fernando Álvarez de sotomayor y flores

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El general Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores es uno de los últimos representantes de la eclosión científica y cultural que se produjo en Ejército en el siglo XIX. Firme convencido de la capacidad española de fabricar cañones de acero empleando únicamente materiales del país, realizó los cambios necesarios en la fabrica de Trubia para conseguirlo con éxito en 1878. Animado por éste logro, desarrolló un sistema de artillería en acero del que unicamente se fabricó el cañón de 9mm, denominado "Sotomayor", muy superior a los demás ligeros de campaña reglamentarios en otras naciones. Ya en la reserva, tras su participación en la Campaña de Melilla de 1909, impulsó el establecimiento en Almería de una unidad de reserva que sirviera de apoyo a las operaciones en el Protectorado marroquí.

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La revista Estela sale por sexta vez a la luz. Estela es de distribucióngratuita y ha sido de periodicidad irregular en función variasvicisitudes y de los recursos disponibles, pero esta vez sale con la

voluntad de mantener una regularidad anual, y de ser un referente en lainvestigación de la historia militar española, especialmente en su faceta bélica,para hacer honor a los caídos en combate, en consonancia con los objetivos dela Fundación Cultural Istolacio, particularmente del último, y que a título derecordatorio se citan a continuación:

� Fomentar la conservación, vigilancia y ornato de los cementerios otumbas de combatientes españoles o bajo Bandera de España, caídos en lucha,sin distinción de época, lugar, credo o ideología.

� Confeccionar y actualizar el catálogo de estas tumbas y cementerios.Realizar y fomentar las investigaciones históricas sobre los citados cemente-rios o tumbas, y sus protagonistas.

� Promocionar y realizar publicaciones o actividades científicas, educa-tivas y culturales.

Los fines fundacionales se rigen por un criterio ancestrales en nuestrosejércitos de distinguir dos tipos de bajas en campaña:

� En acción: que incluye los muertos por hierro y fuego enemigo, o aresultas de él. También se considera a los desaparecidos sobre el campo de batalla,que no se documentaron posteriormente fueran prisioneros, desertores etc.

� Por las penalidades de la campaña: que incluye enfermedades,accidentes, sed, frío, agotamiento, etc. Muchas veces estas secuelas salenmucho tiempo después y otras es difícil diferenciar entre causas naturales oproducidas por la campaña.

Somos conscientes, no obstantes, de las limitaciones de toda clasificación,y de que los que causaron baja por penalidades de las campañas, y no enacción, es de justicia el reconocimiento de su abnegación y sacrificio. Pero,entre otras razones, ya la documentación numérica y nominal de los caídos enacción es una labor suficientemente ingente para limitarnos a estos parámetros.Desde estas líneas animamos, a cuantos lo deseen, que amplíen el abanico denuestros caídos, para lo que contarán con nuestro aliento y apoyo.

Como decíamos al principio, para conseguir editar una revista deinvestigación sobre la historia militar de España, se ha reforzado el consejoeditorial con historiadores de solvencia reconocida, y las calidades de laedición, especialmente las calidades de las imágenes y del papel. Los trabajospublicados serán inéditos y se seleccionarán siguiendo un sistema científico,lo más objetivo posible, haciendo más hincapié en el dato, en el hecho,histórico que en la conducta política de los actores, siempre susceptible deespeculaciones tendenciosas.

Es posible que algunos sectores de la sociedad, y de la administración,hayan pretendido etiquetarnos con algunas opciones políticas concretas. Nadamás lejos de la realidad y de nuestras intenciones. Solamente pretendemos serunos españoles agradecidos.

Tampoco queremos suplantar las funciones de la administración del estado,sino sencillamente colaborar, apoyarla o llegar hasta donde ella no quiera o nopueda alcanzar. En principio y por razones funcionales, el período histórico delas publicaciones sobre historia militar se van a partir temporalmente a partirdel año 711, que con la invasión árabe dio principio a la grandiosa epopeya denuestra Reconquista, y en lo se tratará de centrar cada nuevo número en unaguerra o campaña concreta, dándole un carácter monográfico.

EDITORIALHONOR y GLORIA al que cumpliendo con su deber, dio su vida por

la Patria en cualquier lugar o circunstancia.PUBLICACIÓN ANUAL2ª ÉPOCA - nº 6AÑO 2009

DirectorMIGUEL BALLENILLA Y

GARCÍA DE GAMARRA

Consejo de RedacciónSALVADOR FONTENLA

BALLESTA

JUAN ANTONIO GÓMEZ

MARTÍNEZ

JOSÉ MARÍA MANRIQUE

GARCÍA

GUILLERMO ROCAFORT

PÉREZ

Publica

FUNDACIÓN CULTURAL

ISTOLACIONavas del Rey, 51-B-dcha.28011 - MADRIDTel. 91 5090696www.istolacio.org

Edita

EDITORIAL

FAJARDO EL BRAVO S.L.Tf. y Fax: +34 968 477 481Carretera de Granada, 2Edificio Algimia, 1C30800 - Lorca - Murcia

www.editorialfajardoelbravo.es

CubiertaJUAN CARLOS

GÓMEZ PALLARÉS

MaquetaciónMAR MÁLAGA GARCÍA

ISSN 1139-1464

Dep.Legal MA-1682/2002

ImprimeINDUSTRIAS GRÁFICAS

NOVOARTE S.L.

