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1 MEDICINA TRANSFUSIONAL: USO DE HEMODERIVADOS Dr. Cristián Cortés Z. MV Colaborador Docente Departamento de Patología Animal Universidad de Chile Director Médico VETBlood Banco de Sangre Veterinario [email protected] www.vetblood.cl RESUMEN El propósito de esta revisión es entregar al lector una visión de la medicina transfusional de animales menores y una aproximación para integrarla en la práctica privada de cada uno, basado en una revisión de la literatura humana y veterinaria de los últimos años. El principal uso de los componentes de la terapia sanguínea requiere el conocimiento de los grupos de sangre caninos y felinos, los medios para minimizar el riesgo de reacciones adversas e incluyendo el uso de donantes adecuados. Dos medios de laboratorio disponibles para evitar las reacciones transfusionales es el uso de crossmatching y cartillas de tipificación. El riesgo de reacciones transfusionales es alto en perros y gatos, la decisión de transfusión y el tipo de producto a administrar depende de diversos factores, tales como, el tipo de anemia y el tamaño del animal. En conclusión, la medicina de terapia transfusional a llegado a ser de mayor uso en medicina de pequeños animales, el aumento de su uso por parte de los clínicos, el aumento de la demanda y oferta de insumos, los programas de donantes y la disponibilidad de componentes sanguíneos han determinado su beneficio dentro del ámbito de la medicina veterinaria. SUMMARY The purpose of this review is to provide the reader an updated overview of animal transfusión medicine, and an approch to integrating it into private practice, based on a review of the veterinary and human literatura of the last years. The safe use of blood component therapy requires knowledge of blood groups, the means to minimize the risk of adverse reactions and including the use of proper donors. The two assays available to the laboratory are crossmatching and blood typing. The risk of adverse reactions is high in dogs and cats, the decision to transfuse and the type of product to administer depend on several factors, such as the type of anemia and the size of the animal. In conclusion, transfusion medicine has become more feasible in small animal practice, with improved access to blood product, the purchase of blood bank products, donor programs, and the availability of blood component have determinity his benefice in the veterinary medicine. PALABRAS CLAVES Sangre entera, hemoderivados, glóbulos rojos, plasma fresco congelado, reacción transfusional INTRODUCCIÓN La donación de sangre constituye el lado humano y social de la transfusión. Desde esta perspectiva los diferentes estamentos de la sociedad tienen un rol fundamental al difundir el mensaje de bienestar que lleva implícito este gesto. La transfusión de sangre o de sus derivados se ha convertido en una parte imprescindible en el campo de la

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MEDICINA TRANSFUSIONAL: USO DE HEMODERIVADOS Dr. Cristián Cortés Z. MV Colaborador Docente Departamento de Patología Animal Universidad de Chile Director Médico VETBlood Banco de Sangre Veterinario [email protected] www.vetblood.cl

RESUMEN

El propósito de esta revisión es entregar al lector una visión de la medicina transfusional de animales menores y una aproximación para integrarla en la práctica privada de cada uno, basado en una revisión de la literatura humana y veterinaria de los últimos años. El principal uso de los componentes de la terapia sanguínea requiere el conocimiento de los grupos de sangre caninos y felinos, los medios para minimizar el riesgo de reacciones adversas e incluyendo el uso de donantes adecuados. Dos medios de laboratorio disponibles para evitar las reacciones transfusionales es el uso de crossmatching y cartillas de tipificación. El riesgo de reacciones transfusionales es alto en perros y gatos, la decisión de transfusión y el tipo de producto a administrar depende de diversos factores, tales como, el tipo de anemia y el tamaño del animal. En conclusión, la medicina de terapia transfusional a llegado a ser de mayor uso en medicina de pequeños animales, el aumento de su uso por parte de los clínicos, el aumento de la demanda y oferta de insumos, los programas de donantes y la disponibilidad de componentes sanguíneos han determinado su beneficio dentro del ámbito de la medicina veterinaria.

