estres y rendimiento deportivo

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Estrés y Rendimiento Deportivo Miguel Morilla Cabezas 1. INTRODUCCIÓN El estudio de los deportes y los deportistas ha sido tema importante en las últimas décadas, motivado fundamentalmente por el auge social que las actividades físicas institucionalizadas han ido tomando. Dentro del deporte, la competición ha ido ganando bastantes adeptos, tanto dentro del mundo de los practicantes como en la sociedad en general. Por otro lado, ese interés de medirse a los demás conlleva una serie de prerrequisitos, que obligatoriamente supone una óptima preparación del deportista en todos aquellos aspectos que la propia competición demanda. La búsqueda por tanto del máximo rendimiento durante la competición pasa por el estudio e investigación de todos los aspectos que pueden mejorar o perturbar esa "puesta en escena" del deportista. Uno de esos aspectos, últimamente muy investigado, es el de los estados emocionales que aparecen en los momentos previos a la competición, y que de alguna manera alteran la correcta ejecución deportiva del practicante. Se sabe que previamente a la competición se produce una activación (de origen cortical) que modifica algunos parámetros fisiológicos. Esta situación merece ser estudiada por su posible repercusión sobre la respuesta aguda al ejercicio físico (Morilla y Naranjo, 1994). 2. ESTRÉS Y DEPORTE El estrés es un proceso, una secuencia de eventos que conduce a un fin concreto. Se define como «un desequilibrio sustancial entre la capacidad de demanda [física y / o psicológica] y la capacidad de respuesta, en condiciones en las que el fracaso en la satisfacción de dicha demanda tiene consecuencias 1 / 7 ASOCIACIÓN DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE ARGENTINA +54 (11) 4899-0337 – [email protected] – Bonpland 1230, Capital Federal, Argentina

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Estrés y Rendimiento DeportivoMiguel Morilla Cabezas

1. INTRODUCCIÓN

El estudio de los deportes y los deportistas ha sido tema importante en las últimas décadas, motivado fundamentalmente por el auge social que las actividades físicas institucionalizadas han ido tomando.

Dentro del deporte, la competición ha ido ganando bastantes adeptos, tanto dentro del mundo de los practicantes como en la sociedad en general. Por otro lado, ese interés de medirse a los demás conlleva una serie de prerrequisitos, que obligatoriamente supone una óptima preparación del deportista en todos aquellos aspectos que la propia competición demanda.

La búsqueda por tanto del máximo rendimiento durante la competición pasa por el estudio e investigación de todos los aspectos que pueden mejorar o perturbar esa "puesta en escena" del deportista. Uno de esos aspectos, últimamente muy investigado, es el de los estados emocionales que aparecen en los momentos previos a la competición, y que de alguna manera alteran la correcta ejecución deportiva del practicante.

Se sabe que previamente a la competición se produce una activación (de origen cortical) que modifica algunos parámetros fisiológicos. Esta situación merece ser estudiada por su posible repercusión sobre la respuesta aguda al ejercicio físico (Morilla y Naranjo, 1994).

2. ESTRÉS Y DEPORTE

El estrés es un proceso, una secuencia de eventos que conduce a un fin concreto. Se define como «un desequilibrio sustancial entre la capacidad de demanda [física y / o psicológica] y la capacidad de respuesta, en condiciones en las que el fracaso en la satisfacción de dicha demanda tiene consecuencias

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importantes» (McGrath, 1970). Según un modelo sencillo propuesto por McGrath, el estrés consiste en cuatro fases interrelacionadas:

Fase 1: Demanda medioambiental. En la primera fase del proceso del estrés le llega al individuo algún tipo de demanda. Ésta puede ser física o psicológica, como en el caso del futbolista que tiene que ejecutar un penalti.

Fase 2: Percepción de las demandas. No todas las personas perciben las demandas exactamente de la misma forma. Ello se refleja en la segunda fase del proceso de estrés, la percepción individual de la demanda física o psicológica

Fase 3: Respuesta de estrés. La tercera fase del proceso del estrés es la respuesta física y psicológica de la persona a la percepción de la situación. Si una persona percibe un desequilibrio entre las demandas y su capacidad de respuesta y ello le provoca una sensación de amenaza, el resultado es un aumento del nivel de ansiedad.

Fase 4: Consecuencias conductuales. La cuarta fase es la conducta real de la persona sometida al estrés. Si el futbolista percibe un desequilibrio entre su capacidad y las demandas, y siente que su estado de ansiedad se incrementa, puede que empeore su rendimiento.

