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FUNDAMENTOS BIOPSICOSOCIALES DE LA

DROGODEPENDENCIA UNIDAD Nº III Abordaje integral de la drogodependencia aplicado a la prevención, tratamiento e inclusión social

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Introducción El presente documento, presenta definiciones y aspectos relacionados

con las acciones y consideraciones necesarias para desarrollar en forma

adecuada las intervenciones acordes al modelo biopsicosocial.

Se pone en la palestra que el abordaje integral de la drogodependencia

se relaciona al modelo de atención integral de salud, el cual da las indicaciones

y guías necesarias para cumplir con el abordaje sistémico de una problemática

tan compleja como es el consumo, abuso y adicción a las drogas y alcohol.

Se abordarán los distintos tipos de prevención, los niveles de intervención y sus

características específicas. Para esto se revisarán principios, estrategias y

aspectos metodológicos, considerando que el consumo, es un fenómeno

asociado a múltiples variables, entendiendo que para abordar o iniciar cualquier

proceso, se requiere conocer de forma integral a las personas, incluyendo su

historia familiar, sus relaciones significativas, así como el contexto en que está

inserto.

SEMANA 5

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Ideas Fuerza • El abordaje del consumo problemático de sustancias psicoactivas es un

fenómeno que debe ser abordado de manera sistémica, con la participación de distintos actores e instituciones.

• La prevención del consumo de drogas cumple un papel relevante en la elaboración de políticas y estrategias para evitar o detener el consumo de drogas.

• Los tipos o niveles de prevención del consumo de drogas corresponden a:

• Primaria

• Secundaria

• Terciaria

• La Prevención del consumo de drogas, debe ser abordada desde un enfoque multidisciplinario e intersectorial.

• La prevención del consumo de drogas se sustenta en principios, estrategias y metodologías flexibles, en constante revisión y ajuste.

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1. Fundamentos Biopsicosociales en la intervención de la

drogodependencia

Comprendiendo el consumo de sustancias y la dependencia a estas desde

la mirada biopsicosocial y multifactorial, es que se logra visualizar que el consumo

de drogas tiene sus inicios y se logra mantener debido a la interacción constante

de los componentes biológicos, el contexto social, económico y cultural, además

de la conducta y aspectos personales del individuo.

Se recordará que desde el modelo biopsicosocial en el ámbito de la salud,

se comprende el funcionamiento del ser humano en su complejidad y como en la

enfermedad y la percepción de las enfermedades se ven afectadas por estos tres

componentes.

Los tres componentes presentados afectan la salud, el desarrollo de los

seres humanos, y también dan cuenta del enfoque que deberían tener las

intervenciones en salud, esto debido a que tanto la salud como a los propios

seres humanos, se les visualiza como sistemas de gran complejidad, que

interactúan de forma constante con otros sistemas y se ven influidos así como

también influyen en su alrededor.

En la drogodependencia, el ser humano sigue funcionando como un

sistema, el cual comienza y mantiene su consumo no debido a una sola causa,

sino que a distintas variables que se afectan mutuamente dando por resultado la

drogodependencia. Desde esta mirada se intenta visualizar que si bien el ser

humano es un sistema, es un sistema complejo y dotado de humanidad y

características que son cualitativas y no solo cuantitativas, es decir, el ser humano

no es una maquina la cual presenta desperfectos (mirada biomédica), sino que se

acerca a una mirada mucho más humanitaria tanto respecto a quien presenta la

drogodependencia, como también a todo agente de cambio para el proceso de la

persona en relación a las drogas.

Desde esta mirada, toda intervención a realizar, se visualiza la necesidad

de que la persona no puede ser reducida a una enfermedad, y así mismo, la

enfermedad no puede ser entendida solo desde la mirada biologicista, mirada de

mayor reduccionismo.

