etnografia-elvia taracena

19
1 LA FUNCIÓN DEL GRUPO EN LOS NIÑOS DE LA CALLE EN LA CIUDAD DE MÉXICO Elvia Taracena y Ma. Luisa Tavera ENEP-Iztacala-UNAM E.Mail. [email protected] INTRODUCCIÓN Si hacemos un recorrido por las diversas demandas y necesidades que articulan aquello que configura el presente de nuestro país, podríamos señalar que esta época se caracteriza por una orientación que intenta alcanzar mejores condiciones de desarrollo que nos permitan crecer y avanzar. Sin embargo, resulta paradójico que en plena época de la conquista del espacio, de la revolución electrónica, de las comunicaciones instantáneas y del internet, en nuestra nación se presenten serios problemas tales como: la explotación de la población de origen indígena, altos índices de desnutrición y mortalidad infantil, analfabetismo, pandillerismo, prostitución, drogadicción, violencia, maltrato a menores, trabajo infantil, etc. La migración del campo a la ciudad, la centralización del empleo en las grandes urbes, la construcción de grandes metrópolis, la crisis económica, no son más que algunos de los factores que agravan día con día este tipo de problemas. Algunos autores que han abordado este tema, incluso han acuñado conceptos que tratan de ampliar los factores antes mencionados; por ejemplo, Reyes Heroles F. (1995), utiliza el término cultura de la pobreza para explicar el porqué nuestra población tiene dificultades para incorporarse a un sistema de trabajo más estructurado; de acuerdo con este autor, una parte cada vez más importante de nuestra sociedad tiene que recurrir a subempleos o a empleos informales, los cuales les reportan ingresos exiguos y sobre todo los segrega poco a poco de las prestaciones y derechos de los demás trabajadores. Sin embargo la adopción de términos tales como cultura de la pobreza parece agregar una dificultad más a aquellos sujetos que se encuentran en situación de iniquidad, ahora la pobreza no es solo una dificultad, sino deviene una característica que favorece la estigmatización. En lo que respecta a los problemas de la población infantil, el que más nos inquieta es el que se refiere a los niños trabajadores, ya que además de que existen leyes que protegen a los menores de la explotación del trabajo, existe un consenso social en el que se asume que la infancia, la niñez y parte de la adolescencia son períodos de la vida que deben ser dedicados a la convivencia familiar, a la actividad escolar y a las experiencias lúdicas. Sin embargo, hacia el final de los años setenta la calle ha sido ocupada cada vez por más y más personas, en su mayoría niños, que se pasan el día e incluso gran parte de la noche tratando de asegurar su propia supervivencia o la de su familia,

Upload: omar-rios

Post on 30-Nov-2015

64 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

1

LA FUNCIÓN DEL GRUPO EN LOS NIÑOS DE LA CALLE EN LA

CIUDAD DE MÉXICO

Elvia Taracena y Ma. Luisa Tavera

ENEP-Iztacala-UNAM E.Mail. [email protected]

INTRODUCCIÓN Si hacemos un recorrido por las diversas demandas y necesidades que articulan aquello que configura el presente de nuestro país, podríamos señalar que esta época se caracteriza por una orientación que intenta alcanzar mejores condiciones de desarrollo que nos permitan crecer y avanzar. Sin embargo, resulta paradójico que en plena época de la conquista del espacio, de la revolución electrónica, de las comunicaciones instantáneas y del internet, en nuestra nación se presenten serios problemas tales como: la explotación de la población de origen indígena, altos índices de desnutrición y mortalidad infantil, analfabetismo, pandillerismo, prostitución, drogadicción, violencia, maltrato a menores, trabajo infantil, etc. La migración del campo a la ciudad, la centralización del empleo en las grandes urbes, la construcción de grandes metrópolis, la crisis económica, no son más que algunos de los factores que agravan día con día este tipo de problemas. Algunos autores que han abordado este tema, incluso han acuñado conceptos que tratan de ampliar los factores antes mencionados; por ejemplo, Reyes Heroles F. (1995), utiliza el término cultura de la pobreza para explicar el porqué nuestra población tiene dificultades para incorporarse a un sistema de trabajo más estructurado; de acuerdo con este autor, una parte cada vez más importante de nuestra sociedad tiene que recurrir a subempleos o a empleos informales, los cuales les reportan ingresos exiguos y sobre todo los segrega poco a poco de las prestaciones y derechos de los demás trabajadores. Sin embargo la adopción de términos tales como cultura de la pobreza parece agregar una dificultad más a aquellos sujetos que se encuentran en situación de iniquidad, ahora la pobreza no es solo una dificultad, sino deviene una característica que favorece la estigmatización. En lo que respecta a los problemas de la población infantil, el que más nos inquieta es el que se refiere a los niños trabajadores, ya que además de que existen leyes que protegen a los menores de la explotación del trabajo, existe un consenso social en el que se asume que la infancia, la niñez y parte de la adolescencia son períodos de la vida que deben ser dedicados a la convivencia familiar, a la actividad escolar y a las experiencias lúdicas. Sin embargo, hacia el final de los años setenta la calle ha sido ocupada cada vez por más y más personas, en su mayoría niños, que se pasan el día e incluso gran parte de la noche tratando de asegurar su propia supervivencia o la de su familia,

2

realizando algún trabajo. Este fenómeno, ya también ha hecho su aparición en forma masiva en otros países de América Latina, principalmente en Brasil, Colombia y Perú entre ellos; esta situación ha empezado a inquietar a diferentes sectores de la sociedad mexicana y a organismos internacionales. Desdichadamente, la situación nos muestra que la práctica del trabajo infantil es todavía muy frecuente y que el número de niños que trabajan ha ido en aumento. Aunque no se tiene una cifra precisa de la cantidad de niños callejeros que deben obtener dinero para su subsistencia y/o la de su familia, se han realizado investigaciones tanto en México como en otras partes del mundo que avalan dicho incremento, (para una mayor información consultar: UNICEF, 1988; CEMEDIN 1991; COESNICA, 1995, etc.). Sólo para citar como ejemplo algunos datos referentes a nuestro país, la UNICEF habla de 5 millones de niños callejeros en México, el Congreso del trabajo reporta 8 millones, el Centro Mexicano para los Derechos de la Infancia (CEMEDIN), Organización No Gubernamental reporta entre 12 y 15 millones de niños en todo el territorio y en un censo reciente organizado por la Comisión para el estudio del niño Callejero (COESNICA), se informó que en la Cd. de México existen 11,172 niños trabajando. Como puede observarse, los datos son muy diferentes entre sí y ello se debe a que las diversas organizaciones fundamentan sus estudios en orientaciones y necesidades muy diferentes y sus reportes dan su propia imagen del problema. La UNICEF plantea que una prohibición rígida del trabajo infantil lo único que produciría es un aumento de las condiciones de miseria de la población. De la misma manera considera que, en condiciones adecuadas no es perjudicial que la gente joven trabaje, especialmente si el trabajo está estructurado para ayudarlos en su preparación para enfrentar la vida. Sin embargo, debido a la relativa debilidad de los niños y a la real carencia de protección por parte de la sociedad, muchos niños son explotados y su desarrollo físico se ve seriamente afectado. Por esto la UNICEF dirige sus programas hacia la realización de actividades para educar, proteger y ayudar a los niños mientras trabajan, evitando así la explotación y la marginalización y por ende tratando de transformar al trabajo en un instrumento educativo. Actualmente se hace una distinción entre los niños de la calle y los niños en la calle (UNICEF, 1992), considerando a los primeros como aquellos que han perdido el lazo con su familia y viven en la calle; los otros son niños que conservan algunos lazos con sus familias, pero pasan una gran parte de su tiempo en la calle. Desde nuestro punto de vista, nos inclinamos a pensar que el concepto de carrera de niño de la calle propuesto por Lucchini (1993), es más adecuado para describir el proceso por el cual el niño va perdiendo poco a poco los lazos con su familia para instalarse en la calle. Los conceptos utilizados por la UNICEF implican un proceso lineal, fijo e inmediato, el cual está muy lejano del que viven los niños, ya que ellos no pierden los lazos con su familia de un día para otro sino que es un proceso lento con retrocesos y dinámico en cada niño; dichos conceptos no toman en cuenta el tipo de relación y las diferencias de cada familia, es decir, la historia particular de cada niño y de su inserción diferenciada en su experiencia en la calle.

