herráez, i. y acuña, m. rest. textil edad bronce. ipce. 2011

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    Patrimonio

    Culturalde

    Espaa

    Patrimonio

    yeducacin

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    www.mcu.es

    Catlogo de publicaciones de la AGE

    www.publicacionesoficiales.boe.es/

    MINISTERIO DE CULTURA

    Edita: SECRETARA GENERAL TCNICA Subdireccin General de Publicaciones, Informacin y Documentacin

    De los textos y las fotografas: sus autores

    NIPO: 551-11-072-5

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    Arriba. Conjunto funerario de Monte Boln. Elda, Alicante. Archivo fotogrfico del Museo Arqueolgico de Elda.

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    Introduccin

    En octubre de 2008 se reciben en el Instituto delPatrimonio Cultural de Espaa (IPCE) una bolsa yun tejido pertenecientes a un conjunto funerario dela Edad del Bronce (ca. 1700 a.C.) procedentes delMuseo Arqueolgico de Elda (Alicante). El conjuntohaba sido seleccionado para su exhibicin en la ex-posicinElda, Arqueologa y Museo, que tuvo lugaren el MARQ de Alicante (12/2008 - 2/2009), por loque el objetivo era mejorar, en lo posible, su estadode conservacin para participar en tal evento. Co-

    mo es conocido, el proceso de conservacin y res-

    tauracin de un objeto ofrece una excelente oca-sin para ahondar en el estudio de la naturalezamaterial e inmaterial del mismo e intentar desvelarlos secretos que guarda.

    La bolsa y el tejido proceden de un enterramientoen la cueva n 9 del yacimiento de Monte Boln enElda (Alicante), ubicada en una sierra prxima al roVinalop, en el hbitat semi-rupestre del Pen delTrinitario. El hallazgo tuvo lugar en 1975 y est re-cogido en elInforme de Actividaddel Centro Excur-sionista Eldense, ya que fue uno de sus miembros

    quien localiz esta cueva de enterramiento. Segn

    Restauracin y conservacin de una bolsade esparto y un textil de lino de la Edad del Bronce.Enterramiento infantil de Monte Boln en Elda(Alicante)

    Ma Isabel Herrez MartnInstituto del Patrimonio Cultural de [email protected]

    Diplomada en Conservacin y Restauracin de Bienes Culturales (ESCRBC, Madrid), en la especialidad de Arqueologa.Tcnico del Instituto del Patrimonio Cultural de Espaa (IPCE).

    Margarita B. Acua GarcaInstituto del Patrimonio Cultural de [email protected]

    Licenciada en Filosofa y Letras (UAM) y Diplomada en Conservacin y Restauracin de Bienes Culturales (ESCRBC,Madrid), en las especialidades de Arqueologa y Documento Grfico. Se forma en la especialidad de conservacin yrestauracin textil en el Instituto del Patrimonio Cultural de Espaa (IPCE), en el que trabaja actualmente.

    resumen:En octubre de 2008 se llev a cabo en el Instituto delPatrimonio Cultural de Espaa (Madrid) la restaura-cin de una bolsa de esparto trenzado (Stipa tenacis-sima) y un textil de lino (Linum usitatissimum). Ambosmateriales proceden de un conjunto funerario de laEdad del Bronce (II milenio a.C.) encontrado en el yaci-miento de Monte Boln (Elda) y que se conserva en elMuseo de Elda (Alicante). En este artculo se descri-

    ben los procesos seguidos para la conservacin y res-tauracin de ambos objetos. Adems, se hace unabreve revisin de los conocimientos actuales sobre losmateriales textiles y sus tcnicas de fabricacin du-rante la Edad del Bronce en Europa.

    plbs clve:Esparto, lino, Edad del Bronce, conservacin, restau-racin, patrimonio arqueolgico, tejido, cestera.

    abstct:We describe here the characterization, conservationand restoration of an esparto (Stipa tenacissima) bagand a linen (Linum usitatissimum) textile, dating back

    to the Bronze Age (II Milennium B.C.) and pertainig toa burial site found at Elda (Alicante, Spain). These ob-

    jects were analyzed and treated at the Cultural Heri-tage Institute of Spain (Madrid). In addition, the cu-rrent knowledge about textile materials from the

    European Bronze Age is briefly reviewed.

    Keywods:Esparto grass, linen, Bronze Age, conservation, resto-ration, Archaeological Heritage, textiles, basketry.

