historias de vida y emancipación. subjetividad, conflicto y cambio social

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panorama 5 PANORAMA DIÁLOGOS Número 67-68 volumen 3 2011 V ivir, quizás, no sea más que un camino (más o menos largo) para comprender-se en el mundo en que vivimos; y la comprensión no sea más que el intento de hacerse con las riendas de la propia vida o, al menos, de tener una idea de qué hacemos aquí. Este sería el camino de la emancipación: el sentirte el actor o actriz de tus días. El grado de <éxito> de cada sujeto en esta tarea es una consecuencia de cada historia en particular y de las condiciones en que se desarrolla, pero sin duda, todas estas historias son parte del proceso de construcción de la humanidad. Siguiendo a Morín (2001), podríamos entenderlo como el proceso de salvación en cuanto especie, y no como sujetos individuales. En cuanto sujetos, formamos parte de la sociedad, la cual se constituye en humanidad entendida como especie; esto es, como parte de la naturaleza de la que todos los seres vivos formamos parte. Por otro lado, el conocimiento, siguiendo a Bruner (2003) es siempre narrativo. Esto es, podemos pensar el mundo en cuanto que lo narramos, de forma que la experiencia humana lo es, en cuanto que es contada. Esto nos sitúa, sin duda, en la perspectiva constructivista, que es precisamente en la que las Historias de Vida tienen sentido, no sólo como una manifestación de la individualidad, sino como el modo en que comprendemos nuestra vida, y de este modo, el mundo en el que vivimos. Afirma Ferrarotti (2007). La historia de vida se me presenta entonces como una historia de constricciones que pesan sobre el individuo –un conjunto de condicionamientos más o menos determinantes-y al mismo tiempo como un complejo de estrategias de liberación que el individuo pone en juego aprovechando las “buenas ocasiones”, los atisbos intersticiales… (pág. 28) Este monográfico se construye desde esta perspectiva, buscando poner en evidencia historias particulares que pueden ser interpretadas y re-vividas como historias de emancipación, en el sentido que estoy presentando. No son héroes ni heroínas, ni personajes insignes, sino sujetos que tienen una historia, una experiencia de vida que mediante su relato, están creando las condiciones para comprender el ser humano. Son historias de emancipación en la medida que nos narran diferentes modos de comprensión de cada uno de los sujetos de sí mismos y de los escenarios en Historias de vida y emancipación: Subjetividad, conflicto y cambio social. JOSé IGNACIO RIVAS FLORES. Dpto. Didáctica y Organización Escolar Facultad de Ciencias de la Educación Universidad de Málaga

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Vivir, quizás, no sea más que un camino (más o menos largo) para comprender-se en el mundo en que vivimos; y la comprensión no sea más que el intento de hacerse con las riendas de la propia vida o, al menos, de tener una idea de qué hacemos aquí. Este sería el camino de la emancipación: el sentirte el actor o actriz de tus días. El grado de de cada sujeto en esta tarea es una consecuencia de cada historia en particular y de las condicionesen que se desarrolla, pero sin duda, todas estas historias son parte del proceso de construcción de la humanidad. Siguiendo a Morín (2001), podríamos entenderlo como el proceso de salvación en cuanto especie,y no como sujetos individuales. En cuanto sujetos, formamos parte de la sociedad, la cual se constituye en humanidad entendida como especie; esto es, como parte de la naturaleza de la que todos los seres vivos formamos parte.

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    Vivir, quizs, no sea ms que un camino (ms o menos largo) para comprender-se en el mundo en que vivimos; y la comprensin no sea ms que

    el intento de hacerse con las riendas de la propia vida o, al menos, de tener una idea de qu hacemos aqu. Este sera el camino de la emancipacin: el sentirte el actor o actriz de tus das. El grado de de cada sujeto en esta tarea es una consecuencia de cada historia en particular y de las condiciones en que se desarrolla, pero sin duda, todas estas historias son parte del proceso de construccin de la humanidad. Siguiendo a Morn (2001), podramos entenderlo como el proceso de salvacin en cuanto especie, y no como sujetos individuales. En cuanto sujetos, formamos parte de la sociedad, la cual se constituye en humanidad entendida como especie; esto es, como parte de la naturaleza de la que todos los seres vivos formamos parte.Por otro lado, el conocimiento, siguiendo a Bruner (2003) es siempre narrativo. Esto es, podemos pensar el mundo en cuanto que lo narramos, de forma que la experiencia humana lo es, en cuanto que es contada. Esto nos sita, sin duda, en la perspectiva constructivista, que es precisamente en la que las Historias de Vida tienen sentido,

    no slo como una manifestacin de la individualidad, sino como el modo en que comprendemos nuestra vida, y de este modo, el mundo en el que vivimos. Afirma Ferrarotti (2007).

