hacerse el muerto en la revista turia

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432 rrelato, Merino reelabora un cuento tradicional. Creo, por tanto, que no estamos meramente ante una novela híbrida, al uso, porque si bien tiene todas sus trazas, la inserción de cuen- tos y microrrelatos en páginas inde- pendientes lo convierten en lo que podríamos llamar un ciclo de narrati- va breve, que podría ser una mixtura, no necesariamente monstruosa, en- tre el cada vez más frecuente ciclo de cuentos y el todavía poco habitual ciclo de microrrelatos. En suma, este exce- lente libro consigue ser un afortuna- do experimento y oU'Oposible cami- no para mostramos la realidad y las aventuras de la imaginación en toda su complejidad. -FER..t~ANDO VAI.I.<;. José María Merino, El libro de las horas conta· das, ladrid, Alfaguara, 2011. El equilibrio de la brevedad L A literatura breve es un in- menso campo de experimen- tación en el que los escritores ofrecen lo mejor de su imaginación y brindan la posibilidad a los lecto- res de completar su visión con una sabia interpretación de los cuentos o relatos en cuestión. «Contar un cuento es saber guardar un secreto», afirmaba Andrés euman en un do- decálogo que ilustró, en una especie de epílogo, su libro, El último minuto (2001), un suerte de guía para cami- nantes para así transitar por el difícil espacio de la narrativa breve, un propósito que repitió y completó posteriormente en una nueva colec- ción, Alumbramiento (2006), donde afirmaba que la atmósfera puede ser lo más memorable del argumento, la mirada el personaje principal. La obra de Andrés Neuman (Bue- nos Aires, 1977) se caracteriza por ofrecer en sus libros una muestra heterogénea tanto de cuentos como aforismos, escenas o diálogos, inclu- so pequeños ensayos donde recorre con maestría todos los recursos que propone la densidad de la prosa puesto que ofrece los más variados registros para explorar o para inda- gar, como suele hacer en sus textos porque, como entre otras aJirmacio- nes suyas, el cuento no es algo difícil sino peligroso y en el riesgo que asu- me el escritor estaría precisamente lo sigiloso de su arte. Neuman está convencido de que «narrar es mu- cho más que hablar (...) para narrar se requiere decir algo y callar mu- cho». En sus textos va mucho más allá de esa pretensión de contar his- torias en las que se habla del amor o del mundo de las pasiones, de las es- peranzas o de los desengaños, de las miradas sobre la vida o de la muerte; en realidad, el suyo es un intento de poner de manifiesto que el cuento

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Hacerse el muerto en la revista TURIA

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rrelato, Merino reelabora un cuentotradicional. Creo, por tanto, que noestamos meramente ante una novelahíbrida, al uso, porque si bien tienetodas sus trazas, la inserción de cuen-tos y microrrelatos en páginas inde-pendientes lo convierten en lo quepodríamos llamar un ciclo de narrati-va breve, que podría ser una mixtura,no necesariamente monstruosa, en-tre el cada vez más frecuente ciclo de

cuentos y el todavía poco habitual ciclode microrrelatos. En suma, este exce-lente libro consigue ser un afortuna-do experimento y oU'Oposible cami-no para mostramos la realidad y lasaventuras de la imaginación en todasu complejidad. -FER..t~ANDO VAI.I.<;.

ofrece e apone en elcentración qhora de con

José María Merino, El libro de las horas conta·das, ladrid, Alfaguara, 2011.

El equilibrio de la brevedad

LA literatura breve es un in-menso campo de experimen-tación en el que los escritores

ofrecen lo mejor de su imaginacióny brindan la posibilidad a los lecto-res de completar su visión con unasabia interpretación de los cuentos orelatos en cuestión. «Contar uncuento es saber guardar un secreto»,afirmaba Andrés euman en un do-decálogo que ilustró, en una especiede epílogo, su libro, El último minuto(2001), un suerte de guía para cami-nantes para así transitar por el difícilespacio de la narrativa breve, unpropósito que repitió y completóposteriormente en una nueva colec-ción, Alumbramiento (2006), dondeafirmaba que la atmósfera puede serlo más memorable del argumento,la mirada el personaje principal.

