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2 Domicilio Desconocido ODRADEK ODRADEK Domicilio Desconocido 3 Gente de Once Siempre la rodean palomas a las que les da de comer. Nunca la vi cazándolas pero sí abriendo bolsas de nylon grandes llenas de palomas de las que se asoman todas picoteadas y ensangrentadas, transpiradas, medio muertas. ay una señora en Once que aparece en primavera o en verano. Está teñida de rubio y H usa un vestido blanco bastante elegante con la espalda al aire. Lleva siempre una muñeca con ella, que tiene el pelo igual al de ella, y que usa el mismísimo vestido blanco. Fuera de eso parece una tipa normal. Las veces que la vi siempre estaba cruzando Jujuy. Hay otra señora en Once que da clases de danza y de canto al aire libre, sobre Adolfo Alsina a la altura de Pasco. Se viste y se peina como una bailarina. Siempre la rodean palomas a las que les da de comer. Nunca la vi cazándolas pero sí abriendo bolsas de nylon grandes llenas de palomas de las que se asoman todas picoteadas y ensangrentadas, transpiradas, medio muertas. Algunas mañanas se la puede ver acomodando sobre la ligustrina que bordea la plaza un ala o la cabeza de alguno de estos bichos. Había un señor en Once que tenía una pierna medio podrida. Cada Todo un palo irtha Legrand lo repite constantemente como justificativo de ese ese mismo M acto: “el público se renueva”. Así vemos cómo cada tanto viene el furor del yo-yo, del tiqui-taca y de tantas otras cosas. Hace unos días, al volver de una serie de charlas que fuí invitado a dar en Karlsruhe, Alemania, tomé un taxi en Ezeiza que me llevaría hasta mi domicilio. Mientras manejaba, el conductor tenía encendida la radio en una de esas estaciones de frecuencia modulada, y sonaba una canción de un tal Sambayonni. El estribillo se refería a la incapacidad que el autor manifestaba para evitar incurrir en actividades masturbatorias*. Me llamó la atención la crudeza de la letra de la canción, por lo que comencé a investigar sobre el “artista”. Posee un repertorio con canciones como “La incojible”, “Soy Superman (y me chupan la pija)” o “Volviste muy puta de Gesell” con letras acordes a los títulos de las canciones. Lo mas llamativo es el público “progresista” que festeja a este muchacho. El mismo público que pone cara de oler excrementos cuando aparece en algún lado Rodolfo Zapata cantando “La gorda”, como si la frase “qué me importa que sea gorda si para correr no la quiero” fuera más vulgar que “probamos sin orgullo, sin chamuyo, y escondiéndole en los yuyos el consolador”. Cosas del progresismo, que ignora la premisa de La Señora y festeja hoy sin reflexionar. La vuelta ás preocupada por el brindis de fin de año que por dar explicaciones acerca de su M larga ausencia, Betty entró la otra tarde a la Biblioteca cargada con dos cajas de Ananá Fizz, diez turrones y el convencimiento de que semejante esfuerzo no tenía consecuencias para el lumbago que la tiene a mal traer desde hace meses. María Luisa, el referencista, el auditor en jefe y yo misma corrimos a asistirla, un poco fastidiados a esta altura por esa mezcla de negación y voluntarismo que se vuelve tan propia de Betty por estas fechas. . Sin embargo, el nudo de brazos y recriminaciones en el que terminó el salvataje de urgencia, dejó que apareciese, lento pero seguro, el espíritu comunitario que se había quedado afuera de todas las previsiones de fin de año para la Sala de Lectura: Betty, arreglándose la blusa estampada con minúsculos arbolitos de Navidad y renos sonrientes, propuso sin más que tratáramos de repetir el entuerto de extremidades con las copas de plástico en la mano y bien cargadas de espumante, mientras hablaba de la buena predisposición de los turrones para durar de unas fiestas a otras. Y mientras conseguía que el auditor abriera las primeras botellas, se despachó con la lista de previsiones para el brindis, que incluía la prohibición de uso de la mano derecha, la indiscutida mirada a los ojos, la interdicción sobre el agua, el sorbo antes de apoyar las copas en los escritorios y otras delicias del protocolo de la suerte y la cábala. Para el octavo Ananá Fizz, afortunadamente las únicas reglas que quedaban en pie eran aquellas que mejor te cuadren y estar listo para persistir, o tal vez totalmente distraído para lo que venga. María Martha GIGENA Y mientras conseguía que el auditor abriera las primeras botellas, se despachó con la lista de previsiones para el brindis, que incluía la prohibición de uso de la mano derecha, la indiscutida mirada a los ojos, la interdicción sobre el agua, el sorbo antes de apoyar las copas en los escritorios y otras delicias del protocolo de la suerte y la cábala. semana se iba pudriendo un poco más. Estaba en estado de descomposición ahí en la calle, a la vista de todos. Hace rato que no me lo cruzo más. Hay también tres tipos que siempre andan juntos pero uno detrás del otro, llevan bolsos como si fueran a la obra y están medianamente prolijos. El gordito atraca gente, los otros dos lo cubren. Los del barrio los conocemos perfectamente y cuando los vemos merodeando una presa, si podemos, le avisamos a la víctima: “guarda, son chorros”. Después hay una señora como de 90 que casi no puede caminar y anda con su hija que tendrá