forasteros en la vida fronteriza

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Forasteros en la Vida Fronteriza Escultismo en la GAE (1983-2009) por Felipe Olivares Gaete (B.E.) JGSCCC Durante la Colonia en Chile, surgieron espacios fronterizos, en donde se establecieron complejas redes políticas, comerciales y culturales entre los habitantes indígenas e hispanocriollos. Una combinación de resistencia y mestizaje en los bordes de dos mundos que se (re)conocían y enfrentaban. Estos espacios y sus habitantes se convertirían en un cruce de síntesis culturales, en la que finalmente, por medio de la dominación y la adaptación, buscaban evitar conflictos. Se imponía una forma de organización externa (la europea) que mantenía, en un justo equilibrio, una naturaleza original (lo indígena). Con el tiempo, los sistemas de defensa se fueron relajando, dando paso a la integración social de sus habitantes por medio de Parlamentos y Acuerdos. Fue en ese punto en donde la función principal de la Frontera (delimitar físicamente la soberanía y construir una separación cultural “nosotros/ellos”) parecía desvanecerse, pero en realidad cobraba más fuerza por medio de peculiares agentes, preparados o aficionados, que reflejaban la tensión misma de la Identidad Mestiza; en la que se manifestaban las mayores contradicciones de vivir en dos mundos a la vez. Estos individuos se convirtieron en exóticos personajes viajeros en búsqueda de aceptación y tolerancia hacia el grupo al que se aproximaban. En muchos casos se les marginaba, pero también se les condenaba o admiraba. Surgían entonces, y en un espacio de confluencia, conflicto y convivencia, los Forasteros en la Vida Fronteriza. En mi calidad de Responsable del Grupo Scout y redactor, recurrí a esta analogía para ejemplificar la historia que construyeron mujeres y hombres; niños, jóvenes y adultos; estudiantes, paradocentes, profesores, ex alumnos, apoderados y familias. Una historia de relaciones que han mantenido, y aún mantienen, nuestros antiguos y actuales miembros (principalmente estos) con su escuela y su Entorno. Tomé prestados de la Historiografía y las Ciencias Sociales, los términos de Vida Fronteriza y Forasteros, tratando así de sugerir, que la GAE y sus estudiantes/profesores scouts mantienen una estrecha y compleja relación en un mismo espacio humano, físico, temporal, cultural y simbólico, generando con esto muchas visiones y reacciones. Los invito a descubrir quiénes somos y cuál es nuestro rol en el Colón. Pero especialmente quiero hablarte a ti, Golondrina, Lobato, Guía, Tropero, Pionero, Caminante, Guiadora y Dirigente, que son mis Hermanas y Hermanos Scouts. En su génesis, la Gran Aventura Educativa se la jugó por “desmarcarse” de lo establecido, diferenciarse de los modelos educativos convencionales. Quienes aquí se matriculaban, tenían solo como referente los sistemas educacionales tradicionales: Uniforme, formaciones matutinas, celebraciones de efemérides nacionales, libretas de notas y comunicaciones insípidas, profesores-eminencias empaquetados. Todo esto basado en un trato formal, desconfiado, jerárquico y centrado en la buena conducta y en “pasar” materia. Pero pronto se marcó una gran diferencia metodológica. El ISP, las “Tardes de Proyecto”, los “Botes/Grupos de Trabajo”, el Fogón, las Jornadas, el “Tilímetro”, las danzas, canciones y oraciones, materializaban ocho principios movilizadores. El escultismo inundaba y sostenía gran parte de esos conceptos teóricos que ahora se hacían prácticos. El carácter aventurero y comprometido de sus profesores, alumnos y apoderados fueron acogidos cariñosamente (pero también con cierta incredulidad, nótese el contexto político de la Dictadura). La comunidad Colón se reconocía e identificaba con la diferencia. Muchas familias y profesores llegaban como forasteros pero que, poco a poco, hicieron de su vida en el Colón un proyecto de vida, en un “quehacer habitual”. La GAE en el Cristóbal Colón se convirtió en un espacio fronterizo “vivo”, una represa a punto de desbordarse en una Juanita Aguirre poblacional de Conchalí. Salas, bosques, piscina, salón, canchas, patios, capilla y anfiteatro se convirtieron en espacios comunes y de expresión, en un Chile censurado y vigilado, expectante de las transformaciones políticas a fines de los 80´s. De pronto la Gran Aventura Educativa se planteaba como algo