etnobotánica y biodiversidad, metodología de trabajo · 2018-01-22 · ... en sentido amplio, al...
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Etnobotánica y Biodiversidad, metodología de trabajo
Verde, A., Fajardo, J., Valdés, A., García, J y Roldán, R.
Grupo de Investigación en Etnobiología y Taxonomía del Sureste Ibérico,
Instituto Botánico, Jardín Botánico de Castilla-La Mancha
Campus de Albacete s/nº 2071, Albacete
Telef. 655 115128
Palabras clave: biodiversidad cultural, etnobiología, conocimientos
tradicionales, cultura popular
Resumen
Desde el Grupo de Investigación en Etnobiología y Taxonomía del Sureste
Ibérico, adscrito al Instituto Botánico del Jardín Botánico de Castilla-La Mancha
(Albacete), se está trabajando en la recopilación del conocimiento
etnoecológico tradicional, siguiendo una metodología de tipo etnobotánico,
basada en entrevistas a personas que han desarrollado su vida en el medio
rural. Se ha diseñado una base de datos (ETNOBIO-CLM) en la que se
registran los conocimientos populares sobre el uso tradicional de los diferentes
recursos biológicos (plantas, animales y hongos) en Castilla-La Mancha. Este
saber constituye lo que se conoce como Sistema de Conocimiento Tradicional,
se transmite fundamentalmente de forma oral y a través de la experiencia
directa. Está en la memoria de nuestros mayores y no en los libros. La
estrategia de muestreo se ha dirigido de forma selectiva a las zonas con mayor
diversidad biológica, particularmente ecotonos significativos como las áreas de
montaña, las riberas de los ríos o las zonas húmedas de las llanuras. Los
resultados de nuestro trabajo se traducen en tres vertientes principales:
Recopilación, inventariado y análisis del sistema de conocimiento etnobiológico
tradicional en Castilla-La Mancha; divulgación y difusión de estos
conocimientos en forma de publicaciones y como contenidos curriculares en
actividades formativas y por último la búsqueda de aplicaciones prácticas y
puesta en valor como recurso para el desarrollo rural.
Introducción
A nivel europeo, Castilla-La Mancha presenta una elevada biodiversidad.
Enclavada en la región biogeográfica mediterránea, su diversidad de sustratos
geológicos, amplio rango de altitudes y variedad de ecosistemas se traduce en
unos elevados valores de diversidad biológica. Esta riqueza natural no ha
pasado desapercibida a los pobladores de este espacio, especialmente en los
aspectos referidos al aprovechamiento tradicional, manejo y gestión de los
recursos naturales.
La huella profunda del poblamiento humano en esta región, desde hace miles
de años, se traduce también en el paisaje y la vegetación actual. El mosaico de
ecosistemas que hoy podemos apreciar en el territorio se debe en gran medida
a los usos y manejos de los diferentes hábitats.
A grandes rasgos, la región esta formada por una planicie central, dominada
por paisajes agrarios; viñedos, campos cerealistas, olivares, salpicados de
pequeños parches de vegetación mediterránea, fundamentalmente encinares.
En medio de esta gran llanura manchega se ubican numerosos humedales,
que aportan un amplio elenco de especies propias, especialmente adaptadas a
estos ambientes. En las zonas de montaña periféricas, por el contrario,
predominan los ecosistemas forestales.
Todos estos espacios han sido modelados por los aprovechamientos
tradicionales. El conocimiento práctico de los recursos biológicos y sus
posibilidades han sido fundamentales para la supervivencia humana y para la
pervivencia de los paisajes humanizados. El resultado de la interacción entre
los recursos biológicos y el manejo y gestión que el ser humano hace de ellos
daría lugar a lo que conocemos como Biodiversidad Cultural (Maffi, 2001).
Esta Biodiversidad Cultural no se puede ver directamente sobre el mismo
medio, para ello hace falta que nos la desvelen las personas que allí habitan,
que viven en armonía con su medio. Estas personas nos trasmiten unos
conocimientos heredados de sus padres y abuelos, condenados a perderse, si
no los recogemos a tiempo. Esta cultura de transmisión oral, va
desapareciendo poco a poco bajo el empuje de los grandes cambios
experimentados por nuestra sociedad en los últimos años, sin que llegue a las
nuevas generaciones (Fajardo et al. 2008).
