estudio completo de la virgen maria

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  • 8/6/2019 Estudio Completo de la Virgen Maria

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    Bienaventurada Virgen Mara

    La Bienaventurada Virgen Mara es la madre de Jesucristo, la madre de Dios.

    En general, la teologa y la historia de Mara la Madre de Dios siguen el orden

    cronolgico de sus fuentes respectivas, esto es, el Antiguo Testamento, el NuevoTestamento, los primeros cristianos y los testigos judos.

    I. Mara profetizada en el Antiguo Testamento

    Gnesis Isaas Miqueas Jeremas

    II. Tipos y Figuras de Mara en el Antiguo Testamento

    III. Mara en los Evangelios

    Ascendencia Davdica de Mara Sus padres La ciudad de los padres de Mara Su Inmaculada Concepcin El nacimiento de Mara La Presentacin de Mara Sus esponsales con Jos La Anunciacin La Visitacin El embarazo de Mara llega a conocimiento de Jos El viaje a Beln Mara da a luz a Nuestro Seor La Circuncisin de Nuestro Seor La Presentacin La visita de los Magos La huida a Egipto La Sagrada Familia en Nazaret Nuestro Seor es hallado en el Templo El resto de la juventud de Nuestro Seor

    La virginidad perpetua de Mara La maternidad divina de Mara La santidad perfecta de Mara El milagro de Can Mara durante la vida apostlica de Nuestro Seor Mara durante la Pasin de Nuestro Seor La maternidad espiritual de Mara Mara y la Resurreccin de Nuestro Seor

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    IV. Mara en otros libros del Nuevo Testamento

    Hechos Apocalipsis

    V. Mara en los Documentos de los Primeros CristianosVI. Vida Post-Petencostal de Mara

    Localizacin de su vida, muerte y enterramiento Su asuncin a los cielos

    VII. La Actitud de los Primerios Cristianos hacia la Madre de Dios

    Su imagen y su nombre Primeros documentos

    MARA PROFETIZADA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

    El Antiguo Testamento se refiere a Nuestra Seora tanto en sus profecas comoen sus tipos o figuras.

    Gnesis 3:15

    La primera profeca referente a Mara se encuentra en los captulos iniciales delLibro del Gnesis (3:15): "Pondr enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y elsuyo; ella te aplastar la cabeza y t estars al acecho de su taln". Esta versinparece diferir en dos aspectos del texto original hebreo:

    1. En primer lugar, el texto hebreo emplea el mismo verbo para las dosversiones traducidas "ella te aplastar" y "t estars al acecho"; laSeptuaginta traduce el verbo en ambos casos por terein, estar al acecho;Aquila, Smaco y los traductores sirios y samaritanos traducen el verbohebreo por expresiones que significan aplastar, magullar; el Itala traduce eltereinutilizado en la Septuaginta con el trmino latino de "servare" , vigilar;S. Jernimo (1) sostiene que el verbo hebreo tiene el significado de"aplastar" o "magullar" ms que el de "estar al acecho", "vigilar". Sinembargo en su propio trabajo, que se convirti en la Vulgata latina, el santoemplea el trmino "aplastar" (conterere) en primer lugar, y "estar al acecho"(insidiari) en segundo. Por tanto el castigo infligido a la serpiente y lavenganza de sta estn expresadas con el mismo verbo: pero la heridasufrida por la serpiente es mortal, ya que afecta a la cabeza, mientras quela herida causada por ella no es mortal, ya que es infligida en el taln.

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    2. El segundo punto de diferencia entre el texto hebreo y nuestra versin serefiere al agente que va a infligir la herida mortal a la serpiente: nuestraversin coincide con el texto actual de la Vulgata en traducir "ella"(ipsa) quese refiere a la mujer, mientras que el texto hebreo traduce hu (autos, ipse)que se refiere a la descendencia de la mujer. Segn nuestra versin y la

    traduccin de la Vulgata, ser la mujer quien obtenga la victoria; segn eltexto hebreo, ella vencer a travs de su descendencia. Es en este sentidoen el que la Bula "Ineffabilis" atribuye la victoria a Nuestra Seora. Laversin "ella" (ipsa) no es ni una corrupcin intencionada del texto original niun error accidental, sino que es una versin explicativa que expresaexplcitamente el hecho de la participacin de Nuestra Seora en la victoriasobre la serpiente, que est contenido de manera implcita en el originalhebreo. La fuerza de la tradicin cristiana referente a la participacin deMara en esta victoria puede deducirse del hecho de que S. Jernimomantuviera "ella" en su versin a pesar de su familiaridad con el textooriginal y con la traduccin "l" (ipse)en la antigua versin latina.

    Dado que es comnmente admitido que el juicio divino se dirige no tanto contra laserpiente como contra el causante del pecado, la descendencia de la serpientehace referencia a los seguidores de la serpiente, la "progenie de vboras", la"generacin de vboras", aquellos cuyo padre es el Diablo, los hijos del mal,imitando, non nascendo(Agustn) (2). Puede darse la tentacin de comprender ladescendencia de la mujer en un sentido colectivo anlogo, abarcando a todos losnacidos de Dios. Pero descendencia puede no slo referirse a una persona enparticular, sino que generalmente tiene dicho significado, si el contexto lo permite.S. Pablo (Glatas 3:16) da esta explicacin de la palabra "descendencia" tal comoaparece en las promesas de los patriarcas: "A Abraham y a su descendenciafueron hechas las promesas. No dice a sus descendencias, como de muchas, sinode una sola: "Y a tu descendencia", que es Cristo". Finalmente la expresin "lamujer" en la frase "Pondr enemistad entre ti y la mujer" es una traduccin literaldel texto hebreo. La Gramtica Hebrea de Gesenius-Kautzsch (3) establece lanorma: es un rasgo peculiar del hebreo el uso del artculo para indicar unapersona o cosa todava desconocida o que todava est por describir con claridad,ya se encuentre presente o tenga que considerarse bajo las condiciones delcontexto. Dado que nuestro artculo indefinido cumple este propsito, se podratraducir: "Pondr enemistad entre ti y una mujer". Por tanto la profeca prometeuna mujer, Nuestra Seora, que ser la enemiga de la serpiente en un gradosobresaliente; adems, la misma mujer saldr vencedora sobre el Demonio, almenos a travs de su hijo. La rotundidad de la victoria es subrayada por la frasecontextual "comers tierra", que es segn Winckler (4) una antigua y comnexpresin oriental que denota la mxima humillacin (5).

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    Isaas 7:1-17

    La segunda profeca referente a Mara se encuentra en Isaas 7:1-17. Los crticosse han empeado en representar este pasaje como una combinacin de sucesosy palabras del profeta escritos por un autor desconocido (6). La credibilidad del

    contenido no resulta necesariamente afectada por esta teora, ya que lastradiciones profticas pueden quedar registradas por cualquier escritor sin perderpor ello su credibilidad. Pero incluso Duhm considera la teora como un intentoaparente por parte de los crticos de averiguar hasta dnde estn dispuestos aaguantar pacientemente los lectores; opina que es una verdadera desgracia parala crtica en cuanto tal el que haya encontrado un mero compendio en un pasajeque describe tan grficamente la hora del nacimiento de la fe.Segn II Reyes 16:1-4, y II Paralipmenos 27:1-8, Ajaz, que comenz su reinadoen el 736 a. de J.C., profesaba abiertamente la idolatra, de forma que Dios lo deja merced de los reyes de Siria e Israel. Al parecer se haba establecido unaalianza entre Pecaj, rey de Israel, y Rasn, rey de Damasco, con el propsito deofrecer resistencia a las agresiones asirias. Ajaz, partidario de los asirios, no seuni a la coalicin; los aliados invadieron su territorio, con la intencin de sustituira Ajaz por un gobernante ms complaciente, un cierto hijo de Tabeel. MientrasRasn estaba ocupado en reconquistar la ciudad costera de Elat, Pecaj procedien solitario contra Jud, "pero no pudieron prevalecer". Una vez Elat hubo cado,Rasn uni sus fuerzas a las de Pecaj; "Siria y Efram se haban confederado" y"tembl su corazn (de Ajaz) y el corazn del pueblo, como tiemblan los rbolesdel monte a impulsos del viento". Haba que hacer preparativos inmediatos paraun asedio prolongado, y Ajaz se encontraba intensamente ocupado en lasproximidades de la piscina superior, de la cual reciba la ciudad la mayor parte desu suministro de agua. De ah que Dios le diga a Isaas: "Sal luego al encuentro deAjaz ... al cabo del acueducto de la piscina superior". El encargo del profeta es denaturaleza extremadamente consoladora: "Mira bien no te inquietes, no temasnada y ten firme corazn ante esos dos cabos de tizones humeantes". El plan delos enemigos no tendr xito: "no aguantar y esto no suceder". Cul ser eldestino concreto de los enemigos?

    Siria no ganar nada, permanecer como haba estado en elpasado: " la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damascoes Rasn."

    Efram tambin permanecer en el futuro inmediato como habaestado hasta ese momento: "la cabeza de Efram es Samaria, y lacabeza de Samaria el hijo de Romelia"; pero al cabo de sesenta ycinco aos ser destruida, " dentro de sesenta y cinco aos Eframhabr dejado de ser pueblo".

    Ajaz haba abandonado al Seor por Moloc, y haba depositado su confianza enuna alianza con Asiria; de ah la profeca condicional referente a Jud "si no crees,no continuars". La prueba de fe sigue inmediatamente a continuacin: " Pide al

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    Seor, tu Dios, una seal, o de abajo en lo profundo o de arriba en lo alto". Ajazresponde con hipocresa: " no la pedir, no tentar al Seor", rechazando asdeclarar su fe en Dios y prefiriendo la poltica asiria. El rey prefiere Asiria a Dios, yAsiria vendr sobre l: "Har venir el Seor sobre ti y sobre tu pueblo, y sobre lacasa de tu padre, das cuales nunca vinieron desde que Efram se separ de Jud

    con el rey de los asirios". La casa de David haba ofendido no slo a los hombres,sino tambin a Dios con su incredulidad; por ello, "no continuar", y, por una ironadel castigo divino, ser destruida por aquellas mismas gentes a las que prefiriantes que a Dios.

    Sin embargo, las promesas mesinicas hechas a la casa de David no puedenfrustrarse: "El Seor mismo os dar una seal. He aqu que una virgen concebir,y dar a luz un hijo, y ser llamado Emmanuel. Y se alimentar de mantequilla ymiel, hasta que sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. Pues antes que el niosepa desechar lo malo y elegir lo bueno, la tierra por la cual temes de esos dosreyes ser devastada". Dejando de lado una serie de preguntas relacionadas conla explicacin de la profeca, debemos limitarnos aqu a la prueba evidente de quela virgen mencionada por el profeta es Mara, la Madre de Cristo. Laargumentacin se basa en las premisas de que la virgen mencionada por elprofeta es la madre de Emmanuel, y que Emmanuel es Cristo. La relacin de lavirgen con Emmanuel est claramente expresada en las palabras inspiradas; lasmismas indican, asimismo, la identidad de Emmanuel con Cristo.

    La relacin de Emmanuel con la seal divina extraordinaria que iba a serconcedida a Ajaz nos predispone a ver en la criatura alguien ms que un niocorriente. En 8:8, el profeta le atribuye la propiedad de la tierra de Jud: "Ytendiendo sus brazos cubrirn toda tu tierra, oh Emmanuel!". En 9:6, se dice queel gobierno de la casa de David descansa sobre sus hombros, y se le describecomo poseedor de cualidades superiores a las humanas: "nos ha nacido un nio,nos ha sido dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberana, y que sellamar maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Prncipe de la paz".Finalmente, el profeta llama a Emmanuel "vara del tronco de Jes", agraciado con"el espritu del Seor, espritu de sabidura y de inteligencia, espritu de consejo yde fortaleza, espritu de entendimiento y de temor de Dios"; su venida ir seguidade los signos generales de la era mesinica, y los que queden del pueblo escogidosern de nuevo el pueblo de Dios (11:1-16).