original, que para muchos rayaba en lo exótico y anecdótico. Pero había algo más, algo que dura hasta hoy. A poco andar, un grupo de chiquillos y su profesor, formaban la primera patrulla scout, los HALCONES. De eso, ya hace más de 25 años. Y aún no termina. ¿Por qué y cómo se mezcla la historia de la GAE con la del Grupo Scout? La GAE se proyecta con el escultismo porque la exploración y la educación son desafiantes, son complementarias. Provocamos en ti, actividades que estimulen tus percepciones y sensaciones; que gatillen la curiosidad e inquietud por “aprender” de otro modo. El Aire Libre y su Silencio, por el cual transitas, son a la vez, Templo, Aula, Habitación, Taller, Plaza de Juegos y Laboratorio. Tu experiencia directa cobra importancia con el aprendizaje adquirido desde lo “vivencial”. El Juego en el que participas como Estudiante-Explorador junto a tu Educador-Orientador se convierte en Organización, Movimiento y Aprendizaje. Los exploradores somos autores y protagonistas de nuestras propias sendas. Cada Progresión o Especialidad representan un proceso y un producto a la vez, basados en tus ritmos y habilidades, aprovechando tus diferencias y no tus desigualdades con respecto a los otros. Posibilitamos la transferencia de aprendizajes a tu vida cotidiana. Apuntamos hacia tu autogestión y el ejercicio real de la responsabilidad, en acciones concretas con otros y con tu entorno. Nos adaptamos a los intereses personales, de los cursos y de los ciclos; a los aprendizajes previos; a la JEC; a los objetivos y recursos de la Escuela. Proveemos, finalmente, de un mundo mágico y místico cargado de simbolismos, rituales y trascendencia que convierten tu experiencia educativa en algo permanente… imborrable. Por eso tiene SENTIDO la existencia del Escultismo en la GAE. Los principios que cargas en tu mochila son las que nutren al Movimiento Scout (y que en Chile cumplen ya 100 años), nos confieren un perfil propio y lo transforman en nuestro estilo de vida. Sencillamente son tres principios: Dios. En una relación personal con Él; una Vida activa en la comunidad de tu Iglesia; una Vida consecuente con tu Fe; Respeto por las opciones religiosas de los demás. Tu mismo. En una relación de realización personal; de Fidelidad a la palabra dada; de Lealtad y Coherencia. La Comunidad y el Mundo Natural. En una relación de Solidaridad; Compromiso con el Medio Ambiente; Respeto y Defensa de los Derechos de los demás; Alegría y Cordialidad. A esto se une el carácter de adhesión voluntaria de nuestros miembros… no hay nada más obligatorio que las cosas libres. A partir de estos principios, ideales y propósitos del escultismo, nuestra intención y presencia en la GAE aspira a crear significados, contrastes, tensiones e impacto: Queremos "significar" algo, en una cultura que se desvive por la “forma”, el “sentido” y el “valor” que tienen las cosas en nuestras vidas. Buscamos diferenciarnos y validarnos, a través del desarrollo de experiencias que son, a la vez, simples y profundas, en un mundo que enaltece lo práctico e inmediato. Vivenciamos la sensación legítima del descubrimiento a través de la aventura, lo inconcluso o desconocido, en un sistema que quiere saberlo y controlarlo todo, y que no tolera el fracaso. Rechazamos convertirnos en una "cofradía" que crea uniformidad y sectarismo... promovemos, por el contrario, el respeto a la individualidad y diversidad, el respeto a la dignidad de cada persona, en un contexto escolar que se define cristiano y humanista y en donde, de manera creciente, la violencia cobra distintas formas. Defendemos el sentido común, solidario y espontáneo por sobre la filantropía y asistencialismo característicos de comunidades cómodas y educadas en el premio y castigo. Nos nutrimos de la inteligencia e ignorancia, del entusiasmo y la desmotivación de nuestros beneficiarios, no seleccionamos… acogemos. Como scouts, tenemos un pacto, un reto moral que nos exige ser más consecuentes, intentando día a día aminorar la brecha entre lo que se “predica” y lo que realmente se “practica”. Más que una deuda, lo vemos como una oportunidad diaria de mejorar, estar listos y servir, para con aquellos que han creído y creen en nosotros, los que nos observan y aceptan. Pero por sobre todo, para con aquellos que nos anteceden, los que ya hace muchos años atrás, soñaron con Una LEY y Una PROMESA. Somos su legado.

