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Swing de golf Análisis del swing de uno y de dos planos para descubrir el mejor para ti Jim Hardy John Andrisani EDITORIAL PAIDOTRIBO

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Swingde golf

Análisis del swing de uno y de dos

planos para descubrir el mejor para ti

Jim HardyJohn Andrisani

EDITORIALPAIDOTRIBO

Page 2: Golf

Prólogo de Peter Jacobsen.................................................... 7Introducción ........................................................................ 13

1 Tú eliges ..................................... 21

Por qué deberías comprometerte a cambiar tu técnica y los factores críticos para determinar si tienes un swing de un plano o un swing de dos planos.

2 La preparación ..........................35

Los fundamentos que rigen la posición inicial en el golf para tu tipo de swing específico.

3 El arranque ................................59

Los fundamentos probados del swing de un plano difieren en gran medida de los de un swing de dos planos

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Índice

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4 La bajada ...................................99

Dos hojas de ruta diferentes para aprender a bajar el palo hacia la bola y conseguir un contacto sólido entre la cara del palo y la bola.

5 Ejercicios de entrenamiento .......155

Ejercicios que se pueden hacer en casa o en el campo de prácticas, diseñados para ayudarte a asimilarlos movimientos correctos de un swing en plano y corregir fallos comunes

Comentarios de profesionales sobre este libro..................... 193Agradecimientos .................................................................. 197

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Me hace mucha ilusión que hayas elegido leer La verdadsobre el swing de golf. Conseguir que este libro llegue a

tus manos ha sido mi objetivo personal desde hace unos cincoaños. No sé todavía si mi deseo de procurar que Jim Hardy escri-biera este libro fue un acto egoísta o un gesto noble. ¿Es porquequería mi propia «Biblia» de instrucción, o deseaba que todoslos jugadores pudieran compartir sus conocimientos? En el fon-do, creo que hay algo de las dos cosas.

En la actualidad Jim Hardy es el estudioso del swing de golfcon más conocimientos y menos nombre. Te lo digo con todaconfianza porque he trabajado con todos los que posiblementehayas oído hablar. Jim Hardy es una persona tremendamente se-ria que afronta todos los aspectos de su vida con pasión. Sin em-bargo, es una de las personas más entrañables y sociables que hellegado a conocer. No le interesa la autopromoción. Le conside-ro «un solomillo», un poco duro por fuera pero muy tierno pordentro.

Después de la muerte de mi padre en 1992 perdí el deseo deseguir compitiendo en el circuito. Pasé una breve temporada ha-ciendo de comentarista junto a Brent Musberger en la ABC-TVen 1993, experiencia que me animó a volver a competir. Fue lacompasión de Jim, los consejos y su apoyo lo que me ayudó a su-

Prólogo

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perar el mal momento que atravesaba y culminó en mi vuelta alPGA Tour. La fe que sigue demostrando Jim en mis habilidadescontinúa inspirándome en la actualidad. Hoy no sería el jugadorque soy sin la ayuda de Jim Hardy.

En 1993 decidí cambiar mi swing, convirtiendo un swing dedos planos en uno de un solo plano. Era consciente de que re-quería mucho trabajo y paciencia para conseguirlo pero sabíaque con los conocimientos de Jim podría llevarlo a cabo con éxi-to. La verdad sobre el swing de golf detallará exactamente cuálesson las diferencias entre un swing de uno y de dos planos, dóndese diferencian y por qué no puedes mezclar los fundamentos querespaldan cada swing. Este libro es tu hoja de ruta hacia la com-prensión de tu swing y hacia la mejora de tus resultados en elcampo.

Cuando conocí a Jim en 1983, tenía un swing atlético y másbien casero, que mi padre, Erling, había enseñado a toda la fami-lia Jacobsen. Mi padre fue un gran jugador durante toda su vidae incluso cuando murió con 75 años tenía un hándicap menorde 10. Hizo lo mejor para todos nosotros, pero con el tiempo de-sarrollé un swing que arrancaba con un levantamiento bruscodel brazo izquierdo que provocaba que se cerrara la cabeza delpalo y que apuntara bastante a la derecha del objetivo en lo altode la subida. La bajada era aún más salvaje si cabe, con un granmovimiento lateral de las caderas hacia la izquierda, que provo-caba que el palo fuera muy a la derecha y que golpeara la bolacon un «push» marcado con una trayectoria baja y con pocoefecto retroactivo. Además, empecé a sufrir dolor de espalda alos 29 años. Sabía que necesitaba ayuda.

