existe la doble predestinacion

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¿EXISTE LA DOBLE PREDESTINACION? Tomado del Libro: Escogidos por Dios. Autor: R. C. Sproul Doble predestinación. Las palabras mismas suenan ominosas. Una cosa es contemplar el benévolo plan de Dios para la salvación de los elegidos. Pero, ¿qué de aquellos que no son elegidos? ¿Están también predestinados? ¿Existe un horrible decreto de reprobación? ¿Destina Dios a algunos desgraciados al infierno? Estas cuestiones salen a colación inmediatamente tan pronto como se menciona la doble predestinación. Tales cuestiones hacen que algunos consideren el concepto de la doble predestinación como un terreno prohibido. Otros, si bien creen en la predestinación, declaran enfáticamente que creen en una predestinación simple. Esto es, si bien creen que algunos son predestinados para salvación, no ven la necesidad de suponer que otros sean igualmente predestinados para condenación. En resumen, la idea es que algunos son predestinados para salvación, pero todos tienen la oportunidad de ser salvos. Dios se asegura que algunos la alcancen proveyendo ayuda adicional, pero el resto de la humanidad aún tiene una oportunidad. Aunque hay un fuerte sentimiento para hablar solamente de la predestinación simple y evitar cualquier discusión sobre la doble predestinación, aún debemos afrontar las cuestiones sobre la mesa. A menos que concluyamos que todo ser humano está predestinado para salvación, debemos afrontar la otra cara de la elección. Si existe en absoluto tal cosa como la predestinación, y si esa predestinación no incluye a todos, entonces no debemos rehuir la necesaria inferencia de que la predestinación tiene dos lados. No es suficiente hablar acerca de Jacob; debemos también considerar a Esaú. Igualdad final Existen ideas diferentes acerca de la doble predestinación. Una de ellas es tan aterradora que muchos rehúyen totalmente el término, de forma que su idea de la doctrina no se confunda con la idea temible. Esta idea se llama la igualdad final. La igualdad final se basa en un concepto de simetría. Procura un equilibrio completo entre la elección y la reprobación. La idea clave es ésta: al igual que Dios interviene en las vidas de los elegidos para crear fe en sus corazones, así también Dios interviene igualmente en las vidas de los réprobos para crear u obrar incredulidad en sus corazones. La idea de que Dios obre activamente la incredulidad en los corazones de los réprobos se deduce de afirmaciones bíblicas acerca del hecho de que Dios endurece los corazones de las perso- nas. La igualdad final no es la idea reformada o calvinista de la predestinación. Algunos la han llamado "hiper-calvinismo". Yo prefiero llamarla "sub-calvinismo" o, mejor aún, "anti-calvinismo". Aunque el calvinismo ciertamente tiene una idea de la doble predestinación, la doble predestinación que sostiene no es la de la igualdad final. Para entender la idea reformada acerca del asunto, debemos prestar estrecha atención a la crucial distinción entre los decretos positivos y negativos de Dios. Lo positivo tiene que ver con la intervención activa de Dios en los corazones de los elegidos. Lo negativo tiene que ver con el hecho de que Dios pasa por alto a los no elegidos. La idea reformada enseña que Dios interviene positiva o activamente en las vidas de los

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EXISTE LA DOBLE PREDESTINACION?Tomado del Libro: Escogidos por Dios.Autor: R. C. SproulDoble predestinacin. Las palabras mismas suenan ominosas. Una cosa es contemplar el benvolo plan de Dios para la salvacin de los elegidos. Pero, qu de aquellos que no son elegidos? Estn tambin predestinados? Existe un horrible decreto de reprobacin? Destina Dios a algunos desgraciados al inferno?Estas cuestiones salen a colacin inmediatamente tan pronto como se menciona la doble predestinacin. Tales cuestiones hacen que algunos consideren el concepto de la doble predestinacin como un terreno prohibido. Otros, si bien creen en la predestinacin, declaran enfticamente que creen en una predestinacin simple. Esto