escribir correctamente
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club de escrituraTRANSCRIPT
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ESCRIBIR CORRECTAMENTE1
En la construcción de un escrito se
pueden diferenciar tres fases
interdependientes: la planificación, la
composición y la revisión.
La planificación es la fase inicial, el paso
previo al de empezar a dar forma al texto;
una vez que se comienza a componer el
mensaje, es necesario revisarlo de manera
constante y reajustarlo cuantas veces sea
preciso hasta conseguir que alcance los objetivos deseados.
“Si me he extendido tanto al escribirte, ha sido porque no te tenido tiempo.”
Unamuno a un amigo, disculpándose por una extensa carta.
(El tiempo que le faltaba era el de releer, revisar y, sobre todo, eliminar lo superfluo
para, de este modo, hacer destacar lo verdaderamente importante.)
1 La planificación del contenido
Una buena planificación debe tener en cuenta todos los aspectos que intervienen
en la escritura, empezando por los puramente materiales: instrumentos que vamos a
necesitar, tiempo de que disponemos... Implica también pensar en el destinatario y en
el tono que debamos adoptar (serio, humorístico, cercano, distante…).
Una vez que se tiene claro todo lo anterior, la primera dificultad está en crear ideas
que desarrollen el pensamiento personal. No hay ninguna fórmula mágica para
resolver este problema, pero hay procedimientos variados que pueden ayudar a
generar y organizar las ideas: confeccionar listas, asociar ideas, elaborar mapas
conceptuales o esquemas, ordenar acontecimientos, etc.
2 La composición del texto
Un escrito es una especie de gran caja que contiene cajas más pequeñas que a su
1Instituto Cervantes: El libro del español correcto; 2012 editorial Espasa (Págs. 25-90)
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vez contienen otras aún más pequeñas. Ordenadas de menor a mayor, las “cajas”
que componen los textos son las palabras, los grupos sintácticos, las oraciones y los
párrafos.
2.1 Selección de palabras
El primer criterio para seleccionar las palabras es elegir aquellas cuyo significado
se ajusta a la idea que se desea expresar.
Conocer el significado exacto de las palabras permite usarlas con propiedad y en
el momento adecuado, evitando así caer en la pedantería o en equivocaciones
ridículas. Como regla general, si tenemos dudas sobre el significado preciso de una
palabra, no debemos usarla.
En principio no hay unas palabras mejores que otras ni palabras más literarias o
más elegantes. Simplemente, hay palabras más adecuadas a los propósitos
comunicativos.
2.1.1 ¿Qué palabras elegir?
� Las palabras cortas. Frente a la moda del “archisílabo” (Aurelio Arteta),
de los rodeos y de los circunloquios, se prefieren los términos más
breves.
Preferible En lugar de
Intención Fin
Voluntad Gobierno
Norma Actitud, postura
Hoy Muy Para Por
Avisar, comenzar Poder Usar
Llamar, presentar, viajar, reunirse
Intencionalidad Finalidad Voluntariedad Gobernabilidad Normativa Posicionamiento Actualmente, a día de hoy Altamente, extremadamente, considerablemente En aras de, con vistas a, de cara a, con objeto de A causa de, mediante, a consecuencia de Dar aviso, dar comienzo Estar en condiciones de Hacer uso Realizar… un llamamiento, una presentación, un viaje, una reunión.
� Las formas populares. Cuando para una misma palabra se dispone de
dos formas, en general son preferibles las más populares.
Preferible En lugar de
Oscuro Posgrado
Obscuro Postgrado
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Remplazar Reemplazar
2.1.2 ¿Qué palabras evitar?2
� Los extranjerismos innecesarios. A veces se recurre a ellos (�interview,
�fast food, �sponsor…) por puro esnobismo.
� Las palabras “machaconas” que repetimos innecesariamente en el
mismo párrafo y hasta en la misma línea. Tenemos los sinónimos
(volumen, tomo o ejemplar son sinónimos de libro), los hiperónimos
(obra, escrito o producto pueden ser hiperónimos de libro), los
pronombres o los adverbios.
