grulla : reporte de paz

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Un boletín mensual Número 2 - Año 2 - Marzo 2012 Carta del Editor Por: Mariana Moreno Desde hace mucho tiempo las mujeres están involucradas en la lucha contra la guerra, el genocidio o de cuaquier tipo de injusticia social, de la impunidad, y con- tinúan por la recuperación de la verdad, la justicia y la paz. Según Carmen Margallón, las mujeres se organizan para trabajar por la paz, persi- guiendo distintos objetivos y compar- tiendo un denominador común: enfren- tarse y deslegitimar la lógica que trata de imponer el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida. También se organizan para oponerse a la guerra o a las políticas militaristas y de agresión que llevan a cabo sus gobiernos; romper barreras entre grupos y acercar comunidades divididas; para buscar soluciones no militares a con�lictos estructurales; denunciar las desapari- ciones forzosas; para apoyar a mujeres que viven en situaciones de guerra o de privación de libertad y de derechos humanos en países distintos al suyo, entre muchos más. En la guerra y en el con�licto, las mu- jeres tienen diferentes papeles como de activistas, cuidadoras, proveedoras, sobrevivientes, de motores impulsores de la multitud, dadoras de iniciativas de mediación. Además, en sus roles de con- structoras de paz, primordialmente en aquellas sociedades profundamente EDUCANDO PARA LA PAZ Centro de Derechos Humanos: Victoria Diez Un ejemplo de Con- strucción de Paz Página 3 PAZ Y PROBLEMÁTICA DEL MUNDO En marcha por un mundo libre de violencias Página 4 PAZ, PALABRAS Y ALGO MÁS Patas arriba La escuela del mundo al revés Página 5 CRISOL Construir paz: un asunto de sexo, juglares, trovadores y género Página 6 CONVERSACIONES Las mujeres como sujeto colectivo de construcción de paz Página 7 IMAGEN DEL MES Marcha de relevos Página 9 Marzo-Abril 2012 Grulla: Boletín de paz 1 fragmentadas, han sido capaces de tender puentes de diálogo y de empatía. Es por ello que su participación en la construcción de la paz asegura que sus experiencias, prioridades y soluciones, contribuyan a una mayor estabilidad y a una gobernabilidad inclusiva. A lo largo de la historia, estas mujeres, han utilizado estrategias innovadoras para movilizarse para la paz, como en el caso de Kenia y Liberia donde las mu jeres utilizaron la táctica de desnudar una parte de sus cuerpos, lo cual era interpretado culturalmente como un signo de maldición hacia sus agresores. Y gracias a estas innovadoras propuestas de estas mujeres, se ha conducido a la obtención del respaldo de los organis- mos internacionales y con ello de la apro- bación de acuerdos como la Resolución 1325 de la ONU, en la que se insta al Secre- tario General y a los Estados miembros a velar por una mayor inclusión de las mu- jeres en la construcción de la paz y en la reconstrucción poscon�licto. Actualmente existen miles de organiza- ciones de mujeres reivindicando sus derechos en contextos de con�licto y poscon�licto como durante dictaduras militares, los c on�lictos armados y en sociedades altamente fragmentadas. Reivindican su papel como constructoras de paz, en la demanda de acuerdos humanitarios y en las negociaciones de paz. Si examinamos los diferentes movimien- tos de paz de mujeres, podemos además concluir que en el mundo las mujeres han sacri�icado sus vidas para la paz, afrontaron el militarismo, lucharon contra la injusticia social, el racismo, y se opusieron al desarrollo y la proliferación del las armas nucleares. En este número mostraremos algunos Foto: Ahtziri González

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Publicación dedicada a difundir la cultura de construcción de paz y no violencia

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Page 1: Grulla : Reporte de Paz

Un boletín mensual Número 2 - Año 2 - Marzo 2012

Carta del EditorPor: Mariana Moreno

Desde hace mucho tiempo las mujeres están involucradas en la lucha contra la guerra, el genocidio o de cuaquier tipo de injusticia social, de la impunidad, y con-tinúan por la recuperación de la verdad, la justicia y la paz.

Según Carmen Margallón, las mujeres se organizan para trabajar por la paz, persi-guiendo distintos objetivos y compar-tiendo un denominador común: enfren-tarse y deslegitimar la lógica que trata de imponer el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida.

También se organizan para oponerse a la guerra o a las políticas militaristas y de agresión que llevan a cabo sus gobiernos; romper barreras entre grupos y acercar comunidades divididas; para buscar soluciones no militares a con�lictos estructurales; denunciar las desapari-ciones forzosas; para apoyar a mujeres que viven en situaciones de guerra o de privación de libertad y de derechos humanos en países distintos al suyo, entre muchos más.

En la guerra y en el con�licto, las mu-jeres tienen diferentes papeles como de activistas, cuidadoras, proveedoras, sobrevivientes, de motores impulsores de la multitud, dadoras de iniciativas de mediación. Además, en sus roles de con-structoras de paz, primordialmente en aquellas sociedades profundamente

EDUCANDO PARA LA PAZ

Centro de Derechos Humanos: Victoria DiezUn ejemplo de Con-strucción de PazPágina 3

PAZ Y PROBLEMÁTICA DEL MUNDO

En marcha por un mundo libre de violenciasPágina 4

PAZ, PALABRAS Y ALGO MÁS

Patas arribaLa escuela del mundo al revésPágina 5

CRISOL

Construir paz: un asunto de sexo, juglares, trovadores y géneroPágina 6

CONVERSACIONES

Las mujeres como sujeto colectivo de construcción de pazPágina 7

IMAGEN DEL MES

Marcha de relevosPágina 9

Marzo-Abril 2012 Grulla: Boletín de paz 1

fragmentadas, han sido capaces de tender puentes de diálogo y de empatía. Es por ello que su participación en la construcción de la paz asegura que sus

experiencias, prioridades y soluciones, contribuyan a una mayor estabilidad y a una gobernabilidad inclusiva.