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    la documentacin proporcionada por el Dr. A. M.Poveda, director del Museo Arqueolgico de Elda,[] En noviembre de 1975, el miembro de la Seccinde Arqueologa del Centro Excursionista Eldense, Fran-cisco Castaos, localiza la novena cueva con un ente-rramiento muy singular, del que recuper los restos deun nio de entre 6 y 8 aos de edad, que estaba ya-ciendo en posicin encogido fetal, envuelto en un te-

    jido [] reposaba encima de un extrao capazo de

    pleita de esparto en forma acampanada [] plegadoen forma de estera, todo estaba cubierto por una capade esparto y ramas secas []. El enterramiento in-

    fantil no se hizo acompaar de ningn tipo de ajuar[]. Si bien es cierto que en el interior de la cueva y

    junto al conjunto exhumado se hallaron ramas secas,semillas de cereales carbonizadas y huesos de frutasactuales, elementos que no parecen pertenecer a lapoca de deposicin del nio. Los restos seos del en-terramiento son de un individuo infantil, colocado endecbito lateral, con las extremidades tanto superiorescomo inferiores flexionadas, colocado sobre una bolsa

    de esparto, bien conservada, de 76 cm de longitud m-xima y 48 cm de anchura mxima. Tambin se conser-van algunos fragmentos de tejido de lino, de una piezatextil que pudo ser utilizada de sudario, pues aparecicubriendo parcialmente el esqueleto1.

    La fotografa de la pgina 368 muestra cmo esta-ba expuesto el conjunto en el Museo Arqueolgicode Elda antes de ser trasladado al IPCE para ser res-taurado. El tejido estaba colocado en la parte supe-rior izquierda de la bolsa-capazo. Todo el conjuntose encontraba protegido dentro de una vitrina, lo

    que sin duda ha favorecido su conservacin.

    La fabricacin de cestera y tejido son dos de losprocesos tcnicos ms antiguos que se conocen. Lagran semejanza formal, funcional y tcnica quepresentan los materiales histricos con los moder-nos ha provocado que, durante mucho tiempo, fue-ran infravalorados como objeto de estudio y con-servacin (KUONI, 1981). Adems, la naturalezaorgnica de la materia prima con la cual se realiza-ban hace que los restos materiales encontrados se-an inferiores en nmero y en condiciones de con-

    servacin a los de cermica o metal, por ejemplo.En muchas ocasiones, como el caso que nos ocupa,se trata de hallazgos fortuitos cuya autenticidad po-dra ser puesta en duda por no haber sido excava-dos y documentados de forma cientfica. Sobre eldescubrimiento y extraccin del conjunto funerariode Monte Boln solo tenemos elInforme de Activi-dad, suscrito por Juan Rodrguez, en el que se des-criben el hallazgo y recuperacin del conjunto porparte de Francisco Castaos (JOVER et alii, 2008).Los resultados de las dataciones absolutas efectua-das sobre el fmur derecho del esqueleto se adscri-ben al intervalo ca. 1880-1730 a.C., momento en el

    cual se han situado tambin los elementos textiles(SOLER et alii, 2008).

    Tcnicas y tipologas

    La cronologa del conjunto de Monte Boln corres-ponde al Bronce Pleno, momento en que las tcni-cas empleadas en la realizacin de los objetos tex-tiles que lo componen son bien conocidas. Se han

    hallado muestras similares en los ajuares, muy an-teriores, de la Cueva de los Murcilagos en Albuol(Granada), estudiados por ALFARO (1980); en laspinturas rupestres levantinas de la Cueva de la Ara-a en Bicorp (Valencia) en las que aparecen reco-lectores de miel suspendidos de cuerdas y con bol-sas en la mano o colgadas a la espalda; y en loscestos e indumentaria representados en la Cuevade la Vieja en Alpera (Albacete), por citar algunosejemplos.

    Se sabe que la tcnica de cestera, en la que se uti-

    liza la materia prima en bruto o con una mnimapreparacin, es anterior a la de fabricacin de lostejidos de telar (ALFARO, 1984; BARBER, 1998;FORBES, 1987). La aparicin del tejido parece serposterior, y su fabricacin implica un mayor cono-cimiento del material y el dominio de una serie deprocedimientos para la extraccin e hilado de lasfibras textiles.

    Tejido y cestera estn muy relacionados, ya que elprocedimiento bsico de fabricacin el entrelaza-do de dos o ms elementos, fijos o mviles es el

    mismo en ambos casos. Por ejemplo, una de lastcnicas ms empleadas en cestera es la llamadacestera tejida (ALFARO, 1984; ADOVASIO, 1977).Las principales diferencias entre ambas tcnicas seencuentran en la necesidad de usar una herra-mienta de sustento, como un telar o bastidor, parala realizacin de los tejidos y en las distintas natu-ralezas de las materias primas empleadas. Mien-tras que en la cestera los materiales suelen serms o menos rgidos, como el mimbre, tallos decereales, varas de frutales, caa, esparto, junco,etc., en el tejido se utilizan hilos de fibras blandas

    y flexibles, como el lino o el algodn.

    En la realizacin de la bolsa de Boln la tcnicaprincipal es el trenzado, utilizando esparto sin ma-zar. Los elementos se entrecruzan entre s con unngulo de 90 y, aproximadamente, de 45 conrespecto al borde, intervalo 1/1, siendo su principalcaracterstica que todos los elementos son mviles.Los pequeos manojos de esparto o ramales, siem-pre impares, se van entrecruzando, aadiendoms material a medida que se agota, hasta lograruna larga trenza o pleita, de aproximadamente 6cm de anchura y longitud indeterminada, con el

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    tamao adecuado para realizar el objeto. El cosidose utiliz como tcnica secundaria en el remate delborde, festoneado con esparto mazado, y en elmontaje de la bolsa con finas trenzas de tres caboso sobijo.