� Las palabras “pesadas” que producen efectos acústicos indeseables:
cacofonías, rimas internas…
� Las palabras “insípidas” o palabras “baúl” con significados tan amplios
que no precisan con exactitud lo que se quiere decir. Ej.: cosa,
problema, tema, bueno, hacer, poner, decir, dejar…
� Las fórmulas “cansinas” que se utilizan como elementos de relleno.
o Muletillas: evidentemente, el hecho de que, por consiguiente, a nivel
de, en base a, de cara a...
o Tópicos que han perdido su capacidad significativa para
transformarse en fórmulas rutinarias. Ej.:
apretada agenda antiguas pesetas
aplastante mayoría baño de multitudes
caldear el ambiente cochina/sana envidia
dato esclarecedor día inolvidable
escena dantesca facilidad pasmosa
fatal desenlace fe inquebrantable
marco incomparable llamar poderosamente la atención
mayoría aplastante penetrante mirada
poderosas razones puntualidad británica
rabiosa actualidad reparto de lujo
situación insostenible tensa espera
2 � Uso incorrecto � Uso correcto
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� Los “bichos raros” o palabras poco usuales.
� Las palabras “con poco tacto”: exabruptos, tacos, insultos… las palabras
tabú y, en general, todas las palabras que puedan resultar ofensivas
para el lector.
2.2 Elaboración del grupo sintáctico
De la combinación de las palabras surgen los grupos sintácticos y para su correcta
construcción debemos:
� Ordenar adecuadamente los complementos: si el núcleo de un grupo
sintáctico tiene varios complementos, el orden más habitual es colocar
los más ligeros cerca del núcleo.
Preferible En lugar de
Las personas afectadas de esta localidad Las personas de esta localidad afectadas por la gripe
Las personas de esta localidad afectadas Las personas afectadas por la gripe de esta localidad
� No abusar de los adjetivos. Los buenos escritores saben que el uso de
los adjetivos debe estar muy medido y que hay que colocar los justos,
los imprescindibles. En definitiva, los adjetivos pocos, pero bien
elegidos.
Además, los adjetivos antepuestos marcan el componente subjetivo del
autor. Por ello, a menudo son redundantes y casi siempre puede
prescindirse de ellos sin que el texto se resienta. Si se eliminan (la
afamada actriz, el conocido músico, la inolvidable velada) el texto se
hace más ágil y comunica de manera más eficaz.
� Colocar cada oveja con su pareja: son incorrectas expresiones como
*delante mío, *encima nuestro, *enfrente suyo… porque se están
combinando elementos de categorías incompatibles. Del mismo modo,
el adverbio no se combina con verbos pero no debe usarse
anteponiéndolo a un sustantivo abstracto:
No recomendado Preferible
El no cumplimiento La no asistencia
La no aprobación La no comparecencia
La no conformidad La no existencia
La no intervención
El incumplimiento La falta de colaboración, inasistencia El rechazo La ausencia La disconformidad, el desacuerdo La carencia, inexistencia La pasividad
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La no proliferación La no renovación Los no bebedores
La escasez La cancelación Los abstemios
� Tener cuidado con las oraciones como complemento de los nombres
pues han de introducirse con una preposición.
�Tendrás que aclararme el porqué te callaste.
�Tendrás que aclararme por qué te callaste/ el porqué de tu silencio
2.3 Construcción de la oración
2.3.1 Consejos para crear oraciones correctas:
� Eliminar la ambigüedad ocasionada por la mala ordenación de los
complementos, por la falta de cohesión, por la puntuación indebida o
deficiente…
� Prestar atención a la concordancia:
�Ya no doy más de sí.
�Ya no doy más de mí.
�Tú eres de los que crees que todo se arreglará
�Tú eres de los que creen que todo se arreglará.
�En el teatro habían muchísimos espectadores.
�En el teatro había muchísimos espectadores.
�Se detuvieron a los tres asaltantes.
�Se detuvo a los tres asaltantes.
� Concluir la frase que se haya empezado, evitar anacolutos. Es muy
frecuente encontrar enunciados en los que la oración comienza de una
determinada manera y antes de concluir da un giro y cambia su
estructura.
�La vecina del tercero, la que vive enfrente de mi suegro, su
marido ha tenido un accidente.