IMPRESO EN ESPAÑAPrinted in Spain

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El general Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores es uno de losúltimos representantes de la eclosión científica y cultural que seprodujo en el Ejército en el siglo XIX, con brillantísimos

representantes en un amplio abanico de áreas del conocimiento humanístico ycientífico1. La importancia del importante espacio que ocupaba la milicia enel ámbito cultural contrasta con la decadencia posterior –pendiente de análisis-y cuya persistencia debería ser motivo de preocupación.

Las biografías de estos ilustres militares, muy desconocidos entre losprofesionales de hoy en día -tal vez botón de muestra de lo afirmado en líneasprecedentes- ponen de relieve como la frase del genial Cervantes -más repetidaque practicada- “la pluma no embota la espada” es una realidad, como nosrevelan sus vidas de dedicación plena a la milicia y cuya actividad cultural ycientífica eran consustánciales a su elevada preparación profesional.

Nace Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores en Cuevas de Vera,localidad hoy conocida como Cuevas del Almanzora, el diez y seis denoviembre de 1844. Es hijo de Jose Álvarez de Sotomayor Domenech,acaudalado paisano de Cuevas gracias a las florecientes minas de la comarcay nieto del héroe popular Fernando Álvarez de Sotomayor Ramírez, militarcordobés, liberal, que se sublevo en León contra Fernando VII, lo que le costóuna condena a muerte de la que se salvó al fugarse de la cárcel auxiliado porsu prima, otra heroína: Mariana Pineda.

Su hermano menor, Pedro (1848), marino de guerra, sería el tripulante másjoven del “Numancia”, el buque insignia del Almirante Méndez Núñez en laguerra del Pacífico (1866) y también el primer barco de vapor que dio la vueltaal mundo. Llegaría a ser director de la Academia Naval Militar de Marín ypadre del afamado pintor Fernando Álvarez de Sotomayor que llegaría aostentar el cargo de director de la primera pinacoteca nacional: el Museo delPrado. Su hermana Teresa (1855), sería la madre del celebrado poetaalmeriense Jose María Martinez Álvarez de Sotomayor al que nos referiremosmás adelante. Otra hermana de nuestro general, Maria (18??) tambiéndestacaría en las artes literarias.

Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores

Miguel Ballenilla y García de GamarraTeniente Coronel de Infantería DEMDoctor en Historia

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Ingresa el uno de septiembre de 1857, a los trece años de edad, como cadeteen el prestigioso Real Colegio de Artillería de Segovia, donde unas décadasantes había impartido clases de química y metalurgia Louis Proust. Siendo elarma de Artillería responsable de la dotación y fabricación del armamento ymuniciones de la totalidad del Ejército, el rigor era la seña de identidad de lapreparación científica y técnica de los oficiales de artillería, que en buenamedida lideraron el desarrollo industrial y tecnológico de España a lo largodel siglo XIX.

Las exigencias del amplísimo plan de estudios, prolongaba la estancia delos alumnos en las aulas seis años. Álvarez de Sotomayor obtiene su realdespacho de teniente en abril de 1863 y es destinado al 5º Regimiento a pie enMadrid. En este Regimiento fue destinado a la compañía de montaña. Tras unareorganización artillera, con su compañía pasa a estar encuadrado en el 2ºRegimiento de montaña en Segovia y posteriormente en Granada.

En 1866 pasa destinado al primer Regimiento montado en Madrid y en el69 a 2º Regimiento de montaña, con el que tuvo su bautismo de fuego, el 8 deoctubre, contra los republicanos de la Carolina y el 11 y 16 en Alcira yValencia. Por estos hechos de armas se le otorgó su primera Cruz Roja.

En 1870 asciende a capitán de artillería por antigüedad, grado que ya teníadel Ejército desde 1868, dualidad de empleos militares que regía en la épocacomo mecanismo de defensa de los cuerpos facultativos (Artillería e Ingenieros)para no situarse en desventaja respecto a las Armas de Infantería y Caballería,que ascendían con mayor rapidez consecuencia de su escala “abierta”.

En 1871 pasa al 2º Regimiento a pie y con su compañía se desplaza aMálaga y Cádiz. En 1872 solicitó el pase a supernumerario, pero antes definalizar el año solicita el reingreso en el servicio activo pasando a lasinmediatas órdenes del Brigadier Fernando Camús, que ostentaba el mandode una columna de operaciones en Despeñaperros en lucha contra losinsurrectos republicanos.

Finalizadas las operaciones en los primeros días de 1873, paso destinado ala Fábrica de Armas de Oviedo. Se iniciaba con este destino un periodo en elque Álvarez de Sotomayor destacaría por su iniciativa, conocimientos y visiónde futuro, periodo que, sin embargo, se vería interrumpido a las pocas semanaspor uno de los acontecimientos que hacen a nuestro siglo XIX extraordinarioen el orden político, económico, social y militar: La segunda disolución delCuerpo de Artillería.