cincuenta y pico. Van a la calesita de la plaza de la señora de las palomas. La de 50 monta caballitos, elefantes, el dinosaurio... en el autito no entra. Generalmente saca la sortija. La madre la mira, la saluda, la espera. Después se van. Y además estoy yo, que salgo todos los días a la misma hora corriendo con el subtepass en la mano, vestida siempre de blanco y negro, revolviendo la cartera y chequeando: celular sí, billetera sí, llaves sí (obvio), remedio para la alergia sí. Después se me pierde la vista y desaparezco bajo tierra para emerger, con suerte, nueve horas más tarde. Yanina BOUCHE El público se renueva Aparentemente vale más el lenguaje vulgar nuevo que las metáforas viejas. Tal vez porque Rodolfo Zapata nos recuerda al interior de nuestro país, una región que el progresismo actual intenta ignorar, defenestrando a Piñón Fijo porque es Cordobés y al mismo tiempo idolatrando al pelotudo de Luis Pesceti porque se tiró un pedo en el exterior y los chicos se rieron. Pero es así, vale más la pedorrada con aires extranjeros que lo hecho con nivel aceptable en el interior del país. Y como el progresismo es sinónimo de dinero, al carajo...ahí van todos los mierdas subiéndose a ese tren traicionando todos sus ideales con la única finalidad de cambiar el auto. Porque el forrazo de Pesceti no anda en colectivo ni mucho menos, y el conchudo de Sambayonni si no se compró su 4x4 todavía debe ser porque no tenían el color que él quería. Todo, obviamente, con la plata del pajero del progresista que lo único que busca es “ser distinto”. Pues bien, saben qué manga de forros...son todos iguales. Tan iguales como Sambayonni y Zapata o como Pesceti y una bolsa de mierda. Pero sigan comiendo sushi y peleándose en Plaza Serrano para que los atiendan como el orto. Así les va a ir, pajeros. Mariano QUINTERO *Nota del Editor: el estribillo dice “...pero no pude dejar la paja”. odos los años, la mariposa Monarca inicia una migración desde el sur de Canadá y el T norte de EE.UU. hasta una región de la Sierra Madre, en Michoacán, para pasar el invierno y copular. En tres meses, de setiembre a noviembre, miles de mariposas recorren más de 4.000 km. en un viaje que debe ser un caos de vientos cruzados, caídas en abismo, disputas feroces por mantener la orientación, al contrario de las ondulaciones de armonía y color que el ojo humano facilitaría a la imaginación si fueran visibles desde tierra. Al llegar a destino, se ven espantadas por el tumulto de miles de turistas que las aguardan con sus cámaras de fotos, video y lentes de aumento. Las mariposas deben huir a más de 3000 metros de altura, donde los baqueanos apostados por las empresas de turismo ecológico conducen a los clientes que se animan a trepar por senderos ocultos en los bosques de pinos y oyameles. Las mariposas se amontonan sobre los troncos de los árboles y las que no alcanzan a refugiarse se aterran hacia un fondo inacabado y oscuro, formando alfombras de alas naranjas a merced de las pisadas de sus perseguidores. Algunos lo hacen a caballo, que los lugareños ofrecen en alquiler. Carmen ARRIAGA Kafka u n p u h s, e be l l hom r imposib e La eo u l t i f d bo u tiem o, q e fue ermo o como o mjr m estra de r un o e esta e e í os n l f r. i n d r cida e exh bició e at o ds s na e ci e g r e éxito d l n l que cre am e e utu o e u spe e conc pción del éne o que l e e s ol ap al p , l u er . Co as no e e d Di ney W rd oc í tico en e q e cyb punk n l v las d William H s p s naj s v s tan d l cent b co La G la Ga xia uerra de s la s la su er o e ii isp i es las Gi son y n u q e ue l u ci nci Esef turo, u f e q ela e a de spsb ad catástr f in fc ó sf r o if rente o i ilid es de la oe ce cia i ci n se tran o ma (p r f cci so p h ab i ón ñó ara nosotros, abl a de q l f cci o a so o r e os s s pe o ue a ciencia i ón frecier ( bre tod p oc dimient opue to r e ac s, r u nav s esp iale de las sorp esas q e nos e I lt a) e ños r io co e entar os) na ital p o nic n ng a err n a p ev s. mpl m i en u v er a ar b c ía e a dep a a la te nolog , d l s e l a n f f a r ato l m no P ro a go se ech e alta en los orm de el , en a edida en que ya o b li ad d m i p si i d es el ca bio soc al. xtos d lr . o u b hy ue p nd :e te e Bal a d L q e cam ia a nada q com re er n ambos á t n es e Pens bamos en o c qu la ciencia f a e cu nd incor or c los rs naj s ce op de initiv m nte a o se p a asos pe o e apare n guiad s or c u rela q m a fic ión era n to ue per ití lar o y alzb r o mj e e óo e noc n, qe Bal d( Barr M e g, lo e or d fu rzas que no s l d sco e sino u p e ag , utur com rend r, im inar un f o o l v so d l r ir . dl Th mas Disch) a uni er e a ciencia también p ef e en ignorar El destino e t o e a e que dis int . 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Bas c ve Re d m ntiras, lam a, pc c e l ab siguiendo su e uliar le tura d ab u d er u er l últim l cu a d tt ( r h ía alg na if encia: niv sos con a a pe í l e Ridley Sco sob e la p r e au al la intu a surr alista, una “ topista xtr e s y m o ar o, ge e ) n l oto r e aterr stre und s p alel s con u rra d Irak , e la que a f g afía nsci nte s , lo q e or l inco e ”. 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Y ay zequiel D OS e L u d co tr ye n ros d fine. o q e Ballar ns u e lib