SUMMARY

The purpose of this review is to provide the reader an updated overview of animal transfusión medicine, and an approch to integrating it into private practice, based on a review of the veterinary and human literatura of the last years. The safe use of blood component therapy requires knowledge of blood groups, the means to minimize the risk of adverse reactions and including the use of proper donors. The two assays available to the laboratory are crossmatching and blood typing. The risk of adverse reactions is high in dogs and cats, the decision to transfuse and the type of product to administer depend on several factors, such as the type of anemia and the size of the animal. In conclusion, transfusion medicine has become more feasible in small animal practice, with improved access to blood product, the purchase of blood bank products, donor programs, and the availability of blood component have determinity his benefice in the veterinary medicine.

PALABRAS CLAVES

Sangre entera, hemoderivados, glóbulos rojos, plasma fresco congelado, reacción

transfusional

INTRODUCCIÓN

La donación de sangre constituye el lado humano y social de la transfusión. Desde esta perspectiva los diferentes estamentos de la sociedad tienen un rol fundamental al difundir el mensaje de bienestar que lleva implícito este gesto. La transfusión de sangre o de sus derivados se ha convertido en una parte imprescindible en el campo de la

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medicina veterinaria de pequeños animales. El incremento de los accidentes, la creación de unidades de medicina intensiva, y las importantes necesidades de algunos pacientes enfermos que antes eran considerados irrecuperables son algunos de los elementos que han provocado esta demanda creciente de sangre. Estos y otros problemas también han hecho aumentar extraordinariamente las necesidades de derivados de la sangre (plasma, concentrados de células, plaquetas, crioprecipitados, etc.).

Los componentes sanguíneos utilizados en el medio nacional son principalmente glóbulos rojos y plasma fresco congelado en caninos, para el caso de los felinos por el bajo volumen recolectable y la carencia aún de material adecuado es sólo posible obtener sangre entera. El clínico debe decidir primero si realmente es necesario tratar al paciente con una transfusión. Esta decisión no debe basarse sólo en números, sino en una evaluación precisa del estado general del paciente. Una de las medidas más importantes para reducir reacciones transfusionales es evitar la administración innecesaria de productos sanguíneos.

Una vez tomada la decisión de instaurar una transfusión, es preciso elegir cuidadosamente el hemoderivado necesario. Estudios recientes en humanos y animales registran una reducción notable en el uso de sangre completa y un incremento concurrente en el uso de hemoderivados específicos. El empleo de hemoderivados permite tratar más eficaz y específicamente varios trastornos. Además para minimizar las reacciones transfusionales es esencial que sea apropiada la elección de los donantes la extracción, preparación, almacenamiento y administración de los hemoderivados. Las transfusiones de sangre entera y sus derivados se han convertido con el paso del tiempo en una valiosa herramienta de trabajo para el tratamiento de caninos y felinos que cursan con alguna patología de base que involucre un cuadro de anemia, deficiencia de proteínas plasmáticas o factores de la coagulación; y han aumentado porque la disponibilidad de productos sanguíneos, el afán de desarrollo de los médicos veterinarios y la tecnología utilizada en su obtención son cada vez más sofisticadas, y pese a que, con un adecuado manejo médico pueden ser de gran ayuda no se encuentran libres de riesgo.

HISTORIA

La importancia de las transfusiones de sangre en medicina humana se remonta a la época de griegos y romanos los cuales bebían sangre para curar los cuadros de epilepsia. En el siglo XV y XVI se decía que el beber sangre mantenía la juventud, los primeros reportes de aplicación de sangre endovenosa se remontan a la segunda guerra mundial y al descubrimiento del grupo sanguíneo ABO (Morrissey, 2000). Históricamente los médicos veterinarios han mantenido algún perro en su clínica el cual han utilizado como donante, no obstante, los primeros antecedentes de transfusiones sanguíneas entre caninos se relacionan al siglo XVII. En 1950 Swisher demostró las técnicas de terapia transfusional y su clasificación de grupos sanguíneos. La recientemente fundada Asociación de Hematología y Medicina Veterinaria Transfusional estableció los estándares para el funcionamiento de bancos de sangre veterinario usando los estándares de la Asociación Americana de bancos de sangre humanos (Lanevschi y Wardrop, 2001).

REQUISITOS PARA DONAR SANGRE Cada canino y felino que esté por ingresar al grupo de donantes debe cumplir con una serie de requisitos básicos (tabla 1) para poder entregar su sangre con fines terapéuticos, y a la vez autoexclusiones (tabla 2), ya que, al administrar algún componente sanguíneo errado o deficiente puede generar graves trastornos en el receptor, incluyendo incluso la muerte (Hale, Lucas, Lent, 2004).