    Cualquier oscuridad o ambigedad que pudiera haber en el texto proftico eseliminada por S. Mateo (1:18-25). Despus de narrar las dudas de San Jos y la

    reafirmacin del angel "lo concebido en ella es obra del Espritu Santo", elevangelista contina: "Todo esto sucedi para que se cumpliese lo que el Seorhaba anunciado por el profeta, que dice: He aqu que una virgen concebir yparir un hijo, y le pondr por nombre Emmanuel". No es necesario que repitamosla explicacin del pasaje dada por comentaristas catlicos que responden a lasobjeciones que se han hecho contra el significado obvio del evangelista. De todolo anterior se puede deducir que Mara es mencionada en la profeca de Isaascomo madre de Jesucristo; a la luz de la referencia a la profeca hecha por S.

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    Mateo, se puede aadir que sta predijo tambin la virginidad de Mara, intacta enla concepcin de Emmanuel (7).

    Miqueas 5:2-3

    Una tercera profeca referente a Nuestra Seora se encuentra en Miqueas 5:2-3:"Y t, Beln de Efrata, pequeo para ser contado entre las familias de Jud, de time saldr quien seorear en Israel, cuyos orgenes vienen del comienzo, de losdas de la eternidad. Los entregar hasta el tiempo en que la que ha de parirparir, y el resto de sus hermanos volver a los hijos de Israel". Aunque el profeta(750-660 a. de C., aproximadamente) fue contemporneo de Isaas, su actividadproftica comenz un poco ms tarde y finaliz un poco antes que la de Isaas. Nocabe ninguna duda de que los judos consideraban que las predicciones anterioresse referan al Mesas. Segn S. Mateo (2:6), cuando Herodes pregunt a lossumos sacerdotes y escribas dnde iba a nacer el Mesas, le respondieron con laspalabras de la profeca, "Y t Beln, tierra de Jud, ...". Segn S. Juan (7:42), elpopulacho judo reunido en Jerusaln para la celebracin de la fiesta formul lapregunta retrica: "No dice la Escritura que del linaje de David y de la aldea deBeln, de donde era David, ha de venir el Mesas?". La parfrasis caldea deMiqueas 5:2 confirma la misma opinin: "De ti me saldr el Mesas, que seorearen Israel". Las mismas palabras de la profeca no admiten prcticamente otraexplicacin; pues "sus orgenes son del comienzo, desde los das de la eternidad".

    Mas, cmo se refiere la profeca a la Virgen Mara? Nuestra Seora esmencionada con la frase "hasta el tiempo en que la que ha de parir parir". Escierto que "la que ha de parir" se ha referido tambin a la Iglesia (S. Jernimo,Teodoreto), o al grupo de gentiles que se unieron a Cristo (Ribera, Mariana), otambin a Babilonia (Calmet); pero, por una parte, no hay apenas relacinsuficiente entre ninguno de estos sucesos y el redentor prometido; por otra parte,el pasaje debera decir " hasta el tiempo en que la que es estril parir" si elprofeta se hubiera referido a cualquiera de dichos sucesos. Tampoco puede "laque ha de parir" referirse a Sin: Sin es mencionada sin sentido metafrico antesy despus de este pasaje, de modo que no se puede esperar que el profetarecurra de repente a un lenguaje figurado. Mas an, si se explica as la profeca,no tendra un sentido cabal. Las frases contextuales "el seor de Israel", "susorgenes", que en hebreo implica nacimiento, y "sus hermanos" hacen referencia aun individuo, no a una nacin; de ello se deduce que el parto debe referirse a esamisma persona. Se ha mostrado que la persona que gobernar es el Mesas; porello, "la que ha de parir" debe referirse a la madre de Cristo, Nuestra Seora. Asexplicado, todo el pasaje aparece claro: el Mesas ha de nacer en Beln, unpueblo insignificante de Jud; su familia debe estar reducida a la pobreza y laoscuridad antes del momento de su nacimiento; como esto no puede suceder si lateocracia permanece intacta, si la casa de David contina floreciendo, "por ello losentregar hasta el tiempo en que la que ha de parir parir" al Mesas. (8)

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    Jeremas 31:22

    Una cuarta profeca referente a Mara se encuentra en Jeremas 21:22: " El Seorha creado algo nuevo sobre la tierra: una mujer ronda al varn". El texto delprofeta Jeremas ofrece no pocas dificultades para el intrprete cientfico; nosotros

    seguiremos la versin de la Vulgata latina del original hebreo. Pero incluso estatraduccin ha sido explicada de muchas formas diferentes: Rosenmuller y muchosintrpretes protestantes conservadores defienden la versin "una mujer protegera un hombre", mas tal argumento difcilmente podra inducir a los hombres deIsrael a retornar a Dios. La explicacin "una mujer buscar a un hombre" apenasest de acuerdo con el texto; adems, tal inversin del orden natural espresentada en Isaas 4:1 como una seal de la ms absoluta catstrofe. Laversin de Ewald "una mujer se convertir en un hombre" es muy poco fiel al textooriginal. Otros comentaristas ven en la mujer un smil de la Sinagoga o de laIglesia, en el hombre un smil de Dios, de modo que pueden explicar la profeca"Dios morar de nuevo en medio de la Sinagoga (o del pueblo de Israel)" o "laIglesia proteger la tierra con sus valientes hombres". Pero el texto hebreodifcilmente evoca ese significado; adems, esa explicacin convertira ese pasajeen una tautologa: "Israel retornar a su Dios, ya que Israel amar a su Dios".Algunos autores recientes traducen el original hebreo por: "Dios crea algo nuevosobre la tierra: la mujer (esposa) retorna al hombre (su marido)". Segn la leyantigua (Deuteronomio 24:1-4; Jeremas 3:1), el marido no poda volver a aceptara su mujer una vez que la haba repudiado; pero el Seor introducir una novedadal permitir a la mujer infiel, o lo que es lo mismo, la nacin culpable, volver a laamistad con Dios. Esta explicacin se basa en una correccin aventurada deltexto; adems, no implica necesariamente el significado mesinico que se esperadel pasaje.

    Los Padres griegos siguen generalmente la versin de la Septuaginta, "El Seorha creado salvacin en una nueva plantacin, los hombres caminarn seguros";mas S. Atanasio (9) combina la versin de Aquila dos veces "Dios ha creado algonuevo en la mujer" con la de la Septuaginta, diciendo que la nueva plantacin esJesucristo, y que lo nuevo creado en la mujer es el cuerpo del Seor, concebidoen la mujer virgen sin la participacin del hombre. Tambin S. Jernimo (10)entiende el texto proftico de la virgen que concibe al Mesas. Esta explicacin delpasaje concuerda con el texto y con el contexto. Como la Palabra Encarnadaposey desde el primer instante de su concepcin todas sus perfecciones,exceptuando aquellas relacionadas con su desarrollo corporal, es correcto afirmarque su madre "conseguir un hombre". No es necesario sealar que tal condicinen una criatura recin concebida es denominada, con razn, "algo nuevo sobre latierra". El contexto de la profeca describe, despus de una breve introduccingeneral (30:1-3), la futura libertad de Israel y la restauracin en cuatro estancias:30:4-11, 12-22; 30:23; 31:14, 15-26; las tres primeras estancias terminan con laesperanza del tiempo mesinico. La cuarta debera esperarse tambin que tuvieraun final similar. Adems, la profeca de Jeremas, pronunciada alrededor del 589a. de C. y entendida en el sentido que se acaba de referir, concuerda con lasexpectativas mesinicas contemporneas basadas en Isaas 7:14; 9:6; Miqueas

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    5:3. Segn Jeremas, la madre de Cristo se diferencia de las otras madres en quesu Hijo, incluso cuando an est en su vientre, tiene todas las propiedades queconstituyen la verdadera naturaleza humana (11). El Antiguo Tetamento se refiereindirectamente a Mara en aquellas profecas que predicen la encarnacin delVerbo de Dios.

    TIPOS Y FIGURAS DE MARIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

    Para estar seguros del significado de un tipo, este significado debe ser revelado,es decir, debe habernos sido transmitido a travs de la Sagrada Escritura o de latradicin. Algunos escritores piadosos han desarrollado por su cuenta numerosasanalogas entre ciertos datos del Antiguo Testamento y los datos correspondientesdel Nuevo Testamento; sin embargo, por muy ingeniosas que estas correlacionespuedan ser, no demuestran que Dios tuviera de hecho la intencin de transmitir enlos textos inspirados del Antiguo Testamento las verdades de la correspondenciaestablecida. Por otra parte, debe tenerse presente que no todas las verdadescontenidas ya sea en las Escrituras o en la tradicin han sido explcitamentepropuestas a los creyentes como verdades de fe por definicin expresa de laIglesia. De acuerdo con el principio "Lex orandi est lex credenti" debemos tratar almenos con reverencia las innumerables sugerencias contenidas en la liturgia yoraciones oficiales de la Iglesia. De esta forma es como debemos considerarmuchos de los tratamientos otorgados a Nuestra Seora en la letana y en el "Avemaris stella". Las Antfonas y Responsos que se encuentran en los Oficiosrecitados en las varias festividades de Nuestra Seora sugieren un nmero detipos referentes a Nuestra Seora que difcilmente hubieran sido mostrados contanta viveza de otra manera a los ministros de la Iglesia. La tercera antfona deLaudes de la Festividad de la Circuncisin contempla en "el arbusto que arde sinconsumirse" (Exodo 3:2) la figura de Mara en la concepcin de su Hijo sin perdersu virginidad. La segunda antfona de Laudes del mismo Oficio contempla en elvelln de lana de Geden, hmedo por el roco mientras que la tierra a sualrededor haba permanecido seca (Jueces 6:37-38), un tipo de Mara recibiendoen su vientre al Verbo Encarnado (12). El Oficio de la Bienaventurada Virgenaplica a Mara muchos de los pasajes referentes a la esposa del Cantar de losCantares (13) y tambin los referentes a la sabidura del Libro de los Proverbios8:22-31 (14). Un "jardn cerrado, una fuente sellada" mencionado en Cantares4:12 aplicado a Mara es slo un ejemplo concreto de todo lo referidoanteriormente (15). Adems, Sara, Dbora, Judit y Ester son utilizadas como tiposde Mara; el arca de la Alianza, sobre la que se manifiesta la misma presencia deDios, es utilizada como la figura de Mara llevando al Verbo Encarnado en suvientre. Pero es especialmente Eva, la madre de todos los vivientes (Gnesis3:20), la que es considerada como un tipo de Mara, que es la madre de todos losvivientes en el orden de la gracia (16).

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    MARIA EN LOS EVANGELIOS

    El lector de los Evangelios se queda al principio sorprendido al encontrar tan pocosobre Mara; pero esta oscuridad de Mara en los Evangelios ha sido estudiadaexhaustivamente por el Beato Pedro Canisius (17), Augusto Nicols (18), el

    Cardenal Newman (19) y el muy reverendo J. Spencer Northcote (20). En elcomentario del "Magnificat" publicado en 1518, incluso Lutero expresa suconvencimiento de que los Evangelios alaban suficientemente a Mara al llamarla(ocho veces) la Madre de Jess. En los siguientes prrafos agruparemosbrevemente lo que se conoce de la vida de Nuestra Seora antes del nacimientode su divino Hijo, durante la vida oculta de Nuestro Seor, durante su vida pblicay despus de su resurreccin.