Desde hace más de quince años, el grupo de Investigación en Etnobiología y
Taxonomía Vegetal del Sureste Ibérico, lleva trabajando las diferentes
comarcas de Castilla-La Mancha, con el fin de recopilar todo lo relacionado
con la gestión, manipulación, conocimientos y creencias alrededor de plantas,
animales, hábitats y ecosistemas. De hecho esto se conoce como conocimiento
etnoecológico (Pardo de Santayana et al. 2012, Reyes-García y Martí, 2007) y
es la etnoecología la ciencia que se dedica, en sentido amplio, al estudio de
este sistema de conocimiento (Toledo, 2002).
Material y métodos
El marco metodológico seguido por nuestro grupo de trabajo en la recopilación
y divulgación del conocimiento tradicional sobre los recursos naturales se basa
en el método de trabajo etnobiológico (Fajardo et al. 2008). Inicialmente,
comenzamos recopilando datos referentes al uso tradicional de las plantas.
Pronto, nos dimos cuenta, que este enfoque es parcial, pues el saber popular
considera los recursos biológicos de forma global y utiliza por igual todas sus
posibilidades, sin considerar sesgos taxonómicos. En la actualidad, nuestra
línea de trabajo se enmarca en el campo de la etnobiología.
El trabajo de campo inicial consiste en explorar y extraer los conocimientos
tradicionales a partir de dos tipos de fuentes de información:
Fuentes Orales
En la investigación etnobotánica son esenciales las fuentes orales; los
testimonios de las personas que comparten el saber etnobotánico colectivo se
registran en el trabajo de campo, bien en un cuaderno de campo y/o a través
de registros audiovisuales (Fajardo et al. 2008). A estas personas se les llama
informantes y la metodología de obtención de datos es la entrevista (Figura 1),
que puede ser abierta o estructurada, individual o colectiva, etc. Podemos
clasificarlas las entrevistas según la forma de realizarlas en:
� Entrevistas abiertas: consistentes en charlar con nuestro
interlocutor o interlocutores, anotando lo que nos van diciendo,
pasando de un tema a otro de acuerdo con la marcha de la charla,
dejándoles un cierto grado de libertad en el desarrollo de la misma.
� Entrevista cerrada: ajustada a un guión previamente preparado por
el investigador. Se van sometiendo las preguntas al interlocutor y
anotando las respuestas.
Según el número de interlocutores las clasificamos en:
� Entrevista individual: se realiza a una sola persona. Destacan en
este aspecto las entrevistas que se hicieron con pastores
acompañándolos paseando por el campo, identificando “in situ” los
recursos.
� Entrevista colectiva: se realiza en contextos en los que intervienen
varias personas y resulta muy difícil identificar en nuestras notas al
informador concreto. Resulta frecuente con grupos familiares, en
centros de la tercera edad, bares, la plaza del pueblo, etc.
En estas entrevistas se estudia el material testigo (especies vegetales)
reconocido por los informantes, para después identificarlo botánicamente con la
ayuda de claves dicotómica. Para ello se realiza un pliego testigo que se
deposita en el Herbario ALBA del laboratorio de Sistemática y Etnobotánica del
Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha.
En los últimos años se han incorporado a esta metodología técnicas
innovadoras que hacen más participativa la presencia de la población local a
través de:
Paseos Botánicos, paseos de corta duración en tiempo y de fácil acceso, que
se hace en el entorno de la localidad con personas de diferentes edades y
conocimientos del medio natural, durante el trayecto del mismo se identifican
las plantas y se habla del uso de las mismas.
Coloquios o pequeñas charlas que se hacen en espacios cerrados, lugares
de reunión como Club de la Tercera Edad, Asociaciones culturales locales o
residencias de Mayores, a través de una presentación PowerPoint de imágenes
de las especies más destacadas de la etnoflora del territorio (previamente
estudiada), que se va desarrollando de forma abierta, en la que los
participantes identifican las especies, a la vez que dan información de nombres
locales y usos de las mismas.
Talleres prácticos, de temas específicos como plantas medicinales, verduras
silvestres, artesanías locales, en los cuales los participantes además de
aprender de forma activa, aportan también conocimientos propios.
