haciaunaedicioncriticadelahermosuraaborrecida

11
CRITICÓN, 87-88-89, 2003, pp. 239-249. Hacia una edición crítica de La hermosura aborrecida, de Lope de Vega Enrico Di Pastena Université di Pisa La hermosura aborrecida, una de las numerosas comedias de Lope que no ha conocido una edición en años recientes, presenta una historia editorial exigua. Aunque presumiblemente sea anterior a 1610 1 , fue publicada por primera vez en la Séptima parte de las comedias del Fénix, que —se suele repetir— vio la luz en Madrid en 1617, por la viuda de Alonso Martín y a costa de Miguel de Siles, y fue objeto de una segunda edición ese mismo año en la otra gran ciudad peninsular, Barcelona, a mano de Sebastián de Cormellas. En realidad, la princeps madrileña se preparó repartiendo la labor entre el taller de la citada viuda de Martín y el de Juan de la Cuesta, según se desprende de un análisis tipográfico 2 , y fue impresa a finales de 1616, como confirma un dato poco conocido: la Ôsterreichische Nationalbibliothek de Viena conserva un ejemplar que ostenta en la portada la fecha de 1616 3 . Como sea, nos hallamos ante una de esas Partes cuya vida editorial se agota en dos ediciones, amortiguándose su reclamo en cuanto llega al mercado la sucesiva 4 . En ella Lope no debió intervenir directamente, 1 Para su redacción se ha sugerido el lapso de 1604 a 1610 (Morley y Bruerton, 1968, p. 335), acercándose con más probabilidad la fecha a este último extremo, indicado en su día por Fichter, 1931, p. 49. 2 Dixon, 1996, p. 54. 3 El ejemplar lleva la signatura +38.H.2 (7). No parece tratarse de una falsificación, mientras que su cotejo por calas con el texto de Madrid 1617 lleva a creer que estamos ante esta misma edición con fecha distinta en la portada. Más detalles en Di Pastena, en preparación (b). 4 Sólo dos ediciones conocen también las Partes V, VI, VIII, IX, X, XI, XIV, XV. Sobre el mercado editorial de las Partes, véanse ahora los argumentos de Giuliani, 2002a, especialmente pp. 11-16.

Upload: enricodipastena

Post on 04-Jan-2016

215 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Ensayo sobre la preparación de una edición crítica de "La hermosura aborrecida" de Lope de Vega.

TRANSCRIPT

Page 1: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

CRITICÓN, 87-88-89, 2003, pp. 239-249.

Hacia una edición críticade La hermosura aborrecida,

de Lope de Vega

Enrico Di Pastena

Université di Pisa

La hermosura aborrecida, una de las numerosas comedias de Lope que no haconocido una edición en años recientes, presenta una historia editorial exigua. Aunquepresumiblemente sea anterior a 16101, fue publicada por primera vez en la Séptimaparte de las comedias del Fénix, que —se suele repetir— vio la luz en Madrid en 1617,por la viuda de Alonso Martín y a costa de Miguel de Siles, y fue objeto de una segundaedición ese mismo año en la otra gran ciudad peninsular, Barcelona, a mano deSebastián de Cormellas. En realidad, la princeps madrileña se preparó repartiendo lalabor entre el taller de la citada viuda de Martín y el de Juan de la Cuesta, según sedesprende de un análisis tipográfico2, y fue impresa a finales de 1616, como confirmaun dato poco conocido: la Ôsterreichische Nationalbibliothek de Viena conserva unejemplar que ostenta en la portada la fecha de 16163. Como sea, nos hallamos ante unade esas Partes cuya vida editorial se agota en dos ediciones, amortiguándose su reclamoen cuanto llega al mercado la sucesiva4. En ella Lope no debió intervenir directamente,

1 Para su redacción se ha sugerido el lapso de 1604 a 1610 (Morley y Bruerton, 1968, p. 335),acercándose con más probabilidad la fecha a este último extremo, indicado en su día por Fichter, 1931, p.49.

2 Dixon, 1996, p. 54.3 El ejemplar lleva la signatura +38.H.2 (7). No parece tratarse de una falsificación, mientras que su

cotejo por calas con el texto de Madrid 1617 lleva a creer que estamos ante esta misma edición con fechadistinta en la portada. Más detalles en Di Pastena, en preparación (b).

4 Sólo dos ediciones conocen también las Partes V, VI, VIII, IX, X, XI, XIV, XV. Sobre el mercadoeditorial de las Partes, véanse ahora los argumentos de Giuliani, 2002a, especialmente pp. 11-16.

Page 2: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

2 4 0 ENR1CO DI PASTENA Criticón, 87-88-89,2003

aunque queda por esclarecer su posible grado de implicación: el librero Miguel de Siles,en efecto, dedica el volumen al duque de Sessa5, y varios indicios llevarían a suponerque el Fénix ya participara, de forma limitada, cuanto menos en el proceso de ediciónde la Parte IV, eso es, bastante antes de la IX, límite seguro a partir del cual eldramaturgo supervisa de alguna manera la impresión de sus comedias6. Es sabido, encambio, que gran parte de las piezas que conforman la Séptima parte (ocho sobre doce,incluida la que aquí me ocupa) procede del repertorio de la compañía de Pinedo7, yresulta bastante manifiesto que La hermosura aborrecida se conserva en un texto nomuy satisfactorio, con esporádicas lagunas y con repeticiones no debidas solamente,quizás, a la posible rapidez de elaboración de una pieza que dista mucho de ser una delas obras maestras de su autor.