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Page 1: Gente de Once Todo un palo Hverano. Está teñida de rubio y ... · progresismo, que ignora la premisa de La ... mantener la orientación, al contrario de las ondulaciones armonía

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Domicilio DesconocidoODRADEK ODRADEKDomicilio Desconocido

3

Gente de Once

Siempre la rodean palomas a las que les da

de comer. Nunca la vi cazándolas pero sí

abriendo bolsas de nylon grandes llenas de

palomas de las que se asoman todas picoteadas

y ensangrentadas, transpiradas, medio

muertas.

ay una señora en Once que aparece en primavera o en verano. Está teñida de rubio y H

usa un vestido blanco bastante elegante con la espalda al aire. Lleva siempre una muñeca con ella, que tiene el pelo igual al de ella, y que usa el mismísimo vestido blanco. Fuera de eso parece una tipa normal. Las veces que la vi siempre estaba cruzando Jujuy.

Hay otra señora en Once que da clases de danza y de canto al aire libre, sobre Adolfo Alsina a la altura de Pasco. Se viste y se peina como una bailarina. Siempre la rodean palomas a las que les da de comer. Nunca la vi cazándolas pero sí abriendo bolsas de nylon grandes llenas de palomas de las que se a s o m a n t o d a s p i c o t e a d a s y ensangrentadas, transpiradas, medio muertas. Algunas mañanas se la puede ver acomodando sobre la ligustrina que bordea la plaza un ala o la cabeza de alguno de estos bichos.

