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FEAPS Y EL ENTORNO:

LA APUESTA POR UN MODELO SOCIAL

Equipo de la ponencia:

Joaquín Barbera. E-mail: [email protected] Vicen Castillo. E-mail: [email protected] Natalia Cañeque. E-mail: [email protected] Pedro Fernández. E-mail: [email protected] Javier García. E-mail: [email protected] Laura Monreal. E-mail: [email protected] Milagros Moreno. E-mail: [email protected] Maty Muñoz. E-mail: [email protected] Fidel Ramos. E-mail: [email protected] Torcuato Recover. E-mail: [email protected] Juan Antonio Sacaluga. E-mail: [email protected] Higinio Uría. E-mail: [email protected]

Coordinador de la Ponencia: Javier Albor. E-mail: [email protected]

FEAPS y el entorno: La apuesta por un modelo social. II Foro del Movimiento Asociativo FEAPS.

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ÍNDICE

PRESENTACIÓN. 2 SOBRE EL CONCEPTO DE ENTORNO. 6 Las dimensiones que conforman nuestro entorno . 7 ¿POR QUÉ UN MODELO SOCIAL? 13 EL CONCEPTO DE MODELO SOCIAL. 16 MODELOS DE POLÍTICA SOCIAL. 19 Una mirada a los distintos modelos geopolíticos. 21 Una mirada a la situación en España. 25 COSAS QUE PASAN. 27 COSAS QUE PASARAN. 32 Nosotros, ¿actores del cambio? 34 El entorno más previsible. 35 OTRO MUNDO ES POSIBLE 39 Tomar posición, establecer alianzas. 39 Una nueva perspectiva. 40 Ocho asuntos para empezar a andar. 42

Juntos y en alianza con otros. 46 DIEZ AFORISMOS A MODO DE CONCLUSIÓN PROVISIONAL. 48 TEXTOS INSPIRADORES. PARA PROFUNDIZAR MÁS. 50

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”Brevísima es y agitadísima la vida de aquellos que olvidan el pasado; descuidan el presente y temen el futuro.”

Séneca. De la brevedad de la vida

“No es que el propio Palomar elaborase modelos o se dedicara a aplicar otros ya elaborados: se limitaba a imaginar un justo uso de los modelos justos para colmar el abismo que veía abrirse cada vez más entre la realidad y los principios.

Italo Calvino. Palomar Presentación.

Esta ponencia trata de FEAPS y su entorno, pero procurará ir más allá,

proponiendo, para la reflexión y el debate de este II foro FEAPS, asuntos que

van desde cuál sería nuestra mejor manera de relacionarnos con el entorno hasta nuestra propia concepción de cómo debería ser este entorno, pasando por la necesidad de si el movimiento asociativo FEAPS

deba ser o no parte activa, y muy activa, de la transformación y el cambio social, de la búsqueda de una sociedad más justa y equilibrada.

Todas estas intenciones se resuelven en el propio título de la ponencia,

que como saben no es otro que el siguiente: “FEAPS y el entorno: la apuesta

por un modelo social”. Este título no es casual, contiene y sintetiza todo lo que se relatará en la ponencia.

Pensamos que es un enunciado poderoso, con suficiente fuerza para,

sin más, ser ya fuente de debate y de polémica.

Digámoslo con más claridad: hemos llegado a la conclusión de que la mejor manera de estar presente en el entorno es ir definiendo, por aproximaciones sucesivas, cómo concibe FEAPS el espacio de lo social.

Creemos así que pergeñando el modelo social, el que resulte más

coherente con la naturaleza de nuestros problemas, de nuestras

reivindicaciones y de nuestras soluciones, seremos más capaces de diseñar

una estrategia en la que el movimiento asociativo FEAPS se convierta en

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un actor social que trata de influir y convencer para que las cosas sean cada vez más como creemos y concebimos que deben ser, más que de adaptarse a las condiciones que coyunturalmente se nos van presentando.

No se trata de poner “la venda antes que la herida”; no se nos escapa el

esfuerzo de la tarea, ni su ambición. No es nada fácil proponer al Foro un

modelo social con el que comprometerse y por el que apostar, ni consideramos

que en este Foro se agote el debate sobre el modelo social por el que FEAPS

deba apostar; ésta es una tarea, la de la concepción del modelo, su difusión

y su despliegue operativo, que nos deberá ocupar buena parte de la actividad de los próximos años, sí así, en este Foro, lo consideramos.

Esta ponencia debe ser entendida como la primera piedra del edificio,

los cimientos del modelo social por el que apostamos.

Y puestos a poner vendas, tampoco se nos escapa el riesgo añadido

que contraemos; porque buena parte de la riqueza de nuestro movimiento

asociativo estriba precisamente en su diversidad y en su pluralidad, a las

cuales nunca renunciaremos.

Como tampoco lo haremos a la capacidad que tenemos de cobijar bajo

un mismo paraguas FEAPS a socios, profesionales, usuarios, familias, etc.,

que tienen diferentes visiones ideológicas y políticas, que pertenecen a

diferentes regiones y culturas, a distintas capas sociales, con diferentes gustos,

opiniones y percepciones de lo social, pero que comparten el mismo anhelo de

mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y la de

sus familias; y no de cualquier forma, desde el asociacionismo, con unos

valores FEAPS, desde una ética FEAPS.

Por eso creemos conveniente no proponer un modelo social excluyente, o no comprometido con las diferentes concepciones sociales que cada uno de nosotros y cada una de nuestras organizaciones tienen. Eliminado: tiene


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Es obvio que la apuesta por un modelo social se supedita en esta ponencia a que el modelo social propuesto sea tal en el que la gran familia FEAPS, todos nosotros, nos sintamos suficientemente bien reflejados, sea un modelo social habitable.

Todas estas precauciones tienen una excepción, que quizá sea la única

a la que los ponentes no quisieran renunciar, con la esperanza añadida de que

sea compartida por todos los que aquí estamos y, siéndolo, sea también una

conclusión importante del foro.

La convicción se podría enunciar así: no estamos totalmente seguros de

si el modelo social por el que FEAPS tenga que apostar deba ser éste o deba

ser aquél; lo que si sabemos es que, para cumplir con nuestra misión, ni nos vale cualquier manera de entender lo social, ni nos resultan eficaces las tácticas del adaptarse a cualquier entorno, al precio que sea y con tal de mantener el estado de cosas existentes en nuestras organizaciones.

En FEAPS necesitamos:

Visualizar nuestra forma de entender los procesos y los actores

sociales.

Pronunciarnos y decir cómo entendemos la sociedad.

Difundir los valores sociales por los que apostamos.

Indicar cuál es el papel que debe cumplir el Estado y el resto de las

instituciones y organizaciones en la búsqueda de una sociedad que

potencie la calidad de vida de las personas con discapacidad

intelectual y sus familias, en particular, pero también, necesariamente

y con igual intensidad, de todas las personas, tengan o no una

discapacidad intelectual.

Posicionarnos sobre cómo se deben distribuir y redistribuir los

recursos existentes, cuál es el lugar que las organizaciones de

personas con discapacidad intelectual tiene que jugar en el

entramado social.

Etc.

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FEAPS debe apostar por un modelo social, no debemos permanecer más tiempo al albur de los tiempos cambiantes, o

adaptándonos a las decisiones que vayan tomando terceros, y esto es lo que,

subrayándolo, nos resulta de verdadera importancia en este momento.

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Sobre el concepto de Entorno. Mucho venimos hablando del entorno desde Toledo para acá, de hecho

el término `entorno´ aparece como un concepto clave, tanto en el Congreso de

Toledo como en el Foro de Sevilla; en ambos casos ha merecido sendas

ponencias específicas, siendo está la tercera ponencia monográfica que se

ocupa del tema. Anteriormente, el Manual de Buenas Prácticas FEAPS

dedicado al Asociacionismo ya proponía un cuadro de gestión del entorno,

plenamente vigente. Es evidente que los asuntos relacionados con el entorno

nos preocupan y nos ocupan.

A pesar de que el concepto nos sea ya familiar, y forme parte de nuestro

acerbo cultural, nos ha parecido oportuno refrescar en qué consiste y qué

entendemos por entorno en el marco de esta ponencia.

En primer lugar, debemos convenir que es un concepto ambiguo, que sugiere múltiples significados.

Una primera aproximación podría ser la de que el entorno es todo eso

que de alguna manera, directa o indirectamente nos envuelve, nos influye o nos puede influir, nos condiciona o nos puede condicionar. Un entorno

difícil de asir, dado que está formado por multitud de variables, muchas veces

complicado de controlar, o tan siquiera de conocer; variables que pueden llegar

a interaccionar entre sí, produciendo fenómenos en cadena, cuya reacción

puede ser imprevisible, y que nos pueden afectar en una u otra dirección. De

modo que una primera aproximación gráfica sería la de que el entorno es todo

lo que está ahí afuera, definición que nos ayuda a entender de lo que estamos

hablando pero que inevitablemente resulta poco operativa.

Un paso más allá consistiría en definir el entorno como la realidad (social, política, económica, institucional, etc.) con la que FEAPS interacciona, la realidad en la que FEAPS está. Desde esta perspectiva, una

tarea urgente será la de analizar nuestras interacciones en el entorno y nuestra


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capacidad de influencia para cambiar el equilibrio de las relaciones entre las

diferentes fuerzas que en él actúan.

El entorno, así entendido no sería un mero escenario, un decorado

neutro sin más en el que FEAPS, sencillamente, desarrolla el papel que le

corresponda, sino que, muy al contrario, se convierte en un elemento activo,

influyente, más aún, condicionante del desarrollo de nuestra labor y, a la par,

un espacio en el que, de una forma natural, trataremos de practicar y hacer

realidad la misión de nuestro movimiento asociativo.

