guerra política y bandolerismo

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Libro sobre bandolerismo que rescata el marco teórico de Hobsbawn.Autor: Huascar Rodríguez

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    GUERRA, POLTICA Y BANDOLERISMO El caso de Martn Lanza: un caudillo cochabambino a fines del siglo XIX

    Huascar Rodrguez Garca NDICE: INTRODUCCIN 1. LOS INICIOS 2. CUADRILLAJE, CAUDILLOS Y VIOLENCIA ELECTORAL 3. PRIMERAS ANDANZAS DE "LOS LIGEROS" 4. LA GUERRA 5. UNA REVOLUCIN EN REPLIEGUE 6. "EL MUSOLINO DE ILLATACO" Y LA LTIMA REBELIN

    CONCLUSIONES

    BIBLIOGRAFA

    Fig. 1. Martn Lanza en su mejor momento. Fuente: Peredo, Rafael, La provincia de Quillacollo. Ensayo monogrfico, Editorial Canelas, Cochabamba, 1963.

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    INTRODUCCIN

    Lanza, Ros, Balderrama y compartes, como se dice en derecho, estn destinados

    a ser personajes histricos mal que pese a un amigo nuestro que nos deca

    furiosamente: "Anda usted equivocado! Esas vergonzosas escenas que

    desmienten nuestra civilizacin no pasarn a la historia; eso queda en los

    procesos de un juzgado del crimen!".

    "Reportaje a Zenn Ros". El Comercio, Cochabamba, 17 de julio, 1902.

    Durante mucho tiempo la Historia fue un campo de conocimiento concebido para la legitimacin

    del poder poltico. Fieles a ese objetivo, las narrativas oficiales que abordan el pasado han constituido lo

    que se puede llamar "historia ejemplar": un conjunto de textos basados en hechos, reales o ficticios,

    protagonizados por hroes perfectos, idealizados y cannicos, es decir personajes presentados como

    ejemplos de abnegacin y patriotismo. Tanto el Estado como sus aparatos ideolgicos, principalmente

    las escuelas, han sido los lugares e instituciones desde donde se ha difundido dicha historia ejemplar que

    poco o nada dice de las personas que no se ajustan al canon de lo deseable para el orden establecido. Sin

    embargo, y gracias al avance de las ciencias sociales, la perspectiva acadmica de la historia ejemplar

    heredada del siglo XIX ha venido siendo impugnada cada vez ms, aunque ello haya sucedido casi

    tardamente. Exceptuando a pioneros solitarios y a ciertos trabajos de la Escuela de los Anales, slo

    desde los aos sesenta y bajo el impulso de la denominada historia de las mentalidades francesa, de la

    microhistoria italiana y de la "history from below" (historia desde abajo) britnica, varios

    historiadores y cientistas sociales introdujeron nuevos temas en el quehacer histrico como el crimen,

    el control social, la infancia, la violencia ritual, las prcticas sexuales y la conquista de la ciudadana,

    entre muchos otros que contribuyeron a una mejor comprensin de las experiencias de los sectores

    populares y de sus complejas relaciones con las elites. As, poco a poco, los personajes olvidados y

    marginados por la historia ejemplar han ido emergiendo de los archivos haciendo visible una realidad

    oculta que demuestra que anti-hroes desconocidos y personas comunes y corrientes fueron tambin, a

    su modo, agentes histricos importantes. Desde bandidos, prostitutas, locos, brujas, soldados desertores,

    mendigos y diversos villanos, hasta amas de casa y hroes desmitificados, una variegada "fauna" de

    hombres y mujeres ha venido evidenciando que la historia es mucho ms compleja y ms rica que lo que

    nos han enseado en las aulas escolares y universitarias.

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    Considerando lo anterior, e influenciado por las corrientes histricas que indagan las vidas de

    personajes olvidados y oscuros, o simplemente desconocidos, en el presente ensayo me he propuesto

    abordar un mbito poco explorado en Bolivia: el bandolerismo social.

    Es preciso recordar que desde que Eric Hobsbawm uno de los representantes de la "history

    from below", junto con E. P. Thompson caracteriz al "bandido social", a fines de los aos 501, los

    estudios sobre el bandolerismo proliferaron frenticamente en Amrica Latina y ello tuvo el efecto

    saludable de renovar de modo notable los conocimientos histricos respecto a los conflictos rurales y las

    culturas campesinas. Con todo, resulta significativo que en Bolivia este mbito permanezca casi

    desconocido pues, salvo un par de excepciones,2 hasta hoy los historiadores bolivianistas no han

    investigado a quienes se pusieron "fuera de la ley" a pesar de que el bandolerismo fue muy comn a lo

    largo y ancho de los Andes, hecho demostrado elocuentemente por mltiples pesquisas realizadas

    durante las ltimas tres dcadas en Per y otros pases vecinos como Chile y Argentina.

    Por qu es importante estudiar histricamente a los bandidos? Tal como han sintetizado los

    historiadores peruanistas Carlos Aguirre y Charles Walker, la importancia del estudio histrico del

    delito, y por tanto del bandolerismo, reside en tres aspectos fundamentales. Primero, permite al

    investigador un acercamiento a las vivencias de los sectores populares. Segundo, el delito y su obvio

    correlato, el castigo, constituyen un terreno en el que se evidencian en sus formas ms crudas las

    1 La caracterizacin primigenia que plante Hobsbawm acerca del "bandolerismo social" fue parte del libro Rebeldes Primitivos. La primera edicin de esta obra es de 1959 y los argumentos esbozados all por Hobsbawm fueron planteados con ms detalle en un libro posterior llamado Bandidos. 2 Los nicos textos acadmicos de historia boliviana que tratan especficamente el bandolerismo pertenecen a Eric Langer y a Carlos Prez. Langer compar el bandolerismo de los pueblos sucrenses Tomina y Yamparaez entre 1882 y 1930. Por su lado, Carlos Prez estudi el caso de Juan Jos Prez: un bandido militar que luchaba contra Belzu en el contexto del auge de la economa de la quina. Tambin hay que mencionar el trabajo de Marie-Danielle Demlas, quien abord de modo sugestivo el bandolerismo de las montoneras ayopayeas durante la Guerra de Independencia en el marco de un estudio ms amplio y basado en el anlisis de la obra de Jos Santos Vargas. Aparte de estos estudios existe un pequeo captulo de un conocido libro de Ren Arze que da cuenta exiguamente del bandolerismo en las reas rurales de Sucre entre los aos 20 y la Guerra del Chaco, actividad que se expandi a Beni, Santa Cruz y Tarija e involucr a grupos indgenas que se dedicaron con decisin a los saqueos y asaltos. Luego, lo que se ha producido en torno al bandolerismo boliviano son escasas narraciones folklricas, como las desarrolladas por Antonio Paredes Candia, o relatos en los que los policas aparecen como hroes y la delincuencia es presentada como una anormalidad que debe ser castigada. Ejemplo de este ltimo tipo de narraciones es el libro de Juan Navajas y ms an el de Agustn Morales, ex-polica devenido en escritor, que presenta una serie de relatos, ms o menos verdicos, acerca del abigeato y la criminalidad en general, particularmente durante la primera mitad del siglo XX. Las referencias de estos trabajos son las siguientes: Langer, Eric, "Bandolerismo andino y organizacin comunal campesina, 1882-1930", en Aguirre, Carlos y Walker, Charles eds., Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia en el Per, siglos XVIII-XX, Instituto de Apoyo Agrario, Lima, 1990; Prez, Carlos, "El bandidaje poltico en la frontera de la Cinchona: el caso de Juan Jos Prez", en Salmn, Josefa y Delgado, Guillermo, eds., Identidad, ciudadana y participacin popular desde la Colonia al siglo XX, Asociacin de Estudios Bolivianos/Plural, La Paz, 2003; Demlas, Marie-Danielle, Nacimiento de la guerra de guerrilla. El diario de Jos Santos Vargas (1814-1825), Plural/IFEA, La Paz, 2007; Arze, Ren, Guerra y conflictos sociales. El caso rural boliviano durante la campaa del chaco, CERES, La Paz, 1987; Paredes Candia, Antonio, Bandoleros, salteadores y raterillos, Isla, La Paz, 1998; El Zambo Salvito, Isla, La Paz, 1987; Navajas, Juan, Leyendas y relatos del Chaco boliviano, Isla, La Paz, 1983; Morales, Agustn, Crnicas policiales de crmenes en Bolivia, Isla, La Paz, 1987.

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    tensiones entre el poder y la resistencia. Tercero, el estudio de la criminalidad puede contribuir

    decisivamente a la comprensin de fenmenos polticos y culturales.3 Debido a estas razones considero

    que el bandolerismo y la criminalidad en general deberan introducirse entre los intereses de los

    historiadores bolivianistas.

    El presente ensayo trata la temtica del bandolerismo ocupndose de un caso especfico: el

    caudillo cochabambino decimonnico Martn Lanza. Mi argumento es que Lanza fue un bandolero

    social, y a la vez un bandolero poltico investido de caractersticas mticas, cuya figura fue borrada de

    toda memoria popular en virtud de procesos como el ascenso del liberalismo y la emergencia del

    movimiento indgena "moderno". Lejos de pretender que este ensayo sea una biografa de Lanza mi

    intencin es ms bien utilizar a dicho personaje para, a travs de l, acercarnos a un conjunto de temas y

    acontecimientos poco conocidos de la historia de Cochabamba, como por ejemplo las pugnas

    finiseculares regionales, la criminalidad, la violencia poltica, las prcticas electorales, la represin, las

    luchas indgenas y varios sucesos acecidos en el territorio cochabambino durante la Guerra Federal

    (1898-1899).

    Lanza fue un caudillo de fines del siglo XIX que pese a su origen patricio tuvo gran arraigo entre

    los sectores populares convirtindose en un autntico hroe para ellos. Lo poco que existe en torno a

    Lanza es lo que escribieron sus contemporneos, es decir columnas y noticias periodsticas, actas

    judiciales, folletera y algunos testimonios. Aparte de ello lo ms prximo a una "narrativa fundacional"

    acerca de Martn Lanza es un cuento extenso, que ms parece un relato biogrfico, escrito por Jorge

    Meza e incluido en el libro Cuentos de medianoche publicado en 1960.4 El padre del autor referido

    conoci directamente a Lanza, por lo que la narracin de Meza se basa en gran medida en el testimonio

    que su propio progenitor le otorg de primera mano. El segundo texto existente acerca del caudillo es el

    de Jos Montao, sobrino de Martn Lanza, quien incluy las hazaas de su to en el libro Monografa

    de Vinto, de 1968.5 Por ltimo, en los aos 80, los escritores Rafael Peredo6 y Antonio Paredes Candia,7

    cada uno por su parte, abordaron brevemente las aventuras de Lanza, el primero desde una perspectiva

    historiogrfica y el segundo desde una ptica folklrica. Por lo dems, Martn Lanza aparece

    3 Aguirre, Carlos y Walker, Charles, "Introduccin", en Aguirre, Carlos y Walker, Charles eds., Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia en el Per, siglos XVIII-XX, Instituto de Apoyo Agrario, Lima, 1990, 13-23. 4 Meza, Jorge, "Martn Lanza, un caudillo legendario", en Meza, Jorge, Cuentos de medianoche, Mercurio, Cochabamba, 1960. 5 Montao, Jos, Monografa de Vinto, Editorial Canelas, Cochabamba, 1968. 6 Peredo, Rafael, "Martn Lanza. Un caudillo quillacolleo", Historia Boliviana, no. 2, vol. III, 1983. 7 Paredes Candia, Antonio, Tradiciones orureas, Isla, La Paz, 1980. Lanza figura en un libro dedicado a Oruro porque un episodio de su vida ocurri en la jurisdiccin de este departamento: el episodio de la "Cuesta Colorada", que abordar brevemente en el captulo final del presente ensayo.