Después de publicarse en una suelta de escaso interés textual8, la comedia aparece,hacia mediados del siglo xix, en la Biblioteca de Autores Españoles9. Su editor, JuanEugenio Hartzenbusch (de aquí en adelante Har), revela fina sensibilidad literaria anteel texto, introduce ciertas correcciones acertadas o plausibles, si bien no deja de haceremerger algunos de los defectos que la filología contemporánea suele achacarle: libertada la hora de retocar el texto, arbitrariedad en la partición de escenas y en laformulación de las acotaciones. Pero es otra la carencia más notable del trabajo de Har:el desconocimiento de un manuscrito, hoy el núm. 15038 de la BNM, que mejora enmuchos puntos el texto transmitido por los impresos.

Ya en el siglo xx, Emilio Cotarelo (de aquí en adelante Coi) vuelve a editar Lahermosura aborrecida en el tomo VI de la «Nueva edición» que de las obras de Lopeprepara la Real Academia Española. Llamativamente, Cotarelo parece ignorar laexistencia de la edición de Harw, pero no desconoce la del manuscrito mencionado,cuya letra, a su manera de ver, se remonta al siglo xvn (aunque no es de excluir que seamás tardía). Antes de comprobar cómo lo usa, hay que registrar la belicosa reseña, afirma de José de Montesinos, de la edición del volumen lopesco patrocinado por laAcademia y publicado en 1928. En ella aparecen valoraciones como la que cito acontinuación, soldando dos distintos pasajes: la comedia «... ha salido de tal modomalparada en la impresión de la Academia, que, junto a tanto estrago, el texto de laP[ar]te VII parece una edición crítica, y el de Hartzenbusch —tan vilipendiado— unaedición ne varietur. [...] Versos trastrocados, faltos, incoherencias, pérdida de maticesde expresión, desbarajuste completo en todo lo que se refiere a sintaxis, morfología,métrica... Creemos soñar cuando releemos el pie de imprenta. ¿Será errata por 1628? Si

5 Cf. Rennert y Castro, 1968, p. 242.6 Para todos estos aspectos, véase Dixon, 1996, especialmente pp. 49-51 y 53-55. Anteriormente,

consúltese al menos Molí, 1995; ahora sobre la Parte ¡V, ver Giuliani, 2002b, pp. 12-18.7 Ver González Palencia, 1921, p. 18, y Profeti, 1996, pp. 133-134.8 Aparecida s. 1., s. a. de impresión, y conservada en la Biblioteca Universitaria de Sevilla, sign. 250/150-

156. Para más detalles a este respecto, remito al «Prólogo» a mi edición de La hermosura aborrecida, enpreparación (a).

9 En Comedias escogidas de Lope de Vega, 1855, al cuidado de Juan Eugenio Hartzenbusch.1 0 Así lo demuestra el que, además de no mencionarla, afirme en el «Prólogo» (Cotarelo, 1928, p. v) que

ninguna de las veinte comedias editadas en el volumen ha sido publicada desde el siglo xvn, afirmacióndesmentida por La hermosura aborrecida y por una suelta decimonónica de El galán Castrucho (ver Fichter,1931, pp. 47-49).

Page 3: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

H A C I A U N A E D I C I Ó N D E LA H E R M O S U R A A B O R R E C I D A 2 4 1

no fuera por el papel y el nombre de Cotarelo, que aparecen al fin de los preliminares—garantía de modernidad—, creeríamos habérnoslas con una parte extravagante»11.Como se ve, el tono parece viciado por una inquina que rebasa el ámbito científico.Más allá de alguna sugerencia puntual, que sin duda es oportuno recoger, considerofrancamente poco generosa la valoración de Montesinos. No es cierto que Cot empeoreHar. Al contrario, el texto ofrecido por la Academia es el que se aproxima en mayormedida al que había legado la tradición del Seiscientos.

Trazado ya el panorama de mis ilustres antecesores, veamos la tarea a la que seenfrenta el editor moderno teniendo a su disposición los dos impresos —el de Madrid1617 (A) y el de Barcelona del mismo año (B)— y el manuscrito (M). Dejado al margenB, que es reproducción a plana y renglón, con más errores, de la princeps, nos medimoscon dos estadios de la transmisión que en última instancia han de remontarse a unascendiente común12, pero que no proceden directamente el uno del otro. Ninguno deellos gozó de la autorización del autor. El editor intentará reconstruir el estadio anterioral documentado materialmente, sirviéndose de ambos testimonios. Con todo, seráoportuno que adopte un texto base para guiarse ante las lecciones de A y M enfrentadaspero admisibles, y para atenerse con mayor coherencia al sistema lingüístico de uno deellos. El manuscrito, si permite corregir en muchos casos el impreso, y de manera que sepuede excluir la intervención ope ingenii, no está a su vez exento de errores. Tampocoel dato cuantitativo a secas (M brinda un número ligeramente superior de lecturasacertadas respecto a su antagonista) resuelve con claridad la cuestión. Consideradatambién la vertiente lingüística (el manuscrito tiende a «modernizar» las grafías), heoptado por editar el impreso y acudir a M para enmendar. No podría escandalizar laelección inversa.