Fuentes Escritas. Los trabajos etnográficos, etnobotánicos, históricos, etc., y
especialmente los textos centenarios o milenarios que hablan de plantas; textos
griegos y romanos, tratados árabes, andalusíes…, pueden proporcionarnos
abundante información sobre el medio natural, animales y plantas, su historia y
evolución. El estudio y rastreo de las referencias etnobotánicas en estos
documentos constituye el objeto de la Etnobotánica Histórica (Fajardo et al.
2012), una rama de la etnobotánica que proporciona a menudo pistas que
entroncan con el conocimiento popular que ha llegado hasta nuestros días.
La metodología para relacionar el nombre, citado por la fuente bibliográfica, con
la especie biológica con la que se podría corresponder, es diferente de la que
utilizamos en el caso de las fuentes orales, pues no se dispone de material
biológico para su identificación. Para ello lo que hacemos es contrastar los
biónimos recogidos en trabajos históricos con los que tenemos registrados en
nuestra base de datos, todos ellos procedentes de entrevistas realizadas en el
trabajo de campo en esa zona. Partiendo de esto, y empleando una
metodología diacrónica, asumimos el mismo fenómeno, es decir que los
biónimos recogidos en la literatura y, que coinciden o son muy parecidos a los
que están vigentes en esa zona, corresponden a la misma especie biológica.
Puede ocurrir que, en caso de algunos nombres, hayan cambiado, por lo que el
nivel de identificación no deja de ser siempre tentativo. Un ejemplo de los
trabajos que se puede extraer información son textos antiguos sobre
Relaciones Topográficas (Cano y Cebrián, 1992), o sobre temas específicos
como la caza y ordenanzas específicas, etc. (Anónimo, 2005). Todos ellos
recogen fitotopónimos, nombres de plantas cultivadas y medicinales, nombres
de animales y espacios naturales. Otros trabajos de interés que recogen
nombres de plantas son los que versan sobre etnografía (Jordán y de la Peña,
1992; López-Mejías y Ortiz, 1997).
La comparación con la bibliografía reciente e histórica nos permite detectar
cambios y persistencias y hacernos una idea de la variabilidad de nombres y
usos entre lugares y a lo largo del tiempo.
Registro y análisis de los datos,
El siguiente paso es registrar esta información en una base de datos,
ETNOBIO-CLM, creada por el Grupo de investigación en Etnobiología, Flora y
Vegetación del Sureste Ibérico, y ubicada en el laboratorio de Sistemática y
Etnobotánica del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha, en
el campus de Albacete. Se trata de una base de datos relacional,
implementada con Interbase y Delphi.
La información que recoge esta Base de Datos se corresponde, en su mayor
parte, a los estudios etnobotánicos realizados por los autores en Castilla-La
Mancha, muchos de ellos han salido a la luz en forma de publicaciones
divulgativas y/o científicas, además, en ella se registran datos procedentes de
fuentes bibliográficas.
Sin embargo un estudio comparativo entre las diversas zonas y con otras áreas
de la Península nos ha llevado a utilizar las técnicas de análisis multivariante
como un recurso básico para poner de manifiesto relaciones entre especies,
usos y localidades (Rivera et al. 2007a).
Resultados
Los resultados de nuestro trabajo se traducen en tres vertientes principales:
Recopilación, inventariado y análisis del sistema de conocimiento
etnobiológico tradicional en Castilla-La Mancha, divulgación y difusión de
estos conocimientos en forma de publicaciones y como contenidos curriculares
en actividades formativas y por último la búsqueda de aplicaciones prácticas
y puesta en valor como recurso para el desarrollo rural.
Recopilación, inventariado y análisis
La base de datos ETNOBIO-CLM recoge los registros correspondientes a
1.295 entrevistas. En éstas, para Castilla-La Mancha, se han recopilado 27.403
registros de uso, localidad, nombre popular y especie, correspondientes a
1.284 especies vegetales, 168 animales, 81 hongos y 1 monera asociados a
5.965 nombres populares.
Los pliegos recolectados en el trabajo de campo se han depositado en el
herbario ALBA de la Universidad de Castilla-La Mancha, tanto para muestras
de plantas como en el caso de los hongos, para los que se ha creado una
sección especial en este herbario, la sección ALBA-SMA.
