos, Hasta guardar los nombres

    De aquellos lugares que tanto am,La belleza que sobre la tierra patria florece O se oculta en sagradas orillas, y desde lo alto

    Contemplar es posible hasta donde el mar se pierdeY nadie quiere estar. Algrate y piensa En la que todava se complacePorque para nosotros brill el radiante da,

    El que con declaraciones comenzara, entrelazando Las manos, unindonos. Ay de m! Fueron hermosos das. PeroUna triste oscuridad lleg tras ellos.

    Que muy solo te encuentras en el hermoso mundo Siempre me aseguras, amado mo! Mas no sabes...

  • 15 DER SOMMER

    Das Erntefeld erscheint, auf Hhen schimmert Der hellen Wolke Pracht, indess am weiten Himmel In stiller Nacht die Zahl der Sterne flimmert, Gross ist und weit von Wolken das Gewimmel.

    Die Pfade gehn entfernter hin, der Menschen Leben Es zeiget sich auf Meeren unverborgen, Der Sonne Tag ist zu der Menschen Streben Ein hohes Bild, und golden glnzt der Morgen.

    Mit neuen Farben ist geschmckt der Grten Breite, Der Mensch verwundert sich, dass sein Bemhn gelinget, Was er mit Tugend schafft, und was er hoch vollbringet, Es steht mit der Vergangenheit in prchtigem Geleite.

    15 EL VERANO21

    Sembrado aparece el campo, en las alturas centellea La majestad de las brillantes nubes, y por el ancho cielo Las estrellas relucen en la serena noche, A travs de las grandes nubes, en amplio conjunto.

    Los senderos llevan lejos, la vida de los hombres Mustrase al descubierto como sobre un mar, Alto el sol ilumina el trabajo de los hombres, Noble imagen, y urea brilla la maana.

    Con nuevos colores los jardines se engalanan, Maravillado est el hombre ante su esfuerzo que fructifica,Y cuanto con virtud crea, y con perfeccin lleva a cabo, Al pasado se une como soberbio squito.

    21 (Este poema fue regalado al estudiante de Teologa Albert Diefentach, en diciembre de 1837.)

  • 16 DER HERBST

    Die Sagen, die der Erde sich entfernen,Vom Geiste, der gewesen ist und wiederkehret,Sie kehren zu der Menschheit sich, und vieles lernenWir aus der Zeit, die eilends sich verzehret,

    Die Bilder der Vergangenheit sind nicht verlassen Von der Natur, als wie die Tag' verblassen Im hohen Sommer, kehrt der Herbst zur Erde nieder, Der Geist der Schauer findet sich am Himmel wieder.

    In kurzer Zeit hat vieles sich geendet, Der Landmann, der am Pfluge sich gezeiget, Er siehet, wie das Jahr sich frohem Ende neiget, In solchen Bildern ist des Menschen Tag vollendet.

    Der Erde Rund mit Felsen ausgezieretIst wie die Wolke nicht, die Abends sich verlieret,Es zeiget sich mit einem goldnen Tage,Und die Vollkommenheit ist ohne Klage.

    16 EL OTOO22

    Se pierden en la tierra las leyendasDel espritu que fue y retorna,Vuelven a la humanidad y mucho aprendemosDe ese tiempo tan aprisa consumido.

    Las imgenes del pasado no muerenEn la Naturaleza, y al palidecer los dasEn el cnit del Verano, vuelve a la tierra el OtooY el espritu de las lluvias renace por el cielo.

    Cunto en tan corto plazo se ha cumplido.El labrador, unido a su arado,Ve cmo el ao hacia un final alegre inclnase,Y bajo tales imgenes el da del hombre se consuma.

    La ancha tierra de murallas de piedra guarnecida No es esa nube que al anochecer se pierde. Como un dorado da se muestra, Y tal perfeccin no admite reproche alguno.

    22 (Fecha Schwab: 16 de septiembre de 1837.)

  • 17 DER RUHM

    Es knpft an Gott der Wohllaut, der geleitet Ein sehr berhmtes Ohr, denn wunderbar Ist ein berhmtes Leben gross und klar, Es geht der Mensch zu Fusse oder reitet.

    Der Erde Freuden, Freundlichkeit und Gter, Der Garten, Baum, der Weinberg mit dem Hter, Sie scheinen mir ein Wiederglanz des Himmels, Gewhret von dem Geist den Shnen des Gewimmels.

    Wenn Einer ist mit Gtern reich beglket, Wenn Obst den Garten ihm, und Gold ausschmket Die Wohnung und das Haus, was mag er haben Noch mehr in dieser Welt, sein Herz zu laben?

    17 LA GLORIA23

    La Armona con Dios est enlazada, acompaandoA un odo glorioso, pues asombrosaEs la gloria de la vida, inmensa y clara,Goce o no el hombre la fortuna24.

    Las alegras de esta tierra, la amistad, los bienes,El jardn, el rbol, el viedo, en todo veoDel celestial resplandor la imagen,Y es el Espritu quien a los hijos de este mundo lo regala.

    Cuando con largueza la fortuna a alguien sonre, Cuando la fruta su jardn adorna, y cubre el oro Su habitacin y su hogar, qu ms puede querer En este mundo para el deleite de su corazn?

    23 (Fechado por Mayer en enero de 1811.)24 Literal: Vaya el hombre a pie o cabalgue.

  • 18 DER FRHLING

    Wie selig ist's zu sehn, wenn Stunden wieder tagen, Wo sich vergngt der Mensch umsieht in den Gefielden Wenn Menschen sich um das Befinden fragen, Wenn Menschen sich zum frohen Leben bilden.