Jim y yo empezamos a trabajar mi swing y como en aquellaépoca tenía un swing de dos planos, me ayudó a comprender losfundamentos de ese swing. Me impresionó con sus teorías nue-vas de los swings de uno y de dos planos. Recuerdo muy bien elCampeonato de la PGA de 1985 en el campo de Riviera cuando

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Jim y yo nos esforzamos en conseguir que el palo fuera mejor po-sicionado en la subida. Me había sugerido que probara una posi-ción nueva en lo alto de la subida. Conseguí exactamente lo queme pidió Jim y logré enviar la bola al centro de la calle del hoyodiez unos 70 kilómetros a la derecha con un gran «push/slice».No está de más decir que Jim estaba ilusionado porque habíaconseguido a la perfección la nueva posición que me pedía. Sinembargo, Jim también sugirió que quizá la víspera de uncampeonato de Grand Slam no era el momento más oportunopara probar ese movimiento nuevo. A continuación, envié ochoo diez bolas al mismo sitio en la calle del hoyo diez. Mientras losespectadores empezaban a susurrar entre ellos y a señalar, meconsideré preparado para la lucha por construir mi nuevo swing.La única cosa que quería hacer Jim era esconderse debajo de lachuleta más grande que pudiese encontrar. No obstante, yo con-fiaba en todo lo que me había explicado Jim acerca de los dos ti-pos distintos de swing y estaba decidido a probarlo en el campo.Aunque las sensaciones eran un poco extrañas, creía que seríacapaz de llevarlo a cabo. Entonces opté por emplearlo durantetoda la semana, lógicamente fallé unos cuantos golpes pero, apesar de todo, me encontré en la salida del hoyo setenta y dosempatado con quien sería el campeón Hal Sutton y el subcam-peón Jack Nicklaus. El hecho de que me acobardara en la salidadel hoyo dieciocho e hiciera bogey no tenía que ver con Jim, fueíntegramente culpa mía.

Después de ser desde 1983 a 1992 un jugador con un swingde dos planos, Jim siempre mostraba interés en explicarme susteorías de un swing de un plano versus un swing de dos. Estabautilizando un swing de dos planos pero curioseaba cada vez máscon un swing de un plano. Después de haber escuchado yaprendido, estaba convencido de que quería convertirme en unjugador de un plano. Los dos pensamos que poseía la suficientefuerza y flexibilidad como para realizar los cambios necesarios.

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Así pues, en 1993 emprendimos nuestro experimento de con-vertir a un jugador de dos planos en uno de uno sólo. Y aunqueno he disfrutado de rachas como las de Jack Nicklaus, sí que ga-né dos veces en 1995. Volví a ganar en 2003 con 49 años y el ve-rano pasado, con 50 años, me llevé el Open Sénior de EstadosUnidos. Aunque sigo pensando que todavía tengo mucho traba-jo por delante con mi swing, Jim ha declarado el experimentoun claro éxito. He pasado de ser Dr. Jekyll a Mr. Hyde, podría-mos decir.

Verás que hemos incluido secuencias de los dos tipos deswing. Creo que estoy muy bien cualificado puesto que pasé laprimera etapa de mi carrera en el PGA Tour empleando unswing de dos planos para luego cambiar al otro de uno. Lo másimportante quizá es que aprenderás mucho sobre la técnica delswing de golf observando las maravillosas fotografías que contie-ne el libro. Aprenderás mucho también de los swings de uno y dedos planos leyendo acerca de «las sensaciones» que algunosde los alumnos de Jim del PGA Tour han expresado a lo largo desus muchas sesiones con él. Animé a Jim a que las incluyera por-que serán muy útiles a la hora de realizar correcciones y cambiosen tu propio swing.