Siendo así, no deberíamos hablar de FEAPS y el entorno, sino de

FEAPS en el entorno. Es éste un cambio de matiz, pero de importancia, pues

el entorno sería para nosotros entendido, a partir de ahora, como el campo de relaciones de diferentes instituciones y organizaciones, con intereses, ora coincidentes, ora divergentes, en el que nuestra organización pasa a ser un actor más en juego. Desde este punto de vista, nuestra labor sería la de tratar de convencer para que nuestras reivindicaciones y nuestras visiones sean punto de referencia.

El entorno, decíamos, no es el decorado, no es eso que nos envuelve o

que está ahí afuera, como un mero elemento decorativo, para que se desarrolle

nuestra misión, sino que, en el propio entorno, cual obra de teatro, existen otros

actores más, que a veces tratan de ocultarnos, otras de apoyarnos y

resaltarnos, en ocasiones dan pie a nuestro papel o hacen imposible nuestro

cometido, y nos obligan a un esfuerzo mayor, activo, reivindicativo podríamos

decir, para hacer valer nuestro papel. En definitiva, pues, FEAPS es parte del entorno. Las dimensiones que conforman nuestro entorno.

Un entorno que está formado por cuatro grandes dimensiones: a) la geográfica b) la social, c) la organizativa y d) la interpersonal.


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a) La dimensión geográfica adquiere, en nuestro caso, un sentido

geopolítico, y comprende el área en que identificaremos los

componentes tratados como entorno.

Aquí nos preguntamos por cuáles son nuestros límites, nuestro

territorio como organización y, por lo tanto, el alcance de nuestras

propuestas: ¿optamos por los localismos, ciñéndonos al territorio

local, comarcal o provincial de nuestra entidad?, ¿tal vez nos vale

con ocuparnos del exclusivo espacio geopolítico que conforma

nuestra Comunidad Autónoma?; ¿o creemos firmemente que el

entorno en el que trabaja de cada una de nuestras organizaciones, y

todas ellas conjuntamente, es más amplio?: :¿España?, ¿Europa?,

¿Iberoamérica?, ¿El resto del Tercer Mundo? ¿Es FEAPS una

organización con vocación internacional, tanto en sus intereses como

en sus conductas?

También nos deberíamos preguntar cosas tales como las siguientes:

¿debemos tener alguna propuesta y algún plan de acción para las

personas con discapacidad intelectual del Tercer Mundo?; y ahora

que está relativamente reciente ¿debería haber hecho algo FEAPS

para auxiliar a las personas con discapacidad intelectual afectadas

por el huracán Katrina o por la guerra de Irak? ¿Nuestro contexto es

solo el nacional? ¿Tenemos vocación europeísta?. Más allá de la

formalidad, ¿estamos solidariamente apoyando a las organizaciones

hermanas del otro lado del Atlántico?

O, pensando en los retornos del resto de actores del entorno en

FEAPS, tal vez merezca la pena preguntarse cuestiones tales como

el efecto de la deslocalización de la mano de obra en las actividades

de manipulado de nuestros talleres y centros de trabajo, la aparición

de nuevas necesidades emergentes producto de la migración, y sus

efectos en la asignación de recursos, pasando todo ello por las

nuevas corrientes neoliberales en materia social o el pensamiento de

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Eliminado: geopólítico

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los nuevos movimientos sociales de carácter internacional, y sus

efectos en la concepción de los procesos de inclusión social y de

apoyos hacia las personas con discapacidad intelectual.

b) La dimensión social constituye la parte del entorno en la que se

producen más acciones, y a la que normalmente mayor tiempo y

actividad dedicamos en FEAPS.

Agrupa múltiples subsistemas (laboral, político, religioso, económico,

familiar, etc.) que interactúan entre sí y con nosotros de una forma

compleja; cada uno compuesto por multitud de variables que

producen transacciones y nos condicionan.

Creemos que es el momento, en este foro y después de él, de

reflexionar con profundidad sobre la dimensión social.

Y en las dimensiones que afectan a la discapacidad intelectual,

tenemos la oportunidad de meditar y decidir qué modelo social es el

más adecuado y el más coherente con nuestra misión. ¿Un modelo

social que fundamentalmente delega en los individuos y en sus

familias la búsqueda de soluciones a los desajustes que conlleva la

discapacidad intelectual? ¿O mejor optamos por un modelo en el que

el Estado es prioritariamente el encargado de proporcionar los

apoyos, de todo tipo, que necesitamos?; ¿Una sociedad en la que las

personas con discapacidad intelectual son ciudadanos de primera,

con todo el mapa de derechos subjetivos y de deberes que conllevan

y todos los ajustes que implica? ¿O preferimos una sociedad que

delega en las instituciones, en las organizaciones sociales, la

atención a las personas con discapacidad “salvándose así la

conciencia”? Y en este entramado ¿cuál es el papel que tiene que

jugar la sociedad civil?. ¿cuál es la responsabiidad del Tercer Sector,

el CERMI y nosotros mismos en la articulación de una sociedad

menos desigual?.

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c) El sistema organizativo sería la tercera dimensión de eso que

estamos llamando entorno; de manera que éste quedaría constituido

por la red de organizaciones que interaccionan con FEAPS (desde la

administración a las empresas, pasando por el resto de

organizaciones sociales).

Instituciones, todas ellas, que o bien nos imponen decisiones o

establecen normas que nos afectan, o políticas sobre las personas

con discapacidad intelectual y sus familias; o instituciones con las

que colaboramos dentro y fuera de lo que viene a llamarse el Tercer

Sector.

En este ámbito nos tendremos que preguntar cuestiones tales como:

qué esperamos del Estado y de sus diferentes Administraciones

Públicas: hasta qué punto creemos en las labores de patrocinio y

mecenazgo de las empresas españolas y de las entidades

financieras, y qué debemos hacer para fomentarlas, pasando por

identificar nuestro papel en el Tercer Sector.

d) Por último, existe un sistema poco definido formado por el sistema

de relaciones interpersonales, que agrupa la red de transacciones

poco estructuradas y discontinuas que no encajan en los tres

sistemas anteriores, a medio camino entre lo formal y lo informal,

entre lo racional y lo emocional, que constituye todo un entramado de

influencias personales difíciles en ocasiones de identificar y que

nosotros solemos identificar como lobby de influencia y de presión.

¿Somos un lobby?, ¿Tiene FEAPS voluntad de constituirse en lobby?

Lo cierto es que la presión del entorno, provocada por diversos factores

geopolíticos, sociales o interpersonales, está continuamente creando nuevas

amenazas y oportunidades. La consecuencia inevitable de todo ello, la más lógica, es la necesidad de gestionar la interacción con el entorno.

Con formato: Numeración yviñetas

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La gestión del entorno, la buena gestión, es una cuestión que desde

siempre nos ha preocupado. De hecho en el Foro de Sevilla, de forma

excelentemente paradigmática, la ponencia sexta, bajo el título “El liderazgo en

el entorno”, trató exhaustivamente el tema que nos ocupa, desarrollando la

doctrina, que también sobre el entorno, emanaba del Congreso de Toledo.

Los conceptos desarrollados en Sevilla: Globalización, como una

amenaza real ya presente, Sostenibilidad, o de la posibilidad o no de mantener

el sistema actual, Modelos de Gestión, es decir la necesidad de analizar el

papel del Estado, la familia y el mercado y el concepto de Sociedad Civil y

ligado al él el la de la participación de las ONGs en la ordenación de lo social

son, tres años después, plenamente vigentes en este II Foro del Movimiento

Asociativo FEAPS.

La síntesis del pensamiento hasta ahora desarrollado es la de que FEAPS debe adaptarse al entorno, que debemos gestionar el entorno encontrando las oportunidades tácticas que éste nos presenta, sin cuestionar radicalmente si este entorno es el adecuado para las personas con discapacidad intelectual y sus familias, y para el desarrollo de nuestras organizaciones.

Hasta ahora hemos dado más o menos por bueno el estado de cosas del entorno (el social, el geográfico, el organizativo y el interpersonal), siendo nuestra labor la de buscar espacios, huecos tácticos por los que adentrarnos, pero sin plantearnos, profundamente, si el estado de cosas existentes es o no el adecuado, o sin plantear alternativas globales, u otros modelos de relaciones, de campos de fuerza, de formas de participación.

Creemos que es el momento de ir más allá: adaptémonos pero, al

mismo tiempo, iniciemos el debate sobre la bondad del entorno actual y nuestra capacidad para modificarlo, para realizar propuestas a corto, medio

y largo alcance.

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¿Por qué nos debe importar este debate?, ¿Por qué debemos ir más allá de las estrategias adaptativas?, ¿Por qué nos es necesario confrontar

nuestra concepción de lo que debería ser el entorno con otras concepciones?

Es evidente:

Porque nuestra concepción de la discapacidad intelectual (tal y

como nos recuerda la primera ponencia de este foro relativa a la

calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual) no tiene sentido si no está pensada para personas que viven y que tienen voluntad de participar en lo social y, por tanto, con

capacidad para diseñar su proyecto de vida en común.

También porque la discapacidad intelectual implica, lo sabemos, la

necesidad de apoyos de diversa naturaleza, al que, como personas

y como ciudadanos, tienen derecho las personas con discapacidad

intelectual y también sus familias, y nos sentimos con capacidad y legitimidad para exponer nuestra visión del cómo deben proveerse estos apoyos.

Y, en tercer lugar, porque somos organizaciones sociales,

comprometidas con y vertebradoras, junto con otras, de lo social, con unos valores, un marco ético y una misión que

inevitablemente suponen una forma, y no cualquier forma, de

entender el entorno, de entender la sociedad.

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¿Por qué un modelo social?

Aún compartiendo estas tres razones de peso, nos podemos seguir

preguntando ¿Por qué FEAPS debe contar o debe inclinarse por un modelo

social?, ¿Por qué no nos es suficiente con aproximarnos a la definición de

un modelo de Servicios Sociales, en sintonía con la Cartera de Servicios Sociales del Movimiento Asociativo FEAPS?, ¿Por qué debemos traspasar

el contorno de la discapacidad intelectual?, ¿Por qué iniciar este debate?

