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GALERÍA ZARAGOZA GRÁFICA noviembre - diciembre ‘04

SALA SAURA, DIPUTACIÓN DE HUESCA enero - febrero ‘05

Pº. Constitución, 33 pral. izda.Zaragoza | Tfno. 976 221 076

Porches de Galicia, 4Huesca | Tfno. 974 294 100

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Fue con motivo de la exposición Después de Goya. Una mirada subjetiva, cele-brada en Zaragoza en 1996, cuando Antonio Saura, comisario de la muestra, seencontró con Víctor Mira. Habían pasado cinco años desde que Mira escribierauna carta dirigida a Saura solicitándole ser admitido en el círculo de aragonesestan ilustres como Gracián, Goya, Buñuel y el propio Saura –a quienes éste deno-minaba como los cuatro perros de Goya–. Mira se quiso quinto perro y Saura aco-gió su sonámbulo errar; no por querencias de origen, sino por la fascinación queen él suscitaba la rotundidad desoladora de la obra de Mira.

Ocurrió que cuando Saura estaba inmerso en el proceso final de la exposición cita-da, supo de la serie de los Antihéroes de Mira que como perros amarrados per-manecen hundidos en su derrota, habitantes de un vacío difícil de colmar. Saurareconoció en ellos la permanencia de la mirada cruel, la que tiene que ver con elojo que piensa, y supo que a ambos les unía ese impulso furioso que invita a pene-trar en el dominio de lo convulso.

Ahora, cuando ambos artistas no están, sólo resta dar luz a la penumbra impal-pable de las estancias de los Antihéroes de Mira proporcionándoles el mejor cobi-jo posible: la celeste cosmogonía de la Elegía de Saura. Hemos de agradecer aJosé Navarro, director de la Galería Zaragoza Gráfica, haber hecho posible esteencuentro de tanta intensidad sentimental y pictórica.

DIPUTACIÓN DE HUESCA

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Webster estaba muy poseído por la muertey veía la calavera bajo la piel;

y criaturas sin pechos bajo la tierrase echaban atrás con sonrisa sin labios

(T. S. Eliot, Susurros de inmortalidad)

Nada puede ser más triste y más preca-rio que esta posición en el mundo: unaúnica chispa de vida en el imperio de lamuerte, el solitario punto medio del círcu-lo solo, sintió Heinrich von Kleist1 ante lapintura Monje junto al mar de CasparDavid Friedrich sobre la que versan lasmeditaciones últimas de Víctor Mira. “Elhombre, vida apenas, sólo existe paraser testigo”, dejó escrito Rafael Guillén yen esa situación, Mira pudo sentir comoLeopardi2 que el desamparado contem-plador del cuadro de Friedrich era cons-ciente, ante el Dolor cósmico y la Bellezaesencial, de la voluptuosidad de un nau-fragar dulcísimo y del horror de unainmensidad que desborda su mente. Yasí, dejarse vencer por la atracciónhacia el abismo, al ser consciente de queéste no se encuentra en otro lugar sino ensí mismo. Lo mejor quizás hubiera sido,como advierte Rafael Argullol, que elhombre jamás se hubiera asomado a supropio pozo, “pero cuando lo hizo –y eneste gesto se grababa su destino– le

pareció ver, a una distancia infinita, surostro reflejado en el fondo. Acaso fuerasólo un destello: el destello suficientepara desatar el fuego demoledor de laesperanza. Entonces le pareció oír unavoz, o tal vez era un mandato, que sereproducía, a través de los oráculos, portoda la tierra. Ya no únicamente le pare-cía verse, sino también escucharse. Y laspalabras que llegaban a sus oídos eranlas que apremiantemente necesitabaescuchar: conócete a ti mismo.

Así, paradójicamente, empezaba lalarga marcha hacia lo ‘otro’, pues parael hombre lo ‘otro’, el territorio ignoradodel peligro y del deseo –el dios desco-nocido, por excelencia– sólo encontrabafundamento desde su ilusión de conocerse.

Sin embargo, cuentan de alguno queacabó repudiando la sabiduría oracular.Cansado de asomarse una y otra vez alpozo, en busca del destello, y no viendootra cosa que oscuridad, se acercó, enuna última tentativa, a interrogar al orá-culo. Explicó que ya había hecho muchopara conocerse a sí mismo, tanteandotodos los saberes y experiencias posi-bles, y que, por tanto, dado que seguíadesconociéndose completamente, ansia-ba escuchar del oráculo otro tipo desugerencia. Como la respuesta se retra-saba, el hombre, furioso y desesperado,tomó la determinación de no asomarsemás al maldito pozo, sino que, anhelan-do ‘otro’ camino, se arrojaría a él. Y sinesperar más corrió hacia un acantilado

Voz última

1. Javier Arnaldo, Fragmentos para una teoría románti-ca del arte, Tecnos, Madrid, 1994, p. 134.

2. Rafael Argullol, La atracción del abismo, Destino,Barcelona, 1994, p. 20.

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cercano y se tiró al vacío. Se dice quemientras caía el oráculo se estaba pro-nunciando: Ignórate a ti mismo.”3

La atracción hacia al abismo es indiso-ciable del desafío creador, así lo enten-dió Víctor Mira y así se explica su deci-sión de no ser testigo sino actor principalde un ritual en el que la escritura, la pin-tura, la escultura, el dibujo y el grabadoremitieran a la dramatización de un viajecuyo final sería al borde de la orilla. Víc-tor Mira hizo suya la imagen desoladadel monje junto al mar, y desde ese lugarimaginario ansió permanecer en silencioy moverse en dirección al cielo azul.Para llegar a la quietud y al silencio desus meditaciones en torno al cuadro deFriedrich, Mira hubo de escenificar antessu propia danza de la muerte que, aligual que el Buto, la danza macabra deKazuo Ono4, no pretendía conjurarlasino recrearla y hacer sentir las emocio-nes que su contemplación provoca. Unaamarga burla que desarrolló en la obrade teatro Antihéroes, un evocativo y sinembargo no fatal encuentro con la muer-te, cuyo escenario coincide con el desti-nado a la exposición. Desde 1995, imá-genes de antihéroes se incorporaron alsingular repertorio iconográfico de laplástica de Mira, junto a la extraña para-

fernalia que les acompaña durante sutiempo de espera: literas construidas conmallas metálicas y maderas viejas, escul-turas water y lámparas de luz tan morte-cina como hiriente, son los enseres bási-cos que ocupan la atmósfera agobiantede unos espacios lúgubres, que semejanpudrideros, lugares de desafección, mez-cla de mazmorra y tumba. En estos esce-narios se alinean las “camas” sobre lasque yacen despatarradas figuras quetanto recuerdan a los hombres huecos deT. S. Eliot5, figuras sin formas, sombrassin color, fuerzas paralizadas, gestos sinmovimiento, sumidos entre el deseo y elespasmo, entre la potencia y la existen-cia, entre la esencia y el descenso cae laSombra. Todo es oscuro, grotesco, desor-denado, caótico y oculto, como corres-ponde a un lugar en coma, donde lo irra-cional se impone al escaso repertorio degestos, gritos y murmullos absurdos conlos que Lendrera y Patacoja, personajesde la obra teatral, retan a la muerte.Ambos duermen, vestidos, apenascubiertos por andrajosas sábanas. Delfondo del escenario emerge una figuraque se acerca a la cama donde yacePatacoja y zarandeándole, le grita ¡Quete mueras! ¡Que te mueras pronto!, quecon la tardanza insultas a la muerte. Unaño hace que te espera. Un año que vecómo no dejas de peinarte, de arreglar-te la ropa. Y eso la insulta. Cuando seapagan las luces, la noche se acompaña

3. Rafael Argullol, El fin del mundo como obra de arte,Destino, Barcelona, 1991, pp. 146-147.

4. Leonardo de Arrizabalaga, “Buto: la danza maca-bra de Kazuo Ono”, en El Paseante, Núm. 6, Madrid,1987, pp. 70-77.

5. T. S. Eliot, Poesías reunidas, 1909-1962, Alianza,Madrid, 2003.

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de la sombra de la muerte y el estallidode fuertes y nerviosas carcajadas rompenel silencio; el silencio de la muerte quesólo existe para los vivos. En la obra tea-tral Mira hace que los personajes se qui-ten sus zapatos y se coloquen uno enci-ma de la cabeza. Si la tierra simboliza alantihéroe, puesto que es la tierra quien loha creado, según apunta Ulrike Keller-Tritschler6 en el epílogo que acompaña laedición de Antihéroes, el simbolismo delzapato remite a la toma de posesión dela tierra, al viaje y a la muerte; y si ladanza de la muerte que Mira nos propo-ne tiene como principal objetivo reflexio-nar sobre la condición humana, el senti-do telúrico del zapato quizás remita tam-bién a una experiencia de la vida delartista, aquella en la que un día yendocon su familia al cine, vio a su padre,que como siempre iba por delante,pararse de improviso y ponerse a escar-bar en el suelo con la punta del zapato.Como si quisiera desenterrar algo queasomaba. Llegamos a su altura y le vimoscon los ojos clavados en la tierra.–¿No pensáis que esta tierra huele dema-siado a sangre?– escuchamos que decíasu voz apagada y seca.No podía vivir, eso era todo. La sangrede la guerra le carcomía y él, entonces,tomó la decisión de enfrentarse a aquellanoche que le perseguía.