A lo largo de la historia, estas mujeres, han utilizado estrategias innovadoras para movilizarse para la paz, como en el caso de Kenia y Liberia donde las mu jeres utilizaron la táctica de desnudar una parte de sus cuerpos, lo cual era interpretado culturalmente como un signo de maldición hacia sus agresores.

Y gracias a estas innovadoras propuestas de estas mujeres, se ha conducido a la obtención del respaldo de los organis-mos internacionales y con ello de la apro-bación de acuerdos como la Resolución 1325 de la ONU, en la que se insta al Secre-tario General y a los Estados miembros a velar por una mayor inclusión de las mu-jeres en la construcción de la paz y en la reconstrucción poscon�licto. Actualmente existen miles de organiza-ciones de mujeres reivindicando sus derechos en contextos de con�licto y poscon�licto como durante dictaduras militares, los c on�lictos armados y en sociedades altamente fragmentadas. Reivindican su papel como constructoras de paz, en la demanda de acuerdos humanitarios y en las negociaciones de paz.

Si examinamos los diferentes movimien-tos de paz de mujeres, podemos además concluir que en el mundo las mujeres han sacri�icado sus vidas para la paz, afrontaron el militarismo, lucharon contra la injusticia social, el racismo, y se opusieron al desarrollo y la proliferación del las armas nucleares. En este número mostraremos algunos

ejemplos de mujeres activistas, sobre-vivientes, voceras y líderes de la comuni-dad que no siguen las pautas marcadas, sino, con acciones no violentas, dan respuesta a los con�lictos y a la injusticia. Asimismo, como dijo el presidente del comité del Premio Nobel de la Paz, Thor-bjoern Jagland: “No podemos lograr democracia y paz duradera en el mundo a menos que las mujeres obtengan las mismas oportunidades que los hombres e in�luyan en el desarrollo a todos los niveles de la sociedad”'. Hasta el mo-mento, en 111 años, sólo 12 mujeres habían recibido el Nobel de la Paz. Y en esta línea va enfocada esta edición de Grulla, de la las mujeres como construc-toras de paz, mujeres que buscan para todos opciones de crecimiento, desarrollo, igualdad, respeto por los derechos

humanos, entre otros. Pero tambíen para hacernos re�lexionar sobre nuestras pro-pias actitudes y para apoyar estos movimien-tos a que cada día tomen más fuerza para lograr una paz verdadera.

Foto: Ahtziri González

Page 2: Grulla : Reporte de Paz

Carta del EditorPor: Mariana Moreno

Desde hace mucho tiempo las mujeres están involucradas en la lucha contra la guerra, el genocidio o de cuaquier tipo de injusticia social, de la impunidad, y con-tinúan por la recuperación de la verdad, la justicia y la paz.

Según Carmen Margallón, las mujeres se organizan para trabajar por la paz, persi-guiendo distintos objetivos y compar-tiendo un denominador común: enfren-tarse y deslegitimar la lógica que trata de imponer el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida.

También se organizan para oponerse a la guerra o a las políticas militaristas y de agresión que llevan a cabo sus gobiernos; romper barreras entre grupos y acercar comunidades divididas; para buscar soluciones no militares a con�lictos estructurales; denunciar las desapari-ciones forzosas; para apoyar a mujeres que viven en situaciones de guerra o de privación de libertad y de derechos humanos en países distintos al suyo, entre muchos más.

En la guerra y en el con�licto, las mu-jeres tienen diferentes papeles como de activistas, cuidadoras, proveedoras, sobrevivientes, de motores impulsores de la multitud, dadoras de iniciativas de mediación. Además, en sus roles de con-structoras de paz, primordialmente en aquellas sociedades profundamente

fragmentadas, han sido capaces de tender puentes de diálogo y de empatía. Es por ello que su participación en la construcción de la paz asegura que sus

experiencias, prioridades y soluciones, contribuyan a una mayor estabilidad y a una gobernabilidad inclusiva.

A lo largo de la historia, estas mujeres, han utilizado estrategias innovadoras para movilizarse para la paz, como en el caso de Kenia y Liberia donde las mu jeres utilizaron la táctica de desnudar una parte de sus cuerpos, lo cual era interpretado culturalmente como un signo de maldición hacia sus agresores.

Y gracias a estas innovadoras propuestas de estas mujeres, se ha conducido a la obtención del respaldo de los organis-mos internacionales y con ello de la apro-bación de acuerdos como la Resolución 1325 de la ONU, en la que se insta al Secre-tario General y a los Estados miembros a velar por una mayor inclusión de las mu-jeres en la construcción de la paz y en la reconstrucción poscon�licto. Actualmente existen miles de organiza-ciones de mujeres reivindicando sus derechos en contextos de con�licto y poscon�licto como durante dictaduras militares, los c on�lictos armados y en sociedades altamente fragmentadas. Reivindican su papel como constructoras de paz, en la demanda de acuerdos humanitarios y en las negociaciones de paz.

Si examinamos los diferentes movimien-tos de paz de mujeres, podemos además concluir que en el mundo las mujeres han sacri�icado sus vidas para la paz, afrontaron el militarismo, lucharon contra la injusticia social, el racismo, y se opusieron al desarrollo y la proliferación del las armas nucleares. En este número mostraremos algunos

ejemplos de mujeres activistas, sobre-vivientes, voceras y líderes de la comuni-dad que no siguen las pautas marcadas, sino, con acciones no violentas, dan respuesta a los con�lictos y a la injusticia. Asimismo, como dijo el presidente del comité del Premio Nobel de la Paz, Thor-bjoern Jagland: “No podemos lograr democracia y paz duradera en el mundo a menos que las mujeres obtengan las mismas oportunidades que los hombres e in�luyan en el desarrollo a todos los niveles de la sociedad”'. Hasta el mo-mento, en 111 años, sólo 12 mujeres habían recibido el Nobel de la Paz. Y en esta línea va enfocada esta edición de Grulla, de la las mujeres como construc-toras de paz, mujeres que buscan para todos opciones de crecimiento, desarrollo, igualdad, respeto por los derechos

Marzo-Abril 2012 Grulla: Boletín de paz 2

humanos, entre otros. Pero tambíen para hacernos re�lexionar sobre nuestras pro-pias actitudes y para apoyar estos movimien-tos a que cada día tomen más fuerza para lograr una paz verdadera.