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    someramente en dos diccionarios histricos, uno de Josep Barnadas8 y otro de Guillermo Lora,9 y en un

    par de otras investigaciones que no versan exclusivamente sobre nuestro personaje pero que s lo

    mencionan, por ejemplo la obra de James Dunkerley10 o la de Ramiro Condarco Morales.11 En muchos

    casos fue la narracin de Jorge Meza la que inici la reflexin y la reconstruccin de la vida de Lanza,

    constituyndose en la base de varios de los escritos aludidos, ms all de los cuales no existe hasta hoy

    nada sistemtico ni profundo.

    Antes de proceder con la narracin es necesaria la siguiente precisin conceptual. Los "bandidos

    sociales" son para Hobsbawm un tipo especial de gentes, enfrentadas a la legalidad, a las que cierta

    opinin no toma por simples delincuentes:

    Los esencial de los bandoleros sociales es que son campesinos fuera de la ley, a los que el seor y la ley

    considera criminales, pero que permanecen dentro de las sociedad campesina y son considerados por su

    gente como hroes, paladines, vengadores, luchadores por la justicia, a veces lderes de la liberacin, y en

    cualquier caso como personas a las que admirar, ayudar y apoyar.12

    El aspecto central que da significado al bandolerismo social y lo diferencia de la delincuencia

    comn o "anti-social" sera una relacin particular y estrecha entre el campesinado y el bandido. Se

    tratara, para Hosbawm, de un tipo "primitivo", "arcaico" y "pre-poltico" de protesta y de rebelin,

    cuyas manifestaciones son universales en sociedades rurales pre-capitalistas con poca o nula presencia

    estatal y en fase de transicin hacia la modernidad industrial desarrollada. El bandolerismo, adems,

    adquirira caractersticas epidmicas en zonas de pauperismo o durante crisis polticas y econmicas, as

    como en caso de guerras civiles o invasiones extranjeras.

    Junto a estas consideraciones generales Hosbawm elabora una tipologa de bandoleros sociales

    de los que quiero destacar al "ladrn noble" estilo Robin Hood. El ladrn noble es aqul paladn

    generoso que corrige abusos. De hecho muchas veces inicia su carrera como vctima de injusticias y por

    ello procede a aplicar justicia por mano propia. Otros rasgo es que roba al rico para dar al pobre,

    ciertamente una obligacin tica ideal ms que real en muchos casos, tal como reconoce el propio

    Hobsbawm. A ello se aade que el ladrn noble hace un uso moderado de la violencia, es respetado,

    8 Barnadas, Josep, dir., Diccionario histrico de Bolivia, Grupo de Estudios Histricos, Sucre, 2002. 9 Lora, Guillermo, Diccionario histrico, poltico y cultural, Masas, La Paz, 1985. 10 Dunkerley, James, Orgenes del poder militar. Bolivia 1879-1935, Plural, La Paz, 2006. 11 Condarco Morales, Ramiro, Zrate. El temible Willka. Historia de la rebelin indgena de 1899, El Pas, Santa Cruz, 2011. 12 Hobsbawm, Eric, Bandidos, Crtica, Barcelona, [1969] 2011, 33.

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    admirado y ayudado por su pueblo, su muerte es resultado de una traicin y finalmente no es enemigo

    del "rey" sino de la nobleza local.

    Por otro lado, el tipo ideal del ladrn noble hobsbawmniano puede confluir con la imagen de

    ciertos guerrilleros y revolucionarios. Aunque para Hobsbawm los bandidos sociales no son

    revolucionarios, este autor admite que en tanto desafan al orden establecido tienen un potencial

    revolucionario y en determinados momentos pueden convertirse en smbolos y adalides de la resistencia.

    Frente a este marco terico las crticas a Hobsbawm fueron muchas y las que me parecen ms

    interesantes son que el bandolerismo no es un fenmeno pre-poltico, pues comnmente participa de

    disputas polticas,13 y que los bandidos sociales no son necesariamente campesinos pobres, pudiendo ser

    tambin ricos terratenientes.14 Hobsbawm acept muchas de las crticas y discuti otras, pero su modelo

    de interpretacin todava contina siendo til y es una referencia insoslayable para todo estudio

    bandidolgico.

    Hechas estas consideraciones procedo a la narracin y al anlisis no sin antes hacer una breve

    observacin metodolgica. La investigacin se ha desarrollado mediante una rigurosa pesquisa

    hemerogrfica y documental atando varios cabos sueltos obtenidos en archivos pblicos y privados.

    Folletos, peridicos, juicios, discusiones desarrolladas en el Congreso Nacional, informes oficiales,

    comunicaciones personales, fotografas y en menor medida folklore y literatura: todo ello ha servido

    para dar cuerpo al relato que sigue y que espero pueda inspirar nuevos estudios bandidolgicos

    cochabambinos.

    13 Los historiadores colombianistas Gonzalo Snchez y Donny Meertens plantearon el concepto "bandolerismo poltico", precisamente para destacar el papel crucial que varios bandidos han tenido en conflictos polticos. En concreto lo que Snchez y Meertens muestran es que, en muchos casos, los bandoleros establecen relaciones de dependencia respecto a uno o varios componentes de la estructura social dominante. En esta visin sera la subordinacin poltica lo que motiva y define las actuaciones de los bandoleros. Snchez, Gonzalo y Meertens, Donny, Bandoleros, gamonales y campesinos. El caso de la Violencia en Colombia, Punto de Lectura, Bogot, 2011, 53, 54. A decir de Armando Moreno, se trata del clsico contubernio entre determinados malhechores y la clase poltica, alianza en la que los bandidos estn al servicio de los poderosos. Moreno, Armando, "El bandolerismo social revisitado. El caso del Norte del Tolima (Colombia)", Historelo, no. 7, vol. IV, 2012, 293, 294. No obstante, me parece que el concepto "bandolerismo poltico" debe ampliarse y aclimatarse a los casos de estudio, puesto que no todos los que podran ser definidos como "bandoleros polticos" actuaron solamente en funcin de los intereses de las clases dominantes, pudiendo haber adoptado tambin objetivos propios ms all de las estructuras formales del orden establecido. Del mismo modo, es menester tomar en cuenta que tanto el bandolerismo social como el poltico y el anti-social no presentan contornos y lmites precisos ya que interactan y se confunden hasta volverse indistinguibles en determinadas coyunturas. Con todo, la distincin conceptual entre los tipos de bandolerismo puede resultar til y la asumo para fines analticos. 14 Una buena sntesis de las crticas a Hobsbawm puede hallarse en el trabajo de Armando Moreno "El bandolerismo social revisitado".

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    1. LOS INICIOS

    Martin Lanza Gonzales de Prada naci probablemente durante 1870 en Illataco, un pequeo

    pueblo perteneciente a la jurisdiccin cochabambina de Quillacollo en aqul tiempo capital de la

    provincia Tapacar: centro agrcola, comercial y hacendal que constitua el principal ingreso a la

    ciudad de Cochabamba arribando desde La Paz u Oruro. Perteneca a una familia linajuda entre cuyos

    antepasados inmediatos se encontraba Jos Miguel Garca Lanza: conocido terrateniente paceo y uno

    de los hroes de la Independencia ms famosos en la historia de Bolivia.15 Los padres de Martn Lanza

    fueron Martn Garca Lanza y Saravia, hijo del prcer Jos Miguel, y Rosa Gonzles de Prada. Martn

    padre, quien opt como Jos Miguel por usar el apellido Lanza anteponindolo a Garca, era un abogado

    y rico hacendado residente en Illataco, desde donde arm una meterica carrera poltica ejerciendo

    cargos como Alcalde de Quillacollo, Senador, Prefecto de Cochabamba y Ministro de Gobierno en

    varias ocasiones, puestos obtenidos gracias al prestigio que le daba el hecho de ser el hijo de un "padre

    de la patria".16

    No se sabe nada de la niez y adolescencia de nuestro personaje, pero es fcil imaginar que con

    una vida holgada, garantizada por el linaje y la riqueza de sus padres, Martn tuvo una infancia tranquila

    en sus hermosas haciendas de Illataco y de Vinto junto a su familia y a sus tres hermanos: Mara,

    Matilde y Agustn. Ms tarde, ya en la adolescencia, empez a perfilarse en Lanza un espritu inquieto

    mediante mltiples lazos de amistad con indios y mestizos de la zona con quienes pasaba largas horas

    jugando y hablando en quechua mientras descubra da a da los secretos de la vida. Con el correr de los

    aos empez a gozar cada vez ms de las tardes vallunas en las buclicas chicheras de Vinto,

    Quillacollo e Illataco, donde el ya joven Martn reciba no pocas propuestas de oficiar como padrino de

    bautizo de los hijos de sus amigos campesinos, actos y responsabilidades que aceptaba y cumpla

    acompaado en ellos por su madre dado que Lanza era soltero.17 De este modo el futuro caudillo fue

    tejiendo una extensa red de compadrazgos que ms tarde le seran fundamentales en sus correras

    bandoleras y polticas.

    15 Jos Miguel Garca Lanza (1791-1828) fue el nico lder guerrillero que sobrevivi a las luchas independentistas, siendo asimismo uno de los pocos veteranos que participaron en la fundacin de la Repblica de Bolivia firmando el Acta de Independencia: un autentico "padre de la patria". Jos Miguel fue hermano de Gregorio y Manuel Victorio Garca Lanza, tambin combatientes en la Guerra de Independencia pero que no sobrevivieron a ella. Acerca de la familia Garca Lanza vase la obra de Mario Bedoya quien rastrea la prosapia de estos apellidos hasta hacerla llegar a las montaas de Santander, en Espaa. Bedoya, Mario, Manuel Victorio Garca Lanza. Protomrtir de la independencia, Los Amigos del Libro, Cochabamba, 1975. 16 Montao, Jos, Monografa de Vinto, 455. 17 Meza, Jorge, "Martn Lanza, un caudillo legendario", 138, 139.