    Ascendencia Davdica de Mara

    S. Lucas (2:4) narra que San Jos se desplaz desde Nazaret a Beln paraempadronarse, "por ser l de la casa y de la familia de David". Como si quisieraeliminar cualquier duda referente a la ascendencia davdica de Mara, elevangelista (1:32,69) afirma que al nio nacido de Mara sin intervencin de varnle ser otorgado "el trono de David, su padre", y que el Seor Dios ha "levantadoen favor nuestro un cuerno de salvacin en la casa de David, su siervo". (21) S.Pablo tambin da fe de que Jesucristo "nacido de la descendencia de David segnla carne " (Romanos 1:3). Si Mara no hubiera sido descendiente de David, su Hijoconcebido por el Espritu Santo no hubiera podido considerarse "de ladescendencia de David". Por ello los comentaristas nos dicen que en el texto "Enel mes sexto fue enviado el ngel Gabriel ... a una virgen desposada con un varnde nombre Jos, de la casa de David" (Lucas 1:26-27); la ltima frase "de la casade David" no se refiere a Jos, sino a la doncella virgen que es el personajeprincipal de la narracin; as tenemos un testimonio inspirado directo de laascendencia davdica de Mara. (22)

    Mientras que los comentaristas generalmente estn de acuerdo en que lagenealoga que se encuentra al comienzo del primer Evangelio es la de S. Jos,Annius de Viterbo propone su opinin, a la que ya se refiri S. Agustn, de que lagenealoga de S. Lucas describe la ascendencia de Mara. El texto del tercerEvangelio (3:23) puede explicarse de forma que Heli sea el padre de Mara: "Jess... era, segn se crea, hijo de Jos, hijo de Heli" (23). En estas explicaciones elnombre de Mara no se menciona explcitamente, pero va implcito; ya que Jesses el hijo de Heli a travs de Mara.

    Sus padres

    Aunque pocos comentaristas estn de acuerdo con esta opinin acerca de lagenealoga de S. Lucas, el nombre del padre de Mara, Heli, coincide con elnombre del padre de Nuestra Seora segn una tradicin basada en la narracindel Protoevangelio de Santiago, un Evangelio apcrifo que data de finales del sigloII. Segn este documento, los padres de Mara eran Joaqun y Ana. Ahora bien, el

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    nombre de Joaqunes slo una variante de Helio Eliachim, sustituyendo unnombre divino (Yav) por otro (Eli, Elohim). La tradicin en lo que respecta a lospadres de Mara, segn el Evangelio de Santiago, es reproducida por S. JuanDamasceno (24), S. Gregorio de Nyssa (25), S. Germn de Constantinopla (26),Pseudo-Epifanio (27), pseudo-Hilario (28) y S. Fulberto de Chartres (29). Algunos

    de estos escritores aaden que el nacimiento de Mara se consigui gracias a lasfervientes oraciones de Joaqun y Ana cuando ya tenan una edad avanzada. Ascomo Joaqun perteneca a la familia real de David, tambin se supone que Anaera descendiente de la familia sacerdotal de Aaron; por ello, Cristo, el Eterno Reyy Sacerdote, descenda de una familia real y sacerdotal (30).

    La ciudad de los padres de Mara

    Segn S. Lucas 1:26, Mara viva en Nazaret, una ciudad de Galilea, en elmomento de la Anunciacin. Una determinada tradicin sostiene que fueconcebida y naci en la misma casa en la que el Verbo se hizo carne (31). Otratradicin, basada en el Evangelio de Santiago, considera Seforis como la primeracasa de Joaqun y Ana, aunque se dice que despus vivieron en Jerusaln, enuna casa llamada Probaticapor S. Sofronio de Jerusaln (32). Probatica, unnombre que probablemente proceda de un estanque llamado Probaticao Betzataen S. Juan 5:2, cercano al santuario. Aqu fue donde naci Mara. Alrededor de unsiglo despus, sobre el 750 d. de J.C., S. Juan Damasceno (33) afirma de nuevoque Mara naci en Probatica.

    Se dice que, ya en el siglo V, la emperatriz Eudoxia construy una iglesia en ellugar en que naci Mara, y donde sus padres vivieron en su ancianidad. La actualiglesia de Sta. Ana se encuentra a una distancia de menos de 100 pies de lapiscina Probtica. El 18 de marzo de 1889 se descubri una cripta que encierra elsitio en que se supone que Sta. Ana fue enterrada. Probablemente ese lugar fueen su origen un jardn en el que Joaqun y Ana recibieron sepultura. En su pocatodava estaba situado fuera de los muros de la ciudad, unos 400 pies al norte delTemplo. Otra cripta cercana a la tumba de Sta. Ana se cree que es el lugar dondenaci la Bienaventurada Virgen; por ello, en los primeros tiempos se le llam a esaiglesia Sta. Mara de la Natividad (34). En el valle Cedron, cerca de la carreteraque lleva a la iglesia de la Asuncin, hay un pequeo santuario que contiene dosaltares, que se cree que estn edificados sobre las tumbas de S. Joaqun y Sta.Ana; sin embargo, estos sepulcros pertenecen a la poca de las Cruzadas (35).Tambin en Seforis los cruzados reemplazaron un antiguo santuario situado sobrela legendaria casa de S. Joaqun y Sta. Ana por una gran iglesia. Despus de

    1788 parte de esta iglesia fue restaurada por los Padres Franciscanos.

    Su Inmaculada Concepcin

    La Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora ha sido tratada en un artculoespecial.

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    El nacimiento de Mara

    En lo referente al lugar de nacimiento de Nuestra Seora, existen tres tradicionesdiferentes que hay que considerar.Primero, se ha situado el acontecimiento en Beln. Esta opinin se basa en la

    autoridad de los siguientes testigos: ha sido expresada en un documento titulado"De nativ. S. Mariae" (36) incluido a continuacin de las obras de S. Jernimo; esuna suposicin ms o menos vaga del Peregrino de Piacenza, llamadoerrneamente Antonino Mrtir, que escribi alrededor del 580 d. de J.C. (37);finalmente, los Papas Pablo II (1471), Julio II (1507), Len X (1519), Pablo III(1535), Po IV (1565), Sixto V (1586) e Inocencio XII (1698) en sus Bulasreferentes a la Santa Casa del Loreto afirman que la Bienaventurada Virgen naci,fue educada y recibi la visita del ngel en la Santa Casa. Sin embargo, estospontfices no deseaban en realidad decidir sobre una cuestin histrica; ellossimplemente expresan la opinin de sus pocas respectivas.

    Una segunda tradicin situaba el nacimiento de Nuestra Seora en Seforis, unastres millas al norte de Beln, la Diocaesarea romana, y la residencia de HerodesAntipas hasta bien entrada la vida de Nuestro Seor. La antigedad de estaopinin puede deducirse por el hecho de que bajo el reinado de Constantino seerigi en Seforis una iglesia para conmemorar la residencia de Joaqun y Ana endicho lugar (38). S. Epifanio habla de este santuario (39). Pero esto slodemuestra que Nuestra Seora debi vivir durante algn tiempo en Seforis consus padres, sin que por ello tengamos que creer que naci all.

    La tercera tradicin, la de que Mara naci en Jerusaln, es la ms probable de lastres. Hemos visto que se basa en el testimonio de S. Sofronio, de S. JuanDamasceno y sobre la evidencia de hallazgos recientes en la Probatica. LaFestividad de la Natividad de Nuestra Seora no se celebr en Roma hasta finalesdel siglo VII; sin embargo, dos sermones encontrados entre los escritos de S.Andrs de Creta (m. 680) implican la existencia de esta fiesta y nos hacen suponerque fue introducida en una fecha ms temprana en otras iglesias (40). En 1799, eldcimo canon del Snodo de Salzburgo seala cuatro fiestas en honor de la Madrede Dios: la Purificacin, el 2 de febrero; la Anunciacin, el 25 de marzo; laAsuncin, el 15 de agosto y la Natividad, el 8 de septiembre.

    La Presentacin de Mara

    Segn Exodo 13:2 y 13:12, todo primognito hebreo deba ser presentado en elTemplo. Dicha ley llevara a los padres judos piadosos a observar el mismo ritoreligioso con otros hijos favoritos. Ello hace suponer que Joaqun y Anapresentaron a su hija, obtenida tras largas y fervientes oraciones, en el Templo.

    En cuanto a Mara, S. Lucas (1:34) nos dice que respondi al ngel que leanunciaba el nacimiento de Jesucristo: "cmo podr ser esto, pues yo no conozcovarn". Estas palabras difcilmente pueden ser entendidas, a menos quesupongamos que Mara haba hecho voto de virginidad, ya que cuando las

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    pronunci estaba desposada con S. Jos (41). La ocasin ms adecuada para talvoto fue su presentacin en el Templo. Del mismo modo que algunos Padresadmiten que las facultades de S. Juan Bautista fueron desarrolladasprematuramente por una intervencin especial del poder divino, se puede admitirla existencia de una gracia similar para con la hija de Joaqun y Ana (42).

    Sin embargo, todo lo referido anteriormente no supera la certeza de laprobabilidad de unas conjeturas piadosas. La consideracin de que Nuestro Seorno poda rehusarle a su bendita Madre cualquier favor que dependieraexclusivamente de su magnificencia, no tiene un valor mayor que el de unargumento a priori. La certeza sobre esta cuestin debe depender de testimoniosexternos y de las enseanzas de la Iglesia.

    Ahora bien, el Protoevangelio de Santiago (7-8) y el documento titulado "De nativit.Mariae" (7-8), (43) afirman que Joaqun y Ana, cumpliendo un voto que habanhecho, presentaron a la pequea Mara en el Templo cuando tena tres aos deedad; que la criatura subi sola los escalones del Templo, y que hizo su voto devirginidad en dicha ocasin. S. Gregorio de Nyssa (44) y S. Germn deConstantinopla (45) aceptaron este testimonio, que tambin fue seguido porpseudo-Gregorio de Naz. en su "Christus patiens" (46). Adems, la Iglesia celebrala Festividad de la Presentacin, aunque no especifica a qu edad fue presentadala pequea Mara en el Templo, cundo hizo su voto de virginidad y cules fueronlos dones especiales naturales y sobrenaturales que Dios le concedi. Lafestividad es mencionada por primera vez en un documento de ManuelCommenus, en 1166; desde Constantinopla, la festividad debi ser introducida enla Iglesia occidental, donde la podemos hallar en la corte papal de Avin en 1371;alrededor de un siglo ms tarde, el Papa Sixto IV introdujo el Oficio de laPresentacin, y en 1585 el Papa Sixto V extendi la Festividad de la Presentacina toda la Iglesia.

    Sus esponsales con Jos

    Las escrituras apcrifas a las que nos hemos referido en el prrafo anteriorafirman que Mara permaneci en el Templo despus de su presentacin para sereducada con otros nios judos. All ella disfrut de visiones extticas y visitasdiarias de los santos ngeles.Cuando ella contaba catorce aos, el sumo sacerdote quiso enviarla a casa paraque contrajera matrimonio. Mara le record su voto de virginidad, y confundido, elsumo sacerdote consult al Seor. Entonces llam a todos los hombres jvenesde la estirpe de David y prometi a Mara en matrimonio a aquel cuya vara

    retoara y se convirtiera en el lugar de descanso del Espritu Santo en forma depaloma. Jos fue el agraciado en este proceso extraordinario.