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Escultismo en los 30 años de la Gran Aventura Educativa

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Page 1: Forasteros en la Vida Fronteriza

Forasteros en la Vida Fronteriza

Escultismo en la GAE (1983-2009) por Felipe Olivares Gaete (B.E.) JGSCCC Durante la Colonia en Chile, surgieron espacios fronterizos, en donde se establecieron complejas redes políticas, comerciales y culturales entre los habitantes indígenas e hispanocriollos. Una combinación de resistencia y mestizaje en los bordes de dos mundos que se (re)conocían y enfrentaban. Estos espacios y sus habitantes se convertirían en un cruce de síntesis culturales, en la que finalmente, por medio de la dominación y la adaptación, buscaban evitar conflictos. Se imponía una forma de organización externa (la europea) que mantenía, en un justo equilibrio, una naturaleza original (lo indígena). Con el tiempo, los sistemas de defensa se fueron relajando, dando paso a la integración social de sus habitantes por medio de Parlamentos y Acuerdos. Fue en ese punto en donde la función principal de la Frontera (delimitar físicamente la soberanía y construir una separación cultural “nosotros/ellos”) parecía desvanecerse, pero en realidad cobraba más fuerza por medio de peculiares agentes, preparados o aficionados, que reflejaban la tensión misma de la Identidad Mestiza; en la que se manifestaban las mayores contradicciones de vivir en dos mundos a la vez. Estos individuos se convirtieron en exóticos personajes viajeros en búsqueda de aceptación y tolerancia hacia el grupo al que se aproximaban. En muchos casos se les marginaba, pero también se les condenaba o admiraba. Surgían entonces, y en un espacio de confluencia, conflicto y convivencia, los Forasteros en la Vida Fronteriza. En mi calidad de Responsable del Grupo Scout y redactor, recurrí a esta analogía para ejemplificar la historia que construyeron mujeres y hombres; niños, jóvenes y adultos; estudiantes, paradocentes, profesores, ex alumnos, apoderados y familias. Una historia de relaciones que han mantenido, y aún mantienen, nuestros antiguos y actuales miembros (principalmente estos) con su escuela y su Entorno. Tomé prestados de la Historiografía y las Ciencias Sociales, los términos de Vida Fronteriza y Forasteros, tratando así de sugerir, que la GAE y sus estudiantes/profesores scouts mantienen una estrecha y compleja relación en un mismo espacio humano, físico, temporal, cultural y simbólico, generando con esto muchas visiones y reacciones. Los invito a descubrir quiénes somos y cuál es nuestro rol en el Colón. Pero especialmente quiero hablarte a ti, Golondrina, Lobato, Guía, Tropero, Pionero, Caminante, Guiadora y Dirigente, que son mis Hermanas y Hermanos Scouts. En su génesis, la Gran Aventura Educativa se la jugó por “desmarcarse” de lo establecido, diferenciarse de los modelos educativos convencionales. Quienes aquí se matriculaban, tenían solo como referente los sistemas educacionales tradicionales: Uniforme, formaciones matutinas, celebraciones de efemérides nacionales, libretas de notas y comunicaciones insípidas, profesores-eminencias empaquetados. Todo esto basado en un trato formal, desconfiado, jerárquico y centrado en la buena conducta y en “pasar” materia. Pero pronto se marcó una gran diferencia metodológica. El ISP, las “Tardes de Proyecto”, los “Botes/Grupos de Trabajo”, el Fogón, las Jornadas, el “Tilímetro”, las danzas, canciones y oraciones, materializaban ocho principios movilizadores. El escultismo inundaba y sostenía gran parte de esos conceptos teóricos que ahora se hacían prácticos. El carácter aventurero y comprometido de sus profesores, alumnos y apoderados fueron acogidos cariñosamente (pero también con cierta incredulidad, nótese el contexto político de la Dictadura). La comunidad Colón se reconocía e identificaba con la diferencia. Muchas familias y profesores llegaban como forasteros pero que, poco a poco, hicieron de su vida en el Colón un proyecto de vida, en un “quehacer habitual”. La GAE en el Cristóbal Colón se convirtió en un espacio fronterizo “vivo”, una represa a punto de desbordarse en una Juanita Aguirre poblacional de Conchalí. Salas, bosques, piscina, salón, canchas, patios, capilla y anfiteatro se convirtieron en espacios comunes y de expresión, en un Chile censurado y vigilado, expectante de las transformaciones políticas a fines de los 80´s. De pronto