La respuesta es de nuevo fácil de entender: la forma como se

conciba la organización de lo social, las reglas del juego sociolaboral y los asuntos relacionados con la protección social de los ciudadanos nos afecta intensamente, como organización social y como ciudadanos que

necesitan apoyos y, por tanto, no podemos permanecer pasivos ante este

debate.

Sencillos ejemplos pueden ilustrar esta cuestión:

Una podría ser la de las políticas de conciliación de la vida laboral y la familiar. Estamos convencidos de que el tipo de sensibilidad que

la administración tenga sobre los estímulos para que el trabajo sea

más accesible a las mujeres, y, como es evidente, también los

estímulos a las madres que tienen hijos con discapacidad intelectual,

tiene un efecto directo en la capacidad de las familias de atender

adecuadamente a sus hijos; lo mismo que lo tiene también la forma

como se organicen los servicios que prestan apoyo a nuestro

colectivo, por tanto creemos que FEAPS puede y debe reivindicar

algo al respecto.

Otro asunto, de importancia cuando hablamos de modelo social, es

la concepción que se tenga del empleo y, consecuentemente, de

la protección del desempleo, ¿Tiene algo que decir FEAPS?, ¿Le

afecta esta concepción?, ¿Hasta qué punto un modelo social que

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fomente, incluso como corriente ideológica mayoritaria, la cantidad de

empleos a costa de su precariedad, o de bajos salarios, afecta a la

calidad en la prestación de apoyos de las personas con discapacidad

intelectual y a sus familias? Y ligado de alguna manera a lo anterior,

¿Cuánto empleo?, ¿Cuánto actividad de voluntariado? La necesidad

de posicionarnos en estos asuntos es evidente.

Un tercero, también de cierta enjundia y que no podremos soslayar

en el debate, se refiere a la forma como la sociedad en su conjunto entiende que deba redistribuirse la riqueza generada,

¿De acuerdo a las contribuciones que cada cual hace?,

¿Aumentando los impuestos directos o disminuyéndolos?;

¿Redistribuyendo la riqueza a partir de un sistema de protección que

reconoce los derechos subjetivos y universales a la protección social,

o, al contrario, restringiendo el sistema de protección y orientándolo

restrictivamente hacia las situaciones de precariedad?

Asuntos como el copago, los seguros privados ante situaciones excluidas del sistema general de protección, los sistemas de dependencia, la prestación de servicios por la iniciativa privada, o el porcentaje del producto interior bruto que debe transferirse para protección social están implícitos en este debate. En el

trasfondo de todo ello subyacen también otras cuestiones, como la

conveniencia o idoneidad de que los usuarios de los servicios deban

pagar por ellos o no, o el que las familias tengan que ser las que

realicen el principal esfuerzo en la prestación de apoyos para las

personas con discapacidad intelectual, más allá de sus

responsabilidades familiares.

Un cuarto ejemplo del por qué nos debe interesar profundizar en el

modelo social, se refiere a la vertebración administrativa de los propios servicios sociales, y sus efectos en el conjunto de las

personas con discapacidad intelectual; ¿Modelo centralizado o

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modelo descentralizado?, la descentralización, evidente e imparable

en la conformación de nuestro Estado, ¿Cómo afecta al conjunto de

prestaciones para las personas con discapacidad intelectual?, ¿Debe

haber unos mínimos de calidad y de cantidad de apoyos o lo dejamos

al albur de cada administración?. ¿Qué papel debe jugar FEAPS

para garantizar estos mínimos?, ¿Admitimos que pueda haber

ciudadanos con discapacidad intelectual y familias que por vivir en

una Comunidad Autónoma determinada tengan mejores o mayores

prestaciones?, ¿o pensamos lo contrario? Eliminado: .


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El concepto de modelo social. El concepto “modelo social” es sin duda ambiguo y difuso; y nace

precisamente en la vieja Europa Continental, como oposición al “modus

operandi” en materia social de los países anglosajones, EE.UU. principalmente;

sociedades que, desde la perspectiva europea, no tendrían como tal un modelo

social (de protección social).

Un concepto viejo pero que está de moda.

El buscador Google recoge más de 172.000 referencias al término

`modelo social´.

Con la actual presidencia británica de la Comunidad Europea, el

concepto modelo social está en boga, se debate si se mantiene el modelo

social o si es necesario repensarlo. En Inglaterra, en Alemania, y también en

Francia el debate sobre la revisión del modelo social está ciertamente en auge;

se habla, cada vez con más fuerza, de la crisis del modelo nórdico de bienestar

social. En nuestro país, tras el anuncio de la futura ley de autonomía personal,

se empieza a atisbar el comienzo de un profundo debate sobre los sistemas de

protección social.

Aunque algunos nos tememos que la revisión del modelo social europeo

puede suponer “una descafeinización” del modelo de protección social

continental y del nórdico (al que, por cierto y permitiéndonos un paréntesis,

España aún no ha llegado), el debate último se establece entre la apuesta por un modelo basado en los principios de cohesión económica, social y territorial, y otro en el que la responsabilidad se traslada al ciudadano, pasando a ser el papel del Estado lo más reducido posible y el del mercado el más amplio que se pueda.

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En el fondo se trata de elegir entre la defensa del Estado de Bienestar o exclusivamente la lucha contra la exclusión social con planes sectorializados y limitados en el tiempo.

¿Qué elección hace FEAPS? ¿Qué modelo social defendemos?

Para clarificar e iniciar el debate es probable que en FEAPS nos tengamos que

ir posicionando sobre asuntos tales como:

El referente normativo y el papel del Estado.

El nivel de gasto social.

La mercantilización de los servicios.

La estructura de financiación.

El tipo de cobertura.

El criterio de acceso a la protección.

El papel de las ONGs.

El papel de las familias.

Etc.

Y, como ocurre casi siempre, todos estaremos más de acuerdo en los

“ques” que en los “comos”.

En este punto no esta de más recordar que el artículo 136 del Tratado

de la U.E establece que “la Unión Europea y los Estados miembros tendrán

como objetivo el fomento del empleo, la mejora de las condiciones de vida y de

trabajo, a fin de conseguir su equiparación por la vía del progreso, una

protección social adecuada, el diálogo social, el desarrollo de los recursos

humanos para conseguir un nivel de empleo elevado y duradero”. Este artículo

es complementario al segundo, en el que se enuncia el sentido de la propia

Unión Europea que sería la de “promover un desarrollo armonioso, equilibrado

y sostenible de las actividades económicas en el conjunto de la Comunidad, un

alto nivel de empleo y de protección social, la igualdad entre hombres y

mujeres, un crecimiento sostenible y no inflacionario, un alto grado de

competitividad y de convergencia de los resultados económicos, un alto nivel

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de protección y de mejora de la calidad del medio ambiente, la elevación del

nivel y calidad de vida, la cohesión económica y social y la solidaridad entre los

Estados miembros”.

Hablamos por tanto de protección social, de diálogo, de solidaridad, de

cohesión, de igualdad, etc.; conceptos todos ellos, convendremos, muy

familiares para FEAPS, y muy cercanos al estado necesario de cosas para

favorecer el desarrollo y la inclusión social de las personas con discapacidad

intelectual.

Lo podríamos resumir en la intención, creemos que compartida por todos

nosotros, de la ambición por desarrollar un modelo social bajo la premisa

de que es necesario el mercado y la competencia entre empresas y organizaciones para mejorar la calidad, la productividad y favorecer el crecimiento; pero que, al mismo tiempo, es indispensable, para la estabilidad social y el bienestar de todos, la solidaridad entre instituciones y entre los propios ciudadanos, y la redistribución de la riqueza generada.

Es en “los cómos”, decíamos, donde encontramos diferencias entre las

diferentes políticas, en el cómo hacer y en el cuánto destinar a protección

social y a bienestar.

¿Cuánto de mercado, cuánto de agentes sociales y de Tercer Sector,

cuánto de Estado debe haber en el modelo?, ¿Qué condiciones deben darse

para que las personas con discapacidad intelectual tengan la condición de

ciudadano y, consecuentemente, el pleno acceso a los apoyos que necesitan

para poder ejercer sus derechos humanos, sociales y políticos?

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Modelos de política social.

Desde la perspectiva teórica se distinguen tres concepciones de modelos de política social, según el tipo o el grado de intervención y de

regulación practicado por el Estado: la concepción residual, la meritocrática

y la redistributiva.

a) La concepción residual se caracteriza por estar convencida de que

la regulación y la intervención del Estado en las cuestiones de protección social debe ser mínima, siempre para los casos más

graves y solamente cuando el propio ciudadano no puede hacer

frente con sus propios medios y recursos.

El Estado interviene solo a posteriori, cuando las familias o los

individuos no pueden resolver una situación de carencia con sus

propios medios. El Estado se abstiene, en la confianza de que el

mercado y las redes sociales primarias pueden y deben actuar con la

máxima autonomía.

En esta concepción los apoyos que necesitan las personas con

discapacidad intelectual, así como el coste de los mismos, estarían

prestados exclusivamente por la iniciativa privada y financiados por

las familias; solo en casos muy excepcionales los prestaría o los

financiaría el Estado.

b) La concepción meritocrática parte del principio de que las necesidades sociales deben satisfacerse desde la base del mérito y de la capacidad de producción y de aportación del individuo a la sociedad.

De este modo, a quien ha desarrollado cierta actividad, prescindiendo

de que se tenga o no recursos, le hace acreedor de prestaciones y

servicios de bienestar. Poniendo el acento en el sistema económico y

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en la vertiente productiva, las instituciones de bienestar se conciben

como añadidos del sistema, en la medida en que contribuye a crear

riqueza colectiva.