Decía que el manuscrito mejora o subsana algunas lectiones del impreso: reintegraun verso que A omite, corrige algún claro error de atracción13. Aquí llamaré la atenciónsólo sobre unos cuantos ejemplos de mayor envergadura.

En el primer acto, cuya acción está situada durante el sitio cristiano de Granada,Juana, protagonista femenina de la comedia14, así empieza a contar sus vivencias nadamenos que a la reina Isabel de Castilla, esposa de Fernando de Aragón:

ISABELA Di, que todos mis sentidos ISABELA Di, que todos mis sentidosatentos contigo están. atentos contigo están.

DOÑA JUANA Nací de padres hidalgos, 115 DOÑA JUANA Nací de padres hidalgos,aunque en calidad humildes, aunque en calidad humildes,oh cristiana y sacra tea oh cristiana y sacra Astreaque laurel y espada ciñes [...] que laurel y espada ciñes [...]A B Cot Har

1 1 Montesinos, 1930, pp. 56 y 62.1 2 En efecto, A y M presentan errores conjuntivos, como el del v. 676: «parra : palma M AB Cot Coi

corrige en nota». Para mayores detalles remito a mi edición de La hermosura aborrecida, en preparación.1 3 Respectivamente, en el v. 1263: «CRISPÍN Señor, señor. DON SANCHO ¿Qué queréis? M Cot: om AB

Har»; y en el v. 1765: «galán, bueno M Cot: galán, galán AB».1 4 Inicialmente debió de encarnarla en la escena Juana de Villalba, de la compañía de Baltasar de Pinedo,

actriz conocida por sus papeles de mujer varonil (Profeti, 1996, p. 134).

Page 4: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

2 4 2 ENRICO DI PASTENA Criticón, 87-88-89,2003

La lectura de los impresos no deja de resultar algo incoherente, porque es difícilsuponer que doña Juana se dirija a la soberana llamándola «tea» en sentido figurado15.Har, que se basa en los impresos, percibe alguna incongruencia y decide corregir, consutil conjetura, por «Astrea», una constelación que remite al equilibrio de la balanza yque, sobre todo, es la diosa de la justicia16: no parece impropio que doña Juana serefiera así a su reina. El editor decimonónico mejora el texto y, se diría, ha dado en elclavo. Pero desconocía el manuscrito. Cotarelo, que sin embargo tenía constancia de él,se limita a seguir los impresos. ¿Qué ha pasado? La lectura correcta la brinda elmanuscrito, con una difficilior digna de un manual: «oh cristiana Hisicratea I que laurely espada ciñes». Hisicratea o, mejor dicho, Hipsicratea fue la concubina del rey delPonto Mitrídates Eupátor (132 a. C.-63 a. C.)1?. Figura compleja —militar feroz,acérrimo antagonista de Roma, pero culto y amante de las letras18—, Mitrídates fuevencido por Cneo Pompeyo, tras la traición de su hijo19; ante la ofensiva romana,Hipsicratea siguió al anciano monarca en la huida hacia la Cólquide y cuidóamorosamente de él durante el camino. Cuenta Valerio Máximo (Factorum etdictorum, 4, 6, 2), probable fuente de la alusión, que Hipsicratea se había cortado lacabellera y se había ejercitado en el uso de las armas y en la monta a caballo para estaral lado de su esposo, cuyo destino de derrotado compartiría presumiblemente hasta elfinal20. En definitiva, Valerio la propone como modelo de esposa fiel y abnegada, taicomo la recordará la posteridad21. Por otro lado, la imagen de mujer guerrera, tan

1 5 Lope no usa de manera frecuente el vocablo tea, y, cuando lo hace, de ella suele subrayar la intensidadde la luz. Ver por ejemplo: «¡Cómo arde y centellea / la máquina suntuosa / y la piedra como tea! / Peroaquella monja hermosa / más arde en quien la desea», en Los locos por el cielo, p. 104a; y, con maticeshumorísticos, en El cuerdo en su casa, p. 559a: «que, a venir por la mañana, / buen torrezno era jalea, / yardiendo como una tea / vino de color de grana»; de «encendida» se limita a calificarla en Las pobrezas deReinaldos, vv. 2468-2471 (cito de la edición de próxima publicación en Comedias de Lope. Parte VII alcuidado de T. Barjau, a quien doy las gracias por haberme remitido el fragmento del texto): «REINALDOS[...] No acierto a la boca bien, / dadme una tea encendida / y, si os sobra la comida, / algún sustentotambién».

