feminista libertaria responde, en carta abierta, a columna de f. villegas sobre el aborto
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8/9/2019 Feminista Libertaria responde, en Carta Abierta, a columna de F. Villegas sobre el aborto.
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Feminista Libertaria responde, en Carta
Abierta, a columna de F. Villegas sobre el
aborto.
Carta abierta a Fernando Villegas (en respuesta a su columna de La Tercera:
“Doctor Mengele, se le necesita en Maternidad…”)
Mariel Guiñez Nahuelñir.
Militante Feminista de la Izquierda Libertaria (IL).
Est(a)imado Sr. Villegas:
Creo que fue la ansiedad lo que me llevo a leer su columna, una especie de
curiosidad morbosa o culpable disfrute, conociendo sus ya más que
consabidos comentarios sobre el quehacer nacional, esos cargados de una
altanería que hiede espuma y que juegan, juzgando, con la pública y erecta
regla fálica del misógino empedernido. Lo que el autodenominado gran
pensador considera incorrecto, en lo público, pero permitido en privado y,
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entonces, con su semental pluma ataca con tirria, odio y exhalando culpas
para justificar a Pablo (el diputado).
Sobrerreacción, por lo que estimo, generada por los aún tibios avances del
movimiento social en un país que hasta 1989 usted, y su general, creían suyoe impenetrable pero que, paulatinamente, para bien de las mayorías (las de
siempre, no las nuevas) va dejando de ser cosa ajena para pasar lentamente
(paciencia) del terreno de las disputas al de la recuperación de derechos.
No dejo de entretenerme con las líneas del príncipe de la mediocridad, que le
toman aproximadamente una semana en articularse mañosamente para
aparentar una especie de pulcra altura intelectual, más parecida a la de
ensayista clásico del romanceo de media tarde, novelesco hasta el cansancio
y donde la ficción se toma ese trozo de plana que bien podría servir paramejores fines.
Estimado, le informo que las reformas en materia educacional y laboral, se
encuentran en mitad de la nada y se han constituido en el “ centro de la
injusticia” donde el patronazgo coagulado en la CPC, ha realizado sus
intereses con la venia de la NM y sobre todo con la expulsión del debate a los
movimientos sociales, noticia que usted no pareció advertir (lo siento, olvidé
que su género es la esquizofrenia mágica donde milita con próceres del
machismo fascista como Sergio Villalobos y Gonzalo Rojas Sánchez), en unescenario donde los mejores lacayos de los dueños monopolistas de Chile, no
son la derecha rancia que usted intenta defender, la que luego del caso
PENTA, que dejó al descubierto todas sus limítrofes fronteras intelectuales,
pareciera que se defiende mejor anulándose públicamente, sino la NM en la
que han puesto de manifiesto sus confianzas.
En este ranking, donde la mediocridad alcanza profundidades insondables, es
donde me encuentro con la estupidez argumentada del “Lorenz-cinismo”
convertido en prosa gracias al “Villeguismomilitonto”; una opinologíanumerológica que fluctúa entre el amarillo y el rosa periodístico y que gana
panes a costa de la polémica pública, denostando a todas y todos quienes se
ubiquen bajo la línea del ABC1 y que le otorga el sitial obtenido (nadie sabe
cómo) durante más de 20 años en el ex canal de Piñera y en las tiras cómicas
de Agustín.
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Este mundo de ficción, creado por el General Mendoza de las
comunicaciones, donde se puede justificar la violación hacia una mujer
(obvio) atenuándola con unos tragos de más, o con sus más que divulgadas
vulnerabilidades emocionales mensuales, donde se pasa con honores de ser
un violador a ser un hábil macho alfa capaz de engatusar a una siempre débile irracional mujer; arquetipo mental del macho patriarcal, donde siempre
parasita el miedo de que un ser inferior, sea éste mujer y/o pobre y/o india o
indio y/o negra o negro, comience a desmitificar su mundo de fantasía donde
solo usted y los suyos, hábiles acólitos de la pederastia, pueden hacer de las
suyas, lejos del escrutinio público.