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Tabla 1. Requisitos de caninos y felinos para ser donante de sangre.

REQUISITO CANINOS FELINOS

Edad 1-8 años 1-8 años

Peso > 25 kg > 4 kg

VGA 40 % 35 %

Carácter dócil dócil

Estado sanitario Clínicamente sano Clínicamente sano

Vacunas Sextuple + Antirrábica Triple + Antirrábica +

Leucemia

Serología Brucela, Erlichia,

Distemper, Leptospira (-)

FeLv, FIv, Micoplasma,

Coronavirus

Frecuencia Máximo 4 veces al año Máximo 4 veces al año

Período mínimo entre

donaciones

2 meses 2 meses

Tabla 2. Autoexclusiones de caninos y felinos para ser donante de sangre.

GRUPOS SANGUÍNEOS Unos de los puntos críticos que limitan los procesos de transfusión sanguínea se relacionan con la existencia de grupos sanguíneos diferentes entre los mismos individuos tanto caninos como felinos. Se define como grupo sanguíneo a aquellos antígenos que corresponden a glicoproteínas o glicolípidos que se expresan sobre la membrana de los hematíes, siendo los mismos específicos de especie, y aloanticuerpos a los anticuerpos dirigidos contra antígenos presentes en otros individuos de la misma especie animal (Alonso Diez Rejas López; González Montaña;, 1997). Cuando en el plasma de un individuo se observa la presencia de aloanticuerpos anti-antígenos eritrocitarios sin haber existido sensibilización previa, como por ejemplo podría ocurrir en una transfusión anterior, se habla de aloanticuerpos naturales. Estos aloanticuerpos naturales se sintetizan frente a sustancias presentes en la naturaleza muy similares estructuralmente al antígeno eritrocitario con el que reacciona el aloanticuerpo, usualmente estas sustancias provienen de plantas o bacterias (Alonso Diez; Rejas López; González Montaña, 1997).

AUTOEXCLUSIÓN CANINOS FELINOS

Vagabundeo � �

Reproductivamente

entero

� �

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Si bien la presencia o ausencia del grupo dog eritrocitary antigen (DEA), últimamente denominado “A” determina el tipo de grupo sanguíneo de un individuo, hoy por hoy, se reconocen 13 grupos DEA. De aquellos, 8 son considerados estándares internacionales (DEA 1.1, 1.2, 3, 4, 5, 6, 7, 8). El tipo de sangre universal canina varía drásticamente, ya que, esto se ha basado en una teoría individual, investigaciones de laboratorio, experiencia clínica o una combinación de ellas (Beal, 2004). El grupo sanguíneo más importante desde el punto de vista transfusional, por ser muy inmunógeno y poseer la actividad antigénica más importante de todos los antígenos eritrocitarios caninos es el grupo DEA 1.1 (-). Los gatos poseen un único sistema de grupo sanguíneo de interés, con tres fenotipos A, B, AB. Estos fenotipos tienen origen en dos alelos de un mismo gen, A y B, siendo A dominante sobre B. En general, la mayor parte de los gatos son A, unos pocos son B y muy raramente son AB (Beal, 2004).

ADMINISTRACIÓN DE COMPONENTES SANGUÍNEOS Y SUS INDICACIONES

Toda transfusión produce una mejoría transitoria en la condición del paciente. Si este no es capaz de reponerse del déficit de componentes en forma endógena, puede ser necesario realizar más de una transfusión. Siempre se debe tener en cuenta que las transfusiones atenúan la respuesta fisiológica a la deficiencia de constituyentes sanguíneos, por ejemplo, en un paciente con baja abrupta de volumen globular aglomerado (VGA) produce hipoxia tisular que a su vez estimula la producción de eritropoyetina, esto produce un aumento por parte de la medula de la producción de reticulocitos. En un paciente de este tipo, la transfusión produce un retardo en la respuesta de producción de reticulocitos. Por esta razón debemos hacernos algunas preguntas para calificar a aquellos pacientes que requieren transfusión sanguínea (Morrissey, 2000).

