factores sociofamiliares y capacidad funcional...
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UNIVERSIDAD PRIVADA “JUAN MEJIA BACA”
CARRERA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA
TESIS
Para obtener el título profesional de Licenciado en Psicología
AUTORA:
Bachiller Aguirre Fernández Anggy Steffanny
ASESORA:
Lic. Mary Cleofé Idrogo Cabrera
Chiclayo, diciembre de 2014
FACTORES SOCIOFAMILIARES Y CAPACIDAD
FUNCIONAL ASOCIADOS AL NIVEL COGNITIVO
DE ADULTOS MAYORES DE UN CENTRO
INTEGRAL DE LAMBAYEQUE. DICIEMBRE, 2014.
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FACTORES SOCIOFAMILIARES Y CAPACIDAD FUNCIONAL
ASOCIADOS AL NIVEL COGNITIVO DE ADULTOS MAYORES DE UN
CENTRO INTEGRAL DE LAMBAYEQUE. DICIEMBRE, 2014.
Informe presentado por:
Br. Aguirre Fernández Anggy Steffanny
Autora
Aprobado por:
Dra. Margarita Fanning Balarezo
Presidenta
Ps. Aimée Gracía Flores
Secretaria
Dra. María Rosa Vásquez Pérez
Vocal
Lic. Mary Cleofé Idrogo Cabrera
Asesora
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DEDICATORIA
Al compromiso que mi padre tiene para con nosotras, poniendo su
esfuerzo y dedicación día con día, fortaleciendo el sentimiento y la unión
en la familia enseñando junto con mi madre el ser perseverante y
resiliente ante cualquier adversidad.
A mi abuela Yenny Alemán Lama quien es también mi ejemplo de
lucha y dedicación, demostrándome siempre su amor y su apoyo
incondicional al igual que mi tía Mery Castilla Alemán
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AGRADECIMIENTO
A los adultos mayores pertenecientes al Centro Integral del Adulto
Mayor de Lambayeque que participaron en el trabajo de investigación.
A la Jefa de personal de la Municipalidad de Lambayeque que
autorizó la participación de los adultos mayores.
A mi asesora que con esfuerzo me apoyó día con día, brindando
conocimiento y sabiduría que guiará la tesis.
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INDICE
DEDICATORIA ........................................................................................................ 3
AGRADECIMIENTO ................................................................................................ 4
RESUMEN ............................................................................................................... 6
ABSTRAC ................................................................................................................ 7
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 8
CAPITULO I: BASES TEÓRICAS ........................................................................ 13
1.1 ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN ............................................... 13
1.2 MARCO TEÓRICO - CONCEPTUAL ..................................................... 15
CAPITULO III: MÈTODOS .................................................................................... 35
CAPITULO III: RESULTADOS ............................................................................. 39
CAPITULO IV: DISCUSIÓN .................................................................................. 44
CONCLUSIONES .................................................................................................. 49
RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS .......................................................... 51
REFERENCIAS ..................................................................................................... 52
ANEXO 1 TEST DE PFEIFFER ............................................................................ 56
ANEXO 2 ESCALA DE VALORACIÓN SOCIOFAMILIAR - GIJON ................... 57
ANEXO 3 TEST DE BARTHEL ............................................................................. 59
ANEXO 4 FORMATO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO ............................ 61
ANEXO 5 ................................................................................................................ 62
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RESUMEN
El deterioro cognitivo es una alteración de la memoria, que
aparece con el envejecimiento y que algunas veces puede
desembocar en una demencia, entorpeciendo la realización de las
actividades cotidianas. Esta investigación cuantitativa descriptiva
identifica el nivel cognitivo del adulto mayor, y los factores socio
familiares y personales. La población estuvo constituida por de 29
participantes de una Centro Integral que acoge a adultos mayores
entre los 65 a 84 años de edad, donde el 45% fueron mujeres y el
55% varones. Para tal fin se utilizaron el Test de Pfeiffer para la
detección de deterioro cognitivo, la Escala Socio familiar de Gijón para
detectar situaciones de riesgo o problemática social, el Test de
Barthel que evalúa las actividades básicas de la vida diaria del adulto
mayor. Se aplicaron estrategias para asegurar los principios éticos y
el rigor científico. La prueba estadística determinó una asociación
positiva no significativa entre los factores socio familiares y personales
asociados al nivel cognitivo, encontrándose que el 55,2% de adultos
mayores no presenta deterioro cognitivo y el 27.6% presenta deterioro
leve. En el factor socio familiar se encontró que el 62.1% presenta
riesgo social mientras que el 13.8% tienen problemas sociales. En lo
que respecta al factor personal, encontramos dentro de la capacidad
funcional que el 82.8% de los adultos mayores son independientes y
solo el 3.4% son dependientes. Estos resultados permitieron rechazar
la hipótesis.
Palabras claves: Adulto mayor, dependencia física, depresión,
deterioro cognitivo leve, problemas sociales.
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ABSTRAC
Cognitive impairment is an impairment of memory, which appears
to aging and can sometimes lead to dementia, hindering the performance
of everyday activities. This descriptive quantitative research identifies the
cognitive level of the elderly, and the socio-familial and personal factors
that influence the deterioration. The study population consisted of 29
participants in a Comprehensive Center which welcomes older adults
between 65-84 years of age, with 45% female and 55% male. To this end
the Pfeiffer test for detection of cognitive impairment, social and family
Gijon Scale allows detection of risk or social problems, the Barthel test
that measures basic activities of daily living of the elderly were used.
Strategies were implemented to ensure the ethical and scientific rigor
principles. The statistical test determined no significant positive
association between socio-familial and personal factors associated with
cognitive, found that 55.2% of older adults do not have cognitive
impairment and 27.6% have mild impairment. In the social and family
factors found that 62.1% have social risk while 13.8% had social
problems. In regard to the personal factor, found in functional capacity that
82.8% of older adults are independent and only 3.4% are dependent.
Keywords: Older Adult, physical dependence, depression, mild cognitive
impairment, social problems.
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INTRODUCCIÓN
El envejecimiento es un proceso biológico, intrínseco de la
transición demográfica, que es el tránsito de regímenes de alta mortalidad
y natalidad a otros de niveles bajos y controlados, que además es
universal e irreversible y determina una pérdida progresiva de la
capacidad de adaptación. (Berniz, 2004). De lo antes mencionado
podemos deducir que la vejez es de suma importancia por formar parte de
nuestro ciclo vital, así como la infancia, adolescencia, madurez, que
presenta características propias de forma progresiva que intervienen
diversos factores de la vida de una persona. Tal es así que Marín (2003)
indica que en el proceso de envejecimiento son dos factores los que
deben considerarse por su relevancia, estos son los biológicos y los
físicos.
De ahí que la adultez mayor está considerada como un periodo en
el que la persona experimenta numerosos cambios, que si bien dependen
del estilo de vida, y del sistema social y familiar, influyen continuamente
en las diversas áreas de funcionamiento (Popolo, 2001 citado por Duran,
2008). En algunos contextos, la adultez mayor se ha asociado a la
pérdida constante de capacidades (principalmente relacionadas con el
aspecto físico); en estos casos, los estereotipos de la cultura occidental
frente al envejecimiento han llevado a que las personas experimenten
cierto temor frente a la llegada de esta etapa de desarrollo, que puede
llevar incluso hasta el aislamiento social. De esta manera se resalta la
importancia de la existencia de los sistemas de apoyo social, familiar y de
la salud (Ocampo, 2004 citado por Duran, 2008).
De este modo, la interacción social se convierte en un factor de
protección para la salud, teniendo en cuenta que ello implica vínculos
estrechos con otros y un nivel de actividad constante. Además, genera el
involucramiento en grupos sociales, permitiendo que el adulto mayor
distribuya equilibradamente su tiempo, y contribuyendo así a mejorar su
calidad de vida. La socialización en esta etapa permite estar en contacto
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con otros y desarrollar potencialidades a partir del mismo; igualmente,
genera acciones que son necesarias para mejorar la calidad de vida
(Zapata, 2001, citado por Duran).
De la misma manera, la integración social depende de las redes de
apoyo con las que cuente el adulto mayor, entendiendo éstas como
aquellas relaciones significativas que una persona establece
cotidianamente y a lo largo de su vida (Zapata, 2001, citado por Duran,
2008), específicamente con familiares más cercanos, amigos, entre otros.
Se ha observado que tales redes juegan un papel vital en la adultez
mayor, convirtiéndose en el sustento emocional que permite en muchos
casos sobrepasar las crisis que se puedan presentar. (Duran D., 2008).
Es por ello que si se origina una pérdida de las habilidades
funcionales normales, la persona, los roles y tareas definidos socialmente
se ven afectados, y el nivel de socialización del adulto tiende a disminuir
(Ocampo, 2004 citado por Duran, 2008). Es allí donde aparece el
concepto de discapacidad, definido por Bejarano (2005, citado por Duran,
2008) como un estado en el que se encuentran las personas que por
razones ligadas a la pérdida de capacidad física o intelectual, requieren
de la asistencia o ayuda para realizar actividades de la vida diaria.
Teniendo a la vejez como un proceso que disminuye poco a poco la
vitalidad humana, siendo ésta considerada como la etapa del ciclo vital
que empieza alrededor de los 65 años.
Presentándose así la vejez dependiente que requiere ayuda para
levantarse, alimentarse, transportarse, comunicarse para mantener la
salud y que no se encuentre en condiciones de trabajar. Así cómo la vejez
independiente que es considerada como la capacidad que tiene el
individuo para la adaptación a los retos de la vida a pesar de cuan
vulnerable pueda ser ante estos.
Por tanto, la disminución en la capacidad funcional se afronta de
manera más positiva cuando el adulto mayor cuenta con un entorno
ambiental seguro, vínculos familiares, un ingreso económico estable y
10
acceso a la atención en salud (Pérez & García, 2003 citado por Duran,
2008).
Se sabe que uno de los aspectos que más se modifica en el
envejecimiento es la función cognitiva, definida por Valencia (2008) como
la asociación de operaciones mentales encaminadas a permitir la
adecuada función de ellas, conformada por diversas funciones como la
memoria, las áreas del lenguaje, praxis por lo que en adultos mayores la
pérdida de utilidad que se le da a estas funciones culmina en deterioro
cognitivo.
Es por ello que la función cognitiva de un individuo es el resultado
del funcionamiento global de sus diferentes áreas intelectuales,
incluyendo el pensamiento, la memoria, la percepción, la comunicación, la
orientación, el cálculo, la comprensión y la resolución de problemas, lo
cual cambia con la edad. Si bien algunos individuos envejecen
«exitosamente», es decir, muchas de sus funciones cognitivas
permanecen igual que en su juventud; la mayoría sufre la disminución de
algunas esferas cognitivas tales como las de aprender nueva información
y ejecutar funciones motoras rápidas, mientras que otros sufren
enfermedades como Alzheimer que deterioran severamente su
funcionamiento cognitivo. (Dechent, 2008).
García (2002) define el trastorno cognitivo como un síndrome
demencial causado en potencia por múltiples lesiones isquémicas o
hemorrágicas del cerebro y en ausencia de cualquier otra alteración
capaz de provocar por sí misma una demencia.
Siendo para Giménez Belén (2012), citada por Bailón M. & Pilligua
J. (2013), “La pérdida de memoria en la vejez (trastorno cognitivo leve)
comprende una serie de trastornos en la capacidad cognoscitiva, es decir,
trastornos de memoria y una capacidad de retentiva muy limitada.
Además, a los afectados les resulta muy complicado concentrarse por un
largo periodo en una misma tarea. Estas alteraciones van mucho más allá
de la disminución del rendimiento propia del envejecimiento.”
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En este grupo etario la Enfermedad de Alzheimer afecta
actualmente a más de 35 millones de personas en el mundo, se
caracteriza porque inicia con Deterioro Cognitivo Leve donde existe una
pérdida de la memoria y a veces de otras capacidades, sin que llegue al
grado necesario para hablar de demencia. (Gac, 2009).