Por ese motivo, para limpiar de sangre latierra de Zaragoza, fue por lo que mipadre se presentó un día en el ayunta-miento de la ciudad y solicitó un puestode barrendero .7

Mira convirtió todas sus experiencias,enredadas en sus escritos entre la reali-dad y la ficción, en una representacióndonde la muerte siempre imponía suritual agresivo y trágico; que la melanco-lía llegó más tarde. Con su vida escenifi-có la impotencia de quien se sabe som-bra errante. Así se quiso. Y con su obravigiló a la muerte, consagrándola encada acto creador Del arte de la pintura,del que se decía insistentemente queestaba muerto, de sus huesos y pellejossurgía yo como artista y adquiría forma ycolor. Escarbando, picoteando en elcadáver magnífico, terminé por hacerlela autopsia: muerte por aburrimiento.¡Qué descubrimiento tan trágico! Pero alremover el amasijo de tendones y nervioscon mis pinceles, surgió una verdad, unagusanera espantosa de texturas radian-tes, una pintura libre de aspavientos y delas asfixias de las trincheras de la abs-tracción. Era una pintura de gramáticafigurativa, alejada de las sutilezas evan-gélicas, y a la espera de proxenetas, sinlos que el arte no puede afirmarse.8 Ence-rrado en la soledad de su taller, en elabsoluto falso silencio de las voces, casi

6. Ulrike Keller-Tritschler en el epílogo que acompaña ala edición de Antihéroes, Der Kunstraum Ruedi ToblerBasel, Basel, 2002.

7. Víctor Mira, “Zaragoza, a la vanguardia del dolor”en España no se puede dormir (sin datos de edición).

8. Víctor Mira, “Apología del delirio” op. cit.

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gritos, de las aterrorizadas pinceladas,machaconas pinceladas que alcanzan elvituperio, que desencadenan el compor-tamiento asombroso de los materiales.Forcejeo en la soledad cuya resacainmediata no se hace esperar. El murmu-llo de los colores fomenta, con su ansíade vida, la anarquía. Brochazos, golpesde conciencia redentora que se expan-den. En momentos como esos, de humi-llación física y psicológica, la locuraamenaza con golpear, violenta como unpuñetazo. Ira, confusión, ridículos inten-tos sentimentales que terminan en torturasy carcajadas. Y todo tan serio y, a lavez, tan beneficioso para la pintura final,que se convierte así, bruscamente, deuna superficie absolutamente idiota enuna imagen punzante que emerge conuna violencia y un estremecimientoadmonitorios.9 El destino del hombre estrabajo incesante, cantó el poeta Eliot.A Víctor Mira, al menos le permitió espe-rar. Una y mil veces repitió la misma obra,tanto dan sus actores, estilitas, calaveras,cristos, naturalezas muertas, perros ama-rrados... o antihéroes, porque todos sonel mismo en el papel de la concienciatrágica de quien no soporta vivir. Otracosa bien distinta es la gramática, argu-mento principal que en definitiva será elque fortalezca el discurso plástico porencima incluso de las escenificacionesvitales que no hay duda están en el ori-gen de todo. Mira no tuvo dudas al res-pecto, como lo confirman sus numerosos

comentarios dedicados a los valoresesenciales de la pintura que, si dejanbien clara su actitud radical, también leponen en relación con la poética deotros artistas, por ejemplo con la miradacruel de Antonio Saura, admirador de losantihéroes de Mira que en definitiva sontodos los protagonistas de sus obras, yaquí incluyo también los retratos que hizode Goya. Mira, Saura y antes Goya pro-piciaron en sus obras el triunfo de la mira-da subjetiva, el poder de la imaginación,de la crueldad, del instinto y de la expre-sividad más radical. La mirada inquisitivade Goya y de Saura es en Mira desola-ción, rotunda y hasta conmovedora enocasiones y en otras despiadada, si esopuede ser la desolación, pero en todosellos extremadamente cruel. La miradacruel, escribió Antonio Saura, tiene quever con el ojo que piensa. El mismo ojoque Luis Buñuel decidió rasgar de un solotajo para penetrar en el lado más oscu-ro, en el abismo destemplado de lapasión y del deseo. Mira, como Saura yantes Goya, se atrevió a dar luz a lastinieblas de la pintura, a escudriñar en lanaturaleza convulsa de la imagen desnu-da con gestos violentos, a romper elsilencio con los estertores de la muerteque violenta a la carne. Porque una pin-tura no sólo está hecha de colores, sinotambién de violencia, de desesperadavoluntad creativa y de eficacia fecunda.Pintura como densidad puramente abs-tracta con la que alcanzar la conciencia,más allá de la imagen enturbiada, para,inmediatamente, borrar todo de un solobrochazo. Del borrón impreciso surgiría,9. Víctor Mira, Ibidem.

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como si yaciese allí sepultada, una mag-nitud de presencia irrevocable.10 Susurrosde inmortalidad11 quedan suspendidos enlas estancias pintadas de los antihéroes;son las voces últimas de un relato que yaha sido y del que sólo queda sombras.Jung nos dice que la función esencial delmito del héroe es desarrollar la concien-cia del ego individual que dé cuenta desu fuerza y debilidad. Antes que el egotriunfe, el héroe tiene que dominar y asi-milar su sombra. La sombra que atrapa alantihéroe, nunca preparado para morir.En la tragedia épica de los antihéroes, lafiguras se desfiguran en un proceso impa-rable determinado por el estremecimientoque en ellos provoca el estupor ante lamuerte. Abrazados a sus sombras, sudestino final no es otro que el de abra-sarse en los camastros sobre los queyacen, que más que camas son artilugiosde tortura con formas de surreal cotidia-neidad como parrillas, tablas de plan-char, corralitos infantiles, tendedores, jau-las de animales, peldaños de escalera,ataúdes y féretros, cruces..., en fin todomuestrario eficazmente articulado y ape-nas iluminado con las bombillas de lospequeños flexos individuales que dirigensu luz a la cabeza de los personajes,solos o agrupados en nidos. La luz alum-

bra los sueños y pesadillas de los anti-héroes dormidos. Las notas musicales dela Quinta Sinfonía de Beethoven que elpadre de Víctor Mira escuchaba ince-santemente, hundido en el sofá, en laoscuridad de una habitación con lasluces apagadas porque Aquella era lamúsica más indicada para acallar elruido de las explosiones y el tableteo delas ametralladoras de la guerra que aúntenía enquistados en el cerebro y que nole dejaba vivir12, el delirio tan goyescode las imágenes obscenas del rapto ydesvarío de un cuerpo violentado queMira rescata para la narración ilustradade Caperucita Roja. Viaje de una gene-ración, o simplemente la visión del desti-no con los cuerpos transparentementecarbonizados, son algunos de los paisa-jes oscuros que ocupan las mentes de losantihéroes dormidos. Cuando abran losojos, sus cuencas estarán vacías, sus ros-tros convertidos en calaveras y sus cuer-pos como hilaturas de fantasmas aullarándefinitivamente poseídos por la muerte.Nada, ni siquiera la brutalidad de suspesadillas podrá mantenerles vivos. Pocoa poco, ya ausente el deseo, las criatu-ras sin pechos bajo la tierra se echanatrás con sonrisa sin labios.