    La historia de vida se me presenta entonces como una historia de constricciones que pesan sobre el individuo un conjunto de condicionamientos ms o menos determinantes-y al mismo tiempo como un complejo de estrategias de liberacin que el individuo pone en juego aprovechando las buenas ocasiones, los atisbos intersticiales (pg. 28)

    Este monogrfico se construye desde esta perspectiva, buscando poner en evidencia historias particulares que pueden ser interpretadas y re-vividas como historias de emancipacin, en el sentido que estoy presentando. No son hroes ni heronas, ni personajes insignes, sino sujetos que tienen una historia, una experiencia de vida que mediante su relato, estn creando las condiciones para comprender el ser humano. Son historias de emancipacin en la medida que nos narran diferentes modos de comprensin de cada uno de los sujetos de s mismos y de los escenarios en

    Historias de vida y emancipacin: Subjetividad, conflicto y cambio social.Jos IgnacIo RIvas FloRes.Dpto. Didctica y Organizacin EscolarFacultad de Ciencias de la EducacinUniversidad de Mlaga

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    los que ha / est transcurriendo su vida. Como afirma Schopenhauer (2008: 27), , lo cual sera una verdad con validez para todo ser que vive y conoce, si bien slo el ser humano puede concebirla a travs de la conciencia reflexiva y abstracta:

    le resulta claro y cierto que l no conoce un sol ni una tierra, sino slo un ojo que ve un sol y una mano que siente una tierra; que el mundo que le rodea existe slo como una representacin, es decir, slo en relacin a otro, al ser que se lo representa, que no es sino l mismo (27).

    El mundo se construye desde la experiencia de cada sujeto y el modo como afronta su vida, siendo no slo a quien se le representa este mundo, sino quien construye esta representacin a lo largo de su vida. Sin duda, superando los riesgos de un reduccionismo individualista, el encuentro intersubjetivo est en la base de esta construccin, ya que no puede haber relato sin comunicacin, sin dilogo. De este modo, la representacin del mundo que cada sujeto construye en su experiencia es parte de la construccin colectiva que histricamente la humanidad va realizando, desde las relaciones de cooperacin, de competitividad, de conflicto, etc.

    Las historias de vida, consideradas de este modo, se alejan del racionalismo prescriptivo que entiende al sujeto como objeto de regulaciones para convertirse en una estrategia de resistencia, al dotar de identidad al sujeto en un contexto interactivo y de relacin. Hay una recuperacin de la subjetividad como posibilidad de transformacin y de cambio en la medida en que nos consideramos parte de una perspectiva global. Cada sujeto, a modo hologrfico o de fractal, contiene el todo de la sociedad, el mundo y la historia de la humanidad. O como plantea de nuevo Schopenhauer (2008), construir el sujeto individual es construir el sujeto colectivo y global.

    No podemos pensar pues, en una racionalidad ajena a los sujetos que nos organiza, nos controla y nos pauta nuestras vidas, de acuerdo al modelo autoritario vigente, sino en una construccin en la

    que todas y todos participamos, queramos o no, seamos conscientes o no. Las historias de vida es un modo de hacer consciente y reflexivo este proceso de construccin, como nos propona ms arriba Schopenhauer. Hacer pblica la voz subjetiva, por tanto, es una forma de resistencia, de lucha social, de reivindicacin, tal como nos demuestra el hecho de que en el origen del giro epistemolgico que tuvo lugar a mediados de los 70 (Hernndez, 2010), se encuentran los movimientos feministas, a los que posteriormente se unen otros colectivos de excluidos, de marginados o de subyugados de una forma u otra. En educacin las historias de vida suponen una forma de recuperar la voz propia de los docentes y del alumnado, frente a un sistema educativo normativo, hper-regulado y controlador, tal como se manifiesta en el mundo occidental actual.

