fuego y maniobra-libre

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Fuego y Maniobra-libre

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  • FUEGO Y MANIOBRABREVE HISTORIA DEL ARTE TCTICO

  • JORGE ARIEL VIGO

    FUEGO Y MANIOBRA

    BREVE HISTORIA DEL ARTE TCTICO

    Folglore Ediciones

  • Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titula-res del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproduccintotal o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendi-dos la fotocopia y el tratamiento informtico.

    2005, Jorge Ariel Vigo 2005, Folglore Ediciones (de ELALEPH.COM S.R.L.)

    [email protected]://www.elaleph.com

    Primera edicin

    ISBN

    Hecho el depsito que marca la Ley 11.723

    Impreso en el mes de abril de 2005 enDocuprint S.A., Rivadavia 701,Buenos Aires, Argentina.

  • Uno debe entender el mecanismo y el poder del soldado individual,luego el de una compaa, un batalln, una brigada y as en ms, an-

    tes de que uno pueda aventurarse a agrupar divisiones y mover unejrcito. Creo que debo mi xito a la atencin que siempre prest a la

    parte inferior de la tctica como oficial regimental. Hay muy pocosoficiales en el ejrcito que conozcan esos detalles mejor que yo; son la

    fundamentacin de todo el conocimiento militar

    Mariscal de Campo Arthur Wellesley, Duque de Wellington

  • 9FUEGO Y MANIOBRA

    INTRODUCCIN

    La Estrategia tiene un magnetismo especial para los expertos y elpblico en general. Tratados acerca de su evolucin, volmenes ex-plicativos, desarrollos tericos y escritos descriptivos acerca de ella seencuentran por doquier abarcando diversas disciplinas. Estrategiamilitar, diplomtica, empresarial, legal, comercial son moneda co-rriente en la literatura acadmica y en el lenguaje de profesores, pol-ticos, hombres de armas, periodistas o deportistas.

    Su hermana menor, la Tctica goza de un empleo oral semejantepero no ha recibido un igual trato erudito. Las obras que la estudianla refieren a perodos o conflictos especficos circunscribiendo el an-lisis a su empleo circunstancial sin alegar nada respecto de su genti-ca y evolucin. De similar manera los documentos tcnicos,esencialmente reglamentos militares, slo tratan de sus mtodos yprocedimientos actuales.

    Esta desigualdad se ha traducido en una desventaja operativa.Cada vez que se plantea un nuevo conflicto se levantan voces estra-tgicas para explicar la forma de encararlo y arribar a una pronta solu-cin del mismo; pero nada escuchamos acerca de cmo se realizarnlas tareas que, en conjunto nos llevaran a ese objetivo. Cierto es quecorresponde a la tctica establecer esos procedimientos, ya que latctica es accin. Pero la estrategia, que es idea, no debe apartarsetanto del hacer como para no distinguir lo posibles de lo simplementeimaginado. Si la estrategia es, como dice Alonso Baquer, el decir deun hacer corresponde que conozca los lmites posibles, actuales y

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    futuros de los recursos de accin, tanto para acatarlos como para ex-tenderlos.

    Es relativamente sencillo trazar una campaa estratgica debombardeo, pero es tcticamente complejo realizarla produciendo elmnimo dao colateral y previendo el amparo de los cientos de refu-giados que ella producir. Una estrategia de armas combinadas puedellevar a un gran ejrcito a Bagdad, pero si no se atiende a la respuestatctica obvia del enemigo derrotado -la guerrilla y el terror- de nadavaldr la victoria pues el nmero de bajas propias ser superior des-pus del cese de fuego.

    La Tctica es la disciplina que provee a la estrategia no slo delmedio de accin, sino tambin de parte de la informacin necesariapara actuar. El problema de los refugiados de guerra es muy antiguo ylos hombres involucrados en los sitios lo conocan: Vercingetrix enAlesia (52 a.C.) expuls a los no combatientes de su posicin por faltade alimentos, y en repetidos sitios medievales se registran nubes derefugiados entre las murallas de los sitiados y las trincheras de lossitiadores. El recurso del terror y la guerrilla es repetidamente habi-tual en un vencido, bstenos con recordar los movimientos de resis-tencia surgidos en Francia, Holanda o Rusia durante la SegundaGuerra Mundial.

    En un estado nacional la poltica, asociada a la tica, traza los ob-jetivos nacionales a partir de la identificacin de los intereses vitalesde la nacin. Nada dice la poltica acerca de cmo lograr esos objeti-vos, pues esa es tarea de la estrategia. A ella le corresponde establecerlos caminos de accin para alcanzar las metas fijadas diciendo qu eslo que hay que hacer. La tctica por su parte es el procedimiento dela accin que recorre los rumbos trazados por la estrategia. La relacinsistmica de subordinacin es entonces evidente.

    El conocimiento Tctico resulta imprescindible para la elabora-cin de una estrategia adecuada. No es aconsejable desarrollar estra-tegias que empleen procedimientos tcticos poco conocidos odesconocer los requerimientos operativos y sus consecuencias. Aun-que es habitual admitir que los errores tcticos tienen solucin en elcampo estratgico y que ese remedio no funciona a la inversa, nopodemos desconocer que en nuestra poca donde los medios de co-municacin masiva han reducido la dimensin temporal de la estrate-gia, los alcances y efectos de las acciones tcticas pueden comprenderrpidamente resultados irreversibles. La guerra opera hoy dentro dela tica que marca el Derecho Internacional Humanitario, su conoci-miento y manejo es imprescindible para todo militar profesional; en

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    ese sentido una accin tctica que afecte los valores protegidos poresas normas alcanzara resultados daosos en el mbito estratgicoque podran arruinar una campaa o todo el plan de guerra.

    El conocimiento Tctico es entonces indispensable no slo desdela necesidad del combate sino tambin a partir de su manejo concep-tual integrado al sistema estratgico. Esa integracin slo puede lo-grarse mediante una cabal comprensin del fenmeno tctico y sugentica evolutiva. sta responde al modelo social en que se aplica laTctica; modelo que determina a su vez el diseo del instrumentomilitar y su empleo Estratgico, lo que permite una apropiada com-posicin sistmica de ambos fenmenos.

    Para comprender el fenmeno tctico debemos integrar las con-diciones sociales, econmicas y polticas donde ste se produce, reco-nocer su manifestacin procedimental e identificar las causas quegeneraron su creacin. Con relacin al primer requerimiento hemosdecidido dosificar su anlisis a sus ms destacadas influencias. Enreferencia al resto expondremos en detalle los mtodos y formas deempleo tcticos as como sus organizaciones, siguiendo las causas yefectos en miras a relacionarlos de forma evolutiva y continuada.

    Con este enfoque emprendemos el estudio histrico de la Tcticaa travs de su evolucin y desarrollo. Antes de avanzar en tal sentidoes conveniente que establezcamos cules son los elementos esencia-les que integran el combate y con qu trminos y alcances nos referi-remos a ellos.

    Los Elementos del Combate

    Encarar un estudio de historia militar exige previamente unacuerdo terminolgico y conceptual del lxico bsico con que se des-criben las acciones de guerra. En tal sentido palabras como Estrate-gia, Operacional, Tctica, Logstica, Inteligencia, Mando, Comando,Conduccin y Principios de la Conduccin requieren una conceptua-lizacin operativa.

    Las definiciones que a continuacin se consignan son esencial-mente descriptivas y pretenden ser lo suficientemente elsticas comopara poder aplicarse hbilmente a cualquier perodo histrico. For-mulamos esta aclaracin porque los conceptos tcnico-militares hanvariado con el tiempo as como su aplicacin y emplear la conceptua-lizacin actual podra resultar un acto ahistrico.

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    Estrategia

    Es este uno de los conceptos ms difciles de tratar. En su aplica-cin ms amplia podemos coincidir con Williamson Murray en que laestrategia es un proceso, una constante adaptacin a los cambiosde condiciones y circunstancias en un mundo donde el azar, la incer-tidumbre y la ambigedad dominan.1

    Focalizndonos en la estrategia militar podemos decir que esta esel arte y ciencia del empleo de las fuerzas armadas de una nacino alianza para asegurar objetivos polticos mediante la aplicacin oamenaza de la fuerza.2, definicin que coincide con la de LiddellHart el arte de distribuir y aplicar los medios militares para alcanzarlos fines de la poltica.3 En igual sentido Clausewitz la defina comoel arte de emplear las batallas como medios para ganar el objetivo deguerra.

    La estrategia militar ser entonces el arte y ciencia de responder alos objetivos fijados por el poder poltico mediante el empleo de lasbatallas y ms especficamente se referir a la disposicin de los ele-mentos del instrumento militar antes y despus de las batallas. Laestrategia militar ser el criterio con que un comandante debe guiarsus tropas para que alcancen el campo de batalla en la situacin msventajosa posible.

    Operacional

    Esta ltima concepcin de la estrategia es de aplicacin a un con-cepto relativamente nuevo que es el del arte operacional. Hasta antesde la Segunda Guerra Mundial no se distinguan de la estrategia cues-tiones como la situacin que deba producirse en el teatro de guerrapara alcanzar el objetivo estratgico, qu acciones producan esa si-tuacin o con qu recursos se alcanzaba. Despus de ese evento bli-co se cre a instancias de la doctrina sovitica la categora operacionalque en suma consistir en el empleo de las fuerzas militares paraalcanzar objetivos estratgicos en un teatro de guerra o teatro de ope-raciones a travs del diseo, organizacin, y conduccin de campaasy operaciones mayores.4

    1 Murray, W., 1994 The Making of Strategy. Rulers, States and War, pg 1,New York, Cambridge University Press2 Department of Army, 1986, FM 100-5 Operations, pg 9, Washington3 Liddell Hart, B.H., 1954, Strategy, pg 321, New York, Meridian4 Department of Army, 1986, FM 100-5 Operations, pg 10, Washington

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    En este sentido el nivel ms bajo de la estrategia se confunde conel nivel operacional pudiendo lograrse su separacin slo en la aplica-cin a un caso concreto.

    Tctica

    Por debajo del nivel operacional hace su aparicin la tctica comola disposicin para, y control de, fuerzas militares y tcnicas en elcombate estrategia es el arte de conducir la guerra, tctica es el artede pelear.5

    Antiguamente en Grecia taktika se refera solamente al ordena-miento de las tropas en batalla. Con el tiempo la evolucin y la nece-sidad ampliaron su alcance orientndola hacia la obtencin deventajas para explotar las vulnerabilidades del enemigo dentro delcampo de batalla. As incluye tcnicas ofensivas y defensivas, el em-pleo de las armas, la movilidad y dispocicin de las tropas en comba-te. El Mariscal Marmont la defina como el arte de manejar lastropas sobre el campo de batalla, y maniobrarlas sin confusines laciencia de la aplicacin de las maniobras.6

    En la actualidad se reconocen dos niveles tcticos, el superior queinvolucra la coordinacin de operaciones de grandes unidades y elinferior que refiere a los mtodos de empleo de las unidades en com-bate. El nivel superior ocupa una zona de definicin dinmica con eloperacional.