    Hemos visto ya que S. Gregorio de Nyssa, S. Germn de Constantinopla ypseudo-Gregorio Nacianceno parecen admitir estas leyendas. Adems, elemperador Justiniano permiti que se construyera una baslica en la plataformadel antiguo Templo, en memoria de la estancia de Nuestra Seora en el santuario;

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    la iglesia fue llamada la Nueva Santa Mara, para distingirla de la iglesia de laNatividad. Se cree que es la moderna mezquita de Al-Aqsa (47).

    Por otra parte, la Iglesia no se pronuncia en lo que respecta a la estancia de Maraen el Templo. S. Ambrosio (48), cuando describe la vida de Mara antes de la

    Anunciacin, supone expresamente que viva en la casa de sus padres. Todas lasdescripciones del Templo judo que pueden poseer algn valor cientfico nos dejana oscuras en cuanto a la existencia de lugares en los que pudieran haber recibidosu educacin las muchachas jvenes. La estancia de Joas en el Templo hasta laedad de siete aos no apoya el supuesto de que las chicas jvenes fueraneducadas dentro del recinto sagrado, ya que Joas era el rey, y fue obligado por lascircunstancias a permanecer en el Templo (cf. IV Reyes 11:3). La alusin de IIMacabeos 3:19, cuando dice "las doncellas, recogidas" no demuestra que ningunade ellas fuera retenida en los edificios del Templo. Si se dice de la profetisa Ana(Lucas 2:37) que "no se apartaba del templo, sirviendo con ayunos y oracionesnoche y da", nosotros no suponemos que ella viviera de hecho en una de lashabitaciones del templo. (49) Como la casa de Joaqun y Ana no se encontrabamuy alejada del Templo, podemos suponer que a la santa nia Mara se lepermita a menudo visitar los sagrados edificios para que pudiera satisfacer sudevocin.

    Se consideraba que las doncellas judas haban alcanzado la edad del matrimoniocuando cumplan doce aos y seis meses, aunque la edad de la novia variabasegn las circunstancias. El matrimonio era precedido por los esponsales,despus de los cuales la novia perteneca legalmente al novio, aunque no vivacon l hasta un ao despus, que era cuando el matrimonio sola celebrarse. Todoesto coincide con el lenguaje de los evangelistas. S. Lucas (1:27) llama a Mara "una virgen desposada con un varn de nombre Jos"; S. Mateo (1:18) dice"Estando desposada Mara, su madre, con Jos, antes de que conviviesen, sehall haber concebido Mara del Espritu Santo". Como no tenemos noticia deningn hermano de Mara, debemos suponer que era una heredera, y estabaobligada por la ley de Nmeros 36:3 a casarse con un miembro de su tribu. La leymisma prohiba el matrimonio entre determinados grados de parentesco, de modoque incluso el matrimonio de una heredera se dejaba ms o menos a su eleccin.

    Segn la costumbre juda, la unin de Jos y Mara tena que ser concertada porlos padres de Jos. Uno se puede preguntar por qu Mara accedi a susesponsales, cuando estaba ligada por su voto de virginidad. De la misma maneraque ella haba obedecido la inspiracin divina al hacer su voto, tambin laobedeci al convertirse en la novia prometida de Jos. Adems, hubiera sido uncaso singular entre los judos el rehusar los esponsales o el matrimonio, ya quetodas las doncellas judas aspiraban al matrimonio como la realizacin de undeber natural. Mara confi implcitamente en la gua de Dios, y por ello estabasegura de que su voto sera respetado incluso en su estado de casada.

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    cumplir lo que se le ha dicho de parte del Seor" (Lucas 1:42-45). Dejemos a loscomentaristas la explicacin completa del pasaje precedente, y centremos nuestraatencin slo en dos puntos:

    Isabel comienza su saludo con las mismas palabras con las que el ngel

    haba terminado su salutacin, mostrando de esta manera que amboshablaban por inspiracin del Espritu Santo. Isabel es la primera en llamar a Mara por su ttulo ms honorable "Madre

    de Dios".

    La respuesta de Mara es el cntico de alabanza denominado comunmenteMagnificat, por la primera palabra de su texto en latn; el "Magnificat" ha sidotratado en un artculo separado.

    El evangelista termina su relato de la Visitacin con las palabras: "Marapermaneci con ella como unos tres meses y se volvi a su casa" (Lucas 1:56).Muchos ven en esta breve frase del tercer evangelio una sugerencia implcita deque Mara permaneci en casa de Zacaras hasta el nacimiento de Juan elBautista, mientras que otros niegan tal implicacin. Dado que la Festividad de laVisitacin fue emplazada el 2 de julio por el cuadragsimo tercer canon delConcilio de Basilea (1441 d. de J.C.), el da siguiente a la octava de la Festividadde S. Juan Bautista, se ha deducido que posiblemente Mara permaneciera conIsabel hasta despus de la circuncisin del nio; pero no hay ms pruebas quecorroboren esta suposicin. Aunque la Visitacin es descrita con tanta precisin enel tercer evangelio, su festividad no parece haberse celebrado hasta el siglo XIII,cuando fue introducida a travs de la influencia de los franciscanos; fue instituidaoficialmente en 1389 por Urbano VI.

    El embarazo de Mara llega a conocimiento de Jos

    Despus del regreso de casa de Isabel, "se hall haber concebido Mara delEspritu Santo" (Mateo 1:18). Dado que entre los judos los esponsales constituanun verdadero matrimonio, el uso del matrimonio despus del tiempo de losesponsales no era nada extrao entre ellos. Por ello, el embarazo de Mara nopoda sorprender a nadie mas que al mismo S. Jos. La situacin debi haber sidoextremadamente dolorosa tanto para l como para Mara, ya que l no conoca elmisterio de la Encarnacin. El evangelista dice: "Jos, su esposo, siendo justo, noquiso denunciarla y resolvi repudiarla en secreto" (S. Mateo 1:19). Mara dej lasolucin a esta dificultad en manos de Dios, y Dios inform en su momento alasombrado esposo de la verdadera condicin de Mara. Mientras Jos"reflexionaba sobre esto, he aqu que se le apareci en sueos un ngel del Seory le dijo: Jos, hijo de David, no temas recibir en casa a Mara, tu esposa, pues loconcebido en ella es obra del Espritu Santo. Dar a luz un hijo, a quien pondrspor nombre Jess, porque salvar a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:20-21).

    No mucho despus de esta revelacin, Jos concluy el ritual del contrato dematrimonio con Mara. El Evangelio dice sencillamente: "Al despertar Jos de su

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    sueo hizo como el ngel del Seor le haba mandado, recibiendo en casa a suesposa" (Mateo 1:24). Si bien es cierto que deben haber pasado al menos tresmeses entre los esponsales y el matrimonio, durante los cuales Mara permanecicon Isabel, es imposible determinar con exactitud el lapso de tiempo transcurridoentre las dos ceremonias. No sabemos cunto tiempo despus de los esponsales

    le anunci el ngel a Mara el misterio de la Encarnacin, y tampoco sabemoscunto dur la duda de S. Jos antes de que fuera iluminado por la visita delngel. Teniendo en cuenta la edad a la que las doncellas judas se convertan encasaderas, es posible que Mara diera a luz a su Hijo cuando contaba alrededor detrece o catorce aos de edad. Ningn documento histrico nos dice qu edadtena en realidad en el momento de la Natividad.

    El viaje a Beln

    1. Lucas (2:1-5) explica cmo Jos y Mara viajaron desde Nazaret hastaBeln obedeciendo un decreto de Csar Augusto que ordenaba unempadronamiento general. Las cuestiones relacionadas con este decretohan sido tratadas en el artculo CRONOLOGA BBLICA. Se dan variasrazones por las que Mara debe haber acompaado a Jos en este viaje: esposible que ella no deseara perder la proteccin de Jos durante esteperiodo crtico de su embarazo, o puede que haya seguido una inspiracindivina especial que la impulsaba a marchar para que se cumplieran lasprofecas referentes a su divino Hijo, o tambin puede que fuera obligada air debido a la ley civil, ya fuera como heredera o para satisfacer el impuestopersonal que haba que pagar por las mujeres mayores de doce aos. (54)

    Dado que el empadronamiento haba atrado a multitud de extranjeros a Beln,Mara y Jos no encontraron sitio en la posada de la caravana y tuvieron quealojarse en una gruta que serva de refugio para los animales. (55)

    Mara da a luz a Nuestro Seor

    "Estando all, se cumplieron los das de su parto" (Lucas 2:6); este lenguaje nodeja claro si el nacimiento de Nuestro Seor ocurri inmediatamente despus deque Jos y Mara se hubieran alojado en la gruta, o varios das despus. Lo quese narra acerca de los pastores "estaban velando las vigilias de la noche sobre surebao" (Lucas 2:8) muestra que Cristo naci durante la noche.

    Despus de dar a luz a su Hijo, Mara "le envolvi en paales y le acost en unpesebre" (Lucas 2:7), seal de que no sufri dolores ni debilidades en el parto.Esta deduccin coincide con las enseanzas de algunos de los principales Padresy telogos: S. Ambrosio (56), S. Gregorio de Nyssa (57), S. Juan Damasceno (58),el autor de Christus patiens(59), Sto. Toms (60), etc. No era adecuado que lamadre de Dios estuviera sujeta al castigo pronunciado en Gnesis 3:16 contra Evay sus hijas pecadoras.

    Poco despus del nacimiento del nio los pastores, obedientes a la invitacin del

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    ngel, llegaron a la gruta "y encontraron a Mara, a Jos y al Nio acostado en unpesebre" (Lucas 2:16). Podemos suponer que los pastores divulgaron las felicesnuevas que haban recibido durante la noche entre sus amigos en Beln, y que laSagrada Familia fue recibida por alguno de sus habitantes piadosos en unalojamiento ms adecuado.

    La Circuncisin de Nuestro Seor

    "Cuando se hubieron cumplido los ocho das para circuncidar al Nio, le dieron elnombre de Jess" (Lucas 2:21). El rito de la circuncisin se llevaba a cabo bien enla sinagoga bien en el hogar del nio; es imposible determinar dnde tuvo lugar lacircuncisin de Nuestro Seor. De todos modos, su Bienaventurada Madre debehaber estado presente durante la ceremonia.

    La Presentacin

    Segn la ley del Levtico 12:-8, toda madre juda de un varn hebreo tena quepresentarse cuarenta das despus de su nacimiento para su purificacin legal;segn Exodo 13:2 y Nmeros 18:15, el primognito tena que ser presentado enesa misma ocasin. Cualesquiera que fueran las razones que Mara y el Niohubieran podido tener para reclamar una excepcin, el hecho es que acataron laley. Sin embargo, en vez de ofrecer un cordero, presentaron el sacrificio de lospobres, que consista en un par de trtolas o de pichones. En II Corintios 8:9, S.Pablo dice a los corintios que Jesucristo "siendo rico, se hizo pobre por amornuestro, para que vosotros fueseis ricos por su pobreza". An ms agradable aDios que la pobreza de Mara fue la prontitud con que ofreci a su divino Hijo parala complacencia de su Padre Celestial.