La obra de Andrés Neuman (Bue-nos Aires, 1977) se caracteriza porofrecer en sus libros una muestra

heterogénea tanto de cuentos comoaforismos, escenas o diálogos, inclu-so pequeños ensayos donde recorrecon maestría todos los recursos quepropone la densidad de la prosapuesto que ofrece los más variadosregistros para explorar o para inda-gar, como suele hacer en sus textosporque, como entre otras aJirmacio-nes suyas, el cuento no es algo difícilsino peligroso y en el riesgo que asu-me el escritor estaría precisamentelo sigiloso de su arte. Neuman estáconvencido de que «narrar es mu-cho más que hablar (...) para narrarse requiere decir algo y callar mu-cho». En sus textos va mucho másallá de esa pretensión de contar his-torias en las que se habla del amor odel mundo de las pasiones, de las es-peranzas o de los desengaños, de lasmiradas sobre la vida o de la muerte;en realidad, el suyo es un intento deponer de manifiesto que el cuento

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F-n~¿,las

ofrece esa radicalización que se su-pone en el espacio literario, esa con-centración que se exige el autor a lahora de contar sus historias y, ade-más, en un intento de hacerlas pro-pias o partícipe con el lector, na-rrando el último minuto o, comovariante, tratar de contarla hasta esaúltima medida de tiempo. Este seria,en realidad, el terreno de la metáfo-ra de la interpretación como ese es-pacio resbaladizo en el que se mue-ve de una forma permanente lacreación literaria. Visto así el cuen-to, podríamos asumir con toda suextensión aquello que el maestroAntonio Pereira afirmaba sobre elmismo, «el resultado de saber unabuena historia y saber contarla, conla intensidad y brevedad necesarias».De esta brevedad se sirve Neumanpara inventar y construir sus colec-ciones de cuentos que, por otra par-te, siempre invitan a una reflexiónsobre las cuestiones principales denuestra existencia: la imaginación,el sarcasmo, la ironía o el humorque pueblan muchas de sus historiasy las condicionan con los recursosempleados, tanto el minimalismo co-mo el guii10 final de nuestra existen-cia misma. Los variados recursos delnarrador hispanoargentino, en eseconcepto esgrimido de micro-relato,presuponen una originalidad, comoel empleo de la paradoja, la ironía,la sátira o el humor, cuando llegan aun final tan sorpresivo como inge-nioso, además de un amplio registrolingüístico tan rico como sutil.

Hacerse el muerto (Páginas de Es-puma, 2011) es su última entrega,un libro que clasifica o agrupa sus

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cuentos en función del tema, el to-no, incluso el estilo y con diferentesregistros. No le exige unidad a losmismos aunque en muchos casos elconcepto de fondo sobresale comofruto de una búsqueda para llegar ala totalidad de un prejuicio, en estecaso la muerte, como una aproxima-ción a un axioma que el autor ensa-ya desde diferentes aspectos> tantoparticulares como universales, desdeuna visión histórica, onírica, fami-liar, humorística o, incluso, irónica.Tampoco faltan esos otros senti-mientos cotidianos que se concretanen el odio, la envidia, la vanidad o lafalta de escrúpulos que esgrimen al-gunos de sus personajes y, de algunamanera, afloran en dos de sus cuen-tos, «Después de Elena», la historiade una enemistad y la actitud revan-chista de su narrador, exponente deese eterno dilema amor/odio que,en cierta medida, pro pende en estecaso hacia unas buenas intenciones,aunque la crueldad aflora al finalpara encauzar ese odio ancestral aesas personas/amigos que, a su vez,en su momento odiaron al protago-nista; y en la misma línea otro relatosingular, «Monólogo del inmobilia-rio», historia que se debate entre losturbios procedimientos con queejerce su profesión el protagonista yla tensa espera en un sanatorio,mientras su mujer e hijo se debatenante la muerte, pero que pese a la si-tuación vivida no ceja en su empeñode ser aún más ruin en sus negocios.El humor imbrica, también, a todo elconjunto, léase como ejemplo, «Unsuicida risueño», un personaje queno consigue suicidarse y finalmente