    Los niveles estratgico, operacional y tctico se integran dentrode un sistema donde los objetivos superiores determinan la identifi-cacin de los objetivos inferiores. Mientras la estrategia identificar elmejor objetivo para el empleo del instrumento militar en miras aganar la guerra en los trminos buscados por la poltica, el nivel ope-racional establecer el lugar y el tiempo en que las batallas debanlibrarse para lograr las metas estratgicas y la tctica fijar el mtodode combate a aplicar en las batallas formuladas por el nivel operacio-nal. Del mismo modo que los objetivos de cada nivel se hallan entre-lazados, tambin deben guardar relacin los procedimientos ymtodos de cada categora.

    En el anlisis histrico generalmente se ditinguen las situacionesestratgicas y las tcticas, los restantes niveles corresponden a necesi-

    5 Montgomery, B., 1968, A history of warfare, pg 14, London, Collins6 Nosworthy, B., 1996, With musket, cannon and sword, pg 23, New York,Sarpedon

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    dades operativas o acadmicas de enseanza. Sin perjuicio de que losniveles intermedios son de aplicacin a la historia militar es aconseja-ble aplicarlos a temas especficos y a pocas asociadas con esos con-ceptos. Para una obra como la presente el modelo simple estrategia-tctica resulta ms prctico, sin perjudicar la calidad del anlisis.

    Logstica

    La logstica es el arte de abastecer y transportar a las fuerzas ar-madas. Es uno de los elementos crticos de la ciencia militar. No esposible desarrollar ni siquiera un plan blico de cualquier nivel sintener en cuenta los alcances y limitaciones que la logstica impone.Como reza un viejo adagio los aficionados hablan de estrategia, losprofesionales estudian la logstica.

    Inteligencia

    Es el procesamiento, anlisis y distribucin de la informacin ne-cesaria para emprender una operacin militar. Comprende los tresniveles bsicos: inteligencia estratgica, operacional y tctica.

    Mando

    Es la accin que ejerce el jefe sobre los hombres que le estnsubordinados con el objeto de dirigirlos, persuadirlos e influir sobreellos de tal manera de obtener su voluntaria obediencia, confianza,respeto y leal y activa cooperacin tanto en el desempeo de unafuncin como en el cumplimiento de una misin.7

    Comando

    Es el ejercicio de la autoridad y responsabilidades legales sobreuna organizacin militar. Es una funcin del grado y cargo que estprescripta, regulada y limitada taxativamente por las leyes y regla-mentos militares. 8

    7 Ejrcito Argentino, 1960, M-65-1 Ejercicio del mando, pg II, Argentina8 Ejrcito Argentino, 1960, M-65-1 Ejercicio del mando, pg II, Argentina

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    Conduccin

    Es la aplicacin del comando a la solucin de un problema mili-tar. La conduccin es un arte, una actividad libre y creadora que seapoya sobre bases cientficas. Cada tipo de problema militar a resol-ver, requerir la aplicacin de tcnicas particulares.9 Tal vez debieraincluirse en el concepto la gravitacin del mando en la conduccin.

    Principios de la Conduccin

    Los principios de la guerra son los que han orientado a los gran-des Capitanes de quienes la historia nos ha transmitido los grandeshechos. (Napolen).A causa de la falta de principios firmes y sensa-tos, se cae en los cambios continuos, sea que se trate de organizacin,de formaciones, de maniobras. (Lloyd).10

    Originalmente conocidos como los principios de la guerra y mo-dernamente llamados de la conduccin, consisten en un nmero deguas que contienen la esencia de los mejores consejos para la con-duccin de acciones militares. En nuestro pas son once:11

    Voluntad de Vencer

    Disposicin para empear todos los recursos disponibles en labsqueda del xito. Implica empeo moral y vocacin de sacrificio.

    Objetivo

    Propsito o finalidad que se persigue alcanzar. Debe estar clara-mente definido y comunicado. Debe ser decisivo y obtenible con losmedios disponibles

    Ofensiva

    Disposicin para actuar contra el enemigo, buscando destruirlo ocapturarlo en toda circunstancia, an en la inferioridad numrica o decondiciones.

    9 Ejrcito Argentino, 1960, M-65-1 Ejercicio del mando, pg II, Argentina10 Foch, F., 1900, Los Principios de la Guerra, Biblioteca del Oficial Vol300, pg 30-31, Buenos Aires, Crculo Militar11 Ejrcito Argentino,1992, ROB-00-01 Reglamento de Conduccin para elInstrumento Militar Terrestrepg 7-11, Argentina

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    Maniobra

    Ejecucin de un conjunto de actividades mediante las cuales sebuscar colocar en situacin ventajosa a las propias tropas frente alenemigo.

    Libertad de Accin

    Facultad de aplicar el poder de combate disponible segn la pro-pia intencin, sin que el enemigo pueda impedir que as suceda.

    Unidad de Comando

    Conferir a un nico comandante toda la autoridad necesaria paraasegurar la unidad de esfuerzos.

    Economa de Fuerzas

    Dosificar cuidadosamente el poder de combate disponible.

    Masa

    Aplicacin de un mayor poder de combate relativo en el momen-to y lugar apropiados para obtener resultados decisivos.

    Sorpresa

    Actuar contra el enemigo en un momento, lugar, forma y/o me-dios inesperados.

    Seguridad

    Conjunto de medidas destinadas a prevenir la sorpresa, preservarla libertad de accin y negar al enemigo informacin.

    Simplicidad

    Evitar todo aquello que resulte complicado y superfluo, tanto enla concepcin como en la ejecucin de las operaciones, de modo quese reduzcan los riesgos de desentendimiento y confusin propios delcombate.

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    Otras consideraciones acerca del Combate

    El coronel Trevor Dupuy ha producido un interesante elenco decaractersticas operativas acerca del combate, aunque no creo quedeban tomarse como las verdades eternas de la guerra como l lasllama, s considero que deben tenerse en cuenta para planear, ejecu-tar o analizar una accin blica. Son ellas:

    1. La accin ofensiva es esencial para el resultado positivo delcombate

    2. La fuerza defensiva es mayor que la fuerza ofensiva3. La actitud defensiva es necesaria cuando no es posible atacar

    con xito4. El ataque de flanco o por la retaguardia tiene ms probabili-

    dades de xito que el ataque frontal5. La iniciativa permite la aplicacin de una potencia de com-

    bate predominante6. Las posibilidades de xito del defensor son directamente

    proporcionales a la solidez de su fortificacin7. Un atacante, si est dispuesto a pagar el precio, puede siem-

    pre romper las defensas ms fuertes8. La defensa requiere profundidad y reservas para tener xito9. La superior potencia de combate vence siempre10. La sorpresa aumenta sustancialmente la potencia de combate11. El fuego mata, desorganiza, neutraliza y causa dispersin12. Las acciones en combate son siempre ms lentas, menos

    productivas y menos eficientes de lo previsto13. El combate es demasiado complejo para contenerse en un

    simple y nico aforismo12

    Liddell Hart por su parte considera que los principios que rigenla guerra se resumen en la palabra concentracin, refirindose a laconcentracin de la fortaleza contra la debilidad. Del mismo modoenuncia sus propios axiomas:

    12 Dupuy, T.N., 1987, La Comprensin de la Guerra Historia y teora delcombate, pg 27-36, Madrid, Ediciones Ejrcito

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    1. Positivosa. Ajuste sus fines a sus mediosb. Tenga su objetivo siempre en mentec. Elija la lnea de menor expectativad. Explote la lnea de menor resistenciae. Tome la lnea de operaciones que ofrezca objetivos alternativosf. Asegrese que tanto el plan como sus disposiciones sean flexi-

    bles, adaptables a las circunstancias

    2. Negativosg. No se arroje a la lucha mientras su oponente esta en guardiah. No renueve un ataque a travs de la misma lnea o en la misma

    forma despus de que el primero ha fallado13

    Ms all del acuerdo o no con estas consideraciones, las mismasdemuestran que el anlisis del combate permite obtener conclusionestiles acerca de la actitud que debe asumirse frente a l.

    Pero nuestro inters va ms all, lo que buscamos es estableceruna dinmica del combate que complete los conceptos reseados enun sistema integrador. Ese sistema mostrar los mecanismos evoluti-vos de la tctica de combate y nos orientar acerca de los nuevosadelantos.

    LA TCTICA EVOLUTIVA

    La tctica es un sistema cuyo fin es el de multiplicar la potenciade combate de una unidad militar.

    La tctica consiste en el empleo, despliegue, direccin y coordi-nacin de fuerzas militares con el objeto de derrotar al enemigo. Parael logro de este cometido se deben considerar algunos elementosesenciales a su operacin. La manera en que las tropas se formen paracombatir, el modo en que una fuerza emplee su potencia de lucha, lacapacidad para desplazarse en el campo de batalla y la habilidad paradetectar al enemigo y en lo posible no ser detectado, conforman estoscomponentes fundamentales cuya combinacin adecuada hacen de latctica un procedimiento ptimo.

    13 Liddell Hart, B.H., 1954, Strategy, pg 335-337, New York, Meridian

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    Todos estos elementos se encuentran interrelacionados y de nadasirve concentrarse en el empleo tctico de uno solo de ellos sin teneren cuenta los restantes. Como veremos ms adelante un empeosemejante ha llevado en la historia a repetidos fracasos.

    La formacin de las tropas depende de la capacidad de fuego delenemigo, de la mejor habilidad de combate de la propia tropa y de sudefensa disponible, as como tambin de la movilidad que se requieray de la exposicin u ocultamiento que deba presentarse al adversario.Bajo estas condiciones las formaciones tcticas se rigen por el criteriode dispersin / concentracin, el que podemos ejemplificar con dosmodelos opuestos: la falange griega es un patrn de concentracin,mientras que el moderno tirador individual es un arquetipo de dis-persin.

    La potencia de lucha tiene dos manifestaciones esenciales. Porun lado el combate mediante armas arrojadizas que permiten impac-tar a distancia sobre el enemigo, que como seala Clausewitz buscanla destruccin fsica del mismo y el combate cuerpo a cuerpo cuyo fines el de la derrota moral del oponente. Segn la manifestacin depotencia que se emplee ser tambin el tipo de formacin que sedebe disear.

    La capacidad para desplazarse en el campo de batalla est en re-lacin con la potencia de lucha del enemigo, su alcance y efectividad.Si esas caractersticas de potencia son altas la movilidad podr verserestringida, y seguramente deber recurrir a formaciones dispersaspara evitar presentar un blanco fcilmente adquirible. En este caso laeleccin de una formacin deber equilibrar la movilidad buscada conlos medios de defensa con que pueda contener el ataque enemigo.

    La habilidad para detectar al oponente u ocultarse son esencialespara determinar la formacin, la movilidad y la aplicacin de la poten-cia de combate. No ser igual el procedimiento tctico para combatircontra un enemigo virtualmente invisible que para enfrentar a tropasexpuestas. Del mismo modo el no ser detectado permitir el empleode procedimientos tcticos desde una situacin ms ventajosa.