CHUS TUDELILLA

10. Víctor Mira, Ibidem.

11. En el poema Susurros de inmortalidad de T. S. Eliot,opus. cit., leemos:Y aún las Entidades Abstractascircumambulan su encanto:pero nuestro destino repta entre costillas secaspara mantener caliente nuestra metafísica

12. Víctor Mira, “Zaragoza, a la vanguardia del dolor”op. cit.

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Antihéroes es el título con el que VíctorMira ha bautizado esta colección com-puesta por dibujos, pinturas, cerámicas yuna pieza teatral. El artista nos abre aquílas puertas del oscuro y tétrico imaginariode visiones, temores, miedos y pesadillasdel interior de un ser destrozado y des-garrado.

En este universo artístico, que no concibeauténticas distinciones entre el sujetohombre/mujer, la diversidad y la riquezanacen de la disposición, de la decora-ción: un cuerpo humano muerto que yacesobre una ancha tira de tela colocadasobre un somier; en el abdomen, unacavidad a modo de herida cubierta conuna reja o repleta de objetos cotidianos,desechos de nuestra sociedad civilizada:cajas de madera, latas vacías, horquillaspara el pelo... Mezcla de arcilla y cola,estos objetos suelen formar estructuras,construcciones arquitectónicas a modode torre alrededor de la cual las camasse distribuyen al azar en distintos ángulosy órdenes, o servir de irregular decora-ción sobre vastas paredes. Mira hacereposar cuerpos de arcilla sobre extraor-dinarias bañeras de madera de Sudamé-rica o coloca sobre tablones de maderauna superficie plana de tierra con piezasde barro redondas, complementarias, endiagonal, y con trozos de huesos entreellas.

De este modo, en este ciclo de la obrade Mira, el antihéroe destruido por lasociedad ya no representa a un enfermo

todavía con vida, esperanzado e ilusio-nado, dispuesto a luchar. Es un ente des-engañado, al límite de la tolerancia, unantihéroe frío, gélido: un muerto.

Cuánta fascinación por el Apocalipsisdel ser debieron reflejar los ojos de Miray cuántas creaciones han surgido deesos ojos. En el ciclo La 5ª Sinfonía deBeethoven (1996-1999) encontramosuna mirada alegre, el predominio de lafuerza del color rojo y de la luz del ama-rillo. El negro aparecerá en los pequeñospuntos de las notas, pero que no simbo-lizarán la depresión.

En la colección Antihéroe, creada entrelos años 1991 y 2000, Mira introduceciertas similitudes con La 5ª Sinfonía deBeethoven; sin embargo, nos encontra-mos ahora ante la caída anunciada dela negatividad y el desencanto sobre laesperanza, la tolerancia, el humor detrasfondo de Mira.

La obra de teatro Antihéroes arranca conla pregunta que lanza Figura, encarna-ción de la muerte, y que se convertirá enleit-motif de la pieza: “¿Estás ya muerto?”Según Mira, todo intento por resistirse aeste personaje es en vano; ante ella nosirven las preguntas ni sirve la filosofía.Patacoja y Lendrera, sus mensajeros, seenzarzarán en una orgía de muerte quese convertirá en una mutua declaraciónde amor, en un símil poético entre elparaíso y el crepúsculo, la carne y lanieve o incluso la carne y la luna, que se

Fantasías nocturnas

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cierra con la frase: "La luna fría de lanoche oscura / reposa tan honda en elcielo como los muertos en sus tumbas".Un soldado herido de muerte, el antihé-roe, se arrastra junto a ellos; su muertecercana les infunde nuevas energías - alirse apagando la luz, Patacoja y Lendre-ra recibirán la noche entre carcajadas defelicidad. Los mensajeros han encontradoa su próxima víctima, el soldado les pideun aplazamiento, no quiere morir. ¿Unaplazamiento? ¿Hasta cuándo? La obranos dejará sin respuesta. La escenografíaque Mira introduce en la obra se corres-ponde, en uno de los actos, con las imá-genes del antihéroe creadas para unespacio arquitectónico.

Víctor Mira nos decía en el prólogo deun catálogo para la galería berlinesaZellermayer en 1990: “No intentenentenderme ni explicar nada de lo queguardo en mi interior porque las explica-ciones matan al artista”… A pesar detodo, Mira ha luchado con su especialencanto para hacerse inteligible, paraser aceptado como artista. El miedo aque se cuestionara su faceta de artista hasido una de sus pesadillas más recurren-tes; un miedo que se sienta junto a él yque durante unos instantes hace tambalearpor completo su ya de por sí inestableequilibrio moral.

..."Quería ser radical y extremada-mente frío, mis pinceladas tenían queser de hielo ardiente, revelacionesdivinas"…

Mira, energético y enérgico, consagradoa su profesión hasta la extenuación, sen-sible e hipersensible a todo lo que lerodea, reacciona. Y no sólo se ve rodea-do y envuelto en miedos negros, sino quesu relación con las cosas, como nosdemuestra en el ciclo Beethoven, seimpregna de un excelente humor y deuna visión pícara y mordaz.

Los cuadros de Antihéroes que se pre-sentan en esta exposición (1997-1998)pertenecen a la época más tardía de lacolección. De la idea central de Beetho-ven surge también el ciclo Moods (desde1998): en la mayoría de las pinturas deesta serie vemos a su familia sobre somie-res de madera, cubiertos con lacas, losojos cerrados, y sus sueños dibujadossobre sus cabezas, como si Víctor Mirase mostrase a sí mismo. Los sueños comoreveladores de la vida privada. La colec-ción de imágenes Moods se irá amplian-do hasta el año 2003 y se convertirá enun homenaje a la vida en estampa decolores puros y brillantes. Las cabezasmuertas y los estados depresivos desapa-recidos por completo, asistimos a la plas-mación de la naturaleza en todo suesplendor donde el ser humano, las plan-tas, el paisaje, aparecen en el lienzocomo por arte de magia.

El ciclo Imágenes Binoculares, de 1997hasta casi el 2000, podría considerarsecomo un punto intermedio entre Antihéroesy Moods. El negro de la noche se mez-cla con lo placentero y comienza a vis-lumbrarse un cambio de color.

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El antihéroe yace en esta colección en unparticular estado de descanso: su vientresellado con rejas de metal, rodeado delámparas que iluminan cada parte de sucuerpo, como sometido a una explora-ción médica. Una de las camas muestraun borde de madera que recuerda a unseto y se sostiene mediante estribos dehierro atornillados al suelo. Otros cuer-pos yacen sin iluminación, sus cabezassobre el somier como capullos marchitos;juntos a ellos, tras una lámpara de pan-talla roja, brilla la red de metal comoparte de la cabeza. Tableros en dos, sinlámpara, partidos por una red situada enángulo recto que separa la cabeza delresto, hace las veces de capilla ardiente,especialmente dura y fría. Si nos coloca-mos frente a las dos camas situadas adistintas alturas, atornilladas a la pared,vemos que en la parte inferior quedarepresentada la destrucción y que unatela nos conduce hacia la parte superior,donde un paraguas abierto da sombra auna calavera. En otro de los cuadros seha construido sobre el omnipresentesomier un soporte a modo de mesa ple-gable donde las patas se atornillan conun sistema no demasiado fiable. La ideade la red vuelve a aparecer en la partedonde reposan la cabeza y los pies. Deotro vientre abierto surgen columnas devapor que desembocan en una lata detomate vacía, un tenedor, una cuchara,una taza de leche, un tazón pequeño,dos pelotas... ¿Se trata de una ocurren-cia un tanto cínica o de una pesadillaconcebida a partir de la escasez de ali-mentos de la propia casa que convierte

a la obra en una vía de compensación?Quién sabe. El abdomen abierto comoun capullo nos trae la imagen de una ollahirviendo, el contenido que rebosa ¿elde un volcán?

La colección Antihéroes es el enfrenta-miento directo con la muerte en sus múlti-ples facetas, sin compasión, como unMira, radical y gélido, reivindicó en suprólogo: “Todo aquel que vive como yoen el exceso, puede reír a gusto. Es elexceso, la necesidad, la libertad, el equi-librio o incluso la indiferencia con la quetrato a la muerte, lo que la hace bella,esté yo aquí vivo o muerto. Cuando hayaterminado mi tarea estaré, como siem-pre, listo para el viaje”.