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1.1. Elementos característicos del Modelo Biopsicosocial

En el Modelo Biopsicosocial existen elementos distintivos desde los cuales

se comprenden a las personas, las enfermedades y las intervenciones o

tratamientos entre ellos se mencionan los siguientes:

a) Comprensión sujeto y objeto: considerando el componente social y

psicológico, es importante señalar que desde este enfoque, y debido a que se

comprende al ser humano como un sistema en interacción constante, se visualiza

que no existe la objetividad total, sino que el observador aporta desde una mirada

subjetiva, y desde ahí podrá realizar aportes para observar, definir, diagnosticar e

intervenir en el problema. Es decir el sujeto observador es igual de relevante que

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el sujeto a intervenir, desaparece el límite entre sujeto médico y objeto paciente u

objeto enfermedad.

b) Centrarse en la persona: es de vital importancia centrar la atención en

la persona consultante (cliente o paciente), en su historia de vida, su contexto

social y familiar, al centrarse en la persona se le deja de visualizar como un

objeto, y pasa a ser un sujeto, donde este es actor principal en su problemática.

c) Relación profesional-consultante: es a través del vínculo entre

profesional y consultante que se podrán realizar intervenciones eficaces y

eficientes acorde a cada persona e individualidad del consultante.

d) multidimensionalidad y multicausalidad: todo fenómeno es de una

complejidad mayor, por lo que se visualiza la existencia de más de una causa,

respondiendo a factores diversos, los cuales son distintos entre si.

e) Incertidumbre: considerando que se pierde el limite de causa-efecto,

teniendo la drogodependencia distintas causas (multicausalidad), se vuelve una

problemática de mayor complejidad, y por tanto es necesario aceptar que no se

puede tener un control total sobre este fenómeno, ni tampoco es posible predecir

todos los efectos y variables intervinientes.

f) Interdisciplinar y Multidiciplinar: es necesario para comprender la

complejidad de los fenómenos, la visión desde distintas disciplinas que se

relacionan entre si, para crear y construir estrategias conjuntas para el abordaje

de las problemáticas, donde es de vital importancia el dialogo y construcción

conjunta de distintas disciplinas.

g) Comprensión de Salud-Enfermedad como un proceso: como se ha

visto a lo largo del ramo, la visión de salud enfermedad como un continuo es de

vital importancia, ya que permite la exploración de la complejidad de cada

patología, no habiendo un absoluto en un u otro extremo, sino que se entiende

como un proceso y un continuo en el cual la persona puede transitar de forma

constante acorde a su relación con el medio.

h) Diagnóstico contextualizado a la realidad: es necesario que

aceptando la individualidad de cada persona, que el diagnostico debe ser también

a la luz de las características individuales y de cómo los factores intervienen en

cada persona, por lo que es necesario realizar un diagnóstico acorde a las

necesidades y cualidades de cada persona.

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i) Tratamiento: se visualiza la importancia de otorgar un rol activo a la

persona consultante, como se menciona con anterioridad, quien consulta no es un

objeto al cual podamos intervenir y cambiar (y quitar la enfermedad) sino que se

convierte en un actor activo de su propio tratamiento o intervención.

Se visualiza entonces que no existe un único factor responsable de la

adicción a las drogas, ni tampoco para el inicio del consumo de una droga en las

personas, ya que cada persona puede tener distinta razones y motivos para

comenzar el consumo, además de distintas predisposiciones a continuar el

consumo y que se convierta en una problemática de mayor envergadura pasando

a ser una adicción.

Entendiendo la drogodependencia como una enfermedad biopsicosocial, se

entiende que afecta a nivel personal (células y órganos vitales), a la persona en

su psiquis, a la familia y también a su contexto social (micro y macrosocial), desde

esta mirada, se puede apreciar la drogodependencia con una mirada integrativa,

holística y sistémica, comprendiendo que tanto la persona afecta a su sistema

social, como el sistema social se ve afectado por la persona.

La drogodependencia además afecta las diversas áreas del funcionamiento

del ser humano, por lo que, al igual que la causa es multifactorial, el abordaje e

intervención debe incluir también esta comprensión multivariable.

Las intervenciones desde la mirada biopsicosocial pueden abordar los

efectos de las sustancias, o también abordar las condiciones de que contribuyen

en el inicio del consumo.

Desde el modelo biopsicosocial de la drogodependencia, es relevante

visualizar áreas de intervención, como lo son la investigación, el tratamiento y la

prevención, visualizando siempre los distintas variables que se ven implicadas en

la dependencia a las drogas. Es importante señalar que el modelo socioecológico

que surge como una mejora al modelo biopsicosocial, plantea también otra área

de intervención que es la reinserción social.