Este trastorno se agudiza por crisis situacionales; una de ellas, el
abandono familiar o el alejamiento o pérdida de la familia, por los adultos
que acuden a instituciones como casa de reposo o asilos.
Problemas del deterioro cognitivo son frecuentes en los adultos
mayores pertenecientes al centro integral del adulto mayor en el que se
realizó esta investigación, muchos de ellos presentan limitaciones para
recordar su edad, lo que hicieron el día anterior, problemas de juicio,
razonamiento, orientación entre otros. Desconociéndose en los sujetos de
estudio que factores están asociados a su nivel cognitivo, por lo que fue
necesario investigar ¿Cuáles son los factores socio familiares y
personales asociados con el estado cognitivo de los adultos mayores de
un centro integral de Lambayeque en el mes de setiembre del 2014?
Los objetos de estudio de la investigación fueron los factores
asociados al nivel cognitivo de los adultos mayores. En éste sentido, el
objetivo que guío la investigación fue el determinar los factores socio
familiares y personales asociados al nivel cognitivo de los adultos
mayores de un Centro Integral de Lambayeque.
Para concretar este objetivo se trazaron los siguientes objetivos
específicos:
- Determinar el nivel cognitivo de los adultos mayores de un Centro
Integral de Lambayeque en el mes de setiembre del 2014.
- Identificar las características socio familiares de los adultos
mayores de un Centro Integral de Lambayeque en el mes de
setiembre del 2014.
- Identificar la capacidad funcional personal de los adultos mayores
de un Centro Integral de Lambayeque en el mes de setiembre del
2014.
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La presente investigación basa su importancia en la necesidad de
atención adecuada a los adultos mayores y asociación con los factores
socio familiares y personales; ya que existen cifras alarmantes de un
equivocado diagnóstico de presente problema, así mismo se puede
afirmar que a nivel local existen escasas investigaciones que estudien la
relación existente entre ambas variables por ende se sigue manteniendo
un inadecuado ritmo de atención a ésta población.
Por otro lado éste estudio tendrá base científica y metodológica, lo
cual permitirá que el mismo sirva como literatura válida para futuras
investigaciones que pretendan darle relación a las mismas variables en
poblaciones similares. Así mismo los resultados obtenidos permitirán a los
investigadores alcanzar propuestas de mejoras.
Ésta investigación se basa en los planteamientos de los autores:
Pfeiffer, Ferri C.P., Bernis (2004), Jara M. (2007), Dechent (2008), Lobo
(2002), García (2002), Donoso (2001) que plantean que el deterioro
cognitivo es la pérdida continua de las funciones cognoscitivas que se va
alterando por diversos factores externos e internos del organismo, lo cual
se ve reflejado en una persona con baja capacidad de persuasión,
agudeza visual, memoria, percepción, estado de alerta y esto de alguna
manera conduce a caídas en el paciente adulto, disminución de velocidad
de marcha y movimientos importantes para su dependencia.
Este informe está estructurado en cuatro capítulos, en el primero se
presentan los aspectos teóricos indagando antecedentes de estudio que
guiaron la investigación, el segundo donde se encuentran los aspectos
metodológico como el tipo y diseño de investigación, la población y
muestra, instrumentos utilizados, aspectos éticos y criterios de
cientificidad; en el tercero los resultados con su descripción estadísticas y
en el cuarto la discusión de los resultados. Finalmente se presentan las
conclusiones, recomendaciones.
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CAPITULO I:
BASES TEÓRICAS
1.1 ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN
1.1.1 ANTECEDENTES INTERNACIONALES
Dosil, A.; Dosil, C.; Leal, C. & Neto, S. en el 2013, en su
investigación Estado Nutricional de Ancianos con Deterioro Cognitivo
llegaron a la conclusión que el desempeño cognitivo medido por el
MMSE mostró al 80,8% de residentes con deterioro cognitivo donde:
el 31,5% tiene deterioro cognitivo leve, el 14,6% con deterioro
cognitivo moderado y el 34,6% presentó deterioro cognitivo grave. A
pesar de que la proporción de ancianos que presentan pérdida de
capacidad cognitiva se muestra ligeramente superior en el género
femenino, con una prevalencia de 84,5% en las mujeres y 73,9% en
los hombres, esta diferencia no es estadísticamente significativa.
Ávila O., Vázquez M. & Gutiérrez M.; en el 2007 en su
investigación Deterioro cognitivo en el Adulto Mayor, un estudio de
prevalencia realizado en la población cubana, publicado en la
Revista Trimestral – Ciencias Holguín del Centro de Información y
Gestión Tecnológica de Cuba, indican que entre el 4% y el 5% de
las personas mayores de 65 años padecen de Demencia con una
marcada incapacidad. Las formas ligeras hacen ascender la cifra
hasta el 10%. Otros estudios señalan el 10% a los 65 años y del 20
al 40% por encima de 80 años, por lo que se encuentra que Cuba
tiene una tasa de prevalencia similar a la de los países
desarrollados. Estudios efectuados en comunidades de Francia,
Corea, Japón, España e Italia muestran cifras de prevalencia entre 5
y 9.1%, siendo la tasa más baja de este grupo la observada en
Francia y la más alta en Japón. Las funciones cognitivas afectadas y
su relación con el sexo en los pacientes estudiados se encontraron
que tres de las áreas estaban afectadas por encima del 95% de los
pacientes las cuales fueron: orientación y la atención y el cálculo con
14
el 95.3%, la memoria inmediata con el 100%, luego le siguió la
afectación del lenguaje con un 83.7% y menos afectada la memoria
mediata con un 29.9%.
Ccepi (2010), el Ministerio de Salud de Chile en su
investigación de la Encuesta Nacional de Salud ENS Chile, que tuvo
como objetivo el determinar el nivel cognitivo del adulto mayor, el
número de encuestados con edad mayor o igual de 60 años fue de
1.372 personas. A todas ellas se les aplicó el instrumento de
evaluación cognitiva, aplicándose el test de Pfeiffer, con el cual se
exploraron las capacidades de los adultos mayores para el
desempeño autónomo en actividades de la vida cotidiana. De las
148 personas con deterioro cognitivo, en 125 (84,5%) se pudo
aplicar el test de Pfeiffer, agregándose otras dimensiones de la vida
cotidiana que permitieron precisar las capacidades de los adultos
mayores. Con este subgrupo se pudo estimar el deterioro cognitivo
impacta en la vida cotidiana, “discapacidad para el desempeño en la
vida cotidiana”.
Dechent R., (2008) en la encuesta de salud encontró en el
grupo personas de 60-69 años una prevalencia de deterioro
cognitivo del 6,3% (hombres: 6,9; mujer: 5,7). En el grupo 70-79
años, una prevalencia total de 18% (hombres: 19,5; mujeres: 16,9).
En el caso de los mayores de 80 años, la prevalencia ascendió a
43% (hombre: 42,1; mujeres: 43,5).
Mejía A., Jaimes, Villa, Ruiz A., Gutiérrez R. en el 2007. Tras
el estudio realizado en México, sobre Salud y Envejecimiento en
México (ENASEM), en toda la República Mexicana, a un total de 4
183 adultos mayores, del total de la población analizada, 7% tuvo
deterioro cognoscitivo y 3.3% tuvo deterioro cognoscitivo más
dependencia funcional. No se encontró asociación entre las
variables sociodemográficas y de salud y la probabilidad de deterioro
cognoscitivo; sin embargo, la probabilidad de deterioro cognoscitivo
más dependencia funcional fue mayor en las mujeres, aumentó con
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la edad, fue menor en los sujetos casados y se asoció con la
presencia de diabetes, enfermedad cerebral, enfermedad cardiaca y
depresión.
1.1.2 ANTECEDENTES NACIONALES
Varela P., Helver Chávez J., Miguel Gálvez C., Francisco
Méndez S. en el 2004 realizaron el trabajo «Valoración Geriátrica
Integral en adultos mayores hospitalizados a nivel nacional» que
tuvo como objetivo Determinar la frecuencia y grado de deterioro
cognitivo del adulto mayor en el Perú, así como su asociación con
otros síndromes y problemas geriátricos, llegando a la conclusión de
que el deterioro cognitivo es una condición frecuente entre los
adultos mayores hospitalizados, y se encuentra asociado a un gran
número de síndromes y problemas geriátricos; lo cual confiere a esta
condición una naturaleza compleja y de difícil manejo.
1.1.3 ANTECEDENTES LOCALES
Fanning M. & Vásquez M. en el 2014, “Diagnósticos
Enfermeros en Adultos Mayores no Hospitalizados”, estudio que tuvo
como objetivo investigar sobre diagnósticos enfermeros en el área
no hospitalaria, en esta investigación de tipo cuantitativa descriptiva
simple. En la cual participaron 139 adultos mayores, llegando a la
conclusión que el 66.1% son mujeres; 62.7%, casados; 30.25%,
analfabetos; 45.3%, tiene entre 60 y 69 años y 57.5% tiene estudios
primarios. Presentaron: dependencia parcial 17.8% de mujeres y
21.8% dependencia total; 17.2% deterioro cognitivo leve o severo;
18.6% manifestaciones depresivas; 51% riesgo socio familiar y
15.9% problemas socio familiares.
1.2 MARCO TEÓRICO - CONCEPTUAL
Para Bernis (2004), el envejecimiento es un proceso biológico,
intrínseco de la transición demográfica, que es el tránsito de regímenes
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de alta mortalidad y natalidad a otros de niveles bajos y controlados, que
además es universal e irreversible y determina una pérdida progresiva de
la capacidad de adaptación. Agrega que es difícil determinar el momento
en que éste se inicia, aunque algunos autores consideran que se
manifiesta a partir del momento de la máxima vitalidad, alrededor de los
30 años en el hombre.
De ahí que la vejez se debe comprender como una fase más de
nuestro ciclo vital, así como lo es la infancia, la adolescencia o la
madurez, con características propias, unas agradables y otras no tanto,
que se presentan de forma progresiva e intervienen diversos factores,
(Marín 2003) que en el proceso de envejecimiento son dos factores los
que deben considerase por su relevancia; estos son los biológicos y los
físicos, y producen cambios importantes en las células, tejidos, órganos y
sistemas dentro del organismo; esto se acentúa más cuando se ven
alteradas ciertas funciones físicas, como la pérdida de movilidad, fuerza
en los músculos, además de presentar fracturas y patologías que impiden
el funcionamiento físico del adulto mayor. Se sabe que uno de los
aspectos que más se modifica en el envejecimiento es la función
cognitiva.
La función cognitiva es definida por Valencia (2008) como la
asociación de operaciones mentales encaminadas a permitir la adecuada
función de ellas, conformada por diversas funciones como la memoria, las
áreas del lenguaje, praxis (que son las habilidades motoras que se
adquieren, que incluyen actividades como saber colocar los dedos de una
forma determinada hasta el saber vestirse o dibujar un cubo entre otras),
por lo que en adultos mayores la pérdida de utilidad que se le da a estas
funciones culmina en deterioro cognitivo.
Para Jara M. (2007), las funciones cognitivas son todas las
actividades mentales que realiza el ser humano al relacionarse con el
ambiente que le rodea. Desde la perspectiva, representan la esencia de la
adaptación personal del individuo y de todo el proceso social debido a la
capacidad que tiene el ser humano de desarrollar estrategias, planificar el
17
futuro y evaluar sus consecuencias. Así mismo el envejecimiento no es
un fenómeno homogéneo, dado que el comienzo de los posibles
decrementos, la amplitud de los mismos y sus manifestaciones son muy
diversas, el envejecimiento intelectivo de cada individuo es diferente,
independientemente de que los decrementos se puedan producir en todos
los sujetos.
La adultez mayor está considerada como un periodo en el que la
persona experimenta numerosos cambios, que si bien dependen del estilo
de vida, y del sistema social y familiar, influyen continuamente en las
diversas áreas de funcionamiento (Popolo, 2001 citado por Duran, 2008).