3

ANTECEDENTES.

Aunque la distinción entre niño en la calle y niño de la calle parece inadecuada en el sentido que hay muchos niveles intermedios entre ambos, es decir que es raro que un niño pase directamente de estar en su casa a estar en la calle y de ahí el concepto de carrera de la calle de Lucchini ( Op. Cit.). De acuerdo a nuestras investigaciones, los niños que no han perdido lazos con su familia generalmente se dedican al comercio. Dichas condiciones suponen menos riesgos tanto en lo personal, como en lo que se refiere a su construcción psíquica. A diferencia, los niños que han perdido lazos con su familia o se encuentran en ese proceso en general realizan actividades de limpiaparabrisas, hacen espectáculos (cantan, lanzan fuego, etc.) y se dedican a pedir dinero; estas actividades les representan más riesgos y menos seguridad en sus ingresos económicos. Además de los riesgos señalados se enfrentan a mayores problemas de violencia con la policía y con compañeros de otros grupos. Resumiendo podríamos decir que los niños de la calle: a.- Provienen de familias desarticuladas. b.-Tienen muy pocas posibilidades de asistir a la escuela, por lo general son analfabetas o con muy baja escolaridad (primero o segundo año de primaria). c.- Están muy expuestos a la violencia, tanto a lo externo como a lo interno de su grupo. d.- Sus ingresos económicos son bajos y una buena parte de ellos los destinan a las drogas. e.- Se inician de manera precoz en las relaciones sexuales y/o homosexuales. f.- Sus compañeros de grupo se emergen como la figura más importante en sus relaciones, a pesar de la violencia que ejercen entre ellos. Como puede observarse la condición de muchos de ellos se ubica en el nivel de la supervivencia. (Taracena y Tavera, 1996) Eso es por lo que toca a las acciones de carácter internacional, en nuestro país como ya dijimos también se han estructurado estrategias para abordar los problemas de este sector de la población. Entre las instituciones que desarrollan actividades de asistencia social destacan: el DIF, la SSA, el DDF, la SEP, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, los centros de integración Juvenil, etc. con ellas el gobierno ha tratado de dar respuesta a las demandas tanto de asistencia como de educación a los niños de la calle. También desde la sociedad civil y como respuesta a los problemas de insuficiencia e inadecuación de los organismos antes citados, en nuestro país se han constituido los denominados Organismos No Gubernamentales, los cuales se sostienen a partir de aportaciones económicas de fundaciones y organismos tanto nacionales como internacionales. Tanto en las organizaciones de carácter gubernamental como en las no gubernamentales se han encargado de generar programas que promueven la asistencia a los niños de la calle; cada institución

4

ofrece diversos servicios que van desde alimentación, vestido, protección y talleres educativos ocasionales hasta hospedaje y educación. También desde el ámbito académico universitario, diferentes grupos de investigadores se han abocado a la tarea de analizar, estructurar y plantear acciones tendientes al trabajo con esta población. Debido a la multiplicidad de factores que se involucran en este tipo de trabajo, son muchas las disciplinas que han abordado este estudio; así podemos encontrar trabajos producidos por antropólogos, médicos, trabajadores sociales, pedagogos, sociólogos y psicólogos. En realidad, si tomamos en cuenta la envergadura del asunto, podríamos pensar que hace falta un trabajo multidisciplinario, organizado y sistemático para que se puedan proponer acciones más acordes a las necesidades de estos jóvenes. Desde el punto de vista de la psicología, existen diversos temas que pueden ser abordados: las relaciones familiares, la conformación del grupo, estructuración de talleres psicopedagógicos sobre diferentes temas, el desarrollo y la construcción psíquica del individuo, las relaciones entre los medios masivos de comunicación y los individuos, etc. En lo particular, nuestro equipo de trabajo, desde hace ocho años ha estado realizando diversas acciones e intervenciones con esta población. Con el fin de conocer más a fondo la problemática de los niños de la a calle, realizamos un estudio sobre las condiciones de vida de estos niños (Taracena y Tavera, 1992,1993) y por otra parte sobre la representación social del problema, analizando la imagen del niño trabajador que presenta la prensa Taracena, Tavera y cols., 1993). También hemos abordado el estudio de la problemática de la relación del niño trabajador del niño con su familia (Taracena, Tavera y Castillo, 1993). A la par hemos realizado intervenciones en diferentes instituciones que se encargan de niños de la calle, en ellas hemos organizado diversas actividades lúdicas y de enseñanza. De hecho nuestro equipo ha empezado a funcionar como un mediador entre los grupos de trabajo de campo que están más preocupados por la acción y los investigadores que se preocupan por la adquisición de conocimientos que les proporcionen una mejor comprensión del fenómeno; en realidad consideramos que nosotros mismos hemos cubierto esta doble función. Por el contacto que hemos tenido con estos niños y con las instituciones que se ocupan de ellos hemos podido constatar: a.- Una cierta tendencia a trabajar principalmente con los niños más marginados, es decir, con aquellos que han perdido sus lazos familiares, que utilizan regularmente las drogas y que han tenido experiencias sexuales precoces. Como si hubiera una cierta fascinación por la marginalidad, sin tomar en consideración a los menores que no se encuentran en esta condición con los cuales sería posible deseable e importante realizar un trabajo preventivo ya que representa el 80% de la población. b.- Una tendencia a crear estructuras que propongan un espacio de vida para los menores, como un intento de separación parental a través de la institución. Estas estructuras a menudo funcionan con una lógica de normalización y sin tomar en consideración las demandas de los niños ni los posibles motivos de su rompimiento con su familia.

