estudio de las infraestructuras culturales nacionales...

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Documento reservado Informe técnico PP/1979-80/4/3.5/08 REPÜBÜCÄ DQMEWECÁN^ Contribución a las actividades de los Estados Miembros en favor de una más amplia participación de la población en la vida cultural Estudio.de las infraestructuras culturales nacionales por Jorge Eliécer Ruíz de serie: FMR/CC/CD/81/1 41 IS [S I [ ) Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura París, 1981

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Documento reservado Informe técnico PP/1979-80/4/3.5/08 REPÜBÜCÄ

DQMEWECÁN^ Contribución a las actividades de los Estados Miembros en favor de una m á s amplia participación de la población en la vida cultural

Estudio.de las infraestructuras culturales nacionales

por Jorge Eliécer Ruíz

N ° de serie: F M R / C C / C D / 8 1 / 1 41

IS [S I [

)

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

París, 1981

REPÚBLICA DOMINICANA

ESTUDIO DE LAS INFRAESTRUCTURAS CULTURALES NACIONALES

por Jorge Eliécer Ruiz

Informe preparado para el Gobierno de la República Dominicana por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)

U N E S C O

Informe técnico PP/1979-80/4/3.5/08 FMR/CC/CD/81/141(RUÍZ) 20 de mayo de 1981

© Unesco 1981 Printed in France

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INDICE

Página

I - INTRODUCCIÓN ...... • • • 3-

i) Objetivo de la misión. 3

ii) Desarrollo dé la misión ^ '. .• 3

II - LA REALIDAD DOMINICANA - ALGUNAS ORIENTACIONES .........., 5

a} Generalidades -~ • 5

b) El concepto de "Desarrollo Cultural": documentos Unesco y documentos oficiales dominicanos, otros autores ............ 5

c) Situación político-administrativa Proceso de Institucionalizado^ 8

d) Situación del Sector Educación y Cultura 11 Situación socioeconómica y educativa general 13 Situación organizativa 15 Situación presupuestal 16

III.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES PRINCIPALES 18

Situación de las principales infraestructuras culturales 18

i) Creación de un Instituto Dominicano de Cultura 19

ii) Proyecto de desarrollo cultural 19

Anexos:

.I"" ' - - ANTEPROYECTO DE LEY QUE CREA EL INSTITUTO DOMINICANO DE CULTURA 20

II - JUSTIFICACIÓN DE LA ESTRUCTURA PROPUESTA 27

Organigramas:

I — ORGANIGRAMA DE LA RESIDENCIA DE LA REPÚBLICA- ....\....,,,. . '.. 30

II - ORGANIGRAMA DE LA SECRETARIA DE ESTADO DE EDUCACIÓN, BELLAS ARTES Y CULTOS .. . . 31

H I - ORGANIGRAMA DEL INSTITUTO DOMINICANO DE CULTURA ¿.¿.. 32

Cuadros :

1. PRESUPUESTOS COMPARADOS DE VARIAS INSTITUCIONES CULTURALES 33

2. GASTOS POR SERVICIOS PROFESIONALES 34

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I. INTRODUCCIÓN

i. Objetivo de la misión

A petición del Gobierno de la República Dominicana, el Director General de la Unesco organizó, en el marco del Programa de Participación para 1979-1980, una misión de consultoría para asistir a las autoridades competentes de la República Dominicana en la realización de un estudio de las infraestructuras culturales de la Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos, en particular. El Consultor asesoró a la Direc­ción General de Cultura de la Secretaría de Estado sobre posibilidades de integración y el funcionamiento de dichas infraestructuras culturales.

La misión se efectuó entre el 16 de agosto y el 14 de septiembre de 1980.

ii. Desarrollo de la misión

Para el cumplimiento de su misión el Consultor trabajó durante su permanencia en la ciudad de Santo Domingo en estrecha relación con el doctor Marcio Veloz, Sub­secretario de Estado, Educación, Bellas Artes y Cultos, encargado de Asuntos Cultu­rales, y con el doctor Amadeo Julián, Director del Centro de Inventario de los Bie­nes Culturales, adscrito a la misma Secretaría de Estado.

Para obtener las informaciones directas y los documentos necesarios para el cum­plimiento de ¡su misión, el Consultor sostuvo reuniones con los siguientes funcionarios;

Doctor. Pedro Porrello, Secretario de Educación, Bellas Artes y Cultos

Licenciado Andrés Reyes Rodríguez, Subsecretario Técnico de Educación

- Licenciada Marianne de Tolentino, Encargada de la División de Asuntos Culturales de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores

- Profesor José del Monte Peguero, Director Nacional de Bellas Artes

- Doctor Máximo Aviles Blonda, Director General de Cultura

- Licenciado Bernardo Vega, Director del Museo del Hombre Dominicano

- Arquitecto Roberto Bergés, Director de la Oficina de Patrimonio Cultural

- Arquitecto César Iván Féris, Director del Museo de las Casas Reales

- Licenciado Toni Raful, Director de la Biblioteca Nacional

- Licenciada Marisol Florent, Directora del Archivo Nacional

- Zoólogo José Alberto Ottenwaldel P., Coordinador del Museo Nacional de Historia Natural

- Doctor N. Henriquez, Director del Museo Nacional de Historia y Geografía

Ingeniera Ada Florentino de Llinás, Directora del Departamento de Ciencia y Tecnología del Secretariado Técnico de la Presidencia

- Señorita Carolina Nicolás Sánchez, Directora General de Relaciones Interna­cionales de la Secretaría de Estado, Educación, Bellas Artes y Cultos

Además de estos funcionarios, con funciones directivas, el Consultor realizó reuniones con los colaboradores de las distintas dependencias de la Dirección de Bellas Artes y de la Dirección General de Cultura. Asimismo, visitó las instalacio­nes de las diferentes instituciones culturales con sede en la ciudad de Santo Domingo y las dependencias de Bellas Artes en la ciudad de Santiago.

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En relación con el objeto de su misión el Consultor tuvo oportunidad de inter­cambiar opiniones con destacadas personalidades dominicanas entre las cuales cabe mencionar al Licenciado Hatuey de Camps, Presidente de la Cámara de Diputados, la Licenciada ivelisse Prats de Pérez, Diputada al Congreso Nacional y Presidenta del Partido Revolucionario Dominicano y el Presidente de la Academia de Ciencias.

Para finalizar su misión el Consultor pronunció en la Sala de Actos de la Biblio­teca Nacional de la República Dominicana una Conferencia sobre el tema: "Política Cultural y Desarrollo Cultural: la situación dominicana".

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II. LA REALIDAD DOMINICANA - ALGUNAS CONSTATACIONES

a) Generalidades

Teniendo en cuenta el propósito de las autoridades dominicanas, particularmente de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos y las contenidas en las instrucciones impartidas por el Secretariado de la Organización al destacar la misión, el Consultor debería asistir "a las autoridades competentes de la República Dominicana en la realización de un estudio de las infraestructuras culturales de la Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos. En particular, el Consultor aseso­rará a la Dirección General de Cultura de la Secretaría de Estado sobre posibilida­des de integración y el funcionamiento idóneo de dichas infraestructuras culturales".

No obstante que el trabajo encomendado se contrae principalmente a aspectos de diagnóstico y prospección sobre problemas estructurales y administrativos de la ges­tión cultural, el Consultor ha considerado de importancia, para dar una fundamenta-ción teórica y política a sus conclusiones, examinar algunos aspectos de substancia, íntimamente ligados con la operación de los organismos culturales actualmente exis­tentes en la República Dominicana y de aquéllos que se recomienda establecer en el futuro.

Para este fin, el Consultor examinará los siguientes aspectos:

a) Alcance del concepto de "desarrollo cultural" desde el punto de vista de la doctrina internacional y nacional dominicana;

b) El proceso de institucionalización de la gestión cultural en la República Dominicana;

c) Diagnóstico de la situación existente;

d) Conclusiones;

e) Recomendaciones a las autoridades de la República Dominicana.

Anexos:

i) Proyecto de Estructura orgánica de un organismo de Dirección y Administración de los asuntos culturales dominicanos (Anexo I);

ii) Justificación de la estructura propuesta (Anexo II).

b) El concepto de "Desarrollo Cultural"

Al igual que sucede con el concepto de desarrollo económico, puede decirse que si bien el concepto de desarrollo cultural es reciente, su práctica implícita dentro de las acciones de los gobiernos se remonta, por lo menos, hasta la época de las re­voluciones burguesas.

Como un propósito deliberado de los estados y de las organizaciones internacio­nales, el concepto y la práctica del desarrollo cultural puede fecharse en 1970, cuando se reunió en Venecia la "Conferencia Intergubernamental sobre los aspectos institucionales, administrativos y financieros de las políticas culturales". En ese entonces, el Director General de la Unesco expresó que "el centro de gravedad de la noción de desarrollo se ha desplazado, pues, de lo económico a lo social. Hemos lle­gado ya a un punto en que esta evolución desemboca en lo cultural. Hasta los

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economistas reconocen ya que o bien el desarrollo es total o no es tal desarrollo y que no es una metáfora hablar de desarrollo cultural; este desarrollo es parte inte­grante y dimensión propia del desarrollo total".