Nosotras, feministas-leninistas (como nos ha llamado en su intento por
denostarnos), declaramos explícitamente ser dueñas de nuestros cuerpos, así
como ustedes dueños de los suyos: se masturban sin preguntarle a nadie,asesinando a millares de posibles humanos (claro, los humanoides los tienen
otros y otras, los sub ABC1), y nuestro cuerpo y nuestro útero es el más fértil
campo de la política donde se definen los destinos de la humanidad y de la
mano de obra barata de la que usted depende para llevar su impoluto estilo
de vida, cuya reproducción se produce siempre y cuando nosotras lo
permitamos, donde da lo mismo su consentimiento o el de Jaime Guzmán o
el de cualquier defensor sonriente del legado de la dictadura.
Déjeme decirle, querido opinólogo, que sus juicios sobre la gestación comoun suceso personal y sus miedos sobre el porvenir, es también materia de
preocupación nuestra, por eso como feministas (algunas leninistas, otras
marxistas, otras libertarias y otras anarquistas) nos fundimos con los
movimientos sociales que reclaman una sociedad más justa y donde la
dignidad sea regla y no privilegio, donde parir sea un acto reconocido
socialmente en función de una sociedad de derechos y no de privilegios,
donde la maternidad una elección respetada y respaldada lejos de los
dogmas patriarcales que nos demandan parir mano de obra para sus
inversiones.
Las tres causales que le incomodan, a nosotras, quienes parimos, nos quedan
cortas, ¿No es acaso riesgo vital abortar en las peores condiciones de
insalubridad? ¿No es acaso violación cualquier relación sexual que haya
utilizado la violencia, sea física, psicológica o económica, para someter y
penetrar? ¿No es acaso inviabilidad del feto no contar con las posibilidades
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materiales, económicas y sociales para engendrar? ¿No debiese la sociedad
pro-vida preocuparse de aquel que nacerá en hogares que no ganan más de
300 mil pesos líquidos y que son más de 9 millones de personas?.
En su mundo de ficción, señor Villegas, el “suicidio demográfico” que seconcentra en sus argumentos de fondo y que observa bajo el “liberalismo”,
no hace más que desnudar sus propias pulsiones e irracionalidad. Pulsiones
que reflejan las acciones que sus congéneres neoliberales y neofascistas
realizarían en un escenario de hipotéticas libertades individuales, crea que a
riesgo de parecer ridículas, coincidimos que la maternidad debe ser objeto
del debate de la sociedad, pero de una sociedad que se funde en los
derechos humanos, en la democracia real, en la participación efectiva de
cada una de sus trabajadoras y trabajadores.
Queremos que nuestras hijas e hijos decidan su futuro, no que sean meros
observadores mientras la historia la definen aves rapaces escudadas en el
privilegio que les otorgó casi 3 décadas de verdadero exterminio de
compañeras embarazadas sobre las cuales usted ha guardado un cobarde
silencio, y donde pareciera que sus vidas no son defendibles con la misma
fuerza.
Es efectivamente un tema político, querido opinólogo, y no tema decirlo,
que nosotras ya nos hemos dado cuenta profundamente en estas décadas dereconstrucción del tejido popular desde el que hoy peleamos por nuestro
derecho a decidir sobre la maternidad, esa que es y será tan política como
ideológico y tan personal como colectiva como pueda imaginarse. La decisión
sobre nuestras maternidades es, en ese marco, un acto revolucionario que
nadie más que nosotras es capaz de dimensionar y revelar, donde ni siquiera
sus argumentos falaces nacidos del contubernio entre el privilegio y el
metafísico dogma eclesiástico podrán amilanar.
Han sido milenios en que nosotras hemos decidido cómo, cuándo y cuántoparir y ni siquiera la iglesia ni los poderosos, ni usted ni los suyos, todos
machos y blancos por cierto, han podido evitar que sigamos decidiendo lo
que pasa por nuestros cuerpos. La despenalización del aborto constituye un
paso en la recuperación de la dignidad de nuestras vidas, el primero, pero
jamás la meta y sobre eso puede quedarse tranquilo y seguir ganando panes,
que a este ritmo es seguro que nos seguiremos escribiendo.