    Como ya planteaba en una revisin de mi propia historia como investigador (Rivas, 2007), este proceso de recuperacin de la subjetividad forma parte de la propia lucha social, poltica e ideolgica que caracteriza el mundo, casi desde su origen, pero de forma especial desde inicios del pasado siglo XX. Se encuadra dentro de la confrontacin histrica que tiene lugar desde que las culturas empezaron a establecer diferencias entre los seres humanos. Desde el punto de vista como investigador, sin duda trabajar con historias de vida es algo ms que simplemente posicionarse en una lucha de paradigmas; ms bien me sita, como sujeto, en una lucha de posiciones sociales, polticas, culturales e ideolgicas. Como plantea Tobin, (2011: XXII), el paso hacia la subjetividad es una necesidad epistemolgica, tica y poltica.

    Las historias de vida podemos decir que no slo nos hablan de la vida de los sujetos sobre los que versa, sino que nos ponen sobre el tapete, dentro de esta perspectiva hologrfica, los contextos sociales, culturales y polticos en los que esta historia se ha construido. Podemos interpretar, por tanto, que estn representando el aprendizaje que cada uno de los sujetos hace de los contextos en los que ha vivido, destapando o develando los procesos que tienen lugar en la constitucin de los sujetos y de las realidades que vive.

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    Por tanto, descubre los conflictos, las contradicciones, los sufrimientos, las luchas, as tambin como los xitos, las conquistas ... que tienen lugar en estos escenarios.No resulta extrao, por tanto, que las perspectivas crticas en ciencias sociales, de una forma u otra plantean las narraciones como el modo de construir el conocimiento desde una perspectiva transformadora. El relato racionalista y moderno que ha focalizado la idea de verdad y que ha acaparado la idea de ciencia, desde el positivismo y la lgica funcionalista, ha estado ms preocupado por describir o, planteado de otro modo, descubrir la realidad, que por transformarla. El relato cientfico positivista se convierte, de este modo, en un modo de jerarquizar la sociedad y de estratificarla, en la medida en que se preocupa por establecer un orden desde la prescripcin tcnica. Las consecuencias de esta visin tienen que ver mucho, desde mi punto de vista, con el resurgir del autoritarismo y del paulatino proceso de deshumanizacin, en aras del progreso (en la forma que el racionalismo liberal lo entiende), propios de la sociedad actual.

    Desde una posicin crtica la prescripcin tcnica es sustituida por la transformacin social desde la conciencia y la reflexibilidad; esto es, desde la posibilidad del sujeto de concebirse como parte de un colectivo con el que construye la realidad. De este modo el encuentro o la relacin, surgen como ejes de una forma distinta de accin. Del encuentro surge la huella que hace que los sujetos nos vinculemos en un proceso colectivo, ya que nos obliga a interpretar la vida del otro, a partir de la cual hay una toma de postura. La huella es diferente a la marca o a la impronta que uno pueda dejar en otro. No me estoy refiriendo a una influencia o una accin directa del otro sobre m, que me hace cambiar, sino a una posibilidad que se origina desde el encuentro, a la que puedo responder de formas muy diversas. O incluso no responder. Depende de mi propia historia, as como de mis intenciones, de mis afectos o de mi propia sensibilidad.

    De este modo la construccin de la realidad se hace compleja, diversa y heterognea, lejos del pensamiento monoltico racional-liberal. Los sujetos con los me

    he encontrado como investigador, como educador, como sujeto, como hombre, como ciudadano de un estado, etc., me han permitido construirme en lo que soy ahora, y la capacidad de reflexionar sobre este proceso me permite comprender el camino seguido y, de acuerdo con ello, asumir mi propia historia como parte de la historia colectiva. Por tanto, me hace responsable del mundo en el que vivo y en el que acto. En esta forma de conciencia radica la posibilidad de la emancipacin, siguiendo el pensamiento freireano.