Cuando empleaba un swing de dos planos, mi objetivo pri-mordial era mantener un ritmo suave de dos tiempos con unapausa considerable en lo alto de la subida. Nunca me precipita-ba y jamás intentaba pegar la bola con fuerza. Como jugador deun swing de un plano, mis pensamientos se centran en rotar losbrazos lo máximo posible alrededor del cuerpo, literalmente ti-rando los brazos atrás y a la derecha en la subida y luego girandoel cuerpo para que mis brazos se vean lanzados a través de la bolahacia atrás y a la izquierda. Me siento como se debe sentir MarkMcGwire cuando envía la bola de béisbol fuera del estadio. Sim-plemente roto lo máximo posible y libero el palo como lo haríaun jugador de béisbol. En definitiva, siento que realizo un swing

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sin inquietudes, con fuerza pero a la vez sin perder nunca el con-trol del palo. Animé a Jim a que volviera a la enseñanza del golfporque sus teorías son profundas. Habla del swing de una mane-ra que no he oído nunca antes. Antes de conocer a Jim creía,igual que la mayoría de los jugadores, que existía únicamente unconjunto de fundamentos para el swing y se aplicaba a todo elmundo. Ahora sé que eso no es correcto. Le persuadí para que re-gresara a la enseñanza porque quería que compartiera sus cono-cimientos con algunos de mis amigos del PGA Tour. La verdadsobre el swing de golf es la consecuencia de que llevara más lejosmi deseo de compartir sus conocimientos con todos los jugado-res. En la actualidad existe mucha confusión en la enseñanzadel golf en todos los niveles. He visto a algunos de los jugadoresmás emocionantes y exitosos del circuito dejar, de repente, deencontrar la calle y el green. Me preocupa muchísimo ver juga-dores de la talla de Seve Ballesteros, Ian Baker-Finch, BobbyClampett y Chip Beck luchar con su swing hasta no poderaguantar más. Se confundieron, como lo hacemos todos de vezen cuando, pero no disponían de una hoja de ruta para empren-der la vuelta atrás hacia sus mejores días. Esperemos que la en-cuentren.

Surgió de mi preocupación por algunos de mis amigos másíntimos del circuito y el estado de su juego enviarles a Jim. ScottMcCarron, Tom Pernice, Jr., Paul Azinger, Casey Martin, JayDesling, Brad Faxon, Olin Browne y Brian Henninger son algu-nos de los jugadores que han trabajado con Jim y se han benefi-ciado considerablemente de sus consejos. Sabía que Jim lespodría ayudar y lo consiguió. Igualmente sé que te puede ayudara ti. Jim no se promociona como profesor y apenas le ves en el«Golf Channel». La verdad sobre el swing de golf representa tumejor oportunidad de hacer una clase con él.

Espero sinceramente que disfrutes de este trabajo tremen-damente informativo. Creo personalmente que este libro extra-

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ordinario será el libro de golf más revolucionario desde la publi-cación de Five Lessons: The Modern Fundamentals of Golf deBen Hogan. Estudia mucho, aprende, pásatelo bien y buenasuerte.

Peter Jacobsen

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Empecé a jugar al golf con 15 años. Quería ser el mejor juga-dor del mundo. Eso no llegó a suceder. Sin embargo, lo

que sí sucedió es que he tenido la vida más maravillosa en elmundo del golf que jamás podría haberme imaginado. Fui a launiversidad con una beca de golf, formé parte del equipo ameri-cano universitario y acabé jugando en el PGA Tour desde 1968 a1973. He sido profesional de campo, profesor, ponente, co-mentarista de televisión, escritor y propietario de campo. Fundéuna empresa de gestión de golf y una empresa de promoción decampos. Soy socio de una empresa de diseño de campos desdehace más de doce años con una de las personas más formidablesdel mundo, Peter Jacobsen. He viajado por todo el mundo y hejugado en prácticamente todos los mejores campos. Crecí enuno de ellos, Prairie Dunes Country Club en Hutchinson, Kan-sas. He llegado a conocer a miles de personas maravillosas, perosi no fuera por mi primer profesor de golf, Harold Hoffman, elprofesional del campo de Carey Park en Hutchinson, nada de es-to habría sucedido. Fue una persona inspiradora. Los niños acu-dían a él para hacer clase encantados y él los quería a todos. Nosinculcó un sentido de aventura hacia al golf que ha perduradotoda la vida. He tenido la gran fortuna de haber perseguido con-siderables posibilidades dentro del mundo del golf pero no me

Introducción

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veo identificado con una sola. De hecho, he pasado la mayorparte del tiempo aprendiendo. Soy un investigador nato y mi má-xima felicidad se produce cuando busco y encuentro la solucióna un problema. Todo lo relacionado con el golf siempre ha sidoun reto para mí, un gran misterio maravilloso por solucionar. Es-ta búsqueda me ha sustentado.

