fe y lenguaje místico

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FE Y LENGUAJE MÍSTICO En la actualidad la mayoría de los creyentes cristianos tienen alguna experiencia mística pero le parece algo fuera de la realidad porque se puede caer en fanatismo e ir en contra de las “normas” de la fe, sin embargo la mística tiene su origen en la fe, es decir, en el Encuentro con Dios, lo transcendente, Jesucristo; y el leguaje que utiliza es simbólico. Por lo tanto en este escrito se platea un interrogante ¿Dónde se encuentra la relación entre fe y lenguaje místico? Primeramente hay que entender por lenguaje “todo aquello que el hombre toca, siente, presiente, barrunta, cree, piensa, ve, duda, etc. ” Es decir, lo que el ser humano quiere comunicar; al igual que el término mística que es unión, sumergirse, perdido o en sentido paulino “en – con Cristo”, es decir, ya no soy yo quien vive es Cristo quien vive en mi. De igual modo la fe debe ser confianza, abandono en las manos de Dios, para que así las palaras proclamadas por el profeta Isaías se cumplan:te tengo tatuado en la palma de mi mano (49, 16). Por consiguiente la relación que hay entre la fe y el lenguaje místico es principalmente el Encuentro entre la persona y Dios, es decir, la experiencia con Dios y a esto se le denomina experiencia mística. Ahora bien el lenguaje místico es lo que el hombre quiere dar a conocer o conservar por escrito aquellas palabras que nacieron en este encuentro y lo redacta en términos que se pueda comprender utilizando símbolos, imágenes etc. Pero muchas personas al acercase a un escrito realizado por unos de los místicos no entiende el mensaje que este quiso dar a conocer por ser un escritura simbólica. Además hay muchas relaciones que ayudan a profundizar esta relación que comienza en el Encuentro entre la criatura y el Creador. Partiendo de la Sagrada Escritura (Libro de Fe) donde los creyente se nutren de las delicias de la Palabra de Dios, en ellos se cumple lo que dijo Jesús: “no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, pero se necesita tener

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Page 1: Fe y lenguaje místico

FE Y LENGUAJE MÍSTICO

En la actualidad la mayoría de los creyentes cristianos tienen alguna experiencia mística pero le parece algo fuera de la realidad porque se puede caer en fanatismo e ir en contra de las “normas” de la fe, sin embargo la mística tiene su origen en la fe, es decir, en el Encuentro con Dios, lo transcendente, Jesucristo; y el leguaje que utiliza es simbólico. Por lo tanto en este escrito se platea un interrogante ¿Dónde se encuentra la relación entre fe y lenguaje místico?

Primeramente hay que entender por lenguaje “todo aquello que el hombre toca, siente, presiente, barrunta, cree, piensa, ve, duda, etc.” Es decir, lo que el ser humano quiere comunicar; al igual que el término mística que es unión, sumergirse, perdido o en sentido paulino “en – con Cristo”, es decir, ya no soy yo quien vive es Cristo quien vive en mi. De igual modo la fe debe ser confianza, abandono en las manos de Dios, para que así las palaras proclamadas por el profeta Isaías se cumplan:te tengo tatuado en la palma de mi mano (49, 16).

Por consiguiente la relación que hay entre la fe y el lenguaje místico es principalmente el Encuentro entre la persona y Dios, es decir, la experiencia con Dios y a esto se le denomina experiencia mística. Ahora bien el lenguaje místico es lo que el hombre quiere dar a conocer o conservar por escrito aquellas palabras que nacieron en este encuentro y lo redacta en términos que se pueda comprender utilizando símbolos, imágenes etc. Pero muchas personas al acercase a un escrito realizado por unos de los místicos no entiende el mensaje que este quiso dar a conocer por ser un escritura simbólica. Además hay muchas relaciones que ayudan a profundizar esta relación que comienza en el Encuentro entre la criatura y el Creador.

Partiendo de la Sagrada Escritura (Libro de Fe) donde los creyente se nutren de las delicias de la Palabra de Dios, en ellos se cumple lo que dijo Jesús: “no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, pero se necesita tener “un corazón puro” porque “bienaventurado los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”; de lo anterior el hombre y la mujer se esfuerza y con la gracia de Dios a tener la pureza del corazón.