    Despus de que se hubieron llevado a cabo los ritos ceremoniales, el santoSimen tom al Nio en sus brazos y dio gracias a Dios por el cumplimiento desus promesas; hizo una llamada de atencin sobre la universalidad de la salvacinque iba a venir a travs de la redencin mesinica "la que has preparado ante lafaz de todos los pueblos; luz para iluminacin de las gentes y gloria de tu pueblo,Israel" (Lucas 2:31 sq.). Mara y Jos comenzaron ahora a conocer msplenamente a su divino Hijo; ellos "estaban maravillados de las cosas que sedecan de El" (Lucas 2:33). Como si quisiera preparar a su Bienaventurada Madrepara el misterio de la cruz, el santo Simen le dijo: "Puesto est para cada ylevantamiento de muchos en Israel y para blanco de contradiccin; y una espadaatravesar tu alma para que se descubran los pensamientos de muchoscorazones" (Lucas 2:34-35). Mara haba padecido su primer gran dolor cuandoJos haba dudado al tomarla por esposa; su segundo gran dolor lo experimentcuando oy las palabras del santo Simen.

    Aunque el incidente de la profetisa Ana haba tenido una relacin ms general, yaque ella "hablaba de El a cuantos esperaban la redencin de Jerusaln" (Lucas2:38), debe haber aumentado en gran medida el asombro de Jos y Mara. Elcomentario final del evangelista "Cumplidas todas las cosas segn la Ley del

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    Seor, se volvieron a Galilea, a la ciudad de Nazaret" (Lucas 2:39), ha sidointerpretado de varias maneras por los comentaristas; en lo referente al orden delos sucesos, consulte el artculo CRONOLOGA DE LA VIDA DE JESUCRISTO.

    La visita de los Magos

    Tras la Presentacin, la Sagrada Familia bien volvi directamente a Beln, o bienfue primero a Nazaret y de all a la ciudad de David. De todos modos, despus deque "los magos de Oriente" hubieron sido guiados hasta Beln por Dios, "entradosen la casa, vieron al Nio con Mara, su madre, y de hinojos le adoraron, yabriendo sus alforjas, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra" (Mateo 2:11). Elevangelista no menciona a Jos; no porque no estuviera presente, sino porqueMara ocupa el lugar principal junto al Nio. Los evangelistas no han contadocmo dispusieron Mara y Jos de los regalos ofrecidos por sus ricos visitantes.

    La huida a Egipto

    Poco despus de la partida de los magos, Jos recibi el mensaje del ngel delSeor para que huyera a Egipto con el Nio y su madre, debido a los malvadospropsitos de Herodes; la pronta obediencia del santo varn es descritabrevemente por el evangelista con las palabras: "Levantndose de noche, tom alnio y a la madre y parti para Egipto" (Mateo 2:14). Los judos perseguidossiempre haban buscado refugio en Egipto (cf. III Reyes 11:40; IV Reyes 25:26);en tiempos de Cristo, los colonos judos eran especialmente numerosos en latierra del Nilo (61); segn Filn (62) eran al menos un milln. En Leontopolis, en eldistrito de Helipolis, los judos tenan un templo (160 a. de C.-73 d. de J.C.) querivalizaba en esplendor con el templo de Jerusaln. (63) Por todo ello, la SagradaFamilia poda esperar hallar en Egipto una cierta ayuda y proteccin.

    Por otra parte, era necesario un viaje de al menos diez das desde Beln paraalcanzar los distritos habitados ms cercanos de Egipto. No sabemos qu caminotom la Sagrada Familia en su huida; pudieron haber tomado la carretera ordinariaa travs de Hebrn; o pudieron marchar va Eleutheropolis y Gaza o tambinpudieron haberse dirigido al oeste de Jerusaln hacia la gran carretera militar deJoppe.Apenas existe algn documento histrico que nos pueda servir de ayuda paradeterminar dnde vivi la Sagrada Familia en Egipto, y tampoco sabemos cuntodur este exilio forzado. (64)

    Cuando Jos recibi por el ngel la noticia de la muerte de Herodes y la orden devolver a la tierra de Israel, l, "levantndose, tom al nio y a la madre y partipara la tierra de Israel" (Mateo 2:21). La noticia de que Arquelao reinaba en Judeaimpidi a Jos establecerse en Beln, como haba sido su intencin; "advertido ensueos, se retir a la regin de Galilea, yendo a habitar en una ciudad llamadaNazaret" (Mateo 2:22-23). En todos estos detalles, Mara sencillamente se dejguiar por Jos, que a su vez, recibi las manifestaciones divinas como cabeza de

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    un mnimo accidente le ocurriera a su divino Hijo; pero percibi que su conductahabitual de docilidad y sumisin haba cambiado por completo. Este sentimientoera la causa de la pregunta, por qu Jess haba tratado a sus padres de aquellamanera. Jess respondi simplemente: "Por qu me buscabais? No sabais quees preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?" (Lucas 2:49). Ni Jos ni

    Mara tomaron estas palabras como una reprimenda; "Ellos no entendieron lo queles deca" (Lucas 2:50). Un escritor reciente ha sugerido que el significado de laltima frase debe ser entendido "ellos (es decir, los que estaban presentes) noentendieron lo que les (es decir, a Jos y a Mara) deca".

    El resto de la juventud de Nuestro Seor

    Despus de esto, Jess "baj con ellos, y vino a Nazaret" donde comenz unavida de trabajo y pobreza, de la cual dieciocho aos son resumidos por elevangelista en estas pocas palabras, "y les estaba sujeto,... creca en sabidura yedad y gracia ante Dios y ante los hombres" (Lucas 2:51-52). La vida interior deMara es sealada brevemente por la expresin inspirada del escritor "y su madreconservaba todo esto en su corazn" (Lucas 2:51). Una expresin anloga habasido usada en 2:19, "Mara guardaba todo esto y lo meditaba en su corazn". As,Mara observaba la vida diaria de su divino Hijo, y creca en su conocimiento yamor a travs de la meditacin sobre lo que vea y oa. Ciertos escritores hansealado que el evangelista indica aqu la ltima fuente de la que obtuvo elmaterial contenido en sus dos primeros captulos.

    La virginidad perpetua de Mara

    Relacionados con el estudio de Mara durante la vida oculta de Nuestro Seor, nosencontramos los aspectos referentes a su virginidad perpetua, su maternidaddivina y su santidad personal. Su virginidad sin mcula ha sido suficientementeconsiderada en el artculo sobre el Nacimiento de la Virgen. Las autoridadescitadas entonces mantienen que Mara permaneci virgen cuando concibi y dio aluz a su divino Hijo, y tambin despus del nacimiento de Jess. La pregunta deMara (Lucas 1:34), la respuesta del ngel (Lucas 1:35,37), la manera decomportarse de Jos durante su duda (Mateo 1:19-25), las palabras de Cristodirigidas a los judos (Juan 8:19), muestran que Mara conserv su virginidaddurante la concepcin de su divino Hijo.

    En cuanto a la virginidad de Mara despus del parto, no es negada ni por lasexpresiones de S. Mateo "antes de que conviviesen" (1:18), "su primognito"(1:25), ni por el hecho de que los libros del Nuevo Testamento se refieranrepetidamente a los hermanos de Jess. (66) Las palabras "antes de queconviviesen" significan probablemente "antes de que viviesen en la misma casa",refirindose al tiempo en que slo estaban desposados; mas incluso si estaspalabras fueran entendidas como vida marital, slo afirman que la Encarnacintuvo lugar antes de que tal relacin fuera establecida, y sin implicar por ello questa tuviera lugar despus de la Encarnacin del Hijo de Dios.

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    Lo mismo debe decirse de la expresin "No la conoci hasta que dio a luz a suprimognito" (Mateo 1:25); el evangelista nos dice lo que no ocurri antes delnacimiento de Jess, sin sugerir que ello ocurriera despus de su nacimiento. (68)El nombre "primognito" se aplica a Jess tanto si su madre continu siendo

    virgen como si dio a luz a otros hijos despus de Jess; entre los judos era unnombre legal (69), de modo que su aparicin en el Evangelio no puedeextraarnos.

    Finalmente, "los hermanos de Jess" no son ni los hijos de Mara ni los hermanosde Nuestro Seor, en un sentido estricto del trmino, sino sus primos o losparientes ms o menos cercanos. (70) La Iglesia insiste en que con su nacimientoel Hijo de Dios no disminuy sino que consagr la integridad virginal de su madre(oracin secreta en la Misa de Purificacin). Los Padres se expresan tambin enun lenguaje similar en lo que se refiere a este privilegio de Mara. (71)

    La maternidad divina de Mara

    La maternidad divina de Mara est basada en las enseanzas de los Evangelios,en los escritos de los Padres y en la definicin expresa de la Iglesia. S. Mateo(1:25) testifica que Mara "dio a luz a su primognito" y que El fue llamado Jess.Segn S. Juan (1:15) Jess es la Palabra hecha carne, la Palabra que asumi lanaturaleza humana en el vientre de Mara. Como Mara era verdaderamente lamadre de Jess, y Jess era verdadero Dios desde el primer momento de suconcepcin, Mara es en verdad la madre de Dios. Incluso los Padres msantiguos no dudaron en extraer esta conclusin, como puede verse en los escritosde S. Ignacio (72), S. Ireneo (73), y Tertuliano (74). El conflicto de Nestorio quenegaba a Mara el ttulo de "Madre de Dios" (75) fue seguido por las enseanzasdel Concilio de Efeso, que proclam que Mara era Theotokosen el verdaderosentido de la palabra. (76)

    La santidad perfecta de Mara

    Unos pocos escritores patrsticos expresaron sus dudas acerca de la presencia dedefectos morales menores en Nuestra Seora. (77) S. Basilio, por ejemplo,sugiere que Mara sucumbi a la duda al or las palabras del santo Simen y alpresenciar la crucifixin. (78) S. Juan Crisstomo es de la opinin que Marahabra sentido miedo y preocupacin si el ngel no le hubiera explicado el misteriode la Encarnacin, y que demostr un poco de vanagloria en las fiestas de lasbodas de Can y al visitar a su Hijo durante su vida pblica acompaada de loshermanos del Seor. (79) S. Cirilo de Alejandra (80) habla de la duda de Mara ysu desesperanza al pie de la cruz. Mas no se puede afirmar que estos escritoresgriegos expresen una tradicin apostlica, cuando lo que expresan son susopiniones singulares y privadas. Las Escrituras y la tradicin estn de acuerdo enatribuir a Mara la ms grande santidad personal; es concebida sin la mancha delpecado original; muestra la mayor humildad y paciencia en su vida diaria (Lucas1:38, 48); demuestra una paciencia herica en las circunstancias ms difciles

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    (Lucas 2:7,35,48; Juan 19:25-27). Cuando se contempla la cuestin del pecado,Mara constituye siempre una excepcin. (81) La total exclusin de Mara delpecado es confirmada por el Concilio de Trento (Sesin VI, Canon 23): "Si alguiendice que el hombre una vez justificado puede durante su vida entera evitar todopecado, incluso venial, como la Iglesia mantiene que hizo la Virgen Mara por un

    privilegio especial de Dios, sea reo de anatema". Los telogos afirman que Marafue inmaculada, no por la perfeccin esencial de su naturaleza, sino por unprivilegio divino especial. Mas an, los Padres, al menos desde el siglo V,mantienen casi unnimemente que la Bienaventurada Virgen nunca experimentlos impulsos de la concupiscencia.

    El milagro de Can

    Los evangelistas relacionan el nombre de Mara con tres sucesos diferentes en lavida pblica de Nuestro Seor: con el milagro de Can, con su predicacin y consu pasin. El primero de estos incidentes es narrado en Juan 2:1-10.

    ...hubo una boda en Can de Galilea, y estaba all la madre de Jess. Fue invitadotambin Jess con sus discpulos a la boda. No tenan vino, porque el vino de laboda se haba acabado. En esto dijo la madre de Jess a ste: No tienen vino.Djole Jess: Mujer, qu nos va a mi y a ti? No es an llegada mi hora.

