estructura social
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INTERACCION SOCIAL
Interacción social e interacción comunicativa
En términos generales, la interacción puede ser entendida como la acción recíproca
entre dos o más agentes. Y yendo más allá, al margen de quién o qué inicie el proceso
de interacción, lo que interesa destacar es que el resultado es siempre la modificación de
los estados de los participantes. No en balde, el concepto de interacción social se ha
erigido como básico para las ciencias sociales y humanas, y ha permitido un avance
muy destacado en campos del conocimiento como la psicología social, entre otros. En
este marco, el término de interacción hace referencia, antes que nada, a la emergencia
de una nueva perspectiva epistemológica, ya que los procesos de comunicación entre
seres humanos pasan a ocupar un lugar central para la comprensión de los fenómenos
sociales. Todo esto se relaciona con la comprensión de la persona como un ser social,
un ser que sólo puede desarrollarse como ente de la sociedad a través de la
comunicación con sus semejantes.
Inevitablemente, en el estudio de la comunicación en el medio social, ésta se halla
relacionada con los conceptos de acción e interacción. La acción social puede ser
entendida desde la perspectiva positiva de Émile Durkheim (1973) como el conjunto de
maneras de obrar, pensar y sentir, externas al individuo y dotadas de un poder
coercitivo, en cuya virtud se imponen a él . O puede ser entendida desde la perspectiva
subjetivista de Max Weber (1977), en la medida en que los sujetos de la acción humana
vinculen a ella un significado subjetivo, referido a la conducta propia y de los otros,
orientándose así cada una en su desarrollo. O puede finalmente comprenderse a partir de
la fusión de la óptica positiva y subjetiva, que se integran en el concepto más holístico
de praxis social, desde la que todo conocimiento humano individual, inserto en el
conocimiento social, está basado en las relaciones sociales de producción y
transformación de la realidad, que han sido fijadas por los propios hombres en un
proceso de desarrollo real y material de las condiciones históricas dadas.
Los seres humanos establecen relaciones con los demás por medio de interacciones que
pueden calificarse como procesos sociales. Así, la comunicación es fundamental en toda
relación social, es el mecanismo que regula y que, al fin y al cabo, hace posible la
interacción entre las personas. Y con ella, la existencia de las redes de relaciones
sociales que conforman lo que denominamos sociedad. Esto equivale a decir que toda
interacción se fundamenta en una relación de comunicación.
Cicourel (1979) toma la noción de "esquema común de referencia" de Alfred Schutz
(1974) para definir toda situación de interacción social. Según el autor, "a partir de los
procesos interpretativos los actores pueden comprender diferentes acciones
comunicativas, reconocer las significaciones y las estructuras subyacentes de las
acciones comunicativas, asociar las reglas normativas generales a las escenas de
interacción vividas por medio del conocimiento socialmente distribuido, desglosar la
interacción en secuencias" (Cicourel, 1979: 13). Los elementos simbólicos son los que
nos permiten hablar de la interacción social. Y dado que toda interacción social se
fundamenta en la comunicación, es pertinente hablar de interacción comunicativa. Esta
última la comprendemos como un proceso de organización discursiva entre sujetos que,
mediante el lenguaje, actúan en un proceso de constante afectación recíproca.
En este marco de reflexión, debemos entender a la comunicación como un modo de
acción, esto es, como un modo de interacción entre personas, grupos y colectivos
sociales que forman "comunidades". Así, las modalidades específicas de la interacción
se erigen como la trama constitutiva de lo social. De ahí que se puedan usar como
sinónimos los términos de interacción comunicativa e interacción social.
El enfoque sistémico nos ofrece un punto de partida interesante para abordar el
significado del concepto de interacción, y su vinculación con los procesos de
comunicación interpersonal. Ya desde la Escuela de Palo Alto se intentó dar cuenta de
las situaciones globales de interacción de las que participa el ser humano. Desde esta
perspectiva, la comunicación fue estudiada como proceso permanente, no como
situación estática susceptible de ser capturada de forma fija. Los investigadores de la
Escuela de Palo Alto, procedentes de disciplinas como la antropología, la matemática y
la psiquiatría, entre otras, fundamentaron sus aportaciones en tres hipótesis previas: la
primera se refiere a que la esencia de la comunicación reside en procesos de relación e
interacción; la segunda apunta a que todo comportamiento humano tiene un valor
comunicativo, por lo cual es imposible no comunicar; y la tercera y última, más
concretada en el terreno de estudios psicológicos, afirma que los trastornos psíquicos
reflejan perturbaciones de la comunicación. La principal aportación de esta corriente de
estudio es que "el concepto de comunicación incluye todos los procesos a través de los
cuales la gente se influye mutuamente" (Bateson y Ruesch, 1984). En este sentido, se
rompe con la visión unidireccional de la comunicación y se abren las posibilidades para
comprender el fenómeno desde una óptica circular, que sin duda alguna puede
contribuir a enriquecer el debate comunicativo y permite relacionar la comunicación
con otros aspectos de la cultura y la sociedad.
Es también necesario hacer referencia a las aportaciones de las Escuelas del
Interaccionismo Simbólico. Sus postulados fundamentales convergen en el énfasis dado
a la naturaleza simbólica de la vida social. El análisis de la interacción entre el actor y el
mundo parte de una concepción de ambos elementos como procesos dinámicos y no
como estructuras estáticas. Así entonces, se asigna una importancia enorme a la
capacidad del actor para interpretar el mundo social y para actuar en él. Uno de los
conceptos de mayor importancia dentro de esta corriente fue el de self, propuesto por
George Herbert Mead (1959). En términos generales, el self ("sí mismo") se refiere a la
capacidad de considerarse a uno mismo como objeto, y por tanto, tiene la peculiar
capacidad de ser tanto sujeto como objeto, y presupone un proceso social: la
comunicación entre los seres humanos.