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    Respecto a su figura y personalidad, el Martn Lanza de Antonio Paredes Candia tena "ojos

    verdes y cabello ensortijado", detalles imaginarios si se observan las fotografas de Lanza. Para este

    autor Martn era "galante y dicharachero con las damas", "zumbn con los varones", "eximio guitarrista

    e insuperable cantor". Dicho escritor tambin seala que en un momento dado una mujer vinculada al

    palacio de gobierno, en La Paz, "languideca de amor" por l.18 A diferencia de Paredes Candia, ni Jorge

    Meza ni Rafael Peredo se animan a imaginar estos detalles personales. Sin embargo Meza desliza el

    dato, quiz fantasioso, de que Lanza gener el amor intenso de una monja. Ms all de especulaciones

    novelescas, lo cierto es que Martn desarroll una personalidad fuerte, magntica y carismtica. A ello se

    aade la actitud de audacia y osada que Lanza asumi como norma de vida, todo lo cual hizo de l un

    hombre atractivo, admirado y respetado.

    Siguiendo con el relato de Jorge Meza en algn periodo de su temprana juventud Lanza habra

    viajado a Espaa y a otras capitales europeas "en recorridos de franca asimilacin cultural".19 Por su

    lado Jos Montao, hijo de la hermana de Martn, en su afn por otorgar un status letrado-acadmico a

    su inquieto to, afirma que Lanza estudi abogaca en tal viaje.20 En opinin de Rafael Peredo fue en

    Europa donde Martn capt "ideologas renovadoras".21 Creo que estos datos son cuestionables pues a lo

    largo de mi pesquisa no he encontrado ninguna referencia, ninguna alusin, ni siquiera un mnimo

    indicio de que Lanza estuvo en Europa o de que estudi abogaca, por lo que sospecho que tales

    atributos y experiencias que Meza, Montao y Peredo otorgan a Martn son un intento de adornar e

    idealizar a quien consideran un hroe patritico, ilustrado y sin mancha.22 Como fuese, el caso es que

    Lanza conoci de algn modo las ideas federalistas y socialistas que ya circulaban en Bolivia desde los

    aos 70 del XIX y ello le condujo a desplegar una visin crtica sobre las injusticias que padecan los

    sectores subalternos y empobrecidos del pas. La consecuencia de la sensibilidad poltica de Martn

    resulta bastante predecible: se afili al Partido Liberal.

    18 Paredes Candia, Antonio, Tradiciones Orureas, 47. 19 Meza, Jorge, "Martn Lanza, un caudillo legendario", 139. 20 Montao, Jos, Monografa de Vinto, 206. 21 Peredo, Rafael, "Martn Lanza, un caudillo quillacolleo", 292. 22 Quien s hizo un viaje por Europa fue Agustn, hermano de Martn. He hallado una noticia de mediados de abril de 1897 en la que se informa que Agustn Lanza marchaba a Espaa como parte de una "legacin acreditada". En aquella noticia Agustn fue calificado como "determinado hasta la temeridad, elegante en su trato y educado en las finas maneras de un saln a la moda". El Siglo XX, 22 de abril, 1897.

  • 10

    2. CUADRILLAJE, CAUDILLOS Y VIOLENCIA ELECTORAL

    Martn Lanza se inici en la poltica durante las violentas jornadas de sufragio de fines del siglo

    XIX, en las que vea las irregularidades y abusos que impunemente cometan los conservadores. La

    necesidad de contener los corruptos y violentos procedimientos electorales fue la principal razn que

    impuls a Lanza a crear su propio grupo armado para intervenir en los actos se sufragio. Por ello es

    menester conocer brevemente cul era el panorama poltico desde los aos 80 del siglo XIX, a fin de

    comprender las acciones de diversos grupos de bandoleros y la intensificacin de las pugnas que

    desembocaron en una verdadera guerra.

    Tras la cada de Melgarejo, y particularmente despus de la derrota boliviana en la Guerra del

    Pacfico (1879-1883), el caudillismo militar heredado de la Guerra de Independencia fue duramente

    cuestionado por un grupo de importantes letrados y empresarios que acordaron establecer gobiernos

    legales para lograr estabilidad y desarrollar con tranquilidad sus negocios y el sector privado de la

    economa. Es as que desde 1880 se estableci un sistema de partidos "moderno" y una democracia

    representativa que se mantuvo vigente durante las siguientes dcadas a costa de muchos problemas.

    Gradualmente, eran cada vez ms los polticos que planteaban que slo con el ejercicio de la democracia

    iba a superarse al caudillismo brbaro al que se atribuy el atraso del pas, idea utpica, pues el

    caudillismo, en sus variantes civil o militar, fue una caracterstica de la poltica boliviana durante mucho

    tiempo todava.

    En cuanto a la palabra "caudillo" cabe decir que fue un vocablo muy usado en el siglo XIX.

    Inspirado en una definicin de Jhon Lynch caracterizo a los caudillos como lderes que, utilizando

    pequeas bandas armadas, ejrcitos improvisados y/o el ejrcito oficial del Estado, ejercan dominio en

    determinadas regiones para desde ah alcanzar el gobierno nacional. Ciertamente el manejo abusivo e

    ilegal de las armas hizo que el caudillismo derive hacia el bandolerismo, sin que ello excluya la

    utilizacin de "brazos legales" e institucionales. El caudillo obtena su poder a travs del control de

    recursos locales, particularmente haciendas, poder basado igualmente en lazos de patrones y clientes que

    deseaban adquirir riquezas por medio de las armas. Irnicamente, los caudillos tambin podan

    garantizar periodos de paz y estabilidad, lo cual les daba legitimidad: el caudillo, en alguna medida,

    llenaba un vaco de poder y las causas de su emergencia fueron la pobreza, las crisis econmicas y la

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    debilidad del Estado.23 Los rasgos ms distintivos del caudillo eran la personalizacin del poder

    mediatizado por redes clientelares, la valenta, el carisma, cierto mesianismo y la carencia de un

    programa poltico,24 aunque tambin, en mi opinin, existan caudillos que tenan programas polticos,

    desquiciados o incoherentes, pero programas al fin.25 Segn va a observarse, Martn Lanza se ajusta a

    estas definiciones y caractersticas de los caudillos aqu planteadas.

    Ahora bien, Bolivia tericamente era ya una democracia desde su fundacin, el problema fue

    que, segn los grandes letrados, el excesivo militarismo haba impedido su consolidacin y desarrollo.

    Por esto los polticos civilistas plantearon la necesidad de "un verdadero gobierno del pueblo" basado en

    elecciones libres y aqu viene el tema electoral. Al respecto, hay que sealar que las constituciones y

    reglamentos electorales existentes desde 1825 impedan el voto de los analfabetos y de los que no tenan

    rentas, no obstante, poco a poco se fueron estableciendo clusulas que pospusieron el requisito de la

    lecto-escritura en espera de la extensin de la instruccin.26 As, si bien la gran mayora de la poblacin

    estaba excluida del derecho poltico de elegir o ser elegido, la corrupcin electoral ampliaba el nmero

    de votantes permitiendo la prctica ilegal del sufragio analfabeto.

    Casi sbitamente la campaa electoral masiva y "moderna" apareci como algo nuevo en Bolivia

    y las elites empresariales y terratenientes se hicieron conscientes de que iba a ser imposible usufructuar

    las instancias del poder estatal sin recurrir a indios y cholos para utilizarlos como contingentes

    electorales. En esa lgica los sectores polticos dominantes desplegaron una serie de tcticas de

    clientelismo dirigidas a la plebe que contribuyeron a crear un nuevo personaje llamado el "esbirro

    electoral" conocido igualmente como "esbirro poltico", cuyo trabajo era garantizar el fraude en las

    elecciones. Adems, dado que el acercamiento de los polticos a los sectores populares, particularmente

    artesanales, se convirti en un recurso decisivo, ciertas autoridades empezaron a patrocinar la

    organizacin de entidades mutualistas de artesanos participando incluso en ellas como miembros

    honorarios o padrinos, prctica que se remonta a la poca de Belzu.

    Por otro lado, tambin es preciso sealar que las elecciones eran secretas slo nominalmente: se

    llevaban a cabo en las plazas pblicas y casi todas con fraude y con disturbios. En las provincias las

    elecciones podan durar hasta cuatro jornadas y el conteo de votos se haca da a da, de modo que, segn

    23 Lynch, John, cit. en Schelchkov, Andrey, La utopa social conservadora en Bolivia. El gobierno de Manuel Isidoro Belzu (1848-1855), Plural, La Paz, 2011, 18, 19. 24 Mendieta, Pilar, Entre la alianza y la confrontacin. Pablo Zrate Willka y la rebelin indgena de 1899 en Bolivia, Plural/ASDI/IFEA/IEB, La Paz, 2012, 56. 25 Una perspectiva novedosa sobre el caudillismo boliviano la ofrecen Peralta, Vctor e Irurozqui, Marta, Por la concordia, la fusin y el unitarismo. Estado y caudillismo en Bolivia, 1825-1880, CSIC, Madrid, 2000. 26 Irurozqui, Marta, Democracia en el siglo XIX. Ideales y experimentaciones polticas: el caso boliviano (1880-1899), Revista de Indias, no. 219, 2000, 398.

  • 12

    el resultado de la primera jornada y el aumento del cohecho, se iban dando ataques recprocos "a bala,

    pual y piedra", adems de diversas "trompeaduras", "pateaduras de puertas", "vivas y griteras

    espantosas" e incendios de casas.27 Por cierto, los incendios de las casas en etapas electorales eran muy

    comunes y generalmente se realizaban utilizando sbanas empapadas en kerosene.28

    De esta manera Bolivia ingres en una continua espiral de violencia considerando que las

    elecciones se realizaban con una frecuencia inaudita: se elega presidente cada cuatro aos, alcaldes cada

    dos y aparte senadores y diputados. A ello se suma el hecho de que muchas elecciones se anulaban y

    tenan que realizarse nuevamente, o en algunos casos ciertas autoridades ya designadas, especialmente

    alcaldes, renunciaban por presiones y amenazas, reeditndose los comicios una y otra vez junto a

    escenas de corrupcin, cohecho y enfrentamientos sangrientos.

    En cuanto a Cochabamba, resulta interesante que este departamento fue un importante asiento

    electoral, y ello se debi probablemente a la mayor difusin de escuelas respecto a otras ciudades.29 A

    propsito, llama la atencin que una gran mayora de los inscritos en los padrones electorales, sobretodo

    en la capital del departamento, provenan del artesanado y de los sectores populares. Datos de 1880

    muestran que un sorprendente 64.67 % de los electores tenan este origen, porcentaje que se elev a

    75.83% en 1888.30 Entonces, a pesar del carcter censitario de la democracia, Cochabamba se convirti

    en una ciudad privilegiada para la participacin electoral de quienes no eran considerados oficialmente

    ciudadanos, lo que provoc a su vez altos grados de politizacin entre la poblacin.