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se muere de risa, «Vidas instantá-neas", una colección de anuncios oproposiciones de hombres, mujeres yparejas que ofrecen una particular yjocosa «instantánea de su vida», o elmás disparatado de este conjunto«Conversación en los urinarios", unaclase de filosofía que se debate entrelo conceptual, lo físico, lo sublime olo escatológico, precisamente, mien-tras se encuentran en un urinariodialogando dos personajes.

En muchos de estos cuentos des-cubrimos salpicados objetos que nosdemuestran que, con el paso deltiempo, se han convertido en la notade un recuerdo y desde una ternuraextremadamente condicionada nostransportan a un sentido pleno denuestro cotidiano sentir. En reali-dad, complementan a los momentosde dolor, de enfermedad (léase enellos en recuerdo de la madre desa-parecida en la vida real de este autory esa silla de ruedas que nunca seutilizó), y muestran el desasosiego,ese vacío cuando sus personajesavanzan lastrando esa pérdida a quese ven sometidos, aunque es verdadque muestran una delicada refle-xión acerca de la épica del amor ode los sentimientos más humanos.

Dividido en seis bloques o gru-pos de cinco relatos cada uno, eu-man trata sus textos con esa inde-pendencia que caracteriza a toda suobra, la muerte en el primero deellos, que da título al conjunto, unsegundo más elegíaco plagado deun halo casi poético sobre la enfer-medad, la ausencia y ese retornoaño rada que de alguna manera con-

trasta con el tercer apartado, muchomás amable, humorístico, que titula,Sinopsis del hoga»; y recrea el mundoinfantil, la adolescencia y los deseospecaminosos hacia la hija de un ami-go, pasando por un auténtico deliriocomo en el cuento, «[uan, José", enrealidad, un juego, o mejor un crucede papeles entre paciente y terapeu-ta sin posibilidad de concretar quiénes quién en ningún momento. Y asíllegamos a uno de los más destaca-dos, de esos que sobresalen, «Bésa-me, Platón», en el cuarto de los apar-tados, donde el hispanoargentinoesgrime su concepto sobre el amor,aunque en este relato prevalece esatotal desavenencia que se otorgauna pareja cuando parten de postu-lados filosóficos en un inquebranta-ble acercamiento, o la visión mássensual y erótica en el irreverentecuento «El infierno de Sor Juana".Neuman se esfuerza por reproducirfielmente los monólogos de la miro-na, el aduanero, el inmobiliario, elmonstruo y apoleón, y termina elconjunto de estos relatos con un«Breve alegato contra el Naturalis-mo», un pequeño ensayo sobre la es-tética y el lenguaje literario, o cómonarramos; en realidad, una variadalección sobre nuestra mirada y loasombroso del léxico o lo impresio-nable del mundo de las palabras so-bre las que a diario edificamos nues-tro cotidiano convivir. -PEDRO M,DOMENE,

E lab -cente1946

asociado a sen la unive .Shakespearemero, aquepañola de Hes la opcióncuatro larg -do en su ~ .hombreque •

ApunteAndrés Barplantearon dcuentos a prrativos que eAspern dejónos, El re ultorial 451 uademás deFoix, particiJuan Villoro.Puértola " T.en los docecompleta jamsólo aportóto «Los otro_ .escribió tresda", «El cbre que ven"es casualidadellibroylo .

Elhomimma es un Iibdencia mixtacinco pequevulgar parecetos de «Con

Andrés I euman, Hacerse el muerto, Madrid,Páginas de Espuma, 2011.