�Los nombres de los alumnos que aparecen en el tablón de
anuncios es porque no han pasado aún por secretaría a pagar la
matrícula.
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�Yo lo que me interesa ahora sobre todo es la situación
económica.
�Yo por las mañanas lo que me gusta es levantarme con música.
�Una cosa que yo nunca me ha pasado.
�El hipérbaton es cuando se cambia el orden sintáctico de la
frase.
�El principio de Arquímedes es donde un objeto introducido en
un líquido desplaza su volumen.
�Es que yo lo que me acuerdo con horror eran los mareos.
� Tener cuidado con las asimetrías. En expresiones compuestas de dos
o más elementos, es necesario que si ha aparecido la primera
aparezcan también las siguientes explícitamente: o… o, uno… otros;
por una parte… por otra, en primer lugar… en segundo.
� No omitir lo necesario cuando ocasione irregularidades y discordancias
gramaticales.
�Mi mujer es morena, alta, ojos verdes…
�Mi mujer es morena, alta, tiene los ojos verdes…
�Era una persona afable, simpática, siempre al servicio de todos,
y con un gran sentido del humor.
�Era una persona afable, simpática, estaba siempre al servicio
de todos y tenía un gran sentido del humor.
2.3.2 Consejos para crear oraciones más legibles:
� Controlar la extensión de la oración. Las oraciones largas son más
difíciles de interpretar, especialmente si contienen muchas
subordinadas o varios inciso. Por ello, conviene no hacerlas demasiado
extensas con objeto de facilitar la comprensión. Algunos manuales de
estilo dan consejos incluso sobre el número de palabras máximo que
debe tener una frase y lo sitúan entre veinte y treinta. Otros fijan el
tamaño en tres líneas como máximo. Evidentemente, estas
dimensiones no pueden considerarse en términos absolutos, pues la
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extensión de la frase dependerá de factores muy diversos.
� Eliminar lo innecesario: Las fórmulas “cansinas” ya mencionadas o las
expresiones vacías: es importante señalar, no generalicemos,
personalmente creo, me gustaría agregar que, sin ánimo de ser
exhaustivo… o las subrayadas a continuación.
En mi opinión, hay que…
Es un asunto que, de alguna manera, conviene estudiar.
El cuadro quedó como muy bien, ¿verdad?
Se han producido un total de siete reuniones.
Lo mataron de hasta once puñaladas.
Para pintar la puerta utilizaremos lo que es un rodillo.
Se organizan importantes fiestas en lo que viene siendo la época
de verano.
Ya te digo, o sea, es que me encuentro súper a gusto.
� Limitar los incisos, las aclaraciones y las explicaciones a lo
imprescindible.
� Colocar próximos los elementos que están relacionados.
� Evitar la acumulación de negaciones.
2.3.3 Consejos para crear oraciones más atractivas:
� Respetar el orden básico de los componentes de la oración: el orden
más natural de la frase en español es sujeto-verbo-objeto.
� Usar verbos en lugar de nombres para expresar acciones.
�Ha tenido lugar la inauguración del nuevo tramo de autovía por el
presidente.
�El presidente ha inaugurado la autovía.
� Seleccionar la voz activa en vez de la pasiva.
� Seleccionar verbos de mayor contenido semántico.
No recomendado Preferible
Dar golpes Golpear
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Decir mentiras Hacer un edificio, proyecto, regalo…
Tener un sueño
Mentir Edificar, proyectar, regalar… Soñar
� Variar los esquemas gramaticales.
2.4 Diseño del párrafo
2.4.1 La forma del párrafo
Lo primero que percibe el lector que se enfrenta a una página es una imagen y,
a partir de ella, se hace ya una primera idea de lo que cree que le espera en el
texto.
Según Cassany, la opción preferida es la B,
porque presenta unos párrafos equilibrados y
suficientemente extensos como para suponer
que en ellos se desarrolla adecuadamente la
idea central que sostiene cada uno. En la opción
C parece que las ideas no están suficientemente
desarrolladas y no hay cohesión entre los
párrafos. Las razones para rechazar la opción A
se refieren a la extensión de los párrafos y a un
aspecto demasiado denso, mientras que la
opción D el desequilibrio lleva a presuponer
también una falta de equilibrio en el contenido.