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De los gravísimos sucesos revolucionarios que culminaron con lasublevación de los sargentos de Artillería del madrileño Cuartel de San Gil, el22 de Junio de 1.866, de los que el Cuerpo de Artillería considero siempreresponsable al capitán Baltasar Hidalgo de la Quintana se derivaría, en 1873,un enfrentamiento de los oficiales artilleros con este oficial ya promovido aMariscal de Campo y nombrado Capitán General de Navarra y Vascongadas.El día de su toma de posesión no se le presentó ningún oficial del Cuerpo deArtillería. A esta falta de disciplina le seguiría, el 3 de febrero de 1.873, otra,cuando al Mariscal de Campo se le destina a Cataluña a las órdenes del tenientegeneral Gaminde para la campaña contra los carlistas. Ante este nuevo mandootorgado al que consideran responsable de lo ocurrido en el cuartel de San Gil,los oficiales de Artillería solicitan en masa la baja en el Ejército, lasconsecuencias no se harían esperar, el día 8 el Presidente Ruiz Zorrilla presentaa la firma del Rey Don Amadeo de Saboya el Real Decreto de reorganizacióndel Cuerpo de Artillería que dejaba sin cometidos a los oficiales del la EscalaActiva, lo que representaba, en la práctica, la disolución. Este hecho colmaríalo aguantado por el Rey que, el 11 renunciaba a la corona de Españaproclamándose la Primera República.

Fernando Álvarez de Sotomayor que, como el resto de compañeros, habíasolicitado el retiro, regresaría al servicio activo el 21 de octubre con ocasiónde la nueva reorganización del Cuerpo decretada por el Presidente de laRepública don Emilio Castelar el 21 de septiembre de 1873 que restablecía laorganización previa al decreto del 8 de febrero. Álvarez de Sotomayorretornaba a la Fábrica de Armas de Oviedo y en 1875 pasaría a la de Trubia.

LA FABRICACIÓN DE ACERO EN TRUBIA

Es en estos años cuando la artillería, que había evolucionado muy pocodesde el siglo XV, estaba dando los primeros pasos mediante el desarrollo delos sistemas de carga por culata y el desarrollo de sistemas de cierre máscomplejos que le permitirían dar el gran salto adelante que representó lossistemas hidráulicos de frenado del retroceso y recuperadores.

En 1858 se comenzó a rayar la artillería, en 1864 el Ejército españoladquiriría los primeras piezas de campaña de retrocarga, que tomarían parteactiva en la Tercera Guerra Carlista, y a finales de 1867 se adquirieron losprimeros cañones de acero que disparaban proyectiles de envuelta de plomo,

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concretamente se compró el afamado Krupp de 8 centímetros, y en 1875 losde 9 centímetros. La adopción por el Cuerpo de Artillería de estos cañonespermitió a la industria española copiarlos en bronce comprimido, másasequible a la tecnología española, de la mano del coronel Plasencia.

Las primeras investigaciones con el acero en Trubia se remontaban a 1867,pero los resultados no eran alentadores, la falta de homogeneidad del metalobtenido ocasionaba que los cañones de fusil construidos del mismo lingotetuvieran distintos comportamientos, unos aguantaban perfectamente las pruebasde fuego, sin embargo otros reventaban incluso al primer disparo. Finalmente,en 1877, el capitán Salvador Peña, encargado del taller de aceros, tras años deestudio de los procedimientos metalúrgicos utilizados en otros países obtuvocon hierro procedente de las minas de Beasain, Baracaldo, Vera y Guriezo unacero de condiciones similares a los mejores producidos en Firth, Turton, Kruppo Terre-Noire, que eran los fabricantes más prestigiosos de la época, hasta elpunto que las pruebas de fuego realizadas con cañones de fusil en paralelo a lasrealizadas con cañones alemanes, incluso forzando las cargas, demostraron lasuperioridad de los españoles. Pero los cañones de fusil son una cosa y otra muydistinta los cañones para artillería, y realizar modificaciones en la fabrica deTrubia para la construcción en serie de cañones de acero sin tener la seguridadde los resultados era un riesgo muy difícil de asumir.

Fábrica de Armas de Trubia

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Y es en este punto donde surge la figura del capitán Fernando Álvarez deSotomayor. Es un firme convencido de la capacidad española de fabricarcañones de acero empleando únicamente materiales del país, y parademostrarlo sin que supusiera una carga para el presupuesto, propone lafundición de un cañón de 15 centímetros, el máximo calibre posible con loselementos disponibles en la fabrica. Aprobada su iniciativa, en 1878 se poneen marcha tomando como modelo el cañón Krupp del mismo calibre, si bienla pieza construida con acero español sería 300 kilos más ligera.

La preparación técnica, capacidad organizativa y condiciones de mandodel capitán Álvarez de Sotomayor se pusieron de manifiesto en este titánicoesfuerzo. Para conseguir un único bloque de acero fundido de 2600 kilosnecesario para el cañón era preciso poner en marcha simultáneamente los 20hornos del taller de aceros llenando los crisoles al máximo de su capacidadsin que se perdiera uno solo ni se interrumpiera en ningún momento el caudalde metal liquido obtenido de ellos.

Para ello fue preciso adiestrar específicamente a los operarios para quepudieran atender a dos o tres hornos simultáneamente y realizar en la fábricalas obras mínimas imprescindibles para hacer llegar la colada de los hornossituados en distintos talleres al mismo lugar. El 23 de octubre de 1878 seprodujo la primera colada de acero, pero problemas en la coordinación deltrabajo de todos los hornos impidió obtener el producto deseado, pero si seobtuvo la imprescindible experiencia práctica para corregir los fallosobservados. Diez días después se realizo el segundo intento, la colada duróquince minutos y no se perdió una sola gota del contenido de los hornos. Noes difícil imaginar el ambiente de tensión y actividad de aquellos momentos,todo bajo la dirección del capitán Álvarez de Sotomayor y con los operariostrabajando a temperaturas próximas a los cien grados centígrados.