5

c.- La elaboración de una mística de trabajo, en donde el niño esta situado en una posición de víctima y la institución podrá reparar la falta de los padres y por lo tanto negar la historia particular de cada niño. Es evidente que las respuestas dadas colectivamente a la presencia de los niños de la calle, tienen que ver con la representación social del fenómeno, con la parte de proyección personal sobre la marginación y las tendencias de conceptualización, ya que, las reacciones son matizadas por esta representación. Después de estos años de trabajo, hemos encontrado cambios tanto en la actitud social como en los medios que se utilizan para trabajar con estos niños. Actualmente existen propuestas novedosas de trabajo con niños de la calle; por ejemplo algunas actividades de expresión las cuales tienen una visión más comprensiva que normativa del problema. (Taracena, 1995) Tratando de tomar en consideración las observaciones que hemos realizado durante las entrevistas realizadas con diferentes niños es que hemos decidido construir el presente estudio: por una parte, hemos encontrado que muchos de los niños que viven en la calle dan prioridad a su relación con el grupo con el que actualmente conviven, algunos tienden a magnificarla de manera fantasiosa y por otra, algunos autores (Kaes, 1977, entre otros) plantean que el grupo tiene un papel preponderante en el funcionamiento psíquico de sus miembros.

MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL. Para este trabajo utilizamos la aproximación clínico-social. Se trata de una aproximación cualitativa en investigación inspirada en los trabajos de Sociología Clinica ( de Gaulejac et Roy 1992), se trata de un enfoque multireferencial que utiliza categorías de diferentes ciencias sociales, sociología, antropología, filosofía, psicoanálisis y tiene como preocupación fundamental dar cuenta de la articulación entre lo psíquico y lo social. Consideramos que esta aproximación nos permite dar cuenta de los aspectos sociales, es decir, de la forma de organización de los niños de la calle y de la particularidad de cada niño en términos psíquicos. Así retomamos algunas categorías de la representación social del niño de la calle a través de las Instituciones, los medios masivos de comunicación y los investigadores sociales Como categorías intermedias empleamos las propuestas por Lucchini en la en el estudio del Niño de la calle y en la Sociología de la Supervivencia (1993,1996), nos apoyamos también en los trabajos producidos en nuestro equipo de investigación que ha venido funcionando desde hace ocho años, analizando diferentes aspectos del niño de la calle: “La representación social del fenómeno”, “La caracterización de la vida del niño en la calle”, “El estudio de las instituciones que se ocupan de los niños de la calle”, “La utilización del teatro y del arte en el trabajo con niños de la calle”. (Taracena y Tavera 1993, Taracena Tavera y cols. 1993 y Taracena 1995). Esto ha implicado articular a nuestro trabajo conceptos teóricos provenientes de diversas disciplinas sociales: la sociologia, la antropologia o la psicologia social. Entre otros podemos mencionar las reflexiones hechas sobre el trabajo informal por

6

antropólogos ( Bueno 1990, Castro Nieto, 1990) o la utilización social del teatro ( Boal 1989) Finalmente retomamos algunos conceptos psicoanalíticos que den cuenta de la función que tiene el grupo para los jóvenes de la calle y de la representación que ellos tienen de su grupo. Por otro lado estos datos son enriquecidos por la caracterización que han hecho otros autores del modo de funcionamiento y de relación de estos grupos. ( Marguerat et Poitou 1993, Tessier 1995) La confrontación de nuestros datos con estos autores, nos permite enriquecer nuestro trabajo y avanzar en las interpretaciones sobre la función del grupo en el niño que viven en la calle.

OBJETIVOS: I. Enriquecer la caracterización de los modos de vida de los jóvenes de la calle

de la zona de Tacuba y de Indios Verdes II. Comprender la función del grupo dentro en la organización de los jóvenes de

la calle así como el papel que juega en su estructura psíquica.

HIPÓTESIS: El trabajo realizado con anterioridad con estos grupos de jóvenes nos permite

formular las siguientes hipótesis: A. El grupo para los jóvenes de la calle tiene un papel preponderante en su

funcionamiento psíquico B. EL grupo en los jóvenes de la calle tiene un papel de sustitución familiar C. El grupo cumple para estos jóvenes un papel protector en su relación con la

calle D. Hay una relación entre la manera en que los jóvenes de la calle representan

al grupo en los dibujos y en las fotos con la función psíquica que tiene para ellos.

ESPACIO DE TRABAJO: El trabajo se realizó en dos parques: El de Tacuba que se encuentra a un costado de la estación del metro del mismo nombre. Se trata de un parque pequeño de estructura redonda, con bancas de concreto y algunas áreas verdes. El parque es investido por grupos de teporochos, viejos sin hogar y jóvenes de la calle: En una parte relativamente protegida del parque los jóvenes de la calle acondicionaron un espacio con viejos sillones,

7

colchones y algunas cobijas donde conviven y duermen con una docena de perros. Durante el día juegan, conversan y se drogan en el parque, piden dinero en los alrededores o limpian parabrisas, se aproximan al mercado que se encuentra a un lado en busca de comida y eventualmente de pequeños trabajos que les aporta dinero. Los jóvenes casi nunca salen de la zona de Tacuba en donde son conocidos y relativamente protegidos por los comerciantes, trabajadores y personas que ejercen la prostitución en la zona, con quienes algunas ocasiones tienen también conflictos. El trabajo se realizó en una de las pequeñas zonas verdes a un lado de donde duermen, dentro de las condiciones naturales de paso y convivencia con los demás, intentando sin embargo contar con un espacio particular para las actividades. El de Indios Verdes que se encuentra entre un gran puente y frente a un Centro Comercial, es una zona verde aproximadamente de 500 mts. normalmente no accesible a los peatones, protegida con alambre, en el que los jóvenes han hecho un hoyo para entrar y salir. Durante la noche duermen en las coladeras que se encuentran en desuso. En el día utilizan ese espacio para descansar, jugar futbol, conversar y drogarse. Como en el caso de Tacuba, los jóvenes conviven también con grupos grandes de perros, tienen relaciones con los comerciantes, con otros jóvenes que acuden a drogarse con ellos y personas que ejercen la prostitución, piden dinero en los alrededores, limpian parabrisas y acuden al mercado cercano en busca de comida. El trabajo se realizó en el pasto de este parque, tratando también de dedicar un espacio para la actividad realizada.

CARACTERIZACIÓN DE LA POBLACIÓN. Nosotros hemos realizado una caracterización de los grupos con los que hemos estado en contacto últimamente; esta reflexión forma parte del trabajo realizado con niños de la calle de la Cd. de México durante tres años en dos colonias: Tacuba e Indios Verdes; se han efectuado intervenciones que han tenido diversos temas, por ejemplo: “La utilización del teatro como una forma de educación para la prevención del SIDA” (Jaime y Juárez, 1995). “La cultura popular y los niños de la calle” (Martínez y Melgarejo, 1996). El trabajo con grupos utilizando las técnicas propuestas por Pichón Riviere” (Márquez y Ordóñez, 1996). Estas intervenciones se han realizado en períodos de seis meses a un año, efectuando tres sesiones a la semana para trabajar con los niños y jóvenes en actividades educativas, lúdicas y de expresión; Esto nos ha permitido conocer, observar y realizar entrevistas con los jóvenes de los dos grupos. Para fines del presente reporte hemos clasificado la información en dos grandes rubros: Condiciones de vida de la población y Conformación del Grupo.

