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  • De la locura a las enfermedades mentales

    Pocas son las interferencias que la lectura actual de la obra de Jean-Pierre Falret nos proporciona. Sintonizamos con ella rpidamente, nos sumimos en sus argumentos y los encontramos preados de lgica especulativa y aun de cierto rigor clnico; y es que la nosologa psiquitrica actual, tambin sus inconvenientes, se arraiga profundamente en el marco que l delimit para esta ciencia siempre hbrida. Han pasado, no obstante, ms de ciento treinta aos desde que se public su monumental recopilacin de escritos: Des maladies mentales et des asiles d'aliens. Ler;ons cliniques et considrations gnrales l Su obra se presenta a nuestros ojos como esencialmente ideolgica, epistemolgica incluso, y sin ella resulta difcil imaginar la emergencia de los dos grandes colosos de la clnica clsica: Magnan y Kraepelin.

    El propio J.-P. Falret nos facilita la comprensin de su itinerario intelectual y la construccin de su obra, escribiendo para ello en 1863 una extensa Introduccin que articula y sita sus escritos2 Nacido en Marcillac-du-Lot en 1794, estudi medicina en Montpellier. Se traslad a Pars en 181 1, Ylo que hasta la fecha no haban sido ms que fuertes temores hipocondracos a padecer tisis pulmonar se convirtieron en una enfermedad real, la fiebre tifoidea. Pas meses sumido en un delirium en el que se alternaban conjuras, detenciones y juicios sumarios, pero finalmente su fuerte constitucin triunf sobre el mal"'. Tras una breve estancia en el Hospital de los Nios Enfermos, recal en la Salpetriere, donde conoci a Pinel y Esquirol, sus maestros y tambin sus referencias a superar. Como todos los alienistas de su generacin, se interes, contraviniendo a sus maestros, en las lesiones halladas en las autopsias de los cerebros y meninges de los locos. Pero Falret no se estanc ah; insatisfecho con la anatoma, vir posteriormente hacia la psicologa, cuyas aportaciones consider a la postre falaces e insuficientes; finalmente, pareci encontrar su referencia doctrinal propia en lo que llam su posicin clnica.

    Ni que decir tiene que, en aquellos das, el trabajo de alienista no comportaba precisamente holganza y tranquilidad, pues entre otros menesteres tambin se

    Cfr. J.-P. FALRET. Des maladies mentales et des asiles d'aliens, Pars. Bailliere. 1964. En esta obra pueden encontrarse sus escritos ms importantes. repartidos a lo largo de 796 pginas.

    Cfr. J.-P. FALRET. op. cit., pp. l-LXIX. Cfr. R. SEMELAIGNE. Les piollniers de la psychiatrie jranraise avant et apres Pinel, Pars. Bailliere, 1930.

    pp. 173 Yss. Puede leerse al respecto la hermosa despedida que le brind a su maestro Esquirol en 1840: Discours

    prononc sur la tombe d'Esquirol, en Des maladies mentales, pp. 774-785. 4

  • (82) 484 De la locura a las enfermedades mentales

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    ocupaban del traslado de los locos a sus pases de origen. En uno de esos encargos deba acompaar a una alienada al Senegal, pero Falret se neg tajantemente; eso le salv la vida, pues el navo destinado a tal desempeo naufrag. En otra ocasin, escoltando a un alienado suicida y violento a Suiza, pudo comprobar en el fragor de la tempestad que ninguno de los embarcados colabor tanto en las maniobras de salvamento como el propio enfermo. Junto a su amigo y colega F. Voicine fund, en 1822, el asilo de Vanves. Ese mismo ao public su monografa De l'hypochondrie et du suicide, manifestando sin tapujos su defensa militante de la posicin anatomista: las lesiones apreciables en el cerebro o sus membranas bastan para explicar la alienacin. Este primer perodo de su obra est dominado por el idealismo exultante de la anatoma, a la que consideraba la nica base de la medicina cientfica. Continuadores de Gall, y empujados por los hallazgos de Bayle sobre la parlisis general, tanto Calmeil, Foville, Georget y el propio Falret, representaron la posicin ms extrema: eran anatomistes y crbristes, pues slo consideraban el cerebro y sus membranas como los rganos corporales causantes de la patologa mental.

