estresado

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Se Habla Positivo ¿Estresado? “Si a la Prisa le quitas la P te queda la risa” No recuerdo donde lo leí, y cuando lo hice no le preste mucha atención, pero al sentarme a escribir esta columna y reflexionar acerca de que quería hablar, pensé hacerlo sobre cómo manejar el estrés, ya que ayer pase el día dictando un curso sobre el tema. Ordenando las ideas y recordando lo que conversamos con los participantes del taller, me vino a la mente la frase. Uno de los puntos del curso es como estamos obsesionados con la velocidad, queremos todo rápido, teléfonos más rápidos, computadores más rápidos, perder peso rápido, aprender rápido, hacernos ricos rápido y cuando las cosas no se dan a la velocidad que deseamos, viene la frustración y por supuesto el estrés. Por hacer las cosas rápido, tratamos de hacer varias cosas a la vez, el famoso “multitarea” y cuando no centramos la atención en lo que tenemos entre manos vienen los errores, la frustración y el estrés. La prisa no nos permite disfrutar el camino, no nos damos cuenta de lo hermoso que hay a nuestro alrededor, de lo bueno que nos pasa. Por tener la atención puesta en llegar rápido, entonces nos centramos en todo lo que puede obstaculizar nuestro plan, tanto si tal cosa se presenta

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Page 1: Estresado

Se Habla Positivo

¿Estresado?

“Si a la Prisa le quitas la P te queda la risa”

No recuerdo donde lo leí, y cuando lo hice no le preste mucha atención, pero al

sentarme a escribir esta columna y reflexionar acerca de que quería hablar,

pensé hacerlo sobre cómo manejar el estrés, ya que ayer pase el día dictando

un curso sobre el tema. Ordenando las ideas y recordando lo que conversamos

con los participantes del taller, me vino a la mente la frase.

Uno de los puntos del curso es como estamos obsesionados con la velocidad,

queremos todo rápido, teléfonos más rápidos, computadores más rápidos,

perder peso rápido, aprender rápido, hacernos ricos rápido y cuando las cosas

no se dan a la velocidad que deseamos, viene la frustración y por supuesto el

estrés.

Por hacer las cosas rápido, tratamos de hacer varias cosas a la vez, el famoso

“multitarea” y cuando no centramos la atención en lo que tenemos entre manos

vienen los errores, la frustración y el estrés.

La prisa no nos permite disfrutar el camino, no nos damos cuenta de lo

hermoso que hay a nuestro alrededor, de lo bueno que nos pasa. Por tener la

atención puesta en llegar rápido, entonces nos centramos en todo lo que puede

obstaculizar nuestro plan, tanto si tal cosa se presenta como si no, ponemos la

atención en las dificultades y nos estresamos.

Claro que esta obsesión con la velocidad no es la única causa del estrés, hay

varios factores, pero me atrevería a decir que la mayor causa de estrés es la

dificultad de aceptar el cambio. La vida es cambio, lo único que nunca cambia

es que todo cambia. Ver el cambio como una amenaza y no como parte

integral de la vida es, a mi modo de ver, lo que más estrés nos causa.

Tenemos un plan en nuestra mente, nuestra fantasía de como deben ser las

cosas, como van a pasar, como deben ser las personas, como deben

reaccionar, y cuando las cosas suceden de manera diferente y nos aferramos a

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nuestro plan en lugar de adaptarnos al cambio, viene la lucha, el sufrimiento, la

frustración y bueno ya sabemos, el estrés.

Ahora, el estrés es inevitable, es parte de la vida, de hecho es necesario, sin

estrés no podríamos reaccionar ante situaciones de peligro o ante cualquier

situación de demanda que requiera una reacción de nuestra arte. Si el estrés

es agudo, se produce el hecho estresante, lo afrontamos, hacemos lo se

requiera y soltamos, no es dañino. Cuando se convierte en algo crónico vienen

los problemas. No voy a adentrarme en los daños que causa el estrés crónico,

nos puede dar una idea el hecho de que la sociedad de cirujanos

cardiovasculares de los Estados Unidos de Norteamérica lo considera una de

las principales causas de las enfermedades del sistema cardiovascular.

Si le quitamos la “P” a la prisa, nos queda la risa, reír es una forma efectiva y

comprobada de reducir el estrés. La P de Preocupación; Pensar en exceso,

darle vueltas a las cosas una y otra vez; Pesimismo, pensar en todo lo malo

que nos puede pasar o que nos pasó; El Problema imposible de resolver, lo

que no esté pasando aquí y ahora.

Hacer ejercicio, meditar, reír, organizarse, establecer prioridades, tomarse

tiempo para la recreación, descansar, son algunas de las cosas que podemos

hacer para reducir el estrés, y sobre todo aceptar, adaptarnos, ser flexibles,

hacer los cambios necesarios y continuar.

Humberto Segura.

Coach de Bienestar

Twitter: @humbertosegura email: [email protected]