En el lenguaje místico lo primero que se presenta es un DESPOJAMIENTO, el Señor quiere que la persona se despoje de todo cuanto no es él y de lo que no es Dios, es dejar a Dios por Dios, y encontrarse con uno mismo. Simultáneamente la palabra Despojamiento que utiliza el místico proviene de la Biblia, por ejemplo: Abraham que sale de su patria y lo deja todo, Elías se dirigirse hacia el oriente, Moisés se quita las sandalias de sus pies, Pedro y Andrés lo dejaron todo. Pero ¿por qué Yahvé quiere vernos libre sin ninguna atadura?Claro está que ÉL creó al ser humano libre para que nadie lo esclavice, ni el mismo se esclavice, es la liberación o salvación, sin embargo, el hombre al estar esclavizado se encuentra en la puerta ancha, o en manos de los imperios Egipcios y Babilónico; es de esas cadenas que Dios quiere liberar a sus hijos e hijas. Al estar esclavizado se adoran a los ídolos que somete y destruye a la persona que tiene bajo sus pies. Con todo eso el despojamiento conduce a una libertad interior y exterior.

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En el despojamiento o desprendimiento consiste en atravesar la noche oscura y pasar por el castillo interior, porque suceden dos cosas importantes para la persona; lo primero como escribió Santa Teresa de Ávila es el autoconocimiento donde descubre sus luces y sombras o las cizañas y el trigo, o aquel pequeño dragón recordando las palabras de los Padres del Desierto que duerme dentro del individuo. Así mismo dice san Agustín de Hipona tú me conoces, y yo quería conocerme como soy conocido, es en este autoconocimiento donde hay que penetrar las habitaciones o moradas de las cual Teresa señala para entrar en contacto con la verdadera imagen que el hombre fue creado. Ciertamente Moisés ante la voz de Dios se conoce a si mismo y sus capacidades y limitaciones, “¿Quién soy yo para ir al faraón?” además los profetas en especial Isaías que reconoce que es un hombre de labios impuros y Jeremías que todavía es un muchacho. Por lo tanto al haber un llamado hay también una misión, el ENCUENTRO CON DIOS no se queda estático sino ponerse en camino, esto lleva a una liberación interior. Lo segundo es el desprendimiento de todo lo exterior de aquellas cosas que lo atan, es decir, estar desnudo como Adán y Eva, o como san Francisco de Asís que se despojó de sus vestiduras; porque estamos amarrados con una hebra de hilo resonará en el pensamiento sanjuanista. Cuando el creyente se está desprendiendo de las cosas exteriores es lo que se le denomina la noche oscura donde el alma se encuentra libre. Es la purificación tanto de los sentidos externos e internos del hombre.

De lo anterior hay una herida de amor que Dios hizo en el hombre, es la experiencia de la novia en el libro del cantar de los cantares, sin embargo esa herida de amor se hizo en el encuentro con el Amado. Ahora bien después del despojamiento se asoma ante los ojos de las personas un DESIERTO majestuoso e inmenso, donde reconocerá profundamente su humanidad y quiere volver donde sus amantes o añorar la olla de carne de los egipcios (16, 3). Es en el lugar árido y sin vida donde Yahvé pareciera ausente ante los gritos de sus elegidos como por ejemplo San Juan de la Cruz que gritará ¿Dónde estas Amado mío?, Santa María Magdalena de Pazzi que no siente la presencia de su Amado, pero es aquí en este desierto donde el creyente destruirá los altares de sus ídolos y reconoce su humanidad y la necesidad de Dios. Cabe señalar los ejemplo de las Sagradas Escrituras sin ir mas lejos es el pueblo de Israel atravesando el desierto que murmura contra Dios y contra Moisés, o el profeta Elías que grita no valgo mas que mis padres, también en los escritos de los salmos: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? (22, 2) e incluso en el Salmo 10 expresa el salmista, ¿Por qué, Yahvé, te queda lejos, te escondes en las horas de angustia? Algunos místicos encuentran ánimo para seguir caminando por el desierto con la presencia de los mensajeros de Dios y la virgen María que traen palabras de consolación. Además es tiempo de prueba de estar en el lago de los leones de caminar por ningún sendero, es prueba para conocer la fuerza humana y la gracia que viene de Dios, como Jesús en el Desierto que fue tentado por el diablo; por eso el individuo es conducido al desierto para buscar Aquello que lo Trasciende Todo. En resumida es ausencia y prueba pero es también enamoramiento por eso te llevaré al desierto y allí te enamoraré, de igual manera es donde Dios Provee con esto cabe decir las afirmaciones de la Biblia donde las noventa y nueve ovejas son dejadas en el desierto, donde el pueblo elegido bebió del agua salida de la roca y disfrutó de maná, e incluso es en este desierto donde se abandonan los dioses y se Deja a Dios por Dios.

