falsos héroes

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El héroe es uno de los elementos recurrentes de la literatura en cualquier idioma y de cualquier tiempo, va más allá de ser un personaje recurrente o un símbolo que es usado con frecuencia, el héroe es uno de los sustentos mismos del arte de contar historias. Parece ser que ha sido casi imposible (hasta tiempos bastante modernos) relatar algo sin referirnos a un ser fuera de lo normal, a alguien que puede lidiar con situaciones (y utilizarlas para su gloria) frente a las que otros solo son capaces de llorar y lamentarse. El héroe no suele tener un final afortunado: desde los tiempos clásicos los individuos desdichados y terriblemente excepcionales han sido apreciados por la belleza de sus vidas (aun siendo estas ficticias), solo con mencionar a Edipo (el hombre que se atreve a batallar con el destino y al que su mismo contendiente le ofrece uno de los reveces más bellos de la literatura) y a Aquiles (el héroe por antonomasia, el divino guerrero de los pies ligeros que es llevado por su ira y su gloria a una muerte a la vez humillante y apoteósica) bastará para mostrar que los grandes personajes trágicos son loados y recordados milenios después de que fueron creados. Pero parece haber algo más para que el héroe sea héroe: la masa lo apoya y lo quiere. Bien podemos regresar a los pasados ejemplos para asegurar lo anterior: Edipo era aclamado como sabio y justo señor por los tebanos y pareciera que los aqueos solo luchaban fieramente cuando veían (o creían ver) a Aquiles entre sus filas, los héroes están rodeados de ovaciones en vida y de lamentos en muerte. Y aquí surge una pregunta ¿Acaso no es válido el héroe anónimo, aquel al que la masa rechaza pero que sin embargo no deja de ser excepcional? Aquí aparecen los protagonistas de las obras de teatro Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen y de El gesticulador de Rodolfo Usigli. Tanto el Doctor Stockmann como César Rubio son héroes secretos, sujetos excepcionales que realizan acciones admirables (por lo menos en intención) pero que pasan desapercibidas e incluso son reprobadas por la gente que los rodea. ¿Acaso esos dos personajes deberían de

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Ensayo prototipo Prepa Tec

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El hroe es uno de los elementos recurrentes de la literatura en cualquier idioma y de cualquier tiempo, va ms all de ser un personaje recurrente o un smbolo que es usado con frecuencia, el hroe es uno de los sustentos mismos del arte de contar historias. Parece ser que ha sido casi imposible (hasta tiempos bastante modernos) relatar algo sin referirnos a un ser fuera de lo normal, a alguien que puede lidiar con situaciones (y utilizarlas para su gloria) frente a las que otros solo son capaces de llorar y lamentarse. El hroe no suele tener un final afortunado: desde los tiempos clsicos los individuos desdichados y terriblemente excepcionales han sido apreciados por la belleza de sus vidas (aun siendo estas ficticias), solo con mencionar a Edipo (el hombre que se atreve a batallar con el destino y al que su mismo contendiente le ofrece uno de los reveces ms bellos de la literatura) y a Aquiles (el hroe por antonomasia, el divino guerrero de los pies ligeros que es llevado por su ira y su gloria a una muerte a la vez humillante y apotesica) bastar para mostrar que los grandes personajes trgicos son loados y recordados milenios despus de que fueron creados. Pero parece haber algo ms para que el hroe sea hroe: la masa lo apoya y lo quiere. Bien podemos regresar a los pasados ejemplos para asegurar lo anterior: Edipo era aclamado como sabio y justo seor por los tebanos y pareciera que los aqueos solo luchaban fieramente cuando vean (o crean ver) a Aquiles entre sus filas, los hroes estn rodeados de ovaciones en vida y de lamentos en muerte. Y aqu surge una pregunta Acaso no es vlido el hroe annimo, aquel al que la masa rechaza pero que sin embargo no deja de ser excepcional? Aqu aparecen los protagonistas de las obras de teatro Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen y de El gesticulador de Rodolfo Usigli. Tanto el Doctor Stockmann como Csar Rubio son hroes secretos, sujetos excepcionales que realizan acciones admirables (por lo menos en intencin) pero que pasan desapercibidas e incluso son reprobadas por la gente que los rodea. Acaso esos dos personajes deberan de ser considerados como hroes? Son dignos de la admiracin del lector aunque son despreciados por los otros personajes? Son otro tipo de hroe trgico, ms moderno y vigente? Eso tratar de averiguar aqu.