1.- Es la transfusión realmente necesaria ? 2.- Cual es la necesidad particular del paciente ? (en relación al hemoderivado que se requiere transfundir). La terapia transfusional hoy por hoy procura administrar a cada paciente sólo los

componentes de la sangre que le hacen falta en lo que hoy se denomina “terapia de los componentes”, lo que trae consigo la disminución del riesgo de obtener efectos adversos, lo que implicará el máximo de rendimiento en cada donación de sangre. Gracias a la existencia de unidades dobles, triple y cuádruples es posible mediante centrifugación la obtención de derivados sanguíneos como plasma fresco y concentrado de hematíes; plaquetas, crioprecipitado, criodeprivado, leucocitos y neutrófilos los cuales aún no se utilizan en nuestro medio. De esta forma con una unidad de sangre se pueden tratar tres patologías diferentes (Morrissey, 2000).

SANGRE ENTERA FRESCA

La sangre completa es aquella unidad obtenida a partir de un donante y que se

compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas, factores de la coagulación, y proteínas plasmáticas incluyendo albúmina y antitrombina III. La sangre fresca se indica cuando se presentan alteraciones de la coagulación acompañadas de anemia y/o pérdida de sangre, sin éxito en la reposición del volumen circulante y/o capacidad del transporte de oxígeno por parte del paciente. La transfusión con sangre entera fresca está contraindicada en pacientes con volumen globular aglomerado (VGA) normal o policitemia, (aunque sea relativa), ya que se debe evitar la sobrecarga de volumen. Debe tenerse siempre presente que administrar grandes volúmenes de fluidos asociados a una transfusión sanguínea puede ser riesgoso en pacientes con algún grado de insuficiencia cardiaca o renal (Prittie, 2003).

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Al iniciarse una transfusión sanguínea, debe monitorearse al paciente los primeros 15 a 20 minutos, para observar signos de incompatibilidad. Si no ocurre reacción durante este tiempo, la unidad puede administrarse en 2 a 3 horas, La transfusión siempre debe completarse antes de 4 horas, de forma de minimizar el riesgo de infección bacteriana. La sangre entera fresca debe administrarse antes de 8 a 12 horas de colectada, ya que las plaquetas y algunos factores de coagulación se inactivan con rapidez al encontrarse la sangre almacenada. Cuando se administra sangre fresca, el aumento esperado en el VGA es aproximadamente la mitad del esperado al administrar el mismo volumen de concentrado de glóbulos rojos (Chiaramonte, 2004). En el canino es obtenida en una unidad estéril con anticoagulante en una cantidad aproximada de 450 mL. en perros y 40 ml. en gatos, la cual se conserva entre 1 a 6º C durante 28 a 32 días. Las desventajas en su uso se relacionan con el insuficiente tiempo para completar sus análisis y el riesgo de sobrecarga circulatoria si se administra para reemplazo de factores en un paciente que no está sangrando activamente. Hoy por hoy el uso de sangre fresca está completamente desaconsejado dado la falta de tiempo para completar los análisis de laboratorio, la disponibilidad limitada de donantes y la utilización más eficiente de los componentes sanguíneos. El uso de sangre fresca probablemente está limitado a aquellas partes del mundo en la que los servicios de transfusión no están desarrollados completamente (Prittie, 2003).

Su uso se relaciona principalmente a cuadros de hemorragia con grandes pérdidas de volumen dado por traumatismos, severos cuadros de coagulopatías, algunos casos de coagulopatía intravascular diseminada y trombocitopenia (Chiaramonte, 2004).

En el felino una unidad contiene entre 40 a 50 mL de sangre, y dado los bajos volúmenes a extraer es que son usualmente transfundidos con sangre entera ya que aún en nuestro medio no contamos con los implementos para obtener hemoderivados (Chiaramonte, 2004).

CONCENTRADO DE GLÓBULOS ROJOS

Es aquel que se recolecta a partir de una unidad de sangre y separada del plasma en una unidad doble, triple o cuádruple y que es sometida a proceso de centrifugación o sedimentación, generalmente corresponde a 300 ml. en caninos, está formado por un 90% de células y 10% de plasma, se conserva entre 1 a 6º C. durante 28 a 32 días; con soluciones preservantes puede durar hasta 42 días. Este hemoderivado posee un VGA de 70- 80 % y para su utilización deben ser resuspendidas en 100 mL de solución salina al 0,9 % (HEMOPET, 1991).