es, si bien creen que algunos son predestinados para salvacin, no ven la necesidad de suponer que otros sean igualmente predestinados para condenacin. En resumen, la idea es que algunos son predestinados para salvacin, pero todos tienen la oportunidad de ser salvos. Dios se asegura que algunos la alcancen proveyendo ayuda adicional, pero el resto de la humanidad an tiene una oportunidad.Aunque hay un fuerte sentimiento para hablar solamente de la predestinacin simple y evitar cualquier discusin sobre la doble predestinacin, an debemos afrontar las cuestiones sobre la mesa. A menos que concluyamos que todo ser humano est predestinado para salvacin, debemos afrontar la otra cara de la eleccin. Si existe en absoluto tal cosa como la predestinacin, y si esa predestinacin no incluye a todos, entonces no debemos rehuir la necesaria inferencia de que la predestinacin tiene dos lados. No es sufciente hablar acerca de Jacob; debemos tambin considerar a Esa.Igualdad fnalExisten ideas diferentes acerca de la doble predestinacin. Una de ellas es tan aterradora que muchos rehyen totalmente el trmino, de forma que su idea de la doctrina no se confunda con la idea temible. Esta idea se llama la igualdad fnal. La igualdad fnal se basa en un concepto de simetra. Procura un equilibrio completo entre la eleccin y la reprobacin. La idea clave es sta: al igual que Dios interviene en las vidas de los elegidos para crear fe en sus corazones, as tambin Dios interviene igualmente en las vidas de los rprobos para crear u obrar incredulidad en sus corazones. La idea de que Dios obre activamente la incredulidad en los corazones de los rprobos se deduce de afrmaciones bblicas acerca del hecho de que Dios endurece los corazones de las personas.La igualdad fnal no es la idea reformada o calvinista de la predestinacin. Algunos la han llamado "hiper-calvinismo". Yo prefero llamarla "sub-calvinismo" o, mejor an, "anti-calvinismo". Aunque el calvinismo ciertamente tiene una idea de la doble predestinacin, la doble predestinacin que sostiene no es la de la igualdad fnal.Para entender la idea reformada acerca del asunto, debemos prestar estrecha atencin a la crucial distincin entre los decretos positivos y negativos de Dios. Lo positivo tiene que ver con la intervencin activa de Dios en los corazones de los elegidos. Lo negativo tiene que ver con el hecho de que Dios pasa por alto a los no elegidos. La idea reformada ensea que Dios interviene positiva oactivamente en las vidas de los elegidos para asegurar su salvacin. A los restantes seres humanos Dios los abandona a su libre albedro. No crea incredulidad en sus corazones. Esa incredulidad est ya all. No los fuerza a pecar. Pecan por eleccin propia. Segn la idea calvinista, el decreto de eleccin es positivo; el decreto de reprobacin es negativo.La idea del hiper-calvinismo acerca de la doble predestinacin puede llamarse predestinacin positiva-positiva. La idea del calvinismo ortodoxo puede llamarse predestinacin positiva-negativa. Observmosla en forma de diagrama.CalvinismoPositiva-negativaIdea asimtricaDesigualdad fnalDios pasa por alto a los rprobos.Hiper-calvinismoPositiva-positivaIdea simtricaIgualdad fnalDios obra incredulidad en los corazones de los rprobosEl terrible error del hiper-calvinismo es que implica a Dios en forzar el pecado. Esto hace una violencia radical a la integridad del carcter de Dios. El ejemplo bblico primario que pudiera tentarnos al hiper-calvinismo es el caso de Faran. Repetidamente leemos en el relato del xodo que Dios endureci el corazn de Faran. Dios dijo a Moiss de antemano que hara esto:Tu dirs todas las cosas que yo te mande, y Aarn tu hermano hablar a Faran, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. Y yo endurecer el corazn de Faran y multiplicar en la tierra de Egipto mis seales y mis maravillas. Y Faran no os oir; mas yo pondr mi mano sobre Egipto, y sacar a mis ejrcitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. Y sabrn los egipcios que yo soy el Seor, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos (Ex. 7:2-5).La Biblia ensea claramente que Dios