    El trabajo con pleitas sirve para realizar principal-mente piezas de tamao medio y grande: serones,bolsas, sacos, capazos, esteras, cortavientos para

    los vanos, capas para lluvia, elementos arquitect-nicos efmeros, aguaderas, etc. Los objetos que seobtienen son fuertes y resistentes, tanto al daomecnico como al qumico, y se reparan y reutili-zan hasta el final de su vida, que puede llegar ali-mentando el fuego en el hogar o, como en Boln,formando parte de un ajuar funerario. Se usan co-mo elemento de recoleccin, almacenaje y trans-porte. Una de las caractersticas de la pleita es quepuede ser el primer paso en la manufactura de ob-jetos tridimensionales, con volumen. Las vueltasde pleita, en espiral ascendente, se cosen entre s

    hasta obtener la forma deseada o, como supone-mos es el caso de la bolsa, se va adaptando a laforma de un objeto rgido que queda en su interior.

    Ha sido prctica corriente la realizacin de fundasprotectoras de pleita para la alfarera, e incluso llega ser obligatoria en el caso de los cargamentos ma-rtimos de contenedores cermicos de vino o acei-te. La cermica domstica de la Edad de Broncesuele ser de baja o irregular coccin, con desgra-santes y paredes gruesas. Suele tratarse de piezaspesadas, de escasa estabilidad las de fondo conve-

    xo y sin puntos de agarre, que se suplen con peque-as asas o mamelones. Eran objetos valorados, co-mo puede verse por los mltiples ejemplos decermicas laadas con fibras y resinas vegetales.Las fundas y cordeles de esparto permitan tener

    los recipientes cermicos colgados, fuera del alcan-ce de roedores y pequeos mamferos, adems derestar fragilidad y facilitar el transporte o recogidade lquidos, como agua o miel, de manera similar acomo se sigue realizando en algunas culturas tradi-cionales. Actualmente, no es infrecuente encontrarcermicas en niveles de incendio, asociadas a res-tos vegetales carbonizados (no improntas) de juncoo esparto, aunque los escasos fragmentos suelen

    identificarse siempre con sacos, serones, etc. sin re-lacin con la cermica.

    La bolsa de Monte Boln podra ser una funda deesparto para un contenedor cermico que, una vezdeteriorado o fracturado, se reutiliz. Esto explica-ra la falta de deterioro mecnico del interior de labolsa, donde no se encuentran las habituales ero-siones o desgaste de las fibras de un objeto en uso.Por otra parte, las asas son de tan pequeas di-mensiones que no pueden cumplir esa funcin, ex-cepto como presillas o colgaderos. Los desgarros y

    prdidas de materia, localizadas frente a las presi-llas y fondo de la bolsa, nos lleva a identificarlas co-mo reas sometidas a tensin, de manera similar alos puntos de arranque de un cordn o cincha detransporte, que permitira llevarla colgada del hom-bro o a la espalda.

    En lo que respecta al tejido de lino, el anlisis tc-nico del ligamento es el siguiente: Ligamento sim-ple tafetn 1:1. Urdimbre2: hilo doble de lino (Sss)de 1 mm de grosor. Ambos cabos presentan torsinderecha (S-S) y estn torsionados entre s con tor-

    sin derecha (S). Densidad: 12 hilos/cm. Trama: hi-lo doble de lino (Sss), de 1 mm de grosor. Amboscabos presentan torsin derecha (S-S), y estn tor-sionados entre s de nuevo con torsin derecha (S).Densidad: 10 pasadas/cm.

    Arriba. Detalle de los asideros de la bolsa. Fotografa: Ma-

    ribel Herrez.

    Arriba. Detalle de las reparaciones y ataderos. Fotografa:

    Maribel Herrez.

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    Aunque se han conservado los bordes de la tela enel fragmento F17, que presenta una costura unien-do dos piezas, no se ha hallado ninguna evidenciade la existencia de orillos. La costura, que utilizados hilos, ha sido realizada con una gran maestra,tanto en lo que respecta a la distancia entre punta-das como a la longitud de las mismas. El hilo decostura es muy similar al empleado en la elabora-cin del tejido: un hilo doble (Ss

    s

    ) formado por dos

    cabos con torsin derecha (S-S) que se enroscanentre s con torsin derecha (S).

    El retorcido de los hilos para obtener un hilo doblea partir de dos simples tiene como objetivo obtenerun hilo ms fuerte y resistente. La bibliografa reco-ge que, en la elaboracin de los hilos dobles, los hi-los con torsin derecha se suelen torsionar entre scon la torsin contraria izquierda o en Z para for-mar el hilo de dos cabos. Si los hilos tienen torsinen Z, entonces se enroscarn entre s con torsinderecha o en S. Es un hecho inusual que en este ca-

    so los dos hilos tienen torsin derecha (S) y se tor-sionan entre s con torsin derecha (S), danto lugara un hilo doble Ss

    s.