La administración del concentrado de glóbulos rojos incrementa el volumen de eritrocitos circulante y la capacidad consiguiente de transporte de oxígeno, por lo que es de extrema utilidad en aquellos pacientes anémicos sin pérdidas masivas de volumen. El concentrado de glóbulos rojos debe utilizarse solo cuando otros tratamientos no pueden reemplazar el volumen o la capacidad de transporte de oxígeno (VIN, 2006).

Los pacientes candidatos a transfusión de concentrado de glóbulos rojos incluyen: hemólisis, pérdida de sangre por trauma, anemia por producción deficiente de eritrocitos, alteraciones de la médula ósea, anemias no regenerativas o anemia hemolítica autoinmune. En aquellos pacientes con pérdida de sangre severa y aguda debe determinarse adicionalmente la concentración de hemoglobina y la presión sanguínea, de forma de determinar si es necesaria la transfusión inmediata de glóbulos rojos o se requiere de fluidoterapia previa. En pacientes con anemia crónica, el VGA es una medición razonable para estimar el conteo eritrocitario. Aunque en líneas generales el requerimiento de transfusión depende en un mayor porcentaje de la apariencia clínica del paciente más que del VGA (VIN, 2006).

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Como regla general, 1 ml/Kg. de concentrado de glóbulos rojos aumentaría el VGA en 1 a 1,5% en ausencia de hemorragia activa. El ritmo de infusión varía, pudiendo utilizarse velocidades de infusión mayor en pacientes hipovolémicos. En aquéllos pacientes con volúmenes sanguíneos normales, la velocidad de infusión no debe superar los 10 ml/Kg/hr, monitorizando siempre los primeros 15 minutos para prevenir reacciones de incompatibilidad (HEMOPET, 1991).

La sangre puede ser entibiada con agua tibia antes de la transfusión, pero nunca debe utilizarse una temperatura mayor de 40ºc, ya que se produce ruptura celular. Su uso ha crecido en el último tiempo debido a su disponibilidad terapéutica, además de minimizar en el paciente la exposición a factores innecesarios y reducir el riesgo de reacciones adversas (VIN, 2006).

PLASMA FRESCO CONGELADO

Es aquel que se recolecta a partir de una unidad de sangre y separado de los glóbulos rojos, en una unidad doble, triple o cuádruple y que es sometida a proceso de centrifugación el cual se debe realizar antes de 6 a 8 hrs. de haber sido extraído, para preservar los factores de la coagulación se conserva entre -18 a – 30º C durante un año, generalmente corresponden a 150 a 200 ml. en caninos (HEMOPET, 1991).

El plasma fresco congelado carece de plaquetas, pero contiene niveles terapéuticos de factor de von Willebrand’s, II, VII, IX y X, incluyendo el V y el VIII. Se requieren aproximadamente 10 a 20 ml/Kg. de plasma fresco congelado para reemplazar factores de coagulación, en el caso de sangramiento persistente puede incluso requerirse un volumen mayor. El plasma no debe utilizarse como fuente de proteínas plasmáticas, para ese efecto son más recomendables los dextranos y hetastarch (VIN, 2006).

El plasma fresco se recomienda para aquellos pacientes con desordenes hemostáticos primarios o adquiridos, en los que se necesita el reemplazo de muchos factores. El uso más frecuente está dado para aquellos pacientes que están cursando con cuadros de Coagulación intravascular diseminada o insuficiencias hepáticas o intoxicación con rodenticida, además su uso se relaciona como suplemento para diversas enfermedades que cursan con deficiencia de proteínas, tales como, alteraciones adquiridas o congénitas de los factores de la coagulación, como por ejemplo, deficiencia de factor de von Willebrand’s, hemofilia A y hemofilia B, producto de fallas en el hígado, Su transfusión es capaz de reemplazar proteínas con capacidad hemostáticas, pero minimiza los riesgos de sensibilización por el uso de glóbulos rojos o sobrecarga de volumen si fue usada la sangre entera. Habitualmente se necesitan grandes volúmenes de PFC para alcanzar niveles hemostáticos de los factores de coagulación disminuidos, ya que ninguno de ellos está concentrado. El riesgo de sobrecarga circulatoria es, por tanto, el más importante factor limitante en el uso de PFC (HEMOPET, 1991; VIN, 2006).