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1.2. Modelo de Atención Integral de Salud

Desde el modelo Biopsicosocial, se desprende el modelo de atención

integral de salud, el cual es el que se encuentra presente en nuestro país. Se

debe recordar que para la OMS el concepto de salud hace referencia no a la

ausencia de enfermedad, sino que al bienestar biológico, psicológico y social

de cada ser humano. Debido a esto, tanto en nuestro país como en otros países

del mundo, se ha comenzado a visualizar la importancia de tener una visión

integral de las personas, centrando la atención para la salud tanto en las

organizaciones, como también en la oferta de prestaciones.

El modelo de atención integral de salud es definido como un conjunto de

acciones que buscan la promoción y facilitación de la atención de salud de

manera eficiente, eficaz, efectiva y oportuna, considerando a un ser humano

integral, como seres con un cuerpo biológico, una mente y que se ven implicados

de forma constante en el entramado social, por lo que se visualiza la pertenencia

de estos a distintos círculos familiares, comunitarios y culturales.

Figura: Principios del Modelo de Atención integral de salud Familiar y comunitario

(Ministerio de Salud, Gobierno de Chile).

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En Chile, el Servicio Nacional de Drogas y Alcohol (SENDA), propone en

sus políticas justamente estos tres tipos de programas e intervención. Teniendo

los programas SENDA Previene, subvencionando los programas de tratamiento

tanto ambulatorio (intensivo y básico) y también los programas de tratamiento

residencial, y además cuenta con la tercera intervención que es la reinserción

social.

Se visualiza así entonces, que tanto desde el modelo biopsicosocial como

desde las políticas públicas de nuestro país, se visualiza a la drogodependencia

como una problemática que debe ser abordada de forma global y sistémica,

necesitando la participación y colaboración de distintos actores, niveles e

instituciones para que ejecuten los distintos tipos de intervenciones necesarias

para combatir uno de los fenómenos sociales y de salud de mayor complejidad en

la actualidad a nivel mundial.

En la guía del Modelo de Atención Integral1 dado por el Ministerio de salud

de nuestro país, pone especial atención a 3 factores relevantes que están en

relación a los elementos distintivos del modelo biopsicosocial.

1. Intervenciones Centradas en las personas: se debe considerar las

necesidades y expectativas de las personas y de las familias de estas, teniendo

especial atención a la corresponsabilidad del cuidado de la salud individual y

familiar, con énfasis en los derechos y deberes de todos los actores involucrados.

Como profesionales de la salud, es necesario actuar de acuerdo a este

principio por lo que se debe establecer un trato de excelencia, estableciendo

relaciones de confianza y ayuda, con respeto a las derechos y la dignidad de

quienes consultan, facilitando y orientando de la mejor forma posible a quienes

consultan.

2. Integralidad: hace referencia a que el sistema de salud debe incluir a

promoción, la prevención, la curación, rehabilitación y cuidados paliativos de las

enfermedades presentes en las personas consultantes, es decir, el sistema de

salud tiene el deber de cubrir las necesidades de la población.

3. Continuidad del cuidado: en este aspecto, es de vital importancia los

esfuerzos que se pueda hacer desde los distintos sistemas prestadores de salud

1 Material complementario: se sugiere leer y revisar los principios de las Orientaciones para la implementación del modelo de atención integral de salud familiar y comunitaria dirigido a equipos de salud, https://www.minsal.cl/portal/url/item/e7b24eef3e5cb5d1e0400101650128e9.pdf

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para otorgar un seguimiento adecuado a cada problemática de la persona

consultante, según lo que sea necesario para cada persona, incluyendo la

posibilidad de volver a iniciar un proceso. Se pone de manifiesto una vez más la

idea de salud-enfermedad como un continuo, en el cual no necesariamente hay

una presencia o ausencia absoluta de enfermedad, sino que es necesario

mantener el cuidado de la persona.

2. Modelos y enfoques en la Prevención de la drogodependencia.

Considerando los aportes del modelo biopsicosocial a las intervenciones en

salud y en drogodependencia, se puede visualizar la importancia de comprender

la salud como el estado de bienestar, y para conservar dicho estado de bienestar

psicológico, biológico y social, es de gran relevancia la atención que se ponen a

los planes de promoción de la salud y de prevención.