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

Foto: Ahtziri González

Page 3: Grulla : Reporte de Paz

En el seno de la comunidad guanajua- tense, nace una institución enfocada a luchar por los derechos de las mujeres y promover una cultura más justa. A inicios de los años noventa, un grupo de mujeres se organizó para emprender una serie de denuncias contra políticas injus-tas en contra de ellas. De esta forma nació el Centro de Derechos Humanos: Victoria Diez.

Desde su fundación, el Centro Victoria Diez, se ha enfocado en difundir una cultura de inclusión y defensa de los derechos de las mujeres, tocando temas como derechos sexuales, laborales y de aplicación de justicia.

Uno de los trabajos de mayor importan-cia para este centro, es la lucha contra los feminicidios ocurridos en nuestro estado vecino. Durante la última década se han reportado más de 30 casos de homicidios con un modo de ejecución similar a los que suceden en Ciudad Juárez: Mujeres trabajadoras que son secuestradas cuyos cadáveres se encuentran con señas de tortura y violencia sexual.

Este centro además ha pujado política-mente por defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En par-

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ticular, tomo la defensa de tres jóvenes guanajuatenses condenadas a 10 años de cárcel por haber decidió interrumpir su embarazo, fruto de una violación. El centro consiguió la absolución por parte del gobernador guanajuatense para estas jóvenes, sentando precedente jurídico.

Es importante resaltar la doble labor del Centro de Derechos Humanos: Victoria Diez, ya que el estado de Guanajuato es uno de los más tradicionalistas del país, por tanto ha tenido que enfrentarse a la critica de la sociedad que considera, su causa contraria a los valores sociales de la región que todavía se a�ianzan en la división de roles de género según el sexo.

A través de sus acciones, el Centro Victo-ria Diez ha luchado por disminuir los niveles estructurales de violencia en

contra de las mujeres, promoviendo su empoderamiento social y facilitando el diálogo entre los valores tradicionales y los retos sociales actuales. Resaltando la equidad que existe entre los géneros, este centro concientiza tanto a mujeres cómo a hombres, a participar en una con-strucción social que incluya a todos sus participantes.

Por tal motivo, re�lexionar en torno a esta organización, nos invita a continuar luchando por la equidad de género, y sobre todo, a transformar nuestras ideas, para contribuir a tener una sociedad más justa y menos violenta. El centro Victoria Diez, participa en la reconstrucción de la sociedad leonesa con valores progresis-tas e incluyentes que contribuyan al for-talecimiento de la paz social de la región.

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EDUCANDO PARA LA PAZ

Centro de derechos humanos: Victoria DiezUn ejemplo de construcción de pazPor: Miguel Castro

Foto: Mariana Moreno Trillo

Este centro concien-tiza tanto a mujeres cómo a hombres, a participar en una construcción social que incluya a todos sus participantes

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La paz, como sabemos, es mucho más que ausencia de guerra. No basta la des-militarización o el �in de los con�lictos armados para hacer del mundo un lugar menos violento, en todos los sentidos. La Marcha Mundial de las Mujeres va más allá de las reivindicaciones paci�istas y trabaja por la eliminación de raíz de las causas de la violencia estructural y cul-tural. Así, plantean el camino hacia una paz positiva.

Hace 14 años comenzó la formación de este movimiento internacional de mu-jeres organizadas para enfrentar la pobreza y la violencia contra las mujeres. La idea surgió de un grupo de mujeres en Quebec, que en el año 1998 convocó a una marcha en contra de la pobreza, con participación de una importante dele- gación internacional. De ahí se retomó la tradición feminista de solidaridad a través de las fronteras y al día de hoy existen coordinaciones nacionales de la marcha en 70 países de los 5 continentes, entre ellos el capítulo mexicano con sede en Chiapas.

El 8 de marzo del 2000 marcó el inició de la primera acción internacional, que cul-minó el día 17 de octubre con miles de mujeres que exigían a Naciones Unidas y al Banco Mundial un cambio de rumbo a favor de la vida de las mujeres. En el 2005, la segunda acción internacional consistió en una marcha de relevos en la cual se fue bordando una gran “colcha”; cada cuadro de esta colcha re�lejaba las aspiraciones y luchas de las mujeres del

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mundo. La tercera acción internacional, en 2010, movilizó nuevamente a las mu-jeres en todo el mundo, y culminó con un acto de solidaridad en la República Democrática del Congo, particularmente de la provincia de Kivu del Sur, donde la ONU calcula que 200,000 mujeres sufrieron violaciones sexuales como una táctica del con�licto armado .

La Marcha se asume como “un mov-imiento social internacional feminista, anticapitalista, antiimperialista, enraizado en las luchas locales y en el contexto local” Aborda pues un amplio espectro del ejercicio de las violencias sistémicas: económica, patriarcal, racial y cultural. Reivindican además la globali-zación de la solidaridad, la igualdad entre mujeres y hombres, entre las pro-pias mujeres y entre los pueblos. Otro rasgo distintivo es el respeto y recono-cimiento de la diversidad entre las mu-jeres, sus estrategias, la valoración de sus liderazgos y el fortalecimiento de alian-zas con otros movimientos sociales pro-gresistas.

