excelencia integral en la empresa y en la vida

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Page 1: Excelencia integral en la empresa y en la vida

Hacia la excelencia integral en la empresa y en la vida

La empresa de la vida o la vida como empresa

Desde mi punto de vista, la excelencia en la dirección de la empresa debe ser enmarcada necesariamente en

la búsqueda de la excelencia global en la vida, la cual es, en definitiva, la empresa fundamental de cada ser

humano. A esta excelencia global en la vida es a lo que podemos llamar Excelencia Integral.

De todos es conocido el actual síndrome del “triunfador desgraciado” en el que el éxito profesional sucede al

mismo tiempo que el fracaso personal. Con este síndrome se nos hace evidente que éxito profesional y éxito

integral no es lo mismo.

Si la Excelencia Empresarial define las actuaciones que conducen al éxito profesional, la Excelencia Integral

define las formas de vida que conducen al éxito integral. Es cierto que el éxito profesional contribuye al éxito

integral, pero no hay que olvidar que aquel es sólo una parte de éste. Detrás del síndrome del “triunfador

desgraciado” encontramos el error de confundir la parte con el todo, o la reducción del éxito integral al éxito

profesional. La Excelencia Integral subsana este error y sitúa la parte, el éxito empresarial en el todo que la

incluye y la trascienda, es decir en el éxito integral.

Mi enfoque no va destinado primordialmente a la consecución de la Excelencia Empresarial, sino a esbozar

los principios básicos de una Excelencia Integral. Es decir, no me dirijo a empresarios, sino en tanto que seres

humanos tienen entre manos la mayor y más importante empresa de todas: la propia vida. No obstante,

permítame el atrevimiento de utilizar el lenguaje empleado habitualmente en los temas de Excelencia

Empresarial.

Definición

Para empezar, podemos definir la Excelencia Integral como “el conjunto de prácticas vitales de cada individuo

(estilo de vida) que tiene como fin el gestionar sus recursos existenciales en pos de alcanzar resultados

definidos previamente; resultados que llamaremos éxito integral”.

La noción de “éxito integral” es definida por cada individuo, consciente o inconscientemente, según su filosofía

de vida y esta filosofía de vida toma forma en tanto que Propósito, Misión, Objetivos, Valores y Creencias.

Filosofía de vida

Lo queramos o no, lo sepamos o no, todos somos filósofos. Todos tenemos una filosofía de vida. Nuestra

filosofía de vida es el conjunto de creencias que sirven de premisas a todas nuestras acciones. La filosofía de

vida es de una importancia capital a la hora de alcanzar el éxito integral, ya que es un impulso fundamental

que tiene mucho más peso que nuestra formación técnica o profesional o que nuestra situación económica, ya

que aunque estos elementos son esenciales para el éxito integral, son menos trascendentales que la firmeza

con la que creemos en nuestros principios básicos de vida y que la fuerza con la que nos esforzamos por

cumplirlos.

Por ello, es importante preguntarse a sí mismo: ¿cuál es mi filosofía de vida?

La filosofía de vida de cada uno de nosotros viene dada por la forma particular como cada uno define

nociones claves como Propósito, Objetivos Superiores, Misión, Valores, Política Vital y Objetivos Básicos.

El Propósito de Vida es algo que perdura en el tiempo, es lo que marca la dirección que de sentido a la vida

del individuo, tanto en el presente como en el futuro.

Page 2: Excelencia integral en la empresa y en la vida

Pregúntense: ¿Cuál es el Propósito de mi vida, la meta última, el sentido final de todas mis acciones,

emociones y pensamientos?

Si bien es verdad que cada individuo articula el Propósito de su vida en términos específicos, no es menos

cierto que en definitiva el Propósito de vida de todos los seres vivos no es otro que el de alcanzar un estado

de felicidad, exento de dolor y de sufrimiento.