Había un señor en Once que tenía una pierna medio podrida. Cada

Todo un palo

irtha Legrand lo repite c o n s t a n t e m e n t e c o m o justificativo de ese ese mismo M

acto: “el público se renueva”. Así vemos cómo cada tanto viene el furor del yo-yo, del tiqui-taca y de tantas otras cosas.

Hace unos días, al volver de una serie de charlas que fuí invitado a dar en Karlsruhe, Alemania, tomé un taxi en Ezeiza que me llevaría hasta mi domicilio. Mientras manejaba, el conductor tenía encendida la radio en una de esas estaciones de frecuencia modulada, y sonaba una canción de un tal Sambayonni. El estribillo se refería a la incapacidad que el autor manifestaba para evitar incurrir en actividades masturbatorias*. Me llamó la atención la crudeza de la letra de la canción, por lo que comencé a investigar sobre el “artista”. Posee un repertorio con canciones como “La incojible”, “Soy Superman (y me chupan la pija)” o “Volviste muy puta de Gesell” con letras acordes a los títulos de las canciones. Lo mas llamativo es el público “progresista” que festeja a este muchacho. El mismo público que pone cara de oler excrementos cuando aparece en algún lado Rodolfo Zapata cantando “La gorda”, como si la frase “qué me importa que sea gorda si para correr no la quiero” fuera más vulgar que “probamos sin orgullo, sin chamuyo, y escondiéndole en los yuyos el consolador”. Cosas del progresismo, que ignora la premisa de La Señora y festeja hoy sin reflexionar.

La vuelta

ás preocupada por el brindis

de fin de año que por dar

explicaciones acerca de su Mlarga ausencia, Betty entró la otra tarde

a la Biblioteca cargada con dos cajas de

Ananá Fizz, diez turrones y el

convencimiento de que semejante

esfuerzo no tenía consecuencias para el

lumbago que la tiene a mal traer desde

h a c e m e s e s . M a r í a L u i s a , e l

referencista, el auditor en jefe y yo

misma corrimos a asistirla, un poco

fastidiados a esta altura por esa mezcla

de negación y voluntarismo que se

vuelve tan propia de Betty por estas

fechas. .

Sin embargo, el nudo de brazos y

recriminaciones en el que terminó el

salvataje de urgencia, dejó que

apareciese, lento pero seguro, el

espíritu comunitario que se había

quedado afuera de todas las previsiones

de fin de año para la Sala de Lectura:

Betty, arreglándose la blusa estampada

con minúsculos arbolitos de Navidad y

renos sonrientes, propuso sin más que

tratáramos de repetir el entuerto de

extremidades con las copas de plástico

en la mano y bien cargadas de

espumante, mientras hablaba de la

buena predisposición de los turrones

para durar de unas fiestas a otras.

Y mientras conseguía que el auditor

abriera las primeras botellas, se

despachó con la lista de previsiones para

el brindis, que incluía la prohibición de

uso de la mano derecha, la indiscutida

mirada a los ojos, la interdicción sobre el

agua, el sorbo antes de apoyar las copas

en los escritorios y otras delicias del

protocolo de la suerte y la cábala.

Para el octavo Ananá Fizz,

afortunadamente las únicas reglas que

quedaban en pie eran aquellas que

mejor te cuadren y estar listo para

persistir, o tal vez totalmente distraído

para lo que venga.

María Martha GIGENA

Y mientras conseguía que el

auditor abriera las primeras botellas, se despachó con la lista de previsiones para

el brindis, que incluía la prohibición

de uso de la mano derecha, la

indiscutida mirada a los ojos, la

interdicción sobre el agua, el sorbo antes de apoyar las copas en los escritorios y otras delicias del protocolo de la

suerte y la cábala.

semana se iba pudriendo un poco más. Estaba en estado de descomposición ahí en la calle, a la vista de todos. Hace rato que no me lo cruzo más.

Hay también tres tipos que siempre andan juntos pero uno detrás del otro, llevan bolsos como si fueran a la obra y e s t á n m e d i a n a m e n t e p r o l i j o s . El gordito atraca gente, los otros dos lo

cubren. Los del barrio los conocemos perfectamente y cuando los vemos merodeando una presa, si podemos, le avisamos a la víctima: “guarda, son chorros”.