Al abandonar el Tour, tuve la suerte de conseguir un trabajoen un gran campo de la vieja escuela en las afueras de Chicago,el Exmoor Country Club. Durante mi estancia en Exmoor medi cuenta de que no sabía enseñar y la enseñanza era práctica-mente la única cosa que realmente me gustaba de ser profesio-nal de campo. De jugador había tomado clases con unos cuantosprofesores y me pareció que cada uno de ellos me había explica-do algo diferente. Me costaba creer que mi swing tenía tantos fa-llos. Si fuera así, ¿cómo había llegado a jugar tan bien? Intuí queuno de esos profesores tenía razón, pero ¿cuál de ellos? Decidídescubrirlo. Hice cursos de lectura rápida para poder leer más li-bros de instrucción. Hablé por teléfono con los mejores profeso-res del país y les pedí poder visitarles para verles enseñar. Acabédesorientado. Sin embargo, de pronto mejoré mucho tras cono-cer a John Jacobs, profesor inglés de renombre.

El trabajo que John realizaba en aquella época estaba tanavanzado en comparación con el de todos los demás que mecostaba creerlo. Comprendía el golf completamente y de for-ma muy lógica. Fue el primero en entender realmente el vuelode la bola, su relación con las condiciones de impacto y el pa-pel que desempeñaba el palo para causar el impacto. Com-prendía además los motivos de los movimientos indebidos enel swing y, lo que resulta más importante, cómo corregirlos.Muchos misterios se resolvieron. Creamos una asociación coneste profesor extraordinario que resultó en la cofundación deLas Escuelas de Golf de John Jacobs con mi querido amigoShelby Futch. Dejé la escuela después de varios años y desde

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entonces Shelby se ha encargado de su gestión. Pero volvamosa John Jacobs.

John tiene un dicho fabuloso que comparto totalmente yque dice lo siguiente: «El único objetivo del swing de golf esproducir un impacto correcto y repetitivo y el método emplea-do para conseguirlo no tiene ninguna importancia siempre quesea repetitivo».

Este dicho resume de forma muy concisa nuestra meta al rea-lizar el swing. El método que empleaba y enseñaba John era loque él mismo describía con frecuencia como un movimiento in-terno de arriba hacia abajo de los brazos mientras gira el cuerpo:dos giros y un latigazo. El movimiento de los brazos y el giro delcuerpo se efectuaban en dos planos diferentes. El cuerpo girabade forma algo horizontal, alrededor de una columna vertebralrelativamente erguida, mientras los brazos seguían un plano másvertical. John y yo compartimos muchas tardes animadas tratan-do todo tipo de temas relacionados con el golf. En una de estasocasiones le pregunté acerca del swing de Ben Hogan. Su res-puesta fue escueta pero acertada: «Él hacía el swing en un soloplano». Este comentario hecho en 1977 fue el comienzo de unabúsqueda muy larga que culminaría con la publicación de estelibro.

Durante mis primeros años jugando al golf admiré tanto aBen Hogan como a Sam Snead, pero sobre todo a Hogan. Leagradecí muchísimo a John todo lo que me había enseñado, pe-ro sabía que esos dos héroes de mi juventud, más otros que habíaobservado mientras jugaba en el PGA Tour, en particular, Geor-ge Knudsen, no empleaban un swing de dos planos. Todo se mo-vía en un solo plano. Gracias a la generosidad de John conseguídominar todo lo relacionado con un swing de dos planos, peromis conocimientos del swing de un plano eran nulos. Existía só-lo un libro que ofrecía la posibilidad de descubrir algo más sobreese swing, Five Lessons: The Modern Fundamentals of Golf de

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Ben Hogan. Sin embargo, no fue hasta años más tarde –despuésde una cantidad extraordinaria de fracasos– cuando descubríque el libro contenía errores. Algunos de ellos importantes y elreto para mí fue rectificarlos.

