administracióii y conservación del santnario. Personas procedentes de todo el país acuden durante la época de migración de las águi- las con el único deseo de contemplar sus majestuosas evoluciones. L'uevamente hoy, es posible ver pasar varios millares de rapaces de diez o doce especies distintas en un sólo día de observación desde los miradores expresamente construidos en las bellas laderas l~oscosas del santuario. En el año 1060 el santuario tuvo lG.OOO visitantes.

Hoy, la mayoría de los Estados de la Federación han dictado leyes que protegen a las aves de rapiña. Lo corriente en bastantes Estados es qne se prohibe cazar ni destruir en veda toda clase de Accipitres y Striges, excepto el azor y el Iialcón, y no raras es- pecies quedan aquí o allá permanentemente protegidas. La des- trucción de crías o nidadas se penaliza. En algunos Estados, como Nueva Yorlc, Nueva Jersey y Ohio. las leg>laciones son aún más conservacionalistas : Todas las aves de rapiiia ectán protegidas, in- cluso el azor y el halcón.

FAUNA, CAZA Y OLA DE FRIO: LLA3fA.\IIENTO QUE HIZO E L KCOXSEIL INTERYATIOXALE DE ¡.A CHASSE))

Recientes olas de frío de rigor no conocido, han diezmado po- blaciones de aves y mamíferos en Europa.

Consciente de la gravedad de la situación, el donseil Interna- tional de la Chassen lanzó a primeros de enero de 1963 1111 Ilama- miento, dirigido a sus delegaciones en todos los países, pidiendo la inmediata prohibición de las actividades cinegéticas. A raíz de esta petición, los Gobiernos de ocho paises han dictado el cierre anticipado de la veda.

Posteriormente, las noticias sobre situación de fauna y caza se han hecho tan alarmantes, que el mismo organismo ha cursado un segundo llamamiento, más apremiante, dirigido a los restaiites paises europeos que aún no han tomado medidas proteccionistas. Este segundo llamamiento nos es transmitido directamente con el ruego de sii publicación, que con sumo gi~sto llevamos a caho en versión espaiío!a, rogando a todo5 nuestros lectores se Iiagan asimismo conscientes de la gravedad que el llamamiento encierra, para que cada cual. en la medida de sus fuerzas, contribuya. si se repite el caso, en la forma que estime más discreta y eficiente. He aquí el Ilaniamiento:

«El Brreau del Conseil Internationale de la Chasse, reunido en París el 22 de enero de 1963,

Reconsiderando detenidamente los informes recibidos de todos los paises de Europa acerca de las terribles pérdidas sufridas por toda clase de aves migradoras a causa de la persistente y excep- cional ola de frío, urge a todos los paises adscritos al Conseil, pongan inmediatamente en práctica medidas extraordinarias de protección a fin de amortiguar un desastre que, de otro modo, podría conducir a la desaparición de algunas especies de aves mi- gradoras que son de gran valor para la ciencia y base del deporte cinegético. Este Bureau insiste en que todos los Gobiernos euro- peos deben poner en práctica las siguientes medidas:

1." Inmediata prohibición de la caza de toda clase de aves mi- gradoras hasta después que estas aves hayan anidado y criado su siguiente generación.

2." Considerando que va contra la ética y beneficio del caza- dor deportivo y consciente, el aprovecharse de las situaciones de gran apuro que padece la caza en estas condiciones climatoló- gicas extremas, esperial~nente en aquellas comarcw asneridimales donde la caza se ve ahora obligada a refugiarse, propone la prohi- bición en toda Europa de toda clase de caza durante la primavera de 1963.

El Conseil desea expresar también aquí su satisfacción ante las medidas de protección ya dictadas por los Gobiernos de Ho- landa, Bélgica, .4femania, Austria, Dinamarca y Suecia.»

EXCEPCIONAL CACERIA D E CISNES EN ALGUNAS PROVINCIAS ESPAÑOLAS

En la Sección Breve (Notas) del volumen 8 de ARDEOLA se pu- blican detalles concretos sobre la cacería de cisnes ocurrida en el norte de España, coincidiendo con !a excepcional presentación de estas aves en nuestro país, a donde llegaron impu!sadas por el hambre y los hielos que han diezmado la vida animai en otras la- titudes europeas. Son los mismos cisnes de cuya pacífica contem- plación disfrutan las gentes de Londres, Copenhague, Berlín o Estocolmo, los mismos que unos días antes de caer en manos de cazadores recibían migas de pan casi de la mano en algún parque nórdico, allí admirados por multitud de niños, mucliachos y ma- yores. En algunas localidades españolas bastaron tres o cuatro días para acabar con 19 de los M cisnes arribados.