Después hay una señora como de 90 que casi no puede caminar y anda con su hija que tendrá cincuenta y pico. Van a la calesita de la plaza de la señora de las palomas. La de 50 monta caballitos, elefantes, el dinosaurio... en el autito no entra. Generalmente saca la sortija. La madre la mira, la saluda, la espera. Después se van.

Y además estoy yo, que salgo todos los días a la misma hora corriendo con el subtepass en la mano, vestida siempre de blanco y negro, revolviendo la cartera y chequeando: celular sí, billetera sí, llaves sí (obvio), remedio para la alergia sí. Después se me pierde la vista y desaparezco bajo tierra para emerger, con suerte, nueve horas más tarde.

Yanina BOUCHE

El público se renuevaAparentemente vale más el lenguaje vulgar nuevo que las metáforas viejas. Tal vez porque Rodolfo Zapata nos recuerda al interior de nuestro país, una región que el progresismo actual intenta ignorar, defenestrando a Piñón Fijo porque es Cordobés y al mismo tiempo idolatrando al pelotudo de Luis Pesceti porque se tiró un pedo en el exterior y los chicos se rieron. Pero es así, vale más la pedorrada con aires extranjeros que lo hecho con nivel aceptable en el interior del país. Y como el progresismo es sinónimo de dinero, al carajo...ahí van todos los mierdas subiéndose a ese tren traicionando todos sus ideales con la única finalidad de cambiar el auto. Porque el forrazo de Pesceti no anda en colectivo ni mucho menos, y el conchudo de Sambayonni si no se compró su 4x4 todavía debe ser porque no tenían el color que él quería. Todo, obviamente, con la plata del pajero del progresista que lo único que busca es “ser distinto”. Pues bien, saben qué manga de forros...son todos iguales. Tan iguales como Sambayonni y Zapata o como Pesceti y una bolsa de mierda. Pero sigan comiendo sushi y peleándose en Plaza Serrano para que los atiendan como el orto. Así les va a ir, pajeros.

Mariano QUINTERO

*Nota del Editor: el estribillo dice “...pero no pude dejar la paja”.

odos los años, la mariposa Monarca inicia una migración desde el sur de Canadá y el T

norte de EE.UU. hasta una región de la Sierra Madre, en Michoacán, para pasar el invierno y copular. En tres meses, de setiembre a noviembre, miles de mariposas recorren más de 4.000 km. en un viaje que debe ser un caos de vientos cruzados, caídas en abismo, disputas feroces por mantener la orientación, al contrario de las ondulaciones de armonía y color que el ojo humano facilitaría a la imaginación si fueran visibles desde tierra. Al llegar a destino, se ven espantadas por el tumulto de miles de turistas que las aguardan con sus cámaras de fotos, video y lentes de aumento. Las mariposas deben huir a más de 3000 metros de altura, donde los baqueanos apostados por las empresas de turismo ecológico conducen a los clientes que se animan a trepar por senderos ocultos en los bosques de pinos y oyameles. Las mariposas se amontonan sobre los troncos de los árboles y las que no alcanzan a refugiarse se aterran hacia un fondo inacabado y oscuro, formando alfombras de alas naranjas a merced de las pisadas de sus perseguidores. Algunos lo hacen a caballo, que los lugareños ofrecen en alquiler.

Carmen ARRIAGA

Kafka

u n p u h s , e b e ll hom r imposib e La e o u l t i f d bo u tiem o, q e fue ermo o como o m j r m estra de r un o e estae e í os n l f r . i n d r cida eexh bició e at o d s s na e ci e g r e éxito d ln l que cre am e e utu o e u spe e conc pción del éne o que l e

e s o l ap al p , l u er . Co as no e e d Di ney W r d oc í tico en e q e cyb punk n l v las d WilliamHs p s naj s v s tan d l cent b co La G la Ga xia uerra de s la s la su er o e i i isp i es las Gi son y n u q e ue l u ci nciEse f turo, u f e q e la e a