    Es as que la ciudad y sus provincias, particularmente desde 1880, se vieron sacudidas por actos

    violentos cada que tenan que llevarse a cabo las jornadas electorales. Entre muchos otros, y slo por dar

    un ejemplo, fueron particularmente clebres los acontecimientos ocurridos en la eleccin de diputados

    realizada durante mayo de 1888 en Palca, pueblo hoy llamado Independencia. En esa ocasin se

    enfrentaron militantes del Partido Constitucional y del Partido Liberal generando un choque armado que

    dej siete muertos y varias casas incendiadas "en medio del tronar de los disparos y de una gritera

    espantosa", suceso que agrav el antiguo odio recproco que exista entre los habitantes de Palca y los de

    Morochata, ya que los primeros atribuyeron el caos a los segundos.31 Y as, leyendo la prensa, los

    27 Rejas, Damin Z., Manifiesto del doctor Damin Z. Rejas de los 50 aos de servicio que tiene prestado al pas, Universo, Cochabamba, 1946, 4, 5. 28 El Heraldo, 3 de mayo, 1906. 29 Un informe del Ministerio de Instruccin, publicado en 1896 con el ttulo de "Instruccin popular", seala que de 35.749 estudiantes en Bolivia 12.752 estaban en Cochabamba. El Comercio, 21 de noviembre, 1896. 30 Rodrguez Garca, Huascar, "Cholos, esbirros y ciudadanos. Elecciones y violencia poltica en Cochabamba (1883-1925)", Anuario de Estudios Bolivianos Archivsticos y Bibliogrficos, no. 19, 2013. 31 Rejas, Damin Z., Manifiesto, 4, 5.

  • 13

    ejemplos de violencias y muertes ocasionadas durante las elecciones entre 1800 y las primeras dcadas

    del siglo XX podran multiplicarse hasta llegar a cientos de casos.32

    Las provincias cochabambinas fueron el escenario principal en el que diversos "clubes polticos"

    se fueron convirtiendo poco a poco en "mazorcas" agrupaciones organizadas para la violencia o

    directamente en cuadrillas armadas: grupos de diez a treinta personas que empezaron a practicar el

    bandolerismo. Se trataba de temibles organizaciones de matones a sueldo capaces de cometer cualquier

    tipo de violencias y an asesinatos a sangre fra. Eran bandas irregulares y piramidales, en algunos casos

    clanes familiares, cuyos miembros tenan distintas procedencias siendo comnmente jvenes cuyas

    edades podan oscilar entre los diecisiete y los treinta aos, con algunas excepciones de gente mayor a

    los cuarenta. Por lo general estaban a cargo de un jefe al cual le seguan dos o tres miembros de

    confianza que estaban por sobre el resto de integrantes del grupo.

    Las cpulas de estas bandas, siempre masculinas, las ocupaban los letrados: caudillos menores,

    generalmente abogados pertenecientes a las elites provincianas, quienes en muchas ocasiones detentaban

    tambin cargos de poder como Intendencias, Corregimientos, Alcaldas Parroquiales, Subprefecturas y

    otros. La base del grupo estaba constituida por artesanos, pequeos comerciantes, campesinos o

    malhechores solitarios sin oficio conocido. Eran financiados y armados por las autoridades

    gubernamentales o locales y su funcin consista en asegurar los triunfos electorales, atemorizar o

    castigar a los rivales y organizar grupos de propagandistas, espas y delatores. De este modo los partidos

    polticos conservador y liberal, nacidos del mismo ncleo minero-terrateniente, comenzaron a ejercer un

    efectivo control territorial mediante "clubes polticos" y cuadrillas que fueron adquiriendo una

    importancia crucial debido a su polivalencia: podan ser grupos de choque, hacer proselitismo o practicar

    el espionaje. Los lugares predilectos de tales organizaciones eran las chicheras, lo que contribuy a

    identificar el consumo de la chicha con el caos y el desorden poltico.

    Existieron muchas de estas cuadrillas de bandoleros polticos en Cochabamba, y algunas de ellas

    tuvieron tanta fama y celebridad por sus crmenes que la prensa de fines del XIX las calificaba de

    "legendarias". Una de ellas, la ms sobresaliente de todas junto con la de Martn Lanza de la que me

    32 Una mirada general sobre la violencia electoral boliviana entre el siglo XIX y las primeras dcadas del XX puede hallarse en Irurozqui, Marta, Que vienen los mazorqueros! Usos y abusos discursivos de la corrupcin y la violencia en las elecciones bolivianas, 1884-1925, en Sbato, Hilda coord., Ciudadana poltica y formacin de las naciones. Perspectivas histricas de Amrica Latina, Fondo de Cultura Econmica/El Colegio de Mxico, Mxico, 1999. Una perspectiva cochabambina del tema en Rodrguez Garca, Huascar, "Cholos, esbirros y ciudadanos".

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    ocupar un poco ms adelante, fue la "Cuadrilla de los Crespos", tambin conocida como la "Cuadrilla

    de Punata". Era un clan familiar constituido por cuatro hermanos: Macedonio, Simn, Delfn y

    Justiniano. Se haba formado en la dcada de los 80 en Punata y sus acciones se incrementaron durante

    el gobierno conservador de Severo Fernndez Alonso, cuando la cuadrilla empez a operar en casi todo

    el valle alto. Macedonio Crespo era el jefe visible, quien entre 1895 y 1896 ostentaba un cargo en el

    Juzgado de Punata, aparte de ser Corregidor de Arani y cobrador del impuesto a la chicha.

    Los Crespos atacaban las casas de los liberales para atemorizarlos en pocas electorales y tales

    acciones estaban frecuentemente acompaadas de robos, golpizas y asesinatos. Durante su larga carrera

    delictiva cometieron diversas fechoras y vivieron incontables aventuras, fugas de crceles, procesos

    judiciales, venganzas, rescates, borracheras escandalosas y persecuciones. La cuadrilla estaba compuesta

    por varias personas, llegando en algunos momentos a veinte miembros. En una ocasin la prensa

    mencion la existencia de cien personas en la organizacin, pero claramente eran otros grupos a los que

    la cuadrilla de Punata convocaba excepcionalmente para acciones conjuntas. Entre los miembros ms

    conocidos, despus de los Crespos, se destacaban Juan Bautista y Cristino Pirola alias los

    "yanaternos", Aurelio y Nstor Rivas alias los "chicuelos", Mariano N. alias "el lloquesito",

    Gregorio Arnez alias "Huascar", personaje que fue Comisario de Punata en 1896, Jos Braulio

    Jimnez de tan slo 17 aos de edad, Enrique Terceros un charanguista prodigioso33 y Juan

    Atanacio Lara: joven abogado, panfletista y pistolero que haca negocios con obrados y trabajaba

    tambin con grupos de delincuentes comunes.34

    Por mucho tiempo los Crespos tuvieron en vilo al valle alto, y en particular a los liberales, hasta

    que el propio gobierno conservador se vio obligado a detenerlos dado que la cuadrilla estaba fuera de

    control. Los Crespos se convirtieron en un verdadero asunto de Estado cuando en 1896 se hizo pblico

    el claro apoyo oficial del que goz este grupo durante varios aos, e incluso Macedonio Crespo afirmaba

    tener cartas del propio Presidente Fernndez Alonso, hechos que costaron el cargo a varios altos

    funcionarios y que ocasionaron escndalos e interpelaciones en el Congreso Nacional. Todos estos

    datos, obtenidos de la prensa cochabambina entre 1895 y 1901 y de los archivos judiciales de Punata y

    Tarata, podran servir para escribir otro ensayo dedicado nicamente a los Crespos: uno de los casos ms

    emblemticos, junto con la cuadrilla de Martn Lanza, del bandolerismo poltico cochabambino a fines

    del XIX.

    33 Una sentencia de muerte contra varios de estos individuos, dada a conocer por la prensa en 1901, seala respecto a Enrique Terceros: "toca primorosamente el charango [...] pero las melodas que arrancaba al instrumento, lejos de alagar, aterrorizaban a los pueblos en donde se las escuchaba como presagio de sangrientas escenas". El Estado, 12 de enero, 1901. 34 Irnicamente Lara termin su vida como un ciudadano ejemplar e incluso fue el autor de la letra del Himno a Punata compuesto en 1919. Lara se destac tambin en la Guerra Federal segn se ver ms adelante.

  • 15

    Otra cuadrilla conservadora famosa fue la denominada "Cuadrilla de los veintiocho" o "Los

    veintiocheros", llamada as por el nmero inicial de sus miembros. Tambin conocida como la

    "Cuadrilla de Tarata", era un clan familiar liderado por Jos Ignacio Iriarte, sus hermanos, sus hijos y

    otros allegados. Los Iriarte eran ricos propietarios y autoridades de Tarata que desde los aos 70 se

    vieron enfrascados en un sinfn de juicios y escndalos que incluan muertes, fraudes electorales a favor

    de los conservadores, asaltos a casas y conflictos judiciales que se cruzaban con rivalidades familiares

    por tierra y agua, pues las provincias cochabambinas eran una suerte de "far west" debido a la debilidad

    o inexistencia del Estado y de sus rganos represivos, far west donde primaba la ley del revlver y

    donde la lgica de la vendetta era aceptada y muy comn. El caso de los Iriartes y los diversos conflictos

    en los que estuvieron involucrados muestra que en los valles cochabambinos se viva una autentica

    devaluacin de las leyes oficiales y una clara privatizacin de la justicia. La venganza era la nica ley y

    la justicia la obtena quien tena ms dinero y quien disparaba ms tiros.35

    Fig. 2. Un clan familiar o un "Club poltico" del valle alto a fines del siglo XIX o principios del XX. Ntense las armas exhibidas con naturalidad. Fuente: Guzmn, Guido, Patrones, arrenderos y piqueros. Emergencia de una estructura agraria poblacional. Toco-Cliza. 1860-1920, Editora J.V., Cochabamba, 1999.

    35 Un extenso y jugoso informe dotado de anexos documentales acerca de la cuadrilla de los Iriarte fue publicado por un ciudadano tarateo annimo en 1886. La referencia es Annimo, El partido Constitucional y la Diputacin de Tarata, El Progreso, Cochabamba, 1886. Esta situacin de politizacin del bandolerismo y de privatizacin de la justicia no se daba slo en Cochabamba: por la misma poca, es decir las ltimas dcadas del siglo XIX, otras regiones andinas estaban viviendo situaciones muy parecidas, por ejemplo Hualgayoc, al norte del Per. Vase Taylor, Lewis, "Los orgenes del bandolerismo en Hualgayoc, 1870-1900", en Aguirre, Carlos y Walker, Charles, eds., Bandoleros, abigeos y montoneros.

  • 16

    Como estas, muchas otras cuadrillas ms pequeas y menos clebres operaban en distintos

    lugares de las campias cochabambinas, y debajo de este bandolerismo aristocrtico, que persegua sus

    propios fines ante la decadencia y la crisis de las haciendas, exista un bandolerismo plebeyo y

    campesino dedicado al abigeato y a otros tipos de robos en una lucha por la subsistencia y la

    acumulacin econmica para obtener tierra. As, varios segmentos de los estratos sub-privilegiados de la

    sociedad rural se dedicaron al crimen en un contexto signado por luchas por tierra, abusos de

    terratenientes, recurrentes crisis agrcolas, sequas, hambrunas y epidemias. Sin embargo, ambos niveles

    de criminalidad, uno de elite y otro campesino y popular, estaban en ocasiones articulados,

    particularmente cuando el clima poltico se calentaba debido a las elecciones. El modus operandi

    predominante de casi todos estos grupos era el ataque directo a casas y haciendas, siendo excepcionales

    las cuadrillas que salteaban en caminos y encrucijadas. En ocasiones los bandidos atacaban

    "disfrazados", o sea ataviados con ponchos largos, sombreros tipo "lockos" y con la caras cubiertas o

    pintadas de negro. Por ltimo, tanto en el bandolerismo de elite como en el popular eran muy raros los

    casos de bandidos a tiempo completo, ya que entre una fechora y otra los bandoleros podan ser

    campesinos, mayordomos de hacienda, autoridades polticas, artesanos, arrieros, comerciantes o

    ciudadanos respetables y "normales".