Un ejemplo de esta articulación es la Vía Campesina, con quienes han trabajado el tema de la Soberanía Alimentaria y la agroecología desde una perspectiva de género. Han sido constructoras del Foro Social Mundial y han sido también invita-das por el Movimiento Zapatista, subray-ando su participación en el año 2008 en el Encuentro “Comandanta Ramona”, que reunió a las mujeres zapatistas con mu-jeres del mundo.

Luchan “contra todas las formas de desigualdad y de discriminación sufridas por las mujeres” y se movilizan en torno a 4 campos de acción, que nuevamente dan cuenta del amplio panorama que abarca este movimiento: 1) Bien común, sobe- ranía alimentaria y el acceso a los recur-sos y a la biodiversidad; 2) Paz y desmili-tarización; 3) El trabajo de las mujeres; y 4) Violencia hacia las mujeres como he- rramienta de control de los cuerpos, la vida y la sexualidad de las mujeres.

La paz se considera uno de los valores fundamentales de la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad. Desde el 2000, la Marcha ha presentado la cuestión de la paz y la desmilitarización, particularmente ligado a las mujeres de regiones en con�licto, sobre todo en los Grandes Lagos Africanos. A manera de ejemplo, podemos citar la campaña internacional que lanzó el Colectivo Paz y Desmilitarización, en el 2004, contra la violencia sexual hacia las mujeres en zonas de con�lictos y en zonas militariza-das.

Este año, para conmemorar las luchas de las mujeres el 8 de marzo, denunciaron “el avance de la militarización en todo el mundo como estrategia de control”, “el nuevo saqueo y apropiación del capital sobre los recursos naturales” y “el retorno del militarismo y del autorita-rismo en distintos países alrededor del mundo” . Sin embargo, reiteran su com-promiso con la construcción de un mundo más justo. Abordan las causas de la pobreza y la violencia contra la mujer, aludiendo a los efectos combinados de sistemas como el patriarcado, el capita- lismo y el racismo, que han mantenido al mundo en un estado de guerra perma-nente. Una paz duradera, dicen las mu-jeres de la Marcha Mundial, pasa por una profunda transformación de las rela-ciones entre las mujeres y los hombres.

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

PAZ Y PROBLEMÁTICA DEL MUNDO

En marcha por un mundo libre de violenciasPor: Carmen Díaz

1 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/03/solidaridad/1299171525.html2 Marcha Mundial de las Mujeres. Una década de lucha internacional feminista. SOF. Sao Paulo 2008. p. 4.Si quieres ver el video “Solidaridad feminista internacional en acción: http://www.youtube.com/watch?v=emBLcHjqgDc

Reivindican además la globalización de la solidaridad, la igualdad entre mu-jeres y hombres, entre las propias mujeres y entre los pueblos

Foto: Tatiana Cardenal

Page 5: Grulla : Reporte de Paz

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…El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra; la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle; los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos; la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla; la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla; la justicia y la libertad, hermanas siame-sas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda; una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presi-

denta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú; en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria; la Santa Madre Iglesia corregirá las erra-tas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo; la Iglesia también dictará otro mandami-ento, que se le había olvidado a Dios: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte"; serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma; los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar; seremos compatriotas y contemporá-neos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza…

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

PAZ, PALABRAS Y ALGO MÁS

Patas arribaLa escuela del mundo al revésEduardo H. Galeano1ro de enero de 1998Editorial: SIGLO XXI EDITORES

VIDEOSuheir Hammad: Poemas de la guerra, la paz, las mujeres, el poder.

La poeta Suheir Hammad combina las historias y los sonidos de su patrimonio palestino-estadounidense, junto con el lenguaje vibrante de Brooklyn, para crear una voz con pasión y un toque moderno, para relatarnos sus meditaciones sobre la guerra, la paz, las mujeres y el poder.

http://www.ted.com/talks/suheir_hammad_poems_of_war_peace_women_power.html Foto: Talent for Humanity

Page 6: Grulla : Reporte de Paz

¿Qué tienen en común el Día Interna-cional de la Mujer y un hombre vestido de payaso en el transporte público de Guadalajara? Cada ocho de marzo corren ríos de tinta y de pixeles. El día es cele-brado, conmemorado y hasta usando por su poder proselitista. Afortunadamente, sirve también como pretexto para atraer la atención a discusiones prioritarias. En ese día, se hace visible aquello que por lo regular no se nombra.

Por ejemplo, hace algunos días abordé un camión en el que un hombre vestido de payaso contaba chistes. La selección, aunque predecible, dibujaba una que otra sonrisa. Tenía una sección de bromas protagonizada por mujeres. Aparecieron La Suegra, La Madre, La Esposa, La Monja, La Puta. Todas ellas eran histéricas, inestables, acartonadas, sensibles. Otra sección era sobre el este-reotipo del hombre homosexual. Contó que tiempo atrás tuvo un desacuerdo con un sujeto, quien en lugar de golpearlo, le dirigió un agudo grito acompañado de ademanes sutiles. A�irmó jocosamente que aquel chico era homosexual y que desistió de discutir con él: no valía la pena, por aquello de las hormonas y el mal carácter.

Al escucharlo, me sentí profundamente indignada. Su discurso estaba lleno de prejuicios, de formas de discriminación. No obstante, la gente comenzó a darle un poco de dinero. Nadie pronunció palabra alguna, me incluyo en ese silencio. Pidió la parada y antes de bajar del vehículo, solidario, compartió parte de sus propi-nas con un pasajero desconocido de aspecto muy modesto.