Diversas instituciones se enfocan en la prevención, a través de insumos

que surgen desde el ámbito político, legal, social, académico, científico. Estos

sirven de base para desarrollar estrategias, programas, acciones orientadas a

disminuir la cantidad de individuos que presentan consumo, evitar o retrasar su

inicio así como los daños potenciales.

Así, las acciones y consideraciones que se deben tener presentes al

momento de enfrentar la drogodependencia como un tema salud que afecta a la

población mundial, donde el consumo y la adicción a las drogas afectan de forma

transversal a toda la sociedad, no distinguiendo sexo, edad, condición social,

cultural, económica y religiosa, por lo que se puede hablar de que afecta a toda la

sociedad.

Como se visualiza, una forma de enfrentar esta problemática es por medio

de la prevención, adquiriendo un rol de gran relevancia dentro de las

Prevención: conjunto de procesos que estimulan el desarrollo integral

de las personas, sus familias y la comunidad anticipándose al problema

de consumo o trabajando con y desde el problema, evitando la conducta

de consumo, fortaleciendo factores protectores, disminuyendo factores

de riesgo personales (en niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos),

familiares y colectivos y promoviendo el desarrollo de culturas

preventivas (SENDA, 2019)

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intervenciones posibles. En Chile, se busca por medio de políticas públicas

generar estrategias de acción, métodos y fórmulas de prevención al consumo de

drogas (y también al tráfico de estas) utilizando mecanismos de permitan educar,

instruir, inculcar y sensibilizar a las personas sobre los efectos y alcances del

abuso de sustancias.

La idea de anticiparse, es prevenir situaciones que pueden causar daño a

nivel personal y social, es una práctica recurrente cuando se desea abordar la

solución de varios problemas. No obstante, su eventual sencillez y su familiaridad

no son sinónimo de que su conceptualización sea simple.

La prevención y su conceptualización resultan tan complejas como el

mismo fenómeno del consumo y abuso de drogas. Los programas de prevención,

con el fin de lograr su objetivo, incluyen los más diversos tipos de acciones,

metodologías, visiones y aproximaciones teóricas, las que van desde acciones

aisladas, sin mayor organización, hasta complejos programas.

A fin de abordar adecuadamente el proceso de prevención, se han

estructurado ámbitos y niveles, que se procederá a definir. Dichos ámbitos y

niveles están orientados a satisfacer las necesidades específicas de cada

individuo, por lo que se visualiza la complejidad de las personas.

SENDA busca impulsar estrategias de prevención ajustadas a la realidad

chilena pero considerando la efectividad según las investigaciones a nivel

mundial, además se visualiza la necesidad de coordinación intersectorial,

buscando abarcar distintos espacios, ámbitos y modalidades que permitan llegar

a las personas en sus espacios de desarrollo de la vida (llámese establecimientos

educativos, espacios laborales, comunitarios, etc.).

Los tipos de prevención, según su nivel de intervención y características

específicas son:

• Prevención Primaria:

Es aquella que se orienta a las personas que no presentan el

problema del consumo, por lo que busca evitar el uso y retardar el

inicio del primer contacto con la droga. Para ello se ejecutan

acciones que generen condiciones tendientes al desarrollo de

habilidades personales y sociales, fomentando la toma de

decisiones responsables y potenciando las competencias de

resistencia ante la presión grupal negativa. Entre sus estrategias

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destacan la promoción de los factores de riesgo y de protección de

carácter general.

El gobierno de Chile, por medio de SENDA ha implementado

diversos programas de prevención del consumo de drogas, entre los

que cuentan:

Descubriendo el Gran tesoro: estrategia orientada a los

alumnos de educación preescolar.

Aprendemos a Crecer: para alumnos de primero a sexto

básico.

La decisión es nuestra: programa orientado a alumnos de

séptimo a cuarto medio.