    En fin, el fraude, el cohecho, la violencia electoral y el bandolerismo del partido conservador

    Partido Constitucional slo podan ser combatidos con los mismos mtodos. A esta conclusin lleg

    Martn Lanza quien, dotado de un autntico espritu aventurero y justiciero, procedi a organizar su

    propia cuadrilla en Quillacollo, a la que bautiz con el nombre de "Ligeros" durante una fecha

    desconocida a principios de los aos 90.

    Fig. 3. La parte ilustrada de los Ligeros. De pie Rodolfo Montenegro (izq.) y Martn Lanza (der). Fuente: Montao, Jos, Monografa de Vinto.

  • 17

    3. PRIMERAS ANDANZAS DE "LOS LIGEROS"

    El fraude electoral y el bandolerismo descritos no eran exclusivos de los conservadores siendo

    usados asimismo por los liberales. Es en esa dinmica que Lanza organiz su cuadrilla de "Ligeros", un

    grupo armado que en ltima instancia buscaba la toma del poder por parte del Partido Liberal y la

    instauracin de un nuevo rgimen. Pero me parece que en la decisin de crear su propia banda Martn

    buscaba tambin la fama y la aventura. En mi criterio Lanza tena toda la intencin de convertirse en un

    caudillo romntico inspirado por la memoria de su abuelo guerrillero Jos Miguel, y es por ello que

    empez una lucha tenaz con el objetivo de alcanzar la gloria en las violentas lides polticas.

    Los Ligeros fueron una cuadrilla concebida para contener a los grupos "constitucionales", lase

    conservadores, que controlaban el voto y atemorizaban a los candidatos liberales en el valle bajo y en la

    provincia de Ayopaya. Llamados as por la agilidad y la gran presteza con que empezaron a atacar a los

    conservadores y a sus esbirros en pocas electorales, los Ligeros pretendieron proyectar una imagen

    eminentemente poltica y pacfica, aunque lo evidente es que eran gentes armadas y violentas que

    estaban sostenidas econmicamente por Lanza. De dnde tom Martn el nombre de "Ligeros" o cmo

    se le ocurri? Puede sospecharse que era un homenaje a las llamadas "partidas ligeras" de los

    guerrilleros de la Guerra de Independencia: pequeas bandas de jinetes, una suerte de fuerzas perifricas

    dedicadas a la lucha "por la patria" y tambin al bandolerismo.36 He aqu otra posible conexin entre

    Lanza y la pica mtica de la Guerra de la Independencia que el joven caudillo quera rescatar y

    actualizar.

    La banda inicialmente era reducida y estaba compuesta por los compadres y ahijados de Lanza,

    mas tambin por jvenes ilustres de Quillacollo y de su entorno, incluyendo a Agustn Lanza, hermano

    de Martn. Algunos integrantes del grupo, que lleg a tener entre veinte y treinta miembros, fueron

    Rodolfo Montenegro padre de Carlos Montenegro, Flix Paredes, Clodomiro Prez, Fortunato

    Surez, Respicio Veisaga, Remigio Balderrama y Zenn Ros, entre otros. En buena medida eran

    jvenes letrados e hijos de terratenientes, en ciertos casos abogados y en otros comerciantes, pero haba

    igualmente artesanos y msicos e incluso varios sin oficio conocido: por ejemplo Zenn Ros fue

    calificado por la prensa como "un miserable cholo de Quillacollo".37 Respecto a los msicos, los Ligeros

    tenan varios y el ms famoso fue Respicio Veisaga, descrito en los juicios con la palabra "cantor".

    36 Demlas, Marie-Danielle, Nacimiento de la guerra de guerrilla. El diario de Jos Santos Vargas (1814-1825), Plural/IFEA, La Paz, 2007, 183, 218. 37 El Comercio, 17 de julio, 1902.

  • 18

    Ciertamente en estas cuadrillas los msicos eran muy apreciados, sobre todo para celebrar las fechoras

    exitosas en cantinas y chicheras.

    Aos despus de las primeras acciones de los Ligeros, durante el juicio ms escandaloso que

    enfrent Lanza, un Fiscal dijo en su requerimiento:

    Se ha aseverado por muchos testigos que ha existido, desde hace varios aos, una cuadrilla de

    malhechores en Quillacollo bajo la denominacin de "ligeros" capitaneada por Martn Lanza; y otros

    aseguran que no exista tal cuadrilla, sino que era una agrupacin de los amigos de Lanza para luchar en

    elecciones y en poltica, bajo las rdenes de ste. La verdad es que esta agrupacin se dedicaba unas veces

    a luchar en poltica, y otras a cometer delitos, atacando personas y casas, constituyndose en una

    verdadera cuadrilla.38

    Jorge Meza evita los apelativos de "cuadrilla" o "montonera" muy comunes en el siglo XIX

    al referirse a este grupo, y prefiere denominarlo "Escuadrn de Ligeros de Lanza", usando en ocasiones

    otros eptetos como "brava legin".39 El caso es que Lanza y su grupo con el tiempo logaron anular por

    la fuerza el accionar electoral de los conservadores en Quillacollo y sus alrededores, acabando a la vez

    con las injusticias de las autoridades abusivas y de sus brazos legales e ilegales. Los Ligeros procedieron

    tambin a asaltar sedes policiales, casas y haciendas de los polticos enemigos del Partido Liberal, de

    manera que las hazaas y correras de Lanza poco a poco le fueron colocando en una pedestal de hroe

    justiciero entre campesinos y artesanos, y aun entre gentes ilustres no slo de Quillacollo sino de la

    propia ciudad de Cochabamba.

    La primera accin bandolera contundente de Lanza que he encontrado ocurri a inicios de marzo

    de 1896 cuando los Ligeros, en nmero de treinta, atacaron la sede policial de Quillacollo, al grito de

    "viva Pando!", hiriendo al Comisario de turno. El asalto fue para hacerse propaganda y tambin una

    forma de oposicin contra amenazantes nombramientos de Intendentes, lo que le vali al caudillo la

    organizacin de un sumario en su contra.40 Frente a los ataques liberales la represin del oficialismo se

    encrudeci y Lanza emergi cada vez ms como un enemigo pblico para el gobierno. Con todo, Lanza

    pareca invulnerable ya que, aparte de que la alta sociedad liberal quillacollea y cochabambina lo

    defenda, el caudillo empez a contar con la complicidad del campesinado local que lo vea como a un

    benefactor. Valindose de la impunidad las actividades y correras de los Ligeros continuaron y se

    38 Repblica de Bolivia, Requerimiento en el Proceso Lanza-Quintanilla por el Fiscal 1 de Partido de esta capital Doctor Vctor Salinas, El Comercio, Cochabamba, 1902, 7. 39 Meza, Jorge, "Martn Lanza, un caudillo legendario", 139. 40 El Heraldo, 17 de marzo, 1896; El Siglo XX, 2 de abril, 1896.

  • 19

    desarrollaron aumentando en vigor, lo que ocasion una serie de animadversiones hacia Lanza por parte

    de las autoridades "alonsistas" partidarias del gobierno de Severo Fernndez Alonso que poco a

    poco acumularon varios sumarios contra el joven caudillo e incluso intentaron asesinarlo.

    El sbado 21 de marzo de 1896 un conocido comerciante de ganado de Ayopaya, llamado

    Francisco Antezana, haba ido a arreglar sus negocios a Quillacollo. Hacia las 9 de la noche pasaba en su

    caballo cerca al local de la polica y de pronto la bestia que lo cargaba recibi un tiro de fusil

    Remington. El caballo cay malherido junto con el jinete que tras reponerse tuvo que ultimar al animal

    por compasin. Ocurri que un polica dispar a matar sobre Antezana confundindolo con Lanza y no

    contento con ello apres al comerciante conducindolo a la crcel. Antezana, indignado, inici das

    despus una querella contra el polica que le dispar, contra el Intendente y contra el Subprefecto,

    llamado Samuel Almaraz un conocido represor de liberales, acusndolos por el disparo que sufri

    su caballo. "Todo el que en la oscuridad de la noche se parece a don Martn Lanza, debe ser asesinado a

    sangre fra" se quej el comerciante de ganado en la prensa.41

    Los escndalos de los Lanza y su banda tambin estaban motivados por ciertas disputas

    familiares y personales que no dejaban de mezclarse con la poltica, como fue lo ocurrido durante la

    noche del 13 de noviembre de 1896, fecha en que sucedieron oscuros disturbios en los que estaban

    involucrados algunos de los Ligeros y de sus simpatizantes. Un ciudadano quillacolleo conservador

    apellidado Velarde seal que la mencionada noche Agustn Lanza le haba pegado y le haba robado

    una mula. Adems "los Lanza" habran atacado dos casas buscando a un tal Camilo Zabalaga, luego de

    lo cual se encontraron con un grupo rival que apual severamente a Agustn. Velarde aadi que los

    Lanza tenan una cuadrilla "hace muchos aos" y que se les acusaba de "innumerables crmenes y hasta

    asesinatos". Dicho ciudadano afirm igualmente que los Ligeros operaban no slo en Quillacollo, pues

    tambin iban a Cochabamba evadiendo a la polica mediante el pago de multas y sobornos. Velarde

    concluy sus acusaciones diciendo: "Quin no teme a los Lanzas? [...] todas las puertas se cierran y los

    habitantes no salen a las calles [...] cuando se sabe que los Ligeros preparan su espritu con excitantes

    alcohlicos".42

    Ante las denuncias contra los Lanza aparecieron notas de prensa que desmentan las acusaciones

    y mostraban a los Ligeros ms bien como a vctimas de bandas pagadas por el gobierno. Una columna

    periodstica dice en una de sus partes:

    41 El Siglo XX, 2 de abril, 1896. 42 El Comercio, 19 de noviembre, 1896.

  • 20

    Los "Ligeros" forman toda la juventud y los artesanos honrados, que afiliados al partido liberal, bajo la

    patritica direccin de los jvenes sindicados [Lanza y otros], han hecho efectiva la soberana popular en

    ese distrito. Los "Ligeros" son esa generacin nueva y desinteresada que ha arrinconado a las huestes

    cohechadoras en sus ltimos atrincheramientos.43

    Otro texto de prensa que defenda a los Ligeros afirm que Agustn Lanza y Rodolfo Montenegro

    en realidad fueron atacados por "una turba de bandoleros" que le caus al primero cinco heridas de

    pual. En el mismo peridico el propio Montenegro niega las acusaciones de Velarde y explica los

    disturbios de la noche del 13 de noviembre en Quillacollo como un asunto privado de "honor familiar"

    entre Agustn y Camilo Zabalaga. Montenegro admite que Agustn agredi a Velarde dndole "un

    correctivo", pero en defensa por un insulto recibido.44 Por su parte El Comercio, peridico liberal, neg

    la existencia de una cuadrilla en Quillacollo y respecto a sus "supuestos" lderes aade: "tratndose de

    los jvenes Lanza, sabemos que existen cuestiones de familia que no revisten los caracteres del

    cuadrillaje".45

    Lo cierto es que, entre pequeos escndalos, peleas "por honor" y ataques diversos los Ligeros

    fueron delineando gradualmente un perfil claramente bandolero que no exclua los robos. A propsito,

    resulta llamativo que los primeros escritores que intentaron recobrar la memoria de Martn Lanza me

    refiero a Meza, Montao y Peredo pretendieron ocultar la dimensin bandolera de los Ligeros y de su

    jefe, destacando solamente el lado justiciero, poltico e incluso "patritico". Sin embargo hubo un autor

    sensato que mencion en su relato los robos de esta banda, eso s, aclarando que el producto de los

    asaltos era destinado a la redistribucin estilo Robin Hood. Antonio Paredes Candia fue explcito al

    escribir lo siguiente: "Y los ligeros fueron ligeros. Noche a noche dejaban en calzoncillos a algn

    ricachn, pues le aligeraban de todo lo valioso que haba atesorado. Y no se diga que para gastarlo en

    francachelas sino para repartir entre los pobres y campesinos del valle".46

    Es muy probable que si los Ligeros robaban algo en sus primeros ataques a los conservadores

    parte del botn se usaba efectivamente en redistribuciones a la manera populista, dado que Martn era un

    acaudalado sin necesidades econmicas. Las necesidades que el caudillo tena eran ante todo polticas, y

    resulta factible pensar que las ddivas a los campesinos y menesterosos constituyeron una tctica de

    43 El Siglo XX, 21 de noviembre, 1896. 44 El Comercio 26 de noviembre, 1896. Parece que Agustn, al igual que su hermano, era un hombre al que no le faltaban los problemas: en enero de 1897 fue acusado de "injurias, tentativa de asesinato y heridas graves" por Mximo Arze, un ciudadano quillacolleo que tambin denunci que la justicia, en su opinin, estaba parcializada a favor de los Lanza. El Comercio, 10 de febrero, 1897. 45 El Comercio, 26 de noviembre, 1896. 46 Paredes Candia, Antonio, Tradiciones orureas, 49.

  • 21

    cooptacin usada por Lanza para garantizar admiracin, fidelidad, simpatas y clientelismos,

    particularmente en pocas electorales. Con motivo de las elecciones para diputados realizadas en mayo

    de 1898, por ejemplo, El Heraldo denunci que el candidato liberal a la diputacin por Tapacar,

    Guillermo Sanjins, haba gastado 6.000 bolivianos en su campaa seguramente ddivas, pagos

    monetarios, chicha y comilonas coordinada con los Ligeros, recurriendo tambin al voto ilegal de sus

    colonos y a otras acciones de fraude electoral. El peridico conservador seal asimismo que desde dos

    meses antes de la eleccin "la cuadrilla de los Ligeros" se reuna en los alrededores de Quillacollo "a

    toque de corneta para asesinar y robar impunemente".47

    Las artimaas de los liberales en Cochabamba ejecutadas mediante el clientelismo resultaron

    eficaces y con ellas fueron ganando cada vez ms espacios de poder; de hecho ya haban lograron ganar

    la Alcalda en enero de 1897 y desde ah pretendan obtener el control total del departamento sea como

    fuese. Cabe mencionar que buena parte de la elite cochabambina abrazaba el liberalismo y apreciaba

    mucho a Jos Manuel Pando el lder liberal ms importante del momento, quien visitaba con cierta

    regularidad la ciudad del Tunari, lo cual era todo un acontecimiento, ya que la mejores familias

    disputaban entre s por organizar almuerzos y cenas para el clebre dirigente. En una ocasin, durante

    noviembre de 1896, Pando afirm que se quera quedar a vivir en Cochabamba, ciudad calificada por la

    prensa como "el foco de liberalismo".48

    Poco despus de la contienda electoral de mayo de 1898 los Ligeros realizaron una de sus

    acciones ms escandalosas la noche del 3 de junio en Quillacollo. Hacia las 11 pm de la mencionada

    fecha los Ligeros, en nmero de veinte, llegaron a la casa de los Velarde conocida familia

    conservadora quiz emparentada con los dueos del peridico El Heraldo donde beban varios

    militantes del Partido Constitucional. Lanza y los suyos arribaron ostensiblemente armados con rifles y

    revlveres. Exhibiendo nimo provocador pidieron chicha y se pusieron a beber hasta que en un

    momento dado se levantaron para retirarse sin querer pagar el importe por lo consumido. De pronto,

    Lanza orden a uno de sus subordinados atacar a culatazos a Faustino Velarde ante la atnita mirada de

    los concurrentes que intentaron defender al agredido armndose una trifulca. Entre golpes y descargas de

    fuego los Ligeros tenan la ventaja echando tiros, mientras Faustino Velarde y otros escapaban por las

    paredes y techos hacia casas vecinas.

    El jefe de los bandidos, al calor de la pelea y de la chicha que envalentonaba el nimo, orden

    atacar la casa de Cesreo Martnez, conocido poltico que trabaj notablemente para obtener la eleccin

    de un alonsista candidato a diputado llamado Francisco Saunero. Hacia medianoche, y tras disparar 47 El Heraldo, 29 de abril, 1898; 4 de mayo, 1898. 48 El Comercio, 28 de noviembre, 1896.

  • 22

    sobre varias casas, los Ligeros ingresaron violentamente a la morada de Cesreo Martnez destruyendo

    las puertas a golpes y tiros. Al interior de este hogar se presentaron la hermana de Martnez, llamada

    Bernardina, junto a la madre y la esposa de aqul, Victoria Reyes y Juana Quiroga, respectivamente,

    quienes de rodillas imploraron por la vida del hombre de la casa que estaba escondido. Algunos de los

    Ligeros tomaron sus rifles con las dos manos por el lado del can y procedieron a descargar golpes con

    las culatas sobre los cuerpos de las mujeres que gritaban horriblemente. Uno de los atacantes,

    adormecido por la adrenalina y la chicha, puso tanto furor en su faena que los sesos de la seora Victoria

    Reyes, una anciana de ms de 70 aos, saltaron por doquier mezclados con sangre debido a los brutales

    culatazos. Lanza, revlver en mano, grit "adelante y fuego muchachos!", sealando con esto que el

    objetivo era Martnez al que hallaron prontamente dndole tambin culatazos y finalmente

    descargndole disparos que provocaron su muerte. La viuda, Juana Quiroga, rememorando los sucesos

    cuatro aos despus, seal que los Ligeros "rugan como chacales hambrientos por beber la sangre de

    vctimas indefensas". Aadi que luego del crimen "fueron a celebrar sus fazaas con una inmunda

    bacanal que dur hasta el da siguiente", calificando a Lanza como el "azote de las comarcas de

    Quillacollo".49

    El saldo de los acontecimientos del 3 de junio de 1898 fue dos muertos Cesreo Martnez y su

    madre Victoria Reyes y cinco heridos. La prensa conservadora dedic extensas columnas de crnica

    roja sealando reiteradamente los sesos de la seora Reyes. El escndalo result maysculo y fue bien

    utilizado por las autoridades para desviar la atencin de la opinin pblica respecto a las no menos

    terribles acciones de la cuadrilla de los Crespos, que operaba contra los liberales en el valle alto

    cometiendo diversos crmenes bajo el amparo del gobierno.

    Respeto a la violencia desplegada por los Ligeros contra mujeres y otras vctimas indefensas e

    inocentes, es innegable que sta resultaba en ocasiones excesiva e innecesaria. Con todo, no he hallado

    evidencias de que la cuadrilla de Lanza practicase mutilaciones rituales, tal como otros grupos de

    bandoleros realizaban en el marco de una subcultura criminal basada en la creencia de que las almas de

    los muertos podan ser peligrosas. As, para algunos bandidos arrancar los ojos de los cadveres,

    decapitarlos y/o cortarles las lenguas y en algunos casos comrselas era una garanta de que las

    almas de los muertos no molestaran a los asesinos y la polica no dara con ellos.50

    49 El Heraldo, 7 de junio, 1898; 17 de junio, 1898. Los detalles del ataque a Martnez fueron abundantes y muchos de ellos se deben a un testimonio de Juana Quiroga publicado en 1902, en el marco de una campaa anti-Lanza. El Comercio, 28 de julio, 1902. 50 Con motivo de un ataque de los Crespos en Punata durante el da de los difuntos de 1896, la cuadrilla ms famosa del valle alto fue acusada de haber arrancado la lengua con un cuchillo a un liberal llamado Enrique Arandia estando este todava vivo. Para culminar el acto de crueldad, y antes de ultimarlo a golpes, los bandidos habran obligado a Arandia a que vitoree a Pando, obteniendo, como es lgico, slo ahogados sonidos guturales. El Siglo XX, 14 de noviembre, 1896. Pese a que en este

  • 23

    Volviendo al caso Lanza-Martnez, otro factor de escndalo, denunciado por Juana Quiroga y por

    el propio Prefecto de la ciudad, fue que "prestigiosos vecinos de Quillacollo" ampararon al caudillo

    bandolero y que slo hubo un detenido: el cantor Respicio Veisaga. Sin embargo se abri un proceso

    judicial y los sindicados, aparte de Lanza y Veisaga, fueron el botinero Fructuoso Gonzlez junto a

    Nicasio Garca, Alejandro Saavedra, Feneln Canedo, Froiln Camacho, Lucas Zambrana, Flix

    Paredes, Evaristo Vargas y Remigio Balderrama, de quienes se ignoraban sus datos generales.