Por otra parte, de Erving Goffman (1959) se puede retomar, sobre todo, su enfoque
dramático de la vida cotidiana, que permite comprender tanto el nivel macro
(institucional) como el nivel micro (percepciones, impresiones y actuaciones de los
individuos) y, por lo tanto, el de las interacciones generadoras de la vida social. Uno de
los elementos más decisivos de la obra de Goffman (1979) fue su conceptualización del
"ritual", alejado de lo extraordinario y comprendido como parte constitutiva de la vida
diaria del ser humano. Para el autor, la urdimbre de la vida cotidiana está conformada
por ritualizaciones que ordenan nuestros actos, por lo que podemos ver a los rituales
como manifestaciones de la cultura encarnada, incorporada, interiorizada. Las personas
actúan tras una "máscara expresiva" -una "cara social", dice Goffman (1979)-, que les
ha sido prestada y atribuida por la sociedad, y que les será retirada si no se comportan
del modo que resulte digno de ella. En este sentido, los individuos actúan en la escena
cambiante de la vida cotidiana tratando de presentar en todo momento una imagen
convincente y positiva de sí mismos según la naturaleza de la escena presentada y las
expectativas de los interlocutores.
Lo dicho hasta el momento nos permite considerar a la interacción como base de la
comunicación, y ésta, a su vez, como principio fundamental de existencia de lo social.
Siguiendo a Jesús Galindo (2001), "la comunicación no sólo es una necesidad
emergente, sino un estilo de vida, una cosmovisión, el corazón de la sociabilidad (...) La
comunicación es efecto de un contexto ecológico de posibilidad, donde las diferencias
se encuentran, pueden ponerse en contacto y establecer una estrategia para vincularse
cooperando, coordinando, corepresentando". La comunicación es, antes que nada,
vínculo, relación.
Desde la psicología social, la interacción se ha abordado sobre todo con base a
reflexiones sobre la llamada comunicación interpersonal, término que se contrapone a la
comunicación mediada. Desde esta perspectiva, la comunicación interpersonal siempre
es de doble dirección; su principal configuración es el "cara a cara", la proximidad entre
emisores y receptores, o entre sujetos participantes en el proceso de interacción. Pese a
ser ésta la dimensión básica de la comunicación interpersonal, autores como Joan Costa
(2000) hablan de otras dos dimensiones más dentro de este tipo de comunicación. Por
una parte, estaría la comunicación interpersonal caracterizada por la distancia física
entre los sujetos: "Es una intercomunicación lejana en la cual no hay cara a cara y el
contacto personal requiere mediadores técnicos y sistemas interpuestos como el
teléfono, el correo postal o electrónico" (Costa, 2000). En este sentido, el autor asimila
este tipo de comunicación interpersonal a lo que en otros momentos se ha venido
llamando únicamente comunicación mediada. Por otra parte, estaría lo que el autor
denomina comunicación relacional, "que se extiende de modo continuado -aunque
necesariamente intermitente- en el tiempo, y que por esto mismo es diferente de las
comunicaciones corrientes o generales, que son más numerosas y puntuales, pero menos
implicantes porque no establecen nexos duraderos entre personas" (Costa, 2000).
Comunicación e interacción social
En sus acepciones más antiguas, el término comunicación hacía referencia a la
comunión, la unión, la puesta en relación y el compartir algo. Esta definición, sin duda
alguna, se aleja del asociar la comunicación casi automáticamente a la transmisión de
información a través de un vehículo técnico: los medios masivos. Si las primeras
definiciones de comunicación apuntaban a esa dimensión más interpersonal, más
relacional, en la actualidad parece que estas aproximaciones quedaron atrás y no son
casi tomadas en cuenta en la reflexión comunicológica. Es por ello que nos parece
pertinente iniciar este primer momento con una reflexión extensa acerca de la
comunicación como interacción.
Es sabido que la comunicación puede entenderse como la interacción mediante la que
gran parte de los seres vivos acoplan sus conductas frente al entorno. También se ha
concebido a la comunicación como el propio sistema de transmisión de mensajes o
informaciones, entre personas físicas o sociales, o de una de éstas a una población, a
través de medios personalizados o de masas, mediante un código de signos también
convenido o fijado de forma arbitraria. Y más aún, el concepto de comunicación
también comprende al sector económico que aglutina las industrias de la información,
de la publicidad, y de servicios de comunicación no publicitaria para empresas e
instituciones. Estas tres acepciones ponen en evidencia que nos encontramos, sin duda
alguna, ante un término polisémico.
Dentro de este abanico de posibilidades, abogamos por una definición general que
entiende la comunicación como proceso básico para la construcción de la vida en
sociedad, como mecanismo activador del diálogo y la convivencia entre sujetos
sociales. Desde esta perspectiva, hablar de comunicación supone acercarse al mundo de
las relaciones humanas, de los vínculos establecidos y por establecer, de los diálogos
hechos conflicto y de los monólogos que algún día devendrán diálogo. La comunicación
es la base de toda interacción social, y como tal, es el principio básico -la esencia-, de la
sociedad. Sin comunicación, diría Niklas Luhmann (1993), no puede hablarse de
sistema social: "Todo lo que es comunicación es sociedad (...) La comunicación se
instaura como un sistema emergente, en el proceso de civilización. Los seres humanos
se hacen dependientes de este sistema emergente de orden superior, con cuyas
condiciones pueden elegir los contactos con otros seres humanos. Este sistema de orden
superior es el sistema de comunicación llamado sociedad" (Luhmann, 1993: 15).