Es fundamental no olvidar que el propósito último de nuestra vida es la experiencia de la felicidad. Esto es lo

que, por naturaleza, todos buscamos.

Ahora bien, qué es la felicidad. Habría muchas maneras de definir este estado escurridizo.

Personalmente me gusta la definición del psicólogo Abraham Maslow, uno de los padres de la psicología

humanista, para el cual “la felicidad surge de la satisfacción de nuestras necesidades esenciales”. No

de los deseos, sino de las necesidades esenciales.

¿Cuáles son estas necesidades según Maslow?

1º. Las necesidades fisiológicas.

Necesidad de oxígeno, agua, proteínas, sal, azúcar, calcio y otros minerales, vitaminas, mantener el equilibrio

del PH, temperatura (36.7 ºC o cercano a él), sueño, descanso, eliminación de residuos, protección del frío y

del calor, evitación del dolor y necesidad sexual.

2º. Las necesidades de seguridad y protección.

Necesidad de seguridad, protección, estabilidad y orden. Hábitat seguro, estabilidad laboral, plan de

jubilación, seguro de vida, etc.

3º. Las necesidades de amor y de pertenencia.

Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad están satisfechas, entran en escena este tercer grupo de

necesidades. Somos seres sociales y necesitamos sentirnos en relación con el grupo humano. De aquí surge

la necesidad de amistad, de pareja, de relaciones afectivas, de vida en comunidad en general. En nuestra vida

cotidiana, estas necesidades se manifiestan en nuestros deseos de unión (matrimonio), de tener familias, de

ser partes de una comunidad, de una iglesia, de una hermandad, de un club social, etc.

4º. Las necesidades de estima.

Maslow describió dos niveles en la necesidad de estima, uno inferior y otro superior. En la necesidad de

estima inferior entran la búsqueda del respeto de los demás, de estatus, fama, gloria, reconocimiento,

atención, reputación, apreciación, dignidad e incluso poder o dominio. La necesidad de estima superior

comprende las necesidades de respeto por uno mismo, de confianza en sí mismo, de competencia, logros,

maestría, independencia y libertad. La falta de estima se manifiesta como complejo de inferioridad, el cual,

según el psicólogo Adler, se encuentra en la raíz de muchos de nuestros problemas psicológicos.

Maslow considera a todas estas necesidades como esencialmente vitales. Incluso el amor y la estima son

necesarios para el mantenimiento de la salud. Afirma que todas estas necesidades están construidas

genéticamente en todos nosotros, como los instintos. De hecho, les llama necesidades instintoides (casi

instintivas).

5º. La necesidad de realización personal.

Según Maslow, cuando estas necesidades instintoides están satisfechas, surge naturalmente la necesidad de

realización personal, es decir, la necesidad de desarrollar plenamente el propio potencial como individuo, la

necesidad de crecer y madurar como individuo auto consciente dando lo mejor de sí, lo mejor de la naturaleza

humana.

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Después de identificar a una población de individuos autorrealizados, Maslow extrajo estás características:

- Son personas centradas en la realidad, lo que significa que pueden diferenciar lo que es falso o ficticio de

lo que es real y genuino.

- Son personas centradas en el problema, personas que enfrentan los problemas de la realidad en virtud

de sus soluciones, no como problemas irresolubles ante los que se resignan.

- Tienen una percepción diferente de los significados y los fines. Creen que los fines no necesariamente

justifican los medios; que los medios pueden ser fines en sí mismos y que los medios (el viaje) es con

frecuencia más importante que los fines.

- Son personas que tienen necesidad de privacidad, y se sienten cómodos estando solos.

- Son relativamente independientes de la cultura y el entorno, apoyándose más en sus propias

experiencias y juicios.

- Son resistentes a la enculturación, esto es, no son susceptibles a la presión social; son de hecho,

inconformistas en el mejor sentido.

- Poseen valores democráticos, o sea, que son abiertos a la variedad étnica e individual, e incluso la

defienden.