    Pronto, sin embargo, se dio cuenta que las alteraciones cerebrales no bastaban para explicar la diversidad tan grande de las enfermedades mentales. Dirigi entonces su mirada a la psicologa, cuyas referencias ms adecuadas hall en las escuelas escocesa y alemana, as como en sus compatriotas Parchappe, Voicine, Ranaudin y Delasiauve. Busc, durante quince aos, las lesiones de las diferentes facultades (memoria, inteligencia, asociacin de ideas, etc.). Pero el mtodo psicolgico, aplicado al estudio de las alienaciones mentales, no es nicamente nefasto cuando se trata de hacer semiologa; se vuelve fecundo en consecuencias funestas cuando se pretende aplicarlo a otras ramas de la patologa mental, a la etiologa, a la nosologa, e incluso a la teraputica; tambin cuando se quiere, por ejemplo, explicar por la lesin de ciertas facultades, como la atencin o la voluntad, el modo de produccin de la locura o de las ideas delirantes; cuando se quiere clasificar, por un procedimiento psicolgico, las diversas especies o variedades de la locura; por ltimo, cuando se pretende curar, por medios psicolgicos, las ideas o los sentimientos de los alienados. No se est haciendo en esos casos nicamente psicologa mrbida, sino que se tiene la pretensin de hacer medicina5.

    En 1831, fue nombrado mdico de la seccin de idiotas de la Salpetr~re, y en 1841 se traslad a la seccin de alienados adultos. Comenz entonces sus lecciones clnicas, que congregaron un nmero importante de asistentes. Su actividad cientfica entr en una nueva fase, a la que llam lacnicamente clnica. Se pre

    , J.-P. FALRET. op. cit., p. IX.

  • De la locura a las enfermedades mentales 485 (83)

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    ocup e insisti a sus alumnos en los principios de la observacin de enfermos: evitar a toda costa escuchar a los locos como lo podran hacer los novelistas, es decir separar la ficcin de la realidad; no conformarse con observar o ser el secrtaire des malades, anotando las palabras y los actos, sino que es necesario un rol ms activo para tratar de provocar las manifestaciones; conocer la enfermedad en su conjunto y no slo en los aspectos ms llamativos; estudiar el carcter individual enfermizo; detectar asimismo los faits ngatifs, es decir constatar la ausencia de ciertos hechos que en condiciones normales deberan producirse; no deslindar un hecho de su entorno; considerar tanto los sntomas fsicos como los morales; buscar especialmente el curso de la enfermedad, sus oscilaciones y alternancias6 Sus principios de observacin determinan por s mismos una nueva visin del objeto observado, pues del hecho de considerar que existen diversas formas de evolucin en distintos alienados se concluye que la locura o alienacin no es nica. Falret introduce as una nueva dimensin diacrnica o evolutiva de la clnica; la nocin unitaria de folie, de alination, se pierde definitivamente para dar paso a las enfermedades mentales autnomas, independientes, cuyo campo nosogrfico habr de ser inventado.