Los comentarios que escuché esa noche me resultaron sumamente incómodos y me parecieron irrespetuosos. Asumían que las mujeres somos necesariamente histéricas, que los géneros lidiamos una guerra perpetua y que al conocer a una mujer, se conoce a todas. Rechazaban a un hombre porque tenía rasgos femeni-nos. Ello es homofóbico y sexista. ¿Por qué se juzgan negativos los rasgos aso-ciados a las mujeres? ¿Acaso lo femenino guarda algo degradante o vergonzoso? Encuentro las palabras de aquella noche intolerables, pero no así a su emisor. Él

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no intentaba insultar, sino contar chistes sobre nuestras realidades y recibir a cambio unos cuantos pesos. La violencia estaba en su discurso, no en su mirada. Estaba en la forma en que concibe las relaciones y los roles de género y no en su voz amable o en su voluntad de com-partir. Ahí es precisamente donde per-cibo el meollo de esa forma de violencia estructural.

En la Edad Media los trovadores y los juglares eran las principales �iguras del entretenimiento. Los primeros com-ponían las obras, los segundos se limita-ban a interpretarlas. Los juglares bus-caban la diversión de quienes los escuchaban por unas monedas y los tro-vadores utilizaban sus composiciones como medios de difusión política. Asocio al hombre de aquella noche con la �igura del juglar. De ser así: ¿de quién es real-mente la composición que él repitió? ¿Quién es el verdadero trovador detrás de las gracias del juglar?

Es ahí donde se encuentran las re�le-xiones sobre la paz, el sexo, el género, los juglares y los trovadores. El género, como ordenamiento sociocultural de la sexualidad, constituye y alimenta estruc-turas que pueden ser o no violentas, que pueden o no ser patriarcales. Su teoría y práctica diversas ponen en evidencia que la otredad existe en medio de un grupo cuya norma es heterosexual. Si hablar de paz es hablar de con�licto, entonces hablar de paz también es hablar de género y de sexo.

Con más de cien años de ser celebrado, el Día Internacional de la Mujer se queda corto. Las mujeres no somos La Mujer. La dicotomía hombre-mujer pierde vigen-cia, la contraposición heterosexual-homosexual también lo hace. Los iniciales esfuerzos de inclusión sistémica se convierten en una revolución del orden simbólico. Aunque las reivindica-ciones prácticas continúan vigentes, las estructurales también lo están. Equidad no es cubrir cuotas de género postulando Juanitas, una mujer como jefa de las fuer-zas armadas o felicitar con �lores a quien por azar terminó con un cromosoma X y no con uno Y.

¿Quiénes son los juglares y quiénes los trovadores? ¿Cuáles son los fronteras del humor y cuáles las de la discriminación? ¿Cuándo es violencia de género y cuándo un eco humorístico de una realidad ine-quitativa que fue pero que ha dejado de ser? Continuar con la búsqueda de respu-estas es esencial: repensar las relaciones de género, cuestionar, dialogar. Seamos trovadores, no juglares. Con nuestras voces, cantemos realidades al mismo tiempo en que las construimos. Hagamos paz hablando de género. Hagamos paz hablando de sexo.

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

CRISOL

Construir paz: un asunto de sexo, juglares, trovadores y géneroPor: Graciela Nava

La violencia estaba en su discurso, no en su mirada

Foto: Ahtziri González

Page 7: Grulla : Reporte de Paz

la grave situación de violencia en la que se encuentran las mujeres en las zonas de con�licto, tanto en las áreas rurales como urbanas[…] Para llevar a cabo nuestras propuestas deconstruimos los símbolos que refuerzan la guerra, la exclusión y el exterminio.

En agosto de 2000, la Organización Femenina Popular y la Ruta Pací�ica de las Mujeres acordaron vestirse de negro y protestar contra el con�licto armado colombiano, las guerras y las violencias. Se constituyeron así como Mujeres de Negro. El último martes de cada mes llevan su protesta a las calles de Bogotá, Medellín, Puerto Caicedo, Pereira, Cali, Barrancabermeja, Bucaramanga, Popaya y Quipdó.

Mujeres contra la impunidad: para que no se repita

En muchos lugares, después de la guerra o el genocidio, son las mujeres las que continúan en la lucha contra la impuni-dad. Las Madres y Las Abuelas argenti-nas de la Plaza de Mayo son el grupo paradigmático. Pero hay otros, como la coordinadora Nacional de Viudas de Gua-temala (CONAVIGUA) o el Comité de Madres y Familiares de Presos, Desa-parecidos y Asesinados Políticos de El Salvador Monseñor Óscar Arnulfo Romero (COMADRES). CONAVIGUA fue constituida el 12 de sep-tiembre de 1988 por mujeres de origen

maya, la mayoría analfabetas, víctimas de la violencia, la discriminación y la pobreza. Tras la política de violencia gen-eralizada impulsada por el ejército contra las comunidades indígenas, las viudas decidieron unirse para combatir el racismo y la discriminación, unirse en la defensa de los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres indígenas, en la reclamación de acceso a la justicia por parte de los pueblos indígenas y en el impulso del programa de resarcimiento para las víctimas de genocidio. COMADRES trabaja en El Salvador en la defensa de los derechos humanos, con una lucha que pretende rescatar la digni-dad de la víctima y del familiar que está vivo. En Ruanda, las mujeres que forman la Asociación des Veuves du Génocide Agahozo (AVEGA), asociación que agrupa a las viudas del genocidio, se reunieron, la primera vez, bajo un árbol en Kigali. Su objetivo fue tratar de sobre-vivir, ayudarse unas a otras, buscar apoyo psicológico y para la salud, con-tinuar la vida y hacerse cargo de los niños que habían quedado huérfanos.