CARACTERIZACIÓN DEL GRUPO TACUBA. El lugar donde habitan estos niños está situado en una de las demarcaciones más pobladas y concurridas de la Ciudad. Este punto es catalogado como uno de los más frecuentados por los niños de la calle ya que les facilita la satisfacción de sus necesidades básicas: cuenta con un parque, varias salidas del Metro, espacios sin

8

habitar, sitios en donde los muchachos pueden dormir, dos mercados y diversos puestos ambulantes de comida en donde pueden comer. La estación del Metro y los diversos paraderos ocasionan que haya mucho tránsito de automóviles y personas, posibilitando que estos jóvenes encuentren oportunidades de trabajo y/o mendicidad; además existe una gran cantidad de vendedores semifijos y ambulantes, quienes emplean a algunos de estos niños para ayudarles en mandados y/o la limpieza de sus puestos. Sobre la base de los testimonios de los niños podemos calcular que en este sitio se han establecido grupos de niños de la calle desde hace aproximadamente diez años. La población ha sido flotante, sin embargo, muchos de sus integrantes han regresado a este mismo punto después de temporadas en Instituciones de cuidado, de permanencia en otros puntos de la Ciudad o de estancias con sus familias. Condiciones de vida. Entre veinte y cuarenta jóvenes conforman el grupo Tacuba; ellos viven cerca de la zona del mercado y sólo han cambiado de lugar para dormir, a pesar de que son corridos frecuentemente por la policía o por los propietarios de los terrenos; así han permanecido algún tiempo a la salida del Metro, en un estacionamiento, en una casa abandonada o en un jardín, éste último es en el que han podido permanecer más tiempo sin ser corridos y por lo tanto el que les proporciona mayor tranquilidad. Los jóvenes no abandonan casi nunca la zona del mercado y menos el área de Tacuba. Utilizan las instalaciones sanitarias destinadas al personal de limpieza del D.D.F. en donde eventualmente se bañan o se asean. Nosotros hemos tenido contacto más regularmente con veintitrés jóvenes de entre doce y veintidós años. En el grupo hay un hombre de treinta y ocho años al que reconocen como el fundador del grupo, pero la mayor parte de los miembros tienen entre catorce y veintiún años. Su nivel de escolaridad es muy bajo, el 27% es analfabeto, el 60% asistió a dos o tres años de primaria y solamente el 13 % realizó un año de secundaria. Los motivos por los cuales ellos dicen haber dejado su casa son varios, pero destacan los siguientes: la ausencia o muerte de la madre (en general en forma violenta, por ejemplo, por suicidio, o asesinato ), por problemas de alcoholismo y la mayor parte por violencia familiar. El tiempo promedio de estancia en la calle es de siete años y los rangos fluctúan entre dos y veinte años. El 36% ha permanecido entre dos y cinco años; otro 36% entre seis y diez y el 28% entre diez y quince años. Lo anterior significa que la mayor parte de estos jóvenes ha pasado más de la mitad de su vida en la calle Las actividades que realizan para obtener dinero, dependen en gran medida de la edad, ya que los más pequeños se dedican a pedir dinero y en ocasiones ayudan a vender; los más grandes también piden dinero pero se dedican más a hacer mandados a los comerciantes o ayudando a lavar los puestos. También algunos se dedican a robar y a prostituirse; es interesante notar que estos últimos, son chicos que tienen más de diez años de vivir en la calle y también mucho tiempo de consumir algún tipo de droga.

9

El dinero que ganan lo destinan generalmente a comprar droga, comida y para jugar en los videojuegos. Estos jóvenes inhalan cemento regularmente y ocasionalmente fuman mariguana. Practican relaciones homosexuales entre ellos, pero al exterior del grupo tienen relaciones heterosexuales, salvo algunos que se prostituyen ocasionalmente con homosexuales. El 68% de estos jóvenes ha estado en instituciones para menores, centros de desintoxicación llevados por la policía, centros de readaptación o cárceles, dependiendo de la edad o cargo por el que se les remite. El 12% solamente ha estado en casas para menores y el 30% no habla de experiencias en instituciones. En general ellos tienen opiniones negativas sobre los centros de reeducación ya que desde su punto de vista existe mucho abuso y represión. Su opinión de las casas para niños de la calle es mejor, ya que refieren que allí les ofrecen comida, servicio médico y a veces ropa. Por otro lado, estos muchachos algunas veces van a sus casas a visitar a su familia, sin embargo siempre regresan a Tacuba, ya sea por que la familia les manifiesta que no hay más espacio para ellos o porque ellos mismos lo deciden. De la misma manera que en Indios Verdes, en Tacuba existe una gran movilidad en los integrantes que conforman al grupo, sin embargo, siempre permanece un núcleo que mantiene al grupo. Los muchachos de Tacuba no se preocupan por la limpiez ni en su ropa ni en su persona, salvo algunos muchachos del grupo, la mayoría , rara vez se bañan Conformación del grupo. Existen reglas implícitas en el grupo: no robarse entre ellos mismos; no hablar de cosas que comprometan a los demás; no denunciar a nadie; protegerse mutuamente de la agresión externa; ocuparse de los más jóvenes; compartir la comida, la ropa y la droga con los más necesitados; no intervenir en las peleas de los demás compañeros cuando exista un motivo justificado para la riña. Estos jóvenes inhalan cemento regularmente y ocasionalmente fuman mariguana. Practican relaciones homosexuales entre ellos, pero al exterior del grupo tienen relaciones heterosexuales, salvo algunos que se prostituyen ocasionalmente con homosexuales. Se agrupan fácilmente en pequeños subgrupos dependiendo de la actividad que vayan a realizar y en esos casos aceptan momentáneamente la dirección de alguno de ellos A diferencia del grupo de Indios Verdes, en Tacuba no se aceptan mujeres entre sus miembros, ya que las ocasiones en que lo han permitido se han generado varios problemas y peleas. Durante el período en que hemos trabajado con ellos, una jovencita de dieciséis años se incorporó al grupo durante dos meses; ella mantuvo relaciones con varios de los muchachos del grupo y esto ocasionó que se produjeran varios pleitos entre ellos e incluso uno de los jóvenes terminó en un hospital, en vista de esto, le pidieron a la joven que abandonara el grupo. Algunos

10

muchachos mantienen relaciones con mujeres fuera del grupo de manera regular y ocasionalmente con prostitutas de la colonia.

