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  • Escritos1938 - 1939

    Tomo Xvolumen 1

    León Trotsky

    19 septiembre 1938 - 4 marzo 1939

  • Edición OriginalWritings (1938 - 39)Pathfinder Press, New York, 1973

    Traducción deAlba NeiraSusana Malekin

    CarátulaRodrigo Cortés

    © by Editorial Pluma Ltda.Bogotá, 1976Printed in ColombiaImpreso en Colombia

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    Prefacio

    Esta colección de folletos, artículos, cartas y discu-siones abarca los diez meses que van desde setiembrede 1938 a julio de 1939 es otro volumen de la serieque reúne aquellos escritos de León Trotsky de su últi-mo exilio (1929 a 1940), no publicados en libros ni enfolletos de edición corriente.

    Deportado de Noruega, Trotsky encontró asilo enMéxico, donde vivió desde enero de 1937 hasta agostode 1940, cuando lo asesinó un agente stalinista. En laprimera edición, los escritos de México se publicaronen tres volúmenes: 1937-1938, 1938-1939 y1939-1940. Pero desde entonces tuvimos acceso a grancantidad de material del período mexicano que nuncase había publicado. En la segunda edición, esta afortu-nada ampliación del material hizo necesario aumentara cuatro el número de volúmenes dedicado al períodomexicano (Writings 1936-37, 1937-38, 1938-39 [elpresente volumen] y 1939-40).

    El problema central de la política mundial de 1938 a1939 fue la preparación de la Segunda Guerra Mun-

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    5dial. Con el acuerdo de los gobiernos británico y fran-cés, expresado en la conferencia de Munich, en se-tiembre de 1938, Hitler y Mussolini se dividieron Che-coslovaquia. En marzo de 1939 los fascistas dirigidospor Franco completaron su triunfo en la Guerra Civilespañola, las tropas de Hitler ocuparon Checoslova-quia y los stalinistas señalaron en un congreso del Par-tido Comunista de la Unión Soviética su intención debuscar un acercamiento a los imperialistas alemanes.

    Aquí se incluyen los análisis de Trotsky sobre la cri-sis de Munich, que tanto esclarecen el carácter de laguerra inminente; su previsión del pacto Stalin-Hitler(que se firmó en agosto de 1939) y sus críticas a lasposiciones que asumieron las distintas tendencias re-formistas, centristas y ultraizquierdistas del movimientoobrero internacional con respecto a la guerra. (Sus es-critos sobre la Guerra Civil española se publicaron enThe Spanish Revolution [1931-1939] [Pathfinder Press,1973].)

    Dos semanas antes de que fueran escritos los tra-bajos con que se inicia este volumen, en una conferen-cia internacional en París, los camaradas de Trotskyfundaron la Cuarta Internacional, el partido mundialde la revolución socialista. Fue la culminación de unlargo proceso de lucha política. De 1923 a 1933 Trots-ky luchó por reformar la Internacional Comunista, ba-rrer de ella al stalinismo y hacerle retomar un cursoleninista. Recién después de la capitulación de losstalinistas ante el fascismo en Alemania, Trotsky y suscolaboradores emprendieron la formación de una nue-va internacional. Como lo atestiguan varios artículosde este volumen, pese a su gran debilidad numérica yal aislamiento político de la Cuarta Internacional en

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    61938, Trotsky no tenía dudas sobre su gran futuro his-tórico. Pero también sabía que estaba trabada por pro-blemas internos y contradicciones muy críticas Y quesu obligación era ayudar a resolverlos.

    La colaboración de Trotsky con la Cuarta Internacio-nal y sus secciones fue más que nada política. Cornoejemplos presentamos aquí su respuesta de marzo de1939 a un grupo de bolcheviques leninistas palestinosque pretendían revisar la política antibélica de la Cuar-ta Internacional, y su propuesta, elevada por primeravez en abril de 1939, de que la Internacional levante laconsigna de una Ucrania soviética independiente. Perotambién dedicó mucha atención a los problemasorganizativos y tácticos de las secciones nacionales dela Internacional, y no dudó en hacer críticas y suge-rencias cuando creyó tener algo útil que ofrecer. Loatestiguan las cartas de Trotsky al Socialist WorkersParty [Partido Socialista de los Trabajadores] [norte-americano] y las actas taquigráficas de las discusionesque sostuvo con sus representantes acerca del perió-dico partidario, los problemas relativos a la afiliaciónde la juventud, la necesidad de penetrar en las filas delPartido Comunista Norteamericano, su interés en lacrisis de la sección francesa, paralizada entonces porla orientación táctica hacia un partido centrista recien-temente formado, sus observaciones sobre los esfuer-zos de la Internacional por reconstruir su sección mexi-cana. Fue también en este período que recopiló los ar-tículos sobre la ruptura de Diego Rivera con la CuartaInternacional, publicados aquí por primera vez.

    El principal proyecto literario de Trotsky en esta épocaera la biografía de Stalin, que quedó incompleta en elmomento de su muerte. El presente volumen demues-

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    7tra con cuánta frecuencia interrumpía este estudio his-tórico para responder a los acontecimientos políticoscontemporáneos. Respondió a las falsificaciones de laprensa norteamericana y de un senador republicanode Kansas cuando lo acusaron de impulsar la expropia-ción de los consorcios petroleros extranjeros por elgobierno mexicano. Puso al descubierto las maquina-ciones de los stalinistas mexicanos, que trataban decrear un clima favorable para su deportación o su ase-sinato. Discutió la estrategia de los revolucionarios la-tinoamericanos y los problemas específicos del movi-miento obrero mexicano. Condenó los esfuerzos de lasburocracias sindical y stalinista para arrastrar a losobreros al apoyo de la guerra inminente y discutió laclase de apoyo que los imperialistas democráticospretendían de los pueblos coloniales. En dos discusio-nes con el escritor indo occidental C.L.R. James encaróel tema de las enseñanzas que ofrecía la historia de laCuarta Internacional y las conclusiones que extrajoJames en el Libro La revolución mundial. Fue muy di-dáctico al criticar los errores teóricos de un grupo deestudiantes radicales de México y muy duro en su con-dena a la revisión de la teoría marxista del estado efec-tuada por Stalin en el congreso del Partido Comunistade la Unión Soviética.

    La segunda edición [norteamericana] de este volu-men difiere de la primera por las siguientes razones:

    1. De los noventa y nueve artículos de esta edición,cincuenta y tres se publican en inglés por primera vez.Veinticuatro fueron escritos o traducidos al inglés conanterioridad aunque nunca se los publicó; veintidósfueron publicados en otros idiomas y traducidos paraesta edición; siete, por lo que sabemos, son totalmen-

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    8te inéditos. Esta segunda edición incluye también seisartículos tomados de periódicos norteamericanos que,cuando se publicó la primera, no se habían traducido ono se sabía que eran de Trotsky.

    2. Como abarca un lapso más breve (setiembre de1938 a julio de 1939) que la primera edición (abril de1938 - agosto de 1939), no incluye los artículos escri-tos entre abril y setiembre de 1938, que aparecen enla segunda edición de Writings 37-38, y los de julio aagosto de 1939, que se publican en la segunda ediciónde Writings 39-40. Tampoco incluyen cinco artículossobre Francia que aparecían en la primera edición por-que se los publicó en Leon Trotsky on France (PathfinderPress, 1974).1

    3. Mientras que la primera edición se dividía en sie-te secciones temáticas, todos los artículos de esta se-gunda edición aparecen en orden cronológico, salvo losreferentes a tres cuestiones, que agrupamos temáti-camente para mayor comodidad del lector y de los edi-tores.

    4. Además, se corrigieron algunos errores de la pri-mera edición y se agregaron algunos párrafos omitidosen aquélla.

    Varios de los artículos de este volumen se publica-ron por primera vez firmados con seudónimo o sin fir-ma. Todos fueron escritos en Coyoacán, un suburbiode la ciudad de México. La fecha que precede a cadaartículo indica cuándo se lo completó; si no se los co-noce, damos la de su primera publicación. Las traduc-ciones que se hicieron en las décadas de 1930 y 1940fueron revisadas para corregir los errores más eviden-tes y uniformar la ortografía de los nombres, la pun-tuación, el estilo, etcétera. Los reconocimientos por los

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    9artículos y traducciones y las explicaciones sobre laspersonas y acontecimientos mencionados se encuen-tran en la sección titulada Notas y agradecimientos.2

    En la sección titulada Otros escritos de 1938 a 1939publicamos una lista de libros, folletos y artículos noincluidos en este volumen porque están ya editados yson accesibles.

    Queremos agradecer especialmente al personal dela Biblioteca de la Universidad de Harvard por permitir-nos examinar y utilizar el material publicado en la sec-ción abierta de los archivos de Trotsky, a JamesCannon y Charles Curtiss por el material inédito quepusieron a nuestra disposición y a Louis Sinclair por elaporte que significó para nosotros su trabajo Leon Trots-ky, a Bibliography (Hoover Institution Press, 1972).

    Los editores [norteamericanos]Noviembre de 1973.

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    Cronología

    1938

    3 de setiembre: en una conferencia en París se fundala Cuarta Internacional, pocos días antes de que seencuentre el cadáver de Rudolf Klement, secretario deTrotsky que fue asesinado por los stalinistas.6-8 de setiembre: se reúne en México el Congreso Sin-dical Latinoamericano.12 de setiembre: se inaugura en México el Congresocontra la Guerra y el Fascismo.22 de setiembre: Trotsky escribe Después del colapsode Checoslovaquia Stalin buscará el acuerdo con Hitler,anticipando el pacto Stalin-Hitler de agosto de 1939.29-30 de setiembre: en Munich, la conferencia de lasgrandes potencias culmina con la firma del pacto deMunich que autoriza a Alemania a dividir Checoslova-quia.Octubre: se publica en la ciudad de México el primernúmero de la revista Clave, de la que Trotsky es co-director.

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    1110 de octubre: Trotsky analiza la crisis de Munich y elcarácter de la guerra inminente en Una nueva lec-ción.18 de octubre: Trotsky graba su evaluación de la funda-ción de la Cuarta Internacional, que será transmitidaen una reunión masiva a realizarse en Nueva York diezdías después.Noviembre: las brigadas internacionales se retiran deEspaña.7 de noviembre: Herschel Grynszpan, un refugiado ju-dío de diecisiete años, asesina en Francia a un oficialnazi.18 de noviembre: Trotsky discute la formación de ungrupo juvenil revolucionario en Estados Unidos.Diciembre: se hace en México el congreso de la CGT(Confederación General del Trabajo).9-27 de diciembre: se reúne en Lima la Octava Confe-rencia Panamericana.

