ficha del libro x de las confesiones de san agustín

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Ficha del libro X de Las confesiones de San Agustín Sandra I. Rodríguez Aguilera En el libro X de Las confesiones dice que todo lo que está diciendo no lo está haciendo con su carne sino con la mente. Los bienes no son otra cosa que dones y obras de Dios, dando por el otro lado que los males son sus pecados y los juicios de Dios. La confesión no la hace por otra cosa sino para aceptar ante Él lo que es. Los juicios de Dios son así pues no ignora nada de lo que hacemos, añade que su esperanza es suficientemente firme como para resistir a las tentaciones. Aclara que a lo que ama no es a la belleza o a la hermosura de algo sino a Dios mismo. El ser humano para Agustín es parte cuerpo (exterior) y parte alma (interior) y afirma que él conoce el sentido de su cuerpo. Dios es mejor que cualquier cosa que pueda nombrar pues vivifica al cuerpo, habla del alma única y de la unión que tiene a su cuerpo, donde claramente no puede hallar a Dios. Luego nos presenta una parte de lo que opina de la memoria, donde explica que es necesario que las cosas lo tengan de cierta forma pues en ella se almacenan cosas que luego se utilizarán, en este caso Dios y la vida bienaventurada. Aclarando que las cosas no se introducen sino que son captadas solas. Las cosas en nuestra memoria están sin que necesitemos una imagen o que estén presentes y se presentan por parte del cogitare. Dios no es ni imagen ni alma.

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Es un pequeño resumen del libro X de las confesiones de San Agustín.

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Ficha del libro X de Las confesiones de San AgustnSandra I. Rodrguez Aguilera

En el libro X de Las confesiones dice que todo lo que est diciendo no lo est haciendo con su carne sino con la mente. Los bienes no son otra cosa que dones y obras de Dios, dando por el otro lado que los males son sus pecados y los juicios de Dios. La confesin no la hace por otra cosa sino para aceptar ante l lo que es. Los juicios de Dios son as pues no ignora nada de lo que hacemos, aade que su esperanza es suficientemente firme como para resistir a las tentaciones. Aclara que a lo que ama no es a la belleza o a la hermosura de algo sino a Dios mismo. El ser humano para Agustn es parte cuerpo (exterior) y parte alma (interior) y afirma que l conoce el sentido de su cuerpo. Dios es mejor que cualquier cosa que pueda nombrar pues vivifica al cuerpo, habla del alma nica y de la unin que tiene a su cuerpo, donde claramente no puede hallar a Dios. Luego nos presenta una parte de lo que opina de la memoria, donde explica que es necesario que las cosas lo tengan de cierta forma pues en ella se almacenan cosas que luego se utilizarn, en este caso Dios y la vida bienaventurada. Aclarando que las cosas no se introducen sino que son captadas solas. Las cosas en nuestra memoria estn sin que necesitemos una imagen o que estn presentes y se presentan por parte del cogitare. Dios no es ni imagen ni alma.En todo esto encontramos que Dios es la mayor dicha, critica a los que no se atreven a amar la verdadera verdad pues es para ellos un sacrificio que no estn dispuestos a toma. La verdad puede ocultarse por eso al ser humano pero el ser humano no puede esconderse.Por sueos que tiene le pide que le quite no slo la castidad sino la concupiscencia en general, es decir, que todo lo relacionado a placeres del cuerpo. Como la comida.Por ltimo seala al Hijo, donde ya lo localiza como parte de la Trinidad.Este libro es extenso y retrata parte de cmo el ve que nosotros entendemos las cosas. Donde el alma y el cuerpo se unen para crear al ser humano, pero lo que hace que tenga vida y que tenga la capacidad de la memoria es Dios. Pues l nos da todos los dones, incluyendo a este. Por eso mismo nosotros debemos direccionarnos a Dios, por agradecimiento. Adems no se limita nicamente a esto el que debamos convertirnos sino que por lo mismo nosotros estamos direccionadas a la felicidad, el problema es que regularmente no estamos seguros o convencidos de querer la verdad verdadera y entonces muchas veces nos dejamos llevar por las felicidades ms concupiscentes. Aqu menciona al Hijo finalmente pues se da cuenta que es un especie de mensajero, que trae el mensaje de Dios, sin embargo, no entiende esto como una sustancia aparte sino que es la sustancia del Padre, el Hijo y del Espritu Santo una sola cosa y la misma.