Del análisis y estudio de estos datos has salido a la luz dos tesis doctorales,
una en el campo de la etnofarmacología (Verde, 2002), cuyos resultados de
estudio se ha obtenido en Castilla-La Mancha una Flora medicinal potencial de
762 especies y una Etnoflora medicinal (especies empleadas en la medicina
popular castellano manchega) de 545 especies. Número especialmente
importante si se tiene en cuenta que la flora de Castilla-La Mancha está
entorno a las 4000 especies.
La otra tesis doctoral que ha salido de estos datos trata sobre un estudio de los
alimentos locales en la Serranía de Cuenca (Fajardo 2008). En esta, se
describen y analizan los conocimientos tradicionales vinculados con la
alimentación y, especialmente, los recursos alimenticios proporcionados por el
entorno y la gestión y manejo que ha realizado la población local para
garantizar la seguridad alimentaria. En dicha tesis se obtuvieron 1560
referencias de alimentos locales correspondientes a 216 especies biológicas,
147 de ellas plantas.
La búsqueda y estudio de especies de uso medicinal y a la vez alimento,
resultado de la convergencia de estos dos trabajos se ha traducido en
numerosas publicaciones científicas en la línea de búsqueda de alimentos
funcionales (Rivera et al. 2005).
Como resultado de la identificación científica de los nombres comunes de los
recursos biológicos (plantas, hongos y animales), se esta trabajando en
completar un catálogo etnobiológico de Castilla-La Mancha, siendo la etnoflora
(plantas conocidas popularmente) el campo más avanzado.
Divulgación y difusión
Los testimonios y conocimientos de los informantes deben volver a la sociedad
en que se generaron, cerrando el círculo, en muchos casos roto por la pérdida
de la transmisión oral. A nuestros jóvenes no les llegan estos conocimientos,
que desaparecen con nuestros mayores. Es por ello, el compromiso de nuestro
grupo de investigación orientar nuestro trabajo a la divulgación de los saberes
tradicionales, traducido en la publicación de trabajos divulgativos y científicos
en diversos ámbitos (Figura 2).
Trabajos monográficos sobre etnobotánica de un área geográfica determinada
como las Sierras de Segura y Alcaraz (Verde et al. 1998), provincia de Albacete
(Fajardo et al. 2000), Serranía de Cuenca (Fajardo et al. 2007), o el entorno del
Parque Nacional de Cabañeros (Verde et al. 2000).
Monografías sobre campos de la etnobiología castellano-manchega (Verde y
Fajardo, 2007); plantas medicinales (Verde el al. 2008), o etnomicología
(Fajardo et al. 2010a) o alimentos locales (Rivera et al. 2006).
Elaboración de materiales curriculares en los que se introducen de forma
transversal diferentes ámbitos del campo de la etnobotánica en el currículo de
educación secundaria (Verde y Fajardo, 2003a, Verde et al. 2004), y artículos
de carácter didáctico (Verde y Fajardo, 2002) y una monografía en forma de
unidades didácticas, realizada en colaboración con la Consejería de Educación
de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (Verde y Fajardo, 2003b).
Gran parte de este trabajo se ha presentado en congresos nacionales e
internacionales (Fajardo et al. 2010b y Rivera et al. 2007b).
Aplicaciones prácticas y puesta en valor
Los conocimientos tradicionales, forjados a lo largo de siglos de convivencia en
el medio, pueden seguir siendo útiles en un mundo siempre cambiante. Por ello,
son aplicables en diferentes campos.
Dentro del currículo educativo:
En educación formal, en forma de materiales curriculares específicos.
En educación no formal, dotan de contenido a actividades de Interpretación
ambiental (rutas de senderismo, visitas a espacios naturales…). También en
programas de formación de guías medioambientales, integrando los
conocimientos tradicionales en los programas curriculares.
Para las Universidades Populares, los conocimientos tradicionales pueden
suponer una herramienta de trabajo muy importante (Fajardo y Verde, 2009).