3. LAS HORMONAS DE REPUESTA AL ESTRÉS

Parece que la forma principal en que el cerebro ordena al resto del cuerpo lo que tiene que hacer consiste en enviar mensajes a través de las proyecciones -los nervios, esa rama que desciende del cerebro por la columna vertebral y llega a la periferia del cuerpo. Una de las dimensiones de este sistema de comunicación resulta muy clara y familiar: el sistema nervioso voluntario es consciente. Otra rama del sistema nervioso se proyecta a los órganos, además de a los músculos esqueléticos,

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y es la parte que controla el resto de las cosas interesantes que el cuerpo realiza: sonrojarse, o palidecerse, etc. En general, controlamos menos lo que el cerebro le dice, por ejemplo, a las glándulas sudoríparas que a los músculos del muslo. Las proyecciones nerviosas que llegan a puntos como las glándulas sudoríparas transmiten mensajes relativamente involuntarios y automáticos. Por eso se denomina sistema nervioso autónomo, y se halla muy relacionado con las respuestas de estrés: la mitad del sistema se activa en respuesta al estrés; la otra mitad se inhibe (Sapolsky, 1995).

La mitad del sistema nervioso autónomo que se activa se denomina sistema nervioso simpático. Las proyecciones simpáticas, que se originan en el cerebro, salen por la columna vertebral y se ramifican por casi todos los órganos, vasos sanguíneos y glándulas sudoríparas del organismo. Incluso se proyectan hasta los diminutos músculos que se hallan unidos a los pelos del cuerpo. Si algo nos horroriza y activamos dichas proyecciones, el vello se nos pone de punta y en las zonas en que se hallan estos músculos pero no hay pelo se nos pone la carne de gallina.

El sistema nervioso simpático se pone en marcha cuando hay una emergencia, o creemos que hay. Actúa como intermediario en el estado de alerta, la excitación, la activación y la movilización. Es el sistema arquetípico que se activa cuando la vida se vuelve emocionante o alarmante, como sucede durante el estrés. Las terminaciones, nerviosas de este sistema liberan adrenalina. Cuando alguien y nos da un susto, el sistema nervioso simpático, que libera adrenalina, es el responsable de que se nos haga un nudo en el estómago. Las terminaciones nerviosas simpáticas también liberan una sustancias estrechamente ligada a la anterior: la noradrenalina (adrenalina y noradrenalina son denominaciones británicas; los términos americanos son epinefrina y norepinefrina). Las terminaciones nerviosas del simpático segregan adrenalinas en las glándulas suprarrenales (situadas justo encima de los riñones); el resto de las terminaciones nerviosas simpáticas de todo el cuerpo segrega noradrenalina. Ambas sustancias son los mensajeros químicos que ponen en marcha diversos órganos en cuestión de segundos. La otra mitad del sistema nervioso autónomo desempeña una función opuesta.. El componente parasimpático media en las actividades tranquilas y vegetativas. Cuando un deportista se va a la cama, se activa el sistema parasimpático, que provoca el almacenamiento de energía y otros procesos positivos. El simpático acelera el corazón, el parasimpático disminuye su velocidad;

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el simpático envía el riego sanguíneo hacia los músculos, el parasimpático hace lo contrario. No sería de extrañar que se produjera un desastre si ambas ramas se activaran al mismo tiempo, como si presionáramos el acelerador y el freno a la vez. Hay muchos elementos de seguridad que impiden que esto suceda (Sapolsky, 1995).

El cerebro experimenta o piensa en algo estresante y activa los componentes de la respuesta de estrés a través de esta vía hormonal. Ciertas conexiones entre el hipotálamo, la pituitaria y las glándulas periféricas se activan durante el estrés; otras se inhiben.

Dos hormonas vitales en la respuesta de estrés son la adrenalina y la noradrenalina, que segrega el sistema nervioso simpático. Otra clase importante de hormonas de la respuesta de estrés se denomina glucocorticoides. Son hormonas esteroides («esteroide» es el término empleado para describir la estructura química general de cinco clases de hormonas: los andrógenos -los famosos esteroides anabolizantes, como la testosterona-, los estrógenos, la progestina, los mineralocorticoides y los glucocorticoides), que segregan las glándulas suprarrenales y, como vamos a ver, a veces actúan de forma similar a la adrenalina. Ésta actúa en cuestión de segundos; los glucocorticoides prolongan su actividad durante minutos u horas (Sapolsky, 1995).