CARACTERIZACIÓN DEL GRUPO INDIOS VERDES. En la delegación política Gustavo A, Madero localizada al norte de la ciudad se encuentra el paradero del Metro Indios Verdes, además existe también una gran cantidad de paraderos de autobuses y microbuses, lo que hace de esta zona un punto clave donde la gente puede transportarse a diferentes puntos de la ciudad y zona metropolitana. Por lo tanto las personas ven este lugar como una posibilidad de trabajo y de poder obtener una remuneración económica; así podemos encontrar una gran cantidad de comercios, entre ellos el mercado de Indios Verdes; junto al mercado existe un pequeño parque con varios puestos semifijos y con muchos vendedores ambulantes. Cerca de allí se encuentran varias vías rápidas y un gran puente peatonal con algunas áreas verdes. Es en este punto donde se ubica un grupo de niños de la calle ya que las características del lugar resultan muy apropiadas para sus necesidades; por una parte tienen lugares para dormir debajo del puente, en las áreas verdes y en un canal del desagüe en desuso, ahí también pueden guardar sus escasas pertenencias; debido al gran tráfico y a la cercanía del mercado las posibilidades de trabajo son frecuentes. de acuerdo con algunos testimonios el grupo ha permanecido en este lugar desde hace aproximadamente cinco años. Condiciones de vida. Este grupo esta formado por niños y jóvenes de entre 7 y 23 años aproximadamente. Se reúnen más o menos entre 25 y 40 jóvenes; dentro del grupo existen varias mujeres de entre 14 y 16 años. Ellos pasan la mayor parte del tiempo en el lugar donde habitan y se desplazan rara vez a otras partes de la ciudad. Muchos de estos jóvenes saben leer y escribir, un 75% asistió a más de tres años de educación primaria, algunos terminaron la primaria y otros asistieron a la secundaria. Los motivos por los cuales dicen estar en la calle son diversos, sin embargo los más frecuentes son: violencia familiar, problemas económicos y el alcoholismo de uno o ambos padres. La mayor parte de estos jóvenes ha permanecido en la calle entre 2 y 4 años pero hay quien tiene viviendo en la vía pública 12 años o más, en cambio existen otros que sólo tienen un año o menos. Hay un grupo de adolescentes que comparten con los otros miembros del grupo todas las actividades de la mañana y en las tardes regresan a sus casas. Aparentemente sólo se ligan al grupo a través de las drogas. Para conseguir dinero, se dedican a mendigar a los transeúntes y también realizan pequeños trabajos para los comerciantes de la zona; ocasionalmente roban. El dinero lo destinan para comprar comida y droga. Todos los integrantes del grupo inhalan cemento con regularidad; el primero de ellos que consiga dinero compra un bote de inhalante y después él vende o regala

11

a los otros pedazos de estopa impregnados de la substancia. En el grupo se habla de ciertos casos de relaciones homosexuales, sin embargo se privilegian las de índole heterosexual; los casos de prostitución son raros, eventualmente venden droga para completar sus ingresos. Todas sus redes sociales se desarrollan en el mercado: ahí mantienen relaciones importantes con los comerciantes que les dan de comer a cambio de pequeños trabajos. Estos jóvenes tienen una relación muy importante con los perros, han adoptado a cuando menos una docena y juegan y conviven con ellos de una manera muy estrecha; además comparten con los animales su comida e inhalantes. Aunque no con frecuencia, algunas veces van a visitar a su familia. Casi todos ellos han estado en instituciones para menores pero no quisieron hablar sobre ellas. Conformación del grupo. El grupo es movible en su composición, puede aumentar o disminuir coyunturalmente, tampoco existe un líder fijo; los jóvenes pueden aceptar ser dirigidos momentáneamente por uno u otro de los miembros del grupo en función de la actividad que se va a realizar. Estos jóvenes se protegen entre ellos de las agresiones externas y tratan de regular las internas tomando en consideración la edad de los contrincantes y las razones de la pelea. Los más grandes protegen y corrigen a los más pequeños: cuando algún integrante del grupo está herido o enfermo entre todos tratan de cuidarlo, proporcionarle comida y si es posible medicinas. También son capaces de respetar las parejas sexuales de los integrantes del grupo. Parecen estar de acuerdo con las reglas de funcionamiento del grupo y con las condiciones de pertenencia. También manifiestan solidaridad respeto y amistad dentro del grupo; igualmente se pueden observar situaciones de mucha agresividad de manera frecuente. Para ser aceptado por el grupo existe una prueba inicial, que consiste en embarrar al aspirante con aceite sucio y después le piden que inhale cemento el mayor tiempo posible; quien logra aguantar mucho tiempo puede incorporarse al grupo. Las mujeres del grupo, generalmente tienen un compañero fijo dentro del mismo, y juegan en cierto sentido un rol materno; por ejemplo, los hombres les confían su dinero para que lo distribuyan en lo que se va necesitando y guarden el resto.

METODOLOGÍA.

Para esta investigación utilizamos el método clínico a través de entrevistas no directivas observaciones así como la elaboración de dibujos, fotos. Tomamos en cuenta el discurso producido durante la utilización de estos soportes metodológicos

y las preferencias o dificultades al abordar las tareas. Analizamos el material producido en las fotos y dibujos como modo de proyección de la representación que los jóvenes de la calle tienen del grupo.

EL DISPOSITIVO.

12

El dispositivo planteado para esta investigación consistió en sesiones de foto y de dibujo con los jóvenes de ambos grupos. La realización de estas sesiones, se apoyó en un trabajo realizado con estos jóvenes a lo largo de dos o tres años en donde hemos realizado varias intervenciones de tipo lúdico, educativo y en donde hemos ido reconstruyendo la historia del grupo y de algunos muchachos en particular. Esto implicó que los jóvenes nos conocían y que aceptaron fácilmente las tareas propuestas. Para este trabajo en particular realizamos: 1. Sesiones de fotos una cámara fotográfica desechable. A través de las fotos

esperamos tener una idea de la relación que los jóvenes tienen con su imagen de manera individual y en grupo. Para llevar esto a cabo les propusimos a los jóvenes tres tipos de actividades:

a. Darles la cámara con la consigna de que tomaran las fotografías que

quisieran. (Toma la foto que tú quieras) b. Pedirles que tomaran cada uno una foto del grupo; decidiendo ellos mismos

quienes debían conformar el grupo y la posición de cada integrante. (Elige y acomoda a los que tú quieres que salgan en tu foto).

c. Darnos instrucciones a nosotros en cuanto a la composición y características del grupo. ( Dime a quien quieres que le tome una foto y como quieres que sea la foto)

2. Sesiones de dibujo con la consigna: Dibujame al grupo de Tacuba... Indios

Verdes, según el caso.

RESULTADOS

Encontramos diferencias interesantes a partir de las consignas. En respuesta a la

primera consigna los jóvenes de Tacuba, se retrataron a sí mismos sin tomar en

consideración el resultado de la foto. Los muchachos de Indios Verdes prefirieron fotografiar a sus compañeros individualmente, por parejas o en grupos pequeños.

Por lo que toca a la consigna dos, los jóvenes de Tacuba no pudieron ni escoger ni arreglar a los demás compañeros; algunos sólo conformaron grupos pequeños y

generalmente abandonaron muy rápido la tarea. Los jóvenes de Indios Verdes aceptaron bien la tarea y después negociaron con los demás las composiciones de cada foto; incluso nos solicitaron que los ayudáramos a tomar las fotos para que pudiera salir el grupo completo. Encontramos que la actividad resultó muy divertida para ellos. Las fotografías muestran al grupo completo o en pequeños subgrupos.