A lo largo del camino, mientras buscaba el swing perfecto,me di cuenta de que todas las técnicas del swing de golf, inde-pendientemente de sus diferencias, se podían clasificar en doscategorías. O bien realizas el swing de brazos en el mismo planoprácticamente que el cuerpo o no lo haces. Todo se simplificó.Si los brazos suben desde la posición inicial alrededor del cuerpoen el mismo plano que el giro de los hombros, lo llamo la técnicade un plano. Llamo técnica de dos planos si los brazos tienden asubir más verticalmente, en un plano diferente al plano de loshombros. Así de sencillo.

Otra cosa notable que descubrí a lo largo de los años fue quelos movimientos que se realizan en un tipo de swing se puedenconsiderar casi opuestos a los del otro swing. De repente la no-ción de que sólo existía un conjunto de fundamentos que se apli-caba a todos los swings fue descartada. El objetivo de este libro esclarificar estos fundamentos.

Existen dos conjuntos propiamente diferentes de fundamen-tos que regulan dos tipos de swings diferentes. Además, si empleasun tipo de swing y de repente introduces un elemento del otro ti-po, el swing empieza a fallar. El swing que antes te funcionaba(al menos, la mayor parte del tiempo) deja de funcionar.

Como colectivo, los jugadores de golf no mejoran, inclusocon el uso de ordenadores, vídeo y muchos profesores listos ycomprometidos. Creo que hay cada vez más gente perjudicadapor la información que recibe. En parte se debe a la velocidadvertiginosa en que hoy en día se transmite. El «Golf Channel»,programas de televisión, clases, revistas y libros, difunden infor-mación a una velocidad fulminante. Parte de esta información eserrónea, o como mínimo contradictoria. Si escuchas atentamen-

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te, comprenderás lo discordante que es esta información. El pro-blema se halla en que hasta hoy nadie se ha planteado la idea deque existen dos conjuntos de fundamentos de golf, no sólo uno.La gran mayoría de las contradicciones se pueden explicar si sesepara la información en los dos conjuntos de fundamentos.

Este libro tiene varios objetivos, pero el más importante esacabar con la gran confusión que existe sobre el swing de golf.Quiero que los golfistas utilicen este libro para obtener una com-prensión clara de cómo pueden mejorar. Para conseguir ese ob-jetivo hay varios elementos importantes que espero que aprendasgracias a la lectura del libro. Quiero que entiendas que mu-chas de las cosas que has oído e incluso quizá mantengas comofundamentos universales están equivocadas tanto para el swingde un plano como el swing de dos. Te enseñaré cómo van encontra de la esencia de lo que se intenta realizar durante el swingde golf y lo contraproducentes que son. Toda la información quequeda, indiferentemente de lo contradictoria que parezca, sepuede aplicar a uno de los dos conjuntos de fundamentos. Déja-me explicártelo.

Cuando hayas identificado el tipo de swing que utilizas oquieres utilizar, descubrirás los fundamentos que pertenecen atu método de swing. Cuando aprendas a descartar aquellos ele-mentos que no encajen con tu estilo y adaptes aquellos que sí en-cajan, podrás empezar a entrenar con más efectividad. El golf yaes lo suficientemente difícil como para entrenar cosas que te per-judicarán. Si únicamente practicas aquellas cosas que bene-ficien tu swing resulta imposible no mejorar. He probadopersonalmente todo lo que se recomienda en este libro y se lo heenseñado con éxito a otros jugadores, tanto a profesionales comoa aficionados.

Como ya he resaltado, el enfoque principal de Swing de golf ymis teorías del swing se centran en los dos tipos diferentes deswing que pueden darse en el golf –el swing de uno y de dos pla-

17Introducción

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nos– y los conjuntos de fundamentos que los regulan. Investiga-ré a fondo los dos swings proporcionando un conjunto específicode fundamentos para cada uno. Describiré las dos técnicas en elcapítulo 1, para que puedas empezar a pensar en elegir el swingque es mejor para ti. Sin embargo, después de esta introducciónprofundizaré mucho más en cada uno de ellos para que cuandoacabes de leer el libro sepas con toda seguridad cuál de los dosentrenar.

