estado federal de panamá
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN
INSTITUTO LABORAL ADVENTISTA PANAMEÑO
TRABAJO DE HISTORIA
TEMA:
HISTORIA DE PANAMÁ
ESTUDIANTES:
GUSTAVO TEJEIRA
ELIDIA ATENCIO
ADGAR TEJEIRA
YORK GONZÁLEZ
PROFESOR:
MAX SÁNCHEZ
AÑO: 2011
“CON LA AYUDA DE DIOS, TODO TE SALE BIEN”
Introducción
A través del siguiente trabajo estaremos hablando de la historia del Istmo de
panamá y las diferentes etapas por las cuales ha pasado nuestro país hasta
alcanzar su independencia.
Encontraremos en este trabajo el estado federal de Panamá, el incidente de la
tajada de sandia, importancia de la posición geográfica de Panamá, la guerra de
los mil días, entre otros.
Estado Federal de Panamá
Estado Soberano de Panamá
Estado de los Estados Unidos de Colombia
Bandera Escudo
Localización del estado de Panamá en los Estados Unidos de Colombia
Capital
Panamá8°58′N 79°32′O
Idioma oficial Español
Religión Libertad de culto
Gobierno Presidencialismo
Período histórico República del siglo XIX • Creación del Estado 27 de febrero de 1855 • Guerra Civil de 1876 - 1877 1876 • Guerra Civil de 1885 1885 • La Regeneración 19 de noviembre de 1886
Superficie • 1874 86.200 km2
Población • 1874 est. 221.052
Densidad 2,6 hab./km²
Moneda Peso colombiano
Gentilicio: Panameño-a, Colombiano-a
El Estado Soberano de Panamá fue una división administrativa y territorial de
los Estados Unidos de Colombia. Creado el 27 de febrero de1855 con el nombre
de Estado Federal de Panamá, a partir de la unión de las provincias
neogranadinas de Azuero, Chiriquí, Panamá y Veragua, fue oficialmente
reconocido como Estado de la Federación en la constitución nacional de 1858, y
finalmente denominado Soberanoen las constituciones nacional y estatal de 1863.
Historia
Estado Soberano de Panamá
Fue el primer estado en formarse dentro de la unión granadina, debido a los
deseos autonomistas de diferentes regiones (particularmente por las provincias del
Istmo), quienes exigían un estatuto de autonomía.
Geografía
Límites
El Estado limitaba al norte con el océano Atlántico, al este con el Cauca, al sur con
el océano Pacífico y al oeste con Costa Rica. Estos límites eran semejantes a los
que posee la República de Panamá en la actualidad, si bien los linderos entre los
Estados de la Unión jamás fueron demarcados formalmente.
En la actualidad el territorio que antes correspondía al Estado Soberano de
Panamá pertenece en su mayoría a la República de Panamá, independiente de
Colombia desde 1903.
Divisiones administrativas
El Estado en un principio quedó dividido en las mismas provincias que lo crearon
en 1855:7
Panamá (capital: Panamá).
Azuero (capital: La Villa de Los Santos).
Chiriquí (capital: San José de David).
Veraguas (capital: Santiago de Veraguas).
A finales del mismo año la provincia de Azuero fue suprimida y su territorio
repartido entre las de Panamá y Chiriquí.
Durante la administración de Justo Arosemena (1856), el Estado quedó dividido en
7 departamentos:
Coclé (capital: Natá).
Colón (capital: Colón).
Chiriquí (capital: David).
Fábrega (capital: Santiago).
Herrera (capital: Pesé).
Los Santos (capital: La Villa de Los Santos).
Panamá (capital: Panamá).
Más tarde, durante la administración de José Leonardo Calancha (1864), se redujo
el número de departamentos a 6:
Coclé (capital Penonomé).
Colón (capital Colón).
Chiriquí (capital David).
Los Santos (capital La Villa de Los Santos).
Panamá (capital Panamá).