    Falret abandon la Salpetriere en 1869, y muri un ao despus en su pueblo natal, legndonos una obra que ha encarrilado a la psiquiatra en el mbito mdico que an mantiene. No pretendemos aqu realizar una sntesis completa de su pensamiento, sino enmarcar nicamente los lineamientos con los que se propuso reconstruir por completo el campo de la psiquiatra? Toda su visin programtica residi en cimentar la existencia de enfermedades mentales autnomas, cuya comprobacin y argumento hizo reposar en la homogeneidad del curso evolutivo y en la coincidencia de los sntomas, a falta de evidencias ms determinantes que la anatoma patolgica no proporcionaba. Se enfrent as a su venerado maestro Esquirol al rechazar su doctrina de la monomana como exponente mximo de los delirios parciales; dibuj la evolucin de lafolie circulaire, caracterizndola por la sucesin regular de un estado manaco, otro melanclico, y de un intervalo lcido ms o menos prolongadd; en el terreno de los tratamientos propugn la combinacin de los recursos fsicos y de los morales (trasladar al enfermo a un medio distinto del que ha vivido, procurando que la vida en comn del asilo le sea benfica; ocupar y divertir al delirante, etc.).

    Ms detalles sobre la observacin se hallarn en la primera de las lecciones impartidas en el Hospital de la Salptriere. Cfr. J.-P. FALRET, op. cit., pp. 105 Yss.

    Como acertadamente seala P. Bercherie, la enseanza de Falret necesitar treinta aos para dar sus frutos. Debe decirse que l abre una investigacin para la cual no sera suficiente la obra de un solo hombre ni incluso de una generacin (BERCHERIE, P.: Losfundamentos de la clnica, Buenos Aires, Manantial, 1986, p. 62).

    " Cfr. J.-P. FALRET, De la folie circulaire, op. cit., pp. 456-475.

    6

  • (84) 486 De la locura a las enfermedades mentales

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    Nos centraremos ahora de lleno en la clebre polmica sobre las monomanas, cuyo texto se publica en las siguientes pginas9 Esta nocin haba sido pro palada por Esquirol, quien haba escindido la mlancolie de su maestro Pinel en dos variedades: lypmanie y monomanie. Se trata en ambas de un delirio parcial, pero mientras en la lipemana domina la tristeza, en la monomana el humor es expansivo. El desorden parcial que se produca en la monomana afectaba tambin parcialmente a la inteligencia, los afectos y la voluntad. Unas veces el desorden intelectual est concentrado sobre un objeto o serie de objetos circunscritos: los enfermos parten de un principio falso, del que indudablemente deducen principios lgicos, y consecuencias legtimas que modifican sus afecciones, y los actos de su voluntad; fuera de este delirio parcial, sienten, raciocinan, obran como nosotros; las ilusiones, las alucinaciones, las asociaciones viciosas de sus ideas, las combinaciones falsas, errneas y extravagantes, son la base de este delirio, que yo llamara monomana intelectual. Otras veces los monomanacos no desatinan, pero sus afecciones y su carcter estn pervertidos: por motivos plausibles, por explicaciones muy razonadas, justifican el estado actual de sus sentimientos, y excusan las extravagancias de su conducta; esto es lo que los autores han llamado mana razonable, y que yo llamara monomana afectiva. Otras veces es la voluntad quien se encuentra ofendida: el enfermo, fuera de sus vas ordinarias, es arrastrado a cometer actos que la razn o el sentimiento no determinan, que la conciencia reprueba, que la voluntad no tiene fuerza para reprimir; las acciones son involuntarias, instintivas, irresistibles; esta es la monomana sin delirio, o la monomana instintiva'o. Adems de esta triparticin de las monomanas siguiendo la psicologa de la poca, Esquirol tambin considera que pueden agruparse en funcin de sus innumerables variedades temticas: erotomana, monomana razonante, monomana de embriaguez, monomana incendiaria, y sobre todo la monomana homicida. Se trata en esta ltima de un delirio fijo y exclusivo en el que los enfermos se ven arrastrados irresistiblemente a cometer actos que su propia razn desaprueba. Estos enfermos son seducidos actualmente a cometer un acto irrazonable y contra natural, porque no gozan de su razn; estn delirantes; el hombre ha perdido la unidad del Yo: esto es el hombre doble de San Pablo y de Buffon, inclinado al mal por una causa, retrado por otra. Semejante lesin de la voluntad puede compararse muy bien a la equivocacin, y se concibe por la duplicidad del cerebro cuyas dos mitades no siendo igualmente escindidas no obran a la vez; pero

    De las tres partes que componen el texto, se presentan nicamente las dos ltimas ya que la primera se ocupa de aspectos histricos ms insustanciales en nuestros das. Cfr. J.-P. FALRET. De la non-existance de la monomanie, en op. cit., pp. 425-448.

    lO J.-E. D. ESQUIROL, Tratado completo de las enajenaciones mentales, t. L Madrid. Imprenta del Colegio de Sordomudos, 1847. pp. 292-293.

