GALLETAS DE LA MISERIA

El día de hoy en un canal de Cable pasaron un documental en el que se aprecia

que en Haití se elaboran galletas de barro para saciar el hambre de la gente, en el

que el 80 % de la población se encuentra por debajo del nivel de pobreza.

Haití, es el país más pobre de Latinoamérica, el 30 % de la población

económicamente activa percibe salarios equivalentes a 1 dólar diario y el 60 %

llega a obtener 2 dólares diarios. Las familias son numerosas, no se da un proceso

de control de la natalidad a través de la educación de su gente.

Para la elaboración de las galletas de barro sólo utilizan tierra y agua, proceso

igual al de la fabricación de adobes para la construcción de viviendas, además por

decir algo, el agua no es potable, con gérmenes patógenos que ocasionan

enfermedades y hasta la muerte especialmente en los niños.

Barro colocado en moldes para hacer las galletas

El objetivo de las galletas de barro es simplemente calmar la sensación de hambre

que sienten los que no tienen nada que llevarse a la boca, se ve cómo los niños

muestran su lengua casi blanca, de los restos de la arcilla o tierra que contienen

las galletas. Después de amasar ambos los colocan en moldes para que se

sequen al sol y luego puedan ser vendidas a 5 céntimos de dólar cada una.

Niño muestra su lengua con los residuos de la arcilla de las galletas

En Haití, ya sea por la falta de educación de su gente, o porque no se tomaron

medidas preventivas por los gobernantes, han realizado la tala indiscriminada de

árboles, materia para uso doméstico, por lo que el suelo, la tierra se ha ido

degradando y no es apta para el cultivo, pues las lluvias de la zona tropical

prácticamente han lavado la tierra dejándola infértil.

Infantes de 2 a 3 años comiendo las galletas para saciar su hambre

Cuando veía imágenes de niños comiendo estas “galletas” no sólo sentí pena y

lástima, sino que experimenté un sentimiento más fuerte, de indignación, nacido

de lo más profundo de mi ser, ya que no consigo entender cómo países que dicen

ser potencias mundiales gastan billones de dólares en guerras sin sentido, en

otros la gente se dedica a comprar, a adquirir objetos que muchas veces ni llegan

a usar, ya que han sido domesticados por el modelo del consumismo. Se

establecen alianzas entre los países más ricos para preservar sus riquezas y

hacerse más ricos, se conforman organizaciones, comisiones para estudiar el

problema del hambre en el mundo, las que visitan los países del Tercer Mundo de

América, Africa, Somalia, Etiopía, Bangladesh, luego se elaboran informes

conteniendo el diagnóstico y las posibles soluciones y ahí quedan. El proceso de

ejecución, de aplicación no se ve que dé frutos o resultados, porque finalmente los

el hambre sigue creciendo en el mundo y no se percibe mejoría. Los países ricos

se hacen más ricos y toman todas las medidas necesarias para seguir

enriqueciéndose más y los países pobre, se hacen más pobres, el hambre es el

denominador común de ellos, los índices de morbilidad y mortalidad infantiles se

ha incrementado estos últimos años.

Sólo les queda… comer barro

Nosotros, quienes no ejercemos actividad pública o privada que pueda coadyuvar

directamente a aliviar en algo esta problemática mundial, lo único que nos queda a

partir de nuestra realidad, es denunciar, reclamar, opinar al respecto mediante los

medios modernos de comunicación y que permiten a través de la globalización

que estemos informados de las diferentes realidades y tomar una posición; es

cierto, no será material pero sí moral, ya que como seres humanos no debemos

permitir que sigan muriendo niños , madres y gente por que no tienen qué comer.

Vendedora de galletas

Debemos crear conciencia en la gente de todo el mundo sobre lo que significa ser

solidario, entendiéndose como la colaboración mutua entre las personas y que

facilita la solución de problemas, ya que demostrando unión entre pueblos se

saldrán de los momentos difíciles que pueden atravesar durante su desarrollo o

por al paso del tiempo, de tal manera que se deje de lado el egoísmo que

antepone los intereses personales al de los demás. Como seres humanos,

debemos responder con valentía a esta problemática, en caso contrario

estaríamos perdiendo nuestra condición de humanidad que nos diferencia de las

demás especies.