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En primer lugar habra que definir cul es la supuesta accin heroica que realizan los protagonistas: Stockmann encuentra en el agua del balneario de su pueblo ciertas bacterias que podran producir enfermedades y trata de alertar a la poblacin local para evitar contagios, si le hicieran caso se veran obligados a cerrar el balneario y la principal fuente de ingresos de la villa desaparecera. En qu radica lo admirable de sus acciones? Sin duda no en el descubrimiento de las bacterias, sino en el aviso que da para evitar la enfermedad, ya que este ltimo representa un acto moral, realizada para el beneficio de los que lo rodean. Sin embargo, esta accin que a primera vista lo llevara a su encumbramiento como hroe es justamente lo que lo encamina al rechazo social y a la posterior expulsin de la comunidad. Por otro lado el profesor Csar Rubio se hace pasar por un antiguo general de la Revolucin mexicana para revivir los antiguos bros justicieros de un movimiento aplastado por la burocracia. Si el acto de Stockmann fue moral en s mismo, lo admirable de la accin de Rubio no es tomar la personalidad de un militar muerto, sino la bsqueda de justicia que eso propicia. Rubio se podra convertir en un hroe por tratar de rescatar los valores de una revolucin muerta.

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Teniendo ya definida la naturaleza de los hechos heroicos se puede explicar la reaccin que el entorno de los protagonistas tiene ante dichas situaciones. A Rubio el poder le juega una mala jugada y el mal que trataba de erradicar con su campaa poltica (personalizada en el general Navarro) lo ataca y lo elimina. Finalmente, cuando toda la amenaza contra el sistema est erradicada se le reconoce como un gran general, un prcer de la Revolucin. As mismo, la buena voluntad de Stockmann hace que sea difamado (obviamente por razones de conveniencia) e incluso lo obliga a romper relaciones con su hermano, el alcalde del pueblo. Vencido por las ultrajas es obligado a exiliarse. Cabe destacar que en ambos casos la familia parece apoyar plenamente los intereses de los protagonistas. En ambos casos el resultado es casi trgico, las circunstancias (la peripecia dramtica) se vuelca en contra de los objetivos del protagonista completamente y lleva a una situacin sin salida o con una sola salida.

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El ltimo elemento a considerar la reaccin que tienen los protagonistas frente a estos callejones dramticos. Csar Rubio se mantienen firme en sus propsitos de rescate revolucionario, sin importar las amenazas de muerte que recibi del general Navarro. Csar Rubio muere consciente de la terrible situacin en la que se encontraba y no dud en dar un paso hacia adelante que lo llevara al cumplimiento de su objetivo, no tiene miedo o al menos no parece importarle, habra que pensar tambin si ese valor no fue inspirado por los apoyos de la casta poltica local y del presidente. Muere y es conmemorado como un hroe, y, ridculamente, el secreto de su identidad solo es conocido por su enemigo acrrimo y su familia ms cercana. En cambio Stockmann es amedrentado por el escarnio y termina planteando sus intenciones de partir hacia el extranjero, al mismo tiempo que acepta el ttulo de enemigo del pueblo. Si Csar Rubio no se rinde y luch hasta el final, Stockmann acepta su realidad y huye de ella.

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Como conclusin se puede decir que el Doctor Stockmann tiene deslumbres de heroicidad: la aceptacin del ttulo de enemigo del pueblo es comparable con el flagelo que se propina Edipo al quitarse los ojos, pero eso vale nada ante la huida que planea, ante la falta de aceptacin al destino, pues busca otra realidad (sin rechazo ni injurias) en la cual vivir. Esa actitud es mucho ms humana que la que toma Csar rubio, que sin duda muere en el combate, as como Aquiles a las puertas de Troya, pero a diferencia de este su muerte no es aclamada y su gloria es falsa, artificial, pues su mrito real y sacrificial no es considerado a la hora de otorgarle honores. Sin duda las obras muestran personajes ms cercanos a la realidad, menos clsicos y divinos, sin embargo dan pie a creer que la heroicidad es posible, aun de una forma retorcida, en el mundo de hoy.