Como aprenderás en el capítulo 2, los dos swings se ven faci-litados por una posición inicial concreta. Por ejemplo, el juga-dor que emplea un swing de un plano se ve obligado a inclinarsemás hacia delante en la posición inicial, mientras que el jugadorde dos planos facilita los movimientos correctos con una coloca-ción inicial más erguida. Verás también que existen diferenciasadicionales respecto al grip, la colocación, la posición de la bolay la distribución del peso. Los capítulos 3 y 4 se ocupan del swingen sí mismo. Conocerás con detalle los fundamentos que regu-lan las dos técnicas durante la subida, a través de la zona de im-pacto hasta llegar al «finish». Te quedarás sorprendido por lasdiferencias que se perciben entre los dos swings. Te darás cuentade los errores cometidos y comprenderás por qué tus esfuerzosanteriores te condujeron al fracaso. A partir de ahora podrás en-trenar de forma correcta y facilitarás el camino hacia una mejoraconstante.

Al comenzar a leer Swing de golf, primero decídete por unode los dos swings. A continuación, a través de una lectura deteni-da del texto y un estudio de las fotografías que lo acompañan, enque aparecemos mi alumno estrella, Peter Jacobsen, y yo, cono-cerás los fundamentos y la mecánica que se aplican a tu coloca-ción inicial, la subida y la bajada, con el fin de obtener una ideaclara de cada movimiento que corresponde a tu swing. Petermuestra tanto el swing de uno como el de dos planos en las foto-grafías de color en las páginas centrales.

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Por último, entrena los ejercicios que he incluido en el capí-tulo 5 para primero asimilar cada movimiento por separado an-tes de incorporarlo en un swing fluido sin interrupciones, tantode uno como de dos planos, que podrás repetir con confianza yregularidad. Recomiendo también leer y estudiar el apartado de-dicado a los ejercicios para cada tipo de swing. En este apartadose incluye información que no se encuentra en ningúna otra par-te del libro y resultará vital para tu comprensión y mejora.

En tu camino hacia el aprendizaje del juego desde cero odel cambio de tu swing actual por uno nuevo, te sorprenderásde la rapidez de los resultados conseguidos. De hecho debe sercasi inmediato. Esta afirmación no es fruto de la arrogancia. Tecuento este hecho basándose en la experiencia exitosa con misalumnos, tanto jugadores aficionados como profesionales ex-perimentados del PGA Tour que acudieron a mí para hacerclase, desorientados y preocupados, pensando que necesitaríanmuchas horas para remodelar su swing y recuperar el juego.No tendrás que entrenar muy duro para mejorar, siempre queselecciones el swing adecuado y entrenes los movimientos co-rrectos asociados a él. Acierta en la elección, entrena los movi-mientos debidos y en poco tiempo tu swing comenzará afuncionar.

El vuelo de la bola será tu guía. Si consigues realizar el movi-miento mejor, perfeccionarás el vuelo de la bola. Si el vuelo dela bola no mejora, puede significar que no has comprendido cla-ramente las instrucciones, o bien que no estás realizando lo quese te pide, o lo que se te pide está equivocado. Desafortunada-mente, este último caso suele darse con frecuencia. Sin embar-go, después de haber leído este libro ya podrás dejar depreocuparte por este factor. Deberías terminar el libro con unacomprensión muy clara de lo que necesitas mejorar.

Por último, ¿cómo sabes si lo haces bien o no? Bueno, comose ha dicho anteriormente, la bola de golf no miente. Si comien-

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zas a pegar bolas precisas con potencia, sabrás que vas por buencamino. Si, en cambio, el vuelo de la bola resulta flojo y los gol-pes fallan su objetivo, te recomiendo que vuelvas a leer las ins-trucciones o que encuentres una videocámara y te grabes.Acabaré con una anécdota que lo ejemplifica.

Hace unos cuantos años, un buen amigo mío, Sam Ainslie,recibió una invitación para jugar al golf en Tejas. Fue además avisitar la fábrica de producción de la empresa de material de golfde Ben Hogan en Fort Worth, conoció y cenó con Ben Hogan.Sam pudo sentarse al lado de Ben Hogan en la cena y durante laconversación Hogan le preguntó: «¿Utilizas una videocámara?».Sam le contestó que solía usarla sólo con algunos de sus alum-nos. Al oír la respuesta, Hogan dijo: «No, quiero decir si la usastú para tu propio juego». Sam le dijo que no porque era un juga-dor más de sensaciones. Hogan dijo simplemente: «Sabes qué,de haber tenido vídeo en mi época, los habría arrasado a todos.»

Vamos al campo de prácticas y empecemos la clase de hoy.

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