    1939

    7 de enero: Diego Rivera presenta su renuncia a laCuarta Internacional.Enero: se reconstituye la sección mexicana de la Cuar-ta Internacional.Febrero-marzo: Trotsky escribe sobre el próximo fin dela Guerra Civil española.Marzo: Trotsky se muda de la casa de Rivera a unacasa de la Avenida Viena. Llega a México su nieto Sleva.Con el rendimiento de las fuerzas republicanas a Fran-co termina la Guerra Civil española.10-21 de marzo: el Decimoctavo Congreso del PartidoComunista de la Unión Soviética señala la voluntad de

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    12Stalin de buscar una alianza con Hitler.Abril: Trotsky participa en tres debates sobre el carác-ter de la lucha afro-norteamericana y dos sobre la Cuar-ta Internacional y la historia de la Oposición de Iz-quierda. Italia toma Albania.22 de abril: Trotsky plantea la posición leninista sobrela cuestión ucraniana.3 de mayo: el reemplazo de Litvinov por Molotov comoministro de relaciones exteriores es otro síntoma delalejamiento de la diplomacia soviética de la seguridadcolectiva.Mayo: el gobierno mexicano rompe relaciones con GranBretaña.12 de mayo: Trotsky escribe La industria nacionali-zada y la administración obrera.10 de junio: Trotsky hace un recuento de los diez añosdel Biulleten ruso.12 de junio: el diplomático británico William Strangvuela a Moscú para negociar con la Unión Soviética.Julio: en Moscú los diplomáticos británicos y francesesdiscuten con los soviéticos un posible pacto militar.1 de julio: Trotsky escribe El Kremlin y la política mun-dial en vísperas del pacto Stalin-Hitler y al comienzode la Segunda Guerra Mundial.

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    Frases y realidad3

    19 de septiembre de 1938

    Escribo estas líneas en medio de un ominoso escán-dalo diplomático sobre la cuestión de los Sudestes ale-manes. Chamberlain4 se remonta a los cielos con lavana ilusión de encontrar allí la solución a las contra-dicciones imperialistas. Todavía no está definitivamen-te aclarado si la guerra estallará ahora o si, como esmás probable, los gobernantes de todo el mundo lo-grarán postergarla por algún tiempo, no muy largo porcierto. Ninguno de estos señores quiere la guerra. To-dos temen sus consecuencias. Pero tienen que pelear.No pueden eludirla. Su economía, su política, su mili-tarismo llevan a la guerra.

    Los cables de hoy nos informan que en todas lasiglesias del llamado mundo civilizado se elevan ora-ciones públicas pidiendo la paz. Coronan oportunamentetoda una serie de reuniones pacifistas, banquetes ycongresos. No es fácil decidir cuál de los dos métodoses más eficaz, la oración piadosa o los lamentos paci-

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    14fistas. De todos modos, son los únicos recursos que lequedan al Viejo Mundo.

    Cuando un campesino ignorante reza es porque real-mente anhela la paz. Cuando un simple trabajador ociudadano de un país oprimido se pronuncia contra laguerra podemos creerle, realmente anhela la paz, aun-que muy rara vez sabe cómo conseguirla. Pero el bur-gués no pide en la iglesia la paz sino el mantenimientoy extensión de sus mercados y colonias; si es posible,pacíficamente; si no, por medio de las armas. Del mis-mo modo, los imperialistas pacifistas (Jouhaux, Lewisy Cía.)5 no se preocupan en lo más mínimo por la pazsino por ganar simpatía y apoyo para su imperialismonacional.

    Hay tres millones y medio de alemanes en los Su-destes. Si la guerra estalla, morirán tres, cuatro o diezveces esa cantidad de personas, habrá un número si-milar de heridos, inválidos e insanos y una larga se-cuela de epidemias y otras tragedias. Esta considera-ción, sin embargo, no cuenta en absoluto para ningunode los bandos enemigos. En última instancia, para losladrones lo que cuenta no son los tres millones y me-dio de alemanes sino su dominación sobre Europa y elmundo.

    Hitler6 habla de la nación, la raza, la unidad dela sangre. En realidad su objetivo es ampliar la basemilitar de Alemania antes de entablar una lucha abier-ta por la posesión de las colonias. Aquí la bandera na-cional es sólo la hoja de parra del imperialismo.

    El principio de la democracia juega un rol similaren el bando opositor. Sirve a los imperialistas para ocul-tar sus conquistas, violaciones, robos y prepararse paraotros nuevos. La cuestión de los Sudestes alemanes lo

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    15refleja claramente. Democracia significa que todas lasnaciones tienen derecho a la autodeterminación. Sinembargo, el tratado de Versalles7, firmado por los másaltos representantes de los gobiernos más democráti-cos que existen -Francia, Gran Bretaña, la Italia parla-mentaria de antaño y, finalmente, Estados Unidos-,pisoteó vilmente este derecho democrático de los ale-manes de los Sudestes, de los austríacos y de muchosotros grupos nacionales, como los húngaros, los búl-garos, los ucranianos, etcétera.

    Atendiendo a los objetivos estratégicos de la Enten-te imperialista triunfante8, señores demócratas, con elapoyo de la Segunda Internacional, entregaron losSudestes alemanes a los jóvenes imperialistas de Che-coslovaquia. En el interín, la socialdemocracia alema-na aguardaba con sumisión perruna los favores de lademocracia de la Entente, pero esperó en vano. Losresultados son conocidos: la Alemania democrática,incapaz de soportar el yugo del tratado de Versalles, searrojó con desesperación en brazos del fascismo. Pare-cía que la democracia checoslovaca, que permanecíabajo la augusta protección de la democracia franco-británica y de la burocracia socialista de la URSS,tenía todas las oportunidades de demostrar a los ale-manes de los Sudestes que en realidad el régimen de-mocrático es mucho más ventajoso que el fascista. Porsupuesto que, si lo hubieran hecho, Hitler no se hubie-ra atrevido a atacar los Sudestes. Su mayor fuerza re-side precisamente en que los habitantes de esa regióndesean la unidad con Alemania. El responsable de estoes el rapaz régimen policial de la democracia checos-lovaca, que combatió al fascismo imitando sus peo-res métodos.

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    16La superdemocrática Austria estaba hasta hace poco

    tiempo sometida a la solicitud incansable de la demo-crática Entente, que parecía empeñada en no dejarlavivir ni morir. Austria acabó arrojándose en brazos deHitler. El mismo experimento se había realizado ya, enmenor escala, en la región del Saar. Después de haberestado durante quince años en manos de Francia y pro-bado todas las ventajas de la democracia imperialista,la inmensa mayoría de sus habitantes expresó su de-seo de unirse a Alemania9. Estas lecciones de la histo-ria son más importantes que todas las resoluciones delos congresos pacifistas.

    Sólo unos lamentables charlatanes o los bandidosfascistas pueden hablar del irresistible llamado de lasangre cuando se refieren al destino del Saar, Austriay los Sudestes alemanes. Los suizos alemanes, porejemplo, no tienen la menor intención de dejarse es-clavizar por Hitler porque se sienten dueños de su país,y Hitler lo pensará diez veces antes de atacarlos. Lascondiciones políticas y sociales deben ser intolerablespara que los ciudadanos de un país democrático an-helen el poder fascista. Los alemanes de Saar en Fran-cia, los austríacos en la Europa de Versalles, los de losSudestes en Checoslovaquia, se sentían ciudadanos detercera categoría. No podrá ser peor, se dijeron. EnAlemania, por lo menos, iban a ser oprimidos de lamisma manera que el resto de la población. En estascondiciones las masas prefieren la igualdad en la ser-vidumbre a la humillación en la desigualdad. La fuerzatemporaria de Hitler reside en la bancarrota de la de-mocracia imperialista.

    El fascismo es la expresión de la desesperación delas masas pequeñoburguesas, que también arrastran

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    17consigo al abismo a parte del proletariado. Como sabe-mos, la desesperación surge cuando se ven cortadostodos los caminos de la salvación. La triple bancarrotade la democracia, la socialdemocracia y la Comintern10

    fue la condición necesaria para el éxito del fascismo.Las tres ataron su suerte a la del imperialismo. Lastres sólo les brindan a las masas desesperación, ase-gurando así el éxito del fascismo.

    En estos últimos años, el objetivo fundamental dela camarilla bonapartista de Stalin11 consistió en de-mostrar a las democracias imperialistas su granconservadorismo y amor por el orden. En función de latan ansiada alianza con las democracias imperialistas,la camarilla bonapartista llevó a la Comintern a la pros-titución política más profunda. Dos grandes democra-cias, Francia y Gran Bretaña, tratan de persuadir a Pragade que haga concesiones a Hitler, que a su vez se apo-ya en Mussolini12. Aparentemente, Praga no puede ha-cer otra cosa que aceptar el consejo amistoso. DeMoscú ni se habla. A nadie le interesa la opinión deStalin o la de su Litvinov13. Como consecuencia de surepugnante rastrerismo y su sangrienta vileza al servi-cio del imperialismo, especialmente en España14, elKremlin está más aislado que nunca.

    ¿Cuáles son las causas? Son dos. La primera resideen que, pese a haberse transformado definitivamenteen un lacayo del imperialismo democrático, Stalin nose atreve a llevar hasta sus últimas consecuencias sulínea en la URSS, es decir a restaurar la propiedad pri-vada de los medios de producción y abolir el monopoliodel comercio exterior. Y, al no tomar estas medidas, elimperialismo lo sigue viendo como un revolucionarioadvenedizo, un aventurero de poca confianza, un falsi-

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    18ficador sangriento. La burguesía imperialista no se aven-tura a apostar una suma importante a la carta de Stalin.

    Por supuesto, podría utilizarlo para fines parciales ycoyunturales. Pero aquí aparece la segunda razón delaislamiento del Kremlin; en su lucha por mantenerseal frente la desenfrenada camarilla bonapartista de-gradó completamente al ejército y a la armada, desba-rató la economía, desmoralizó y humilló al país15. Na-die cree en los rugidos patrióticos de la camarilla de-rrotista. Es evidente que los imperialistas no se atre-ven a confiar en Stalin ni siquiera para objetivos mili-tares episódicos.