ULRIKE KELLER TRITSCHLER

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel65 x 45 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel45 x 65 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel45 x 65 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel45 x 65 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel45 x 65 cm

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Antihéroe, 1998 Gouache s/papel45 x 65 cm

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Antihéroes, 1998 Gouache s/papel45 x 65 cm

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Antihéroes, 1997 Óleo s/cartón80 x 100 cm

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Antihéroes, 1997 Óleo s/cartón100 x 80 cm

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Antihéroe, 1998 Óleo s/cartón100 x 80 cm

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Antihéroe, 1998 Óleo s/cartón100 x 80 cm

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Antihéroe, 1998 Óleo s/cartón100 x 80 cm

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Webster was much possessed by deathAnd saw the skull beneath the skin;

And breastless creatures under groundLeaned backward with a lipless grin.(T. S. Eliot, Whispers of Immortality)

Nothing is as sad and more precariousas this position in the world: a singlespark of life in the empire of death, thesingle solitary point in the centre of a cir-cle, was what Heinrich von Kleist1 feltstanding in front of the painting Monk bythe sea by Caspar David Friedrich, whichis what Víctor Mira’s last reflections areabout. “Man, hardly a life, only exists tobe a witness”, as Rafael Guillén wrote,and in that situation, Mira could feel likeLeopardi2 that the helpless contemplatorof Friedrich’s painting was conscious,before cosmic Pain and essential Beauty,of the voluptuousness of a sweet ship-wreck and the horror of an immensenessengulfing his mind. And so, surrenderingto the attraction of the abyss, beingaware that it exists in no other place butwithin himself. Perhaps it would havebeen better, as Rafael Argullol warns, thatman had never peered down his ownwell, “but when he did so –and so sea-ling his fate– he seemed to see, at an infi-nite distance, his image reflected at thebottom. Perhaps a mere flash: enough tounleash the raging fire of hope. Then he

seemed to hear a voice, or perhaps anorder, resounding, through the oracles,around the whole world. No longer didhe only seem to see himself, but also hearhimself. And the words he heard werethose he desperately needed to hear: findyourself.

So, paradoxically, the long journeytowards the ‘other’ started, as for man the‘other’, the obscure territory of dangerand desire –the unknown god, par exce-llence– only made sense from his desireto find himself.

However, there is talk of some whoended up condemning the oracular wis-dom. Tired of endlessly peering downinto the well in search of the flash, andseeing nothing but darkness, he approa-ched it in a final attempt to interrogate theoracle. He explained that he had alreadygone to great lengths to find himself,weighing up all possible wisdom andexperiences, and that, therefore, giventhat he still did not know himself, he year-ned to hear further advice from the ora-cle. For lack of response, the man, furiousand desperate, vowed never again topeer into the wretched well, but rather,longing for an ‘other’ path, would nothesitate to follow into it. And, without fur-ther delay, he ran towards a nearby cliffand jumped over the edge. It is said thatwhile he was falling, the oracle spokeout: do not find yourself.”3

Final voice

1. Javier Arnaldo, Fragmentos para una teoría románti-ca del arte (Fragments for a Romantic Theory of Art),Tecnos, Madrid, 1994, p. 134.

2. Rafael Argullol, La atracción del abismo (The Attrac-tion of the Abyss), Destino, Barcelona, 1994, p. 20.

3. Rafael Argullol, El fin del mundo como obra de arte(The End of the World as a Work of Art), Destino, Bar-celona, 1991, pp. 146-147.

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The attraction towards the abyss is inse-parable from the creative challenge,which is how Víctor Mira understood itand which explains his decision to not bea witness but rather the protagonist of aritual in which literature, painting, sculptu-re, drawing and engraving bring aboutthe dramatisation of a journey that wouldend at the edge of the shore. Víctor Miramade the desolate image of the monk bythe sea his own, and from that imaginaryplace he yearned to remain in silenceand to move up towards the blue sky. Toreach the peace and quiet of his medita-tions on Friedrich’s painting, Mira firsthad to stage his own dance of deaththat, as with the Buto, the macabre danceof Kazuo Ono4, did not aim to conspireagainst it but recreate it and bring out theemotions that come into play while con-templating it. A bitter mocking that in thetheatrical play Antiheroes leads to anevocative, yet not fatal, encounter withdeath, whose stage is that of the exhibititself. Since 1995, images of antiheroeshave been worked into the singular ico-nographic repertoire of Mira’s art, toge-ther with the unusual paraphernalia thataccompanies them during their time inwaiting: bunk beds made of metal meshand old pieces of wood, toilet sculpturesand lamps as dim as they are hurtful,make up the basic furniture that fill theoppressive atmosphere of the gloomyspaces, resembling a rotting-room, places

of disaffection, a cross between a dun-geon and a tomb. In these settings, the‘beds’ on which sprawled out figures lieare lined up, figures which remind one ofThe hollow men by T. S. Eliot5, shapelessfigures, pale shadows, paralysed forces,motionless gestures, between desire andspasm, between power and existence,between essence and descent falls theShadow. All is dark, grotesque, disor-derly, chaotic and hidden, as befits aplace in coma, where the irrational impo-ses itself on the meagre repertoire ofabsurd gestures, screams and murmurswith which Lendrera and Patacoja, cha-racters of the play, defy death. Bothsleep, clothed, barely covered by tatteredsheets. From the back of the stage, a figu-re emerges and approaches the bed onwhich Patacoja lies and, shaking him,shouts Die! Die soon!, by waiting youinsult death. It has been awaiting you fora year. A year watching you endlesslygrooming yourself. An insult! When thelights go out, night is accompanied bythe shadow of death and a burst of loudnervous laughter breaks the silence; thesilence of death which only exists for theliving. In the play, Mira makes the cha-racters take their shoes off and place oneon their heads. If the earth symbolises theantihero, seeing as it is the earth who cre-ated him, as Ulrike Keller-Tritschler6 points

4. Leonardo de Arrizabalaga, “Buto: The MacabreDance of Kazuo Ono”, in El Paseante, No. 6, Madrid,1987, pp. 70-77.

5. T. S. Eliot, Poesías reunidas (Collected Poems),1909-1962, Alianza, Madrid, 2003.

6. Ulrike Keller-Tritschler in the epilogue that accompa-nies the edition of Antiheroes, Der Kunstraum RuediTobler Basel, Basel, 2002.

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out in the epilogue that accompanies theedition of Antiheroes, the symbolism ofthe shoe refers to the taking possession ofthe earth, to the journey and to death;and if the main purpose of the dance ofdeath proposed by Mira is to reflect onthe human condition, the earthly meaningof the shoe perhaps also refers to a lifeexperience of the artist, in which, oneday, when going to the cinema with hisfamily, he saw his father, who as usualwas walking ahead, suddenly stop andstart digging in the ground with the tip ofhis shoe. As if he were trying to uncoversomething sticking out. When we caughtup to him, he was staring down at theground.–Don’t you think the ground smells toomuch of blood?– we heard him say in adull and dry voice.He could not live, that was all. The bloodof the war had consumed him and hethen took the decision to face the nightthat was pursuing him.For this reason, to clean the blood off theground of Zaragoza, was why my fatherone day turned up at the city hall andapplied for a job as a street sweeper.7

Mira converted all his experiences, tan-gled up in his writings between realityand fiction, into a representation wheredeath always performed its aggressiveand tragic ritual; melancholy came later.

With his life he staged the importance ofone who knows of the roaming shadow.That’s how he wanted it. And with hiswork he watched over death, consecra-ting it in every creative act Of the art ofpainting, which was constantly said to bedead, from his bones and skin I arose asan artist and took on shape and colour.Scratching around, picking over the mag-nificent corpse, I ended up performing anautopsy on it: death by boredom. Whata tragic discovery! But, by stirring aroundthe tangle of tendons and nerves with mypaintbrushes, a truth was revealed, ahorrific tangle of radiant textures, a pain-ting free of frantic waving and of the suf-focation of the trenches of abstraction. Itwas a painting of figurative grammar, farfrom evangelic subtleties, awaitingpimps, without which art cannot reaffirmitself .8 Holed up in the solitude of hisworkshop, in the absolute false silence ofthe voices, almost screams, of the terrori-sed brushstrokes, insistent brushstrokesresembling criticism, which unleash theastounding behaviour of the materials. Asolitary struggle whose immediate back-lash soon appears. The murmur of thecolours, with their desire for life, encoura-ges anarchy. Wild brushstrokes, strokesof expanding redeeming conscience. Inmoments like these, of physical andpsychological humiliation, madness threa-tens to strike, with punching violence.Rage, confusion, ridiculous sentimentalattempts that end up in torture and laugh-

7. Víctor Mira, “Zaragoza, in the vanguard of pain” enEspaña no se puede dormir (in One cannot sleep inSpain) (no details of edition). 8. Víctor Mira, “Apologia of Delirium” op. cit.

