hacer balance del progresismo raúl zibechi

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Hacer Balance Del Progresismo Raúl Zibechi

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RGE 452/15

Amrica del Sur

Hacer balance del progresismo

Ral ZibechiViento Sur3/8/15

En la medida que el ciclo progresista latinoamericano se est terminando,parece el momento adecuado para comenzar a trazar balances de largoaliento, que no se detengan en las coyunturas o en datos secundarios, parairnos acercando a disear un panorama de conjunto. De ms est decir queeste fin de ciclo est siendo desastroso para los sectores populares y laspersonas de izquierda, nos llena de incertidumbres y zozobras por el futuroinmediato, por el corte derechista y represivo que deberemos afrontar.Decir progresismo suena demasiado vago, porque en esa categora puedenentrar procesos bien distintos. Entiendo por progresismo aquellos gobiernosque han intentado cambios en lo que fue el Consenso de Washington, peronunca aspiraron a trascender el capitalismo en su fase extractiva yfinanciera.

Los gobiernos de Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Ecuador, as comoParaguay cuando fue gobernado por Fernando Lugo, entran de lleno en esacategora. Los de Venezuela y Bolivia merecen un trato aparte, ya que handeclarado su voluntad de trascender la realidad que heredaron y no sloadministrarla.

Porqu incluir al gobierno ecuatoriano de Rafael Correa en esa lista?Porque la relacin con los movimientos sociales hace la diferencia. Losmovimientos populares de Ecuador, indgenas, obreros y estudiantiles, estnconvocando un gran paro nacional para el 13 de agosto contra un gobiernoautoritario, que persigue a dirigentes y organizaciones populares.En toda la regin sudamericana arrecian las campaas de las derechasmediticas y los grupos empresariales, alentados por los Estados Unidos,para modificar los equilibrios de fuerzas a su favor. Pero asistimostambin a una reactivacin de los movimientos populares, de modo particularen Brasil, Chile, Ecuador y Per, siempre en contra de un modelo que sigueconcentrando la riqueza y frente a gobiernos que no han realizado cambiosestructurales.

A mi modo de ver, es en Brasil donde se est produciendo un debate msprofundo sobre los doce aos de gobiernos del Partido de los Trabajadores(PT) encabezados por los presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff. Quizporque Brasil representa la mitad de la regin sudamericana en trminos depoblacin y produccin, por su innegable trascendencia regional y global y,sobre todo, porque el PT fue creado desde abajo por sindicalistas,exguerrilleros y comunidades eclesiales de base, siendo el mayor partido deizquierda de Amrica Latina, el impulsor de los foros sociales con losmovimientos y del Foro de So Paulo con los partidos de izquierda.El filsofo marxista Paulo Arantes, situado a la izquierda del PT yreferente de buena parte de los debates sobre las izquierdas, sostiene queel pas y la izquierda estn cansados y exhaustos. Agotamos pordepredacin extractivista el inmenso reservorio de energa poltica ysocial almacenada a lo largo de todo el proceso de salida de la dictadura,sostiene en una de sus ltimas intervenciones (Correio da Cidadania, 15de julio de 2015).

La energa agotada es de carcter tico, es la que permiti la creacin delPT, de la central sindical CUT y del Movimiento Sin Tierra, las principalesorganizaciones sociales y polticas del pas. La exigencia de resultadosrpidos, un deterioro social jams visto, que resume en el derecho delos pobres al dinero, es en su opinin una de las claves del fin de cicloal que se asiste. Donde siempre se haba priorizado la dignidad de la clasetrabajadora, aparece una gama de preocupaciones que se centran enadministrar en vez de vez de transformar, apostando todo al crecimiento dela economa, sin ms objetivos.

El socilogo Francisco de Oliveira es uno de los intelectuales msrespetados, fue fundador del PT en los estertores de la dictadura (1980) yluego del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) cuando el Gobierno de Lulaimplement reformas neoliberales (2004). Acu e concepto de hegemona alrevs para explicar cmo los ricos consentan ser polticamente conducidospor los dominados, con la condicin de que no cuestionaran la explotacincapitalista. En su opinin eso sucede tanto en Brasil como en Sudfricabajo los gobiernos del Congreso Nacional Africano.

En un artculo de 2009 realiz una afirmacin valiente y polmica: Ellulismo es una regresin poltica (Piau, octubre de 2009). En aquelmomento, el ltimo ao del segundo Gobierno de Lula, la afirmacin parecafuera de lugar, aunque muchos brasileos de izquierda la compartieron. Dehecho, en las elecciones presidenciales de 2006 Helosa Helena (expulsadadel PT por negarse a votar la reforma previsional) obtuvo 6,5 millones devotos como candidata del PSOL, casi el 7% de los votos totales.

Seis aos despus de aquella sentencia, en medio de un ajuste neoliberalque vulnera derechos sociales y con un escndalo de corrupcin alucinante(Dilma reconoci que los dineros sustrados equivalen a un punto del PIB),podemos volver a preguntarnos si el progresismo fue una regresin o un pasoadelante.

Uno de los argumentos centrales de De Oliveira es que los gobiernos de Lulay Dilma provocaron una gran despolitizacin de la sociedad, en gran medidaporque la poltica fue sustituida por la administracin y porque secooptaron centrales sindicales y movimientos sociales, entre ellos elMovimiento de los Sin Tierra, que an resiste.

En este punto, los anlisis se bifurcan. No slo en Brasil sino en laizquierda de toda la regin. Una parte sostiene que los gobiernosprogresistas fueron un avance, siendo su principal argumento que redujeronla pobreza llevndola a los niveles ms bajos en la historia reciente. Enesa reduccin aparecen dos elementos a considerar: por un lado, elcrecimiento econmico permiti que ms personas se incorporen al mercado de trabajo. Por otro, las polticas sociales y el aumento del salario mnimojugaron un papel indudable en la cada de la pobreza.

Pero otro sector, en el que me incluyo, argumenta que no hubo cambiossignificativos en la desigualdad, ni reformas estructurales, que hubodesindustrializacin y se registr una re-primarizacin de las economas(centralidad de las exportaciones de bienes primarios). En este sentido sepuede afirmar que el progresismo no fue un avance.

Pero fue un retroceso como argumenta De Oliveira? Si colocamos la polticaen el centro, las cosas cobran otra tonalidad. La poltica, desde unamirada de izquierda, gira en torno a la capacidad de los sectores popularesde organizarse y movilizarse para debilitar al poder econmico y poltico,y abrir as las posibilidades de cambios. Desde este punto de vista, laenerga popular latinoamericana ha sido fuertemente desgastada por elprogresismo. Las grandes movilizaciones de junio de 2013 en Brasil, quefueron criticadas por el PT porque supuestamente favorecen a la derecha,son claro testimonio de los cambios que hubo arriba y abajo.

El problema ahora es cmo enfrentar la ofensiva de las derechas consociedades despolitizadas y desorganizadas, porque la izquierda dilapid laenerga social acumulada bajo las dictaduras. No es, por cierto, la nicaregin del mundo donde esto sucede.

A tres dcadas de distancia, la llegada del PSOE al gobierno del EstadoEspaol, fue un paso adelante o un retroceso? No pretendo comparar alsocialismo europeo con el progresismo latinoamericano, sino reflexionarsobre cmo se produjo la prdida de la energa social, en ambas situaciones.

1/08/2015

http://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/hacer-balance-del-progresismo