Obtenido el enorme bloc de acero, la forja del cañón dio comienzo el 17 denoviembre. Su manipulación y movimiento entre el yunque y el horno parapoder redondearlo, estirarlo y templarlo finalmente en aceite, exigía resolvermuchos problemas de adaptación de los talleres y utillaje, en todo ello aportóel capitán Sotomayor su capacidad e ingenio. Finalmente se obtuvo el cañónde ánima y recámara, forma, número y paso de las estrías idénticas al Krupputilizado como referencia. El menor peso ya mencionado tenía su reflejo en unespesor inferior del cañón en el modelo español, quedaba ahora lo másimportante, las pruebas de fuego.

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Se consideró que 1.000 disparos serían suficientes para comprobar lacalidad y resistencia del producto obtenido y el resultado no pudo ser mássatisfactorio, ya que el cañón español resistió la dura prueba sin problemas,aventajando en algunos extremos al cañón alemán. Incluso una pequeña fisuradetectada en el ánima al finalizar la forja, atribuida a un resto de escoria de lafundición que preocupó muchísimo inicialmente sin que diera problemasdurante las pruebas, incluso se comprobó que no había aumentado su tamañoni en longitud ni en profundidad tras los disparos. El éxito fue tal queinmediatamente se emprendieron las reformas necesarias en Trubia para lafabricación de cañones de acero. La fe en el acero español del capitánSotomayor se había demostrado en la práctica y con ello emprendería elestudio de un completo sistema de artillería con el que proporcionar a Españade potentes y modernas piezas de artillería sin dependencia del extranjero. Estenuevo proyecto se convertiría en el cañón de campaña de 78,5 mm. querecibiría la denominación de Sotomayor.

EL CAÑÓN SOTOMAYOR

En 1881 el Memorial de Artillería publicó un extenso trabajo del capitánSotomayor, setenta páginas en 8º francés, titulado “Consideraciones en quepuede basarse la organización de la artillería de campaña” en la que realiza un

Cañón fabricado por Sotomayor

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exhaustivo análisis de la organización de la artillería y expone novedosaspropuestas orgánicas que por su extensión no podemos abordar en este trabajo,pero si atenderemos a la parte central de su estudio, en la que propone unanovedosa forma de calcular el valor de la artillería de un Ejército. La formatradicional contabilizaba únicamente el número de piezas disponible por cada1000 hombres, mientras que Sotomayor argumentaba que la evolución técnicasufrida por el material exigía que “el valor de las piezas debe medirse por elque produzcan sus proyectiles, ó sea por su fuerza viva á la distancia media decombate y, que por lo tanto, el valor de una artillería se puede expresar pordicha fuerza viva á la expresada distancia por kilogramo de cañón”.

En base a este novedoso patrón, realiza una exhaustiva comparación de laartillería en servicio en las naciones más adelantadas de Europa y concluíaproponiendo una organización de la artillería de campaña en base a tres distintoscalibres -7,85 centímetros para las baterías ligeras, 9,5 para las de línea y 11para las de posición- con la que se conseguía alcanzar la máxima potencia conel mínimo número de cañones, concretamente arrojar por descarga 34,7kilogramos de hierro por cada mil hombres, lo que situaba su sistema o modeloorgánico a la cabeza de las naciones según su patrón de medida. Finalizaba suestudio proponiendo la conveniencia de que España fabricara las piezas queexigía su sistema, por considerar que entraba dentro de sus posibilidadestécnicas y económicas, rompiendo la endémica dependencia del exterior.

La muestra de inquietud y talla intelectual del capitán Sotomayor expuestaen este riguroso trabajo no paso desapercibida dando lugar a un rico debate enlas revistas profesionales. Su publicación en el ya mencionado Memorial deArtillería (3ª serie, tomo IV, 1881) tuvo eco en El Correo Militar (núm. 1857),la Revista General de Marina (tomo XI, Pág. 409) y especialmente en laRevista científico-militar (tomo I, 2ª época, 1881), prestigiosísima publicaciónque presentaba el trabajo de Sotomayor señalando: “No es la primera vez queel comandante Sotomayor da pruebas de ser un escritor incorrecto, pero unrazonador de primera fuerza, excelente artillero y entusiasta militar […]”donde la calificación de incorrecto debemos considerarla en su dimensión decrítico con las ideas establecidas.

El trabajo descrito fue acompañado en el tiempo por una Memoria técnicadirigida a la Junta Superior Facultativa de Artillería para la fabricación en acerode las piezas y calibres propuestos en su estudio. La propuesta colisionaba conel impulso que se había dado a la utilización del bronce comprimido o bronce-acero en la fabricación de cañones, por ser más económico y pensarse que estabamás al alcance de la tecnología española, su principal investigador era el también

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distinguido artillero, teniente coronel Augusto Plasencia, padre de muchas delas piezas que estuvieron en servicio en nuestra Artillería. No obstante, el avalque representaba la talla intelectual y capacidad de trabajo demostrada por elcapitán Sotomayor dio pie a que la Junta autorizara la fabricación, con carácterexperimental, de la pieza más ligera de todas las propuestas, la de 7,85centímetros, que realmente sería reconocida como de 8 cm. El Acta de la Juntarecogía que, a la vista de los cálculos teóricos, se consideraba la pieza propuestamuy superior a todas las análogas de las demás naciones y destacaba el aciertocon el que el capitán Sotomayor había sabido elegir para sus cálculos las teoríasde balística interior y exterior más acreditadas.