• Prevención Secundaria:

Es el conjunto de acciones destinadas a detectar el problema de

consumo en su fase inicial, educando a quienes ya se han iniciado

en éste, con el fin de impedir la evolución del hábito, disminuyendo

su permanencia en la conducta de consumo y los efectos negativos

que éste pueda provocar a su organismo. Es importante considerar

que esta etapa es crucial para recuperar al afectado, considerando

que aún no presentan un consumo abusivo o dependiente, por lo

que no se ha generado un daño a su salud física y psicosocial, lo

que facilita el cese de la conducta nociva.

• Prevención Terciaria:

Es aquella que procura reducir las secuelas provocadas por el

consumo y abuso de drogas, en ellas se atiende a quienes

presentan problemas de abuso o dependencia, permitiendo reducir

sus posibles daños. En este tipo de intervención se incluye la

rehabilitación y reinserción social, con lo que se consigue la

abstinencia y el control de los hábitos que favorecen el consumo,

para propiciar condiciones que favorezcan la reinserción.

2.1. Carácter Multidisciplinario de la Prevención

Es importante destacar que la acción preventiva no se extingue en el

individuo; no es solamente psicológica o médica, pues involucra todos los

ámbitos, todos los elementos que pueden afectar el desarrollo saludable de la

persona. Los investigadores, profesionales y técnicos que abordan el tema,

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indican que lo ideal es favorecer una aproximación interdisciplinaria al problema,

considerando al ser humano como un individuo integral, cuyo comportamiento es

resultado de una interacción de factores que le afectan. El fenómeno del consumo

y adicción a las drogas, tiene como característica el que se trata de un problema

que nace como fruto de la conducta humana, por lo tanto, un aporte importante al

conocimiento y tratamiento de la problemática debe surgir de disciplinas como la

psicología, la antropología y la sociología.

Se entenderá por tanto que la prevención debe integrar los aportes de

diferentes especialidades. Ello supone abordarla desde una perspectiva global,

integradora, multidisciplinaria e interdisciplinaria. Se deberá incluir entre las

estrategias las vivencias, lo cotidiano de cada persona como ser social, sus

intereses y motivaciones, atendiendo a las características específicas del entorno

en que la persona se desenvuelve. En cuanto al quehacer de la actividad

preventiva, se puede decir que necesariamente se trata de una acción que debe

integrar y coordinar los aportes de diferentes instituciones y organismos; es decir,

una acción intersectorial.

Un programa preventivo debe articularse tomando en cuenta el nivel o

ámbito en el cual se va a desarrollar. Desde este punto de vista y de acuerdo al

modelo utilizado para describir el fenómeno, se distinguirán los niveles o ámbitos

en que se puede desarrollar la acción de prevención. Dichos niveles son:

personal, familiar, escolar, laboral, comunitario y Social.

Los niveles siempre deben tomarse en cuenta al momento de planificar las

actividades que se pretendan llevar a cabo, para dimensionar el impacto que se

pretenda generar con éstas. Por lo tanto, es importante destacar que las

propuestas de actividades deben ser asumidas de modo flexible, dejando abierta

la posibilidad de que sean modificadas o adaptadas, respondiendo de esta

manera a los requerimientos que plantea cada realidad específica, para lo cual la

actividad planificada deberá incorporar elementos nuevos y distintos.

Los factores que se plantean en este tipo de estrategia hacen evidente la

perspectiva que se propone para abordar el trabajo de prevención. Al respecto, se

puede apreciar que un elemento central lo constituye la necesidad de actuar en

cada nivel o ámbito, poniendo especial atención a aquellos factores y/o variables

que constituyen las causas del fenómeno en ese nivel específico.

Esto implica por lo tanto, el desarrollo de dos tipos de acciones de

prevención: prevención específica, que actúa directamente sobre los factores

que se relacionan tanto con la droga como con su consumo; y prevención

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inespecífica, probablemente más efectiva, que incluye aquellas acciones

destinadas a influir sobre los factores y a modificar aspectos que facilitan la

conducta de consumo, pero que no la determinan.

La prevención, entendida como una acción permanente, tiende en

definitiva, a una transformación radical, a un cambio en los estilos de vida,

incorporando formas de hacer y de pensar, actitudes, valoraciones, significados,

etc. al comportamiento cotidiano de la persona. Se orienta, en último término, a

producir un cambio en la vida, a hacer más humano cada ámbito en el cual se

desenvuelven las personas, a integrar de manera armónica al individuo a la

sociedad, a favorecer su realización personal y a optimizar su estado de salud

mental.