Paulatinamente se ha ido desplazando el énfasis de los valores puramente estéti­cos (bellas artes y bellas letras) hacia los valores éticos y políticos, y desde ex­tensión, exposición y admiración de las creaciones artísticas hacia una política de­liberada de estímulo a los creadores culturales y, es más, de creación de condiciones favorables para la participación de las comunidades en la decisión sobre lo que quie­ren recibir como espectáculo o como servicio cultural y lo que quieren propiciar co­mo expresión de su identidad cultural- En una palabra, se ha avanzado de una actitud. pasadista, protectora y contemplativa, a una política dinámica que rescata los valo­res autóctonos y comunitarios, favorece las expresiones populares y confiere un ma­yor valor a la expresión que a la simple difusión o transmisión paternalista de valo­res de las clases privilegiadas a las desposeídas y de los centros de poder mundial a las regiones periféricas.

De conformidad con el articulo 27, inciso I de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

"Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida.cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten".

Por,lo tanto? "si todos los hombres tienen derecho, como una parte de su digni­dad humana, de participar en el patrimonio y en la actividad cultural de la comuni­dad. .. se deduce que las autoridades que tienen a su cargo esas comunidades tienen el deber de facilitarles los medios, dentro de los límites de los recursos de que disponen, para esa participación".

El ejercicio pleno de este derecho humano fundamental ayuda a llevar la concien­cia del hombre su valor y dignidad, principalmente en aquellos países cuya historia ha estado sujeta a las más dolorosas condiciones de sometimiento, expoliación y es­clavitud y que aún viven en el subdesarrollo y en un sistema neocolonialísta de de­pendencia.

En este sentido, y dentro de un contexto caribeño, son válidas las afirmaciones de Arthur James Seymour: "El papel de la cultura como un agente transformador auto­propulsado y como un instrumento para elevar el nivel de vida se pondrá de manifiesto con la democratización de la-cultura, a medida que los países, que han prometido apor­tar fondos para llevar a cabo una acción cultural, lancen un programa de educación permanente destinado a todos- sus ciudadanos y armonicen sus políticas de comunicación con sus políticas culturales" (A.J, Seymour "Dos visiones del Caribe", en "Culturas", volumen V n2 3) .

Por otra parte, destacados intelectuales dominicanos y el gobierno del país, han madurado una conciencia en torno a estos ideales, que ha tomado cuerpo en forma más coherente a partir de la celebración, en Bogotá, de la Conferencia íntergubernamental sobre las Políticas Culturales en América Latina y el Caribe, en enero de 1978.

En dicha conferencia el señor Amadou-Mahtar M'Bow, Director General de la Unesco, expresó: "Si la política cultural alcanza su pleno valor cuando sus opciones se vin­culan a las realidades vividas y a las preferencias de la sociedad,, es evidente que sólo adquieren su legitimidad mediante el acuerdo y el diálogo democrático, y no con medidas impuestas, ya que es mediante la más amplia participación como pueden crearse las condiciones que permiten al individuo o a la colectividad captar sus problemas y afrontarlos" (discurso del Sr. M'Bow al inaugurar la conferencia de Bogotá).

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Y en la misma conferencia, la delegación de la República Dominicana dio su res­paldo a la "Declaración de Bogotá", dos de cuyas proclamaciones son las siguientes:

"Al Estado incumbe promover y apoyar el desarrollo cultural, de acuerdo con las características propias de cada pueblo, y garantizar la libertad de creación";

"La cultura y su desarrollo están estrechamente vinculados a la comunicación, la educación, la ciencia y la tecnología y, en consecuencia, las políticas respec­tivas deben ser concertadas dentro de la concepción de un desarrollo integral."

Refiriéndose a los valores culturales y a su papel dinámico para la constitu­ción de la personalidad de los pueblos, el científico y escritor M. Veloz Maggiolo, en aquel momento Subsecretario de Estado para Asuntos Culturales de la República Dominicana escribía: "La cultura es la definición de un pueblo. Como bien ha se­ñalado el filósofo Leopoldo Zea, ésta representa una búsqueda de personalidad, y se hace cada vez más clara, en la medida en que la personalidad de ese pueblo teme ser "disuelta". De ahí que las grandes crisis culturales se desaten cuando los valores de una cultura se ponen en entredicho, o pueden ser sustituidos por valores impues­tos. Concretamente una cultura está consolidada cuando la gente que integra su es­quema de valores está lista para entender que tiene diferencias profundas con otras gentes". (M. Veloz Maggiolo: "La cultura de los dominicanos durante la Primera Re­pública", en "Sobre la Cultura Dominicana... y otras culturas").

Y el mismo doctor Veloz Maggiolo en palabras pronunciadas en 1978, en su calidad de Subsecretario de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, encargado de Asuntos Culturales, en la vista pública sobre el proyecto de creación del Instituto Nacional de Cultura decía ante la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados:

"Una posición correcta es considerar la cultura como un fenómeno global, que in­cluye desde la obra de arte hasta los mecanismos de adaptación humana más simple. En el fondo toda cultura es un sistema, y en el mejor de los casos, un sistema defensi­vo, porque a través de ella el hombre ha logrado vencer el medio hostil, las violen­tas presiones de todo tipo, y aún más, aquello que amenaza con exterminarlo".

"Ni la música, ni las bellas artes, ni las bibliotecas, ni los dramas teatrales, ni las aulas, ni el cine son la cultura: ellos son' resultado de la cultura. La cul­tura abarca el dramático e histórico mundo de las transformaciones huamanas... Por eso, todo proyecto cultural, es un proyecto de desarrollo, un proyecto de búsqueda de medios para la subsistencia, que es en el fondo la defensa de la personalidad cul­tural, la reafirmación de la conciencia de lo nacional, la consolidación de los valo­res que una vez perdidos, abren paso a la alienación del pueblo, de los obreros, de los campesinos, del sector más depauperado y más explotado de las sociedades de los países llamados, eufemísticamente, "países en desarrollo""«

Por su parte, el señor Presidente de la República, don Antonio Guzman, expresó los siguientes conceptos, ante la Asamblea Nacional, el pasado 27 de febrero, fecha conmemorativa de la Independencia Nacional:

"Es propicia esta fecha para señalar que consideramos obligación del Estado domi­nicano la búsqueda, rescate y exaltación de los valores patrios, que constituyen la esencia misma de nuestra identidad nacional".

"Hemos emprendido, a través de la Oficina de Patrimonio Cultural, un vigoroso programa de puesta en valor de monumentos que definen y le dan vigencia a todas aque­llas raíces culturales que conforman la dominicanidad".

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"Con la creación de la Oficina Regional de Patrimonio Cultural en Santiago y el fortalecimiento de la Oficina Regional de Patrimonio Cultural en Puerto Plata, dare­mos inicio a la salvaguardia y protección de nuestros bienes culturales en todo el ámbito nacional".

Los principios a que se ha hecho referencia han alcanzado ya un grado notable de sistematización en las altas esferas del Estado, ya que en el Presupuesto de Ingresos y Gastos Públicos del Gobierno Central, de la República Dominicana, que es el instru­mento de planificación a corto plazo, se prevé explícitamente, como función principal de la Presidencia de la República:

"Fijar la política a seguir en lo concerniente al desarrollo económico, social y cultural del pueblo dominicano".

Y entre las funciones de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, se destaca:

"3. Promover la incorporación masiva del pueblo al disfrute de la cultura y de la educación;

4. Aumentar la capacidad de unión y organización de los dominicanos, para fa­vorecer' la real participación de las mayorías en la vida social."

c) Situación político-administrativa: El Proceso de Institucionalización

La historia política de la República Dominicana ha tenido múltiples alternativas y cambios y desde 1821 en que se declaró por primera vez- la independencia de la parte española de Haití, hasta nuestros días, se han sucedido las intervenciones extranje­ras (haitianas, españolas y americanas) con las guerras de liberación y los gobiernos despóticos o de base institucional muy endeble, que han dado una particular fisonomía a la administración de la cosa pública en la República Dominicana.

a) La Constitución Nacional

La primera Constitución de la República fue proclamada en el año de 1844 y el texto actualmente vigente fue revisado por la Asamblea Nacional, constituida en Asam­blea Revisora y expedido el 28 de noviembre de 1966.

Varios artículos de la carta constitucional se refieren directa o indirectamente a asuntos relacionados con la cultura o consagran derechos y deberes de los asociados frente a la misma o crean las bases de protección de los derechos humanos básicos so­bre los cuales se puede erigir todo un movimiento de renovación cultural. Consigna­mos a continuación los principales de dichos textos:

"Art. 72.- Es de supremo y permanente interés nacional el desarrollo económico y social del territorio de la República a lo largo de la línea fronteri­za, así como la difusión cultural y la tradición religiosa del domi­nicano. ..

Art. 8Q, numeral 6.- Toda persona podrá sin sujeción a censura previa, emitir libremente su pensamiento mediante palabra escrita o por cualquier otro medio de expresión gráfico u oral...

Numeral 7.- La libertad de asociación y de reunión sin armas, con fi­nes políticos, económicos, sociales, culturales o de cualquier otra índole, siempre que por su naturaleza no sean contrarias ni atentato­rias al orden público, la seguridad nacional y las buenas costumbres.

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Numeral 8.- La libertad de conciencia y de cultos, con sujeción al or­den público y respeto a las buenas costumbres.

Numeral 14.- La propiedad exclusiva por el tiempo y en la forma que determinare la ley, de los inventos y descubrimientos, asi como de las producciones científicas, artísticas y literarias.