endureci, efectivamente, el corazn de Faran. Ahora bien, sabemos que Dios hizo esto para su propia gloria y como seal tanto a Israel como a Egipto. Sabemos que el propsito de Dios en todo esto era un propsito redentor. Pero nos queda an un difcil problema. Dios endureci el corazn de Faran y despus juzg a Faran por su pecado. Cmo puede hacer Dios responsable a Faran o a cualquier otro de un pecado que fuye de un corazn que Dios mismo ha endurecido?Nuestra respuesta a esa pregunta depende de cmo entendemos el acto de endurecimiento por parte de Dios. Cmo endureci el corazn de Faran? La Biblia no responde a esa pregunta explcitamente. Al pensar acerca de ello, nos damos cuenta que, bsicamente, slo hay dos maneras en que poda haber endurecido el corazn de Faran: activa o pasivamente.Un endurecimiento activo implicara la intervencin directa de Dios en el interior del corazn de Faran. Dios se entremetera en el corazn de Faran y creara nueva maldad en l. Esto ciertamente garantizara que Faran producira el resultado deseado por Dios. Tambin garantizara que Dios es el autor del pecado.El endurecimiento pasivo es totalmente otra historia. El endurecimiento pasivo implica un juicio divino sobre el pecado que ya est presente. Lo nico que Dios necesita hacer para endurecer el corazn de una persona cuyo corazn ya es perverso es "entregarle a su pecado". Encontramos este concepto del juicio divino repetidamente en la Escritura.Cmo funciona esto? Para entenderlo adecuadamente debemos considerar primero brevemente otro concepto, el de la gracia comn de Dios. Esto se refere a esa gracia de Dios que todos los hombres gozan en comn. La lluvia que refresca la tierra y riega nuestras cosechas cae igualmente sobre justos e injustos. Los injustos, ciertamente, no merecen tales benefcios, pero gozan de ellos igualmente. As ocurre con el Sol y los arco iris. Nuestro mundo es un escenario de gracia comn.Uno de los elementos ms importantes de la gracia comn que gozamos es el refrenamiento del malen el mundo. Ese refrenamiento fuye de muchas fuentes. El mal es refrenado por los policas, las leyes, la opinin pblica, el equilibrio de poder, etc. Aunque el mundo en que vivimos est lleno de iniquidad, no es tan inicuo como podra ser. Dios utiliza los medios mencionados anteriormente, al igual que otros medios para mantener controlado el mal. Por su gracia, controla y refrena la cantidadde maldad en este mundo. Si se dejase al mal totalmente descontrolado, entonces la vida en este planeta sera imposible.Lo nico que Dios tiene que hacer para endurecer los corazones de las personas es quitar los frenos. Les da ms libertad de accin. En lugar de refrenar su libertad humana, la incrementa. Les deja seguir su propio camino. En un sentido, les da la soga con que ahorcarse. No es que Dios ponga su mano en ellos para crear nueva maldad en sus corazones; meramente, su santa mano deja de refrenarlos y les permite hacer su propia voluntad.Si hubiramos de determinar cules son los hombres ms inicuos y diablicos de la historia humana,ciertos nombres apareceran en la lista de casi todos. Veramos los nombres de Hitler, Nern, Stalin y otros que han sido culpables de masacres y otras atrocidades. Qu tienen esas personas en comn? Fueron todos dictadores. Todos tenan, virtualmente, un poder y autoridad ilimitados dentro de la esfera de sus dominios.Por qu decimos que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente? (Sabemos que esto no se refere a Dios, sino slo al poder y la corrupcin de los hombres.) El podercorrompe, precisamente, porque eleva a una persona por encima de los frenos normales que restringen al resto de nosotros. Yo soy refrenado por los confictos de inters con personas que son tan poderosas o ms poderosas que yo. Aprendemos pronto en la vida a restringir nuestra beligerancia hacia aquellos que son mayores que nosotros. Tendemos a entrar en confictos de forma selectiva. La discrecin tiende a prevalecer sobre el valor cuando nuestros oponentes son ms poderosos que nosotros.Faran era el hombre ms poderoso del mundo cuando Moiss fue a verle. Casi el nico freno que haba contra la