Veraguas (capital San Francisco de la Montaña).
Importancia estratégica del Istmo de Panamá
El Istmo de Panamá es una de esas regiones, o enclaves, que tienen una función
geográfica que cumplir, anterior y superior a su propio destino, y su historia es
impulsada más por fuerzas externas que por factores endógenos. En
consecuencia, atraen hacia sí sucesos importantes de la historia. Recordemos
algunos ejemplos: el estrecho y canal de Corinto, durante el milenio anterior a la
era cristiana, cuando la cuna de la cultura occidental estaba centrada entre el
Adriático y el Egeo; el estrecho de Dardanelas, llave del Mediterráneo oriental a
los países del Mar Negro, puerto estratégico y escenario de intrigas políticas
desde las guerras greco-persas hasta la segunda guerra mundial; el canal de
Suez, cuya historia comienza con Ramsés II en el año 1,300 a.c. y llega,
convulsionada e inconclusa, hasta nuestros días; el estrecho de Málaca, puente
marítimo obligado entre la India y el lejano oriente, que fue la razón de ser de
Singapur, bastión creado por Inglaterra en el siglo XVIII; el estrecho de Gibraltar,
conocido en la antigüedad como Columnas de Hércules, disputado hasta nuestros
días entre potencias europeas; Hong Kong y Macao, enclaves europeos hasta
época muy reciente, creados como emporios mercantiles de Occidente en las
puertas de la China. El denominador común de la historia de cada uno de estos
enclaves ha sido la injerencia de las potencias mundiales de todos los tiempos,
interesadas siempre en controlar las principales rutas del comercio mundial y los
sitios estratégicos para la guerra.
Tal es el caso de Panamá, donde podemos identificar lo que el estadista de ese
país, Víctor Florencio Goytía, denominó "la función geográfica del Istmo" como la
directriz constante de su historia. Para Goytía, la interdependencia económica,
política y social de los pueblos (lo que hoy hemos dado por llamar la
Globalización) obliga a Panamá a encauzar su destino en términos de su función
geográfica. De allí que el Canal sea la consecuencia directa del mandato de la
naturaleza, en razón de que el Istmo es la garganta geográfica más conveniente
para abrir el paso de comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico.
Para expresarlo en otros términos, utilizaré un símil extraído de la terminología
jurídica y describiré la condición del Istmo de Panamá como un "Fideicomiso de la
Naturaleza". Definimos el fideicomiso como "un mandato irrevocable en virtud del
cual se transmiten determinados bienes a una persona llamada fiduciario, para
que disponga de ellos conforme lo ordena el que los transmite, llamado
fideicomitente, a beneficio de un tercero llamado fideicomisario, (o beneficiario)".
En el caso que nos ocupa, podemos identificar claramente el objeto y las tres
figuras del fideicomiso:
El suelo del Istmo, que es el objeto del fideicomiso;
la naturaleza, que es la Fideicomitente;
el país, Panamá, que es el Fiduciario;
la humanidad, que es la Beneficiaria.
La responsabilidad de Fiduciario le impone al soberano del territorio ciertas
limitaciones que se desprenden de su mandato y le obligan a conciliar dos fuerzas,
a veces opuestas: una exógena, que responde a las realidades geopolíticas
internacionales y una endógena, que es la necesidad del Estado de ejercer a
plenitud su soberanía sobre el territorio objeto del fideicomiso. En el caso de
Panamá, surge una interrogante adicional: ¿Es el Canal algo más grande que el
país? De ser así, ¿puede el Fiduciario -- Panamá – asumir cabalmente la
responsabilidad de administrar un bien común que podría ser considerado más
grande que el propio estado? He aquí el difícil reto de Panamá: cómo asumir su
función geográfica (que es la de administrar el encargo fiduciario) para convivir
con la comunidad internacional y, a la vez, promover sus intereses propios como
nación. Repasemos la historia y veamos como evolucionó la política del Istmo en
relación con su función geográfica.