No obstante la Junta apreciaba que las magníficas características de la piezapropuesta, de solo 280 kilos de peso y capaz de disparar un proyectil de 6,3 kiloscon una velocidad inicial de 450 m/s y efectos balísticos superiores al cañón enservicio de 9 centímetros, que pesaba 516 kilos, presentaba un punto débil: lanecesidad de que el cañón contara con una cureña lo suficientemente ligera parano anular el peso que se había ahorrado en el cañón y que, sin embargo, fueracapaz de soportar el enorme retroceso que la potencia de la pieza generaría. Esterecelo retrasó la fabricación del cañón hasta que se autorizó, por la misma Junta,el diseño y fabricación de una cureña adecuada a la pieza proyectada, labor querecaería igualmente en el capitán Sotomayor acompañado para esta labor por eltambién capitán de Artillería Francisco Ferrer y Flores.

Cañón ligero de 7,85 cm

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Fabricada la pieza y cureña en Trubia ylas ruedas en la Maestranza de Sevilla,dieron un peso total 689 kilos, (282 delcañón, 287 de la cureña y 120 de lasruedas) que seguían aportando al conjuntode la pieza una gran ligereza. Realizadaslas pruebas en el Polígono de Tiro deCarabanchel a lo largo de 1982, el 13 deseptiembre la Junta Superior se reunió paravalorar el cañón y su cureña. Se habíanejecutado 416 disparos cuyos resultadosratificaron lo que el estudio teórico deSotomayor había adelantado, el cañón deacero de 8 centímetros (7,85) era máspotente que todas las piezas similaresextranjeras en servicio, sirviendo comodato comparativo para este artículo que laque más se le aproximaba en características era la francesa cuyo peso era de425 kilos en comparación con los 282 kilos finales que tenía la piezaexperimental. En su comparación con las españolas y más concretamente enel duelo sostenido con la de bronce comprimido del mismo calibre laconclusión de la Junta era que: “no puede dudarse que la nueva pieza de aceroes notablemente superior, a pesar de su menor peso.”

Respecto a la resistencia de la cureña diseñada para el cañón, se hicieronvarias pruebas, siendo la más decisiva y exigente aquella en que se realizaron100 disparos continuados asentada la pieza sobre una explanada de piedra queobligaba a la cureña a absorber todo el retroceso, resistiendo satisfactoriamentey llegando la Junta a señalar que “Estos resultados son tanto más notables,cuanto que, tratándose de un cañón que a su ligereza une gran fuerza viva deretroceso, el cálculo del montaje presentaba grandes dificultades, y al dar cimaa tan complejo y difícil problema los Sres. Sotomayor y Ferrer, han acreditadouna vez más sus profundos conocimientos.”

Creemos importante dar reproducción integra a las conclusiones de la Juntaporque trasladan perfectamente el alcance del éxito obtenido por el capitánSotomayor en el diseño de su cañón de acero.

1º. Que el cañón Sotomayor es muy superior a todos los demásligeros de campaña reglamentarios en las distintas naciones, tanto en

Detalle rueda y cureña

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efectos balísticos y trayectorias tendidas, como por su extraordinarialigereza, y el mayor efecto que se puede obtener de sus proyectiles seade segmentos, sea de granada de metralla.

2.º Que dicho cañón es también más potente que los cañones decampaña de nuestro país de 7,85 y de 8,7 de bronce comprimido, enlos mismos conceptos anteriormente expresados.

3.º Que ya se considere aisladamente el cañón o el conjunto de piezay cureña, presenta grandes ventajas para su movilidad, por el menor peso.

4.º Que las dos cureñas ensayadas ofrecen las mayores garantíasde resistencia y las mejores condiciones para el servicio; prefiriéndosepor su sencillez la que no lleva el moderador Engelhart.

En atención a los brillantes resultados que se han obtenido con elcañón y cureña, resultados que constituyen un título legítimo de gloriapara los autores, y para el Cuerpo de Artillería español, esta Comisiónentiende convendría proponer a la Superioridad:

1.º Que el cañón ligero de campaña del Sr. Sotomayor y su cureña,se declaren reglamentarios y lleven el nombre del autor.

2.º Que se construyan en la Fabrica de Trubia las piezas y cureñascorrespondientes a la dotación de un regimiento.

3.º Que para la construcción de estas piezas y cureñas se comisione alSr. Sotomayor, para que de acuerdo con la Junta Facultativa de la Fabricade Trubia, se hagan los planos de construcción y tablas de tolerancias.

4.º que se invite al ilustrado Jefe Sr. Sotomayor para que proyectedos piezas, una de línea y otra de posición, semejantes a la ligera decampaña, así como sus cureñas.

No terminará su informe esta Comisión, sin hacer notar el relevanteservicio prestado por el Sr. Sotomayor, por cuyos constantes esfuerzo yasiduos trabajos se coloca nuestra artillería ligera de campaña, no soloen primer lugar entre las demás naciones, sino tomando gran ventajay delantera en el progreso balístico; considerándose también de lamayor importancia el servicio prestado por el mismo Sr. Sotomayor enunión con el Sr. Ferrer al proyectar la cureña, que tan satisfactoriosresultados ha dado en las pruebas.