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Puesto que las glándulas suprarrenales son básicamente “estúpidas” (Sapolsky, 1995), los glucocorticoides que segregan tienen que estar controlados, en último término, por hormonas cerebrales. Cuando sucede algo estresante o se tiene un pensamiento de este tipo, el hipotálamo segrega una hormona fundamental de iniciación de la activación: el CRF (factor liberador de corticotropina) en el sistema circulatorio del hipotálamo y la pituitaria. En aproximadamente quince segundos, el CRF activa la pituitaria para que libere la hormona ACTH (también denominada corticotropina). Una vez en el torrente sanguíneo, la ACTH llega a las glándulas suprarrenales y, en unos minutos, activa la liberación de glucocorticoides. Los glucocorticoides unidos a las secreciones del sistema nervioso simpático (adrenalina y noradrenalina) explican buena parte de lo que sucede en el cuerpo durante elestrés. Son los caballos de tiro de la respuesta de estrés (Sapolsky, 1995).

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Asimismo, en momentos de estrés, el páncreas se estimula para que segregue una hormona llamada glucagón. Los glucocorticoides, el glucagón y el sistema nervioso simpático elevan el nivel de glucosa en circulación (como veremos, estas hormonas son esenciales para movilizar la energía durante el estrés). Se activan también otras hormonas. La pituitaria segrega prolactina, que, entre otras cosas, desempeña la función de inhibir la actividad reproductora durante el estrés. La pituitaria y el cerebro segregan asimismo un tipo de sustancias endógenas, similares a la morfina, denominadas endorfinas y encefalinas, que sirven para anular la percepción del dolor, entre otras cosas. Por último, la pituitaria segrega asimismo vasopresina, también denominada hormona antidiurética, que interviene en la respuestas cardiovascular de estrés.

Del mismo modo que algunas glándulas se activan en respuesta al estrés, otros sistemas hormonales se inhiben; por ejemplo, la secreción de diversas hormonas reproductoras como los estrógenos, la progesterona y la testosterona. Las hormonas asociadas al crecimiento (como la hormona del crecimiento) también se inhiben, al igual que la secreción de insulina, una hormona pancreática que suele ordenar al cuerpo que almacene energía para su uso posterior.

Esto es un resumen de lo que sabemos actualmente sobre los mensajeros neurológicos y hormonales que transmiten el mensaje cerebral de que algo horrible está teniendo lugar.

4. CONSECUENCIAS PARA EL RENDIMIENTO

Se puede decir que hay miles de fuentes específicas del estrés. Se ha demostrado que tanto los sucesos importantes en la vida —un cambio de trabajo o la muerte de un familiar— como los contratiempos cotidianos —una avería del coche o una discusión con un compañero de trabajo— provocan estrés y afectan a la salud física y mental (Willis y Campbell, 1992). En los deportistas, los estresores incluyen la preocupación por rendir de acuerdo con la capacidad, las exigencias de la competición, los malos resultados, el tiempo necesario para el entrenamiento, las dudas sobre las propias aptitudes, y las relaciones o experiencias traumáticas fuera

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del ámbito deportivo (Scanlan, Stein y Ravizza, 1991). Estas miles de fuentes específicas de estrés se incluyen dentro de algunas categorías generales, determinadas tanto por la situación como por la personalidad.

5. COMENTARIOS FINALES

Como hemos visto, una de las relaciones que han despertado y despiertan más interés en el mundo del deporte es el modo en que el estrés afecta positiva o negativamente al rendimiento. La mayoría de nosotros reconoce con bastante facilidad el momento en que nuestros nervios nos hacen sentir vulnerables y fuera de control. Pero el cómo funciona exactamente la activación fisiológica y psicológica para beneficiar a una persona y/o perjudicar a otra es algo que sigue en estudio.

Parece claro que el conocimiento profundo de cada deportista es fundamental para ofrecer a cada uno lo más adecuado a sus necesidades (tanto técnicas, físicas, como psicológicas).

Una vez comprobada todas esas alteraciones que se producen a nivel neuro-fisiológicos, y ante la imposibilidad de evitar el importante componente emotivo que acompaña a la competición y a toda la carrera del deportista, deberá constituir un importante campo de actuación la preparación del deportista para afrontar esos momentos competitivos de manera menos estresante, mediante un entrenamiento individualizado e integrado (que incluya auto-conocimiento, control emocional, recursos psicológicos para la búsqueda de salidas a la frustración, etc.), intentando lograr que su rendimiento sea de un 100% en lo físico y de un 100% en lo psicológico.

6. BIBLIOGRAFÍA

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