Durante los tres siglos de dominación española, el Istmo de Panamá conoce su
primer desarrollo como eslabón de tránsito del comercio colonial. Por el eje
transístmico Portobelo - Panamá pasan las riquezas del Virreinato del Perú hacia
España; Portobelo, a su vez, se convierte en uno de los más importantes centros
de comercio del Caribe. De esta manera, a los albores del siglo XIX el destino de
Panamá estaba claramente marcado por su función geográfica y las ciudades del
Istmo conocían ya el significado de los ciclos de bonanzas y recesiones
comerciales, el asecho de filibusteros y la codicia de potencias extranjeras.
El año 1821 marca el primer momento decisivo del siglo XIX. El 28 de noviembre
el Istmo de Panamá declara su independencia de España y en el mismo
documento se adhiere, en pleno fervor Bolivariano, a la Gran Colombia del
Libertador. Pero lo más notable del Acta de Independencia de Panamá es la
inequívoca expresión de su vocación mercantil y la voluntad autonomista que
condiciona esta adhesión. El Artículo noveno dice textualmente: "El Istmo por
medio de sus representantes formará los reglamentos económicos convenientes
para su gobierno interior." Esta temprana reivindicación de autonomía económica
he de constituir el leit-motif que caracteriza el pensamiento económico y político
del Istmo en su relación con el gobierno central colombiano durante el siglo XIX.
Uno de los primeros actos de la nueva república bolivariana fue la promulgación
de leyes proteccionistas para todo el territorio colombiano. Panamá no tardó en
reaccionar y solicitó reiteradamente al Congreso en Bogotá exenciones fiscales y
aduaneras para la región de tránsito. También adelantó desde entonces la idea de
un ferrocarril transístmico y la idea, más utópica en ese momento, de un canal
interoceánico, todo lo cual fue reiteradamente ignorado en la capital. El primer
revés formal se manifiesta cuando los moradores del Istmo constatan durante el
Congreso Anfictiónico, el alcance del centralismo a ultranza del Libertador,
formalmente plasmado en el proyecto de Constitución sometido ese mismo año a
la aprobación de las repúblicas bolivarianas.
Liderados por Mariano Arosemena y José de Obaldía, un grupo perteneciente a la
oligarquía mercantil de la Ciudad de Panamá redacta el 13 de septiembre de 1826
el primer manifiesto abiertamente separatista. Este documento, surgido de la clase
dirigente acaudalada, no contó con el apoyo de la población tal como fue el caso
durante los movimientos secesionistas del 1830 – 31 y 40. Sin embargo, el
Manifiesto de 1826 fue el primer manifiesto formal de autonomía y contiene un
elemento sui generis que pone en evidencia la creciente fuerza del pensamiento
liberal mercantilista en Panamá y la distancia que los panameños deseaban
establecer con relación a la capital andina. En efecto, basándose en el Artículo
noveno del Acta de Independencia de 1821 antes citado, el Artículo cuarto del
Manifiesto de 1826 expresa que Panamá debería constituirse como "país
hanseático", bajo la protección de las potencias mundiales, Inglaterra, Francia y
los Estados Unidos. Solo de esta manera, argumentaron los firmantes, podría el
Istmo alcanzar su desarrollo como emporio comercial al cual estaba llamado por
su geografía. Recordamos que el concepto de "Liga Hanseática" proviene del
vocablo alemán Hanse, término con el cual se denominaban a las asociaciones de
comerciantes y pasó a utilizarse para definir la liga autonómica formada por las
principales ciudades mercantiles del norte de Europa entre los siglos XIII y XVII. El
propósito de esta liga era promover y defender sus intereses comerciales y para
ello contó con el beneplácito y la protección de las potencias reinantes.