1 6 Me limito a aducir un único ejemplo, relativo a este último caso: el soneto que Lope dedica a Mira deAmescua en 1602 y que empieza «Viendo que iguala en su valança Astrea / los rayos y las sombrasdesiguales» (Rimas, I, p. 543). Por lo demás, remito a De Armas, 1986, pp. 36 y ss., y s.v. «Lope de Vega» enel índice, quien señala y discute otros lugares (le agradezco a Marc Vitse la generosidad con la que me haseñalado esta referencia bibliográfica).

17 De «concubina» (xaXXaKÍc) la califica Plutarco (Vitae, Pompeas, 32, 8); de «reina y esposa», ValerioMáximo (Factorum et dictorum, 4, 6, 2).

l g Por lo visto, llegó a dominar hasta veintidós lenguas, según recuerda el propio Lope en la dedicatoriade la comedia La Arcadia, dirigida a Gregorio López Madera (Parte XIII, viuda de A. Martín, Madrid,1620): «Hombres ha habido de gran memoria. Plinio y Gelio escriben de Mitrídates que sabía las lenguas deveinte y dos naciones sujetas a su imperio...» (ver Case, 1975, p. 56).

1 9 Ballesteros Pastor, 1996, le ha consagrado una documentada monografía en la que se intenta rescataral monarca de la imagen negativa que de él han legado la tradición antigua y parte de la moderna.

2 0 Para Valerio Máximo, Hipsicratea siguió con Mitrídates hasta el Bosforo. Según Orosio, Historiarumadversus paganos libri septem, 6, 5, 5-6, antes de morir, el monarca dio veneno a sus compañeras, pero no sesabe a ciencia cierta si Hipsicratea estuvo presente, pues su nombre no se vuelve a mencionar (ver BallesterosPastor, 1996, p. 314).

2 1 Así, por ejemplo, en Boccaccio (De las mujeres ilustres en romance, fols. 80v y ss.), en Erasmo(Encomium matrimonii, 1-5, p. 410), en Juan Luis Vives (Instrucción de la mujer cristiana, I, p. 1081) o en el

Page 5: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

H A C I A U N A E D I C I Ó N D E LA H E R M O S U R A A B O R R E C I D A 2 4 3

contaminada por gérmenes épicos y novelescos22, no dejó de tener eco en algúnhistoriador decimonónico23. De lo cual se deduce que la propia Hipsicratea ha sidopersonaje de cierta fascinación, si bien no iguale a su más celebrado cónyuge. Así seexplica que Francisco Mariano Nifo se inspirara en ella para uno de sus Variosdiscursos elocuentes y políticos24, en una centuria, el Setecientos, que, después de losdramas del siglo anterior25, vio la reelaboración de las vivencias de Mitrídates en lasóperas de Alessandro Scarlatti (1707), Antonio Caldara (1728) y Nicola Porpora(1736), culminando con la más famosa Mitridate re del Tonto de Mozart (1770).

Pero Hipsicratea no debía de serle completamente desconocida ni siquiera alescrupuloso lector, o espectador, contemporáneo de Lope. La aduce éste como ejemplode esposa valerosa también en otros textos, como en el prólogo que antecede a lacomedia El valiente Céspedes de la farte XX (Madrid, viuda de Alonso Martín, 1625),donde el Fénix escribe: «Adviértase que en esta comedia los amores de don Diego sonfabulosos y sólo para adornarla, como se ve el ejemplo en tantos poetas de laantigüedad: porque la señora doña María de Céspedes fue tan insigne por su virtudcomo por su sangre y valentía, y celebrada entre las mujeres ilustres de aquel tiempo,sin reconocer ventaja a las más valerosas del pasado, y igual a Camila, Zenobia, Lesbiay Isicratea»26. Se notará el tono algo justificativo del fragmento. Es que a raíz de esacomedia genealógica el dramaturgo había experimentado, en palabras extraídas de supropio Epistolario27, «ciertas pesadumbres»: los familiares de Céspedes no debieron degustar mucho del tratamiento deparado a su antepasado, que combatió destacadamenteen el reinado de Carlos V, y fue recordado, al igual que su hermana María (el personajealudido en el fragmento), por su fuerza hercúlea. Lo que nos interesa, sin embargo, esuna vez más la función paradigmática de la referencia a Hipsicratea, análoga a la quetiene en La hermosura aborrecida, y en un puñado más de comedias lopescas28.

Fructus sanctorum y Quinta parte de flos sanctorum.,., de Alonso de Villegas, quien la menciona en eldiscurso treinta: «De fidelidad de casados».

2 2 Véanse las observaciones de Ballesteros, 1997.2 3 De esta manera la recuerda Reinach en su Mithridate Eupator, Roi du Pont (París, 1890, citado en

Lanza, 1971, pp. 284-285): «Vestita da uomo, i capelli tagliati, montando un infaticabile cavallo persianoche governava ella stessa insieme con quello del re, l'eroica amazzone doveva accompagnare l'amante fino altermine délia sua lunga odissea, circondandolo délia sua tenerezza, immagine vívente della patria lontana».

2 4 Assunto segundo. Isicratea, Reyna del Ponto y esposa de Mitrídates ofrece a todo el respetable gremiode las señoras mujeres la más decorosa imagen de la fidelidad conjugal, intentando ir a sufrir.