    Es en esta situación internacional que los agentesde la GPU16 cruzan el océano y se reúnen en el hospita-lario México para luchar contra la guerra. El métodoes simple, unir a todas las democracias contra el fas-cismo. ¡Solamente contra el fascismo! Asisto comoinvitado -dice Jouhaux, el valioso agente de la bolsafrancesa- para luchar contra el fascismo, ¡no contra elimperialismo! Cualquiera que lucha contra el imperia-lismo democrático, es decir por la libertad de las co-lonias francesas, es un aliado del fascismo, un agentede Hitler, un trotskista. Los trescientos cincuenta mi-llones de hindúes deben aceptar su esclavitud paraapoyar la democracia británica, cuyos dirigentes, juntocon los esclavistas de la Francia democrática, estánentregando en este mismo momento el pueblo española Franco.17

    El pueblo latinoamericano tiene que tolerar lleno degratitud que el pie del imperialismo anglosajón le aplastela cabeza sólo porque este pie está calzado con unabota de cuero democrático. ¡Desgracia, vergüenza, ci-nismo hasta el fin!

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    19Las democracias de la Entente de Versalles contri-

    buyeron al triunfo de Hitler con su vil opresión de laAlemania derrotada. Ahora los lacayos del imperialis-mo democrático de la Segunda Internacional y de laTercera contribuyen con todas sus fuerzas al forta-lecimiento del régimen de Hitler. En realidad, ¿qué sig-nificaría un bloque militar de las democracias imperia-listas contra Hitler? Una nueva edición de las cadenasde Versalles, todavía más pesada, sangrienta e intole-rable que la anterior. Naturalmente, ningún obrero ale-mán lo desea. Son cosas muy distintas derrocar a Hitlercon una revolución y estrangular a Alemania con unaguerra imperialista. Por eso los aullidos de los chacalespacifistas del imperialismo democrático constituyenla mejor música de fondo de los discursos de Hitler. Yalo ven -le dice éste al pueblo alemán- hasta los socia-listas y los comunistas de todos los países enemigosapoyan a su ejército y a su diplomacia; la catástrofelos amenaza si no me rodean a mí, que soy su dirigen-te. Stalin, el lacayo del imperialismo democrático, ytodos los lacayos de Stalin -Jouhaux, Toledano18, y Cía.-son los mejores auxiliares con que cuenta Hitler paraengañar, adormecer e intimidar a los obreros alema-nes.

    La crisis de Checoslovaquia reveló con notable clari-dad que el fascismo no existe como factor indepen-diente. Es sólo una de las herramientas del imperialis-mo. La democracia es otra de sus herramientas. Elimperialismo se eleva por encima de ambos. Los poneen movimiento de acuerdo a sus necesidades, algunasveces contraponiendo una al otro, otras combinándolosamigablemente. Luchar contra el fascismo aliándose alimperialismo es lo mismo que luchar contra las garras

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    20o los cuernos del diablo aliándose con el diablo.

    La lucha contra el fascismo exige antes que nadaque se expulse a los agentes del imperialismo demo-crático de las filas de la clase obrera. El proletariadorevolucionario de Francia, Gran Bretaña, Estados Uni-dos y la URSS debe declarar una lucha a muerte contrasu propio imperialismo y su agente, la burocracia deMoscú. Sólo así podrá despertar expectativas revolu-cionarias en los obreros italianos y alemanes, y al mis-mo tiempo nuclear a su alrededor a los cientos de mi-llones de esclavos y semiesclavos con que cuenta elimperialismo en todo el mundo. Para garantizar la pazentre los pueblos tenemos que derribar al imperialismo,cualquiera que sea la máscara que adopte. Sólo lo po-drá lograr la revolución proletaria. Para prepararla, losobreros y los pueblos oprimidos tienen que oponerseirreconciliablemente a la burguesía imperialista y unir-se en un solo ejército revolucionario internacional. Laúnica que en la actualidad emprendió esta gran tareaes la Cuarta Internacional19. Por eso la odian los fascis-tas, los demócratas imperialistas, los social-patrio-tas y los lacayos del Kremlin. Este odio constituye unsíntoma real de que bajo sus banderas se unirán todoslos oprimidos.

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    El totalitario derecho de asilo20

    19 de septiembre de 1938

    El periódico Futuro cumple la función de demostrara los lectores que Lombardo Toledano carece tanto deprograma como de ideas21. Lo logra completamente.En su ejemplar de setiembre Futuro declara queLombardo Toledano, en principio, está a favor delderecho de asilo, pero considera que no hay que acor-darlo a aquellas personas por las que él no abriga senti-mientos políticos o personales especialmente tiernos.Esta es la concepción de la democracia de estos seño-res. Entienden por libertad de prensa el derecho deésta, o mejor dicho su obligación, de ensalzar a Toledanoy a su patrón Stalin. Conciben el derecho de asilo comola libertad de los agentes de la GPU para entrar a Méxi-co. Lombardo revela una vez más su afinidad básicacon Hitler, quien no sólo reconoce sino aplica plena-mente el derecho de asilo cuando se trata de los fas-cistas que se escaparon, antes de Austria y ahora deChecoslovaquia o Estados Unidos. Toledano, a través

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    22de su jefe Stalin, se acercó al ideal de Hitler. La Revo-lución de Octubre proclamó el derecho de asilo paratodos los luchadores revolucionarios. Ahora Stalin estáexterminando a decenas de miles de alemanes, hún-garos, búlgaros, polacos, fineses, etcétera, sólo por-que sus posiciones no coinciden con los intereses de lacamarilla bonapartista dominante. Toledano todavía noes el patrón de México. No puede fusilar o envenenar alos exiliados indefensos como lo hace su maestro ypatrón. Pero dispone de algunos medios, la calumnia yla persecución. Y los usa lo más que puede.

    Por supuesto, Toledano, repetirá que nosotros ata-camos a la CTM22. Ningún obrero razonable creerá esainfamia. La CTM como organización de masas goza detodo nuestro respeto y apoyo. Pero así como un estadodemocrático no se identifica en todo momento con susministros, una organización sindical no es idéntica a susecretario. Toledano tiene una posición totalitaria so-bre todos los problemas. ¡Létat, c est moi!, dijo LuisXIV. ¡Alemania soy yo¡, dice Hitler. ¡La URSS soyyo!, afirma Stalin. ¡La CTM soy yo!, proclama el in-comparable Toledano. Si este señor llegara al podersería para los trabajadores y campesinos de México elpeor de los tiranos totalitarios. Afortunadamente, suinsignificancia personal es una seria garantía contraeste peligro.

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    El asesinato de Rudolf Klement23

    20 de septiembre de 1938

    A Su Excelencia, el magistrado investigador en elcaso de la desaparición de Rudolf Klement.

    Vuestra Excelencia:Me he enterado de que la señora Jeanne Martin des

    Pallieres24, intervino por iniciativa propia en la investi-gación de la desaparición de Rudolf Klement, desper-tando dudas sobre la validez de las declaraciones delos señores Pierre Naville y Jean Rous25 respecto a lasfotografías del cuerpo hallado en Melun.

    Por supuesto, no estoy en condiciones de opinar sobrela identidad del cadáver y en consecuencia sobre elvalor material del testimonio. Pero, Su Excelencia, con-sidero que es mi obligación impostergable someter antela Corte cierta información que le puede ser útil paraevaluar el testimonio cuestionado.

    Los señores Pierre Naville y Jean Rous conocían ínti-mamente a Rudolf Klement. Sus frecuentes reunionesy discusiones y el trabajo en común tienen que haber-

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    24les dejado una impresión muy exacta de su apariencia,carácter y caligrafía.

    La situación de la señora Jeanne Martin des Pallie-res es muy diferente. Aunque fue la intima amiga demi hijo menor, León Sedov26, fue y es miembro de ungrupo político extremadamente hostil a la organiza-ción de León Sedov, Rudolf Klement y los señores PierreNaville y Jean Rous. Muchas veces expresó vivamenteesta hostilidad, incluso cuando todavía vivía León Sedov.Desde su muerte ella quedó mental y moralmente ines-table. Tanto las cartas que recibí de ella como muchosde sus actos lo prueban incuestionablemente. Ademásella no conoció muy bien a Rudolf Klement. En una desus cartas me preguntó sobre la identidad de Camille,el nombre que usó Rudolf Klement durante un año. Almismo tiempo albergaba un resentimiento personalcontra este hombre al que apenas conocía. En las car-tas que me envió habla de todo esto con mucha pa-sión.

    El grupo político al que pertenece la señora JeanneMartin des Pallieres tenía sus propias razones para sen-tirse resentido contra Rudolf Klement (ver su publica-ción La Commune). Para este grupo se ha vuelto unacuestión de honor demostrar que Rudolf Klement trai-cionó a su organización; pretenden apoyar la historiaque utiliza la GPU para encubrir su crimen.

    Su Excelencia, el único interés que me guía en esteasunto es que se establezca la verdad sobre la suertesufrida por el infortunado Rudolf Klement. Este interésme impulsó a hacer públicas revelaciones que en cual-quier otra circunstancia hubiera preferido callar. No viel cadáver hallado en Melun. Pero conocía a RudolfKlement, a los señores Pierre Naville y Jean Rous y a la

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    25señora Jeanne Martin des Pallieres. Si tuviera que ele-gir entre el problemático testimonio de ésta y el deaquéllos, confiaría en este último.

    Ruego a Vuestra Excelencia acepte mis más since-ros saludos.

    León Trotsky

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    Combatir al imperialismo para combatiral fascismo27

    21 de septiembre de 1938

    En política, lo más importante y, en mi opinión, lomás difícil es definir por un lado las Leyes generalesque determinan la lucha a muerte que se libra en to-dos los países del mundo moderno, y por el otro descu-brir la combinación especial de estas leyes para cadapaís. Toda la humanidad actual, desde los obreros bri-tánicos a los nómades etíopes, vive atada al yugo delimperialismo. No hay que olvidarlo ni un solo minuto.Pero esto no significa que el imperialismo se manifies-ta de la misma manera en todos los países. No. Algu-nos países son los conductores del imperialismo, otrossus víctimas. Esta es la línea divisoria fundamental delos estados y naciones modernos. Desde esta perspec-tiva, y solamente desde ella, hay que considerar el pro-blema tan complejo de fascismo y democracia.

    Para México, por ejemplo, democracia significa eldeseo de un país semicolonial de escapar a la depen-

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    27dencia, de darles la tierra a los campesinos, de elevarel nivel cultural de los indios, etcétera. En otras pala-bras, los problemas democráticos en México son decarácter progresivo y revolucionario. ¿Y qué quiere decirdemocracia en Gran Bretaña? La conservación de loque existe, sobre todo del dominio de la metrópoli so-bre las colonias. Lo mismo se aplica a Francia. En estospaíses las banderas de la democracia ocultan la hege-monía imperialista de la minoría privilegiada sobre lamayoría oprimida.