    Se supone naturalmente que uno de los contrayentes estaba emparentado conMara, y que Jess haba sido invitado a causa del parentesco de su madre. Lapareja debe haber sido bastante pobre, ya que el vino estaba de hechoagotndose. Mara desea salvar a sus amigos de la vergenza de no poderagasajar adecuadamente a sus invitados, y recurre a su divino Hijo. Ellasimplemente expone su necesidad, sin aadir ninguna peticin. Al dirigirse a las

    mujeres, Jess emplea de modo uniforme la palabra "mujer" (Mateo 15:28; Lucas13:12; Juan 4:21; 8:10; 19:26; 20:15), una expresin utilizada por los escritoresclsicos como un tratamiento respetuoso y honorable. (82)

    Los pasajes citados arriba muestran que en el lenguaje de Jess el tratamiento"mujer" tiene un significado sumamente respetuoso. La frase "qu nos va a mi y ati" se traduce al griego ti emoi kai soi, que a su vez corresponde a la frase hebreamah li walakh. Esto ltimo sucede en Jueces 11:12; II Reyes 16:10; 19:23, IIIReyes 17:18; IV Reyes 3:13; 9:18; II Paralipmenos 35:21. El Nuevo testamentomuestra expresiones equivalentes en Mateo 8:29; Marcos 1:24; Lucas 4:34; 8:28;Mateo 27:19. El significado de la frase vara segn el carcter del que habla,

    abarcando desde una muy pronunciada oposicin a una conformidad corts. Unsignificado tan variable le hace difcil al traductor encontrar un equivalenteigualmente variable. "Qu tengo que ver contigo", "esto no es asunto mo ni tuyo","por qu me causas tantos problemas", "djame asistir a esto", son algunas de lastraducciones sugeridas. En general, las palabras parecen referirse a una mayor omenor oportunidad que intentan eliminar. La ltima parte de la respuesta deNuestro Seor presenta menos dificultades para el intrprete: "No es an llegadami hora" no puede referirse al preciso momento en que la necesidad de vino

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    requerir la intervencin milagrosa del Seor, ya que en el lenguaje de S. Juan "mihora" o "la hora" se refiere al tiempo predestinado para algn suceso importante(Juan 4:21,23; 5:25,28; 7:30; 8:29; 12:23; 13:1; 16:21; 17:1). Por ello, el significadode la respuesta de Nuestro Seor es: "Por qu me importunas pidindome talintervencin? El momento sealado por Dios para tal intervencin no ha llegado

    todava"; o "por qu te preocupas? no ha llegado el momento de manifestar mipoder?" El primero de estos significados implica que gracias a la intercesin deMara, Jess adelant el momento dispuesto para la manifestacin de su podermilagroso (83); el segundo significado se obtiene al tomar la segunda parte de laspalabras de Nuestro Seor como una pregunta, como hizo S. Gregorio de Nyssa(84), y tambin como la versin rabe del "Diatessaron" de Tatiano (Roma, 1888).(85) Mara comprendi las palabras de su divino Hijo en su sentido correcto; ellaavis sencillamente a los camareros, "Haced lo que El os diga" (Juan 2:5). No hayposibilidad de explicar la respuesta de Jess como una denegacin de la peticin.

    Mara durante la vida apostlica de Nuestro Seor

    Durante la vida apostlica de Nuestro Seor, Mara logr pasar casicompletamente inadvertida. Al no ser llamada para ayudar directamente a su Hijoen su ministerio, no quiso interferir en su trabajo con una presencia inoportuna. EnNazaret era considerada como una madre juda corriente; S. Mateo (3:55-56; cf.Marcos 6:3) presenta a la gente del pueblo diciendo: "No es ste el hijo delcarpintero? Su madre no se llama Mara, y sus hermanos Santiago y Jos,Simn y Judas? Sus hermanas, no estn todas entre nosotros?" Dado que lagente deseaba, por su lenguaje, rebajar la consideracin de Nuestro Seor,debemos deducir que Mara perteneca al orden social inferior de la gente delpueblo. El pasaje paralelo de S. Marcos dice, "No es ste el carpintero?", enlugar de "No es ste el hijo del carpintero?" Puesto que ambos evangelistasomiten el nombre de S. Jos, debemos suponer que ya haba muerto antes de queeste episodio sucediera.

    A primera vista, pudiera parecer que Jess despreciaba la dignidad de suBienaventurada Madre. Cuando le dijeron: "Tu madre y tus hermanos estn fueray desean hablarte. El respondiendo, dijo al que le hablaba: Quin es mi madre yquines son mis hermanos? Y extendiendo su mano sobre sus discpulos, dijo: Heaqu mi madre y mis hermanos. Porque quienquiera que hiciere la voluntad de miPadre, que est en los cielos, se es mi hermano, y mi hermana, y mi madre".(Mateo 12:47-50; cf. Marcos 3:31-35; Lucas 8:19-21). En otra ocasin "levant lavoz una mujer de entre la muchedumbre y dijo: Dichoso el seno que te llev y lospechos que mamaste. Pero El dijo: Ms bien, dichosos los que oyen la palabra deDios y la guardan" (Lucas 11:27-28).

    En realidad, en ambos pasajes Jess sita el lazo que une el alma con Dios porencima del lazo natural de parentesco que une a la Madre de Dios con su divinoHijo. Esta ltima dignidad no es menospreciada; es utilizada por Nuestro Seorcomo un medio para hacer ver el valor real de la santidad, dado que obviamentelos hombres lo aprecian con ms facilidad. Por tanto, en realidad Jess ensalza a

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    su Madre del modo ms enftico, dado que ella super al resto de los hombres ensantidad no menos que en dignidad. (86) Muy probablemente Mara se encontrabatambin entre las santas mujeres que atendan a Jess y a sus apstoles durantesu ministerio en Galilea (cf. Lucas 8:2-3); el evangelista no menciona ninguna otraaparicin pblica de Mara durante los viajes de Jess a travs de Galilea o de

    Judea. Sin embargo, debemos recordar que, cuando el sol aparece, aun las msbrillantes estrellas se tornan invisibles.

    Mara durante la Pasin de Nuestro Seor

    Dado que la Pasin de Jesucristo tuvo lugar durante la semana pascual, se esperanaturalmente encontrar a Mara en Jerusaln. La profeca de Simen se cumplien su plenitud principalmente durante los momentos de sufrimiento de NuestroSeor. Segn una tradicin, su Bienaventurada Madre se encontr con Jesscuando cargaba con la cruz camino del Glgota. El Itinerarium del Peregrino deBurdeos describe los lugares memorables que el escritor visit en el 333 d. deJ.C., pero no menciona ninguna localidad consagrada a este encuentro entreMara y su divino Hijo. (87) El mismo silencio domina en el llamado PeregrinatioSilviae que sola localizarse en el 385 d. de J.C., pero que ltimamente ha sidoemplazado en 533-540 d. de J.C. (88) Mas un plano de Jerusaln que data delao 1308 muestra la iglesia de S. Juan Bautista con la inscripcin "Pasm. Vgis",Spasmus Virginis, el desmayo de la Virgen. Durante el curso del siglo XIV, loscristianos comenzaron a localizar los emplazamientos consagrados a la Pasin deCristo, y entre ellos se encontraba el lugar en el que se dice que Mara sedesmay al ver a su Hijo sufriendo. (89) Desde el siglo XV se encuentra siempre"Sancta Maria de Spasmo" entre las estaciones del Camino de la Cruz, erigidas envarias partes de Europa a imitacin de la Va Dolorosa de Jerusaln. (90) El hechode que Nuestra Seora debera haberse desmayado a la vista de los sufrimientosde su Hijo no est muy de acuerdo con su comportamiento heroico al pie de lacruz; a pesar de ello, debemos considerar su calidad de mujer y madre en suencuentro con su Hijo camino del Glgota, mientras que es la Madre de Dios al piede la cruz.

    La maternidad espiritual de Mara

    Mientras Jess colgaba en la cruz, "estaban junto a la cruz de Jess su Madre y lahermana de su madre, Mara la de Cleofs y Mara Magdalena. Jess, viendo a suMadre y al discpulo a quien amaba, que estaba all, dijo a la Madre: Mujer, he aha tu hijo. Luego dijo al discpulo: He ah a tu madre. Y desde aquella hora eldiscpulo la recibi en su casa". (Juan 19:25-27). El oscurecimiento del sol y losotros fenmenos naturales extraordinarios deben haber asustado a los enemigosdel Seor lo suficiente como para que no interfirieran con su madre y con lospocos amigos que permanecan al pie de la cruz. Entre tanto, Jess haba oradopor sus enemigos y haba prometido el perdn al buen ladrn; al llegar esemomento, El tuvo compasin de su desolada madre, y asegur su porvenir. Si S.Jos hubiera estado vivo, o si Mara hubiera sido la madre de aquellos que sonllamados hermanos o hermanas de Nuestro Seor en los Evangelios, tal medida

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    no hubiera sido necesaria. Jess utiliza el mismo ttulo respetuoso con el que sehaba dirigido a su madre en las fiestas de las bodas de Can. Ahora El confa aMara a Juan como su madre, y desea que Mara considere a Juan como su hijo.

    Entre los escritores ms tempranos, Orgenes es el nico que considera la

    maternidad de Mara sobre todos los creyentes en este sentido. Segn l, Cristovive en todos los que le siguen con perfeccin, y as como Mara es la Madre deCristo, tambin es la madre de aquel en el que Cristo vive. Por ello, segnOrigenes, el hombre tiene un derecho indirecto a reclamar a Mara como sumadre, en la medida en que se identifique con Jess por la vida de la gracia. (91)En el siglo IX, Jorge de Nicomedia (92) explica las palabras de Nuestro Seor enla cruz de forma que Juan es confiado a Mara, y con Juan todos los discpulos,convirtindola en madre y seora de todos los compaeros de Juan. En el siglo XIIRuperto de Deutz explica las palabras de Nuestro Seor estableciendo lamaternidad espiritual de Mara sobre los hombres, aunque S. Bernardo, el ilustrecontemporaneo de Ruperto, no cita este privilegio entre los numerosos ttulos deNuestra Seora. (93) Posteriormente, la explicacin de Ruperto de las palabras deNuestro Seor en la cruz se volvi ms y ms comn, tanto es as que en nuestrosdas se la puede hallar prcticamente en todos los libros de piedad. (94)

    La doctrina de la maternidad espiritual de Mara est contenida en el hecho de queella es la anttesis de Eva: Eva es nuestra madre natural ya que es el origen denuestra vida natural; por tanto, Mara es nuestra madre espiritual ya que es elorigen de nuestra vida espiritual. Una vez ms, la maternidad espiritual de Marase basa en el hecho de que Jess es nuestro hermano, ya que es "el primognitoentre muchos hermanos" (Romanos 8:29). Ella se convirti en nuestra madredesde el momento en que accedi a la Encarnacin del Verbo, la Cabeza delcuerpo mstico cuyos miembros somos nosotros; y ella sell su maternidad alconsentir al sacrificio sangriento en la cruz que es la fuente de nuestra vidasobrenatural. Mara y las santas mujeres (Mateo 17:56; Marcos 15:40; Lucas23:49; Juan 19:25) presenciaron la muerte de Jess en la cruz; probablemente,ella permaneci durante el descendimiento de su Cuerpo sagrado y durante sufuneral.