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Es en el desierto por donde todo creyente debe cruzar este umbral porque no hay nada que lo distraiga del amor de Cristo, es aquí que la profecía de Ezequiel tiene su cumplimiento derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará (…) y os daré un corazón nuevo y un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne; de igual manera el Señor pondrá la ley del amor en su mente y lo grabará en el corazón. Dicho de otro modo es la sexta morada. Finalmente para el creyente cristiano ha pasado por la Encarnación y la Cruz porque ha encarnado la vida de Cristo en su vida, es decir, lo ha conocido; y la cruz por los momentos de ausencia y abandono; además estas dos palabras son las vías purgativa e iluminativa utilizando los libros de Job y Sabiduría. Por lo tanto falta todavía por recorrer este caminito de perfección, subir el monte, avanzar por la escalera del amor.

Cuando la persona se halla en estos aposentos ve a Dios en todas partes porque anhela tenerlo, pero a Dios no se posee, es decir, con términos sanjuanista si vienes a poseerlo todo no has de poseer algo en nada. Es el Encuentro con la Palabra de Dios que conduce al hombre en una búsqueda y en la experiencia mística; cuando se penetra profundamente la Palabra de Dios y se dialoga como amigos. El tiempo se detiene, es un tiempo de gracia donde no hay horas. Por lo tanto es el encuentro entre el Creador y su criatura, el Amado con la amada, del Padre con el hijo, del Rey con su princesa, del Amigo con el amigo, es una unión e inhabitación, en palabras de san Pablo ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí, es entran en la última morada, de estar en la cumbre del monte, de estar en la cima de la escalera, la meta del caminito, es la permanencia en la celda, es la esencia de la cruz.

De esta unión se puede decir desde la Sagrada Escritura mi amado es mío y yo de mi amado, de igual modo la novia del Cantar De Los Cantares le dice al Amado “ponme como sello en tu corazón, como sello en tu brazo. Que es fuerte el amor como la muerte (…) no pueden los torrentes apagar el amor.” La fuerza del amor es aquella llama de amor viva, el Espíritu Santo. En vista de todo es la unión de Dios en el hombre donde se pierde al entrar en esta comunión con el PADRE, HIJO Y ESPIRTU SANTO. En lenguaje de la teología de la mística es la vía unitiva, es como lo atestigua el Evangelista san Juan vosotros en mí y yo en vosotros (14,20), para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros (17, 21). Es la resurrección que da vida en abundancia, por el amor reconocerán que son mis discípulos; es estar en el jardín del Edén donde se tiene una relación con la creación, con el otro, con uno mismo y con Dios. Aquí se permanece en silencio para escuchar la Voz del Señor, es una soledad habitada. La experiencia mística se vuelve una experiencia comunitaria, no es intimismo, quietismo, activismo sino que la vida se vuelve en una oración continua, es CONTEMPLACION.

En resumen hay que pasar por las vías, purgativa (Job), iluminativa (Sabiduría), unitiva (Cantar de los cantares); la experiencia del creyente ante el encuentro con el Señor es lo que se llama mística y lo que se trasmite es el lenguaje simbólico porque recurre a su lenguaje de figuras, imágenes, comparaciones y hechos, también hay muchas palabras que ayudan a entender los escritos místicos; este trabajo solo se resalta los términos principales. Por lo tanto la profecía de Oseas tiene esta finalidad por eso voy a seducirla; voy a llevarla al desierto y la hablaré al corazón.