Art. 16.- La libertad de enseñanza. La educación primaria será obligatoria. Es deber del Estado proporcionar la educación fundamental a todos los ha­bitantes del territorio nacional y tomar las providencias necesarias para eliminar el analfabetismo. Tanto la educación primaria y secun­daria como la que se ofrezca en las escuelas agronómicas, vocacionales, artísticas, comerciales, de artes manuales y de economía doméstica, serán gratuitas.

Arfc. 9, literal g).- Es obligación de todas las personas que habitan el territo­rio de la República Dominicana, asistir a los establecimientos de edu­cación de la Nación para adquirir, por lo menos, la instrucción ele­mental .

Art. 37.- Son atribuciones del Congreso:

5. Disponer todo lo concerniente a la conservación de monumentos y objetos antiguos y a la adquisición de estos últimos.

Art. 101-í- Toda la riqueza artística e histórica del país, sea quien fuere su dueño, formará parte del patrimonio cultural de la nación y estará

"• bajo la salvaguarda del Estado y la ley establecerá cuanto sea opor­tuno para su conservación y defensa".

b) Las Leyes y Decretos

La Ley 10 del 8 de septiembre de 1965 establece las funciones del Secretario Técnico y del Administrativo de la Presidencia.

A la Secretaría Administrativa están adscritas las siguientes instituciones de carácter cultural o científico y de protección del patrimonio cultural y natural:

Centro Nacional de Artesanía

- Museo de las Casas Reales

- Oficina de Patrimonio Cultural

- Parque Zoológico Nacional

- Museo de Historia y Geografía

Galería de Arte Moderno

Dirección Nacional de Parques

Centro de Cultura de Santiago

- Museo del Hombre Dominicano

- Biblioteca Nacional

- Museo de Historia Natural

- Jardín Botánico Nacional

Radio Televisión Dominicana

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Asimismo, por conducto de la Presidencia se canalizan subvenciones y aportes económicos para múltiples instituciones culturales y educativas de carácter privado o bajo la forma de fundaciones o patronatos.

Aunque en el organigrama de la Presidencia de la República (ver organigrama I), aparece clara la dependencia de estas instituciones del Secretariado Administrativo, en la subsiguiente enumeración de las funciones, éstas aparecen a cargo del Subse­cretario Técnico, y son las siguientes:

"De fomento de la Cultura:

- Restaurar y conservar los valores históricos;

- Llevar a cabo presentaciones teatrales;

Prestar servicios bibliotecarios al público;

Realizar investigaciones antropológicas;

- Realizar investigaciones científicas;

Realizar investigaciones sobre historia y geografía dominicanas y organizar exposiciones y docencia en estas áreas; y

Presentar toda la producción en pintura, escultura y dibujo del arte domini­cano y del arte moderno que se produce en todo el*mundo."

En el volumen titulado "Legislación Dominicana sobre museos y protección del patrimonio cultural, 1870-1977", compilado por el Dr. Plinio Pina P. y editado por el Museo del Hombre Dominicano, pueden verse las principales leyes sobre la materia destacándose el Decreto Na 1397 del 15 de julio de 1967, que crea dentro de la Di­rección General de Turismo la Oficina de Patrimonio Cultural, y dicta otras dispo­siciones, el Decreto N2 2310 del 6 de septiembre de 1976 que crea el Centro de In­ventario de los Bienes Culturales, como una dependencia de la Secretaría de Educa­ción, Bellas Artes y Cultos y el Decreto Ms 596, de enero de 1971 que crea el Ins­tituto de Cultura Dominicano.

c) Legislación y organización de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos

Como no podía ser de otra manera, el proceso de institucionalización de los as­pectos relacionados con la administración y difusión de la educación y de la cultu­ra, corre paralelo con el desarrollo de la vida institucional de la República y se resiente de insucesos y triunfos históricos.

Dentro de este proceso cabe mencionar las Leyes y Decretos más destacados que fueron creando lo que hoy es la estructura de la Secretaría y que se refleja con más o menos fidelidad en el organigrama que se anexa (ver organigrama II).

- Ley Orgánica de Secretaría de Estado N2 4378 del 10 de febrero de 1956;.

- Decreto 1489, de 11 de febrero de 1956, que fija las atribuciones a la Secretaría de Estado de Educación en materia administrativa;

- Ley 273, del 27 de junio de 1966, que regula el establecimiento y funcio­namiento de entidades universitarias y de estudios superiores privados y dispone la equivalencia de sus títulos con los organismos oficiales o autónomos;

- Decreto 2310, de fecha 6 de septiembre de 1976, que crea el Centro de Inventario de Bienes Culturales;

- Decreto 3011, de 1977, que crea el Archivo Nacional de Música.

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Entre las principales funciones adscritas a la Secretaría de Estado están las siguientes, en lo que respecta a la cultura:

- Fomentar el intercambio científico, artístico y cultural entre la República Dominicana y otros países;

- Organizar, dirigir, reglamentar y supervisar las bibliotecas públicas e ins­tituciones científicas, artísticas y literarias para el incremento y la di­fusión de la cultura;

- Registrar y proteger la propiedad intelectual.

Los principales objetivos y metas fijados para 1980, en el Presupuesto Nacional, son los siguientes:

1. Contribuir a la autodeterminación, la soberanía y el desarrollo autónomo del pueblo dominicano, confirmando la voluntad de independencia y los esfuerzos creadores de los dominicanos para alcanzar ese desarrollo integral;

2. Conformar una visión crítica de la realidad dominicana y desarrollar actitu­des y capacidades creadoras y propiciadoras del cambio social;

3. Promover la incorporación masiva del pueblo al disfrute de la cultura y de la educación;

4. Aumentar la capacidad de unión y organización de los dominicanos, para favo­recer la real participación de las mayorías en la vida social;

5. Contribuir a transformar las actitudes propias de una sociedad de consumo, sustituyéndola por las actitudes de solidaridad y de desprendimiento que se requieren en la construcción de una sociedad dominicana independiente.

d) Situación del Sector de Educación y Cultura

Los últimos dos lustros, cuando ya se ha afianzado la vida democrática, han sido muy fructíferos en cuanto al establecimiento de estructuras locativas adecuadas para el funcionamiento de grandes instituciones culturales y científicas nacionales. En la Plaza de la Cultura Dominicana, en donde se ha creado un complejo de gran valor arquitectónico, funcionan la Biblioteca Nacional de Historia y Geografía, el Museo de Historia Natural, el Teatro Nacional, la Galería de Arte Moderno... Pero dejemos que sean los mismos dominicanos quienes nos hablen de la situación actual:

"En lo relativo al Caribe, los Centros de investigación y las sociedades y fun­daciones mantienen una disgregada política en la cual no se definen unas prio­ridades" .

"Un intento para el logro de una labor de investigación ligada a los problemas del Caribe, fue la creación, en la Universidad Autónoma de Sto. Domingo, del Centro para el estudio de la realidad social dominicana (CERESD). El CERESD, sin embargo, ha tenido retrasos importantes en la orientación de una política aunque la mayoría de sus prioridades, por ser comunes a problemas caribeños, son de gran relevancia para el área:

El núcleo Universidad Autónoma de Santo Domingo, Universidad Católica Madre y Maestra y el Museo del Hombre Dominicano, constituye el sector de mayor interés en los estudios del Caribe, cuyas perspectivas tienden a incrementarse, ya que

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su objeto es mantener informados a diversos organismos caribeños de los estudios del área, y a la vez, establecer relaciones capaces de engrosar un Centro de In­formación y Estudios del Caribe.

El Fondo para el avance de las Ciencias Sociales ha realizado también- una labor importante.

De manera implícita hemos señalado cuáles son los grupos o núcleos de animación cultural más destacados. Sin embargo, la República Dominicana cuenta hoy con una de las más grandes infraestructuras culturales del área del Caribe. En con*-secuencia puede mencionarse el Museo del Hombre Dominicano, la Oficina de Patri­monio Cultural, el Museo de Historia Natural, la Biblioteca Nacional, la Galería de Arte Moderno, el Teatro Nacional, el Museo de las Casas Reales, el Centro de Inventario de Bienes Culturales, el Archivo General de la Nación, el Centro de Microfilmación y Conservación, el Jardín Zoológico Nacional, el Jardín Botánico, todas dependencias directas de la Secretaría de Estado de la Presidencia; dentro del marco de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, se mue­ve también otra infraestructura poderosa, que depende de la Dirección General de Bellas Artes, por un lado y de la propia Secretaría por el otro; Coro Nacional, Escuela de Arte Escénico, Teatro Rodante de Bellas Artes, Conservatorio Nacional de Música, Archivo Nacional de Música, Teatro Nacional de Bellas Artes y Direc­ción Nacional de Cultura, organismo orientado a la coordinación y mantenimiento de actos culturales oficiales, así como de la selección del material bibliográ­fico a publicarse.

Como puede verse estas instituciones constituyen la base para un programa cultu­ral idóneo, sin dualidades, capaz de rendir una gran labor de extensión, inves­tigación y preservación de valores.