En algunos contextos, la adultez mayor se ha asociado a la pérdida
constante de capacidades (principalmente relacionadas con el aspecto
físico); en estos casos, los estereotipos de la cultura occidental frente al
envejecimiento han llevado a que las personas experimenten cierto temor
frente a la llegada de esta etapa de desarrollo, que puede llevar incluso
hasta el aislamiento social. De esta manera se resalta la importancia de la
existencia de los sistemas de apoyo social, familiar y de la salud
(Ocampo, 2004 citado por Duran, 2008).
De este modo, la interacción social se convierte en un factor de
protección para la salud, teniendo en cuenta que ello implica vínculos
estrechos con otros y un nivel de actividad constante. Además, genera el
involucramiento en grupos sociales, permitiendo que el adulto mayor
distribuya equilibradamente su tiempo, y contribuyendo así a mejorar su
calidad de vida. La socialización en esta etapa permite estar en contacto
con otros y desarrollar potencialidades a partir del mismo; igualmente,
genera acciones que son necesarias para mejorar la calidad de vida
(Zapata, 2001 citado por Duran, 2008).
De la misma manera, la integración social depende de las redes de
apoyo con las que cuente el adulto mayor, entendiendo éstas como
aquellas relaciones significativas que una persona establece
cotidianamente y a lo largo de su vida, específicamente con familiares
más cercanos, amigos, compañeros de trabajo, pareja, entre otros. Se ha
18
observado que tales redes juegan un papel vital en la adultez mayor,
convirtiéndose en el sustento emocional que permite en muchos casos
sobrepasar las crisis que se puedan presentar y, además, que los adultos
mayores sean reconocidos como personas, mejorando su autoestima, su
autopercepción, la eficacia personal y, por ende, la identidad. (Duran D.,
2008)
Por tanto, la disminución en la capacidad funcional se afronta de
manera más positiva cuando el adulto mayor cuenta con un entorno
ambiental seguro, vínculos familiares, un ingreso económico estable y
acceso a la atención en salud (Pérez & García, 2003 citado por Duran,
2008), siendo definida ésta como la facultad presente en una persona,
para realizar las actividades de la vida diaria, sin necesidad de
supervisión, es decir, la capacidad de ejecutar tareas y desempeñar roles
en la cotidianidad, dentro de un amplio rango de complejidad. (Cadena C.,
s/f).
Es por ello que la función cognitiva de un individuo es el resultado
del funcionamiento global de sus diferentes áreas intelectuales,
incluyendo el pensamiento, la memoria, la percepción, la comunicación, la
orientación, el cálculo, la comprensión y la resolución de problemas, lo
cual cambia con la edad. Si bien algunos individuos envejecen
«exitosamente», es decir, muchas de sus funciones cognitivas
permanecen igual que en su juventud; la mayoría sufre la disminución de
algunas esferas cognitivas tales como las de aprender nueva información
y ejecutar funciones motoras rápidas, mientras que otros sufren
condiciones como la enfermedad de Alzheimer que deterioran
severamente su funcionamiento cognitivo. (Dechent, 2008).
Para Lobo (2002,) el deterioro cognitivo es la pérdida continua de
las funciones cognoscitivas que se va alterando por diversos factores
externos e internos del organismo, lo cual se ve reflejado en una persona
con baja capacidad de persuasión, agudeza visual, memoria, percepción,
estado de alerta y esto de alguna manera conduce a caídas en el
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paciente adulto, disminución de velocidad de marcha y movimientos
importantes para su dependencia.
El deterioro cognitivo es una alteración de la memoria, que aparece
con el envejecimiento y que algunas veces puede desembocar en una
demencia. Si se agrava puede entorpecer la realización de las
actividades cotidianas.
La disminución de diferentes actitudes intelectuales que pueden
asociarse con alteraciones sensoriales, motrices y de la personalidad,
atribuibles a distintas causas patogénicas que incluyen, además de las de
naturaleza orgánica, otras de tipo social. Este deterioro progresivo de las
funciones intelectuales adquiridas previamente con preservación del nivel
de vigilancia interfiere con el rendimiento laboral o social del individuo y le
hace perder su autonomía personal (Guerra A., 2005).
García (2002) define el trastorno cognitivo como un síndrome
demencial causado en potencia por múltiples lesiones isquémicas o
hemorrágicas del cerebro y en ausencia de cualquier otra alteración
capaz de provocar por sí misma una demencia. Se refiere a un declive
cognitivo adquirido debido a algún proceso orgánico que afecta al
cerebro. No es una entidad nosológica sino un síndrome que puede
relacionarse con varios factores vasculares y cambios fisiopatológicos
cerebrales.
Para Reichman (2000) es un síndrome clínico de deterioro
funcional e intelectual resultante del efecto de una enfermedad cerebro-
vascular. Así mismo Arvanitakis y Hachinski (1999) la definen como una
disfunción cognitiva resultante de una enfermedad cerebro vascular. En el
caso de la demencia vascular, el daño principal se da por problemas en la
vasculatura cerebral expuesta crónicamente a presiones elevadas o a
cambios súbitos de la misma, lo que provoca una pérdida de la
autorregulación de esta vasculatura y la consecuente isquemia y muerte
neuronal, que se suele perpetuar también por la deficiencia de los
neurotransmisores (Roman, 2005; Roman, 2004).
20
La relación existente entre educación y deterioro cognitivo, se ha
formulado los términos de “reserva cerebral” y “reserva cognitiva”
propuestos en sus inicios por Roth y el grupo de investigación de
Newcastle de Inglaterra en el 2003 que observaron que en algunos casos
la severidad de la demencia no se correlacionaba con la cantidad de daño
cerebral (Roth citado por Rodríguez & Sánchez, 2004).
Centrándonos en la reserva cognitiva entendemos a esta como “el
efecto protector que logra una buena educación” frente a procesos
patológicos neurodegenerativos (Rodríguez & Sánchez, 2004) y también
como aquella que posibilita una “compensación” en individuos con mayor
educación, con un mayor nivel ocupacional y/o con una mayor inteligencia
pre mórbida frente a procesos neurodegenerativos (Stern, 2006). Este
constructo permite explicar que a iguales cantidades de daño
histopatológico en dos sujetos, uno de estos se muestre con más
demencia que el otro, sin embargo este no protege contra el proceso
patológico subyacente (Geerlings, Deeg, & Schmand, 1997); vale decir
que el proceso histopatológico subyacente continua inexorablemente en
los sujetos al margen de la mayor o menor reserva cognitiva. Esto se
aprecia claramente en la demencia tipo Alzheimer en donde el deterioro
histopatológico es más o menos el mismo en todos los afectados. En
otras palabras, lo que hace la reserva cognitiva es “esconder” durante un
tiempo las primeras manifestaciones clínicas de la demencia (Rodríguez &
Sánchez, 2004).
Ngandu (2006) cuando habla de reserva cognitiva no sólo hace
referencia a cuestiones educacionales, también a variables más
generales como actividades laborales (Helmer et al., 2001), hábitos
alimenticios (Ngandu, 2006), actividades de recreación (Verghese et al.,
2003) e inclusive a diferencias en el ingreso económico (Rodríguez &
Sánchez, 2004).
Todas las demencias se caracterizan por un declive general en
varias funciones cognitivas, pero los patrones que se pueden observar en
21
los diferentes trastornos incluida lapseudo-demencia son muy diferentes.
(Actualización de Medicina Psicomàtica, 2011).
Para Donoso A., (2001) la memoria es una de las principales
funciones del cerebro y su objetivo es recoger y guardar la información
proveniente del mundo externo, para evocarla cuando sea necesario. A
modo de ejemplo podemos decir que el hipocampo (en la cara interna de
los lóbulos temporales) es fundamental para conservar la información de
lo que sucede en ese momento; que el lóbulo temporal izquierdo es
importante para la memoria verbal y el derecho para la memoria
visuoespacial; que las áreas prefrontales son importantes para establecer
estrategias de memorización o de evocación; que en el lóbulo parietal
izquierdo se almacenan habilidades motoras adquiridas. La pérdida de
memoria es una de las mayores amenazas para el cerebro que envejece.
En efecto, si bien a cualquier edad pueden aparecer enfermedades
cerebrales que causan fallas de memoria, son más frecuentes en los
adultos mayores. Entre estas enfermedades queremos mencionar
la enfermedad de Alzheimer, el deterioro cognitivo leve, las lesiones
vasculares, el efecto de fármacos o drogas y los trastornos emocionales.
Los adultos mayores presentan una disminución en la velocidad de
procesamiento, así como una menor capacidad en la memoria operativa.
(Zarragoltia, 2007). Es por ello que el deterioro de la memoria asociado
con la edad describe una declinación en la memoria sin otra causa que lo
explique. Se ha sugerido que es un fenómeno normal en los ancianos
más que una etapa inicial de una demencia u otra enfermedad. Es
importante la detección precoz de los trastornos de memoria como signos
frecuentes y prodrómicos de los síndromes demenciales. Un factor de
riesgo que debe siempre considerarse es la depresión. El disturbio de la
memoria causa alteración significativa en el funcionamiento social o
laboral pues ella es esencial para todos los aspectos de la vida diaria y su
anormalidad afecta el aprendizaje y el recuerdo. (Allegri RF. Del Olvido
a la Amnesia. Memoria y Olvido. Buenos Aires, Argentina; 1994).
22
Para Jara M. 2007, la orientación y atención son funciones
fundamentales para poder realizar y aplicar el resto de las funciones
cognitivas, no obstante definir sus características específicas resulta
ciertamente dificultoso. En casos de alteración de la atención aparece
falta de persistencia, facilidad de distracción, gran vulnerabilidad a la
interferencia y dificultad para inhibir respuestas inmediatas inapropiadas.
En los casos de deterioro más avanzado de la capacidad atencional,
aparece desorientación, generalmente primero temporal y luego espacial.
El adulto mayor posee un gran desarrollo de la comprensión por
medio de la experiencia y la capacidad para aplicarlos a sus asuntos
importantes (Philip, 1997).
Para Gazitúa R. (2007) el nivel de conciencia se refiere al grado de
alerta y orientación respecto al medio que lo rodea. Para evaluar este
aspecto en el adulto mayor, debe partirse de lo siguiente:
- Orientación en el tiempo: Se pregunta: ¿En qué fecha estamos?
¿En qué mes? ¿En qué año? ¿Qué día de la semana?...etcétera.
- Orientación en el espacio: ¿Dónde se encuentra usted? ¿Está en
un hospital? ¿En su casa? ¿Qué hospital es?...
- Reconocimiento de personas: ¿Quién soy yo? ¿Qué labor
desarrollo? Si está presente un familiar: ¿Quién es esa persona?
Además de las preguntas, para conocer el nivel de alerta de una
persona se puede recurrir a otros estímulos: ruidos, mover al paciente,
tocarlo, aplicar un pellizco suave en la región infra clavicular. Se trata de
evaluar el grado de respuesta que se obtiene con estímulos de distinta
intensidad, algunos de los cuales puede llegar a producir dolor, pero
teniendo el cuidado de ser prudente, saber dosificar el estímulo y no
infligir un daño.
Wall M., Sancha I., Robalo G., García P. & Chelle T. (s.f)
mencionan que otro de los factores que disminuyen el deterioro cognitivo
es el cálculo, el cual se puede denominar a todas aquellas operaciones
(en su mayoría, matemáticas) que tienen por objetivo el alcance de cierto
dato o información y que requieren el desarrollo de un proceso previo a
23
la obtención de ese resultado. El cálculo es la acción de calcular y aunque
por lo general se lo relaciona con operaciones de tipo matemático y
científico, el término también puede ser utilizado para muchas otras
acepciones en las cuales las nociones de prever y proyectar están
presentes. Por ello contamos con dos tipos de cálculo: el algorítmico el
consta de una serie de reglas aplicables en un orden determinado,
independientemente de los datos que garantizan alcanzar un resultado en
un número finito de pasos; mientras que el cálculo mental es el conjunto
de procedimientos que, analizando los datos por tratar, se articulan sin
recurrir a un algoritmo preestablecido para obtener resultados exactos o
aproximados, es decir, los algoritmos permiten operar sin reparar en los
números con los que se está calculando. Sólo se trata de seguir los pasos
que aseguran llegar al resultado correcto si no se comete ningún error en
el camino. En el caso del cálculo mental es necesario analizar cada caso
en particular y buscar el modo más conveniente para operar.