Tomando estas ideas en consideración, podemos decir que partimos de una perspectiva
que está a caballo entre los modelos psicosociales y sistémicos de la comunicación
La sociedad y la cultura deben su existencia a la comunicación. Es en la interacción
comunicativa entre las personas donde, preferentemente, se manifiesta la cultura como
principio organizador de la experiencia humana. En este sentido, la vida social puede
ser entendida como "organización de las relaciones comunicativas establecidas en el
seno de los colectivos humanos y entre éstos y su entorno" (Moreno, 1988: 14). De
alguna manera, este enfoque propone "imaginar el tejido social como una trama de
interacciones" (Galindo, 1997).
Hacia una teoría de la comunicación
En poco más de cincuenta años, la "teoría de la comunicación" ha tratado de ser
construida desde diferentes perspectivas. Desde el enfoque de una teoría física, hasta los
enfoques críticos de la Escuela de Frankfurt, pasando por una concepción social con
base en la lengua o con base en la antropología cognitiva, una teoría psicológica con
base en la percepción o en la interacción, y todos aquellos estudios que ponen el acento
en los efectos sociales y psicológicos de su aplicación institucional en el campo de la
comunicación de masas. Este panorama hace que la comunicación sea considerada,
junto con otros conceptos de las ciencias sociales, como son la cultura y la identidad, un
término polisémico donde los haya. Y hace que la comunicología sea una "muestra de
las confusiones a que puede llevar la desformalización cuando previamente no se ha
pasado por periodos e instancias de formalización" (Follari, 2000).
La comprensión de la comunicación como telón de fondo de toda actividad humana se
fundamenta en una perspectiva de corte sistémico. La actividad humana se constituye en
social, y como tal, persigue o implica objetivos sociales. Como reguladora de las
relaciones humanas, la comunicación debe entenderse, por lo tanto, como base de toda
interacción social. Y es más, plantear la comunicación desde el punto de vista sistémico
implica considerarla como un conjunto de elementos en interacción donde toda
modificación de uno de ellos altera o afecta las relaciones entre otros elementos. O visto
desde otro ángulo, el estudio de la comunicación desde un enfoque sistémico parte de la
necesidad de un análisis de carácter holístico que ponga atención en el contexto de la
situación. En palabras de Mucchielli (1998: 42), "una acción, una comunicación, es
decir, una interacción, si se analiza por sí misma carece de sentido", por lo que un
individuo y sus acciones "no se pueden analizar más que en el sistema en el que se
realizan". Desde este enfoque la comunicología se puede definir como el "estudio de la
organización y composición de la complejidad social en particular y la complejidad
cosmológica en general, desde la perspectiva constructiva-analítica de los sistemas de
información y comunicación que las configuran" (Galindo, 2003).
La concepción de la actividad humana como actividad social con objetivos sociales
tiene sus orígenes en las aportaciones de Talcott Parsons (1966). El autor pone énfasis
en cómo la acción social no consiste tan sólo en respuestas particulares ante estímulos
situacionales particulares, sino que el agente envuelve la relación de un verdadero
sistema de expectativas relativas a la configuración social en que se encuentra. El
concepto de interacción social organizada parece ser el que mejor define la relación
social, que termina por fijarse ritualmente en esquemas de conducta social.
ESTRUCTURA SOCIAL
Estructura social es una población con una organización y una tecnología, que vive y
se desarrolla en un medio ambiente. Se puede definir ahora el sistema, como está
establecida de hecho esa sociedad, llenándola de contenidos, que interactúan por las
redes de la estructura, usando cualquier tabla: cultura como lenguaje, arte, religión, etc.,
valores como gobierno, propiedad, estratificación, familia, grupos, etc., completando así
su identificación e identidad y mejorando su entendimiento. El sentido de reducir los
elementos a dos: cultura y valores, es para separar los aspectos culturales de los
sociales, por ejemplo, la cultura popular como expresión de los valores populares. Esta
clasificación en dos grupos (o más) tiene problemas, que en apariencia no inciden sobre
la estructura, por ejemplo religión, si es la búsqueda de lo trascendente o es la
socialización de las personas, en este caso estaría en el segundo grupo. Por extensión la
estructura social modifica y es modificada por la tecnología y el medio ambiente. El
análisis sociológico de las estructuras sociales no puede hacerse sobre la estructura en sí
misma, pues no es algo tangible, sino que es una definición formal; es como el hogar de
los muchos componentes, que aquí se han simplificado con cultura y valores.
Los modelos de análisis están muy desarrollados en el funcionalismo-estructuralismo y
en la dialéctica-conflicto, con dos enfoques diferentes. Tentativamente pudiera decirse
para ambos enfoques que el sistema social es la misma Estructura social interactuando
con todos los componentes diversos, ya sea aplicándolo a la sociedad global o a
formaciones más localizadas y eventualmente con menos componentes. Los análisis
serán sobre los componentes. El cambio social enfatizará o el estructuralismo o la teoría
del conflicto.
El determinismo estructural, tomado de la teoría de sistemas, implicando mecanismos
como autopoiesis y varios más de retroalimentación en realidad es similar a los
condicionantes estructurales en aplicaciones de todos estos conceptos de las ciencias
sociales a hechos reales, que se estudian tal como se presentan como realidad social y al
mismo tiempo con proyección de futuro: pobreza, vivienda, alimentación.