    Los procedimientos de combate estn o deben estar siempreorientados hacia la aplicacin de estos elementos de forma que supotencia acte con el mximo de eficacia y plenitud. Una formacinde combate debe estar dirigida hacia lograr la mayor concentracin defuerza posible, equilibrndola con una defensa que permita manteneresa concentracin el mayor tiempo viable y con la capacidad de podertrasladarse lo ms rpido permitido, ofreciendo la menor deteccinaceptable.

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    En este sentido, la tctica como sistema debe ser sinergizante, esdecir ofrecer "una suma mayor que las partes". Sin embargo no puedeperderse de vista que al mismo tiempo esa suma es inferior a la detodas las aptitudes individuales, pues la combinacin de esfuerzosobliga a renunciar a algunas caractersticas particulares. Cuando elmodelo tctico de la falange sumeria se impone a la horda la suma dela fuerza individual de cada combatiente concentrada en la formacincompacta es mayor que la adicin de la misma fuerza dispuesta en lahorda. Sin embargo para lograr esa sinergia la falange renuncia a lamovilidad y velocidad en el campo de batalla.

    La historia de la tctica es la de su evolucin a travs de la com-binacin de sus componentes principales: la relacin Dispersin /Concentracin, el Fuego, la Maniobra y la Detectabilidad. Conocereste desarrollo es comprender la clave fundamental del problematctico, que no se encuentra en axiomas o principios. Mientras questos slo atienden a la teora de la tctica, su proceso evolutivomuestra la dinmica del fenmeno dndole un significado prcticoaplicativo y asignado sentido a los aforismos.

    Este sistema tctico tiene por supuesto otros subsistemas compo-nentes de relevancia entre los que se destacan la calidad del soldadoy el comandante. En este sentido afirmamos que ningn sistema esmejor que sus operadores. En repetidas ocasiones han sido los hom-bres los que otorgaron viabilidad al modelo tctico. Admitiendo estacircunstancia la incluiremos en los casos que resulten prominentes,pero nuestro punto focal ser el sistema mismo.

    El tratado de las relaciones de mando, conduccin y hombres encombate exige de una tarea especfica que slo debe intentarse unavez identificada la evolucin de la tctica, pues ella ofrece el escena-rio donde las acciones humanas adquieren sentido. El complejo man-do-conduccin-obediencia no puede ser tomado en abstracto, sinocircunstanciado a la poca y el paradigma tctico en uso. De lo contra-rio caeramos en el anacronismo de considerar relevantes accionesaisladas. Por ejemplo, subrayar que un comandante incluyese en suunidad mdicos y una lavandera para evitar infecciones, es hoy unacuestin tan elemental que slo destaca por su ausencia. Sin embargosi ese mismo hecho lo situamos durante la Tercera Cruzada es unmaysculo encomio para el ejercicio del mando de Ricardo Coraznde Len. En inters de un avance metdico y prolijo preferimos es-tablecer primero el anlisis del sistema tctico en esta obra, dejandoel de sus operadores para un trabajo posterior.

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    Finalmente, aunque la evolucin tctica reconoce una continui-dad temporal, sus avances son individualmente desparejos y presen-tan algunos sincronismos. Trataremos de seguirlos lo ms prolijo quenos sea posible. Tambin en ese sentido debemos tener en cuentaque ningn avance tctico es realmente reemplazado por otro, lo quesucede es que el nuevo entra en vigor mientras el viejo se reservapara cuando resulte til. Los modelos tcticos as responden no a sumodernidad, sino a su efectividad, de all que los veamos repetir-se y combinarse con tenaz constancia.

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    LA CONCENTRACION DEFUEGO Y MANIOBRA

    LA GUERRA PRIMITIVA

    En la vida del hombre prehistrico la guerra tena un carcterocasional. La abundancia de territorios de los cuales obtener recursosy la escasez de pobladores del planeta haca que los encuentros entreindividuos fueran espordicos, y ms ocasional an que se disputasenla posesin tierras o riquezas.

    Cuando estos encuentros ocurran asuman un formato particularque estaba ntimamente ligado a las sociedades en conflicto, caracte-rstica sta permanente en la definicin de las guerras. Las sociedadesprimitivas, hasta donde se ha podido conocer y especular, no tenancapacidad para centralizar sus acciones y decisiones, es decir quepodan concentrar slo alguno de sus recursos en la obtencin de unlogro especfico e inmediato. La descentralizacin las privaba depoder formular polticas que respondieran integralmente a las necesi-dades de la sociedad, de all que los intereses involucrados en losconflictos fuesen generalmente individuales y fragmentarios basadosen principio en la ofensa al jefe o a algn tab tribal14. La incapacidadde formular ideas y criterios unificadores impeda la enunciacin decualquier concepto estratgico o tctico, implicando entonces la im-posibilidad de determinar objetivos y de establecer los mtodos paraalcanzarlos.

    14 Ver el, interesante anlisis de Dawson, D., 1996, The origins of westernwarfare, Boulder, Colorado, Westview Press

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    Para compensar estas falencias dado que se deba actuar de todasformas, los pueblos primitivos habran recurrido a la fijacin de ritua-les que determinaban las conductas a seguir en una guerra sin impor-tar las circunstancias reales que sta manifestaba. As se conoce quehabra habido combates regidos por rbitros, luchas que reconocanetapas de escalada que iban de los gritos a la violencia fsica, guerrasque concluan una vez alcanzado cierto nmero de bajas o conflictosresueltos por la lucha entre campeones.15 Aunque estos rituales pue-dan parecernos extraos, algunos de ellos y la idea de la ritualizacinde la guerra se repiten en la historia de la humanidad.

    Mientras la guerra result ocasional y las sociedades se mantuvie-ron en estado primitivo estos procedimientos para hacer la guerraconservaron su vigencia. No queremos decir con esto que el hombreprimitivo fuese ms respetuoso de la vida humana que lo que somoshoy, pues tambin sabemos que las emboscadas, las razias sobre pue-blos indefensos y el asesinato eran moneda corriente, pero el conflictoelevado al nivel de grupo social, tena como proceso resolutorio laaplicacin del protocolo ritual.

    Cuando estas sociedades prehistricas evolucionaron al punto depoder establecer una estructura poltica y una continuidad en su su-pervivencia la forma en que enfrentaron la guerra tambin cambi.Ahora los objetivos perseguidos estaban ntimamente vinculados conla subsistencia de la sociedad, se los poda adems reconocer por to-dos y se lograban establecer procedimientos para alcanzarlos. Estoque tena validez en la paz, en la guerra dio lugar a la creacin de lasprimeras organizaciones destinadas estrictamente a ella y a la apari-cin de la primitiva doctrina de combate.

    El cambio se produjo adems en el momento en que los an po-cos pobladores de la tierra comenzaban a migrar hacia las regionesms ricas en recursos, como la Mesopotamia Asitica, los Deltas delNilo y el Ro Amarillo y la Cuenca Noroeste de Sudamrica. La con-centracin de habitantes trajo consigo una convivencia a la que losdistintos grupos no estaban acostumbrados, produciendo inevitablesconflictos sobre el apoderamiento de los recursos de la regin y laguerra entonces se transform en un fenmeno endmico y, al menosen principio, en uno de los lenguajes en que los pueblos manejan susrelaciones exteriores.

    15 Ver Keegan, J, 1987, The mask of command, New York, Penguin Booksy 1993, Historia de la Guerra, Barcelona, Editorial Planeta

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    Al adquirir la guerra un carcter regular se volvi un fenmenopersistente, complejo y especfico. Esta evolucin no fue apreciadade inmediato sino que fue aprendida con la prctica blica.

    Los estados primitivos hicieron la guerra continuando con lasmismas estructuras organizacionales que aplicaban al combate ritual.Estas organizaciones eran ad hoc y se basaban en el orden social deforma directa afectando a todos los individuos. Su lder concentrabasobre s todos los aspectos de la conduccin de la fuerza militar y lasociedad, sin que se distinguiesen claramente unas funciones deotras, ni entre combatientes y no combatientes. Como soldados ope-raban de forma dispersa, con una tctica que podramos llamar intui-tiva y con un limitado poder de daar a distancia. El combate era enlo que se conoce como en horda, sin formacin especfica y su resul-tado era el producto de los combates individuales que se sucedan alchocar las masa de las fuerzas en conflicto.

    Participar en un combate de estas caractersticas limita en muchola posibilidad de asegurar el xito mediante la preparacin previa,salvo la de disponer ms soldados que el enemigo. Es posible queesta preocupacin haya movido a nuestros ancestros a elaborar algncambio en las fuerzas militares.

    Para comprender la naturaleza del ciclo de cambios en los ejrci-tos y su doctrina se debe tener siempre presente que la guerra es unfenmeno dialctico, y que como tal plantea necesariamente un in-tercambio entre dos partes. Las modificaciones y desarrollos militaresaparecen como respuesta a una variacin en conducta del otro; a suvez incorporan una nueva situacin que dar lugar a nuevas evolucio-nes. Cada avance en el arte militar responde a este circuito de all quela historia militar sea una de las bases de la comprensin del arte de laguerra.

    LA EVOLUCIN DE LA DOCTRINA ENLA ANTIGEDAD

    Una de las primeras preocupaciones de los antiguos soldados de-bi ser cmo enfrentar un evento tan peligroso y constante como laguerra. La respuesta fue la de tomar en consideracin estas caracters-ticas, adems de su complejidad y especialidad y crear ejrcitos per-manentes. Es decir personal cuya nica funcin fuese la de trabajaren y para la guerra.

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    Con ejrcitos de esta categora en 3370 a.C. Semerkhet, rey deEgipto, invade por primera vez el Sina y aos despus en 2872 a.C.Sargn partiendo de Akkad conquista el Elam en oriente y alcanza lascostas del Mediterrneo llegando hasta Chipre en occidente.16 En elantiguo Egipto, la fijacin de un ejrcito permanente, favoreci elflorecimiento de la profesin militar, sobretodo a partir de la XIXDinasta donde el ejrcito era visto como un medio para progresarsocial y materialmente, tanto para ricos como para pobres17. Estaprofesionalizacin, sin embargo, no alcanz a una verdadera especiali-zacin debido a lo primitivo del estado del arte de la guerra.

    La introduccin de los ejrcitos permanentes no solucionaba eldesorden del combate. El guerrero de la antigedad debi entoncesdar por primera vez una respuesta a los problemas recurrentes del artede hacer la guerra. Por una parte establecer la relacin entre organiza-cin, fuego y maniobra. Por la otra, pero no ajeno a esta relacin, ele-gir cul sera la aptitud principal de sus fuerzas la defensa o el ataque.Estos problemas tienen an hoy vigencia en razn que no admitenuna respuesta nica y permanente, sino que varan y evolucionan conlos cambios sociales, tecnolgicos, etc.

    La horda presenta una estructura de dispersin de tropas, descen-tralizacin en el control de la maniobra y en el empleo del fuego,resultado de la preeminencia del combate individual. Su aptitud esofensiva, pues la defensa exige de cierto orden. Una horda careceentonces de los mecanismos de gua para conducirla y su dinmica dedesorden puede llevarla a la atomizacin de su potencia de combate.