- Tienen interés social, compasión, humanidad.

- Son personas que disfrutan de las relaciones personales íntimas con pocos amigos cercanos y miembros

familiares, más que muchas de relaciones superficiales con mucha gente.

- Tienen un sentido del humor no hostil, prefiriendo las bromas a costa de sí mismos o de la condición

humana, pero nunca dirigida a otros.

- Poseen la cualidad de aceptación de sí mismo y de los demás, lo cual implica que prefieren aceptar las

personas como son, más que querer cambiarlas.

- Son espontáneos y gustan de la simplicidad: prefieren ser ellos mismos antes que pretenciosos o

artificiales.

- Tienen una cierta frescura en la apreciación; una habilidad para ver cosas, incluso ordinarias, como

preciosas.

- Son creativos, inventivos y originales.

- Tienen tendencia a vivir con mayor intensidad las experiencias que el resto de las personas.

.

Meta necesidades y meta patologías

La necesidad de autorrealización viene dada por las llamadas meta necesidades que nos impulsan a realizar

las cualidades más específicas de nuestra naturaleza humana, y que nos diferencian de los demás animales.

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Estas metas necesidades son:

Verdad, Bondad y Belleza.

Unidad, integridad y trascendencia de los opuestos,

Vitalidad,

Singularidad,

Perfección (excelencia),

Realización y plenitud,

Justicia y orden,

Simplicidad,

Fortaleza,

Humor y sentido lúdico de la existencia,

Autosuficiencia,

Búsqueda de lo significativo.

Maslow habló también de las meta patologías que aparecen cuando esta necesidad de autorrealización no es

satisfechas. Entre ellas destaca la depresión, invalidez emocional, sensación de disgusto y frustración,

alineación, cinismo.

Es célebre la frase de Maslow, referida a este nivel de necesidad, que dice: “Te advierto que si te conformas

con menos de lo que eres capaz, nunca te sentirás satisfecho (feliz)”.

6º. Necesidad de Trascendencia.

Hacia el final de su vida, Maslow incluyó un sexto grupo de necesidades, al que llamó necesidad de

trascendencia, o necesidad de experimentar un estado expandido de conciencia más allá de la identificación

habitual con el Yo. Necesidad de experimentar la UNIDAD fundamental de la Vida Universal, sentirse uno con

el Todo. A estas experiencias Maslow llamó “cumbres” porque constituyen el destino último de la vida humana

y la plena realización de nuestra naturaleza. Maslow estudió a muchos sujetos que habían tenido esta

experiencia y llegó a la conclusión de que se trata de la misma experiencia mística que se encuentra en el

núcleo de la mayor parte de tradiciones religiosas y espirituales.

El impulso hacia la trascendencia surge cuando tomamos conciencia que, aunque consigamos la plena

satisfacción de todas nuestras necesidades, la vida humana es un fenómeno frágil y transitorio. Finalmente,

todos nos vemos confrontados con la enfermedad, la vejez y la muerte. No importa los frutos y los

logros que seamos capaces de conseguir en la vida, finalmente, en un momento u otro, nos vemos

confrontado con el hecho de nuestra desaparición de este mundo.

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De cara a la muerte, ¿qué es lo realmente importante?

Un viejo maestro zen dijo: “Nada que no pueda superar la disolución de la muerte es realmente importante”.

¿Qué es lo que supera la muerte? ¿Qué es lo que no muere cuando todo muere? La búsqueda de “lo que no

muere” es la fuerza que impulsa la necesidad de trascendencia. Conectar con lo que trasciende a la muerte se

convierte entonces en una necesidad fundamental.

Clarificando la filosofía de vida

Así pues, necesitamos clarificar que el Propósito de nuestra vida es alcanzar un estado de felicidad, y que

éste estado viene dado por la satisfacción de todas nuestras necesidades, en sus diversos niveles.