Un enfoque diferente, buscando profundizar en el concepto de estructura, es el examen
del movimiento filosófico sobre la estructura o estructuralismo, pero éste es volátil,
pues se resume en nuevas corrientes como el postestructuralismo, el postmodernismo y
el postmaterialismo, alrededor del tema básico : la prioridad de la estructura social real
o conceptual, sobre la acción social, emigrando hacia estudios culturales, como la
antropología o la lingüística y si nuevamente se volviera a la forma más radical -el tema
básico-, pudiera ser enriquecedor para la categoría de estructura, dependiendo de lo que
se tratase de investigar: el tema filosófico de las prioridades o el tema sociológico de los
condicionantes.
Estructura: En cuanto a concepto fundamental de la sociología y de la antropología de
la cultura, ofrece dificultades de aplicación y entendimiento pues apunta a diversos
planes de la realidad social; por otra parte hablamos de la estructura social que une a dos
personas, y solamente a ellos dos, de una forma especial que resulta del estatus y de lo
que desempeñan.
La Estructura: Pero también hablamos de la estructura de toda una sociedad. La
estructura social la podemos deducir por existencia de su influjo en la acción o relación
social de los individuos.
Una bibliografía corta, un manual de Sociología : Sociología: 'Una invitación al estudio
de la realidad social' de Antonio Lucas Marín en EUNSA, una aplicación ante un
problema : 'El dilema de la supervivencia' de Juan Díez Nicolás en Obra Social Caja
Madrid y otro manual : 'Sociology' de James M. Henslin en Allyn and Bacon.
INTERACCION SOCIAL.
Los fenómenos humanos sociales son casos de interacción entre dos o más seres
humanos concebidos como: personas, organismos, yos o actores. Lo ciencia no es solo
sentido común, sus nociones teóricas y marcos de referencia más elementales se
desarrollan a través de complicados procesos intelectuales que entraban no solo
interpretaciones de lo observado, sino también una conceptualización teórica, y en parte
filosófica.
La primitiva historia del concepto.
De los puntos de partió para la filosofa moderna, el más pertinente para nuestro estudio
es el problema del conocimiento.
El esquema cartesiano: el Discours de la methode de Descartes, es considerada la carta
filosófica básica de la ciencia moderna, ya que plantea con claridad la base filosófica
del conocimiento empírico en el mundo exterior.
Traduce al mundo externo como mundo físico, la ciencia acaba de lograr avances
físicos. La estructura principal del conocimiento empírico, se atribuye a la naturaleza y
categorías de los objetos conocidos. Estos términos constituyen un marco cultural de
referencia en un sistema de acción, ya que dependía del conocimiento empírico; plantea
un problema paralelo al utilitarista relativo a los actores no conocedores.
Para Kant, la razón pura es la base epistemológica de la ciencia física, y la razón
práctica vincula principalmente las preocupaciones no cognoscitivas, de los actores
humanos. El utilitarismo trata las necesidades dadas y analiza las actividades; donde un
conocedor raciona cartesiano estar en el papel de actor, las necesidades prácticas
predominantemente morales están dadas y descarta la posibilidad de problemas
subyacentes.
El hegellanismo fusiona el componente cultural de la epistemología empírica de Kant,
desarrollando una metafísica idealista unificada sobre el concepto espíritu objetivo,
concibe la historia como despliegue siendo la acción humana expresión o realización .
La tendencia primaria en la fase cartesiana, la concepción de la mente como una tabula
rasa, recipiente de impresiones sensoriales; por el contrario el idealismo es el máximo
posible a la actividad creadora de la mente. La importancia de la acción de los agentes
humanos individuales, distinto a las circunstancias de sus situaciones; el problema de un
sistema cultural que trascendiese al actor individual adquirirá la prominencia.
Marxismo, es la concepción idealista de un despliegue del espíritu o geist,
diferenciación paralela a la utilitarista de las actividades y necesidades; establece n
mundo de factores materiales frente a los factores ideales. La categoría marxista de
material no es, idéntica a la física, refiere aspectos de la situación humana que
condicionan la consecución de objetivos o metas humanas. Primacía es inherente al
empleo de la conceptualización dicótoma, primacía esta dentro del terreno ideal. El
materialismo de Marx, busca enfrentar a los utópicos con la las necesidades realistas, no
es solo un despliegue del espíritu, sino un sistema social de interacción
inadecuadamente analizado.
Etapa moderna.
La condición humana se ve imitada por el aspecto biológico: herencia y medio
ambiente, y cultural: sistema de orden simbólicamente definido como primacía
normativa. Los seres humanos están obligados a ajustarse a sanciones en este mundo o
en el otro. La utilitarista se dirige hacia la biología y la kantiana se legalizado, se
considera a Hegel como el extremo del reduccionismo idealista.
Freud y la teoría de la personalidad: instintivista con sentid humanitario, la importancia
de las necesidades instintivas de un patrón hereditario en un comportamiento
desesperado por estímulos ambientales en un sistema motivacional en una relación
compleja entre energía instintiva básica y su control. El núcleo erótico está integrado de
componentes no instintivos de la personalidad. Las necesidades instintivas están
reguladas por las normas morales de la sociedad y frecuentemente entran en conflicto,
las normas se introyectaban en la propia personalidad siendo componentes de una
estructura. El principo de la realidad en las relaciones objetales se interioriza para
formar parte de la estructura de la personalidad.