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ter. And all so serious and, at the sametime, so beneficial to the final painting,which so abruptly changes from an abso-lutely idiotic surface into a striking imagethat emerges with violence and a shudderof admonishment .9 Man’s fate is endlesswork, sang the poet Eliot. Víctor Mirawas at least allowed to wait. A thousandand one times he repeated the samework of art, such is the endurance of hisactors, Estilitas, skulls, Christs, lifelessnatures, leashed dogs… or antiheroes,because they are all the same in the roleof the tragic conscience of those whocannot bear to live. Something very diffe-rent is the grammar, the main plot whichwill eventually be what strengthens theartistic discourse even more than the vitalsettings that are undoubtedly the origin ofeverything. Mira had no doubts about it,as confirmed by his numerous commentson the essential values of painting that,besides clearly confirming his radical atti-tude, also place him on a par with thepoetic art of other artists, for example,with the cruel glare of Antonio Saura, anadmirer of Mira’s Antiheroes, which areessentially all the protagonists of hisworks of art, including, in my opinion, theportraits he painted of Goya. Mira,Saura and, before them, Goya, in theirworks of art, brought out the triumph ofthe subjective look, the power of imagi-nation, of cruelty, of instinct and of themost radical expressiveness. The inquisiti-ve look of Goya and Saura in Mira is

desolation, emphatic and even moving attimes and ruthless at others, if this couldbe grief, but extremely cruel in all of them.The cruel look, wrote Antonio Saura, hasto do with the eye that thinks. The sameeye that Luis Buñuel decided to slash witha single stroke in order to penetrate thedarkest side, into the cold abyss of pas-sion and desire. Mira, like Saura andbefore that Goya, dared to light up thedarkness of painting, to scrutinise the con-vulsive nature of the naked image withviolent gestures, to break the silence withthe death throes that rip flesh apart.Because painting does not consist only ofcolours, but also of violence, desperatecreative will and prolific efficiency. Pain-ting as purely abstract density with whichto reach consciousness, beyond the blur-red image, to immediately erase every-thing with a single brushstroke. From theimprecise smudge arose, as if hiddenthere, a magnitude of irrevocable presen-ce.10 Whispers of immortality11 are sus-pended in the painted rooms of the anti-heroes; they are the last voices of a bygo-ne tale, of which only shadows remain.Jung tells us that the essential role of themyth of the hero is to develop the cons-cience of the individual ego which givesaccount of its power and weakness. Befo-

9. Víctor Mira, Ibidem.

10. Víctor Mira, Ibidem.

11. In the poem Susurros de inmortalidad (Whispers ofImmortality) by T. S. Eliot, opus. cit., we read:And even the Abstract EntitiesCircumambulate her charm;But our lot crawls between dry ribsTo keep our metaphysics warm.

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re ego can triumph, the hero must prevailand assimilate his shadow. The shadowthat traps the antihero, never ready todie. In the epic tragedy of the antiheroes,the figures are disfigured in an unstoppa-ble process determined by a shudder pro-voked in them by stupor when faced bydeath. Clinging to their shadows, theirfinal destiny is no other than that of bur-ning on the old hard beds on which theylie, which more than beds are torturingdevices with shapes of surreal familiarity,such as grilles, ironing boards, playpens,washing lines, animal cages, staircasesteps, coffins, crosses..., all in all, every-thing efficiently itemised and dimly lit withthe bulbs of the small individual lampsthat shine their light on the characters’heads, alone or grouped together. Thelight lights up the dreams and nightmaresof the sleeping antiheroes. The musicalnotes of Beethoven’s 5th Symphony thatVíctor Mira’s father listened to incessantly,sprawled out on the couch, in the dark-ness of a room with the lights turned offbecause That was the most appropriatemusic to drown out the noise of the explo-sions and the rattling of the machine gunsof the war that was still deeply engravedin his mind and that did not allow himlive12, the grotesque delirium of the obs-cene images of the abduction andravings of an outraged body that Mirarescues for the illustrated narration of Little

Red Riding Hood. The journey of a gene-ration, or simply the vision of destiny withtransparently charred bodies, are some ofthe dark landscapes that occupy theminds of the sleeping antiheroes. Whenthey open their eyes, their sockets areempty, their faces turned into skulls andtheir bodies like threads of howlingghosts finally possessed by death.Nothing, not even the brutality of theirnightmares, can keep them alive. Little bylittle, with desire long gone, the breastlesscreatures under ground leaned backwardwith a lipless grin.

CHUS TUDELILLA

12. Víctor Mira, “Zaragoza, in the vanguard of pain”op. cit.

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Antihéroes is the name chosen by VíctorMira to describe this collection of dra-wings, paintings, ceramics and a theatri-cal play. The artist lures us into the darkand obscure imagery of visions, fearsand nightmares that lurk deep inside him,that of a destroyed and broken man.

In this artistic world, which makes noclear distinction between the subjectman/woman, diversity and richness areborn from will, from decoration: a deadhuman body which lies on a wide strip ofcloth over a bed board; in its abdomen,a gaping wound with a railing filled witheveryday objects, the waste of our civili-zed society: wooden boxes, empty tins,hairpins… A mix of clay and glue, theseobjects form structures, architectural cons-tructions resembling towers around whichbeds are strewn around randomly at dif-ferent angles and directions, or serve asirregular decoration on spacious walls.Mira rests clay bodies on extraordinarywooden bathtubs from South America orlays a flat mud surface with complimen-tary round balls of mud diagonally acrosswooden planks with fragments of bone inbetween.

In this way, at least in this part of Mira’swork of art, the antihero, destroyed bysociety, is no longer the image of a sickman, still alive, hopeful and expectant,ready to fight. A man completely depri-ved of tolerance, a cold, icy antihero: alifeless being.

What fascination for a state of apocalyp-tic feelings must have been reflected inMira’s eyes! May we recall the greatnumber of works of art brought to life fromhis vision… This is where the cycle on the5ª Sinfonía de Beethoven (1996-1999)begins, filled with the most joyful ideas, inwhich the power of red and the light ofyellow prevail, together with the littleblack dots of the musical notes, alsoblack surfaces, but which in this casewere not conceived as a symbol ofdepression.

In the Antihéroes collection, created bet-ween 1991 and 2000, Mira introducescertain similarities with the 5ª Sinfonía deBeethoven - the vision of the promiseddownfall of hope, tolerance and humouron a terrain of negativism and brazen-ness.

The theatrical play Antihéroes starts witha question posed by Figura, the embodi-ment of death, which is the leit-motif threadof the whole play: “Are you dead yet?”According to Mira, all resistance to thisFigure is in vain, all questions and philo-sophy futile. Patacoja and Lendrera, hismessengers, start an orgy of death whichturns into a mutual declaration of love, apoetic comparison between paradiseand twilight, flesh and snow, and evenflesh and the moon, to end with the phra-se: “The cold moon of the dark night /lies so deep in the sky as the dead in theirgraves”. A mortally wounded soldier, theantihero drags himself towards them,

Night fantasies

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filling them with new energy - the lightgoes out and Patacoja and Lendrerareceive the night with roars of laughter.The messengers have found his next vic-tim in the soldier, who begs both charac-ters for more time. Until when? The playdoes not answer this question. The setdesign that Mira introduces in the play is,in one of the acts, the images of the anti-hero created for an architectural space.

Víctor Mira explains in 1990 in the pro-logue of a catalogue for the ZellermayerGallery of Berlin: “Don’t try to understandme or explain my inner feelings, as allexplanations kill the artist”… In spite ofeverything, Mira has fought hard, with hisspecial charm, to make himself under-stood, to be accepted as an artist. Thefear that there may be doubts concerninghis artistic facet was another of the night-mares that haunted him; it accompaniedhim and, for a moment, shook his tenuousmoral equilibrium.