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La comisión recomendó el ascenso deambos oficiales por los méritos especialescontraídos en el diseño y fabricación depieza y cureña. Álvarez de Sotomayor yaera comandante de Artillería porAntigüedad desde el 17 de junio de ese año-1882- grado que ya ostentaba “deEjército” desde 1973, por lo que el ascensolo fue a Teniente Coronel “de Ejército”. Searmaron con este magnífico cañón lasbaterías a caballo de los regimientosdivisionarios, dándose la curiosa circunstancia que la pieza más ligera era lamás potente del regimiento. Sin embargo, los cañones de 9½ y 11 centímetrosnunca se llegaron a construir, aunque en el extranjero se estaba atento a lascapacidades de este oficial y sus conocimientos, puesto que el Gobierno deMéjico le ofreció la dirección de la artillería de aquel país americano con unasretribuciones de 150.000 pesetas anuales, generoso ofrecimiento queSotomayor rechazó inspirado en su patriotismo y lealtad a su ejército.

No es difícil imaginar la belleza de una de aquellas baterías a caballo armadascon este esbelto, ligero y hermoso cañón maniobrando con agilidad y rapidezpara entrar en posición. No hemos obtenido datos concretos sobre la vida de estematerial, pero por algunas fotografías parece ser que todavía estaba en servicio enel año 21 cuando se reforzó el Ejército de África a raíz del Desastre de Annual.

AL MANDO DE UN REGIMIENTO EN CUBA

Durante los estudios y desarrollo del cañón, simultaneo sus destinos enunidades del Cuerpo con comisiones de servicio en la Fábrica de Trubia, dondees destinado en 1885 como jefe de la 2ª Sección de talleres, donde se le encargóque realizara las reformas técnicas necesarias para que se pudiera fundir laartillería pesada del acorazado Pelayo.

Ascendido a teniente coronel de Artillería en 1887, solicita destino al batallónde plaza de Santoña, aunque su vinculación con la investigación y técnica artillerano se interrumpiría, pues en 1890 fue comisionado al extranjero para el estudiode la fabricación de pólvora sin humo y en 1893 para visitar la fabrica de cañonesWolrride en Inglaterra además de varias comisiones relacionadas con laconstrucción o nuevas pruebas de su cañón en Trubia o Madrid.

Detalle del cierre

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El 27 de octubre de 1893 y a raíz de la “Guerra chica” o “Guerra deMargallo”, en las proximidades de Melilla, marcha a la plaza norteafricana alas inmediatas órdenes del general de división Manuel Macias y Casadoparticipando en las acciones de aprovisionamiento de los fuertes de Cabrerizasy Rostrogordo del 3 de noviembre en los que, los entonces capitanes MiguelPrimo de Rivera y Juan Picasso Gonzalez, obtendrían sendas Cruces Laureadasde San Fernando. También participaría en las acciones de Horcas Coloradas,Santiago y Batería J.

De regreso a la Península en 1894, es ascendido por antigüedad a coronelde Artillería, grado que ya disfrutaba “de Ejército” desde 1887 y se le asignael mando del Tercer Regimiento montado en Burgos.

En 1896 es destinado al Ejército de la Isla de Cuba, llegando a la Habanael 14 de abril y entrando inmediatamente en combate al mando de mediabrigada en La Fé. Como tantos españoles llegados a la Isla caribeña, contraela Fiebre Amarilla, de la qu consigue recuperarse, haciéndose cargo de laComandancia Militar de Holguin y del mando del Regimiento de Infantería dela Habana nº 76 por estar herido su coronel. Regimiento con el que participóen varios combates en la provincia de Santiago de Cuba y contando,curiosamente, con el apoyo de una única pieza de artillería.

Ascendido a General de Brigada por méritos de guerra en octubre de 1897,se le dio el mando de la 1ª Brigada de la División de Holguin hasta que aprincipios de 1898 solicitó el regreso a la Península resentida su salud por laFiebre Amarilla que había padecido.

JEFE DE DIVISIÓN EN LA GUERRA DE 1909 EN MELILLA

Ya en territorio metropolitano ocupa sucesivamente la jefatura del EstadoMayor del 6º Cuerpo de Ejército, de la Capitanía General del Norte, el mandode la 1ª Brigada de la 12 División y Gobernador Militar de Guipúzcoa,Gobernador Militar de Jerez de la Frontera, Comandante General de Artilleríade la 2ª Región Militar y Comandante General de Artillería del 2º Cuerpo deEjercito con sede en Sevilla.

Ascendido a General de División en 1905, se le destina al año siguiente comoGobernador Militar de Ceuta, Comandante General de Artillería de la 4ª RegiónMilitar (Barcelona) y finalmente Jefe de la 12 División en Vitoria en 1908.

En julio de 1909 estalla en Melilla un nuevo conflicto fronterizo a raíz delasesinato de unos trabajadores del ferrocarril en las proximidades del monteGurugú. Desbordada la capacidad de las fuerzas de Melilla, el Comandante

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General de Melilla, general Marina, solicita refuerzos y le es enviada unaDivisión al mando del general Orozco, cuya movilización daría lugar a lostristes acontecimientos de Barcelona conocidos como la “Semana Trágica”.