    Las Historias de Vida suponen, en este sentido, la posibilidad de construir un conocimiento pblico desde las voces subjetivas, entendidas como portadoras de sentido y de contenido. Parafraseando a Tobin (2011) en su presentacin del pensamiento de Kincheloe, en las narraciones se tejen los hilos del conocimiento y de la comprensin. Forma y contenido se puede decir que se unen en este planteamiento, ya que no slo la posibilidad de conocer, sino el conocimiento mismo, es el que se nos ofrece en cada una de las historias, ya que cada una de ellas es el modo en que el sujeto ha construido el mundo.

    Las historias que presentamos en este monogrfico suponen el conocimiento que cada uno de los sujetos de los que hablan ha construido a lo largo de su vida, o del relato que presenta. Por tanto, nos ponen en situacin de transformar la realidad. Hay algo que les identifica y les hace formar parte de este proyecto: todas son historias desde la exclusin, la diferencia o la marginalidad. Tambin, sobre todo en algn caso particular, son historias de dominados y silenciados. En ningn caso son historias desde el poder. Por tanto, nos permiten percibir y comprender la realidad desde este ngulo en particular; del que nunca tuvo la voz, o de la que fue olvidada u ocultada por la razn histrica o de la autoridad dominadora. No es la voz de los que manejan los hilos de la economa o de la poltica, sino de los que las padecen.El monogrfico presenta diferentes historias y de diferentes tipos. Tres de ellas son personales y pertenecen a diferentes sujetos que han seguido trayectorias distintas: una corresponde a un anarquista que sufre la derrota, la represin y el silencio; otra es

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    de un campesino que vive su vnculo con la naturaleza como una realidad particular; y por ltimo, un ex-drogadicto, ex-delincuente, que nos habla de marginalidad y exclusin. Por otro lado, se presenta otra historia, que si bien tiene que ver con un sujeto en particular, nos habla de un pueblo, de una lucha colectiva, o quizs de una lucha por sobrevivir en la negacin como persona y como historia. Es la historia de los Wich, pueblo originario del Chaco argentino que vive en la precariedad y el riesgo de extincin. Otro trabajo nos remite a una realidad colectiva, manifestada en obras individuales: el analfabetismo representado por medio de la narracin literaria, construyendo un mundo paradjico, pero sin duda paradigmtico. Por ltimo, presentamos un trabajo que habla de la emancipacin desde la accin educativa, no tanto desde las historias personales, sino desde un proyecto de accin.

    A travs de estos relatos se va perfilando una realidad compleja, diversa y paradjica. Cada una de ellas supone una lectura diferente de esta realidad que tejen diferentes conocimientos acerca de la vida, la sociedad, la cultura, la historia y el ser humano.

    A travs del relato de Lecko conocemos quines son los Wich, y su historia de supervivencia en condiciones sumamente

    adversas. La vida que se nos relata es tambin la vida de todo su pueblo; sus aos de dominacin y de silencio. La ltima accin de exterminio contra ellos no hace ni 100 aos y an est en el recuerdo de sus descendientes y algn superviviente que an vive. Su relato es un alegato contra el etnocentrismo y la dominacin de la civilizacin occidental; la accin de la colonizacin que se convierte en opresin y sometimiento. Cmo sobrevivir en estas condiciones? Cmo se mantiene el orgullo de pertenecer a una cultura? Qu identidad se puede construir desde el exterminio y la negacin? Son algunas de las cuestiones que se nos ponen sobre la mesa.

    Pedro, por su parte, nos cuenta una de las muchas historias silenciadas por el miedo y el dolor, la de aquellos que perdieron la guerra, pero sobrevivieron en la dictadura desde la negacin de su militancia, sus creencias y su ideologa. En definitiva, negando su propia historia para poder seguir viviendo. Es una historia en bruto, que de alguna manera habla por s sola, sin el envoltorio del interprete. De alguna forma, el relato mismo es la comprensin de Pedro de s mismo y su trayectoria. Nos presenta el sentido de la educacin, del deseo de conocer, de la voluntad de aprender, a pesar de todo, de quien le fue negada esta opcin por una cuestin de clase; en definitiva por nacer en un lado de la raya.Pablo y Jos Miguel nos presentan sus historias cruzadas. Una que busca comprender y otra que quiere seguir viviendo como persona y ciudadano. No se habla slo de una historia individual sino que justamente se ofrece la idea de encuentro que he ido exponiendo en esta presentacin. Jos Miguel narra una historia de marginalidad, que tiene que ver con su pertenencia a un colectivo, a un barrio, a una clase social. Nos habla tambin de la superacin, de resiliencia, de aprender a vivir de nuevo, de dar sentido a una vida. Pablo nos habla de la transformacin personal desde el encuentro con Jos Miguel y el compromiso a que le conduce.