iniquidad de Faran era el santo brazo de Dios. Lo nico que Dios tena que hacer para endurecer ms a Faran era quitar su brazo. Las malvadas tendencias de Faran hicieron el resto. En el acto del endurecimiento pasivo, Dios toma la decisin de quitar los frenos; la parte inicuadel proceso es realizada por Faran mismo. Dios no hace violencia a la voluntad de Faran. Como hemos dicho, simplemente le da a Faran ms libertad.Vemos el mismo tipo de cosa en el caso de Judas y de los inicuos que Dios y Satans utilizaron para afigir a Job. Judas no fue una pobre vctima inocente de la manipulacin divina. No era un hombre justo a quien Dios forz a traicionar a Cristo y despus lo castig por la traicin. Judas traicion a Cristo porque quera treinta monedas de plata. Como declara la Escritura, Judas era el hijo de perdicin desde el principio. Sin duda, Dios utiliza las malvadas tendencias y las malvadas intenciones de los hombres cados para llevar a cabo sus propios propsitos redentores. Sin Judas no hay cruz. Sin la cruz no hay redencin. Este no es un caso en que Dios fuerza la maldad. Por el contrario, es un caso glorioso del triunfo redentor de Dios sobre la maldad. Los deseos malvados de los corazones de los hombres no pueden frustrar la soberana de Dios. En realidad, estn sujetos a la misma.Cuando estudiamos el modelo del castigo divino de los inicuos, vemos emerger una especie de justicia potica. En la escena del juicio fnal del libro de Apocalipsis leemos lo siguiente:El que es injusto, sea injusto todava; y el que es inmundo, sea inmundo todava; y el que es justo, practique la justicia todava; y el que es santo, santifquese todava (Ap. 22:11).En su acto fnal de juicio, Dios entrega a los pecadores a sus pecados. En efecto, los abandona a sus propios deseos. As ocurri con Faran. Mediante este acto de juicio, Dios no manch su propia justicia creando nueva maldad en el corazn de Faran. l estableci su propia justicia castigando lamaldad que ya haba en Faran. As es como debemos entender la doble predestinacin. Dios muestra misericordia a los elegidos obrando la fe en sus corazones. l administra justicia a los rprobos dejndolos en sus propios pecados. No hay simetra aqu. Un grupo recibe misericordia. El otro grupo recibe justicia. Nadie es vctima de injusticia. Nadie puede quejarse de que haya injusticiaen Dios.Romanos 9El pasaje ms signifcativo en el Nuevo Testamento que tiene que ver con la doble predestinacin seencuentra en Romanos 9.Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendr, y Sara tendr un hijo. Y no slo esto, sino tambin cuando Rebeca concibi de uno, de Isaac nuestro padre (pues no haban an nacido, ni haban hecho an ni bien ni mal, para que el propsito de Dios conforme a la eleccin permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servir al menor Como est escrito: A Jacob am, mas a Esa aborrec.Qu, pues, diremos? Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moiss dice: Tendrmisericordia del que yo tenga misericordia, y me compadecer del que yo me compadezca.As que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faran Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece (Rom. 9:9-18).En este pasaje tenemos la expresin bblica ms clara que podemos encontrar para el concepto de la doble predestinacin. Se expresa sin reservas y sin ambigedad. "De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece." Algunos reciben misericordia, otros reciben justicia. La decisin en cuanto a esto est en la mano de Dios.Pablo ilustra el carcter doble de la predestinacin mediante su referencia a Jacob y Esa. Estos dos hombres eran hermanos gemelos. Estuvieron en el mismo vientre y al mismo tiempo. Uno recibi la bendicin de Dios y el otro no. Uno recibi una porcin especial del amor de Dios, el otro no. Esa fue "aborrecido" por Dios.El odio divino que aqu se menciona no es expresin de una actitud insidiosa de malicia. El odio divino no es malicioso. Implica una retencin de favor. Dios est "por" aquellos a quienes ama. Vuelve su rostro contra aquellos inicuos que no son objeto de su favor redentor especial. Aquellos a quienes ama reciben su