escritura epistémica
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Escritura Epistémica
Dra. Marlene Boza
Los humanos somos humanos en el lenguaje. Esta perspectiva humanista de
Maturana (1995) es apenas una de las tantas que surgen al momento de debatir sobre el
lenguaje. Sin embargo, todas coinciden en que éste tiene un papel preponderante en la
construcción de la realidad que percibimos y en la configuración del ser humano como
tal.
Si bien es cierto que cada quien construye la realidad a partir del lenguaje, resulta
factible, que sobre una misma realidad puedan darse diferentes puntos de vista. Esto es
particularmente importante cuando hablamos del lenguaje humano representado,
fundamentalmente, a través del medio oral y el medio escrito.
La expresión oral, al ser consustancial al ser humano, permite que las personas
construyan y comuniquen su mundo interior a través de lo que dicen. Un pensamiento o
una emoción se pueden transformar, radicalmente, con una sola palabra. Es por ello
que, Gherardi (1999) señala que todo está en la palabra y que la misma posee una carga
afectiva que puede producir múltiples efectos en quienes escuchan.
La expresión escrita, en cambio, requiere de un conjunto de competencias y
operaciones mentales mucho más complejas que según Vigotsky (2000) permiten que
quien escribe experimente un doble papel, es decir, productor del texto y a la vez lector
de su propia creación. Lo expuesto implica un dinamismo que fundamenta la
recursividad en la escritura; es volver sobre lo pensado tantas veces como sea necesario.
Mi propósito con este texto es propiciar, específicamente, la reflexión acerca de la
función de la escritura. Ésta puede ser, en algunos casos, reproductiva y en otros
epistémica, valga decir, más ligada a la construcción de conocimiento que a la simple
reiteración de información.
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE BARQUISIMETO LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
COORDINACIÓN DE CURSOS DE POSTGRADO NO CONDUCENTES A GRADO
CURSO: MOMENTOS ESCRITURALES DE LA INVESTIGACIÓN
FACILITADORA: Dra. Luisa Mendoza Suárez
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Es precisamente en el valor epistémico de la escritura donde se apoya toda reflexión
ya que éste involucra la potencial habilidad de escribir como herramienta para pensar,
esto es, como actividad cognitiva que ayuda a entender mejor el tema sobre el cual se
escribe.
Al respecto, la función epistémica de la escritura se renueva cada día con los estudios
y hallazgos hechos en el ámbito académico. En ellos se enfatizan las dificultades que
debe enfrentar, particularmente, el estudiante universitario para convertirse en un
usuario competente de la lengua escrita, capaz de comunicar sus ideas en forma
coherente.
En este marco de ideas, Bono y de la Barrera (1998) advierten que la realidad en las
aulas universitarias no difiere de la de otros niveles educativos, pues en éstas se
encuentran jóvenes con profundas deficiencias en el aspecto lingüístico, con un enorme
desconocimiento de los requisitos básicos de la escritura y con fallas en la redacción de
textos de cualquier género. En este sentido, pienso que los docentes no hemos
comprendido aún que si el estudiante no sabe escribir y sólo atina a decodificar,
memorizar y copiar, resulta obvio que no podrá desarrollar procesos psicológicos
superiores como el análisis y la síntesis, por ejemplo (Vigotsky, ob.cit.).
Otra de las limitaciones del estudiante universitario y quizás la más importante, es su
dificultad para escribir tomando en cuenta al lector. Por lo general, el escritor
experimentado no sólo toma en consideración al lector sino también lo que desea lograr
en él con sus textos. Una buena parte de los universitarios, al contrario, no sabe adecuar
el tema a las características, necesidades e intereses del lector y al propósito de la
escritura. Por esta razón escriben desde sus puntos de vista y obvian así la posición de
sus interlocutores.
No es mi intención alimentar una diatriba en la cual se culpe al estudiante por no
saber algo que, probablemente, nadie le ha enseñado. Acaso, ¿discernimos los docentes
cómo escribir teniendo presente las necesidades del lector?, ¿utilizamos con consciencia
el potencial epistémico de la escritura?, ¿conocemos la forma cómo comunicarles esto a
nuestros jóvenes?
Lo expuesto significa, para los intelectuales de la Universidad de Buenos Aires,
Argentina, un problema que emerge de nuestra cultura académica universitaria. Pues
ésta prioriza, según Carlino (2004), el uso de la escritura de manera instrumental y no
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como recurso para reflexionar y producir conocimientos. Se subestima, en cierto modo
el potencial epistémico de la escritura.
A mi juicio, toda reflexión debería generar un cambio. En consecuencia, se hace
imperativo repensar el uso de la escritura como herramienta de comunicación y
pensamiento que facilite tanto al alumno como al docente una eficacia comunicativa. En
estos términos, el proceso de escribir debe involucrar la producción de ideas y
conceptos así como también la generación de prácticas que propicien la generación de
textos aun en ausencia de un contexto situacional.
REFERENCIAS
Bono, A y De la Barrera, S (1998). Los estudiantes universitarios como productores de
textos. Revista Lectura y Vida. No 4, Dic.
Carlino, P (2004). El proceso de escritura académica: Cuatro dificultades de la
enseñanza universitaria. Revista Educere, Universidad de los Andes. Venezuela.
Gherardi, J (1999). Conozcamos nuestro perfil social y psicológico. Caracas: Editorial
Paidós.
Maturana, H (1995). Emociones y Lenguaje en Educación y Política. Chile: Editorial
Dolmen.
Vigotsky, L (2000). El Desarrollo de los Procesos Psicológicos Superiores. España:
Editorial Crítica.