Una vez aclarado esto, definimos nuestros Objetivos Superiores. Estos son los hitos que orientan nuestras

acciones hacia el Propósito, emplazándolo en términos más concretos de tiempo y espacio.

El conjunto de nuestros Objetivos Superiores constituye nuestra Misión en la vida. La Misión es la expresión

sincera de nuestras aspiraciones más íntimas en la vida.

Para llevar a cabo nuestra Misión, nos atenemos a ciertos Valores, que son las reglas o formas de hacer que

definen nuestro carácter y nos dan un sentido de individualidad.

El conjunto formado por el Propósito, los Objetivos Superiores, la Misión y los Valores constituyen nuestra

Política Vital, que son las líneas globales de nuestra actuación en el mundo y que está relacionada con

nuestra forma de gestionar nuestra existencia.

Es nuestra Política Vital la que marca los Objetivos Básicos o las metas a alcanzar, en cada situación

coyuntural.

Sistema de calidad vital integral

Así como las Empresas necesitan implantar un Sistema de Calidad Empresarial, los seres humanos también

necesitamos contar con un Sistema de Calidad Integral que se ocupe de conseguir Calidad de Vida. Esta

Calidad de Vida no puede ser definida exclusivamente en términos materiales (necesidades fisiológicas) sino

que debe incluir la satisfacción de todos los niveles de necesidades.

Gestión vital integral

La implantación en nuestra forma de vivir de este Sistema de Calidad Integral requiere la puesta a punto en

cada individuo de un Sistema de Gestión Integral, que debe surgir de una visión global de todas nuestras

necesidades y de las actuaciones necesarias para satisfacerlas, y que debe incluir tanto al individuo como a

su entorno familiar, social, cultural y medioambiental. Un Sistema de Gestión Integral se extiende a todas las

relaciones del individuo.

El arte de conducir la propia existencia está basado en el conocimiento, en la experiencia, en la capacidad de

integrar las necesidades individuales diversas; en la confianza propia en sí mismo; en la motivación para

trabajar por un estado integral de felicidad; en la capacitación, en la cooperación entre las diversas cualidades

y tendencias individuales, y no en la dedicación obsesiva a un solo aspecto del propio ser.

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Un Sistema de Gestión Integral de la Complejidad Individual parte de la premisa que en la Felicidad Integral

obtenida por un Individuo Complejo, la satisfacción global es superior a la satisfacción de necesidades

concretas.

Indicadores vitales

Un indicador es un dato o conjunto de datos que ayudan a medir objetivamente la evolución de un proceso o

de una actividad.

Para que una Gestión Integral funciones necesitamos poner a punto y atender a ciertos indicadores que nos

permiten conocer nuestra situación vital real. Esto significa capacidad de recibir, de oír, de prestar atención a

los signos que nos llegan tanto de nuestro entorno como de nuestro propio mundo interno, tomando

conciencia de ellos. Aquello de lo que no se tiene conciencia, no se puede gestionar ni mejorar. Por lo tanto,

sólo tomando conciencia de nuestra situación real podemos planificar, orientar y mejorar la gestión de nuestra

vida, en pos de la consecución de nuestro Propósito.

Percepción integral de los procesos

Así como en la búsqueda de la Excelencia Empresarial, se utilizan conceptos tales como procesos, procesos

relevantes, procesos claves, subprocesos, procedimientos y actividades, también en la búsqueda de la

Excelencia Integral debemos tenerlos en cuenta:

Los Procesos son conjuntos de recursos y actividades interrelacionados que utiliza los recursos del individuo

en pos de la consecución de su Propósito de Vida. Los recursos incluyen cualidades personales, educación,

relaciones familiares y sociales, inteligencia, conciencia, etc.

Los Procesos Relevantes son secuencia de actividades orientadas a la satisfacción de necesidades o grupos

de necesidades.