2 5 Como, por ejemplo, La mort de Mithridate (1637) de Gauthier de la Calprenède, el Mithridate (1673)de Jean Racine y el de Nathaniel Lee (1678).

2¿ Cito de Case, 1975, pp. 250-251.2 7 Epistolario de Lope de Vega Carpió, ed. de González de Amezúa, 111, p. 248. Véase también el

comentario de Ferrer Valls, 1998, pp. 215-231.2 8 Ver El ejemplo de casadas y prueba de la paciencia, p. l l b : «ELARINO ¿Trata el casarse? TIBALDO

Querría / mas no hay quien mujer le corte / a medida de su idea; / que la bien imaginada / Lucrecia, en el serhonrada; / en amor, Isicratea; / Nicostrata, en el saber; / Judit, en la fortaleza, / y Edvanes en la firmeza»; y Elhombre por su palabra, p. 378a: «LISARDO NO hallarás mujer que siga, / señora, tu parecer. / ARMINDAMargarita fue mujer, / Cleopatra y Pantasilea, / Tomiris y Isicratea, / y te podrán responder». En El triunfode la humildad y soberbia vencida, p. 87b, es usada con un acento reivindicativo por Isbella: «... mujer soy,pero también / armas y guerra profeso. / Mujer fue Pantasilea, / Hipólita y Sicratea [sic], / Amalasunta yCamila». Y en análoga enumeración, aunque en boca de un personaje masculino, aparece en Barlán y Josafá,p. 10a: «... Todo el suelo / la fortaleza celebró por rara, / de Delbora y la gran Pantasilea, / Tomiris, Artemisa

Page 6: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

2 4 4 E N R I C O DI P A S T E N A Criticón, 87-88-89, 2003

Volviendo a nuestro pasaje, se puede notar que «sacra» deriva de una mala lecturade Ja primera parte del nombre del personaje, pero también fue favorecido por lacontigüidad semántica de «cristiana». ¿Por qué Cotarelo, que tenía acceso almanuscrito, no lo siguió en esta lectio'i No cabe dudar de la sinceridad de su afirmacióncuando declara haber acudido, globalmente, a él, pues en ocasiones enmiendasirviéndose del testimonio en cuestión. Será suficiente un botón de muestra paraconfirmar este vínculo:

BELARDO Este que habéis enviado 3050con el hábito en los pechosy el cargo de averiguarlas quejas de todo un reino,sabed que os tiene engañados,que nunca ha tirado sueldo 3055en vuesas guerras, señores,porque es un pobre barberoque en muesa aldea curaba;el cual con poco respetode la justicia y de vos, 3060la que veis, que sola tengo,me ha deshonrado en Granadacon fingido casamiento29.

En el v. 3062, llama un poco la atención el sintagma «en Granada», que por otro ladoen un hablante rústico como es el Belardo de la comedia no parece completamenteinverosímil. Har se da cuenta de que, de todas maneras, el atropello no ocurrió enGranada, y, de acuerdo con el desarrollo de la intriga, enmienda: «en Navarra». Sinembargo, estamos ante una mala lectura de los impresos, que M, y Coi siguiendo a M,corrigen: «me ha deshonrado engañada», que es lo que hay que editar.

En suma, Cotarelo no miente cuando afirma haber manejado el manuscrito, pues, enocasiones concretas lo consulta. Pero, evidentemente, no realizó una collatio sistemáticade este testimonio y, por lo general, sólo se refiere a él cuando le parece detectar algunaincoherencia en la versión de los impresos. En caso contrario, se conforma con repetir,como antes lo hizo Har, los errores de la rama impresa:

TODOS Vamos a coger rosas.La mañana de San Juan, mozas,vamos a coger rosas.

ENIO El puesto habernos ganado.FLORA POCOS mozos han salido. 1480BARTOLO A jugar la lucha han ido

los más valientes al prado.

y Sicratea [sic]; I de éstas fueron Erina, Safo y Epola, / Anastasia, Cornelia y Damosila, / Nicostrata, Minervay Fabiola, / las sibilas Casandra y Telefila, / casta la Griega, en las ausencias sola, / y la que en Roma lágrimasdestila / para guardar su honor, y éste es proceso / tan infinito, que es pensarlo exceso».

2 9 Reproduzco, para mayor claridad, la entrada del aparato crítico relativa al verso comentado: «3062engañada M Coi: en Granada A: en Granada 6: en Navarra Har». La suelta lee «en ganada».

Page 7: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

HACIA UNA EDICIÓN DE LA HERMOSURA ABORRECIDA 2 4 5

En el v. 1481, los impresos coinciden en el peculiar sintagma «jugar la lucha», que atodas luces es oportuno corregir con la lectura singular de M: «jugar la chueca»,diversión que se desarrolla posicionándose los participantes en dos grupos, uno enfrentede otro, procurando cada uno que una bolita pequeña (la chueca en cuestión),empujada por los contrarios con unos palos de punta combada, no pase de una raya ometa. Es juego propio de rústicos, presumiblemente muy reñido30, documentado conanterioridad en la Égloga de Plácida y Victoriano^1, en la Jacinta^2, y en las farsas deLucas Fernández33, entre otros lugares. Y en efecto, aquí, Lope lo usa como elementoque contribuye a caracterizar la festiva ambientación aldeana34.