Para Paumier G. (2014), el cálculo mental consiste en
realizar cálculos matemáticos utilizando sólo el cerebro, sin ayudas de
otros instrumentos como calculadoras o incluso lápiz y papel o los dedos
para contar fácilmente. También se puede considerar cálculo mental al
uso del cerebro y cuerpo. La práctica del cálculo mental ayuda a la
persona para que ponga en juego diversas estrategias. Es la actividad
matemática más cotidiana y la menos utilizada. Entre sus beneficios se
encuentran: desarrollo del sentido numérico y de habilidades intelectuales
como la atención y la concentración.
Vásquez M. (2010) menciona que Multitud de actos cotidianos
exigen poner en marcha la mente para realizar rápidos cálculos
matemáticos. Sin embargo, deducir el vuelto de una compra, un
descuento en una venta y otras operaciones, a menudo sencillas pero que
a muchos les resultarían más cómodas si las realizaran con lápiz en un
papel, son más fáciles de resolver si se aprenden y aplican distintas
estrategias y técnicas de cálculo mental. Fomentar este ejercicio ayuda a
24
explorar diferentes vías para calcular y operar con los números y favorece
la adquisición de habilidades de concentración y atención.
Valcárcel E., Ijalba E. & Martínez G. (2014), determinan que
algunas consecuencias que provocan los trastornos del cálculo para el
normal desarrollo psicológico, en general, existe un cierto acuerdo entre
los investigadores (Benton A.L. 1971) acerca de la necesidad de llevar a
cabo o que se ejecuten una gran cantidad de procesos mentales para
resolver adecuadamente un problema de cálculo aritmético.
Así, Benton (1971) señala que un niño o un adulto para resolver
esta tarea requiere entre otros aspectos como: hacer una completa
valoración del valor cuantitativo y simbólicos de los números, es decir,
entender que 39 es mayor que 23 y que 17 es menor que 71; tener la
capacidad para relacionar un número cualquiera con determinados
objetos, situaciones, etc.; identificar los símbolos gráficos que denominan
a los números; tener el dominio de las operaciones fundamentales de
adición, sustracción, multiplicación y división tanto de las que se efectúan
automáticamente a partir del conocimiento memorístico de las tablas. La
correcta colocación espacial, el alineamiento de los números y la plena
comprensión del principio indicativo de que el valor de un número está
determinado por su posición en la serie numérica; la capacidad de pasar
de un plano concreto a uno abstracto, es decir, llegar a las relaciones
matemáticas abstractas que están en la base de un problema específico,
como por ejemplo, "si una naranja cuesta 5 centavos, ¿Cuántas se
pueden comprar con 48 centavos?
El test de Pfeiffer es un cuestionario heteroaplicado de 10
ítems, sobre cuestiones muy generales y personales. Explora la memoria
a corto plazo, orientación, información sobre hechos cotidianos y
la capacidad de cálculo. Se puede pasar en cuatro o cinco minutos. Se
van anotando las respuestas erróneas. Se permite un fallo de más si el
paciente no ha recibido educación primaria y uno de menos si tiene
estudios superiores.
25
Detecta tanto la presencia de deterioro cognitivo como el grado del
mismo. Las cuestiones con varias respuestas sólo se aceptan como
correctas si todos los elementos de la misma lo son. Para población de
raza blanca y nivel cultural medio se considera: normal de cero a dos
errores, deterioro cognitivo leve de tres a cuatro errores, deterioro
cognitivo moderado (Patológico) de cinco a siete errores, deterioro
cognitivo Importante de ocho a diez errores. Sus valores
psicométricos arrojan valores bajos de sensibilidad en estudios
realizados en la comunidad (S 34 – 48% y E 94- 95 %) y mejorando éstos
en casos diagnosticados de grados moderados o severos de
demencia. Siendo utilizado éste instrumento por el MINSA.
Enfatiza mucho el lenguaje y la memoria y tiene una intensa
orientación verbal. A pesar de haber sido diseñado para screening, no
detecta deterioros leves ni cambios pequeños en la evolución del
deterioro cognitivo. Entre sus propiedades psicométricas tenemos como:
Fiabilidad: La fiabilidad test-retest oscila entre 0,82 y 0,85; la validez: Los
índices de correlación con otros instrumentos similares: son 0,76 al 0,88
con el Mental Status Questionnaire; Sensibilidad: Según varios estudios
recogidos por Del Ser la sensibilidad, varía del 68 al 82 % y la
Especificidad del 92 al 96%. (s.a.; s.f.).
Acosta, Rojas, Sosa et al (2011) señalan en un estudio descriptivo
con adultos mayores de 65 años, de dos poblaciones (urbana y rural) que
la valoración cognitiva, y el desempeño no difiere según la población, el
deterioro cognitivo no es una entidad que se detecte fácil por los
familiares y aún las quejas subjetivas de memoria no representan un
indicador confiable de dicho deterioro y esta debe ser una de las causas
por las cuales los pacientes reciben atención cuando su nivel de
funcionalidad se encuentra severamente afectada.
En relación al deterioro cognitivo se han realizados algunos
estudios donde se le relaciona con algunos factores sociodemográficos,
tal es el realizado por Petersen (2010) donde encontró una prevalencia
del trastorno cognitivo en los hombres aunque leve, pero que estaba
26
presente, remarca con sobresalto que el resultado es inesperado debido a
que en diferentes investigación se ha comprobado que la prevalencia de
deterioro cognitivo es mayor y por mucho en mujeres. Monteagudo,
Gómez, Martín, Jiménez et al. (2009) encontraron resultados similares en
un estudio epidemiológico poblacional, prospectivo en donde las mujeres
(66.7%) presentaron un mayor déficit cognitivo y que en relación a la edad
el deterioro cognitivo estuvo presente en los adultos mayores de 70 a 79
años. En este contexto, la literatura señala que el bajo nivel educativo, la
condición de cronicidad (presencia de diabetes, hipertensión, cardiopatías
entre otras) y el ser mujer, se asocian con deterioro cognitivo, aunado a
esto también se producen cambios músculo-esqueléticos, lo que ocasiona
disminución de la masa, la fuerza y la contractilidad muscular, esto se
refleja con una mengua en la marcha
Para los efectos de este estudio se retomó la definición, que sobre
la marcha funcional señala Flores (2006) dice que es un patrón de
marcha en donde el paciente puede desplazarse con mayor economía de
esfuerzo y conservar rasgos estéticos, de los cuales se inicia con el ciclo
de la marcha que empieza cuando el pie contacta con el suelo y termina
con el siguiente contacto con el suelo del mismo pie, a la vez este ciclo de
la marcha y que se divide en dos fases, la fase de apoyo y la fase de
balanceo, que la cantidad relativa del tiempo gastado durante cada fase
de la marcha a una velocidad normal es de 60%, en la fase de apoyo y
40% en la fase de balanceo. Además de los ciclos de la marcha también
existe la longitud del paso que es la distancia lineal del plano de
progresión entre los puntos de contacto de un pie y del otro.
Wiereszen, 2005 dice que la degeneración se debe a lo biológico y
a factores externos como el entorno ambiental, social y familiares y que
es claro que el deterioro de la marcha va a ser progresivo, definitivo e
irreversible, que este se identifica a través de los parámetros de velocidad
de la marcha, simetría del paso o en la suavidad de la marcha y en la
sincronización del movimiento del cuerpo.
27
Para el adulto mayor, el caminar, pararse desde una silla, dar la
vuelta y volver a sentarse son la base de la movilidad independiente.
Estudios como el realizado por García y Ortiz (2004) sobre la evaluación
física y funcional de adultos mayores con deterioro cognitivo en 83 adultos
y sus consecuencias en las actividades de la vida diaria (AVD)
encontraron que los diagnósticos más frecuentes fueron el deterioro
cognoscitivo leve (DCL), el Trastorno de Memoria Asociado al
Envejecimiento (ENV) y la Demencia Tipo Alzheimer (DTA). Las personas
con mínima queja de memoria, promediaron un óptimo desempeño en el
equilibrio, la marcha y las AVD. Pacientes con DTA y demencia vascular
(VAS), mostraron compromiso en el equilibrio, la marcha y las AVD, y los
que tenían edades comprendidas entre 66 a 75 años manifestaron
deterioro a nivel cognoscitivo al igual que en la marcha y el equilibrio,
desarrollando dependencia en algunas AVD.
Ciano, N. & Gavilán, M. en el 2010 en su investigación Elaboración
de proyectos de adultos mayores: Aportes de la orientación, la falta de
apoyo por parte de amistades y de la familia frente a la iniciativa de
elaborar nuevos proyectos produce efectos inhibitorios, ya que en muchos
casos, al no contar con este respaldo, no se sienten capaces de llevar
adelante sus proyectos. Si la familia o el círculo de amistades desestiman
los intereses o motivaciones de los cuales puede surgir un proyecto, el
adulto mayor frecuentemente adopta la misma actitud, resignando sus
intereses por considerarlos sin relevancia. Cabe mencionar que en las
distintas instituciones contactadas se observa un fuerte interés por la
institución en sí misma y una necesidad de mantener y ampliar el espacio
ganado en ella, lo cual indicaría la necesidad de pertenecer a una
institución y lograr apoyo social en un ámbito extra familiar.
Por otro lado, el bienestar económico se refiere al entorno
socioeconómico dentro del cual trascurre la vejez y ha sido
frecuentemente menospreciado por los estudios de la calidad de vida
quienes lo han restringido y limitado solamente al ámbito material de la
vida de las personas. Sin embargo, como apunta Pérez Ortiz (1997) el
28
bienestar económico de las personas mayores “necesariamente nos lleva
más allá del análisis de la posición económica relativa de los individuos
ancianos en momentos actuales medida utilizando algún indicador de
renta y también más allá de la incidencia que la pobreza pueda tener en
este segmento de la sociedad, o del análisis del importe de las pensiones
que perciben”. Dentro del concepto de bienestar económico es posible
diferenciar una dimensión objetiva –que incluye el análisis de las
necesidades y recursos económicos de una persona, familia o comunidad
de una dimensión subjetiva que hace referencia a la forma en que las
personas perciben la situación económica.
De esta forma, algunas observaciones referidas usualmente a la
calidad de vida, como la importancia de la experiencia cultural, son
también aplicables al concepto de bienestar económico. “Características
individuales, como la clase, la raza o el género, pueden tener efectos
determinantes no sólo sobre las condiciones de vida de los individuos sino
también sobre sus expectativas y valores y, por tanto, sobre sus visiones
subjetivas de lo que es buena o mala calidad de vida. La edad o la
cohorte de nacimiento son variables importantes, pues individuos de
distintas edades o generaciones dentro de una misma cultura –que
poseen experiencias históricas diferentes sobre las condiciones de vida y
actitudes sociales– definirán la calidad de vida también de diferentes
formas. Lo mismo se puede decir con respecto a la percepción de
bienestar o de la posición económica” (Pérez Ortiz, 1997).
En el mundo moderno, el criterio generacional indica la existencia
de una permanente lucha o relación de conflicto potencial entre
generaciones, que en la actualidad tiende a resolverse a favor de los más
jóvenes y en detrimento de las generaciones más viejas, que se ven
relegadas a los últimos puestos sociales. Sin embargo, siguiendo la lógica
analítica de este enfoque, el proceso de envejecimiento no es inmutable
ni está fijo, sino que varía a lo largo y dentro de cada cohorte a medida
que la sociedad cambia, que la sociedad establece los límites
cronológicos que separan los grupos de edad y que establece
29
valoraciones positivas y negativas por razón de pertenencia a estos
grupos, por lo tanto es un error (frecuente en la gerontología) pensar que
quienes hoy son jóvenes experimentarán la vejez de la misma forma en
que la experimentan los actuales viejos, ya que será otra la sociedad que
dicte pautas, norme y valorice la vejez. Lo interesante sería establecer
diferencias entre las distintas cohortes a medida que pasa el tiempo y a
medida que evoluciona la sociedad. Sin duda, ello develaría una estrecha
relación entre estructura social y envejecimiento, ya que “por un lado, los
cambios en las estructuras sociales alteran el proceso de envejecimiento
individual y, por otro, cambios en el proceso de envejecimiento producen
cambios estructurales”. De esta mirada surge el problema que algunos
autores han llamado desfase estructural, que considera que el proceso de
envejecimiento va, en muchos aspectos, por delante de los cambios
estructurales. Esta es una perspectiva privilegiada para explicar la vejez
como fenómeno y como problema social (Pérez Ortiz. 1997, p. 95).