…“I wanted to be radical and extre-mely cold, my brushstrokes had to belike burning ice, like divine revela-tions”…

Mira, a man full of energy and zest,totally devoted to his work, sensitive andhypersensitive to everything that surroun-ded him, reacted. And he was not onlysurrounded and enveloped by dark fearsbut, as shown by the Beethoven cycle, hisrelationship with things was impregnatedwith excellent humour and cunning andamusing vision.

The paintings of Antihéroes displayed inthis exhibition (1997-1998) alreadybelong to the later stage of the theme:from the Beethoven idea, springs the newMoods series (since 1998): in most of thepaintings in this series, his family appearson wooden bed boards, covered in lac-quer with their eyes shut and their dreamspainted on their heads, as if Víctor Mirawas introducing himself. The dreams asrevealers of his private life. The collectionof Moods images grew up to the year2003 in homage to life, painted in purebright colours. The lifeless heads and thedepressive states completely disappear -it is nature in all its splendour. The humanbeing, the plants, the landscape appearon the canvas as if by magic.

The Imágenes Binoculares cycle (from1997 to almost 2000) could be consi-dered a vision somewhere between Anti-héroes and Moods. It shows the black ofthe night together with pleasure, gra-dually revealing a change in colour.

The antihero lies in a peculiar state ofrest: its belly covered by metal bars andsurrounded by lamps that light up its entirebody as if subjected to a medical exami-nation. One of the beds shows a woodenedge resembling a hedge, suspendedfrom iron beams bolted to the floor. Otherunlit figures sleep like cocoons with theirlifeless heads on the bed board, and nextto them, the metal grid shines as part ofthe head, behind a lamp with a redshade. An image of bars with two parts,without lamps, split by a grid arranged at

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a right angle, which separates the headfrom rest of the body, acting as a funeralchapel, especially hard and cold. Stan-ding right in front of the image of the twobeds bolted to the wall at differentheights, one can see destruction repre-sented at the bottom, and a piece of clothdraws one’s gaze towards the top, wherethere is an open umbrella shading a skull.In another of the paintings, on the omni-present bed board, a support resemblinga foldaway table is constructed, onwhich the legs are bolted using a ratherunreliable system. The idea of the gridreappears only in the part that supportsthe head and feet. From another gapingbelly rise columns of steam which flowinto an empty tin of tomato, a fork, aspoon, a cup of milk, a small mug, twoballs... Is that a rather cynical occurrenceor a nightmare born from the lack of foodin the house itself which converts the workof art into a means of compensation?Who knows? The abdomen gaping likea cocoon reminds one of a boiling potand its broth overflowing of a volcano?

The Antihéroes collection is a direct con-frontation with death in its multiple facets,without compassion - as a radical andgelid Mira referred to it in his prologue:“All living humans, like myself, who indul-ge, may laugh at their hearts’ content. It’sthe excesses, the needs, the freedom, thebalance and even the indifference withwhich I treat death which makes it beau-tiful, whether I be here dead or alive.When all my work is done, I will asalways be ready for it”.

ULRIKE KELLER TRITSCHLER

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1949 Nace en Zaragoza.

1968 Realiza su primera exposición que es, tam-bién, la primera exposición de escultura alaire libre que se celebra en la ciudad deZaragoza.Primera exposición individual, GaleríaN’Art, Zaragoza.

1969 Primer viaje a Madrid.

1971 Estancia en Madrid frecuentando asidua-mente Alea donde conoce a Luis de Pablo.

1972 Asiste a los Encuentros de Pamplona dondeconoce a John Cage.

1973 Primera exposición individual, Galería PolVerdié, Madrid.

1974 Ana María Canales publica su libro VíctorMira, eres mi pintor preferido, Madrid.

1975 Viaja a Heidelberg donde reside durantecinco meses.Regresa a Madrid efectuando frecuentesviajes a Alemania.Publica El libro de las dos hojas.

1976 Comienza en Alemania a trabajar en susseries Spanische Haltung y Manos.

1977-78 Deja Madrid para irse a vivir a Barcelona,donde comienza su ciclo de pinturas Inte-riores catalanes con tomate.Publica su libro Estética Kebrada Aragonesa.

1979 Publica su primer libro de poemas El bienes-tar de los demonios.Primera exposición individual, GaleríaTanit, Munich, Alemania.Empieza a trabajar en su libro Tierra.George Staempfli le visita en su taller deBarcelona.

1980 Primera exposición individual, GaleríaGeorge Staempfli, New York.Primera exposición individual, GaleríaArtema, Barcelona, donde se muestra unaselección de trabajos del ciclo Interiorescatalanes con tomate.Inicia los trabajos preparatorios para ellibro de grabados, Cien imágenes de Afri-ca, que se publicará finalmente en 1996con un texto de Barry Walker, curator delMuseum of Fine Arts, Houston, USA.

1981 Fred Jahn Gallery, Munich, publica InBuchstaben liegt das Feuer, su primer libroen alemán.Participa en Prespktive’81 a invitación de laFeria de Arte de Basel, Suiza.Galería Dobloug, Oslo, Noruega.Realiza 51 pinturas basadas en la Máqui-na del Gorjeo de Paul Klee, ciclo que seexpone en la Thomas Gallery de Munich.

1982 Galerie Tanit, Munich, Alemania.Publica Situación en Barcelona, su segundolibro de poemas.Realiza sus primeros grabados en los talle-res de Xavier Corberó, Barcelona.Galerie Stähli, Zurich, Suiza.Realiza la portada para el libro de Fran-cisco Domingo Moreno, El hombre ante lamuerte, Universidad Central de Bayamón,Puerto Rico, Ed. Cruz Ansata.

1983 Primer viaje a USA invitado por el Mea-dows Museum de Dallas.Meadows Museum, Dallas, USA.Trabaja en los talleres de grabado de laSouthern Methodist University, Dallas, USA.Viaja a New York donde permanecedurante cinco meses. Comienza a escribiruna serie de historias cortas, reunidasbajo el título Desde fuera del universo emo-cional paterno. Realiza en Barcelona susprimeras series de esculturas en hierro, Cul-tura del arco y Mediodías.

víctormira

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Primera exposición en la Galerie Lang,Viena, Austria.Galerie Thomas, Munich, Alemania.Primera exposición de obra gráfica, graba-dos y xilografías, editados por Fred Jahn,Galerie Fred Jahn, Munich, Alemania.Comienzan los preparativos del libro El ase-sino entra en la ciudad.

1984 Realiza en Barcelona sus primeras escultu-ras en bronce.Staempfli Gallery, New York.Hastings Gallery, The Spanish Institute,New York.Printshop Gallery, en cuyos talleres realizala Suite de grabados El tiempo es una fle-cha parada en el aire, Amsterdam, Holanda.Galería Eude, Barcelona.Sala Campzar, Zaragoza.

1985 Comienza su serie Estilitas.La revista Extrema Presión le invita a partici-par en una edición objeto, donde se publi-ca su libro de poemas Madre Zaragoza.Galería Joan Prats, Barcelona.Participa en Art Cologne 24 con la GaleríaJoan Prats, Köln, Alemania.Realiza el libro de xilografías Baselitzbeuys.

1986-87 Se traslada a Zurich, Suiza.Galerie Thomas, Munich, Alemania.Publica el poster Así soy - Así me quiereEspaña en revistas internacionales.Galerie Thomas, Munich, Alemania.Galerie Thomas, Munich, Feria de ARCO,Madrid.Se publica el libro de bibliofilia Tierra.Galerie Eric Frank, Ginebra, Suiza.Publica el libro de grabados El asesinoentra en la ciudad.Se traslada de nuevo a Barcelona.

1988 Samuel Dorsky le visita en su estudio de Bar-celona.Galerie Bel’Art, Estocolmo, Suecia.Realiza sus primeros trabajos fotográficos.

Galerie Eric Frank, Ginebra, Feria ARCO,Madrid.Dorsky Gallery, New York.Galería Joan Prats, Barcelona.Galería Miguel Marcos, Madrid.Comienza a trabajar en el libro de graba-dos Estilitas, el silencio de los labios.A finales de año se traslada a vivir aMunich, sin abandonar su taller de Barce-lona.