la Gran Aventura Educativa se planteaba como algo original, que para muchos rayaba en lo exótico y anecdótico. Pero había algo más, algo que dura hasta hoy. A poco andar, un grupo de chiquillos y su profesor, formaban la primera patrulla scout, los HALCONES. De eso, ya hace más de 25 años. Y aún no termina. ¿Por qué y cómo se mezcla la historia de la GAE con la del Grupo Scout? La GAE se proyecta con el escultismo porque la exploración y la educación son desafiantes, son complementarias. Provocamos en ti, actividades que estimulen tus percepciones y sensaciones; que gatillen la curiosidad e inquietud por “aprender” de otro modo. El Aire Libre y su Silencio, por el cual transitas, son a la vez, Templo, Aula, Habitación, Taller, Plaza de Juegos y Laboratorio. Tu experiencia directa cobra importancia con el aprendizaje adquirido desde lo “vivencial”. El Juego en el que participas como Estudiante-Explorador junto a tu Educador-Orientador se convierte en Organización, Movimiento y Aprendizaje. Los exploradores somos autores y protagonistas de nuestras propias sendas. Cada Progresión o Especialidad representan un proceso y un producto a la vez, basados en tus ritmos y habilidades, aprovechando tus diferencias y no tus desigualdades con respecto a los otros. Posibilitamos la transferencia de aprendizajes a tu vida cotidiana. Apuntamos hacia tu autogestión y el ejercicio real de la responsabilidad, en acciones concretas con otros y con tu entorno. Nos adaptamos a los intereses personales, de los cursos y de los ciclos; a los aprendizajes previos; a la JEC; a los objetivos y recursos de la Escuela. Proveemos, finalmente, de un mundo mágico y místico cargado de simbolismos, rituales y trascendencia que convierten tu experiencia educativa en algo permanente… imborrable. Por eso tiene SENTIDO la existencia del Escultismo en la GAE. Los principios que cargas en tu mochila son las que nutren al Movimiento Scout (y que en Chile cumplen ya 100 años), nos confieren un perfil propio y lo transforman en nuestro estilo de vida. Sencillamente son tres principios: Dios. En una relación personal con Él; una Vida activa en la comunidad de tu Iglesia; una Vida consecuente con tu Fe; Respeto por las opciones religiosas de los demás. Tu mismo. En una relación de realización personal; de Fidelidad a la palabra dada; de Lealtad y Coherencia. La Comunidad y el Mundo Natural. En una relación de Solidaridad; Compromiso con el Medio Ambiente; Respeto y Defensa de los Derechos de los demás; Alegría y Cordialidad. A esto se une el carácter de adhesión voluntaria de nuestros miembros… no hay nada más obligatorio que las cosas libres. A partir de estos principios, ideales y propósitos del escultismo, nuestra intención y presencia en la GAE aspira a crear significados, contrastes, tensiones e impacto: Queremos "significar" algo, en una cultura que se desvive por la “forma”, el “sentido” y el “valor” que tienen las cosas en nuestras vidas. Buscamos diferenciarnos y validarnos, a través del desarrollo de experiencias que son, a la vez, simples y profundas, en un mundo que enaltece lo práctico e inmediato. Vivenciamos la sensación legítima del descubrimiento a través de la aventura, lo inconcluso o desconocido, en un sistema que quiere saberlo y controlarlo todo, y que no tolera el fracaso. Rechazamos convertirnos en una "cofradía" que crea uniformidad y sectarismo... promovemos, por el contrario, el respeto a la individualidad y diversidad, el respeto a la dignidad de cada persona, en un contexto escolar que se define cristiano y humanista y en donde, de manera creciente, la violencia cobra distintas formas. Defendemos el sentido común, solidario y espontáneo por sobre la filantropía y asistencialismo característicos de comunidades cómodas y educadas en el premio y castigo. Nos nutrimos de la inteligencia e ignorancia, del entusiasmo y la desmotivación de nuestros beneficiarios, no seleccionamos… acogemos. Como scouts, tenemos un pacto, un reto moral que nos exige ser más consecuentes, intentando día a día aminorar la brecha entre lo que se “predica” y lo que realmente se “practica”. Más que una deuda, lo vemos como una oportunidad diaria de mejorar, estar listos y servir, para con aquellos que han creído y creen en nosotros, los que nos observan y aceptan. Pero por sobre todo, para con aquellos que nos anteceden, los que ya hace muchos años atrás, soñaron con Una LEY y Una PROMESA. Somos su legado.