    Algunos autores afirman que los distintos tipos detorsin del hilo estn ligados al rea cultural en queaparecen. PFISTER (Textiles de Palmyre, Pars,1934) sostuvo que la torsin en S es tpica del Me-diterrneo occidental, mientras que la torsin en Zcaracteriza al Mediterrneo oriental. Esto se cum-plira en el tejido que nos ocupa, pero ALFARO(1984), tras estudiar los tejidos de lino de esta po-

    ca conservados en la Pennsula, observ que enellos predominaba la torsin Z sobre la S. En hallaz-gos ms recientes, como los tejidos de lino del ya-cimiento argrico de Castelln Alto en Galera (Gra-nada), se han descrito fragmentos realizados conhilos de dos cabos cuya torsin es predominante-

    mente en Z. La factura de los hilos puede propor-cionar una valiosa informacin sobre el lugar enque fueron elaborados, el nmero de personas quelos realizaban, las piezas textiles fabricadas conellos y los usos que recibieron, e incluso el movi-miento de los tejidos dentro y acaso fuera- de lospoblados. El inters por conservar y describir cual-quier evidencia de un elemento textil es crucial pa-ra conocer la historia del tejido en las culturas an-

    terioresa la escritura.

    Los pueblos prehistricos del centro y el sur de Eu-ropa utilizan el lino como principal material paravestir. El hilado de esta fibra con fusayola era unatecnologa generalizada durante la Edad del Bronce,desde que el huso se difunde por el mar Mediterr-neo en el V milenio. Las fusayolas objetos con for-ma cnica o cilndrica, hechos de arcilla, hueso,piedra o material similar, que sirven de contrapesoen el huso manual son un hallazgo habitual en losyacimientos desde la cultura de El Argar, llegndose

    a conservar husos completos de poca romana (AL-FARO, 1984).

    Por otra parte, en la Edad del Bronce ya se utilizanvarios tipos de telares en Europa (GLEBA, 2008;HARDING, 2003; BARBER, 1991). Adems del telarde placas, que se conoce desde pocas anteriores3,se utilizan para la produccin de tejidos el telar ver-tical, el horizontal utilizado en Egipto durante el IImilenio a.C. e incluso un tipo de telar denomina-do de urdimbre tubular. Tanto en la zona mediterr-nea como en la Alta Andaluca (Cultura de El Argar)

    se han descrito mltiples hallazgos de tejidos queparecen haber sido confeccionados con telares ver-ticales. Los fragmentos descritos hasta la fecha sontodos de tafetn 1:1, que es el ligamento ms sim-ple y requiere el uso de un solo lizo. Tambin sehan encontrado en ocasiones otros objetos relacio-nados con el uso del telar, como lanzaderas o pei-nes.El telar vertical consta de dos postes verticales conuna madera horizontal que los une por la parte su-perior. De sta se cuelga la urdimbre, tensada me-

    diante unos pesos que, por lo general, son de barroo arcilla. Hasta el momento no se ha encontradoninguna estructura de telar, pero s los agujerosdonde se insertaban los postes verticales, y una delas ms importantes evidencias indirectas de la ac-tividad textil: las pesas de telar. Afortunadamente,las pesas de telar son habituales en la prctica tota-lidad de los yacimientos que se han excavado. Lamayora de las veces aparecen en hileras junto auna pared o una estructura que servira de sostnal armazn de madera. El distinto nmero de pesasencontrado en las viviendas la actividad textil serealizaba en el seno de las unidades domsticas co-

    Arriba. Fragmento 17, que presenta una costura uniendo

    dos piezas de tejido con ligamento tafetn. Fotografa:

    Margarita Acua.

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    mo cualquier otra actividad cotidiana (JOVERMAESTRE, 2001) indica la anchura de los telares.En dos yacimientos argricos de la Alta Andalucase describen, por ejemplo, un telar de 70-80 cmaparecido en Castelln Alto en Galera (Granada) yotros de 100-120 cm, documentados en Pealosaen Baos de la Encina (Jan), en los que se elabora-ran tejidos ms anchos. En el yacimiento de Ledroen Trento, HARDING (2003) describe tambin dos

    tipos de pesas que indican la existencia de dos ti-pos distintos de telar.