1989 Vera List hace donación de la pintura SanSebastián a la Christ Church, Greenwich,Connecticut, USA.Realiza la cubierta para la primera ediciónamericana de los poemas de SalvadorEspriu.Galerie Dobloug, Oslo, Noruega.Art Frankfurt, Galería Carles Taché-Barcelo-na, Frankfurt, Alemania.Comienza a trabajar en su serie Bachkan-taten.You can’t sleep in Spain, Dorsky Gallery,New York.Galerie Hans Mayer, Düsseldorf, Alemania.Galerie Eric Frank, Ginebra, Suiza.Galería Carles Taché, Barcelona.

1990 Viaja a Colombia para su primera exposi-ción en Bogotá, Galería Fernando Quintana.Publica su segundo póster, Arte o prostitu-ción, en revistas internacionales.Es entrevistado en TV con motivo de la pri-mera exposición oficial en España, MadreZaragoza, Palacio de Sástago, Zarago-za; Lonja de Alcañiz y Castillo de Valde-rrobles, Teruel; Diputación de Huesca.Galería Miguel Marcos, Zaragoza.Galerie Zellermayer, Berlín, Alemania.Dorsky Gallery, New York.

1991 Publica su tercer póster Like Van Gogh enrevistas internacionales.Primera exposición en México, organiza-da por Montserrat Galí Boadella, Museodel Chopo, México D.F.The silence of the lips, Lirik Kabinett, Munich.

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Galería Miguel Marcos, Feria de ARCO,Madrid.Viaja a New York para su exposición en laDorsky Gallery.El hedor de la virtud, Galería Miguel Mar-cos, Madrid.Retrospectiva y libros, Galerie Zimmermann& Franken, Mönchengladbach, Alemania.Publica sus tres libros de grabados Imáge-nes para enamorados, Bachkantaten y Esti-litas, el silencio de los labios.Escribe el texto para el catálogo de la pri-mera exposición del artista austríaco ArnulfRainer en España.

1992 A petición de Elias Canetti, realiza lacubierta para la primera edición de su libroDie Fliegenpein, Hanser Verlag, Alemania.Galerie Zellermayer, Berlín, Alemania.Bachkantaten, Musée d’Art Moderne deColliure, Francia.Bachkantaten, Festival Van Vlaanderen,Stadt Aalst de BélgicaInvitado por P.K. Fischer, realiza sus prime-ras cerámicas en Valencia.

1993 Publica su cuarto póster, A Mere Crisis isNot Enough, en revistas internacionales.Es invitado a participar con una seleción deBachcantatas en la Bachwoche de Ans-bach, Alemania.La Galeria Miguel Marcos conmemora su10 aniversario con la exposición, Suite Ara-gón, Zaragoza.Bachkantaten, Galerie Hans Mayer, Düssel-dorf, Alemania.Realiza el cartel para la Ökomesse deZurich, Suiza.

1994 Publica en Barcelona el libro de ensayos,Trepitjans les flors, Ed. Llibres del Segle.Galerie Zellermayer, Berlín, Alemania.Bachkantaten, Galerie Peter Bäumler,Regensburg, Alemania.Es invitado a trabajar en los talleres de gra-bado de la Fundación Joan Miró, Palmade Mallorca. Allí realiza los grabados desu libro Beethoven Fünfte Symphonie.

Styliten un Bachkantaten, Hospitalhof, Sttut-gart; Galerie Angelika Harthan, Stuttgart,Alemania.El European Ceramic Center de Holanda leinvita a trabajar en sus talleres. Permanece-rá allí durante cuatro meses,realizando susprimeras esculturas de Antihéroes.Publica su libro de xilografías dedicado ala sardana La Nina Encantada de E. Morera.Realiza la portada para el libro de JosepM. Reguant, Radiografía d’una ruptura, Ed.Llibres del Segle.

1995 Ediciones Libertarias, Madrid, publica sulibro de poemas Poeta Muerto.Antihéroes, esculturas, Künstler Haus, Bre-genz, Austria.La editorial de arte Beck & Eggeling, Leip-zig, publica el libro de grabados Beetho-ven Fünfte Symphonie, acompañado portextos del director de la Filarmónica de SanFrancisco, Herbert Bloomstedt.Pinturas y esculturas, Galerie Michael Beck,Leipzig, AlemaniaEl silencio de los labios, Verein für OriginalRadierung, Munich, Alemania.Esculturas y objetos, Galería Carles Poy,Barcelona.Bachkantaten, Centre d’Estudis Contempo-ranis La Caixa, Lleida.

1996 El artista Antonio Saura le invita a participaren la exposición conmemorativa del 250aniversario del nacimiento de Goya, La Lonja,Zaragoza.Publica el libro 100 imágenes de África,con una introducción de Barry Walker.Galerie Denise van de Velde, Aalst, Bélgica.Antihéroes, Kunstraum Ruedi Tobler, Basilea,Suiza.Galerie Lang Wien, Viena, Austria.Galerie Michael Beck, Leipzig, Alemania.El quinto perro, Galería Miguel Marcos,Zaragoza; Sala Ignacio Zuloaga, Fuende-todos, Zaragoza.

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1997 Es invitado a participar en la Art Biennalede Nueva York por la curator Amy Chaiklin.Dorsky Gallery, New York.Kunstmarkt Desden, Munich, Alemania.

1998 Publica su libro y cartel The Two Most Cle-ver Sons of Salvador Dalí.The Two Most Clever Sons of SalvadorDalí, Kulturkonzept Sprengel, Munich, Ale-mania.Beethoven Fünfte Symphonie, Gewand-haus, Lepzig, Alemania.Beethoven Fünfte Symphonie und Peteneras,Galerie Michael Schultz, Berlín, Alemania.The mistery of sexuality, Kunstraum RuediTobler, Basel.Las huellas del caminante, Galería ZaragozaGráfica, Zaragoza.Kunstmarkt Desden, Munich, Alemania.Materia. Espíritu, Galería Miguel Marcos,Barcelona.Galerie Mirko Mayer & Kunsthandel, Colo-nia, Alemania.Kultur Kozepte Sprengel, Munich, Alema-nia.Cave Canis publica Un cop un altre cop, suprimera obra de treatro, otoño-invierno 98,Barcelona.

1999 Primera exposición individual de fotografíasen The Photography Show 99, Mayer &Mayer, New York.La revista Blind Spot de New York publicauna selección de sus fotografías.Exposición de sus trabajos fotográficos,Robert Mann Gallery, New York.El Parlamento de Aragón edita un grabadode Mira como homenaje al pintor AntonioSaura, recientemente fallecido.Bachkantaten, Kapelle der KatholischeHochschul-gemeinde, Regensburg, Alemania.El coleccionista P.K. Fischer publica un catá-logo completo de sus cerámicas.

2000 La Diputación de Zaragoza inaugura lacolección Baltasar Gracián publicando sulibro Humus.

Escribe en Munich, Antihéroes, su segundaobra de teatro.Publica en alemán el primer volumen de suautobiografía El insomnio de la adolescencia.Presentación de su autobiografía en laKunst Köln 2000, Köln, Alemania.El monje junto al mar bien temperado,Leonhardi Museum, Dresden, Alemania.Su escultura en bronce, Estilita, expuesta enla muestra Figur 2000, Regensburg, esadquirida y queda instalada en el Gewer-bepark, Regensburg, Alemania.Publica Axiomas, libro con nueve grabadosa color de gran formato y textos de dife-rentes autores.Víctor Mira. Años 80, Galería Arsnova XIX,Madrid.El Kunstraum Ruedi Tobler, Basel, publica ellibro Good-bye Series, una colección de62 dibujos. Primer volumen de la trilogíaÉxtasis de un solista.Mira completa su serie de 47 monotiposGood and Evil Coexist in a Delicate Balan-ce Easly Upset.Retrospektive, Galerie Baumgartl, Munich,Alemania.

2001 La Editorial Electa/Mondadori publica sulibro Caperucita Roja. Viaje de una Gene-ración.El libro Axiomas se presenta en la GaleríaDruck & Buch, Tübingen, Alemania.El Kunstraum Ruedi Tobler, Basel, publicaGood and Evil Coexist in a Delicate Balan-ce Easily Upset, segundo volumen de la tri-logía.Su libro de ensayos y artículos, En Españano se puede dormir, es publicado por laGalería Miguel Marcos, Barcelona.El primer volumen de su autobiografía, DieSchlaflosigkeit der Adoleszenz, se presentaen la Literatur Haus, Basel, en colaboracióncon Der Kunstraum Ruedi Tobler.La galería La Caja Negra, Madrid, exponela serie de grabados Axiomas y una retros-pectiva de su obra gráfica 1983-2000.