2.2. Principios, estrategias y metodologías.

A continuación se desarrollarán algunos elementos metodológicos y

principios generales que se presentan como relevantes respecto a la activad de

prevención. Es importante aclarar que de ninguna manera ésta pretende ser una

sistematización exhaustiva del tema, al contrario, debe ser considerada una

propuesta flexible y provisoria, susceptible de ser modificada y enriquecida con

nuevos aportes, procurando así orientar la discusión hacia la determinación de los

aspectos prácticos de la actividad preventiva, en especial la que se orienta a

grupos locales y comunitarios.

Uno de los principios fundamentales de la prevención es intentar operar

tempranamente sobre las causas, para esto se proponen campañas, entre las que

se distinguen aquellas presentadas contra las enfermedades infecciosas, la

medicina dental preventiva, la disminución en los índices abortivos, la prevención

de los accidentes de tránsito, etc.

Entonces, se trata, de un conjunto de acciones tendientes a anticiparse y a

evitar la aparición o propagación de una determinada enfermedad o problemática

social, y su desarrollo sobre cierta parte de la población. De allí, la importancia de

la ampliación del conocimiento y estudio científico respecto al problema, lo que

permitirá actuar en forma efectiva, teniendo como sustento este conocimiento,

evitando el uso de esquemas simplistas de trabajo, que pueden llevar a que la

estrategia fracase.

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Al abordar la prevención en drogas, es importante considerar que éste es

un fenómeno que se presenta como la manifestación y el resultado de la

interacción entre múltiples factores. Al reflexionar sobre este problema se debe

partir de la base que el problema no es la droga, ya que de no existir ésta, la

acción de los factores que la sustentan se manifestaría de otras formas. Con esto

se puede entender que el problema tiene causas y manifestaciones en distintos

planos, por lo tanto, no se puede abordar el tratamiento de un adicto en forma

aislada de la situación familiar o del entorno interpersonal, grupal o cultural, en el

cual se desenvuelve.

Se puede desprender de esta idea que la tarea de la prevención es

sumamente compleja, las modalidades de uso cambian de una sociedad a otra,

además la drogodependencia es un problema multidimensional, por lo que resulta

imposible diseñar una estrategia de prevención que sea aplicable a todos los

casos, pues existen tantas variables como pacientes o consumidores. Si bien

entre los consumidores se presentan un factor que los vincula, que corresponde a

su enfermedad, las motivaciones, causas y contextos son totalmente diferentes

entre ellos.

Toda acción preventiva, por diminuta que parezca, debe sustentarse

necesariamente en un programa de trabajo, para lo cual se deben realizar

considerando objetivos concretos, claros y que, en lo posible, puedan ser medidos

y evaluados. Se deben considerar las características del grupo sobre el cual se va

a dirigir la estrategia, poniendo especial atención a la forma en que se presenta el

problema y los factores que lo influyen en que éste se presente.

Como todo programa de trabajo, la acción emprendida se debe basar en

una serie planificada de actividades; dicha planificación debe considerar aspectos

como: los recursos humanos, recursos logísticos, económicos, materiales que

deben movilizarse, el tiempo, lugar, etc.

Para un mejor aprovechamiento de los recursos, logrando así una mayor

efectividad, la prevención debe apoyarse en acciones coordinadas,

principalmente, a través de la creación de redes sociales de apoyo. Este proceso

en el último tiempo ha tomado una importancia vital, pues se ha comprobado que

para lograr una prevención efectiva el apoyo a la población debe ser constante y

multidisciplinado.

Considerando que el fenómeno de las drogas y su prevención es una

actividad compleja, ésta debiese tender a desarrollarse en forma permanente,

más que como acción aislada, debe incorporarse como una acción regular de un

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grupo o comunidad. Se ha comprobado por experiencia que aquellas actividades

que se sustentan en un contacto esporádico entre los especialistas o expertos y la

comunidad, no son efectivas.