En este sistema se entiende que el bienestar de cada individuo está

en relación a los esfuerzos y aportaciones de cada cual (cotizaciones

para entendernos). Con ello los incentivos o recompensas pueden

pasar a través del reconocimiento de particulares medidas de

bienestar para determinados grupos sociales.

En esta concepción parte de los apoyos, y su coste, que necesitan

las personas con discapacidad intelectual estarían prestados desde

un sistema nacional de protección y de seguridad social, y parte deberían estar soportados por la iniciativa privada y financiados por las familias; parte de los apoyos y de los recursos serán de carácter universal, mientras otros estarán subordinados a la trayectoria laboral de la persona con discapacidad intelectual o de la de su familia.

c) La concepción redistributiva sería aquella que entiende que el

bienestar es el valor máximo y ha de estar asegurado a través de instituciones con carácter universal, con prestaciones y servicios de bienestar.

En esta concepción el hecho de ser ciudadano implica tener unos

beneficios, unas prestaciones y un nivel de calidad en los servicios

mínimo e igual para todos. Sin suprimir la importancia relativa del

mercado o de los actores sociales este modelo enfatiza la igualdad

de oportunidades de vida como derecho base y como piedra angular

para el funcionamiento de la sociedad. Con el objeto de equiparar a

todos los ciudadanos en unas mismas condiciones de partida, se

pone el acento en compensar a quienes, por causas sociales o

físicas de diferente naturaleza, son víctimas del malestar.


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En esta concepción los apoyos, y su coste, que necesitan las

personas con discapacidad intelectual estarían considerados como

una cuestión que afecta a la sociedad en su conjunto, prestados desde un sistema nacional de protección y de seguridad social.

Desde otro punto de vista, estos modelos se identifican geopolíticamente

con Inglaterra y Estados Unidos (concepción residual, modelo anglosajón),

Alemania y Francia (concepción meritocrática, modelo continental), Finlandia y

el resto de países escandinavos (concepción redistributiva, modelo nórdico) y

España y los demás países mediterráneos (un híbrido entre el modelo

continental y el anglosajón).

Una mirada a los distintos modelos geopolíticos.

Veamos algunos parámetros que nos ayudan a concretar y visualizar

estos modelos geopolíticos.

La búsqueda de igualdad entre los ciudadanos es el referente del

modelo de bienestar nórdico, mientras que en el continental se trata de

que los ciudadanos tengan la seguridad de protección ante eventos tales

como enfermedad y desempleo. En el modelo anglosajón la concepción

subyacente es sencillamente la asistencial y de auxilio de los más

desfavorecidos. El modelo mediterráneo estaría a caballo entre la

protección y lo asistencial.

El nivel de gasto social sobre el Producto Interior Bruto en los países

mediterráneos y en los países anglosajones es bajo, mientras que en los

países nórdicos y en los continentales es alto.

Las empresas privadas: en Inglaterra el sistema de protección social

está fuertemente mercantilizado, mientras que en Alemania está

medianamente mercantilizado; las tasas de mercantilización en Suecia

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son muy bajas. En España la mercantilización, con regulación del

Estado, parece ir en aumento.

La financiación de la estructura en los países nórdicos es vía

impositiva y la cobertura de los servicios es universal. En el viejo

continente el sistema se capta vía contribuciones al sistema de la

seguridad social y la cobertura es selectiva. En el modelo anglosajón los

recursos financieros se obtienen de impuestos y tasas y la cobertura es

selectiva. En el modelo mediterráneo predomina el criterio contributivo y

marginalmente el impositivo y la cobertura es selectiva.

Por último, en los países nórdicos el criterio de acceso a las

prestaciones es el derecho de ciudadanía, mientras que en el modelo

continental prima la inserción laboral, o la necesidad en el caso del

modelo anglosajón. En los países mediterráneos el acceso según sea la

inserción laboral convive con el criterio de necesidad.

Con la exposición de estos parámetros, queremos llamar la atención

sobre el hecho de que apostar por un modelo social o por otro, de los

hasta ahora expuestos implica la apuesta por un sistema productivo, y, sobre todo, por un sistema distributivo.

En los dos sistemas, FEAPS, todos nosotros, está claramente comprometida.

En el sistema productivo, porque es apuesta estratégica de nuestra organización el fomento del empleo para personas con discapacidad intelectual, y el empleo es una de las claves del debate sobre el modelo social.

También porque FEAPS somos una entidad generadora de empleo (entorno a 17.000 profesionales).

Eliminado:


23

En el sistema distributivo, porque las personas con discapacidad intelectual y sus familias tienen necesidades específicas, y necesitan de apoyos de diferente naturaleza, generalizados e intermitentes; y creemos firmemente que la responsabilidad en financiar y prestar, en cantidad y con calidad, estos apoyos es una cuestión que afecta a la sociedad en su conjunto y al Estado, no exclusivamente a las familias o a los propios individuos con discapacidad intelectual.

Sostienen los defensores de una necesaria reforma del actual modelo

social continental europeo que los actuales niveles de paro en Europa reflejan

el fracaso del mismo; afirman que cualquier modelo que se fundamente sobre

una pobre generación de puestos de trabajo está llamado a fracasar. Los

social-liberales suelen plantear la dimensión cuantitativa del empleo más que la

cualitativa. Ponen cifras encima de la mesa para comparar los niveles de

desempleo de Gran Bretaña frente a los de Francia y Alemania, por ejemplo.

Pero eluden el debate sobre la calidad de los empleos creados. Este punto es

capital para FEAPS. La precariedad del sistema laboral no debe ser defendible

por FEAPS, ni en su concepción del modelo social por el que apuesta ni, como

consecuencia, en nuestro modelo organizativo y en nuestra gestión de los

recursos humanos que forman nuestras organizaciones.

Con respecto a la dimensión distributiva, el modelo social-liberal es sumamente cauteloso con los impuestos; defiende claramente una rebaja

del aparato impositivo, en el entendimiento de que los ciudadanos serán más

eficientes en la provisión de los servicios de que precisan, al disponer de más

ahorros, pues tienen menos impuestos, que emplearían en la contratación de

seguros privados.

Por lo demás el modelo social-liberal pone en cuarentena

determinadas atribuciones clásicas del Estado en la provisión de servicios sociales y alienta, cuando no estimula directamente, la entrada del capital privado. Lo que supone, naturalmente, la introducción de la noción

de lucro, de negocio, en un campo que, por lo general, ofrece escasos

Eliminado: mas


24

márgenes de ganancia. Para conseguirlo, sólo hay dos caminos, que en

realidad convergen hasta convertirse en uno: forzar una rebaja de costes

salariales, de los ingresos que perciben los trabajadores sociales y, en

consecuencia, aminorar la calidad de los servicios. La introducción del

dumping en los servicios sociales, es decir la oferta de servicios por un precio que está por debajo del precio del mercado, es una bomba de efecto retardado -pero muy próximo- para las organizaciones de FEAPS,

porque nos obligará a replantearnos toda nuestra estrategia, nuestra práctica y

los mecanismos de sostenibilidad de los apoyos a las personas con


Entre el modelo social europeo dominante y el social-liberal, ha hecho fortuna el nórdico, que se reclama heredero de la tradicional escuela

socialdemócrata y que -pese a las previsiones más catastrofistas- ha

demostrado gozar de muy buena salud. Lo que ha ocurrido en los últimos años

en Suecia o Dinamarca, por ejemplo, demuestra que empleo y protección

social no son antagónicos, sino complementarios y hasta dinamizadores uno de

otro. Suecia está entre los países de la U.E. con mayor gasto social por

habitante y, al mismo tiempo, con mayor tasa de ocupación y menor tasa de

desempleo.

Probablemente no sea realista proponer la apuesta inmediata por el

modelo nórdico, porque no sólo se trata de optar por lo óptimo, sino de tener capacidad para actuar según los parámetros económicos de ese modelo.

Pero nos parece conveniente y necesario que FEAPS defienda fundamentos

que, en un plazo razonable aunque prolongado de tiempo, nos lleven al modelo

nórdico y nos aleje de la opción social-liberal.

Por tanto, es el momento, en el foro y tras él, para que FEAPS haga más explicito el modelo social al que aspira, y ello se debe ir materializando

en los próximos años con posicionamientos claros en las cuestiones sociales y

sociolaborales que directa, pero también indirectamente, nos afectan y afectan

al buen gobierno de nuestra misión.

Eliminado:


25

Podemos estar todos de acuerdo en que un modelo de Estado social, de país comprometido con lo social, sería aquél en el que los poderes públicos orientan los programas políticos y encaminan los esfuerzos de la administración para conseguir modificar los poderes del mercado; fundamentalmente con la regulación del mercado laboral, la existencia de algún tipo de renta mínima para sus ciudadanos, al margen del valor que su trabajo o sus propiedades tengan, y la existencia de una cartera de servicios y programas, a los cuales deben tener derecho todos los ciudadanos, sin distinción de su estatus o del lugar donde vivan, y todo ello basado en los valores de la igualdad y la solidaridad.

También podríamos pensar que todas las fuerzas políticas democráticas

y todas las organizaciones sociales estarían razonablemente de acuerdo con

este programa de modelo de estado social.

Una mirada a la situación en España.

Pero para pasar del mundo de los discursos al de los hechos, es el

momento también de preguntarse en este foro -más allá de los logros ya

conseguidos en materia de bienestar social de las personas con discapacidad

intelectual y en materia de reconocimiento del papel de FEAPS como portavoz

legítimo y cualificado de las necesidades de la discapacidad intelectual- hasta qué punto la sociedad en su conjunto, y especialmente la administración, está realizando un serio esfuerzo, al margen de los actos programáticos, para que los ciudadanos españoles en general y las personas con discapacidad intelectual, en especial, comprueben que tienen un estado realmente preocupado por las cuestiones del bienestar social, la equiparación de oportunidades y el desarrollo de los derechos de ciudadanía.