    La aparicin de pesas de telar de diferente forma, ta-mao y peso (en funcin del grosor y consistenciadel hilo utilizado), unida a la existencia de telares dedistinta anchura, podra responder a la elaboracinde tejidos de diferentes calidades y tamaos que es-taran determinados por tipologas y usos bien dife-renciados. Resulta muy difcil establecer el reperto-rio formal de la indumentaria y de los tejidosdomsticos existentes en la Pennsula Ibrica en la

    Edad del Bronce. Como ya se ha sealado, la mayo-ra de los tejidos conservados son fragmentos de pe-queas dimensiones, y de momento son muy esca-sas las ocasiones en que puede reconocerse suforma original. Pero si analizamos los hallazgos pu-blicados, y los que corresponden a momentos pos-teriores, como los pertenecientes a la cultura ibrica,no hay duda de que ya existira un repertorio formalde tejidos con diferentes calidades y finalidades quese habra ido formando desde pocas muy anterio-res. Lo atestiguan la reconstruccin llevada a cabopor AYALA (1987) de un vestido procedente de la

    Cueva Sagrada (Lorca), consistente en una especiede tnica formada por dos piezas cosidas y ceidasa la cintura; el hallazgo en una sepultura del yaci-miento de El Tabai en Aspe (Alicante) de un varnque vesta un traje o sudario que al menos cubrasu cuerpo hasta las rodillas (PREZ FDEZ. y SOLERMAYOR (coord.) 2010: p. 226); el hallazgo en la ne-crpolis del Olivar de Alcantarilla en Carmona (Sevi-lla) de una placa en la que aparece una mujer contnica y velo plisados o la descripcin, en el yaci-miento argrico de Castelln Alto en Galera (Grana-da), de un enterramiento en covacha de un hombre

    que conservaba restos de un tejido de lino en la par-te superior del cuerpo y de un tejido de lana en lazona de las piernas, adems de restos de un posi-ble gorro de lana tejida recubierta por cuero y defragmentos de tejido de lino (MOLINA et alii, 2003).

    Las fibras textiles

    El anlisis morfolgico de las fibras fue realizado enla Seccin de Anlisis de Materiales del IPCE (MAR-TN DE HIJAS, C.; GONZLEZ, E., 2008). La fibrautilizada en la bolsa fue identificada como esparto(Stipa Tenacissima) y los hilos del textil (trama, ur-

    dimbre e hilo de costura) se identificaron como lino(Linum usitatissimum ).

    Durante el proceso de identificacin, las especialis-tas del Laboratorio de Anlisis de Materiales deter-minaron que no haba presencia de sustancias co-lorantes que no fueran las propias naturales de lasfibras. As como en yacimientos europeos de laEdad del Bronce se han hallado textiles de muchos

    colores, obtenidos con colorantes naturales comola hierba pastel o los taninos mediante complejosprocesos de tincin, en la Pennsula Ibrica no he-mos encontrado la descripcin de ningn textil deesta poca que haya sido teido. Sin embargo, s sehan hallado restos de piezas de esparto con restosde color, por lo que es muy posible que tambin lostejidos se tieran pero que el color haya palidecidoo incluso desaparecido.

    El esparto, fibra vegetal con que est realizada labolsa, es una hierba perenne de la familia de las

    gramneas, que crece en terrenos semiridos, cali-zos, como la zona del hallazgo en el Levante espa-ol (MAESTRE, 2007). Crece de manera espontneaen grandes masas o cepellones, llamados atochas oesparteras, formando un ecosistema representativode la actividad humana asociada al aprovechamien-to de los recursos naturales locales. Se utilizan sustenaces hojas filiformes, de hasta 1 metro de longi-tud, en bruto o crudo; mazado, cocido o enriado,sometido a un procedimiento de extraccin de lasfibras celulsicas (ALFARO GINER, 1984).

    Por otro lado, el lino es una de las primeras y prin-cipales materias de la industria textil en Europadesde la Prehistoria. Su discutido origen puede seroriental o norteafricano, y habra penetrado en laEuropa templada a travs de la zona mediterrnea.El lino se cultiva en la Pennsula Ibrica como m-

    Arriba. Corte transversal de la fibra de esparto, con sus

    caractersticos tricomas. Fotografa: Carmen Martn de

    Hijas y Elena Gonzlez.

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    nimo desde el II milenio a.C. y al parecer fue culti-vado desde el primer momento con fines textiles,aunque tuviera otros aprovechamientos (ALFARO,1984). Es una planta herbcea de la que se conocenunas noventa especies diferentes, de las cuales al-gunas son silvestres y otras cultivadas. La domesti-cacin del lino se ha situado en los primerosmomentos del Neoltico, y entre las especies culti-vadas se encuentra el linum usitatissimum (ALFARO,

    1984). El lino tiene excelentes cualidades como ma-terial para la elaboracin de textiles, por lo que hasido utilizado sin interrupcin hasta la actualidad.

    Estado de conservacin del conjunto

    El hallazgo es excepcional, tanto por la cantidad dematerial conservado como por su buen estado deconservacin (SOLER et alii, 2008). Hasta el mo-mento son escasos los hallazgos de restos textilesde poca prehistrica en la Pennsula Ibrica, y anson menos los que se han podido conservar. Nor-

    malmente los vestigios de textiles arqueolgicos sehan conservado en forma de pseudomorfos, im-prontas sobre cermica, hueso, o pequeos frag-mentos adheridos a elementos metlicos. La exce-lente conservacin de este conjunto ha sidofavorecida por la presencia de esparto y ramas se-cas separando el cuerpo de la tierra y cubrindolohasta colmatar y sellar la cavidad. Adems de pro-piciar unas condiciones ambientales estables ymuy favorables para la conservacin, el esparto hadesecado de forma natural los restos orgnicos,permitiendo la mineralizacin de los tejidos huma-

    nos y la preservacin, en condiciones extraordina-rias, de los elementos textiles y orgnicos queacompaaban al difunto (JOVER et alii, 2008).