    Antonio Rufina es de campo, vive en el campo, vivi en el campo Forma parte de esa mayora silenciosa que ha sido eliminada de la comprensin de una sociedad urbana, mecanizada y artificializada (si me permite el neologismo). Qu significa vivir en un ESTER MONTJER

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    entorno rural en este escenario, el cual se ve acosado, minimizado y en ocasiones anulado. Rufina nos habla de la ciencia natural, del conocimiento de la experiencia que se construye desde la tradicin y el respeto por la naturaleza, por el entorno, por la vida en su sentido ms amplio. Pero al mismo tiempo presenta la posibilidad de transformarse desde esta tradicin para cambiar y mejorar en este mismo entorno. De algn modo nos desmitifica la idea del atraso secular del campo, de la imposibilidad de su transformacin, sino es desde la accin tcnica, del experto (urbanita, por supuesto).

    Valentn y Pilar nos hablan de un proyecto para la transformacin de la propia accin desde un proceso de emancipacin, a travs de la accin reflexiva. Es el menos personal de los relatos que se nos presenta, el menos subjetivo en el sentido que manejamos el trmino en las historias de vida, pero nos permite reflexionar sobre lo que significa la emancipacin como un principio de accin, como una bsqueda constante. Presentan un proyecto de investigacin accin en un grupo de formadores de adultos que pugnan por cambiar desde la comprensin de su accin.

    Por ltimo Jos Beltrn nos ofrece un atractivo relato elaborado desde el sentimiento, desde el afecto y la emocin. Algo nos subyuga desde el principio del artculo: el respeto y la consideracin a los relegados socialmente por su condicin de analfabetos. Nos pone frente a la desconsideracin, a la autonegacin, a la impotencia de saberse inferior, para recuperar su condicin de sujeto, de ciudadano, de persona, con plenitud de derechos y deberes. Esto se hace a travs de relatos mediados por otros autores, que utilizan el personaje como forma de creacin. Cmo se presenta el analfabeto en el relato literario. Las historias presentes en tres novelas nos introducen en este mundo annimo, que no puede darse a conocer porque carece de las herramientas que la cultura ha elaborado para comunicarse socialmente, convirtiendo la palabra en un patrimonio de un colectivo: el que sabe leer y escribir.

    Poder ofrecer estas historias para mi supone un compromiso personal con cada una de ellas y con los que lo hacen posible

    ponindolas a nuestra disposicin. Confiara que ningn lector podr seguir siendo el mismo, despus de este encuentro con estos retazos de vida.

    REfERENcIAS bIbLIOGRAfIcAS

    BRUNER, J. (2003). La fbrica de Historias. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica.FERRAROTTI, F. (2007). Las historias de vida como mtodo. Convergencia (44), 15-40.HERNNDEz, F. (2010). Las historias de vida en el marco del giro narrativo en la investigacin en Ciencias Sociales: los desafos de poner biografas en contexto. In F. Hernndez, & J. M. Sancho, Historias de vida en Educacin. Biografas en contexto. Barcelona: Esbrina (http://hdl.handle.net/2445/15323).MORN, E. (2001). Los siete saberes bsicos para la educacin del futuro. Barcelona: Paids.RIVAS, J. I. (2007). Vida, Experiencia y Educacin: La Biografa como Estrategia de conocimiento. En I. Sverdlick, La investigacin educativa. Una herramienta de conocimiento y de accin (pgs. 111-146). Buenos Aires: Novedades educativas.SCHOPENHAUER, A. (2008). El mundo como voluntad y representacin. En A. Schopenhauer, Obras Completas (Vol. I, pp. 27-594). Madrid: Gredos.TOBIN, K. (2011). Learning from a Good Mate: An Introduction. En J. Kincheloe, Key Works in Critical Pedagogy (pgs. XV-XXIV). Rotterdam, Holanda: Sense.

    GISELA MESSING