Page 2: Forasteros en la Vida Fronteriza

Somos contradictorios porque optamos por metodologías más bien militarizadas en una escuela que sabe de autodisciplina, esfuerzo, lealtad, compañerismo, lealtad y fraternidad. Obedecemos al que tiene autoridad, porque la tiene, aunque sea un(a) compañero(a) de curso. Te conferimos responsabilidades, sin importar si eres de 4º básico o 4º medio, para convertirte en Seisenero, Guía, Rutero o Dirigente de tus propios pares (el equipo o staff de jefes se renueva con nuestros propios ex alumnos). Escogemos la austeridad de la vida de Campamento, con su frío, calor, litre, hambre, lejanía e incomodidades por sobre un mundo bombardeado cada día por la cultura del consumismo, la inseguridad, lo desechable, la hiper-conectividad y los riesgos controlados. Frente a la sobreinformación que nos regala nuestra moderna civilización a través del celular, el pronóstico del tiempo, el GPS y, especialmente Internet, luchamos por un equilibrio que minimice aquello que atente contra la contemplación, la capacidad de asombro del que descubre y el aprender a través del error. En su intención por entregarnos herramientas y ser competitivos, las instituciones educativas (al contrario de la GAE) se han encargado de “filtrarnos” la realidad a través de análisis, síntesis y método científico, “podando” poco a poco a ese ser que necesita ser socializado e individualizado, bajo la lógica del progreso y la perfección. En este sentido, también “des-educamos”. Somos un “taller” que se contrasta con otros talleres porque en sus reuniones del sábado o en campamentos, fusiona a la vez, competencias deportivas, expresiones artísticas, ayudas solidarias y proyectos científicos. No por una medalla, un aplauso, un agradecimiento o una calificación convalidable con algún subsector. Nuestros premios son contemplar el cielo estrellado sin contaminación lumínica, compartir la emoción de aquel hermano que se promesa, celebrar el retorno de un raid agotador, disfrutar de un fogón ardiendo que ilumine, caliente y acoja. Nuestras victorias son estrechar las manos implorando a Jesús y a María que toda la Humanidad y la Tierra estén bien, reencontrarnos con nuestras familias estando un poco más sucios, flacos… cambiados. Por eso, cada día, cada acción representan el logro de una y mil metas que son difíciles de dimensionar, mucho menos evaluar. Armar una carpa, construir una cocina o un puente, perderle el miedo a la oscuridad, dar órdenes, enmendar un error, dedicar tiempo a la reflexión personal o a pensar con nostalgia en los seres queridos que nos esperan en el hogar. Por eso la fidelidad de nuestros miembros. Nuestra tarea recién finaliza a mediados de enero y con ansiedad la esperamos continuar en el mes de marzo del año siguiente. Somos un Grupo que impacta porque te propusimos comunicar a la GAE con el Mundo a través de tu participación en encuentros con otros Grupos Scout a nivel comunal, zonal, regional y nacional (Fiesta de la Primavera de Bandada, Cursos Básicos para Dirigentes, Congreso de Pastoral, Jamborees Nacional, Urbanos y Del Aire y, especialmente, la distinción de los 100 del Centenario que hace la AGSCH a Raúl Aros, ex jefe de Grupo ); colaborar en actividades de Gobierno (Campaña por la Participación Electoral Juvenil, Fiesta Familiar de Navidad y Campamentos Recreacionales AGSCH-Junaeb); visitar museos, parques, jardines infantiles y comunidades. Acampas y creces en cuerpo y espíritu entre quebradas, bosques, playas, precordillera y también la ciudad. Realizas campamentos entre las regiones de Valparaíso y de la Araucanía. Pero tu mayor aporte es con el Colón, ya sea acompañando a los cursos menores en sus salidas o fogatines, acarreando inmobiliario o asistiendo a tu curso en sus proyectos, pero también en sus conflictos. Esas pegas que tan solo tú las sabes. Gracias. Convivimos y entramos en conflicto con la GAE porque limitamos con mundos personales, escolares, familiares, profesionales y socioeconómicos que se entrecruzan a diario y que nos desafían a “vivir” como cualquier otro “mortal”. También buscamos el autodescubrimiento; rendir como estudiantes y trabajadores eficientes; participar como Centro de Estudiantes y Sindicato; cumplir como marinos y oficiales comprometidos; liderar como chilenos y ciudadanos proactivos; colaborar como hermanos mayores y adultos responsables; ser hijos, hermanos, pololos y padres/madres. Empleamos un uniforme y un pañolín que nos dan un propósito y una identidad en un ambiente poco habituado