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  • De la locura a las enfermedades mentales 487 (85)

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    siempre es cierto que lo que se llama mana razonable, mana sin delirio, furor manaco, pertenecen ms bien a la monomana o lipemana, y que los actos de furor y de destruccin a que se entregan los enajenados, son siempre resultado del delirio por fugaz que se le supongal'. Esta es la tesis extrema de Esquirol, corregida y atenuada a partir de 1808: En otros casos el monomaniaco homicida no presenta alteracin alguna apreciable de la inteligencia o de las afecciones. Es arrastrado entonces por un instinto ciego, por una cosa indefinible que le empuja al asesinato12. Pero contrariamente a la opinin mayoritaria, tanto sanitaria como poltica, seguira defendiendo que los monomanacos no eran criminales: no eligen a las vctimas y estn dominados por una idea homicida, mientras el criminal calcula y planea, elige su vctima y lo hace por un motivo concreto. Los procesos de asesinos como Henriette Cornierl3 o Pierre Riviere l4 fueron muy sonados y encendieron polmicas entusiastas entre partidarios de la monomana, y por tanto de la irresponsabilidad, y quienes no admitan ese tipo de locura que se presenta sin ms avisos y que afecta parcialmente a la personal5 . La medicina mental y la justicia se cruzaron en aquellos das, y desde entonces la psiquiatra no ha sabido ni ha podido deshacerse de esa funcin social; incluso, con el devenir de los aos se ha convertido en una de sus seas de identidad.

    La nocin de monomana introdujo algo ms que palabras encendidas; la dialctica culpable-inocente, ser uno-ser otro, fue determinante para hacer estallar el concepto clsico de locura; el insensato clsico se transform en el enfermo mental moderno. En esta locura, el hombre ya no es considerado en una especie de retiro absoluto por la relacin a la verdad; es all su verdad y lo contrario de su verdad; es l mismo y otra cosa que l mismo; est all atrapado en la objetividad de lo verdadero, pero es verdadera subjetividad; est hundido en aquello que lo pierde, pero slo entrega lo que quiere dar; es inocente porque no es lo que es; es culpable de ser lo que no esl.

    11 J.-E. D. ESQUIROL. op. cit., 1. l. p. 342. 12 J.-E. D. ESQUIROL. op. cit., 1. n. p. 351. " Vase al respecto el alegato de no imputabilidad argumentado por E. Georget sobre H. Cornier:

    E. GEORGET. Discussion mdico-legale sur la folie ou alination mentale, suivi de ['examen du proces criminel d'Henriette Cornier. et de plusieurs autres proces dans lesquels cette maladie a t allgue come moven de dfense, Pars, Migneret.1826.

    14 Cfr. M. FOUCAULT (dir.), Yo Pierre Riviere, habiendo degollado a mi madre, mi hermana y hermano, Barcelona, Tusquets. 1983. Dos textos, uno francs y otro espaoL pueden complementar adecuadamente el estudio de la interaccin crimen-locura: H. GRIVOIS (dir. l. Les monomanies instinctives, Pars. Masson. 1990: R. LVAREZ PELEZ y R. HUERTAS GARCA-ALEJO. Criminales o locos? Madrid. e.S.I.e.. 1987.

    l' A pesar de la nueva mentalidad que Falret imprimi a la psiquiatra. un reducido nmero de autores siguieron manteniendo testimonial mente el concepto de monomanie. Vase en especial H. DAGONET, Nouveau Trait lmentaire et practique des maladies mentales, Pars. Bailliere, 1876, pp. 263 Y ss.