    La respuesta a enfrentar la horda, pero al mismo tiempo mejorarlafue la creacin de la Falange Sumeria. Esta formacin consista en lareunin de los soldados en filas hombro con hombro, disponiendo devarias de ellas en profundidad. Esta falange presentaba entonces unslido frente contra el cual la horda se deshaca por no tener una masade choque lo suficientemente potente. La falange deba ser muylenta para conservar la formacin y reconoca como maniobra nica elavance hacia el frente, no poda girar ni retroceder. Posea una nulacapacidad de fuego, privilegiando la lanza como arma de combatecercano. Esto permiti el desarrollo de una tctica centralizada: todos

    16 Bernard Montgomery, Mariscal, 1975, A history of Warfare, CuartaEdicin pg. 33Ed. London, Collins, St James Place17 Healy, Mark, Qadesh 1300 A.C., Ediciones del Prado, Espaa, 1995,pgs. 29

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    los soldados actan de la misma manera, en la misma direccin yejecutando una nica maniobra.

    Esta solucin de suprimir la dispersin por la concentracin fsicade las tropas era posible en razn de que la capacidad de dao a dis-tancia de la horda era reducida, pues la misma careca de la aptitud deconcentrar el fuego de sus flechas y jabalinas.

    La Falange Sumeria otorg a sus creadores la ventaja en el com-bate hasta que sus adversarios comenzaron a imitarla. Una vez quetodos los ejrcitos de la regin combatan en la forma de esta falangeel resultado del combate dependa de la cantidad de soldados dispo-nible para soportar el choque y el combate entre las dos formaciones.Nuevamente estamos entonces en que la esperanza de victoria debasa en la mayor cantidad de medios disponibles.

    La Falange Sumeria igualmente tena dos debilidades una capa-cidad de fuego nula y su lentitud e incapacidad para realizar giros omovimientos laterales, pues esto rompa la formacin. Para resolver elproblema del fuego los ejrcitos primitivos comenzaron a incluir pordelante de las falanges a tropas en formacin dispersa, con equipoliviano y cuya nica funcin era la de emplear sus armas arrojadizascontra el enemigo y no combatir cuerpo a cuerpo con l. Siendo lafalange un blanco voluminoso estas tropas ligeras podan fcilmenteconcentrar su fuego, debilitando a la formacin enemiga antes delchoque con la propia tropa. La introduccin de este tipo de tropaconstituy un freno al superioridad de la falange.

    Solucionado el fenmeno del fuego la movilidad requiri de laincorporacin de nuevos recursos: la domesticacin de animales quese produce entre el 3.000 y el 2.000 a.C. y la introduccin del carro deguerra. Ambos elementos en distintas pocas actuaron en los flancosde la falange protegindola y tambin perturbando el movimiento delas formaciones enemigas por medio del empleo de armas arrojadizas.Los carros constituan plataformas mviles de fuego, portando lance-ros y arqueros.

    El modelo final se integraba con la falange como ncleo, la infan-tera ligera por delante para debilitar al enemigo y los cuerpos mvi-les en los flancos para proteccin y acciones de desgaste. El conceptocentral, desarrollado en Persia, era que las tropas ligeras de caballeraal atacar a la infantera pesada la obligasen a detenerse para poderefectuar una defensa, debilitndola mientras con arqueros, honderosy jabalineros. Este estilo se mejor y perfeccion en las guerras de losimperios de medio oriente y Egipto.

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    Las tropas ligeras cumplan adems una funcin defensiva queera la de rechazar a su igual del campo contrario, impidiendo que sedesgastara a la propia falange.

    Los ejrcitos se componan entonces de cuatro clases de comba-tientes. La Infantera Pesada, cuyo objeto era el combate cuerpo acuerpo y fijar en el campo de batalla una posicin en la cual el ejrci-to poda anclar sus acciones; la Infantera Liviana o Ligera que com-bata por medio de armas arrojadizas; la Caballera Pesada capaz deemplearse para el combate de choque; y la Caballera Ligera queactuaba tambin en el combate a distancia. Existan adems tropas yequipos de ingenieros, y servicios logsticos bastante avanzados parala poca.

    Operativamente cada tropa actuaba por separado es decir no ha-ba ningn criterio doctrinario para la accin combinada. As los ejr-citos de la regin confiaron cada vez ms en la lucha a distancia por elfuego, lo que los llev a reducir las piezas de proteccin de las tropasde la falange hacindolas ms ligeras. Igualmente la maniobra erams materia de chance que de plan.18 Las batallas se decidan por eldesequilibrio en el nmero de tropas o por la primera fuerza queentraba en pnico y hua.

    La estabilizacin de esta forma de hacer la guerra daba preemi-nencia al desgaste por el fuego como mtodo principal de lucha, yaque con una falange menos protegida el combate cuerpo a cuerpopoda resultar incierto. Igualmente las batallas aunque sangrientas noresultaban decisivas pues la lentitud del cuerpo principal y el agota-miento de la infantera ligera y la caballera durante la lucha prcti-camente impedan toda persecucin. Debemos destacar con relacina esto que no existe todava el concepto de reserva, es decir la preser-vacin de una porcin de las fuerzas para aplicarse a dar el golpe degracia al enemigo, o explotar una oportunidad de combate o paraefectuar su persecucin.

    18 Trevor N. Dupuy, 1984, The Evolution of Weapons and Warfare, pg 6 ,New York, Da Capo

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    EL NACIMIENTO DEL ARTE DE LAGUERRA

    La Guerra Helnica

    Los guerreros griegos ms antiguos, como los de la legendariaGuerra de Troya, alrededor del 1.200 a.C. posean ejrcitos similaresa los antes descriptos y an conservaban ciertos rasgos rituales, comola lucha entre campeones relatada en varios pasajes de la Ilada deHomero.

    Cuando Grecia devino en una multitud de ciudades-estado, seatomizaron con ellas los recursos disponibles, no se posean los gran-des medios econmicos de los que disfrutaban los imperios orienta-les. Egipto, Persia y otros antes que ellos dominaban grandesterritorios proveedores de recursos para la guerra, entre ellos una granpoblacin. Las ciudades-estado griegas no gozaban de estos medios ysus soldados eran los mismos ciudadanos cuyo trabajo sostena laeconoma de la ciudad.

    Esta situacin aporta dos elementos nuevos sobre la guerra, porun lado el soldado combatiente es ahora tambin un decisor de lapoltica del estado y por el otro la doble funcin econmica y militardel ciudadano reduce el tiempo disponible para la guerra.

    Los griegos combinaron estos elementos en una organizacinllamada falange diferente a la falange sumeria. La Falange Griegaformaba igual que su antecesora pero la cohesin de la formacinestaba basada en que sus integrantes eran todos ciudadanos con dere-chos iguales y que confiaban en el apoyo mutuo que se brindaban. Esesta la caracterstica fundamental de la falange griega, el soldadopelea por su sociedad. En cuanto a la restriccin temporal los griegosdejaron de lado la lucha por desgaste y establecieron el criterio deque la guerra debe ser feroz, rpida y decisiva. El griego no va a lu-char para hacer huir a su enemigo sino para destruirlo.

    El soldado griego se llamaba Hoplita. Contaba con una armadurade torso de metal o lino, grebas, y casco de metal. Portaba un escudoredondo capas de cubrirlo desde la barbilla hasta las rodillas, y deproteger el flanco libre del soldado a su lado. En principio sus armas

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    eran dos lanzas arrojadizas, pero luego se adopt la lanza larga y laespada.

    Este modelo de una formacin concentrada con una alta moral yespritu de cuerpo y una doctrina de combate cercano result tre-mendamente eficaz contra las tropas persas venidas de Asia porejemplo en las batallas de Marathon en 490 a.C. y Platea en 479 a.C.

    Estos combates sucedidos durante las Guerras Mdicas coincidie-ron con la etapa en que Grecia despertaba al pensamiento filosfico ycientfico generndose tres disciplinas militares. La Hoplomachia, oarte del Hoplita, es decir la lucha cuerpo a cuerpo y el uso de las ar-mas. Esta disciplina comprenda la esgrima que a su vez era una delas prcticas del Gimnasio Griego. Por encima de la Hoplomachia yms importante en los estudios militares estn la Taktika y la Strate-gika .La Taktika comprenda el arte de ordenar y formar las tropas,mientras que la Strategika era el arte del generalato.

    Se distinguen en Grecia tres modelos principales de falanges.Una bsica integrada por milicias, lo que limitaba su accionar y quetena las restricciones conocidas en cuanto a sus desplazamientos enel terreno, adems mostraba una particularidad. El soldado griegoportando la lanza en su mano derecha y el escudo en su brazo iz-quierdo tenda a desviar el rumbo de la falange hacia la derecha ofre-ciendo al enemigo el lado del escudo. Esto haca que las falanges alchocar no lo hicieran por todo su frente, pero que adems no pudieranimpulsar el envolvimiento por su incapacidad de girar.

    La Falange Espartana vino a solucionar este problema. Para tenermayor flexibilidad de accin se organiz en subunidades dependien-tes. La menor de 18 soldados se llamaba Enomotia, cuatro de ellasformaban un Pentekostys, dos agrupados integraban un Lochos ycuatro Lochos una Mora. Varias Moras integraban un ejrcito. Conesta organizacin y un mejor entrenamiento pues, el ciudadano espar-tano era durante toda su vida un soldado, se logr establecer unamaniobra en el campo de batalla. Mientras el grueso de la falangeespartana continuaba su desplazamiento desviado hacia la derecha,una parte se desprenda con frente al flanco derecho propio y avanza-ba en esa direccin hasta separarse de la fuerza madre. Luego giraba90 grados a su izquierda y avanzaba hasta ponerse al flanco siniestrode su adversario, para girar nuevamente en 90 grados y atacarlo.

    Esta exitosa maniobra probablemente la primera ejecutada en lahistoria dentro del campo de batalla, tuvo su contramedida en al Fa-lange Tebana. Esta formacin fue creada por Epaminondas y em-pleada por primera vez en la batalla de Leuctra en 371 a.C. consista

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    en formar el ejrcito adelgazando la profundidad de las falanges delcentro y la derecha, y dndole profundidad a la falange del ala iz-quierda. Adems detrs de sta se dispona una fuerza de 300 tropasescogidas denominadas la Banda Sagrada.

    En combate el ala izquierda avanzaba con el centro y la derecharetrasadas, de esta forma aunque se haca evidente la amenaza por unala el defensor no poda concentrar sus fuerzas contra ella pues loscuerpos retrasados aferraban las tropas propias. Cuando la falangeespartana realizaba su maniobra se encontraba no slo con una falan-ge ms fuerte y profunda sino que adems era contraatacada por elflanco por la Banda Sagrada.

    Este exitoso dispositivo se lo conoce como Orden Oblicuo y tienela virtud de aplicar en la accin tres principios de conduccin: la eco-noma de fuerzas, por la asignacin de efectivos; la masa por la con-centracin de fuerzas en el punto decisivo; y la libertad de accinobtenida por el aferramiento de las fuerzas enemigas.