Mujeres que apoyan a otras mujeres: la sonoridad internacional

La desigualdad y la discriminación que sufren muchas mujeres constituyen un tipo de violencia estructural muy exten-dido todavía en el mundo. Luchar en contra de esta discriminación representa

también un trabajo a favor de la paz. Uno de los casos más sobresalientes es el de Afganistán. El régimen talibán, que gobernó entre 1996 y 2001, fue terrible para las mujeres. Las Mujeres de Negro italianas mantuvieron lazos, desde 1999, con dos asociaciones de mujeres de mu-jeres de la región: RAWA, la única organi-zación afgana de mujeres que ya por entonces reivindicaba el empodera-miento de las mujeres y el respeto de sus derechos en un estado laico, y HAWCA, asociación que presta asistencia humani-taria a los prófugos, a las mujeres y a los niños en Afganistán y Pakistán, sin dis-criminaciones étnicas. El 16 de diciembre de 1999, Luisa Mor-gantini, europarlamentaria italiana, pre-paró un encuentro para poder escuchar a las mujeres afganas en el Parlamento Europeo. En el plenario del parlamento pidió “al Parlamento, al Consejo, a la Comisión y a las Naciones Unidas que no reconozcan al régimen talibán y que promuevan un plan de acción a favor de las ONG que operan en Afganistán a favor de la libertad de las mujeres afganas y por su emancipación económica y social, a favor también de las que trabajan con las afganas refugiadas”. Y prosiguió: “Pero otra cosa hemos de hacer juntos; conceder el derecho de asilo a las mu-jeres que ven obligadas a huir de Afganis-tán”. Durante la sesión, Luisa Morgantini vistió un Burka, prenda obligatoria para las afganas bajo el régimen talibán.

Carmen Magallón es Licenciada en Físi-cas y doctora en Ciencias Físicas, por el programa de Historia de la ciencia-Filoso�ía de la ciencia, de la Universidad de Zaragoza. Además es miembro (fundadora, 1993) del Seminario Inter-disciplinar de Estudios de la Mujer (SIEM) de la Universidad de Zaragoza. Su trabajo incluye las relaciones entre género, ciencia y cultura de paz y la histo-ria de las mujeres en la ciencia.

Editado para Grulla por: Miguel Castro Rodríguez

La cultura paz y la perspectiva de género suponen un punto de partida para el entendimiento de la construcción de paz desde la autonomía e igualdad de las mu-jeres. El siguiente texto ha sido editado de su versión original para los �ines especí�icos de este número.

Mujeres organizadas para trabajar por la Paz

Las mujeres se organizan para trabajar por la paz, persiguiendo distintos obje-tivos y compartiendo un denominador común: afrontar y deslegitimar la lógica que trata de imponer el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida. Ellas se organizan:• Para oponerse a la guerra o a las políticas militaristas y de agresión que llevan a cabo sus gobiernos.• Para romper barreras entre grupos y acercar comunidades divididas y enfrentadas.• Para buscar soluciones no mili-tares a con�lictos estructurales.• Contra la impunidad: para que no

Marzo-Abril 2012 Grulla: Boletín de paz 7

se repitan los genocidios, las desapari-ciones forzosas y las persecuciones sufri-das por determinados grupos humanos.• Para apoyar a mujeres que viven en situaciones de guerra o de privación de libertad y de derechos humanos (guerra contra las mujeres) en países distintos al suyo.

Las mujeres de Negro

Las mujeres de Negro nacen en 1988, en Israel, cuando siete mujeres israelíes se colocan en una plaza de Jerusalén, vesti-das de negro, con un cartel que dice:

“Stop a la ocupación”. En 1991 se constitu-yeron las Mujeres de Negro de Belgrado: reu-nidas cada semana en la plaza principal de su ciudad, se propusieron transformar la amargura, la desesperación y el sen-timiento de culpa que las embargaba en resistencia pública, en protesta contra la política agresiva del Gobierno serbio de Slobodan Milosevic. En 2001 se explicaban así los principios éticos de su política feminista por la paz: la admisión de la propia responsabilidad, denunciando a los líderes y rechazando la representación que se arrogan; la dis-conformidad con las posturas nacionalis-tas; la construcción de lazos de con�ianza entre mujeres de distintas pertenencias

étnicas; el ser antipatriotas, cuando el patriotismo signi�ica no sólo la exclusión, sino la eliminación de otros; la transfor-mación de los sentimientos de culpa en una responsabilidad asumida; y el apoyo a los desertores y objetores de concien-cia, aliados de las mujeres para el cambio de mentalidad patriarcal. Las Mujeres de Negro efectúan un trabajo de base que pretende, mediante la relación y la búsqueda de puntos comunes, unir a personas de grupos enemistados a los que ellas mismas per-tenecen; animar a los ciudadanos a ser activos y responsables. Ellas saltan por encima de las barreras y de las divisiones étnicas, simbólicas y viajando a los países considerados enemigos y recha-zando toda forma de homogeneización. Condenan todas las guerras, reniegan de los héroes, ayudan a las víctimas y denuncian a los dirigentes responsables de la guerra y sus crímenes (Zajovic, 2003). Fieles a esta �iloso�ía, han surgido grupos de Mujeres de Negro por todo el mundo. En el verano de 2003 se celebró una con-ferencia en Marina di Massa (Italia) que reunió a más de trescientas mujeres venidas de la extinta Yugoslavia, el Reino Unido, Italia, Francia, Alemania, España, Finlandia, Suecia, Israel, Palestina, Tur-quía, Chipre, Estados Unidos, Japón, Colombia…

La ruta pací�ica de las Mujeres Colombia-nas y la Organización Femenina Popular

Más de 315 organizaciones y grupos de mujeres coordinadas en ocho regionales (Santander, Valle del Cauca, Risaralda, Cundinamarca, Putumayo, Antioquia, Chocó y Cauca) forman parte de la Ruta Pací�ica. Ésta es la presentación que de sí misma hace en un folleto esta asociación:

Una propuesta política femenina, de carácter nacional que trabaja por la tramitación negociada del con�licto armado en Colombia[…] Nos declaramos paci�istas, antimilitaristas y constructo-ras de una ética de la no-violencia en la que la justicia, la paz, la equidad, la autonomía, la libertad[…] Surgimos públicamente en 1996 como respuesta a

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CONVERSACIONES

Las mujeres como sujeto colectivo de construcción de pazPor: Carmen Magallón

Ellas saltan por encima de las barre-ras y de las divisiones étnicas, simbólicas y viajando a los países considerados enemi-gos y rechazando toda forma de homo-geneización

Foto: Luisa Morgantini

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la grave situación de violencia en la que se encuentran las mujeres en las zonas de con�licto, tanto en las áreas rurales como urbanas[…] Para llevar a cabo nuestras propuestas deconstruimos los símbolos que refuerzan la guerra, la exclusión y el exterminio.