Ni el estado, ni sus diferentes administraciones están realizando el

suficiente esfuerzo para que alcancemos las situaciones de bienestar social

Eliminado: ¶


26

que se dan en los países europeos continentales (Francia, Alemania, o

Austria), ni, evidentemente la de los países nórdicos. Y ante ello FEAPS no

puede ni debe adoptar una actitud pasiva. Con formato: Normal


27

Cosas que pasan

Claro que se nos puede decir que con los presupuestos que se tienen, o

con el nivel de riqueza (medido en Producto Interior Bruto) que tenemos poco más se puede hacer, o que bastante esfuerzo se está haciendo, que es lo

que habitualmente nos suelen decir los políticos o gestores, de cualquier signo,

para justificar lo limitado de sus disposiciones.

También se pueden traer a colación las amenazas que tradicionalmente están entorno al Estado de Bienestar: crisis económica,

desregulación del trabajo, presión de la migración, globalización de la

economía, coste electoral de nuevos impuestos, crisis del sistema de seguridad

social, descenso demográfico, etc. Y los efectos de la deslocalización en las

posibilidades de acceso a subcontratación con empresas por parte de nuestros

centros de trabajo, o de como se resuelve el efecto de las nuevas necesidades

sociales de la población inmigrante en nuestra futura capacidad para captar

fondos sociales.

Aunque, por ejemplificar, también deberíamos recordar que el Estado

Español es, en toda la Unión Europea, uno de los que tiene menos sensibilidad hacia las familias. Lo cual explicaría, tal y como los expertos

están continuamente evidenciando, la baja natalidad y la baja integración en el

mercado laboral de las mujeres; baste decir que en nuestro país solo el 8% de

los niños entre 0 y 3 años pueden acceder a una escuela infantil pública, frente

al 40% de los niños suecos, o el 23% de los niños franceses.

En FEAPS, como movimiento de familias, debemos tomar una posición

más clara sobre este asunto. No olvidemos que la familia es el centro de la

sociedad española, cualquiera que sea su fórmula y/o composición. Evidenciar además la necesidad de medidas de discriminación positiva y de ayudas específicas, cuando en su seno hay una persona con discapacidad intelectual, es una labor que nos debe ocupar en los próximos años.

Con formato: Fuente: 14 pt,Negrita, Cursiva


Eliminado: ¶¶


28

Estamos seguros de que en el trasfondo de todo ello el debate no está

tanto en si España se puede o no se puede permitir más gasto social, o si es o

no es factible más transferencia de la riqueza generada a programas sociales.

Pensamos que sencillamente es una cuestión de decisión política.

Aquí el Estado siempre ha decido gastar menos en temas sociales que el resto de los países de nuestro entorno. En 1975 ese gasto era del

14%, mientras que en Europa era del 22%. El máximo porcentaje histórico, un

24% de PIB, se alcanza en el año 1993, para descender hasta el 19,2% en el

año 2002 (en Europa el promedio es del 27%); todo ello mientras los ingresos

del Estado aumentan anualmente (un 38,1% del PIB en el año 1998, un 39,9%

en el año 2001).

La pregunta es obvia: ¿nos podemos considerarse un estado europeo

cuando nuestro gasto público social está tan alejado de la media europea?, y la

más simple ¿a qué está dedicando el dinero el Estado? Pensamos que FEAPS

debe estar vigilante ante esta evolución del PIB, creando grupos propios que,

entre otras cosas, periódicamente analicen los proyectos de presupuestos del

Estado y de las Comunidades Autónomas, con posicionamientos y

valoraciones claras.

Sin querer adoptar un tono catastrofista, hay más evidencias del

retraso que en políticas sociales tenemos en comparación con la de los países de nuestro entorno, tal y como, por ejemplo evidencia el Libro Blanco

sobre la Atención a las personas en situación de dependencia, que este mismo

año ha impulsado el propio Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Algunos

datos para ilustrar.

En Francia la cobertura de plazas de residencias para personas

mayores es del 6,7, mientras que en España es un poco más de la

mitad, 3,77. Los servicios domiciliarios tienen una ratio de cobertura

del 12,5, mientras que aquí estamos en el 3,12.

Eliminado: .


29

El gasto público en protección social para la dependencia era, en el

año 2003 el 0,32% del PIB (aproximadamente 2.356,9 millones de

euros) mientras que en Alemania y Francia se gasto en atención a

las personas dependientes ese mismo año el 1,2% de PIB; un país

con formas y estilos de vida similar a las nuestras, Italia, se gastó el

doble que nosotros (el 0,7% de su PIB).

En España sería necesario contar con 301.264 empleos del Sistema

Nacional de Dependencia. De ellos únicamente están creados

88.500, es decir, que hay un déficit de cobertura del 71%, lo que

impide atender adecuadamente a las demandas existentes de las

personas dependientes.

Tenemos la obligación de denunciar, de una vez por todas, que el

déficit social español en relación al de la Unión Europea está aumentando en vez de disminuir, y ello repercute muy seriamente en la cantidad y calidad de servicios disponibles y, en consecuencia, en la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual.

EUROSTAT, la oficina europea de información estadística, nos dice que

nuestro país tiene el gasto público por habitante en protección social más bajo

de la UE de los quince. Un bajo gasto público social que dificulta enormemente

el desarrollo de servicios de calidad, cuando no, sencillamente y como más de

una vez hemos experimentado en nuestras propias organizaciones, la mera

puesta en marcha de servicios o de ampliación de plazas necesarias y

urgentes para las personas con discapacidad intelectual. Ante esta grave

situación es necesario crear plataformas con otras organizaciones sociales

para reclamar la convergencia real en materia social del porcentaje de PIB con

Europa.

Los estudios de la Fundación Europea para el desarrollo de las

condiciones de vida y de trabajo en Europa, confirman la mala situación de los

españoles en comparación con el resto de los europeos.

Eliminado: ,


30

Somos, de entro a EU15, el país donde los trabajadores tienen mayor

sensación de inseguridad; el 10% piensa que en los próximos seis

meses es probable que les despidan de sus trabajos, solamente los

griegos y los portugueses tienen mas sensación de inseguridad.

En torno al 35% de los españoles de entre 18 y 34 años viven con

sus padres, frente al 23% de los franceses con esa misma edad o al

10% de los suecos.

Somos el país de la Europa de los quince que tropieza con más

dificultades para conciliar la vida laboral y la familiar, un 39% de los

españoles tiene dificultades para poder conciliar familia y trabajo,

frente al 25% de los portugueses, el 18% de los franceses, o el 12%

entre los holandeses.

Los españoles, junto con los griegos, los portugueses y los italianos,

sienten que tienen más dificultades para acceder a la sanidad que el

resto de la Europa de los 15. El 13% de nosotros ha experimentado

prolongados tiempos de espera y de retrasos en la atención sanitaria,

mientras que la media de la Europa de los 15 en la misma situación

es un 7%.

Pensamos que no es necesario aportar grandes datos sobre la situación

de las personas con discapacidad intelectual. De sobra son conocidos y

experimentados a diario por todos nosotros y por nuestras organizaciones.

Baste decir, y es suficientemente ilustrativo, que, según estimaciones de tasas

de cobertura realizada en nuestra Confederación, a partir de la información

facilitada por nuestras Federaciones, necesitaríamos contar con 62.000 plazas

de residencia para atender las necesidades de vivienda de las personas con

discapacidad intelectual, cuando sólo contamos con unas 23.000 plazas; o, si

hablamos del servicio de atención de día, haría falta contar con cerca de

21.000 plazas para atender adecuadamente las necesidades de nuestro

colectivo, cuando sólo contamos con un poco más de la mitad (en torno a las

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31

11.000); lo mismo ocurre con los servicios de atención temprana, las plazas

existentes son unas 10.000 cuando sería necesario contar con unas 33.000.

Podríamos aportar al Foro más números, pero creemos que con esto

basta para evidenciar el retraso que seguimos teniendo en política social en comparación con el estado de cosas existente e nuestro entorno más cercano, y la necesidad, como ya se ha hecho en otros campos, de realizar

por parte de todos un serio esfuerzo para poner a nuestro país al mismo nivel

que el resto en materia social.


32

Cosas que pasarán

Necesitamos, junto con otros, hacer algo más para avanzar en materias tales como los derechos sociales, el reconocimiento y la inclusión social de las personas con discapacidad; los esfuerzos públicos y

privados para que los más necesitados, los que más apoyos necesitan, los que

están en diferentes situaciones de riesgo tengan en la práctica las mismas

oportunidades de participar en lo social que el resto de ciudadanos, y entre

ellos las personas con discapacidad intelectual y sus familias.

Debemos reconocer que en este entorno, tan complejo y paradójico, no

podemos dejar de observar indicios que sin duda permiten atisbar que hay

posibilidades para alumbrar otro mundo, que hay caminos esperanzadores por

los que avanzar; sin duda otro mundo es posible.

Las personas con discapacidad advierten que la sociedad y nuestros

gobernantes comprenden mejor el conjunto de necesidades de apoyo que

requieren para alcanzar la plena igualdad de oportunidades. La futura Ley para

la Autonomía Personal, los desarrollos legislativos en materia de servicios

sociales, el reconocimiento del derecho subjetivo a este tipo de servicios (de la

que ha sido pionero el Principado de Asturias, a pesar que hoy por hoy sea una

mera acción formal, sin traducción a los presupuestos de la Comunidad

Autónoma) parecen indicar, al menos embrionariamente, que cabe pensar en un futuro en el que la protección social sea un derecho subjetivo y universal, reconocido para todos los ciudadanos con independencia de su estatus o de su nivel de ingresos.

La propia tendencia a la descentralización de las políticas sociales, a

pesar de los nuevos retos de coordinación y de equilibrio interregional que

plantea, implica sin duda la convicción de que los servicios sociales deben

estar mucho más próximos a las necesidades de los ciudadanos, más

centrados en las personas.