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Realiza el cartel para la plaza de Toros deZaragoza en la Feria del Pilar, Zaragoza.El periódico Der Tagespiegel, Berlín, Ale-mania, publica el proyecto de Mira ShortCuts.

2002 El Kuntraum Ruedi Tobler, Basel, publica susegunda obra de teatro Antihéroes juntocon un epílogo de la Dra. Ulrike Keller T.Se realiza la primera performance de Anti-héroes en Stuttgart, bajo la dirección deUlrike Tritschler, y en colaboración con laSociedad Hispano-Alemana.Antihéroes, pinturas, objetos y esculturas,Centro Zapata, Stuttgart.Axiomas, Galería Zaragoza Gráfica, Zara-goza.Apología del éxtasis, retrospectiva, comisa-riada por el Prof. Dr. Fernando Castro Fló-rez, Museo Pablo Serrano, Zaragoza.Apología del éxtasis, retrospectiva, GaleríaMiguel Marcos, Barcelona y Zaragoza.Antihéroes se representa bajo la direcciónde Ulrike Tritschler, en el RheinterrassenMuseum, Düsseldorf, Alemania.La galería gráfica La Caja Negra, Madridedita la serie de 12 grabados El monjejunto al mar.El monje junto al mar bien temperado, Beck& Eggeling, Düsseldorf, Alemania.Realiza en Barcelona 14 grabados para ellibro de Tauromaquia, Oratorio Taurino.Escribe su tercera obra de teatro El cielo delas mujeres.Se publica el libro de bibliofilia, El caminoque recorrió el chino Mira, Barcelona.

2003 El Gobierno de Aragón en colaboracióncon la Galería Miguel Marcos presenta enla feria de ARCO, Madrid, un proyectoescultórico en homenaje al agua, Medita-ción acerca del agua dulce, junto con lapublicación de un libro del mismo título.Así como el estreno por primera vez enEspaña de Antihéroes, bajo la dirección deFélix Martín y el grupo de teatro aragonésLuna de Arena.

La galería gráfica La Caja Negra, presentala serie de grabados El Monje junto al mar,ARCO, Madrid.Recibe el premio al mejor artista españolvivo ARCO 2003.Monje junto al mar, Galerie Peter Bäumler,Regensburg, Alemania.El Kunstraum Ruedi Tobler, Basel, publica ellibro Geniuses Out, colección de 51 dibu-jos y último volumen que completa la trilo-gía Éxtasis de un solista.Antihéroes, Teatro, dirigida por Félix Mar-tín, Museo Pablo Serrano, Zaragoza.Antihéroes, Teatro, dirigida por Félix Mar-tín, Festival de Teatro de Huesca, Huesca.El Kuntsraum Ruedi Tobler, Basel, publica laobra de teatro El cielo de las mujeres conepílogo de la Dra. Ulrike Keller T.El Monje junto al mar, Galería ZaragozaGráfica, Zaragoza.Se publica el libro de grabados, OratorioTaurino, con textos de J.A. Ruiz-Espartaco.

2004 Himmel der Frauen, obra de teatro en unacto, Deutsche-Guggenheim Museum, dielange Nacht der Berliner Museen, Berlín,Alemania, dirigida por Ulrike Tritschler.Obra sobre papel, Deutsche-GuggenheimMuseum, Berlín, Alemania.Antihéroes, Galería Zaragoza Gráfica,Zaragoza.Antihéroes, Sala Antonio Saura, Diputaciónde Huesca, Huesca.

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Biblioteca Nacional, Madrid • Museo el Sedo, Santander • Neue Gale-rie der Stadt, Linz, Austria • Kunstmuseum, Basel, Suiza • Museum amOstwall, Dormund, Alemania • Museum of Modern Art, New York, USA• Toledo Museum of Art, Toledo, USA • Museo de Bellas Artes, Vitoria •Graphotek, Stuttgart, Alemania • Bayerische Staatsbibliothek, Munich,Alemania • Christ Church, Greenwich, Connecticut, USA • DiputaciónProvincial de Zaragoza, Zaragoza • Staatliche Graphische Sammlung,Munich, Alemania • Herzog August Bibliothek, Wolfenbüttel, Alemania •Städtlisches Kunstmuseum, Reutlingen, Alemania • Collection Dobermann,Chef du Pont, Francia • Colección Instituto de Crédito Oficial, Madrid •Colección Argentaria, Madrid • Gobierno de Aragón, Zaragoza • Dipu-tación de Huesca, Huesca • Albertina Museum, Viena, Austria • Col.lec-ció Testimoni, la Caixa, Barcelona • Cortes de Aragón, Zaragoza • Kup-fertich-Kabinett, Dresden, Alemania • Kunstsammlung Deutsche Bank,Munich, Alemania • Graphische Sammlung in der Staatsgalerie, Stuttgart,Alemania • Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid • Kuns-treferat der Diözese, Würzburg, Alemania • The University of Iowa Libra-ries, Special Collections, Iowa, USA • Colección de esculturas, RENFE.• Museo El Patio Herreriano, Valladolid.

Museos y colecciones públicas

Libros

Libros de bibliofilia

El bienestar de los demonios, Poemas, 1979 • Situación en Barcelona,Poemas, 1982 • Madre Zaragoza, Poemas, 1985 • Trepitjan les flors,Antología de textos, 1994 • Poeta muerto, Poemas, 1995 • Un cop unaltre cop, Teatro, 1998 • Humus, Antología de textos, 1999 • Die Schla-flosigkeit der Adoleszenz, Autobiografía, 2000 • Good-Bye Series,2000 • Caperucita Roja. Viaje de una generación, 2001 • Good andEvil Coexist in a Delicate Balance Easily Upset, 2001 • En España no sepuede dormir, Antología de textos, 2002. • Antihéroes, Teatro, 2002 •Geniuses Out, 2003 • El cielo de las mujeres, Teatro, 2003.

El libro de las dos hojas, 1974-1975 • Estática Kebrada Aragonesa,1977 • Im Buchstaben liegt das Feuer, 1979 • Baselitzbeuys, 1985 •Tierra, 1979-1986 • El asesino entra en la ciudad, 1983-1987 • 16Sonetti lussuriossi di Pietro Aretino, 1989 • Estilitas, el silencio de loslabios, 1988-1991 • Imágenes para enamorados, 1984-1991 • Bach-kantaten, 1991 • La Nina Encantada, 1994 • Beethoven Fünfte Sympho-nie, con textos de Herbert Bloomstedt, 1995 • 100 Imágenes de Africa,con una introducción de Barry Walker, 1979-1996 • The two most cle-ver Sons of Salvador Dalí, 1979-1998 • Axiomas, 1994-2000 • Elcamino que recorrió el chino Mira, 1978-2002 • Oratorio Taurino, contextos de J.A. Ruiz-Espartaco, 2003.

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EditanDiputación de HuescaGalería Zaragoza Gráfica

TextosChus TudelillaUlrike Keller Tritschler

DiseñoDavid Navarro. Semprini

FotografíasGonzalo BullónJal

TraducciónCillero & de Motta

ImpresiónCalidad Gráfica

Depósito Legal Z-2948/04

ISBN 84-95005-53-0

exposición

TítuloVíctor Mira. Antihéroes

EspaciosGalería Zaragoza GráficaNoviembre-diciembre, 2004

Sala Saura, Diputación de HuescaEnero-febrero, 2005

OrganizanDiputación de Huesca

Presidente: Antonio CosculluelaPresidenta de la Comisión de Cultura: María Antonia Brusau

Galería Zaragoza GráficaDirector: José Navarro

CoordinaciónTeresa LuesmaJosé Navarro

MontajeServicios Técnicos de Diputación de Huesca

SegurosGil y Carvajal, Corredores

catálogo

La Galería Zaragoza Gráfica agradecela colaboración de los coleccionistas que

han hecho posible esta exposición

agradecimientos

Obra de teatroAntihéroes de Víctor Mira

RealizaciónCompañía Teatral Luna de ArenaDirección: Félix MartínIntérpretes: Lendrera - Ricardo Joven • Patacoja -José Carlos Álvarez • Figura - Cristina de Inza

ProducciónDepartamento de Educación, Cultura y DeporteGobierno de Aragón

vídeo

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DIPUTACION

DE HUESCA GALERÍA ZARAGOZA GRÁFICA