A veces, y eso es más llamativo, Cotarelo no consulta el manuscrito ni en pasajes enlos que encuentra algo que debería despertar su suspicacia. El siguiente ejemplo, elúltimo que traigo a colación, es aclarador:

REY Levanta, Sancho, del suelo. REY Levanta, Sancho, del suelo.Al comendador Lujan Al comendador Lujanme han muerto en Rivialmazán: me han muerto en Biba Almazán:ya goza Lujan el cielo. 515 ya goza Lujan el cielo. 515Tal lugar nadie podía, Tal lugar nadie podía,

Sancho, ocuparle mejor Sancho, ocuparle mejorque tu valor. que tu valor.

A B Har Cot M

Ante la lectura «Rivialmazán» con la que los impresos designan un topónimogranadino, Cotarelo reconoce en nota (p. 255a) ignorar de qué pueblo se trata, ya queno ha conseguido documentación al respecto. Acaba sugiriendo la posibilidad de leer«río Almazán», lo que tendría el inconveniente de volver muy trabajosa la prosodia delverso. Es decir, aquí el editor se percata de la presencia de un nudo, pero no acude almanuscrito para desatarlo. M, aun trayendo una lección materialmente poco clara(quizás «Buya Almazán» o «Biua Almazán», con grafía separada), nos encarrila hacia

3 0 Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, s.v. chueca, especifica que, al practicarlo, losparticipantes «se dan muy buenas caídas y golpes». Incorrecta aunque imaginativa es la etimología sugeridapor el proprio Covarrubias («Díjose chueca de choque, que es el sonido que hace el golpe»); para Corominas(Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, s.v.) el vocablo es extensión de chueca 'huesoarticulado', 'cóndilo', aunque no queda claro si el nombre deriva de la comparación de la bola con el cóndilo,o del palo combado con el hueso rematado en esta forma.

31 Ver vv. 1017-1019: «Tal dolor tengo y passión / que ya no juego al cayado / ni a la chueca ni almojón...» (en Encina, Teatro, p. 211).

32 Ver Torres Naharro, «Introito» de Comedia Jacinta, p. 468, v. 67.3 3 Ver Lucas Fernández, Auto o Farsa del nascitniento de Nuestro Señor Iesu Christo, p. 195, vv. 175-

179: «PASCUAL ¿ÑO te puedo contentar / a correr, saltar, luchar? / LLOREINTE Todos son juegos de mueca. /PASCUAL ¿Quieres jugar a la chueca? / LLOREINTE SÍ.». En su día, Arco y Garay, 1941, p. 886-887, recordósólo de paso esta diversión (refiriéndose a la comedia La discordia de los casados), que no aparece, encambio, en el apartado, necesitado de ampliación, que el estudio de N. Salomón (1985, pp. 485-531)consagra a «Juegos y trabajos» en ámbito rural.

3 4 Su evocación ayuda a configurar un ambiente pastoril también en La historia de Tobías, p. 303a:«JORÁN Juguemos, que basta ansí, / al marro, al pino, a la chueca».

Page 8: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

2 4 6 ENRICO DI PASTENA Criticón, 87-88-89,2003

la solución, a saber, el topónimo Bibalmazán, documentado en descripciones deGranada y que ya Montesinos sugirió en su reseña35, aduciendo entre otras cosas lamención de la grafía autógrafa del propio Lope en Pedro Carbonero: «Viua Almazán».Aun prescindiendo de este último caso, posiblemente achacable a las prisas, el procederasistemático de Cotarelo es censurable, si se tiene en cuenta que un error de transmisiónno siempre es delatado por una incoherencia.

En su día, la apretada cadencia de publicación de la «Nueva edición» de las Obrasde Lope de Vega (1916-1930), el elevado número de textos propuestos en cada tomo,unos parámetros de rigor filológico que distaban de los actuales, hicieron que setoleraran operaciones editoriales como la que acabamos de reseñar, llevadas a cabo porestudiosos en cualquier caso encomiables por otros méritos y razones. Son distintas lasexigencias hodiernas.

Sirvan las menudas muestras de restauración aducidas para poner de manifiestohasta qué punto es necesario que el editor consulte detenidamente todos o el mayornúmero de testimonios a disposición. Y valgan además como recompensa para unalabor, que, cuando no se enfrenta a la frustración de conseguir resultados cicateros, semide por lo menos con la desproporción entre el esfuerzo que exige y el logro queconcede.

Referencias bibliográficas

ARCO Y GARAY, Ricardo del, La sociedad española en las obras dramáticas de Lope de Vega,Madrid, RAE, 1941.