    Como vemos desde la desaparicin de la guerra ritual, el combatefue evolucionando dando distintas respuestas a la combinacin defuego y maniobra, y a cada solucin le surgi una contramedida. Anas debemos apreciar que la fuerza principal de lucha reside en elempleo de la masa concentrada de tropas y que el combate por elfuego es an limitado. Aunque los griegos con el tiempo incorporaroninfantera ligera y caballera no desarrollaron una doctrina de armascombinadas.

    Filipo y Alejandro

    Los soldados de la antigedad eran de tres categoras: los Milicia-nos, reclutados voluntariamente como en Grecia o por la fuerza comoen los antiguos imperios, que prestaban servicio ocasionalmente yante la inminencia de un hecho blico; los Soldados Profesionales queservan a su estado haciendo de ello su medio de vida y los Mercena-rios que vendan sus servicios a quien los necesitase. Los tres tiposcombatan en conjunto en los ejrcitos de la poca pues era raro en-contrar una fuerza absolutamente pura. Adems en la reunin de lasfuerzas combatientes todava se atenda ms a la capacidad y calidadde lucha que el soldado poda aportar que a los perfiles morales decohesin que cada categora proporcionaba.

    Probablemente el primero que comprendi que cada categoraposea una fuerza moral propia fue Filipo de Macedonia. Este rey

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    cre un ejrcito que luego sera el instrumento de conquista de suhijo Alejandro Magno, eligiendo como base al soldado profesional,modelo que tom del ejrcito Persa. Este soldado poda ser adiestra-do minuciosamente y generaba un espritu de cuerpo con cierta rapi-dez por la continuidad de su permanencia en las filas.

    De Persia tambin tom la caballera, tanto pesada como ligera,mejorando la primera en el adiestramiento del uso de la lanza. Enesta poca en que el jinete montaba sin estribos el choque de su lanzapoda fcilmente desmontarlo. Filipo entren a su caballera pesadapara que soltara la lanza al momento de impactar contra el adversarioretomndola inmediatamente para continuar el combate con ella oabandonarla desenvainando su espada.

    Para su infantera Filipo tom el modelo de la falange griega me-jorndola y adaptando el sistema de Epaminondas. El hoplita mace-donio tena un equipo protector ms liviano y su arma principal erauna lanza de seis metros de alto llamada Sarissa. La falange maced-nica tena una unidad tctica de 256 hoplitas formados en 16 filas por16 columnas y llamada Syntagma. Las Syntagmas integraban la falan-ge en un nmero variable y le permitan a sta adoptar distintos dis-positivos sin perder formacin; as podan tomar la posicin de la lneatradicional o formar en diagonal al enemigo, en cua, cuadro o semi-crculo sin perder la solidez de la falange.

    El ejrcito macednico formaba de la siguiente manera: en pri-mera lnea la infantera ligera o Psiloi, a sus flancos la caballera ligera.Por detrs de estas tropas y de izquierda a derecha se dispona uncuerpo de infantera ligera, la caballera pesada de Tesalia, variasfalanges macednicas, la infantera pesada de elite o Hypaspistes.Luego los Compaeros o Hetairoi, que era la caballera pesada mace-dnica de elite y finalmente otro cuerpo de infantera ligera; por de-trs de sta formacin se plantaba la infantera ligera aliada. Estedispositivo en principio no sorprende, plantea como de costumbre lainfantera en el centro y la caballera en las alas, pero su doctrina deempleo lo hace magnfico.

    El ejrcito macednico va a amenazar a su enemigo con el centroy el ala izquierda, mientras las tropas escogidas de su ala derecha vana rodearlo por el flanco y atacarlo por all o por su retaguardia, aplas-tndolo contra el grueso de la propia tropa. Esto es lo que se conocecomo el sistema del Yunque y el Martillo; el primero es el grueso delas fuerzas que atrae y aferra al enemigo, el segundo la fuerza mvilque lo golpea por detrs.

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    Esta tctica es probablemente la primera de armas combinadas dela historia pues no espera a que cada categora de tropas obtenga unresultado para que luego otro acte, sino que las acciones de unafacilitan los movimientos simultneos de la otra. Con esta doctrinaAlejandro estableci su imperio y es fcil identificarla pues invaria-blemente las fuerzas macednicas realizan sus operaciones de envol-vimiento por la derecha.

    La falange se constituy en la formacin militar bsica de la anti-gedad, sufriendo algunas modificaciones y adaptaciones segn elpueblo que la emplease. De estas transformaciones tal vez la msnotoria sea la de combinarla adems de con las tropas tradicionales,con elefantes de guerra. As lo haca Pyrro que los formaba a su iz-quierda, Antoco III que los prefera en las alas o Anbal que los colo-caba en el centro de su dispositivo por delante de la infantera pesada.

    Indudablemente el arte de la guerra haba evolucionado, la com-binacin de las armas, la integracin de nuevos sistemas y la tenden-cia creciente a emplear la maniobra en el campo de batalla sonimportantes progresos. Sin embargo el ncleo de las fuerzas, es decirla falange pese a sus mejoras segua siendo una organizacin bastantergida y de poca movilidad. Era curiosamente muy slida y muy frgil,poda resistir a pie firme fuertes ataques pero ante la ms mnimadesorganizacin de sus filas se quebraba. Estos defectos llevaron aotro pueblo a crear una nueva formacin que fue empleada para con-quistar el mundo conocido.

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    Roma

    Como decamos la falange romana haba incorporado todo el sis-tema de armas griego con alguna adaptacin local. En primer lugar elequipamiento del soldado era irregular dependiendo de su fortunapersonal, as las clases altas adineradas nutrieron la caballera, lasclases medias a la infantera pesada y las clases pobres a las tropasligeras. Es esto una distincin que viene de la profundidad de la his-toria, ya en Asiria y Akad existan estas distinciones sociales que per-durarn por siglos.

    Como rasgo particular en busca de facilitar el reclutamiento, elejrcito se organiz en Centurias como unidad administrativa y enLegiones como unidad de combate, reuniendo cada legin 40 cen-turias, es decir unos 4.000 soldados.

    Tcticamente operaban como la falange griega, con poca movili-dad, una capacidad de maniobra casi nula y confiados en que la soli-dez y cohesin de los soldados era la llave del xito; el ejrcito que semantuviese unido por ms tiempo tena asegurada la victoria. Estaformacin resultaba til para combatir contra los enemigos locales,incluso aquellos que contaban con profusa caballera.

    Esta adopcin de la falange debe ser comprendida a la luz de unamonarqua donde los ciudadanos tenan una participacin importante,del mismo modo que suceda en los modelos polticos griegos. Noolvidemos que la cohesin de la falange depende de la fe y la con-fianza que une a sus integrantes, y eso slo se consigue contando conciudadanos-soldados.

    Hacia el 406 a.C. Roma comenz una guerra contra los etruscosde la ciudad de Veii. Esta ciudad estaba fortificada lo que oblig aestablecer un sitio que dur por aos. Los reclamos plebeyos forzaronal estado a instaurar un salario para los soldados. Esto constituy elprimer paso hacia la profesionalizacin del soldado romano. Ademspermiti la estandarizacin de las armas y equipos, el servicio militarde largo plazo y, con l, la promocin de rangos sobre la base de lacapacidad y habilidad, y no en la riqueza del soldado.

    Este cambio se atribuye a Furius Camillus, responsable tambindel cambio de la Falange-Legin a la Legin Manipular. Las guerrassostenidas por Roma desde sus comienzos se haban librado sobre laItalia costera, en planicies que favorecan el uso de la falange. Sinembargo cuando las luchas los llevaron hacia el interior de la penn-sula, las regiones montaosas restaban eficacia a la rigidez de la falan-

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    ge. Esto se hizo especialmente cierto en las Guerras Samnitas entre326 y 290 a.C. Para resolver el problema los romanos reformaron lalegin abandonando la rigidez por medio del fraccionamiento ensubunidades dependientes tcticas capaces de desplazarse y actuarpor separado. Estas subunidades se conocen con el nombre de Ma-npulos y estn formadas cada una de ellas por dos Centurias inte-gradas entre 30 y 60 hombres.

    La Legin Manipular estaba constituida por tres categoras desoldados diferenciados por sus habilidades. En la primera lnea seformaban diez manpulos de 120 Hastati, los ms jvenes soldados,seguidos de una segunda tambin de diez manpulos iguales integra-da por los Principes, o tropas novatas; en la tercera lnea formabanlos Triarii, o veteranos reunidos en diez manpulos de 60 soldados.Acompaaban a estas tropas fuerzas ligeras en nmero de 1.200 ycaballera formada en diez escuadrones de 80 jinetes.

    La infantera pesada estaba equipada con casco, peto espaldar ygrebas de proteccin y usaban un escudo ovalado de un metro veintede largo. El armamento regular de todos los soldados era la espadacorta o Gladius de unos 50 centmetros de hoja de doble filo. Mien-tras que losTriarii usaban lanzas largas tipo falange, los Hastatiylos Principes portaban dos pequeas lanzas arrojadizas llamadaspillum o pila. Esta arma se utilizaba a distancia y era arrojadacontra el enemigo con la idea de que se clavase en su escudo; el pi-llum tena una larga punta de hierro dulce que se doblaba y quedabaenganchada en el escudo enemigo, como adems en el engarce con-taba con una pesada pieza de hierro el manejo del escudo se hacaimposible obligando al enemigo a dejarlo y, junto con l la proteccinque brindaba.

    Las tres lneas formaban, se cree, en forma de tablero de ajedrezde manera tal que los espacios entre los manpulos de la primera filaeran cubiertos por los de la segunda y los de sta por la tercera. Encombate la lucha comenzaba con el ataque de las tropas ligeras, queluego marchaban a retaguardia, seguido del lanzamiento de la primerafila de pillum y el ataque de los Hastati; si este ataque no resultaba, laprimera lnea retroceda para integrarse con la segunda o sta avanza-ba para cubrir los claros. Finalmente los Triarii actuaban dando elgolpe final o formando la ltima lnea de resistencia.

    La adopcin del pillum, pero sobretodo la eleccin del combate aespada hizo que la legin adoptase una formacin ms abierta que lafalange dando a cada soldado un frente de un metro. Esta formacinfacilitaba el movimiento, especialmente en terreno difcil, del mismo

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    modo que la organizacin manipular permita el fraccionamiento de laLegin para cumplir diversas tareas.

    Tratndose de un ejrcito de milicianos es llamativo que tuviesenxito en el uso de una formacin compleja como la Legin que exigede mucho entrenamiento y prctica; pero sucede que las guerrasconstantes, la paga y la posibilidad del servicio militar prolongadoprovean a Roma de soldados con experiencia suficiente.

    Un ejrcito para la poca de la Repblica se constitua con dosLegiones regulares y otras dos Auxiliares formadas por aliados perobajo el mando de jefes romanos. Esta configuracin se lograba graciasa la expansin constante de Roma sobre la pennsula itlica, lo que leprovea de una fuente de recluta extraordinaria.

    Esa fuente de recursos humanos fue lo que permiti a Roma de-rrotar a los cartagineses en la Guerras Pnicas. Sin embargo ese cho-que tambin puso en duda la validez del ejrcito de milicias, queaunque hbil no alcanzaba la calidad de las tropas profesionales queintegraban las falanges de Anbal.