Podemos decir que la gran lucha política de Panamá durante el siglo XX fue
contra todo lo que tuvo de disolvente la penetración norteamericana como
resultado de su abrumadora presencia en el Istmo y su desprecio por toda
manifestación soberana de los panameños. Ante la imposibilidad de oponerse a la
mayor potencia del mundo, Panamá optó por la vía de la argumentación jurídica,
de la negociación y del apoyo de la comunidad internacional para hacer valer sus
reclamaciones. A tal fin estableció como lineamientos de su política internacional
los principios de la auto-determinación de los pueblos, la defensa de la
neutralidad, la solución pacífica de los conflictos internacionales, el
panamericanismo y los deberes y derechos de los estados, ganándose, de esa
manera el respeto de la comunidad internacional. Seis tratados posteriores al de
1903, un sinnúmero de convenios bilaterales y la lucha de cinco generaciones de
panameños impregnados de un acrisolado espíritu nacionalista culminaron, el 31
de diciembre de 1999 con la recuperación de la plena soberanía sobre su territorio
y la propiedad y administración del valioso activo que es el Canal de Panamá.
De esta forma, Panamá encara el siglo XXI con el reto de asumir a plenitud el
mandato fiduciario que le fue confiado por la naturaleza. Es innegable que en esta
era cuando vivimos a la sombra de una potencia mundial agresiva y arrogante
surgirán nuevos desafíos que requerirán más que nunca de la unión y de la
solidaridad de nuestros países para superarlos. Parafraseando a Rafael Uribe,
quien sostuvo que la historia de los pueblos de América se divide en tres períodos,
el heroico, el anárquico y el serio, podríamos decir que Panamá y Colombia ya
han superado los períodos heroicos y anárquicos de su historia y caminan hoy,
juntos, por el período de la seriedad, sin traumas ni complejos.
Incidente de la tajada de sandía
El incidente de la tajada de sandía fue un hecho violento ocurrido
entre panameños y estadounidenses, el 15 de abril de 1856 y que motivó la
primera intervención estadounidense en Panamá. Este hecho ocurrió en el sitio que en
la actualidad ocupa el Mercado de Mariscos, que en aquellos tiempos era un
pantano adyacente a los patios del ferrocarril, lugar conocido como Barrio de la
Ciénaga, cercano a la Playa Prieta, parte de la Bahía de Panamá, hoy enmarcada
por la Avenida Balboa.
Antecedentes del 3 de noviembre de 1903
En 1846, mediante el Tratado Mallarino-Bidlack, Estados Unidos se aseguró el
derecho de tránsito a través de Istmo de Panamá, una alternativa menos costosa en
tiempo y dinero para pasar delocéano Atlántico al Pacífico. La otra posibilidad era
navegar hasta el sur de América y atravesar el Estrecho de Magallanes. En 1848 se
descubrió oro en California (EE.UU.), cuestión que provocó una gran expansión
estadounidense hacia el oeste, siendo vital el paso interoceánico del istmo
panameño.
Hacia 1850, Estados Unidos se encontraba construyendo el Ferrocarril Transístmico,
lo que provocó una gran afluencia de ciudadanos estadounidenses en la zona,
tanto de trabajadores como de transeúntes, que ciertamente mostraban un
comportamiento extremadamente arrogante, violento y agresivo en contra de la
población local.
El Tratado Mallarino-Bidlack, en su artículo 35, otorgaba un tratamiento
preferencial a los ciudadanos estadounidenses, respecto de los naturales y otros
extranjeros residentes en la zona, quienes no veían con simpatía el tratado ni este
artículo en particular, lo que provocó un fuerte sentimiento anti-estadounidense.
Adicionalmente a esto, los norteamericanos solían tratar con desprecio a los
hispanos y europeos, con excepción de los ingleses. Esta situación, acompañada
de la costumbre de los norteamericanos de embriagarse notablemente, provocó
constantes roces entre la gente.