    La bolsa de esparto est incompleta, pero an pue-den contarse doce vueltas de pleita. Presenta variasreparaciones y cabos que no coinciden con reasde rotura y que suponemos son restos incomple-tos de elementos de suspensin, desgarros, prdi-das de materia, pleitas incompletas con fibras des-ordenadas y apelmazadas, reas pulverulentas ymanchas de distintas naturalezas.

    En el tejido de lino, los hilos conservan la forma,la torsin, y una moderada resistencia mecnica yflexibilidad, de lo que se desprende que no han su-frido un proceso muy severo de deshidratacin nide oxidacin. Sin embargo, el tejido como unidadmorfolgica presenta una elevada fragmentacin.Consta de 52 fragmentos de diversos tamaos: elms grande (F0) mide 415 x 255 mm y el ms pe-queo (F34) mide 6 x 5 mm. Es muy probable que

    esta fragmentacin se deba a la presencia de roe-dores en el hbitat en que se encontraba. Son ca-ractersticos de este tipo de deterioro los bordescortados y con perfiles redondeados que presentanmuchos fragmentos. Tambin se aprecian perfora-ciones circulares de pequeo tamao, posible-mente realizadas por insectos devoradores decelulosa.

    El tejido de lino presentaba una moderada y varia-da cantidad de suciedad superficial, a pesar de noproceder directamente del yacimiento, sino del

    montaje expositivo del museo. Un anlisis con elmicroscopio estereoscpico revel la presencia dedepsitos de tierra muy fina y fragmentos de racesy tallos de plantas, entre otros restos vegetales. To-dos estos materiales perifricos se han conservadosobre el tejido durante los aos en que ha estado al-macenado y expuesto y son, obviamente, de enor-

    Arriba. Imgenes de las fibras de lino vistas al microscopio estereoscpico. De izquierda a derecha: hilo de urdimbre, de trama

    e hilo de costura. Fotografa: Carmen Martn de Hijas y Elena Gonzlez.

    Arriba. Aspecto del tejido a su llegada al IPCE. Fotografa:

    Eduardo Seco.

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    me importancia para el estudio del conjunto. Enconsecuencia, durante el proceso de limpieza seextremaron las precauciones para no perder ni elms pequeo de los elementos citados, ya que ha-rn posible el estudio de la pieza por investigadoresde diversas disciplinas cientficas.

    El color que presenta la tela en la actualidad4 con-siste en tonos pardos y marrones, que pueden de-

    berse a mltiples factores de deterioro: la descom-posicin del cuerpo al que estaba asociado el tejido;las micciones, deposiciones y otros restos orgni-cos de la actividad de roedores y otros organismosdentro de la cueva, la degradacin biolgica por eldesarrollo de hongos, la impregnacin del tejidocon aguas conteniendo sales o compuestos mine-rales coloreados, o sustancias vegetales, como lostaninos, la oxidacin de las propias fibras de linodebida a su envejecimiento, etc.

    Tratamiento realizado a la bolsa de esparto

    La intervencin realizada se bas en el principio demnima de intervencin y mxima reversibilidad,devolviendo al objeto, en la medida de lo posible,la resistencia mecnica y aspecto formal.

    La bolsa forma parte de un conjunto, de un rito fu-nerario o de enterramiento y, a pesar del tiempotranscurrido desde su hallazgo y su historia comoobjeto de museo (embalaje, exhibicin, manipula-cin, etc.) se consider que parte de la suciedadque presentaba podra mantener restos originales

    del proceso histrico. En esta suciedad, de variasnaturalezas y presentaciones, se incluan las adhe-rencias minerales, las manchas oscuras, grasas otraslcidas de color miel, y las de naturaleza org-nica, probablemente restos o exudados del cuerpo;por lo cual se descart la limpieza hmeda o lava-do. Estos restos se analizaron en el Laboratorio deMateriales del IPCE mediante FTIR y GC/MS, resul-tando ser adherencias de carbonato clcico y ci-dos grasos y derivados del colesterol, indicativos derestos de grasas animales.

    Siguiendo estos principios, se realiz una ligera lim-pieza de los contaminantes ambientales superficia-les mediante cepillado y aspiracin suaves. Las evi-dencias orgnicas se fijaron a la superficieutilizando una resina acrlica en disolucin (ParaloidB72 al 1% en acetona o xileno), aplicada por goteoy/o pincel. El uso de un material acrlico permite unposible estudio posterior, ya que es fcilmente dis-cernible del original. Las reas con esparto pulveru-lento se consolidaron con adhesivo derivado de lacelulosa, mediante goteo (Klucel al 05% en agua o1/1 alcohol etlico/agua). No se ha reconstruido ocompletado el objeto de ninguna manera, solamen-

    te se ha protegido puntualmente con un tejido detul de polister, teido al tono, cosido con hilo deseda, para evitar nuevas prdidas de materia.