Las primeras y más influyentes aproximaciones a la vejez como
fenómeno social coinciden con el inicio de la década de 1950, bajo el
claro dominio de los paradigmas funcionalistas y conductistas, y en
respuesta a una serie de repercusiones sociales que venían emergiendo
en el marco del desarrollo de los países industrializados, especialmente
los Estados Unidos (como la jubilación obligatoria, el predominio de la
familia nuclear, el impacto de los procesos de industrialización y
urbanización, y la creciente movilidad social y geográfica) (Pérez Ortiz,
1997).
Estas aproximaciones resultaron en un debate que sigue siendo
fuente de controversias: la cuestión del envejecimiento y la adaptación
social. Si se parte suponiendo que todo individuo tiene un conjunto de
necesidades que satisfacer y que para ello cuenta con una serie de
capacidades y habilidades personales que tiene que movilizar para
aprovechar las oportunidades que le ofrece el entorno social, la máxima
gratificación se encontraría en la eficiente adaptación del individuo al
medio social existente (Pérez Ortiz, 1997). Aplicando este supuesto a la
30
vejez, los sociólogos norteamericanos Elaine Cumming y William Henry
elaboraron su conocida y controvertida teoría del retraimiento o
desvinculación (disengagement theory), la que más tarde tendrá como
respuestas la teoría de la actividad, originalmente formulaba por Robert
Harvighurst y la teoría del vaciado de roles. La primera teoría sostiene
que la vejez conlleva inevitablemente a la disminución de la interacción
entre el individuo y la sociedad y que este hecho es satisfactorio (o
funcional) para ambas partes. Por un lado, este abandono permitiría al
anciano desprenderse (esencialmente a través de la “oportunidad” de
jubilarse) de una serie de roles y responsabilidades socio laborales que ya
no está en condiciones físicas ni psicológicas de asumir y encontrar un
espacio de paz para prepararse para la muerte (Pilar Rodríguez, 1995).
Por otro lado, deja campo para que se produzca el recambio de
generaciones viejas por otras nuevas y más aptas, sin mayores conflictos
ni traumas.
Según Sanjoaquín A., Fernández E., Mesa P. & García E. (s.f),
aunque la valoración social exhaustiva es función del trabajador social, el
médico debe conocer y hacer constar en su historia todos aquellos datos
que puedan ser de interés y tengan repercusión presente o futura sobre el
anciano. Permite conocer la relación entre el anciano y su entorno.
Aspectos relacionados con el hogar, apoyo familiar y social son
cuestiones importantes a la hora de organizar el plan de cuidados de un
anciano. En función de ellos podremos ubicar al paciente en el nivel
asistencial adecuado y tramitar los recursos sociales que va a precisar.
Pongamos el caso de un varón de 82 años, viudo, que vive en un tercer
piso sin ascensor y que ingresa en una unidad de agudos por un
accidente cerebrovascular con hemiplejia izquierda secundaria. Una vez
estabilizado, el paciente inicia la recuperación funcional, siendo capaz a
los diez días de caminar con ayuda de andador, pero es dependiente para
las actividades básicas de la vida diaria (aseo, vestido). Este paciente no
puede ser dado de alta a su domicilio dada la ausencia de un soporte
familiar que asegure el cuidado del paciente y que permita continuar su
31
recuperación, por ejemplo, en un Hospital de Día Geriátrico. En
ocasiones, una falta de previsión de este tipo de aspectos puede ser
fuente de reingresos hospitalarios.
En la Escala de Valoración Socio familiar de Gijón creada a finales
de los años noventa, se emplea para valorar la situación social y familiar
de las personas mayores que viven en domicilio. Su objetivo es detectar
situaciones de riesgo y problemas sociales para la puesta en marcha de
intervenciones sociales. Evalúa cinco áreas de riesgo social: situación
familiar, vivienda, relaciones y contactos sociales, apoyos de la red social
y situación económica.
La prevalencia de deterioro cognitivo en el anciano es alta (20% en
los mayores de 80 años), aunque varía en función de la población
estudiada (siendo mayor en residencias asistidas y menor en pacientes
que viven en domicilio) y en función de la metodología empleada en el
estudio. La importancia del deterioro cognitivo viene dada no sólo por su
elevada prevalencia, sino por la tendencia a la asociación con trastornos
conductuales, por la mayor utilización de recursos socio sanitarios,
apareciendo durante su curso alguno de los principales síndromes
geriátricos (inmovilidad, incontinencia, caídas, impactación fecal, úlceras
por presión), por su imbricación directa sobre las esferas funcional y social
y por el peor pronóstico rehabilitador. Conocer el grado de deterioro
cognitivo nos permite, por un lado, estimar la calidad de la información
que aporta el paciente sobre sí mismo y su enfermedad y valorar su
capacidad para comprender la información que recibe. La evaluación
cognitiva, además, permite detectar los cambios en el nivel cognitivo a lo
largo del tiempo, lo cual influirá en las decisiones diagnósticas,
terapéuticas y de ubicación futuras. Por lo general, el proceso de
diagnóstico se inicia ante la queja del paciente o de sus familiares de
pérdida de memoria. La queja suele ser de tipo cognitivo, aunque no es
rara la consulta por un trastorno conductual o afectivo (depresión, apatía,
ideas delirantes, alteraciones del comportamiento). El paciente con
deterioro cognitivo no suele ser consciente de sus fallos y encuentra
32
excusas para sus olvidos, por lo que casi siempre es la familia quien
solicita la consulta. No obstante, sigue siendo frecuente encontrar
ancianos con deterioro cognitivo grave a quienes la familia nunca ha
detectado problemas de memoria, achacando todo a «cosas de la edad».
Por este motivo, independientemente de lo que diga tanto la familia como
el paciente, resulta conveniente hacer una pequeña exploración mental
que, a modo de screening, permita detectar cualquier problema a este
nivel.
Mientras que en la valoración afectiva encontramos a la depresión
que es el trastorno psiquiátrico más frecuente en los ancianos. Los
síntomas depresivos y las alteraciones del estado de ánimo pueden
encontrarse hasta en el 20% de los varones y el 40% de las mujeres.
Tiene importantes repercusiones sobre la calidad de vida, la situación
funcional cognitiva. Prolonga las estancias hospitalarias y es fuente de
numerosas consultas, ingresos y tratamientos. Pese a que sigue siendo
más frecuente entre las mujeres, con la edad esta diferencia se reduce. El
diagnóstico de depresión es eminentemente clínico; se puede realizar a
través de la entrevista, insistiendo en acontecimientos vitales
desencadenantes, y la observación de detalles, como la forma de
caminar, actitud, aspecto, aseo y tono de voz del anciano. Los criterios
DSM-IV se desarrollaron utilizando sujetos jóvenes y no siempre son
aplicables a personas mayores. Es más frecuente la presentación en el
anciano con síntomas somáticos, como pérdida de peso e irritabilidad,
ansiedad o deterioro en la capacidad funcional en lugar de humor triste y
astenia.
Para el grupo de Terapia Ocupacional (2011), las actividades de la
vida diaria (AVD) también juegan un papel importante puesto que son las
ocupaciones que componen la actividad cotidiana, actividad conformada
por las actividades de autocuidado, trabajo y juego/ocio". Las actividades
de la vida diaria son diferenciadas según la AOTA, o Asociación
Americana de Terapia Ocupacional, en Actividades de la vida diaria
básicas y actividades de la vida diaria instrumentales, siendo definidas
33
como las actividades orientadas al cuidado del propio del cuerpo; por lo
que también son conocidas como actividades personales de la vida diaria.
Las siguientes actividades, se encuentran dentro del grupo de las
AVD, son actividades que todos realizamos en mayor o menor medida a
lo largo de nuestro día. Podemos imaginar el problema que supone no
realizarlas por uno mismo, bien por desidia, como puede ser en el caso de
gente con problemas mentales o por imposibilidad, como en el caso de
personas con discapacidad física.
- Baño, ducha. Engloba todo lo que ello conlleva, desde poder coger
los objetos como esponja, jabones y demás, hasta la propia acción
de enjabonarse y aclararse, así como el mantenimiento de la
oportuna postura durante la acción o las transferencias para entrar
o salir de la bañera.
- Cuidado de la vejiga y los intestinos. Incluye el control completo y
el vaciado voluntario de vejiga e intestinos.
- Vestido. Además de incluir la propia acción de vestido-desvestido,
incluye la correcta elección de las prendas en función del clima o
situación para la que se empleará la ropa.
- Comer. La habilidad de mantener y manipular comida o líquido en
la boca y tragarlo.
- Alimentación. Pese a que pueda parecer que comer y alimentarse
son lo mismo, esto NO es así. Alimentarse es el proceso de llevar
la comida o líquidos desde el plato o vaso a la boca.
- Movilidad funcional. Moverse de una posición a otra, así como
movilidad en la cama, sofá, silla de ruedas, cualquier tipo de
transferencia, cambios funcionales, deambulación y transporte de
objetos.
- Cuidado de la ayudas técnicas personales. Engloban el correcto
uso de ellas, así como la limpieza y mantenimiento.
- Higiene personal y aseo. Coger y usar los objetos para este fin.
Incluye cualquier actividad de aseo del propio cuerpo que se nos
34
pueda ocurrir. Peinado, corte de uñas, limpieza de boca, aplicación
de desodorantes, pintado de uñas.
- Actividad sexual. Involucrarse en actividades para llegar a la
satisfacción sexual.
- Dormir/descanso. Periodo de inactividad, con un fin reparador.
- Higiene del inodoro. Coger y usar los objetos para este fin. Incluye,
la limpieza, la transferencia hasta el inodoro, mantenimiento de la
posición durante la actividad o el cuidado de las necesidades
menstruales o urinarias.
- Estas son las conocidas como ABVD, y que como hemos dicho
están destinadas al cuidado y calidad de vida de uno mismo.
35
CAPITULO III:
MÈTODOS
La investigación fue de tipo cuantitativo ya que las variables
siguieron un modelo cuantificable, se usó la estadística para procesar la
información, usándose estrategias para asegurar la objetividad,
confiabilidad y validez de los instrumentos de recolección de datos.
(Hernández, 2010).
Se utilizó un diseño descriptivo correlacional con tres variables:
nivel de deterioro cognitivo, factores socio familiares que afectan el nivel
de deterioro cognitivo, factores personales que afectan el nivel de
deterioro cognitivo. Este tipo de diseño es apropiado cuando se busca
comprender la relación entre las variables del fenómeno que se estudia
(Polit 1999, citado por Cuervo A. 2001). Es un estudio no experimental
porque la investigadora no manipuló ninguna de las variables (Tam. J.,
Vera G., Oliveros R., 2008).
De acuerdo al periodo de recolección de datos fue una
investigación transversal, porque los datos se recogieron en una sola
ocasión. (Setiembre del 2014).
La población estuvo constituida por 29 adultos mayores del Centro
Integral de Adultos Mayores de Lambayeque en el mes de setiembre del
2014. Sus edades estaban comprendidas entre los 60 y 85 años, con una
media de 75 años, donde el 45% son mujeres y 55% varones. Es por ello
que debido a que la población era pequeña la investigadora decidió
trabajar con toda la población de adultos mayores.
Los criterios de exclusión fueron: adultos mayores que no tengan
problemas de lenguaje, que no tengan problemas en su nivel de
capacidad auditiva, que no tengan demencia y que deseen participar
voluntariamente en el estudio.