A estos grupos de animación oficial, cuya función resulta desordenada porque no existe la interrelación, habría que agregar los que han logrado, de-manera par­ticular, y que van desde los clubes culturales, hasta las asociaciones de estu­diantes,- desde los teatros, coros y grupos de acción popular, hasta los cursos y cursillos sobre temas caribeños, producto de una inquietud popular que es res­puesta que al tema han dado las instituciones dominicanas a través de la histo­ria, o mejor dicho, al desordenado respaldo, culminante, como hemos visto, en muy pocos organismos culturales" (Hugo Tolentino Dipp y Marcio Veloz Maggiolo, "Aproximaciones Históricas al Estudio de la Cultura Dominicana"1.

Al presentar una selección de la legislación relacionada con los museos y el pa­trimonio cultural dominicano, el licenciado Bernardo Vega, Director General del Museo del Hombre Dominicano, mostraba el mismo panorama de riqueza y diversidad, unido a una situación de confusión y duplicación de esfuerzos. Decía el Lie. Vega: "Hoy se publica no sólo con el propósito de reunir, para fines históricos, bajo una misma so­lapa, tanto la legislación pionera como la vigente sobre el tema, sino que tiene tam­bién un objetivo eminentemente prácticor pues pensamos que puede servir como material indispensable de trabajo para cualquier esfuerzo serio que se quiera hacer tendiente a preparar -ana nueva legislación sobre la aa-caria.

Un somero análisis de la actual legislación muestra claramente que existen más de una institución con varios objetivos y programas comunes a todas ellas, lo que in­dica duplicación de esfuerzos y confusión en cuanto a la labor a realizar. Asimismo, existen problemas de jerarquización, lo cual impide una mejor coordinación interins­titucional" .

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El Consultor pudo determinar, con base en el examen de los papeles de Estado, y con entrevistas directas a los responsables de la gestión de los distintos orga­nismos culturales, una duplicación de funciones en algunos casos, falta de una je-rarquización adecuada de los diferentes organismos y entidades y un aprovechamiento incompleto de los recursos y de las instalaciones.

A continuación, nos referiremos brevemente a varios aspectos de la situación cultural y educativa lamentando no poderlo hacer más a fondo por la falta de datos históricos ya que el "Sistema de recolección y organización de datos" no es muy con­fiable, como se afirma en el muy buen "Diagnóstico del Sector Educativo en la Repú­blica Dominicana", publicado por la Secretarla de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos de la República Dominicana, en 1979.

Los puntos que examinaré a continuación son los siguientes:

a) Situación socioeconómica y educativa general;

b) Situación organizativa;

c) Situación presupuestal.

a) Situación socioeconómica y educativa general

Una de las características más salientes de la población dominicana es su juven­tud ... "Su estructura es piramidal debido a la preponderancia de las cohortes más jóvenes en la "población". En términos agregados, 33% de la población se halla por debajo de los 40 años y el 75% debajo de los 25 años. En términos demográficos la tasa de dependencia es de 1,57. Sin embargo, al ajustar por la participación labo­ral femenina, la tasa de dependencia sube a 2,87. Esto es, cada individuo que tra­baja contribuye en promedio al mantenimiento de tres personas.

Como quiera que desde 1970 no se realiza un censo de población, no existen da­tos estadísticos recientes sobre su número, pero se puede calcular que en 1980 la República Dominicana tiene alrededor de 5.300.000 habitantes y la capital, Santo Domingo, alrededor de 1.200.000. La tasa estimada de crecimiento poblacional ha fluctuado entre 2,9% y 3,6% anual, una de las más altas de América.

La gran cantidad de población joven y la acelerada tasa de crecimiento de la población implican un severo reto para el sistema educativo que arroja un alto por­centaje de analfabetos y una escasa cobertura del sistema. No obstante los grandes esfuerzos hechos en los últimos años la situación es difícil. "A nivel agregado la tasa de alfabetismo ha subido de 43,2% en 1950 a 67,8% en 1970. Estas cifras, no obstante, deben interpretarse a la luz de una óptica realista. En primer término, la definición de alfabetismo: "una persona que puede leer y escribir su nombre", tiene escaso valor normativo. Si bien la posesión de la habilidad de lectura es uno de los requisitos para expandir la oportunidad económica de cualquier individuo, el valor del alfabetismo reside en su utilización funcional, lo cual trasciende el nue­vo hecho de poder leer y escribir el nombre (Diagnóstico del Sector Educativo, pág. 32). Por otra parte, entre el año 1950 y 1970, el número absoluto de analfabetos creció, lo que indica una incapacidad del sistema para absorber las nuevas cohortes de niños en edad escolar. El analfabetismo es, obviamente, más alto en las áreas rurales que en las urbanas y sus consecuencias son también diversas.

Una circunstancia que está íntimamente ligada con la alta tasa de crecimiento de la población y con el índice de analfabetismo es la de la equidad o inequidad en la distribución del ingreso. Sobre este particular, el Diagnóstico del Sector Edu­cativo trae un análisis sintético, que por su elocuencia, bien vale la pena consignar:

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^ "Si bien el desempeño económico ha sido satisfactorio en términos del crecimiento generado, la distribución de la renta nacional deja todavía bastante que desear. A pesar de lo inadecuado de la información disponible, se tiene conocimiento de que en 1973 el 50% de la población de más escasos recursos percibía el 12,8% de los ingre­sos disponibles, en tanto que el 6,2% superior de la población percibía el 43% de los ingresos. Una encuesta del Banco Central que recogió los niveles de ingreso de la población de Santo Domingo en 1969 indica que el nivel de renta mensual de mayor con­centración (la moda de la distribución) era de RD 17,8 dólares de Estados Unidos de América, que 50% de la población percibía menos de RD 27,9 dólares, si bien el prome­dio aritmético era de RD 45,87 dólares. Los grupos privilegiados, percibiendo desde RD 60 dólares hasta RD 200 dólares semanales, sumaban por debajo del 27%, dentro de cada subgrupo de la distribución... Los frutos del crecimiento acelerado contribuye­ron a incrementar la desigualdad económica de la población. A partir de esta fecha es posible que el deterioro haya continuado debido a que la combinación de inflación y contracción de la economía, afecta particularmente a los grupos más desfavorecidos".

A la alta concentración de los recursos se agrega una baja participación y unas tasas de ocupación de la fuerza de trabajo que, conforme al censo de 1970, fluctuaba entre el 50 y el 56%. Con posterioridad a esa fecha las condiciones han mejorado, pero aún la tasa de desempleo es elevada,, cercana al 16%.

Por lo que respecta a la educación formal, puede decirse que a pesar de su cre­cimiento acelerado en los últimos años éste se caracteriza por" su escasa cobertura, por una alta deserción y por su inequitativa distribución entre las áreas urbanas y-rurales y entre lá población femenina y masculina. Otra de las características "más salientes del sistema educativo dominicano es la alta ponderación de la educación particular (y por,lo tanto onerosa) en la matrícula total".

Si fuera necesario retener dos conclusiones útiles para nuestro enfoque poste­rior de los aspectos de administración cultural, haríamos énfasis en las siguientes del -"Diagnóstico":

i) La pirámide escolar... es reveladora de una profunda ineficiencia del sis­tema educativo dominicano. En la medida en que la experiencia educativa promedio de los niños se limita a un par de años, es poco lo que puede es­perarse en términos del impacto de la escuela sobre la determinación del aprendizaje. Dicho de otro modo, es pertinente preguntar qué es lo que se puede esperar de una enseñanza en la cual el dominio de las áreas básicas como la lectura, la escritura y el cálculo no estén lo suficientemente des­arrollados (pág. 36);

ii) Si se cumpliera con el objetivo de suplir una.educación universal de 4 gra­dos a los niños rurales en el próximo quinquenio, esto constituiría un cam­bio drástico. M a s — la consecución de este objetivo aún escapa a las po­sibilidades del sistema (pág. 38).

Por otra parte, se reconoce la poca importancia que se ha dado tradicionalmente a la educación no formal y la relativa inadecuación de los contenidos de la educación con relación al medio ambiente. Se reconoce también que existe interés gubernamental por estimular la educación no formal pero hasta el momento no se ha incluido en el organigrama de la Secretaría de Estado un departamento especializado para este efecto.

La educación superior es autónoma en el país y las universidades privadas gozan de subsidios gubernamentales.

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b) Situación organizativa

Hemos hecho referencia a algunas de las características más salientes de la si­tuación socioeconómica y educativa con el objeto de establecer algunos parámetros que permitan establecer el grado de desarrollo relativo que ha alcanzado la Repúbli­ca Dominicana y destacar así, en mejor forma, el papel que pueden jugar las acciones culturales en la coyuntura actual.

En forma inmediata nos interesa examinar la organización de los servicios cultu­rales dentro de las distintas dependencias del gobierno central.

En primer lugar, podemos ver el Organigrama I de la Presidencia de la República, que del Secretariado Administrativo de la Presidencia dependen las siguientes insti­tuciones s Oficina del Patrimonio Cultural, Museo de las Casas Reales, Museo del Hom­bre Dominicano, Biblioteca Nacional, Museo de Historia Natural, Radio Televisora Na­cional, Teatro Nacional, Museo de Historia y Geografía y Galería de Arte Moderno que cumplen funciones específicas de conservación y difusión cultural y en algunos casos de investigación científica.

En el Organigrama II de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos existen tres subsecretarías: la Subsecretaría Administrativa, la Subsecreta­ría Técnica y la Subsecretaría de Estado de Asuntos Culturales, esta última de re­ciente creación.