Según el primer párrafo del artículo 35 del Tratado Mallarino-Bidlack establecía que:
Los ciudadanos, buques, mercancías de los Estados Unidos disfrutarán en los
puertos de Nueva Granada, incluso los del istmo de Panamá, de todas las
franquicias, privilegios e inmunidades en lo relativo a comercio y navegación de
que ahora gozan los ciudadanos neogranadinos.
Párrafo 1, Artículo XXXV, Tratado Mallarino-Bidlack
Otro hecho que provocó más ira fue el establecimiento, por parte de Cornelius K.
Garrison, de un servicio de transporte de mercancías y pasajeros a través del
istmo, en abierta competencia con los antiguos remeros y acarreadores nativos.
En 1854, en una nota dirigida al gobernador de Panamá (por entonces una
provincia de Colombia), José María Urrutia Añino, José de Obaldía le hace saber
de su preocupación, compartida por el encargado de negocios estadounidense
James Green, porque "... en la provincia de Panamá continúan las desavenencias
entre granadinos y anglo-americanos, proveniente del cobre que se hace a los
últimos del derecho denominado de pasajeros", sugiriéndole medidas a tomar a fin
de "... prevenir cualquier desgracia allí". También advirtió que la apertura del
ferrocarril transístmico significaría el abandono del antiguo transporte acuático
terrestre con la consecuente pérdida de puestos de trabajo de los lugareños.
Todos estos hechos trajeron como consecuencia que se fuera creando en los
istmeños, un resentimiento contra los estadounidenses que pululaban a través del
istmo en viaje de ida y vuelta a California a través del Ferrocarril Transístmico.
Mientras que la mayoría de los emigrantes se comportaban con cierto respeto, los
excesos notables de una minoría irresponsable mantuvieron al istmo en
conmoción durante los primeros años de la fiebre del oro. Gran parte de los viajeros
portaban armas de fuego y los problemas entre borrachos eran frecuentes. La
violencia y los incidentes sangrientos de estos disturbios intensificaron la
diferencia que ya existía entre panameños y estadounidenses.
El incidente de la tajada de sandia
El 15 de abril de 1856 Jack Olivier, estadounidense, en visible estado de
embriaguez y junto a otros tres o cuatro norteamericanos, decidió comprarle a
José Manuel Luna una tajada de sandía, la cual comió y por la que se negó a
pagar un real (5 centavos de dólar). Esto generó una gran discusión que finalizó
cuando Olivier extrajo un arma y disparó a un lugareño y escapó del lugar. En ese
momento llegaba a la estación el tren Illinois que transportaba norteamericanos
provenientes de la ciudad de Colón, quienes se vieron involucrados en el pleito.1 2
Esto provocó una gran pelea entre los panameños y los estadounidenses que,
superados en número, retrocedieron y se refugiaron en la estación del ferrocarril
distante a pocos metros del lugar.
Los lugareños salieron en persecución de los estadounidenses, prendiendo fuego
a las instalaciones donde estos se guarecían. La guardia granadina acudió al lugar
y los estadounidenses comenzaron un tiroteo. Esto provocó que una pequeña
guarnición estadounidense asentada en la zona reprimiera a los panameños.
Estos hechos fueron conocidos en las ciudades lindantes, incluso en la ciudad de
Colón, distantes a unos 90 km de donde comenzaran los hechos, donde estalló
una ola de disturbios. Los tumultos duraron tres días, al cabo de los cuales ambas
ciudades habían sido seriamente dañadas por los incendios, la destrucción y los
saqueos, salvándose el barrio San Felipe, donde vivían los extranjeros de la clase
dominante, ya que se encontraba amurallado.
El saldo fue de 16 muertos y 15 heridos estadounidenses y 13 heridos y 2 muertos
entre los locales. Esta fue la primera insurrección de los panameños contra los
estadounidenses y la única que ganaron, al menos a nivel ciudadano.