En agosto de 2000, la Organización Femenina Popular y la Ruta Pací�ica de las Mujeres acordaron vestirse de negro y protestar contra el con�licto armado colombiano, las guerras y las violencias. Se constituyeron así como Mujeres de Negro. El último martes de cada mes llevan su protesta a las calles de Bogotá, Medellín, Puerto Caicedo, Pereira, Cali, Barrancabermeja, Bucaramanga, Popaya y Quipdó.

Mujeres contra la impunidad: para que no se repita

En muchos lugares, después de la guerra o el genocidio, son las mujeres las que continúan en la lucha contra la impuni-dad. Las Madres y Las Abuelas argenti-nas de la Plaza de Mayo son el grupo paradigmático. Pero hay otros, como la coordinadora Nacional de Viudas de Gua-temala (CONAVIGUA) o el Comité de Madres y Familiares de Presos, Desa-parecidos y Asesinados Políticos de El Salvador Monseñor Óscar Arnulfo Romero (COMADRES). CONAVIGUA fue constituida el 12 de sep-tiembre de 1988 por mujeres de origen

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maya, la mayoría analfabetas, víctimas de la violencia, la discriminación y la pobreza. Tras la política de violencia gen-eralizada impulsada por el ejército contra las comunidades indígenas, las viudas decidieron unirse para combatir el racismo y la discriminación, unirse en la defensa de los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres indígenas, en la reclamación de acceso a la justicia por parte de los pueblos indígenas y en el impulso del programa de resarcimiento para las víctimas de genocidio. COMADRES trabaja en El Salvador en la defensa de los derechos humanos, con una lucha que pretende rescatar la digni-dad de la víctima y del familiar que está vivo. En Ruanda, las mujeres que forman la Asociación des Veuves du Génocide Agahozo (AVEGA), asociación que agrupa a las viudas del genocidio, se reunieron, la primera vez, bajo un árbol en Kigali. Su objetivo fue tratar de sobre-vivir, ayudarse unas a otras, buscar apoyo psicológico y para la salud, con-tinuar la vida y hacerse cargo de los niños que habían quedado huérfanos.

Mujeres que apoyan a otras mujeres: la sonoridad internacional

La desigualdad y la discriminación que sufren muchas mujeres constituyen un tipo de violencia estructural muy exten-dido todavía en el mundo. Luchar en contra de esta discriminación representa

también un trabajo a favor de la paz. Uno de los casos más sobresalientes es el de Afganistán. El régimen talibán, que gobernó entre 1996 y 2001, fue terrible para las mujeres. Las Mujeres de Negro italianas mantuvieron lazos, desde 1999, con dos asociaciones de mujeres de mu-jeres de la región: RAWA, la única organi-zación afgana de mujeres que ya por entonces reivindicaba el empodera-miento de las mujeres y el respeto de sus derechos en un estado laico, y HAWCA, asociación que presta asistencia humani-taria a los prófugos, a las mujeres y a los niños en Afganistán y Pakistán, sin dis-criminaciones étnicas. El 16 de diciembre de 1999, Luisa Mor-gantini, europarlamentaria italiana, pre-paró un encuentro para poder escuchar a las mujeres afganas en el Parlamento Europeo. En el plenario del parlamento pidió “al Parlamento, al Consejo, a la Comisión y a las Naciones Unidas que no reconozcan al régimen talibán y que promuevan un plan de acción a favor de las ONG que operan en Afganistán a favor de la libertad de las mujeres afganas y por su emancipación económica y social, a favor también de las que trabajan con las afganas refugiadas”. Y prosiguió: “Pero otra cosa hemos de hacer juntos; conceder el derecho de asilo a las mu-jeres que ven obligadas a huir de Afganis-tán”. Durante la sesión, Luisa Morgantini vistió un Burka, prenda obligatoria para las afganas bajo el régimen talibán.

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Carmen Magallón es Licenciada en Físi-cas y doctora en Ciencias Físicas, por el programa de Historia de la ciencia-Filoso�ía de la ciencia, de la Universidad de Zaragoza. Además es miembro (fundadora, 1993) del Seminario Inter-disciplinar de Estudios de la Mujer (SIEM) de la Universidad de Zaragoza. Su trabajo incluye las relaciones entre género, ciencia y cultura de paz y la histo-ria de las mujeres en la ciencia.

Editado para Grulla por: Miguel Castro Rodríguez

La cultura paz y la perspectiva de género suponen un punto de partida para el entendimiento de la construcción de paz desde la autonomía e igualdad de las mu-jeres. El siguiente texto ha sido editado de su versión original para los �ines especí�icos de este número.

Mujeres organizadas para trabajar por la Paz

Las mujeres se organizan para trabajar por la paz, persiguiendo distintos obje-tivos y compartiendo un denominador común: afrontar y deslegitimar la lógica que trata de imponer el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida. Ellas se organizan:• Para oponerse a la guerra o a las políticas militaristas y de agresión que llevan a cabo sus gobiernos.• Para romper barreras entre grupos y acercar comunidades divididas y enfrentadas.• Para buscar soluciones no mili-tares a con�lictos estructurales.• Contra la impunidad: para que no

se repitan los genocidios, las desapari-ciones forzosas y las persecuciones sufri-das por determinados grupos humanos.• Para apoyar a mujeres que viven en situaciones de guerra o de privación de libertad y de derechos humanos (guerra contra las mujeres) en países distintos al suyo.