    11> M. FOUCAULT. Historia de la locura en la poca clsica, 1. 11, Mxico. Ee.E.. 1976. p. 288 (or. 1964 l.

  • (86) 488 De la locura a las enfermedades mentales

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    Similar al proceso emprendido por Falret con la vieja nocin de monomana fue el llevado a cabo por Kraepelin contra la paranoia. En ambos casos las miras y los resultados coinciden: se trataba para ellos deshacerse de viejas categoras en las que se consignaba la coexistencia de la locura ms radical con la sensatez ms sorprendente; o enfermos o sanos, pero no enfermos a medias; despus de todo qu rama de la medicina es esa que habla de enfermedades a medias?

    Consejo de Redaccin (J. M.a A.)

  • (82) 484 De la locura a las enfermedades me1ltales

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    ocupaban del traslado de los locos a sus pases de origen. En uno de esos encargos deba acompaar a una alienada al Senegal, pero Falret se neg tajantemente; eso le salv la vida. pues el navo destinado a tal desempefo naufrag. En otra ocasin. escoltando a un alienado suicida y violento a Suiza. pudo comprobar en el fragor de la tempestad que ninguno de los embarcados colabor tanto en las maniobras de salvamento como el propio enfermo. Junto a su amigo y colega F. Voicine fund. en 1822. el asilo de Vanves. Ese mismo ao public su monografa De I'hypochondrie el du suicide. manifestando sin tapujos su defensa militante de la posicin anatomista: las lesiones apreciables en el cerebro o sus membranas bastan para explicar la alienacin. Este primer perodo de su obra est dominado por el idealismo exultante de la anatoma. a la que consideraba la nica base de la medicina cientfica. Continuadores de Gall, y empujados por los hallazgos de Bayle sobre la parlisis generaL tanto CalmeiL Foville. Georget y el propio Falret. representaron la posicin ms extrema: eran anatomisles y crhrisles. pues slo consideraban el cerebro y sus membranas como los rganos corporales causantes de la patologa mental.

    Pronto, sin embargo. se dio cuenta que las alteraciones cerebrales no bastaban para explicar la diversidad tan grande de las enfermedades mentales. Dirigi entonces su mirada a la psicologa, cuyas referencias ms adecuadas hall en las escuelas escocesa y alemana, as como en sus compatriotas Parchappe. Voicine. Ranaudin y Delasiauve. Busc. durante quince aos. las lesiones de las diferentes facultades (memoria. inteligencia, asociacin de ideas. etc.). Pero el mtodo psicolgico, aplicado al estudio de las alienaciones mentales, no es nicamente nefasto cuando se trata de hacer semiologa; se vuelve fecundo en consecuencias funestas cuando se pretende aplicarlo a otras ramas de la patologa mental, a la etiologa. a la nosologa. e incluso a la teraputica; tambin cuando se quiere. por ejemplo. explicar por la lesin de ciertas facultades. como la atencin o la voluntad. el modo de produccin de la locura o de las ideas delirantes; cuando se quiere clasificar. por un procedimiento psicolgico. las diversas especies o variedades de la locura: por ltimo. cuando se pretende curar, por medios psicolgicos. las ideas o los sentimientos de los alienados. No se est haciendo en esos casos nicamente psicologa mrbida. sino que se tiene la pretensin de hacer medicina '.

    En 18] l. fue nombrado mdico de la seccin de idiotas de la Salpetriere. y en 1841 se traslad a la seccin de alienados adultos. Comenz entonces sus lecciones clnicas. que congregaron un nmero importante de asistentes. Su actividad cientfica entr en una nueva fase. a la que llam lacnicamente clnica. Se pre-

    J.-P. F/\LRET. (1). cit., p. IX.