BALLESTEROS PASTOR, Luis, Mitrídates Eupátor, Rey del Ponto, Granada, Servicio dePublicaciones de la Universidad de Granada, 1996., «La leyenda de las Amazonas en la historia de Mitrídates Eupátor», en Xaípe. II Reunión

de Historiadores del Mundo Griego Antiguo (Sevilla, 18-21 de diciembre de 1995). Homenajeal profesor Fernando Gaseó, Sevilla, Scriptorium, 1997, pp. 241-247.

BOCCACCIO, Juan, De las mujeres ilustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus, 1494.CASE, Thomas E., Las dedicatorias de Partes XIII-XX de Lope de Vega, Madrid, Castalia

(Estudios de Hispanófila, 32), 1975.COROMINAS, Joan y José Antonio PASCUAL, Diccionario crítico etimológico castellano e

hispánico, Madrid, Gredos, 1980-1991.COTARELO Y MORÍ, Emilio, «Prólogo», en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real

Academia Española (Nueva edición), VI, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos,1928a, pp. v-xxx., éd., Lope de Vega, La hermosura aborrecida, en Obras de Lope de Vega publicadas por la

Real Academia Española (Nueva edición), VI, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos,1928b, pp. 249-287.

COVARRUBIAS, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Felipe C. R.Maldonado, revisada por Manuel Camarero, Madrid, Castalia, 1994.

DE ARMAS, Frederick A., The Return of Astraea. An Astral-Impérial Myth in Calderón,Lexington, The University Press of Kentucky, 1986.

3 5 Montesinos, 1930, p. 57.

Page 9: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

HACIA UNA EDICIÓN DE LA HERMOSURA ABORRECIDA 247

Di PASTENA, Enrico, éd., Lope de Vega, La hermosura aborrecida, en Comedias de Lope de Vega.Parte VII, Lérida, Milenio, en preparación., «Prólogo» de La hermosura aborrecida, en Comedias de Lope de Vega. Parte Vil, Lérida,

Milenio, en preparación (a)., «Séptima parte: historia editorial», en Comedias de Lope de Vega. Parte VII, Lérida,

Milenio, en preparación (b).DIXON, Victor, «La intervención de Lope en la publicación de sus comedias», Anuario Lope de

Vega, II, 1996, pp. 45-63.ENCINA, Juan del, Teatro, ed. Alberto del Río, Barcelona, Crítica, 2001.ERASMO: Erasmus, Desiderius, Encomium matrimonii, en Opera Omnia Desiderii Erasmo

Roterodami, éd. Jean-Claude Margolin, Amsterdam-Oxford, North-Holland PublishingCompany, 1975.

EERNÁNDEZ, Lucas, Auto o Farsa del nascimiento de Muestro Señor Iesu Christo, en Farsas yéglogas, ed. María Josefa Canellada, Madrid, Castalia, 1976, pp. 189-210.

FERRER VALLS, Teresa, «Lope de Vega y la dramatización de la materia genealógica (I)», enTeatro Cortesano en la España de los Austrias, ed. José María Diez Borque, Cuadernos deTeatro Clásico, 10, 1998, pp. 215-231.

FICHTER, William L., «[Reseña a] Obras de Lope de Vega publicadas por la Real AcademiaEspañola (Nueva edición), Obras dramáticas, VI, Madrid, 1928», Romanic Review, 22,1931, pp. 47-53.

GIULIANI, Luigi, «La Tercera parte: historia editorial», en Comedias de Lope de Vega. Parte III,Lérida, Milenio, 2002a, pp. 11-49., «La Cuarta parte: historia editorial», en Comedias de Lope de Vega. Parte IV, Lérida,

Milenio, 2002b, pp. 7 30.GONZÁLEZ DE AMEZÚA, Agustín, ed., Epistolario de Lope de Vega Carpió, Madrid, Real

Academia Española, 1935-1943, IV vols.GONZÁLEZ PALENCIA, Ángel, «Pleito entre Lope de Vega y un editor de sus comedias», Boletín de

la Biblioteca Menéndez Pelayo, 3,1921, pp. 17-26.HARTZENBUSCH, Juan Eugenio, ed., Lope de Vega, La hermosura aborrecida, en Comedias

escogidas de Lope de Vega, tomo II, Madrid, M. Rivadeneyra (BAE 24), 1855; cito porMadrid, Atlas, 1950, pp. 95-116.

LANZA, Michèle, Roma e l'eredità di Alessandro, Milano, Edizioni di Comunità, 1971.MONTESINOS, José F., «[Reseña a] Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia

Española (Nueva edición), VI, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1928», Revistade Filología Española, 17,1930, pp. 49-68.

MOLL, Jaime, «Los editores de Lope de Vega», Edad de Oro, 14, 1995, pp. 213-222.MORLEY, Sylvanus Griswold y Courtney BRUERTON, Cronología de las comedias de Lope de

Vega, Madrid, Gredos, 1968.N I F O , Francisco Mariano, Assunto segundo. Isicratea, Reyna del Ponto y esposa de Mitrídates

ofrece a todo el respetable gremio de las señoras mujeres la más decorosa imagen de lafidelidad conjugal, intentando ir a sufrir, Madrid, Gabriel Ramírez, 1755; reed. Valencia,Universidad de Valencia, 2000.