    El Sabath siguiente fue para ella tiempo de dolor y esperanza. El decimoprimercanon de un concilio que tuvo lugar en Colonia, en 1423, instituy contra loshusitas la festividad de los Dolores de Nuestra Seora, emplazndola en el viernessiguiente al tercer domingo despus de Pascua. En 1725 Benedicto XIV extendila festividad a toda la Iglesia, y la emplaz el viernes de la Semana de Pasin. "Ydesde aquella hora el discpulo la recibi en su casa" (Juan 19:27). Si vivieron enJerusaln o en otro lugar no puede ser determinado a partir de los Evangelios.

    Mara y la Resurreccin de Nuestro Seor

    La narracin inspirada de los incidentes relacionados con la Resurreccin deCristo no menciona a Mara; mas tampoco pretenden ofrecer una narracincompleta de todo lo que Jess hizo o dijo. Los Padres tambin guardan silencio en

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    cuanto a la participacin de Mara en las alegras del triunfo de su Hijo sobre lamuerte. Sin embargo, S. Ambrosio (95) afirma expresamente: "Mara por tanto viola Resurreccin del Seor; ella fue la primera que la vio y crey. Mara Magdalenatambin la vio, aunque todava dud". Jorge de Nicomedia (96) deduce de laparticipacin de Mara en los sufrimientos de Nuestro Seor que, antes que todos

    los dems y ms que todos ellos, ella debe haber participado en el triunfo de suHijo. En el siglo XII, una aparicin del Salvador resucitado a su BienaventuradaMadre es admitida por Ruperto de Deutz (97), y tambin por Eadmer (98), S.Bernardino de Siena (99), S. Ignacio de Loyola (100), Surez (101), Maldon. (102)etc. (103). El hecho de que Cristo resucitado se haya aparecido primero a suBienaventurada Madre coincide al menos con nuestras piadosas expectativas.

    Aunque los Evangelios no nos lo dicen expresamente, podemos suponer queMara estaba presente cuando Jess se apareci a varios de sus discpulos enGalilea y en el momento de su Ascensin (cf. Mateo 28:7, 10, 16; Marcos 16:7).Ms an, no es improbable que Jess visitara repetidamente a su BienaventuradaMadre durante los cuarenta das despus de su Resurreccin.

    MARA EN OTROS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO

    Hechos 1:14-2:4

    Segn el Libro de los Hechos (1:14), despus de la Ascensin de Cristo a loscielos los apstoles "subieron al piso alto" y "todos stos perseveraban unnimesen la oracin con algunas mujeres, con Mara, la Madre de Jess, y con loshermanos de ste". A pesar de su ensalzada dignidad, no era Mara, sino Pedroquien actuaba como cabeza de la asamblea (1:15). Mara se comport en lahabitacin del piso alto de Jerusaln como se haba comportado en la gruta deBeln; en Beln haba dado a luz al Nio Jess, en Jerusaln criaba a la Iglesianaciente. Los amigos de Jess permanecieron en la habitacin superior hasta "elda de Pentecosts", cuando "se produjo de repente un ruido como el de un vientoimpetuoso...Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobrecada uno de ellos, quedando todos llenos del Espritu Santo" (Hechos 2:1-4).Aunque el Espritu Santo haba descendido sobre Mara de una forma especial enel momento de la Encarnacin, ahora le comunic un nuevo grado de gracia.Quizs, esta gracia pentecostal le dio a Mara la fuerza para cumpliradecuadamente sus deberes para con la Iglesia naciente y sus hijos espirituales.

    Apocalipsis 12:1-6

    En el Apocalipsis (12:1-6) se desarrolla un pasaje singularmente aplicable aNuestra Bienaventurada Madre:

    Apareci en el cielo una seal grande, una mujer envuelta en el sol, con laluna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas, yestando encinta, gritaba con los dolores de parto y las ansias de parir.Apareci en el cielo otra seal, y vi un gran dragn de color de fuego, que

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    tena siete cabezas y diez cuernos, y sobre las cabezas siete coronas. Consu cola arrastr la tercera parte de los astros del cielo y los arroj a la tierra.Se par el dragn delante de la mujer que estaba a punto de parir, paratragarse a su hijo en cuanto le pariese. Pari un varn, que ha de apacentara todas las naciones con vara de hierro, pero el Hijo fue arrebatado a Dios y

    a su trono. La mujer huy al desierto, en donde tena un lugar preparadopor Dios, para que all la alimentasen durante mil doscientos sesenta das.La posibilidad de que este prrafo pueda aplicarse a Mara se basa en lassiguientes consideraciones:

    Al menos parte de los versos se refieren a la madre cuyo hijo va a gobernarlas naciones con vara de hierro; segn el Salmo 2:9, ste es el Hijo de Dios,Jesucristo, cuya madre es Mara.

    Fue el hijo de Mara quien "fue llevado ante Dios, y a su trono" en elmomento de su Ascensin a los cielos.

    El dragn, o el demonio del paraso terrenal (cf. Apocalipsis 12:9; 20:2), seesfuerza por devorar al Hijo de Mara desde el primer momento de sunacimiento, despertando la envidia de Herodes y, ms tarde, la enemistadde los judos.

    Debido a sus indecibles privilegios, Mara puede ser descrita perfectamentecomo "envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabezauna corona de doce estrellas".

    Es cierto que los comentaristas entienden generalmente que el pasajecompleto se aplica literalmente a la Iglesia, y que parte de los versosconcuerdan mejor con la Iglesia que con Mara. Pero debe tenerse encuenta que Mara es a la vez una figura de la Iglesia y su miembro msconspicuo. Lo que se dice de la Iglesia, en cierto modo se puede decirtambin de Mara. Por ello el pasaje del Apocalipsis (12:5-6) no se refiere aMara como una mera adaptacin (108), sino que se aplica a ella en unsentido verdaderamente literal que parece estar parcialmente limitado a ellay parcialmente extendido a toda la Iglesia. La relacin de Mara con laIglesia esta bien resumida en la expresin "collum corporis mystici" aplicadaa Nuestra Seora por S. Bernardino de Siena. (109)

    El Cardenal Newman (110) considera las dos dificultades contrarias a lainterpretacin anterior de la visin de la mujer y el nio: primero, se dice que estescasamente apoyada por los Padres; segundo, es un anacronismo atribuir a laera apostlica tal cuadro de la Madonna. En cuanto a la primera objecin, eleminente escritor dice:

    Los cristianos nunca fueron a las Escrituras en busca de pruebas de susdoctrinas, hasta que se produjo esa necesidad real, debido a la presin delas controversias; si en aquellos tiempos la dignidad de la BienaventuradaVirgen era indudable por parte de todos, como un asunto de doctrina, lasEscrituras continuaran siendo un libro cerrado para ellos en lo que respectaa la argumentacin del asunto.

    Despus de desarrollar en profundidad esta respuesta, el cardenal contina:

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    En cuanto a la segunda objecin que he considerado, lejos de admitirla, meparece que est elaborada sobre un simple hecho imaginario, y que laverdad del asunto se encuentra justo en el lado opuesto. La Virgen y elNio no es una simple idea moderna; al contrario, ha sido representada unay otra vez, como sabe cualquiera que haya visitado Roma, en las pinturas

    de las catacumbas. Mara est ah dibujada con el Nio divino en suregazo, ella con las manos extendidas en oracin, l con sus manos enactitud de bendecir.

    MARA EN LOS DOCUMENTOS DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS Hasta ahora hemos recurrido a los escritos y a la tradicin de la iglesia dejada porlos primeros cristianos para poder complementar y explicar las enseanzas delAntiguo o del Nuevo Testamento referentes a la Bienaventurada Virgen. En lossiguientes prrafos tendremos que llamar la atencin sobre el hecho de que estasmismas fuentes, hasta un cierto punto, complementan la doctrina de lasEscrituras. A este respecto, constituyen la base de la tradicin; si la evidencia queaportan es suficiente, en un caso dado, para garantizar su contenido como partegenuina de la Divina revelacin, es un hecho que debe ser determinado deacuerdo con los criterios cientficos ordinarios seguidos por los telogos. Sin entraren estas cuestiones puramente teolgicas, presentaremos este materialtradicional, en primer lugar, que arroja luz sobre la vida de Mara despus del dade Pentecosts; en segundo lugar, en cuanto que nos proporciona pruebas de laactitud de los primeros cristianos hacia la Madre de Dios.

    VIDA POST-PENTECOSTAL DE MARAEl da de Pentecosts, el Espritu Santo haba descendido sobre Mara cuandovino sobre los Apstoles y discpulos reunidos en la habitacin del piso alto deJerusaln. Sin duda, las palabras de S. Juan (19:27) "y desde aquella hora eldiscpulo la recibi en su casa", se refieren no slo al tiempo entre Pascua yPentecosts, sino que se extienden a toda la vida posterior de Mara. Sinembargo, el cuidado de Mara no interfiri con el ministerio apostlico de Juan.Incluso los documentos inspirados (Hechos 8:14-17; Glatas 1:18-19; Hechos21:18) muestran que el apstol estuvo ausente de Jerusaln en numerosasocasiones, aunque debe haber participado en el Concilio de Jerusaln, en el 51 52 d. de J.C. Debemos tambin suponer que en Mara se cumplan las palabrasde Hechos 2:42: "perseveraban en or la enseanza de los apstoles y en la unin,en la fraccin del pan y en la oracin". De este modo, Mara fue un ejemplo y unafuente de nimo para la comunidad de los primeros cristianos. Al mismo tiempo,debemos confesar que no poseemos ningn documento autntico que habledirectamente de la vida post-pentecostal de Mara.Localizacin de su vida, muerte y enterramientoEn cuanto a la tradicin, existe cierto testimonio sobre la residencia temporal deMara en o cerca de Efeso, pero es mucho ms fuerte la evidencia de su hogarpermanente en Jerusaln.Argumentos a favor de EfesoLa residencia de Mara en Efeso se basa en las siguientes pruebas:

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    1. En un pasaje de la carta sinodal del Concilio de Efeso (111) se puede leer:"Por esta razn tambin Nestorio, el instigador de la hereja impa, cuandohubo llegado a la ciudad de los efesios, donde Juan el Telogo y la VirgenMadre de Dios Sta. Mara, alejndose por su propia voluntad de la reuninde los santos Padres y Obispos..." Dado que S. Juan haba vivido en Efeso

    y haba sido enterrado all (112), se ha deducido que la elipsis de la cartasinodal significa bien "donde Juan ...y la Virgen...Mara vivieron" o bien"donde Juan...y la Virgen...Mara vivieron y estn enterrados".

    2. Bar-Hebraeus o Abulpharagius, un obispo jacobita del siglo XIII, relata queS. Juan se llev consigo a la Bienaventurada Virgen a Patmos, despusfund la Iglesia de Efeso y enterr a Mara en un lugar desconocido.(113).

    3. Benedicto XIV (114) afirma que Mara sigui a S. Juan hasta Efeso y allmuri. Tuvo tambin la intencin de eliminar del breviario aquellas leccionesdonde se mencionaba la muerte de Mara en Jerusaln, pero muri antesde llevarlo a cabo.

    4. La residencia temporal y la muerte de Mara en Efeso estn apoyadas porescritores tales como Tillemont (116), Calmet (117), etc.

    5. En Panaguia Kapoli, en una colina a unas nueve o diez millas de Efeso, sedescubri una casa, o ms bien sus restos, en la que se supone que viviMara. La casa fue buscada y hallada siguiendo las indicacionesproporcionadas por Catharine Emmerich en su vida de la BienaventuradaVirgen.