misericordia. Aquellos a quienes "aborrece" reciben su justicia. Una vez ms, nadie es tratado injustamente.Por qu escogi Dios a Jacob y no a Esa? Previo Dios en Jacob algn acto justo que justifcara este favor especial? Observ Dios los corredores del tiempo y vio a Jacob haciendo la eleccin acertada y a Esa haciendo la eleccin equivocada?Si esto era lo que el apstol se propona ensear, no hubiera sido difcil aclarar este punto. Aqu tena Pablo una magnfca oportunidad de ensear una idea de presciencia en cuanto a la predestinacin, si hubiese querido. Parece extrao ciertamente que no aproveche tal oportunidad. Pero esto no es un argumento de silencio. Pablo no guarda silencio sobre el tema. l elabora lo contrario. Enfatiza el hecho de que la decisin de Dios se tom antes del nacimiento de estos gemelos y sin tomar en consideracin sus acciones futuras.La frase de Pablo en el versculo 11 es crucial. "Pues no haban an nacido, ni haban hecho an ni bien ni mal, para que el propsito de Dios conforme a la eleccin permaneciese, no por las obras sino por el que llama". Por qu dice esto el apstol? El acento aqu se pone claramente en la obra de Dios. Niega enfticamente que la eleccin sea resultado de la obra del hombre, prevista o de cualquier otra forma. Es el propsito de Dios conforme a su eleccin lo que aqu se considera.Si Pablo quera decir que la eleccin se basa en alguna decisin humana prevista, por qu no lo dijo as? Por el contrario, declara que el decreto se hizo antes que los hijos nacieran y antes que hubieran hecho algn bien o mal. Ahora bien, concedemos que una idea de la presciencia en cuantoa la predestinacin es consciente de que el decreto divino se hizo anteriormente al nacimiento. Pero esa idea insiste en que la decisin de Dios no se bas en su conocimiento de elecciones futuras. Por qu no afrma esto Pablo aqu? Lo nico que dice es que el decreto se hizo antes del nacimiento y antes que Jacob y Esa hubieran hecho algn bien o mal.Concedemos que en este pasaje Pablo no dice expresamente que la decisin de Dios no se bas enel futuro bien o mal de ellos. Pero no necesitaba decir eso. La implicacin est clara a la luz de lo que s dice. Pone el acento donde corresponde, en el propsito de Dios y no en la obra del hombre. La carga aqu est sobre aquellos que quieren aadir la nocin modifcadora crucial de elecciones previstas. La Biblia no la aade aqu ni en lugar alguno.La cuestin es sta: Si Pablo crea que la predestinacin de Dios se basaba en elecciones humanas previstas, ste era el contexto en que poda expresarlo. Debemos dar un paso ms. Aunque Pablo guarda silencio acerca de la cuestin de elecciones futuras aqu, no contina hacindolo. En el versculo 16 lo deja claro. "As que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia." Este es el golpe de gracia al arminianismo y a todas las dems ideas no reformadas de la predestinacin. Esta es la Palabra de Dios que requiere que todos los cristianos desistan de las ideas acerca de la predestinacin que hacen que la decisin fnal para la salvacin dependa de la voluntad del hombre. El apstol declara: "No depende del que quiere". Las ideas no reformadas deben decir que depende del que quiere. Esto es una contradiccin violenta de la enseanza de la Escritura. Este versculo por s solo es absolutamente fatal para el arminianismo.Es nuestro deber honrar a Dios. Debemos confesar con el apstol que nuestra eleccin no se basa en nuestras voluntades, sino en los propsitos de la voluntad de Dios. Pablo suscita dos preguntas retricas en este pasaje que debemos considerar. La primera es: "Qu, pues, diremos? Que hay injusticia en Dios?" Por qu anticipa Pablo esta pregunta? Nadie suscita esa pregunta a un arminiano. Si nuestra eleccin se basa, en ltima instancia, en decisiones humanas, no hay necesidad de suscitar tal objecin.Sin embargo, acerca de la doctrina bblica de la predestinacin s se suscita esta pregunta. Es la predestinacin basada en el propsito soberano de Dios, en su decisin sin tener en cuenta las elecciones de Jacob o Esa, la que incita el clamor: "Dios no es justo!" Pero el clamor se basa en un entendimiento