Durkheim y el contenido de la cultura: la sociedad era una sociedad sui generis, basado
en el marco cartesiano debía explora los hechos sociales, considera al actor algo más
que un pensador en la medida en que incluía una pluralidad de actores individuales
todos como unidades del mismo actor de referencia y se consideraban interactuarte con
este. Durkheim coincido con Freud en: calidad distintiva frente al mundo físico en su
sentido más estricto, sino también frente al orgánico; un aspecto esencial del medio
social impone exigencias normativas al individuo y sanciones según le satisfaga o no; y
la estructura de este medio social llega a quedar interiorizada en la personalidad del
individuo.
La preocupación primaria de Kant era el sistema social ya que lo hacía consciente de
que los componentes normativos forman parte de un sistema cultural que trascienden al
individuo.
Freud nos dice que los sistemas de representaciones, son básicamente simbólicos
cuando así un paso muy importante hacia la concepción del contenido de la cultura
como algo compuesto de sistemas simbólicos codificados, y hacia una comprensión
general de su articulación tanto con los sistemas sociales como con las personalidades
individuales.
Durkheim y Marx, ante todo, el aspecto ideológico-evolutivo no estaba claramente
diferenciado del científico, compartían el compromiso con el historicismo. Marxa
manejaba teóricamente una sucesión de sistemas socioeconómicos particulares
enlazados dinámicamente no una teoría analítica de la sociedad en general, como la
teoría del proceso capitalista dentro de un sistema económico histórico. Durkheim dio
que si los hechos sociales eran hechos, la metodología general era aplicable a los
mismos, no se preocupo por si lo que determinaba a acción humana eran los factores
ideales o materiales.
Max weber y el actor individual: su referencia fundamental era a los motivos de los
individuos mediante la comprensión de los significados de los motivos
correspondientes a individuos reales y típicos podían servir los motivos para explicar
modalidades empiricas de actuación en relación con las situaciones de la condición de la
acción. La relación principal de un complejos de significados con la realidad material es
simplemente la de un despliegue; abrio la via para analizarlas complejas
interdependencias entre unos y otros.
Weber llego a ser sociólogo de la cultura y de los fenómenos políticos y económicos.
Deben analizarse los sistemas sociales unidad por unidad como mantenedores de
intercambios entre sí, constituyendo actuaciones o sanciones según la unidad. Las
relaciones de la autoridad establecida con el uso del poder y de la propiedad con los
mercados y el intercambio fueron los focos principales de la amplia gama de sus
estudios empíricos.
Un paradigma de interacción social: se centra en un sistema social generado y
compuesto por la interacción de unidades que pueden ser organismos con un
comportamiento. Un sistema de interacción exige mínimo:
1. Un conjunto de unidades.
2. Un conjunto de reglas o factores.
3. Un sistema o proceso ordenado de la propia interacción.
4. Un medio con el que opere el sistema y se produzcan intercambios sistemáticos.
EMPRESA COMO ESTRUCTURA SOCIAL
EL SISTEMA SOCIAL DE LA EMPRESA
Las revoluciones socioculturales
Las revoluciones sociales han sido acontecimientos excepcionales, pero gigantescos en
la historia universal moderna. Desde Francia en 1790 a Vietnam a mediados del siglo
XX, estas revoluciones han transformado las organizaciones de los Estados, las
estructuras de clase y las ideologías dominantes. Han hecho nacer naciones cuyo poder
de autonomía superaron los propios pasados prerrevolucionarios.
En Francia se convirtió en un poder conquistador de Europa continental, en Rusia
generó una superpotencia industrial y militar, en México dio la fuerza política para
hacer del país uno de los más industrializados entre las demás naciones poscoloniales.
Asimismo en China, o en países neo coloniales como Vietnam y Cuba.
En algunos casos, estos movimientos han hecho surgir modelos de ideales de inmensa
repercusión y atractivo internacional, por ejemplo los ideales de "igualdad, libertad,
fraternidad" de la burguesía en Francia. Las revoluciones ejercen un efecto demostrativo
más allá de las fronteras de su país de origen.
Las revoluciones sociales no son las únicas fuerzas del cambio, puesto que en cada país
han ocurrido trastornos políticos y cambios socioeconómicos. Pero contienen, sin lugar
a dudas, una clara pauta de cambio socio político.
En cambio, las rebeliones pueden encabezar la revuelta de una clase subordinada, pero
no termina en transformación de las estructuras políticas y sociales. Por otro lado, las
revoluciones políticas transforman las estructuras de estado y no necesariamente se
realizaron por medio de conflictos de clases.
Lo exclusivo de la revolución social es que los cambios básicos de la estructura social y
de la estructura política ocurren unidos, y se refuerza unos a otros. El concepto de
revoluciones sociales difiere de las definiciones de revolución: en primer lugar, este
último identifica un objeto complejo basándose en pocos ejemplos históricos,
concentrándose tan sólo en un rasgo analítico como la violencia o el conflicto político.
Si nuestra intención es comprender los cambios a gran escala, no podemos avanzar si
partimos con unos objetos de explicación basados solo en motines o golpes de estado.
Las revoluciones deben considerarse como conjuntos, como totalidades. En segundo
lugar, las revoluciones sociales triunfantes probablemente surgen de distintos marcos
macroestructurales e históricos que son más complejos que las rebeliones y
revoluciones políticas.
Teoría Marxista
Los marxistas han sido los analistas sociales más interesados en el entendimiento de las
revoluciones sociales. Marx entendió las revoluciones no como episodios aislados de
violencia o conflicto, sino como movimientos basados en clases sociales, que surgían de
las contradicciones estructurales que había dentro de sociedades históricamente
desarrolladas e inherentemente conflictivas entre sus clases. La clave de toda sociedad
es su modo de producción o la combinación específica de fuerzas económicas de
producción (tecnología y división del trabajo) y sus relaciones de clase de propiedad y
apropiación del excedente. La fuente básica de una contradicción revolucionaria es el
surgimiento de una dislocación dentro de un modo de producción entre las fuerzas
sociales y las relaciones sociales de producción.