PLASMA FRESCO Es aquel que es obtenido a partir de una unidad de sangre entera y separado de

las células rojas dentro de 6 a 8 hrs. de extraído y usado durante las primeras 24 hrs. Es obtenido mediante centrifugación a alta revolución (Bateman, 2005).

PLASMA CONGELADO Es aquel que es obtenido a partir de una unidad de sangre entera y separado de

las células rojas dentro de 6 a 8 hrs. de extraído y que es almacenado y congelado más allá de un año y hasta 5 años (Bateman, 2005).

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CRIOPRECIPITADO Es aquel que es obtenido a partir de una unidad de sangre entera y separado de

las células rojas y obtenido de la congelación rápida y descongelación lenta de unidad de plasma fresco congelado, corresponden a 10 a 20 ml. en caninos, contiene proteínas plasmáticas y se conserva congelado durante un año rico. Es rico en F VIII y vWF, fibrinógeno y fibronectina (HEMOPET, 1991).

El crioprecipitado se utiliza para el tratamiento de la hemofilia A y la enfermedad de von Willenbrand. La dosis del crioprecipitado está estimada en unidades. En general una unidad es transfundida para 10 a 20 Kg. de peso corporal, aunque pueden requerirse unidades adicionales (Bateman, 2005).

PLAQUETAS Las plaquetas pueden administrarse en sangre fresca, plasma rico en plaquetas y concentrado de plaquetas. El uso de sangre fresca y plasma rico en plaquetas debe desaconsejarse ya que, generalmente, se necesitara de un gran volumen para alcanzar un nivel hemostático plaquetario, y es probable que se produzca sobrecarga circulatoria antes que dicho nivel sea alcanzado, además de las posibles reacciones transfusionales que se pudiesen presentar (Bateman, 2005).

El plasma rico en plaquetas se obtiene por centrifugado a baja velocidad de una unidad de sangre fresca, una unidad de concentrado de plaquetas se obtiene de una unidad de plasma rico en plaquetas, por centrifugación a mayor velocidad para precipitar las plaquetas. Los concentrados de plaquetas se almacenan a temperatura ambiente (22° C) por un máximo de 72 a 120 horas, almacenamiento por periodos más largo o más baja temperatura implica acortar la vida de las plaquetas transfundidas. Su uso se relaciona con el tratamiento de sangrado excesivo causado por trombocitopenia y disfunción plaquetaria (HEMOPET, 1991).

REACCIONES POST TRANSFUSIONALES

La transfusión de hemoderivados se ha convertido en un componente integral del tratamiento en medicina veterinaria, aunque en general se les considera seguras, no están exentas de riesgos. La incidencia de las reacciones transfusionales pueden reducirse simplemente con la aplicación de los productos sanguíneos adecuados (Kristensen, 1995).

Con transfusiones casuales de sangre en perros hay un 30 a 40% de posibilidades de isoinsensibilización del receptor, principalmente al antígeno del grupo sanguíneo DEA 1.1 (-). En los perros y gatos puede ocurrir sensibilización transplacentaria de la hembra por un antígeno fetal incompatible heredado del macho. La sensibilización también puede ser resultado directo de algunas vacunaciones. La sensibilización previa del receptor puede ser descubierta por determinaciones de compatibilidad, que impedirán que se administre sangre incompatible (Kristensen, 1995).

PRUEBAS DE COMPATIBILIDAD: Es esencial, sobre todo, si se va a realizar transfusiones repetidas. En estos pacientes todos los ensayos negativos deben ser sometidos a una prueba de antiglobulinas (prueba de coombs). Las pruebas de compatibilidad revelarán anticuerpos hemaglutinantes y hemolíticos dependientes de solución salina y de suero. La prueba mayor confronta la sangre con anticoagulante

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(eritrocitos) del donantes y el suero del receptor, la prueba menor se confrontan eritrocitos del receptor con suero del donante (Kristensen, 1995).