El general Marina considera insuficiente las fuerzas disponibles, 30.000hombres, para pasar a la ofensiva y solicita otra división para alcanzar los44.000 hombres. El Gobierno moviliza una segunda división expedicionaria yla pone al mando del general Sotomayor, desembarcando en Melilla entre el 5y el 14 de septiembre y entrando en combate el 22 de septiembre en la tomade Zoco el Had de Benisicar y el 28 en la defensa de las posiciones alcanzadas,siendo en esta defensa donde tuvo lugar el acto heroico del Cabo Noval,encuadrado en el regimiento del Príncipe número 3 al que precisamente habíaarengado el general Sotomayor la mañana del día 22 diciéndoles:

“Vosotros, los del Príncipe, tendréis la ocasión de demostrar que, conrazón ostentáis orgullosos el título de asturianos y que, en vuestra provincia,dio comienzo la gloriosa conquista del solar patrio, allá, en aquel rincón deCovadonga, que tanto se destacó en la historia de nuestra patria. Cumplidespañoles, esto bastará para que el enemigo huya aterrado. Soldados de mimando, ¡Viva España!¡Viva el Rey!¡Viva el Ejército!¡Viva la Cuna de laReconquista!.”

El 7 de noviembre participó en la histórica toma del monte Gurugú, queconstituía todo un símbolo de la Campaña, continuando en las siguientessemanas en los reconocimientos y ocupación de la costa occidental del caboTres Forcas, desempeñando la jefatura de la Comandancia General de Melillacon carácter interino a la marcha del general Marina.

EL CAMPO DE INSTRUCCIÓN Y MANIOBRAS DE VIATOR

En mayo de 1910 regresa a Vitoria haciéndose cargo nuevamente de su 12División, pero en noviembre solicita el pase a la reserva, que le es concedida,regresando a Almería tras 57 años de servicio.

Sin embargo, su participación en las operaciones de Melilla y, sobre todo,las dificultades habidas en movilizar unidades adecuadamente instruidas parael refuerzo de la guarnición norteafricana debieron gravitar en suspensamientos ya afincado en su tierra natal, a la que empezó a considerar comoasentamiento privilegiado para situar estas reservas, y con este objetivocomenzó a visitar parajes próximos a la Ciudad buscando un terreno quereunieran las condiciones adecuadas para albergar e instruir estas unidades.

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Visitados los campos de Viator al pie de Sierra Alhamilla, vio en ellos elterreno ideal para su proyecto y, auxiliado de los oficiales de ingenieros Paniaguay Acosta elaboró en 1911 un completo proyecto de cuarteles para albergar unabrigada de Cazadores a seis batallones de mil hombres, un regimiento deCaballería de quinientos caballos, un regimiento mixto de Artillería con un grupomontado y otro de montaña y otras fuerzas auxiliares, así mismo comprobó quelas condiciones del campo de Viator reunía todas las característica necesariaspara la correcta instrucción y adiestramiento de las unidades.

El proyecto, acogido con entusiasmo por el Ayuntamiento de Almería, queveía en ello una oportunidad de progreso económico, fue remitido porSotomayor al general Luque, Ministro de la Guerra, pero la muerte el 25 dejulio de 1912 del general privo al proyecto de su principal valedor, lo que unidoa la dejadez del Gobierno en la organización de las citadas reservas dejo elproyecto en el olvido del Ministerio.

No es hasta la dictadura del general Primo de Rivera cuando el proyecto deunidades de reserva para el Ejército de África recobra vida y, a finales de 1923,el Ayuntamiento, que no había olvidado el proyecto de Sotomayor, iniciaacciones para conseguir ser sede de estas unidades en pugna con otras capitalescomo Alicante o Málaga, confirmándose Viator en febrero de 1924 como unode los asentamientos e iniciándose las obras por zapadores militares en abril.

El 21 de julio, Primo de Rivera visita brevemente Almería procedente deMelilla tras su histórica visita al Ejército de África para comunicar su plan deacción para el Protectorado y, entre los actos programados, inspecciona lasobras del campamento de Viator, donde descubre una lápida conmemorativaque recuerda al que fue visionario y promotor de aquellas instalaciones, elgeneral Álvarez de Sotomayor. Su nombre pasó a identificar desde entoncesel campamento, hoy base, y Campo de Tiro y Maniobras, que hoy en díaconserva la importancia estratégica y condiciones para el adiestramiento queentonces supo vislumbrar el general almeriense.

EL ENTERRAMIENTO

Fallecido por enfermedad, fue sepultado en Cuevas de Vera, su lugar denacimiento, el 27 de julio de 1912. En el libro de registro del cementerio figurael destalle del panteón en que fueron depositados sus restos, el 743, en unasepultura de 1ª Clase con féretro de madera, siendo su viuda la señora doñaJosefina Ramírez Cortes. Sin embargo, ninguna lapida ni identificación figuraen el mencionado nicho y su recuerdo se ha desvanecido en el campo santo,

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donde si perdura el magnífico monumento funerario de su sobrino, el celebradopoeta almeriense Jose María Martínez Álvarez de Sotomayor, que inmortalizoen su poemario Campanario la figura de su tío con los versos que recitó antePrimo de Rivera el día de su visita a Viator.