Con formato: Fuente: 14 pt,Negrita

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33

No obstante, deberemos estar muy atentos y vigilantes a la forma como

se vaya haciendo este despliegue de competencias hacia las Autonomías y

hacia las Entidades Locales, pues no debemos olvidar que el riesgo de un

incremento del diferencial del bienestar social asociado a diferentes techos

autonómicos, competenciales y prespuestarios, también está “a la vuelta de la

esquina”, y ante esto nuestro movimiento asociativo, que, no lo olvidemos,

representa y defiende la mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos

con discapacidad intelectual, debería defender que dicho diferencial sea la

excepción y no la regla.

Con esta intención, a pesar de las complejidades que conlleva, la

Cartera de Servicios Sociales para las Personas con Discapacidad Intelectual,

elaborada por nuestro movimiento asociativo y aprobada por la Junta Directiva

de la Confederación como referente de las carteras autonómicas, es una toma

de postura clara sobre los apoyos específicos que necesita nuestro colectivo,

con independencia de la Comunidad Autónoma donde se viva. El hecho de que

se empiece a poder debatir con las administraciones públicas sobre esta base

sin duda también es síntoma del interés por parte de todos de proporcionar

servicios más adaptados y de más calidad.

Por último, las organizaciones y las plataformas del Tercer Sector, siendo FEAPS una de las más activas, tienen cada vez más peso en la vertebración del tejido social, y es cada vez más evidente que son una columna más, pero con entidad propia, del modelo social, con la que se debe contar a la hora de hacer políticas sociales.

Pero, al mismo tiempo, no nos podemos callar y no decir que no nos

gusta el mundo en el que vivimos, que el estado de cosas en materia de ciudadanía, inclusión sociolaboral, bienestar social que existe no nos acaba de convencer, no nos parece el que mejor responde a las justas demandas y las evidentes necesidades de las personas con discapacidad intelectual. Con formato: Sangría:

Primera línea: 0 cm

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Nosotros, ¿actores del cambio?

Este es el segundo gran titular que los ponentes quisiéramos que se

debatiese en este II Foro del Movimiento Asociativo FEAPS.

El primero era, recordad, el de, pensando en las personas con

discapacidad intelectual, sus familias y nuestras organizaciones, si nos vale

cualquier modelo social o debemos definirnos y reflexionar sobre cuál es el

modelo social por el que debemos apostar. El segundo es, de una forma muy

coloquial, si nos gusta o no nos gusta el estado de cosas existentes, si

creemos, también pensando en las personas con discapacidad intelectual, sus

familias y nuestras organizaciones, que el mundo en el que vivimos está bien

como está o debemos aspirar a otro, si, en definitiva, estamos profundamente

identificados con el eslogan que nos ha convocado a este segundo foro de

Oviedo.

Pensamos que sí, que merece la pena apostar por otro estado de cosas,

distintas y mejores de las que ahora tenemos; muchas cosas tienen que

cambiar y, como acertadamente nos recuerda la ponencia que se ocupa del

proyecto común, solo es posible haciéndolo juntos, aumentando nuestra

cohesión, y también uniéndonos a otros.

Porque, ojalá nos confundamos, los vientos que corren en el panorama nacional y en el internacional son francamente turbulentos y auguran tiempos difíciles, tiempos de dudas ante los que deberemos hacer

frente, y que nos obligarán a adquirir la suficiente musculatura organizativa y

doctrinal para que las personas con discapacidad intelectual y sus familias

mejoren su calidad de vida: y para que nosotros, FEAPS, sigamos teniendo la

capacidad de decidir la forma cómo se prestan estos apoyos.

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35

El entorno más previsible.

La valoración que hacemos el grupo de ponentes de la evolución natural

de nuestro entorno, de los derroteros por donde se desarrollará, tampoco es del todo halagüeña.

En el plano internacional, los desastres naturales, el deterioro medio

ambiental, y los conflictos armados intensificarán las corrientes migratorias

hacia Europa y Norte América, y serán más evidentes los efectos de la

globalización de los mercados, la deslocalización de empresas europeas hacia

Asia y los países de la Europa oriental y las áreas de libre comercio.

La consecuencia más previsible será la de que los Estados Europeos,

entre ellos el español, se sientan en la obligación de destinar más recursos para ayudas al desarrollo del Tercer Mundo, que junto con el surgimiento de

nuevas necesidades sociales a las que hacer frente, dará como resultado un

conjunto de asuntos que pueden impactar negativamente en los esfuerzos orientados a cubrir las necesidades sociales más tradicionales, entre ellas

las nuestras, o a pensar, falsamente, que ya están razonablemente bien

solucionadas.

Tenemos que tener capacidad para evidenciar y defender que la

cooperación al desarrollo y la atención a las necesidades sociales emergentes,

-en la que sin duda nuestras organizaciones se tienen solidariamente que

involucrar más-, ni es ni debe necesariamente ser incompatible con el

compromiso de maximizar los esfuerzos para con las necesidades

tradicionales. Lo contrario sería dejarse llevar por la moda o por la demagogia.

Europa no atraviesa su mejor momento. A las dificultades para dotarse

de un marco constitucional, se une la falta de liderazgo y la inestabilidad

política y socioeconómica por la que está pasando uno de los países lideres

europeos, Alemania. A todo ello se une el cuestionamiento del modelo social europeo que realizan las corrientes de pensamiento liberal y, en parte,


36

también el pensamiento socialdemócrata. Todo ello plantea el debate sobre la

necesidad de revisar el modelo. La incorporación de países de la Europa

oriental y el cambio de estatus de nuestro país en los próximos años (de

receptor a aportador de fondos), invitan a pensar en una Europa que pasa por

un momento crítico e inestable.

Es difícil conjeturar el impacto que todo ello tendrá en nuestras

organizaciones, aunque está en la mente de todos nosotros el acelerado descenso de la partida de programas europeos que recibirá España, tanto

de los estructurales como de los sectoriales. Los fondos europeos han

supuesto y están suponiendo en muchos casos un revulsivo en nuestras

organizaciones para avanzar en proyectos, muchas veces innovadores, que

tendrían difícil encaje sin esa fuente de financiación. El plan estratégico de los

próximos tres años deberá contener alguna respuesta, alguna alternativa a esta

situación que se nos avecina.

En los aspectos más doctrinales es urgente que en FEAPS encontremos

la fórmula institucional y organizativa más adecuada para participar muy activamente en el debate sobre la revisión del modelo social europeo. Las

personas con discapacidad intelectual y sus familias, en particular, y el

colectivo de personas con discapacidad, en general, tenemos que tener voz

propia en este debate.

Es evidente que todos estos fenómenos que se producen en el contexto

europeo se reproducirán en nuestro contexto nacional, y ya con mayor o menor

intensidad, en cada una de nuestras comunidades autónomas.

De España ya hemos dicho que está entre los países de la Unión

Europea que menos porcentaje del Producto Interior Bruto dedica a protección social. Y, además es el de menor crecimiento demográfico. Por

si no fuera suficiente está entre los que tienen mayores tasas de personas

ancianas y, por último, es la puerta de entrada a la emigración subsahariana y del Magreb. Todo ello, sin duda, obliga a todos los españoles,


37

a las administraciones, a los partidos políticos y a las organizaciones sociales

como FEAPS, a alcanzar un gran pacto social que haga frente al conjunto de

situaciones sociales, las nuevas y las antiguas.

Y es que además, como continuamente nos vienen recordando los

analistas sociales, España tiende cada vez más a mercantilizar los programas y los servicios relacionados con la protección social de sus ciudadanos. De entre ellos los hay quienes consideran que esta

mercantilización, la introducción de la competencia y la búsqueda de afán de

lucro son un estímulo para ofertar servicios de más calidad a menos coste,

favoreciendo además las posibilidades de elección de los ciudadanos. En el

polo opuesto están los que creen que una mercantilización de la protección

social irá en detrimento de la calidad de los programas y de los servicios. Los

hay, por último, quienes tienen una posición equidistante entre las dos posturas

anteriores.

Más allá del debate teórico, lo cierto es que todo apunta a la

mercantilización de los servicios que se vayan creando para las necesidades

emergentes, y que la competencia entre organizaciones, dentro de las

empresas de la economía social y con las empresas mercantiles en el sector

de las necesidades tradicionales, es una cuestión de tiempo, todo ello

fomentado y propiciado por las diferentes administraciones.

FEAPS, lo sabemos, somos un conjunto de organizaciones prestadoras

de servicios de apoyo a las personas con discapacidad intelectual y a sus

familias, y al mismo tiempo, somos un conjunto de organizaciones que

reivindican derechos para las personas con discapacidad intelectual y para sus

familias.

FEAPS, cada vez con más urgencia, tiene el reto de buscar fórmulas de

conciliación entre estas dos caras de la misma moneda, pero al mismo tiempo

debemos afrontar urgentemente, en la teoría y en la práctica, la tendencia a considerar la protección social como un mercado más.


38

La cuestión es tan sencilla y tan compleja como la siguiente ¿Admitimos

el libre mercado en la prestación de servicios para personas con discapacidad

intelectual, o pensamos que los criterios de negocio no deben ser los que

primen en la prestación de apoyos?; ¿Estamos preparados para la libre

competencia? Es necesario que en los próximos años tengamos

posicionamientos claros sobre estos y otros asuntos tan cruciales. Es nuestra

obligación, es necesariamente así.

Con formato: Sangría:Primera línea: 0 cm

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39

Otro mundo es posible.

Porque no solamente otro mundo es posible, que lo es; también porque

lo que ocurra hoy en el mundo, lo que ocurra en nuestra sociedad nos afecta profundamente, impacta en alguna dirección en la calidad de vida de

las personas con discapacidad intelectual, en sus familias, en nuestras

organizaciones.

¿O no pensamos que si hacemos lo posible para erradicar la pobreza

también pasará que habrá menos personas con discapacidad intelectual

pobres? ¿Acaso si construimos un medio ambiente más sostenible no significa

también que las personas con discapacidad intelectual van a vivir en un mundo

mejor?