Las mujeres de Negro

Las mujeres de Negro nacen en 1988, en Israel, cuando siete mujeres israelíes se colocan en una plaza de Jerusalén, vesti-das de negro, con un cartel que dice:

“Stop a la ocupación”. En 1991 se constitu-yeron las Mujeres de Negro de Belgrado: reu-nidas cada semana en la plaza principal de su ciudad, se propusieron transformar la amargura, la desesperación y el sen-timiento de culpa que las embargaba en resistencia pública, en protesta contra la política agresiva del Gobierno serbio de Slobodan Milosevic. En 2001 se explicaban así los principios éticos de su política feminista por la paz: la admisión de la propia responsabilidad, denunciando a los líderes y rechazando la representación que se arrogan; la dis-conformidad con las posturas nacionalis-tas; la construcción de lazos de con�ianza entre mujeres de distintas pertenencias

étnicas; el ser antipatriotas, cuando el patriotismo signi�ica no sólo la exclusión, sino la eliminación de otros; la transfor-mación de los sentimientos de culpa en una responsabilidad asumida; y el apoyo a los desertores y objetores de concien-cia, aliados de las mujeres para el cambio de mentalidad patriarcal. Las Mujeres de Negro efectúan un trabajo de base que pretende, mediante la relación y la búsqueda de puntos comunes, unir a personas de grupos enemistados a los que ellas mismas per-tenecen; animar a los ciudadanos a ser activos y responsables. Ellas saltan por encima de las barreras y de las divisiones étnicas, simbólicas y viajando a los países considerados enemigos y recha-zando toda forma de homogeneización. Condenan todas las guerras, reniegan de los héroes, ayudan a las víctimas y denuncian a los dirigentes responsables de la guerra y sus crímenes (Zajovic, 2003). Fieles a esta �iloso�ía, han surgido grupos de Mujeres de Negro por todo el mundo. En el verano de 2003 se celebró una con-ferencia en Marina di Massa (Italia) que reunió a más de trescientas mujeres venidas de la extinta Yugoslavia, el Reino Unido, Italia, Francia, Alemania, España, Finlandia, Suecia, Israel, Palestina, Tur-quía, Chipre, Estados Unidos, Japón, Colombia…

La ruta pací�ica de las Mujeres Colombia-nas y la Organización Femenina Popular

Más de 315 organizaciones y grupos de mujeres coordinadas en ocho regionales (Santander, Valle del Cauca, Risaralda, Cundinamarca, Putumayo, Antioquia, Chocó y Cauca) forman parte de la Ruta Pací�ica. Ésta es la presentación que de sí misma hace en un folleto esta asociación:

Una propuesta política femenina, de carácter nacional que trabaja por la tramitación negociada del con�licto armado en Colombia[…] Nos declaramos paci�istas, antimilitaristas y constructo-ras de una ética de la no-violencia en la que la justicia, la paz, la equidad, la autonomía, la libertad[…] Surgimos públicamente en 1996 como respuesta a

Texto completo disponible en: http://www.bakeaz.org/es/publicaciones/mostrar/41-las-mujeres-como

Foto: Sorgin

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En 2005, la Marcha Mundial de las Mu-jeres decidió hacer debutar su nueva Carta Mundial para la Humanidad creando una recorrido de relevos alrede-dor del planeta. En cada una de las 64 paradas, las participantes se reunían en eventos para crear conciencia sobre este escrito y obtener el apoyo de represen-tantes electos. Y, en cada parada, las mu-jeres locales cosían un retazo en la colcha para representar a su país e ilustrar uno de los valores de la carta. A medida que esta recorría el mundo, la colcha de la solidaridad fue tomando forma, un cua-drado a la vez.

AGENDADel viernes 13 de abril al domingo 15 de abrilTaller de Noviolencia OrganizadaSerá necesario rellenar la solicitud (http://movimientoporlapaz.mx/wp-content/uploads/2012/04/SOLICITUD-Noviolencia-Organizada-ok.docx)Lugar: Ciudad de México

Martes 17 de abril15:00 horasTarde bohemia con FUSIONARTE. Pre-sentación multidisciplinaria de propues-tas artísticas de itesianos, en torno al tema de la paz.Lugar: Plaza de los 50 años, ITESO.

Jueves 19 de abril16:00 horasExposición y premiación de trabajos del concurso: “Expresa Paz” (ensayo, cuento, corto, video, instalación).Lugar: Auditorio M, ITESO.

Viernes 20 de abrilReunión Nacional de VíctimasLa Comisión de Víctimas, corazón y centro del Movimiento por la Paz con Jus-ticia y Dignidad, MPJD convocan a par-ticipar a afectados directa o indirecta-mente, por la violencia desatada en nues-tro país en los años recientes a Reunión Nacional de Víctimas.Con�irmar su asistencia a la brevedad con la comisión organizadora al correo [email protected] Lugar: Cuernavaca, Morelos.

Miércoles 25 de abril19:30 horasJAM por la Palabra. Diálogos multiformes por la pazPoesia, musica, danza contemporanea, discursos del miedo, performance inter-vención plástica, entre otros.Museo del ChopoDr. Enrique González Martínez 10, Col. Santa María la RiberaMéxico DF

Consejo EditorialMariana Moreno Trillo - Editora

Miguel Castro RodríguezCarlos Cordero

Dirce Carolina G.Q

ColaboradoresGerardo Pérez Viramontes

Ana María Vazquez R.María Ana del Valle

AgradecimientosGerardo Pérez Viramontes

Ana María Vazquez R.María Ana del Valle

Ahtziri González

ITESO

Periférico Sur Manuel Gómez Morín#8585 CP 45604

Tlaquepaque, Jalisco, México

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IMAGEN DEL MES

Marcha de relevosPor: Carmen Díaz