Tabla 3. Clasificación general de las reacciones transfusionales

Agudas

INMUNOMEDIADAS NO INMUNES

Inmunógeno Signos Causa Signos

Glóbulos

Rojos

Hemólisis

(intra o

extravascular)

fiebre, anafilaxia

hipotensión

apnea, shock

Contaminación

Recolección

inapropiada

Sobrecarga de

volumen

Micro

coagulación

Sepsis,

infección

Hemólisis

Emésis

edema, disnea

Disnea

Emésis

taquicardia

trombosis

Plaquetas,

sangre entera

Fiebre, emésis

Proteínas

Plasmáticas

Urticaria,

edema, prurito

Tardías

Glóbulos rojos Acortamiento de

la sobrevida de

los glóbulos

rojos, hemólisis

Donantes

infectados

Transmisión de

enfermedades

(viral, parásitos)

plaquetas Trombocitopenia

Una reacción transfusional inmunológica aguda es aquella causada por la

respuesta que ocurre cuando se incorpora sangre de un grupo distinto a la del receptor previamente sensibilizado. Para el caso de los gatos se relaciona con la administración de sangre tipo A a un gato tipo B los cuales tienen potentes anticuerpos anti A, lo que genera una rápida destrucción de los glóbulos rojos y la consecuente muerte en 1 a 2 hrs. Si bien en perros una primera transfusión generalmente no produce muerte, si un receptor DEA 1.1 negativo es transfundido en más de una ocasión con sangre de un donante DEA 1.1 positivo, anticuerpos a DEA 1.1 en el plasma del receptor podrían causar la hemólisis de los glóbulos rojos transfundidos (Beal, 2004).

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La signología presente generalmente se relaciona con taquicardia, taquipnea, hipotensión, vómitos, colapso, ictericia, fiebre, urticaria, shock, temblor muscular, convulsiones, anafilaxis al análisis de laboratorio hemoglobinemia, hemoglobinuria, bilirrubinemia o bilirrubinuria, pudiendo llegar incluso a la muerte del paciente. Se menciona que rara vez se presenta la muerte de los pacientes en una primera transfusión. Una de la s razones por las que el perro resiste una transfusión incompatible es que su riñón normalmente excreta grandes cantidades de hemoglobina con poca o ninguna manifestación de malestar, lo cual no sucede con el hombre. De todas maneras, ha de tomarse las precauciones necesarias (Beal, 2004).

Dentro de las reacciones transfusionales no inmunológicas agudas tenemos la hipocalcemia causada por la toxicidad del citrato de la solución anticoagulante, septicemia por contaminación bacteriana de la unidad, vómitos, distress respiratorio, microcoagulación de la vía endovenosa. Sobrecarga circulatoria, disfunción hepática, administración rápida de sangre (los gatos toleran mal los anticoagulantes), sepsis, transmisión de enfermedades infecciosas o parasitarias. Por lo general el proceso de hemólisis no inmunológica se debe a la transfusión de eritrocitos alterados dado por un mal manejo de los manipuladores con respecto a la unidad provocando hemólisis de baja intensidad y asintomáticas. La hemólisis inmunológica intravascular es de aparición retardada y muy frecuente, disminuyendo el número de hematíes viables y por tanto el beneficio de la transfusión (Kristensen, 1995).

Reacciones transfusionales inmunológicas tardías se producen por el desarrollo de anticuerpos que podrían acortar la vida media de los glóbulos rojos transfundidos en una siguiente transfusión luego de 3 a 5 días hasta 2 semanas de haber realizado la primera. Síntomas: pirexia, anorexia, ictericia, bilirrubinuria (Prittie, 2003).

Reacciones transfusionales no inmunológicas tardías se presentan por la transfusión de sangre o sus derivados que se encuentran contaminados con agentes infecciosos como por ejemplo virus de la Leucemia (FeLV), virus de la inmunodeficiencia (FIV) en felinos o Brucella y Erlichia en caninos (Brooks, 2003).

En pacientes transfundidos, es importante ser muy cuidadoso con el monitoreo durante la terapia ya que de ello depende la detección de reacciones agudas que puedan comprometerlos. Es trascendental monitorear parámetros tales como: temperatura, presión, pulso, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, coloración de mucosas cada 5 minutos los primeros 15 a 30 minutos de iniciada la transfusión y luego cada 15 minutos por el resto de la transfusión. Si se presenta algún signo de reacción hemolítica aguda debe detenerse inmediatamente la transfusión. Si se presentara alguna reacción no hemolítica, como fiebre y leve compromiso cardiovascular o respiratorio debe reducirse la velocidad de infusión o bien detener la transfusión por algunas horas hasta la desaparición de la signología y luego volver a iniciar el procedimiento. Si la fiebre se mantiene o empeora la transfusión debe suspenderse (Lanevschi y Wardrop, 2001).