    El ejrcito enfrentaba en la poca un problema particular, no sehallaban reclutas aptos para el servicio. Esto llama la atencin pues aprimera vista Roma se haba extendido territorialmente e incorporadocomo ciudadanos a muchos de los habitantes de las regiones aadidas,pero el problema del reclutamiento no se deba a la masa de hombresdisponibles sino a las limitaciones legales para su alistamiento.

    Como antes mencionramos los soldados sufragaban los gastos desu equipamiento, por ello el pago de la soldada permiti al estadoexigir su uniformidad. Pero la garanta de calidad del equipo, su reno-vacin y mantenimiento resida en la capacidad econmica del solda-do, por ello la ley romana exiga an que el soldado deba disponer deun mnimo de recursos. Esta precalificacin exclua del servicio a lasclases ms pobres y significaba una carga sobre los pequeos terrate-nientes y agricultores. stos haban casi desaparecido como clasedespus de los cambios poblacionales generados durante las GuerrasPnicas, an as el Senado se resista a levantar la traba de acceso a lamilicia privando a los despojados agricultores de una opcin. Estaceguera a la realidad social se vio matizada por sucesivas rebajas dellmite econmico y la aceptacin del estado de hacerse cargo delequipamiento de los soldados hacia el 120 a.C.

    Esta era la situacin cuando Cayo Mario debi reunir tropas paraenfrentar la Guerra Jugurta (111-106 a.C.) y las invasiones Germanasde los aos 102 y 101 a.C. Para resolver el problema de la imposibili-dad de reclutamiento Mario elimin el lmite econmico y el sistema

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    de conscripcin, promoviendo el enrolamiento voluntario. De estemodo el servicio militar romano pasaba de ser un deber cvico a unaprofesin de largo plazo.

    Las reformas de Mario fueron tambin de organizacin, adiestra-miento y logsticas. Haba advertido durante las campaas contra losgermanos que los manpulos no posean la masa de tropa suficientepara lidiar contra las formaciones brbaras, decidi entonces introdu-cir una subunidad diferente en la Legin: la Cohorte. Esta nuevaformacin estaba integrada por seis centurias oscilando su efectivoentre los 500 y 600 soldados; diez cohortes conformaban ahora unaLegin. Se eliminaron las tropas ligeras como componente orgnico yse dej de lado la formacin en tablero.

    Aprovechando el perfil profesional que adquira el ejrcito, Marioestableci un rgimen de entrenamiento ms exigente que no sloelevaba los estndares de rendimiento del soldado, sino que tambinpermita una seleccin de los mejores y ms experimentados para serdesignados como Centuriones.

    El tren de bagajes de los ejrcitos romanos era grande y lento, loque disminua, cuando no impeda, el libre movimiento de las tropas.Mario decidi reducirlo y para ello hizo que cada legionario cargasecon su propia impedimenta, consistente en sus armas, piezas de pro-teccin, capote, manta, marmita y equipo de cocina, raciones, unacanasta para remover tierra, herramientas para atrincheramiento y dosestacas para la empalizada del campamento que se levantaba todoslos das luego de la marcha. En total la carga era de unos 45 kilos y,debido a las protestas que gener su aceptacin los legionarios fueronllamados las mulas de Mario.

    Finalmente Mario se encarg de mejorar el espritu de cuerpo yla moral de las tropas otorgando a cada legin un estandarte que pro-vea de identificacin y estableca lazos de pertenencia entre los le-gionarios.

    En su tiempo Csar introdujo una nueva modificacin, preferatener en cada legin un cuerpo ms fuerte o de lite, por ello la pri-mera cohorte la integr con seis centurias de 160 hombres cada una,mientras que las restantes nueve empleaban centurias de 80 soldados.Esta prctica se consolid en el Principado estabilizando el nmerode cada legin entre 5.200 y 6.000 efectivos. Entre ellos se contabanadems de los legionarios 120 jinetes y los sirvientes de 10 catapultasy balistas ligeras.

    El aporte de Roma al arte de la guerra lo constituye la creacin dela legin que como unidad de combate posea una flexibilidad tal que

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    incluso poda actuar fraccionndose en subunidades autnomas. Con-servaba as la concentracin de la masa pero la poda emplear y com-binar de manera ms verstil.La legin era un pequeo ejrcito capazde ser empleado en la defensa, el ataque y las tareas de sitio.

    Con esta herramienta el ejrcito romano conquist el mundo co-nocido, triunf sobre casi todos sus enemigos, construy caminos yfortalezas, sostuvo sitios impensables y mantuvo la Pax Romana porsiglos. Pero al mismo tiempo gener un estancamiento en el arte de alguerra.

    El ejrcito romano era un ejrcito de infantera basado en la dis-ciplina, el duro entrenamiento y el combate en formacin. La caballe-ra era slo accesoria, ya que las operaciones romanas siempre sebasaron en el empleo de las tropas a pie. Esto ech por tierra el con-cepto de armas combinadas criterio al que nadie dio importancia enfuncin del xito permanente de las armas romanas. Igualmente estoconstitua una debilidad pues cuando debieron enfrentar ejrcitosmontados como el de los Parthos las armas romanas siempre salieronmal paradas.

    Esta caracterstica de ejrcito de infantera, junto con la regulari-dad del pago a los soldados eran las claves del xito de las armas ro-manas pero tambin una de las causales de su destruccin. Cuando elmodelo econmico romano comenz a decrecer debido al drenaje deoro hacia India y China y por el comercio con los pueblos brbarosque retenan el oro que perciban por las transacciones, en razn quevaloraban ms el metal que la moneda acuada, todo el sistema co-menz a resentirse al punto que debieron de reducirse los impuestospara poder colectarse.19

    La base de la profesionalizacin del ejrcito romano era la regula-ridad del pago de soldada. La disminucin de moneda del estado hizoque esa regularidad no pudiera mantenerse y se recurriera a solucio-nes alternativas. Primero se aplic el sistema de pagar a los soldadoscon tierras en las fronteras. Hacia fines del segundo siglo el Empera-dor Septimio Severo autoriz que las familias de los soldados viviesencon ellos concentrando el consumo de la unidad familiar y permitien-do el desvo de las provisiones del ejrcito. Veinte aos despus elEmperador Alejandro Severo decretaba que las tierras que ocupabanlos soldados de las fronteras para su explotacin podan ser legadas asus herederos si stos tambin entraban en el ejrcito.

    19 Hans Delbrck, History of the Art of War, Volume II: The BarbariansInvasions, University of Nebraska Press, Lincoln, pg. 213

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    Con estas reformas los legionarios que guarnecan las fronterasimperiales o limes, tornaron de soldados profesionales a milicianos, seredujo el estado de alerta y los perodos de entrenamiento se adapta-ron a los tiempos de cosecha; con todo ello las legiones perdieron sudisciplina militar que era su mejor ventaja de combate frente al valorsalvaje de los brbaros20.

    Junto con estas legiones fronterizas o limitanei, subsistieron otrasque aunque mantenan el aspecto tradicional en realidad estabanformadas por brbaros romanizados y tropas mercenarias. Esta incor-poracin tnica modific definitivamente la estructura militar roma-na; los brbaros reemplazaron la disciplina militar por su salvajismo y,en razn de que el estado no tena recursos para reforzar el modelomilitar tradicional, terminaron imponiendo su forma y organizacinen el combate.

    El sistema militar que llev a Roma a ser duea del mundo occi-dental fue el mismo que favoreci su desmembramiento y destruc-cin. Roma confiaba tanto en la profesionalidad del ejrcito quenunca se ocup de generar entusiasmo local por las tradiciones milita-res, ni en generar milicias regionales; igual suceda con valores comoel patriotismo o la fidelidad al Emperador que por su excesivo cen-tralismo nunca fueron ms que un lejano concepto que se haca msdbil cuanto ms apartado de la ciudad de Roma se estaba21. Al nopoder sostener ese ejrcito profesional Roma entreg su defensa a losbrbaros romanizados quienes con el tiempo impusieron su modelode milicia local con fuertes lazos regionales y tnicos; de all al des-membramiento del Imperio hubo slo unos pocos pasos ms que dar.

    La desaparicin de Roma implic la de su modelo militar, peroarrastr adems todas las concepciones y avances de la falange y sis-temas militares anteriores. Las nuevas formaciones militares se re-formularn sobre la base de tradiciones locales, prcticas ycostumbres, rompindose la continuidad de evolucin que venamanifestndose desde Sumeria.

    20 Hans Delbrck, History of the Art of War, Volume II: The BarbariansInvasions, University of Nebraska Press, Lincoln, pg. 21721 Jones, Archer, The Art of War in the Western World, Oxford UniversityPress, Oxford, pg. 93

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    EVENTOS DESTACABLES

    Meggido 1479 a. C.

    Tutmosis III, probablemente el primer verdadero Faran con ap-titudes de General, comienza campaas de expansin invadiendoPalestina, Israel y Siria. Crea un Ejrcito con un adiestramiento msregular y permanente y lo organiza en cuatro cuerpos con asiento encuatro ciudades: el Cuerpo Amn en Tebas; el Cuerpo Re en Heli-polis; el Cuerpo Ptah en Memphis y el Cuerpo Seth en Pi-Ramss.Este ejrcito permanente tena capacidades de inteligencia e ingenie-ros y un sistema de Comando desarrollado. La logstica comprendaalmacenes avanzados y el ejrcito contaban con sus propios mediosde transporte de vveres y materiales22.

    En esta poca las intenciones estratgicas eran de carcter pbli-co debido a que los gobernantes no ocultaban sus decisiones a susgobernados, ni disimulaban sus movimientos militares; por otra parteesas maniobras hubieran resultado intiles en razn que los lentosmovimientos y las grandes distancias hacan imposible la ocultacindurante el tiempo necesario de las decisiones estratgicas.

    Desplazndose unos 400 kilmetros desde su base por tierrasprincipalmente ridas Tutmosis III llega a Meggido en el norte deIsrael y descubre anticipadamente la concentracin enemiga y losaccesos posibles al campo de batalla La inteligencia tctica se recoge-ra de las vanguardias del ejrcito, recordemos que en aquellas pocasla exploracin y el reconocimiento no eran actividades que se desa-rrollaran con mtodo y en la mayora de los casos se destacan por suausencia. Los ejrcitos antiguos habitualmente se buscan el uno alotro sobre vas de comunicacin directa y alrededor de ciudades olugares considerados importantes para ambos bandos; todo ello armo-niza con un modelo tctico primitivo y de escasa creatividad. De he-cho las avanzadas eran innecesarias debido a que los combates erancasi concertados toda vez que entre el avistamiento del enemigo y lapreparacin del dispositivo de combate pasaban horas, lo que impedala sorpresa.