Los informes de los gobiernos de Estados Unidos y Nueva Granada fueron
contradictorios ya que ambos se acusaron mutuamente, sin embargo, es
importante notar la actitud de los Estados Unidos al no aceptar los testimonios
oficiales de los cónsules en Panamá del Reino Unido, Francia y Ecuador, quienes
apoyaban la posición de Nueva Granada y acusaban a los estadounidenses de
agresores y decían que la policía local era inocente de los cargos que le imputaba
el gobierno estadounidense de haberse puesto de parte de los istmeños.
De acuerdo con el informe oficial de Amos B. Corwine, comisionado especial
designado por el gobierno estadounidense, con fecha del 18 de julio de 1856, decía
que la población de color tomó como pretexto la disputa para asaltar a los
estadounidenses, y saquear sus propiedades, que la policía y la turba habían
planeado el asalto a la estación del ferrocarril y llegaba a la conclusión de que el
gobierno de Nueva Granada era incapaz de mantener el orden y suministrar
protección adecuada para el tránstio y recomendaba la ocupación inmediata del
istmo a menos que Nueva Granada los convenciera de su competencia e
inclinación para suministrar adecuada protección y una amplia y rápida
indemnización.
Consecuencias
El 18 de julio, el comisionado estadounidense, Amos Corwine, recomendó en su
informe "... la ocupación inmediata del istmo de océano a océano por Estados
Unidos... a menos que Nueva Granada... nos convenza de su competencia e
inclinación para suministrar... adecuada protección y una amplia rápida
indemnización". Esto dio lugar a una serie de controversias diplomáticas.
Obviamente, las autoridades norteamericanas atendieron este informe y en
septiembre de 1856 las tropas estadounidenses desembarcaron en el istmo y
tomaron la estación del ferrocarril.
El 19 de septiembre de ese año, desembarcó un destacamento de 160 soldados y
tomó posesión de la estación de ferrocarril. La ciudad se mantuvo en calma y tres
días más tarde, las tropas se retiraron sin haber hecho ni un sólo disparo. Esta
breve ocupación, el primer caso de intervención armada en el istmo, estaba
justificada según el gobierno estadounidense por la cláusula del Tratado de 1846,
mediante la cual, los Estados Unidos garantizaba la neutralidad del istmo, para
que el tránsito no se interrumpiera o se estorbara.
Los Estados Unidos hicieron las siguientes propuestas:
1. Que la ciudad de Panamá y Colón debían ser ciudades libres y que se
gobernaran por sí mismas bajo la soberanía de Nueva Granada, y
conjuntamente controlaran una franja de veinte millas de ancho de océano
a oceáno, con el ferrocarril como línea central.
2. Nueva Granada debía ceder a los Estados Unidos varias islas en la bahía
de Panamá para usarlas como bases navales.
3. Nueva Granada debía transferir a los Estados Unidos sus derechos sobre el
Ferrocarril transístmico.
4. Nueva Granada debía pagar una indemnización de perjuicios por la pérdida
de vidas y la destrucción de propiedades.
Finalmente el gobierno granadino aceptó su culpabilidad y firmó el Tratado Herrán-
Cass, el 10 de septiembre de 1857 y estableció una suma resarcitoria de 412.394
dólares estadounidenses en oro para los damnificados, que fueron integrados
recién en 1865:
195.410 dólares por indemnizaciones derivadas del motín.
65.070 dólares por nuevos reclamos.
9.277 dólares por gastos de los comisionados
142.637 dólares por intereses.
Pero no fue solo Estados Unidos quién exigió indemnizaciones, también lo
hicieron Francia y el Reino Unido, cuyos ciudadanos en el lugar se vieron
afectados.
A su vez, Estados Unidos utilizó este incidente como excusa para poner el práctica
el artículo 35 del Tratado Mallarino-Bidlack, es decir su prerrogativa de
salvaguardar la neutralidad y el libre tránsito en Panamá, utilizando para ello sus
fuerzas armadas cuando, a su criterio, el gobierno local no diera la seguridad
necesaria, lo que motivó una serie de intervenciones estadounidenses en el istmo
durante el siglo XIX y XX, lo que a la postre exacerbó la xenofobia y el sentimiento
nacionalista de los panameños.