En relación con la consigna tres, los muchachos de Tacuba prefirieron las fotos

individuales o con uno o dos de sus compañeros. En Indios Verdes los jóvenes nos pidieron también fotos individuales o en parejas. Las mujeres nos solicitaron que les tomáramos fotos con sus parejas o con sus amigos o también una foto de

sus parejas. Algunos jóvenes de Indios Verdes nos pidieron que les tomáramos fotos realizando una acción, por ejemplo jugando foot-ball.

13

En los dos casos, nos pidieron fotos de nosotros, ya sea individualmente o en

compañía de pequeños grupos. En general los muchachos de Tacuba mostrararon una gran dificultad para seguir las consignas, para escoger a los miembros del grupo con los cuales querrían componer una foto, las fotos presentadas son realizadas por nosotros a petición de los jóvenes ( Ver fotos 1, 2 y 3) o bien fotos

con alguno de nosotros (Ver fotos 9 y 10 ) Los muchachos de Indios Verdes son capaces de representar al grupo en su conjunto y también de concebirse individualmente, en grupos pequeños o en parejas dentro del grupo, y de igual manera pueden representarse realizando otra actividad diferente a la del grupo (ver fotos 4,5,6,7 y 8). En cuanto a los dibujos, notamos claramente una diferencia entre los dibujos de los

jóvenes de Tacuba y los de Indios Verdes. Los primeros con muchas dificultades de representar, también por este medio al grupo. Se trata además de dibujos excesivamente sexualizados (dibujos 1 y 2). Los segundos tienen mayor capacidad de simbolización, sus dibujos son más ricos (dibujos 3,4 y 5). En algunos casos representan al grupo con elementos abstractos, nombres, referencia a grupos de Rock, habiendo en este sentido una diferencia entre las representaciones femeninas y masculinas. (Dibujos 4 y 5).

INTERPRETACIÓN La composición de la foto y las posiciones corporales son elementos muy importantes, ya que complementados con las observaciones que se realizaron alrededor de los dispositivos nos ayudan a establecer hipótesis sobre la función psíquica del grupo.

En el caso del grupo de Tacuba los jóvenes parecen tener varios problemas para representarse al grupo en su conjunto. Tienen dificultades también para reconocerlo como algo exterior a ellos; paradójicamente, encontramos muchas posiciones de grupo como un conjunto de individuos amontonados, aglutinados (ver fotos 1,2 y 3). Dan la impresión de que la piel del otro en tanto que presencia, constituye un límite reencontrado en un deseo de fusión que evoca a su madre. Podríamos recordar ciertas representaciones del grupo propuestas por Kaes (1977), en donde plantea al grupo como un organismo, como un cuerpo, en particular como el cuerpo de la madre, todas las representaciones del grupo como un cuerpo o como parte del cuerpo se hallan conectadas a un escenario fantasmático a través del cual el sujeto se representa el origen y el destino de su concepción, de su nacimiento de la sexualidad y de la diferencia entre los sexos. Estos fantasmas originarios tienen propiedades grupales, en el sentido de que articulan y representan de manera la vez individual y colectiva, personalizada y anónima, un conjunto coherente y escenarizado de vinculaciones y procesos entre los objetos psíquicos, una organización distributiva y permutativa de posiciones y valores polarizados por oposiciones pertinentes: deseo-defensa , interior-exterior, ausencia-presencia, pasividad-actividad (p.110). En cuanto a la fantasmática del origen, podríamos recordar el deseo de regresar al vientre materno y los fantasmas de la escena primitiva con las imágenes del grupo

14

en posición de fusión-confusión. Este tipo de organización nos devuelve a la imagen de la madre: ..un lugar materno bueno que escapa al orden de la sociedad, mala; en rigor, un lugar de autarquía y autogeneración, ya que se tratará de vivir por sí mismo y para sí mismo y de escapar, gracias a ello, a la ley del trabajo y de la realidad social exterior(p. 135). El grupo constituido de esta manera tiene una función contra las angustias psicóticas de fragmentación, persecución y depresión; el objeto-grupo asegura un lazo preobjetal de narcisismo funcional y una posibilidad de identificación en espejo al objeto común.

El grupo de Indios Verdes parece tener un modo de funcionamiento diferente, aunque hay elementos comunes propios al papel del grupo, como son la función de protección, de barrera y de defensa contra las angustias de la separación y el ataque. Llevar a la práctica un bautizo, es aceptar que se está inscrito simbólicamente en el grupo de niños donde la historia familiar les conduce a aceptar la inmundicia y a resistir los contactos prolongados con las drogas. El hecho de resistir a la agresión del mismo grupo significa de alguna manera la posibilidad de resistir las agresiones de las cuales son objeto en el exterior. Esto supone que ellos aceptan establecer su identidad sobre estas características. Ellos son capaces de representar al grupo en su conjunto y también de concebirse individualmente, en grupos pequeños o en parejas dentro del grupo, y de igual manera pueden representarse realizando otra actividad diferente a la del grupo (ver fotos 4,5,6,7 y 8). Pensamos que en este caso los muchachos se apoyan en los imagos familiares en busca de apoyos de identificación que les permita escapar de la familia ... y transforma al grupo en otra familia, en la que parece predominar el principio del placer entre iguales y la realidad modelarse por el sueño. El grupo es un conjunto unido, prieto, homogéneo, cerrado, en el que nos entendemos bien: en el que se dibuja un deseo insatisfecho en la familia (p.126) ...El grupo es un campo cerrado: es el cierre del campo de las relaciones con respecto a un exterior decepcionante, frustrador y amenazador; en su interior se resuelven, en lo imaginario, las mayores insatisfacciones infligidas por la debilidad de los otros -especialmente los de la familia- para recibir y dar amor. Al grupo se le representa como representación plena en el pecho-falo materno y tan pronto como agregación a la fratría narcisista

todopoderosa. El grupo es además encierro en un cerco que protege contra el exterior, contra la salida hacia una historia; se le quiere precisamente sin historia(s), sin conflictos, pero también sin devenir, estacionario, intemporal. (p.130) Es así, que los niños de este grupo tienden a depositar la imagen de buen grupo al que tienen en la calle y la imagen de mal grupo a su grupo familiar. Una de las cosas que siempre nos ha llamado la atención de los niños que viven en la calle es la manera en que establecen el contacto psíquico. A menudo manifiestan la sensación de requerir urgentemente que se establezca contacto con ellos. Las sensaciones producidas por esos contactos son entre la demanda afectiva y una más ligada a la sensualidad, ya que por un lado, existe un componente manifestado de una manera muy primaria como lo realizaría un niño muy pequeño pero al mismo tiempo, se establece un contacto erotizado que está