De la Subsecretaría de Estado de Asuntos Culturales dependen la Dirección Gene­ral de Cultura, la Dirección General de Cultos y la Dirección General de Bellas Artes.

*. De la Dirección General de Cultura dependen el Departamento de Inventario de

Bienes Culturales, el Departamento de Canje y Difusión, el Departamento de Impresos y el Departamento de Biblioteca.

De la Dirección General de Bellas Artes dependen el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela de Arte Escénica y la Escuela de Artes Plásticas, los Liceos y Academias Musicales, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Nacional y el Teatro de Bellas Artes y la Galería de Bellas Artes.

Las dependencias directas del Secretariado Administrativo de la Presidencia tie­nen una relativa autonomía de gestión y diverso grado de actividad. Hay algunas, co­mo el Museo de las Casas Reales, que escapan al patrón normal de la administración y la administración de los fondos y los programas de animación dependen de un volunta­riado y otras, como el Museo de Historia y Geografía, cuyos programas apenas comienzan.

Por lo que respecta a la Subsecretaría de Estado de Educación, encargada de Asun­tos Culturales, su reciente creación, el no disponer de fondos seguros para el des­arrollo de actividades planificadas, el mezclar confusamente actividades docentes con actividades de promoción y el haber sido privada del control de los Departamentos de Canje y Difusión y de Impresos, hacen que su eficacia sea muy relativa y su funciona­lidad bastante discutible dentro del complejo de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.

No es impertinente citar aquí de nuevo los conceptos del licenciado Bernardo Vega sobre la duplicación de funciones y la "confusión a la labor a realizar", así como la "falta de una coordinación interinstitucional". El caso más evidente es el de la fal­ta de coordinación entre la Oficina de Patrimonio Cultural que depende del Secretaria­do de la Presidencia y el Departamento de Inventario y Bienes Culturales, que depende de la Subsecretaría de Estado para Asuntos Culturales, y entre los cuales no existe ningún nexo institucional.

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Para tomar aún más complejo el cuadro es necesario consignar que por medio del Decreto N2 596 del 20 de enero de 1971 se creó el Instituto de Cultura Dominicano cuyo articulado substancial dice lo siguiente:

"Art. 1-- Se crea el Instituto de Cultura Dominicano, el cual tendrá a su cargo promover los estudios encaminados a lograr una mejor difusión de la tradición cultural dominicana y propiciar la creación artística en ge­neral y la expresión del pueblo dominicano;

Art. 2 . - El Instituto que se crea por el presente Decreto tendrá bajo su depen­dencia todo lo concerniente a la Biblioteca Nacional, así como los de­más asuntos relativos a la cultura que le señale el Poder Ejecutivo".

c) Situación presupuestal

Hemos dicho ya que las infraestructuras locativas, tanto en la ciudad histórica como en la ciudad moderna, o en Santiago, la segunda ciudad del país, son de primer orden. Esta condición representa inversiones cuantiosas, lo mismo que su mantenimien­to. También hemos hecho un recuento de los esfuerzos que ha hecho el Estado por re­constituir su basamento institucional, a pesar de que en este aspecto, obviamente, los progresos sean más lentos y quizás demanden el trabajo sostenido de generaciones o un especial cuidado en la elevación del grado de educación política de la sociedad.

Para tener un cuadro más completo de.la realidad es preciso que dediquemos algún espacio a analizar las principales asignaciones presupuéstales para cultura a nivel del gobierno central, dejando constancia de que no constituyen un balance exhaustivo sino un punto de referencia cuantitativo para apreciar la magnitud del esfuerzo rea­lizado que muchas veces no rinde los frutos que debería por la falta de una mejor coordinación y de una aplicación deL esfuerzo a puntos coyunturales de la acción cul­tural . _ , . . . .

En los cuadros 1 y 2 podemos ver algunos datos comparativos sobre la evolución del presupuesto de siete, de las principales instituciones culturales y científicas del país. Muestran una tendencia continua hacia el crecimiento y dan cuenta del in­terés del Estado por favorecer algunos aspectos de la cultura.

El cuadro Na 2 muestra cómo una buena parte del presupuesto de las instituciones, entre un 40 y un 65% se dedica al pago de servicios personales, lo que deja un saldo muy reducido para el desarrollo de los programas. Esta situación es aún más notoria en el caso de las instituciones y programas dependientes de la Subsecretaría de Estado para Asuntos Culturales en donde la falta de recursos es crónica y paraliza literal­mente los programas.

A continuación presentamos una relación y consolidación de las principales par­tidas dedicadas a cultura en el presupuesto de gastos de la nación:

dólares

360.000,00

508.600,00

446.000,00

390.000,00

353-000,00

I - Museo de las Casas Reales

2. - Museo de Historia Nacional

3 . - Teatro Nacional

4 - Galería de Arte Moderno

5 - Biblioteca Nacional

Pasan 2.057.600,00

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dólares

Vienen 2.Q5 7.600,00

6 - Museo Nacional de Historia y Geografía 286.200,00

7.- Museo del Hombre Dominicano 266.000,00

8 - Oficina del Patrimonio Cultural 261.300,00

9 - Archivo General de la Nación 85.835,00

10 - Centro de Rest, y Microfilm, de Documentos 322.455,00

11 - Programa de Fomento Bellas Artes 1.073.000,00

12 - Radio Televisión Dominicana 900.000,00

13 — Subvenciones a Academias, Sociedades y otros (calculado) 150.000,00

14 - Subsecretaría de Estado y Dirección de Cultura (calculado) 120.000,00

Total 5.522.390,00

Como puede verse, la suma de recursos dedicados a la acción y promoción cultu­ral, excluyendo la que se dedica al sostenimiento de las Universidades que son o de­berían ser los. máximos organismos de creación y difusión de ciencia y cultura, es de magnitud apreciable dentro del presupuesto de la nación y consideramos, y con nosotros la mayoría de -los encargados de la gestión cultural, que podría ser mayor si se esta­blecieran ciertos mecanismos de coordinación y sobre todo si se adoptaran líneas de política más acordes con las necesidades nacionales y con el estudio de desarrollo histórico del país.

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III - CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES PRINCIPALES SITUACIÓN DE LAS PRINCIPALES INFRAESTRUCTURAS CULTURALES

Los criterios aplicados para la evaluación de la, situación cultural" y las opinio­nes intercambiadas con representantes de -les -sectores dirigentes de la cultura lleva­ron al Consultor a las siguientes conclusiones que se enuncian a título provisional, dada la circunstancia de que las situaciones parecen evolucionar muy rápidamente y la conyuntura actual puede cambiar muy rápidamente:

1. Existen infraestructuras culturales de importancia en la República Dominicana, principalmente en el aspecto de instalaciones y espacios culturales. Estas in­fraestructuras no están óptimamente aprovechadas y en algunos casos su montaje ha obedecido a la desmembración de antiguas instalaciones que reunían diferentes aspectos de la cultura dominicana, como es el caso del Museo del Hombre Dominicano y del Museo de Historia y Geografía que aprovechan los recursos del antiguo museo nacional.

2. La mayoría de las instituciones concentran su actividad en la ciudad capital, aunque, obviamente, las investigaciones que realizan tienen por escenario todo el territorio de la nación. Las labores de difusión, se concentran en Santo Domingo, las de enseñanza artística en dos o tres ciudades más, incluyendo a Santiago, la segunda ciudad del país y las tareas de preservación, salvaguardia y restauración del patrimonio monumental.incluyen a Santo Domingo, Santiago y Puerto Plata, principalmente. Existe, en efecto, una gran concentración de los recursos de'las infraestructuras locativas y de las actividades en la ciudad capital, siendo la vida cultural en la provincia, en extremo precaria.

3. La actividad cultural se centra principalmente en los aspectos de difusión y de protección del patrimonio cultural, limitándose los relacionados con la creati­vidad, el teatro y la música, principalmente. Las investigaciones de los facto­res culturales se concentran fundamentalmente en los aspectos arqueológicos y en menor medida en los antropológicos, sin que se advierta ninguna tendencia hacia los estudios de las actitudes, motivación y prácticas de las comunidades en lo que respecta a la producción y el consumo de los bienes culturales o al impacto de los mismos sobre el comportamiento individual y social.

4. Las instituciones culturales, los museos y los institutos de arte dependen, in­discriminadamente de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos o de la Secretaría Administrativa de la Presidencia de la República. La comuni­cación entre las distintas instalaciones no es institucional sino que, cuando se da, obedece más al criterio y a la buena voluntad de las personas que los di­rigen que a la existencia de un plan concreto a corto o mediano plazo. Existe en las altas esferas del gobierno una voluntad de institucionalización pero ésta no ha llegado a ser propósito definido en el campo de la cultura.

5. Aunque los presupuestos para la actividad cultural son significativos, su efica­cia se ve menguada por la dispersión de las actividades, la duplicación de fun­ciones, los paralelismos y el gran -porcentaje de recursos destinados a la admi­nistración y a los gastos generales que se repiten en cada institución y que podrían reducirse notablemente, teniendo una administración central.