    Del mismo modo, tampoco podemos hablar del fas-cismo en general. En Alemania, Italia y Japón el fas-cismo y el militarismo son las armas de un imperialismoambicioso, hambriento y por lo tanto agresivo. En lospaíses latinoamericanos el fascismo es la expresión dela dependencia más servil del imperialismo extranjero.Tenemos que ser capaces de descubrir, bajo la formapolítica, el contenido económico y social.

    En algunos círculos de la intelligentzia se ha hechopopular la idea de la unificación de todos los estadosdemocráticos contra el fascismo. Considero que estaidea es fantástica, quimérica, apta solamente para en-gañar a las masas, especialmente a los pueblos débilesy oprimidos. Realmente, ¿puede creer alguien, siquie-ra por un momento, que Chamberlain, Daladier oRoosevelt28 son capaces de declarar una guerra paradefender el principio abstracto de la democracia? Siel gobierno británico amara tanto la democracia hubie-ra dado la libertad a la India. Y lo mismo Francia. GranBretaña prefiere la dictadura de Franco en España a ladominación política de los obreros y campesinos, por-que Franco puede ser un agente del imperialismo bri-tánico mucho más complaciente y de confianza. Ingla-

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    28terra y Francia no pusieron resistencia para entregarleAustria a Hitler, aunque inevitablemente le declararíanla guerra si osara siquiera tocar sus colonias.

    En conclusión, es imposible combatir al fascismo sincombatir al imperialismo. Los países coloniales y semi-coloniales deben luchar antes que nada contra el paísimperialista que los oprime directamente, más allá deque lleve la máscara del fascismo o la de la democracia.

    En los países latinoamericanos, el mejor método delucha contra el fascismo, y el más seguro, es la revolu-ción agraria. El levantamiento del general Cedillo29 que-dó en el aire porque México dio pasos importantes eneste sentido. Por el contrario, las crueles derrotas delos republicanos en España se deben a que el gobiernode Azaña, en alianza con Stalin, suprimió la revoluciónagraria y el movimiento independiente de los trabaja-dores30. En los países débiles y semicoloniales, unapolítica social conservadora, y más aún una reacciona-ria, significa traicionar, en el más amplio sentido de lapalabra, la independencia nacional.

    Se me preguntará cómo se explica que el gobiernosoviético, surgido de la Revolución de Octubre, aplasteel movimiento revolucionario en España. La respuestaes simple: una nueva casta burocrática privilegiada,muy conservadora, ávida y tiránica, logró elevarse porencima de los soviets. Esta burocracia no confía en lasmasas; les teme. Busca acercarse a las clases gober-nantes, especialmente a los imperialistas democrá-ticos. Para probar que pueden confiar en él, Stalin estádispuesto a jugar en todo el mundo el rol de policía. Laburocracia stalinista y su agencia, la Comintern, repre-sentan ahora el mayor peligro para la independencia yel progreso de los pueblos débiles y coloniales.

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    29Conozco Cuba muy poco como para permitirme un

    juicio independiente sobre vuestra patria. Ustedes pue-den juzgar mejor que yo si las opiniones arriba expre-sadas se aplican a la situación de Cuba. En lo que meconcierne personalmente, espero poder visitar la Perlade las Antillas y conocer más de cerca a su pueblo, alque le envío a través de vuestro periódico mis saludosmás cálidos y sinceros.

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    Después del colapso de ChecoslovaquiaStalin buscará un acuerdo con Hitler31

    22 de septiembre de 1938

    Checoslovaquia está desapareciendo del mapa deEuropa como potencia militar. La pérdida de tres millo-nes y medio de alemanes que le son profundamentehostiles sería una ventaja en el aspecto militar si noimplicara la pérdida de las fronteras naturales. Los pun-tales de la fortaleza de los Sudestes caen con el rugidodel cuerno fascista. Alemania no sólo conquista tresmillones y medio de alemanes sino también una fron-tera firme. Si hasta ahora se consideraba a Checos-lovaquia un puente militar que unía la URSS con Euro-pa, ahora se transforma en el puente que conduce aHitler hasta Ucrania. La garantía internacional de in-dependencia otorgada a lo que queda de Checoslovaquiasignificará muchísimo menos que la misma garantíaque se otorgó a Bélgica antes de la guerra mundial.

    El colapso de Checoslovaquia es el colapso de lapolítica internacional que aplicó Stalin durante los últi-

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    31mos cinco años. La idea de Moscú de una alianza delas democracias para luchar contra el fascismo es unaficción sin perspectivas de vida. Nadie quiere lucharpor un principio democrático abstracto; todos luchanpor sus intereses materiales. Inglaterra y Francia pre-fieren satisfacer los apetitos de Hitler a expensas deAustria y Checoslovaquia más que a expensas de suscolonias.

    La alianza militar entre Francia y la URSS pierdeahora el setenta y cinco por ciento de su validez, yfácilmente puede perder el cien por cien. Por lo menoshasta una nueva crisis, se hizo realidad la vieja idea deMussolini de un pacto cuatripartito de potencias euro-peas bajo la dirección de Italia y Alemania.

    El tremendo golpe asestado a la posición interna-cional de la URSS es la retribución por las continuas ysangrientas purgas que descabezaron al ejército, des-barataron la economía y revelaron la debilidad del ré-gimen stalinista. El origen de la política derrotista estáen el Kremlin. Tenemos la certeza de que ahora la di-plomacia soviética intentará una aproximación a Hitler,al costo de nuevos repliegues y capitulaciones, que asu vez sólo pueden acercar el momento de la caída dela oligarquía stalinista.

    El compromiso sobre el cadáver de Checoslovaquiano garantiza en lo más mínimo la paz; sólo le crea aHitler una base más favorable para la próxima guerra.Los vuelos de Chamberlain pasarán a la historia comoun símbolo de las convulsiones diplomáticas por lasque atravesó la dividida Europa imperialista, ambicio-sa e impotente, en vísperas de la nueva matanza queanegará en sangre al mundo entero.

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    La lucha antimperialista es la clave de laliberación32

    Una entrevista con Mateo Fossa

    23 de septiembre de 1938

    Fossa: En su opinión, ¿cómo se desarrollará la ac-tual situación en Europa?

    Trotsky: Es posible que también esta vez la diplo-macia logre llegar a un corrupto compromiso. Pero nodurará mucho. La guerra es inevitable, y estallará enun futuro inmediato. Las crisis internacionales se su-ceden. Estas convulsiones son los dolores de parto dela próxima guerra. Cada nuevo paroxismo será másagudo y peligroso. Actualmente no veo en el mundoninguna fuerza que pueda detener el desarrollo de esteproceso, es decir, el nacimiento de la guerra. Indefec-tiblemente una horrible masacre hará presa de la hu-manidad.

    Por supuesto, una oportuna acción revolucionaria delproletariado internacional podría paralizar el trabajo

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    33rapaz de los imperialistas. Pero tenemos que mirar caraa cara la realidad. La inmensa mayoría de las masastrabajadoras europeas siguen la dirección de la Segun-da y la Tercera Internacional. Los dirigentes de la In-ternacional Sindical de Amsterdam apoyan plenamen-te la política de la Segunda y la Tercera y participancon ellas en los llamados frentes populares.33

    La política del frente popular, como lo demuestranlos ejemplos de España, Francia y otros países, consis-te en subordinar al proletariado al ala izquierda de laburguesía. Pero toda la burguesía de los países capita-listas, tanto la de derecha como la de izquierda, estáimpregnada de chovinismo e imperialismo. El frentepopular sirve para hacer de los obreros carne de ca-ñón de su burguesía imperialista. Y para nada más.

    En la actualidad, la Segunda Internacional, la Ter-cera y la de Amsterdam son organizaciones contra-rrevolucionarias cuyo objetivo es frenar y paralizar lalucha revolucionaria del proletariado contra el imperia-lismo democrático. En tanto no se elimine a la direc-ción criminal de estas internacionales los obreros se-rán impotentes para oponerse a la guerra. Esta es laamarga e ineludible verdad. Tenemos que saberenfrentarla y no consolarnos con ilusiones y balbuceospacifistas. ¡La guerra es inevitable!

    Fossa: ¿Cuáles serán sus consecuencias en la luchaque se libra en España y en el movimiento obrero in-ternacional?

    Trotsky: Para comprender correctamente el carác-ter de los próximos acontecimientos, ante todo tene-mos que dejar de lado la falsa teoría, totalmente erró-nea, de que la inminente guerra se librará entre el fas-cismo y la democracia. Nada más falso y tonto que

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    34esta idea. Sus intereses contradictorios dividen a lasdemocracias imperialistas en todo el mundo. No se-ría difícil encontrar a la Italia fascista en el mismo ban-do que Gran Bretaña y Francia si pierde la fe en eltriunfo de Hitler. La semifascista Polonia se unirá a unosu otros, según las ventajas que le ofrezcan. En el cursode la guerra la burguesía francesa, para mantener so-metidos a sus obreros y obligarlos a luchar hasta elfin, puede sustituir su democracia por el fascismo.La Francia fascista, igual que la democrática, defen-dería sus colonias con las armas en la mano. El carác-ter rapaz de la nueva guerra imperialista se demostra-rá mucho más abiertamente que en la de 1914 a 1918.Los imperialistas no luchan por principios políticos sinopor mercados, colonias, materias primas, la hegemo-nía sobre el mundo y toda su riqueza.

    El triunfo de cualquiera de los bandos imperialistassignificaría la esclavitud definitiva de toda la humani-dad, el doble encadenamiento de las actuales coloniasy de todos los países débiles y atrasados, entre elloslos pueblos de Latinoamérica. El triunfo de cualquierade los bandos imperialistas traería la esclavitud, la des-gracia, la miseria, la decadencia de la cultura humana.

    ¿Cuál es la salida, me pregunta usted? Personal-mente, no me cabe ninguna duda de que una nuevaguerra provocará una revolución internacional contrael dominio de la humanidad por las rapaces camarillascapitalistas. Durante la guerra desaparecerán todas lasdiferencias entre la democracia imperialista y el fas-cismo. En todos los países se impondrá una despiadadadictadura militar. Los obreros y campesinos alemanesmorirán igual que los franceses y los ingleses. Losmodernos medios de destrucción son tan monstruosos

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    35que probablemente la humanidad sólo podrá soportarla guerra durante unos pocos meses. La desespera-ción, la indignación, el odio, empujarán a las masas detodos los países beligerantes a sublevarse con las ar-mas en la mano. El triunfo del proletariado mundialpondrá fin a la guerra y resolverá también el problemaespañol, al igual que todos los problemas actuales deEuropa y otras partes del mundo.