Para la recogida de la información se utilizó la técnica de la
entrevista la cual ayudó a la recolección de datos al emplear los
siguientes instrumentos:
36
- Test de Pfeiffer (Anexo 1) es un instrumento de 10 ítems, cuya
aplicación demanda de 4 –5 minutos. Explora la memoria a corto
plazo, orientación, información sobre hechos cotidianos y
la capacidad de cálculo. Se permite un fallo de más si el paciente no
ha recibido educación primaria y uno de menos si tiene estudios
superiores. En base a los errores se consideró la siguiente
categoría: Sin deterioro cognitivo de 0 a 2 errores, Deterioro
cognitivo Leve de 3 a 4 errores, Deterioro cognitivo moderado
(Patológico) de 5 a 7 errores, Deterioro cognitivo severo de 8 a 10
errores.
- Escala de Gijón de valoración socio-Familiar en el anciano. (Anexo
2) permite la detección de situaciones de riesgo o problemática
social. Consta de 5 ítems (situación familiar, económica, vivienda,
relaciones y apoyo social), con 5 posibles categorías en cada una de
ellos, estableciendo un gradiente desde la situación social ideal, o
ausencia de problemática a la objetivación de alguna circunstancia o
problema social, obteniéndose una puntuación global.
- Test de Barthel (Anexo 3), es una escala heteroadministrada, tiene
una duración aproximada de 5 minutos, evalúa 10 Actividades
Básicas de la Vida: comer, lavarse, vestirse, arreglarse, deposición,
micción, ir al retrete, trasladarse sillón-cama, deambulación,
subir y bajar escaleras; dando más importancia que el índice de
Katz a la puntuación de los ítems relacionados con el control de
esfínteres y la movilidad.
En este estudio, la investigadora tuvo que desplazarse al Centro
Integral del Adulto Mayor ubicado en el Pueblo Joven San Martin de
Lambayeque para entrevistar a cada uno de los ancianos, dichos
cuestionarios se contestaron en presencia del entrevistador y en el
entorno del Centro Integral.
Se entrevistó a los sujetos en diferentes tiempos ya que se realizó
de forma personal.
37
Se emplearon así los métodos empíricos y teóricos, haciendo uso
de la estadística descriptiva para procesar la información, la cual se
presentará en tablas o gráficos respectivos. Se utilizaron estadígrafos
como moda, mediana y porcentaje. Por ser variables cualitativas se usará
la prueba Chi cuadrado para identificar la asociación entre los factores
socio familiares y personales con el estado cognitivo.
Para los aspectos éticos se empleó el principio Belmont de respeto
a las personas se aplicó principalmente exigiendo que todos los
participantes de la investigación proporcionen un consentimiento
informado voluntario (anexo 1) donde certificó su participación en la
investigación donde los individuos fueron tratados como agentes
autónomos.
El principio del respeto por las personas se divide entonces en dos
requerimientos morales separados: el de reconocer la autonomía y el de
proteger a quienes la tienen disminuida. Nuestra investigación se encargó
de proteger al individuo ya que ingresaron al estudio de manera voluntaria
y con información adecuada.
El principio de beneficencia y maleficencia hacen mención a que
todos los participantes serán tratadas éticamente no sólo respetando sus
condiciones y protegiéndolas del daño, sino también haciendo esfuerzos
para asegurar su bienestar. Tal tratamiento cae bajo el principio de
“beneficencia”; este término se entiende a menudo como indicativo de
actos de bondad o caridad que sobrepasan lo que es estrictamente
obligatorio. Esta investigación se encamina a mejorar el bienestar de las
personas, respetando sus decisiones sin causar ningún daño al individuo.
El principio de Justicia nos dice que ocurre injusticia cuando se le
niega a una persona algún beneficio al que tiene derecho sin que para
ello haya una buena razón, o se le impone indebidamente alguna carga.
Otra manera de concebir el principio de la justicia es que los iguales
deben ser igualmente tratados. Este trabajo se realizado de una forma
apropiada justa, respetando la equidad entre personas.
38
- El Test de Pfeiffer su fiabilidad inter e intra-observador del
SPMSQ-VE fue de 0,738 y 0,925. La validez convergente fue del
0,74 y la discriminación del 0,2; siendo la sensibilidad y
especificidad de 85,7 y 79,3 respectivamente.
- La Escala De Gijón De Valoración Socio-Familiar, el coeficiente de
correlación intraclase (fiabilidad inter-observador) fue de 0,957. La
probabilidad de riesgo es 78, la sensibilidad es 15.50, y la
especificidad es 99.80.
- En el Test de Barthel - Actividades Básicas de la Vida Diaria
(ABVD), presenta una fiabilidad inter-observador, según índices
Kappa entre 0.47 y 1.00 y con respecto a la fiabilidad intra-
observador se obtuvieron entre 0.73 y 0.77, tiene una alta validez
concurrente con el índice de Katz12 y gran validez predictiva de
mortalidad.
39
CAPITULO III:
RESULTADOS
Tabla 1:
Factores socio familiares y personales asociados al nivel cognitivo de los
adultos mayores de un Centro Integral de Lambayeque en el mes de agosto del
2014.
Nivel Cognitivo
Factores Socio familiares Correlación de Pearson ,133
Sig. (bilateral) ,493
N 29
Factores personales Correlación de Pearson ,274
Sig. (bilateral) ,150
N 29 Fuente: Entrevista, Test de Pfeiffer, Escala socio familiar de Gijón, Test de Barthel en el 2014
En la presente tabla se muestra la relación positiva no significativa
(P>0.05), entre Factores Socio familiares y Nivel Cognitivo. Lo cual significa que
existe un mínimo de adultos mayores a los que sus actividades mentales como
memoria, cálculo, orientación, razonamiento y juicio, afectan a sus Factores
Socio familiares.
Asimismo se encontró que existe relación positiva no significativa (P>0.05), entre
Factores Personales y Nivel Cognitivo. Lo cual significa que existe un mínimo de
adultos mayores a los que sus actividades mentales como memoria, cálculo,
orientación, razonamiento y juicio, se ve afectado el estado de independencia
para las actividades instrumentales y a su estado depresivo.
40
Tabla 2
Aspectos sociodemográficos de los adultos mayores del Centro Integral
del Adulto Mayor (CIAM)
N° Porcentaje
EDAD
65 - 69 5 17.2
70 - 74 11 37.9
75 - 79 8 27.6
80 - 84 5 17.2
SEXO
Femenino 13 44.8
Masculino 16 55.2
ESTADO CIVIL
Soltero 3 10.3
Conviviente 4 13.8
Casado 11 37.9
Viudo 10 34.5
Divorciado 1 3.4
Fuente: Entrevista realizada en el Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM).2014
En la presente investigación se estudió a un total de 29 adultos mayores,
13 mujeres y 16 varones, las edades oscilan entre 65 a 84 años, el 17%
corresponde a edades entre los 65 y 69 años, el 37% se encuentra entre 70 y 74
años, el 27% de adultos mayores se encuentra entre los 74 y 79 años, y
finalmente el 17% se encuentra entre 80 y 84%.
Respecto a su estado civil, el 38% es casado (a), el 35% viudo (a), el 14%
conviviente, el 10% soltero y el 3% separado(a) o divorciado(a).
41
Tabla 3
Deterioro Cognitivo según sexo, estado civil y edad de los adultos
mayores del Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM)
Sin
Deterioro
Deterioro
Leve
Deterioro
Moderado
Deterioro
Grave
SEXO
Femenino 27,6% 10,3% 3,4% 3,4%
Masculino 27,6% 17,2% 10,3% 0,0%
EST. CIVIL
Soltera 6,9% 3,4% 0,0% 0,0%
Conviviente 10,3% 0,0% 3,4% 0,0%
Casada 17,2% 13,8% 6,9% 0,0%
Viuda 17,2% 10,3% 3,4% 3,4%
Divorciada 3,4% 0,0% 0,0% 0,0%
EDAD
65-69 10,3% 6,9% 0,0% 0,0%
70-74 24,1% 10,3% 3,4% 0,0%
75-79 13,8% 3,4% 6,9% 3,4%
80-84 6,9% 6,9% 3,4% 0,0%
TOTAL 55.2% 27.6% 13.8% 3.4% Fuente: Test de Pfeiffer aplicado el 2014
Se observó que son las mujeres viudas cuyas edades oscilan entre 75 –
79 años las que presentan deterioro cognitivo grave. Así mismo se encontró que
el mayor porcentaje de varones presenta deterioro cognitivo leve (17.2%) y
moderado (10.3%).
El 55,2% de la población no presentan deterioro cognitivo, el 27,6%
presenta deterioro leve, seguido del 13,8% tiene deterioro moderado y el 3,4%
tiene deterioro grave.
42
Tabla 4
Porcentajes de Factores Socio familiares según sexo, estado civil y edad
de los adultos mayores del Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM)
Fuente: Escala Socio familiar de Gijón en el 2014
Se observa que el 62,1% de adultos presentan riesgo social o problema
social (13.7%), siendo las mujeres las que en mayor porcentaje (10.3%)
presentan problemas sociales. El 37.9% de varones presentan riesgo social.
Según el estado civil, son los (as) viudos (as) son los que presentan problemas
sociales (6.9%) y el 27.6% de casados (as) presentan riesgo social.
En cuanto a la edad, el 6.9% de los adultos entre 75-79 años presentan
problemas sociales y el 17.2% en un riesgo social.
La aplicación de la escala permitió detectar que el 41.4% de los investigados
vive con hijos, y el 31.0% vive con conyugue de la misma edad. (anexo 6).
También se observó que el 13,8% vive solo y tiene hijos próximos y el 13,8%
vive solo y carece de hijos o viven alejados. Así mismo el 17,2% habita en una
vivienda inadecuada y el 13,8% solo se relacionó con la familia y vecinos, el
10,3% solo se relaciona con compañeros de la institución. Encontrando así que
el 13.8% necesita cuidados permanentes que no son dados y un 24.1% no
recibe pensión u otros ingresos.
Normal Riesgo social Problema social
SEXO
Femenino 10,3% 24,1% 10,3%
Masculino 13,8% 37,9% 3,4%
EST. CIVIL
Soltero (a) 3,4% 6,9% 0,0%
Conviviente 6,9% 3,4% 3,4%
Casado (a) 6,9% 27,6% 3,4%
Viudo (a) 6,9% 20,7% 6,9%
Divorciado (a) 0,0% 3,4% 0,0%
EDAD
65-69 3,4% 10,3% 3,4%
70-74 10,3% 24,1% 3,4%
75-79 3,4% 17,2% 6,9%
80-84 6,9% 10,3% 0,0%
TOTAL 24.1% 62.1% 13.8%
43
Tabla 5
Factores Personales según sexo, estado civil y edad de los adultos
mayores del Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM)
CAPACIDAD FUNCIONAL
Dependencia Leve Independencia
SEXO
Femenino 3,4% 13,8% 31,0%
Masculino 0,0% 0,0% 51,7%
EST. CIVIL
Soltera 3,4% 3,4% 6,9%
Conviviente 0,0% 0,0% 13,8%
Casada 0,0% 3,4% 37,9%
Viuda 0,0% 6,9% 24,1%
Divorciada 0,0% 0,0% 0,0%
EDAD
65-69 0,0% 0,0% 20,7%
70-74 3,4% 6,9% 24,1%
75-79 0,0% 3,4% 24,1%
80-84 0,0% 3,4% 13,8%
TOTAL 3.4% 13.8% 82.8% Fuente: Test de Barthel 2014
Se encuentra que un 51,7% de varones tiene independencia mientras
que en mujeres hay un 31,0%; así mismo se encontró en mujeres que un 13,8%
presenta dependencia leve y un 3,4% dependencia. En relación al estado civil
se destaca que el 6.9% de los viudos (as) tienen dependencia leve y sus edades
oscilan entre 70-74 años.
Se observa que el 82.8% de adultos mayores son independientes, solo el
3.4% son dependientes. En cuanto a las manifestaciones depresivas el 86.2%
presenta manifestaciones depresivas moderadas y el 13.8% severas.