d e s p s b ad catástr f i n f c ó sf r oif rente o i ilid es de la o e c e cia i ci n se tran o ma (p r f cci so p h abi ón ñó ara nosotros, abl a de q l f cci o a so o r e o s s s p e oue a ciencia i ón frecier ( bre tod p o c d i m i e n t o p u e t o r e ac s, r u nav s esp iale de las sorp esas q e nos e I l t a) e ños r io co e entar os) na ital p o nicn ng a err n a p ev s. mpl m i en u v er cí a a r b c í a e ad e p a a l a t e n o l o g , d l s

e l a n f f a r ato l m noP ro a go se ech e alta en los orm de el , en a edida en que ya o b li ad d m i p si i d es el ca bio soc al.xtos d l r . o u b h y ue p nd : ete e Bal a d L q e cam ia a nada q com re er n ambos á t n es e Pens bamos en o c qu la ciencia f a e cu nd incor or c los rs naj s ce o pde initiv m nte a o se p a asos pe o e apare n guiad s or c u rela q m a fic ión era n to ue per itílar o y alzb r o m j e e ó o e noc n, q eBal d ( Barr M e g, lo e or d fu rzas que no s l d sco e sino u p e ag , utur com rend r, im inar un f o

o l v so d l r i r . d lTh mas Disch) a uni er e a ciencia también p ef e en ignorar El destino e t o e a e q u ed i s i n t . P r o p r c e n o s n e o i l d e av l e. ér a ció edficció s la p s bi i ad d mar i lars h oe es la ad pta n al m io.u o .eq ivocam s

e al m a sto a a o L s ctiv ció a so p sa y D guna aner e h bí sido notad a de a a n de l r rei n p o io l oQu e rimero l v , e pr feta del ne n p v a d e e im o e m l tan u por una ge ració re i e scritores d l puls pisté ico habi i q e esef u f e Jam a d Ain del f turo, u es Ball r .

d e ia f ió ( ck st Te , m i i q e ab o i a e ci nc icc n Di , Be er, nn) i ag nar o u h ía tornad d stintiva c mi zo e d d s to en s d la écada el esen a p u ne utu o e i n p e a ar cu ar n ara q ie s el f r ya no ra la ciencia f cció se u d ti l co elBall hab v st y o e o q e eard ía i o ( v cif rad ) u l ra c m fer e e r r a a s a o co l i l r di al ente di ent d nuest o el to re li t n e thr l e dela e ia f ió e o q ecorazón de ci nc icc n ra l u p e S b o, ara l tod e i e ta on r d e eres nte. in em arg p e los, avía sp onaj . Bas c ve Re d m ntiras, lam a, p c c el ab siguiendo su e uliar le tura d

ab u d er u er l últim l cu a d tt ( rh ía alg na if encia: niv sos con a a pe í l e Ridley Sco sob e la p r e au alla intu a surr alista, una “ topista xtr e s y m o ar o , g e e ) n l oto re aterr stre und s p alel s con u rra d Irak , e la que a f g afía nsci nte s , lo q e or l inco e ”. A í u imp taba ( o

es ac s y sueños l ci s P ro es o xp e u e m u rnav esp iale ú do . e s bree u sta y el so d co p tado as e c m z a a m squ o en ó ser cad vez á “ nu v o a” d nta ue ar e g oristas p e econ la e a l e los sese q p a inv ntar rupos terr no u d m ort nte d l ie ia f cci a s i p a ) e a c nc i ón er u

e e e l asis, l a e u s ng ir e ina eld sapar c e énf a sens ción d q e di ti u se d la imag ción d futuro i o im ne e posibil dad de ev car áge s qu seu se e xtr o am a . u l cu a ty r po tMinori e r lo q e cu nta es e año enz nte de na pe í l como .h í i tr o n nu str inc y,ab an f l ad e e o onsciente ie ia f cci to nó entonc s na nf ón ntr lato e l y La c nc i ón se r e u Esa co usi e e re r a ista p l se h tr o m oor o tanto, abían ansf r ad en

e raf n no a sar o e a f ci re u la im n scenog ía e la que er nece i ci nci ic ón sugie q e aginacióp e .arte de nu stro modo de serc o m n d e n a e el utu o se a to r d e , p r e r n a d a , n i a d r a d f r h vuel elato el pr senteu p uelLos cuentos q e or aq los años sorp end nte p u e u í ya n una t ol ía r e , orq e l m ndo hab a que ing ecn og puedescr b Bal l t s e ue e i e lard son re a o n los q la p d o se o La nd er v s r e er q e e e f , er id ntid . i if encia se vuel e o pr nd nos, u l futuro, n in ya ar r l ci nci f ió ecep afe na ia de la e a icc n apar