15

presente y que se manifiesta en sensaciones olfativas. Esta sensación la hemos podido percibir tanto con los grupos de niños de la calle como con niños que son abandonados en Instituciones de cuidado de menores y que después se instalan en la calle. Particularmente esta sensación es muy evidente con los jóvenes de Tacuba. (Ver fotos 9 y 10). Retomando los elementos propuestos por Winnicott (1984) y por Aulagnier (1979), podríamos decir que esta necesidad de contacto se asemeja a reacciones regresivas ligadas a fases de relación con la madre muy primarias. Winnicott (op. cit) habla de esos movimientos regresivos que son a menudo asociados con períodos muy satisfactorios, en donde el yo está constituido como una forma de defensa por el niño con carencias emocionales. Aulagnier (op cit.) enuncia la relación del niño con su cuerpo y con las sensaciones ligadas a la oralidad y con el placer, como esenciales en la constitución del yo en el niño. No podemos pasar por alto, la observación de los gestos de los niños cuando inhalan la droga en donde la sensación de placer se centra en la oralidad y en la función gustativa. De manera evidente podemos reconocer una erotización en la función respiratoria. De acuerdo a Aulagnier (op. cit.), en la toxicomanía, la droga es una fuente de placer que después se convierte en una necesidad. Otro elemento para discutir es el relativo a la promiscuidad homosexual de los muchachos del grupo de Tacuba. No podríamos estar seguras de que en el sentido estricto, ese tipo de relaciones debieran ser denominadas como homosexuales, ya que aparentemente no existe una relación de objeto. Tampoco hay un participante privilegiado, ni existen celos; cuando alguno de esos mismos jóvenes establecen relaciones heterosexuales, buscan establecer un compañero único y los problemas de celos pueden terminar en pleitos muy serios. Aquí aparece como un elemento muy importante en las relaciones entre los hombres la noción de dominante-dominado. En todo caso, nos parece que la promiscuidad sexual a una edad precoz y la utilización de drogas (Angel P., Botbol M. y Facy F., 1987) son elementos importantes para bloquear la posibilidad de pensar y simbolizar. A menudo los dibujos de estos niños son muy sexualizados, muestran una gran cantidad de imágenes ligadas a la sexualidad (ver dibujos 1 y 2).

CONCLUSIONES Como una primera conclusión podemos plantear que los dos grupos investigados tienen dos tipos diferentes de funcionamiento psíquico: *El grupo de Tacuba tiene un funcionamiento más primario, además tiene problemas para establecer los límites corporales e individuales, son mucho más encerrados en sí mismos y con pocas posibilidades de simbolización. De alguna manera podríamos pensar que como grupo funciona en forma psicótica. Este tipo de funcionamiento no significa que los jóvenes de forma individual sean psicóticos; pero el grupo se mueve entre la regresión y el pasaje al acto en su angustia contra la división del grupo. En nuestra opinión esto puede ser una forma de luchar contra la locura.

16

*El grupo de Indios Verdes tiene un funcionamiento más estructurado en sus relaciones y en el establecimiento de las reglas; tienen mayores posibilidades de simbolización y de separación. Podríamos pensar que tienen un funcionamiento más neurótico. Este tipo de grupo le permite a cada niño el existir más de forma individual y de separarse y de realizar proyectos personales en el grupo; Todo esto dentro de una estructura que se desarrolla como un espacio de protección. Retomando el trabajo de Kaes (1977.) Podríamos decir que el primer grupo corresponde a la imagen de grupo-objeto en su forma más primitiva de preobjeto maternal, fálico y el segundo grupo a una forma más secundaria que se refiere a una organización edípica o a un modelo familiar. Es importante señalar que los modos de funcionamiento de los grupos aquí presentados no son totalmente generalizables a todos los niños de la calle, ya que cada grupo tiene su manera propia de organización, de acuerdo a su historia y al tipo de niños que lo componen. Sin embargo, si es posible tomar algunos elementos de este análisis para clarificar el modo de funcionamiento de otros grupos de niños de la calle. Todo grupo tiene la función de protección y de hecho es una sustitución de la familia; sin embargo ciertos grupos son más abiertos que otros y permiten al niño situaciones de socialización diferentes. Las situaciones regresivas, la falta de posibilidad de simbolización y de elaboración de los jóvenes y el funcionamiento del grupo se retroalimentan, ya que las primeras determinan la estructura del grupo y al mismo tiempo el grupo favorece las situaciones y las actividades que refuerzan esa falta. Las relaciones sexuales precoces y el consumo de drogas impiden la capacidad de simbolización y de elaboración; al mismo tiempo mantienen las formas de relación y de dependencia con el grupo lo cual disminuye las posibilidades de hacer actividades de manera independiente y de desarrollar la autonomía. Las posiciones más abiertas, en cuanto al funcionamiento grupal, como es el caso de Indios Verdes favorecen a los niños la expresión de su creatividad en la formulación de reglas, la creación de espacios lúdicos y la negociación de relaciones con los adultos y las autoridades. A menudo tenemos la impresión de que las enormes posibilidades de adaptación que tienen los niños de la calle hacen que puedan pasar de una situación afectiva a una situación social muy rápidamente y en forma aparentemente contradictoria. Podría decirse que hay momentos en que aparentan ser muy autónomos y otros muy dependientes; con algunos momentos en que aparecen como muy hábiles y otros en gran dificultad. En este sentido el análisis psicológico en relación a la función del grupo puede ser enriquecido por los trabajos de Lucchini (1995), en particular la noción del funcionamiento del grupo de los jóvenes que viven en la

calle, en forma de red y no de banda, en donde no hay un líder fijo en el grupo, sino que esa función se comparte y se distribuye coyonturalmente, en función de las actividades. Este modo de funcionamiento requiere un funcionamiento social partícular y una gran flexibilidad en la organización. Para diseñar una forma de trabajo con estos jóvenes es necesario realizar un diagnóstico más preciso del modo de funcionamiento de cada grupo. Sin embargo los elementos aquí expuestos pueden guiar un trabajo con este tipo de jóvenes.

17

Sin embargo pensamos que este trabajo nos permite hacer una serie de reflexiones en cuanto al encuentro a menudo difícil y desfasado con las Instituciones de Asistencia Social, sean en formas de casas hogares o centros de reeducación.

El problema de los límites. Se trata de un problema de límites externos y de

límites internos. La función del grupo que viene a cubrir, reparar una falla interna o encontrar fantasmáticamente el cuerpo de la madre, implica una manera de tomar al otro para poder sentir los límites de sí mismo. Hay un problema con la expresión de la individualidad, es como si la sensación de seguridad en este tipo de estructura proviniera del yo grupal en donde el yo de cada quien está un poco perdido, es decir confundido. Evidentemente este fenómeno es mucho más fuerte en el caso de Tacuba pero existe también en el de Indios Verdes. El grupo tal como es descrito por Kaes (1977) como teatro de manifestaciones pulsionales y como soporte proyectivo de deseos muy arcaicos, favorece en los jóvenes pasajes al acto como la drogadicción y las relaciones sexuales precoces que implican una confusión en la construcción de límites internos. Así las manifestaciones del deseo de fusión y de borrar los limites externos tiene su equivalente en los límites internos y se expresa en la incapacidad de simbolización de los jóvenes y en la utilización del inhalante que produce un material sensorial que ocupa su pensamiento.