44
CAPITULO IV:
DISCUSIÓN
En el presente capítulo se discuten los resultados descriptivos de
cada dimensión de la variable de estudio. La evaluación del nivel cognitivo
es sumamente relevante para conocer en qué estado se encuentra el
entrevistado, ésta valoración se realizó a través del Test de Pfeiffer que
presenta según su valoración a través del Test de Pfeiffer: sin deterioro
cognitivo, deterioro moderado, deterioro leve y deterioro grave; existiendo
una especificad y sensibilidad de 96 % y 68% respectivamente de éste
instrumento. Se sabe que uno de los aspectos que más se modifica en el
envejecimiento es la función cognitiva.
La función cognitiva es definida por Valencia et al (2008) como la
asociación de operaciones mentales encaminadas a permitir la adecuada
función de ellas, conformada por diversas funciones como la memoria, las
áreas del lenguaje, praxis (que son las habilidades motoras que se
adquieren, que incluyen actividades como saber colocar los dedos de una
forma determinada hasta el saber vestirse o dibujar un cubo entre otras),
por lo que en adultos mayores la pérdida de utilidad que se le da a estas
funciones culmina en deterioro cognitivo por lo cual es importante
destacar que la edad avanzada ha sido descrita como un factor de riesgo
para la aparición del síndrome de deterioro cognitivo.( Villareal G. &
Month E., 2012).
Para Lobo (2002,) el deterioro cognitivo es la pérdida continua de
las funciones cognoscitivas que se va alterando por diversos factores
45
externos e internos del organismo, lo cual se ve reflejado en una persona
con baja capacidad de persuasión, agudeza visual, memoria, percepción,
estado de alerta y esto de alguna manera conduce a caídas en el
paciente adulto, disminución de velocidad de marcha y movimientos
importantes para su dependencia.
En este estudio se encontró que el 3.4% presentan deterioro grave
y el 13.8% moderado, mientras que un 55% de personas no presentan
deterioro cognitivo, lo cual coincide con los obtenidos por Varela L.,
Chávez J. (2004) & Fanning M., Vásquez M. (2014), que refieren que la
mayoría de adultos mayores no presentan deterioro cognitivo. Así mismo
en el presente estudio se ecuentra que el 17.2% de varones presenta
mayor prevalencia de deterioro leve coincidiendo por lo obtenido por
Petersen (2010). (tabla 3)
En la función de cálculo, y en comparación con otros estudios
realizados intervienen un gran número de sistemas cognitivos, por lo
tanto, se verá con frecuencia afectada en las alteraciones cerebrales
globales, como en las demencias. En la investigación el ítem del
cuestionario de Pfeiffer que muestra un mayor grado de compromiso es el
relacionado a la esfera de cálculo y desarrollo de operaciones
matemáticas, existiendo que el 69% de los evaluados se equivocó en
dicho ítem.
La asociación entre la frecuencia de deterioro cognitivo con el
incremento de la edad es una relación ya definida en la literatura; siendo
esta variable el principal factor de riesgo para el desarrollo de esta
46
condición. (Ashman T. et a, 2000 & Russell E. et a, 2003). En el presente
estudio se difiere esta relación encontrándose un 24.1% entre los 70 a
74 años se encuentra sin deterioro y se muestra también que tan solo un
3,4% de mayor edad se asocia mayor severidad del deterioro cognitivo.
(Albala C. et a & Saavedra S. et a, 2002 & Gómez N. et a, 2003).
Así mismo se encuentran los factores socio familiares, que a
grandes rasgos se observa la valoración que hacen los participantes de
su condición de vida tanto física como mental, existiendo riesgo (62%) y
problema social (13.8%) en algunos de ellos. Lo que coincide con el
estudio de Villareal & Month (2012), Ruiz-Dioses (2006) y Yabar (2007)
que aplicando la Escala de Valoración de Gijón, encontró que el 67.7% de
los adultos mayores tienen riesgo y problema social, coincidiendo también
con lo encontrado por Fanning M. & Vásquez M. (2014). Pero estos
resultados difieren de lo planeado por Corrales D. et al (2004) que
concluyó que la situación socio familiar de los adultos mayores es
aceptable en la mayoría de ellos. Otros estudios que muestra resultados
diferentes al nuestro, es el que mostró que el 49,4% presenta problemas
sociales y en el presente estudio solo el 13,7% tienen problemas sociales.
(Tabla 4)
La valoración socio familiar muestra que a pesar de que un
porcentaje de la población adulta mayor convive en un entorno familiar
adecuado y entabla relaciones sociales apropiadas, es considerable el
porcentaje de adultos mayores que presentan problema social por no
contar con una pensión u otros ingresos, tener un ingreso irregular o tener
47
una vivienda en malas condiciones, lo cual hace que demandan apoyo de
estas instituciones sociales o de su medio familiar.
No se registran muchos estudios nacionales que hayan abordado
la situación socio familiar de los adultos mayores a través de la Escala de
Gijón; aspecto que debe ser tomado más en cuenta, pues dicha escala
devela la condición de fragilidad y riesgo social en que se desenvuelven,
constituyéndose en un factor importante para determinar sus necesidades
de cuidado y reorientar las políticas de protección social.
En los factores personales tenemos la capacidad personal, si existe
dependencia, dependencia leve o independencia por parte del adulto
mayor para realizar las actividades básicas de la vida diaria, para el cual
se hizo uso del test de Barthel.
En un estudio realizado por Villareal & Month (2012) con el Índice
de Katz, nos muestra que la mayoría de los adultos mayores son
independientes (73.9%) para realizar sus actividades básicas de la vida
diaria sin depender de alguien y el 26,1% son dependientes (en
actividades como la micción y la ambulación, y un grupo importante en
todas las funciones). Lo cual coincide con la investigación realizada
mostrando que el 83% de los adultos mayores son independientes y un
17 % necesita de alguna ayuda. (Tabla 5)
Culminando con capitulo podemos llegar a la conclusión que en
cuanto a la función cognitiva, el estado físico y la estabilidad social son los
aspectos más influyentes en la capacidad funcional de los ancianos,
constituyéndose en la base de la valoración geriátrica integral; estos
48
aspectos están directamente relacionados con la calidad de vida, y en
ocasiones son predictores del riesgo de fragilidad o de necesidades no
cubiertas en las personas de edad avanzada.
49
CONCLUSIONES
1. Existe un 55,2%, de evaluados que no presentó deterioro cognitivo,
seguido del 27,6% con deterioro leve, el 13,8% presento deterioro
moderado y sólo el 3,4% deterioro grave; se destaca que
aproximadamente la octava parte de los investigados tiene
deterioro moderado siendo este un porcentaje considerable.
2. El 62% de participantes presentó riesgo social y el 13.8%
problemas sociales.
3. El 41.4% de los evaluados vive con hijos, y el 31.0% vive con
conyugue de la misma edad. (anexo 6). También se observó que el
13,8% vive solo y tiene hijos próximos y el 13,8% vive solo y carece
de hijos o viven alejados. Así mismo el 17,2% habita en una
vivienda inadecuada y el 13,8% solo se relacionó con la familia y
vecinos, el 10,3% solo se relaciona con compañeros de la
institución. Encontrando así que el 13.8% necesita cuidados
permanentes que no son dados y un 24.1% no recibe pensión u
otros ingresos.
4. En lo que respecta a la capacidad funcional se observa que el
82.8% de adultos mayores son independientes, solo el 3.4% son
dependientes. En cuanto a las manifestaciones depresivas el
86.2% presenta manifestaciones depresivas moderadas y el 13.8%
severas.
5. Se observó que son las mujeres viudas cuyas edades oscilan entre
75 – 79 años las que presentan deterioro cognitivo grave. Así
mismo se encontró que el mayor porcentaje de varones presenta
deterioro cognitivo leve (17.2%) y moderado (10.3%).
6. Se observa que la mayoría de adultos presentan riesgo social o
problema social (13.7%), siendo las mujeres las que en mayor
porcentaje (10.3%) presentan problemas sociales. El 37.1% de
varones presentan riesgo social. Según el estado civil, son los (as)
50
viudos (as) con los que presentan problemas sociales (3.9%) y el
27.6% de casados (as) presentan riesgo social. En cuanto a la
edad, el 6.9% de los adultos entre 75-79 años presentan
problemas sociales y el 17.2% en un riesgo social.
7. Se encuentra que un 51,7% de varones tiene independencia
mientras que en mujeres hay un 31,0%; así mismo se encontró que
el 13.8% de mujeres presenta dependencia leve y un 3,4%
dependencia. En relación al estado civil se destaca que el 6.9% de
los viudos (as) tienen dependencia leve y sus edades oscilan entre
70-74 años.
8. En los factores socio familiares se encuentra asociación (75%)
entre de adultos mayores con deterioro moderado que presenta
riesgo social mientras que un 25% problema social, un 50% con
deterioro leve presenta riesgo social mientras que el 12.5%
problema social.
En cuanto a los factores personales en el criterio de capacidad
funcional no se encuentra asociación entre la misma y el nivel
cognitivo, a diferencia de las Manifestaciones depresivas que
muestran una asociación de un 75% de adultos mayores con
deterioro cognitivo que presentan depresión moderada mientras
que el 25% presenta depresión severa.
51
RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS
1. Se recomienda al Centro Integral, continuar con el trabajo que se
realiza en bien del adulto mayor, integrando actividades de micro
emprendimientos.
2. Realizar un programa de rehabilitación y mantenimiento cognitivo
que busquen intervenir y estimular las siguientes áreas: orientación
y atención, memoria, capacidad funcional, cálculo.
3. Realizar un programa de intervención donde se mejore y refuerce
las relaciones interpersonales de los sujetos, integración afectiva,
previniendo el aislamiento social.
4. Programar grupos de orientación a la realidad; incluyendo un
refuerzo de autoestima, interesándose por el estado anímico de
cada uno de los miembros participantes.
5. Identificar a las personas que presentan deterioro cognitivo grave,
y realizar actividades individuales para evitar el incremento del
deterioro.
52
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en adultos mayores. Revista Neurociencias 2008: 46(8) 465-471 Recuperado de:
55
http://neurociencias.udea.edu.co/es/research/cognitive/publications/download_pdf/2
12
Varela P. Chávez J. Gálvez C. Méndez S. (2004). Características del deterioro cognitivo
en el adulto mayor hospitalizado a nivel nacional. Disponible en:
http://medicinainterna.org.pe/revista/revista_17_2_2004/a02.pdf
Varela L, Chávez, H, Herrera, A. Valoración geriátrica integral en adultos mayores
hospitalizados a nivel nacional. Rev. Diagnóstico. 2004; 43(2).
Villareal G. & Month E. (2012) Condición socio familiar, asistencial y de funcionalidad del
adulto mayor de 65 años en dos comunas de Sincelejo (Colombia). Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/sun/v28n1/v28n1a08.pdf
Yábar PC, Ramos W, Rodríguez L, Díaz V. Prevalencia, características clínicas,
socio familiar y factores asociados a fragilidad en adultos mayores de 75 años
de un hospital de Chimbote. Octubre 2006 - abril 2007. RPE [en línea] 2009 [29
de agosto 2010; 13 (3). Disponible en:
http://rpe.epiredperu.net/rpe_ediciones/2009_v13_n03/AO6_Vol13_No3_ 2009.
HTML.
56
ANEXO 1
TEST DE PFEIFFER
I. Introducción: El test de Pfeiffer es un cuestionario que consta de 11; ítems, cuyo
objetivo es evaluar el deterioro cognitivo en adultos mayores a partir de los 60 años. La
duración de la aplicación es de 5 minutos aproximadamente.
II. Instrucciones: responda de forma clara las siguientes interrogantes planteadas por el
entrevistado. Si siente que desconoce la respuesta o desea que se le repita, no dude
en manifestarlo a la persona encargada de la evaluación.
III. Datos Generales:
- Código:_________________________________________________
- Edad: _______________ - Fecha de nacimiento: ___________________
- Sexo: F M - Estado civil: _________________________
1. ¿Qué día es hoy? (Mes, día, año)
2. ¿Qué día de la semana es hoy?