A su vez, está dislocación se expresa en intensificados conflictos de masas. La
generación de un modo naciente de producción dentro de los confines de otro ya
existente: de capitalismo dentro de feudalismo, del socialismo dentro del capitalismo,
que una base dinámica para el crecimiento de la unidad y en la conciencia de cada clase
protor revolucionaria, por medio de continuas luchas dentro de la clase dominante que
ya existía. De esa manera, explicaba Marx que los medios de producción y de cambio
donde se formó la base de la burguesía fueron creados en la sociedad feudal. Asimismo,
los obreros se unen dentro del capitalismo para luchar contra la burguesía. A medida
que se van a asociando van transformándose en una nueva clase, en proletariado. La
propia revolución se logra mediante una acción de clase encabezada por la naciente
clase revolucionaria que ha cobrado conciencia de su función (es decir, la burguesía en
las revoluciones burguesas y el proletariado en las revoluciones socialistas). Quizás la
clase revolucionaria sea apoyada por otros aliados de clase, como los campesinos, pero
estos aliados no tienen plena conciencia de clase ni están organizados políticamente en
escala nacional. En resumen, Marx considera que las revoluciones surgen de los modos
de producción, divididos por clases, y que transforman un modo de producción en otro
por medio del conflicto de clases.
Un método de historia comparada.
Las revoluciones sociales han sido acontecimientos relativamente escasos para la
historia universal moderna. Además, cada una de ellas han ocurrido de una manera
particular, en un medio único de circunstancias de estructura social e internacional.
Entonces, ¿Cómo puede esperar el sociólogo desarrollar históricamente válidas de la
revolución social como tal? El estudio de las revoluciones sociales se ha evitado que la
ciencia social estadounidense reciente, porque los estudiosos creen que sólo los
fenómenos excedan en gran número pueden estudiarse de manera verdaderamente
científica. Creen que sus teorías generales deben ser aplicadas a los ejemplos de
revolución por historiadores o por científicos sociales que efectúen análisis de casos
aislados. En cierto sentido, las teorías de Johnson, Gurr y Tilly ciertamente son
aplicables a casos individuales de revolución social.
En cambio, la teoría marxista labora con categorías menos generales y más afianzadas
en la historia, ofreciendo una explicación más elegante y completa de las
transformaciones socio revolucionarias. Sin embargo, las interacciones entre la teoría
marxista y la historia son incompletas porque no se han empleado casos históricos para
someter a prueba y modificar las explicaciones ofrecidas por la teoría. Los analistas
marxistas se han dedicado a poner de relieve los conflictos de clases y los cambio de
relaciones, pero no han inventado maneras de poner a prueba si estos factores realmente
establecen una distinción entre las revoluciones y otro tipo de Transformaciones, o por
lo menos entre los estallidos revolucionarios que triunfan o son abortados.
Por fortuna, hay un método disponible para ayudarnos en el desarrollo de tales
explicaciones, al mismo tiempo generalizable a través de los casos históricamente
sensibles. Las revoluciones sociales pueden tratarse como tema teórico, empleándose
análisis históricos comparativos con “tajadas” selectas de la trayectoria históricas
nacionales comunidades de comparación, independientemente del contexto que las
separe. Hay tres tipos de análisis: por contextos nacionales, por contextos sintéticos y el
análisis histórico comparativo.
El análisis histórico comparativo es un tipo especial que pone su énfasis en la
comparación de diferentes hipótesis causales o explicativas de acontecimientos o
estructuras que se integran en macrounidades, como las naciones-estado, y
específicamente apropiado para cuando se disponen de pocos casos. ¿Cómo funciona
este tipo de análisis? Básicamente se trata de establecer asociaciones válidas de causas
potenciales con los fenómenos determinados que se estén intentando explicar. Hay dos
formas de proceder: el método del acuerdo o el de diferencia. El primero se trata de
hacer una selección de aquellas causas que tienen en común los fenómenos a ser
explicados. El segundo funciona por contraste entre dos situaciones para inferir los
elementos disociantes. Es provechoso combinar ambas prácticas.
Pero también este método tiene sus desventajas: se toman los procesos como unidades
independientes, y de ninguna manera este tipo de análisis es sustituto de la teoría. Aun
así, como las revoluciones son macrofenómenos se pueden comparar casi sin
problemas, pero se necesita siempre partir de supuestos teóricos o hipótesis ya hechas
para comparar.
Una Organización es un grupo social que está compuesto por personas adecuadas a la
naturaleza de cada individuo el cual tiene por función organizarse o administrarse
tareas, que forman una estructura sistemática de relaciones de interacción, tendientes a
producir bienes o servicios para satisfacer las necesidades de una comunidad dentro de
un entorno.
Organización: Es un sistema de actividades coordinadas formado por dos o más
personas; en el cual la cooperación entre ellas es esencial para la existencia de la
organización. Una organización solo existe cuando hay personas capaces de
comunicarse y que están dispuestas a actuar conjuntamente para obtener un objetivo
común.Es un conjunto de cargos con reglas y normas de comportamiento que han de
respetar todos sus miembros, y así generar el medio que permite la acción de una
empresa. La organización es el acto de disponer y coordinar los recursos disponibles
(materiales, humanos y financieros). Funciona mediante normas y bases de datos que
han sido dispuestas para estos propósitos.
Ejemplos: Guía telefónica por el orden alfabético, que es una base de datos.