OROSIO, Historiarum adversus paganos libri septem, ed. Karl Zangemeister, Leipzig, Teubnei,1889.

PLUTARCO, Vitae, Pompeus: Plutarchus, Vitae Parallelae, V. Agesilaus and Pompey. Pelopídasand Marcellus, ed. Bernadotte Perrin, London, The Loeb Classical Library, 1917.

PROFETI, Maria Grazia, «Editar el teatro del Fénix de los ingenios», Anuario Lope de Vega, II,1996, pp. 129-151.

RENNERT, Hugo A. y Américo CASTRO, Vida de Lope de Vega, Salamanca, Anaya, 1968.

Page 10: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

2 4 8 ENRICO DI PASTENA Criticón, 87-88-89,2003

SALOMÓN, Noël, Lo villano en el teatro del Siglo de Oro, Madrid, Castalia, 1985.TORRES NAHARRO, Bartolomé de, Comedia Jacinta, en Obra completa, ed. Miguel Ángel Pérez

Priego, Madrid, Turner (Biblioteca Castro), 1994, pp. 465-505.VALERIO MÁXIMO, Factorum et dictorum memorabilium, ed. Karl Kempf, Leipzig, Teubner,

1966.VEGA, Lope de, Barlán y Josafá, en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia

Española, IV, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1894, pp. 3-37., El cuerdo en su casa, en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española

(Nueva edición), XI, Madrid, Imprenta de Galo Sáez, 1929, pp. 547-586., El ejemplo de casadas y prueba de la paciencia, en Obras de Lope de Vega publicadas por

la Real Academia Española, XV, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1913, pp. 3-45., El Fénix de España Lope de Vega Carpió, familiar del Santo Oficio. Séptima parte de svs

comedias. Con loas, entremeses, y bayles, Madrid, por la viuda de Alonso Martín, a costa deMiguel de Siles, 1617., El Fénix de España Lope de Vega Carpió, familiar del Santo Oficio. Séptima parte de svs

comedias. Con loas, entremeses, y bayles, Barcelona, Sebastián de Cormellas, 1617., La hermosura aborrecida (Biblioteca Nacional de Madrid, signatura mss. 15038)., La hermosura aborrecida, s.L, s.a. (Biblioteca Universitaria de Sevilla, signatura 250/150-

156)., La hermosura aborrecida, en Comedias escogidas de Lope de Vega, tomo II, ed. J. E.

Hartzenbusch, Madrid, M. Rivadeneyra (BAE 24), 1855; cito por Madrid, Atlas, 1950, pp.95-116., La hermosura aborrecida, en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia

Española (Nueva edición), VI, ed. Emilio Cotarelo y Mori, Madrid, Tipografía de la Revistade Archivos, 1928, pp. 249-287., La historia de Tobías, en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia

Española, III, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1893, pp. 265-305., El hombre por su palabra, en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia

Española (Nueva edición), VI, Madrid, Tipografía de Archivos, 1928, pp. 354-388., Los locos por el cielo, en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia

Española, IV, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1894, pp. 81-118., Las pobrezas de Reinaldos, en Comedias de Lope. Farte VU, ed. Teresa Barjau, Lérida,

Milenio, en preparación., Rimas, ed. de Felipe B. Pedraza Jiménez, Madrid, Servicio de publicaciones de la

Universidad de Castilla-La Mancha, 1993-1994, 2 vols.-, El triunfo de la humildad y soberbia vencida, en Obras de Lope de Vega publicadas por laReal Academia Española (Nueva edición), X, Madrid, Imprenta de Galo Sáez, 1930, pp. 73-112.

VILLEGAS, Alonso de, Fructus sanctorum y Quinta parte de flos sanctorum..., Barcelona,Sebastián de Cormellas, 1594.

VIVES, Juan Luis, Instrucción de la mujer cristiana, en Obras completas, Madrid, Aguilar, 1947;cito de la reed. Valencia, Generalitat Valenciana/Consell Valencia de Cultura, 1992.

Page 11: HaciaUnaEdicionCriticaDeLaHermosuraAborrecida

H A C I A U N A E D I C I Ó N D E LA HERMOSURA ABORRECIDA 2 4 9

DI PASTENA, Enrice. «Hacia una edición crítica de La hermosura aborrecida». En Criticón(Toulouse), 87-88-89, 2003, pp. 239-249.

Resumen. El artículo toma en consideración algunas lecturas de un manuscrito conservado en la BNM (sign.15038), desconocido o usado sólo parcialmente por editores anteriores, para corregir varios pasajes de Lahermosura aborrecida, de Lope de Vega.

Résumé. Variantes contenues dans un manuscrit de la BNM (cote: 15038), manuscrit inconnu ou utiliséseulement de façon partielle par les éditeurs antérieus, mais qui est utile pour corriger certains passages de Lahermosura aborrecida de Lope de Vega.

Summary. This essay takes into considération some variants from a manuscript of BNM (catalogue number15038), unknown or used just in part by previous editors, in order to correct différent passages of Lope deVega's La hermosura aborrecida.

Palabras clave. Edición de textos. La hermosura aborrecida. Manuscrito. VEGA, Lope de.