    22 tienne Drioton, Jaques Vandier, Historia de Egipto, EUDEBA, Bue-nos Aires 1977, pg 394

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    Cuando se acercaban al enemigo, Tutmosis III reuni a sus ofi-ciales y realiz un consejo de guerra Desde Yehem a la planicie deMeggido poda llegarse a travs de tres rutas: una directa pero difcil,ya que tomaba por un desfiladero estrecho, y dos rutas ms largaspero ms cmodas, las que desembocaban una al norte y otra al sur deMeggido. A pesar de la opinin de su Estado Mayor, el rey deciditomar la primera ruta23 . Tutmosis pudo atravesar el desfiladero,desplegar su ejrcito sin ser descubierto y vencer a sus enemigos. Lamencin de Estado Mayor corresponde a un uso sinnimo equivo-cado del Consejo de Guerra. As ganar la batalla de Meggido en1479 a.c., y luego sitiar la ciudad durante siete meses con trabajos deingeniera realizados por su ejrcito.

    Qadesh 1300 a. C.

    Ramss III emprendi la campaa de Qadesh con un ejrcito or-ganizado como hemos descrito. De esa campaa es interesante apre-ciar que la informacin tomada a pasantes y prisioneros fue recogidapor interrogatorios realizados por el propio Faran.24

    El ejrcito haba avanzado en una lnea de direccin sur a norte,segn su tradicional divisin de cuatro cuerpos separados stos poruna distancia de unos 10 kilmetros. El Faran acampaba con el pri-mer cuerpo de marcha, Amn, cuando conoci de la cercana de lastropas hititas en Qadesh; en ese momento las avanzadas de carrosenemigas atacaban el flanco y prcticamente desbandaban al segundocuerpo Re. La vanguardia de este cuerpo huy hacia delante paraalcanzar el campo del Faran; al recibirlos ya se apreciaba hacia eloeste el avance de los carros hititas reorganizados despus del ataque.En esta situacin el Faran ordena al cuerpo Amn preparase pararecibir el golpe, mientras l mismo se pone al frente de los carros paracontraatacar. Estando en eso ordena que se llame en ayuda a los res-tantes cuerpos; se enva al Visir, con orden de supervisar la marchadel tercer cuerpo antes de recurrir al cuarto.25

    23 tienne Drioton, Jaques Vandier, Historia de Egipto, EUDEBA, Bue-nos Aires 1977, pg 34724 Healy, Mark, Qadesh 1300 A.C., Ediciones del Prado, Espaa, 1995,pgs. 47 y 5125 Healy, Mark, Qadesh 1300 A.C., Ediciones del Prado, Espaa, 1995,pgs. 51 y 52

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    Mientras los hititas se apoderaban del campamento del Faran ylo saqueaban, ste sala con sus carros e infantera para contraatacarlosaprovechando su desorganizacin. Este asalto y la aproximacin delos restantes cuerpos definieron la batalla.

    De estas batallas podemos observar que los itinerarios de Tutmo-sis y Ramss en sus avances hacia Medio Oriente que resultan prcti-camente idnticos, es decir que no haba un desarrollo opreocupacin por encubrir los movimientos estratgicos. Coherente-mente con este pobre desarrollo el planeamiento era tambin muylimitado. Con escasa informacin del enemigo y con fuerzas de lentoalistamiento el planeamiento quedaba restringido a la eleccin de uncamino u otro, a presentar batalla o retirarse, o levantar un sitio. Enbatalla estas debilidades fuerzan la existencia de un comando centra-lizado donde el nico control real es el que se ejerce a la distancia dela vista y el sonido. Sin perjuicio de ello debemos tener en cuentaque batallas como las de Meggido o Qadesh son excepciones en cuan-to a planes, control y direccin.

    Marathon 490 a. C.

    Durante la Primera Guerra Mdica las tropas persas haban con-seguido ocupar Tracia y Macedonia en el 492 a. C., dos aos despusuna fuerza al mando de Datis y Artafernes compuesta de 14.000 sol-dados a pie y 1.000 jinetes desembarcaba en las playas de Marathon a40km de Atenas. Estas playas estn rodeadas de montaas con esca-sos accesos, lo que facilitaba el desembarco cubriendo cada uno deellos con unos pocos arqueros.

    Los griegos reunieron 10.000 hoplitas atenienses y 1.000 plateos,bajo el mando del Polemarca (Comandante en Jefe) Calmaco y diri-gidas por el Strategos (General) ateniense Milcades. Alcanzaron laconcentracin persa el 12 de septiembre de 490 a. C.

    Milcades saba que si expona sus flancos, la caballera persa po-dra atacarlos y destruir a su ejrcito mientras los arqueros a pie lobatan con sus flechas. La debilidad de la falange y la falta de caballe-ra hizo que buscase en el terreno una posicin desde donde combatircon ventaja. Se aproxim a los persas a travs del valle de Vrana quese interpona en el camino hacia Atenas, y decidi apoyar los flancosen sus laderas. El valle eramuy ancho para el pequeo ejrcitoateniense, a pesar de los abates, Milcades no poda dar a la falange laprofundidad que deseaba, pero hizo el centro ms dbil y las dos alas

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    ms fuertes, con ello, cuando saliese de su posicin protegida, las alaspodan oponerse a los posibles ataques de flanco de la caballera per-sa26 Desde esta posicin decidi esperar los refuerzos solicitados aEsparta.

    Los persas asumieron un dispositivo linear similar pero mante-niendo equilibrados centro y alas. Bloqueados en las playas los persastenan algunas alternativas. Una posibilidad era aprovechar la flota,reembarcar y buscar otra playa, pero podan ser atacados mientrassuban a los barcos. Otra alternativa era dividir sus fuerzas e intentarsalir por otro paso y luego atacar a los griegos por detrs, era una al-ternativa interesante pero las fuerzas estaban muy equilibradas yhubiese sido necesario casi el doble de tropas para evitar los riesgosde una ataque. La nica alternativa viable era atacar frontalmente alos atenienses, contando que hasta el momento ninguna fuerza griegahaba resistido el embate persa..

    La mayora de los soldados asiticos eran arqueros y los griegoscarecan de ellos, por lo que para aprovechar la ventaja del cuerpo acuerpo los atenienses deban atravesar rpidamente el campo de tiropersa. Milcades esper a que los asiticos se moviesen se pusieranambas fuerzas a tiro de flecha, unos 150 metros. Segn parece losgriegos avanzaron entonces a paso veloz ya que es dudoso que hayancorrido pues eso habra desbaratado la formacin en falange. El centroateniense llev la peor parte siendo contenido por los persas, peroello facilit la penetracin por las alas reforzadas que, luego de desba-ratar las enemigas se volvieron hacia el centro envolvindolo. Lacaballera persa no alcanz a reponerse de choque y el centro perma-neci inmvil igualmente estremecido.

    Las perdidas persas alcanzaron los 6.400 muertos, los griegos per-dieron unos 1.000 hombres entre ellos Calmaco.

    En esta batalla se aprecian los dos sistemas enfrentados: la luchapor el fuego y el combate cuerpo a cuerpo. El fuego cobr su privile-gio contra el centro griego ms dbil, sin embargo las alas ms nume-rosas pudieron soportar las bajas hasta alcanzar el combate a cortadistancia. El atravesar el campo de fuego enemigo es otro de los pro-blemas fundamentales del arte tctico de la guerra y lo veremos repe-tirse en la historia con frecuencia.

    26 Hans Delbrck, History of the Art of War, Volume I: Warfare in Antiq-uity, 1990, University of Nebraska Press, Lincoln, pg. 77

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    Platea 479 a. C.

    Despus de Marathon Xerxes, el rey persa, abandon Grecia de-jando a Mardonio al mando de un ejrcito de 80.000 hombres, entrelos que se contaba la caballera pesada y hoplitas mercenarios de gre-cia, para que lanzase una nueva campaa contra Atenas y el Pelopo-neso.

    Los griegos reunieron una fuerza de 5.000 hopitas espartanos,8.000 atenienses y 23.500 de otras ciudades acompaados por 35.000soldados de infantera ligera, en total 68.500 soldados al mando delgeneral espartano Pausanias. El plan estratgico consista en llevareste ejrcito hasta el monte Cithaeron cerca de Platea al sur de Te-bas, interponindose al avance persa hacia el sur. Una prediccin delorculo deca que los persas seran derrotados en suelo ateniense porlo que los plateos removieron las piedras que sealaban el lmiteentre las dos ciudades.

    Ambos ejrcitos se encontraron en el sitio fijado por los griegosseparados por el curso de agua del Asopos. Los griegos contaban conla ventaja de un terreno difcil para la caballera, pero los persas goza-ban de la superioridad tctica de poder combatir en campo abierto.Aprovechando esta ventaja la caballera persa atac a las fuerzas grie-gas antes de que alcanzasen a desplegar completamente, pero sin elapoyo de la infantera debieron retirarse y regresar a su campamentodel otro lado del Asopos. Los ejrcitos permanecieron as vigilantesdurante algunos das.

    Los griegos estaban cortos de agua por lo que Pausanias decidiadelantar su posicin ms cerca del ro y apoderarse del pozo de aguade Gargafia. La maniobra no result feliz, los arqueros persas desde elro dominaban el pozo y la caballera poda lanzar pequeos golpes demano para interceptar los suministros provenientes de Atenas.

    Pausanias, que mandaba un ejercito formado principalmente pormilicianos que estaban ansiosos de regresar a casa, saba que no podasostenerse en ese lugar por lo que decidi retomar su antiguo lugar debatalla. Para evitar ser atacado el ejercito griego se replegara durantela noche. La marcha se realizara en tres grupos el ala derecha com-puesta de espartanos sera la vanguardia, el centro integrado por lossoldados de varias ciudades la seguira, y los atenienses cerraran lamarcha. De este modo conservaran sus posiciones de combate.

    Al caer la noche el grupo central se extravi termin frente a losmuros de Platea. Los atenienses no se movieron pues los espartanos

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    permanecan en sus puestos. Esto se debi a que uno de sus jefes deLochos se negaba a retirarse en la cara del enemigo, solicitaba al me-nos se le permitiera quedarse a cubrir la retirada del ejrcito. La dis-cusin llev la noche y con las primeras luces Pausanias vio que sucentro haba desaparecido, ordenando entonces a los atenienses aacercarse a l y cerrar la brecha.

    Mientras esto ocurra Mardonio poda ver al cuerpo espartanomarchar hacia el monte Cithaeron solo, pues las crestas le impedanver a los atenienses. De inmediato envi a su caballera al ataqueaprovechando la oportunidad de hallar al ejrcito griego dividido y sinformacin.

    Pausanias atacado por los jinetes arqueros asiticos, pidi ayudaArstides, jefe de los atenienses, pero ste estaba ya siendo atacadopor la caballera persa y la infantera mercenaria griega. En esta situa-cin desesperante las tropas de megara del contingente central llega-ron por la izquierda ateniense y rechazaron a la caballera,permitiendo a Arstides deshacer alas falanges mercenarias en unalucha clsica entre hoplitas.