6. No existe un clima que favorezca la participación comunitaria y la creación co­lectiva en el campo de la cultura y no se pudieron detectar acciones que en el futuro inmediato tiendan a crear este clima. De ahí resulta que las principales creaciones de la cultura se den en el campo de la literatura (poesía y ficción) de la pintura de caballete y música, principalmente en torno a la Orquesta Sin­fónica Nacional. Existe personal formado en el campo del teatro y de la cine­matografía, pero este personal no ha tenido oportunidad de ejercitar sus cono­cimientos y capacidades.

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7. Existe un dualismo manifiesto entre - sectores que consideran las manifestaciones culturales en un sentido tradicional y sectores que los relacionan directamente con el desarrollo general del país. Este debate, que de mantenerse en un plan general puede resultar fructíferor ha derivado a veces a consideraciones muy particulares y personales que entorpecen la actividad de los organismos y dismi­nuyen la credibilidad de las personas encargadas de la acción cultural.

8. No existen instituciones de base (Casas de cultura, Bibliotecas Municipales o Clubes Culturales) que puedan responder a un programa inmediato de participación social y de democratización de la cultura. En el pasado inmediato se han elabo­rado proyectos para someterlos a organismos internacionales principalmente a la Unesco para estimular este aspecto de la participación comunitaria, pero las ini­ciativas no han llegado a cristalizarse en realizaciones.

i) Creación de un Instituto Dominicano de Cultura

a) La principal recomendación que el Consultor puede hacer a las autoridades de la República Dominicana, se concentra en la creación de una institución que reúna los institutos y museos artísticos, científicos e históricos, las entidades encargadas de la protección del patrimonio cultural, las instituciones que realicen una labor de difusión y. la creación de otras que se encarguen de la promoción y del planeamiento de la actividad cul­tural.

La estructura de este organismo se presenta en el Anexo I, integrado por un organigrama del instituto Dominicano de Cultura y por un proyecto de Ley para la creación del mismo en donde se establecen y describen las diferentes unidades, sus objetivos y funciones y la interrelación entre las mismas. En el Anexo II se encuentra una exposición de motivos que justifica la creación del Instituto y que pone de manifiesto las oportu­nidades de orden institucional, administrativo y económico que hacen ur­gente la creación del mismo.

ii) Proyecto de desarrollo cultural

Sería oportuno que el gobierno diera de nuevo vigencia a la idea de pre­sentar a los organismos internacionales un proyecto de Desarrollo Cultu­ral, centrado principalmente, en la creación de casas de la cultura que estimularan la actividad comunitaria y que sirviera para garantizar la participación de la sociedad en la actividad cultural.

En todo caso la realización de un proyecto de Desarrollo Cultural se im­pone como una necesidad simultánea a la creación de un organismo de dirección de la cultura, ya que de otra manera no se vería la ventaja de reunir instituciones si no se hace un esfuerzo por cambiar la menta­lidad de los mismos y de reunirlos a todos en un grave propósito nacional.

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ANEXO I

ANTEPROYECTO DE LEY QUE CREA EL INSTITUTO DOMINICANO DE CULTURA

_ A _

El Congreso Nacional En nombre de la República

Considerando : que corresponde al Estado Dominicano contribuir al desarrollo cultural del pueblo mediante una política coherente dirigida a la preservación y difusión de sus tradiciones auténticas y al rescate y afirmación de su identidad, tan duramente golpeada por lustros de dominación y violencia;

Considerando: que es un deber del Estado garantizar la participación de los ciuda­danos en la vida cultural, creando las condiciones propicias para que todos puedan desenvolver adecuadamente sus aptitudes en los campos de la creatividad artística y científica;

Considerando: que en la actualidad existen numerosas instituciones públicas y pri­vadas que se dedican a actividades científicas y culturales, sin sujeción a una polí­tica orgánica y a una jcoordinación eficaz, lo que disminuye la trascendencia de su labor; ?

'Considerando : que el Estado debe hacer uso racional de sus recursos económicos, téc­nicos y humanos para dar una cobertura realmente nacional e integrada a sus programas culturales sin duplicaciones ni desperdicios de esfuerzos para que éstos produzcan un mayor impacto en el desarrollo económico y social dominicano, preservando al mismo tiempo la identidad e independencia nacionales.

Ha dado la siguiente Ley

TITULO I

• Del instituto Dominicano de Cultura

Articulo 1. - Créase el Instituto Dominicano de Cultura con jurisdicción en todo el territorio nacional y adscrito a la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.

Articulo 2. - El Instituto Dominicano de Cultura tendrá personalidad jurídica, patri­monio propio y autonomía de gestión, pero obrará coordinadamente con la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos y con otros entes públicos, cuyas activi­dades estén encaminadas a elevar la condición intelectual y cultural de los domini­canos .

Artículo 3. - Son funciones del Instituto Dominicano de Cultura:

a) Formular una política cultural coherente, respecto del.patrimonio monumental, histórico y artístico del país, a la difusión de sus manifestaciones artís­ticas, al desarrollo de la creatividad individual y colectiva y a la mayor participación de la comunidad en la vida de la cultura;

b) Mantener un inventario de los bienes y de los recursos aulturales de todo género existentes an el pais, ya sean patrimonio del Estado o de particulares, así como de los referentes a la República Dominicana que por cualquier razón se encuentren fuera del país;

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c) Dirigir, realizar y supervisar los trabajos de reconstrucción, consolidación y ambientación de monumentos nacionales de interés histórico, así como el rescate, preservación y restauración de otros bienes culturales muebles;

d) Patrocinar la investigación, expresión y revalorización del folklore nacional y otros aspectos de la cultura popular dominicana, haciendo énfasis parti­cular en aquellos rasgos que permitan reafirmar nuestra identidad como pueblo;

e) Desarrollar o patrocinar investigaciones sobre los factores culturales bá­sicos y sobre ciencias sociales y naturales, en función del desarrollo in­tegral de la nación;

f) Proveer de una infraestructura adecuada de casas de la cultura y bibliote­cas, en coordinación con la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, que favorezcan la enseñanza y la difusión de la ciencia, el arte y la cultura a todos los sectores y regiones del país, estimulando aquellas iniciativas que tiendan a proteger los valores autóctonos y que produzcan un efecto multiplicador sobre el quehacer cultural.

Articulo 4. - El Instituto funcionará con organismos propios de gestión de acuerdo

a la siguiente estructura:

a) El Consejo Nacional de Cultura;

b) El Director General del Instituto;

c) Los tres directores de áreas;

d) El Director de la Oficina de Administración y Finanzas;

e) Los organismos adscritos, nacionales, provinciales y municipales;

f) Los organismos asociados, nacionales, provinciales y municipales,-'

g) Los Consejos Provinciales y Municipales de Cultura;

h) Las casas de la cultura provinciales y municipales.

TITULO II

De la Dirección y coordinación General

Articulo 5. - El Consejo Nacional de Cultura estará integrado:

a) El Honorable Presidente de la República o su.delegado personal, quien será su Presidente ex-oficio;

b) El Secretario de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos;

c) El Secretario de Estado de Relaciones Exteriores;

d) El Secretario de Estado de Deportes, Educación Física y Recreación;

e) El secretario de Estado de Turismo;

f) El Director General del Instituto;

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g) Los Presidentes de las Academias de Historia, Ciencias y de la Lengua y el Presidente de la Sociedad Dominicana de Geografía;

h) El Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo;

i) Un Rector escogido por los Rectores de las universidades privadas;

j) Un delegado de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad;

k) Un delegado del Ateneo Dominicano;

1) Un delegado de la Sociedad de Amantes de la Luz de Santiago;

m) Tres delegados de las asociaciones de clubes culturales;

n) Un delegado de las fundaciones incorporadas que tengan fines culturales.

Articulo 6. - Son funciones del Consejo Nacional de Cultura:

a) Trazar los lineamientos básicos de la política cultural del Estado Dominicano, teniendo en cuenta particularmente la estrecha relación que debe existir entre la política educativa y la cultural ;

b) Estudiar y recomendar los planes y programas que debe implementar el Insti­tuto a corto, mediano y largo plazo;

c) Hacer recomendaciones al Poder Ejecutivo sobre la creación, supresión o modi­ficación de las estructuras y organismos dependientes del Instituto, así como del otorgamiento o retiro de la condición de organismos asociados del Insti­tuto ;

d) Recibir y comentar la Memoria Anual que habrá de presentar el Director General del Instituto;

e) Otras funciones que le asignen la Ley o el Poder Ejecutivo.

Articulo 7. - El Consejo Nacional de Cultura se reunirá ordinariamente dos veces al año; una en el mes de enero para conocer la Memoria Anual del instituto; y otra en el mes de agosto, para discutir los planes y presupuestos correspondientes al año subsiguiente. Se reunirá además extraordinariamente cada vez que sus funciones lo requieran, a juicio del Poder Ejecutivo o del Director General.

Articulo 8. - El Director General tendrá a su cargo la Dirección, ejecución y co­ordinación general de los planes y programas de desarrollo cultural en estrecha co­ordinación con los programas de educación nacional. Para estos fines contará con la asistencia de una Oficina de Administración y Finanzas, de una Consultoría Jurí­dica, una Oficina de Relaciones Públicas y 'ana Oficialía Mayor y de tres direcciones para integrar cada una de las tres grandes Areas de Actividad del Instituto: Direc­ción del Patrimonio y los Recursos Culturales, Dirección de Planeacidn, Desarrollo y Evaluación y Dirección de Creatividad y Participación Popular.