a la corbata y al jumper. Nuestros gritos que rompen con el ruido del recreo y se fusionan con el silencio del bosque, son los saludos a nuestros tótems-animales que nos recuerdan el vínculo con aquello que no es racional ni cultural sino instintivo y primitivo, el retorno a un origen poco valorado, ya casi olvidado. Deseamos hacernos “bilingües”, manejando los códigos y discursos que integran y constituyen a la GAE y a su comunidad. Somos, a la vez, estudiantes, compañeros de curso, integrantes de los grupos de aseo-oración, parte de las directivas o como delegados, miembros de otros talleres (lo mismo corre para nuestros apoderados y jefes). Somos los “piérdeteuna”, los que arman y desarman, organizan, controlan, lideran, danzan, cantan, motivan y apaciguan. Pero también, y eso habla de nuestra condición humana, los fugitivos de clases, los flojos, garabateros, copiones y violentos (en el error, la condena social de nuestra comunidad es muy severa). No es casual que muchos de nuestros miembros surjan de la necesidad o la preocupación de apoderados y/o profesores por reorientar el desorden, inmadurez, flojera, desinterés o aislamiento de sus hijos o alumnos. Somos un mar cambiante que sobrecoge pero que también ahoga e interrumpe. Caricaturizados hasta el límite, como superhéroes, militares frustrados, santurrones y/o sabelotodos de “manual”, más de alguno nos considera guardería de niños, equipo deportivo, cuadrilla de trabajo, salvavidas ocasionales, secta religiosa secreta, elite con privilegios, agentes para misiones especiales… y, en cierta medida, tienen razón. Pero lo que no se puede cuestionar es nuestra fidelidad a la Comunidad del Cristóbal Colón y a nuestro compromiso con la sociedad. Una sociedad que se acostumbra a avalar ciertos antivalores. Se espera que seas leal y noble, mientras existe la tentación de lograr el éxito a toda costa. Se espera que ayudemos a los demás, sabiendo que te podrían engañar, arriesgando tu vida inútilmente. Se nos encomiendo cuidar la Naturaleza, a pesar de que tu esfuerzo es mínimo comparado con la contaminación de miles. La lista es muy larga y su solución parece “utópica”. Parecemos “desubicados”, “fuera de contexto”, en muchas ocasiones, nos sentimos forasteros en nuestro propio hogar. Por eso, para el forastero-scout, la GAE es un espacio de confluencia, conflicto y convivencia. Variados patrones culturales, visiones de mundo y educación se intentan imponer. Observamos y participamos de las tensiones entre los miembros de nuestra comunidad por la adhesión, el revisionismo o el rechazo de nuestro proyecto educativo. Para ti, forastero scout, la GAE no debe ser una burbuja que te aísle del entorno próximo o lejano, por el contrario, es un campo de aventuras, inseguro, susceptible de cuestionar, precario, siempre en construcción. Pero, y esta es una posibilidad, cuando ese espacio de aventura, ya no te parezca extraño y desconocido. Cuando la sistematización del conocimiento te sature de claridades, cuando ese espacio se vuelva incuestionable ya sea por la tradición o el consenso y se convierta en un refugio centrado en objetivos, estrategias y logros, un modelo que se imponga por sus éxitos en la gestión, entonces, el forastero-scout ya no será forastero. Tus problemas específicos y dudas quedarán resueltos, tu experiencia personal se fusionará con la trayectoria de la comunidad. En ese caso, la Gran Aventura Educativa dejará de ser un espacio fronterizo, se convertirá en algo institucional, estructurado, turístico, anecdótico, en un mito nostálgico… se convertirá sólo en una leyenda. Mientras tanto, y para que eso no ocurra, te mantendrás siempre listo y leal en este extraño y cautivador mundo fronterizo por la que han optado tantas generaciones y por medio de tantos forasteros exploradores. Hermana y Hermano Forastero Scout, cuando salgas del colegio cargarás con la mochila del aprendizaje y las contradicciones de nuestra sociedad y comunidad. Harás del Mundo tu Viaje y tu Hogar. Un Territorio salvaje y hogareño por explorar. Transitarás entre los cruces de mundos y te cuestionarás tu ideal y tu práctica. Un día te preguntarás ¿En qué piensa un scout del Colón sentado frente al pizarrón; frente a su escritorio, computador, tras el volante o en su cómodo dormitorio? Lo más seguro es que esté pensando en la próxima vez que se levante, cargue su mochila y se vaya a acampar. Contigo llevarás la Gran Aventura Educativa. Una vez Scout… Siempre Scout.

Buena Caza y Largas Lunas, Colegio Cristóbal Colón!