Concretamente, dentro del programa Aula de Naturaleza en la Universidad
Popular de Albacete, en los diferentes cursos que se imparten, se emplean los
nombres locales de las plantas y, especialmente en el curso “Botánica Popular”
se dan a conocer prácticas y técnicas de elaboración directamente recogidas
en nuestro trabajo de campo etnobiológico; remedios tradicionales con plantas
medicinales, licores tradicionales, recetas con verduras silvestres, micología,
cestería del esparto, elaboración tradicional de escobas (Figura 3), etc.
Discusión
La metodología que hemos expuesto es el resultado de nuestro propio proceso
de aprendizaje. Formados como botánicos, tuvimos que aprender técnicas de
trabajo propias de la sociología y la antropología, fundamentales a la hora de
trabajar con los informantes.
El interés por conservar los Conocimientos Ecológicos Tradicionales ha calado
desde hace años en diversos ámbitos sociales internacionales, quedando ya
reflejado en el Artículo 8 (j) del Convenio sobre Diversidad Biológica (ONU
1992) y en todo su desarrollo posterior. En España, 15 años después, la Ley
42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad,
recoge la necesidad de la conservación y promoción de los Conocimientos
Tradicionales como parte del concepto de utilización sostenible de la
biodiversidad. De esta manera reconoce la importancia de la conservación
integral del patrimonio biocultural, teniendo en cuenta los dos componentes
inseparables que conforman este patrimonio (natural y cultural). Dicha ley
define el Conocimiento Tradicional como “el conocimiento, las innovaciones y
prácticas de las poblaciones locales ligados al patrimonio natural y la
biodiversidad, desarrolladas desde la experiencia y adaptadas a la cultura y el
medio ambiente local”. El artículo 70 de la Ley recoge la necesidad de
“promover la realización de inventarios de los conocimientos tradicionales
relevantes para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y
geodiversidad, con especial atención a los etnobotánicos”. Este inventario
deberá incluir todos los CT relacionados con la gestión y aprovechamiento de
la naturaleza, relevantes para la conservación de la misma. Este tipo de
conocimientos afectan tanto a los organismos como a los ecosistemas en los
que viven.
A pesar que aún queda trabajo por hacer, Castilla-La Mancha es una de las
comunidades mejor estudiadas desde el punto de vista etnobiológico. En un
futuro, el trabajo a desarrollar será completar la etnoflora castellano-manchega,
así como los catálogos de otros recursos como hongos y animales.
Conclusiones y recomendaciones
Debido a la necesidad de unificar los inventarios regionales, actualmente, se
trabaja en establecer una metodología común y homologable para los
diferentes grupos de trabajo en etnobiología que existen en España y que lleve
en un futuro a la elaboración de un inventario español de los conocimientos
tradicionales.
A pesar que Castilla-La Mancha es una comunidad bien estudiada desde el
punto de vista etnobotánico, es necesario profundizar y completar el trabajo de
campo en las áreas menos estudiadas y en los campos de la etnobiología que
se hallen menos desarrollados. Por nuestra propia experiencia, es
recomendable la formación de equipos multidisciplinares.
Se debe trabajar en aplicaciones prácticas de la etnobiología para el desarrollo
rural, en campos como la interpretación ambiental y ecoturismo o en la
promoción de productos y conocimientos locales que puedan servir como
elemento de creación de riqueza en áreas rurales.
Los estudios locales y regionales deben integrarse en marcos de mayor
amplitud (etnobiología ibérica, mediterránea,….), con el fin de poder establecer
estudios etnobiológicos comparativos y sintéticos que permitan comprender los
conocimientos tradicionales desde una perspectiva más amplia.
Aprovechando las posibilidades divulgativas que ofrece la red, se debe poner a
disposición de todas aquellas personas interesadas los resultados de la
investigación etnobiológica.
Los testimonios orales de los informantes deben recogerse en “archivos de la
palabra” que sirvan como herramienta de investigación en un futuro para
nuevos trabajos sobre fuentes orales y como registro sonoro del conocimiento
tradicional.
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Leyendas de las figuras:
Figura 1.- Metodología de trabajo
Figura 2.- Monografías de divulgación etnobotánica
Figura 3.- Elaboración tradicional de escobas
a.- Taller de plantas medicinales
b- Entrevistas individuales y en grupo
c- Charlas -coloquios
d.-Paseos botánicos