2.4.2 El contenido del párrafo
El texto debe iniciarse con un apartado en el que se explique el contenido de lo
que se va a tratar y, una vez desarrollado todo el contenido, se remata con un último
apartado en el que se resume lo expuesto. Son entonces esenciales los párrafos de
apertura y cierre.
El párrafo de apertura anuncia al lector lo que se va a encontrar en el texto, por
ello, puede resultar previsible. Un modo de evitar esa previsibilidad consiste en iniciar
el texto con un dato sorprendente, una frase intrigante, un resultado llamativo. De
esta manera, se logra interesar al lector, que se siente obligado a continuar la lectura
si quiere entender el contenido.
El párrafo de conclusión tiene que dejar buena sensación en quien lee y, sobre
todo, tiene que transmitir la idea de que la obra está terminada.
Daniel Cassany: La cocina de la escritura. Distribuciones de los párrafos en la página.
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2.4.3 La transición entre párrafos
El punto y aparte que marca la transición entre párrafos en la escritura indica una
transición, una matización o incluso un cambio de tema, pero el vínculo entre todas
las partes del escrito no debe romperse. Ningún párrafo debe quedar aislado del
resto, un párrafo tiene que llevar a otros, invitar al lector a continuar la lectura.
Una manera eficaz de conseguirlo es recurrir a los marcadores textuales que
pueden realizar funciones distintas en el texto:
� Comentar lo que se va a decir: pues, pues bien, dicho esto, así las
cosas…
� Ordenar las ideas: primero, en primer lugar, por un lado, por otro,
después, finalmente…
� Reforzar lo dicho antes: incluso, es más, además…
� Extraer una consecuencia: por consiguiente, en consecuencia, por lo
tanto…
� Refutar lo anterior: en cambio, por el contrario, sin embargo…
� Explicar una idea anterior: es decir, esto es, en otras palabras…
� Rectificar una idea anterior: mejor dicho, mejor aún….
� Distanciarse de lo dicho antes: en cualquier caso, en todo caso, de
todos modos…
� Recapitular lo dicho: en resumen, en suma, en conclusión, en
definitiva…
� Ejemplificar: por ejemplo, en concreto, en particular…
2.4.4 Características de un buen párrafo
Un buen párrafo es aquel que:
� Es coherente, porque todas las oraciones que lo forman giran en torno a
la misma idea.
� Contiene una frase al principio o al final que condensa la idea central, o
bien esta es fácilmente deducible.
� Está formado por entre tres y diez oraciones y en ningún caso solo una.
� Las oraciones que lo forman están ordenadas de forma clara.
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� Contiene palabras o frases de transición que guían al lector en la
interpretación del párrafo.
� Establece una adecuada conexión con los párrafos adyacentes.
3 La revisión
Es el tercer paso de la elaboración del texto. No se trata, sin embargo, de una
última fase, ya que el proceso de revisión debe producirse desde el inicio de la
escritura y no se da por concluido hasta que el texto se cierra definitivamente.
Ha de revisarse la ortografía, el vocabulario, la sintaxis y la construcción de los
párrafos, pero también, la organización de las ideas, la claridad y adecuación y la
fluidez en las transiciones.
4 La presentación final
La apariencia externa de los textos comunica desde el primer instante, antes
incluso de que el lector se adentre en el contendido. Es más, esa apariencia, en
muchas ocasiones, hará que el lector se sienta atraído hacia su lectura o renuncie a
ella.
Pero además de animar al lector a adentrarse en él, la presentación del texto debe
servir para facilitar su lectura y su interpretación, es decir, además de presentar un
aspecto claro y despejado, el texto debe señalar qué es lo importante y qué tiene
menos interés.
Con carácter general, lo que contribuye a mejorar la legibilidad del texto es:
� El aspecto del párrafo, el interlineado, el espacio entre párrafos, la
alineación, los márgenes, el sangrado.
� El tipo y tamaño de letra.
� Los títulos y subtítulos.
� El índice.
� La numeración de apartados: numeración o viñetas.
� Los recursos tipográficos.
� El encabezado y el pie de página.
� Los cuadros y tablas.
� Las imágenes, dibujos, gráficas y esquemas.