    Argumentos en contra de Efeso

    Estos argumentos a favor de la residencia o enterramiento de Mara en Efeso noson irrebatibles, si se los examina ms detenidamente.

    1. La elipsis de la carta sinodal del Concilio de Efeso puede ser completada deforma que no implique dar por sentado que Nuestra Seora vivi o muri enEfeso. Dado que en la ciudad haba una doble iglesia dedicada a la VirgenMara y a S. Juan, la frase incompleta de la carta sinodal puede terminarsede forma que diga, "donde Juan el Telogo y la Virgen... Mara tienen unsantuario". Esta explicacin de dicha frase ambigua es una de las dossugeridas al margen del Collect. Concil. de Labbe (1.c) (118).

    2. La palabras de Bar-Hebraeus contiene dos afirmaciones inexactas: S. Juanno fund la Iglesia de Efeso, ni tampoco llev consigo a Mara a Patmos. S.Pablo fund la Iglesia de Efeso, y Mara haba muerto antes del exilio deJuan en Patmos. No sera sorprendente, por tanto, que el escritor seequivocara en lo que dice sobre el enterramiento de Mara. Adems, Bar-Hebraeus vivi en el siglo XIII; los escritores ms antiguos hubieran estadoms preocupados acerca de los lugares sagrados de Efeso; mencionan la

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    actualmente se lee en el Nocturno segundo del cuarto da de la octava de laAsuncin. Scheeben (12) es de la opinin que las palabras de Eutimio sonuna interpolacin posterior: no encajan en el contexto; contienen unaapelacin a pseudo-Dionisio (123) que, por otra parte, no es mencionadaantes del siglo VI; y son poco fiables en su conexin con el nombre del

    Obispo Juvenal, quien fue acusado de falsificar documentos por el Papa S.Len. (124) En su carta, el pontfice le recuerda al obispo los sagradoslugares que tiene ante sus ojos, pero no menciona la tumba de Mara. (125)Si se considera que este silencio es puramente fortuito, la principalpregunta sigue siendo, cunta verdad histrica hay en el relato de Eutimioacerca de las palabras de Juvenal?

    2. Se debe mencionar aqu el apcrifo "Historia dormitionis et assumptionisB.M.V.", que reivindica a S. Juan por autor. (126) Tischendorf opina que laspartes ms importantes de la obra se remontan al siglo IV, quizs incluso alsiglo II. (127) Aparecieron variaciones del texto original en rabe, sirio y enotras lenguas; entre estas variaciones hay que destacar una obra llamada"De transitu Mariae Virg.", que apareci bajo la firma de S. Melitn deSardes. (128) El Papa Gelasio incluye este trabajo entre las obrasprohibidas. (129) Los incidentes extraordinarios que estas obras relacionancon la muerte de Mara carecen de importancia aqu; sin embargo, sitansus ltimos momentos y su entierro en o cerca de Jerusaln.

    Otra evidencia a favor de la existencia de una tradicin que sita la tumbade Mara en Getseman la consituye la baslica que fue erigida sobre ellugar sagrado, hacia finales del siglo IV o comienzos del V. La iglesia actualfue construida por los latinos en el mismo lugar en que se haba levantadoel antiguo edificio. (130)

    3. En la primera parte del siglo VII, Modesto, Obispo de Jerusaln, localiz eltrnsito de Nuestra Seora en el Monte Sin, en la casa que contena elCenculo y la habitacin del piso superior de Pentecosts. (131) En estapoca, una sola iglesia cubra las localidades consagradas por estos variosmisterios. Es asombrosa la tarda evidencia de una tradicin que lleg aestar tan extendida a partir del siglo VII.

    4. Otra tradicin se conserva en el "Commemoratorium de Casis Dei" dirigidaa Carlomagno. (132) Sita la muerte de Mara en el monte de los Olivos,donde se levanta una iglesia que se dice que conmemora este suceso. Es

    posible que el escritor intentara relacionar el trnsito de Mara con la iglesiade la Asuncin, del mismo modo que la tradicin gemela lo conectaba conel cenculo. De cualquier manera, se puede concluir que alrededor delcomienzo del siglo V exista una tradicin bastante extendida que sostenaque Mara haba muerto en Jerusaln y haba sido enterrada en Getseman.Esta tradicin parece descansar sobre bases ms slidas que la versin deque Nuestra Seora muri y fue enterrada en o cerca de Efeso. Dado queal llegar a este punto carecemos de documentacin histrica, resultara

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    difcil establecer la relacin de cualquiera de las dos tradiciones con lostiempos apostlicos. (133)

    ConclusinHemos visto que no hay seguridad absoluta sobre el lugar en el que Mara vivi

    despus del da de Pentecosts. Aunque es ms probable que permanecieraininterrumpidamente en o cerca de Jerusaln, puede haber residido durante untiempo en las cercanas de Efeso, y ello puede haber originado la tradicin de sumuerte y enterramiento en Efeso. Existe an menos informacin histrica referentea los incidentes particulares de su vida. S. Epifanio (134) duda incluso de larealidad de la muerte de Mara; pero la creencia universal de la Iglesia no coincidecon la opinin privada de S. Epifanio. La muerte de Mara no fue necesariamenteuna consecuencia de la violencia; ni tampoco fue una expiacin o un castigo, ni elresultado de una enfermedad de la que, como su divino Hijo, ella fue eximida.Desde la Edad Media prevalece la opinin que muri de amor, ya que su grandeseo era reunirse con su Hijo ya fuera disolviendo los lazos entre cuerpo y almao rogando a Dios para que El los disolviese. Su muerte fue un sacrificio de amorque complet el sacrificio doloroso de su vida. Es la muerte con el beso del Seor(in osculo Domini), de la que mueren los justos. No hay una tradicin cierta sobreel ao en que muri Mara. Baronio en sus Anales se apoya en un pasaje delChronicon de Eusebio para asumir que Mara muri en el 48 d. de J.C. Hoy secree que este pasaje del Chronicon es una interpolacin posterior. (135) Nirschl sebasa en una tradicin encontrada en Clemente de Alejandra (136) y Apolonio(137) que se refiere al mandato de Nuestro Seor a los Apstoles para que fuerana predicar doce aos en Jerusaln y Palestina antes de extenderse a las nacionesdel mundo; a partir de esto, l tambin llega a la conclusin de que Mara muri enel 48 d. de J.C..

    Su asuncin a los cielosLa Asuncin de Nuestra Seora a los cielos ha sido tratada en un artculoespecial. (138) La festividad de la Asuncin es probablemente la ms antigua detodas las festividades de Mara propiamente dichas. (139) En cuanto al arte, laAsuncin ha sido un tema favorito de la Escuela de Siena, que generalmenterepresenta a Mara siendo elevada a los cielos en una mandorla.

    LA ACTITUD DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS HACIA LA MADRE DE DIOS

    Su imagen y su nombreRepresentacin de su imagenNingn cuadro ha conservado para nosotros el verdadero aspecto de Mara. Lasrepresentaciones bizantinas, de las cuales se dice que fueron pintadas por S.Lucas, pertenecen ya al siglo VI, y reproducen una imagen convencional. Existenveintisiete copias, de las cuales diez se encuentran en Roma. (140) Incluso S.Agustn expresa la opinin de que la apariencia externa real de Mara esdesconocida para nosotros, y que a este respecto no sabemos ni creemos nada.(141) La pintura ms antigua de Mara es la hallada en el cementerio de Priscila;representa a la Virgen como si fuera a amamantar al Nio Jess, y cerca de ella

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    esta la imagen de un profeta, Isaias o quiz Miqueas. El cuadro pertenece aprincipios del siglo II, y resiste favorablemente la comparacin con las obras dearte encontradas en Pompeya. Del siglo III poseemos pinturas de Nuestra Seorapresente durante la Adoracin de los Magos; fueron encontradas en loscementerios de Domitila y Calixto. Los cuadros pertenecientes al siglo IV fueron

    encontrados en los cementerios de S. Pedro y Marcelino; en uno de stos ellaaparece con la cabeza descubierta, en otro con los brazos medio extendidos comoen actitud de splica, y con el Nio de pie frente a ella. En las tumbas de losprimeros cristianos, los santos figuraban como intercesores por sus almas, y entreestos santos, Mara ocup siempre un lugar de honor. Adems de los frescos y laspinturas de los sarcfagos, las catacumbas proporcionan asimismo cuadros deMara pintados sobre discos de vidrio dorado sellados mediante otro disco devidrio soldado al anterior. (142) Estas pinturas pertenecen generalmente a lossiglos III o IV. La leyenda MARIA o MARA acompaa con frecuencia estaspinturas.Utilizacin de su nombreHacia fines del siglo IV el nombre de Mara se haba vuelto muy frecuente entrelos cristianos; esto muestra otra seal de la veneracin que sentan por la Madrede Dios. (143)ConclusinNadie puede sospechar de idolatra entre los primeros cristianos, como si hubieranrendido culto supremo a los cuadros de Mara o a su nombre; sin embargo, cmopodemos explicar los fenmenos enumerados, a menos que supongamos que losprimeros cristianos veneraron a Mara de una forma especial? (144)Tampoco puede afirmarse que esta veneracin sea una corrupcin introducidaposteriormente. Se ha comprobado que las pinturas ms antiguas datan deprincipios del siglo II, de forma que ello prueba que durante los primeros cincuentaaos despus de la muerte de S. Juan la veneracin de Mara haba prosperadoen la Iglesia de Roma.

    Primeros documentosEn cuanto a la actitud de las Iglesias de Asia Menor y de Lyons podemos recurrir alas palabras de S. Ireneo, un alumno de Policarpo, (145) discpulo de S. Juan; lllama a Mara nuestra ms eminente abogada. S. Ignacio de Antioqua, parte decuya vida transcurri en tiempos apostlicos, escribi a los efesios (c. 18-19) enforma tal que relacionaba ms ntimamente los misterios de la vida de NuestroSeor con los de la Virgen Mara. Por ejemplo, la virginidad de Mara y su partoson enumerados con la muerte de Cristo, como constituyendo tres misteriosdesconocidos para el demonio. El autor sub-apostlico de la Epstola a Diogneto,cuando escribe sobre los misterios cristianos a un pagano que pregunta, describea Mara como la ms grande anttesis de Eva, y esta idea de Nuestra Seoraaparece repetidamente en otros escritores incluso antes del Concilio de Efeso.Hemos llamado la atencin varias veces sobre las palabras de S. Justino yTertuliano, los cuales escribieron ambos antes de finales del siglo II.Dado que es aceptado que las alabanzas de Mara crecen conforme crece lacomunidad cristiana, podemos concluir en resumen que la veneracin y ladevocin a Mara comenzaron incluso en tiempos de los Apstoles.

  • 8/6/2019 Estudio Completo de la Virgen Maria

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    NOTAS[1] Quaest. hebr. in Gen., P.L., XXIII, col. 943[2] cf. Wis., ii, 25; Matt., iii, 7; xxiii, 33; John, viii, 44; I, John, iii, 8-12.[3] Hebrische Grammatik, 26th edit., 402[4] Der alte Orient und die Geschichtsforschung, 30

    [5] cf. Jeremias, Das Alte Testament im Lichte des alten Orients, 2nd ed., Leipzig,1906, 216; Himpel, Messianische Weissagungen im Pentateuch, Tubingertheologische Quartalschrift, 1859; Maas, Christ in Type and Prophecy, I, 199 sqq.,New York, 1893; Flunck, Zeitschrift fr katholische Theologie, 1904, 641 sqq.; St.Justin, dial. c. Tryph., 100 (P.G., VI, 712); St. Iren., adv. haer., III, 23 (P.G.,