3. ¿Cómo se llama este sitio?
4. ¿En qué mes estamos?
5. ¿Cuál es su número de teléfono? (Si no hay teléfono, dirección de la calle).
6. ¿Cuántos años tiene usted?
7. ¿Cuándo nació usted?
8. ¿Quién es el actual presidente (del País)?
9. ¿Quién fue el presidente antes que él?
10. Dígame el primer apellido de su madre
11. Empezando en 20 vaya restando de 3 en 3 sucesivamente
TOTAL DE ERRORES
57
ANEXO 2
ESCALA DE VALORACIÓN SOCIOFAMILIAR - GIJON
I. Introducción: El test socio familiar de Gijón es un cuestionario que consta de 5;
ítems, cuyo objetivo es evaluar la detección de situaciones de riesgo o
problemática social. en adultos mayores a partir de los 60 años. La duración de
la aplicación es de 10 minutos aproximadamente.
II. Instrucciones: responda de forma clara las siguientes interrogantes planteadas
por el entrevistado. Si siente que desconoce la respuesta o desea que se le
repita, no dude en manifestarlo a la persona encargada de la evaluación.
III. Datos Generales:
- Código:_________________________________________________
- Edad: _______________ - Fecha de nacimiento: ___________________
- Sexo: F M - Estado civil: _________________________
SITUACIÓN FAMILIAR
1 Vivió con hijos
2 Cuando vivía con su familia existía dependencia físico /psíquica
3 Vivió con cónyuge de similar edad
4 Vivió solo y tiene hijos próximos
5 Vivió solo y carece de hijos o viven alejados
VIVIENDA
1 Adecuada (luz, agua, aseo, teléfono)
2 Equipamiento inadecuado (carece de uno de los anteriores
3 Barreras arquitectónicas
4 Vivienda inadecuada (carece de dos o más de los anteriores)
5 No tiene casa (ausencia de vivienda)
RELACIONES Y CONTACTOS SOCIALES
1 Mantiene relaciones sociales fuera del domicilio
2 Solo se relaciona con familia y vecinos, sale de casa
3 Solo se relaciona con compañeros de la institución, sin salir de la misma.
4 No sale de la institución, recibe familia o visitas (1 semana)
5 No sale de la institución ni recibe visitas
58
APOYOS DE LA RED SOCIAL
1 No necesita ningún apoyo
2 Recibía apoyo de la familia y/o vecinos
3 Recibe ayuda en la institución de forma formal o voluntaria.
4 Pendiente de ingresos en la institución
5 Necesita cuidados permanentes que no son dados
SITUACIÓN ECONÓMICA (ingreso/mes)
1 Más de 50 soles 2 Entre 100 - 200 soles 3 Entre 300 - 400 soles 4 Recibe o recibió el salario mínimo o pensión mínima contributiva
5 No recibe pensión, otros ingresos.
PUNTUACIÓN TOTAL:
59
ANEXO 3
TEST DE BARTHEL
I. Introducción: el test de Cartel es un cuestionario que consta de 10; ítems, cuyo
objetivo es evaluar el grado de dependencia en adultos mayores a partir de los 60
años. La duración de la aplicación es de 10 minutos aproximadamente.
II. Instrucciones: responda de forma clara las siguientes interrogantes planteadas por el
entrevistado. Si siente que desconoce la respuesta o desea que se le repita, no dude
en manifestarlo a la persona encargada de la evaluación.
III. Datos generales:
- Código:_________________________________________________
- Edad: _______________ - Fecha de nacimiento: ___________________
- Sexo: F M - Estado civil: _________________________
Actividades básicas de la vida diaria
Parámetro Situación del paciente Puntuación
Comer
- Totalmente independiente 10
- Necesita ayuda para cortar carne, el pan, etc. 5
- Dependiente 0
Lavarse - Independiente: entra y sale solo del baño 5
- Dependiente 0
Vestirse
- Independiente: capaz de ponerse y de quitarse la ropa,
abotonarse, atarse los zapatos 10
- Necesita ayuda 5
- Dependiente 0
Arreglarse
- Independiente para lavarse la cara, las manos,
peinarse, afeitarse, maquillarse, etc. 5
- Dependiente 0
Deposiciones
(valórese la
semana previa)
- Continencia normal 10
- Ocasionalmente algún episodio de incontinencia, o
necesita ayuda para administrarse supositorios o
lavativas
5
- Incontinencia 0
Micción (valórese
la semana previa)
- Continencia normal, o es capaz de cuidarse de la sonda
si tiene una puesta 10
- Un episodio diario como máximo de incontinencia, o
necesita ayuda para cuidar de la sonda 5
- Incontinencia 0
60
Usar el baño
- Independiente para ir al cuarto de aseo, quitarse y
ponerse la ropa… 10
- Necesita ayuda para ir al retrete, pero se limpia solo 5
- Dependiente 0
Trasladarse
- Independiente para ir del sillón a la cama 15
- Mínima ayuda física o supervisión para hacerlo 10
- Necesita gran ayuda, pero es capaz de mantenerse
sentado solo 5
- Dependiente 0
Deambular
- Independiente, camina solo 50 metros 15
- Necesita ayuda física o supervisión para caminar 50
metros 10
- Independiente en silla de ruedas sin ayuda 5
- Dependiente 0
Escalones
- Independiente para bajar y subir escaleras 10
- Necesita ayuda física o supervisión para hacerlo 5
- Dependiente 0
TOTAL:
61
ANEXO 4
FORMATO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
La investigación titulada “Factores socio familiares y personales asociados al
nivel cognitivo de adultos mayores institucionalizados en una casa hogar de Chiclayo” es
conducida por Aguirre Fernández Anggy Steffanny, de la Universidad Privada Juan
Mejía Baca. La meta de este estudio es Determinar los Factores socio familiares y
personales asociados al estado cognitivo.
Si usted accede a participar en este estudio, se le pedirá responder preguntas en
una entrevista (o completar una encuesta). Esto tomará aproximadamente 30 minutos de
su tiempo. Lo que conversemos durante estas sesiones se plasmará en un informe para
corroborar los datos obtenidos.
La participación es este estudio es estrictamente voluntaria. La información que
se recoja será confidencial y no se usará para ningún otro propósito fuera de los de esta
investigación.
Si tiene alguna duda sobre este proyecto, puede hacer preguntas en cualquier
momento durante su participación en él. Igualmente, puede retirarse del proyecto en
cualquier momento sin que eso lo perjudique en ninguna forma. Si alguna de las
preguntas durante la entrevista le parecen incómodas, tiene usted el derecho de
hacérselo saber al investigador o de no responderlas.
Desde ya le agradecemos su participación.
Acepto participar voluntariamente en esta investigación, conducida por Aguirre
Fernández Anggy Steffanny. He sido informado (a) de que la meta de este estudio es
Determinar los Factores socio familiar y personales asociados al estado cognitivo.
Me han indicado también que tendré que responder cuestionarios y preguntas
en una entrevista, lo cual tomará aproximadamente 30 minutos.
Reconozco que la información que yo provea en el curso de esta investigación
es estrictamente confidencial y no será usada para ningún otro propósito fuera de los de
este estudio sin mi consentimiento. He sido informado de que puedo hacer preguntas
sobre el proyecto en cualquier momento y que puedo retirarme del mismo cuando así lo
decida, sin que esto acarree perjuicio alguno para mi persona. De tener preguntas sobre
mi participación en este estudio, puedo contactar a Aguirre Fernández Anggy Steffanny
al teléfono 979110849 ó #979110849.
Entiendo que una copia de esta ficha de consentimiento me será entregada, y
que puedo pedir información sobre los resultados de este estudio cuando éste haya
concluido. Para esto, puedo contactar a Aguirre Fernández Anggy Steffanny al teléfono
anteriormente mencionado.
Firma, Nombre y DNI
del Participante
Aguirre Fernández Anggy Steffanny INVESTIGADORA
DNI 70557912
62
ANEXO 5
ESCALA SOCIOFAMILIAR DE GIJÓN
Situación Familiar F° %
Vive con hijos 12 41,4
Vive con conyugue de similar edad 9 31,0
Vive solo y tiene hijos próximos 4 13,8
Vive solo y carece de hijos o viven alejados 4 13,8
Vivienda
Adecuada 17 58,6
Equipamiento inadecuado (carece de uno de los
anteriores)
5 17,2
Vivienda inadecuada (carece de dos o más de los
anteriores)
7 24,1
Relaciones y Contactos Sociales
Mantiene relaciones sociales fuera del domicilio 22 75,9
Solo se relaciona con familia y vecinos, sale de casa 4 13,8
Solo se relaciona con compañeros de la institución. 3 10,3
Apoyos de la Red Social
No necesita ningún apoyo 2 6,9
Recibía apoyo de la familia y/o vecinos 14 48,3
Recibe ayuda en la institución de forma formal o
voluntaria
7 24,1
Pendiente de ingresos en la institución 2 6,9
Necesita cuidados permanentes que no son dados 4 13,8
Situación económica
Más de 50 soles 2 6,9
Entre 100-200 soles 11 37,9
Entre 300-400 soles 8 27,6
Recibe o recibió el salario mínimo o pensión mínima
contributiva
1 3,4
No recibe pensión, otros ingresos 7 24,1
63
ANEXO 6
FACTOR SOCIOFAMILIAR
Tabla 1
Situación Familiar
F° %
Vivie con hijos 12 41,4
Vivie con cónyugue de similar edad 9 31,0
Vivie solo y tiene hijos próximos 4 13,8
Vivie solo y carece de hijos o viven alejados 4 13,8
Total 29 100,0
La mayoría de los investigados (41.4%) corresponde a la situación familiar vive
con hijos, le sigue el 31.0% que vive con conyugue de la misma edad y la minoría
13.8 % sque viven solos y tienen hijos próximos o carecen de hijos.
Tabla 2
Vivienda
F° %
Adecuada 17 58,6
Equipamiento inadecuado (carece de uno
de los anteriores)
5 17,2
Vivienda inadecuada (carece de dos o más
de los anteriores)
7 24,1
Total 29 100,0
La mayoría de los investigados (58.6%) corresponde a la vivienda adecuada, le
sigue el 24.1% que tiene equipamiento es inadecuado y la minoría 17.2 % que la
vivienda es inadecuada.
64
Tabla 3
Relaciones y Contactos Sociales
F° %
Mantiene relaciones sociales fuera del
domicilio
22 75,9
Solo se relaciona con familia y vecinos, sale
de casa
4 13,8
Solo se relaciona con compañeros de la
institución.
3 10,3
Total 29 100,0
La mayoría de los investigados (75.9%) corresponde a relaciones y contactos
sociales fuera del domicilio, le sigue el 13.8% que solo se relaciona con la familia
y vecinos y la minoría 10.3 % que solo se relaciona con compañeros de la
institución.
Tabla 4
La mayoría de los investigados (48.3%) corresponde a apoyos de la red social
que recibe apoyo de la familia y /o vecinos, le sigue el 24.1% que recibe ayuda
en la institución de forma formal o voluntaria y la minoría 6.9 % que no necesita
ningún apoyo o dependen de ingresos de la institución.
Apoyos de la Red Social
F° %
No necesita ningún apoyo 2 6,9
Recibía apoyo de la familia y/o vecinos 14 48,3
Recibe ayuda en la institución de forma formal
o voluntaria
7 24,1
Pendiente de ingresos en la institución 2 6,9
Necesita cuidados permanentes que no son
dados
4 13,8
Total 29 100,0
65
Tabla 5
Situación económica
F° %
Más de 50 soles 2 6,9
Entre 100-200 soles 11 37,9
Entre 300-400 soles 8 27,6
Recibe o recibió el salario mínimo o pensión
mínima contributiva
1 3,4
No recibe pensión, otros ingresos 7 24,1
Total 29 100,0
La mayoría de los investigados (37.9%) corresponde a situación económica
entre 100-200 soles, le sigue 27.6% que tiene una situación económica entre
300-400 soles y la minoría 3.4 % que recibe o recibió salario mínimo o pensión
mínima.