Tomar posición, establecer alianzas.

Queremos sencillamente traer a colación de este foro la necesidad, en FEAPS, de ir reflexionado, y tomando posición, sobre asuntos que aparentemente están alejados de lo que podríamos llamar, para entendernos, el núcleo de la problemática de la discapacidad intelectual; estos asuntos no nos deben ser extraños, ni lejanos, afectan al corazón mismo

de las posibilidades de tener más y mejores apoyos para las personas con

discapacidad intelectual y sus familias.

Es verdad que entonces se nos abren múltiples frentes, y que debemos

organizarnos y profundizar en alianzas con terceros para incidir en todos estos

aspectos.

Pero si otro mundo es posible, solo lo es si definitivamente

entendemos que nuestras reivindicaciones, que las carencias que tienen las personas con discapacidad intelectual, sus familias y nuestras organizaciones encuentran su explicación y su solución cuando las

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alineamos y las pensamos junto con otras necesidades y otras actuaciones que existen bajo el paraguas del modelo social en el que vivimos.

Es por ello por lo que el movimiento asociativo FEAPS no podemos ser

indiferente a asuntos tales como son, por ejemplo:

las actuales reformas de los estatutos autonómicos; pues sin duda

afectarán al modelo competencial y de gestión en materia de

servicios sociales y, por tanto, al modelo de apoyos públicos que

recibirán las personas con discapacidad intelectual.

Ni tampoco a la orientación de las partidas presupuestarias de cada

una de las diferentes administraciones públicas; ¿o acaso, por

ejemplo, la decisión de apostar por las obras públicas e incrementar

el endeudamiento de una administración no detrae la posibilidad de

destinar más recursos a la política social, y, por tanto, a la mejora de

la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual?

o, por último, el debate sobre la política sociolaboral, o el de la

reforma fiscal, etc.

En definitiva, a FEAPS no le puede ser indiferente el modelo social

dominante, pues tiene consecuencias prácticas en nuestras organizaciones, en

nuestras familias, en las personas con discapacidad intelectual.

Una nueva perspectiva.

Si alguna vez fue así, debemos definitivamente romper con un modelo

endogámico de pensar, Proponemos a este foro, que en los próximos años enfoquemos las carencias y las necesidades de la discapacidad intelectual desde una nueva perspectiva:

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41

Pensándolas junto con las carencias y en las necesidades de los

otros.

Intensificando nuestra presencia en foros transversales.

Analizando y debatiendo, con una actitud vigilante, los enfoques

ideológicos, los proyectos y las decisiones que nuestros poderes

públicos vayan tomando.

El Movimiento Asociativo FEAPS ha alcanzado ya la suficiente madurez asociativa, técnica e ideológica, como para poder iniciar un camino en el que nos sintamos con suficiente fuerza para ser un agente activo que busca reducir al mínimo los déficits de bienestar social y avanzar hacia una sociedad cada vez más regida por los principios de igualdad de oportunidades y lucha contra la exclusión social; en definitiva que aspira a aportar “su grano de arena” para que la mejora de la calidad de vida sea, cada vez más, una realidad que llega a todos los ciudadanos y, por tanto, a las personas con discapacidad intelectual y a sus familias.

También es verdad que en esta nueva perspectiva nos queda un largo

camino que recorrer, pues no solo se debe tener la ilusión del contribuir a la

mejora social, sino que ello debe hacerse desde la referencia a un proyecto

social, a un modelo social por el que optar.

En los próximos tres años, impulsado por la Confederación, se debe

definitivamente poner en marcha un proceso continuo de reflexión y debate

del movimiento asociativo FEAPS en torno al entorno, apoyado por recursos y estructuras técnicas, que permitan ir modelando nuestra apuesta social, y permitan ir encontrando posicionamientos sólidos y

reivindicativos ante las cuestiones más urgentes que en nuestro entorno

afectan a las personas con discapacidad, a las familias, a nuestras

organizaciones.

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42

Ocho asuntos para empezar a andar.

Nuestro compromiso con el entorno, la sensación de que las doctrinas

neoliberales en materia social ganan terreno, y el evidente atraso que España

tiene en política social con respecto a Europa, nos llevan a proponer ocho

asuntos, no los únicos, sobre los que parece que requiere ya una urgente

reflexión, y un contundente posicionamiento del Movimiento Asociativo FEAPS:

¿compartimos todos que la prioridad de la política debe ser la lucha

contra la exclusión y contra la desigualdad social?, ¿estamos

dispuestos a denunciar activamente a nuestros gobernantes cuando

no comparten esta prioridad?

¿El movimiento asociativo FEAPS debe seguir siendo, en su raíz, un

movimiento de autoayuda o debemos, yendo más allá de los gestos

simbólicos, además cooperar con el desarrollo de la calidad de vida

de personas con discapacidad intelectual y familias de otros países y

continentes?.

¿Nos conformamos con el porcentaje del PIB que dedicamos a

política social o tenemos que buscar estrategias para que se

incremente el porcentaje del PIB.?

¿Nos conformamos con el porcentaje de gasto público que en

España se dedica a política social o deberemos movilizarnos para

que se incremente?

¿Estamos de acuerdo con el actual sistema de protección social o

creemos que la responsabilidad pública significa además el

reconocimiento del derecho subjetivo a los servicios sociales, su

acceso universal y a su mantenimiento?, y sobre éste ¿admitimos el

copago por los servicios o pensamos que no es justificable?

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43

¿Qué es lo más adecuado para que las personas con discapacidad

intelectual reciban los apoyos que necesitan y sean de calidad, unos

servicios más centralizados o unos servicios más descentralizados?

¿Consideramos que con independencia de la descentralización

administrativa todas las personas con discapacidad intelectual y sus

familias deben tener los mismos apoyos, con independencia del

techo competencial de cada una de las Comunidades Autónomas, o

pensamos que es mejor para las personas con discapacidad

intelectual que cada administración despliegue sus propios servicios

de apoyo?

¿Damos por bueno la idea ampliamente extendida de que la

competencia es un estimulo para ofrecer servicios más acordes con

las necesidades del cliente?; en otras palabras, ¿estamos de

acuerdo con que los servicios que prestan apoyos a las personas con

discapacidad intelectual se mercantilicen, o pensamos que debe

protegerse la red de servicios y frenarse su mercantilización?

Desde esta ponencia, desde el valor de la transparencia y el

compromiso y para estimular el debate, creemos firmemente que cambiar el

mundo significa entre otras cosas pensar que:

La prioridad de la política es la lucha contra la exclusión y contra la

desigualdad social, y nuestra responsabilidad denunciar activamente

a nuestros gobernantes cuando no comparten esta prioridad.

El movimiento asociativo FEAPS debe seguir siendo un movimiento

de ciudadanos y familias comprometidas con una cooperación más

efectiva para el desarrollo de la calidad de vida de personas con

discapacidad intelectual y familias de otros países y continentes.

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44

Y, por supuesto, no nos conformamos con el porcentaje del PIB que

estamos dedicando a política social, y ante la situación actual la

actitud de FEAPS debe ser la de firme protesta.

Ni tampoco nos conformamos con el porcentaje de gasto público que

se dedica a política social; los próximos tres años deben ser un

tiempo de reivindicación y de conquistas de incremente de esta gasto

público.

Por lo demás, pensamos que la responsabilidad pública para con los

más desfavorecidos y los más desiguales significa el reconocimiento

del derecho subjetivo a los servicios sociales, su acceso universal y

su mantenimiento; y si se trata de apoyar en a los más débiles, el

copago por los servicios no es justificable.

Lo más adecuado para que las personas con discapacidad intelectual

reciban los apoyos que necesitan, y sean de calidad, es que exista

una descentralización de los servicios, pero debe ir acompañada por

el incremento de competencias y de financiación de las entidades

locales.

Si bien el papel de FEAPS, en esta descentralización es velar y

garantizar el que todas las personas con discapacidad intelectual

tengan los mismos apoyos, con independencia del techo

competencial de cada una de las comunidades autónomas.

Por lo demás, y con respecto a la mercantilización o no de los

servicios que prestan apoyos a las personas con discapacidad

intelectual, pensamos que debemos ser intensamente beligerantes

con las entidades y empresas que prestan servicios a nuestro

colectivo pero que no lo hacen conforme al modelo de Calidad de

Vida o a nuestro sistema de valores sobre la persona, la familia, etc.

Pues no debemos olvidar que FEAPS no aspira a gestionar por


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gestionar o a hacerlo de cualquier manera, pensamos firmemente

que la gestión de centros y de servicios, sea quien sea quien los

gestione, solamente debe ser posible si realmente se orientan a

prestar apoyos para que las personas con discapacidad intelectual

sean cada vez más personas.

Con todo ello, creemos que el objetivo último que nos deberíamos

marcar en los próximos años es hacer todo lo posible para influir en el entorno geopolítico, social e interpersonal de tal modo que, desde nuestra concepción de lo social, se reduzca el déficit existente en materia de bienestar social que España tiene y, a la par, se reduzcan los déficits diferenciales que existen entre las Comunidades Autónomas.

Y ello exige el esfuerzo de pensar no solo en las personas con discapacidad intelectual, sino también en el resto de colectivos con

nuevas o tradicionales situaciones de exclusión y de desventaja social y, en

general, en todos los ciudadanos.

Pues debemos ser muy conscientes de que la asunción de la mayoría de

las competencias en el ámbito de las políticas sociales por las Comunidades

Autónomas está trayendo, como resultado, diferentes sensibilidades públicas

hacia los asuntos que a nosotros más nos preocupan.

Como consecuencia, constatamos diferencias entre Autonomías que

garantizan mayores aportaciones públicas para las necesidades de las

personas con discapacidad intelectual y sus familias, frente a otras que, en

estos asuntos, tienen un déficit más que notable.