    La accin de los Ligeros trascendi el mbito local y el Prefecto de Cochabamba, Rodolfo Soria

    Galvarro, en un informe al Ministro de Gobierno publicado en la prensa, intent minimizar los mviles

    polticos de Lanza destacando motivos de "venganzas personales", al tiempo que condenaba a quienes

    ayudaron al caudillo en su fuga:

    Una otra cuadrilla, capitaneada, se dice, por Martn Lanza, miembro influyente del partido de oposicin

    por sus recursos financieros, asesin a una anciana, hiri gravemente a los hijos de sta, de los que uno

    acaba de espirar [...] y asalt a mano armada varias casas de los pacficos vecinos de aquella villa. Eran

    odios de aldea los que movan la mano criminal de algunos hombres sin conciencia que, amparados detrs

    de una idea poltica o de un nombre poltico ms bien, ejercan venganzas personales, sin que la autoridad

    local inerme [...] pudiera poner coto a tamaos escndalos. La fuerza del orden de Cochabamba cumpli

    otra vez su misin y estn en la crcel varios de los promotores del crimen, aunque se haya dado a la fuga

    el principal, Martn Lanza, amparado por prestigiosos vecinos del pueblo de Quillacollo, que en esta vez

    han comprobado una perversin moral absoluta protegiendo a un criminal.51

    Pese a que Lanza contaba con la ayuda de algunos vecinos nada impidi que el proceso judicial

    se establezca y se desarrolle, llegndose rpidamente al decreto de acusacin en cuatro meses. Martn

    estaba prfugo y al parecer existan rdenes superiores de matarlo. De hecho, el primero de octubre un

    joven llamado Daniel Mercado fue muerto en Quillacollo debido al disparo realizado por un soldado que

    tipo de relatos es difcil determinar dnde termina la realidad y dnde comienza el sensacionalismo, todo indica que tales prcticas estaban extendidas en distintos lugares de los Andes y quiz su antecedente ms cercano se encontraba en la antropofagia ritual indgena realizada durante las rebeliones anticoloniales. Mucho despus, ya en los aos 30 del siglo XX, los tempranos bandidlogos peruanos Enrique Lpez Albjar y Jos Varallanos, cada quien por su parte, hicieron referencia a bandidos que coman el corazn o beban la sangre de sus enemigos en la creencia de que as obtendran energa y valor. Dawe, John y Taylor, Lewis "Enrique Lpez Albjar y el estudio del bandolerismo peruano", Debate Agrario, no. 19, 1994, 159. Durante los aos 70, tambin en Per, un abigeo del departamento de Apurmac mencion que en aquella poca estaba an vigente entre ciertos ladrones la prctica de cortar la lengua y "remover los ojos" a las vctimas, pues al mutilar el cuerpo mutilaban tambin el alma. Valderrama, Ricardo y Escalante, Carmen, "Nuestras vidas. Abigeos de Cotabambas", en Aguirre, Carlos y Walker, Charles eds., Bandoleros, abigeos y montoneros, 325-330. Si pensamos en la actualidad boliviana, no es un secreto que algunos "cogoteros" y otros delincuentes acostumbran enterrar a sus vctimas "boca abajo" para que no delaten a los asesinos, prcticas que, segn se ve, no son nuevas. 51 El Heraldo, 9 de julio, 1898.

  • 24

    lo haba confundido con Lanza. Los apologistas del joven caudillo usaron esa muerte para explicar que

    si Lanza no se presentaba al juicio era porque no haba garantas.52 Ante las amenazas, y en un golpe de

    audacia, el 2 de octubre por la noche un grupo selecto de los Ligeros, falseando la puerta del Juzgado

    segundo de instruccin de Quillacollo, sustrajeron los obrados de los casos de Lanza y varios

    expedientes53, resultando el principal acusado del robo Rodolfo Montenegro, personaje que, desde

    luego, neg las acusaciones, aunque con argumentos dbiles.54

    Quiz creyendo que la desaparicin de los obrados y de las pruebas testificales era una ventaja,

    Lanza apareci das despus en el Juzgado para defenderse y curiosamente su abogado era Jorge Oblitas,

    ex-prefecto de Cochabamba y reconocido lder conservador, si bien de una lnea ms abierta en relacin

    a otros alonsistas.55 El caudillo fue encarcelado56 pero increblemente sus asesores consiguieron la

    libertad provisional rpidamente hacia mediados de diciembre. Y es que Lanza, al igual que muchos

    otros bandidos, no era un hombre al margen de la sociedad, sino al contrario una persona muy activa

    socialmente: alto miembro del Partido Liberal, terrateniente adinerado que poda pagar a los mejores

    abogados, en suma, una figura pblica que oficiaba de padrino o compadre y que firmaba solicitudes,

    reclamos y protestas junto a varios ciudadanos a "nombre de los vecinos de Quillacollo". Todo ello

    convirti a Lanza en una persona que infunda una mezcla de respeto y temor, ms todava considerando

    la fama que adquiri por su carcter osado y decidido. As, usando sus capitales simblico y econmico,

    y tambin las chicanas y las argucias leguleyescas, entre otras tcticas,57 el joven Lanza logr salir de la

    prisin y se dedic a conspirar junto con el Directorio del Partido Liberal de Cochabamba frente a una

    tempestad social que se vena venir rpidamente en el horizonte.

    La intensidad de las tensiones polticas que derivaban en decesos no era exclusiva de

    Cochabamba, ya que los diversos enfrentamientos entre liberales y conservadores se replicaban en las

    ciudades ms importantes del pas preludiando el advenimiento de la guerra civil ms famosa de Bolivia:

    la Guerra Federal, sangriento acontecimiento que puso a Lanza en la cima de su carrera de bandido y

    aventurero.

    52 El Heraldo, 6 de octubre, 1898; 13 de octubre, 1898. 53 El Comercio, 10 de octubre, 1898. 54 El Comercio, 11 de octubre, 1898. 55 El Comercio, 14 de octubre, 1898. 56 El Heraldo, 27 de diciembre, 1898. 57 Lanza envi una carta al Prefecto de Cochabamba, fechada el 9 de diciembre, plantendole que estaba dispuesto a pasarse al Partido Constitucional y a luchar por l. Consciente de su propio prestigio de aventurero y sangrefra, Lanza crey que poda seducir al Prefecto al ofrecerle sus servicios, pero se trataba claramente de una tramoya a fin de que la autoridad interceda y aliviane la situacin legal y carcelaria del caudillo para que as ste pueda volver a sus andanzas liberales. El Heraldo, 27 de diciembre, 1898.

  • 25

    4. LA GUERRA

    Un conflicto anunciado Tambin conocido como "Revolucin Federal", este conflicto fue una guerra civil desarrollada

    entre diciembre de 1898 y abril de 1899. Algunos factores desencadenantes de la conflagracin fueron

    los siguientes. a) La radicalizacin de la lucha por el poder entre conservadores y liberales. b) Los

    grandes intereses regionalistas paceos, pues La Paz tena un claro predominio econmico en virtud a su

    dinmica comercial, de modo que ciudadanos y empresarios de la ciudad del Illimani crean merecer el

    control poltico del pas frente a una elite surea asentada en Sucre cada vez ms agotada en sus

    posibilidades econmicas y desgastada por varios aos de gobierno. c) Las reiteradas demandas

    regionales de descentralizacin administrativa que se sustentaban en propuestas federalistas. d) La lucha

    de los indgenas por tierra y autodeterminacin. Todos estos factores constituyeron una coyuntura muy

    delicada que pareca un polvorn. Slo faltaba una chispa para hacer volar todo y la chispa se llam "Ley

    de radicatoria".

    Sucre, tambin denominada Chuquisaca, fue sede de la Audiencia de Charcas durante la Colonia

    y obtuvo la capitala del pas en 1838 provocando el descontento de La Paz, cuyas elites nunca

    renunciaron a convertirse en sede oficial del gobierno ya que, si bien Sucre era la capital formal, la sede

    del Poder Ejecutivo resultaba siendo itinerante e iba de una ciudad a otra segn la voluntad de los

    caudillistas gobernantes de turno.

    En medio de una debacle de su hegemona los diputados por Chuquisaca aprobaron en el

    Congreso la llamada "Ley de radicatoria" el 14 de noviembre de 1898 que fijara definitivamente la sede

    de gobierno en Sucre. Alarmados, los polticos paceos se unieron abandonando sus diferencias, ya sin

    importar si eran liberales o conservadores, y constituyeron un "Comit Federal" que devino rpidamente

    en una "Junta de Gobierno" que proclam "la federacin", o sea el federalismo. De ah a proclamar la

    guerra era un paso, y as sucedi. La guerra estaba rpidamente declarada contra el gobierno

    conservador del Presidente Fernndez Alonso, quien respondi desde Sucre movilizando al ejrcito. Los

    paceos alzados calificaron su propio accionar como una revolucin y desde el da 12 de diciembre

    organizaron la resistencia armada a la cabeza del Coronel Jos Manuel Pando, convocando a los

    liberales de todo el pas a unrseles para "regenerar" Bolivia.

  • 26

    Segn se ve, eran dos facciones oligrquicas luchando por el poder, y a ello se sumaron

    sentimientos regionalistas y una vasta insurreccin indgena que se pleg a los liberales pero que

    buscaba sus propios objetivos. El resultado fue un enfrentamiento armado a gran escala desarrollado en

    los territorios de cinco departamentos, incluyendo a Cochabamba que adquiri gran importancia

    estratgica en el transcurso de la conflagracin.

    Hay que mencionar que Cochabamba fue tras la cada de Melgarejo un epicentro de los

    planteamientos federalistas, como bien lo comprueban las propuestas de los diputados cochabambinos

    Nataniel Aguirre y Lucas Mendoza de la Tapia en la Asamblea Constituyente de 1871. El entusiasmo

    federalista cochabambino puede explicarse por el hecho de que la regin entr en una gran crisis debido

    a las polticas librecambistas que permitieron el ingreso de los competitivos cereales chilenos. Es decir

    que, desde inicios de los aos 70, el Estado central estaba condenando a los mercados regionales, en

    concreto a Cochabamba tradicional productor de cereales a participar slo subsidiariamente en las

    estructuras socioeconmicas del pas. Frente a ello las elites cochabambinas decidieron movilizarse para

    conservar su insercin en el mercado interior e impedir que se reduzca su participacin en el sistema

    poltico.58 La movilizacin fue sobretodo intelectual y en el transcurso de los aos 80 y 90 se desat una

    fiebre de discursos federales que impugnaban al centralismo y que llegaron a su mximo auge en 1898.

    Empero, a decir de Pilar Mendieta, la ideologa federal no era parte slo de un debate intelectual, sino

    tambin una necesidad demandada por las regiones y los poderes locales, e incluso, en opinin de

    Forrest Hylton, hubo un "federalismo quechua-aymara".59 Valindose de la gran difusin de ideas y

    sentimientos descentralizadores, los liberales usaron astutamente todos los descontentos regionales

    acumulados y el federalismo se convirti en un argumento ideolgico para enfrentarse a la oligarqua

    sucrense. En suma, el federalismo fue la consigna ms eficaz que manejaron los alzados paceos,

    obteniendo poderosos efectos aglutinantes contra el gobierno de Fernndez Alonso.60

    Por estas razones los liberales cochabambinos, esperanzados en que el federalismo beneficie a su

    postergada regin, se involucraron prontamente en las labores de agitacin demandadas desde La Paz,

    extendiendo la guerra a todos los valles y a la propia ciudad.

    58 Mendieta, Pilar, Entre la alianza y la confrontacin. Pablo Zrate Willka y la rebelin indgena de 1899 en Bolivia, Plural/ASDI/IFEA/IEB, La Paz, 2012, 74, 75. 59 Se tratara de una versin india del federalismo que, segn Hylton, tena un fuerte contenido tnico e implicaba concepciones propias sobre la justicia, la ley, el honor y la propiedad de la tierra. Sintetizando, los componentes de esta especie de federalismo alternativo eran: autogobierno, manejo comunal de las tierras y cese de impuestos. Hylton, Forrest, "El federalismo insurgente: una aproximacin a Juan Lero, los comunarios y la Guerra Federal", Tinkazos, no. 16, 2004. 60 Mendieta, Pilar, Entre la alianza y la confrontacin, 77-81.