En la actividad preventiva, uno de los aspectos importantes a considerar es

la entrega de información, por ende es común que distintos organismos ligados al

tratamiento, rehabilitación y/o prevención del consumo de drogas, hagan públicas

sus prestaciones, a través de entrega de trípticos, volantes u otros medios de

publicidad, tales como la radio, la televisión, marchas públicas, exposición de

material en plazas ciudadanas, etc.

Un error común en muchas iniciativas de prevención es considerar que el

fenómeno del consumo de drogas es producto de la desinformación,

especialmente en la juventud, respecto a las consecuencias negativas que genera

el consumo de drogas, lo cual no es totalmente cierto. Aun cuando la mayor parte

de la población manifiesta no tener un conocimiento preciso respecto al daño que

provocan las drogas en el organismo, indican que tienen una noción de que ellas

producen efectos negativos importantes.

Se debe reconocer que una información objetiva y bien orientada es muy

importante, pero la prevención no debe basarse sólo en la difusión de información

respecto a las drogas, sus características, sus efectos y modalidades de uso; al

contrario, se ha demostrado que, frecuentemente, este tipo de información no

hace más que despertar, especialmente a los jóvenes, la curiosidad y el deseo de

experimentar. Por esta razón, se puede observar que muchas actividades

preventivas bien intencionadas, especialmente aquellas que se desarrollaron

como primeras experiencias, terminaron convirtiendo en clases que dieron a

conocer a los sujetos la manera de usar adecuadamente distintos tipos de drogas.

Por este tipo de experiencias es que se ha llegado a la conclusión de que

no es adecuado proponer como estrategia de prevención actividades tendientes a

atemorizar a la población respecto al uso de drogas, actividades a las cuales se

les adjudicó el nombre de campaña del terror”, en las que se difundía solamente

aquella información relacionada con los efectos negativos de éstas. Sin embargo,

tampoco se debe pasar al otro extremo, que significaría perderse de vista la

satisfacción de las necesidades de información que demanda la población

objetivo de la acción preventiva. Se puede afirmar entonces que una buena

estrategia es entregar la información sobre las características y efectos de las

drogas, si fuese necesario, pero poniendo especial énfasis en aquellos aspectos

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que se relacionan con las causas y factores que inciden en el fenómeno de iniciar

y mantener la conducta adictiva.

Otro aspecto que debe considerarse, especialmente en actividades

preventivas en las que el monitor encargado de la campaña tiene contacto directo

con los grupos específicos a los que va dirigida, es la necesidad de superar la

metodología de la charlas expositivas las cuales no hacen más que reproducir un

esquema escolar vertical de enseñanza, que no estimula la participación de la

población, en las cuales se convierte a las personas en entes pasivos, a los

cuales se les involucra en un proceso de enseñanza que les parece ajeno, lo que

provoca la sensación de que se les estuviese imponiendo desde fuera. En

relación a esto, existe una gran cantidad de técnicas que enfatizan una modalidad

de aprendizaje vivencial, basada en una relación pedagógica más acogedora y

democrática, en la que existe una participación efectiva y se emplea el juicio

crítico, para que las personas y los grupos se conviertan en agentes activos de

sus propios procesos de cambio.

Se ha observado que un programa de prevención, especialmente

relacionado con la comunidad, tiene mayores posibilidades de ser efectivo si se

apoya en la participación activa de los distintos agentes que la conforman,

pretendiendo que sean estos mismos quienes gesten las actividades y organicen

su desarrollo, para lograrlo será necesario considerar como punto fundamental la

toma de conciencia. Se ha determinado que si las personas que participan de la

comunidad se involucran en el conocimiento de los factores que contribuyen al

nacimiento y desarrollo del fenómeno del consumo indebido de drogas y sus

consecuencias, se tiende a que éstos generen los medios para la preservación y

crecimiento en un ambiente saludable.

Es muy importante considerar las pautas culturales que predominan en

cada grupo social antes de aplicar cualquier estrategia preventiva, esta

recomendación es igualmente válida tanto para los planes que se aplique en las

grandes sociedades como para comunidades pequeñas y grupos sociales

simples. Sin embargo, no se debe desconocer que este elemento resulta

problemático en sociedades más complejas, donde la determinación de la

conducta individual está determinada por definiciones provenientes de grupos

sociales diversos, los cuales frecuentemente establecen normas y expectativas de

conducta contradictorias. Desde otra perspectiva, el individuo se ve sometido a

diversas fuentes de influencia en función de los roles sociales que deba asumir.