  • De la locura a las el~fermedades mentales 485 (83)

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    ocup e insisti a sus alumnos en los principios de la observacin de enfermos: evitar a toda costa escuchar a los locos como lo podran hacer los novelistas, es decir separar la ficcin de la realidad: no conformarse con observar o ser el seertaire des ma/ades. anotando las palabras y los actos, sino que es necesario un rol ms activo para tratar de provocar las manifestaciones: conocer la enfermedad en su conjunto y no slo en los aspectos ms llamativos: estudiar el carcter individual enfermizo: detectar asimismo los faits nRat~fs. es decir constatar la ausencia de ciertos hechos que en condiciones normales deberan producirse; no deslindar un hecho de su entorno: considerar tanto los sntomas fsicos como los morales: buscar especialmente el curso de la enfermedad, sus oscilaciones y alternancias tl Sus principios de observacin determinan por s mismos una nueva visin del objeto observado, pues del hecho de considerar que existen diversas formas de evolucin en distintos alienados se concluye que la locura o alienacin no es nica. Falret introduce as una nueva dimensin diacrnica o evolutiva de la clnica: la nocin unitaria de folie. de a/ination. se pierde definitivamente para dar paso a las enfermedades mentales autnomas, independientes, cuyo campo nosogrfico habr de ser inventado.

    Falret abandon la Salpetriere en 1869, y muri un ao despus en su pueblo natal, legndonos una obra que ha encarrilado a la psiquiatra en el mbito mdico que an mantiene. No pretendemos aqu realizar una sntesis completa de su pensamiento, sino enmarcar nicamente los lineamientos con los que se propuso reconstruir por completo el campo de la psiquiatra7 Toda su visin programtica residi en cimentar la existencia de enfermedades mentales autnomas, cuya comprobacin y argumento hizo reposar en la homogeneidad del curso evolutivo y en la coincidencia de los sntomas, a falta de evidencias ms determinantes que la anatoma patolgica no proporcionaba. Se enfrent as a su venerado maestro Esquirol al rechazar su doctrina de la monomana como exponente mximo de los delirios parciales: dibuj la evolucin de lafo/ie eire'u/aire. caracterizndola por la sucesin regular de un estado manaco, otro melanclico, y de un intervalo lcido ms o menos prolongado': en el terreno de los tratamientos propugn la combinacin de los recursos fsicos y de los morales (trasladar al enfermo a un medio distinto del que ha vivido, procurando que la vida en comn del asilo le sea benfica: ocupar y divertir al delirante, etc.).

    M~ dctalle~ sohre la oh~ervacin ~e hallar para dar sus frutos. Dehe decirse que l ahre una investigacin para la cual no sera ~uficiente la ohra de un solo homhre ni incluso de una generacin (BloRCHI:RIE, P.: LosfillldumeJlto.1 de /0 C/inica, Buenos Aires. Manantial. 1986. p. (2).

    err. J.-P. FALREI. De la folie circulaire. Uf!. cit.. pp. 456-475.

  • (84) 486 De la locura a las et!frJllcdades mentales

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    Nos centraremos ahora de lleno en la clebre polmica sobre las monomanas, cuyo texto se publica en las siguientes pginas lJ Esta nocin haba sido pro palada por Esquirol, quien haba escindido la mlancolie de su maestro Pinel en dos variedades: lypmanie y monomanie. Se trata en ambas de un delirio parcial, pero mientras en la lipemana domina la tristeza, en la monomana el humor es expansivo. El desorden parcial que se produca en la monomana afectaba tambin parcialmente a la inteligencia, los afectos y la voluntad. ~ das. efr. J.-P. FALRET, tance de la monomanie, en oJ. cit.. pp. 425-44X.

    J.-E. D. ESQUIROL. Tratado comp/eto de /as cllaienaciones mellt(//cs, t. L Madrid, Imprcnta del Colegio de Sordomudos, IX47, pp. 292-293.