Una organización es un estructura social formal, estable, que toma recursos del entorno
y los procesa para producir bienes y servicios. Esta definición técnica se enfoca en tres
elementos de una organización. El capital y el trabajo son los factores primarios de
producción proporcionados por el entorno. Las organizaciones son entidades legales
formales porque deben acatar leyes y cuentan con reglas y procedimientos internos.
También son estructuras sociales porque constituyen un conjunto de elementos sociales.
Los gerentes requieren comprender algunas características importantes de las
organizaciones para construir y utilizar con éxito los sistemas de información. Todas las
organizaciones modernas son jerárquicas, especializadas e imparciales, y emplean
rutinas explicitas para maximizar la eficiencia.
Todas las organizaciones tienen sus propias culturas y políticas que surgen de las
diferencias entre los grupos de interés y reciben influencia de su entorno. Las
organizaciones difieren en metas , grupos que sirven, papeles sociales, estilos de
liderazgo, incentivos, tipos de tareas que realizan y estructuras. Estas características
ayudan a explicar las diferencias en la manera en que las organizaciones utilizan los
sistemas de información. En la organización es preciso primero establecer sus leyes o al
menos principios teóricos para así continuar elaborando una teoría sobre ellos.
En la Ecología humana, la estructura de la comunidad es una organización de
funciones.estructura de los sistemas sociales: 1. La interdependencia es necesaria. 2.
Cada una de las unidades de la población tiene que tener acceso al medio. 3. Cada
unidad tiende a conservar y expandir su vida al máximo. 4. Las limitaciones sobre la
capacidad adaptativa de una unidad de población son indeterminadas 5. Toda unidad se
encuentra sometida al aspecto temporal.
Típicamente, la organización está en todas partes.
CARACTERISTICAS
1. Caso particular de grupo
Reglas explícitas
Grado de formalización
La organización se da en un espacio, tiempo y cultura determinada
Presenta conductas recurrentes
La organización es básicamente orden
1. Se orientan a una finalidad
Generan consecuencias en el ambiente.-
1. Creados en un punto temporal: Inicio de actividad.
2. Orden jerárquico establecido, normas y reglas que cumplir.
3. Producen o venden bienes y servicios (empresa).
4. Dan y generan trabajo (empresa).
5. En la organización se da cierta cultura.
6. Generan, transmiten y poseen poder.
7. Crean, imágenes, símbolos, prestigios, etc.
8. Son indicadores de la sociedad actual.
9. Producen y transmiten tecnología.
10. Son medios para crear, conservar, y transmitir conocimientos.
CLASIFICACION
Finalidad:
con fin de lucro.
Sin fin de lucro.
Actividad:
Comercial.
Industrial.
De servicio.
Jurídica:
unipersonal.
sociedades.
Estructura:
formales.
Informales.
Tamaño:
grande.
Mediana.
Pequeña.
Micro emprendimiento.
Localización:
Multinacional – internacional.
Nacional.
Local o regional.
Propiedad:
Publica.
Privada.
Mixta.
Grado de integración:
Totalmente integrada.
Parcialmente integrada.
Actitud frente a los cambios:
Rígido.
Flexible.
Producción:
Bienes.
Servicios.
RECURSOS DE LAS ORGANIZACIONES
Son los necesarios para desarrollar sus actividades al llevar a cabo su fin, difieren según
sus actividades.
Recursos materiales:
Dinero para adquirir los recursos.
Materias primas o insumos que se transforman en un proceso y se convierte en
productos denominados bienes o servicios.
Inmuebles, instalaciones y rodados necesarios para llevar a cabo el proceso
productivo y las actividades.
Maquinaria y herramientas utilizadas en el proceso productivo.
Recursos humanos es el elemento activo (dueños, accionistas, socios,
trabajadores).
Recursos naturales, tierra, agua, aire, gas, y energía en todas sus formas
(electricidad, solar, hídrica, combustible).
Recursos tecnológicos, medios para lograr un objetivo, son los modos de obrar,
hacer o producir (métodos, técnicas y procedimientos utilizados en la
organización).
Recursos cognitivos, ideas conocimientos, información originadas en el intelecto
humano y en el avance tecnológico y científico.
Recursos intangibles, marcas, nombres y prestigio, para acceder y posicionarse
en el mercado.
FORMAS ORGANIZACIONALES
Aplicar la administración más adecuada a la realidad y a las necesidades específicas de
cada organización es función básica de todo administrador. Se presentan 3 criterios
básicos:
Actividad o giro. Industriales, comerciales, servicios.
Origen del Capital.Públicas, privadas.
Magnitud de la empresa. Grandes, medianas, micro o pequeñas empresas.
Actualmente se destacan nuevas Formas Organizacionales como:
El modelo matricial o de red. Surgen como respuesta a los cambios, sirven
para resolver consecuencias disfuncionales de la organización tradicional en
base jerárquica y al mismo tiempo menos burocrática, cooperativas, laterales y
basadas en el trabajo en equipo.
AMBIENTE DE LAS ORGANIZACIONES
Están moldeados por los componentes de su ambiente, no se pueden ni deben ignorar,
además, deben de reconocer y responder en forma rentable ante las necesidades y
tendencias que demande.
Ambiente Externo. Son instituciones o fuerzas fuera de la organización,
relevantes para sus operaciones, afectando su rendimiento. Toman Insumos
(materias primas, dinero, mano de obra y energía), los transforman, después los
regresan en forma de Productos o Servicios para la sociedad a la que atienden.