  • 27

    Fig. 4. Nota sobre bandolerismo en la guerra donde figuran Martn Lanza y Juan Atanacio Lara. Fuente: El Heraldo, 6 de marzo, 1899. Primeros movimientos rebeldes en Cochabamba

    Rpidamente enterados del alzamiento federal en La Paz los liberales cochabambinos, que ya

    estaban conspirando desde principios de diciembre, creyeron posible ganar para la causa revolucionaria

    al Prefecto Soria Galvarro: un pragmtico ex-militante del Partido Liberal que se haba pasado al

    alonsismo. El propio Ismael Montes pidi telegrficamente a Soria Galvarro desde La Paz unirse a la

    rebelin federal. Por su parte, el Directorio del Partido Liberal de Cochabamba presidido por el

    conocido aristcrata Venancio Jimnez tambin crey posible cooptar al Prefecto y le convoc a una

    reunin a travs de Edelmira Galindo y Antonia Blanco, respetables mujeres de la elite cochabambina

    quienes aseguraron a Soria Galvarro que la revolucin triunfara y que l sera recompensado con un

    Ministerio o una Legacin si se una a ella. El astuto Prefecto acept la reunin pero propuso que se

  • 28

    desarrolle en la prefectura, mas nadie acudi porque los sediciosos entendieron que se trataba de una

    celada para atraparlos.61

    El Directorio Liberal cochabambino se vea en la urgencia de actuar inmediatamente ante un

    telegrama suscrito por Fernando Guachalla desde La Paz y recibido por Venancio Jimnez, en el que se

    exiga una "accin enrgica de los valientes hermanos del Tunari". Jimnez convoc a una reunin

    clandestina el 15 de diciembre donde los numerosos asistentes decidieron formar un Comit de Guerra

    Secreto para armar al partido. Tambin acordaron lanzar una convocatoria a un mitin pblico y popular

    el da 17, que finalmente no se llev a cabo por la prohibicin del Prefecto que, amparado en el estado

    de sitio, comenz a desplegar una accin represiva que mezcl ejemplarmente la inteligencia con la

    violencia. El Comit de Guerra determin tambin que los miembros ricos del partido hagan una

    contribucin econmica y asimismo se procedi a enviar emisarios hacia Punata, Quillacollo, Capinota y

    La Paz para comunicar las decisiones y coordinar acciones armadas conjuntas.62

    En Punata la situacin de los liberales haba ido mejorando los ltimos dos aos ante la

    decadencia de la cuadrilla de los Crespos, y de hecho algunos de sus miembros se pasaron al liberalismo,

    como fue el caso de Juan Atanacio Lara. Este joven abogado rompi con los Crespos desde 1896 lo

    que no le libr de pasar una temporada en la crcel,63 jurando despus fidelidad a los liberales y

    tejiendo una red de conspiradores que estaba consolidada desde principios de diciembre de 1898,

    mediante la cual logr cooptar a militares que residan en el valle alto. Lara vio factible el alzamiento en

    Punata pero necesitaba hombres formados en los cuarteles. Por ello busc al Mayor Luis G. Viscarra y al

    Teniente Coronel Benigno Fiorilo. Convencidos stos formaron un grupo que proclam a Viscarra como

    lder y se prepar apresuradamente para lanzarse a la rebelin el da de navidad. La madrugada del 25 de

    diciembre de 1898 el grupo integrado por treinta o cuarenta hombres quizs algunos de ellos ex-

    cuadrilleros de los Crespos, como lo era el propio Lara tom Punata desarmando exitosamente a las

    autoridades y dando vtores a la federacin. Segn Lara, Punata fue "el primer pueblo de Bolivia que

    secund al alzamiento federal paceo".64 El Subprefecto punateo, Ricardo Rollano, fue preso y la

    pequea fuerza al mando de Viscarra atac inmediatamente Cliza donde fue rechazada por Manuel

    Maldonado, el Intendente, quien custodiaba aqul pueblo con quince policas mal armados.65 61 Soria Galvarrro, Rodolfo, La rebelin de Cochabamba. Datos y rectificaciones para la historia, Tipografa y Librera Econmica, Oruro, 1899a, 24-27. 62 Jimnez, Venancio, Informe del presidente del Directorio Liberal Dr. Venancio Jimnez, El Comercio, Cochabamba, 1899, 16-22. 63 El Comercio, 5 de diciembre, 1896. 64 Lara, Juan Atanacio, Rasgos biogrficos del Teniente Coronel Benigno Fiorilo, Imprenta El Siglo XX, Cochabamba, 1901, 7. 65 Soria Galvarro, Rodolfo, La rebelin, 33, 34; Lara, Juan Atanacio, Rasgos biogrficos, 7; El Comercio, 26 de diciembre, 1898; El Heraldo, 26 de diciembre, 1898.

  • 29

    Derrotado y perseguido el improvisado grupo de Viscarra, Lara y Fiorilo volvi a Punata y

    ciertos miembros suyos hirieron de muerte a Aurelio Arauco, colector del impuesto catastral, robando

    2.000 bolivianos de su casa. Ante estos acontecimientos, sucedidos entre el 25 y el 27 de diciembre,

    Lara fue calificado por la prensa como "joven conocido por sus delitos sin cuento [y] tambin

    presidiario", mientras que de Cochabamba parta una columna militar para sofocar la rebelin punatea

    unindose a las escasas fuerzas del Intendente cliceo Maldonado. "Los revoltosos" fueron perseguidos

    y se dispersaron hacia Tiraque, "habiendo cometido en el trayecto infinidad de atentados i robos, muy

    especialmente en la finca de Toralapa".66 El fuego de la revolucin y del bandolerismo se haba

    encendido de forma rotunda y no iba a apagarse fcilmente.

    Lanza entra en accin

    Desde la crcel de Quillacollo, donde guardaba detencin por el caso Martnez, Lanza estaba al

    tanto de la coyuntura y de las conspiraciones del Directorio Liberal cochabambino, participando de las

    discusiones a travs de mensajeros. Cuando el caudillo obtuvo libertad provisional, hacia mediados de

    diciembre, hizo conocer secretamente a Venancio Jimnez que se hara cargo de las acciones necesarias

    en Quillacollo y todo el partido lo apoy. Enterado del alzamiento paceo y de la situacin de guerra

    Lanza reuni a los Ligeros y prepar un ataque que result casi simultneo con el que realiz el grupo de

    Lara, Viscarra y Fiorilo en Punata. La casi simultaneidad de ambos ataques sugiere que las acciones de

    Punata y Quillacollo estuvieron previa y perfectamente coordinadas. El caso es que Martn, al mando de

    trentaitantos hombres, atac la Subprefectura de Quillacollo la noche del 23 de diciembre, apoderndose

    de una decena de fusiles y dando vivas al Partido Liberal y al coronel Pando. Acto seguido se intern en

    la provincia de Ayopaya.67

    Lanza opin que era conveniente retirarse a las montaas ayopayeas por considerarlas una zona

    geogrficamente ptima para establecer una guerrilla mvil. La idea era reforzar la cuadrilla con ms

    combatientes y tomar pequeos centros poblados, para luego avanzar hacia la ciudad segn el curso que

    fuese tomando la guerra. Es preciso recordar que la provincia cochabambina de Ayopaya constituye un

    vasto territorio cruzado por abruptas cadenas montaosas y valles estrechos y frtiles. La regin colinda

    a la vez con zonas selvticas configurando una maravilla natural de diversos pisos ecolgicos donde

    nieve, valle y trpico pueden formar parte de un mismo macropaisaje. En palabras de Charles Arnade

    66 El Heraldo, 27 de diciembre, 1898; 29 de diciembre, 1898. 67 El Comercio, 26 de diciembre, 1898.

  • 30

    Ayopaya es "una reproduccin microscpica del mundo entero".68 Adems, la provincia de Ayopaya

    cuenta con varias conexiones naturales con el departamento de La Paz, del que est dividida por el Ro

    Grande, al otro lado del cual empieza la provincia pacea de Sicasica que tiene en Mohoza a su poblado

    principal ms cercano al departamento de Cochabamba. Marie Danielle Demlas seala que en los aos

    veinte del siglo XIX era posible alcanzar La Paz desde el extremo occidental de Ayopaya incluso sin

    vadear el Ro Grande, pues exista una ruta que una los pueblos ayopayeos Palca y Machaca con los

    Yungas y permita llegar a Inquisivi en tres das de camino. La movilidad de grupos armados en tal

    territorio estaba asegurada gracias a la existencia de muchas sendas que hacan posible arribar, en un

    slo da, a un paraje, una aldea o una hacienda que podan servir para aprovisionamiento. Por ltimo, al

    final de los senderos con rumbo hacia el noroeste estaban los no muy distantes Yungas de La Paz,

    frtiles, hmedos y boscosos.69

    Fue en este dilatado territorio donde setentaisiete aos antes de 1898 Jos Miguel Lanza se hizo

    cargo de la guerrilla ms antigua que existi en el Alto Per en el marco de la larga Guerra de

    Independencia. Lanza nieto era muy consciente de eso y aquella experiencia pica lejana formaba parte

    de su peculiar ideologa mesinica en gestacin. Todo el mundo saba que Martn era descendiente

    directo de Jos Miguel Lanza, y el joven caudillo pas a creerse una reencarnacin de su abuelo hroe.

    Si Jos Miguel luch por la independencia del Alto Per contra la corona espaola, Martn se sinti

    llamado a continuar aquella lucha inconclusa y traicionada por polticos ambiciosos y autoritarios. Es

    decir que, si bien la guerrilla de Ayopaya derrot a los espaoles, el problema era que ahora haba una

    nueva opresin, pues la patria heredada por los mrtires estaba secuestrada por la corrupcin y la

    injusticia. Dado que el alzamiento federal de 1898 se plante desde un principio en trminos de

    revolucin y "regeneracin", Martn interpret espontneamente ese acontecimiento como una seal que

    le enviaba el destino para que l retome el camino dejado por su abuelo. Era ciertamente una coyuntura

    nueva y distinta, pero finalmente vivida en el mismo territorio y con los mismos ideales puestos en

    juego: la libertad, la justicia y, por qu no, la conquista del poder y de la gloria. En suma el joven Lanza

    era, o ms bien se crea, una especie de elegido, un hombre predestinado a convertirse en un hroe

    mtico como Jos Miguel, creencia rpidamente difundida entre sus siempre crecientes aclitos y

    devotos.

    Cargado de estos sentimientos mesinicos Martn empez a avanzar junto a su cuadrilla hacia

    Morochata, no sin antes aprovisionarse en las haciendas de su propiedad sacando caballos, mulas y otros

    68 Arnade, Charles, La dramtica insurgencia de Bolivia, Juventud, La Paz, 1982, 51. 69 Demlas, Marie-Danielle, Nacimiento de la guerra de guerrilla, 177, 178.

  • 31

    pertrechos. En Illataco se despidi de su madre desconsolada que qued sola con la servidumbre de su

    hacienda, ya que su marido haba muerto en 1889.

    Acampando en quebradas y buscando refugio de las fuertes lluvias aqul verano fue

    extraordinariamente lluvioso Lanza proyect tomar el pueblo de Morochata, en esos momentos la

    capital de Ayopaya. Contaba con pocos hombres, debido a que consider oportuno dejar algunos en los

    alrededores de Quillacollo para que merodeen, sirvan de espas y recluten potenciales combatientes.

    En