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o a l o e no h E e R SOun decorad par a catástr f . Y ay zequiel D OSe L u d co tr ye n ros d fine. o q e Ballar ns u e lib

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ODRADEKDomicilio Desconocido

Año III - Enero 2009 - Número 30 web: www.odradek.com.arblog: www.odradek-odradek.blogspot.com

correo: [email protected] gratis

Domicilio DesconocidoODRADEK

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- Bueno, ¿cómo te llamas?- Odradek- dice él.- ¿Y dónde vives?- Domicilio desconocido - dice, y ríe; claro que es la risa de alguien que no tiene pulmones. Suena más o menos como el susurro de las hojas caídas.

Franz Kafka

on la intención de llevar un registro diario de lo que vivía, de lo que Csoñaba, de aquello que valiera la

pena recordar, compró una libreta, un pequeño cuaderno sin renglones. Era más cómodo con hojas lisas por si tenía que dibujar lo que no podía expresar con palabras.

Las primeras hojas las cubrió con su firma. Después intentó modificarla, como si al inventar otros trazos algo pudiese transformarse en él. Garabateaba apenas rozando el papel, o casi lo lastimaba incontroladamente. La posibilidad de mantener el pulso en un nivel intermedio le parecía un agravio contra ese ceremonial de iniciación en el se hallaba sumido. Pero volvió a su firma habitual. Escribió su nombre varias veces: Simón. Simón. Simón.

Fue su mujer quien empezó a llamarlo Shim y de ahí en más pasó a ser Shim para todos. Señor Shim.

El señor Shim quedó solo cuando su mujer partió para siempre. Nadie lo esperaba. Se llevaban tan bien. Tal vez se cansó de él. Tan meticuloso. Siempre invocando lo que quería que pasara y no pudiendo vivir en el presente. Para Shim el presente era como una transacción

Diario íntimo

l arreglo del ascensor fue lo que complicó a

las chicas del segundo. Le pusieron una

chicharra bien aguda que avisaba cuando la Epuerta quedaba abierta unos segundos más que los

imprescindibles para ingresar o egresar de la cabina

y cerrar las puertas. Biiiíp, empezaba el sonido bien

agudo. Era un sonido muy parecido, por no decir el

mismo, que el que hacía el audífono de María Silvia

cuando acoplaba. El asunto es que María Silvia no

escuchaba nada, ni siquiera el pitido de su propio

audífono, porque María Silvia usaba audífono;

porque no escuchaba nada de nada, no sé si lo

expliqué. La hermana de María Silvia, Herminia, que

vivía en el segundo piso con ella, cuando escuchaba

el pitido le avisaba y la otra, como no escuchaba

nada, pensaba siempre que se trataba del sonido que

hacía el ascensor cuando dejaban la puerta abierta.

Entonces salía a cerrar la puerta del ascensor porque

Herminia andaba con el asunto ese en la cadera que

hacía que le molestara ponerse de pie.

Tanto salir al pasillo, a María Silvia se le cerró

Cuentos seniles: La chicharra

artung y Zoster, con sus nombres nacionalizados, parecían conformes con sus puestos técnicos en algunas fábricas militares de las que nunca hablaban. Una cosa los apasionaba: mostrar que los nacionalistas, los comunistas y los peronistas eran lo mismo. Que combatir a unos era combatir a los otros, que pactar con unos era pactar con los otros. El coronel Cáceres no parecía H

tomarlos en serio, menos aún cuando llegaron con la noticia de que Isaac Rojas era un caballero. Cáceres se rió y les prometió como regalo, para el próximo cumpleaños de cualquiera de ellos, un libro sobre las virtudes de un caballero. Excluida la traición, por supuesto – dijo Cáceres – para recordarles a sus amigos el lugar que ocupaba Rojas en el gobierno contra el que conspiró.