    Tratamiento realizado al tejido de lino

    Examinada la informacin tcnica e histrica quetenamos del conjunto, se procedi a identificar ydocumentar el estado inicial del tejido, ya que algu-nos de los procesos de conservacin y restauracinpodran conllevar ligeros cambios en su aspecto.Con la ayuda de brochas y pinzas se retiraron cui-

    dadosamente los depsitos de tierras, restos vege-tales y minsculos fragmentos de hueso, guardn-dolos en bolsitas y cajitas de polietileno para suestudio.

    Los textiles son materiales especialmente sensiblesal polvo y la suciedad presentes en el aire y en lassuperficies cercanas. Las partculas de polvo, el po-len, los compuestos metlicos o el holln (por ejem-plo) tienden a depositarse sobre los hilos y entreellos, formando un sustrato que favorece la conden-sacin de la humedad del aire y el depsito de com-puestos disueltos en ella (como algunos cidos o l-

    Arriba. Adherencias inorgnicas. Fotografa: Maribel He-

    rrez. Abajo. Adherencias de naturaleza orgnica sobre

    la bolsa. Fotografa: Maribel Herrez.

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    calis). La suciedad tambin favorece el desarrollo demicroorganismos y el ataque de insectos, entre otros

    problemas que comprometen la conservacin de losobjetos. La limpieza constituye por ello el procesoconservativo por excelencia5. Se trata de un procesoirreversible que depende, en la mayora de los casos,de la actitud crtica de la persona que la realiza, porlo que debe ser bien premeditada y planificada.

    En este tejido se ha llevado a cabo una limpiezamuy somera de los fragmentos que presentabanbuena resistencia mecnica; sta ha consistido enla aspiracin a baja potencia y suave cepillado conbrocha. Algunos de los trocitos de tejido slo se ce-pillaron suavemente, y a una parte de ellos, debidoa su minsculo tamao, su mal estado de conser-vacin, o a tener adheridos restos de materia org-nica (trocitos de hueso, etc.), no se les ha realizadoninguna limpieza.

    En algunos fragmentos se ha considerado oportunoestirar los pliegues o arrugas severas que presenta-ban para poder medirlos y analizarlos. Esta accintambin es conveniente para mejorar su conserva-cin, porque las fibras textiles se fatigan en las lne-as de pliegue, produciendo a largo plazo cortes enla tela. Para este proceso se utiliz humedad pro-yectada en forma de vapor fro generado con ultra-sonidos, y alfileres entomolgicos para sujetar lapieza en la posicin adecuada durante el secado.No se aplic peso sobre los fragmentos para noaplastar los hilos. Tampoco se llev a cabo una ali-

    neacin muy exhaustiva del tejido, sino slo el des-plegado y la atenuacin de las arrugas, que se hanconsiderado elementos documentales. Debido alestado tan fragmentario y al pequeo tamao de lamayora de los fragmentos, no nos ha sido posiblereconstruir la morfologa original de la pieza, ni si-quiera parcialmente.

    Del conjunto formado por los 52 fragmentos, se es-cogi el denominado F0 para incluir en el conjuntofunerario exhibido con ocasin de la exposicinmencionada ms arriba (Elda, 2008-2009) en repre-sentacin del tejido completo, porque es el frag-

    Arriba. Detalle del proceso de consolidacin. Tul de po-

    lister e hilo de seda. Fotografa: Maribel Herrez.

    Arriba. Fragmento 9 despus del alineado. Fotografa:

    Margarita Acua.

    Arriba. Consolidacin del fragmento 10: se ha colocado

    el soporte de lino debajo y el tul de seda encima. Los

    hilos de algodn tendidos de un lado a otro sealan la

    trayectoria de las lneas de fijacin. Fotografa: Marga-

    rita Acua.

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    mento de mayores dimensiones y porque su estadode conservacin lo permita. Pero era necesario lle-

    var a cabo un proceso de consolidacin para prote-gerlo y dotarlo de una mayor resistencia mecnica.Para conseguir ambos fines, se decidi encapsularloentre dos tejidos: uno hara de soporte, por lo que

    deba ser resistente, y otro de proteccin superficial,por lo que deba ser muy ligero y casi transparente.

    Se eligi para el soporte una tela de lino 100% enligamento tafetn, el mismo que el tejido original.ste se ti con tintes sintticos de la marca CIBA

    Arriba izquierda. Embalaje de los fragmentos 1-52. Fotografa: Margarita Acua.

    Arriba derecha. Embalaje en caja de conservacin. Fotografa: Margarita Acua.

    Arriba. Imagen final de la bolsa y el tejido montado sobre ella. Fotografa: Eduardo Seco.