Articulo 9. - Son•funciones del Director General:

a) Representar al Instituto legalmente y en todos los actos públicos institu­cionales;

b) Dirigir y coordinar las tareas de las diferentes dependencias;

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c) Recomendar al Poder Ejecutivo los nombres de las personas que han de servir los diferentes cargos del Instituto;

d) Presentar al Consejo Nacional de Cultura la Memoria Anual y al Poder Ejecu­tivo el proyecto de presupuesto;

e) Las demás que le asignen la Ley y el Poder Ejecutivo.

Artículo 10. - Para efectos exclusivos de coordinación, el Director General, los tres Directores de Area, el Jefe de la Oficina de Administración y Finanzas y el Consultor Jurídico se constituirán en Comité de Coordinación, que se reunirá por lo menos una vez al mes y cuando lo convoque el Director General.

Artículo 11. - Para el desempeño de sus funciones el Director General estará asistido directamente por un Consultor Jurídico, un Oficial Mayor y un Relacionista Público.

Artículo 12. - La Oficina de Administración y Finanzas prestará el apoyo técnico-ad­ministrativo y realizará la coordinación del trabajo del instituto. Para el efecto contará con secciones de Personal, Mantenimiento y Equipos, Aprovisionamiento y Con­tabilidad y Pagos.

Articulo 13. - La Dirección de Patrimonio y Recursos Culturales dependerá directamente de la Dirección General y coordinará el trabajo de los siguientes Departamentos: Centro de Inventario de los Bienes y Recursos Culturales, Centro de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural y.Departamento de instituciones y Museos, al cual se integran las siguientes instituciones: La Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, el Museo Nacional de Historia y Geografía, el Museo de las Casas Reales, el Museo del Hombre Dominicano, el Museo de la Familia Dominicana del siglo XIX, el Museo del Alcázar de Colón, la Casa de Ponce de León y otros museos, bibliotecas y archivos nacionales, provinciales o municipales que le sean adscritos por la Ley o por el Ejecutivo.

Articulo 14. - La Dirección de planeación, Desarrollo y Evaluación dependerá directa­mente de la Dirección General y tendrá a su cargo la investigación, la promoción cul­tural de la comunidad, la producción de los bienes culturales, la formación de los re­cursos humanos para la acción cultural y la coordinación de la cooperación cultural internacional. Para este efecto contará con los siguientes Departamentos: Departa­mento de Documentación Cultural, Departamento de Investigaciones Culturales, Departa­mento de Formación de Recursos Humanos para la Acción Cultural, Departamento de Producción de Bienes Culturales, Departamento de Programas y Presupuestos, Departamento de Evaluación de Programas, Departamento de Cooperación Internacional.

Articulo 15. - La Dirección de Creatividad y Participación Popular dependerá direc­tamente de la Dirección General, y tendrá a su cargo la difusión de las Artes, las letras y las creaciones populares; el estímulo a las instituciones artísticas o cien­tíficas y culturales; la elevación de la calidad de los mensajes culturales transmi­tidos a través de los medios de comunicación social y la protección de la identidad nacional y el estímulo y la protección de los creadores culturales. Para este efecto contará con el apoyo de los siguientes departamentos: Departamento de Casas de la Cultura y Clubes Culturales, Departamento de Medios de Comunicación Social, Departa­mento de Derechos de Autor y Departamento de Instituciones Artísticas al cual se in­tegran las siguientes instituciones: El Teatro Nacional, el Teatro de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Nacional, el Ballet Nacional, la Galería Nacional de Arte, la Unidad de Teatro Guiñol y el Centro de la Cultura de Santiago.

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TITULO III

De los Organismos Adscritos y Asociados

Artículo 16. - Los organismos nacionales que por la presente Ley se adscriben al Ins­tituto Dominicano de Cultura funcionarán coordinados dentro de su área respectiva y sujetos al reglamento interno, que expida para cada caso el Poder Ejecutivo a solici­tud del Director General del Instituto.

Articulo 17. - El instituto y su Dirección General laborarán en estrecha relación, con aquellas instituciones que por su importancia nacional en el quehacer científico, ar­tístico y cultural constituyen puntos de apoyo naturales de las tareas que le están encomendadas, por lo que se les considera Organismos Nacionales Asociados del Instituto. Estos Organismos son:

a) Las Universidades cuyos títulos tengan la misma validez que los que expide la UASD;

b) Las Academias Nacionales (Historia, Lengua, Geografía y Ciencias);

c) Los Institutos Culturales reconocidos por el Estado,-

d) Las Confederaciones, Asociaciones y Sociedades Culturales y Educativas de al­cance nacional que lo solicitaren y tuvieren personalidad jurídica;

e) Otras que podrá incorporar el Poder Ejecutivo.

Articulo 18. - El Consejo Nacional de Cultura decidirá sobre las solicitudes de ads­cripción.

TITULO IV

De los Organismos Provinciales y Municipales

Articulo 19. - El Instituto desenvolverá sus actividades en todo el territorio nacional a través de las Casas de Cultura y de las infraestructuras de la Educación Nacional. Las Casas de Cultura funcionaran en un número variado en el Distrito Nacional y una por cada provincia y luego por cada municipio del pais, y deberán ser establecidas pro­gresivamente en la medida en que lo permitan los recursos disponibles.

Párrafo : Las Casas de la Cultura de las cabeceras de provincia tendrán actividad en. la totalidad de ésta, hasta que, con la instalación de Casas de la Cultura en los res­tantes municipios de la misma, éstas pasen a ser también municipales.

Artículo 20. - Las Casas de la Cultura serán Centros que consistirán de una adminis­tración local a cargo de un Director y diversos organismos adscritos locales, como sen una biblioteca y archivo histórico locales, auditorio, salón de exposiciones y otras reuniones, administración y eventualmente sedes para asociaciones y escuelas de artes. Su- actividad se nutrirá de los recursos locales y de los que a nivel nacional tienen funciones como organismos Adscritos o Asociados.

Artículo 21. - Las Casas de la Cultura laborarán en estrecha colaboración con las ins­tituciones de estudios superiores, las asociaciones y los clubes culturales locales-, como organismos asociados municipales o provinciales para que sus tareas sean más fruc­tíferas en él fomento de la actividad científica, artística y cultural de la República Dominicana.

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Artículo 22. - Las Casas de la Cultura estarán orientadas por un Consejo Provincial o Municipal de Cultura, formado por los directores de las instituciones culturales lo­cales, los Directores Departamentales de Educación o las personas del Servicio Nacional de Educación designadas por el Secretario de Estado; así como por personalidades in­dependientes, de acuerdo a lo que disponga en cada caso el Poder Ejecutivo, luego de recibir las recomendaciones sobre el particular del Comité Coordinador y las insti­tuciones adscritas y asociadas locales y regionales, así como de los Consejos Munici­pales de los Ayuntamientos locales.

TITULO V

De la Administración del instituto

Artículo 23. - El Director General, los Directores de las Instituciones adscritas y los demás empleados del Instituto serán nombrados por el Poder Ejecutivo.

Articulo 24. - En cualquier caso, la Dirección General del Instituto y sus diferentes Organismos Adscritos y Asociados podrán hacer todas las recomendaciones que consideren de lugar al Poder Ejecutivo por la vía del Instituto con relación al mejor funciona­miento y dirección de la política cultural del país y, recibirán del Poder Ejecutivo la orientación para la implementación de la Política Cultural del Estado.

Articulo 25. - El Gobierno asignará anualmente en la Ley de Gastos Públicos las par­tidas presupuestarias que requiera el funcionamiento y expansión del Instituto; y el Poder Ejecutivo dispondrá dentro de sus posibilidades aquellas partidas extraordinarias que puedan ser erogadas para apoyar los nuevos programas y gastos imprevistos de esa institución. El instituto podrá asimismo obtener respaldo financiero de instituciones privadas e internacionales; estas últimas previa autorización del Poder Ejecutivo.

Articulo 26. - El Poder Ejecutivo canalizará asimismo a través del instituto Nacional de Cultura todo lo relativo a las solicitudes de ayuda, subvenciones y cualquier otro respaldo económico y técnico a las asociaciones, academias y otras instituciones cul­turales del país.

TITULO VI

Disposiciones Transitorias

Artículo 27. - El Subsecretario de Estado de Educación, Encargado de Asuntos Cultura­les presidirá un Comité encargado de la organización y puesta en marcha del Instituto y hará al Poder Ejecutivo las recomendaciones a que dé lugar, incluyendo creaciones, supresiones, traslados de cargos y traslados presupuéstales que sean de lugar para el correcto y adecuado funcionamiento del Instituto.

Párrafo; El Comité Organizador estará integrado en la siguiente forma:

a) El Subsecretario de Estado de Educación, Encargado de Asuntos Culturales, quien será su Presidente ex-oficio;

b) El Director de Bellas Artes;

c) El Director de Cultura;

d) El Director de la Biblioteca Nacional; y

e) El Director de Patrimonio Cultural.

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Artículo 23. - En la Ley de Gastos Públicos del Gobierno Central de la vigencia in­mediatamente siguiente a aquélla en que se expida la presenta Ley, se incorporarán las partidas necesarias para el funcionamiento del Instituto y se integrarán ordena­damente las de las instituciones adscritas.

Párrafo: El Poder Ejecutivo queda autorizado para hacer los traslados presupuéstales y las creaciones y supresiones de cargos necesarios para implementar la presente Ley.