1 Antonio Vallecillo (1807-1880),Jose Almirante (1823-1894), FranciscoVillamartin (1833-1872), o CarlosBanus y Comas (1852-1934) en elámbito del pensamiento militar; JoséAparici (1791-1857), el conde deClonard (1793-1862), SerafínEstébanez (1799-1867), AdolfoCarrasco (1830-1906), FranciscoBarado (1853-1922), los hermanosLuis y Fernando Fernández deCórdoba (1798/1840 y 1809/1883),Eduardo Fernandez San Román (1818-

1887), José Gómez de Arteche (1821-1906), Valeriano Weyler (1838-1930)o Francisco Martín Arrúe (1850-1915)en el terreno de la historia; tratadistasmilitares como Evaristo San Miguel(1785-1862), Manuel Gutiérrez de laConcha (1800-1874), Luis Fernándezde Córdoba y Remón Zarco del Valle(1853-1906), Arturo Cotarelo yValenzuela (1840-1898) y Jose VillalbaRiquelme (1856-1936) entre otros

NOTAS

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Ufano porque llevo su apellidoy más ufano por haber nacido

en las tierras ardientes de Almería,alzo la voz poniendo en mis acentosun inmenso raudal de sentimientosen la pobre expresión de mi poesía.

Hubiera sido a las justicia ultrajeno rendir la provincia un homenajeal hijo que no tuvo otros quehaceres

que vivir a la Patria consagradoen sus altos deberes de soldado

y haciendo religión de esos deberes.

Laborioso en la paz, su inteligenciasupo arrancar inventos a la ciencia;

entre los suyos prodigó cariño,y en los recios peligros de campaña

ponía al descubierto por Españaaquel gigante corazón de niño.

De los campos de Cuba y de Melillaprestigioso su nombre y sin mancillatornó a su Patria. Y en decir sencillo

relataba proezas de su gentemientras iban marcándose en su frente

los sublimes destellos del caudillo.

Y al narrar de las épicas jornadasparece que sus venas incendiadas

hacían romper su corazón de atletaderramándose en llanto gota a gotacual fluyen de mi lira nota a notamis sentidas nostalgias de poeta.

En servicio de España y de su Reyentorchados ganó de oro de ley:

no al acaso debidos ni a la suerte.¡Valió Sotomayor porque valía;

porque la luz que en su cerebro ardíano la pudo apagar más que la muerte!

Anciano ya y enfermo de la guerrabuscó las calideces de esta tierra;puso en ella su afán y sus desvelos,

y una tarde… a sus pies, puesto de hinojos,mi propia mano le cerró los ojosen el viejo solar de mis abuelos.

Aquí en la tierra de mi rudo canto,en el recinto de su camposanto

donde labra el dolor sus escondrijos,Cuevas hará de su sepulcro un temploque a nuestros hijos servirá de ejemploy a los hijos también de nuestros hijos.

A LA MEMORIA DEL GENERAL SOTOMAYOR

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Calibre 8 cms (78,5 mm)Longitud de la boca de fuego 2.215 mNúmero de rayas 16Peso de la pieza 608 Kg - 285 Kg boca fuego 332 Kg cureñaPeso del Proyectil 6.3 KgPeso de la carga de pryn. 1,55 KgNúmero de cargas ÚnicaTipo de proyectiles Granada ordra con bandas de Cu en el culoteTipo de espoletas Percusión mod. 1882 Atiempos mod. 1880Tipo de estopín De fricciónVelocidad inicial 450 m/segAlcance máximo 5.100 mSistema de cierre De tornillo tres sectores lisos y tres rascadosSistema de puntería Alza y punto de mira mod. ArmstrongSistema elástico NoNúmero de caballos o mulos 6 en guerra, 4 en paz

La cureña estaba formada por gualderas de acero, teleras de chapa y argollón decontera, entre las gualderas había una caja para accesorios.

El mecanismo de puntería era mediante un tornillo de puntería que se hacía girarmediante un volante.

El armón era metálico con cajas de madera; la diferencia fundamental con las deotras piezas era que estaban completamente separados los cartuchos de los proyectilesde los cebos, disminuyendo así la probabilidad de explosión. Tenía el centro de gravedadmuy bajo para evitar que volcara con facilidad.

Las dos cajas de proyectiles llevaban en total 18 proyectiles. Los 18 cartuchos ibansituados en las cajas cartucheras.

Sobre las cajas cartucheras y las de accesorios se colocaban tres almohadones queservían de asiento a tres artilleros, cuando el material no se destinaba a las baterías acaballo, en este caso no era posible que los sirvientes fueran sentados por losmovimientos bruscos de la pieza a galope, por lo que iban todos a caballo.

El carro de municiones llevaba las cajas de municiones y cartucheras idénticas a lasdel armón, más respetos diversos incluidos tres calderos de 15,20 y 25 litrosrespectivamente.

En total el número de disparos transportados por la pieza entre el armón de arrastrede la pieza, el armón y carro de municiones era de 54.

En las baterías a caballo armadas con este material contaban además con una cureñade respeto, enganchada a uno de los armones, con dos ruedas adicionales de respeto, paraatender las frecuentes roturas de éstas en los cambios de posición al galope.

CAÑÓN DE ACERO DE 8 CM - SISTEMA SOTOMAYOR

ARMÓN Y CARRO DE MUNICIONES