Nuestro compromiso con el entorno exigirá implicaciones precisas que

han de plasmarse también en la planificación estratégica inmediata, la de la

Confederación y la de cada una de nuestras Federaciones. La calidad de vida

de todas las personas con discapacidad intelectual y sus familias exige tener

actitudes y conductas más reivindicativas, más exigentes para con las


46

Administraciones Autonómicas menos sensibles. En ningún caso deberíamos

admitir las legítimas opciones diferenciadas de cada gobierno autonómico

como justificación, si ello va en detrimento de los derechos de las personas con

discapacidad intelectual de este o aquel territorio.

Juntos, y en alianza con otros.

Pero para ello nuestra presencia en el conjunto de organizaciones

transversales a lo social y, más específicamente en las del tercer sector, deben

ser mucho más activo.

No vale con estar, es necesario saber para qué se está, tener un discurso propio y actuar en consecuencia.

El movimiento asociativo FEAPS debe plantearse intensificar su liderazgo en las estructuras en las que de una forma natural está (CERMI,

Plataforma del 0,5, Fundación ONCE, CEPES, etc.) y debe avanzar con su

presencia activa, bien como observador bien como miembro de derecho, en

nuevas plataformas que directa o indirectamente puedan ser facilitadoras de

un nuevo modelo social (patronatos de cajas de ahorro, fundaciones de las

entidades privadas con afán de tener una responsabilidad social corporativa,

presencia en los diferentes consejos económicos y sociales, mesas de trabajo

estables con los diferentes partidos políticos, sindicatos, movimientos

alternativos, etc.).

Al final, y ya desde un punto de vista más táctico, pensamos que

nuestro discurso debe anclarse dentro de organizaciones sociales de segundo nivel, que adquieran para nosotros el rol de escenarios instrumentales desde los que también hacer valer nuestro pensamiento, nuestros posicionamientos.


47

No se nos escapa que está nueva perspectiva desde la que afrontar,

junto con otros, las oportunidades y los riesgos que se nos presentan en el

entorno, también nuestra capacidad de cambiarlo, solo es posible si, a su vez

nosotros, ya nosotros juntos, tenemos la suficiente confianza en que solo así

podemos cambiar el mundo y, para ello, necesariamente debemos cambiar

nosotros mismos, mejorar nuestro sentido de pertenencia, modelar el proyecto

común. De todo ello se ocupa la tercera ponencia de este Foro.


48

Diez aforismos a modo de conclusión provisional.

Tampoco se nos debe escapar que las inquietudes de las personas con

discapacidad intelectual, sus problemas, sus necesidades, sus deseos y

esperanzas exceden y sobrepasan a la propia discapacidad intelectual.

Pensamos que el concepto de discapacidad intelectual no es lo que

fundamentalmente preocupa u ocupa a la persona con discapacidad

intelectual; sus anhelos, emocionales e intelectuales, van más allá, su mirada

recorre el entorno cotidiano que le rodea, sus diálogos tratan, como los de

cualquier otro, de comprender por qué en el mundo pasa lo que pasa y de

aspirar a un mundo mejor, atisbando que, por encima de la tapia de la

discapacidad intelectual, hay algo más.

Es esta posible metáfora, la de la persona con discapacidad intelectual y

sus familias, que junto con otras otean el horizonte, a la vez que tratan de

buscar una respuesta al acaecer de la ciudad y su ejido, la que ha inspirado al

grupo de ponentes a los que se les encargó de pergeñar algún tipo de

respuesta ante las cuestiones del entorno y que, final y muy sintéticamente,

ofrecemos en los siguientes diez aforismos:

No nos debe ser indiferente el modelo social que exista.

Debemos apostar por un modelo social.

Feaps es un actor más del entorno: trata, con firmeza, de hacer valer

sus ideas.

Lo que pasa en el mundo afecta a las personas con discapacidad

intelectual.

Debemos cambiar de perspectiva: ocuparnos de lo que pasa en el

mundo, que es, a partir de ahora, lo mismo que ocuparnos de la


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Debemos tener posicionamientos claros sobre diferentes frentes que

directa o indirectamente afectan al modelo social.

Las organizaciones del Tercer Sector deben ser concebidas como

palancas desde las que influir para el cambio social.

Tenemos que tener una presencia más activa en foros transversales

y en nuevos foros que sean centrales en el modelo social dominante,

desde los que reivindicar el cumplimiento de nuestros

posicionamientos.

No nos gusta el mundo en el que vivimos, otro mundo es posible.

Pongámonos a ello, apostemos por estructura, recursos y medios

para impulsar el cambio social.


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Textos inspiradores. Para profundizar más. Lo canónico hubiese sido titular este apartado al uso, esto es: titularlo

sencillamente Bibliografía. Pero no nos sentíamos cómodos con tal título.

En un texto académico la bibliografía es la relación de autores y libros

citados a lo largo del texto y referenciados, siguiendo determinadas normas al

uso, por si acaso el estudioso quisiera acudir a las fuentes originarias.

Su función es triple, por un lado, ejerce de principio de autoridad, por

otro lado señala que el autor conoce y ha transitado por el conocimiento previo

que existe sobre el tema que se trate, por último, busca referenciar los textos

que se han citado.

Pero éste no es un texto académico, no está sujeto a las reglas que lo

rigen.

El texto producido se ha inspirado en pretextos, pero también en textos

y, por supuesto, en contextos; sería empobrecedor referirse solamente a los

textos.

Pretextos ha habido y muchos, el propio Foro lo es; el estímulo que

supone es un pretexto para sencillamente ponerse a pensar. Es entonces

cuando el texto encuentra su inspiración en la actualización de experiencias, de

conocimientos y de sentimientos que cada uno de los miembros del equipo

tiene y que aporta a la discusión y al debate grupal, para su uso; lo mismo que

es un renovado pretexto para contrastar, más allá del equipo, con otros colegas

y amigos los avances que se van logrando. Sería inútil hacer una referencia, a

modo de bibliografía, de los pretextos.

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Otros contextos han sido principios inspiradores; contextos imaginarios y

contextos materiales. El espacio físico del debate, la disposición del grupo, sus

relaciones y su química sin duda inspiró la producción de una línea de

pensamiento y su traducción escrita. Sería inagotable referirnos a los

contextos.

Y por supuesto ha habido textos, probablemente sin sistemática, sin

orden y sin concierto; cada miembro del grupo ha traído sus lecturas y

reconociendo o sin reconocer al autor, las ha puesto en el contexto adecuado,

pasando a ser un mero pretexto para producir nuestro texto. Sería excesivo

referirnos a todos ellos

Otros textos son grupales, los que cada uno ha producido al socaire del

debate o tras cualquier lectura, textos, en este caso, que pertenecen a la

privacidad del equipo de ponencia y que atraviesan el escrito presentado.

De todos los posibles, hemos seleccionado unos cuantos, útiles si

queremos profundizar más en esta materia.

Alemán Bracho C y García Serrano M. (1999). Fundamentos de bienestar

social. Valencia: Tirant lo Blanch.

Bueno José R. Y Zaragoza Gustavo (2003). Del estado liberal al estado social,

un viaje de ida y vuelta.” Valencia. Encuentro Diocesano de Cáritas (libro de

ponencias).

Casado D. (ed.) (2004). Respuestas a la dependencia. Madrid: Editorial CCS.

European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions

(2004). Quality of life in Europe. Luxembourg: Office for Oficial Publications of

the European Communities.

FEAPS. (2001). Ponencia 6. “El liderazgo en el entorno” en Ponencias del I.

Foro del Movimiento Asociativo FEAPS. Sevilla, noviembre 2001. Inédito

FEAPS. (2001). Asociacionismo para organizaciones a favor de las personas

con retraso mental. Manuales de Buenas Práctica FEAPS. Madrid. FEAPS

FEAPS. (2004). Cartera de Servicios Sociales del Movimiento FEAPS. Inédito


52

Gallego R, Gomà R, y Subirats J (ed.) (2003). Estado de bienestar y

comunidades autónomas. Madrid: Editorial Tecnos.

García Delgado J. L. y otros (2004) Las cuentas de la economía social. Madrid:

Fundación ONCE y Civitas Ediciones.

Herrera Gómez M y Castón Boyer P. (2003). Las políticas sociales en las

sociedades complejas. Barcelona: Editorial Ariel.

Mº de Trabajo y Asuntos Sociales (2005). Atención a las personas en situación

de dependencia en España. Libro blanco. Madrid. Instituto de Mayores y

Servicios Sociales (IMSERSO).

Muñoz de Bustillo R. (ed.) (2000). El estado de bienestar en el cambio de siglo.

Madrid: Alianza Editorial.

Navarro Vicenç (2000). Neoliberalismo y estado del bienestar. Barcelona:

Editorial Ariel.

Sévilla Segura José V. (2005). Financiación autonómica. Problemas y

Propuestas. Madrid: Exlibris y Fundación Alternativas.

Shmidtz D. Y Goodin R. (2000). El bienestar social y la responsabilidad

individual. Madrid: Cambridge University Press.

SUGERENCIAS A LA PONENCIA: “FEAPS Y EL ENTORNO. LA APUESTA POR

UN MODELO SOCIAL” NOMBRE (*): ___________________________________________________________________________ ENTIDAD: _____________________________________________________________________________

SUGERENCIAS CONCRETAS

Texto de Referencia:

Texto de Alternativo:

VALORACIONES O SUGERENCIAS GENERALES

Remitir a FEAPS (Avda. General. Perón, 32 1º 28020 MADRID) o [email protected] del 30 de Noviembre

(*) Nombre de persona o conjunto de personas que realizan la/s sugerencia/s (Ej.: socio, profesional, Junta Directiva, Equipo Técnico, etc.) NOTA: Si el texto o la sugerencia alternativa excede del tamaño del cuadro, se podrán anexar

cuantas páginas sean necesarias.

feaps y el entorno: la apuesta por un modelo … · ocupa del tema. anteriormente, el manual de...

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