    Esos dirigentes obreros que quieren atar al prole-tariado al carro de guerra del imperialismo que cubrecon la máscara de la democracia son ahora los peo-res enemigos y los traidores directos de los trabajado-res. Tenemos que enseñar a los obreros a odiar y adespreciar a los agentes del imperialismo porque lesenvenenan la conciencia. Debemos explicarles que elfascismo es sólo una de las formas del imperialismo,que no debemos combatir los síntomas externos delmal sino sus causas orgánicas, es decir, el capitalismo.

    Fossa: ¿Cuál es la perspectiva de la revolución mexi-cana? ¿Cómo ve usted la devaluación de la moneda enrelación con la expropiación de las riquezas en tierrasy petróleo?34

    Trotsky: No puedo tratar detalladamente estos pro-blemas. La expropiación de las tierras y las riquezasnaturales constituye para México una medida de auto-defensa nacional absolutamente indispensable. Ningunode los países latinoamericanos podrá conservar su in-dependencia si no satisface las necesidades cotidianasdel campesinado. La disminución del poder adquisitivode la moneda es sólo una de las consecuencias delbloqueo imperialista contra México que ya comenzó.Cuando se lucha, las privaciones materiales son inevi-tables. La salvación es imposible sin sacrificios. Capi-

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    36tular ante los imperialistas significaría entregarles to-das las riquezas del país y condenar al pueblo a la de-cadencia y la extinción. Por supuesto, las organizacio-nes obreras tienen que controlar que el peso del alzadel costo de la vida no caiga fundamentalmente sobrelos trabajadores.

    Fossa: ¿Qué me puede decir sobre la lucha de libe-ración de los pueblos latinoamericanos y sus futurosproblemas? ¿Cuál es su opinión sobre el aprismo?35

    Trotsky: No conozco suficientemente la situación decada uno de los países latinoamericanos como parapermitirme una respuesta concreta a las cuestionesque usted plantea. De todos modos me parece claroque las tareas internas de estos países no se puedenresolver sin una lucha revolucionaria simultánea con-tra el imperialismo. Los agentes de Estados Unidos,Inglaterra, Francia (Lewis, Jouhaux, Toledano, losstalinistas) tratan de sustituir la lucha contra el impe-rialismo por la lucha contra el fascismo. En el últimocongreso contra la guerra y el fascismo fuimos testigosde sus criminales esfuerzos en este sentido.36 En lospaíses latinoamericanos los agentes del imperialismodemocrático son especialmente peligrosos, pues tie-nen más posibilidades de engañar a las masas que losagentes descubiertos de los bandidos fascistas.

    Tomemos el ejemplo más simple y obvio. En Brasilreina actualmente un régimen semifascista al que cual-quier revolucionario sólo puede considerar con odio.Supongamos, empero, que el día de mañana Inglate-rra entra en un conflicto militar con Brasil. ¿De quélado se ubicará la clase obrera en este conflicto? Eneste caso, yo personalmente estaría junto al Brasil fas-cista contra la democrática! Gran Bretaña. ¿Por qué?

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    37Porque no se trataría de un conflicto entre la democra-cia y el fascismo. Si Inglaterra ganara, pondría a otrofascista en Río de Janeiro y ataría al Brasil con doblescadenas. Si por el contrario saliera triunfante Brasil, laconciencia nacional y democrática de este país cobra-ría un poderoso impulso que llevaría al derrocamientode la dictadura de Vargas37. Al mismo tiempo, la derro-ta de Inglaterra asestaría un buen golpe al imperialis-mo británico y daría un impulso al movimiento revolu-cionario del proletariado inglés. Realmente, hay queser muy cabeza hueca para reducir los antagonismos yconflictos militares mundiales a la lucha entre fascis-mo y democracia. ¡ Hay que saber descubrir a todoslos explotadores, esclavistas y ladrones bajo las más-caras con que se ocultan!

    En todos los países latinoamericanos los problemasde la revolución agraria están indisolublemente liga-dos a la lucha antiimperialista. Los stalinistas, traidora-mente, paralizan a ambas.

    En sus negociaciones con los imperialistas, los paí-ses latinoamericanos sólo les sirven al Kremlin de mo-neditas para el cambio menudo. A Washington, Lon-dres y París Stalin les dice: Reconózcanme como suigual y yo les ayudaré a aplastar el movimiento revolu-cionario de las colonias y semicolonias; para eso tengoa mi servicio a centenares de agentes como LombardoToledano. El stalinismo se ha transformado en la lepradel movimiento de liberación.

    No conozco al aprismo como para arriesgar un juiciodefinitivo. En Perú la actividad de este partido es ilegaly por lo tanto difícil de observar. En el congreso desetiembre contra la guerra y el fascismo, el APRA, jun-to con los delegados de Puerto Rico, adoptó una posi-

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    38ción que, hasta donde yo la puedo juzgar, fue valiosa ycorrecta. Sólo queda esperar que el APRA no caiga enla trampa de los stalinistas, ya que ello paralizaría lalucha por la liberación del Perú. Creo que los acuerdoscon los apristas, para determinadas tareas practicas,son posibles y deseables a condición de mantener unatotal independencia organizativa.

    Fossa: ¿Qué consecuencias tendrá la guerra en lospaíses latinoamericanos?

    Trotsky: Sin duda, ambos campos imperialistas seesforzarán por atraer a los países latinoamericanos haciala vorágine de la guerra, para luego esclavizarlos com-pletamente. La hueca charla antifascista sólo sirvepara preparar el terreno a uno solo de ambos imperia-lismos. Para enfrentarse a la ya preparada guerra mun-dial, los partidos revolucionarios de América Latinadeben asumir inmediatamente una actitud irreconci-liable hacia todos los grupos imperialistas. Los puebloslatinoamericanos tendrán que estrechar mas íntima-mente sus lazos en base a la lucha por suautopreservación.

    En el primer periodo de la guerra, la posición de lospaíses débiles puede llegar a ser muy difícil. Pero, conel correr de los meses, los imperialistas se tornaránmás y más débiles. La lucha mortal entre ellos permi-tirá a los países coloniales y semicoloniales levantarsus cabezas. Por supuesto, esto se aplica también a lospaíses latinoamericanos. Serán capaces de lograr supropia liberación si a la cabeza de las masas se colocanpartidos antiimperialistas y sindicatos verdaderamenterevolucionarios. Uno no se puede escapar de las trági-cas situaciones históricas por medio de triquiñuelas,frases huecas o mezquinas mentiras. Debemos decir a

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    39las masas la verdad, toda la verdad y nada más que laverdad.

    Fossa: En su opinión, ¿cuáles son las tareas quedeben encarar los sindicatos, y qué métodos debenutilizar?

    Trotsky: Para que los sindicatos puedan nuclear,educar y movilizar al proletariado para la lucha por laliberación, tienen que superar los métodos totalitariosdel stalinismo. Los sindicatos deben abrir sus puertasa los obreros de todas las tendencias políticas, a condi-ción de que en la acción se respete la disciplina. Quienutiliza los sindicatos como un arma para lograr objeti-vos que les son ajenos -especialmente como un armade la burocracia stalinista y el imperialismo democrá-tico - inevitablemente divide a la clase obrera, la de-bilita y favorece a la reacción. Que reine una democra-cia total y honesta en los sindicatos es la condiciónmás importante para que haya democracia en el país.

    Para concluir, le pido que transmita mis saludos fra-ternales a los obreros de la Argentina. No dudo que nipor un momento han creído las desagradables calum-nias que esparcieron por todo el mundo las agenciasstalinistas en contra de mí y de mis amigos. La luchaque libra la Cuarta Internacional contra la burocraciastalinista es la continuación de la gran lucha históricade los oprimidos contra los opresores, de los explota-dos contra los explotadores. La revolución internacio-nal liberará a todos los oprimidos, incluyendo a los obre-ros de la URSS.

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    Problemas del Partido norteamericano38

    5 de octubre de 1938

    Querido amigo:Esperamos con mucha impaciencia alguna infor-

    mación sobre la reunión de Europa. Lo único que sabe-mos es que salió bien, pero nada más. Sin embargo novoy a esperar la carta de ustedes para discutir algunascuestiones referentes a nuestro partido (el SWP).

    1. Parece que el referéndum no resultó una ideamuy feliz39. Creo que la discusión introdujo cierta con-fusión en el partido. Sólo la acción podrá superar esasituación. Creo que es hora de demostrarle al partidocómo debemos actuar al respecto. Sostuve dos prolon-gadas discusiones con Plodkin, un organizador del Sin-dicato [Internacional] de Obreros del Vestido Femeni-no, y resumí nuestra discusión en un articulo con laintención de ubicar el problema en su nivel político real.Ahora lo están traduciendo; lo enviaré junto con estacarta40. Pero, por supuesto, un artículo no significa nadasi el partido no comienza un serio trabajo en los sindi-

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    41catos con la consigna de que los trabajadores debentomar el estado en sus manos y que para ello necesi-tan un partido obrero independiente. Seguramente unpaso enérgico en esta dirección disiparía todos losmalentendidos y disgustos y haría avanzar al partido.

    2. En esta cuestión, como en cualquier otra, es ab-solutamente necesario hacer más concentrada y siste-mática nuestra agitación propagandística. Por ejem-plo, sería necesario obligar a todos los comités localesa presentar, en el plazo de un mes, un breve informe alComité Nacional41 sobre su ligazón con los sindicatos,las posibilidades de trabajo que se dan en ellos y espe-cialmente sobre la agitación en los sindicatos a favorde un partido obrero independiente. El peligro resideen transformar el problema del partido obrero en unapura abstracción. La base de nuestra actividad son lossindicatos; sólo en la medida en que echemos raícesen ellos el partido obrero se volverá de carne y hueso.El haber comenzado seriamente nuestro trabajo sindi-cal nos llevó a la consigna del partido obrero. Ahorahay que utilizar esta consigna para insertar más pro-fundamente al partido en los sindicatos42.

    El Comité Nacional tiene que estudiar y elaborar lasrespuestas de las organizaciones locales en una seriede artículos y circulares con construcciones concretas,advertencias, etcétera.