Articulo 29. - Las dependencias de la Secretaría de Estado de Educación para Asuntos Culturales, continuarán funcionando hasta que se produzca la organización de la nueva-Institución que por esta Ley se crea; en ese momento unas se incorporarán al Comité de que trata el art. 27, otras, las de carácter docente se incorporarán a la Subsecre­taría de Estado de Educación para Asuntos Técnicos y otras, por fin, desaparecerán.

- 27 - Anexo II

ANEXO II

Justificación de la Estructura Propuesta

La estructura que se propone para el máximo organismo director, ejecutor y co­ordinador de la política cultural del Estado, presupone un concepto y una práctica de la cultura que supera sus manifestaciones particulares y aisladas, como son las artes, las letras y los espectáculos y se fundamenta, en cambio, en el presupuesto, sostenido por importantes organismos internacionales de cultura como la Unesco, y por técnicos y hombres de estado de los países más avanzados del planeta, de que la cultura está constituida por cualquier manifestación ética, estética y material de un pueblo y por los productos que ha ido acumulando en su lucha por establecer y con­servar su identidad cultural. Presupone, asimismo,que si el país desea continuar su proceso de institucionalización es necesario crear un ente único que ejecute la polí­tica cultural del Estado y que supere la situación histórica existente en donde proli-feren las pequeñas instituciones aisladas,que funcionan sin ninguna coordinación insti­tucional seria y permanente y que no obedecen a un gran propósito nacional explícito.

Por otra parte, y consideramos que éste es el presupuesto más fecundo, el orga­nismo que se propone crear será un instrumento adecuado para el desarrollo integral del país, que supone no sólo la superación de ciertas carencias nacionales y el cre­cimiento de ciertos factores de índole material, sino la afirmación de la personalidad cultural nacional, la formación de un movimiento de autoafirmación en torno a los va­lores autóctonos y la conjunción de la cultura, la ciencia y la educación en un solo esfuerzo que permita restablecer el balance entre el medio ambiente y las necesidades humanas, roto por la acción del progreso o del simple desempeño de las fuerzas eco­nómicas .

En este sentido, la cultura es susceptible de desarrollarse mediante políticas coherentes y científicamente estudiadas y formuladas y es susceptible de orientarse, también, sobre bases más acordes con el interés nacional.

Por lo menos 17 grandes instituciones culturales, muchas de ellas con instala­ciones locativas de primer orden y presupuestos considerables, existen en el país, adscritas"a la Secretaría Administrativa de la Presidencia de la República o a la Subsecretaría de Estado de Educación para Asuntos Culturales, o flotando en el limbo de la indeterminación organizacional, ya que las sucesivas Leyes, Decretos o Contratos han desdibujado en tal forma su perfil que a veces llega a dudarse si son organismos del Estado o filantrópicas creaciones de la buena voluntad de los amantes de la Cultura. Si no existe una coordinación técnica establecida, más difícil aún es hablar de una política cultural coherente, que sirva de fundamento para la movilización humana in­terna que todo gran proyecto de liberación y de desarrollo integral necesita.

El Proyecto aquí esbozado se basa en la concentración en tres áreas de los as-; pectos básicos de la actividad cultural de un Estado moderno. Tenemos en primer lugar el área patrimonial constituida por lo que el pueblo ha creado a lo largo de los siglos y que es patrimonio inalienable de la nación. Los organismos que reúnen este patri­monio, como las bibliotecas, museos y archivos y aquéllos que están representados por los grandes monumentos históricos nacionales, se agrupan bajo una misma área de direc­ción para facilitar su preservación, restauración y para poder realizar en ellos, o con su concurso, actividades de animación que hagan accesible su disfrute a la comu­nidad. Ese área contará con los apoyos técnicos indispensables para la realización de sus trabajos técnicos de Inventario de Bienes y Recursos Culturales y de Conser­vación y Restauración del Patrimonio Cultural. Pero es necesario entender que el .patrimonio no está representado únicamente por los bienes materiales, productos muer­tos de la actividad congelada del pasado; hay otros recursos más preciosos que son

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los humanos, los artistas, escritoresr músicos, pintores, artesanos que en el anonima­to de su trabajo o en el reconocimiento profesional, recrean el espíritu nacional to­dos los días. Es necesario comprender y destacar que estos recursos humanos son más importantes que los recursos patrimoniales y que es deber del Estado conocerlos y crear el ambiente propicio para el ejercicio de su trabajo.

Se ha diseñado, en segundo lugar, un área de Planeación, Desarrollo y Evaluación que será el eje dinámico de la Institución, que proveerá su infraestructura técnica y científica y que le permitirá competir con similares niveles de eficiencia a los que se encuentran en otras instituciones del Estado o en la empresa privada, en la produc­ción de bienes y servicios culturales. El complejo formado por los Departamentos de Documentación, Investigaciones y Formación de Recursos Humanos, provee los elementos básicos para el conocimiento de la realidad y para el trabajo técnico sobre esa rea­lidad. El Departamento de Producción de Bienes Culturales viene a llenar una necesi­dad básica, ya que ninguna de las instituciones actualmente existentes posee la infra­estructura adecuada para la producción de libros, o de discos, o de programas de radio y de televisión, o de audiovisuales y cuando se quiere trabajar en alguno de estos campos es preciso recurrir a la industria privada. Esta unidad serviría a toda la Institución y aún a otros organismos del Estado y podría convertirse en la base de una auténtica y poderosa industria cultural. Los Departamentos de Programas y Presupues­tos y de Evaluación de Programas serán los instrumentos técnicos para estructurar pro­yectos específicos., para planificar y evaluar las distintas actividades de los organis­mos adscritos. Y^por último, el Departamento de Cooperación Internacional tendrá a su cargo la captación'y coordinación de la cooperación cultural internacional y trabajará en estrecha colaboración con las oficinas homologas de la Secretaría de Estado de Edu­cación, Bellas Artes y Cultos, con la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores y con la Secretaría Técnica de la Presidencia de la República.

Se prevé, en tercer lugar, un área de Creatividad y Participación Popular, o comu­nitaria, desde donde se estimulen el conocimiento y la difusión de las manifestaciones de la creatividad artística dominicana y universal y desde donde se promueva y fomente la participación comunitaria en la vida cultural. El Departamento de Instituciones Artísticas coordinará y apoyará_los programas de los grandes centros de difusión y es­timulará su actividad tratando de llevarla de la capital a otros centros urbanos que tengan infraestructuras apropiadas, o utilizando los canales de la radio y de la tele­visión. Habida cuenta de que los medios de comunicación social -Radio, Cine, T.V.-son los grandes difusores de actitudes, valores y prácticas, es necesario realizar una tarea de alta prioridad para rescatarlos para la creación y difusión de los valores autóctonos y para llevar la cultura dominicana a otros ámbitos afines por su cultura y por su desarrollo histórico y preocupaciones sociopolíticas. No incluir los medios de comunicación de masas en un programa de desarrollo cultural de envergadura es des­aprovechar los instrumentos más idóneos del mundo moderno, en el que, queramos o no, estamos insertos y dejar que continúen siendo los factores más activos de alienación y frivolidad. Por otra parte, una bien planeada red de Casas de la Cultura y otras instituciones culturales locales serán los núcleos que garanticen la participación comunitaria, base imprescindible de la democracia cultural.

Esta estructura de instituciones y organismos de conservación, difusión, desarrollo, estímulo de la creatividad y participación estará gobernado por un Consejo Nacional de Cultura, cuya composición y funciones garantizarán que la política que lo oriente sea la política del Estado y que su influencia se ejerza a través y coordinadamente con los programas formales y no formales de educación, máxime cuando está comprobado que las limitaciones y debilidades del sistema educativo demandan una fuerte dosis de motivación social y un amplio apoyo científico y cultural para garantizar su éxito. El Consejo reúne, asimismo, representantes de las Universidades y de las organizaciones culturales

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de base lo que garantiza formalmente una participación comunitaria en la toma de deci­siones. Pero es obvio que lo que, en última instancia garantizará la participación activa en la vida cultural y evitará la burocratización del organismo será su activi­dad misma y las canales de comunicación que establezca con todos los sectores de la comunidad.

El órgano de gestión, de dirección y coordinación, encargado de ejecutar la po­lítica, será la Dirección General que tendrá las oficinas de apoyo inmediato que ga­ranticen el cumplimiento de su misión y que permitan ejercitar un control adecuado sobre la eficacia del gasto público. Gasto público que se acerca ya a los 7.000.000 de dólares y que exige una estructura administrativa eficaz y técnica y que, al mismo tiempo, tenga asegurados canales de comunicación con las altas instancias del Estado.

No sobra por último, decir que con el fin de desconcentrar la actividad cultural de la capital de la República es necesario que se dé una alta prioridad a la creación de Casas de la Cultura, bibliotecas y otras instituciones y se estimule y aliente la formación de clubes y asociaciones culturales locales.

Un aspecto que es bueno destacar en el proyecto presentado es el relativo a los institutos de docencia artística, que hasta el presente estaban adscritos a la Direc­ción General de Bellas Artes y que es bueno que permanezcan bajo la Secretaria de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, la que podrá, en el futuro hacer gestiones ante las Universidades para que sean aquéllas las que asuman la docencia artística en el nivel superior.

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