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    GEIGY con el propsito de que la reintegracin cro-mtica pasase desapercibida. Sobre el soporte y eloriginal se coloc un tul de seda natural 100%, en-tonado cromticamente con tintes de la mismaprocedencia. Ambos tejidos se unieron entre s a lolargo del permetro exterior, y bordeando las lagu-nas, con puntadas de hilo de seda teido con lostintes citados, dejando el original dentro del encap-sulado. Adems de la sujecin perimetral, se reali-

    zaron lneas de fijacin horizontales (en sentido tra-ma) para sujetar el original a su soporte. Se procurque la aguja pasase entre los hilos y que no los atra-vesase de no ser necesario. Finalizada la consolida-cin, el fragmento F0 se coloc en el cuadrante su-perior izquierdo de la bolsa-estera de esparto, deforma similar a como figura en la fotografa propor-cionada por el Museo de Elda, y se sujet a la mis-ma con pequeas puntadas de hilo de seda paraque no se mueva durante el transporte y la mani-pulacin del conjunto.

    Los dems fragmentos de tejido (51) se guardaronen cajas de poliestireno (PS), sobre una cama de es-puma de polietileno (PE) en la que se recort la for-ma de cada uno de ellos para que no pudieran mo-verse durante la manipulacin. Todas las cajas dePE se guardaron a su vez en una caja de cartn deconservacin de calidad de museo.

    Como medida de conservacin preventiva, la prin-cipal aportacin a la hora de conservar el conjuntoha sido la realizacin de un soporte especfico. Laestera se sujeta sobre ste con hilo de seda, y per-

    mite la manipulacin, estudio o exhibicin del con-junto sin necesidad de tocarlo. Realizado con ma-teriales inertes (espuma de PE, fieltro de polister,PVA y tejido de lino), se recomienda manipularlocon guantes, para evitar los depsitos de suciedad.

    La intervencin realizada en el IPCE permite la ex-posicin del conjunto con todos los elementos quelo forman, siempre que se mantengan unos par-metros medioambientales adecuados. El tratamien-to llevado a cabo proporciona a la bolsa y al textilla suficiente resistencia mecnica como para poder

    disponer sobre ellos los restos seos y de ajuar con-servados, haciendo posible una recreacin o inter-pretacin ms correcta del conjunto.

    Conclusin

    Las dificultades de conservacin de los textiles pre-histricos no nos han permitido tradicionalmenteestablecer la medida de su presencia, el repertorioformal y tipolgico, o el volumen y alcance geogr-fico de su produccin, entre otros aspectos que re-sultan de gran significacin para el conocimientode las sociedades anteriores a la escritura. Con el

    estudio, la conservacin y el reconocimiento porparte de toda la sociedad del valor documental quetienen los tejidos prehistricos, podremos desvelaralgn da los secretos que guardan y conocer anmejor las culturas que los crearon.

    Agradecimientos

    B. Santamarina, P. Borrego, E. Gonzlez, Dr. A. M. Poveda yDr. A. U. Acua.

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    Notas

    1 Extrado del Informe-Estudio arqueolgico del enterramientocon restos textiles de la cueva n 9 del yacimiento de la Edaddel Bronce de Monte Boln (Elda, Alicante), redactado por elDr. A. M. Poveda Navarro, Director del Museo Arqueolgico deElda, y entregado al Servicio de Bienes Muebles del IPCE paradocumentar el conjunto previamente a su intervencin.

    2 La determinacin de la trama y la urdimbre ha sido arbitrariaporque, como hemos sealado, no se ha conservado ningunaevidencia de orillo ni otro tipo de borde (flecos, por ejemplo).Adems, los hilos horizontales y verticales parecen de idnticafactura (materia, grosor, torsin). Como la densidad del hilo porcm es ligeramente mayor en una de las direcciones, coincidien-do con el lado ms largo del tejido y con la vertical en la formaen que se haba colocado sobre la bolsa-capazo, se le atribuy aesta hilatura la denominacin de urdimbre. Y se consider quelos hilos transversales, que presentan menor densidad (10 porcm), son las pasadas de trama.

    3 Carmen Alfaro describe dos nicos ejemplares en la Pennsularealizados con telar de placas, que proceden del yacimiento deEl Cigarralejo en Mula (Murcia).

    4 El color natural del lino es blanco y su blancura se incrementacada vez que se lava (ALFARO, 1984).

    5 Segn las definiciones adoptadas por el ICOM-CC en la XV a

    Conferencia Trianual (Nueva Delhi 2008), la limpieza se englobadentro de la llamada conservacin curativa, que se define comotodas aquellas acciones aplicadas de manera directa sobre unbien o un grupo de bienes culturales que tengan como objetivodetener los procesos dainos presentes o reforzar su estructura.Estas acciones slo se realizan cuando los bienes se encuentranen un estado de fragilidad notable o se estn deteriorando a un

    ritmo elevado, por lo que podran perderse en un tiempo relati-vamente breve. Estas acciones a veces modifican el aspecto delos bienes.