    3. Al respecto es muy importante la actitud delSocialist Appeal [Llamado Socialista]43. Indudablementees un muy buen periódico marxista, pero sin embargono es todavía un verdadero instrumento para la acciónpolítica. La relación del periódico con la actividad realdel partido es muy débil. Esta debilidad no está sólodeterminada por las concepciones literarias de la re-

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    42dacción, sino por el carácter disperso, poco concentra-do, de la actividad del conjunto del partido. Hay queplanificar una campaña política para un lapso determi-nado, y subordinar a este plan las organizaciones loca-les, Socialist Appeal y New International [La NuevaInternacional]44. Nos parece que el partido obrero pue-de ser uno de los puntos de la campaña, con la condi-ción de que se ponga el acento de nuestro trabajo enlos sindicatos.

    4. Nos decepcionó la inexplicable pasividad de nues-tro partido frente al viraje patriótico, imperialista, delPartido Comunista45. El stalinismo indudablemente,constituye el mayor obstáculo para el desarrollo delmovimiento revolucionario, y por lo tanto de nuestropartido y de su penetración en los sindicatos. Hay queencarar la lucha contra este pérfido enemigo del prole-tariado simultáneamente en varios niveles y combi-nando los medios. La investigación del Comité Dies nosbrindó una ocasión excelente para actuar, pero casi nila explotamos46. Tendríamos que haber defendido enér-gica y ardientemente el derecho del Partido Comunistaa ser antinorteamericano; era una obligación demo-crática elemental. Al mismo tiempo había que desen-mascarar su vil vuelco desde una posiciónantinorteamericana (internacionalista) a una posiciónpro norteamericana (chovinista). Era absolutamentenecesario armar a cada miembro de nuestro partidocon citas de las resoluciones y el programa de laComintern y sus primeros cuatro, incluso seis congre-sos, para contraponerlas a las actuales declaraciones,discursos, etcétera. Había que realizar esta tarea demanera muy sistemática, detallada, con dos o tres ar-tículos en cada número de Socialist Appeal, con artícu-

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    43los más sintéticos en New International, con un ma-nual especial para nuestros agitadores que contuvieracitas, instrucciones, etcétera. Intenté sin éxito intere-sar a la redacción de Socialist Appeal en este proble-ma. Publicaron algo sobre el asunto (los artículos deOlgin)47, pero nada más. Creo que todavía se puederectificar en algo esta grave omisión. Se puede encararuna Campaña concentrada y sistemática, que sería muyeducativa para nuestros propios camaradas, especial-mente para la juventud. Es también una manera deprepararlos para la guerra inminente.

    5. ¿No creen ustedes que sería oportuno crear uncomité partidario que encarara el trabajo entre lasmujeres, con un suplemento especial en Socialist Appealy algunos artículos en New International que esclare-cieran sobre la situación de las trabajadoras en estaépoca de crisis?

    Espero con gran interés noticias sobre la reunióninternacional y sobre cómo encontraron al partido cuan-do volvieron de allí.

    Con afectuosos saludos,

    Hansen [Trotsky]

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    ¿Qué significa la lucha contra eltrotskismo?48

    (Sobre Lombardo Toledano y otros agentesde la GPU)

    9 de octubre de 1938

    En muchas cartas y conversaciones se me preguntósobre el significado de la lucha que actualmente selibra en la Unión Soviética y por qué en otros países,especialmente en México, varios dirigentes del movi-miento obrero abandonaron sus tareas específicas paraemprender una campaña de calumnias contra mí per-sonalmente, pese a que no me inmiscuyo en los pro-blemas internos de este país. Aprecio estas preguntasporque me brindan la oportunidad de contestarlas pú-blicamente con la mayor claridad y precisión posible.

    En primer lugar hay que entender claramente quecuando se libra una lucha política de gran importancia,especialmente si involucra a decenas y centenas demiles de personas, no se la puede explicar en términos

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    45de motivos personales. No poca gente superficial yesquemática atribuye la lucha entre trotskistas ystalinistas a la ambición personal. Esta puede impulsara algunos políticos individualmente, pero en la UniónSoviética se ejecutó y se sigue ejecutando a miles ymiles de personas acusadas de trotskistas. ¿Puedeser que tanta gente sacrifique su posición, su libertad,su vida y frecuentemente la vida de sus familiares so-lamente por la ambición de un solo individuo, es decirde Trotsky? Y a la inversa; es igualmente absurdo pen-sar que se puede explicar la política stalinista en fun-ción de la ambición personal de Stalin. Esta lucha tras-pasó hace mucho las fronteras de la Unión Soviética.Para entender correctamente el significado del conflic-to que actualmente divide al movimiento obrero de todoel mundo hay que dejar de lado, antes que nada, todala hueca charlatanería sobre los motivos personales ycomenzar a analizar las causas históricas que lo en-gendraron.

    Todo el mundo conoce, aunque sea a rasgos gene-rales, las causas y problemas de la revolución que es-talló en Rusia en octubre de 1917. Fue la primera re-volución triunfante de las masas oprimidas, dirigidaspor el proletariado. El objetivo de la revolución era abolirla explotación y la desigualdad entre las clases, crearuna nueva sociedad socialista basada en la propiedadcolectiva de la tierra, las minas y las fábricas, y lograruna distribución racional y justa de los productos deltrabajo entre todos los miembros de la sociedad. Cuandoestábamos haciendo esta revolución, muchos social-demócratas (oportunistas reformistas como Lewis,Jouhaux, Lombardo Toledano, Laborde49, etcétera) nosdecían que no podríamos tener éxito, que Rusia era un

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    46país demasiado atrasado, que no podríamos construirallí el comunismo, etcétera. Respondíamos lo siguien-te: por supuesto, considerado aisladamente, Rusia esun país demasiado atrasado e incivilizado como parapoder construir por su cuenta una sociedad comunista.Pero, agregábamos, Rusia no está sola. En el mundohay países capitalistas mucho más avanzados, con unnivel tecnológico y cultural mucho mayor y un proleta-riado mucho más desarrollado. Nosotros, los rusos,estamos comenzando la revolución socialista, es decir,vamos dando los primeros pasos audaces hacia el fu-turo. Pero los obreros alemanes, franceses e inglesescomenzarán su lucha revolucionaria inmediatamentedespués que nosotros, conquistarán el poder en esospaíses y luego nos ayudarán con su tecnología y cultu-ra superiores. Bajo la dirección del proletariado de lospaíses más avanzados, hasta los pueblos más atrasa-dos (India, China, Latinoamérica) emprenderán la nuevasenda socialista. Así llegaremos gradualmente a la ins-tauración de una nueva sociedad socialista a escalamundial.

    Como se sabe, nuestras esperanzas de que se hicie-ra pronto una revolución proletaria en Europa no sematerializaron. ¿Por qué? No porque las masas traba-jadoras no lo hayan querido. Por el contrario, despuésde la Gran Guerra de 1914 el proletariado de los paíseseuropeos comenzó a luchar contra la burguesía impe-rialista y se demostró totalmente dispuesto a tomar elpoder. ¿Qué fue lo que lo hizo retroceder? Los dirigen-tes, los burócratas obreros conservadores, los señoresde la calaña de Lewis y Jouhaux, los maestros deLombardo Toledano.

    Para lograr sus objetivos la clase obrera tiene que

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    47crear sus organizaciones, los sindicatos y el partidopolítico. En este proceso una capa de burócratas, se-cretarios de los sindicatos y de otras organizaciones,diputados, periodistas, etcétera, se eleva por encimadel sector explotado. Los elevan tanto sus condicionesmateriales de vida como su influencia política. Pocosson los que mantienen una intima relación con la claseobrera y permanecen leales a sus intereses. Los máscomienzan a mirar a los que están por encima de ellosen lugar de mirar a los que están debajo. Empiezan aponerse del lado de la burguesía, olvidando los sufri-mientos, las miserias y las esperanzas de la clase tra-bajadora. Esta es la causa de muchas de las derrotasinfligidas al proletariado.

    Más de una vez vimos a través de la historia quepartidos y organizaciones surgidos del movimiento po-pular sufrieron luego una degeneración total. Es lo quesucedió en su momento con la iglesia cristiana, quecomenzó como un movimiento de pescadores, carpin-teros, de los oprimidos y de los esclavos y luego engen-dró una poderosa, rica y cruel jerarquía eclesiástica.Es lo que nosotros mismos presenciamos que le suce-dió a los partidos de la Segunda Internacional, que sealejaron gradualmente de los reales intereses delproletariado y fueron empujados hacia la burguesía.Durante la guerra, la socialdemocracia defendió en to-dos los países a su imperialismo nacional, es decir alos intereses del capital usurpador, vendiendo a losobreros y a los pueblos coloniales. Cuando los movi-mientos revolucionarios comenzaron, en el transcursodel conflicto bélico, la socialdemocracia, el partido quetendría que haber llevado a los trabajadores a la insu-rrección, ayudó de hecho a la burguesía a destrozar el

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    48movimiento obrero. La traición enquistada en su esta-do mayor paralizó al proletariado.

    Por eso nunca se concretaron las expectativas deuna revolución europea y mundial para después de laguerra. La burguesía siguió aferrada a su riqueza ypoder. Sólo en Rusia, donde existía un partido verdade-ramente revolucionario, el Partido Bolchevique, el pro-letariado ganó y creó el estado obrero. Sin embargo, laUnión Soviética se encontró aislada. Los trabajadoresde los países más ricos y avanzados no podían ayudar-la. En consecuencia, el proletariado ruso se encontróen una situación muy difícil.

    Si el nivel tecnológico de Rusia hubiera sido tan ele-vado como el de Alemania o el de Estados Unidos, laeconomía socialista hubiera producido desde el co-mienzo todo lo necesario para satisfacer las necesida-des cotidianas del pueblo. En esas circunstancias laburocracia soviética no hubiera podido jugar un rolimportante, ya que el alto nivel tecnológico tambiénhubiera implicado un alto nivel cultural, y los obrerosnunca hubieran permitido que la burocracia les dieraórdenes. Pero Rusia era un país pobre, atrasado, inci-vilizado. Además estaba devastado por años de guerraimperialista y civil. Esa es la razón por la que, a pesarde los enormes progresos realizados, la nacionalizaciónde la tierra, las fábricas y las minas, no pudo producirrápidamente -y aún hoy no se lo logra- la cantidad demercancías necesarias como para satisfacer las nece-sidades cotidianas de la población. Y la escasez de bie-nes implica inevitablemente la lucha por esos bienes.La burocracia interviene en esta lucha; hace de árbi-tro, divide, les da a unos, les quita a otros. Por supues-to, en este proceso la burocracia no deja de preocupar-

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    49se por ella misma. Hay que tener en cuenta que en laURSS la burocracia no está sólo en el partido o en lossindicatos sino también en el aparato estatal. La buro-cracia tiene a su disposición toda la propiedad nacio-nalizada, la policía, la justicia, el ejército y la armada.