Los Procesos Claves son aquellos procesos extraídos de los procesos relevantes que inciden de manera

significativa en los objetivos estratégicos y son críticos para el bienestar del individuo.

Los Subprocesos son partes bien definidas en un proceso. Su identificación puede resultar útil para aislar los

problemas que pueden presentarse y posibilitar diferentes tratamientos dentro de un mismo proceso.

Los Procedimientos son formas específicas de llevar a cabo una actividad. Qué tengo que hacer, cuándo,

dónde y cómo debo llevarlo a cabo; que materiales, equipos y documentos necesito.

Las Actividades son la suma de tareas. Normalmente las actividades se agrupan en un procedimiento para

facilitar su gestión. La secuencia ordenada de actividades da como resultado un subproceso o un proceso.

Los Proyectos suelen ser una serie de actividades encaminadas a la consecución de un objetivo, con un

principio y final claramente definidos. La diferencia fundamental con los procesos y procedimientos estriba en

la no repetitividad de los proyectos.

Revisión del propósito, la misión, los valores, las políticas y los procesos

Todo individuo debe revisar periódicamente el Propósito, la Misión, los Valores y las Políticas, con el fin de

ratificar el contenido de los mismos y/o adaptarlos por una parte a los desafíos que le plantea un mundo en

proceso de cambio continuo, a la transformación de su propia percepción interna. Si se quiere estar a la altura

de los desafíos que se plantean en un mundo donde las ideas y los conocimientos se innovan con la celeridad

Page 7: Excelencia integral en la empresa y en la vida

del momento actual, y donde los procesos de transformación internos se han acelerado también, el Individuo

debe estar preparado para cambiar en si mismo todo lo que sea preciso y trasmitir esta necesidad del cambio

a todos los subsistemas de su personalidad.

Evaluación de los procesos

Todo individuo, si quiere realizar su Propósito de vida, necesita establecer un sistema de gestión apropiado

de sus recursos (cualidades, medios materiales, relaciones, tiempo, etc.).

Sea cual sea el sistema de gestión adoptado, cualquiera de ello necesita mecanismos de evaluación que

midan el punto en el que se encuentra en el camino hacia la realización de su Propósito, metas u Objetivos.

Si los procesos, los sistemas y los objetivos están en coherencia con el Propósito, la Misión, los Valores y las

Políticas del Individuo, las autoevaluaciones son una herramienta ideal para evaluar el grado de implantación

y de eficacia de los mismos.

Conclusión

“Éxito empresarial” no es sinónimo de “éxito integral en la vida”. El éxito empresarial forma parte del éxito

integral, pero no podemos reducir el éxito integral al éxito empresarial.

Por lo tanto, la búsqueda de la Excelencia Empresarial debe ser abordada en el marco de una búsqueda más

amplia de Excelencia Integral en la vida.

Así como la práctica de la Excelencia Empresarial está basada en una Cultura de Empresa, por una Filosofía

Empresarial basada en creencias que definen el Propósito, los Objetivos Superiores, la Misión, los Valores, la

Política Empresarial, los Objetivos Básicos, y recurre a Sistemas de Gestión, de Calidad, a Procesos, a

Control de la Calidad, utilizando Indicadores y Evaluaciones, la práctica de la Excelencia Integral en la vida

también necesita que definamos individualmente nuestra Filosofía de Vida y que en base a ella formulemos

nuestro Propósito, Objetivos Superiores, Misión, Valores, Política Vital, Objetivos Básicos, y que recurramos a

un modo de Gestión Integral, que definamos nuestro Sistema de Calidad, y que recurramos a Procesos

(procedimientos, actuaciones), que deben ser controlados mediante Evaluaciones y medidas de Control de

Calidad, atendiendo a los Indicadores que van apareciendo en nuestra experiencia vital.

En definitiva, la Excelencia Integral es aquella que considera nuestra vida misma como la Gran Empresa que

tenemos entre manos.

Stewart Coronado