    Los espartanos en tanto soportaban una lluvia de flechas sin ata-car hasta que Pausanias, invocando la diosa Hera de Platea puso enmarcha a la falange. Esta invocacin ritual, que tuvo un fuerte impac-to psicolgico en las tropas, no era ms que una maniobra bien calcu-lada. Pausanias necesitaba tener cerca la masa persa para destruirla,por ello esper a que se acercase antes de atacarla, aprovechandoadems el desorden producido por tener que cruzar el ro y trepar porel terreno ribereo. Se trab entonces un combate feroz al que sesumaron los peloponesios del grupo central. Los persas fueron disper-sados con fuertes bajas entre las que se contaba Mardonio.

    Con las alas destruidas, el comandante del centro Persa Artabazosno participa del combate y se retira. Las bajas alcazaron a uno 10.000asiticos y 3.000 griegos.

    Los persas lanzaron ataques de oportunidad y sin coordinacinentre las armas lo que les impidi conseguir algn resultado favora-ble. Los griegos en tanto con su ejrcito de una sola arma supieronconservar la calma y aprovechar los errores del enemigo. Es notabletambin la invocacin ritual al orculo y a los dioses como accin paraejercer el control de las tropas.

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    Issus 333 a.C.

    En el 334 a.C. Alejandro Magno cruz el Helesponto invadiendoel Imperio Persa. En su avance derrot en Granico y Mileto a lastropas asiticas que se oponan a su avance. Para intentar detenerlo elRey Daro reuni un ejrcito numeroso, que algunos estiman en600.000 soldados y march a su encuentro. Es probable que el ReyPersa apoyase su operacin contra Alejandro en la diferencia numri-ca de efectivos, pues este ultimo contaba con slo 40.000 hombres.Daro pensaba que los macedonios se sentiran aterrorizados con elpodero Persa y que intentaran huir ante su presencia, por lo quedeba posicionar su ejrcito en una situacin en la que su enemigoquedase atrapado y no pudiera escapar.

    En su avance Alejandro encontr en las Puertas de Cilicia a tro-pas persas que dispers sin problemas, alcanzando as la ciudad deTarsus. En esta ciudad Alejandro cay enfermo lo que detuvo la mar-cha del ejrcito, seal que Daro interpret como temor frente a laposibilidad de una batalla. El Rey Persa reuni sus fuerzas en Sochi ymarch hacia el norte para encontrar a su enemigo en las planiciessirias, sin embargo, luego prosigui su camino ms all de esa regin.

    En tanto Alejandro haba reanudado la marcha alcanzando suce-sivamente Mallus, Issus y las Puertas Sirias en Myriandros, bordean-do toda la costa del golfo de Iskanderun.

    Daro aprovech este avance y decidi alcanzar la retaguardiaMacedonia en Issus. Al llegar all encontr slo un hospital dondefueron masacrados los heridos y enfermos. Si bien la maniobra consi-gui el objetivo de Daro de atravesarse en la lnea de retirada mace-dnica, por otra parte colocaba a su numeroso ejrcito en un terrenoestrecho flanqueado por el mar y las montaas donde su caballeratenia poco espacio para maniobrar.

    Alejandro, conociendo el movimiento persa comenz a deshacerel camino andado para presentar batalla, lo que Daro interpret comoun intento de huida. Los ejrcitos se encontraron frente a frente se-parados por un torrente de escaso caudal conocido como ri Pinaro.

    Daro en la ribera Norte decidi librar una batalla defensiva, puessu intencin era contener la supuesta retirada Macedonica, para ellofortific su posicin con una estacada. Contaba con 30.000 mercena-rios griegos de infantera pesada y 60.000 mercenarios persas queconstituan su centro, dispona adems de 30.000 jinetes y 20.000hombres de infantera ligera. La infantera pesada form en el centro

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    en tres formaciones sucesivas y muy densas por falta de espacio, lamayor parte de la caballera fue colocada en el ala derecha con algu-nos cuerpos al sur del ri Pinaro, en su ala izquierda coloc pequeasformaciones de caballera e infantera ligera en las pendientes de lasmontaas para evitar un envolvimiento en ese sector.

    Alejandro form a su izquierda a parte de la caballera y a las fa-langes en el centro, todo ello al mando de Parmenio, en el ala derechadispuso a tropas ligeras y arqueros y en ese mismo sector, l desplegla caballera bajo su mando, que inclua las tropas de elite llamadasCompaeros.

    Los macedonios iniciaron su ataque por la izquierda dispersandoel ala derecha persa, que huy hacia las montaas. Reforz entoncescon dos escuadrones de Compaeros su ala izquierda suponiendo quepor all Daro lanzara su ataque principal, pues el terreno favoreca elmovimiento de la caballera. As fue como reaccion Daro mientrasel resto del ejrcito macedonio lentamente avanzaba atravesando elPinaro, cuando se hallaban a distancia de fuego Alejandro se lanz alataque provocando una brecha entre su posicin y las falanges delcentro. Por esa brecha se lanzaron los mercenarios griegos de Darocontra las tropas macedonias.

    Una caracterstica del ejrcito macedonio es su absoluta discipli-na, control y obediencia, lo que permiti a Alejandro en plena victo-ria, retener a la caballera y dirigirla contra el flanco de losmercenarios griegos, obligndolos a retirarse y dando la oportunidad asus falanges de lanzarse sobre ellos. El centro persa comenz a cedery a deshacerse. La caballera persa del ala derecha que se hallaba enun fiero combate, al ver la retirada del resto del ejrcito, tambin seretir abandonando la batalla. Viendo esto, el propio Daro emprendisu huda. Se estima que las bajas persas alcanzaron el 70 por ciento desus efectivos.

    Despus de la batalla, Alejandro asisti al entierro de sus hom-bres cados y visit a los heridos, adems de felicitar y conferir re-compensas a los ms valientes en batalla. Todo ello antes de atendersus propias heridas.

    Gaugamela Arbelas 331 a.C.

    Luego de ocupar Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto, Alejandromarch hacia el corazn del Imperio Persa, donde luego de cruzar elri Tigris tuvo noticias de la presencia de Daro y su ejrcito. El nue-

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    vo ejrcito persa contaba con 40.000 jinetes, 1.000.000 de infantes,200 carros y 15 elefantes. (revisar los nmeros)

    Daro que recordaba el error cometido en Issus de encajonar suejrcito, decidi esta vez combatir en una planicie que lo favoreciera,para ello avanz su ejrcito hasta Gaugamela a 120 kilmetros al estede Arbela. All form su ejrcito y estableci su campamento. Dis-puesto a encontrar esta vez la victoria, orden que el campo de batallafuera alisado y nivelado para facilitar el movimiento de sus carros deguerra.

    Alejandro al conocer de la presencia del ejrcito persa detuvo sumarcha para preparar un campamento fortificado que contaba conempalizada y pozo. All bajo una guardia dej a toda la impedimenta,animales y no combatientes y emprendi una marcha nocturna consus soldados portando slo su equipo de combate. En este momentolos campamentos se encontraban a 112 kilmetros de distancia, lamarcha nocturna cubri aproximadamente la mitad desde dondeAlejandro pudo observar las posiciones persas. Decidi all vivaquearcon su ejrcito en formacin de batalla. Durante la noche con uncuerpo de Compaeros reconoci el terreno. Celebr a continuacinun consejo de guerra donde Parmenio propuso atacar de inmediato,pero Alejandro decidi atacar a la luz del da.

    Los persas tambin pasaron la noche en formacin de combate,pero ms alertas porque esperaban un ataque nocturno.

    Su dispositivo de batalla se desplegaba en tres lneas de la si-guiente forma: en el ala derecha la caballera en primera y segundalnea con 50 carros; el centro en primea lnea los elefantes, 50 carros yla caballera de la guardia, detrs los mercenarios griegos y Daro consu guardia y en tercera lnea el resto de la infantera, en el ala izquier-da una primera lnea con 100 carros y caballera pesada y la segundacon caballera.

    Alejandro enfrentaba una difcil situacin en la que deba resolverdos cuestiones, por una parte el peligro que significaba la diferencianumrica y por la otra, aunque muy ligado a ello la habitual situacinde que su ala derecha, ms poderosa y mvil tenda a separarse delcentro generando una brecha. Decidi entonces aceptar el riesgo deque sus falanges pudieran quedar aisladas para lo cual form en elcentro a sus unidades principales de infantera pesada. Las falangesmacednicas en el frente y las de mercenarios y aliados a distanciadetrs de stas. La idea era que si el aislamiento se produca las fa-langes de la segunda lnea estuvieran en condiciones de dar cara aretaguardia y proveer as una defensa de 360 grados, la que se com-

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    pletaba con dos cuerpos de arqueros curvados en las alas de las tropasmacednicas.

    En las alas propiamente dichas se dispuso, a la derecha los Com-paeros, la caballera mercenaria de Menidas y y la de Peonia deAretas, bajo el mando directo de Alejandro; a la izquierda form lacaballera de Tracia y Tesalia a rdenes de Parmenio.

    La batalla comenz con el sol alto, las tropas de Daro sobrepasa-ban por los flancos la extensin del ejrcito macedonio. Alejandro conla intencin de flanquear al enemigo comenz a desplazar su caballe-ra hacia su derecha, imitada por la caballera persa que movindoseen la misma direccin evitaba el envolvimiento. Esta maniobra lleva-ba a parte del ejrcito persa fuera del terreno que Daro haba prepa-rado especialmente para el combate. Mientras esto ocurra el resto dela lnea macedonia avanzaba hacia el enemigo.

    Al no poder realizar el envolvimiento Alejandro envi al ataque asu caballera mercenaria, la caballera pesada persa contraatac obli-gando a Alejandro a comprometer a la caballera de Peonia con lo quese estabiliz la situacin. Pese a la superioridad del enemigo la caba-llera de Alejandro se lanz repetidamente al ataque hasta que logrquebrar a los jinetes persas.

    Mientras esto ocurra, Daro lanz sus carros contra la derecha delcentro macedonio. Al igual que en la batalla de Cunaxa las tropasoccidentales abrieron filas para dejar pasar los carros mientras losatacaban con flechas y jabalinas, lo que termin por deshacer comple-tamente el ataque.

    Al apreciar Daro el fracaso de sus carros y el rechazo de su ala iz-quierda, lanz contra ese sector, por donde avanzaba Alejandro, a lacaballera persa del centro. Esta maniobra provoc una brecha en lalnea oriental la que Alejandro aprovech lanzndose a travs de ellacon parte de su caballera, seguido por la infantera macedonia delcentro. La caballera persa era pronto dispersada por los jinetes almando de Aretas.

    Mientras tanto en el flanco izquierdo Parmenio no haba tenidotanta suerte. El ataque de Alejandro haba abierto una brecha entre elcentro y el ala izquierda por la cual la caballera persa se lanz al ata-que, una parte se dirigi hacia el campamento macedonio para sa-quearlo y otra tom por su flanco interno a Parmenio; este ataquerecibi el apoyo de ms caballera oriental que atacaba por el frente.En esta situacin Parmenio solicit ayuda a Alejandro, el que con sucaballera march a travs del campo de batalla en su auxilio. Entanto la segunda lnea de infantera pesada macedonia se haba divi-

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    dido, una parte en apoyo de Parmenio y otra en direccin al campa-mento para evitar su saqueo.

    En su marcha de auxilio Alejandro se encontr librando una feroz