superfcial del asunto. Es la protesta del hombre cado quejndose de que Dios no es lo sufcientemente benvolo. Cmo responde Pablo a la pregunta? No se da por satisfecho con decir meramente: "No, no hay injusticia en Dios." Por el contrario, su respuesta es tan enftica como le es posible hacerla. Dice: "En ninguna manera!"La segunda objecin que Pablo anticipa es sta: "Me dirs: Por qu, pues, inculpa? porque quin ha resistido a su voluntad?" Una vez ms nos preguntamos por qu anticipa el apstol esta objecin.Esta es otra objecin que nunca se suscita contra el arminianismo. Las ideas no reformadas de la predestinacin no tienen que preocuparse acerca de afrontar preguntas como sta. Dios, evidentemente, inculpara a aquellos que saba que no escogeran a Cristo. Si la base fnal para la salvacin depende del poder de la eleccin humana, entonces se puede achacar la culpa fcilmente,y Pablo no tendra que enfrentarse con esta objecin anticipada. Pero se enfrenta con ella porque la doctrina bblica de la predestinacin exige que se enfrente con ella. Cmo responde Pablo a esta pregunta? Examinemos su respuesta:Mas antes, oh hombre, quin eres t, para que alterques con Dios? Dir el vaso de barro al que lo form: Por qu me has hecho as? O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y or o par a deshonra? Y qu, si Dios, queriendo mostrar su iray hacer notorio su poder, soport con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destruccin,y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostr para con los vasos de misericordia que l prepar de antemano para gloria, a los cuales tambin ha llamado, esto es, a nosotros, no slo de los judos, sino tambin de los gentiles? (Ro. 9:20-24).Esta es una respuesta de peso. Debo confesar que tengo un conficto con ella. Mi conficto, sin embargo, no es acerca de si este pasaje ensea la doble predestinacin. Esta claro que lo hace. Mi conficto tiene que ver con el hecho de que este texto suministra municiones a los defensores de la igualdad fnal. Suena a que Dios est haciendo pecadores a los hombres activamente. Pero el texto no requiere eso. l hace vasos de ira y vasos de honra de la misma masa de barro. Pero si observamos atentamente el texto, veremos que el barro con que trabaja el alfarero es un barro "cado". Una porcin de barro recibe misericordia con objeto de llegar a ser vasos de honra. Esa misericordia presupone un barro que es ya culpable. De la misma manera, Dios debe "soportar" los vasos de ira preparados para destruccin porque son vasos culpables de ira.Una vez ms, el acento en este pasaje recae en el propsito soberano de Dios, y no sobre las elecciones libres y buenas del hombre. Aqu vienen al caso las mismas suposiciones que en la primera pregunta.La respuesta arminianaAlgunos arminianos respondern indignadamente a mi tratamiento de este texto. Estn de acuerdo en que el pasaje ensea una frme idea de la soberana divina. Su objecin tiene que ver con otro punto. Insisten en que Pablo no est ni siquiera hablando acerca de la predestinacin de individuos en Romanos 9. Romanos 9 no tiene que ver con individuos sino con la eleccin de naciones por parte de Dios. Pablo est hablando aqu acerca de Israel como pueblo escogido de Dios. Jacob representa meramente a la nacin de Israel. Su nombre mismo fue cambiado a Israel, y sus hijos llegaron a ser los padres de las doce tribus de Israel.El hecho de que Dios favoreciera a Israel por encima de las dems naciones no se disputa. Jess proceda de Israel. Fue de Israel de quien recibimos los Diez Mandamientos y las promesas del pacto con Abraham. Sabemos que la salvacin es de los judos.Todo eso es cierto de Romanos 9. Debemos considerar, sin embargo, que al elegir a una nacin, Dios eligi a individuos. Las naciones estn formadas por individuos. Jacob era un individuo. Esa era un individuo. Aqu vemos claramente que Dios eligi en su soberana a individuos al igual que a una nacin. Debemos apresurarnos a aadir que Pablo ampla este tratamiento de la eleccin ms all de Israel en el versculo 24, cuando declara: "A los cuales tambin ha llamado, esto es, a nosotros, no slo de los judos, sino