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En Chile, actualmente se realizan diversos programas de prevención a

través de distintos servicios gubernamentales y privados, estos programas se han

especializado en diferentes ámbitos, tecnificando sus mecanismos y estrategias

de acción, con lo que han logrado ser más eficaces, garantizando una orientación

precisa y clara de acuerdo a las necesidades que presenta en forma específica la

sociedad a la que atiende. Algunas de las áreas a las que se ha orientado la

prevención son:

• Escolar y/o educacional: se considera que es una de las áreas

más importantes, ya que la educación es una actividad naturalmente

preventiva, ya que se desarrolla por medio de la entrega de valores

y actitudes que permiten a los niños y jóvenes desarrollarse en

forma integral para responder ante la amenaza del consumo de

drogas. La estrategia de prevención escolar tiene como objetivo el

evitar que los niños y jóvenes de todo Chile se involucren en el

consumo de sustancias adictivas, para ello desarrolla un proceso

gradual, en forma sistemática y continúa.

• Prevención en el ámbito laboral: las personas que trabajan,

generalmente, se ven expuestos a presiones propias de la

naturaleza de éstos. Muchas veces las drogas se presentan como

una buena válvula de escape ante estas presiones, si a eso se suma

que todo trabajador dispone de ingresos, el riesgo de consumo es

mayor. En este ámbito, es importante también el preparar los

ambientes laborales para que permitan la reincorporación de los

adictos que lograron superar la enfermedad que los aquejaba. Por

todo esto se han creado programas específicos que apuntan a evitar

que los trabajadores de Chile, incurran en conductas adictivas.

• Prevención familiar: la familia es la célula fundamental de la sociedad, es en ella donde los niños reciben la primera formación, se forma la personalidad, se entregan valores y se desarrollan actitudes, creencias, estilos de vida y comportamientos que influirán directamente en el desarrollo de los miembros de la sociedad. Es por esto que intervenir otorgando directrices claras a quienes están a cargo de estas funciones, generalmente los padres, se vuelve fundamental para garantizar un futuro sustentable y libre del flagelo de la droga.

• Prevención comunitaria: superar el problema de la droga es una tarea muy compleja, ya que se ha comprobado que no depende de

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un factor en particular. La labor de prevenir el consumo debe ser asumida por toda la sociedad. Para los vecinos y los gobiernos locales (municipio, gobernación, servicios de salud, establecimientos educacionales, juntas de vecinos, entre otras), compartir esta responsabilidad supone adquirir habilidades y promover estrategias específicas para abordar el tema. Por lo tanto, se consideran vitales las organizaciones tanto sociales como vecinales y los aportes que ellas puedan otorgar. El orientar la prevención hacia el trabajo comunitario, garantiza gran parte del éxito de ésta, ya que las dirigen son quienes mejor conocen la realidad de su entorno y en quienes el resto de los vecinos más confían. El organizar a la comunidad y tener a los dirigentes de parte de las instituciones, no sólo asegurará recibir información de primera fuente, sino también el que los planes que surgieron a partir de dicha información serán aplicados en forma correcta.

• Prevención en niños y jóvenes en situación de calle: son programas que tienen por objetivo entregar asistencia para lograr que estos niños y jóvenes se reintegren al sistema educativo y a la sociedad en general, abandonando la irregular situación que les afecta. Para que este trabajo sea efectivo se debe coordinar el esfuerzo de varias instituciones, con el fin de que se entreguen las condiciones que hagan posible que vuelvan a estudiar, garantizar la alimentación, el techo, la comida, etc.

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Conclusión

El consumo problemático de drogas requiere el desarrollo de distintas políticas públicas orientadas por un lado a detener o disminuir la oferta de sustancias ilícitas, así como también se requiere establecer políticas y medidas específicas para abordar los efectos de este fenómeno en la salud de la población, así como en otras áreas como la economía, la seguridad pública.

El desarrollo de estrategias específicas de prevención, tratamiento y rehabilitación, considerando las particularidades de los contextos y de las distintas poblaciones así como de las características individuales, es fundamental para el éxito de estos procesos.

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