PREVENCIÓN DE LAS REACCIONES TRANSFUSIONALES

La necesidad específica de transfundir a un paciente está correlacionada con la patología de base del mismo. La autotransfusión puede utilizarse para determinados protocolos clínicos siendo un procedimiento seguro al momento de evitar problemas de sensibilización, pero no elimina reacciones causadas por una recolección, almacenamiento o administración inadecuadas (Morrisey, 2000).

A modo de prevenir las reacciones por incompatibilidades todos los caninos y felinos donantes deberían ser cuidadosamente chequeados en cuanto a su grupo sanguíneo, esto mediante tipificación con cartillas y además realizar como procedimiento de seguridad vía crossmatching prueba de laboratorio que permite la exposición de glóbulos rojos y plasma entre el donante y el receptor de manera tal de minimizar los

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riesgos de la terapia. Fuertes reacciones de aglutinación se pueden apreciar de anticuerpos anti A (en el suero de un gato tipo B) al hacerlos reaccionar con células tipo A. Perros DEA 1.1 positivos podrían ser usados como donantes sólo para receptores conocidos como DEA 1.1 positivos, y perros DEA 1.1 negativos podrían ser usados como donantes tanto para receptores positivos como negativos (Brooks, 2003).

Los manejos adecuados para prevenir reacciones transfusionales no inmunes deben incluir:

Selección del donante Técnicas de recolección asépticas Técnicas de administración asépticas Catéter específico para transfusión Bajada de macro goteo con filtro específico de 170 µm. para transfusión.

Es importante considerar que la transfusión no debe exceder las 4 horas desde su inicio, y no se deben administrar medicamentos por la misma vía de la transfusión de manera que pudiesen generar alguna alteración del hemoderivado (Brooks, 2003).

MANEJO DE LAS REACCIONES TRANSFUSIONALES

Todos los pacientes deben ser monitoreados durante una transfusión de manera de chequear sus signos vitales antes, durante y después del procedimiento. Es necesario detener la transfusión frente a la aparición de signos tales como: agitación, vocalización, taquipnea, vómito y prurito (Brooks, 2003). El tratamiento inicial para reacciones no hemolíticas se relaciona directamente con el alivio del cuadro clínico. Una vez solucionados los signos, la transfusión se debe enfocar en la utilización de la dosis necesaria para la patología en curso. La presencia de disnea, edema pulmonar, urticaria, edema facial, fiebre o mioclonias deben ser tratadas y su resolución es en cosa de horas luego de descontinuar la transfusión (Prittie, 2003). Para el caso de reacciones transfusionales agudas como hemólisis agudas, shock, anafilaxia, vómito, hipotensión, colapso e ictericia es necesario monitorear todos los parámetros fisiológicos e instaurar una terapia agresiva de fluidos endovenosos, oxigeno, ventilación, glucocorticoides y epinefrina (Brooks, 2003).

DISCUSIÓN

Según lo expuesto por los autores y concordando con su apreciación creemos que es de gran importancia confirmar e identificar el grupo sanguíneo del receptor y del producto sanguíneo a incorporar, esto mediante la realización de pruebas de cruzamiento entre el donante y el receptor o bien con cartillas de tipificación. Revisar la historia previa del receptor en cuanto a protocolos de transfusión adquiere trascendencia al momento de pensar en una transfusión de emergencia con el uso de sangre no universal, de ocurrir esto hay que identificar lo más rápido posible la aparición de signos agudos o tardíos en el receptor. Desde el punto de vista clínico es fundamental determinar el hemoderivado de elección para la patología en curso y calcular de manera eficiente la cantidad a transfundir, ya que este debe formar parte de la fluidoterapia del día. El manejo de la unidad previo a la transfusión en relación a calentar de manera adecuada la sangre o glóbulos rojos y descongelar apropiadamente el plasma fresco, respetar los tiempos de almacenamiento de las unidades sanguíneas y comprobar que los envases se encuentren sellados de manera adecuada ayuda a mantener protocolos de calidad en medicina de terapia transfusional en caninos y felinos.

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BIBLIOGRAFÍA

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