Según la Gaceta del Estado del 3 de mayo de 1856, los muertos fueron Lucas
Prados y Apolinar N. por parte de los panameños; y Robert Marks, de Pensilvania;
Octavio Dubois, francés; N. Stokes, de los filibusteros de William Walker;
Alexander Sweet, de Maine y otros 12 de los cuales se desconocen sus nombres,
por parte de los extranjeros.
Guerra Civil de los Mil Días
La Guerra de los Mil Días fue una guerra civil que asoló a la República de Colombia y
a Panamá (que en ese entonces era un Departamento de Colombia),
entre 1899 y 1902 . Tuvo como resultado la victoria del gobierno y la
posterior separación de Panamá en 1903[cita requerida]. El conflicto enfrentó a
miembros del Partido Liberal Colombiano contra el gobierno detentado por una
fracción del Partido Conservador, llamada Nacional, y brevemente en cabeza del
presidente Manuel Antonio San clemente. El brusco cambio provocado por la
derrocación de la Constitución de Rionegro de 1863 (que estableció un
sistema federal) por la centralista Constitución de Colombia de 1886 (establecida bajo
el mandato de Rafael Núñez) además de los violentos intentos de cooptación de los
conservadores, como los intereses liberales de retomar el poder, provocó la
violenta respuesta del bando liberal.
Antecedentes
El siglo XIX en Colombia registró varios conflictos violentos entre conservadores y
liberales. A medida que se fueron desarrollando los partidos, éstos suscitaron
grandes conflictos en el territorio colombiano. La constitución de Rionegro que
llevó a un gobierno federal sembró cada vez más las distinciones tanto entre los
partidos, como entre los mismos estados que en ocasiones tenían ejércitos
muchos más grandes que los del gobierno central. En una situación salpicada de
conflictos sociales y guerras civiles, se redactó la constitución de 1886 que
pretendía, al contrario de la constitución anterior, un estado central fuerte, en este
año en el cual se suprimió la Constitución de 1863 (que revelaba los excesos del
federalismo durante el periodo de los radicales) comenzaran a verse los primeros
signos que desembocarían en el conflicto armado.
[editar]Inicio de la guerra
Departamentos de Colombia en 1890
Reclutamiento de campesinos en Bogotá, 1900
Niños soldados en Panamá, 1899
Luego de que San clemente tuviera que delegar el poder al vicepresidente
Marroquín por dificultades de la salud1 , Marroquin, el cual era más cercano al
bando histórico de los conservadores, asumió la presidencia.2 Lo que dio un vacío
de poder que desembocó propiamente en la guerra que se inició con el asalto por
parte de liberales mal organizados a la ciudad de Bucaramanga, lo cual provocó la
respuesta del gobierno central. Aprovechando el aparato del estado, las
comunicaciones y el contar con un ejército regular organizado y financiado, los
conservadores siempre se enfrentaron en superioridad de condiciones a los
liberales. A estos últimos se les dificultó el crear fuerzas regulares salvo en los
departamentos de Santander y Panamá, donde sí lograron mantener enfrentamientos
regulares.
Las batallas de Peralonso y de Palonegro
Las primeras derrotas militares para el bando liberal comenzaron días más tarde
de haber iniciado la guerra en la batalla de los Obispos en el Rio Magdalena el 24 de
octubre de 1899. Pero el sector conservador, también se vio envuelto en problemas
bastante delicados. Estos últimos se dividieron entre Históricos y Nacionalistas en
un frenético intento de poner el país en orden. Los primeros lograron derrocar al
presidente San Clemente para colocar a su sucesor José Manuel Marroquín. Por su
parte los liberales nombraron presidente del país a Gabriel Vargas Santos para que
opacara a los mandatarios constitucionales del sector conservador.