Son de dos tipos:
o Elementos de acción Indirecta (Macroentorno), afectan al clima en el que
se desarrolla la actividad organizacional. No tienen una influencia directa
pero si potencial para convertirse en elementos de acción directa.
o Elementos de acción Directa (Microentorno), (Grupos de Interés
Externo). Ejercen influencia directa en las actividades de la organización.
Son afectados, directa o indirectamente, por la forma en que la
organización busca lograr sus objetivos.
Ambiente Interno, llamado Clima Organizacional. Grupos o Elementos de
Interés Interno, que ejercen influencia directa en las actividades de la
organización, y caen dentro del ámbito y responsabilidad de un director o sus
gerentes. Además esto hace más amena la influencia del orden y organización.
EL CLIMA ORGANIZACIONAL COMO FUENTE DE INTERACCION Y
ESTRUCTURA SOCIAL
De todos los enfoques sobre el concepto de Clima Organizacional, el que ha demostrado
mayor utilidad es el que utiliza como elemento fundamental las percepciones que el
trabajador tiene de las estructuras y procesos que ocurren en un medio laboral
(Gonçalves, 1997). La especial importancia de este enfoque reside en el hecho de que el
comportamiento de un trabajador no es una resultante de los factores organizacionales
existentes, sino que depende de las percepciones que tenga el trabajador de estos
factores.
Sin embargo, estas percepciones dependen de buena medida de las actividades,
interacciones y otra serie de experiencias que cada miembro tenga con la empresa. De
ahí que el Clima Organizacional refleje la interacción entre características personales y
organizacionales.
Los factores y estructuras del sistema organizacional dan lugar a un determinado clima,
en función a las percepciones de los miembros. Este clima resultante induce
determinados comportamientos en los individuos.
IMPORTANCIA DEL CLIMA ORGANIZACIONAL EN LA
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
Hablar de Clima organizacional no solo implica una mayor riqueza en los estudios
organizacionales al adoptar los conocimientos y metodologías en la búsqueda por elevar
la productividad y la calidad; Sin duda, al hacer el mejor uso de esa de los espacios,
materiales, dan pie aun gran desarrollo organizacional, Consecuentemente, la
convergencia multidisciplinaria puede utilizarse en provecho de los estudios
organizacionales, pues la importancia estratégica que adquieren las actividades de
investigación y desarrollo experimental para el crecimiento y autonomía de los países
subdesarrollados, pues éstos no tienen forma de incorporarse ampliamente a la nueva
revolución tecnológica en marcha si no generan capacidades endógenas de creatividad,
selección de tecnologías, especialización de su propia producción de conocimientos e
información y reflexión independientes acerca de sus problemas y de las capacidades
disponibles para su solución.
Por tanto, debe reconocerse la función clave que cumple el ámbito cultural al elaborar y
transmitir símbolos de identidad individual y social, así como al ser instrumento de
análisis y comprensión que hace posible encontrar un sentido propio para la
construcción de una modernidad latinoamericana en momentos de crisis que llevan a
cuestionar, en muchos casos, la modernidad occidental.
Parece claro que en el futuro inmediato la economía y el desarrollo de los países
latinoamericanos dependerá en gran medida de la capacidad de producir conocimientos
básicos y aplicados, en los que se encontrarán los estilos gerenciales a acordes con la
idiosincrasia y la cultura de cada país.
En este terreno, pues, resulta absolutamente necesario emprender estudios de
diagnóstico de los diversos tipos de organización que existen en tanto expresión de la
cultura que representan, ya que aquí casi todo está por ser explorado, conocido e
intentado. Deben estudiarse, por ejemplo, experiencias exitosas de organizaciones para
descubrir qué factores contribuyeron a su éxito y hasta dónde pueden ser recreados en
otros espacios y tiempos; es necesario, también, estudiar y evaluar los programas de
formación de los nuevos gerentes. Asimismo, hay que examinar y estudiar las
oportunidades de los países latinoamericanos para la creación de nuevas técnicas de
gestión en beneficio propio; hecho que permitiría competir con eficacia e integrarse
sobre la base de aportes gerenciales propios y específicos.
Al hablar de la necesidad de generar un modelo de gestión propio basado en la cultura
organizacional de empresas Colombianas, no se pretende caer en una visión que
considera lo nacional como único e incomparable, sino más bien reconocer que América
Latina es un espacio heterogéneo que deberevalorarse.
Sobre todo, si pensamos que lo distintivo del quehacer del nuevo administrador no
residirá en ocuparse de preservar estructuras que en un momento de extrema
competitividad pudieran llegar a ser obsoletas o disfuncionales, sino en estudiar las
diferencias, la alteralidad y las relaciones interculturales para que mediante ellas se dé la
generación de patrones nuevos de conducta que dejen atrás la visión que se tiene de
nuestro continente como productor de mano de obra barata carente de calificación.
Sin embargo, al emprender esta tarea lo primero que salta a la vista es la casi total
ausencia de estudios metodológicos para abordar la heterogeneidad de lo que en
administración se denomina "cultura organizacional". Pues los modelos que se utilizan,
en su mayoría, suelen homogeneizar las diferencias de las sociedades, lo que se traduce
en una absorción transnacional de los procesos simbólicos, marginando las culturas
locales.
Un cambio de enfoque metodológico que revalide la diferencia, sería útil para la
comprensión de la dinámica organizacional de los países subdesarrollados, incidiría
directamente en el estilo de dirigir y comenzaríamos a darnos cuenta de que debemos
concebir al ser humano inmerso en una totalidad, que le reclama responsabilidad y
compromiso consigo mismo. La cultura es primordial en el análisis organizacional y es
hacia esta comprensión que debemos dirigirnos en los próximos años con una mirada
renovada.