Pero no peleaban por esto, parecían saber que estaban fuera de combate; de alguna manera tenían un acuerdo táctico en que había que lograr interesar a los jóvenes en cualquier causa.

Hartung se consideraba, y es posible que fuera, superior a Zoster (que, a su vez, era mundano y exitoso con las mujeres). La timidez de Hartung era conocida; su capacidad para idealizar a las mujeres sólo podía compararse con su incapacidad para disfrutar de ellas.

En cambio Zoster seducía a una, la pasaba por su bulín y buscaba a la siguiente. Por alguna misteriosa razón la mujer con la que convivía no se molestaba. Como siempre, las otras mujeres pensaban que no era una razón tan extraña, dada las amistades femeninas que cultivaba la señora. Y con ese tipo de insinuaciones eran felices.

Yo me enteraba un poco por Rainer, otro poco por Viviana Morel. Por ella supe que Silvana, la mujer de Zoster, temía que secuestraran a su marido y le pidieran rescate. Cuando él tardaba en regresar imaginaba que lo habían matado.

Viviana Morel me decía que habría que conocer el pasado del marido para entender el miedo de su mujer.Hartung, aunque cada noche iba a comer a la casa de los Zoster, nunca fue sospechado de cortejar a Silvana, como si no fuese considerado

un hombre.Admiraban su erudición, sus especulaciones sobre la diferencia entre el coraje físico y el coraje frente al dolor y la muerte. Era un tema

que estaba más allá del oficio militar, era un tema que definía la manera de ser un hombre.Y, por educación, la hombría era más que las mujeres.

Germán GARCIA

Oído al pasar

intolerable, como un puente intangible entre el pasado y el futuro.

Algunos piensan que ella se fue con otro. Que si no, no le hubiese dejado la gata. Nadie sabe.

Pero el señor Shim quiso cambiar. Recomenzar a pleno. No perderse nada ni perder a nadie. Arrancó las hojas escritas de su libreta nueva, hizo un bollo y se lo tiró a la gata. Octubre lo atajó, jugó a que era un ser vivo, a que se le escapaba. La pelota de papel desapareció debajo de un mueble de la cocina.

El señor Shim desenfundó un abrigo, tomó las llaves, un poco más de plata y salió. Volvió a entrar para asegurarse de haber cerrado bien todo. Le dijo algo a Octubre mientras le agregaba más comida. Más agua. Y salió. Las manos en los bolsillos, un calambre en el estómago, suave, como de euforia.

El sol de enero se encogió repentinamente. Las veredas se humedecieron. Una bruma liviana y fresca bordeó las cuadras por las que caminó silbando bajito. El señor Shim necesitaba un paisaje así. Las cosas estaban empezando a marchar bien.

Nora MARTINEZ

Para Shim el presente era

como una transacción intolerable,

como un puente

intangible entre el

pasado y el futuro.

la puerta de calle y quedó afuera sin poder volver a

su casa. Los vecinos abrían y cerraban las puertas de

sus departamentos para ver dónde había quedado el

ascensor abierto. Todo inútil, era el audífono de

María Silvia que no paraba de sonar. De nada servía

que tocara el timbre en su departamento porque por

razones de seguridad Herminia no abría la puerta de

calle bajo ninguna circunstancia, y menos si no

estaba su hermana en casa.

María Silvia fue hasta lo del encargado, llamó

por teléfono, no consiguió que Herminia la

atendiera. Llamó a un cerrajero pero no pudo

contratarlo porque no tenía dinero encima para

pagarle. Hizo no sé cuántas cosas más y al final

consiguió entrar ayudada por el encargado, un

policía, un agente sanitario del Hospital Argerich y el

canillita de la esquina que terminó invitado a comer

unos ñoquis de papa que Herminia hacía con una

receta que era así: dos tazas de harina, dos tazas de

agua y ni una pizca de sal.

Roberto GARRIZ

Los vecinos abrían y

cerraban las puertas de sus departamentos para ver dónde había quedado

el ascensor abierto.

“Flor de culo” - Mariano QUINTERO