    El control sobre la economía y la distribución de lasmercancías dio a la burocracia soviética la oportunidadde concentrar toda la autoridad en sus manos, evitan-do que las masas trabajadoras tengan acceso al poder.De este modo, en el país de la Revolución de Octubreuna nueva capa privilegiada se eleva por sobre lasmasas y dirige el país con métodos idénticos a los queutiliza el fascismo. Los soviets de obreros y campesi-nos ya no juegan ningún rol. Todo el poder está enmanos de la burocracia. La persona que gobierna es eljefe de esta burocracia: Stalin.

    Es imposible afirmar que la URSS marcha hacia laigualdad socialista. En lo que hace a la situación mate-rial, el estilo de vida de la capa superior de la buro-cracia es el mismo que el de la gran burguesía de lospaíses capitalistas. La capa media vive más o menoscomo la burguesía mediana, y los obreros y campe-sinos, finalmente, viven en condiciones mucho másdifíciles que los obreros y campesinos de los paísesavanzados. Esta es la simple verdad.

    Se podría preguntar: ¿significa esto que la Revolu-ción de Octubre fue un error? Esa conclusión sería, sinduda, totalmente equivocada. La revolución no es elresultado de los esfuerzos de una sola persona o de unsolo partido. La revolución estalla como culminaciónde un proceso histórico, cuando las masas popularesya no quieren tolerar más las antiguas formas de opre-sión. Pese a todo, la Revolución de Octubre posibilitó

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    50grandes avances. Nacionalizó los medios de produccióny, a través de la economía planificada, permitió el rapi-dísimo desarrollo de las fuerzas productivas. Es un enor-me paso adelante. Toda la humanidad aprendió de estaexperiencia. La Revolución de Octubre dio un tremen-do impulso a la conciencia de las masas populares.Despertó en ellas un espíritu de independencia e ini-ciativa. Si bien en muchos aspectos la situación de lostrabajadores es difícil, sin embargo es mucho mejorque bajo el zarismo. No; la Revolución de Octubre nofue un error. Pero en una Rusia aislada no podía lo-grar su objetivo fundamental, el establecimiento de unasociedad fraternal, socialista. Esta meta está aun porlograrse.

    Desde el momento en que en la URSS un nuevosector parasitario se impuso al proletariado, la luchade las masas se dirigió naturalmente contra la buro-cracia como obstáculo principal en el camino al socia-lismo. Para justificar su existencia, la burocracia expli-ca que se ha llegado al socialismo gracias a sus es-fuerzos. En realidad, la cuestión social sólo se resolviópara la burocracia, cuyo nivel de vida dista de ser malo.

    Yo soy el estado -razona la burocracia-. En la medi-da en que las cosas anden bien para mi, todo está enorden. No hay nada de sorprendente en el hecho deque las masas populares, que no salieron de la mise-ria, alberguen sentimientos de hostilidad y odio haciaesta nueva burocracia que se devora una gran parte delos frutos de su trabajo.

    Mientras pretende defender los intereses del socia-lismo, la burocracia en realidad defiende sus propiosintereses, y ahoga y extermina inevitablemente a cual-quiera que plantee una crítica contra la opresión y la

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    51terrible desigualdad existentes en la Unión Soviética.La burocracia apoya a Stalin porque éste defiende re-suelta e implacablemente su situación privilegiada.Quien no entendió esto no entendió nada.

    Es absolutamente natural que los trabajadores, queen el lapso de doce años (1905 a 1917) hicieron tresrevoluciones, estén disconformes con este régimen yhayan intentado más de una vez controlar a la burocra-cia. En la Unión Soviética, a estos representantes de laclase obrera disconforme, que critican y protestan, selos llama trotskistas porque su programa se corres-ponde con el que yo defiendo en la prensa. Si la buro-cracia luchara por los intereses del pueblo podría casti-gar a sus enemigos ante las masas, y por crímenesreales, no inventados. Pero como la burocracia sólo lu-cha por sus propios intereses y contra los del pueblo ysus verdaderos amigos, obviamente no puede decir laverdad sobre las causas de las innumerables persecu-ciones, arrestos y ejecuciones. En consecuencia, laburocracia acusa a todos los que llama trotskistas decrímenes monstruosos que no cometieron ni puedencometer. Para fusilar a un opositor que defiende losintereses vitales de los trabajadores, la burocracia sim-plemente lo llama agente fascista. No se pueden con-trolar esas actividades de la burocracia. Durante losprocedimientos judiciales secretos, que se realizan alestilo de la Santa Inquisición, se extraen de los acusa-dos confesiones de crímenes increíbles. Así son los jui-cios de Moscú, que conmovieron a todo el mundo50.Según estos juicios, parecería que la Vieja GuardiaBolchevique, la generación que libró junto a Lenin lalucha suprema por la conquista del poder por la claseobrera, estaba en realidad formada por espías y agen-

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    52tes de la burguesía. Simultáneamente se liquidó a losmejores representantes de la generación siguiente, quesoportó sobre sus espaldas todo el peso de la GuerraCivil (1918 a 1921).

    ¿Entonces la Revolución de Octubre la hicieron losfascistas? ¿Y la Guerra Civil obrera y campesina fuedirigida por traidores? ¡No! ¡Es una calumnia despre-ciable contra la revolución y el bolchevismo! El factorbásico de esta calumnia es que fueron precisamenteesos bolcheviques, que tenían un verdadero pasadorevolucionario, los primeros en protestar contra la nuevacasta burocrática y sus monstruosos privilegios. Laburocracia, que le tiene un terror mortal a la oposición,llevó a cabo una lucha incansable contra los represen-tantes del viejo Partido Bolchevique y, finalmente, losexterminó a casi todos. Esta es la simple verdad.

    La burocracia de Moscú cuenta en todo el mundocon una inmensa cantidad de agentes para mantenersu autoridad en el extranjero, para aparecer como repre-sentante de la clase obrera y defensora del socialismo,y mantener bajo su férula a la clase obrera mundial.Con ese fin gasta decenas de millones de dólares poraño. Muchos de estos agentes secretos son dirigentesdel movimiento obrero, funcionarios sindicales o de losllamados partidos comunistas, que de hecho no tie-nen nada que ver con el comunismo. La tarea de estosagentes pagados por el Kremlin consiste en engañar alos trabajadores presentando los crímenes de la buro-cracia soviética como actos en defensa del socialis-mo, calumniando a los obreros rusos avanzados queluchan contra la burocracia y tachando de fascistas alos verdaderos defensores de los obreros. ¡ Pero es unrol repugnante!, exclama todo trabajador honesto.

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    53Nosotros también creemos que es repugnante.

    Lombardo Toledano, el secretario general de la CTM,es uno de los más celosos y desvergonzados agentesde la burocracia de Moscú. Su despreciable actividadse desarrolla ante los ojos de todo el mundo. Defiendea Stalin, su violencia y sus traiciones, a susprovocadores y a sus verdugos. No sorprende en lomás mínimo que Toledano sea el más ávido enemigodel trotskismo. ¡ Es el trabajo de este señor!

    Hace un año y medio la Comisión Investigadora In-ternacional comenzó a revisar los juicios de Moscú51.Toledano, junto con otros stalinistas, fue invitado aparticipar en esta comisión.

    ¡Presenten sus acusaciones, aporten evidencias! Sinembargo, Toledano rehusó la invitación con una falsa ycobarde excusa: la comisión, según él, no era impar-cial. Entonces, ¿por qué el imparcial Toledano noaprovechó la oportunidad para demostrar públicamen-te la parcialidad de la comisión? Porque no disponede ninguna evidencia para respaldar las calumnias querepite, siguiendo las órdenes de Moscú.

    La comisión internacional, formada por personasconocidas en todo el mundo por su integridad, publicólos resultados de su trabajo en dos volúmenes de másde mil páginas. Se examinaron todos los documentos.Se interrogó a decenas de testigos. Se analizó detalla-damente cada mentira y cada calumnia. La comisiónresolvió unánimemente que todas las acusaciones con-tra mi y mi hijo menor León Sedov son malignas men-tiras fabricadas por Stalin. ¿Qué respondieron Stalin ysus agentes? Nada, ni una palabra. A pesar de ello,Toledano continúa presentando y defendiendo las fal-sas acusaciones de Moscú y agregando otras de he-

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    54chura propia. ¡Pero es vergonzoso!, exclamará todotrabajador honesto. Absolutamente cierto. ¡ Está másallá de toda descripción!

    En febrero, el congreso de la CTM votó una resolu-ción contra Trotsky y los trotskistas. La resoluciónrepite, palabra por palabra, las falsas acusaciones delfiscal Vishinski, que era abogado de los magnates pe-troleros del Cáucaso antes de la revolución y conocidodesde hace mucho como un completo canalla52. ¿Cómopuede el congreso de una organización obrera adoptaruna resolución tan desgraciada? La responsabilidad di-recta recae sobre Lombardo Toledano, que en este casono actuó como secretario de un sindicato sino comoagente de la policía secreta de Stalin, la GPU.

    Ni hace falta aclarar que personalmente no tengoningún inconveniente en que las organizaciones obre-ras mexicanas se formen una opinión sobre el trots-kismo como tendencia política y hagan públicas susconclusiones. Pero para ello tienen que examinar lacuestión con honestidad; es un requisito elemental dedemocracia obrera. Antes del congreso todos los sindi-catos tendrían que haber analizado el problema deltrotskismo. Los que lo apoyan tendrían que habercontado con la oportunidad de expresar sus posicionesdirectamente ante los trabajadores. Más aún; en uncongreso evidentemente preparado para juzgarme, lamás elemental cortesía exigía que se me invitara paraexplicarme personalmente. En realidad, las maquina-ciones impuestas por Moscú se realizaron no sólo aespaldas mías sino de todos los obreros mexicanos.Nadie se enteró anticipadamente de que en el congre-so se trataría el problema de Trotsky y del trotskis-mo. Para servir a los objetivos de Stalin, Toledano cons-

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    55piró contra los trabajadores mexicanos. Los delegadosal congreso no disponían de ningún material informati-vo; los sorprendieron como en una emboscada militar.Toledano impuso la innoble resolución de la mismamanera en que Stalin, Hitler y Göebbels53 aplican lasdecisiones del pueblo. Este método indica un totali-tario desprecio por la clase obrera. Al mismo tiempo,Toledano exige que el gobierno mexicano me haga ca-llar y me prive de la oportunidad de defenderme contralos calumniadores. ¡Este es el campeón de la demo-cracia, Lombardo Corazón de León!