Conforme al avance de la guerra, ésta tomó un giro más represivo y cruel, incluso
la población se dividió para tomar parte en cada bando de un modo más fanático,
pese a los esfuerzos de cada partido por obtener victorias que luego serían
ilusorias. Sin duda, las batallas de Peralonso y de Palonegro (Santander) pusieron
al país en su lugar en cuanto a la magnitud de los daños que dejaba la guerra. En
la primera, los liberales obtendrían su última victoria de manos de. En Palonegro
(25 de mayo de 1900) los conservadores detuvieron a sus enemigos forzándolos a
un combate de desgaste, seguidos por el sitio a la ciudad de Cúcuta.
Hacia el final
Hundimiento del barco Lautaro en Panamá, 1902
Con Palonegro, la guerra se volvió un conflicto sin sentido y carente de significado
para los partidos. Los liberales aguantaban desesperadamente ante las escasas
ayudas de otros países, al tiempo que el propio partido se dividía
entre Pacifistas y Belicistas. Los conservadores Nacionales pronto comprendieron
que lo mejor era detener la guerra, que ya por entonces se centraba en Panamá y
la costa del Mar Caribe.
Con esa decisión, se evitó internacionalizar la guerra (en Venezuela se trataba de
provocar un conflicto abierto a través de su presidente Cipriano Castro quién
apoyaba a Uribe para colocarlo en el poder). Las tropas de Marroquín lograron
cortar la ayuda venezolana a los liberales (29 de julio de 1901), quienes fueron
derrotados por el general conservador Juan Tovar. El general Uribe se vio entonces
obligado a rendirse, pero con algunas condiciones.
Los Tratados de Neerlandia y Wisconsin
Firma del tratado de Wisconsin, 1902
Los tratados de paz se firmaron en la hacienda Neerlandia (en la zona
bananera del Magdalena, cerca a Ciénaga), el 24 de octubre de 1902, pese a que los
combates duraron hasta noviembre de ese año en Panamá desde finales de 1901
entre los navíos Almirante Padilla (liberales) y el Lautaro (de propiedad chilena,
expropiado por los conservadores), del cual fueron derrotados frente a la ciudad
de Panamá el 20 de enero de 1902. Con la muerte del general Carlos Albán, que
viajaba en el Lautaro, el istmo de Panamá queda sin representante, siendo
nombrado Arístides Arjona.
Más tarde vino la constante amenaza de la marina estadounidense enviada por el
gobierno de Theodore Roosevelt para proteger los futuros intereses en la
construcción del canal de Panamá. Los liberales de Benjamín Herrera depusieron las
armas sin combatir la amenaza exterior.
El tratado de paz definitivo se dio lugar en
el acorazado estadounidense Wisconsin el 21 de noviembre de 1902, en donde, por
una parte, el general Lucas Caballero Barrera, en calidad de jefe de Estado Mayor
del ejército unido del Cauca y Panamá, junto con el coronel Eusebio A. Morales,
secretario de Hacienda de la dirección de guerra del Cauca y Panamá, en
representación del general Benjamín Herrera y del partido liberal; y por otra, el
general Víctor Manuel Salazar, gobernador del departamento de Panamá y el
general Alfredo Vázquez Cobo, jefe de Estado Mayor del ejército conservador en la
Costa Atlántica, el Pacífico y Panamá, firmaron en representación del gobierno.
Conclusión
Al concluir este trabajo quiero recalcar la importancia de conocer más sobre
la historia de nuestro país, ya que a través de la historia es que podemos
informarnos de quienes somos realmente como nación libre e independiente.
Además pudimos aprender sobre muchos de los aspectos y acontecimientos
importantes que tuvieron lugar durante la historia de Panamá durante la e poca
colonial e independiente.
Bibliografía
Internet
www.wikipwdialaenciclopedialibre.org
www.monografias.com
www.encartaenlinea.com