tambin de los gentiles."Eleccin incondicionalVolvamos por un momento a nuestro famoso acrstico, TULIP. Ya hemos altercado con la T y la I y lo hemos cambiado a RULEP. Si bien prefero el trmino eleccin soberana a eleccin incondicional, no daar ms el acrstico. Si lo cambisemos a RSLEP ni siquiera rimara con TULIP.La eleccin incondicional quiere decir que nuestra eleccin es decidida por Dios conforme a su propsito, conforme a su voluntad soberana. No se basa en alguna condicin prevista que algunos de nosotros cumpliramos y otros no. No se basa en nuestro querer o en nuestro correr, sino en el propsito soberano de Dios.El trmino eleccin incondicional puede despistar y ser utilizado errneamente. En cierta ocasin conoc a un hombre que nunca haba cruzado la puerta de una iglesia y que no mostraba evidencia alguna de ser cristiano. No haca profesin de fe ni estaba implicado en actividad cristiana alguna. Me dijo que crea en la eleccin incondicional. Estaba confado en que era elegido. No tena que confar en Cristo, no tena que arrepentirse, no tena que obedecer a Cristo. Declaraba ser un elegido y que eso era sufciente. No necesitaba ms condiciones de salvacin. Estaba, en su opinin, salvado, santifcado y satisfecho.Debemos tener cuidado de distinguir entre las condiciones que son necesarias para la salvacin y las condiciones que son necesarias para la eleccin. Con frecuencia hablamos de la eleccin y la salvacin como si fueran sinnimas, pero no son exactamente lo mismo. La eleccin es para salvacin. La salvacin es, en su sentido ms pleno, la obra completa de la redencin que Dios realiza en nosotros.Hay toda clase de condiciones que deben ser cumplidas por alguien para ser salvo. La principal entre ellas es que debe tener fe en Cristo. La justifcacin es por la fe. La fe es un requisito necesario. Sin duda, la doctrina reformada de la predestinacin ensea que todos los elegidos son ciertamente llevados a la fe. Dios se encarga de que se cumplan las condiciones necesarias para la salvacin.Cuando decimos que la eleccin es incondicional, queremos decir que el decreto original de Dios por el cual escoge a algunos para ser salvos no depende de alguna condicin futura en nosotros que Dios prev. Nada hay en nosotros que Dios pudiera prever y que le indujera a escogernos. Lo nico que prevera en las vidas de criaturas cadas abandonadas a su propia suerte sera el pecado.Dios nos escoge simplemente conforme al beneplcito de su voluntad.Es Dios arbitrario?Que Dios nos escoja no por lo que encuentre en nosotros, sino conforme a su beneplcito, suscita laacusacin de que esto hace a Dios arbitrario. Sugiere que Dios hace su seleccin de manera antojadiza o caprichosa. Parece como si nuestra eleccin fuese el resultado de un sorteo ciego y frvolo. Si somos elegidos, ello se debe solamente a que tenemos suerte. Dios sac nuestros nombres de un sombrero celestial.Ser arbitrario es hacer algo por ninguna razn. Ahora bien, est claro que no hay en nosotros razn alguna para que Dios nos escoja. Pero eso no es lo mismo que decir que Dios no tiene alguna raznen s mismo. Dios no hace nada sin tener alguna razn para ello. No es caprichoso o antojadizo. Dios es tan sobrio como soberano.Un sorteo depende intencionadamente del azar. Dios no obra por azar. l saba a quines seleccionara. Conoca y amaba de antemano a sus elegidos. No fue una suerte ciega porque Dios no es ciego. Sin embargo, debemos an insistir en que la razn decisiva para su eleccin no fue algo que conociera, viera o amara de antemano en nosotros.A los calvinistas no nos gusta, en general, hablar de suerte. En lugar de desear a la gente "buena suerte", preferimos decir: "bendiciones providenciales". Sin embargo, si hubisemos de hablar de nuestro "da de suerte", sealaramos aquel da en la eternidad cuando Dios decidi escogernos. Volvamos nuestra atencin a la enseanza de Pablo sobre este asunto en Efesios:Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales en Cristo, segn nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que fusemos santos y sin mancha delante de l, en amor habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado (Ef. 1:3-6).Segn el puro afecto de su voluntad. Esta es la afrmacin apostlica que parece sugerir arbitrariedad divina. Pero cuando la Biblia habla del afecto de Dios, el trmino no se usa con frivolidad. Aqu afecto signifca simplemente "lo que agrada". Dios nos predestina segn lo que le agrada. La Biblia habla del puro afecto de Dios. El puro afecto de Dios nunca debe confundirse con un afecto errneo. Lo que agrada a Dios es la bondad. Lo que nos agrada a nosotros no siempre es la bondad. Dios nunca se deleita en la iniquidad. Nada hay de inicuo acerca del puro afecto de su voluntad. Aunque la razn para escogernos no reside en nosotros sino en el afecto soberano de Dios, podemos estar seguros de que el afecto soberano de Dios es un afecto bueno.Recordamos tambin cmo instruy el apstol a los cristianos flipenses. Les dijo: "...ocupaos en vuestra salvacin con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce as el querer como el hacer, por su buena voluntad (Fil. 2:12,13). En este pasaje, Pablo no est enseando que la eleccin es una empresa conjunta entre Dios y el hombre. La eleccin es exclusivamente la obra de Dios. Es, como hemos visto, monergista. Pablo est hablando aqu acerca de la puesta en prctica de nuestra salvacin que sigue a nuestra eleccin. Se est refriendo especfcamente aqu al proceso de nuestra santifcacin. La santifcacin no es monergista es sinergista. Esto es, demanda la cooperacin del creyente regenerado. Somos llamados a trabajar para crecer en la gracia. Hemos de trabajar duramente, combatiendo contra el pecado hasta la sangre si es necesario, golpeando nuestros cuerpos si eso es lo que se requiere para subyugarlos.Somos llamados a esta obra seria de la santifcacin por exhortacin divina. La obra ha de ser llevada a cabo en un espritu de temor y temblor. Nuestra santifcacin no es un asunto ocasional. No lo enfocamos de forma caballeresca, diciendo simplemente: "Eso es cosa de Dios." Dios no lo hace todo por nosotros. Tampoco, sin embargo, nos deja Dios ocuparnos en nuestra salvacin por nosotros mismos, en nuestra propia fuerza. Somos consolados por su segura promesa de producir en nosotros as el querer como el hacer lo que a l le agrada.Recientemente o un sermn del gran predicador escocs Eric Alexander, en el cual enfatizaba que Dios est obrando en nosotros por su buena voluntad. Pablo no dice que Dios est obrando en nosotros por nuestra buena voluntad. No siempre estamos completamente a gusto con lo que Dios est haciendo en nuestras vidas. A veces, experimentamos un conficto entre el propsito de Dios y nuestro propio propsito. Yo nunca escojo sufrir a propsito. Sin embargo, puede estar dentro del propsito soberano de Dios que yo sufra. l nos promete que, por su soberana, todas las cosas obran para el bien de los que le aman y son llamados conforme a su propsito.Mis propsitos no siempre incluyen el bien de Dios. Yo soy pecador. Afortunadamente para nosotros,Dios no es pecador. l es totalmente justo. Sus propsitos son siempre y en todo lugar justos. Sus propsitos obran para mi bien, aun cuando sus propsitos estn en conficto con mis propsitos. Quiz debera decir: "Especialmente, cuando sus propsitos estn en conficto con mis propsitos". Lo que le agrada a l es bueno para m. Esa es una de las lecciones ms difciles que los cristianos aprendan jams.Nuestra eleccin es incondicional excepto por una cosa. Hay un requisito que debemos cumplir antes que Dios nos elija jams. Para ser elegidos, debemos primero ser pecadores. Dios no elige a los justos para salvacin. No necesita elegir a los justos para salvacin. Los justos no necesitan ser salvados. Slo los pecadores necesitan un salvador. Los que estn sanos no tienen necesidad de mdico.Cristo vino a buscar y a salvar a los que estaban realmente perdidos. Dios le envi al mundo no slopara hacer posible nuestra salvacin, sino para hacerla segura. Cristo no ha muerto en vano. Sus ovejas son salvadas a travs de su vida impecable y su muerte expiatoria. Nada hay de arbitrario en eso.sta es la ultima estrada del Teologo R. C. Sproul referente al tema de la predestinacion