    Sin embargo, no se limitó a repetir simplemente lasfalsedades oficiales del fiscal Vishinski en Moscú. Tole-dano emplea también su imaginación. Poco tiempodespués de mi llegada a México, afirmó públicamenteque yo estaba preparando una huelga general contrael gobierno del general Cárdenas54. Es obvio lo absurdode esta acusación, pero el absurdo no es ningún obs-táculo para Toledano: Moscú exige abnegación y obe-diencia. El mismo Toledano afirmó en México, NuevaYork, París y Oslo que en todo México yo no contabacon más de diez amigos, cantidad que luego se redujoa cinco y finalmente a dos. Si es así, ¿cómo podría yoorganizar una huelga general y una conspiración? Porotra parte, ¿qué pasó con todos mis amigos de laderecha, los fascistas, los camisas pardas, etcétera?Como puede verse, el nivel intelectual de las acusacio-nes de Toledano no difiere mayormente del nivel de lasacusaciones dirigidas en Moscú contra los opositores ala burocracia. Pero Toledano no tiene una GPU propiaque lo defienda de los críticos a punta de revólver. ¡Poreso tendría que haber sido más cauteloso!

    El otro agente mexicano de la GPU, Laborde, diri-

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    56gente del llamado Partido Comunista (¡quién podríacreerlo!) declaró en una solemne reunión celebrada elpasado otoño, frente a una gran audiencia en la quefiguraba el presidente de la república, que yo me habíaaliado secretamente con (¡atención!) el general Cedilloy Vasconcelos con el fin, por supuesto, de dar un golpede estado fascista. Laborde, que se comprometía ydeshonraba a su partido, tuvo que lanzar una acusa-ción tan idiota sólo porque, como Toledano, había reci-bido órdenes de Moscú de actuar de esa manera; y enMoscú se perdió hace mucho todo sentido de la propor-ción, no sólo en lo que hace a la moralidad sino a lalógica y a la sicología. El estudiante no puede ubicarseen un nivel superior al del maestro. El agente de laGPU no puede hacer lo que le place. Tiene que seguirlas órdenes de su patrón. No hacerlo significaría que elpartido de Laborde perdería inmediatamente los subsi-dios de Moscú y se derrumbaría como un mazo de nai-pes.

    El verano pasado hice un viaje por México para co-nocer mejor el país que nos ofreció, a mi esposa y amí, una hospitalidad tan generosa. En El Popular, elperiódico de Toledano, se publicó la noticia de que du-rante mi viaje me había reunido con algunos contra-rrevolucionarios, especialmente con el pro fascista doc-tor Atl55. Declaré a la prensa que no conocía al doctorAtl. Pero mi categórica negativa no detuvo al señorToledano; siguió publicando notas y caricaturas mos-trándome en compañía de ese hombre. ¿Qué significaesto? Toledano es abogado, sabe qué quiere decir ca-lumnia y falso testimonio. Sabe que nada desacredi-ta tanto a una persona como la divulgación de unacalumnia consciente inspirada en razones personales.

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    57¿Cómo puede caer tan bajo, sacrificando su reputaciónde dirigente obrero y de persona honesta? Es probableque Toledano sienta corroída su conciencia. Pero sedesliza por una pendiente. Cae y no puede detenerse.No les es fácil a las víctimas de la GPU escapar de susgarras.

    Se podría objetar que le doy demasiada importanciaa Toledano, pero no es así. Toledano no es un problemaindividual, es un prototipo. Hay una multitud de calcossuyos, ¡todo un ejército mercenario entrenado por Mos-cú! Al utilizar como ejemplo a Toledano desenmascaroa este ejército, que siembra en la opinión pública lassemillas de la mentira y el cinismo.

    Cada vez que me veo obligado a refutar las últimascalumnias de Toledano y de Laborde, estos señoresproclaman que soy... un enemigo de la Confederaciónde Trabajadores Mexicanos. ¡Qué acusación ridícula!Ellos realizan sus maquinaciones a espaldas de los tra-bajadores, y se esconden tras de ellos cuando los atra-pan. ¡Qué caballeros! ¡Qué héroes!... ¡Y qué sofistasmiserables! ¿Cómo podría yo, que dediqué cuarenta ydos años de mi vida a servir al movimiento obrero,abrigar alguna hostilidad hacia una organización pro-letaria que lucha por mejorar la situación del conjuntodel movimiento obrero? Pero la CTM no es Toledano, niToledano es la CTM. A los obreros mexicanos les co-rresponde decidir si es o no un buen funcionario sindi-cal. Pero cuando Toledano pasa al frente para defendera los verdugos de la GPU contra lo mejor de la claseobrera de Rusia, yo también debo ponerme de pie ydecir públicamente a los trabajadores de México y detodo el mundo: ¡Toledano es un mentiroso traidor queactúa en beneficio de la banda del Kremlin! ¡No le crean!

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    58Los métodos de Toledano son idénticos a los utili-

    zados en los juicios de Moscú. En esencia, ambos sus-tituyen las diferencias políticas por historias de detec-tives; inventan intrigas monstruosas para excitar laimaginación de los ignorantes, mienten y calumnian,calumnian y mienten. En Moscú dicen que tuve unaentrevista secreta con el ministro fascista Hess56 (alque nunca vi en mi vida y con el que, por supuesto,nunca tuve ningún trato). En México afirman que tuveuna entrevista secreta con este doctor Atl, sobre elque no sé nada. Así procede la GPU.

    Pero, a pesar de estas similitudes, hay una diferen-cia. La GPU, después de silenciar toda critica y utilizarfalsos testimonios, tiene la posibilidad de arrancar fal-sas confesiones a los acusados. Si no lo logran, fusilansecretamente al acusado, sin permitirle gozar del de-recho a juicio. En México, el señor Toledano no tienetodavía oportunidad de utilizar este tipo de represión.Por supuesto, aprovecha las falsificaciones fabricadasen Moscú, como la película Lenin en Octubre, total-mente deshonesta y sin ningún valor, pero con esto noes suficiente. La humanidad no está formada única-mente por imbéciles. Hay muchas personas capacesde pensar. Por esta razón es fácil desenmascarar lascalumnias de Toledano. ¡Y continuaremos esta tareahasta el fin!

    Propongo que se realice una investigación públicade las acusaciones de Toledano respecto a los prepa-rativos de la huelga general contra el gobierno del ge-neral Cárdenas, a mis relaciones con Cedillo yVasconcelos, a mis relaciones secretas con el doctorAtl, etcétera. Sería una excelente oportunidad paraestablecer la verdad o falsedad de los cargos que se

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    59me imputan. El señor Toledano, tan celoso en su de-fensa de los juicios de Moscú, le hará un gran favor aStalin si puede demostrar aquí en México la validez delas acusaciones que se me hacen. ¡Díganselas al juez!¡Acusadores, presenten sus evidencias!

    Sin embargo, no nos hacemos ilusiones. Toledanono aceptará el desafío. No se atreverá a aceptarlo. Nopuede comparecer ante una comisión imparcial queinevitablemente se transformaría en un medio paradesenmascarar a la GPU y sus agentes. ¿Evidencias?¿Qué clase de evidencias puede presentar el calumnia-dor? Sólo cuenta con su falta de escrúpulos y su malaconciencia. ¡No tiene otra cosa!

    De todo lo que venimos diciendo, cualquier personainteligente sacará la siguiente conclusión: si aquí enMéxico, donde todavía existen la libertad de prensa yel derecho de asilo, los agentes de Stalin se permitenhacer acusaciones tan absurdas y deshonrosas, ¿quéno se permitirán los agentes de Stalin en la Unión Sovié-tica, ya que de la prensa del régimen totalitario desapa-reció toda critica, oposición y protesta? En el transcur-so de este proceso, contra su propia voluntad, Toleda-no dio a la opinión pública mexicana la clave de todoslos juicios de Moscú. En general, hay que decir que losamigos demasiado celosos son más peligrosos que losenemigos.

    Mis ideas les resultan desagradables a todos los opor-tunistas y aprovechadores. Si a éstos les cayeran bienlo consideraría una gran desgracia. Los oprimidos nolograrán su emancipación bajo la dirección de los opor-tunistas y aprovechadores. ¡Que estos señores ataquenpúblicamente mis ideas! Pertenezco a la Cuarta Inter-nacional y no escondo mis posiciones. La Cuarta Inter-

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    60nacional es el único partido mundial que lucha real-mente contra el imperialismo, el fascismo, la opresión,la explotación y la guerra. Sólo esta joven y pujanteorganización expresa los reales intereses del proleta-riado. Precisamente por esta razón lucha implacable-mente contra la corrupta burocracia de la Segunda In-ternacional y de la Tercera, obsoletas y patrióticas. Estees el origen del odio rabioso que sienten hacia el trots-kismo los trepadores oportunistas, aventureros y bienalimentados. Cuando puede hacerlo, la pandilla delKremlin asesina a nuestros luchadores (Erwin Wolf,Ignace Reiss, León Sedov, Rudolf Klement y muchosotros)57. Cuando no puede asesinarlos, los calumnia.No le faltan ni el dinero ni agentes a sueldo. Sin em-bargo, está destinada a sufrir un colapso vergonzoso.Las ideas revolucionarias que corresponden a las nece-sidades del proceso histórico superaran todos los obs-táculos. Los calumniadores se estrellarán contra estainvencible verdad.

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    Una lección reciente58

    Después de la paz imperialista de Munich

    10 de octubre de 1938

    Veinte años después de la Primera Guerra Mundialimperialista, que destruyó completamente las ilusio-nes democráticas, los dirigentes de la Comintern in-tentan demostrar que el mundo capitalista alteró radi-calmente su carácter, que el imperialismo ya no es másel factor decisivo en nuestro planeta, que lo que deter-mina los antagonismos mundiales no son los rapacesintereses del capital monopolista sino algunos princi-pios políticos abstractos, y que la nueva matanza depueblos será una guerra defensiva de parte de las de-mocracias inocentes y amantes de la paz contra losagresores fascistas. Por cierto, la memoria humanadebe de ser muy débil si en vísperas de una nuevaguerra imperialista los aventureros de la Tercera Inter-nacional osan poner en circulación las mismas ideasutilizadas por los traidores de la Segunda Internacionalpara engañar a las masas durante la última guerra.

    Sin embargo, en esto hay algo más que una merarepetición. Puesto que el capitalismo, durante el últi-mo cuarto de siglo, llegó a una etapa de decadencia

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