    Wie sich der Himmel wlbt, und auseinander dehnet, So ist die Freude dann an Ebnen und in Freien, Wenn sich das Herz nach neuem Leben sehnet, Die Vgel singen, zum Gesange schreien.

    Der Mensch, der offt sein Inneres gefraget, Spricht von dem Leben dann, aus dem die Rede gehet, Wenn nicht der Gram an einer Seele naget Und froh der Mann vor seinen Giitern stehet.

    Wenn eine Wohnung prangt, in hoher Luft gebauet, So hat der Mensch das Feld gerumiger und Wege Sind weit hinaus, dass Einer um sich schauet, Und ber einen Bach gehen wohlgebaute Stege.

    18 LA PRIMAVERA25

    Plena es el alma que puede sentir de nuevo esas horas, Cuando el hombre feliz contempla los campos, Y todos se preguntan cmo podran A los placeres de la vida abrirse.

    Como la bveda del cielo, que abre su inmensidad. As es entonces la alegra de los valles libres. El corazn aspira la nueva vida,Los pjaros cantan, transformndose en meloda sus gemidos.

    El hombre que frecuentemente las ms hondas preguntas se haceHabla entonces de esa vida de la que la palabra nace Sin que el dolor le muerda en el alma, Y dichoso su hacienda vigila.

    Su morada resplandece, bajo los altos vientos.El ms vasto campo se rinde al hombre y los caminosLejos se pierden ms all de la mirada,Y arrasados puentes cruzan sobre el ro.

    25 (Podemos fechar este poema como anterior a 1832.)

  • 19 DER SPAZIERGANG

    Ihr Wlder schn an der Seite,Am grnen Abhang gemahlt,Wo ich umher mich leite,Durch susse Ruhe bezahltFr jeden Stachel im Herzen,Wenn dunkel mir ist der Sinn,Den Kunst und Sinnen hat SchmerzenGekostet von Anbeginn.Ihr lieblichen Bilder im Thale,Zum Beispiel Grten und Baum,Und dann der Steg der schmale,Der Bach zu sehen kaum,Wie schn aus heiterer FerneGlnzt Einem das herrliche BildDer Landschaft, die ich gerneBesuch' in Witterung mild.Die Gottheit freundlich geleitetUns erstlich mit Blau,Hernach mit Wolken bereitet,Gebildet wlbig und grau,Mit sengenden Blizen und RollenDes Donners, mit Reiz des Gefilds,Mit Schnheit, die gequollenVom Quell ursprnglichen Bilds.

    19 EL PASEO

    Hermosos bosques que cubren la ladera,En la verde pendiente dibujados,Por cuyas sendas me guo,Calmado en mi coraznDulcemente cada espinaCuando ms oscuro es el sentidoDel dolor del pensamiento y del ArteQue desde tan antiguo en m pesan.Deliciosas imgenes del valle,Jardines, rboles,Estrecho puentecillo,Arroyo que apenas puedo ver,Qu hermoso en la despejada lejanaBrilla el soberbio cuadroDe este paisaje que amorosamenteVisito, cuando el tiempo es benigno.Dulcemente la divinidad nos llevaHacia el azul primero,

  • Luego con nubes disponeLa enorme y cenicienta bveda,Y abrasadores rayos y estruendoDe relmpagos, con embeleso de los campos,Con belleza unidaA la fuente de la primitiva imagen.

  • 20 DER KIRCHHOF

    Du stiller Ort, der grnt mit jungem Grase, Da liegen Mann und Frau, und Kreuze stehn, Wohin hinaus geleitet Freunde gehn, Wo Fenster sind glnzend mit hellem Glase.

    Wenn glnzt an dir des Himmels hohe Leuchte Des Mittags, wann der Frhling dort oft weilt, Wenn geistige Wolke dort, die graue, feuchte Wenn sanft der Tag vorbei mit Schnheit eilt!

    Wie still ist's nicht an jener grauen Mauer, Wo drber her ein Baum mit Frchten hngt; Mit schwarzen thauigen, und Laub voll Trauer, Die Frchte aber sind sehr schn gedrngt.

    Dart in der Kirch' ist eine dunkle StilleUnd der Altar ist auch in dieser Nacht geringe,Noch sind darin einige schne Dinge,Im Sommer aber singt auf Feldern manche Grille.

    Wenn Einer dort Reden des Pfarrherrn hrt, Indess die Schaar der Freunden steht daneben, Die mit dem Todten sind, welch eignes Leben Und welcher Geist, und fromm seyn ungestrt.

    20 EL CEMENTERIO

    Pacfico lugar donde la joven hierba verdea, Donde hombre y mujer yacen y las cruces se elevan, Donde son conducidos los amigos, Donde claro cristal relumbra en las ventanas.

    Desde el alto resplandor del cieloDe medioda, hasta la Primavera que en tu silencio se demora,Nubes espirituales, grises y hmedas,La hermosura del apacible da, todos sobre ti pasan.

    Qu paz en este muro grisSobre el que cuelgan los frutos de un rbol;Ramas negras cubiertas de roco y de duelo,Pero que sin embargo muestran en sus frutos la belleza.

    Reina una oscura paz en la iglesia Y el altar es esta noche ms recogido,

  • Brillan an en l los ornamentos26, Canta un grillo en los campos del Verano.

    Cuando se escucha all hablar al sacerdote, Junto al grupo de amigos Que acompaan al muerto. Qu intimidad Y noble espritu, que la piedad propician!

    26 Literal: Todava alberga algunas cosas bellas.

  • 21 DAS FROEHLICHE LEBEN

    Wenn ich auf die Wiese komme, Wenn ich auf dem Felde jezt, Bin ich