Podemos reflexionar sobre función de las reglas construidas por ellos mismos, la existencia de estas reglas puede significar la existencia de una estructura: Pensamos que efectivamente tienen una estructura, aún si el grupo representa un lugar fusionar y regresivo en particular en el caso de Tacuba. Es necesario subrayar que las reglas tienen que ver con las relaciones en el grupo y con la necesidad de garantizar la calidad y la duración de los lazos y para proteger en cierto sentido la estructura grupal. Como ya lo dijimos, pensamos que en el grupo de Indios Verdes hay una estructura más abierta que permite la expresión individual de los jóvenes al mismo tiempo que cubre la función de barrera protectora del grupo. Es necesario señalar que estos jóvenes son capaces de negociar con el exterior una serie de comportamientos sociales: con la policía, los comerciantes, los transeúntes, para utilizar los espacios, hacer trabajos eventuales, ser aceptados en lugares públicos. Este aprendizaje social parece estar desfasado del funcionamiento afectivo. Es por eso quizá que uno tiene a menudo la sensación de que esos jóvenes pueden pasar de posiciones infantiles a posiciones adultas y que en su comportamiento hay un desfase constante entre el saber practico, sus demandas afectivas, sus reacciones en las relaciones.

El problema del encuentro de estos jóvenes con las Instituciones es la diferencia del grupo como lugar de vida y de la institución que implican una noción de sujeto completamente diferente. La institución parte de la idea de un sujeto responsable, deseoso, con un proyecto personal y ninguno de esos jóvenes pueden corresponder a ese perfil. El modo de funcionamiento del grupo produce una gran dificultad de separación, sobre todo por que aparentemente vienen a buscar en el grupo y en el consumo de la droga disminuir las angustias de separación de una madre desaparecida. La

18

separación del grupo produce al momento de tratar de integrarse a una institución una gran depresión, que para algunos es irresoluble y regresan al grupo. Finalmente hay un problema de lugar. Estos jóvenes tienen un lugar en su grupo, un lugar creado por ellos y que aparentemente nadie más les puede quitar, siendo la calle un lugar de todos, aún si la sociedad puede expresar que no es un buen lugar para un niño, es el lugar creado, imaginado, vivido e investido por ellos. El problema de las Instituciones es que en el mejor de los casos, en las mejores concepciones de Institución hay una especie de anonimato y de indiferencia afectiva inevitable a la noción de Institución. Se puede intentar disminuir esta dificultad, mejorar las propuestas psico-pedagógicas, tratar de manifestar sentimientos de afección, pero al final de cuentas no deja de ser una Institución con una lógica propia. En el grupo creado por los niños, ellos tienen el sentimiento de que es un grupo escogido por ellos para substituir a su familia y tienen una calidad de lazos y de solidaridad que difícilmente pueden encontrar en una Institución, sensación exacerbada por la corta duración de sus estancias. Es posible realizar un trabajo con este tipo de grupos. Para el caso del grupo de Indios Verdes pensamos que es posible trabajar con actividades de expresión, artísticas, lúdicas y educativas para permitir a los jóvenes si lo desean formular un proyecto de inserción social, y decidir integrarse a una Institución. Con el grupo de Tacuba nos parece necesario primero una intervención de tipo terapéutica para permitirles el desarrollo de una estructura personal. En los dos casos es necesario plantearse un programa de tratamiento de la drogadicción. Se plantea el problema del deseo y de la demanda de estos jóvenes, un a intervención en la calle misma, puede favorecer el surgimiento de una demanda y no solo pensar en una lógica de normalización. Finalmente de acuerdo con Lucchini(1996) nos podemos preguntar si la mejor opción para esos jóvenes es la del trabajo en una Institución.

BIBLIOGRAFIA

Angel, P., Botbol. M. et Fancy, F. (1987): Adolescence et solvants. Ediciones

G.R.E.U.P.P.. Paris.

Aulagnier, P. (1979): Les destins du plaisir- aliénation, amour, passion. Paris,

P.U.F.

Boal A. (1989) Teatro del Oprimido. Editorial Nueva Imagen. Mexico

Bueno C. 1990. Una lectura Antropológica del sector informal. Revista Nueva

Antropología XI, 37 ( Abril) 9-22. México.

Castro Nieto G. 1990.Intermediarismo político y sector informal: el comercio

ambulante en Tepito . Revista Nueva Antropología XI. 37 Abril: 59-70 México.

CEMEDIN (1992): Hoja del niño callejero. México

COESNICA (1995): Censo de los niños callejeros de la ciudad de México. México.

Espert, F y Myers, W. (1988): Análisis de situación. Colombia, UNICEF.

Jayme, B. et Juárez, C. (1995): Los hábitos de alto riesgo en la por VIH en el

menor infección de la calle. TESIS. UNAM Campus Iztacala. México.

19

Kaes, R. (1977): El aparato psíquico grupal. México GEDISA.

Lucchini, R. (1993): Enfant de la rue . Paris. DROZ.

Lucchini, R. (1995): La vida cotidiana de los NAT`S: una descripción sumaria del

problema. Italia. Revista NAT’S.

Lucchini, R. (1996): Sociologie de la survie: l’enfant dans le rue. Paris. PUF.

Martínez, L et Melgarejo, J. (1996): El niño de la calle y la cultura popular.

TESIS. UNAM Campus Iztacala. México.

Marguerat Y. y Poitou D. (1993) A l’ecoute des enfants de la rue en Afrique Noire.

Ediciones Fayard. Paris.

Márquez, E. et Ordóñez, F. (1996): Un acercamiento al niño de la calle y el grupo

operativo como una alternativa de intervención. TESIS. UNAM Campus Iztacala.

Taracena , E. y Tavera, M.L. (1992): La imágen social del niño de la calle.

Documento presentado en el Primer Coloquio de Investigación Educativa de

la ENEP Iztacala UNAM. México.

Taracena, E., Tavera, M.L., Anastacio, C., Morán, .,K. y Rivas, A. (1993): Análisis

del perfil que promueve la prensa acerca de los niños que trabajan en la calle.

Documento presentado en el XII Coloquio de Investigaciön de la ENEPI-

UNAM. México.

Taracena, E. Tavera, M.L. et Castillo, G. (1993)¨ El niño trabajador y su

representación de familia’’.. Travail présenté au « XII Coloquio de

Investigación » UNAM Campus Iztacala. México.

Taracena, E. y Tavera, M.L. (1993): Le travail des enfants au Mexique, en: De

Gaulejac, V. et Roy, S. Sociologies Cliniques. Paris, Editions Hommes et

Perspectives.

Taracena, E. (1995): Le théâtre et les jeunes de la rue à Mexique. Marseille. SUD

NORD Revue. Editions Erès.

Tessier S. (1995) L’enfant des rues et son univers. Ediciones Syros. Paris.

UNICEF. (1988) Nuevas alternativas para la atención del niño “de” y “en” la calle de

México. México, DIF. No. 3.

Winnicott, D.W. (1984): Deprivation and delinquency. Tavistock Publications.