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  • De la locura a las enf'ermedades mentales 487 (85)

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    siempre es cierto que lo que se llama mana razonable, mana sin delirio, furor manaco, pertenecen ms bien a la monomana o lipemana, y que los actos de furor y de destruccin a que se entregan los enajenados, son siempre resultado del delirio por fugaz que se le supongall. Esta es la tesis extrema de Esquirol, corregida y atenuada a partir de 1808: En otros casos el monomaniaco homicida no presenta alteracin alguna apreciable de la inteligencia o de las afecciones. Es arrastrado entonces por un instinto ciego, por una cosa il1(h~fil1ible que le empuja al asesinato12. Pero contrariamente a la opinin mayoritaria. tanto sanitaria como poltica, seguira defendiendo que los monomanacos no eran criminales: no eligen a las vctimas y estn dominados por una idea homicida, mientras el criminal calcula y planea, elige su vctima y lo hace por un motivo concreto. Los procesos de asesinos como Henriette eornier l ' o Pierre Riviere 1-+ fueron muy sonados y encendieron polmicas entusiastas entre partidarios de la monomana, y por tanto de la irresponsabilidad, y quienes no admitan ese tipo de locura que se presenta sin ms avisos y que afecta parcialmente a la personal". La medicina mental y la justicia se cruzaron en aquellos das, y desde entonces la psiquiatra no ha sabido ni ha podido deshacerse de esa funcin social; incluso, con el devenir de los aos se ha convertido en una de sus seas de identidad.

    La nocin de monomana introdujo algo ms que palabras encendidas: la dialctica culpable-inocente. ser uno-ser otro, fue determinante para hacer estallar el concepto clsico de locura: el insensato clsico se transform en el enfermo mental moderno. En esta locura, el hombre ya no es considerado en una especie de retiro absoluto por la relacin a la verdad: es all su verdad y lo contrario de su verdad: es l mismo y otra cosa que l mismo: est all atrapado en la objetividad de lo verdadero. pero es verdadera subjetividad: est hundido en aquello que lo pierde. pero slo entrega lo que quiere dar: es inocente porque no es lo que es: es culpable de ser lo que no es\f>.

    J.-E. D. ES()IIIROI. op. Cif.. l. 1. p.342. J.-E. D. ES()IIIIWI . 0IJ. cif.. t. [1. p. 3) 1 Vase al re"peLln el alegatn de nn imputabilidad argumentadn por E. Georgel "obre H. Cornier:

    E. GU)R(jl:l. f)iscussion lIIdico-/t'gu/e slIr lu ./(/ie ou a/ination lIIt'ntu/t'. sui\'i de 1't'.\"(/lIIen d IJI'(JC(~.I crillline/ d'Henrielte Cori/iCl; cr de IJ/usieur.1 aufre.1 p)'(Jch dan.1 /elque!1 cette /I/(//(/(/ie {/ (:fi; ul/(:gu(;e CO/l/(' /l1O\"ei/ de (ltj'i/II'. Par~. Mignerel, IX26.

    Cfr. M. FOlICi\l11.l (dir.). Yo Pierre Ril'ii're. //(/hiei/do degol/ado a mi /I/(/dre. mi he)')Jwi/a \" hermui/o. BarcL'lona. Tu~queh. I

  • (X6) 4X8 De la locura a las enfermedudes mentules

    HISTORIA DE LA PSIQUIATRA

    Similar al proceso emprendido por Falret con la vieja nocin de monomana fue el llevado a cabo por Kraepelin contra la paranoia. En ambos casos las miras y los resultados coinciden: se trataba para ellos deshacerse de viejas categoras en las que se consignaba la coexistencia de la locura ms radical con la sensatez ms sorprendente; o enfermos o sanos, pero no enfermos a medias; despus de todo qu rama de la medicina es esa que habla de enfermedades a medias?

    Consejo de Redaccin (1. M.a A.)